miércoles, 9 de marzo de 2011

UNC 109

1./Capitulo 109.El Retorno del Guerrero.


Dilain apenas sí podía creerlo cuando aquella mujer hizo acto de presencia en el salón de Esil. Había solicitado verle de parte de un amigo común con el que había compartido un largo viaje y el mago, bastante intrigado, aceptó el recibirla .No era ningún espíritu maligno Hialgasth ni nada por el estilo, de ello se percató de inmediato cuando sintió su aura, pero ésta era de naturaleza muy especial.


-¡Por todos los dioses de Yumlaiance!- exclamó Dilain al reconocerla -.
- Yo también me alegro de verte- sonrió aquella mujer dejando al descubierto su larga melena morena para preguntarle con afable interés -.¿Cómo están las cosas por aquí?.


Dilain tardó un poco pese a su carácter frío en hacerse una composición de lugar para responder .Ante él estaba la comandante Jilia Renar, tal y como la recordaba cuando la envió al Dalarzian. Aunque ahora vestida con un modesto jubón de caza. Cuando se repuso de aquel asombro inicial, invitó primero a su contertulia a sentarse y le expuso un resumen de lo acontecido en Yumlaiance en los últimos tiempos. Para su alegría y sorpresa ella le aseguró con optimismo.


-¡La tenemos Dilain!, la hemos traído con nosotros .Tenemos la clave de la salvación de Yumlaiance y la del resto de los mundos aliados.
-¡Alabados sean los Dioses Alex, Maray y Kail! - pudo decir el mago verdaderamente emocionado lo que en él era empresa harto difícil. No obstante, supo calmarse lo bastante como para añadir con más tranquilidad -.Debo avisar de inmediato a Calina Delaier. Y a Gina Larans.
- Llama a Calina, me alegrará verla otra vez pero deja a Gina,- le respondió ella -.De seguro que él se encargará de verla personalmente. Y dime Dilain, ¿Qué tal está Menra?.- Inquirió con gran interés -
- Viaja en su nave y no sabemos demasiado sobre ella - le respondió el mago con gesto cariacontecido -.Tras tu desaparición se volvió muy solitaria.
– Supongo que creerá que estoy muerta - comentó Jilia apenada -.
- No, sabe que caíste al Dalarzian, aunque supongo que pensará que no pudiste sobrevivir.
- Y claro, todavía no puedo decirle nada - repuso la comandante Renar con visible pesar -.
- Debemos ser cautelosos, hay que tener cuidado. Muchos ojos y oídos están al acecho y ellos no pueden saberlo - replicó Dilain con el cómplice asentimiento de esa mujer que lo comprendía demasiado bien -.


Aunque los temores de ambos ya estaban confirmados, aquellos a los que se referían ya estaban al tanto. La noticia llegó volando a los agentes Hialgasth encargados de Yumlaiance y con esta nueva recibieron asimismo la orden de ponerse en movimiento. También Arag recibió las instrucciones, ya sabía lo que hacer. De inmediato se puso en marcha hacia su destino, el Abismo de Magasth .Pero lo que él ignoraba era que la maga Delaier le había estado vigilando desde el momento mismo en que le vio en aquel concierto y que no fallaría en impedirle a ese loco de Nephraler el que llevase a cabo sus planes .Sobre todo después de oírle aquella invocación maléfica a modo de ensayo y ella sabía donde debería hacerse en Yumlaiance para que resultase efectiva. Fue recibir la llamada de Dilain indicándole que debía actuar y avisar a su vez a Sert que todavía permanecía en la ciudad, para que la maga atase cabos. Esperó al señor del Kail y en su compañía se dispuso a marchar hacia el Abismo .Allí, según contaba la historia, descansaba el ejército de la Oscuridad derrotado en la gran batalla que precedió a la llegada de Skarn Dainlin. La profecía parecía querer repetirse, según decían los sagrados textos el mal volvería en el advenimiento de otro gran señor del Kail. Y el maestre Dilain le había dicho que esa noche era el momento señalado. A pesar de su lógico asombro, Calina sabía que su superior no se equivocaría en algo así, de modo que junto a Sert tendría que evitar a cualquier precio que los espíritus malignos que allí yacían despertasen de su largo sueño.


- Habrá que actuar deprisa - le dijo Calina a Halcón Certero - .Si logra recitar ese conjuro y hacerlo efectivo nos tendremos que enfrentar a una legión de espíritus resucitados .Y no hay magia que pueda contra tantos de ellos.
- Lo intentaremos, pero por si acaso espero que hayas pedido refuerzos- repuso este -.


La maga asintió .Esperaba que el propio maestre Dilain y los que este mismo describió como valiosísimos aliados acudieran en su ayuda y deprisa puesto que ambos estaban ya al llegar al Abismo. Scoutash por su parte, viajaba a su vez para allí en compañía de algunos de sus compañeros.


-¿Sabes recitar el conjuro con exactitud?.- Le inquirió uno -.
- Si,- afirmó el cantante que sin embargo objetó -.Pero nos falta un requisito fundamental.
-¿Cuál es?.- Le preguntó otro de sus acompañantes -.
- Una rubia doncella virgen de corazón puro y noble estirpe - respondió Scoutash -
- La tendremos- sonrió otra figura que caminaba tras de él - .Ya la siento acercarse...


Y tanto Calina como Sert recortaban la distancia a toda prisa, pero ¿bastarían ellos dos solos para contener al enemigo hasta la llegada de los refuerzos?....


En la casa de los Rant una conmocionada Gina despertaba lentamente sobre el sofá de su salón. Al abrir los ojos se encontró con la mirada entre preocupada y emocionada de su hija.


- Samra - pudo decir con la voz todavía débil a causa de la impresión -.He debido de desmayarme…
- Tranquilízate mamá - le pidió ella tratando de no llorar por la emoción -.Todo está bien ahora.
- Si supieras el sueño que he tenido - le susurró su madre esbozando una débil sonrisa -.
- Lo sé - asintió ella apartándose lentamente para que Gina pudiera ver, esta vez sin recibir un shock, la figura que anteriormente la había sobresaltado -.


Allí estaba él, ahora despojado de su túnica, luciendo los antiguos emblemas de su uniforme, afeitado ya y con el pelo algo más corto. ¡Pero era él!, sin duda se trataba de Yener. Parecían no haber pasado los años, lucía su mismo aspecto imponente de siempre y la miraba de aquella forma tan particular. Al fin se dirigió a Gina y le dijo.


- Perdóname si te he asustado Lira Star Dans.
-¡Yener!- exclamó ella incorporándose repentinamente del sofá y temblando todavía a causa de la impresión y la emoción que recorrían todo su ser -.¡No puedes ser tú ,en el nombre de los dioses!.
- Soy yo y sé que tengo mucho que explicarte - respondió él acercándose a su esposa para abrazarla con cuidado -.


Gina no pudo más que dejar escapar su llanto al tocar al esposo que creyó muerto desde hacía más de diez años. Yener acarició su pelo y le susurró con tono amable y confortador.

- Me han sucedido muchas cosas como supongo te habrán ocurrido a ti. Ya os las contaré cuando llegue el momento.
- No puedo creerlo. ¡Estás vivo! - repetía una y otra vez Gina embargada por el llanto -.


Samra se unió a ellos llorando también .Desde que era muy niña había tenido tantas ganas de volver a ver a su padre, ¡de hablarle! y ahora que ya había perdido toda esperanza de conseguirlo algún día le tenía ahí. Y era tal y como le recordaba. Imponente, magnífico y además rezumando una energía impresionante. Yener también se acordó de ella y le dijo con mucho cariño.


- Mi pequeña Estrellita de la Mañana es ahora una mujer. Cuanto has crecido y que bella te has vuelto Samra.
- Papá - pudo responder ella con un sollozo ahogado que mezclaba el reproche con la alegría -.¿Dónde has estado?. ¿Por qué has tardado tanto en volver con nosotros?. Te hemos echado mucho de menos, te hemos necesitado tanto.-
- Lo sé y sólo puedo decirte que lo siento mi amor - le contestó él abrazando a la muchacha y apretándola contra su pecho según añadía -.Pero no he tenido otro remedio, debía cumplir con mi obligación.
-¿Y ya lo has hecho?,- le preguntó Samra -.
- Todavía no del todo- repuso él comentándole con serenidad -.Debí mantener muchas luchas y emprender una larga búsqueda para regresar pero la batalla final debe celebrarse aquí. Todo se decidirá en suelo de la Yumlaiance de esta época, para lo que han hecho falta muchos sacrificios y esfuerzos en ésta y otras eras. Ahora que lo sé estoy preparado.
- El emperador ha muerto.- Le informó gravemente Rachel que solo ahora se atrevió a intervenir en la conversación familiar de los Rant -.
- Tú eres Rachel - sonrió Yener dirigiéndola una mirada paternal -.Has crecido mucho y también te has convertido en una hermosa mujer. Yo que te recuerdo todavía encerrada en aquella cabaña y llamando a tus padres.
- Yo me acuerdo también señor - le contestó ella que sin embargo recurrió a la entereza y saber estar heredadas de su madre y de su abuela para agregar -.Pero ahora todos corremos un peligro mayor que entonces y no podemos perder ni un instante en recordar el pasado.
- Si, sé que el emperador ha muerto- dijo Yener revelando para asombro de todos - .Es más, le han asesinado pese a los esfuerzos de los magos de Esil por impedirlo .Era parte del plan de estos malditos y ahora le tocará el turno al monarca nephraler. Pero no lo tendrán tan fácil, ya me he encargado de enviar un mensajero a darle el recado a Lord Carnalsk.
-¿Y crees que ese nephraler te creerá?.- Le inquirió Gina recuperando un poco su calma habitual para centrarse en aquella nueva amenaza -.
- Lo hará,- aseguró Yener -.Ahora necesitamos el apoyo de más personas. Calina Delaier y los Señores del Kail ya saben que estoy aquí. Y la comandante Draker, lo sabrá también.
-¿La nephraler?.- Inquirió Samra con tono molesto -.
- Si, es la tía de esa chica - añadió Rachel que explicó a Yener con cara de circunstancias -.Es largo de contar tío.


Yener asintió y se dirigió a su hija con afabilidad en tanto le acariciaba las mejillas.

- No te preocupes, sé lo que ha sucedido. Samra hija, no culpes a tu novio, él no es responsable de sus actos.
- Eso ya lo sé, es un estúpido cabeza hueca - repuso su hija cruzando los brazos -.
- No hija. Ahora no te preocupes por él - sonrió Yener mesándole la barbilla pues ese arranque de genio de Samra le recordaba demasiado a los suyos propios cuando él era un niño, e incluso siendo adulto. ¡Qué lejos quedaban ya esas cosas y cuanto había aprendido!, pero dejó de lado sus propias consideraciones y quitándole hierro al asunto añadió -.Bueno, ahora yo debo marcharme
-¡Esta vez no! - le pidió Gina angustiada -.No podría soportar que te fueras de nuevo. Antes debo contarte muchas cosas Yener, saber que hacer con mi vida.
- Tendrás tiempo de hacerlo - aseveró él que agregó con suavidad -.Te pido que confíes en mí. Sabes bien que debo terminar mi labor. Muchas personas me necesitan.
- Ten cuidado papá - le pidió a su vez Samra dándole otro abrazo -.
- Despertaré a Join - terció Gina -.Querrá volver a verte, casi ni se acordará de ti.
- Déjale dormir. Le veré cuando regrese - sonrió Yener que seguidamente se dirigió hacia la puerta -.


Y mientras esto sucedía Yashira Draker fue despertada de su sueño por una comunicación urgente por canal subespacial de Nephraler. Encendió el monitor sin posibilidad de respuesta y vio a un lord Carnalsk que, con rostro serio y preocupado le decía.

- Reúnase de inmediato con la maga Delaier y el maestre Dilain en el barranco de Magasth y ayúdeles en la lucha. La situación es muy grave.


Yashira asintió y se vistió de inmediato .Antes de irse subió a la habitación de su sobrina para verla quizás por última vez, su cara reflejó asombro y preocupación al ver que no estaba .Pero ya se ocuparía de eso más tarde. Ahora corrió fuera del santuario con destino a su deslizador, aunque al abrir la puerta se llevó otra sorpresa, una mujer le bloqueaba el paso, era morena, algo más alta que ella y sus ojos eran profundamente azules. Era...

-¡Comandante Renar!- pudo decir atónita -.
-¿Lo sabes?,- le inquirió ésta -.
- Lo sé - replicó Yashira rehecha de la sorpresa -.
- Pues vamos, te daré más explicaciones por el camino. Te necesitamos en nombre de la Diosa a la que sirves para luchar contra los demonios de Aranchil.


Yashira se temía algo así, ese bastardo de Scoutash estaba detrás de todo esto. Sin perder ni un dan acompañó a Jilia hasta un deslizador que esta tenía a algunos metros de distancia, montaron en él y se alejaron a toda velocidad rumbo al Abismo. Ojalá que pudieran llegar a tiempo.


Calina y Sert ya estaban allí aguardando el momento oportuno, llegaron justo a tiempo para descubrir un gran púlpito que reposaba justo al borde de la grieta maldita y sobre el una sábana blanca ceremonial, dos velas negras y rojas encendidas y Scoutash secundado por varias figuras encapuchadas que emanaban un gran poder maléfico.


-¡Hialgasth! - espetó Halcón Certero con rabia susurrándole a Calina -.No tenemos poder para luchar contra ellos.
- Haremos lo posible por mantenerles ocupados - repuso ésta arengándole con decisión -.Vamos Sert, cumplamos con nuestro deber.
- Antes de ir quiero decirte algo - la cortó el Señor del Kail con una voz más suave y confidencial - .Verás, nuestro encuentro amoroso en aquella sede de Somer no fue tan casual ni impulsivo, en realidad lo hice para protegerte.
- No hacía falta, creyeron nuestra versión antes de que nos acostásemos - replicó Calina desviando la mirada de él, sin mucho deseo de recordar aquello -.
- No Calina- rebatió Halcón Certero posando sus manos sobre los hombros de ella.- No me refiero a protegerte entonces, sino ahora .Lo comprenderás.- Sentenció bajando del deslizador con su arma en ristre -.


La maga le siguió todavía confusa por aquellas palabras, pero se olvidó enseguida de ellas, dispuesta ya a enfrentarse al peligro. Entonces Scoutash les vio y dijo, saludándoles de modo irónico desde su pedestal.

- Vaya, han venido espectadores de excepción, tenías razón - comentó a una de las figuras que estaba junto a él, de estatura sensiblemente más baja que las demás -.Aquí está la muchacha que necesitábamos, cogedla sin daño- les ordenó a sus acompañantes -.


Y tres figuras de las más altas planearon como suspendidas en el aire a su encuentro .Halcón Certero empuñó su espada y musitó.

- Espero que funcione, por Kail.


Uno de los Hialgasth ya estaba encima de él y le atacó. El señor del Kail blandió su curva espada tratando de atravesarle y creyéndose seguro el espíritu no se movió. Pero fue un error, la espada entonces centelleó con un aura plateada y dividió a éste haciéndole soltar un terrible chillido agónico para posteriormente disolverse.


-¡Es un arma mágica! - siseó otro de los Hialgasth añadiendo sin todavía poderlo creer con un eco de rabia y temor -.El Maldito señor del Kail posee un arma mágica. ¿Cómo es posible?.
- Es la espada del Señor de la Oscuridad Vagart - gritó Halcón Certero con tono desafiante -.Ya no estamos tan indefensos ante vosotros ¿eh sabandijas?.
- Contra mí eso no os va a valer de nada - le respondió Scoutash que conectó una especie de bafles para retransmitirles una de sus terribles canciones que iba directamente alimentada de energía negativa Hialgasth -.
-¡Esto es explosión para el cerebro!,- aulló Arag -.Espero que lo disfrutéis....


El sonido acústico era insufrible y obligó a ambos a taparse los oídos, sin embargo Calina creó un escudo sónico que, por el momento, soportaba el ataque.


- Necesito ayuda para detenerlo.- Le pidió ella y Sert se concentró para trasmitirla su energía -.
- A por ellos- ordenó Scoutash en tanto la figura más menuda se desprendía de sus vestiduras y escapaba de allí. Ni Calina ni Sert podían fijarse en quien era puesto que suficiente hacían con protegerse y ahora el Señor del Kail tuvo que luchar contra dos Hialgasth que materializaron sendas espadas negras curvas -.
- Todo está dispuesto.- Siseó uno de ellos acercándose a Calina que no podía hacerle frente al estar todo su poder comprometido en la defensa -.Tenemos a la rubia doncella virgen.
-¿Virgen a mi edad?. ¡No me hagas reír payaso! - le escupió Calina agregando con regocijo pues comenzaba a comprender las palabras de Sert -.No soy virgen.


Ahora todo estaba muy claro para ella, el Maestro del Kail lo sabía, sabía que este momento llegaría. Lo había sabido de algún modo, a todo esto, el Hialgasth estaba desconcertado y dijo aunque con tono dubitativo.

- Mientes...
- No, no miento y si con ello os hago fracasar en vuestra miserable invocación estoy dispuesta a dejar que me sacrifiquéis.- Replicó la maga con tono desafiante -.
-¡Maldita sea! ,haz salir a los demonios - ordenó un Hialgasth a Scoutash -,no son todo el ejército pero a ellos sí puedes convocarles desde aquí con el poder de nuestro amo Aranchil.
- Bien - asintió este que comenzó de inmediato la invocación -.


En casa de los Rant, Samra se paseaba inquieta por el porche, todavía no podía creer lo que había sucedido cuando se llevó otra sorpresa.

- Perdona si te molesto - escuchó una tímida voz de chica que le era familiar, tras de ella -.


Al girarse descubrió a esa nephraler .¿Qué demonios hacía allí? .¿Cómo se podía tener tanta cara?. Aunque al parecer venía con buenas intenciones .La muchacha siguió hablando de modo conciliador


- Pensarás que soy una cualquiera, y no te culpo, no podía dormir y he salido para verte.
-¿Para qué?. ¿Para anunciarme que ya has tenido el placer de cepillarte a mi novio?- bramó Samra visiblemente furiosa -.
- No, que va, quería disculparme contigo, yo no quería que esto sucediera. Debes creerme, tan sólo deseaba tener amigos aquí- le aseguró la chica de forma muy apurada -.Sé lo que piensas de las de mi raza. ¿Acaso imaginas que nos vamos a la cama con todo el que acabamos de conocer?. Créeme, a mí no me interesa tu novio hasta ese extremo.


Samra se quedó perpleja al escuchar esto, la chica parecía sincera .Y sobre todo se sorprendió al escuchar su siguiente confesión.


- En mi mundo las reglas son estrictas y yo todavía soy virgen .Aquí es distinto, todas las chicas tenéis experiencias antes y quizás no comprendáis lo que significa eso para alguien como yo, no es tan fácil.
- Te equivocas - pudo sonreír Samra admitiendo a su vez no sin cierto rubor -.Yo también soy virgen.
- Me cuesta creer que con un novio así no te hayas decidido - comentó Navilia con gesto de sorpresa -. A decir verdad te envidio .Porque para mí sería muy difícil entregarme, tú puedes hacerlo cuando quieras.
-También tengo mis planes - le explicó Samra añadiendo decidida -.No me iré a la cama con cualquiera.
- Querida - sonrió Navilia de forma extraña mirándola a los ojos -.Eso es todo lo que quería saber. Debo confesarte la verdad - añadió con un tinte enigmático -.Nunca me importó tu novio, en realidad siempre he pensado en ti. Te quiero Samra.


Samra se quedó conmocionada, esa chica era, ¡no podía ser!. Bueno, no era tan extraño, ella conocía a gente que lo era, como la Capitana Delaier. Aunque no podía compartir esos gustos. Respondió forzando una sonrisa de cortesía.


- Lo siento, desde luego que no me esperaba esto, pero yo no soy homosexual .No puedo ni pensar en mantener una relación con otra chica.
- Querida mía - repitió burlónamente Navilia acercándose peligrosamente a ella -.¿Quién ha hablado de hacer el amor? .Me temo que no has comprendido.


Y sin que Samra pudiera tan siquiera dar respuesta, Navilia, con sólo una mano y tremenda fuerza la apresó de las muñecas y sonrió pérfidamente liberando el contenido de un pequeño spray en la cara de su prisionera. La yumlaincer no pudo ni siquiera gritar pues perdió el sentido al instante, nada más inspirar aquella sustancia...


Rachel sintió que algo no iba bien, Samra tardaba demasiado y salió a buscarla, su temor creció al descubrir que no estaba .La intuición vino en su ayuda y supo que se encontraba en peligro y también en donde encontrarla. ¡Ojalá su telepatía pudiera funcionar! pero Samra no respondía .Rachel temió que ya fuera demasiado tarde y corrió desesperada al deslizador.

Jilia y la Teniente Coronel Draker volaban raudas hacia el Abismo. La nephraler enseguida intuyó una gran fuerza maléfica y así se lo hizo saber a su compañera.

- Debemos darnos prisa, están a punto de realizar la invocación.- Avisó Yashira con creciente alarma -.
- Llegaremos en menos de un sexdan - fue la respuesta de Jilia que ya forzaba el vehículo a su máxima velocidad desde hacía rato -.


Yener entre tanto se encontró con Dilain .Ambos se dirigieron hacia el mismo punto que los demás. Durante el trayecto el mago quiso preguntarle un montón de cosas pero el maestro del Kail le disuadió con estas palabras.


- Tiempo habrá para que hablemos. Ahora nada más que puedo explicarte lo fundamental, ya que debes concentrarte sólo en la lucha contra los poderes Oscuros.


El mago asintió, y se había fijado en el paquete que transportaba Yener. Lo único que preguntó fue.

-¿Se trata de la clave?.
- Si - afirmó este de modo conciso y cortante -.


Y no hubo más conversación, los dos estaban concentrados en su propósito común. Ojala que llegasen pronto en apoyo de los demás .Yashira y Jilia aparecieron al fin, saltando de los deslizadores. La nephraler le gritó entonces a Scoutash.


-¡Basta ya maldito! ,en nombre de Lord Carnalsk te ordeno rendirte.
- Lord Carnalsk es tan sólo un peón que no tiene autoridad ninguna sobre nosotros - le respondió otra voz, pero no era la de Arag que seguía invocando a los demonios -.


Yashira quedó perpleja de horror al descubrir allí a su propia sobrina en compañía de otra muchacha, al parecer inconsciente. Navilia la transportaba en sus brazos y la depositó sobre el altar mirando a su tía con un gesto de burla.


-¿Qué haces tú aquí?.- Inquirió Yashira con una exclamación de sorpresa -.
-¡Qué sorpresas da la vida!. ¿Eh?. No soy tan inocente como creías tía.- Se sonrió malignamente la muchacha -.
-¡Eres una de esos bastardos adoradores de Aranchil! - denunció Calina que ahora estaba más aliviada, ya que Scoutash había detenido su ataque para llevar a cabo su conjuro -.
- No,- rió la muchacha iluminando sus ojos con un color malva sanguinolento a la vez que los Hialgasths restantes le hacían una larga reverencia -.Soy aquel a quien tanto teméis, tú, maldita maga de Esil y tú ,sacerdotisa de la patética Alasir.
-¡Aranchil! - exclamó la nephraler atónita y helada por el espanto más absoluto -.
- No soy Aranchil sino Aradanchil - corrigió esta elevándose en los aires -.
-¿Qué más da?. Es lo mismo - replicó Calina preparando un conjuro de ataque -.
- No lo es - se rió la chica explicando con satisfacción -.Yo soy el principal canciller y la hermana del Dios de la destrucción. Mi venida está escrita en todas las profecías nephralers .Así como el fin de tu pueblo y del tuyo - añadió señalando tanto a Calina como a Yashira y Jilia con regocijo -.
-¡Lo sabemos todo de ti! - le espetó la comandante Renar sin descomponer el gesto -.Y vamos a acabar contigo .Para eso hemos vuelto del Dalarzian.
- Una proeza increíble para unos simples humanos - reconoció su interlocutora, agregando ahora con despreocupación -,lo percibí pero no me preocupa .No podéis nada contra mí.
- Prueba con esto. ¡Estallido de blanca luz barre de la tierra la maldad! .- Intervino Calina pronunciando su más poderoso conjuro de ataque que en forma de blanca luz se precipitó contra su enemiga haciendo impacto directo -.


Pero pese a que ese ataque tan formidable habría hecho pedazos a cualquiera, Navilia o mejor dicho Aradanchil, permanecía allí incólume. En tanto que Scoutash declaraba terminado su conjuro y multitud de formas se iban materializando según él cantaba sus nombres.


- Ahora sí que estáis perdidas - declaró el cantante con entusiasmo triunfal, señalando una especie de daga que estaba junto a la inconsciente Samra para añadir - .Debo terminar de cerrar la invocación, pero para ello, necesito teñir el cuchillo ritual de sangre impura para mezclarla con la de esta virgen.
-¿Te sirve ésta?,- le inquirió burlónamente Aradanchil descendiendo junto a él y clavándole el cuchillo hasta la empuñadura en el vientre -.


Arag cayó al suelo todavía incrédulo, había sido traicionado y asesinado por la deidad a la que había estado sirviendo. Ésta sonrió y le recordó con fingida voz melosa.


- Te lo advertí, no íbamos a tolerar más tus extravagancias ni nos eras tan necesario - .Y dirigiéndose a las espantadas Calina, Yashira y Jilia añadió -.Se lo dije en su camerino cuando terminó el concierto, después de salir tú, tía. Al igual que tú se lo advertiste.


Y después sacó el cuchillo teñido en sangre del cadáver de Scoutash y colocándose sobre el cuerpo inconsciente de Samra que estaba tendido sobre la losa, añadió gritando a pleno pulmón en tanto elevaba la daga aferrándola con ambas manos por encima de su cabeza.


-¡Qué se consume el sacrificio y que los muertos de la garganta salgan!...

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