jueves, 3 de marzo de 2011

GWA 10. Valnak.



Pasados unos días la actividad de la universidad continuaba sin alteraciones. Bertie se recuperó totalmente de su esguince dejando las muletas atrás. Tom había vuelto a pelear en otra ronda de combates y ahora sí que, de forma normal, resultó vencedor logrando la clasificación para los campeonatos. Cooan había estado muy activa organizado una clase de aeróbic para las chicas, en ella combinaba el baile con la gimnasia y la auto defensa. La muchacha aplicó una idea que tuvo cuando aún trabajaba para la Luna Negra. Su gran dinamismo y entusiasmo hicieron que incluso las animadoras y la mismísima Melanie se unieran a ella para entrenar. La jefa de animadoras llegó un poco más tarde que las demás y se entretuvo observando las evoluciones de Connie desde el exterior de la sala.

-¡Vamos chicas!, uno, dos, tres...- jaleaba en tanto ejecutaba los pasos y era imitada por el resto. -¡Hay que conseguir estar en forma! Como decíamos en el Dojo Hikawa, ¡fuerza y belleza para las chicas!

            Melanie tenía que admitir que esa muchacha era sorprendente. Y más aún, una valiosa fuente de información. Sobre todo ahora ya que había notado que, en los últimos días, la relación entre su hermanita la frígida y Roy se había estrechado bastante y eso no le gustaba nada. Tal y como ella suponía, debió suceder algo entre los dos en aquella excursión en la que desaparecieron, ¡durante toda una noche! Y si era lo que se figuraba podía entender que Roy la estuviera prestando ahora su atención. Sería la última de sus conquistas. Por eso quizás no debía preocuparse. Pero lo que no cuadraba era que, al menos delante de ella, jamás se habían besado. Posiblemente la japonesita era vergonzosa. ¡Una hipócrita es lo que era! ¡Bien que la engañó! O quizás quería disimular por miedo a las advertencias que la propia Melanie le hizo, eso era más lógico. Pero gracias a que tenía a Connie en su equipo se aseguraría de ello. Si su propia hermana no estaba al corriente de relaciones entre esos dos, es que no sucedía nada que debiera preocuparla. De todos modos, lo que más inquietaba a Melanie era que Roy parecía haber cambiado, se le notaba más atento al estudio y bastaba una palabra de esa boba para que él reaccionara como un perrito.

-Tiene que estar fingiendo, no le encuentro otra explicación, ni siquiera conmigo era tan atento. - Se decía sin poder evitar verse asaltada por los celos pese a que se esforzaba en creer que solamente  eran su orgullo de jefa de animadoras y su reputación de chica más popular en el College, los resentidos – En fin, ahora tengo cosas más importantes que hacer.
                                                                                                                
            Dejando aquellos temores de lado se unió por fin a la clase y siguió el resto del entrenamiento. Cuando todas terminaron, las chicas felicitaron a Connie.

-Es difícil seguir tu ritmo.- La halagó Susy.- Estás realmente en forma.
-Gracias, entrené mucho de pequeña.- Comentó Cooan, añadiendo.- Hice danza y algo de artes marciales.
-Uy. ¡No os metáis con Connie, que os dará una patada en vuestros duros traseros!- Se rio Serena.-

            Las demás chicas la imitaron, incluida la aludida. Fue April quien comentó divertida, posando sus manos sobre los hombros de su ahora algo ruborizada compañera.

-¡No digas tonterías! No he conocido a una chica más dulce y más maja que Connie.

            La interpelada sonrió con cara de circunstancias y algo de vergüenza. ¡Si sus amigas del grupo de animadoras la hubieran conocido hace unos años!

-He cambiado mucho, desde luego, y me alegro de que haya sido así.

            Aunque a veces no estaba segura de si había realmente variado su forma de ser cuando fue purificada o esta se vio afectada en Némesis cuando fue expuesta a la energía oscura. ¿Cómo era ella realmente?, quería pensar que su verdadero yo era este, el de una dulce y afable chica universitaria que quería mucho a sus hermanas y a sus amigas. En esas reflexiones estaba cuando escuchó la aprobatoria voz de Melanie que se acercaba  al grupo dirigiéndose a ella.

-¿Sabes que eres una estupenda entrenadora? Contigo tendremos una preparación muy superior al resto de las animadoras de cualquier universidad rival.- Le aseguró enarbolando una convincente sonrisa. -
- Muchas gracias - Sonrió Cooan secándose el sudor con una toalla que traía en su bolsa de deportes. -
- Oye, tengo curiosidad. - Le inquirió su interlocutora sólo para darle conversación. - ¿De dónde has dicho que es esta técnica?
- Del santuario Hikawa.- Recordó la muchacha no sin nostalgia. - Le llamé Dojo como una especie de broma. Dojo significa algo así como gimnasio en tu idioma, no exactamente eso, pero se le podría traducir así.- Explicó orgullosa. - Fue una técnica que puse a punto con la ayuda de unas buenas amigas.
- Ya veo. - Asintió Melanie que cambió sutilmente de tema dirigiendo el timón de la charla hacia donde le interesaba. - ¿Y tu hermana no participa en estas clases?
- Bueno, ella está preparando ahora la competición de ajedrez. - Le respondió Cooan. - Será dentro de unas horas cuando comiencen las primeras partidas. Vamos a ir a verla todos, ¿te vienes? - Le ofreció con gesto amistoso, añadiendo en extensión al resto.- Bueno, todas vosotras estáis invitadas también.
-No puedo, tengo que ir a la biblioteca.- Se disculpó Susy.-
-Yo he quedado, pero gracias. Deséale mucha suerte a tu hermana.- Dijo April a su vez.-

            Las demás chicas se excusaron de un modo u otro. Y se despidieron dejando a solas a Cooan con su capitana. Al fin ésta declaró a su vez de un modo bastante sincero.

- Eso del ajedrez me aburre mucho. Pero gracias de todos modos.

            Y desde luego que no iba a perder su tiempo yendo a ver a esa pánfila. ¿Quién en su sano juicio iría allí a quedarse dormido? Pensaba con regocijo, aunque eso no se lo iba a decir a su ingenua interlocutora.

-¡Pues hasta Roy ha prometido ir!- Se rio Cooan entonces para comentar. - Dijo que no entendía mucho de eso pero que tenía ganas de ver a mi hermana compitiendo. Y tendrías que ver a Bertie delante de un tablero. ¡Podría estar durante horas enteras!

            Si Melanie no hubiera disimulado, el vuelco que le dio el corazón podría haberse visto reflejado en su cara. Pudo controlarse lo suficiente como para decir con forzada amabilidad.

- Bueno, puede que pase luego a saludar a tu hermana, ya sabes, para darle ánimos. Aunque no creo que se permitan animadoras en una de esas partidas.
-¡No! Al menos no para animar. - Rio Cooan ajena a los verdaderos pensamientos de su compañera. - Sería demasiado bullicioso.

            Todavía recordaba la vez que fue junto con las chicas para animar a Ami, que jugaba precisamente contra su hermana Bertie, en la última misión de esta en la Luna Negra. Usagi comenzó a cantar y a agitar esa pancartitas provocando que todos en la sala la mirasen. Las mismas chicas y ella se ruborizaron hasta las orejas.

-¡Ja, ja! Menos mal que Rei le quitó  esas tablitas.- Rememoraba con expresión risueña.-
-¿Te ocurre algo?- Inquirió Melanie mirándola con estupor.-
-No, perdona, estaba acordándome de una queridas amigas mías. Sobre todo de una de ellas que era muy ruidosa animando.- Replicó jovialmente su contertulia.-
- Ya, en fin. Ahora tengo que dejarte. - Se disculpó su jefa de grupo marchándose de allí mientras su interlocutora recogía el resto de su equipo.-
- Adiós. Espero verte por allí. - Se despidió cándidamente Cooan sin que su compañera la escuchase ya.  -
- ¡Maldita perra! - Mascullaba Melanie hirviendo de ira -  ¡Te has pasado de lista conmigo y te vas a arrepentir!

Y no es que creyera que Connie se había reído de ella, no. Esta era tan cándida que posiblemente le había contado todo eso con la mejor voluntad y era ajena por completo a lo que sucedía. De hecho, estaba claro que bebía los vientos por Roy. Y eso era precisamente lo que Melanie quería. De existir el más mínimo indicio de romance entre él y esa sosa, Connie sería la primera en delatarlo. Al menos pudo comprobar con visible satisfacción como el resto de las animadoras se negaron, educadamente eso sí, a presenciar esa partida. Todas sabían lo que ella pensaba de esa japonesita ajedrecista. Y a ninguna se le iba a ocurrir contrariarla.

-Y se lo voy a decir ahora mismo.- Pensaba la jefa de animadoras rechinando de ira.-

Beruche por su parte que se había unido al club de ajedrez desde el principio del curso  muy pronto destacó por su buen nivel. Ello la llevó a ser seleccionada. De hecho Hank Willians, desde hacía unos días tras reponerse de aquel incidente, según le comentaron Tom y Roy cuando el muchacho despertó en el suelo con ellos a su lado, no dejaba de pensar en ese torneo. Estaba muy preocupado por ese campeonato y por obtener la victoria. El chico recordó ver a sus compañeros junto con Bertie y su hermana, allí, agachados a su lado y mirándole con preocupación.

-¿Estás bien?- Inquirió Roy.-
-Sí, bueno, no sé que ha pasado. ¿Qué hago aquí?- Quiso saber él.-
-Has debido desmayarte.- Conjeturó Tom.-

            Y entre este y Roy Malden le ayudaron a levantarse. Hank se notaba bien y su inquietud era mayor a causa del inminente torneo que por su desmayo. Así le dijo a Bertie.

-¿Estarás lista para participar? El torneo será en un par de semanas.
-Claro que sí, no te preocupes.- Le sonrió amablemente esa chica.-

            Lo cierto es que era realmente guapa, bueno, de las del tipo que nunca se fijarían en él. Y según se comentaba en el campus, Roy ya la tenía como “materia reservada”, al menos ese era el eufemismo que se usaba cuando un chico y una chica comenzaban una relación o estaban liados.

-Una pena, una chica tan lista y tan estudiosa, perdiendo el tiempo con ese gigoló.- Pensó con evidente frustración. – Otra más en su lista.

            Y pese a no verla durante bastantes días debido a las prácticas que tuvieron no perdió la paciencia. Ayer mismo la muchacha había acudido al club de ajedrez.  Estuvo jugando contra un par de compañeros a los que venció con bastante rapidez. El mismo Hank quiso desafiarla a una partida.

-Espero que así te ayude a entrenar.- Argumentó al proponérselo.-

            Y ella aceptó de buena gana. Preguntándole con bastante cortesía al muchacho.

-¿Qué piezas prefieres?
-Bueno, jugaré con las negras para que practiques la ofensiva.- Repuso él.-

            Así fue, Bertie comenzó con la apertura Ruy López, moviendo peón de rey e4. Hank respondió con peón e5 enfrentando su pieza a la de ella, la chica no tardó en sacar su caballo a c3 para amenazar el peón de Hank y él replicó con su caballo a c6, para hacer lo propio. Bertie sacó su alfil a b5 amenazando asimismo el caballo de su oponente.

-Estamos muy equilibrados.- Afirmó él.-

            Al menos eso parecía porque al cabo de unos pocos movimientos ella le había tomado ventaja táctica. Más adelante, tras perder una torre y tener seriamente comprometida su dama, Hank no tuvo más remedio que rendirse.

-¡Eres realmente increíble!- La alabó sin reservas, para sentenciar.- ¡La mejor jugadora que he visto nunca!

            Y esa muchacha se sonrió de forma deliciosa para mover la cabeza y replicar.

-No has visto jugar a mi amiga Ami. Apenas soy capaz de ganarle alguna partida muy de vez en cuando.
-¡Ojalá viniera y fichase por nuestro club entonces!. Con ella y contigo seríamos campeones.- Sentenció él.-

            Su interlocutora le obsequió con esa cantarina risa suya que realmente dejaba prendado a cualquiera. Hank apenas pudo evitar suspirar. Esa muchacha lo tenía todo, belleza, inteligencia, era sencilla y amable. ¡Qué lástima que tuviera tan mal juicio para elegir a ese guaperas de Malden como novio!

-Está claro que no es para mí.- Se dijo con pesar.-

Ahora, volviendo de esos recuerdos, se afanaba en ultimar los preparativos. La Golden organizaba un torneo contra otras universidades y ella era una de las encargadas de abrir el campeonato. Su rival era una chica muy inteligente y buena ajedrecista. Hank había quedado con Bertie para contarle cosas de su contrincante.

-Se llama Sophie Vólkova. Es una chica de origen ruso. Vino a estudiar de intercambio como tú. Desde pequeña su padre la ha preparado muy bien. Ha ganado ya varios campeonatos en los Estados Unidos. Es una gran admiradora de Gary Kaspárov. Suele utilizar muchas de las partidas de ese gran maestro como referentes en su juego. – Y le contó todo eso, apoyándose en un dossier de fotos de aquella joven muchacha de cabello rubio y ojos azules. Tenía una cara redondeada, aunque en conjunto era atractiva.

-Vaya. Estaré encantada de jugar con ella.- Declaró Bertie estudiando ese dossier con interés en tanto admitía.- Kaspárov también es uno de mis grandes maestros favoritos.
-Pues Sophie es hija única y durante su infancia en Rusia tuvo que estar sola mucho tiempo, mientras su padre la dejaba para ir a trabajar. Perdió a su madre siendo muy pequeña.- Le contó Hank.-
-Lo lamento.- Musitó Bertie bajando la cabeza.-

La joven pensó que quizás tenía en común más cosas con esa chica que su muta admiración por aquel campeón mundial. Bertie fue separada de sus padres siendo muy niña. Lo mismo que Cooan y sus otras dos hermanas. Incluso, en cierto modo también le recordaba a Ami. Su amiga creció sin apenas ver a su padre cuando este se marchó a recorrer mundo tras separarse de su madre, la doctora Mizuno.

-Jugando al ajedrez con alguien puedes saber muchas cosas de esa persona.- Le comentó a su interlocutor.-
-¿Sí? ¿Cómo cuáles?- Quiso saber él.-
-De su manera de ser, si prefiere atacar con decisión o ser precavido, de la pasión que pone en las cosas.- Le citó ella a modo de ejemplo.-

            Hank recordó esas palabras, desde luego Bertie las pronunció con voz queda y muy reflexiva. Parecía saber muy bien de lo que estaba hablando.

-Seguro que ganará.- Pensó.-

            Y se fue de camino hacia la sala de ajedrez, aunque antes se topó con un grupo de chicos , como no, acaudillados por ese chuleta de Malden. Estaban en corrillo y al parecer miraban algo con interés y se reían…

-¿Qué estarán haciendo?- Se dijo con curiosidad acercándose hasta ellos.-

Aunque tanto Hank, como Roy como el resto eran ajenos a que sus enemigos no descansaban. En la guarida de la secta el Gran Sabio había convocado a los tres maestres para una nueva y diabólica invocación. En esta ocasión él mismo se dirigió a las potencias infernales asumiendo el llamado...

-¡Oh, Gran Maestro y señor de la Nada!, envíanos a uno de tus ángeles guardianes para ayudarnos en nuestra  misión.

            Tras esas palabras del Gran Sabio, una densa nube de humo cubrió la estancia. Justo en el centro de un pentáculo invertido dibujado en el suelo, surgió una figura que, poco a poco, fue tomando forma. De ella se escuchó una voz grave y lúgubre cuando la silueta se hizo apreciable.

- Para no asustaros he venido en forma humana. Mi nombre es Valnak, soy capitán de la Horda del cuarto círculo Infernal. Y ahora decidme - interpeló con brusquedad paseando una fría, maligna e indolente mirada entre ellos. -¿Qué es tan importante como para que tengáis que llamarme a este aburrido mundo mortal?
-¡Oh, gran señor!- respondió uno de los maestres sumisamente arrodillado ante él. - Hemos tenido problemas para reactivar a uno de nuestros demonios aquí, en la Tierra. Todos los que enviamos antes que tú han fracasado.
- Es por eso que, con tu ayuda, esperamos lograr al fin nuestro objetivo.- Añadió otro de los maestres con un tono muy servil. -
-¿De qué demonio estamos hablando?- Inquirió Valnak con bastante interés mientras el humo se disipaba y le hacía por completo visible.-

Su aspecto era el de un hombre normal, alto y rubio, pero con ojos color rojo sangre. Ataviado con una armadura negra con una capa del mismo color. Dos tridentes entrecruzados se marcaban en color rojo fuego sobre cada uno de sus hombros, distintivos de su rango avernal.

- De Armagedón, señor,- respondió el otro maestre conjeturando. - Creo que tú le conoces.
-¡Claro que sí, es mi camarada! , es muy poderoso, tiene mi mismo rango y un cuerpo con una inmensa fuerza potencial. Si logro reactivarle obtendré un ascenso. Además, se lo prometí y esa es una promesa que sí quiero cumplir. - Sonrió complacido declarando con mucho mejor humor. - Habéis hecho muy bien en llamarme a mí. Le conozco mejor que nadie.

            Entonces intervino el Sabio que había estado escuchando al margen del grupo.

- No te olvides Valnak que he sido yo el que te ha invocado. No lo he hecho para que te luzcas, sólo para que cumplas con tu misión y hagas lo que yo te ordene.
- Vaya, Gran Sabio - replicó el demonio haciendo una marcada reverencia como si le descubriera ahora por primera vez allí, aunque no había sido ajeno a su presencia en realidad. - Me alegra volver a verte. ¿Cuándo quieres que comience con mi tarea?
-¡Cuanto antes mejor! No tenemos demasiado tiempo.- Sentenció éste con apremio. -
- Llamaré a uno de mis demonios, ¡Palizar manifiéstate ante mí! - gritó invocándolo con un gesto. Atendiendo a su requerimiento se materializó al instante una silueta de ojos rojizos tomando forma de sátiro de la antigua mitología Griega. - Ya has oído, ve y comienza el ataque, yo iré enseguida. - Le ordenó. -
- Como tú dispongas, mi señor.- Contestó el demonio que se arrodilló sumisamente ante Valnak y desapareció. -

            En la universidad Bertie salió de su cuarto rumbo a la sala de juego. Con una carpeta de apuntes sobre posibles estrategias bajo el brazo. Agradecía a Hank toda esa información sobre su rival con la que la había provisto.

-No puedo descuidarme ni por un instante contra ella. A juzgar por sus resultados.- Se decía.-

Iba bien mentalizada para no quedar en mal lugar y deseosa de comenzar la partida, pero Melanie la estaba esperando en una esquina por la que sabía que tendría que pasar. La rubia se cruzó altivamente en su camino y Beruche, no sospechando nada de particular, la saludó.

- Hola Melanie.- Iba a seguir su camino como si tal cosa cuando ésta la sujetó suave pero firmemente por un brazo.
-¿Vas a jugar?- Le inquirió con retintín. -
- Sí, ahora mismo iba a la biblioteca. - Le informó la interpelada sorprendida por esa forma de abordarla. -
           
            La animadora clavó sus ojos en ella y la observó desafiante, no sabía andarse por las ramas así que fue directa al grano.

- Será mejor para ti que te ocupes sólo de tus asuntos, ya sabes, los estudios y el ajedrez.
- No comprendo a qué te refieres. - Le replicó su interlocutora, desconcertada pero sin desviar la mirada. -
- Sí que lo sabes. Recuerda lo que hablamos hace tiempo. - Le apuntó Melanie con una falsa calma. -No soy tan rebuscada como tú así que te lo diré claramente.  “I hate goody- two- shoes like you”.  - Espetó con un modismo que su interlocutora no captó.-  Aunque el mensaje estaba claro cuando amenazó sin tapujos. – Y odio todavía más a las hipócritas. No te acerques a Roy o te las verás conmigo, japonesita. ¿Estamos?

            Beruche se indignó sobremanera al escuchar aquel ultimátum ¿Quién demonios se creía que era esa estúpida para hablarla así?

- Roy y yo somos amigos. - Declaró cruzándose de brazos y añadiendo con su falso tonillo burlón que sólo gustaba emplear para atacar de modo sarcástico. - Si tú quieres ver algo más es tu problema, guapa. ¿Y sabes una cosa? Ya me tienes harta con los aires que te das. En vez de decirme eso a mí deberías hablar con él. Puede que no le intereses y de eso no tengo yo la culpa, creo que es cosa solamente tuya.

            Aquello dejó sorprendida a su interlocutora y sobre todo la sacó de sus casillas, ¡así que esa modosita empollona se rebelaba! Realmente no era tan mojigata como aparentaba. Seguramente actuaba así pensando tener a Roy en el bote...

-¡Eres una ingenua!- Le escupió Melanie con desdén y rabia. - Pero en algo tienes razón, ¡es cosa mía! Y te voy a demostrar que Roy tiene ciertas necesidades que tú no podrás atender. Al menos con tu ridícula moralidad. No tardaré en tenerle a mi merced. ¿O es que quizás hablas tan convencida porque ya te has dejado probar por él? ¿Crees que así harás que se enamore de ti? No te confíes. - Martilleó sin piedad. - Él se ha liado con muchas. Pero al final siempre regresa conmigo.

            Beruche trataba de mantener la calma aunque de buena gana la habría estrangulado. Sin embargo, eso era lo que aquella zorra quería. Mejor contenerse, además había una partida de ajedrez que debía jugar. Tenía que estar serena. No iba a caer en su trampa. Así que se limitó a decir.

- Ya veremos. Aunque yo que tú no me jactaría tanto, podrías llevarte una desagradable sorpresa.

            Melanie se sonrió maliciosamente y no replicó, sólo apartó a su polemista de un empellón y se alejó por el pasillo.

Sin imaginarse el enfrentamiento organizado por su causa, Roy estaba rodeado de un grupo de amigos. Antes de acudir a presenciar la partida de Bertie aprovechó para reunirse con ellos y todos charlaban divertidos ojeando una revista erótica que uno había metido de tapadillo. Roy, haciéndose con ella, comentaba jocoso entre las risas de sus compañeros.

-¡Esa tía está buenísima!, ¡qué tetas! ¡Guau! , mirad. Y esa otra - señalaba algunas fotografías de mujeres desnudas y desplegó el característico poster central a gran tamaño para regocijo del resto. ¡Uff! , esto te alegra el día y además me recuerda algún que otro chiste de mujeres. Escuchad - todos se juntaron para oírle bien. -

En ese momento, Bertie le vio y se acercó hacia él, olvidándose del altercado con Melanie. Quería recordarle el sitio a donde debía ir, no se fiaba que estuviera al tanto y se aproximó justo a tiempo de escucharle...

- ¿En qué se parece una mujer a un barco? - Todos le miraron con expresión curiosa esperando a que se respondiera a sí mismo. - ¡En que el barco tiene escotilla y la mujer cotilla es! ¡Ja, ja! - Coro de risotadas del grupo, lo que animó a Roy a contar otro chiste. - ¿Qué es una hoja de papel doblado para una mujer?- otro silencio expectante y el chico contestó casi sin poder aguantar la risa - ¡Un puzle! Ja, ja, ja - otra vez carcajada general que celebraba el chascarrillo. -  Van dos tíos y uno le pregunta a otro. ¿Cómo está tu mujer? Y el otro le responde. ¿Comparándola con quién? Beruche escuchaba sin poder ocultar su disgusto, pero Roy, ajeno a eso, siguió contando más. - ¿En qué se parece una mujer a un globo?....
-¿En qué, en qué?- inquirió curioso un compañero, ansioso por escuchar la respuesta. -
-¡En que el globo tiende a subir y la mujer sube a tender!.. Ja, ja, ja.

            Más risas que se fueron extinguiendo a medida que los chicos reparaban en la presencia de Bertie. Excepto Roy, pues ella se había colocado intencionadamente a sus espaldas. El corrillo se fue abriendo dejándola pasar, mientras el objetivo de la chica, ajeno a todo, iba a contar otro chiste.

-¿Por qué las mujeres tienen sólo cuatro neuronas?...
-¿Por qué?- Preguntó Beruche con retintín -.
-¡Una para cada fuego de la cocina!, ja, ja, ja…- el tono del muchacho pasó de una divertida risotada a un apagado murmullo cuando reconoció al fin la voz de su compañera -...Je, glup...- se giró despacio con una sonrisita estúpida para enfrentar una reprobatoria y dura mirada. - Hola Bertie, ¿cómo tú por aquí? ¿No ibas a la biblioteca a jugar al ajedrez?.
-¿Yo? ¿A la biblioteca?...¿para jugar al ajedrez? no puedo Roy, recuerda que sólo tengo cuatro neuronas en el cerebro. – Replicó ésta con ácida ironía. -
-¡Sólo era un chiste mujer! , no te lo tomes tan a pecho. – Pudo tratar de argumentar en tanto miraba a los senos de ella que definían con claridad el canalillo entre ellos al final del escote y se apresuró a rectificar. - Quiero decir que no te lo tomes en serio.
- Vaya - dijo Bertie con una fingida voz aterciopelada. - Qué políticamente correcto te has vuelto de repente ¡Así que nos parecemos a los globos! ¿Eh? Esa es la impresión que tienes de nosotras. ¿Eh Roy?
- Era sólo un chiste, para pasar el rato - se defendió él aún con una patética mueca de sonrisa dibujada en la cara. - No es para tanto.
-¡Es verdad, tenías que haber escuchado otro chiste que contó ayer! ¡Ese sí que era fuerte! - Intervino un compañero algo metepatas. - (Más bien bastante metepatas).
-¡No, no, si no te va a gustar, no tiene ninguna gracia! – se apresuró a contradecirle Roy bastante asustado. -
- Eso ya lo decidiré, yo - le calló Beruche, que con un gesto invitó al compañero de su agobiado contertulio a contárselo, ante el horror de éste y los otros congregados. -
- Bueno, pu, pues - tartamudeó el muchacho que parecía dudar mientras a todos los demás les recorrían numerosos gotones de sudor haciendo ostensibles gestos faciales para que no continuara hablando. – Esto…es uno que dice…

            Roy y los demás trataron desesperadamente de hacerle callar usando además las manos que movían ondulantes a un lado y a otro con visible acongojamiento. Desgraciadamente el individuo en cuestión no reparó en ello y acabó por rematar la situación, al  ser inquirido  nuevamente por Bertie con una fingida amabilidad y buen talante.

-¿De qué chiste se trata? A mí puedes contármelo, no me enfadaré contigo por una broma. - Le concedió ella. –
- ¿No?- Inquirió el dubitativo muchacho que seguía sin reparar en los ostensibles gestos que Roy hacía a espaldas de la chica para que cerrase el pico. –
- Te lo prometo – le sonrió cándidamente su interlocutora. -
- Bueno- cedió aquel chico aliviado para desvelar -  pues es el del paracaídas, ese que dice que en que os parecéis las mujeres a un paracaídas.- Roy hacía desesperados gestos hasta con los ojos y esbozaba la mueca del “Noooo” en su cara, para que se callase pero no tuvo ningún éxito puesto que el chico remachó. - ¡En que si no os abrís no valéis para nada! Ese sí que es algo incorrecto, pero tiene mucha gracia. Ja, ja - reía aquel tipo - ¿lo pillas, verdad?

Mientras a Roy le entraban ganas de estrangularlo, pensando que, cuando Bertie le agarrase a él, le ocurriría lo mismo.

- Sí, sí que lo pillo…Ya veo, muy gracioso. - Musitó ella con tono pretendidamente desapasionado. -
- ¿No estás enfadada?- Inquirió aquel chico con prevención. -
- Te prometí que no me enfadaría contigo, ¿no?- Replicó ella con un tinte de voz bastante amable para sentenciar. - Yo mantengo mis promesas.

            Beruche esbozó a ese chico una media sonrisa bastante sarcástica a la vez que declaraba dirigiéndose calmosamente a Roy.

- Tenías razón en una cosa con lo de los chistes.
-¿Ah sí?- Repuso éste pensando aliviado que la muchacha no lo había tomado tan a mal como creía. - ¿Te refieres a que sólo son bromas para divertirse? ¿Ves? ¿A que no era para tanto?- Preguntó esperanzado. -

            Pero Beruche moviendo la cabeza de un lado para otro con lentitud contestó sin perder aun ese falso aplomo.

- Me refiero a que no tienen ninguna gracia.

            Y acto seguido, poniéndose de puntillas y con ambas manos, golpeaba a Roy en la cabeza con su carpeta al grito de.

-¡Imbécil!..
-Pero si dijiste que no estabas enfadada. – Pudo replicar quejumbrosamente él,  aun agachado tras semejante carpetazo. –
-No – le corrigió ásperamente ella para recordarle. - Dije que no iba a enfadarme con tu compañero. Contigo es una cosa bien distinta. - Arreció la muchacha que ya estaba dando rienda suelta a su japonés natal para agregar visiblemente indignada.-  ¡Anata wa Hitoriyogari, dansei yüetsu shugi-sha, orokana! ¡Anata wa buta des!

Después se giró alejándose de allí, mientras decía en voz alta y recuperando un tono formal y desapasionado. En tanto su interlocutor la observaba con ojos como platos al igual que el resto.

- Vas a necesitar algo más que un paracaídas para aprobar el próximo examen sin mis apuntes. Claro que, siempre puedes pedírselos a alguno de tus amigos. Esos que tienen tantas neuronas.

            Todos los muchachos agitaron la mano resoplando. ¡Vaya un carácter! Roy siguiendo su marcha con una mirada atónita, fue tras de ella instantes después, alcanzándola con pasos rápidos mientras trataba de disculparse.

-¡Si sólo es una broma, mujer!, entre chicos ya sabes lo que pasa. No te lo tomes así, glup - se volvió hacia el bocazas del grupo siseándole con el puño en alto y mirada asesina que amedrentó al tarugo en cuestión incluso desde la lejanía.- ¡Ya hablaremos tú y yo, capullo!- Le espetó y de nuevo se centró en Beruche que seguía andando impasible y volvió a suplicar. - ¡Espera por favor! , glup...

            Hank había presenciado aquello a unos metros de distancia sin intervenir. Le pesaba y le enfadaba que ese idiota hubiera hecho enojar a Bertie de esa manera. Ella no se merecía eso, y menos ahora que estaba a punto de jugar. ¡Ojalá hubiese podido ir tras de ella y decirle que no todos los chicos eran como ese!. Aunque siendo el mismo Roy quien había ido siguiéndola no se atrevía a ir.

-Espero que ella le vea por lo que realmente es.- Se dijo suspirando resignadamente en tanto el corrillo de los otros muchachos se disolvía. - Bueno, tengo que ir a recibir a Sophie.

Mientras tanto, el demonio se había introducido en el vestuario de las chicas. Entró en las duchas y desmaterializándose en una neblina esperó pacientemente a que llegase alguna presa. Y fue precisamente Melanie la que se acercó hasta allí. Todavía estaba sudada después de entrenar y no había tenido tiempo de ducharse y cambiarse.

-Hola Mel.- La saludó April que estaba ya secándose.-

            Le sorprendió ver que su capitana ni le dirigía la mirada y menos todavía la palabra. Melanie se desnudó con rapidez. Pocas veces la había visto tan enfadada, aunque eso no evitó que se recrease en mirarla. Al menos tenía una privilegia posición. Como su segunda y amiga de confianza, podía ver que algo le pasaba. Sin embargo, la conocía lo suficiente como para darse cuenta de que no era buen momento de preguntarle. La recién llegada se metió en una de las duchas y abrió el agua que comenzó a correr…

-Quizás cuando salga esté más calmada. Esperaré.- Pensó la muchacha.-

            Aunque a los pocos instantes vio algo muy extraño. Una especie de humareda negrizca flotaba cerca del techo.

-¿Qué es eso?- Se preguntó entre atónita y preocupada.-

            Y llegó a asustarse cuando aquello se metió en la ducha que su compañera estaba ocupando.

-¡Mel, cuidado!- Le chilló, aunque ésta no dio la impresión de oírla.-

Y es que la capitana de animadoras solamente pensaba en su encontronazo. Cansada y todavía rabiosa por su encuentro con la japonesa se había desnudado con celeridad, sin prestar atención a su segunda, se metió en la ducha abriendo el agua y se entregó de pleno a esa relajante descarga para rebajar su adrenalina...

-¡Maldita zorra! – Pensaba en alusión a Beruche.- Se va a acordar de quién soy yo…

            Pero Palizar estaba presto y se precipitó sobre ella penetrando en oleadas de vapor a través de su boca. La actitud negativa de Melanie y su enfado hacia Bertie, le habían atraído como un potente imán y pudo dominarla sin contratiempos. Su víctima notó como algo en su interior trataba de poseerla, se resistió pero fue inútil. Al cabo de unos segundos y acariciando libidinosamente su recién adquirido cuerpo, el demonio salió de la ducha, sin siquiera ponerse una toalla, dejando que las gotas de agua resbalasen por los pechos y el abdomen de esa hembra humana…

-Mel, ¿estás bien?
-Mejor que nunca.- Susurró la interpelada con tono entre divertido y sarcástico, para dirigirse a esa chica y declarar.- Con este cuerpo no creo que se me resista. ¿No crees?
-¿Qué? ¿A qué te refieres?- Pudo preguntar la estupefacta April.-
-Dime, ¿te gusto? -Inquirió su contertulia aproximándose hasta ella hasta ponerse casi pegando sus senos en su atónita amiga.- Vamos. Dímelo. Quiero saber si se sentirá atraído por mí.
-¿Quién?- Fue capaz de preguntar la muchacha apartándose a duras penas.-
-Roy Malden, por supuesto.- Repuso Melanie.-
-Sabes muy bien que eres la chica más popular de la universidad. Y que Roy…, bueno, tú y él…en fin, Melanie.- Suspiró su contertulia queriendo hablar con su amiga con más calma.- Esto no es propio de ti. Por favor, no te humilles de este modo delante de él, no se lo merece.

            April se sentía incómoda. ¿Qué estaba haciendo Mel? Y lo que la dejó todavía más descolocada fue que su amiga comenzó a querer acariciarla a ella en lugares más que comprometidos en tanto le susurraba.

-¡Sé que te gusta este cuerpo! Aunque seas una hembra. Puedo percibirlo.
-¿Pero se puede saber qué estás diciendo?- Exclamó la chica apartándose de ella como un resorte para añadir indignada.- Como broma ya está bien
-Perdona.- Se sonrió su amiga que se dio la vuelta.-

            April jadeaba todavía presa del susto en tanto Melanie se vestía. Aunque lo que la dejó sin aliento fue verla salir de los vestuarios. Justo antes de hacerlo su amiga la miró, y sus ojos refulgían de un color rojizo muy extraño.

-Ha tenido que irritárselos con el champú.- Se dijo tratando de calmarse.- Claro, eso será.

            También quiso pensar que, en cierta medida, había desahogado con ella su frustración al verse rechazada por Roy…

-Será mejor que le avise cuando le vea. No sé de lo que Mel podría ser capaz. ¡Jamás la había visto así!

Y entre tanto el demonio salió con prisa para cumplir con su misión.

- Espero encontrar a ese humano pronto. - Se dijo con una media sonrisa diabólica. -

            Roy siguió a Beruche por todo el pasillo hasta llegar a la puerta de la biblioteca. Entraron y ella se refugió en la sala todavía vacía. Él trató de pasar pero la chica le dio con la puerta en las narices, insensible a cualquiera de sus súplicas, aunque éste se reiteraba en protestar desde fuera.

-¡Nunca he visto a una chica tan insensible como tú! ¡Ni con tan poco sentido del humor!, ¡así nunca vas a ligar con nadie, eso te lo aseguro!...

Al final, cansado de insistir, se marchó andando con la cabeza gacha y preguntándose cómo haría para conseguir unos apuntes decentes además de lamentar el incidente. Sería mejor no presenciar la partida para no desconcentrarla y que le culpase encima si perdía.

-Ésta chica puede llegar a ser muy cabezota.- Se decía con patente resignación.-

             A su vez Beruche estaba enfadada y molesta. Aunque por otro lado, se había excedido. A fin de cuentas Roy tenía razón en que esas cosas eran comunes entre los chicos. Era ella la que había invadido ese contexto y no podía quejarse. Incluso recordaba cómo sus hermanas y ella misma criticaban a los hombres. ¡Y no digamos cuando quedaban con las guerreras y mantenían ese tipo de conversaciones! Pero la reciente disputa con Melanie le había caldeado el ánimo y se había pasado. Suspiró arrepentida. Sería mejor salir y hacer las paces o el remordimiento la atosigaría durante la partida. Su rival no tardaría en llegar, pero le quedaba aun media hora. Tiempo más que suficiente. Salió de la sala y se fue a buscarle.

-¿Roy?- Vaya, ¿a dónde habrá ido ese botarate?- Se dijo en tanto miraba por el pasillo.-

Su compañero a su vez se dirigió al pabellón de baloncesto y se sentó en uno de los bancos, lamentando la mala suerte que había tenido. ¡Ahora que las cosas comenzaban a ir bien entre ellos! Suspiró resignado, ya trataría de arreglarlo. Entonces vio a Melanie aproximarse hacia él, parecía contenta y le saludó con una voz más melosa que de costumbre.

- Hola Roy...creía que estabas en la partida de Beruche.
- No, aún es temprano.- Negó él sin ganas de contar lo sucedido. - Además tengo que estudiar para el examen. - Respondió cariacontecido de sólo pensar en ello. -
- Pues yo tengo muchas ganas de hacer ejercicio. Estoy muy pero que muy caliente y necesito algo que me descargue de adrenalina. - Le susurró ella mientras una de sus manos recorría el cuello de Roy bajando peligrosamente hacia su espalda. Él se apartó bastante sorprendido. Melanie se estaba pasando, incluso para lo que era normal en ella. - Ni siquiera la ducha me calma - continuó  con voz lasciva - quizás si alguien me acompañase a mi habitación...
- Es que me preocupa mucho el examen y tengo que ir a ver el torneo de ajedrez. - Trató de disculparse él -
- Yo te ayudaré - sonrió pérfidamente la chica besándole en el cuello. - Vente a mi cuarto y ya verás cómo te olvidas de eso. Ajedrez, ¡menuda tontería desprovista de toda emoción! El alma sólo puede satisfacerse a través del goce carnal. Y yo soy experta en eso...

            Roy estaba bastante sorprendido. Melanie no parecía ella, hablaba de modo muy extraño, era una sensación incómoda. Encima le estaba acorralando en una esquina. Cuando, tratando de zafarse, el muchacho se había puesto en pie, ella se abrazó a él y casi saltando encima le besó pasionalmente antes de que pudiese darse cuenta. Justamente entonces Beruche, que incluso se había estado riendo por el camino recordando la cara del pobre chico cuando le dio con la carpeta, fue a buscarle a la cancha. En ese momento estaba desierta de más gente, quería hacer las paces y presenció ese beso creyendo que se trataba de algo bien distinto de lo que ocurría en realidad. Las palabras de la jefa de animadoras martilleaban su cabeza, estaba claro que ella tenía razón, le conocía bien y él había caído en sus redes con pasmosa facilidad. Sorprendida e incluso herida sin saber por qué, se dio media vuelta y se marchó, pero el chico la vio y librándose como pudo del abrazo pegajoso de Melanie trató de detenerla con su llamada.

- No es lo que parece, ¡espera por favor, déjame que te explique!
-¡No dirás que la prefieres a ella antes que a mí!- Escupió su acosadora de forma muy siniestra, asegurando - ¡yo puedo darte placeres que esa estúpida no podría ni soñar!
-¡Déjame Melanie, no está la cosa para bromas! - Le pidió él apartándola.-

Sin embargo, ella le sujetó un brazo y con una fuerza sobrehumana le empujó contra una pared a la vez que el tono de su voz se hacía gutural y siseante y sus ojos brillaban rojizos.

- No tan deprisa, ¡tú no te mueves de aquí! ¡No te dejaré escapar, humano!
-¿Quién eres tú?, ¿no eres Melanie, verdad?- gritó Roy con gesto descompuesto por la sorpresa y el temor. -
-¿Es que no te gusta el cuerpo que he elegido? - Le inquirió cínicamente el demonio. - Es una lástima porque podríamos pasarlo muy bien los dos.
-¡Maldito bastardo, eres uno de ellos!...- repuso el muchacho fuera de sí. -  ¿Qué le has hecho a Melanie? ¡Déjala en paz!
-¡Cómo quieras!- concedió su rival y el cuerpo de la muchacha cayó desplomado al suelo surgiendo de él una densa neblina negra que se materializó en la forma del demonio. - ¡Ya eres mío!- Proclamó aferrando a Roy por el cuello.-

Pero éste se zafó dándole un fuerte puñetazo. El demonio sorprendido, se rehízo no obstante con celeridad y atacó de nuevo, ambos comenzaron a luchar.

            Ajena a eso Beruche, olvidándose del torneo, corría hacia su cuarto con lágrimas en los ojos, diciéndose con una  media voz teñida de sollozos.

-¡Es un cerdo, como me engañó el otro día, sólo me mentía! Eso es lo que hace con todas.- Al fin paró en una esquina y se dominó. Debía serenarse, no iba a permitir que esa zorra la humillase de ese modo y reflexionó con más control-  Soy una estúpida, no sé por qué me pongo así. Es a Cooan a la que más debería dolerle si lo viera. Tengo que hablar con él, aclarar las cosas. A fin de cuentas no debe importarme con quién esté, he actuado como una tonta. No tenemos ningún compromiso y es libre de hacer lo que desee. Además, va a pensar que voy detrás de él. De todos modos es difícil para un chico así cambiar.

Se enjugó las lágrimas y volvió sobre sus pasos. Le sorprendió ver llegar a una de las animadoras compañeras de su hermana, quien le preguntó.

-¿Has visto a Roy? Tengo que decirle algo urgente.
-¿A Roy? No quiero verle en una buena temporada.- Repuso herida todavía.-
-Escucha.- Le pidió esa muchacha.- Sé que tú eres su compañera de banco y que últimamente os estabais viendo mucho. No sé cuál es vuestra relación, ni me importa. También estoy al corriente de que  eres la hermana de Connie. Yo me llamo April Sinclair y soy la segunda capitana de animadoras. Estoy preocupada por Roy, Melanie está muy rara. Podría hacer cualquier cosa. Se siente muy mal.
-¿Qué?- Inquirió Beruche sin comprender.-

            April suspiró dudando sobre si seguir contando aquello, aunque decidió que era preciso para evitar males mayores y le desveló.

-Melanie está muy dolida por el rechazo de Roy. Estuvo muy extraña conmigo en el vestuario. Si la ves o ves a Roy, ten cuidado. Avísale que ella está dispuesta a hacer cualquier cosa por recuperarle.

            Bertie se quedó estupefacta. Quizás hubiera interpretado mal la situación entonces. Pudo dominarse al fin y le dijo a su preocupada interlocutora.

-Gracias, si le veo le avisaré.
-Es mi amiga. No quiero que haga nada de lo que pueda arrepentirse. Y créeme, la chica que vi en los vestuarios no era ella.- Aseguró April.-

            Y dicho esto la animadora se marchó, Beruche por su parte quiso regresar a donde había dejado a esos dos. Trataría de averiguar lo que estaba pasando. Al fin, cuando llegaba a la puerta del solitario campo, escuchó ruidos de golpes y extrañada, miró al interior.

-¿Qué ocurre?- Se preguntó en voz alta.-

            El demonio golpeaba a Roy lanzándole contra un fichero, éste se repuso con mucha rapidez y golpeó a su vez a su sorprendido rival que no se esperaba tanta resistencia. Todo esto fue observado por Valnak que había aparecido tras una parte de las gradas al margen de la atención de los protagonistas del duelo y de la atemorizada Beruche que no sabía cómo ayudar...

- Muy bien Palizar, cumple con tu deber. - Se sonreía el capitán de la Horda. –

            De todos modos Valnak tenía la suficiente experiencia como para saber que eso no resultaría tan sencillo. Aunque quería observar hasta que grado ese humano estaba listo. No intervendría por ahora. Y sobre todo, se fijó en aquella chica cuyo rostro le era muy familiar

-¡Vaya!, esto será muy interesante.- Se dijo.-

            En ese momento Tom y Cooan se habían reunido, los dos se dirigían hacia la biblioteca para presenciar la partida de Bertie, pero al no encontrar a su amigo pensaron que posiblemente estuviera en la cancha.

- Seguro que se le ha pasado, ¡este Roy es un caso!- Comentaba su compañero con aire admonitorio.-
- Aun queda tiempo - Le tranquilizó Cooan. - Le buscamos y ya está. No puede estar muy lejos de aquí.
-¿Y tu hermana?- Creía que ya habría venido.-
-No sé donde estará. No la he visto desde la mañana.- Admitió su interlocutora.-

            Tom iba a replicar cuando escucharon dos sordos golpes que provenían de la cancha. De inmediato corrieron hacia allí uniéndose a un grupo de alumnos que también habían escuchado el ruido pero que no había ido a curiosear para no meterse en líos. Entre tanto Roy, superado por su enemigo, salió corriendo de allí. Tampoco quería que Bertie (a la que acababa de ver llegar), se viese envuelta en aquella pelea. Al abrigo de cualquier curioso entró en una sala contigua perseguido por el demonio. Tom, Cooan y Beruche se reunieron en la cancha y corrieron tras él. Pero Tom tropezó con uno de los múltiples objetos que habían caído al paso de su amigo y Palizar, quedando atrás. Mientras, las hermanas entraban tras el demonio en esa sala. Nada más hacerlo, la puerta se cerró tras ellas de una forma brusca y poco natural. Al otro lado Tom trató de derribarla sin lograrlo, parecía reforzada por una especie de campo de fuerza infranqueable. En el interior las chicas acudieron en ayuda de su compañero atacando al demonio con todos los objetos que encontraron allí. Lápices, borradores y carpetas que arrojaron contra el cuerpo de su enemigo. Palizar, enfurecido y molesto, les amenazaba con chillidos guturales.

-¡Os mataré a todos, miserables! ¡Voy a acabar con vosotros! - sentenció revolviéndose contra las chicas. -

            Su enemigo se lanzó sobre él apartándole de ellas, placándole por las patas, ambos rodaron en el suelo. El demonio le rechazó levantándose furioso y declarando.

- Nadie que ataque a Palizar sale con vida.
-¿Cómo has dicho que te llamas?- respondió Roy con un extraño tono entre burlesco y divertido pese a la apurada situación. - Pali... ¿qué? ¡Vaya nombre más ridículo!
-¡No te burles de mí, maldito mortal miserable, sólo eres un patético humano! - Aulló el demonio lanzándose a por él mientras su rival le esquivaba a la vez que decía con sorna. -
- Sí, ¡pero no me llamo Palizar! ¡Vaya un nombre, ja, ja!...- rio exageradamente para alejar lo más posible al enfurecido demonio de las chicas y continuó provocándole -¡Vamos!, con ese nombre no se te puede tomar en serio. Ven aquí que te voy a  A...palizar.

            El demonio, visiblemente ofendido, le atrapó finalmente agarrándole por el cuello. Al punto sus manos se transformaron en garras. Estaba dispuesto a asestarle el golpe final pero sintió una orden telepática de Valnak.

-¿Qué haces, idiota? ¡Si le causas la muerte tú serás destruido a continuación!

            Asombrosamente para Roy y las chicas, el demonio se controló a duras penas bajando su zarpa mientras siseaba agitadamente...

-¡Tienes suerte de que mi señor te quiera vivo! ¡De no servirle para sus propósitos ya estarías muerto!

            Entonces Cooan, en ese descuido de su enemigo, recitó un conjuro y lanzó contra el demonio un amuleto que le paralizó. Roy aprovechó los esfuerzos de éste por liberarse para soltarse y le clavó una pata de silla haciéndole estallar, apartándose con las chicas tras unas mesas.

-¡Chao Palizar!- Exclamó con sorna mientras el demonio explotaba. -

Una vez disipada la onda de choque fruto del estallido, Roy se incorporó junto con Beruche y Cooan.

- Gracias por ayudarme, Connie. - Jadeó aliviado-
- No ha sido nada. - Le sonrió ella sin querer darle importancia.-
-Y gracias también a ti, cubito.- Añadió con tono reconocido.-

            Bertie iba a decir algo cuando una silueta de rostro irreconocible se materializó en la habitación, era Valnak.

- Muy bien, veo que no estás tan indefenso como parecía. Has acabado con uno de mis mejores demonios anti virtudes. Estoy impresionado.- Declaró con extraña amabilidad burlesca. -
- Así que eres tú quién está detrás de todo esto ¿Quién eres?- Replicó Roy poniéndose en guardia. -¿Qué es lo que quieres de mí?

            La silueta desapareció, pero la voz siguió sonando desde todas partes de la habitación.

- Te quiero a ti, eso está claro...
-¡Ven por mí, si te atreves, te pasará lo mismo que a los otros! - Contestó Roy blandiendo un palo con ademán desafiante hacia todas partes y ninguna. -
- ¡Ja, ja, ja!,- rio su antagonista, divertido.- ¡Pobre estúpido, no tienes nada que hacer contra mí! , no sabes contra quien te enfrentas. Los demonios que hasta ahora has destruido con todo ese trabajo y dificultad, únicamente eran mis servidores.
- Él no está sólo. Somos un equipo.- Intervino Cooan con voz decidida. -
- También tendrás que enfrentarte a nosotras, seas quién seas. - Añadió Beruche uniéndose a su hermana. -
-¡Estúpidas!- escupió aquella voz con manifiesto desprecio. -¿Creéis que hemos olvidado vuestra traición? Sé quiénes sois vosotras y ya me ocuparé de daros vuestro merecido más tarde. ¿Acaso os creíais a salvo aquí?

 Ambas chicas sintieron que un escalofrío las recorría el cuerpo ¿Qué sabía aquel extraño ser de ellas? ¿Quién podría ser?

-¡Atrévete a tocarlas y te mataré! - Amenazó  Roy sin comprender entre tanto a qué podría referirse ese ente.-
- ¡Ja, ja, ja!,- se burló Valnak. - No dirás lo mismo cuando termine mi trabajo contigo. Pero no hay prisa. Por ahora os dejaré vivir un poco más, me encanta divertirme con vosotros. Hasta pronto. - La voz desapareció y la puerta de la estancia se abrió sola como si nunca hubiese estado atrancada. -

            Tom y los demás entraron dispuestos a intervenir pero no había nadie allí más que Roy, las chicas y un montón de desperfectos. A duras penas improvisaron una explicación. Vieron a una rata, o algo parecido entrar allí. La persiguieron pero escapó. Debió de salir por algún agujero. Cuando todos oyeron eso perdieron el interés y se fueron, el muchacho le contó a su amigo la auténtica versión de lo ocurrido. Éste le respondió con determinación.

- Tranquilo, la unión hace la fuerza. No se atreverá contra los cuatro. - Añadió el recién llegado para tranquilizar a sus amigos. -
- No creo que sea tan fácil, son fuerzas que van más allá de nuestra comprensión. - Replicó Roy muy seriamente, para después dirigirse a las chicas con gesto inquisitivo. - ¿A qué se refería cuando habló de vosotras?
- Debió de confundirnos con otras. - Pretextó Cooan con un tinte de voz y expresión bastante nerviosa. -
- Sí,- la secundó Beruche algo más controladamente, cambiando de tema de manera radical con tinte más conciliador. - Oye Roy, perdona, no he sido justa, siento haber dudado de ti. No era para tanto, lo siento
- No pasa nada, Bertie. En cuanto a los chistes tú tenías razón, pero lo que pasó antes con Melanie te aseguro que yo no...- Pero ella le hizo callar levantando un dedo. -
-¿Qué ha pasado?- quiso saber Cooan mirándoles intrigada lo mismo que Tom. -
- Nada importante - respondió su hermana. - Roy necesita mis apuntes para el examen de la próxima semana.
- Sí, no pasa nada, Connie – añadió cómplicemente el chico. -
-¡La partida! - Recordó en ese instante Bertie llevándose una mano a la frente. -  Casi se me olvida. ¡Está a punto de empezar! ¡Oh cielos!, me la darán por perdida si no logro presentarme a la hora convenida.
-¡Vamos, no perdamos tiempo!- Les conminó Tom.-

            Los cuatro corrieron a la sala del torneo. Entre tanto, Hank Willians había tratado de entretener un poco a su visitante. La muchacha miraba el reloj con expresión adusta y reprobatoria.

-Te aseguro que no sé que le habrá podido ocurrir, Bertie Malinde es una chica muy puntual y responsable.- Trataba de justificarla él con tono y gesto de circunstancias.-
-Bueno, quizás eso no se aplica a hoy.- Sonrió levemente su interlocutora, añadiendo con pesar.- Me habría gustado jugar contra ella, por mis informes es muy buena ajedrecista.

Y justo a los pocos instantes Beruche entró en la estancia a la carrera, para saludar a su rival y sentarse a la hora señalada. Estaba visiblemente agitada.

-Lo siento mucho, tuve un contratiempo.- Se disculpó entre jadeos para recobrar la respiración.-
-Tranquila.- Le respondió esa joven, presentándose.- Soy Sophie Volkóva. Es un placer conocerte.
-Beruche Malinde.- Repuso la aludida a su vez.- Lo mismo digo y discúlpame.
-Podemos aguardar unos minutos, hasta que estés más calmada.- Le ofreció cortésmente su interlocutora.-

Bertie agradeció el detalle y le vino bien. Su mente no estaba para demasiadas estrategias ajedrecísticas. No era capaz de centrarse. Pensaba en Roy, en lo sucedido con Melanie, pero, sobre todo, en aquella voz misteriosa que parecía conocerlas a su hermana y a ella muy bien, demasiado bien para poder sentirse tranquilas o seguras.

-Tenemos que contárselo a las chicas.- Se decía con visible desasosiego.-

            Respiró hondo y quiso tranquilizarse. Ahora no podía hacer nada a ese respecto. Trataría de jugar lo mejor que pudiera y al fin, tras un par de minutos más, se dirigió a su rival anunciando.

-Ya estoy lista. Muchísimas gracias por tu amabilidad.
-Vamos a sortear las piezas.- Intervino Hank.-

            Iba a lanzar una moneda al aire aunque Bertie le detuvo proponiendo a su adversaria.

-Dado que has tenido que aguardar y has sido tan gentil de darme incluso más tiempo para sosegarme, creo que es justo que elijas tú.
-Eres muy amable, acepto, gracias. Elijo las blancas.- Repuso Sophie.-
           
            Así quedó dispuesta la partida para su inicio. Sophie comenzó con peón e4. Bertie contestó imitando ese movimiento al llevar su peón de rey a e5, su adversaria movió, caballo f3 y Bertie hizo lo propio con su caballo a f6.  Sophie reforzó su ofensiva subiendo peón de dama a d4. Su rival enseguida vio que eso amenazaba a su propio peón que estaba desprotegido. Reaccionó con caballo a e4 anticipándose y comiendo otro peón enemigo.

-Vaya, interesante.- Valoró Sophie.-

            Esta movió el alfil de rey a d3. Beruche avanzó su peón de dama a e5. Aquello fue contestado por su contrincante quien ahora sí que comió el peón negro que estaba en el centro, colocando su caballo en e5. Turno de Bertie en sacar su alfil de rey a d6 y hostigar a ese caballo. Sophie no se inmutó por ello, lo tenía protegido por un peón y aprovechó para hacer un enroque corto. Con torre a f1. Beruche movilizó su otro caballo a c6. Aquí su rival se detuvo por unos instantes a meditar. El reloj corría…

-¿Qué tendrá pensado hacer?- Reflexionaba Bertie a su vez, observando alternativamente el gesto de concentración de su adversaria y el tablero.-

            Esa partida de hecho le estaba gustando. Era casi como jugar contra Ami. Esa chica era en cierto modo muy parecida. Tal y como Hank le había contado. Las dos eran precavidas pero no eludían el combate. Al fin, su contrincante se decidió. Con su caballo que ocupaba el centro se comió al que Bertie acababa de sacar. Lógicamente la jugadora de las piezas negras contratacó comiéndoselo con un peón que movilizó hasta esa casilla c6 de tan ardua disputa. Sophie se sonrió levemente subiendo uno de sus peones hasta c4. Ahí llegó el turno de su rival para enrocarse, del mismo modo que había hecho ella antes, con torre de rey a f8. Sophie avanzó su peón a c5, amenazando el alfil de Beruche, en tanto le comentaba.

-Estás claramente a la defensiva.
-Juego con negras.- Repuso ésta.-
-Sabes bien a lo que me refiero.- Declaró su interlocutora.-

            Bertie tenía que admitir que su rival tenía razón. Por mor de las circunstancias había sido llevada a remolque. En efecto, eso era contrario a su filosofía, la de “ jugar para ganar,” de todos modos, ella dominaba bien el juego con las piezas negras y quizás dándole terreno a su contraria esta pudiera envalentonarse y cometer algún error.

-Pero es muy buena, quizás tanto como Ami.- Se dijo Bertie.- No, no creo que caiga en la trampa.

            Y replegó su alfil a e7. Sophie avanzó su peón hacia f3. Ahora tenía en el punto de mira al caballo restante de su adversaria. Bertie lo retiró de inmediato a g5. Su contraria sacó su otro caballo a c3. Beruche movió su torre a e8. Se produjo otro momento de espera. Ahora Sophie sopesaba sus posibilidades. Juzgó que el momento de empezar a usar la artillería había llegado, moviendo su dama a a4. Sin parecer impresionada Bertie movilizó su otro alfil a d7, de este modo protegía a un peón y la vía de penetración de la dama de su rival. Sophie respondió moviendo su otro alfil a d2. Turno de su contraria de mover su otra torre a b8. Esta vez le tocó a su oponente mimetizar el movimiento desplazando torre a b1. Bertie se detuvo a pensar durante un instante. Decidió mover alfil a f6. La partida ya duraba más de media hora y las jugadoras estaban totalmente igualadas. Al hilo de aquello, Roy le comentó a Tom con un cuchicheo.

-¿Quién va ganando?
-No tengo ni idea.- Le confesó éste, aprovechando para dirigirse a Connie con un susurro.- ¿Qué tal va Bertie?
-No lo sé. El ajedrez no es lo mío.- Le contestó en voz baja a su vez, aunque eso sí, matizando.- He jugado a veces contra ella y me gana siempre. Pero a veces le cuesta más. Y puedo verlo en su expresión. Hoy, a juzgar por su concentración y la mirada que tiene, me parece que esta partida es difícil y su contrincante tiene que ser muy buena.

            A todo eso, Sophie había movido su rey a h1. Bertie replicó subiendo peón a h5. Su adversaria replegó su caballo a e2.  Era como si la jugadora local hubiera comenzado una contraofensiva en toda regla, avanzó peón a h4. Hank no perdía de vista el tablero, ni las evoluciones de ambas. Podía ver que aquello estaba totalmente equilibrado y que el menor error  cometido por cualquiera de ellas iba a decidir la partida.

-Las dos lo saben y ninguna quiere cometer ese fallo.- Pensó.-

            Turno de Sophie de subir peón a h3 y bloquear el avance de su rival. Bertie movió su dama a c8. En ese momento Sophie sonrió avanzando su alfil hasta a6 para hostigarla. Su rival se limitó a devolver a su dama a la seguridad de d8.

-Has montado un buen entramado defensivo.- Declaró Sophie.-
-Eres bienvenida para intentar penetrarlo.- Repuso Bertie.-

            Aunque su interlocutora respondió replegando su alfil a d3. Bertie entonces volvió a colocar su dama en c8 y la jugadora visitante devolvió a su vez el alfil a su posición anterior.

-Esto ya no tiene sentido.- Sentenció Bertie quien una vez más apartó su dama a d8.-
-Totalmente de acuerdo.- Convino su contertulia.-

            Y Sophie le tendió una mano que Beruche enseguida estrechó. Tras este gesto se escucharon aplausos por parte de los espectadores. (Fuente, partida de Kasparov contra Jussupov, año 1995. https://www.chess.com/es/games/view/713000. Página chess.com)

-¿Quién ha ganado?- Quiso saber Roy.-
-Tablas.- Le anunció Tom.-
-¿Empate?- Inquirió su amigo.-
-Así es.- Terció Cooan.-
-Eso es muy aburrido, ¿Y no pueden jugar una prórroga o algo así?- Inquirió Roy.-

            Eso provocó las miradas incrédulas de algunos compañeros y las sonrisas de Cooan y de Tom quien, riéndose ahora, replicó divertido.

-¡Esto no es baloncesto!

            Entre tanto las jugadores se despidieron cordialmente, Sophie le dijo.

-Espero que podamos medirnos de nuevo. Y que la próxima vez, no haya ningún problema que te perturbe. Eres una estupenda jugadora pero creo que hoy no has podido sacar todo tu potencial.
-Muchas gracias. ¡Tú eres magnífica! - La alabó Bertie pensándolo de veras.-

            De hecho la equiparaba en nivel a Ami. Si bien su querida amiga bien pudiera estar un poco por encima. A juzgar por los resultados que cosechaba contra ella.

-Contra Ami la mayoría de las veces hago tablas pero, cuando no es así, ella me gana en proporción de una vez y media a una.- Recordó, valorando.- Con esta chica creo que podría estar cercana al cincuenta por ciento de victorias y derrotas.
-Muchas gracias por esta excelente partida.- Las felicitó Hank.-
-No hay de qué.- Repuso su invitada quien se despidió nuevamente de rival y del resto marchándose.-

            Hank pareció querer decirle algo a Bertie aunque se lo pensó mejor, retirándose discretamente en cuanto Roy Malden , su amigo Thomas Rodney, y la hermana de la jugadora se aproximaron a esta.

- Ha sido una pena. - Declaró Tom.-
- No podía concentrarme todo lo bien que hubiese querido. - Se excusó Beruche. - Lo lamento.
- Dadas las circunstancias lo has hecho lo mejor que has podido.- Se apresuró a animarla Roy. -
- La próxima vez estarás más tranquila y ganarás.- Sonrió Cooan brindándole también su apoyo.-
-Sí, le vas a dar a esa una buena paliza, cubito.- Declaró más entusiásticamente su compañero de banco.-
- Gracias a todos. - Les sonrió Bertie sintiéndose algo más reconfortada para rebatirle a su interlocutor. – No es tan fácil. Esa muchacha es realmente buena.
-Pero seguro que tú eres mejor.- Sonrió Roy, remachando con visos de elogio sincero.- Veo que te creces ante las dificultades y ante los enemigos desconocidos.

            Eso produjo algo de sonrojo en el rostro de la chica. Al fin fue Tom quien cortó ese momento así como la inquietud que veía ahora en ambas chicas, para proponer.

-¿Qué os parece si nos tomamos algo?
- No, gracias Tom. - Rehusó Beruche pretextando. - Es que me duele la cabeza. He tenido mucha agitación por hoy y luego la concentración de la partida me ha terminado de atontar.
- Sí. - Convino Cooan. – También yo estoy muy fatigada. Disculpadnos por favor. -

            Ninguno de los muchachos insistió, lo mejor sería dejarlas descansar. Roy sobre todo no dejaba de pensar en las palabras de ese misterioso enemigo. ¿Qué habría querido decir al hablar de ellas? Allí estaba pasando algo y las chicas estaban muy asustadas. Y no creía que fuera solamente por el ataque de esos demonios. A eso parecían estar tan acostumbradas ya como él. Se trataba de la expresión de sus caras. Cuando aquel misterioso individuo se dirigió a ellas. Se habían quedado pálidas al oírle, como si hubieran visto un fantasma. Por mucho que ambas lo negaran allí había gato encerrado. Él mismo también estaba cada vez más preocupado, algo en ese nuevo adversario le daba escalofríos. Era mucho peor que cualquier otro al que se hubiese enfrentado hasta entonces. Pensó que tampoco le vendría mal reposar y junto con Tom decidió marcharse también a su cuarto.

-Tengo que averiguar qué está sucediendo.- Se decía con patente intranquilidad.-

            Más tarde, ya en su habitación, las chicas escribieron una carta a las guerreras de Japón. Esta vez sin tapujos, evidenciando toda la gravedad de la situación. Las ponían al corriente y  pedían su ayuda para que fueran urgentemente y también les suplicaban que mantuviesen a sus hermanas mayores fuera de esto.

-¡Tengo miedo, Cooan! -Le confesó su hermana. - Ese demonio sabe quiénes somos, o mejor dicho, quienes fuimos, estoy convencida.
- A lo mejor ha sido una casualidad. - Opuso débilmente la interpelada  pues ni ella misma lo creía así. -
- No lo entiendo, no quedó nadie de nuestra familia, ni del clan de la Luna Negra, ni siquiera el Sabio. Las Guerreras acabaron con él.- Trató de recapitular su interlocutora. -
- Seguramente ellas nos ayudarán. Confía en la Guerrera Luna y las demás. - Le animó su hermana – Nunca nos han fallado.

            Beruche suspiró, no tenían otra opción, sólo desear que su petición llegase cuanto antes. Roy mientras tanto también se sinceraba con Tom.

- Tengo miedo, amigo. Por primera vez en mi vida siento que no sé contra lo que me enfrento, esta situación me sobrepasa. No sé cómo actuar, ni que quieren de mí. Además, esos tipos son cada vez más fuertes.
- Pero tú también aumentas tu fuerza. ¿No?- repuso su interlocutor tratando de levantar su moral.-
- No sé si eso será suficiente. Y sobre todo, no quiero que tú ni las chicas os veáis envueltos en esto por mi culpa.
- No temas por nosotros, ¡sabemos cómo defendernos! y yo puedo enseñarte algunos métodos para mejorar más deprisa. - Le arengó su amigo. -

            Al escuchar esto Roy se animó visiblemente y le pidió a su compañero comenzar cuanto antes. Tom convino en ello. También tenía sus fuentes y pensó en un viejo conocido al que podría quizás consultar. Pasado un rato y más tranquilo decidió salir a interesarse por Melanie. Ésta ya se había repuesto y no recordaba nada de lo ocurrido después de la ducha. De hecho, se despertó en el suelo.

-¿Qué ha pasado?- Pudo musitar.-
-¿Te encuentras bien, Mel?- Escuchó entonces la voz de un chico que sonaba preocupada.-

            Al fijarse en quién hablaba vio que se trataba de Malcolm Roberts. Ese rugbista que estaba tan encaprichado por ella. Aunque desde luego no era mutuo. Era grande y fuerte, eso sí, y no podía decirse que feo. Empero, a ella únicamente le interesaba Roy. Y fue ese nombre el que musitó.

-¿Qué te ha hecho ese desgraciado?- Inquirió un alterado Roberts al oírla.-
-No me ha hecho nada.- Negó ella, añadiendo con tono desabrido.- Te agradezco tu preocupación, pero ya estoy bien, déjame, por favor.

            Justo en ese instante llegó April. Malcolm la vio venir y no quiso quedar en evidencia delante de esa otra chica, sin mediar más palabra se alejó por un cercano corredor.

-¿Estás bien, Mel?- Le preguntó la recién llegada.-
-Sí, pero no sé que ha sucedido. No me acuerdo de nada. Estaba a punto de ducharme…- Fue capaz de responder llevándose una mano a la frente.-
-Apóyate en mí.- Le ofreció gentilmente su contertulia.-

            Y de este modo, se fueron las dos camino de su cuarto. De hecho compartían habitación desde hacía ya dos años. A decir verdad era una prueba muy dura para April estar constantemente a su lado, verla despertar por las mañanas y escucharla despotricar sobre Roy. Pero también había buenos ratos en los que compartían confidencias y complicidades en algunas travesuras. Así como preparaban coreografías para las cheer- leaders. Y entre risas o momentos más serios y delicados, la única cuestión que ella nunca podía contestarle a su capitana y amiga era cuando esta le preguntaba.

-¿Cuándo me vas a pedir que te deje sola en el cuarto?. Los chicos hacen cola para que les des una oportunidad. Bueno, todos menos Roy, ¿eh? Ese es mío y solamente mío.
-Todas lo sabemos. Y por mi parte jamás me atrevería ni a mirarle.- Se sonreía ella entonces.-
-Gracias April. Eres una buena amiga.- Reía Melanie dándole un cariñoso abrazo que a veces casi la hacía llorar, más cuando le insistía.- Y siendo la segunda al mando de las animadoras, deberías echarte un buen novio, alto y guapo, de algún equipo de la universidad.
-Soy muy indecisa para eso. Me gustan tantos que no sé por cual decantarme.- Confesó la muchacha.-
-¿Qué te parece Tom Rodney?- Le propuso Melanie, afirmando con sincera aprobación.- Es un buen muchacho, serio, formal, guapo y un magnífico karateca y cantante.
-No está nada mal. Pero creo que no está interesado por ninguna de nosotras.- Afirmó April.-

            Y eso era cierto. Ese chico no había sido visto saliendo con ninguna muchacha de la facultad. A lo que Melanie tuvo inevitablemente que conjeturar.

-Quizás sea, bueno, tú ya me comprendes…- Se sonrió divertida para exclamar entre risas.- ¿Te lo imaginas?
-No sé, no creo.- Musitó tímidamente April.-
-¡Desde luego que no, tonta!- Se rio una vez más su interlocutora para sentenciar.- ¿Te crees que Roy no me lo hubiera dicho? ¡Es su compañero de habitación! Eso se sabe enseguida.
-Claro, tienes razón.- Repuso ella forzando una sonrisa.-

            Ahora, dejando esos recuerdos al margen, ayudó a Melanie  a llegar a su habitación y a tumbarse en la cama. Al cabo de un rato la capitana de animadoras se durmió. April salió a dar un corto paseo para dejarla descansar. Al poco vio a Roy acercarse. El chico, al verla a su vez enseguida le preguntó.

-¿Cómo está Mel?
-Durmiendo en la habitación.- Le respondió ésta con tono seco.-
-Espero que ya esté mejor.- Deseó él.-
-Pues entonces no deberías tratarla así.- Le recriminó ella con visible malestar.-

            Eso hizo que el joven la mirase con perplejidad. Sin embargo, no tardó en contestar con tono conciliador.

-Sé lo mucho que aprecias a Mel, eres su mejor amiga y su compañera de cuarto. Eso aquí, en la Golden, significa mucho. Y además eres una buena chica. Por eso te diré lo que sucede. Verás April. Melanie y yo lo dejamos el año pasado. Y creí que ella lo había asumido.
-¿Es por esa chica japonesa?- Inquirió su contertulia ahora con genuina curiosidad más que enojo.-
-Bertie no tiene nada que ver. Lo que había entre Melanie y yo se terminó antes de que ella llegara.- Contestó sinceramente Roy remachando. – Y te doy mi palabra de que no quiero hacerle ningún daño, la aprecio mucho. Mel, me ayudó cuando lo necesitaba Y eso jamás lo olvidaré.

            April asintió despacio, bajando la mirada. Fue capaz de suspirar.

-Lo siento, no quise ser tan arisca. Perdona. Si tú me das tu palabra, entonces así será.

            Y es que hasta ella sabía que ese chico siempre cumplía lo que prometía.

-Gracias.- Sonrió él a su vez, añadiendo como si le pidiera un favor a su contertulia.- Cuídala.

Y se marchó dejando allí a April. Ya estaba más aliviado al respecto de su ex novia. Aunque por el camino de regreso hacia su propio dormitorio se cruzó con Roberts quien se le acercó con aire de pocos amigos y le espetó.

-¡Espero que esto no sea cosa tuya, Malden!

            Roy le miró cansinamente y replicó con apatía.

- Déjalo Roberts, no he tenido un buen día y no tengo ganas de más problemas.
-¡Si le haces daño a Melanie te las verás conmigo! - Le amenazó éste clavando en él una amedrentadora mirada.-

            Pero su interlocutor se sentía cansado y apenas si le prestó atención, añadiendo pese a todo con calma.

- No quiero molestar, ni pretendo nada con ella. Sólo deseo estar tranquilo ¿vale?  

Y sin más se alejó aprovechando el efecto de sus palabras. Roberts se quedó desconcertado, quizás no esperase esa especie de rendición, o que su antagonista eludiera la confrontación directa. Y ser tan sutil no era su estilo, no sabía que replicarle,  de todos modos aun le advirtió desde la lejanía.

- Te estaré vigilando, Malden. No lo olvides.

            Roy no atendió ya a esa última declaración, otras cosas más serias le preocupaban. Paseó un  poco por los pasillos y cuando se hizo la hora de dormir volvió a su cuarto, dio las buenas noches a su compañero y se acostó. Pero Valnak seguía allí. En la oscuridad de la noche el demonio turbaba el sueño de su presa con un mensaje telepático a modo de canción que le arrullaba y le perturbaba al mismo tiempo.

Volviendo atrás en el tiempo, ciego a través de la noche
Recuerda, cuando justo nos hicimos cargo de todo
Llevándome más alto, pensamientos en mi mente
Sobre el techo, subiendo y a la deriva

De ciudad en ciudad, de amanecer a amanecer
Y una generación entera está en la carrera
Adiós al pasado, hola al futuro
Y la lucha continúa
No hay destino

Alguien va a preguntarte sobre la verdad
Y el significado esperando otra respuesta
Para estar seguro de que él está en el lado correcto
Y tú en el equivocado

No escuches, es tu decisión
De cara a cara de alma a alma
Y una generación entera está fuera de control

Adiós al pasado, hola al futuro
Y la lucha continua

No hay destino, no hay destino 
No hay destino, no hay destino

De ciudad en ciudad, de amanecer a amanecer
De cara a cara de alma a alma
Y la lucha continua
No hay destino, no hay destino

(Scooter, There´s no fate. Crédito al artista)

- No tienes destino, ya está marcado para ti. Los poderes oscuros son tus dueños. A ellos deberás volver. Estás marcado y nada podrá impedirlo. - Todo esto resonaba en la mente de Roy que se agitaba en sueños mientras musitaba esa máxima. -
- No hay destino...para mí…

            Satisfecho por su mensaje subliminal el demonio volvió a la base. Allí, el Gran Sabio, enojado tras lo que consideraba un nuevo fracaso, le pidió explicaciones.

-¿Por qué no les atacaste, Valnak? Habrías acabado con ellos sin dificultad...
-Estuve viendo una partida de ajedrez muy interesante.- Repuso éste sin parecer concernido por el enfado de su contertulio, incluso comentándole casi parecía que divertido.- Tú deberías valorar eso. Eres un gran estratega, Sabio.

            El encapuchado no replicó a esas palabras. Parecía estar meditándolas. Valnak entonces agregó con un tono más serio.

- Quería evaluar su fuerza y además he descubierto algo interesante. Mira en tu bola.
-¿Para qué?- Inquirió el Sabio.-
-Tendrás la respuesta.- Declaró enigmáticamente Valnak.-

 Éste  finalmente hizo lo que su interlocutor le pedía aunque sin muchas ganas y Valnak proyectó en ella imágenes de dos chicas. Una jugando al ajedrez, la otra viéndola con expresión de orgullo y afecto.

- ¡Las he reconocido!, las había visto antes. ¡Eran enviadas nuestras del siglo treinta! Recuerdo que uno de tus hermanos las mandó a la Tierra de esta época. Y ellas le traicionaron.
-¿Cómo es que están aquí?...- Quiso saber el Sabio sorprendido por esa revelación.-
- Se convirtieron en humanas normales. Al parecer aquellas que las ayudaron a hacerlo no están en este lugar. O por lo menos, no he sido capaz de detectarlas.
-Encárgate de ellas. ¡Mátalas! - Le ordenó el Sabio, quien moderó ese ímpetu para matizar. - Pero primero debes cumplir con tu misión, eso es lo principal. El tiempo corre.

            El demonio se mantuvo en silencio durante unos instantes, al poco asintió para declarar.

- Por supuesto, como tú dispongas. Mientras despierto a Armagedón me divertiré un poco con ellas. Pero por el momento no es preciso matarlas. Es más, pueden serme útiles como piezas de ajedrez. Las utilizaré para hacer los movimientos adecuados cuando llegue el momento. Servirán para controlar al humano que lo aloja. Si teme por ellas le tendré a mi merced. ¡Ja, ja! Y cuando llegue la hora, serán sacrificadas.
-¡Haz lo que quieras con esas dos, pero obtén resultados!- Le  respondió lapidariamente el Gran Sabio desapareciendo al instante. -
- Lo que tú mandes, para mí será un placer. – Contestó Valnak al vacío y añadiendo para sí en un reflexivo monólogo. - ¡Cuánto tiempo ha pasado, viejo amigo!, pero no te preocupes, te liberaré de tus cadenas y todo volverá a ser como antaño. Esta vez no permitiré que nuestros planes se frustren. Y menos por esas estúpidas traidoras. Aunque me alegro de que estén aquí. Eso me dará la ocasión de matar tres piezas con el mismo tiro. ¡Y esta vez princesa, no tendré piedad de ti! Por bien que se te dé el ajedrez no eres lo bastante buena como para jugar una partida contra mí. Al final seré yo el que gane y os de jaque mate. Para eso he venido del Infierno y no me volveré sin conseguirlo.- Hecho este propósito se desvaneció también dejando el lugar en silencio.

            Días más tarde, cuando la carta de las chicas llegó a Japón fue esta vez Ami la encargada de recibirla. Quedó realmente preocupada tras leerla.  No tardó en avisar a las demás. En esta ocasión, las primeras en llegar fueron Usagi y Rei.

-Es terrible. Esos enemigos a los que se enfrentan allí cada vez son más poderosos y además saben quiénes fueron ellas. – Comentó Ami, preguntándose con visible inquietud.-¿Cómo puede ser eso posible?
-Creo que ha llegado la hora de que intervengamos. Esto ya está adquiriendo unos tintes muy peligrosos para ellas. - Comentó Rei, con el semblante asimismo muy concernido.-
-Todavía no es el momento.- Les respondió Usagi, agregando con un tono algo enigmático.- Pero cuando llegue la ocasión iréis vosotras dos.
-¿Solo nosotras dos?- Exclamó Ami. –

            Rei miró a Usagi con idéntico estupor que su compañera y preguntó.

-¿Acaso no iremos todas?
-Bueno, nosotras tres. Yo misma iré con vosotras, pero Minako y Makoto deberán quedarse aquí. Al menos de momento.- Les contestó su interlocutora.-

            Usagi entonces aprovechó para desvelarles un par de cosas a sus atónitas compañeras. Éstas asintieron y aunque tenían alguna pregunta más que hacer no tuvieron ocasión. Al poco llamaron a la puerta. Ami abrió encontrando allí a las otras dos guerreras del sistema solar interior.

-Hemos venido lo más rápido que pudimos.- Las saludó Makoto.-
-Sí, Artemis me dijo que habías llamado, Ami.- Añadió Minako.-

            Su compañera las hizo pasar y cuando todas estuvieron sentadas les leyó aquella carta. Las recién llegadas expresaron idéntica preocupación. No obstante, Usagi parecía estar más tranquila ahora y les comentó.

-Todavía no ha llegado el momento de intervenir allí. Aquí tenemos enemigos peligrosos. En cuanto nos aseguremos de que las cosas en Japón están definitivamente controladas nos pondremos en marcha.
-Lo cierto es que han pasado varios días y no han vuelto a producirse ataques.- Comentó Makoto con desconcierto.-
-Pero creo que Usagi tiene razón.- Terció Rei argumentando.- En unos días más podremos estar del todo seguras.

            Las dos recién llegadas dedicaron sendas miradas de extrañeza a su compañera. Ésta se percató preguntando.

-¿Se puede saber qué pasa? ¿Es que tengo monos en la cara?
-No chica, pero nos sorprende que le des la razón a Usagi tan rápido.- Pudo responder Makoto.-
-Es verdad.- Convino Minako añadiendo con una media sonrisa.- No es muy habitual.
-Oídme chicas. El hecho de que Usagi sea muchas veces impuntual, estrafalaria y despistada a más no poder,  aparte de inmadura, no significa que, muy de vez en cuando, no tenga razón. Y cuando la tiene, la tiene. - Sentenció la sacerdotisa.- Justo es admitirlo.

            Ahora todas la miraban con ojos como platos.

-Bueno, visto así.- Se sonrió Makoto.-

Aunque fue la propia aludida en aquella especie de discurso quién tomó la palabra no sin ironía para declarar visiblemente molesta.

-Vaya, muchas gracias, Rei. Te estoy realmente muy agradecida por defenderme de ese modo tan enérgico.
-No las merecen.- Sonrió su interlocutora que parecía ajena al gesto contrariado de su compañera en tanto el resto movía la cabeza.-
-Bueno, lo dicho.- Recapituló Ami para salir del paso de esa incómoda situación.- Esperaremos y entre tanto trataremos de informarnos mejor. Luego a ver qué podemos hacer. Si descubrimos el más mínimo riesgo para Bertie y Cooan tendremos que actuar. ¿Os parece?

            Las demás convinieron en ello y tras un rato se separaron, sin dejar de pensar, eso sí, en sus queridas amigas.





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3 comentarios:

  1. Los varones tienen un humor muy particular (que al menos a mi me resulta chocante...aunque sé que no lo hacen con maldad, y que son mas bien como críos- mas o menos-, lo cual termina siendo una mezcla de ganas de matarlos y armarse de tolerancia y paciencia... mejor no saber de que cosas hablan jeje)
    Que lindo como gradualmente ha ido evolucionando la relación de Roy y Bertie, aunque la misma no pierde su toque especial.
    Ahora, en cuanto a las Sailors... me pregunto si Usagi estará recibiendo directivas de su yo del futuro?, porque si no, hay que seguir a ciegas los mandatos de un desconocido... entiendo la impotencia de las demás chicas.
    P.D.: Fuerte los entre dichos entre Bertie y Melanie, pero admiro mucho el control de la primera, y sobre todo, como logra después de una reacción dominarse

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  2. Sí a veces somos así, pero es cierto. El pobre Roy no lo hizo con maldad, aunque a Bertie no le sentó nada bien. Eso si, le tiene bastante controlado ya :). En cuanto a la reacción de Bertie con Melanie, desde luego que se controla. Aunque ya es una humana corriente. Y el comentario de los goddie shoes, que Melanie le hace, es un homenaje a la versión americana de Sailor Moon, donde la propia Bertie, siendo todavía de la Luna negra, se lo dice a Ami, cuando ésta la descubre en la torre de ajedrez. También aparece Valnak, un villano muy particular, le dará un nuevo empuje a la trama. Una vez más, muchas gracias. https://www.deviantart.com/gwarriorfanfic/art/Valnak-by-Lady-X-646224807

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    1. Y en lo relativo a Usagi, todavía falta, peros e sabrá con quien habla, y para ella no es un desconocido :)

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