Por suerte, Beruche ayudó a Roy en sus
estudios, así pudo pasar el test sin mayores problemas. Después de eso venía el
trabajo de equipo. Él como siempre se centraba más en sus entrenamientos de
baloncesto. Su compañera tenía terminada ya su parte del trabajo y esperaba
pacientemente a que el chico hiciese la suya, pero éste se retrasaba y el
tiempo se les echaba encima. Nerviosa y enfadada le dio una llamada de
atención. Roy le prometió ir con ella a la biblioteca a terminar el trabajo
pero Bertie le esperó durante más de media hora sin que él apareciese. Por fin
salió de allí para buscarle y abordó a uno de sus compañeros de clase.
- Perdona Peter - le preguntó
Beruche con premura. - ¿Has visto a Roy? Quedé con él en la biblioteca
hace un buen rato y no ha llegado todavía.
- ¿Roy?- respondió el muchacho
extrañado. - No le he visto, debe de estar entrenando ¿Por qué no miras en la
cancha?
- Gracias. - Repuso ella que salió
disparada hacia allí. -
Cuando llegó a la cancha vio que ese inconsciente, efectivamente, estaba
entrenándose con el resto de sus compañeros de equipo. Hacían entradas a
canastas, contraataques y algún que otro partidillo.
-No puedo creerlo. ¡Es que no puedo! -
Rumiaba con disgusto. -
Bastante
enfadada, se acercó al entrenador, un tipo rechoncho y de edad madura y le
preguntó de la forma más amable y suavemente que pudo a pesar de su evidente
ansiedad.
- Disculpe señor. ¿Podría decirle a Roy
que venga un momento? Tengo que hablar con él.
- No quiero nada de distracciones para
acordar citas. - Le previno el entrenador que ya conocía al muchacho de otros
años. - Ahora mismo está ocupado. ¿No puedes volver luego?, - le sugirió con
cierta desgana. -
- No se trata de eso, es que tenemos un
importante trabajo de clase que terminar.- Insistió Bertie con cara de
angustia. -
- En ese caso puedes verle ahora mismo.
- Respondió ahora con una expresión mucho más atenta a las palabras de ella.-
-Muchas gracias.- Pudo decir la joven.-
Lamento tener que interrumpirles.
-No te preocupes, lo primero son las
actividades académicas.- Sentenció su interlocutor, añadiendo.- Y le tengo
dicho a ese zascandil que, si se deja alguna por hacer, no jugará…
De modo
que el míster no tardó en llamar la atención de los chicos de un silbido,
elevando la voz para dirigirse a Roy.
-¡Malden ven aquí!
Mientras
él se acercaba el técnico se despidió de Beruche y se fue con el resto de los miembros
del equipo a proseguir el entrenamiento.
-¡Hola Bertie! - sonrió el chico cuando
llegó junto a ella jadeante pero contento de verla. - ¿Qué te trae por aquí? Tú
nunca te pasas por mis entrenamientos.
Aunque lo
que no le alegró tanto fue la respuesta de ella...brazos en jarras y con
visible indignación.
-¿Cómo que qué me trae por aquí? ¿Ya has
olvidado que habíamos quedado en la biblioteca para terminar el trabajo? Bueno,
¡la parte tuya del trabajo que es la única que queda por hacer! - Le reprendió
Bertie.-
Al
escuchar aquello Roy se llevó una mano a la cabeza con gesto
desconcertado.
- Perdona, es cierto que quedamos. Pero se
me había olvidado por completo,- se disculpó conciliador, añadiendo con
despreocupación. - Cuando acabe de entrenar quedamos y ya está.
- Bueno, ¿cuánto te queda por hacer?...-
le preguntó ella más tranquila, suponiendo que se trataría de poca cosa.-
- Pues, la verdad es que ni he empezado
todavía,- reconoció Roy esbozando una estúpida sonrisita a modo de disculpa -
con esto del entreno..., pero no te preocupes, aún queda tiempo.
-¿Qué?- Chilló Beruche que se estaba
poniendo histérica - ¡El trabajo hay que entregarlo y exponerlo dentro de dos
días! ¡Y tú todavía ni lo has empezado a hacer! ¿Pero en qué estás pensando?...
-¿Dos días?- Creía que faltaba una
semana. Perdona,- contestó el chico que seguía sin parecer estar demasiado
preocupado. - Se me había olvidado por completo, ¡qué cabeza la mía!
-¡Eres un estúpido descuidado! ¡Quizá a
ti te importe un bledo aprobar o no, pero yo me juego mucho, debo obtener
buenos resultados por mi beca y no voy a dejar que porque me haya tocado un
idiota como compañero mi carrera se eche a perder! - Le gritó ella con lágrimas
en los ojos perdiendo completamente los nervios. -
- Vale, vale - le susurró Roy tratando
de calmarla como podía.- Cálmate cubito, lo arreglaré…
La verdad
es que estaba realmente atónito, nervioso y avergonzado por la reacción de
ella. Aún más con el espectáculo que estaban dando. Hasta sus compañeros de
equipo y el entrenador habían parado sus actividades y miraban con ojos de
platos la escena.
-No
te pongas así, ahora mismo lo solucionamos, pero es que estoy a medio
entrenar...- Fue lo único que se le ocurrió.- En cuanto acabe…
-¡Sólo te preocupan tus estúpidos
entrenamientos! ¡Qué te importa si los demás lo pasamos mal o si yo
arruino mi carrera por tu culpa! - Sollozó ella que le dedicó otra de esas
lindezas en japonés que solo decía cuando él la enfadaba de verdad. - ¡Anata
wa musekinin des!
Se giró y salió corriendo, desde lejos se la
podía oír llorar. Roy se quedó paralizado en el sitio, hasta que su entrenador
le bramó.
-¡Malden, vete ahora mismo a terminar
ese trabajo o te meteré tal paquete por el culo que vas a estar meses sin poder
sentarte! Y te aseguro que te sentarás. ¡En el banquillo para toda la temporada!
-¿Entonces, puedo irme?- preguntó el
chico de una forma algo estúpida con si pretendiera asegurarse -...
-¡Largo! - le gritó el míster, y sin
perder ni un segundo él salió corriendo tras Beruche. El resto de sus
compañeros se quedaron mirando embobados y su entrenador la tomó con ellos. -
¿Qué pasa, es que no tenéis nada que hacer? A vosotros no se os ha perdido nada
ahí, así que ¡vamos! ¡A entrenar, haraganes!
Sus
gritos atronaron por todo el pabellón y el resto del equipo volvió a su tarea,
pero sin dejar de hacer comentarios jocosos sobre lo sucedido.
-Joer. ¡Cómo se ha puesto esa tía!- Se reía Ozzie en tanto entraba
a canasta.-
-Sí, debe de ser la única que ha sido capaz de meter a Roy en
cintura.- Bromeó a su vez Jack mientras lanzaba un tiro libre.-
-A cambio de que él le meta otra cosa luego.- Intervino un tal Chuck
Taylor, un alero reserva.-
Eso hizo que se rieran, aunque al ver aproximarse a su entrenador guardaron
silencio inmediatamente dedicándose cada uno a sus ejercicios. Por su parte Roy
corría rápido, logró alcanzar a su compañera en el pasillo, esquivando a
cualquiera que se le cruzaba. Consiguió por fin adelantarla y la detuvo con
suavidad poniendo sus manos sobre los hombros de ella que lloraba sin querer
mirarle.
- Bertie, por favor, lo siento. ¡Lo
siento!,...no te lo tomes así. Te doy mi palabra de que ahora mismo nos ponemos
con ello y no lo dejaremos hasta que esté terminado. No importa si no duermo,
si no como o si no entreno, te lo prometo.
- Sí claro, siempre dices lo mismo. - Balbuceaba
ella entre el berrinche y enjugándose las lágrimas de sus otrora azules ojos,
rojos ya de tanto llorar. Reprochándole todavía con visible malestar. - Parece
que disfrutas poniéndome en ridículo.
- No, no,- repuso él realmente avergonzado,
con la voz más suave que pudo. - ¿Cómo puedes decir eso cubito? Sabes que no
puedo verte llorar, tonta. ¡Escucha, sé que soy un idiota o lo que sea que me
llamas en japonés cada vez que te enfadas, pero esta vez no te fallaré! .Tú me
has ayudado mucho y no te voy a dejar colgada ahora. ¡De verdad!, tienes mi
palabra. Sólo deja que me duche y me cambie y en quince minutos estoy en la
biblioteca. Yo nunca rompo una promesa. Ya lo sabes.
Hubo
un silencio embarazoso como si ella estuviera meditando esas palabras, aunque
incluso Bertie tenía que admitir que, cuando el chico prometía algo, se afanaba
por cumplirlo. Roy estaba a su vez
pasando un mal rato, pendiente exclusivamente de su reacción, hasta que la
chica le miró …
- Entonces te esperaré allí, quince
minutos.- Replicó ella limpiándose el corrido maquillaje con un pañuelo - ¡y no
tardes como de costumbre!...- Le insistió a modo lapidario con la voz gangosa
por la llorera.-
Él
asintió y se fue apresuradamente. Ninguno se percató de que Melanie y algunas
animadoras había presenciado toda la escena. Su jornada de entrenamiento había
concluido hacía un momento y volvían de guardar el equipo de sonido. La
capitana solamente pudo mirar atónita y más tarde rabiosa, desde el fondo del
pasillo. Estaba claro que esa chica hacía de Roy lo que quería.
- ¡Maldita japonesa del demonio!- Se
dijo con verdadera inquina marchándose después a pensar en cómo podría
fastidiarla -...
-Déjala Mel.- Le pidió April, visiblemente nerviosa.- Connie
estará a punto de venir, ha ido a guardar…
-¡Me importa un bledo!- Estalló su capitana girándose para mirarla
con gesto furioso.- ¡Que me oiga!
Tanto su apurada interlocutora como Susy y
Brooke que estaban con ella, se miraron consternadas. Al fin Melanie suspiró
tratando de calmarse para disculparse enseguida, casi entre sollozos.
-Lo siento, chicas. Tienes razón, April. Me estoy comportando como
una idiota. Y en este caso comprendo que la japonesa tiene razón. Roy es un
desastre para hacer trabajos en grupo.
-Anda iros si queréis.- Les propuso Susy.- Yo esperaré a Connie y
a Serena.
Melanie asintió,
necesitaba estar sola. Ya se había humillado bastante delante de su equipo.
April y Brooke fueron con ella.
-Esto no va a acabar nada bien.- Se decía Susy apesadumbrada.- Y
lo lamento mucho por Connie. Ella no tiene culpa pero va a sufrir, está
atrapada entre su hermana y Mel.
En lo que
a Roy respectaba, cuando llegó al vestuario se duchó a toda prisa y se cambió
mientras soportaba los comentarios de sus compañeros de equipo que habían
terminado de entrenar y entraban en ese instante.
-¡Esa chica es todo un carácter,
muchacho!, nunca he visto a ninguna tratarte de ese modo.- Se mofó Jack, el
alero compañero y amigo de Roy -...
-¿Te la has cepillado ya? - Intervino
Roger, el otro amigote de su círculo más íntimo del equipo, con sorna. -
-¡Oh, cállate! , no digas más estupideces
- replicó el interpelado sin poder ocultar el sentirse molesto. -
-¡Eh chicos!, creo que Roy,
"conquistador" Malden, se ha enamorado...- rio Michael que fue
secundado por los demás. – ¡Si se pone colorado y todo!
Y este último
recordaba aquel rocambolesco plan de su colega para quedarse a solas con esa
chica, en aquella famosa excusión de la que tanto se habló en la facultad. ¡Esos
dos perdidos de noche vete a saber dónde! Seguro que ahí hubo algo. Pero
prudentemente Michael decidió no mencionar el asunto cuando su amigo tomó la
palabra…
- No digáis tantas tonterías
ahora, reservarlas para cuando estéis borrachos. Yo no estoy enamorado de
nadie. Lo que pasa es que me ayuda mucho a estudiar y le debo unos cuantos
favores. Eso es todo. - Se justificó el aludido para salir del paso, tratando
de mantener un tono jovial. -
- Pues págaselos como a todas, además,
¡la chica no está nada mal! Ya sabes, materia reservada. - Le sugirió
Kevin riéndose. -
- Sí, seguro que se tiene que mover.
¡Bum, bum! Bueno, aunque no sea su hermana la animadora.- Se rio Ossy haciendo
ostentosos gestos con su cintura para animar a su compañero, o al menos
eso creyó. - ¡Vamos Roy! , no serías tú si no te la ventilas. Si en el fondo
esa tía lo está deseando. Apuesto a que ya tienes un plan.
- Me voy que lo que tengo es prisa. - Repuso
secamente éste para eludir el tema.-
Acto
seguido corrió a la biblioteca ante el asombro de sus compañeros de equipo,
algunos se miraron entre ellos con perplejidad. E incluso con leves sonrisas.
-¿Es este nuestro Roy o nos lo han cambiado?-
Comentó el atónito Jack.-
-Ya sabes, chico. El amor hace cosas muy
raras a la gente.- Se rio Michael.-
Y todos se rieron con ganas. Mientras tanto, en la sede de la secta, Valnak se
preparaba para partir. El Gran Sabio le preguntó de forma desconfiada.
- No podemos seguir así. ¿Acaso vas a
enviar a otro demonio? Ya has visto que eso no sirve para nada.
- Esta vez no, ya ha llegado el momento
de que intervenga personalmente. - Le rebatió éste sin preocuparse -
-¿Entonces tienes algún plan?...
- Sí señor, ahora mismo voy en busca del
objetivo. Ya está maduro para mi intervención. - Contestó Valnak desapareciendo
entre la bruma. -
Ajenos
a lo ocurrido, Cooan y Tom también habían terminado de entrenar en sus deportes
respectivos. La primera justo había acabado de recoger el material con Serena,
dado que les tocaba a ellas. Al salir del almacén donde lo guardaban se
encontraron con Susy que las esperaba.
-¿Y las otras?- Quiso saber Serena.-
-Tuvieron que irse.- Contestó la
interpelada con cara de circunstancias.-
-Bueno, pues vayámonos nosotras
también.- Sonrió Cooan.-
Cuando se
marchaban del pabellón coincidieron por los pasillos con Tom, que a su vez
salía de entrenar de la sala de artes marciales.
-Hola Tommy.- Le sonrió pícaramente
Susy.-
-Hola.- Respondió educadamente él,
esbozando una leve sonrisa.- ¿Qué tal, chicas?
-Ahora que te hemos visto a ti, mucho
mejor.- Comentó Serena divertida.-
El
chico hasta se puso algo colorado. Las dos animadoras le miraban juzgándole
adorable. Además era muy guapo y estaba muy bien. Por desgracia para ellas a
esas alturas ya se habían percatado, lo mismo que el resto, que él solamente
tenía ojos para su compañera. De modo que Susy, deseando echarle un capote a su
amiga Connie, le propuso a Serena.
-Vamos a buscar a Melanie para
comentarle eso que ya sabes…
-¿El qué?- Inquirió cándidamente su
contertulia hasta que recibió un disimulado codazo.- ¡Ah!, ¡Eso! – Añadió
inmediatamente.-
-¿A qué os referís?- Quiso saber Cooan
observándolas sin entender lo que estaba sucediendo.-
-Cosas nuestras. Mira, tú charla un poco
con Tom, sería muy descortés si todas le dejamos aquí plantado.- Sonrió Susy.-
Él desde luego no tenía nada que oponer a eso.
Aquellas dos chicas se despidieron y Tom aprovechó para romper un poco el hielo
preguntándole a Connie.
-¿No habrás visto por aquí a Roy,
verdad?...
- No, ni tampoco a mi hermana. Estoy
algo preocupada, esta mañana se marchó muy enfadada de nuestro cuarto. Iba a
buscarle, Roy y ella tenían que terminar un trabajo para dentro de dos días. Y
él no la ha avisado aún. Espero que tenga lista su parte. - Le contó ella con
expresión apurada. -
- Si hay alguien que pueda conseguir que
Roy trabaje de firme esa es Bertie,- aseveró Tom con una sonrisa y
propuso – bueno. ¿Qué te parece si les buscamos juntos?
- Sí. - Asintió su interlocutora. - Es
una buena idea.
Ambos se encaminaron en la búsqueda cruzándose con Melanie. La jefa de
animadoras saludó fríamente a Cooan. Ésta, sin percatarse de ese gesto, le
dijo.
-Serena y Susy te andaban buscando…
Aunque su
capitana la ignoró siguiendo su camino. Parecía ir con prisa.
-¡Qué raro!- Comentó Cooan mirando a Tom
sin comprender, al tiempo que le explicaba.- Si durante el entrenamiento estaba
de lo más jovial.
-Mel es así.- Pudo responder su amigo
encogiéndose de hombros para añadir.- No es mala chica pero a veces actúa según
le da el aire.
Y es que la jefa de las animadoras se había
separado de April y de Brooke.
-Dejadme sola, por favor.- Les pidió con
tono alicaído.-
Las dos
asintieron, era inútil tratar de insistir cuando ella se ponía así. Melanie
estaba hundida. Deseaba gritar o romper a llorar. Era evidente que Roy estaba
cautivo en las redes de esa zorra. Y la muchacha comenzaba a aceptar que, para
él, esa chica no era un simple ligue. Andaba casi trastornada por los pasillos,
pensando en eso y se cruzó con Connie sin dirigirle la palabra cuando la chica
le comentó aquello. Al poco, sin darse cuenta, una mano se posó sobre su hombro
y la chica dio un respingo girándose asustada...
- Te estaba buscando. - Le dijo Roberts
con gesto preocupado. -
-¡Me has dado un buen susto! - Recriminó
ella con manifiesta expresión de incomodidad. -
- Lo siento, es que quería hablar
contigo.
- Estoy ocupada. - Replicó Melanie con acritud.
-
-¡Escúchame! - Insistió él, molesto y
herido por esa actitud. - No puedo soportar como te humillas con ese cretino.
¡Mírale bien! , él ya está interesado en esa chica. ¿Por qué no lo dejas estar?
-¡Harías bien en meterte en tus asuntos!
- Le espetó ella alejándose de allí. -
Roberts se quedó allí, inmóvil en el pasillo. Se sentía muy furioso, tanto que
desconchó una pared de un solo puñetazo. Escupiendo con frustración.
-¡Maldito seas, Malden! ¿Por qué
demonios habrá tenido ella que fijarse en ti? Pero hazle un solo desplante más
delante de mí y te romperé la cabeza. ¡No sabes cuantas ganas te tengo!
Y se alejó mascullando sus deseos de venganza. Valnak asintió a todo ello
divertido, estaba tras una esquina vestido como un humano normal y sonreía.
- Más vale que le despierte pronto o no
tendré a nadie a quien despertar. ¡Y pensar que el muy cretino cree que la
mayor amenaza a su vida son mis demonios! ¡Si supiera que ellos únicamente
están aquí para protegerle! - Se dijo con sorna. – ¡Ay!, ¡cuántas tonterías se
hacen por amor! ¡Ja, ja, ja, ja!…¡The age of love! - Canturreó divertido
desapareciendo.-
Ajenos a
todo esto Roy y Beruche estuvieron varias horas en la biblioteca y quedaron
para el día siguiente. Con suerte acabarían a tiempo. Pero Valnak, tras volver
a materializarse en un lugar discreto, se había paseado por allí acechando a su
presa en los pasillos de la universidad. Disfrazado como un estudiante más
esperó y vio llegar a los dos chicos que veían conversando ya más relajadamente.
-Al menos, cuando te pones a trabajar en
serio, cumples.- Admitía Beruche mucho más aliviada.-
-Ya te lo había dicho, cubito.- Sonrió
él.-
-Pues eso demuestra que eres capaz pero
muy vago. Y no deberías serlo, ya vas teniendo edad para comportarte.
-Sí mami.- Se sonrió él.-
Ella
se detuvo y le dedicó una mirada entre
perpleja y suspicaz, el chico respondió llevándose una mano al cogote y
sonriendo de forma algo tonta…
-Era broma.- Afirmó Roy sonando jovial.-
-No sé que voy a hacer contigo.- Suspiró
resignadamente la chica en tanto reemprendían la marcha.-
Justo
entonces Valnak se cruzó con ellos y fingió tropezar con él. Aprovechó para
exponerle discretamente a un rayo de energía rojiza que emanaba de un amuleto
con forma de pentáculo, después se disculpó.
- Perdone, he tropezado, es que voy
distraído, busco la conserjería.
- Claro,
vaya al final del pasillo, a la derecha. - Señaló su interlocutor de
forma solícita. - La acaba de pasar, amigo.
-Gracias, soy muy despistado.- Declaró su
interlocutor que, una vez lejos, sonrió maliciosamente musitando. – Eres
muy amable.
Roy sintió una sensación extraña que le recorría. Además, ese tipo le parecía
raro a la par de recordarle a alguien.
-¿No te suena de algo ese tipo?- Quiso saber
él preguntándole a Bertie.-
-¿Quién?- Inquirió ella a su vez, pues
ahora no veía a nadie.-
Y
es que ese individuo daba la impresión de haberse esfumado. Roy supuso que posiblemente
tendría mucha prisa. Por su parte Bertie ni había reparado en él, sumida como
estaba en sus propias reflexiones, tras haberle echado esa pequeña reprimenda a
su compañero.
-Déjalo, no tiene importancia.- Afirmó
Roy. –
Los
dos siguieron su camino, el demonio por su parte se detuvo complacido al fondo
de otro pasillo.
-Ya está en marcha. - Pensaba Valnak con
satisfacción. - Ahora sólo hay que esperar y estarás bajo mi control. Ya no
hago nada aquí. Volveré cuando todo esté a punto. – Y tras asegurarse de que
estaba solo desapareció al doblar una esquina. -
Ajemos
a aquello los dos chicos llegaron cerca de la salida del edificio. Beruche vio
a Tom a la lejos y le llamó, éste se acercó junto con Cooan. Los cuatro se
reunieron y se sentaron en un banco.
-Veo que al fin le has encontrado.- Comentó
la hermana de Bertie.-
-Mi trabajo me ha costado.- Aseguró ella,
agregando, eso sí.- Pero ha merecido la pena, ya casi hemos acabado.
-Claro, ya te lo dije.- Sonrió Roy tratando
de quitarle hierro al asunto.- Todo
estará a tiempo.
-No será por tu puntualidad.- Le reprochó
nuevamente su compañera con tinte admonitorio.-
El
aludido miró para otro lado, y tanto Tom como Cooan sonrieron divertidos. Charlaron
durante un rato más y después se encaminaron a la cafetería para tomar algo.
Roy les propuso un plan para los próximos días.
-¿Qué os parece si este viernes por la
tarde nos vamos a la sierra? Un amigo me dejaría su cabaña para todo el fin de
semana. Es bastante grande y está en un sitio muy bonito. ¡Seguro que os
encantará! Además, acordaos que lo habíamos pactado cuando volvimos de la
playa.
-¡Si, sí, me parece una buena idea! -
respondió Cooan entusiasmada. -A mí me encantaría, ¿y a ti? - Le preguntó a
Beruche deseando que su hermana conviniera en ello. -
- Primero quiero que el trabajo esté
terminado y no aceptaré como no saquemos más de un siete.- Contestó
inflexiblemente ella. -
- Vale. Lo conseguiremos. - Le aseguró
Roy convencido de ello para sorpresa de los demás. -
-¡Si no lo veo, no lo creo! - Se burló
Tom.- ¡Tú queriendo sacar buenas notas!
- No, yo queriendo ir a la montaña el
fin de semana ¡y también lo hago por ti botarate, lo menos que podrías decirme
es, ánimo! - Le rebatió su amigo dándole un capón. -
- Sí, vale. Tienes razón. Ánimo. -
Convino el aludido divertido por aquella reacción.-
Lo mismo les
ocurrió a Cooan e incluso la propia Beruche, que, sin embargo, le musitó a su
hermana más seriamente, aprovechando que los chicos charlaban ahora de otras
cosas.
- No sé si será una buena idea ¿No crees
que es ir demasiado lejos? Los cuatro en la misma cabaña...
- No seas tan miedosa, mujer. – Le susurró
la interpelada sin dejar de mirar a Roy. - No nos va a pasar nada, los dos son
buenos chicos. Te aseguro que no nos harán nada que no queramos. Ji, ji.
Su interlocutora la miró incrédula volviéndole a musitar en tono censurador.
- Me parece que llevas demasiado tiempo
con el equipo de animadoras de Melanie.
- No seas tonta, Bertie.- Replicó su
hermana ya más seriamente aprovechando que los dos chicos seguían dándose
capones entre ellos y riéndose de sus mutuas chanzas. -Yo confío en Tom y en
Roy y tú deberías hacer lo mismo a estas alturas.
- Ya lo sé, no es que no me fíe pero
¿qué van a decir los demás?...- le contestó su contertulia también con un
susurro. -
-¡Oh, no te preocupes por eso, hermanita!
- La animó Cooan que estaba deseosa de convencer a su hermana como fuera.
- Nadie se tiene por qué enterar. ¡Y somos cuatro! , sería diferente si sólo
fuera una pareja.
- Vale, aceptaré encantada después de
que expongamos el trabajo. Si Roy cumple lo que ha prometido.- Concedió Beruche
añadiendo en alta voz para llamar su atención. - ¿Ya sabes, eh? Más de un siete.
- Claro que sí. - Terció Roy. - Tienes
mi palabra, ya lo sabes, cubito. Yo siempre cumplo mis promesas. Presentaremos
un buen trabajo.
- Entonces todos de acuerdo - remachó
Tom muy animado. - ¡Este viernes por la tarde nos vamos!...- los demás
asintieron sin ocultar su deseo de que así fuera. -
Más tarde se despidieron, así pasaron los dos días sin que ocurriera nada
extraño. Por lo menos en cuanto a episodios de índole sobrenatural se refería.
Lo que sí pudo comprobar Cooan es que Melanie estaba más distante con ella, y
que sus compañeras de las animadoras eran menos proclives a juntarse y
hablarle.
-Espero no haber hecho nada mal.- Se
decía algo preocupada.-
Pero
pensando en que se debería sin duda a los nervios y la tensión acumulada tras
los exámenes lo dejó estar. Tenía mucha ilusión por ir a la montaña ese fin de
semana. Aunque todo dependía del resultado de esa presentación.
-Espero que Roy no decepcione a mi
hermana. Bertie puede ser muy cabezota cuando se enfada.- Se temía Cooan.-
Pero por
fortuna sus temores fueron infundados. Efectivamente Roy cumplió su palabra, él
y Beruche presentaron el trabajo. Lograron un 7.5, desde luego más de lo que
ella se esperaba, lo que hizo que su humor mejorase mucho. Por fin llegó el día
y, tal y como estaba decidido, se fueron a la sierra. Alquilaron un coche y
recorrieron un camino que se les hizo algo largo pues el tiempo estaba de
tormenta y tuvieron que ir despacio. Durante el viaje los muchachos se ocuparon
de poner música. Algunas canciones ochenteras que ellos cantaban con muy buena
voz. A veces uno, a veces otro e incluso a dúo.
-Escucha ésta paleto de Kansas. Vamos, a
la vez tú y yo...- Le propuso Roy al comenzar esa canción, con la que parecía
querer dar un mensaje a una de sus compañeras.-
Nena, no entiendo
Porque no podemos tomarnos
de la mano el uno al otro
Porque no podemos tomarnos
de la mano el uno al otro
Ésta puede ser la última vez
Me temo, a menos que aclare todo
Te necesito tanto
Toma éstas alas rotas
Y aprende a volar otra vez
Y aprende a vivir libre
Y cuando escuchemos las voces cantar
El libro del amor se abrirá
y nos dejará entrar
Las chicas escuchaban y sonreían divertidas. De
hecho la combinación de voces de sus dos amigos cantando era realmente hermosa.
Con esa tonada incluso el tiempo parecía detenerse por un instante, uniéndoles
a los cuatro.
Toma éstas alas rotas
Nena, creo que esta noche
Podemos tomar lo que está mal
Y solucionarlo
Ummmm
Bertie y Cooan tenían una
extraña impresión, era como si ya hubiesen oído ese tema antes. Quizás su madre
y su abuela, muy aficionadas a las viejas canciones de la Tierra, se la
hubieran puesto siendo ellas niñas.
Cariño, es todo lo que sé
Que eres la mitad de mi carne
Y de mi sangre que me hace completo
Te necesito tanto así que
Así que toma éstas alas rotas
Y aprende a volar otra vez
Y aprende a vivir libre
Y cuando escuchemos las voces cantar
El libro del amor se abrirá
y nos dejará entrar, sí, sí
El libro del amor se abrirá
y nos dejará entrar, sí, sí
Nos dejará entraaaar…
Nos dejará entraaaaaar…
Las chicas
cerraban los ojos esbozando una sonrisa, aquella música y la maravillosa forma
de interpretarla de sus amigos las arrastraba hacia algunos bonitos recuerdos
de su infancia.
Cariño, es todo lo que sé
Que eres la mitad de mi carne
Y de mi sangre que me hace completo
Sí, sí, síii
Así que toma éstas alas rotas
Y aprende a volar otra vez
Y aprende a vivir libre
Y aprende a volar otra vez
Y aprende a vivir libre
Y cuando escuchemos las voces cantar
El libro del amor se abrirá
y nos dejará entrar
El libro del amor se abrirá
y nos dejará entrar
Nos dejará entrar…
Toma estas alas rotas
Y aprende a volar otra vez
Y aprende a vivir libre
Y aprende a vivir libre
Sí, sí…
Sí, si…
Y cuando escuchemos las voces cantar
El libro del amor se abrirá
y nos dejará entrar
El libro del amor se abrirá
y nos dejará entrar
Nos dejará entrar…
Sí, sí
Sí, sí
uuuhh
(Broken Wings. Mister Mister, crédito al autor)
-Me encanta esta canción.- Afirmó Tom
cuando concluyeron de cantarla.-
-Es una maravilla, amigo. Sí señor. Ya
no se hace música así.- Convino nostálgicamente Roy dirigiéndose a las chicas
para preguntarles con jovialidad.- ¿Verdad?
-Es cierto.- Concedió Bertie con voz
queda.- Es muy hermosa.
-Parece algo mágico.- Añadió Cooan con
tono entusiasta.-
Así, el
viaje pasó casi sin que se diesen cuenta. Y eso que el trayecto en sí fue
bastante tortuoso y les costó localizar el sitio. Sin embargo, al llegar todos
convinieron en que había merecido la pena. El lugar era precioso, con pinos
sobre una colina y una cabaña de apariencia rústica con el agreste paraje
montañoso de fondo. Al entrar en ella aún les dio mejor impresión. Desde luego
estaba mucho más bonita por dentro. Contaba con chimenea, alfombras de piel y
unos sólidos muebles de buena madera. Los muchachos entraron el equipaje y
después salieron fuera. El cielo se había despejado pero hacía algo de frío y
tuvieron que ponerse los abrigos, la nieve cubría el lugar. Roy miraba hacia el
cielo y respiraba hondo, sentía una extraña paz allí, rodeado de ese blanco
paisaje. Era una sensación difícil de explicar, de libertad y armonía. Y le
calmaba de esos dolores de cabeza que llevaba sufriendo en los últimos días.
Sería por la tensión de hacer bien ese trabajo. Lo cierto es que no hubiera
querido fallarle a Bertie. La pobre no se lo merecía.
-Debo pensar más en los demás. No
solamente en ella. Aunque desde luego, no quiero perjudicarla ni hacerle daño,
eso jamás.
En eso meditaba
cuando de pronto notó un impacto de algo frío en el cogote. No podía ser más
que una bola de nieve. Se giró mientras se la quitaba y escuchó las risas
de las dos muchachas armadas con sendas
bolas. Su amigo también le apuntaba con otras dos en las manos.
-¡Chicas a por él!- arengó Tom y comenzó
el bombardeo. -
-¿Con que sí, eh? ¡Ahora veréis! -
replicó el atacado que esquivaba como podía hasta que, llegada su
ocasión, contraatacó arreando un buen bolazo a Tom y apresando a Cooan -
-¡Suéltame Roy! – Chilló ella entre risas
mientras su amigo la levantaba y la asía por los tobillos poniéndola boca abajo.
- ¡Me voy a marear! - Protestaba jocosa. -
- Si quieres te suelto ya - rio éste con
visible expresión de regocijo. – Y plantaré una Connie… fera...- Remachó
jocoso.-
-¡No, pero así no! - Contestó ella sin poder
dejar de reír y chillar. - ¡No me dejes caer!
Entonces Bertie le dio con otra bola en el cogote. El chico elevó a Cooan y la
tomó en brazos pasándosela a Tom. Éste la recogió a duras penas en el aire
azorándose hasta que ella pudo ponerse de pie algo ruborizada a su vez. Beruche
tenía otra bola preparada y Roy la esquivó cuando la chica se la tiró. Ella y
Cooan se lanzaron a por él y los tres cayeron al suelo entre la nieve. Las chicas
se pusieron encima pero su amigo las sujetó a cada una con un brazo. Tenía
mucha fuerza para ellas que no lograban zafarse.
-¡Suéltanos que nos vas a aplastar! -
pidió Beruche riendo. -
-¿No queríais guerra? - rio Roy a su
vez. - ¡Pues tomad! y tú Tom, traidor, ya me vengaré de ti en su momento. ¿Cómo
has podido pasarte a su bando?
-¿Y qué querías que hiciera?- Sonrió el
aludido encogiéndose de hombros, remachando con desenfado. - No me he podido
resistir a los ruegos de unas chicas tan guapas.
-Vale, lo acepto como atenuante. - Rio su interlocutor declarando
sin pudor.- ¡Yo hubiera hecho lo mismo!
Las
dos jovencitas en cuestión cruzaron miradas cómplices y aprovecharon la
distracción de Roy para meterle un puñado de nieve en la boca cada una,
mientras él la escupía aflojó su presión y pudieron escapar. Éste se levantó y
corrió tras ellas. Cooan se ocultó tras Tom tratando de evitar que la volviera
a colgar patas arriba y su hermana huyó colina abajo. Roy se decantó por
perseguirla.
- ¡Ahora verás lo que significa que te
metan una bola de nieve en la boca! - Gritaba él mientras trataba de darla
alcance. -
- Tendrás que atraparme antes, ¡ji, ji,
ji! - reía Bertie francamente divertida. -
Roy la alcanzó con un placaje a la altura de su cintura, aunque de forma
cuidadosa para no hacerla daño. Los dos rodaron por una suave pendiente llena
de nieve y cayeron al fin con el muchacho encima de ella. Beruche chilló, rio y
forcejeó, pero su captor la tenía bien sujeta por las muñecas.
- Di que te rindes - le pidió él - soy mucho
más fuerte que tú, ¡pequeñaja!
- No me subestimes, soy más escurridiza
de lo que parezco.- Replicó ella con una sonrisita burlona. -
- Pues de mí no te vas a escapar tan
fácilmente - afirmó él acercándose hacia Beruche y ambos se quedaron
mirándose fijamente como aquella vez en el foso. - ¿Por qué será que esto me
resulta tan familiar? - Le susurró él cambiando su tono jocoso por otro muy
suave y reflexivo. -
Ella no dijo nada, sólo extinguió su sonrisa y se le quedó observando con una
mirada serena y profunda. Roy sintió el impulso irrefrenable de besarla. Su
corazón había dado un vuelco ahora que la observaba con aquella expresión
desprovista por una vez de su coraza defensiva. Esa era la verdadera Bertie,
una chica tímida pero bondadosa y con unos hermosos y penetrantes ojos azules y
ese largo pelo de color entre albino y platino esparcido sobre la nieve. Sin
dejar de mantener su mirada él apenas pudo musitar con voz queda, sus ojos
perdidos en los de ella y expresión de asombro y nostalgia.
- ¡Eres
tan bonita! Como una princesa de las nieves. Es como sí…como si ya hubiese
vivido esto mucho antes.
Ni el
mismo Roy supo a ciencia cierta porqué había dicho aquello. La muchacha no
pareció haberle oído bien aunque él seguía presa de esa especie de embrujo. En
su mente aquella imagen parecía repetirse, pero no recordaba dónde ni cuándo.
Sus labios se acercaron decididos a los de ella, pero en el último instante un
dolor lacerante le recorrió la cabeza. Soltó a Beruche y cayó hacia un lado.
Tapándose la cabeza con ambas manos.
-¿Qué te ocurre, Roy?- Preguntó la
muchacha observándole preocupada ahora mientras se incorporaba. - ¿Estás bien?
- Me duele un poco la cabeza. - Respondió
aunque apenas había durado un par de segundos, había sido una especie de flash
pero ya estaba bien. – Hace un par de días que me molesta. No te preocupes. Es
que habré estudiado mucho últimamente.
- Pobrecito. - Sonrió ella burlándose
con fingida compasión.- Se me olvidaba que no estás acostumbrado.
Su compañero se recuperó enseguida y atrapó de nuevo a Beruche, la levantó en
brazos y declaró divertido.
-¡Te has confiado, cubito! ¡Ahora te
tengo! ¿Te rindes ya o te hago un ovillo y te cubro con nieve como si fueras un
muñeco?
- No te atreverás.- Le desafió ella,
entre risas. -
-¿Quieres apostar?- Repuso Roy con gesto
pícaro.-
-¡Si lo haces Sailor Moon te castigará!
- Declaró la muchacha casi sin pensar, quedando al punto colorada tras
escucharse a sí misma. -
-¿Sailor Moon?- Se dijo él atónito
añadiendo con una media sonrisa. - ¿Qué es eso? ¿Un marinero en la Luna?-
inquirió el joven sin comprender.-
- Es una heroína muy conocida en Japón.
Lucha por el amor y la justicia. - Le contestó ella mirándole risueña.
Sintiéndose como si fuera una cría.-
- ¿Por el amor?- Se burló su
interlocutor. - ¿Qué es lo que hace, besa a sus enemigos para acabar con ellos?
¡Oye! Si está buena voy para allá y me convierto en villano.
- ¡Allí me gustaría verte! – Rio Bertie
imaginándose como podría ser la escena de Roy conociendo a Usagi afirmando
divertida. - Ella y sus compañeras guerreras no te permitirían rebozarme de
nieve.
- ¡Ah!, ¿es que hay más de una?- replicó
él entre divertido y atónito. –
- Sí. Y si no te portas bien te
castigarán. – Le prometió dulcemente la muchacha, recordando en voz alta
aquellas palabras que, en otras circunstancias bien distintas, tantas veces
había escuchado – Diciéndote ¡Tsuki ni kawatte oshioki yo!
- ¿Qué?- Pudo decir el chico con
expresión desconcertada. -
- En nombre de Luna te castigaré. Eso es
lo que te diría Sailor Moon antes de darte tu merecido y de salvarme a mí. -
Rio ella traduciéndoselo divertida. -
- Pues no creo que venga desde Japón
para salvarte, así que contesta a la pregunta. - Insistió él con visible buen
humor. - ¿Te rindes?
- Vale, me rindo - admitió Beruche que
ahora tiritaba de frío.-
-¡Estas helada! - Se percató Roy que
dijo ya más serio - será mejor que volvamos a la casa. Tom y Cooan se deben de estar
preguntando que hacemos. Y aquí me da la impresión de que va a nevar otra vez.
- Sí, es verdad,- asintió Bertie
agradecida por la sugerencia y añadiendo en un tono reflexivo. -Sabes, es
gracioso, antes yo adoraba el hielo y la nieve, me sentía muy a gusto en
ellos y ahora sin embargo me dan mucho frío.
-¡Será porque tu corazoncito ahora ya no
está tan helado! - rio el chico afirmando con fingida teatralidad profética. -
¡El cubito parece que se está derritiendo!
Beruche le dio un capón pero pensaba divertida en cuánta razón tenía Roy sin
saberlo. Los dos se volvieron caminando despacio charlando de cosas más
intrascendentes.
-Al menos fuiste capaz de mantener tu palabra.- Le decía.-
-Sí, ya te lo he dicho muchas veces. Para un Malden una promesa es
sagrada. Mi padre me lo enseñó.- Suspiró ahora con un talante más apagado.-
Bertie le miró
percibiendo su tristeza al recordar a sus difuntos padres y le sonrió
animosamente. Eso hizo que el muchacho respondiera del mismo modo, con ver
aquella expresión de ella enseguida sentía que le retornaba la alegría.
-Bueno. Ya hemos llegado.- Pudo decir él señalando la puerta.-
Vamos antes de que nos congelemos…
Tom y
Cooan mientras tanto habían entrado en la cabaña, encendido fuego y estaban
secándose. Habían entrado presurosos, con la guerra de bolas la nieve se
les había metido entre la ropa. Caballerosamente el muchacho le cedió a ella la
estancia de la chimenea para que se cambiase y él lo hizo en otra habitación.
Cuando ésta le avisó, salió y los dos charlaron sobre el lugar.
-¡Qué sitio tan bonito! - declaró la
chica. - Me recuerda a la casa de una amiga allá en Japón.
- Debe ser un lugar muy hermoso.- Dijo
Tom mirando caer los primeros copos por la ventana. -Me gustaría verlo alguna
vez.
- Descuida - repuso ella muy alegre -
¡Cuando termine el curso Roy y tú podríais venir con nosotras, así os
presentaremos a nuestras hermanas y amigas!
- Eso estaría bien. - Convino él que sin
embargo se sentía apenado de que ella siempre nombrase a su amigo por delante.
Pero ahora estaban los dos solos y tenía que aprovechar la conversación así que
preguntó, más que nada por seguir hablando. - ¿Y cómo es ese sitio?
- Es un santuario. - Le respondió ella recordando
la nieve que se acumulaba en el invierno cerca de las escalinatas de acceso y
por el jardín de la casa de Rei. - Yo siempre iba allí a menudo, mi amiga es
sacerdotisa y tiene el don de la videncia. Me ha enseñado algunas cosas.
-¿No me digas que sabes leer las
cartas?- Inquirió él con gesto entre incrédulo y divertido.-
- Eso no, ¡tonto! - Sonrió Cooan. - Pero
sin ir más lejos, aprendí esa técnica contra los malos espíritus.
- Sí, a mí siempre me han interesado
esas cosas. Tengo un amigo que es experto en la materia, quizás sería buena
idea ir a verle algún día.- Le comentó él sopesando más en serio esa
posibilidad.- ¿No crees?
Su contertulia asintió. Desde luego que les vendría bien una ayuda extra. Si es
que esos demonios seguían atacándoles, aunque últimamente volvían a estar muy
callados. Tanto mejor si pudieran contar con alguien más que supiera de esas
cosas. Aunque, de todos modos, uno nunca podía fiarse. La chica iba a decir
algo al hilo de eso cuando Tom vio llegar a Beruche y Roy, comentando aliviado.
- ¡Allí vuelven esos dos!
Sus amigos entraron en la cabaña, ambos tiritaban, se quitaron los
abrigos y se acercaron al fuego. Cooan les miró con gesto inquisitivo
reprendiéndoles medio en broma.
-¡Ya era hora de que volvierais! ,
empezabais a tenernos preocupados, ¿dónde habéis estado?
- Tampoco hemos tardado tanto, Cooan. -
Le respondió Beruche con gesto conciliador. - No te enfades.
- Connie sólo estaba preocupada, aquí
hay muchos barrancos y agujeros que pueden estar tapados por la nieve. - La
defendió Tom.-
-Sí, eso sería lo último, ¡otro agujero
más, no! - Se rio Roy.-
-Pues por eso debéis tener mucho
cuidado.- Repitió Cooan con tintes algo reprobatorios.- Ya tuvimos bastante
miedo la última vez.
Bertie y Roy le dedicaron unas
miradas perplejas. ¿Por qué se habría puesto así? Aunque desde luego motivos no
le faltasen entonces, eso ya estaba pasado. De modo que Beruche se apresuró a
admitir.
-Es verdad. Gomen nasai, Cooan-chan.
Tienes toda la razón.
La
interpelada pareció darse cuenta ahora de que su reacción había sido algo
desproporcionada. Sintiéndose avergonzada, sonrió débilmente y repuso con mejor
talante y tratando incluso de sonar jovial.
-Si algo malo te pasara cualquiera se lo
explica a Petz y a Kalie.
Y en
tanto Beruche sonreía asintiendo y dando por zanjado ese asunto, Tom, que no
dejaba de pensar que el recelo de Connie se debía más a Roy que a su hermana,
cambió rápidamente de tema.
- Bueno, vamos a ver qué hay de comer
por aquí. Tengo mucha hambre.
- Espera, voy contigo - le dijo su amigo
- a mí también se me ha despertado el apetito.
El joven dejó que Beruche se cambiase junto al fuego, él hizo como Tom,
usar la habitación contigua. Luego los chicos fueron a por algunas
provisiones que traían y las asaron en la chimenea. Lo cierto es que no
cocinaban nada mal. A Roy se le daba sorprendentemente bien.
-No sé de qué os asombráis.- Comentó él
reivindicándose.- Aprendí desde pequeño.
-Pues es una gran virtud.- Le alabó
Cooan.-
-Tú tampoco lo haces nada mal, Tommy.-
Sonrió Bertie.-
-En mi casa todos hacemos de todo.- Les
contó el aludido.- Mis padres siempre nos han dicho a mi hermano Daniel y a mí,
que debemos ganarnos las cosas.
-Me parece una magnífica costumbre.-
Afirmó Cooan, añadiendo.- Nuestras hermanas y nosotras fuimos educadas de un
modo parecido, ¿verdad Bertie? Trabajo duro.
Su
hermana asintió, totalmente de acuerdo con eso. Y para subrayarlo, los
muchachos hasta hicieron algo de café caliente para entonarse. Todos comieron
con buen apetito. Y algo más tarde, olvidado rápidamente el tema de la
tardanza, estaban de un estupendo humor. Roy conectó el reproductor de cd
que traía y puso música que era (según su opinión),” de los mejores
grupos de los ochenta”. Obligando incluso a Cooan a bailar con él.
-¡Vamos Connie, no seas aburrida!
- Le decía pese al gesto colorado de ella. - Con lo bien que bailas en la
cancha.
- Sí, incluso sabe bailar de maravilla fuera
de ella. – Terció Beruche sorprendiendo a los chicos y dejando aún más
colorada a su hermana. -
- ¡Es verdad! - Intervino Tom que
parecía muy contento con esa revelación, sobre todo al añadir - Yo también he
hecho algo de baile de salón con ella y no se nos da nada mal. Quizás un día
podríamos practicar en serio y apuntarnos a una actividad extraacadémica como
un concurso.
-¡Pues vamos a ver lo bien que baila
aquí!- exclamó Roy sujetándola de forma teatral por los hombros, simulando ir a
bailar una especie de tango. - ¡A ver esa súper animadora que no para de
danzar a todas horas!
- Pero eso es otra cosa. ¡Aquí me siento
tonta! - Pudo chillar ésta entre divertida y avergonzada, ocultando a duras
penas su rubor. -
Aunque no
le sirvió de nada y tuvo que dejarse llevar por Roy que cantaba algunas de las
tonadas. Y desde luego que no lo hacía mal. Incluso mejor que en el coche. Tom
se unió a él y compusieron un buen dúo.
- No tenía ni idea de que cantaseis tan bien. – Dijo
Cooan visiblemente impresionada –
- Participamos en el certamen anual de
la Golden. – Le contó Roy. -
-Sí, este año seguro que ganamos en la modalidad de
conjuntos. – Afirmó Tom. –
-Y
me darás la revancha del año pasado. – Comentó su amigo –
Éste
convino en ello con una sonrisa. En ese instante Bertie parecía ir a preguntar
algo pero Roy se anticipó. Le cedió a Tom el turno para bailar con Cooan
y entre tanto él se dirigió hacia la otra muchacha.
-¡Ahora tú, cubito! - Le propuso tomándola
de una mano y levantándola de la silla en donde estaba sentada-
-¡Yo ni loca! - Rebatió Beruche.-
Pero no
le valió de nada, su compañero ya la tenía sujeta por los hombros y tomando una de sus manos elevó el brazo de la
chica haciéndola girar. Para después moverse él a ritmo de “reagie” en tanto
escuchaban otra gran canción de uno de sus grupos preferidos.
Pasos gigantes son los que das
Caminando sobre la luna
Espero que mis piernas no se quiebren
Caminando sobre la luna
Caminando sobre la luna
Espero que mis piernas no se quiebren
Caminando sobre la luna
Podemos caminar para siempre
Caminando sobre la luna
Podemos estar juntos
Caminando sobre la luna
Caminando sobre, caminando sobre la luna
Caminando de vuelta de tu casa
Caminando sobre la luna
Caminando de vuelta de tu casa
Caminando sobre la luna
Los pies difícilmente tocan el suelo
Caminando sobre la luna
Mis pies apenas hacen ruido
Caminando sobre, caminando sobre la luna
Algunos podrían decir
Que estoy perdiendo mis días
De ninguna forma
Y si ese es el precio que pago
Algunos dicen:
Mañana será otro día
Si te quedas
Yo podré además jugar
Pasos gigantes son los que das
Caminando sobre la luna
Espero que mis piernas no se quiebren
Caminando sobre la luna
Podemos caminar para siempre
Caminando sobre la luna
Podemos estar juntos
Caminando sobre la luna
Caminando sobre, caminando sobre la luna
Algunos pueden decir
Que estoy perdiendo mis días
De ninguna forma
Y si ese es el precio que pago
Algunos dicen:
Mañana será otro día
Si te quedas
Yo podré además jugar
Sigue así, sigue así
(Police. Walking to the Moon, crédito
al autor)
-¡”Walking on the Moon”! - La, lará,
lará...- Cantaba él añadiendo con jocosidad. - ¡Oye, ahora
que lo pienso, se parece a eso que dijiste de esa Sailor Moon!
-¿El qué?- Preguntó Tom que ahora
bailaba muy fluidamente con una más animada Cooan.-
- Una heroína japonesa, que lucha por el
amor ¡imagínate, mi tipo! - Le aclaró su amigo con tono de chanza. –
-¡Pues no suena nada mal! - Se rio su
interlocutor.- Dan ganas de irse para allá.
¡Y que lo digas!- Afirmó su amigo,
sentenciando.- Haríamos una gran pareja de acción contra el crimen.
Al oír esto las chicas cruzaron miradas y rieron a carcajadas, tratando de
imaginar juntos a Usagi y a Roy. ¡A cual más payaso! Y también recordaron a sus
amigas y hermanas con algo de nostalgia. Hacía pocos días que mandaron otra
carta más animada que la enviada anteriormente adjuntando unas fotos que se
hicieron con los chicos en su visita a la ciudad. Terminó la canción y comenzó otra del mismo grupo
que Roy acompañó con su guitarra.
-“Cada paso que das, cada vez que
respiras, te estaré observando”.- Decía en el estribillo y se lo cantaba a las
muchachas, en especial a Beruche que sonrió. –
-Otra gran tonada.- Terció Tom cuando
concluyó.- Aunque la letra es engañosa.
-¿Por qué?- Quiso saber Cooan.-
-Porque es lo que le canta un psicópata
a su víctima. ¡Ja, ja!- Exclamó Roy poniendo voz grave y elevando las manos
como si fuera una especie de monstruo.-
-¡Mira que eres tonto!- Repuso Bertie sonriendo
pese a todo.-
-Bueno, pero ahora ya no hay más monstruos por aquí.- Señaló Tom
aliviado y contento por ello.-
-Esperemos que eso dure.- Añadió Cooan.-
-Sí, nos hemos ganado un descanso.- Remachó Bertie con el cómplice
asentimiento del resto. -
Y precisamente en ese momento, en Tokio, Rei rezaba junto a la hoguera de su
santuario, tenía a su lado las fotos en cuestión. Copias de las que las chicas
enviaron a sus hermanas. En una de ellas aparecían los cuatro. La noche estaba
en calma pero repentinamente se desató una ráfaga de aire que no parecía
provenir del exterior y un ascua de la hoguera cayó sobre la fotografía, justo
entre Roy y Bertie. Rei corrió a apagarla y se preocupó, aquello era un mal
presagio. Sin dudarlo sacó su baraja especial de adivinación y tiró las cartas.
Su rostro palideció al ver la carta de la Muerte. Y se asustó realmente cuando
la misma apareció tres veces más, acompañada por el Diablo.
-No cabe duda.- Se
dijo alarmada - Uno de ellos está en gravísimo peligro, le amenazan las fuerzas
malignas. ¡Un tremendo poder oscuro está a punto de surgir!…
Pero de momento nada podía hacer. Cuando Ami y ella hablaron con Usagi y Mamoru
estos las contaron algunas cosas y las dieron instrucciones precisas. Debían
esperar. Aunque la joven sacerdotisa veía que el momento de intervenir estaba
cada vez más próximo. De todos modos sus amigas les decían en la carta que todo
estaba mejor y que los demonios por el momento no habían vuelto a aparecer.
Ojalá que eso durase y que ellas pudieran ir a verlas pronto para poder
protegerlas si fuese necesario. O sencillamente para conocer ese lugar. Tampoco quiso Rei decírselo ni a Petz ni a
Karaberasu. Y es que, en aquella otra misiva, Cooan le pedía explícita y
categóricamente que no preocupase a sus hermanas. De todos modos sí que se lo
contaría a las demás guerreras a ver qué podían hacer cuando sus propias
circunstancias se lo permitiesen...Aun así pensaba llena de temor y
frustración.
-Queda muy poco tiempo. Un poder terrible les acecha…y no puedo
hacer nada por ayudarles. ¡Maldición!- Se lamentaba la sacerdotisa, sintiéndose
impotente.-
En la cabaña el fin de semana pasó volando y tranquilo. Todos disfrutaron mucho
del viaje y los chicos se comportaron como caballeros, tal y como anticipó
Cooan, lo que dejó gratamente impresionada a Beruche. (Que con Roy, pese a
todo, aun no las tenía todas consigo en según qué cosas). Por fin, llegó el día
de volver a la universidad. Durante el viaje de vuelta todos cantaban muy
animados las canciones que los dos muchachos habían intentado componer,
asegurando de nuevo que volverían a ganar en el festival que se celebraba en la
universidad todos los años. Roy incluso insistió en volver a pedirle a su amigo
la revancha. Por el camino de vuelta contaron a las atónitas chicas como
habían competido y lo divertido que fue aquello.
-Sí, este paleto de Kansas engaña mucho.
En realidad es un magnífico cantante y bailarín. El mejor que pueda haber. Me
dejó con la boca abierta y creed que eso no es tan fácil.
-Entonces eres todo un artista.- Le
alabó Cooan.-
-Bueno, tampoco es para tanto. Roy se
pasa un poco. - Se apresuró a replicar el azorado Tom.- Se me da bien y ya
está.
-¿Ya está, paleto de Kansas? ¿Pero qué
dices? ¡Eres el nuevo George Michael! - Exclamó su amigo haciéndole ruborizarse
aún más, al remachar. Todavía me acuerdo de tu versión de “Somebody To Love”. Tenía
los pelos como escarpias.
Las
dos chicas se rieron, era muy enternecedor ver así a Tommy, como ya
cariñosamente le llamaban. Y Beruche no podía evitar fijarse en como miraba ese
pobre chico a su hermana, a veces furtivamente y de reojo, poniéndose más
colorado si cabía cuando su admirada chica sonreía.
-¡Ojalá que Cooan se de cuenta de lo que
tiene delante! Este muchacho merece mucho la pena.
Aunque
ella misma estaba más interesada ya en su compañero de pupitre. Y es que
durante esos días a su lado había sentido cosas muy difíciles de explicar.
-Ha sido como si, de algún modo, nos conociéramos
desde siempre. Parecido a aquella vez en el foso. -Reflexionaba la muchacha.- Y
quisiera saber la causa. Jamás le había
visto hasta que nos conocimos aquí.
Sus
pensamientos se vieron interrumpidos cuando el propio Roy sentenció con el
asentimiento de su amigo.
-Este año haremos el mejor festival que
se haya visto y escuchado en la Golden.
-Eso espero.- Asintió él.- El del año
pasado fue muy bueno y será difícil igualarlo.
Y es que
ya quedaba menos para el de este año y estaban deseosos de participar. Las
muchachas a su vez, sentían curiosidad y deseaban escucharles en un escenario.
-Tiene que ser realmente impresionante
cuando actuéis con micrófonos ante el público.- Comentó Cooan.-
-Ya lo verás, Connie.- Repuso Roy
asegurando a las muchachas.- Os va a encantar.-
-Eso si tú no llegas con retraso.- Se
rio Bertie, sentenciando con sorna.- ¡Conociéndote habrán terminado el festival
para cuando aparezcas!
-¡Cubito!- Exclamó él con fingida
pomposidad. ¡Por favor! Soy el Ayatolah del rock, yo nunca llego tarde, son los
demás quienes de adelantan.
Todos
rieron de aquella chanza y el resto del camino entre eso y otras bromas más, lo
pasaron en grande. Ninguno de los cuatro imaginaba siquiera la magnitud
de los peligros que deberían enfrentar a su regreso. Nada sería ya lo mismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Por favor, si sois tan amables y no os es molestia, comentar vuestras impresiones sobre lo que habéis leído. Me vendría muy bien para mejorar y conocer vuestras opiniones sobre mis historias. Muchas gracias. ;)