lunes, 7 de marzo de 2011

UNC 108

27./Capitulo 108.Ruptura


La noche que siguió al funeral de sus majestades Imperiales las chicas llegaron a la discoteca en la hora acordada. Entre la rítmica y bailable música y el cambio de luces, vieron que Gali ya estaba allí apoyado en la barra del bar cercano a la pista. Al menos el chico era puntual, seguramente no quería enfadar a Samra más de lo necesario. En cuanto ésta le vio se fue hacia él seguida a poca distancia por Rachel que sentía y para eso no tenía que recurrir en absoluto a sus dones, como el ambiente se iba a calentar en breves momentos.


- Hola Samra - saludó tímidamente Gali -.
- Menos mal que has venido, espero que no hayas tenido que aplazar tus otros compromisos- replicó ella de modo irónico -.


A Gali casi le da un vuelco el corazón, ¡ni que Samra hubiese escuchado la conversación que mantuvo con Navilia! .Seguramente sería una casualidad, de todos modos espero unos instantes a calmarse y decidió afrontar la cuestión directamente para decir de modo que sonase a disculpa cansina.


- No digas eso por favor, ¿cómo tengo que decirte que aquello no fue premeditado? .Conocí a esa chica en el concierto y nos pusimos a charlar.
- No estamos hablando de que lo tuvieras planeado - le reprochó Samra -.Lo que más me molesta es que tú ibas a ese concierto y te daba igual que te acompañase o no. Incluso llegaste a decir que si te encontrabas con alguna chica de clase, mejor.
- No dije eso - rebatió Gali- .Solamente comenté que todos los de la clase iban a ir y que ojala me encontrase con alguien para no estar sólo. A eso me refería.



A todo esto, Rachel escuchaba a cierta distancia, no deseaba meterse en los asuntos privados de su prima, aun así estaba atenta a lo que sucedía cuando se dio cuenta de que una chica nephraler se dirigía hacia ellos. Al ver de quién se trataba se temió lo peor, era la muchacha con la que Gali estuvo hablando en el concierto. La verdad es que la de Oumeya se preguntaba como hacía para meterse en todos los fregados sin tener culpa de nada .Quizás los dioses le enviasen estas prácticas para que le sirvieran de entrenamiento en su futura carrera diplomática. La cuestión era que Navilia llegó junto a ambos chicos y Samra se quedó de piedra al verla, ni que decir tiene que no le hizo ninguna gracia .Pese a ello sonrió a la nephraler que saludó con total naturalidad.


- Me alegra volver a veros, espero no llegar en mal momento.
- No te preocupes- respondió Samra que añadió de modo sarcástico -.¡Qué pequeña es Yumlaiance!, habiendo tantas discotecas y nos encontramos precisamente en esta y ahora...
-¡Oh, no es casualidad!, es que Gali me habló muy bien de esta - contestó Navilia para empeorar todavía más las cosas -.


Samra fulminó a su novio con la mirada en tanto éste que no sabía donde meterse, terció tratando de arreglar un poco las cosas.

- Me alegra que siguieses mi consejo, como no conocías ningún otro sitio.


La nephraler le miró inquisitivamente con sus bellos ojos violetas dedicándole una amplia sonrisa que acentuaba aun más sus exóticos rasgos, lo cual la hacía todavía más atractiva a los ojos de Gali que le devolvió una sonrisita alelada e involuntaria para mayor enfado de Samra que le espetó sin poderse contener.


-¡Ya me tienes harta Gali!, tú y yo tenemos que hablar .Si nos disculpas mi novio y yo necesitamos unos momentos de intimidad.- Añadió dirigiéndose con inquina a Navilia que simplemente asintió sin inmutarse –


A Rachel le parecía que aquello no era tan normal como parecía .Esa muchacha nephraler era muy atractiva sí, pero no como para que Gali tontease de esa forma tan abierta delante de Samra. De todas formas estaba sintiendo algo distinto, extraño y a la vez familiar que le llegaba más allá del recinto .Pese a la música y al ajetreo que existía en la pista de baile podía sentirlo tan claramente como si estuviera sola en un lugar silencioso.


- Algo me dice que a tu amiga no le caigo bien. ¿No crees? - le dijo Navilia interrumpiendo sus pensamientos -.


En un principio Rachel la miró sorprendida pero enseguida contestó con tintes de reproche.

-¿Y debería extrañarte? .Estás coqueteando con su novio en sus narices.
- Yo no coqueteo con nadie - negó Navilia con una media sonrisa a la par que se señalaba a sí misma con la palma de una de sus manos sobre el pecho -.Lo único que quiero es hacer amigos aquí. No creo que eso sea un crimen.
-¡Déjalo ya! - rebatió Rachel enfrentando su mirada a la de aquella chica para añadir de modo cortante, algo bastante extraño en ella de naturaleza tan conciliatoria y amable -.A mí no trates de engañarme. Tú buscas algo, no sé el qué, pero te aconsejo que te mantengas alejada de mi prima y de su novio.
- Vaya, ¡qué decepción! .Y yo que pensaba que los de Oumeya erais gentes tolerantes y afables - repuso Navilia con retintín -.


Y sin esperar respuesta se alejó de allí adentrándose entre la multitud que bailaba .Rachel la siguió con la vista hasta que la perdió .Se sentía extraña, y no era sólo por aquel enfrentamiento con la nephraler en el que incluso habían existido ondas psíquicas. No sabía que podría ser pero tenía que decírselo a Samra. No obstante, su prima estaba demasiado ocupada discutiendo acaloradamente con Gali .El chico trataba de capear el temporal sin saber como quitarse de encima a su furiosa novia que le recriminaba incesantemente su proceder.


- A mí no me engañas, sé que te gusta esa chica, no paras de mirarla y ya estoy cansada, te ocurrió lo mismo cuando conociste a mi prima y ahora vas detrás de esta golfa.
- Eso no es verdad - se defendía él -.Lo que sucede es que tú eres muy celosa. No puedo ni hablar con las chicas de clase sin que te enfades y también estoy harto de eso y de que no confíes en mí.
- Pues eso tiene fácil arreglo.- Respondió Samra de forma tajante -.Lo dejamos y ya está .Así podrás hablar con quién te plazca y hacer lo que quieras.
- Vale - replicó Gali para sorpresa y pesar de Samra que ahora se arrepentía de haber dicho aquello .Tan sólo había querido amedrentar al muchacho, no se esperaba que fuese a contestarle de ese modo y encima pareciendo aliviado -.


Ante eso lo único que ella pudo decir en un tono más calmado y triste fue.

- Bien, vale...

Gali también se sentía dolido y apenado por esto pero pensaba que sería mejor, además y aunque no lo hubiera querido reconocer delante de su ya exnovia sí que se sentía muy atraído por Navilia. Esa chica le había llegado hondo, realmente no sabía como pero era así, no lo pensó más y él y Samra se fueron alejando, dejando que la gente de alrededor les separase .Pero el deambular del chico fue pronto detenido, era Navilia que le cogió de una mano diciéndole con voz suave.


- No te veo muy feliz.
- He roto con mi novia - le confesó él visiblemente abatido -.
- Lo siento, seguro que ha sido por mi culpa - dijo ella bajando la cabeza -.
- No, habría sucedido uno de estos días, no podíamos continuar de esta manera.- Comentó él con resignación -.
- Ven conmigo, te animaré para que olvides este mal momento - le propuso Navilia conduciéndole de la mano hacia el centro de la pista e incitándole a bailar -.


La verdad, el cuerpo de la chica aun vestido con ropa poco provocativa se contorneaban de maravilla. Las nephralers tenían el talle fino y parecían hechas para bailar. Gali no pudo resistirse a ello y en poco tiempo dejó de pensar en Samra .Sin apenas darse cuenta se fue acercando a Navilia y pasando por unas primeras caricias, acabaron unidos en un largo beso.



Samra se sentía hundida, era normal. Gali había sido su primer y hasta ahora único novio serio. Se sentó en uno de los reservados con la cabeza enterrada sobre los brazos y se desahogó llorando. Al poco tiempo, sintió el toque de una mano y se sobresaltó. Levantando la cabeza con gesto entre triste y molesto porque algún chico imbécil quisiera sacarla a bailar, se topó con la cara compasiva e incluso preocupada de su prima.


-¿Cómo estás?- .Se interesó esta con amabilidad -.
- Estoy bien- pudo decir Samra entre balbuceos -.
- Ya, claro- repuso Rachel sin creérselo en absoluto pero obviando aquello para añadir con un tono más animado -.Vamos, ven conmigo.


Samra se dejó levantar de allí y su prima la encaminó hacia la salida de la discoteca .Por desgracia la pista estaba ahora más despejada y eso le dio la oportunidad de ver a Gali y a la nephraler abrazados, como dejándose llevar por un ritmo distinto al recurrente y disarmónico que reinaba allí dentro.


-¡Ha tardado poco en encontrar pareja! - escupió Samra con una mezcla de rabia y dolor que apenas si podía tapar su desolación -
- Olvídate de él, no merece que lo sientas - aseveró Rachel que añadió con un tono más preocupado -.Esa chica no es de fiar y además he sentido algo.
-¿De ella?,- preguntó Samra temiéndose que debía de ser una especie de bruja o algo así que hubiera hipnotizado a Gali -.
- No, de ella no. Bueno- Confesó la de Oumeya - .En ella he sentido cosas que no me gustan nada, pero ahora me refiero a otra cosa .Viene de fuera, es una sensación familiar. No sé como explicártelo.- Pudo responder Rachel que parecía confusa -.



Samra también se sentía confundida, no estaba para acertijos en ese momento pero sabía que su prima al igual que su tía Kyra, raras veces se equivocaba .Decidió hacerla caso y ambas salieron poco a poco atravesando contracorriente el bullicio de la nueva hornada de gente que entraba a la discoteca .Entre tanto, Navilia que bailaba con Gali también sintió algo que la estremeció, se separó del chico y le dijo con tono meloso.


- Ya es tarde y debo volver a casa, ¿te importaría acompañarme?.
- Claro que no - sonrió él totalmente embobado -.


Navilia volvió a cogerle de la mano y lo sacó de allí dirigiéndose hacia una de las puertas de emergencia .El portero, un tipo muy alto y musculoso les vio salir y no puso ninguna objeción, si lo hizo cuando alguien mal vestido con una especie de túnica y capucha polvorientas trató de pasar al interior...

-¡Oiga amigo, no se puede pasar por aquí con esa pinta !.- Le espetó de malos modos -.


Pero el extraño no respondió, simplemente seguía dirigiéndose a la puerta con intención de entrar.

- Le he dicho que vaya por la otra puerta, de lo contrario tendré que ponerme serio y no le va a gustar.- Amenazó el vigilante con visible mal talante -.


Aunque el portero no pudo decir más, de un golpe certero y demasiado rápido como para darle tiempo a reaccionar quedó inconsciente. Aquel extraño abrió la puerta y se deslizó lentamente en el interior de la discoteca, esperando que lo que iba a buscar estuviera allí.


- Vamos Samra deja ya de llorar - le pedía Rachel sin éxito -.
- Lo siento- sollozaba ésta -.Es que no puedo creerlo sabes. Llevábamos tiempo saliendo juntos y le digo de cortar y me responde que vale. ¿Qué te parece? .Yo sólo quería darle un aviso, se ve que estaba esperando la ocasión y se lo he puesto en bandeja, ¡qué idiota soy!.
- No, el idiota es él - repuso Rachel con voz suave, tratando de animar a su desconsolada prima -.Se dará cuenta de que ha cometido un error demasiado tarde. Estoy convencida de que esa chica no le quiere.
- Le estará utilizando y como es un imbécil se dejará usar hasta que ella se harte y luego seguro que volverá a pedirme perdón.¡ Pero esta vez no pienso perdonarle!. - escupió Samra llena de furia -.
- Anda, volvamos a casa - le pidió su paciente prima -.
-¡No!,- se negó Samra encorajinada, por lo visto la tristeza había dado paso a la rabia y el deseo de revancha, y así se demostró cuando la muchacha añadió -.Si él ha podido encontrar a esa zorra yo también puedo buscarme a alguien. Me vuelvo a dentro, tú haz lo que quieras.


Y se metió nuevamente a la discoteca dejando a Rachel sin saber que hacer.

- Espera - le pidió la de Oumeya dirigiéndose hacia su prima, ésta la necesitaba y además ahora sería vulnerable a cualquier propuesta con tal de resarcirse, por eso no quería dejarla sola en ese momento -.


Y entre tanto, el objeto de sus iras acompañó a Navilia a casa y la despidió con un largo beso, la nephraler le dijo adiós con la mano hasta que el chico desapareció y después su cara risueña se tornó grave .No tenía ni un sexdan que perder.


En el interior de la discoteca aquel tipo miraba en todas direcciones, al parecer no había rastro de lo que buscaba, pero no estaba lejos, tendría que volver a salir. Aunque no le hizo falta hacerlo puesto que vio como lo que tanto deseaba volver a encontrar apareció nuevamente allí. Con cautela se mantuvo a distancia pero sin dejar de observar hacia la barra del bar.


- Dame una birrat - pidió Samra a la camarera al cargo -
-¿Qué edad tienes?- le inquirió esta con prevención -.
- Dieciocho - mintió la chica aunque por su apariencia podría pasar por alguien de esa edad -.


La camarera no pareció querer complicarse la vida y le sirvió a su clienta una bebida alcohólica de esas que venían de la Tierra .Tampoco era cuestión de pedirle la acreditación personal. Aunque Rachel enseguida se dio cuenta de lo que iba a tomar su prima y rápidamente le arrebató el vaso.


-¿Te has vuelto loca? .Esta bebida sólo pueden beberla personas mayores de edad. Yo tampoco puedo y soy dos años mayor que tú.
-¡Déjame en paz, quiero emborracharme!- le espetó Samra con cara de pocos amigos -.
- No, de eso nada ,¿no te da vergüenza?- la abroncó Rachel bastante harta ya de la noche que su prima le estaba dando y añadiendo con un nuevo reproche -.¿Qué pasa si tu madre se entera de esto?.


Samra iba a replicar de peores modos aun, pero entonces sintió algo, una especie de flash en su cabeza y calló. Dejó el vaso con la bebida y asintió despacio.


- Tienes razón - dijo al fin entre sorprendida y con aire meditabundo -
-¿Lo ves?- repuso Rachel aliviada por que su prima hubiera entrado en razón- .¡Menos mal que has sido sensata! , no merece la pena echarte a perder por un tipo como ese.
- No,- rebatió Samra agregando para mayor asombro de su prima - .Me refiero a que yo también he sentido algo. Alguien nos observa.


Y ese alguien en efecto estaba cerca, muy cerca de allí, semi oculto entre los chicos y chicas que bailaban y abriéndose camino de forma discreta pero enérgica a través de ellos. Y aunque ese extraño no buscaba complicaciones, algún chico que otro, ebrio por causa de esa bebida que Samra finalmente no había probado. Uno de esos, bastante borracho por cierto, se encaró con él espetándole.

-¡Oye tú! , pasado, no me empujes...


El hombre se levantó la capucha dejando a la vista su larga melena castaña y su barba del mismo tono en tanto examinaba al muchacho con sus profundos ojos verdes para responder de forma cansina.

- Apártate mocoso. No tengo ni tiempo ni paciencia para soportarte.
-¡Qué miedo! - replicó el borracho apoyando una de sus manos en el pecho del hombre aquel de modo amenazante -.


Sin mediar más palabras aquel tipo cogió su mano y el brazo y se lo retorció haciéndole caer al suelo con una tremenda velocidad .No obstante, esto no pasó desapercibido para algunos de los amigos de este chico que se encararon con él.


-¡Eh tú, pordiosero! .¿Qué le estás haciendo a mi amigo, eh?.- Intervino el clásico chuleta que nunca podía faltar en ambientes de este tipo -.


Pero a éste ni siquiera le dio tiempo a tomar una postura agresiva, ya estaba en el suelo producto de otro golpe del que no se podía levantar .Los demás parecieron pensárselo aunque no se tomaron mucho tiempo en decidir ir en ayuda de sus compañeros. Pero cuando quisieron acercarse aquel tipo no estaba ya allí. Viendo la situación y sin querer armar demasiado revuelo para no alertar a su objetivo salió de la discoteca. En las afueras le aguardaba una mujer que tenía parcialmente cubierta la cara por una capucha .Cuando vio venir a su compañero le inquirió.


-¿Qué tal ha ido?.
- Ya he visto todo lo que necesitaba - sentenció éste explicando con pesar -.La situación está peor de lo que creía. Ha llegado la hora de hacerles ver.
- Muy bien - convino ella ofreciendo a ese hombre una larga y estrecha funda que parecía muy compacta -.


Éste la tomó colgándosela de la espalda mientras la mujer le observaba con mirada inquisitiva y le preguntaba.

-¿Irás allí?.
- Debo hacerlo - respondió él -.Tú entre tanto dirígete a donde ya sabes.


Y ambos se separaron .Encaminándose cada uno a sus respectivas citas. Por su parte Rachel logró convencer a su prima de que ya era bastante tarde y que debían volver a casa o la madre de Samra se enfadaría .Ésta se dejó convencer no sin dejar de pensar en la extraña sensación que había tenido en la discoteca. Era como si algo o alguien le hubiera reprobado cariñosamente su conducta y a la vez, se alegrase de estar cerca de ella. Muy extraño, no obstante aquello desapareció en el camino de vuelta a casa y ambas pudieron irse a dormir. Al llegar no pudieron creerlo. Por una vez Join estaba también acostado, lo que constituía un motivo de alivio para las dos chicas. Al menos hoy no tendrían que batallar con él, lo que dadas las circunstancias, era muy de agradecer.



Horas más tarde y ajena a las andanzas y desengaños de su hija, Gina volvía de una cita más con Dreland .Después de la muerte del emperador y la posterior coronación de su sucesor, ambos se dieron el plazo de unos días para pensar en su futuro, aunque de no ser por toda esta agitada situación política ella habría dicho enseguida que sí. A decir verdad, estaba muy ilusionada .Después de todo las cosas enseguida volverían a su cauce y ella podría aceptar .Lo principal ahora era hablarlo con sus hijos. Tendría que hacerlo mañana, no era prudente seguir aplazándolo más, estaba segura de que Samra lo presentía, o por lo menos que no iba a sorprenderle la noticia .Lo malo sería su actitud. Por Join no habría tanto problema .Paradójicamente, el chico, siendo más rebelde en su comportamiento, aceptaba mucho mejor a Dreland con quién había hecho muy buenas migas .Según pensaba en esto detuvo su deslizador a la puerta de casa .Estaba oscuro y el computador del garaje no se abría .Aquello era extraño no se detectaban cortes en el suministro eléctrico de la casa ni ninguna avería parecía más bien haber sido desconectado. Temiéndose alguna travesura de su hijo bajó a mirar con más detalle la puerta. Gina movió la cabeza molesta, además del inconveniente que representaba tener que abrir aquello de forma manual o entrar en casa para repasar la domótica, se acercaba una tormenta. Los primeros rayos podían verse en el horizonte, pero ese iba a ser el menor de sus problemas.



Una figura alta y encapuchada, envuelta en una larga túnica estaba plantada a pocos metros de la casa. ¿De dónde demonios había salido?. Gina se dio un gran sobresalto al verla .Tenía toda la pinta de tratarse de un Hialgasth tal y como se lo habían descrito hacía tantos años Menra y Jilia. Y si estas, militares expertas en lucha, no pudieron hacer nada contra él. ¿Qué podría hacer ella frente a esa aparición sobrenatural?. No pudo moverse ni tampoco articular palabra, a pesar de todo quería mantenerse lo más serena posible. Pero no fue capaz de ello, pues fue ver a esa aparición iluminada por uno de aquellos rayos y no pudo evitar chillar de pánico.



Rachel se despertó en el acto, había oído y sentido algo en su interior. No perdió ni un segundo y abrigándose con una bata salió al exterior. Samra también sintió algo parecido e imitó a su prima. Ambas chicas llegaron a tiempo de ver a su madre desmayarse. Tras escuchar un frase que sonaba demasiado familiar.

- Hola Gina. He vuelto.


Las luces de la casa volvieron iluminando ahora la figura de aquel hombre. Su larga capa verde y su capucha del mismo color cayeron al suelo dejando ver su barba y su pelo castaños, sus ojos verdes apuntaron en dirección a las dos atónitas chicas .Rachel palideció, conocía esa mirada, ese aura y a ese hombre a pesar de haberlo visto hace ya tantos años. Ella era una niña muy pequeña pero jamás podría olvidar el modo en el que él vino en su ayuda .Lo mismo le sucedía a Samra que apenas podía sino temblar y balbucear acercándose lentamente a aquel individuo que ahora la miraba con gesto sereno. Ella le recordaba bien, demasiado bien, además claro, de haberle visto en infinidad de holofotos y archivos holotelevisivos.


-¿Eres tú?, ¿papá? .- Inquirió tímidamente la chica sin poder dar crédito a lo que veía -.


El extraño, que ya no lo era para nadie de la casa, avanzó a su vez despacio y al fin esbozó una tenue sonrisa que adornaba un rostro curtido por la marcha, el sol y la batalla, para responder con tono afectuoso.


- Soy yo, mi pequeña estrella.

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