jueves, 3 de marzo de 2011

GWA 11. Fin de Semana en la Playa



Los cuatro se mantuvieron alerta durante los siguientes días pero no sucedió nada anormal. Pronto tuvieron que dejar a un lado sus temores porque debían ocuparse de los primeros controles. Fueron días de mucho estudio en los que apenas si se vieron tras las clases. Beruche y Cooan estaban a la vez emocionadas y nerviosas. Tras haber salido relativamente airosas de sus experiencias con los críos eran las primeras pruebas de evaluación a las que se enfrentaban allí. Debían obtener buenos resultados. Los chicos tampoco se descuidaron esta vez. Tanto Tom como Roy querían salir con bien de tal trance. Éste último muy especialmente y al parecer el destino le ayudó, por un lado obtuvo un respiro. Melanie y el resto de sus compañeros tampoco se dedicaron a otra cosa que no fuera estudiar. De otro, los demonios parecían haberse olvidado de ellos. Por fin, terminaron y Roy retomó entonces lo que había hablado con Jack, sobre la inclusión de las chicas en la Hermandad. Quedaron para que las candidatas se presentasen al día siguiente. Cooan estaba esperando entusiasmada  a que llegase el momento, le encantaría poder ser admitida y así tener la ocasión de estar más cerca de aquel chico. Beruche por su parte no estaba tan dispuesta. Pese a ello, entre su hermana y Tom la habían convencido para al menos, presentar su candidatura.



-Espero que esto merezca la pena.- Decía la muchacha en su habitación, poco antes de salir rumbo a esa ceremonia.-.

-¡Que sí, no seas tonta! – La animó Cooan.- Será muy divertido.

-¿Divertido?- Repitió Bertie no sin una buena dosis de escepticismo.-

-Bueno, no sé.- Repuso su hermana ahora, con un tono algo más inseguro.- Quizás esa no sea la palabra. Pero será un gran paso para nosotras.

-El paso más importante lo di cuando me abrazaste aquella vez- Sonrió su interlocutora recordando la manera en la que Cooan se arriesgó para salvarla de aquel estéril intento de suicidio.-

-No tienes que estar recordándolo toda la vida.- Sonrió la aludida.-

-Iba a decir que, por eso, iré contigo a dónde sea.- Afirmó su hermana devolviéndola la sonrisa.-



            Cooan la recompensó con otro abrazo. Tras separarse afirmó llena de alegría.



-Lo que más ilusión me hace es que estamos juntas. Ya solo faltarían Petz y Kalie, y nuestras amigas para que fuera perfecto.

-Trato de imaginármelas por aquí y…



            Bertie no pudo continuar, le daba la risa. Su hermana reía con ella, en tanto la joven era por fin capaz de añadir.



-A Ami-chan sí que me la imagino sin problemas. Estaría en su elemento. Jugando partidas de ajedrez conmigo, yendo a la biblioteca a estudiar. ¡Pero a Usagi!... O a nuestras hermanas discutiendo…con la señorita Parker tratando de separarlas…

-Sí, en eso llevas toda la razón.- Convino Cooan presa de la hilaridad al imaginarse aquel cuadro.-



            Y tras pasar unos momentos divertidos, las dos se centraron. Salieron de su habitación rumbo a su cita.



-¿Qué tal tú con los peques?- Quiso saber Beruche en tanto caminaban.-

-¡Genial!  Lo pasé muy bien, con canciones y haciendo dibujos con ellos. Y luego fuimos a ver un museo de juguetes. Hasta se podían utilizar… había dos o tres que eran realmente muy ricos…

-¿Los juguetes?- Se sorprendió su hermana.-

-No, los niños, ¡tonta! - rio Cooan.-



Bertie se rio con ella. Le encantaba ver a su hermana tan alegre y tan vital. La recordaba así siendo muy pequeña. Cuando se disfrazaba con algunas ropas de su madre y acudía a verla. Luego Bertie le leía algunas historias de la Tierra. Ya entonces su hermana quería ser una estupenda bailarina y maquillarse como su madre. ¡Lo mismo que ella y sus otras hermanas! Desgraciadamente luego sus vidas se torcieron. Pero allí estaban, listas para recuperar esos años perdidos. Y hasta ahora las cosas iban muy bien. Excepción hecha de esos malditos demonios. Y de ese misterioso individuo que conocía sus vidas pasadas. Eso la ensombreció el ánimo. No obstante se apresuró a quitarse aquello de la mente. Tras varios días quien quiera que fuese no había reaparecido. Así que apartó eso de su pensamiento. Al menos quería tratar de estar tan entusiasmada como su hermana y disfrutar de esa reunión. Así las cosas ambas se reunieron con Roy en la salida.



-Hola chicas. Así me gusta, puntuales a la cita.- Declaró él que ya las aguardaba.-

-¡No lo puedo creer! ya van dos veces seguidas que llegas a tiempo.- Sonrió Bertie con cierto retintín.-

-¡Para que veas, cubito! - Se rio más abiertamente él.-

-¿No ha venido Tommy?- Quiso saber una extrañada Cooan.-

-No, no le corresponde, no forma parte de las cintas rojas para poder votar. Pero ya le veremos luego. - Le explicó su interlocutor, añadiendo con jovialidad.- Se nos hace tarde, en marcha…



Y sin más dilación el joven las guió hasta la sede de la Golden Eagle. Un local que estaba en uno de los edificios próximos a su facultad. Una vez llegaron tocaron a la puerta. Salió un muchacho que llevaba una cinta de color azul atada al brazo, que les preguntó.



-¿Qué deseáis?

-Estas dos señoritas quieren presentar su candidatura para ser miembros de  nuestra hermandad.- Replicó el chico de forma solemne, tanto que dejó impresionada hasta a Bertie. –

-¿Y tú quién eres?- Inquirió el vigilante de modo protocolario.-

-El Hermano Roy – respondió él mostrando su cinta roja, lo que hizo que aquel muchacho les franquease de inmediato la entrada. –

-No te había reconocido. Pasa hermano.- Le pidió amablemente ese chico.-



Los tres pasaron y recorrieron un pasillo hasta otra puerta cerrada. En tanto aguardaban unos instantes ante ella, su anfitrión les dijo a ambas con tono animoso.



-Ya veréis, esto será pan comido. Seguro que os aceptarán.

-¿Tú crees?- preguntó esperanzadamente Cooan –

-Claro Connie,- afirmó resueltamente él, que les explicó. - Ahora voy a entrar yo, en unos instantes os haremos pasar y exponéis los motivos por los cuales creéis que debéis ser aceptadas. Y tranquilas. En la junta de las cintas rojas que decidimos están compañeros que ya conocéis y de notario mi amigo Jack que os apoya. Y él es el Gran hermano. También Ozzie que me ha prometido lo mismo, está Roberts al que le caéis bien y estoy yo. Bueno, también está Melanie.

-Entonces mejor me voy de aquí. No perdamos más el tiempo, porque, según creo, para aceptar a un nuevo miembro el voto tiene que ser unánime ¿no? – Le interrogó Bertie. –

-Eso es solo para nombrar a alguien miembro a prueba. No para las cintas amarillas. Esas se dan por mayoría de votación. Ya verás como no pasa nada. - Contestó confiadamente él. – Bueno, ahora esperad un momento aquí.



Y Roy pasó al interior, dejando allí a las chicas. Dentro le aguardaban el resto de sus compañeros cintas rojas. Fue Jack, el que como cinta púrpura y líder le preguntó.



-¿Están dispuestas?

-Sí. Un poco nerviosas quizás.

-Son buenas chicas. – Comentó Roberts que, añadió sin cierto sarcasmo. – Por una vez y sin que sirva de precedente, coincido contigo, Malden.

-Es un detalle por tu parte. – Repuso el muchacho con el mismo tono para mirar a su compañero Ozzie que asintió para remachar. –

-Por mí ningún problema. Incluso directamente las nombraría cintas verdes.

-Eso es mucho decir. – Terció Melanie que comentó a su vez con tono aparentemente desapasionado. – Por Connie no hay problema. Ha demostrado integrarse muy bien, es una animadora destacada y una chica popular…

-Bertie también es una chica bastante apreciada - se atrevió a replicar Roy, agregando además. – Y ha representado a nuestra Universidad en el torneo de ajedrez. ¡Quedó campeona!



            El muchacho lo dijo de modo realmente entusiasta, cosa que no le gustó nada a su interlocutora. Pero era cierto. Días después de su primera partida, aquella que acabó en tablas, Bertie compitió en cinco más y las ganó todas sin problemas. Sus otros contrincantes no tenían ni de lejos el nivel de Sophie. Y esta no pudo continuar dado que su padre se había puesto enfermo. Al enterarse la propia Beruche la llamó para desearle lo mejor.



-¿Lo veis? Bertie es realmente noble. Y me comentó que estaba deseosa de jugar contra esa muchacha del Saint Paul. – Añadió Roy al recordarles eso al resto. -

-Al menos es competitiva.- Manifestó Ozzie.-



Y dado que ese torneo triangular entre la Golden y otras dos universidades del Estado se saldó con victoria y un trofeo más para las vitrinas del College. Todos felicitaron efusivamente a la campeona. Incluso la jefa de animadoras tuvo que hacerlo. No en vano eso era un triunfo de su universidad. Por su parte la ganadora restó importancia a eso y se centró nuevamente en sus estudios. De todos modos ese era un mérito relevante. Ni la propia Melanie  pudo oponer nada a eso. Aunque enseguida esbozó una sonrisa algo pérfida para declarar.



-Lo malo es que esté tanto tiempo con Hank Williams, ese tipo es un nerd. Da escalofríos solo tenerle cerca.

-Aquí no estamos valorando a Williams.- Repuso Roy, quien por otra parte sí que convino con ella en admitir.- Por muy nerd que sea

- Por supuesto. No me opongo a que sea cinta amarilla.- Afirmó su contertulia.-  Pero en el caso de su hermana Cooan creo que Ozzie tiene razón. Yo voto por darle directamente la cinta verde. ¿Qué opináis el resto?



Los demás se miraron no sin ciertas sorpresas. Sobre todo Roy, había esperado que quizás hubiese tenido que convencer a Melanie de que admitiera a Bertie incluso como aspirante. Pero esto era un detalle por parte de su compañera. A decir verdad la joven se sonreía saboreando aquel triunfo. Lo había pensado con detenimiento, al principio quería haberse negado categóricamente a que esa pánfila japonesita entrase y solo admitir a su hermana para humillarla. Pero aquello hubiera sido significarse demasiado en su contra y técnicamente Beruche no le había hecho nada. Esto era mucho mejor. La admitiría junto a los demás para demostrar que no tenía ningún tipo de resquemor, pero ofrecía a su hermana la posibilidad de ser incluso un miembro a prueba. En lugar de interpretar este gesto como de desdén hacia Bertie, los demás pensarían que era muy considerada con Cooan, y de hecho al tenerla en su equipo de animadoras y felicitarla públicamente por sus actuaciones, que ciertamente eran muy buenas, todo encajaba. Hasta el mismo Roy vería que ella no estaba en absoluto celosa y tendría que agradecerle su generosidad. Y para colmo de suerte había sido Ozzie y no ella quién propuso lo de la cinta verde para Connie. De modo que, aguardó la réplica de los demás y esbozó una amplia sonrisa al escuchar.



-Yo estoy de acuerdo. – Afirmó Roberts que alegó. – No es que Beruche no sea una chica estupenda, pero su hermana se ha significado más en las actividades de nuestro College.  Creo que sería lo justo.

-Coincido. Connie es mucho más abierta y extrovertida. Ha calado más en la gente. Tiene bastantes amigas entre las animadoras. - Aseveró Ozzie. – En total saca muchos más puntos para su admisión.

-Y yo – Suscribió Jack quien, como líder, tenía además la posibilidad de vetar decisiones. - Bueno Roy ¿Tú qué dices?- Le preguntó. -

-Me gustaría que la cinta verde se les diera a las dos. De veras. Creo que Bertie también lo merece. Es muy buena chica. Lo único que le pasa es que es más reservada. Eso no es un pecado…



Pero a la vista de las caras del resto finalmente tuvo que claudicar y suspirando afirmó.



-Vale. Conforme. Cinta verde Connie, cinta amarilla Bertie.

-Muy bien- terció Jack, que trepando a  una especie de sillón que estaba algo más elevado y tras la fila de sillas donde se sentaban los otros le pidió a Roy. – Hazlas pasar pues y oigámoslas.



Éste obedeció e hizo entrar a ambas chicas. Como marcaban las reglas para los que deseaban ser aceptados las dos saludaron con leves reverencias y fue Ozzie, quién haciendo gala de gran teatralidad, se dirigió a ellas exclamando.



-¡Las aspirantes a miembros de la Hermandad deberán declarar sus motivos!



Todos miraron entonces  a ambas chicas y fue Cooan la primera en hablar:



-Verán hermanos directores – comenzó usando una fórmula que Roy le había indicado previamente – A mí me haría mucha ilusión formar parte de la Hermandad. Según me han explicado tiene mucha tradición y es una manera de sentirse aún más unido a la Universidad. Desde que llegué todo el mundo ha sido muy amable conmigo y me han acogido. Estoy muy feliz de estudiar aquí, de formar parte del equipo de las animadoras. – Al mencionar esto obtuvo una sonrisa de aprobación por parte de Melanie.  - Y haber hecho tantos amigos.



Terminó su alegato obviamente sin decir que estar en el mismo club que Roy sería estupendo. Tras unos momentos de silencio le tocó el turno a Bertie para hablar.



-Mi hermana lo ha dicho casi todo. Aunque yo no sea animadora me siento muy  honrada de pertenecer a la Golden State. Aquí se valora mucho el compañerismo y eso es algo que unas muy buenas amigas me enseñaron hace tiempo. Por esa razón, principalmente me gustaría formar parte de la Hermandad.



Todos se miraron, aunque estaba claro que las alegaciones de Connie habían sido mucho más entusiastas. El grupo de cintas rojas cuchicheó entre ellos unos instantes y al final, fue Jack, el que, levantándose de su sillón y descendiendo al suelo, tomó una cajita que estaba en una mesa al fondo de la habitación y la abrió. Sacó un par de cintas amarillas y con porte ceremonioso las anudó al brazo derecho de cada chica declarando de forma solemne.



-Oídos vuestros motivos y sabidos vuestro méritos os aceptamos oficialmente como candidatas a formar parte de nuestra hermandad.



Ambas chicas sonrieron, Roy se levantó también haciendo señas a ambas de que podían marcharse, aunque entonces sonó la voz de Roberts que les indicó.



-La candidata Connie que se quede un momento.



Las chicas se miraron sorprendidas. Aunque Beruche simplemente se encogió de hombros y salió. Había conseguido que la aceptasen como candidata, cosa que nunca creyó posible teniendo allí a la jefa de animadoras. Por su parte su hermana respiró con intensidad. Estaba nerviosa. ¿Qué irían a decirle? Aunque con una sonrisa Roy la tranquilizó. Enseguida fue Ozzie el que tomó la palabra para decir algo. Mientras tanto era la propia Melanie la que se levantaba e iba hacia aquella mesa del fondo de la estancia y sacaba algo de la cajita.



-Candidata Connie. Habiendo probado ya tu entusiasmo como representante de nuestra Universidad y vistos tus esfuerzos para ayudar y contribuir a su prestigio, juzgamos que la cinta amarilla no se corresponde con tus méritos.

-Así pues. – Le sonrió Melanie en tanto tomaba el brazo de la muchacha anudándole otra cinta. – Pensamos que es más justo que desde ahora lleves el color verde como miembro a prueba.

-¿De verdad?- exclamó ella llena de alegría. - ¡No lo puedo creer! -

-Has de saber que éste es un honor reservado a muy pocos.- Le explicó Roy visiblemente contento por ella, para añadir. – Que te concedan dos cintas a la vez es algo que ni siquiera yo logré cuando me propusieron como aspirante.





Los demás asintieron con benevolencia. Cooan incluso le dio un abrazo a Melanie que correspondió llena de satisfacción. Solo lamentaba que la insidiosa hermanita de su pupila no pudiera verlas ahora. Entre tanto la emocionada muchacha preguntaba.



-¿Debo llevar las dos cintas a la vez o solo una?



Esto provocó las sonrisas de todos, aunque fue la jefa de animadoras la que le comentó con jovialidad.



-Por hoy lleva las dos. Así todo el mundo verá el honor que te ha sido concedido. A partir de mañana, cuando tengas que llevar una, por supuesto la verde. Ahora vete a descansar.



Y la chica asintió y tras hacer otra leve inclinación de cabeza salió muy contenta. Fuera esperaba su hermana que, al verla así, le preguntó qué había sucedido. Ante el asombro, e incluso la sonrisa de Beruche, Cooan le contó lo que había ocurrido.



-¡Muchas felicidades! - Replicó sinceramente ésta, pese a que todo ese rollo de las cintas no le preocupaba lo más mínimo. -

-Siento mucho que a ti no te hayan hecho lo mismo. Te merecías también la verde.- Replicó su hermana casi disculpándose por ello. –

-¡Oh!, no seas tonta. Es cierto que tú te has movido más que yo y te has integrado mucho más. No te preocupes.- Replicó Bertie sin darle mayor importancia. – Para mí ya es un milagro que me hayan aceptado como aspirante.

-Han sido todos muy amables, pero sobre todo Melanie me ha apoyado mucho. – Le confesó su hermana. -



Beruche asintió esbozando una sonrisa de circunstancias. No quería hacer que Cooan se sintiera mal si supiera los encontronazos que ella había mantenido con su jefa de animadoras. Pero entendió rápidamente lo que sucedía. De todos modos dijo algo bien distinto para elogiarla.



-Claro. Y es natural, ¡eres su mejor animadora! Tiene que estar muy contenta contigo.

-¡Ya verás cómo a ti te darán la verde enseguida! – La animó su hermana o al menos eso creía. –



La interpelada asintió aunque eso le importase bien poco. Al rato Roy se reunió a ellas. Juntos retornaron a su facultad. Tom las estaba esperando a la puerta y se interesó por lo sucedido. Cuando  vio las cintas en los brazos de ambas muchachas sonrió. Y aún más al ver la cinta de color verde bien atada  por encima del codo de Connie.



-Desde luego te felicito. - La alabó el chico sin reservas. - No es nada fácil conseguir dos cintas el mismo día. Y enhorabuena a ti también, Bertie. – Agregó no queriendo ser descortés. –

-Gracias Tom.- Pudo responder ella con tono desapasionado. -

-¿Qué os parece si para celebrarlo nos vamos mañana a la playa?- Propuso Roy con jovialidad. -

-¿A la playa?- Se sorprendió Beruche. –



Aunque su hermana ya estaba dando palmas y muy sonriente replicó.



-¡Me parece genial! Mañana hará bueno y hace mucho que no vamos al mar. ¿Verdad Bertie?

-Bueno.- Pudo decir ella, a la que realmente le daba igual.-



Aunque debía admitir que cuando fueron de visita a la ciudad lo pasaron muy bien, sobre todo mirando la expresión de Cooan que apretaba los labios y le tomaba de las dos manos para insistir con tono más meloso.



-Anda Bertie… vamos a la playa, desde que estuvimos con nuestras hermanas y las chicas hace casi un año no hemos vuelto.



Su hermana suspiró y asintió sonriente. Cooan se refería a una escapada que hicieron junto con las sailors a un lugar bastante tranquilo. Donde por vez primera pudieron disfrutar de bañarse en el océano y admirarse de su inmensidad. Estaba claro que a todos les hacía ilusión ir. De modo que convino con un tono algo más animado.



 - ¿Por qué no?

-Y podrás nadar muchísimo allí.- Añadió una entusiasta Cooan.-

-¡Pues mañana a las nueve nos vamos! – Les dijo Roy con evidente buen humor. -



Convinieron en eso. Se dirigieron a las clases que transcurrieron sin nada que reseñar. Estas terminaron y el grupo se separó para ocuparse de sus respectivas actividades que en esos días pasaban por el estudio. Cooan se dirigió a la biblioteca.



-Por suerte hoy no le toca a la señorita Rose,- Suspiró aliviada.-



            De camino se cruzó con algunos compañeros que la saludaron dándole la enhorabuena.



-Felicidades, cinta verde.- Le decían la mayoría de ellos.-

-Muchas gracias.- Replicaba la joven, llena de satisfacción.-



            Sus amigas animadoras también le salieron al paso, fue Susy quien la saludó con jovialidad antes de que llegase al edificio de la biblioteca.



-Connie. ¡Felicidades , chica! Melanie ya nos lo ha contado.



            Y es que la capitana salió poco después y en tanto los chicos hablaban sobre sus planes de ir a la playa acudió al local del club de animadoras dando la noticia a las demás.



-Chicas, espero que festejéis a Connie como se merece.- Les pidió.-

-Claro que sí.- Asintió Serena.-

-Es una chica estupenda.- Convino Brooke, una joven de cabello negro y ojos a tono.-

-Podríamos ir a comprar una tarta.- Propuso Susy entonces.-

-Me parece una idea genial.- Asintió Melanie.-

-Sí, me apunto.- Añadió Cinthia. -

-¡Yo misma me ocuparé! - Declaró la propia Susy con entusiasmo.-



            Era la que más amistad había hecho con esa muchacha, aunque April se unió a eso al intervenir.



-Te acompañaré.



            Y tras ir a una pastelería cercana y hacerse con una apreciable tarta la llevaron rápidamente al local. Por suerte allí tenían nevera para el hielo y las bebidas isotónicas.



-Aquí se conservará hasta que nos la comamos.- Afirmó Serena con visible deseo de hacerlo.-

-Ahora tenemos que traer a Connie.- Dijo Susy.-

-Pues vayamos a buscarla cuanto antes.- Sugirió Brooke.-



            Y sin demorarse ni un instante fueron a buscarla. Al verla ir hacia la biblioteca se apresuraron a interceptarla. Tras felicitarla efusivamente, April le comentó con gesto risueño.



-Hemos preparado una pequeña celebración para ti.

-¿Para mí?- Exclamó la perpleja muchacha posando una de sus manos sobre su propio pecho.-

-¡Claro! Ya eres una de las nuestras…bueno, quiero decir.- Matizó Serena.- Ya lo eras, pero ahora perteneces totalmente a nuestro grupo. Todas somos miembros de la hermandad.

- Brooke, Cinthia y yo somos cintas verdes, como tú.- Le contó Susy.- Y Serena y April, al ser más veteranas, ya son cintas azules. Sin mencionar a Mel que, claro está, ostenta el grado de cinta roja.

-Tienes mucho mérito. ¡Te han dado dos cintas al mismo tiempo!- La alabó la segunda capitana.-

-No creo que haya hecho nada extraordinario.- Repuso modestamente Cooan.-



            Y de hecho, si pensaba en sus amigas de Japón o en lo difícil que había sido su propia vida y el esfuerzo que habían puesto sus hermanas y ella en vivir como personas normales, realmente así era. Por ello, añadió.



-Solamente estoy disfrutando de todo esto. El poder bailar y ser parte de las animadoras ya es suficiente recompensa para mí. Y sobre todo, el teneros como compañeras y amigas.



            Se ganó los espontáneos aplausos de sus interlocutoras que la estrecharon entre sus brazos rodeándola de afecto.



-Así se habla, Connie.- Afirmó Susy.-



            Y todas juntas entraron en la sala reservada a las animadoras. La propia Melanie estaba allí. La recibió con una sonrisa declarando.



-Estamos muy orgullosas de ti. Has demostrado haberte integrado de maravilla.

-Muchas gracias a todas.- Sonrió una emocionada Cooan.-

-Nos tienes que seguir entrenando para que tengamos la mejor forma de la liga.- La animó Serena.-

-Contad con ello.- Le prometió la interpelada.-



            Y tras comerse aquel pastel y brindar con algo de zumo, debido a las reglas anti alcohol de la facultad, estuvieron charlando sobre sus planes de futuro. Aunque a muy corto plazo, Cooan les desveló esa excursión que iban a hacer a la playa.



-Vaya, ¡qué interesante!- Comentó irónicamente Melanie. ¿Y vais a ir los cuatro?

-Sí, mi hermana, Tom, Roy y yo, claro. - Le enumeró su contertulia.-

           

            La capitana no dijo nada, de todos modos otras chicas estaban cerca y no iba a significarse, quien sí la miró con expresión consternada fue April.



-¡Vaya una suerte! Con dos tíos buenos como esos.- Intervino jocosamente Susy, añadiendo.- Me encantaría ir, pero está claro que es una salida a cuatro…



            Aunque enseguida guardó un envarado silencio al percatarse de que Melanie estaba ahí y la había oído. Por suerte para ella, Cooan era ajena a esos detalles. Al rato se despidió de sus compañeras, se había hecho tarde y estaba cansada.



-Ha sido un día estupendo.- Pensaba llena de satisfacción y contento en tanto se dirigía a su habitación.-



            Bertie entre tanto había estado estudiando. Al ver llegar a su hermana le comentó no sin algo de irónica y divertida condescendencia.



-Me alegra ver que has vuelto. Tus libros y tus apuntes te echaban mucho de menos.

-Es que las chicas me han querido dar una pequeña fiesta.- Le comentó cándidamente.-



            Y viendo la expresión atónita de su hermana le contó lo sucedido para concluir.



-Cuando quise darme cuenta vi que era tarde. Aunque todavía quedan un par de horas hasta la cena. Puedo estudiar un poco en ese tiempo.



Su contertulia no dijo nada, por un lado se alegraba de que Cooan hubiese encajado tan bien con ese grupo de chicas, aunque le entristecía ver que gradualmente las dos se iban separando. A ella le costaba más hacer amigos, pese a todo, también se relacionaba con algunos compañeros, aunque desde luego no de una forma tan estrecha como su hermana.



-Es genial que Cooan esté ya tan integrada, eso es lo que queríamos. Y mañana iremos juntas de excursión.- Pensó animándose.-



Y llegado el momento fueron a cenar. Después tardaron poco en irse a descansar. Al día siguiente era sábado, se reunieron con Tom y Roy en la entrada del campus, pertrechadas para su salida.



-Buenos días, chicas.- Saludó jovialmente Roy.- ¿Dispuestas para ir a la playa?

-Más que preparadas.- Convino Bertie.-

-Hoy hace bueno, y bastante calor para esta época del año. Podremos bañarnos.- Estimó Tom.-

-Yo no soy muy de chapuzones aunque a  mi hermana eso le encanta.- Repuso Cooan.-



Ante esas palabras Bertie no pudo más que sonreír levemente. Y por esta vez Roy se guardó de decir nada, para no recordar ese otro chapuzón indeseado que él le “regaló” a su compañera.  Salieron pues y aprovecharon para tomar un autobús que, desde la facultad, les dejó en la ciudad. Tras tomar el metro desde Manhattan  llegaron a la playa de Coney Island en Brooklyn. Allí, cerca de las norias y otros elementos de un parque de atracciones próximo, acamparon con sus sombrillas, sillas y esterillas. Los muchachos instalaron todo de forma presta en tanto les contaban.



-Esta playa estuvo muy de moda hasta el final de la Segunda Guerra Mundial. – Declaró Roy explicándoles. – Luego entró en decadencia pero hace algunos años han comenzado a renovar los paseos, a poner más duchas.

-Sí, es bonito. – Comentó Cooan observando las atracciones, sobre todo el famoso carrusel recortándose contra el cielo. –

-La próxima vez estaría bien ir a Long Beach. – Terció Tom. –

-Pero allí tienes que pagar entrada y además ahora creo que está cerrada. – Objetó Roy. –

-Bueno, ¿qué se le va a hacer? – suspiró su amigo colocando la sombrilla. –



Las dos hermanas se alejaron unos metros mientras charlaban. Ahora por suerte llevaban muchos días sin volver a sufrir aquellos ataques demoniacos y así lo comentaron.



- Todo está muy tranquilo ahora - afirmó Cooan - esperemos que continúe así.- Deseó ajustándose un poco su traje de baño color violeta de dos piezas unidas a la altura de la cintura. -

- Eso espero yo también. - Respondió Beruche que llevaba un traje de baño celeste, evocando su antiguo uniforme. - Pero no puedo quitarme de la cabeza lo que dijo esa voz, parecía conocernos  muy bien. Como si supiera todo sobre nuestras antiguas vidas.

-¡Olvídalo Bertie! No lo creo, si  no ya nos habría atacado. Ya te dije que habrá querido asustarnos. -La tranquilizó su hermana-

- Espero que tengas razón. - Suspiró su interlocutora tratando de apartar aquello de su mente. –

- Con un poco de suerte todos podremos estar tranquilos. – Suspiró Cooan. -

- Ojalá sea así – convino Bertie con esa misma esperanza. -

           

Lo cierto es que esos días de calma parecían darle la razón a su hermana. Ella misma se sentía motivada ante los primeros exámenes, deseando centrarse en ellos. En cierto modo, eso contribuía a reforzar la impresión de que eran dos simples estudiantes más. E incluso aquella tontería de las cintas contribuyó a darle a las cosas una visión menos seria.



-Espero que todas esas amenazas demoniacas hayan terminado. -Meditó Bertie, comentándole a su contertulia.- Ahora entiendo bien a Ami. La pobre daría cualquier cosa por ser una mera estudiante y alcanzar su sueño de ser doctora. Sin tener que estar luchando contra las fuerzas del mal.

-Es cierto. A Rei le pasa lo mismo. Ella ya tiene bastante con ocuparse del santuario y con sus propios estudios.- Convino Cooan, suspirando de un modo ligeramente culpable para añadir.- ¡Y pensar que nosotras mismas fuimos un problema más que ellas tuvieron que solventar, para poder seguir con sus vidas!

-Así es. Aunque me alegro mucho de que lo hicieran, y de paso nos ayudasen.- Le dijo su hermana, sentenciando.- Hemos podido tener otra oportunidad gracias a ellas. Y la estamos aprovechando.- Ahora, tras esa reflexión, observaba a los chicos y sonreía cambiando de tema.- ¡Mira a esos payasos, parecen dos críos!



Y es que Tom y Roy construían un castillo de arena entre ambos, ayudados por un grupo de niños con los que habían hecho buenas migas.



- Desde luego es impresionante lo bien que se les dan los niños, pero es lógico. ¡Ellos son más críos todavía! - Opinó Cooan divertida. -

- Ya lo creo, ¡ji, ji, ji!...- convino su interlocutora.-



Ambas se quedaron mirando como Roy levantaba a una niña en volandas y hacía el avión con ella para satisfacción de la pequeña.



- Bueno. - Suspiró su hermana. - Por lo menos tenemos estos momentos para descansar. La próxima semana se avecinan más tareas.

- Sí. - Afirmó Bertie. - No pensaba que esto iba a ser tan agotador. Tendremos que ponernos manos a la obra con un trabajo de psicopedagogía y preparar un test de procedimientos ¡Pero vale la pena! Como dije en la reunión de la Hermandad. ¡Yo me siento muy feliz de estudiar aquí! –Sentenció.-



Y continuó observando a Roy por el rabillo de ojo cuando él dejaba ya  a la cría en el suelo riéndose con ella y los demás pequeños.



-¡Más, más!- le pedía la divertida pequeña a un agotado muchacho que le respondió de rodillas para estar así a su altura.-

-¡Déjame descansar nena. Porfi!...- Suplicaba él  a quién aquella misma frase le recordaba a otra situación con “nenas” pero desde luego bien distinta, tanto la circunstancia como las niñas en cuestión, bastante más creciditas. Pensó no sin cierto regocijo, para añadir. –Luego dentro de un ratito jugamos un poco más.



            La niña, de unos cinco años, se dejó convencer contentándose con abrazarse a su cuello. Tom por su parte terminaba de dirigir las obras de un foso en la arena. Ambos lo estaban pasando muy bien. Era ese un momento poco común, les oxigenaba de otro tipo de relaciones con los profesores, compañeros y sobre todo con esos infaustos demonios. Pero la tranquilidad duró poco y el grupo no se percató de que eran observados desde la distancia por un par de siniestros encapuchados con prismáticos.



- Ya los he localizado. - Dijo uno de ellos manteniéndoles en su campo visual - están en esa playa.

- Debemos avisar a los Maestres.- Añadió el otro que sacó un Walkie-Talkie y comunicó con su base. - Los tenemos en el punto h-2, con un grupo de niños.

- Permaneced a la espera. Informad de cualquier novedad que se produzca. Ahora mandaremos a alguien para que se ocupe de ellos. - Fue la respuesta. -



            En la sede de la secta, Valnak fue puntualmente puesto al corriente del asunto.



- Así que en la playa. ¡Qué bien se lo pasan estos chicos! Aprovechan bien la temporada baja. - Se sonrió el demonio afirmando con su sorna habitual. - Bien, tengo algo en mente para que se diviertan más todavía.

-¿Qué es lo que has pensado hacer, señor?- Le preguntó uno de los Maestres con viva curiosidad objetando. - Será difícil que el demonio pueda ocupar un cuerpo adecuado. Según nuestros informes tan sólo están acompañados por un grupo de niños.

-¿Quizás tratarás de poseer a las chicas que están con él?-  Elucubró otro de los maestres.-

- A ellas no - Negó el demonio argumentando. - Su particular situación las hace inexpugnables para un control adecuado. Y no quiero hacerlo de esa manera. Su otro amigo ya fue víctima de otro. Su mente ahora sería más fuerte. En cuanto al objetivo, él no puede ser poseído por su particular condición. No… dejádmelo a mí.

-¿Pero entonces a qué humano podrás recurrir?- Quiso saber el tercero de los Maestres. -

-¿Y quién ha hablado de utilizar un humano?- Sonrió el demonio divertido añadiendo a continuación – Ese ha sido vuestro problema, la falta de originalidad. ¡Dejadme trabajar y ya veréis!



Entre la lógica curiosidad de los maestres se limitó a conjurar a otro demonio llamado Manarask, que apareció como una extraña sombra de forma a medio camino entre humanoide y bestia, al que ordenó atacar por mar.



-Espera, olvidaba una cosa muy importante.- Le dijo Valnak antes de que su siervo se marchase.-

-Decid, mi amo.- Repuso obedientemente el interpelado. -

-Ten cuidado con este.- Le indicó mostrando una imagen de Roy.- Le quiero con vida. No me importa lo que les hagas a los otros. Pero evita dañar a este humano en demasía.

-Como ordenes, mi señor.- Repuso aquel ente.-



Y tras esas palabras el demonio partió, penetró en el océano y entró en un gran Jaquetón, llevándole hacia la playa.



Los críos se habían ido ya, sus padres les conminaron a hacerlo no sin antes agradecer a Roy y Tom su amabilidad por entretenerlos. Ambos dirigieron entonces su atención hacia las chicas animándolas a nadar.



- Vamos, ¡el agua está buenísima!- Alegaba Roy.-

- Yo creía que por esta zona pasaba una corriente fría. - Rebatió Cooan. -

-¡Qué no!, ¡no seas quejica, Connie! - Negó éste entre divertido y cansino. - ¿A que está muy buena Tom?- Añadió pidiéndole ayuda a su amigo.



Éste, que no sabía si su compañero se refería al agua o a la muchacha, asintió con una sonrisa.



-¡Hala cubito! ¡Aquí estarás en tu salsa! - Instaba Roy a Beruche, agarrándola de un brazo para que se levantase. – Esta piscina sí que es enorme. Venga, te dejo que me tires dentro y estaremos en paz.- Se atrevió a recordarle ahora.-

- Ya voy, espera un momento. - Le pidió ella sonriendo divertida.-



 La verdad es que ahora aquel incómodo recuerdo hasta comenzaba a parecerle gracioso a la propia chica. Y sobre todo, estaba fascinada mirando aquella interminable superficie de agua que tenía ante sí. Podía acordarse de esas historias que su abuela Kim les contaba cuando ella y sus hermanas eran niñas.



-¿Y eso que se llama mar es tan grande?- Preguntaba ella no teniendo más de siete u ocho años.-

-Sí, cariño.- Le contestaba la cálida voz de su abuela. -¡Es inmenso! Solamente hay agua hasta donde alcanza la vista.

-Entonces es muchísimo más enorme que el lago que tienen papá y mamá al lado de casa.- Intervenía una admirada Kermesite.-

-¡Incluso podría ser más grande que Némesis entero! - Comentó Petzite, realmente asombrada.-

-¿De verdad, abuela?- Inquirió Calaverite.- ¡Tan enorme es!



            Aquella anciana asintió sonriendo. Beruche recordaba sus facciones algo arrugadas ya y esa expresión bondadosa. Su abuela las quería mucho, igual que su madre. Aunque esta última cambió y se volvió mucho más dura y exigente con ellas cuando fueron creciendo, luego ya apenas sí volvieron a verla al irse a vivir a la Corte y después fueron corrompidas por esa energía maligna…



-¿Estás bien?- le preguntó Roy mirándola con algo de extrañeza.-



La muchacha salió de sus pensamientos entonces. Debió de haber puesto una expresión nostálgica en su cara. Enseguida sonrió y asintió, tenía ganas de nadar y desde siempre le había gustado el agua fría, sería la fuerza de la costumbre.



-Sí, claro, solamente pensaba.- Repuso.-

-Seguramente que en los exámenes. ¡Anda cubito!. Deja ya de ser tan empollona y disfruta del momento.- Le aconsejó jovialmente su compañero. –

-Tienes razón.- Admitió, yendo hacia el agua a la par que le indicaba. -¡Vamos a  nadar!

-¡Adelante Connie! - Intervino Tom animando a su vez a la otra dubitativa chica dándole gentilmente la mano para ayudarla a levantarse. - No vas a ser menos...



            La interpelada se dejó convencer finalmente y junto con los demás al fin se metió en el agua,  y tal y como se había temido ¡estaba helada! Cooan quiso dar marcha atrás, a ella desde luego no le entusiasmada tanto como a su hermana, pero era misión imposible. Tom y Roy la salpicaban por la retaguardia y también entraron en el mar, zambulléndose de golpe para evitar el sufrimiento prolongado de las frías aguas. A su alrededor la playa se había quedado desierta, ahora parecía una isla recién descubierta, sólo para ellos. El día además se estaba nublando y eso confería un tono gris acerado y misterioso al mar.



-¡Qué bien!, ahora se templará un poco. - Comentó Tom al ver las nubes. -

-¡Qué fría está! - Tiritaba Cooan manteniéndose estática a base de cortas brazadas. -

- Tienes que nadar o te congelarás. - Le aconsejó su hermana remachando jovialmente - Hazme caso. ¡Esto es lo mío!



            Y ésta ya daba unos elegantes largos de “crol” y luego sin esfuerzo cambiaba a espalda deslizándose sobre las saladas y densas aguas que la sostenían prácticamente en volandas.



-¡Vamos chicas! - Propuso Roy nadando hacia ellas. - ¡Hagamos una carrera! Así calentaremos rápidamente.- Tom convino en ello al seguirle a buen ritmo. -

- No creo que sea justo - replicó Beruche acercándose a él. - Nosotras nadamos bien, pero vosotros parecéis torpedos.



            Así era, evidentemente los chicos disponían de mayor fuerza física y eran excelentes deportistas. Ella poseía una técnica mucho más depurada pero aun así no podía compararse. Pese a ello, fue paradójicamente su hermana quien la arengó divertida.



-¡Vamos Bertie!, no perdemos nada por intentarlo. - Dijo Cooan que estaba tratando de alcanzar a Roy y contenta también por poder librarse de ese paralizante frío. -



            Éste iba deliberadamente despacio y cuando ella creyó alcanzarle aceleró bruscamente salpicando mucha agua hacia la chica que se quedó atrás soltando un chorro por la boca. Beruche, que había pasado inadvertida entre tanto, le atacó traicioneramente por detrás sumergiendo al muchacho al apoyar las manos sobre sus hombros. Acto seguido Roy emergió buscando a su atacante...



-¡Ahora vas a ver, cubito! ¡Te voy  a convertir en submarino! - Amenazó divertido cuando la descubrió, emprendiendo a su vez la persecución.-



Tom que iba detrás se fue hacia Cooan que tosía, parecía haberse bebido algo de mar.



-¡Tranquila, yo te salvaré!- declaró jocoso.-



Aunque a medio camino su expresión se tornó terror al ver la aleta del tiburón dirigiéndose hacia ella. Apretó el ritmo llegando rápidamente junto  a la chica y tiró de sus  brazos hacia la orilla.



-¿Pero qué haces, Tom?- le preguntó la muchacha sorprendida. - ¡No es para tanto! , sólo he tragado un poco de agua.

-¡Un tiburón!- gritó él señalando hacia el mar - y es muy grande...



            Entre tanto Roy había dado alcance a Beruche y con una mano sobre la cabeza de ella trataba de hundirla, pero la chica era escurridiza y se zafaba bien de cualquier intento riéndose de la cara sorprendida de él. No en vano el agua era su elemento, lo mismo que Ami. Las dos disfrutaban tanto de ir a nadar juntas como de jugar al ajedrez. Pensaba en eso en tanto esquivaba diestramente a ese chico.



-Ami- chan es una nadadora excelente, también me supera en eso. Aunque según me contó una vez compitió contra una amiga suya, una tal Michiru creo que se llamaba, que es tan buena como ella. ¡Espero que algún día me la presente!

- Realmente eres muy buena nadando, pero no te servirá. ¡Te atraparé! - Le aseguró precisamente Roy intentándolo de nuevo hasta que le llegó el aviso de su amigo. -

-¡Roy, Bertie, salid del agua! - les gritaba el chico señalando en su dirección pues el escualo había cambiado de rumbo dirigiéndose hacia ellos. - ¡Un tiburón va hacia vosotros!..

-¡Venga ya, Paleto de Kansas! – rio incrédulamente su amigo que obviamente, ni siquiera había mirado para replicar. - Eso está muy visto...



            Pero su compañera sí que se giró viéndole acercarse. El chico entonces lo apreció también. A lo lejos una gran aleta y emergiendo de las aguas la terrorífica cabeza de un gran tiburón blanco. Todos se paralizaron de terror hasta que Roy dijo, alejando a Beruche hacia la orilla.



-¡Vamos, le entretendré, sal de aquí, Bertie!- Y él mismo se dirigió hacia el tiburón nadando a gran velocidad.-

-¡No seas loco, te va a destrozar! - gritó Tom con tono desesperado. -

- Tú llévate de aquí a las chicas - respondió él.-

-¿Has perdido el juicio?- Le gritaba Beruche inútilmente, pero él estaba ahora lejos y la muchacha no pudo hacer nada salvo escapar de allí. -



            Tom y las chicas lograron alcanzar la orilla y salir del agua. Roy, al verles seguros, se dirigió también a tierra por una zona que conocía bien. Nadaba a toda velocidad, pero el tiburón se acercaba peligrosamente. Por fortuna el escualo se quedó a pocos centímetros de agarrar a su presa  varándose en un banco de arena tal y como su  presunta víctima calculó. Así el chico logró salir. Una vez a salvo, se quedó mirando con fascinación al enorme animal, inerme en su  varadero.



- No lo entiendo - jadeó por el esfuerzo, y asustado todavía, comentó. -¡Venía a por mí como si me conociera, tenía una mirada muy extraña!



            Respondiendo a sus palabras, del tiburón salió una densa niebla negra que al alcanzar la orilla se consolidó en forma del demonio Manarash, una especie de humanoide con cabeza de escualo.



- Nadas muy bien,- alabó traicioneramente el demonio. - Veamos si luchas igual.- Y sin dar tiempo a su adversario a reaccionar de un golpe rapidísimo le lanzó a varios metros contra la arena. -



            Tom acudió en auxilio de su amigo golpeando al demonio en la espalda con el palo de la sombrilla pero partió aquel endeble arma en dos. Su enemigo se giró indemne hacia él sonriendo con unas enormes fauces y declarando con irónica sorna.



- Vaya, ¡cuánto valiente hay en esta playa! No te preocupes, luego me ocuparé de ti.



Y sin más empujó al humano despectivamente pero aun así, le lanzó a varios metros. Ignorándole después por completo, otra vez se dirigió hacia su objetivo que seguía en el suelo tratando de recuperarse. Por fin éste se levantó cuando el demonio llegó junto a él...



-¡Ahora te vas a enterar!- Espetó Roy.-



El chico logró golpear a su rival con una patada de kárate en la cabeza como le había enseñado Tom. Incluso pudo derribarle. Aunque Manarask se levantó enseguida entreabriendo sus fauces como si esbozase una sonrisa divertida.



-¡Vaya! Eso no lo esperaba. Me lo estás poniendo interesante. - Se burló.-



            Por su parte las dos hermanas buscaban desesperadamente algo con lo que defenderse del ataque del demonio. Pero Cooan se había dejado los amuletos en la universidad y Beruche no tenía ya más agua bendita. Entre tanto el demonio había vuelto a pegar a Roy haciéndole sangrar por el labio, Tom les gritó a ambas con urgencia desde su posición.



-¡Eh chicas!, pasadme algo duro, una piedra o lo que sea.



            Las dos escrutaron frenéticamente la playa a la búsqueda del objeto requerido, llevadas por la urgencia, pero no encontraban ninguna.



-¡No veo nada, Tom! - chilló Cooan  con expresión desesperada. -

- Pues lo tenemos mal - repuso éste. - Pero con arma o sin ella allá voy, no puedo dejar a Roy solo - Declaró decididamente embistiendo contra el demonio y empujándole lejos de su amigo. -

-¡Vamos a por él! - animó Roy a Tom levantándose del suelo. - Somos dos contra uno.

-¡Vaya, vaya!- Reía Manarash recuperándose al instante del empellón y burlándose de ambos. -¿De verdad creéis que dos humanos miserables vais a poder vencerme? Admito que tenéis valor, pero, ¡preparaos, voy a terminar con vosotros!



Aunque cuando estaba a punto de atacarles recibió una orden telepática de Valnak que le hizo detenerse.



- Ataca a las chicas – esto provocó un gesto de sorpresa del demonio que por unos instantes se quedó inmóvil  - ¡haz lo que te digo! - exigió Valnak. -

- Sí, amo - respondió éste en voz alta. –



Y para sorpresa de sus contrincantes y con una enorme rapidez se trasladó a la posición de las dos hermanas.



-¡Alto cobarde!- le increpó Tom asustado por ellas - ¡atácanos a nosotros!



            Las dos vieron acercarse al demonio y optaron por tirarse cada una hacia un lado para confundirle. Por unos instantes funcionó. Manarash desconcertado dudó a quién atacar primero pero al fin se decidió por Beruche, que había tropezado cuando intentaba levantarse y estaba en el suelo. Roy, también con rapidez, se interpuso en la trayectoria del demonio. No obstante éste, riendo en un tono burlesco, le apartó de un manotazo derribándole. Iba a atacar a  su presa que trataba aún de levantarse y huir sin lograrlo. Fue entonces cuando el chico volvió a la carga sujetando una de las piernas de Manarash y haciéndole perder el equilibrio dando con él contra el suelo. Furioso, el demonio se levantó  comenzando a golpear al muchacho e ignorando las órdenes de Valnak. Tom se acercó sigilosamente tirándole a su enemigo un puñado de arena a los ojos, consiguiendo cegarle. Éste, en pie, bramaba furioso mientras trataba de quitársela. Todos aprovecharon la oportunidad para escapar corriendo a esconderse en unas cercanas casetas de playa. Había una fila de treinta o más, cada uno se escondió en una diferente, pudiendo pasar a gatas de una a otra.



-¡Ésta me la pagaréis! - rugía Manarash que ya había conseguido quitarse la arena. - ¡Ahora sí que me habéis enfadado! ¡Os encontraré por mucho que os escondáis y os haré pedazos! - Amenazó  aproximándose a las casetas. -



            Tom se metió gateando en la caseta de Cooan, ella le hizo un presuroso hueco pero con la arena levantada comenzó a darle el típico espasmo que precede a un estornudo. El chico, como se hacía siempre en esos casos, colocó rápidamente un dedo bajo la nariz de ella. La muchacha logró contenerse y ambos suspiraron aliviados. Beruche mientras observaba desde una rendija como el demonio se acercaba a su caseta, ¡estaba destrozando todas para encontrarles! Roy también lo vio desde la suya y solamente pensaba como poder alejarlo de su compañera. Se le ocurrió una idea, arrancando dos tablones de madera  los ató con un pedazo de tela del ropero.



- No es una cruz muy ortodoxa,- se dijo apurado- aunque espero que sirva.- Así, reuniendo valor, salió de la caseta y retó al demonio. - ¡Eh tú, estúpido cabeza de besugo! ¿Por qué no vienes a por mí? Mira ¿qué te parece esto? – Exclamó tratando de parecer intimidatorio a la par que levantaba desafiante los palos ante él. -



            No obstante y para su asombro, obtuvo por parte de su enemigo una reacción bien distinta de la que esperaba.



-¡Ja, ja, ja, ja!- Manarash le observaba y reía a carcajadas replicando.- ¡Eres tan estúpido que ni siquiera sabes hacer una cruz como es debido!

           

            El aludido descubrió espantado que la tela con la que ató los maderos se había rasgado y uno de ellos se había caído. Trató de recomponerlos desesperadamente, pero el demonio, con una vertiginosa velocidad, le quitó las tablas de un manotazo. Dibujando una estúpida sonrisita en la cara Roy salió corriendo, sin embargo su rival le sobrevoló interceptándole.



- Bueno, bueno,- sentenció Manarash divertido mientras hacía crujir sus nudillos. -

-¡Vale tío! - repuso el chico tratando de entonar su mejor y más macarresco acento. - ¡Venga atácame! ¡Vamos maricón!, venga, una pelea, te reto, mano a mano, cara a cara. Una lucha a puñetazos, ¡solos tú y yo! ¿A qué no te atreves? Cobarde, hijo de la gran perra.

-¡De acuerdo! - aceptó Manarash que parecía muy divertido con aquella situación dado que mostraba sus fauces a modo de sonrisa cuando incluso concedió. - ¡Como quieras!, hasta te dejo empezar a ti. Pégame lo más fuerte que puedas.



            Roy no se hizo de rogar, reuniendo fuerzas le obsequió con su mejor gancho de izquierda, incluso hizo que el demonio se tambalease, pero éste meneó la cabeza aunque admitió.



- No está mal para un humano. Ahora es mi turno.- Declaró encantado sacudiendo a su oponente un directo que lo envió cuatro metros para atrás. -

-  ¡Ay!, veo estrellitas de colores. - Balbuceaba éste al borde del K.O técnico con ojos en forma de espiral. -

-¡Ja, ja, ja, ja! – reía Manarash señalándole con un brazo a cuyo extremo extendía una de sus afiladas zarpas. – Eres muy divertido, ¡qué lástima no poder ocuparme de ti! Tú te quedas para el amo, yo me encargaré de los otros, de esos no tengo órdenes concretas sobre dejarles enteros.



            El demonio se giró para buscar a los demás, pero al hacerlo aulló espantado y comenzó a quemarse. Beruche, Tom y Cooan habían visto lo ocurrido, recogieron los palos y sigilosamente compusieron una cruz en condiciones aprovechando que su amigo distraía al enemigo. Se tumbaron tras de éste y se levantaron cuando Manarash se giró, estampándole la cruz en los morros. Tom lo remató clavándole una estaca en la frente y el demonio estalló. Todos se apartaron de él arrojándose al suelo. Después, fueron hacia Roy que divagaba sobre la visión de los anillos de Saturno y pollitos que piaban alrededor de su cabeza.



-Le ha dado bien fuerte.- Suspiró Tom.-

-Sí, tendremos que ayudarle para volver a la universidad.- Convino Cooan en tanto su hermana asentía preocupada.-



            Mientras tanto, en la sede de la maligna secta, el demonio responsable del fracaso de la operación soportaba con bastante estoicismo la bronca del Gran Sabio.



-¡Eres un estúpido, Valnak! , te dije que fueras tú mismo, ya empiezo a estar harto de hacer el ridículo. - Le espetó -...

- Como tú digas. - Repuso el capitán de la Horda con una leve sonrisa sin parecer demasiado preocupado. - La próxima vez me encargaré personalmente del asunto.



            Ya de vuelta en la Universidad, Roy estaba acostado, con un filete sobre el ojo y un cubo de hielo cubriéndole la mandíbula. Los demás le rodeaban y Beruche entre compasiva y divertida, le reprochó.



-¿Cómo eres tan burro? , hacer una cruz tan endeble.

- No tenía otra cosa, ¡ayy! - se quejó él al articular palabra. -

- Yo no pienso volver por la playa en mucho tiempo. - Intervino Tom. -¿Qué os parece si el próximo día, después de los exámenes, vamos a la sierra? Allí no hay tiburones.

-¡Sí, eso estaría muy bien, me encanta la montaña! - convino Cooan con entusiasmo. -

-¡No habléis tanto, por favor, me duele mucho la cabeza! - se lamentó Roy entre gemidos. -



            Todos le miraron y no pudieron evitar echarse a reír. Habían salido tan bien librados que les parecía que esos demonios no eran ya tan terribles. Desgraciadamente no podrían estar más equivocados…muy pronto lo comprobarían. Por su parte, Melanie se preocupó cuando supo que Roy había regresado herido. Al retornar este y sus acompañantes, algunos chicos le vieron en un lamentable estado y se había corrido enseguida la voz. Ella fue a buscarle a su habitación a fin de interesarse por él pero se detuvo. Al llegar la puerta estaba abierta y pudo ver a esa zorra nipona dentro, riéndose a su lado.



-¡Maldita pécora asquerosa!- Espetó entre dientes.-



            Se dio la vuelta volviendo sobre sus pasos. Iba tan enojada que ni reparó en que Tom y Connie estaban allí también.



-¡Te juro que te vas a acordar de mí!- Rumiaba con evidente disgusto.-



            Apenas si se dio cuenta de que Roberts se acercaba a ella. El chico quiso decirle algo pero le ignoró atravesando el pasillo como una exhalación.



-¡Debe de ser por ese imbécil! ¡Maldito Malden!. No sé qué te habrá sucedido, pero no es nada comparado a lo que yo te haría. – Pensaba él, con manifiesto enfado, centrándose ahora en la chica que tanto le gustaba.- ¿Por qué sigues insistiendo, Mel?- Se preguntó mentalmente.-¿Por qué?



            Aunque no sabía a ciencia cierta si esa cuestión debería hacérsela a Melanie o a sí mismo. Lleno de frustración se alejó por el corredor, esperando tener algún motivo para romperle la cara a ese idiota. Por su parte, se cruzó con April que le vio con ese gesto de enfado.



-¿Estás bien, Malcolm?- Le preguntó con preocupación.-



            El aludido se detuvo observándola con sorpresa. Quizás su estado de ánimo era tan evidente que hasta esa pobre chica se había dado cuenta. Tratando de calmarse respondió.



-Estoy perfectamente, gracias por preguntar.



            Iba a seguir su camino cuando ella posó una mano sobre otra de él. Roberts se quedó perplejo, más cuando su contertulia suspiró comentando con tono a medio camino entre resignado y entristecido.



-A veces las cosas no son como nos gustaría que fuesen. Tú eres un buen tipo. No te hagas más daño. Eso no sirve de nada. Yo lo sé por experiencia.



            Malcolm creyó comprender. Esa pobre habría sido una víctima más de ese engreído “Don Juan”. Otro trofeo más que habría olvidado, al igual que había hecho con Melanie, centrado como estaba en su última conquista. Aunque no sabía que decir. Fue al fin capaz de musitar un…



-Gracias April. Sé que eres su mejor amiga. Por favor, trata de ayudarla para que ese desgraciado no le haga más daño. Él no quiere saber nada de ella. Y Melanie se empeña en ponerse una venda en los ojos.

-¡Ojalá pudiera!- Sonrió débilmente esta, con los ojos empañados, sentenciando.- Pero eso es algo que solamente Mel puede descubrir. Únicamente ella puede quitarse esa venda. Cuanto más intentásemos hacérselo ver, más se negaría a ello. Tener paciencia. Sólo eso podemos hacer.



            Roberts estrechó esa mano de la chica entre las suyas, asintió mirándola agradecido, la soltó y se alejó al fin. April se quedó observando como se perdía por el pasillo. La muchacha había visto pasar antes a su compañera de habitación, Mel estaba a punto de llorar y con ese rictus de rabia en su cara. Vio como pasaba ante Roberts sin siquiera mirarle y como éste hizo un amago de querer decirle algo pero no se atrevió. Dándose cuenta de la dirección  en la que venía la capitana de las animadoras, no le fue difícil atar cabos.



-Al menos tú tienes una pequeña posibilidad, Malcolm.- Se dijo llena de consternación y amargura.- Si supieras lo que es haber tenido que marcharte de la habitación tantas veces para que ella se reuniese con él…y sonreír pese a estar rota por dentro…



            No quiso pensar más en eso y también se fue. Tenía mucho que estudiar antes de los exámenes. Aunque aprovecharía en cuanto le fuera posible para hacer una escapada a la ciudad. Tenía que ser cuidadosa, ir lo más lejos posible de la universidad. No podía permitir que ninguno de sus condiscípulos, y menos sus compañeras animadoras lo supieran.



-Toda mi vida aquí es una gran mentira.- Se lamentó.- Y lo peor es que no me atrevo ni a pensar en qué podría suceder si se descubriese. Quizás sería capaz de soportarlo…si tú no lo supieras, Mel.



Paralelamente a estos hechos, en Japón, Mamoru y Usagi mantenían una conversación en el apartamento de él. Estaban con la gata Luna. La joven declaraba.



-No sé. Por ahora las cosas van tal y como nos han indicado.

-Quizás incluso mejor. Llevamos una par de semanas muy tranquilas. – Replicó su interlocutor.-

-Pero muy pronto todo va a ponerse peor. Y eso me asusta.- Suspiró Usagi bajando la mirada.-

-En tal caso tendremos que actuar.- Comentó Luna.-

-Tendrán que avisarnos primero. Hasta que eso no suceda no podremos acudir.- Le recordó Mamoru, preguntando a sus contertulias. -¿Cómo se lo están tomando las otras?

-No demasiado bien. - Repuso la muchacha añadiendo algo más aliviada.- Pero desde que se lo contamos a Ami y a Rei, ambas están esperando que llegue el momento y deseosas de poder ayudar a las chicas.

- En cuanto a Júpiter y Venus, no sé.- Terció Luna comentando.- Artemis me ha dicho que Minako está preocupada. Aunque no quiere exteriorizarlo. Ya la conoces, sabe guardarse bien lo que piensa cuando quiere con esa apariencia risueña. Y Makoto, bueno, está algo más al margen del asunto, pero se ve con Petz de vez en cuando y cuando charla con ella no le gusta tener que fingir que no sabe nada de lo que pasa en los Estados Unidos.

-Quizás si pudiéramos contarles a ellas lo mismo que a nuestras otras dos compañeras.- Comentó Usagi sopesando eso con gesto apenado.-

-Tú sabes que no es posible, al menos de momento.- Intervino el muchacho.- Ellas no tienen la afinidad de Rei y de Ami con Cooan y Bertie. Además, deben quedarse aquí por si el enemigo se presentase nuevamente. No podemos contar solamente con las guerreras del sistema solar exterior. Y nuestra hija debe de permanecer en el futuro, al menos durante un tiempo. Hay mucho de lo que encargarse allí. Ya sabes, tenemos que evitar que se den ciertas paradojas temporales y permitir otras.

-Que ni tan siquiera conocemos ahora.- Apuntó agudamente Usagi, casi con tinte reprobador.-

-Y así debe ser, para impedir que nosotros mismos las dañemos de un modo irreparable.- Sentenció Mamoru.- Por eso, entre otras cosas, no se nos permite estar al tanto de todo.



            Eso era cierto. Chibiusa tenía a su vez sus propios retos y obligaciones. Como sucesora de la reina Serenity sus esfuerzos estarían centrados en garantizar la paz y la prosperidad en el futuro lejano. Pero aquello era algo que, pese a tener cierta relación con las hermanas, debía ser dejado al margen por la propia seguridad y estabilidad del tejido espacio- temporal.



-¿Has sabido algo nuevo de ese otro misterioso adversario?- Le inquirió Usagi al hilo de aquello, con tono inquieto.- No me quedó demasiado claro de qué o quién se trataba. No se nos advirtió de ello.

-No he sabido nada nuevo. Hablé con Setsuna hace poco y me contó que, por ahora, no se había producido ninguna novedad, pero que mantenían la vigilancia.- Le respondió el joven, recordando a su interlocutora una vez más.- Ya sabes que no nos han de contar todo. Nos advirtieron de que hay muchísimas cosas que deberán suceder. Y no estamos involucrados en todas ellas. Por eso no nos corresponde actuar en esos casos.

-Lo sé, y eso en cierto modo es lo que más me hace sufrir.- Confesó su contertulia, remachando.- El momento se aproxima y todavía no están listos. Y nosotros tampoco. ¡Ojalá pudiera acudir y hacer algo!

-Pero debes mentalizarte de ello, por duro que te resulte, Usagi-chan. Esto no es como cuando estábamos en primera línea.- Comentó la gata atusándose los bigotes.-

-No, y preferiría mil veces ser yo la que se enfrentara a lo que quiera que sea que está detrás de todo esto. Estas pobres chicas ya no tienen ningún poder. ¿Por qué tiene que tocarles a ellas? - Se lamentó Usagi.-

-Eso no es algo que podamos cambiar. Lo que sí sabemos a ciencia cierta es que no es nuestra lucha.- Le recordó Mamoru tomándola de las manos para matizar.- Al menos, de momento. Tendremos que permitir que los eventos sigan su curso, por duros y difíciles que sean, nos guste o no.



            Sus contertulias asintieron con resignación. Después se despidieron para ir al encuentro de sus otras compañeras y esperar acontecimientos. Los cuales, desgraciadamente, no iban a tardar mucho en producirse.



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7 comentarios:

  1. Es lindo ver la complicidad que hay entre los chicos y las chicas, como algo mas fuerte se ha ido construyendo gradualmente, y esta ahí, aunque no lo perciban de forma plenamente consciente aún... y la escena de la cruz media mal armada de Roy, fue un tanto graciosa xD.
    Melanie quiere sembrar la discordia aparentando todo lo contrario, sin embargo, no se da cuenta que Bertie no es como ella realmente piensa, o bien, como le gustaría que reaccione, ya que su realidad, es otra

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    1. Si, Melanie juega bien sus cartas, se atrae a Cooan y ante los demás quiere quedar bien. https://www.deviantart.com/gwarriorfanfic/art/Cheerleader-Cooan-by-LiriumProject-648169698

      Aquí está Cooan como animadora con el uniforme de la Golden.

      Gracias de nuevo por el comentario :) espero que los siguientes capítulos te gusten, Valnak está pronto a actuar y en Japón las sailors comienzan a hacerse preguntas.

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  2. Respuestas
    1. El enlace al capítulo siguiente estaba estropeado. Ya lo he arreglado. Disculpa la molestia y el que no me diera cuenta antes.

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  3. El enlace al siguiente capítulo está incorrecto.
    En lugar de enlazar con el 12, enlaza consigo mismo (el 11).
    Mauricio.

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Por favor, si sois tan amables y no os es molestia, comentar vuestras impresiones sobre lo que habéis leído. Me vendría muy bien para mejorar y conocer vuestras opiniones sobre mis historias. Muchas gracias. ;)