jueves, 3 de marzo de 2011

GWA 12. El test

Capítulo 12.El Test

 

 

Los días de asueto pasaron rápido como siempre suele suceder y llegó el momento de un nuevo examen. Los chicos habían estudiado según sus respectivas costumbres. Beruche y Cooan se habían encerrado en la biblioteca y en su habitación para empollarlo a conciencia. Tom había hecho lo propio. El único que no había estudiado gran cosa, como era su costumbre habitual, fue Roy que, entre el baloncesto y sus entrenamientos especiales, no había tenido tiempo. Pese a todo él confiaba en "su capacidad de inspiración", como gustaba de llamarla. Un par de horas antes del examen charlaba con Tom, éste le preguntaba si estaba preparado.

 

- Bueno, ¿cómo lo llevas?, no creo que sea excesivamente difícil, casi todo nos lo han explicado en clase.

- Sí, el único problema es que me he saltado unas cuantas  y ahora no sé ni de qué va la materia. -Replicó Roy encogiéndose de hombros para escenificar aún más su ignorancia. -

- Pues entonces lo vas a tener difícil muchacho, no sé cómo te las vas a arreglar.- Repuso su amigo moviendo la cabeza. -

- Tranquilo - sonrió él con suficiencia - confía en mi habilidad. Ya me conoces, en momentos de necesidad Roy Malden se crece ante las adversidades.

-¿En momentos de necesidad? Querrás decir que siempre que hay un examen, Roy Malden trata de copiar como un desesperado. - Sonrió Tom con malicia. -

- Yo no lo definiría así, lo llamaría un trasvase de conocimientos con guion.- Aseveró su colega haciendo brotar la carcajada de su interlocutor. -

- Ja, ja, ja, ¡no tienes tú cara! Anda, vamos a la biblioteca a ver si encontramos a las chicas. –

-Bueno tío. Es que no deja de ser eso. Una demostración de conocimientos asistida por una guía…es como cuando haces una presentación y te ayudas con anotaciones… ¿o no?

 

Y sin que su compañero pudiera parar de reír repitiendo ese lema de su amigo se dirigió a la búsqueda de Cooan y Beruche seguido por Roy que esbozaba también una amplia sonrisa.

 

-¡Ja, Ja! Nunca lo había considerado de ese modo.- Decía Tom en tanto los dos se alejaban.- La verdad es que tienes salidas para todo.

 

            De camino pasaron junto a un grupo de compañeros, todos charlaban asimismo sobre sus próximos exámenes. Les saludaron y Roy por supuesto exhibió esa confianza de la que se vanagloriaba al ser preguntado. Una vez se alejaron de ese grupo, añadió con tono triunfal.

 

-¿Lo ves, paleto de Kansas? Yo no estoy nada nervioso.

-Anda, vamos a encontrar a las chicas.- Suspiró su amigo moviendo la cabeza con resignada paciencia.-

 

            Mientras tanto, en la sede de la Secta, Valnak parecía estudiar también. Leía un libro con bastante interés, sobre la cubierta del lomo de éste se dibujaba una estrella de cinco puntas invertida.

 

-Esto es muy interesante. Esas piedras son fundamentales para nuestros objetivos y están en ciertos sitios bastante difíciles de acceder. Salvo que seamos dos poderosos demonios en lugar de uno, quienes lo intentemos…- Meditaba. -

 

El Gran Sabio apareció junto a él y le reprochó verle en ese estado.

 

-¿Se puede saber a qué juegas, Valnak? Tenemos una misión muy importante entre manos y tú te dedicas a leer libros. Me gustaría saber qué es eso tan importante que lees para que no actúes de inmediato.

- Descuida, Gran Sabio. - Respondió imperturbablemente el demonio sin dejar de leer. – A pesar de las apariencias estoy trabajando en un plan. Y éste libro me dará toda la información necesaria para cumplir con mi cometido. Además, debo estudiar para mi examen de comandante. No me basta sólo con hacer méritos. No debes impacientarte - cerró por fin el libro y añadió. - Bueno, ya he leído todo lo que debo saber para cumplir con esta delicada tarea, ¡ja, ja, ja, ja!

- Eso espero por tu bien, debes saber que los altos cargos comienzan a impacientarse.- Le advirtió el Gran Sabio sin demasiada paciencia. – Y eso puede significar muchos problemas.

- No te inquietes, ahora mismo me encargo. - Prometió cumpliendo con gran celeridad, pues ya estaba invocando a otro demonio. - ¡Ven a mí, Sailonel! – Declamó con demasiada teatralidad y de entre una nube de humo emergió una figura difusa que fue tomando forma. -

- A tus órdenes, amo - sonó una voz gutural que pertenecía a ese demonio que presentaba una apariencia de bestia peluda, pequeños ojos amarillentos y grandes colmillos sobresaliendo de su boca. -

- Ve y cumple con esta misión. - Le ordenó Valnak con aparente indiferencia. -

- Como mandes, amo. – Repuso Sailonel quién hizo una inclinación con su cabeza y desapareció. -

 

            El Sabio parecía todavía enfadado, aun así se limitó a hacer un comentario teñido de falsa tranquilidad.

 

- No sé si te habrás percatado de ello Valnak, pero hace tiempo que nuestro objetivo es capaz de vencer con facilidad a esa clase de demonios…

 

            Su interlocutor se sonrió divertido  replicando confiado.

 

 - Eso es precisamente lo que quiero. Digamos que mi plan no puede resultar si el muchacho no adquiere un poco más de rodaje. Pero tranquilo, Gran Sabio, ya queda muy poco.

-¿A qué plan te refieres?- .Le preguntó éste acariciando su bola.-

- Permíteme que guarde el secreto para mí, de momento. - Respondió Valnak mirando también a la bola de su acompañante en la que podía verse al demonio llegar hasta la universidad. – Ahora fíjate…

 

            Mientras tanto, en la biblioteca, Beruche y Cooan se afanaban en repasar los últimos temas. Ambas controlaban muy bien el Test, lo habían trabajado hasta el último detalle, sólo entonces se dieron un pequeño descanso.

 

- Creo que ya hemos estudiado bastante,- afirmó convencida Bertie cerrando sus apuntes. - Por más que lo repasemos no lo podremos saber mejor.

- Tienes razón – convino su hermana - vámonos a la cafetería a tomar algo.

-Me parece buena idea. Y dime.- Quiso saber su contertulia.- ¿Qué tal con tus amigas las animadoras?

-Muy bien, lo que sucede es que ahora hemos parado los ensayos para estudiar. En realidad, los hemos reducido.- Matizó Cooan.- Solamente a martes y jueves por la tarde. Las otras también tienen que prepararse para las pruebas de sus respectivas carreras.

-¿Y qué estudian? Porque aparte de esa estúpida de Melanie, las demás no son de magisterio.- Valoró Bertie fingiendo normalidad en su tono, incluso cuando insultó a la capitana.-

 

            Cooan movió la cabeza suspirando. Estaba muy claro que su hermana y Mel no se habían caído bien desde el primer día. Pero esto ya era excesivo. Quiso rebatirle con tinte conciliador.

 

-Pues, por ejemplo, April estudia derecho, Serena educación física, Brooke ingeniería y…Mel…no es tan mala como crees.

-¿Ahora la llamas Mel? Ni que la conocieras de toda la vida.- Comentó su interlocutora con retintín. – Vamos, Bertie.- Le pidió su interlocutora.- Ella no habla mal de ti. Es más, me pregunta a veces qué tal llevas los estudios. Seguro que se hace cargo de que estar al lado de Roy en clase no debe de ser fácil para atender.- Sonrió ahora.-

 

            Beruche movió la cabeza a su vez, no podía creer que su hermana fuese tan ingenua. A buen seguro esa chica se comportaría de una manera bien distinta con Cooan. Estaba bien claro que Melanie Sanders iba tras Roy y que la tomaba a ella por una competidora. Y eso que se lo había dicho bien claro.

 

-Para mí Roy es un amigo, nada más. No tengo la culpa si él no quiere saber nada de ella.- Pensó, aunque respondió otra cosa bien distinta a su contertulia, con un ligero toque de ironía.- Debe de ser eso, confieso que a veces es complicado estar al lado de ese chico. No deja de decir tonterías.

 

            Por su parte, Cooan no podía creer que su hermana no se diera cuenta de la suerte que tenía. Roy era un muchacho estupendo, divertido y vital, siempre animando a los demás. ¡Y tan guapo! De hecho, pensando en él, insistió en salir de la biblioteca.

 

-Venga, vayamos a tomarnos algo.- Propuso una vez más.-  Iba a levantarse cuando elevó la vista al frente y descubrió a los dos chicos saludando con la mano. - Mira Bertie, son Tom y Roy, ¡qué suerte! , les diremos que se vengan con nosotras.

 

            Estos se acercaron al verlas, ambos las saludaron y ellas les pusieron al corriente de sus planes.

 

- Chicos, vamos a descansar hasta la hora del examen. Vosotros ¿cómo lo lleváis? - Se interesó Beruche. -

- Yo muy bien,- respondió Tom sonriente para confirmar. - ¡Vamos a  beber algo! ¿Os parece?

- Estupendo. Eso le acababa de proponer a Bertie. La verdad es que llevamos estudiando ya mucho rato y no es una prueba difícil. Tampoco hay tanto temario y cuando la superemos sólo nos quedarán los exámenes de fin de curso. - Añadió confiadamente Cooan. -

- Y tú Roy, ¿cómo llevas el test?- Le inquirió Bertie con gesto desconfiado. -

-¿Yo?... bueno, de maravilla. - Sonrió éste de forma tenue mientras se llevaba una mano al cogote. Una gran gota de sudor se perlaba sobre su cabeza.-

-¡Vaya, qué agradable sorpresa! -a su compañera de banco se le iluminó el rostro al exclamar. - ¡Has estudiado para el examen!

 

            El interpelado quiso decir que sí, pero no pudo. No alcanzaba a comprender el porqué, el caso es que con el rostro de Bertie delante era incapaz de mentir. En otro tipo de circunstancias solía hacerlo sin problemas pero con esa chica era distinto, parecía que pudiera verle en su interior...

 

- Bueno, no es exactamente eso. – Tuvo que matizar.-

 

Sacó de un bolsillo un bolígrafo con algo enrollado dentro, mostró que era un trozo de papel.-

 

-¿Qué es eso? - Quiso saber Cooan. -

- Mi manera de aprobar el examen. - Sonrió Roy exhibiendo el bolígrafo. –

-Claro, tendrás que escribir con él.- Creyó entender su ingenua interlocutora.-

-Bueno, eso también, claro. Aunque lo principal es la sorpresita que lleva dentro.- Les contó el joven que sacó y desenrolló un fino papel que contenía aquel útil presuntamente concebido para escribir-

-¡Oh Roy!, no me digas que piensas copiar. - Le recriminó Beruche frunciendo el ceño para dedicarle una ristra de descalificaciones. - Eres un vago, un tramposo y no sé que más cosas llamarte.

- Bueno, no es para tanto - se justificó éste. –  Además, hacer esto cuesta mucho trabajo.

- Eso es cierto, Bertie. - Le defendió Tom con visible sarcasmo. - Por lo menos se ha puesto a escribirlo. Algo se le habrá quedado, con un poco de suerte a lo mejor no tiene ni que sacarlo.- Concluyó esperanzado. -

- La verdad es que no fue exactamente así. – Puntualizó el aludido con un tonillo ridículo de voz que parecía buscar el perdón a una travesura infantil confesando de plano. -Lo cierto es que le pagué a Phill Rollins unos treinta pavos para que me vendiese sus chuletas.

 

            Su amigo se llevó una mano a la frente. ¡Eso era ya el colmo! En el ambiente de la facultad conocían bien a ese tal Rollins de otros años. Tenía chuletas y todo tipo de técnicas para “ ahorrar esfuerzo” en el estudio. Al menos así se promocionaba él. A Tom le parecía simplemente un sinvergüenza. Esa manera de hacer las cosas estaba radicalmente en contra de lo que sus padres le habían enseñado. Y le decepcionaba profundamente que su amigo tuviese que recurrir a tales tretas. Roy era un chico inteligente y podría sacarlo todo por su propio esfuerzo. Lamentaba mucho esa situación.  Pero, a fin de cuentas, era su decisión. Y él no se metía en vidas ajenas. Al menos vio que en eso desde luego coincidía con Connie y Bertie, fue esta última la que no tardó en desaprobar con tono agrio.

 

-¡Eres increíble!- Exclamó la joven cruzándose de brazos y volviéndole la espalda enfadadísima para sentenciar. - A mí no vuelvas a dirigirme la palabra,- entonces cambiando de tema  les dijo a los demás en un tono bastante más amable. - Vamos Cooan, tengo sed, ¿te vienes, Tom?

- Pero no es para ponerse así. - Respondió Roy tratando de congraciarse con su más meloso tono de voz. - Oye Birdie, no te enfades conmigo.

- No me llames así- replicó secamente ella. -Ya sabes que no me gusta

- Bueno pues, cubito - insistió él. - Perdóname, ¿vale? Te prometo no sacar la chuleta....mucho.

 

            El esperanzado gesto de ella se esfumó sustituido por otro aun más irritado cuando Roy concluyó la frase...

 

- No aprenderás nunca, ¡Qué cruz!- Se lamentó la muchacha apartándose de allí.

- Cubito… - Le pidió él con mirada suplicante.-

- No me llames de ninguna manera. ¡Tramposo, cara dura, haragán! ¡Anata wa kan`ningu des! -.

 

            Le amonestó nuevamente ella. Ese tipo de actuaciones enfadaban a Bertie casi más que ninguna otra cosa. Ella sabía lo duro que era estudiar y ganarse las cosas con esfuerzo. Al menos lo aprendió tras comenzar su nueva vida. Y recordaba esas tardes de estudio junto con Ami. Las dos quedaban a veces en casa de su amiga, cuando la doctora Mizuno estaba trabajando o de viaje. Otras en el santuario Hikawa. Allí, no era raro que Rei y Cooan estuviesen charlando también. Hasta bromeaban dejándolas por imposibles en tanto se tomaban unos tes con sándwiches.

 

-No sé como son capaces de aguantar tantas horas de estudio.- Suspiraba entonces Rei, comentándole a Cooan en presencia de Bertie y de Ami.- ¡Y yo que creí que el año para entrar en el instituto fue terrible!

-En casa también estudiamos mucho las dos juntas.- Repuso jovialmente Cooan, alegando, eso sí.- Aunque le tengo dicho a mi hermana que hay que divertirse también.

-Bueno, yo me divierto así.- Sonrió ella, mirando cómplicemente a Ami que asintió.-

-¡Pues os dejamos para que lo paséis en grande! - Rio Rei quien retiró la bandeja una vez terminaron ese piscolabis.-

 

            La sacerdotisa y Cooan se marcharon de esa sala en la que habían estado departiendo con ellas, cerrando la puerta tras de sí.

 

-Ellas no pueden entender lo que disfrutamos estudiando.- Sonrió Ami, añadiendo.- Y para mí además es un medio para lograr ser una doctora como mi madre.

-Claro. – Convino Bertie para afirmar.- Es estupendo poder aprender. Ahora con mi hermana también tengo la meta de llegar a terminar la carrera de magisterio. No sé si algún día ejerceré. Pero en cualquier caso merece la pena ensanchar horizontes. – Agregó para confesar.- Los cosméticos me gustan, y el trabajo no está mal. Sobre todo pudiendo compartir la jornada con mis hermanas. Pero no me acaba de llenar del todo.

-Lo bonito es irse formando como persona, con tu propio esfuerzo y crecer durante la experiencia.- Declaró Ami.-

 

            Bertie la observó con admiración, su amiga era realmente una persona única. Así se lo manifestó.

 

-Cada vez que pienso que tú has tenido que estudiar al mismo tiempo que luchabas contra nosotras y otros enemigos. Y que eso no te ha impedido ser la mejor…¡Eres realmente increíble!

-Bueno, no es para tanto, el estudio es mi pasión.- Sonrió modestamente Ami que estaba algo azorada por semejantes cumplidos. Aunque al poco agregó, con tono más consternado.- Una de las veces que peor lo pasé combatiendo contra la Luna Negra fue cuando Esmeralda usó esa droida de alucinaciones. Y yo creí que todos me acusaban de hacer trampa en los exámenes.

-¿Una droida del tipo Duba?- Inquirió Bertie mirándola con sorpresa.-

-Creo que se llamaba así.- Convino su amiga queriendo saber a su vez. - ¿Te resulta familiar?

-Mi madre tenía alguna en casa. Y en palacio. Si no recuerdo mal, también había.- Comentó su interlocutora con gesto reflexivo para afirmar.- Puede que ellas contribuyesen a engañarnos.

-Posiblemente así fuera.- Asintió Ami.- Quién no dio más relevancia a aquello y sí que dijo.- Por eso, debían de usar nuestros peores temores y el mío era que me considerasen un fraude, no ser merecedora de mis notas.

-Eso es algo ridículo, eres la persona más estudiosa e inteligente que he conocido jamás.- Sentenció Beruche.-

 

            Su amiga sonrió una vez más muy reconocida por esas palabras. Entonces pasó página de ese asunto y también de sus libros para comentar con jovialidad.

 

-Pues pongámonos a ello, o vamos a agotar el tiempo charlando. ¡Para que luego critiquemos a Usagi y a las otras!

 

            Bertie se rio a su vez e imitó a su amiga. Así, se pusieron a estudiar cada una sus respectivas materias para ese día.

 

-Roy, eres un inconsciente.- Se decía ahora, volviendo de esos recuerdos, para lamentarse.- ¡Ojalá pudiera hacerte comprender lo importante que es estudiar de forma honrada!

 

Y mientras meditaba sobre eso se alejaba en compañía de su hermana y Tom que trataban de mantenerse aparte y mirar hacia otro lado, como si aquella bronca que Bertie le había echado a su compañero no fuese en absoluto acerca de ellos. Cosa que, por otra parte, era cierta.

 

-¿A qué aula tendremos que ir?- .Se interesó Cooan dirigiéndose a Tom. -

- A la ciento veintitrés C - Respondió él añadiendo sorprendido. - Tu hermana se ha enfadado de verdad con Roy.

-¿Y te extrañas?- Replicó ella moviendo la cabeza con desaprobación y pesar. – Yo tampoco lo esperaba de él. Así no se hacen las cosas, Tom. ¿No crees?

-La verdad es que tenéis razón.- Admitió él.-

 

Y es que el chico no podía oponer nada a eso y acompañó a su compañera a la cafetería. Roy ya había salido persiguiendo a Beruche con sus ruegos y excusas ante la indiferencia de la muchacha. El demonio por su parte había entrado en el despacho de la profesora Jones y pese a su resistencia la había poseído cuando ella agarró el fajo de exámenes en donde ese ente se había refugiado. Una vez en control de esa humana, y luciendo una macabra sonrisa en su semblante, salió dirigiéndose al aula. A su vez los chicos estaban terminando de tomarse un refrigerio en la cafetería.

 

- Bueno. -  Afirmaba Tom apurando un refresco. - Ya es la hora, tenemos que ir entrando.

- Sí, vamos allá y que Dios reparta suerte. - Añadió Roy entre suspiros. -

- A ti seguro que no te hará falta. - Le recriminó Bertie con desdén.-

-¡Oh, cubito! deja de martirizarme ya. - Le pidió conciliatoriamente él, esgrimiendo su excusa favorita. - No he podido estudiar, además  es solamente un test. No lo haré más, ¿vale?

 

            No obstante, la muchacha se volvió hacia él con una mirada mezcla de reprobación y pesar para argumentar.

 

- Roy, si algo he aprendido en esta vida es que no existen atajos y que no se debe hacer juego sucio

- Tienes razón, pero este caso es una emergencia...- Insistió el muchacho. -

-¡Haz lo que quieras, pero olvídame!- Sentenció la chica dejándole por imposible y marchándose de la cafetería rumbo al aula. -

- Espero que sea la última vez. - Añadió Cooan con el mismo gesto reprobatorio de su hermana. Cosa inédita hasta la fecha, al menos para el chico.-

-¿Tú también, Connie? - Se sorprendió él. - Por lo menos creía que tú me defenderías.

- Lo siento Roy, pero mi hermana tiene razón. Tú no lo entiendes. - Replicó suavizando pese a todo su semblante con una media sonrisa comprensiva y añadiendo. - De todos modos espero que tengas suerte por esta vez.

 

            El chico le sonrió reconfortado en tanto ella se marchaba...

 

-¡Qué buena chica es Connie!- Pensaba agradecido. - Gracias, - respondió a esa muchacha  volviéndose después hacia su compañero. – Te prometo que será la última vez…al menos este trimestre.

- Anda vamos. - Le indicó Tom que por el camino tuvo que escuchar los alegatos del pesado de su amigo.-

- Si no es para tanto, todos hemos copiado alguna vez, bueno. Vale, vosotros no, pero reconoced que lo raro es lo vuestro y...

- ¡Cállate ya! - Suspiró su compañero aburrido de escucharle según entraban a la clase -...

 

Todos  tomaron asiento aunque no eran sus sitios habituales al tratarse de otro aula. Para la prueba se colocaron en donde podían según entraban y dejando un espacio de un asiento entre las filas. A Roy le había quedado un hueco al final de la clase, tanto mejor, pensó él. Beruche estaba casi al principio, Cooan en la parte izquierda y Tom dos puestos más atrás en la misma columna. Melanie estaba algo alejada de él a su vez, pero cerca de Bertie, y daba la impresión de estar tranquila en el examen. Lo mismo que Roberts y otros de sus compañeros. Aunque la espera era algo que ponía a prueba su calma puesto que la profesora se retrasaba un poco.

 

-Supongo que nos darán más tiempo.- Comentó en voz baja Bertie.-

-No creo que a ti te haga falta. Eres tan lista que a buen seguro vas a terminar enseguida.- Le contestó burlonamente Melanie.-

           

            Su contertulia optó por ignorarla. Cooan a su vez repasaba mentalmente algunas cosas.

 

-Creo que lo llevo muy bien preparado. Ante todo debo tener calma.- Se decía la muchacha.-

 

Y es que le sucedía como a todos los chicos y chicas que aguardaban lo mismo que ella, tratando de templar sus nervios, a que llegase la profesora. Por fin y tras un par de minutos la señorita Jones entró a su vez y les fue entregando unas hojas a cada uno puestas boca abajo en tanto les explicaba con tono distendido.

 

- Bien, como saben es un examen tipo test, y debo añadir que muy fácil. Sólo se trata de una nota más para poder evaluarles, confío en que hayan estudiado mucho. Ya pueden dar la vuelta  a sus hojas, tienen hora y media.

 

            De forma inmediata todos dieron la vuelta a su prueba y se dispusieron a empezar. Las chicas y Tom contestaban sin dificultad. Normalmente leían, sonreían y tachaban una opción sin dudar. Pero Roy se rascaba la cabeza con el bolígrafo esperando a que la señorita mirase hacia otro lado.

 

-¿Paulov? ¿Quién era ese tipo? Me suena de los “Lakers”, pero no creo que sea el mismo. - Se decía sin tener idea de que casillero tachar. - Bueno, llegó la hora del plan B. Cubito, que conste que lo he intentado.- Se justificó mentalmente al comprobar que no tenía ni la más mínima idea de cómo contestar eso.-

 

Cuando la señorita Jones pareció por fin distraerse Roy sacó el papel con las respuestas del bolígrafo. Pero pudo ver con horror que ninguna le coincidía con la plantilla de la prueba.

 

-¡Maldita sea, este idiota de Phill me ha pasado las preguntas de otro examen! ¡Cuando le ponga la mano encima le!...- masculló para sí animándose instantes después. - ¡Menos mal que tengo otra chuleta de emergencia! ¡A ver si ésta vale!  - Deseó  fervientemente, sacando un papelito de su reloj. -

 

            Estaba tan absorto en descifrar aquello que ni se percató de que se le aproximaban. Entonces una mano le tocó en el hombro, Roy se volvió y quedó petrificado al ver a la señorita Jones mirándole con gesto serio. Maldijo su descuido de novato y únicamente pudo sonreír a la profesora de forma estúpida. Cuando el examen terminó, ella le dijo que quería verle en su despacho y se fue, marchándose hacia allí. La mayoría de los alumnos no dijeron nada, algunos ni se habían dado cuenta pero Tom, bastante preocupado, se dirigió hacia él compasivamente

 

- Muchacho, la tienes buena. Jones no perdona estas cosas.

-Ni ella, ni nadie.- Añadió Roberts de pasada, desde luego que disfrutando de aquello.-

 

            Esperaba que eso le sirviera de lección a ese listillo. Siempre tenía que salirse con la suya. ¡A ver qué hacía ahora!, sin poder evitar soltar una carcajada salió de allí.

 

-¿Qué ha pasado?- Se interesó Melanie cuando salía a su vez del aula.-

-A Malden le han pillado tratando de copiar. -Le informó Malcolm con un no disimulado regocijo.-

-¿Qué?- Exclamó la capitana de animadoras.-

 

            Quiso volverse a preguntarle al afectado, aunque enseguida se dio cuenta de que estaba bastante acompañado. Incluso escuchó a esa japonesa detestable sermoneándole, aunque esta vez con toda la razón.

 

- Mira que te lo advertí – Le decía Beruche con semblante de preocupación. - Veremos cómo sales de ésta. Pueden suspenderte el curso.

-¡Oh Roy, cuanto lo siento!- Le dijo Cooan muy apenada.-

- Bueno, no os preocupéis, espero poder librarme, ahora debo ir.- Respondió él tratando de aparentar calma. (Aunque temblaba como un flan),  dirigiéndose al despacho de su profesora. -

 

            Melanie no tuvo más remedio que admitir que, en esta ocasión, estaba totalmente de acuerdo con esa japonesita. Tanto ella como los demás se quedaron esperando a Roy y cruzaron los dedos. Ojalá esa mujer fuera benévola esta vez, de lo contrario su amigo iba a tener muchos problemas.

 

-¿Es cierto, Tom?- Le inquirió la jefa de animadoras al muchacho.-

-Mucho me temo que sí, Mel. Se lo advertimos, pero ya le conoces.- Suspiró resignadamente éste.-

-¿Por qué tendrá que ser tan irreflexivo?- Se preguntó en voz alta Melanie.- Para eso y otras cosas.

 

Ni Cooan, ni Bertie quisieron pronunciar palabra. La primera porque no sabía que decir, y la segunda puesto que no deseaba hablarse con esa chica y se temía que la última frase era una indirecta hacia ella misma. Al fin, la jefa de animadoras se marchó moviendo la cabeza y sumamente preocupada.

 

-Quizás si voy a tratar de apoyarle con la señorita Jones. -Pensó.-

 

            No obstante, Malcolm estaba allí cerca y se le acercó. Como si hubiera leído el pensamiento de la muchacha le comentó con tono severo.

 

-Deja que Malden arregle sus propios problemas.

-¡Métete en tus asuntos!- Repuso ella con un talante poco agradable.-

-Eso hago, y tú deberías hacer lo mismo.- Le aconsejó su contertulio con el mismo tono.-

 

            Y se marchó rumiando su enfado. Estaba claro que por muchas barrabasadas que hiciera ese maldito Malden seguía siendo el centro del mundo para Melanie.

 

-Algún día le verás tal y como es. Y estaré esperando.- Pensaba contrariado.-

 

 Por su parte, el afectado llegó ante la puerta del despacho y tocó, tenía un nudo en la garganta sobre todo cuando escuchó...

 

- Adelante…

 

            El muchacho abrió tímidamente y ella clavó en él los ojos...

 

- Pasa Malden y siéntate – Le ordenó la profesora con gesto severo tras la mesa de su despacho. -

- No es lo que cree.- Declaró  Roy  tratando de justificarse mientras se sentaba.-

-¿Ah no?- Rebatió ella sin por supuesto, creerle en absoluto. - Pues pienso que estaba claro que tratabas de copiar ¿Qué es lo que ocurre? ¿No has estudiado lo bastante?- Le inquirió con plena seguridad de ello en realidad. -

- No, no que va...- respondió el interpelado visiblemente nervioso con un gotón en la cabeza. - No es eso exactamente.

- No me mientas, - susurró ahora ella que se levantó de la silla y se sentó en la mesa cruzando unas largas y provocativas piernas delante de él. - No es algo de lo que debas preocuparte,- tras esa aseveración se puso en pie de nuevo y acarició el cuello del muchacho con suavidad. - Seguro que habrá algo que puedas hacer para compensarme.

- Pero, yo.- Él estaba bastante sorprendido y hasta asustado y negó con falsa ingenuidad. - No sé a lo que se refiere.

- Vamos Roy, - sonrió ella mientras aumentaba en la intensidad de sus caricias. - Soy una mujer madura que tiene sus necesidades. Tú eres muy atractivo y seguro que estás muy bien dotado ¡Hum, no está mal! - Le susurró al oído mientras  acariciaba sensualmente la entrepierna del perplejo chico, cuyo rostro sudaba a chorros. -

 

            Él no podía creerlo, pero si la cosa se complicaba y no había otra solución. La señorita Jones era desde luego bastante mayor que él, pero era muy atractiva para su edad. De largo pelo castaño recogido en una coleta y ojos marrones debía de tener unos cuarenta y pocos, aunque su apariencia era la de una mujer que cuidaba su cuerpo quizás haciendo algún deporte.

 

-¿Por qué no? – Pensó sin demasiado desagrado. - Si no hay otro remedio....

-Bueno… veamos qué es lo que podrías hacer. – Musitó ella al oído del chico con voz melosa.-

- Depende de lo que quiera usted que le haga. – Fue capaz de replicar Roy con un tono más controlado. Para preguntar. -¿Desea que le haga un trabajo o algo así?

- Algo así - contestó ella con voz lasciva y suave y comenzó a besarle por el cuello y en los labios. -

 

            Roy creía estar en el cielo, incluso iba a pasárselo bien. Pero su conciencia no le permitía hacerlo. Es más, recordaba las palabras de Bertie, no se pueden tomar atajos y aunque él había estado dispuesto a copiar, una cosa era la chuleta y otra aprobar de este modo. ¿O no era eso lo que realmente le importaba? Se decía a sí mismo que, de haberle sucedido esto el año pasado, lo hubiera hecho sin dudar. Pero ahora…

 

-Si las chicas me vieran no me volverían a hablar.- Pensó sintiéndose cada vez más incómodo en esa situación. Imaginando las caras de ambas, sobre todo la de Bertie, plena de decepción y desprecio. Al fin se incorporó evitando a la profesora y pudo balbucear. - Lo, lo siento, hice mal. Me arrepiento, pero creo que esto tampoco está bien...

 

Ella le fulminó con la mirada, Roy pensó que estaba acabado, seguramente le suspenderían y le abrirían un expediente por copiar. Incluso puede que hicieran repetir curso o le echasen de la Universidad. Al menos eso creía hasta que la señorita Jones comenzó a reír de forma desenfrenada y siniestra y le agarró del cuello con ambas manos apretándole con fuerza, tanto, que no le dejaba respirar.

 

- No estás mal, pero no eres mi tipo,- reía ella con un gesto de locura. -

- Suélteme. -Pudo decir Roy tratando de tomar aire y de librarse del agarre y entonces comprendió. -¡Usted no es la señorita Jones!...

- ¡Pero que listo eres, sobresaliente! - Escupió ella con una voz gutural. -

 

            El muchacho se revolvió y con un puñetazo en el estómago logró desprenderse de su agresora. El cuerpo de la profesora cayó al suelo y de él surgió una neblina negra que se materializó en la forma del demonio.

 

-¡Esta vez serás nuestro! - Siseó éste adoptando su apariencia real.-

- Debí haberlo supuesto antes, ¡maldito seas! - Espetó Roy apretando los dientes furioso. -

 

            Ambos comenzaron a luchar, el demonio había atrapado al chico pero éste comenzó a desprender energía y se soltó pese a la enorme fuerza de su adversario.

 

-¿Quéee? ¿Cómo es posible? ¿De dónde sacas tanta energía?...Un miserable humano no puede hacer algo así... ¿Quién eres?  - Le preguntó Sailonel estupefacto. -

- Soy un tipo muy cabreado porque me has tocado demasiado las narices, ¡capullo!, a mí no me soba ningún bicho peludo. - Replicó el chico con cara de pocos amigos. - ¡Ahora te vas a enterar!

 

            Roy lanzó un rayo de energía al asombrado demonio haciéndole estallar. A la vez, en la sede de la Secta, Valnak sintió como su enviado era aniquilado. Pese a lo que todos los maestres y el Sabio que le observaban  se esperaban, rio divertido.

 

- ¡Vaya!, parece que el libro estaba en lo cierto. Su poder latente está despertando. Bien Armagedón, muy pronto estarás bajo mi control.- Afirmó Valnak entre sonoras carcajadas. -

 

            Sin embargo, al Gran Sabio que acababa de materializarse a su lado no le hizo tanta gracia y así lo manifestó con tono contrariado no exento de ironía.

 

-Celebro que te tomes tan deportivamente tus fracasos.

-Te equivocas. – Se sonrió pérfidamente su contertulio para sentenciar.- Esto ha sido un éxito. Ya estoy muy cerca de poder dominarle.

-Eso espero por tu bien, no te queda mucho tiempo para lograrlo.- Repuso el Sabio desapareciendo.-

-Este tipo es un estúpido. Y no comprende nada. Debe de tener poco seso bajo esa asquerosa capucha. Mejor así, no conviene que interfiera demasiado. - Pensó Valnak, eso sí, con un animado talante en tanto meditaba.- Pronto, mi querido camarada, estarás de vuelta.

 

            Y mientras eso sucedía en la sede de la secta en la facultad, el muchacho, también sorprendido con su cada vez mayor fuerza, se dio unos segundos para calmarse. Después de ordenar un poco todo aquel caos que se provocó con el combate, salió del despacho tras apuntar algunas cosas en una agenda que vio y avisó a la enfermería para que atendiesen a su profesora. Ni él mismo supo como había logrado vencer tan fácilmente a ese demonio. Sin embargo, se olvidó pronto de eso cuando la señorita Jones, ya recuperada, volvió a llamarle al cabo de unos  minutos y le dijo.

 

- No sé qué me ha ocurrido, señor Malden. Sólo recuerdo que le llamé a mi despacho por alguna razón. Pero no me acuerdo de nada, me duele mucho la cabeza. Gracias por llamar a enfermería. Ha sido usted muy amable.

- No fue nada.- Sonrió tímidamente él para recordarle con prevención. - Pues sí, verá, en realidad le pedí cita para comentarle que no pude asistir al test y usted me dijo que me aplazaba el examen y que pasase a discutir el día para hacerlo. Y cuando llegué me la encontré inconsciente ¿Seguro que está usted bien? – Se interesó.-

 

Aunque lucía un gesto verdaderamente hipócrita, sabiendo de antemano que a su profesora nada le ocurría ya y recurriendo a sus dotes de improvisación para componer esa historia.

 

-¡Oh sí!, estoy muy bien, gracias. - Replicó la señorita Jones cubriéndose la cabeza con las manos. - Aunque esta jaqueca es horrible, necesito tomarme algo.- Y tras sobreponerse un poco añadió ¿Así que no quedamos en alguna fecha concreta?

- No, ¡digo sí!, ahora que lo recuerdo, ¡que tonto! Creo que antes de quedar aquí, usted mencionó algo de para dentro de una semana. Me dijo que era el único momento libre que tendría, pero no me lo confirmó y me dijo que pasara por su despacho para comprobarlo. Creo que así fue.

 

Se apresuró Roy a contestar pues antes de llamar a la enfermería la agenda que había ojeado era la de la señorita y descubrió un hueco para dentro de siete días, donde marcó un círculo.

 

- Muy bien,- convino ella consultando sus notas y en efecto, allí aparecía el momento vacante. -  Ahora déjeme descansar por favor y gracias otra vez por avisar a la enfermería.

- Es lo menos que podía hacer, gracias a usted. - Repuso él sonriente marchándose triunfal del despacho, con rumbo a la cafetería en tanto se decía.- ¡Uff! menos mal que soy un genio de la persuasión, sobre todo con las mujeres.

 

Allí le esperaban Cooan, Beruche y Tom con sus rostros tensos por la expectación y el temor de lo que pudiera sucederle a su amigo. Por ello, todos se sorprendieron de verle venir tan ufano y haciendo la uve con los dedos. Cuando le preguntaron él se limitó a decir.

 

- Secreto profesional, digamos que soy un tipo de recursos, ¡je, je!

- Entonces ¿qué ha ocurrido?- Quiso saber Beruche sin poder reprimir su curiosidad. - ¿Qué te ha dicho?..

- Pues me ha dicho que podré hacer el examen dentro de una semana, y como no tiene otro que poner, ¡ja, ja! - Roy sacó una chuleta que llevaba en su bolsillo, anunciando con visible regocijo, tendrá que poner éste, ¡y  en esta ocasión tengo la guía buena! - Añadió lleno de triunfalismo. -

-¡Eres increíble!- Sonrió Tom atónito -...lo que tú no consigas.

- Espero que no tientes a la suerte por segunda vez. - Le aconsejó Cooan entre sorprendida y preocupada. -

- Esta vez no,- replicó él sonriente, asegurando en tanto alisaba la salvadora chuleta. - Esto estará chupado...

- Pero si haces el examen tú solo con ella no te quitará el ojo de encima. - Objetó Tom.- ¿Cómo vas a ser capaz de sacar nada?

- Eso no es problema. - Se sonrió su amigo con picardía. – Esta vez no me descuidaré y tengo mil y una formas de copiar sin que se entere. Por ejemplo, colocando un cordel en la chuleta y pasándolo por el cuello, con la ayuda de...

 

            Y el chico dio una disertación magistral sobre como emplazar todo tipo de papelitos y chuletas sin ser vistos, tirando de ellos o no con ayuda de finísimos hilos para ocultarles o sacarles según fuera el caso. Todos le observaban con la boca abierta. Cuando terminó de hablar se dirigió una vez más a ellos y añadió con gesto divertido.

 

-¿Tenéis alguna pregunta?

- Roy, he de reconocer que eres muy habilidoso, yo no sabía nada de esas técnicas. - Le halagó Beruche sorprendiendo a Cooan y Tom.-

- ¡Es que soy un genio, pero me gusta ser modesto! - Se rio él, alegre que Bertie no se lo tomase ya  a mal, seguramente la habría impresionado con sus trucos. -

-¿Y esa es la chuleta que emplearás?- Quiso saber la joven a lo que él asintió satisfecho. La muchacha sonrió pidiéndole melosa. - ¿Oye, me la dejas ver? – Roy, atónito por ese tono, le dejó la chuleta y ella la miró con una sonrisa pícara para preguntar. - Así que estas son las respuestas al examen ¿eh? Seguro que tienes copias escondidas en todas partes. Para una emergencia, por si no puedes consultar ésta. Con lo astuto que tú eres.

- No, que va,- repuso él con suficiencia. – Bueno. - Se corrigió pensativo. - Aun no, tengo que copiarla  en otras más pequeñas, pero de momento únicamente dispongo de esa.

-¿Sí? - inquirió ella de forma burlesca. - ¿No me digas? Me alegra saberlo...-sentenció maliciosamente Bertie.-

-Oye. ¿Por qué pones esa cara?- Quiso saber el muchacho que ya no las tenía todas consigo. -¿Te encuentras bien?

 

Entonces, ante la cara descompuesta de Roy, y el asombro de Tom y Cooan, la joven hizo pedazos el papel antes de que su díscolo compañero pudiera evitarlo.

 

-¿Pero qué has hecho? ¡Eso me costó treinta pavos! ¿Cómo voy a aprobar ahora? - Gimió el damnificado. -

- Pues estudiando como todo el mundo. - Contestó ella esta vez con una no muy fingida seriedad y brazos en jarras. -

- Yo que esperaba pasar una semana tranquila, ¡no me puedo poner al día en tan poco tiempo! - Se espantó Roy. -

- Por eso no te preocupes - Replicó su compañera mirándole con los ojos entornados y pareciendo disfrutar con aquella situación al agregar.  - Yo misma te ayudaré a estudiar.

 

            Tom y Cooan contemplaban la escena con los ojos como platos. Y Beruche inmisericorde prosiguió.

 

-¡Ah, por cierto! , uno de los días que no viniste el señor Palmer nos encargó un trabajo en equipo. Hay que buscar bibliografía y hacer un ensayo - y sin concederle turno de réplica, puso en las manos de Roy un buen montón de libros para disgusto y horror de éste. - Aquí tienes tu parte. Cuando termines de estudiar empieza con esto.

 

            El muchacho se puso de rodillas tratando de encontrar los pedazos de su chuleta a la vez que gimoteaba.

 

-¡Eres una chica cruel y sin sentimientos! No tienes corazón, ¡esto no se le hace ni al peor enemigo!

 

            Cooan, Beruche y Tom le observaron atónitos, Bertie quería mantener su apariencia severa pero no pudo evitar echarse a reír. Tanto su hermana como Tom, pasados los instantes de asombro inicial, la secundaron. Mientras, el apurado Roy, se esforzaba inútilmente por reunir con orden, los pocos pedazos  de chuleta que encontraba exclamando.

 

-¡Oh, no, no!, ¡qué desastre!

 

            Evidentemente ajenas a esta divertida escena, unos días más tarde en Tokio, Petz y Karaberasu estaban a punto de terminar su jornada. Era ya tarde y no quedaban más que dos clientas. No tardaron mucho en atenderlas. Después Petz estaba comprobando la caja registradora y Karaberasu iba a cerrar la trastienda. En ese momento dos mujeres vestidas con falda larga y blusa una y pantalón largo y jersey otra, entraron en la tienda y se aproximaron. La del atuendo de sport, más alta, de pelo castaño recogido en una coleta, sonrió preguntando con tono divertido.

 

-¿Tienen lápiz de labios de tono carmesí?

-Lo lamento, estábamos a punto de cerrar. Pero veré que puedo hacer, un instante, señorita. - Pudo decir Petz que estaba de espaldas.-

 

            Aunque al girarse para atender a esa mujer sonrió. ¡Eran sus amigas las guerreras Júpiter y Venus, ataviadas con sus identidades civiles!

 

-Hola.- Saludó la rubia, de larga melena  adornada por un bonito lazo rojo.- ¿Duro día de trabajo, verdad?

-¡Mina-chan! ¡Mako-chan!- Exclamó Kalie tan pronto salió de la parte del almacén cerrado al público y las vio, preguntándolas.- ¿Qué os trae por aquí?

-Queríamos ver a dos buenas amigas y tomar unos refrescos con ellas.- Replicó Makoto con jovialidad.- Si puede ser.

-¡Claro!- Convino de igual modo Karaberasu, mirando esperanzadamente a  su hermana en busca de su aprobación.- Espero que podamos.

-No faltaría más. Ya hemos terminado el trabajo por hoy. Será un placer. - La secundó ésta por una vez sin discutir, deseosa también de compartir un rato de charla con esas dos muchachas a las que tanto apreciaban. – Tenemos cosas que contaros…

 

            De modo que, tras comprobar que todo estaba guardado y en orden, hacer la caja, poner la alarma y cerrar la tienda, las dos hermanas se dirigieron junto con sus amigas a una cercana cafetería. De hecho era el “Fruit Parlor Crown”, el establecimiento en el que las guerreras solían reunirse. Aunque por esta vez no estaban presentes Usagi, Rei y Ami.

 

-¿No van a venir las demás?- Quiso saber Karaberasu.-

-No, Usagi tenía una cita con Mamoru. Ya sabéis, eso de ser pareja. Tienen que aprovechar para verse un poco a solas. Sin que los padres de ella se enteren. -Les comentó Minako con un pícaro tonillo que las hizo sonreír.-

-Claro.- Convino Karaberasu con el asentimiento de su hermana.-

-Ami está estudiando en su academia y Rei tiene que atender el santuario hoy.- Les explicó Makoto.-

-Bueno, así charlamos nosotras un poco. - Añadió Minako, quién, cambiando sutilmente de tema, quiso saber.- ¿Qué tal Bertie y Cooan? ¿Os han escrito últimamente?

-Sí- les contó Petz.- Nos dicen que están muy contentas allí y que ya han superado con éxito los primeros exámenes. Ya solamente les quedarán los de final de curso dentro de unos meses.

-¡Y se habrán graduado como maestras! - Añadió Kalie, afirmando visiblemente orgullosa.- Nuestras hermanitas son unas chicas muy listas.

-¡Qué envidia! Poder terminar ya la carrera. Y nosotras que tenemos que acabar aun la high school.- Suspiró Makoto.-

-Y es bastante complicado y estresante.- Afirmó a su vez Minako enumerando.- Exámenes, pruebas, trabajos… y por si fuera poco, además de eso… las actividades de los clubes deportivos…

-Menos mal que ahora estáis tranquilas. Eso de no tener enemigos será de agradecer, ¿verdad? Al menos así nos lo contó Usagi hace poco. - Comentó Petz en tanto terminaba de beber su refresco.-

 

            Sus amigas cruzaron las miradas por unos instantes y fue Makoto la que enseguida replicó con una media sonrisa algo azorada.

 

-Sí…bueno, así es. Aunque a veces no sé qué me da más miedo. ¡Si un monstruo de esos a los que nos solíamos enfrentar o un examen de matemáticas!

-A mí claramente lo segundo.- Afirmó Minako bebiendo a su vez de una pajita.-

 

            Las chicas se rieron de aquel comentario. En eso que la camarera se acercó a ellas. Era una linda jovencita de pelo castaño claro recogido en una cola de caballo, que, tras sonreír a las muchachas, les preguntó con simpatía.

 

-¿Vais a querer alguna cosa más?

-Un novio guapo. ¿Ya está tu hermano libre, Unazuki? - Repuso Minako provocando  nuevamente  las risas del resto.-

-¡No…lo siento! - se rio ésta a su vez para contarles.- Dentro de poco hará un viaje a Europa. Precisamente va a ver a Reika.

-Me alegro mucho por ellos. - Declaró Makoto, afirmando.- Han pasado mucho tiempo separados y es muy complicado mantener una relación a distancia.

 

            Ante las caras de curiosidad de las hermanas, Unazuki, que se sentó un momento con ellas, y sus amigas, pusieron al corriente a Petz y Karaberasu de la historia.

 

-De modo que esa chica está estudiando en el extranjero, como nuestras hermanas menores.- Comentó Kalie.-

-Así es. Lleva mucho tiempo viviendo entre Europa y los Estados Unidos.- Les matizó Minako.-

-Debe de ser muy duro. Nosotras echamos mucho de menos a nuestras hermanitas.- Suspiró Kalie ante el asentimiento de Petz.-

-Bueno, ellas lo están pasando muy bien allí.- Afirmó ésta ahora.-

-Incluso nos han enviado fotos.- Comentó una entusiasmada Karaberasu sacando una pequeña especie de carpetita del bolso que llevaba.- ¡Mirad!…ya veréis.

 

            Al abrirla todas vieron que aquello, en efecto, era un pequeño álbum de fotos. Petz y Kalie  habían ido guardando algunas que Bertie y Cooan les enviaron. En ellas se veía a las chicas en Nueva York, posando sonrientes en el campus de la Golden. También imágenes de sus habitaciones, de algunas clases, de partidos de baloncesto y otras con un par de chicos. Uno alto, moreno  bastante guapo y otro de mayor estatura todavía, pelo castaño, muy atractivo también y sonriente. Éste último, posaba en una foto a la derecha de Bertie, pasándole a la muchacha un brazo por detrás de la espalda y apoyando una mano en el hombro izquierdo de la chica, empequeñeciéndola en gran medida, dado que ella no le llegaba casi ni al hombro. Ese mismo tiarrón, estaba en otra junto a Cooan. En esa él iba ataviado con el uniforme del equipo de baloncesto de la universidad, la muchacha estaba vestida como animadora. Y él, seguramente al estilo americano, posaba ambas manos sobre los hombros de su compañera a la que se arrimaba bastante. Se podía ver además que también sobrepasaba a Cooan en al menos dos cabezas. Todas se sonrieron al apreciar, incluso en la foto, el rubor que encendía las mejillas de la chica.

 

-Oye…pues vuestras hermanas no se pueden quejar.- ¡Vaya chicos tan guapos que hay en su universidad! ¡Me dan ganas de matricularme a mí también allí cuando acabe el instituto!- Comentó Unazuki, no sin admiración.-

 

            Visiblemente satisfecha por aquellas palabras, Karaberasu les mostró otra de los cuatro juntos visitando la ciudad de Nueva York. Estaban junto al escaparate de la mítica Tiffany.

 

-¡Menuda envidia! - Suspiró Unazuki.-

-Solamente con ver esas joyas a una le sube la moral.- Convino Minako.-

-Todavía recuerdo esa vez que vosotras.- Iba a decir Makoto, aunque de inmediato reparó en la presencia de su amiga la camarera y optó por un cauto silencio.-

-Yo siempre he dicho que las joyas no son para tanto.- Afirmó Petz, comprendiendo de inmediato por dónde iba aquello.-

 

            De hecho, esa anécdota versaba sobre un enfrentamiento que tuvieron contra Minako y Makoto cuando ella y Karaberasu pertenecía aun al clan de la Luna Negra. Petz y su hermana tomaron la identidad de dos vendedoras de amuletos, y quisieron extender el poder oscuro por el barrio. Al principio engañaron a sus ahora amigas, que iban con Usagi, pero después con la presencia de Chibiusa eso terminó degenerando en una batalla. Al final su plan fracasó y tuvieron que retirarse. De modo que mejor dejarlo estar.

 

-Pues nos han enviado más fotos.- Se apresuró a intervenir Karaberasu, para correr a su vez un tupido velo sobre ese enojoso tema.- Mirad…

 

En otra instantánea aparecía Cooan con un grupo de chicas, vestidas todas de animadoras. En una nota que su hermana pequeña adjuntaba podía leerse los nombres de las retratadas y Kalie así lo hizo.

 

-Unas cuantas de las Cheer- Leaders de la Golden. De izquierda a derecha estamos Serena, April, la segunda capitana, Melanie, que es la capitana, Cinthia, Susy y yo.

-A Cooan no se le da mal hacer amistades.- Sonrió Makoto.-

-¡Y allí la llaman Connie! - Se rio Petz.- Según nos contó fue cosa de ese Roy, que gusta de poner motes a todos. ¿Adivináis como le llama a Bertie ese chico?

 

            Y cuando las demás movieron negativamente la cabeza, ella mismas les respondió jocosa.

 

-¡Cubito de hielo!

 

            Aquello provocó las risas de Makoto y Minako, aunque Unazuki evidentemente no comprendía el alcance de eso y sencillamente sonrió, mirando divertida a sus amigas.

 

-Ni pintado.- Afirmó Makoto.-

-¡Ese chico tiene un ojo!¡Lo ha clavado!- Convino una divertida Minako a su vez, pidiéndole a Karaberasu.-Enséñanos más fotos, por favor.

 

Esta sonrió asintiendo. Mostró una en la que aparecía ese otro chico moreno, con un kimono de kárate y cinturón negro, posando con Cooan y Bertie agarradas de sus brazos y sonrientes, a cada lado. Aunque no era tan enorme como su compañero, sería un poco más bajo de la estatura de Mamoru. Y de hecho se le parecía en algunos rasgos. Desde luego daba la impresión de ser bastante agradable a juzgar por su mirada y su expresión.

 

-Por lo que parece el moreno se llama Tom. - Comentó Petz añadiendo ahora en tanto señalaba al otro chico.-

-¡También es guapísimo!- Alabó Makoto.-

-Y el otro, ese tal Roy…Según nos cuenta Cooan, es la estrella del equipo de baloncesto de su universidad.- Añadió Kalie.-

-Desde luego es muy alto.- Convino Makoto afirmando.- Cooan es poco más o menos de alta como yo y ese chico la hace parecer una enanita.

-Pues Bertie nos cuenta que ese apuesto baloncestista no para de sacarla de quicio con sus ocurrencias. ¡ Además de llamarla “Cubito”! Imaginaos a nuestra hermana soportando esas cosas.- Se sonrió Petz.-

 

            Más risas, desde luego podían figurarse bien a Bertie cruzándose de brazos contrariada por las bromas del chico aquel.

 

-¡Nos llegó a contar que la había tirado a la piscina vestida!- Les cuchicheó Karaberasu.-

-¿Cómo?- Exclamaron sus amigas y Unazuki a coro.-

-Como lo oís.- Comentó Petz quien, esbozando una pérfida sonrisita, aseveró.- Llega a hacerme eso a mí y ese gamberro hubiera sabido lo que es bueno. Pero nuestras hermanas pequeñas son muy blandengues.- Remachó divertida.-

 

            Las otras asintieron, con talante jovial a su vez.

 

-Pues ahora no parece que estén a disgusto con él. -Señaló Makoto con agudeza.-

-Es que ese chico está muy, pero que muy bien.- Convino una ruborizada Unazuki admitiendo.- A mí no me importaría que me tirase…

 

            Y como las otras giraron la cabeza observándola con la boca abierta, enseguida matizó visiblemente colorada.

 

-¡A la piscina!

-Claro.- Convino una divertida Kalie.-

 -Desde luego que estaría bien conocerle en persona.- Declaró Minako.- Tiene que ser un tipo muy divertido. Además de guapo.

-Sí. Mi hermana también afirma que es un buen muchacho. Por lo que me cuenta debe de ser algo similar a Usagi pero en chico.- Opinó Petz.-

-¡Eso sí que me gustaría verlo!- Sonrió Minako suscitando otra vez la carcajada general.-

 

            Aunque cuando los ecos de las risas se calmaron Makoto parecía que iba a decir algo pero Venus la detuvo casi ordenándola.

 

-¡No!…no lo digas, no puede ser que ninguno te recuerde a tu antiguo…

 

            Sin embargo, la aludida se encogió de hombros para replicar cortándola en la mitad de la frase.

 

-Iba a decir que se está haciendo tarde. Tenemos que irnos.- Remachó consultando su reloj de pulsera.-

-Es verdad.- Suspiró Karaberasu, admitiendo con pesar.- Mañana nos toca abrir temprano otra vez… ¡qué lata!

- El trabajo es el trabajo. - Sentenció Petz, casi pareciendo tan fastidiada como su hermana, en esa ocasión.-

 

La mayor de las Malinde, pese a las negativas de sus amigas, insistió en invitarlas. Al final se salió con la suya. Todas se lo agradecieron y tras despedirse de Unazuki y de las hermanas se alejaron en dirección a sus casas. Minako entonces le comentó a su compañera guerrera con un tono más serio que el que había utilizado hasta ese momento.

 

-Al parecer ellas no saben nada de lo que está pasando allí. Tal y como nos advirtieron por carta, Bertie y Cooan no se lo han contado.

-Mucho mejor así.- Repuso Makoto.-

 

            No obstante, su amiga se detuvo un momento, la miró con gesto inquieto y susurró, casi como si temiese ser escuchada.

 

-Ahora que Artemis no está…- y antes de que Makoto pudiera preguntar sobre eso, rápidamente le dijo.- Se fue a hacer unas averiguaciones y luego a ver a Luna. Pero olvídate de eso de momento. Verás…ese gato es muy amigo mío y nos conocemos desde hace muchísimo tiempo. Confío en él y le quiero mucho pero el pobre a veces no sabe callarse y no me gustaría que le contase ni por error lo que voy a decirte, ni a Luna, ni a las otras…- Y tras unos segundos de pausa que provocaron aún más el interés de su compañera, la joven rubia afirmó.- Hay algo que me parece bastante extraño.

-¿El qué?- Quiso saber su interlocutora.-

-En las últimas semanas los ataques de esos seres aquí, en Japón, se han detenido. Parece que allí, en los Estados Unidos, ha sucedido lo mismo. Pero no me fio. Es más, tengo la impresión de que estuviesen coordinados de algún modo. Y me da la sensación de que no solamente Usagi, sino Rei y Ami, saben más de lo que nos cuentan. Es como si estuvieran siguiendo un guion fijado de antemano. Una especie de plan secreto del que tú y yo no supiéramos nada.

-¿Tú crees?- Se sorprendió su amiga dedicándole una mirada de incredulidad para aseverar.- Supongo que estarán tan confusas como nosotras. No creo que nos ocultasen nada a sabiendas. Somos compañeras. No lo creo. Además. ¿Por qué iban a dejarnos a ti y a mí fuera de ello?

 

            La mera posibilidad de que esa hipótesis fuese cierta les creaba a ambas una sensación de zozobra y pesar. Ninguna deseaba creer aquello, aunque para Minako ya estaban dándose bastantes indicios que apuntaban en esa dirección. Los incómodos silencios que tenían según que temas abordaran, los rápidos apoyos de Rei a Usagi, cuando esta comentaba cosas que, en el mejor de los casos, eran difíciles de aceptar. El secretismo de ésta última y de Mamoru. Incluso Luna daba la impresión de hablar siempre con cuidado de no decir ninguna palabra de más. La única de sus compañeras que parecía estar tan en la inopia como ella misma era precisamente Mako-chan y conociéndola la creía incapaz de tener doblez o ser tan buena actriz como para poder engañarla. Por eso se había confiado a ella. Aunque también cabía la posibilidad de que tras tantas aventuras y batallas vividas estuviese algo paranoica. ¡Ojala que su amiga y guerrera de Júpiter tuviera razón!

 

-Bueno, espero que estés en lo cierto.- Suspiró la guerrera de Venus queriendo dejar aparcado ese tema y pasando a decir con más jovialidad.- Sin embargo, no estaría nada mal viajar a América y conocer a esos dos guaperas en persona. ¿No crees?

 

            Su compañera se ruborizó un poco. Aunque enseguida asintió con una sonrisa. Pese a ello, objetó.

 

-Pero yo hablo muy mal el inglés.

-No temas. Yo lo domino a la perfección. Ya sabes que viví un año en Inglaterra. Podría hacer de traductora. Y también Bertie y Cooan, que a estas alturas lo controlarán de maravilla.

-Bueno chica, no está mal pensado. Aunque ya sabes que Usagi y Mamoru han dicho que, por el momento, debemos vigilar aquí. Que no confían que el enemigo haya desaparecido tan fácilmente. Y por lo pronto allí las cosas parece que se han calmado. De modo que no hay excusa para hacer un viaje tan largo. Tendremos que esperar a una mejor ocasión.- Remachó Makoto.-

 

            Resignada, su compañera asintió declarando a su vez con insistencia.

 

-De todas formas, no me he atrevido a hablar con Ami y con Rei. Ya te digo, las he observado mirarse de forma rara cuando Usagi nos decía eso de que no podemos actuar todavía. Antes ellas estaban igual de sorprendidas que nosotras. Ahora parece que no les extrañase tanto lo que nos cuentan.

-Será porque confían en lo que Usagi y Mamoru nos dicen.- Opuso Makoto para insistir deseosa de zanjar ese tema.- Dales el beneficio de la duda. Son nuestras amigas.

-No me interpretes mal.- Se apresuró a decir su interlocutora admitiendo.- Yo también creo en ellos ciegamente. Es solo que me sorprende. Será porque tuve que actuar sola como Sailor V durante bastante tiempo y he aprendido a fiarme solamente de lo que yo misma compruebo. Y en este caso me siento bastante desorientada.

-Bueno.- Será mejor que dejemos eso por ahora.- Le sugirió su amiga.- Aprovechemos que las cosas parecen tranquilas en todas partes.

-Sí, tienes razón. Ya tenemos bastantes asuntos de los que ocuparnos, en cuanto a exámenes y trabajos del instituto.- Sentenció Minako.-

-¡No sé en América, pero aquí hay que estudiar de lo lindo únicamente para aprobar, y no digamos ya para sacar buenas notas!- Exclamó Makoto.-

Su contertulia asintió. Después pasaron a hablar de otras cosas, finalmente se despidieron y cada una encaminó sus pasos hacia sus respectivos hogares. Al día siguiente tocaba instituto y tendrían que madrugar…


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2 comentarios:

  1. Yo tenía una compañera que solía enrollar los machetes (así le dicen en Argentina a aquellos objetos con los cuales uno se puede copiar en un examen) en lo bolígrafos transparentes, pero de colores, de modo que para la profesora pasaba desapercibido. El tiempo que invierten en estas trampas, creo que lo hubieran ganado estudiando xD... fué muy cómico cuando Bertie rompió el machete de Roy, y este replicó que eso no se le hace ni al peor enemigo jajaja xD
    Mmmm... es cierto que los demonios corrompen a los seres humanos con aspectos carnales o primitivos, pero sospecho que más allá de eso, estos demonios pueden encontrar atractivo a Roy xD (?), digo, es la segunda vez :P
    Minako siempre tan ocurrente, es un personaje que me gusta bastante, pero a que la llegué a amar después de leer Condename Sailor V <3, y sus sospechas, tienen algo de certero

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    1. ja,ja, que curioso nombre, aquí machete es un cuchillo muy grande para ir cortando lianas y vegetación por la selva. El pobre Roy queda horrorizado cuando Bertie hace eso, pero ella no quiere que él haga esas cosas. Se recuerda a sí misma en su época de malvada, cuando quiso hacerle trampas a Ami. Sí podría ser que los demonios encontrasen atractivo a Roy, o quizás es que, al introducirse en víctimas que le encuentran atractivo se dejen llevar. De todos modos hay otro motivo que aun no puedo revelar. En cuanto a Minako, es cierto que, en el anime actua de un modo más alocado que en el manga. Aquí he tratado de hacer una especie de fusión. Ella sigue con sus sueños de ser artista y cantante famosa, pero tiene muy clara cual es su misión. Posee además experiencia y se da cuenta de que algo extraño pasa, sobre todo viendo como actúan algunas de sus compañeras. Le hace partícipe de ello a Makoto, al principio las dos están algo apartadas de la acción puesto que congenian más con Petz y Kalie. Esta situación irá a más en el futuro y verás que hay conflictos entre als propias sailors puesto que muchas veces no comparten el criterio de Usagi y Mamoru, o bien no lo comprenden. Gracias otra vez por tu análisis.
      Aquí Rei y Usagi preocupadas por lo que sucede en América.
      https://www.deviantart.com/gwarriorfanfic/art/Usagi-and-Rei-making-a-strategy-By-LiriumProject-689800479

      Roy hablando con Tom, sobre los extraños sucesos que están teniendo lugar en la Golden, aunque es dibujo de un capítulo previo. https://www.deviantart.com/gwarriorfanfic/art/Tom-and-Roy-By-LiriumProject-688562123

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