Los siguientes días transcurrieron con normalidad, Gina continuó estudiando y hablando con Yener y otros oficiales para ir ilustrándose más sobre el mundo en el que tendría que estar destinada. Éste por su parte seguía pensando, con cada vez más deseo, en su adiestramiento. A una hora muy temprana estando en el gimnasio meditaba poniendo en práctica una de sus técnicas .No había nadie todavía hasta que la alférez Delaier entró también allí .Iba a comenzar su entrenamiento cuando vio a Yener sentado y con las piernas recogidas.
-<<¡Vaya!>> - pensó divertida sin apartar la vista de él -.<<¿Qué estará haciendo?. >>.
Pero la cara de broma se le borró siendo sustituida por otra de asombro, cuando una de las pesas que estaban junto al muchacho se elevó sola en el aire .La frente de Yener estaba perlada de sudor y Menra lejos de interrumpirle, se apartó a unos metros mientras miraba incrédula a su alrededor en busca del truco.
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La pesa recorrió un metro hasta caer suavemente en el suelo. Yener abrió los ojos y la expresión de su cara parecía expresar disgusto .Pero en ese momento escuchó el aplauso de su improvisada espectadora.
-¡Ha sido increíble!, ¿cómo lo ha hecho señor?. - Quiso saber ella con entusiasmo casi infantil -.
Yener no dijo nada, sólo se secó el sudor con una toalla que tenía a su lado.
-¿Eso era una disciplina del Kail?.- Insistió Menra todavía sorprendida pero moderando su tono anterior -.
-Si- respondió él al fin de modo cansino -.Pero hace mucho que no la practico y he perdido bastantes facultades .Tengo mucho que mejorar.
-¡Pues como sería antes!. - Suspiró la chica -.
Ahora Yener se permitió mirarla con más detenimiento y salió de su apatía, desde luego que era muy atractiva, tenía un cuerpo muy moldeado por el ejercicio físico sin caer en la excesiva musculación. Su pelo rubio recogido en una coleta para hacerlo más funcional era aun así precioso y sus grandes ojos verdes miraban a Yener con una no disimulada admiración y él hacía lo propio aunque de manera más furtiva con los pechos y las piernas de la chica.
-¿Ibas a entrenar?,- le inquirió Yener aunque la respuesta era evidente, quizás así podría cambiar la conversación llevándola a un terreno más interesante -.
- Si - sonrió ampliamente ella lo que aún contribuía a hacerla más atractiva -.¡Pero desde luego, no de esa manera! .Yo me contento sólo con hacer un poco de aeróbico y algo de lucha.
- Vaya - asintió Yener con aprobación -.Eso está bien, hay que mantenerse en forma .Si necesitas un adversario...- propuso él de forma solícita -.
- No gracias, - negó ella reconociendo humildemente -.No me creo capaz de medirme con un Monje de Somer, pero de todos modos ya tengo. Ahora vendrá una amiga con la que practico a menudo, también es muy buena.- Declaró Delaier -.
Haciendo buenas sus palabras entró Jilia, venía también con su largo pelo moreno recogido en una coleta y llevaba unas ajustadas mallas que marcaban claramente sus encantos.
-<<¡Esta tampoco está nada mal!>>.- Pensó Yener mirándola con el mismo interés que dedicase antes a Menra -.
La muchacha saludó militarmente cuadrándose ante su superior. Estaba claro que, pese a la ropa de entrenamiento que no disponía de distintos de rango, le había reconocido .Yener enseguida le dispensó de las formalidades.
-¿Usted es la compañera de entreno de la alférez Delaier?.- Inquirió él con marcado interés -.
- Si señor, soy la alférez Jilia Renar, oficial de escuadra...
- No hace falta que me dé todas sus referencias alférez- replicó Yener con tono distendido -.Me gustaría verla en acción. Su compañera me ha dicho que usted es muy buena luchadora.
- Soy máximo grado en tres artes de defensa y ataque señor - respondió ella con un no disimulado orgullo -.
- Pues entrenen las dos, hagan un combate en el ring y yo arbitraré.- Se ofreció Yener- .
- No se preocupe señor, no precisamos árbitro - declinó Menra -.Pero si desea presenciarlo. Aunque no creo que estemos a su altura.
A Jilia no parecieron caerle bien esas últimas palabras pero su cuidó de intervenir, de todas formas a Yener no le pasó desapercibido el rictus de esa muchacha y declaró.
- Ustedes luchen y ya veremos si están a mi altura o no. Quizás sea yo el que no esté a la suya alférez.- Rebatió él-
- A al orden - repuso Jilia con no demasiado agrado aunque solicitando con prevención -.Si antes nos permite calentar.
Yener asintió, por supuesto que se lo permitiría y las dos chicas se pusieron a ello, hicieron unos ejercicios preparatorios y cuando estuvieron dispuestas se plantaron en la superficie de combate estudiándose mutuamente .Menra fue la primera en atacar pero su adversaria detuvo sus golpes con aparente facilidad y contraatacó derribándola al suelo. Yener observaba sorprendido, esa alférez era una diestra luchadora y además no parecía que él le cayese demasiado bien .Había algo entre la ella y Delaier aunque no lograba saber que. Rivalidad, atracción...Pensaba eso mientras el combate se decidía .Jilia había vencido a su oponente con rapidez. Menra jadeaba en el suelo y reconocía su derrota.
-¡No hay quien te gane!.- Declaró consciente de su inferioridad aparte de que Jilia parecía más concentrada y agresiva que otras veces, si eso era posible.-.
-Tú tampoco lo haces mal, has mejorado mucho últimamente - .Sonrió condescendientemente su adversaria -.
- Ha sido impresionante - .Reconoció Yener con tono reflexivo para añadir -.Es usted muy buena luchadora y muy fuerte alférez Renar.
-¿Para ser una mujer?- .Completó ésta con retintín -.
- Para cualquier persona corriente – .Le rectificó Yener sin darse por molestado -.
-¿Se atrevería contra una mujer mi capitán?.- Le retó Jilia con una falsa voz melosa -.
- No veo porqué no - respondió el aludido con naturalidad -.
Eso dejó a las dos chicas sorprendidas. Menra se atrevió a terciar para evitar algo que le parecía poco aconsejable.
- No es buena idea golpear a un superior Jilia. Aunque sea en un entrenamiento.
Su compañera pareció reflexionar sobre eso y asintió hablando ahora con más moderación, desprovista por completo su anterior ironía
- Quizás no sea buena idea, podría herirle señor, con Menra me he empleado a media capacidad.
-¡Vaya!.- Protestó esta con los brazos en jarras -.Yo que creía que te empleabas en serio.
- No es eso- rebatió su amiga de modo conciliador -.A ti no te he golpeado fuerte pero para derrotarte si que he empleado lo mejor de mis técnicas.
- Si me garantiza usted que sobreviviré - .Sonrió Yener divertido - .Podemos dejar el rango fuera del ring.
- Se lo garantizo - ,sonrió también Jilia con un tinte desafiante, ella lo había advertido pero si ese tipo lo pedía, ¡allá él!. Así que añadió retomando su sarcasmo -.Pero no puedo asegurarle que no le vaya a doler.
- Me arriesgaré - .Replicó Yener acercándose despacio al rincón del combate y agregando cortésmente -.Aunque podemos esperar un poco para que usted recupere el aire antes de empezar.
- No se preocupe, estoy preparada. Cuando quiera podemos comenzar.- Contestó Jilia con la misma deferencia -.
- Pues ¡vamos allá! - repuso él despojándose de la parte superior de su equipo de entrenamiento -.
Delaier se quedó impresionada a la vista de la fortaleza del muchacho, sus músculos eran potentes y se marcaban con claridad, dando cuenta de un trabajado y duro adiestramiento. Aunque eso no le produjo el mismo efecto a Jilia que dijo con sorna.
- No pretenderá que yo haga lo mismo.
- Si se siente usted más cómoda. ¡No tendré inconveniente! - .Rió él .-
- Mejor no gracias - declaró ella haciendo unos ejercicios cortos de calentamiento y comenzando a danzar alrededor de su adversario -.
Yener sentía claramente que esa mujer estaba tratando de competir con él. La alférez Renar parecía tener algo en contra suya y además notaba que Menra estaba implicada en eso o más bien que era la causa de ello.
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- No creo que mi belleza física venga al caso ¡y sí! , me lo han dicho - repuso ésta inmune por completo al piropo- .
Jilia ya había escuchado demasiados y todos llevados por el interés y el deseo que suscitaba en la mayoría de los hombres. Pero, por desgracia para estos, a ella no le interesaba para nada el sexo masculino. Así que la única réplica que ofreció a su oponente fue clavar en él sus azules ojos lista para atacar. Lo hizo con rapidez, lanzó una sucesión de golpes a los que Yener no contestó, sólo retrocedió hasta los límites del cuadrilátero. Esbozando una ligera sonrisa de superioridad, ella le inquirió con ironía e incluso sorna.
-¿Qué pasa mi capitán?. ¿Tanto le he aturdido con mi belleza que no se defiende?.
- Es que no me gusta pegar a las mujeres - .Arguyó él con el mismo sarcasmo -.
- No tenga miedo por eso - le contestó ella lanzando otra patada que Yener volvió a esquivar moviéndose hacia otro lado -.Aquí no soy una mujer. ¡Sino su enemigo! .- Espetó sin molestarse en ocultar su agresividad - .
-¡Eso es demasiado melodramático para mi gusto! - rió él sin parecer en absoluto preocupado -.Pero si insiste, por mí no hay problema.
- Le aconsejo que lo tome en serio - .Le previno amenazadoramente ella, lanzándose nuevamente al ataque con ganas -.
Tantas que la chica logró darle un puñetazo en la cara que Yener encajó echándose hacia atrás. Casi estuvo a punto de caerse pero se rehizo enseguida, palpándose la barbilla volvió a sonreír a la par que admitía casi con regocijo.
-¡Muy buen golpe! .Algo débil pero no me extraña, a fin de cuentas es usted una mujer.
-¡Le he dicho que eso no tiene que ver!- .Espetó Jilia que en el calor de la lucha ya había perdido los nervios. No soportaba la suficiencia y la actitud de superioridad de ese cretino. Sobre todo si se le podía golpear con esa facilidad. Así que, decidida a darle un escarmiento, pasó sin contemplaciones a un furioso ataque que Yener sin embargo bloqueó, al parecer sin problemas -.
-¡Basta Jilia, ya es suficiente! -.Terció Menra tratando de evitar que aquello degenerase en algo peor, conocía de sobra los arranques de ira que se adueñaban de su compañera cuando a esta se le calentaba la sangre -.
Pero la alférez Renar no le hacía ningún caso. Seguía acosando a su contrario con todo tipo de patadas y puñetazos pero ahora no lograba alcanzarle. Valiéndose de las técnicas de lucha del Kail, Yener los bloqueaba sin dificultad hasta que decidió contraatacar. Aprovechando el énfasis que su adversaria ponía en el ataque la alcanzó con dos rápidos golpes de puños y piernas derribándola en el suelo. Jilia se levantó rápidamente con una espectacular voltereta y se lanzó contra él sin pensar. Eso ya no era una lucha de entrenamiento, parecía más un combate a muerte para ella. Pero a pesar de su mentalización o precisamente por culpa de ella, volvió a verse sorprendida. Sin poderlo evitar, sufrió una llave que la dejó en el suelo, con Yener sobre ella. La cara de la chica era un poema, se la notaba muy tensa incluso violentada, rabiosa e impotente bajo el peso de su contrincante. Yener no podía evitar sentir excitación en ese momento, pero más que sexual casi era algo propio un reto, como si estuviera domando un potro salvaje que bien orientado tuviera por delante un prometedor futuro. Pero tampoco podía mentirse a sí mismo y esa mujer era impresionantemente hermosa, más aun bajo los efectos de aquella agitación. Era una tigresa lista para despedazarle al menor descuido. Podía sentirla elevar los pechos al ritmo de aquella respiración furiosa y más aun cuando Yener le dijo con tono deliberadamente provocador.
-¿Qué le molesta más alférez? ,¿la derrota o que sea un hombre quien esté encima suya?. Porque me parece que no está demasiado acostumbrada a eso .¿Me equivoco?.
Jilia estaba roja de ira y de frustración. Pese a forcejear con furia tratando se soltarse con un rictus que rayaba la desesperación era incapaz de hacerlo. Por fin, él la soltó apartándose y cuando la chica se incorporó al instante, demandando más lucha, Yener le espetó con voz de mando.
-¡Alto, la pelea ha terminado! .¡Es una orden alférez! -.Añadió de modo cortante pues ella no parecía ir a contener su siguiente ataque -.
Jilia se frenó a duras penas y se puso firme pese a sentir gran rabia y ganas de pegarle. ¡O más bien de arrancarle las entrañas!. Estaba muy humillada y dolida en su amor propio y lo que más la enfurecía era ese tono de mofa y sobre todo, que Menra estuviera delante. Yener entonces se acercó a su lado y brazos en jarras, se agachó ligeramente hasta poner sus ojos mirando a los de ella con una expresión de análisis. La muchacha jadeaba tratando de recobrar la respiración y su pecho bajaba y subía furiosamente fruto del cansancio y la adrenalina desatada .Entonces el capitán Rant se irguió nuevamente para añadir con la voz más calmada.
- Lucha usted muy bien, domina a la perfección las técnicas pero me ha decepcionado alférez.
-¿En qué sentido señor?.- Escupió ella -.¡Está claro que usted es mejor que yo en la lucha, domina las técnicas del Kail! .
-¡Eso no es una excusa!- .Estalló inesperadamente Yener reprendiéndola de forma bastante dura. Lo que sorprendió a Jilia y también a su compañera. Más cuando el muchacho agregó con aun mayor severidad -.Podría haberme vencido si no se hubiese dejado llevar por la arrogancia alférez Renar .Lucha usted bien pero no controla sus emociones. ¡Se deja llevar por impulsos primarios absurdos! .Me ha bastado con picarla en su punto vulnerable para poder manejarla a mi antojo.
-¿Es todo señor?- repuso esta aun en posición de firme y conteniendo su enfado a duras penas -.
-¡No, no lo es! – .Sentenció abruptamente él en otra descarga -.Sepa que me importa un bledo su vida personal y que no estoy interesado en inmiscuirme en ella .No sé que problema tendrá usted ni me interesa. Lo que no voy a tolerar es que se deje usted llevar por sentimientos que dificulten el cumplimiento de su deber.
- Eso no ha ocurrido hasta ahora señor- .Se defendió Jilia visiblemente indignada -.
-¿Y si se enfrentase con un enemigo que, como yo, pudiera percibir sus emociones alférez ?.¿Se va a dejar envolver por él como me ha permitido hacerlo a mí?.
Jilia guardó un incómodo y culpable silencio y entonces fue Menra la que habló.
- Tiene razón Jilia. No comprendo porqué te has puesto así.
-¿No lo comprendes?- .Espetó ella conteniendo un rictus de ira y hasta las lágrimas que amenazaban con saltársele del rostro -.
- Yo si que lo entiendo – .Afirmó Yener para pasmo de las dos más cuando declaró con la voz tintada de desdén- . Hay cosas que, por mucho que se deseen conservar no están seguras alférez Renar -.
Entonces él hizo algo que nuevamente sorprendió a las dos, aproximándose a Menra la rodeó con un brazo sobre los hombros y con el otro no se privó de acariciarle los pechos. Delaier apenas pudo reaccionar ni siquiera era capaz de abrir la boca pues estaba demasiado envarada y atónita para tratar de protestar .El capitán Rant miró a ambas alternativamente recreándose en el fuego que escupía la alférez Renar por los ojos, incluso los cerró para no tener que ver más. Pero Yener se acercó a ella y le susurró a un oído con voz deliberadamente lasciva.
-¡Me pones a cien cuando te enfadas así por tu chica, preciosa, pero no te apures! , tengo suficiente para las dos.
Aquello fue la gota que colmó el vaso, la chica rompió su formación lanzándose frenética contra él.
-¡Maldito cabrón! - .Chilló tratando de golpearle para horror de Menra, aunque Yener la dominó sin dificultad sujetándola con otra llave y derribándola en el suelo hasta ponerla de rodillas pese a la resistencia enconada de ésta que era víctima de mayor dolor a medida que forcejeaba con más virulencia, hasta que no tuvo más remedio que remitir en su resistencia.-.
- Cuando se cede a la provocación se pierde el control y sin control no somos rival para nuestro enemigo. Y éste conoce técnicas mucho mejores que esta burda estupidez que he usado yo para provocarla.- Expuso Yener con voz tajante. Y pasados unos segundos de silencio y respiraciones entrecortadas de todos, el chico añadió con voz ahora más tranquila y comprensiva, incluso conciliadora -.Alférez, no está mal tener sentimientos, pero no podemos dejar que nos desborden.- Remachó soltándola con suavidad a la par que la ayudaba a levantarse -.
Cuando la dejó libre la muchacha cayó nuevamente de rodillas con la mirada hundida en el suelo y dejando que éste se empapase con sus lágrimas. Menra fue solícitamente para ayudarla a levantarse y ambas se abrazaron.
-¿Por qué me hace esto?.- Inquirió Jilia luchando para no llorar, batalla que ya tenía perdida de antemano -.
- Perdóneme .- Se excusó sinceramente Yener - .No quería herir su orgullo ni reírme de usted, ni de su compañera .Por que las dos son pareja ¿verdad?.- Le preguntó él -.
Jilia no respondió, ni siquiera quería cruzar la mirada con él, aunque Menra si que lo admitió con un susurro.
- Si señor.
-¿Qué ha pensado usted?.- Volvió a preguntar Yener dirigiéndose a Jilia ahora con la voz más conciliadora y amable, igual que si le hablase a una niña enfurruñada -.¿Qué quería robarle la novia?.
La chica no respondía, puesta de pie y de nuevo en posición de firme seguía mirando avergonzada al suelo, su superior añadió con el tono más relajado.
- Tiene usted madera de buena oficial, se la ve valiente y decidida.- Pero esos elogios no hacían que la muchacha dejase de humillar su rostro y Yener entonces le pidió -.Míreme a la cara y no se lo tome como algo personal, por favor.
Jilia le dirigió la vista a duras penas, pero en sus ojos ahora no brillaba nada salvo algunas lágrimas de humillación y un gesto de vergüenza. Sobre todo cuando su furia había cedido y su mente comenzaba a analizar las intenciones que había tenido su superior desde el comienzo. No le dio tiempo a pensar más ya que éste seguía hablando.
- No es asunto mío que ambas salgan juntas, pero sí lo es que esto comporte agresividad por su parte e ira mal contenida. Solo se fijaba usted en su odio hacia mí, pero no en mis técnicas ni en mi forma de luchar. Así deja que yo vea las suyas y me da ventaja. Si odia a un enemigo eso le impide juzgarle, pierde la objetividad para hacerlo. Traslade eso de un combate cuerpo a cuerpo a una lucha con tropas, o en la flota y comprenderá que en un momento dado eso podría significar muchas muertes de soldados bajo su mando o incluso la pérdida de una nave o una batalla entera. Y de ahí, a la catástrofe para nuestro planeta. Me es igual su orientación sexual ni el sexo que usted tenga. Lo mismo le diría a cualquier hombre que pensara que deseo robarle la novia. Dominarse uno mismo es una lección que aprendí de mi maestro del Kail y ¡créame!. Es mucho más valiosa que la mejor técnica de combate. Téngalo bien presente porque un día, quizás le salve la vida a usted y a otros muchos que dependan de su actitud.
Jilia se sentía aun peor que antes, no había sido humillada por un enemigo más diestro que la trataba con desprecio, ¡era ella la que se había puesto en ridículo! .Pero no pudo evitarlo. El capitán tenía razón. ¿Qué pasaría si eso llegara a repetirse cuando a su cargo tuviera vidas en juego?.
- Si señor - repuso ésta por fin -.Tiene usted razón y le pido disculpas .Merezco una sanción .He atacado a un superior, si me arresta con cargos lo entenderé.
- Lo que pasa en un ring en el ring se queda -. Sonrió Yener ofreciéndole la mano con tono animoso -.Siga entrenando su técnica pero no olvide esto. No se lo diría a nadie de quién no esperase grandes cosas en un futuro .Y sinceramente creo que usted tiene mucho que ofrecer a nuestro mundo. Necesitamos oficiales con sus cualidades, pero será así siempre que aprenda a dominarse.
- Lo haré - pudo sonreír Jilia al fin, estrechándosela reconfortada y visiblemente sorprendida pues podía leer en la mirada de su superior que él, en efecto, la valoraba -.Gracias señor .- Añadió ahora con un auténtico respeto -.
- Y una cosa más - .Agregó Yener dirigiéndose a ambas, como si de una orden se tratara -.El teniente Daet está organizando una fiesta para el fin de esta jornada. Como saben, mañana llegamos a Yumlaiance. Quiero verlas allí, a las dos.
- Si señor - .Respondieron ellas saludando a la vez -.
Yener les dedicó una cordial sonrisa y se marchó. Las dos mujeres se quedaron solas mirándose como idiotizadas, justo entonces comenzaban a llegar más oficiales al gimnasio. Las dos optaron por irse a los vestuarios para charlar a solas, aunque cuando nadie las escuchaba todavía tardaron en hablar. La atmósfera estaba algo fría hasta que Jilia, sabiendo que le correspondía a ella romper el hielo, declaró.
- Ahora entiendo lo que es un Monje del Kail .Siempre creí que sólo era buenos en la lucha por su entrenamiento. Pero he de admitir que su adiestramiento va mucho más allá de lo puramente físico. ¡Perdóname Delaier! .¡Me he portado como una estúpida!.
- Una estúpida celosa. ¿ No te da vergüenza?.¿Qué habrá pensado de ti el capitán?. - le recalcó su compañera con un tinte admonitorio -.
Ésta suspiró, se lo merecía. Ahora le tocaría sufrir la bronca de Menra y seguro que iba a ser peor que la del capitán.
- Si, vale, lo admito.- Confesó sin reservas e incluso burlándose de sí misma - .¡Soy una estúpida celosa y me han dado una lección! - .Menra no pronunció palabra, sólo asintió. Jilia entonces agregó más animada .- No sé que habrá pensado pero ¿ has oído lo que me ha dicho?. ¡Espera de mí grandes cosas!. Quizás con sus sentidos del Kail ha podido ver mi potencial.
Entonces Menra la obsequió con un cálido beso en los labios y le dijo divertida.
-¡Que no se te suba a la cabeza!, ¿eh?. ¡Anda! , vamos a darnos una sauna y a olvidar todo esto.
-¡Me vendrá de maravilla! - .Sonrió su pareja por fin dando un largo suspiro de alivio, al entender que Menra zanjaba la cuestión -.
Y las dos metieron en las duchas con los brazos mutuamente entrelazados a sus cinturas. Por su parte Yener se reunió con Larus en el bar, ya sólo restaba una jornada de viaje para llegar a Yumlaiance. Su compañero le saludó desde la barra ultimando los preparativos.
-¿Dónde te metes?,- sonrió echándole en cara su falta de puntualidad -. ¿Acaso Gina necesita más lecciones?.
- Ella precisamente no - rió Yener -.Aunque otras mujeres a bordo de la nave si.
- ¡Tú siempre estás igual!- .Se burló Larus moviendo la cabeza -.
- No es lo que te crees-, se apresuró a contestar su amigo -.Y me ha venido bien para entrenarme. Ya tengo muchas ganas de llegar a casa y empezar el adiestramiento en serio.
- Si, te entiendo, yo hace mucho que no veo a mi familia - convino su compañero -.
- Es más que eso, a veces me abruma la responsabilidad, no sé si seré capaz de hacerlo -. Le confesó Yener -.
-¡Eres más que capaz! - le animó su amigo despreocupadamente -.
- Me refiero a que ,¿quién soy yo para tener ese honor?.- Le inquirió su compañero confiándole sus dudas -.Hay cantidad de personas que son mucho mejores que yo para hacerlo.
Larus permaneció callado durante unos segundos para contestar ahora más seriamente.
- No lo sé chico, sólo tengo constancia de un hecho .El Emperador y sus consejeros han elegido al hombre que personalmente fue el primero en establecer un contacto con seres inteligentes de otros mundos abriéndonos un nuevo camino gracias en buena parte a sus dotes del Kail. Y si ello les parece apropiado, nosotros no somos nadie para discutírselo.
Yener sonrió, su amigo siempre sabía como animarle. Ahora se sentía de nuevo capaz de enfrentarse a aquel reto .Siguieron charlando hasta que fue tarde y se despidieron.
- Ya sabes.- Le recordó Larus -. Aquí dentro de seis sexdanes -.
- Aquí estaré - le aseguró Yener abandonando la estancia -.
Y este como era de rigor fue en busca de su invitada de Oumeya para convidarla a la fiesta. Larus, nada más marcharse su amigo, avisó a todo el grupo de compañeros que le estaban ayudando. En pocos momentos, prepararon el recinto del bar para la celebración de la vuelta a casa. Cuando el capitán de Yumlaiance llegó ante la puerta del camarote de Gina ella no tardó en abrirle, vestía un vaporoso traje blanco que dejaba adivinar sus formas. A juego lucía dos pendientes y una gargantilla de brillantes. Yener se quedó visiblemente impresionado de lo bella que estaba la chica .Y sobre todo, sorprendido de que luciera semejante atuendo cuando todavía él no le había informado de...
- Larus me dijo que celebrabais una fiesta importante. – Comentó ella esbozando una amplia sonrisa para preguntar no sin cierta inseguridad -. Espero ir vestida para la ocasión.
Yener sonrió también, asintió despacio y respondió con absoluta convicción.
- Nadie irá mejor que tú. ¡Estás preciosa!.
La muchacha no pudo evitar ruborizarse, se alegraba mucho de haberse puesto ese vestido, la guardaba para su primera ceremonia de recepción oficial en Yumlaiance pero teniendo en cuenta la importancia de ese acontecimiento había optado por estrenarlo ahora. Entre tanto, Yener se acordaba de los ascendientes de su amigo por haberle metido en aquella encerrona. Tendría que comentarle a Larus que se había pasado o bien que Gina había entendido mal la importancia de la fiesta. Esta no era de etiqueta, ¡todo lo contrario!. Se trataba de una reunión informal de oficiales amigos que celebraban el retorno a casa. Pero ¡cómo decirle a la ilusionada chica que iba a desentonar por lo elegante de su atuendo!. Entonces se le ocurrió la solución al hilo de su comentario anterior.
- Te pido excusas pero debo ir a cambiarme. Soy yo el que no se ha vestido apropiadamente aun. ¿Podrías esperarme?.
- Claro – .Convino amablemente ella pensando que el pobre chico se sentía preocupado por no estar listo a tiempo -.¿Quedamos en el bar?.
- No, en el bar no, es que están haciendo los preparativos - .Replicó él sin desear que la muchacha se percatase de lo “inapropiado de su vestuario”. Quédate aquí, no tardaré.
Gina asintió deseando que así fuera. Yener se despidió y tras dirigirse a su camarote se cambió aprovechando para establecer comunicación con el bar y así poder hablar con Larus. En cuanto le explicó lo sucedido a éste le hizo mucha gracia, pero al notar el malestar de su amigo aunque enseguida replicó.
- Debe de haberme entendido mal. No te preocupes. Se lo diré a los demás.
- Yo me encargaré de avisar a otros invitados -. Le comentó Yener -.
-¿A quiénes?- .Se interesó su compañero -.
- Invité a la alférez Delaier y a su compañera.- Le contestó él sin darle más importancia -.
Larus se sorprendió de ello. ¿Desde cuándo se llevaba tan bien Yener con esas dos?. Si no recordaba mal con Menra se trataba cordialmente al margen de su superior escalafón e incluso parecía interesado en tener alguna relación. Pero precisamente por eso no podía creer que conociera a la alférez Renar y ¡que se llevase bien con ésta!. Si hasta el propio Larus había sentido como la tal Jilia le atravesaba con la mirada cuando él jugaba con Menra en el simulador. Y eso que la pareja de su oponente debía saber como la mayoría que sus gustos no iban por ahí. ¡Qué sería con Yener!. Pero bueno, también había una cosa bien cierta. Su amigo, a pesar de algunos defectos era alguien que lograba hacerse con la amistad y la adhesión de la mayor parte de la gente. Quizás no tuviera término medio. Los que le querían lo hacía de veras. Y los que le odiaban también. Si Yener había logrado ganarse la amistad o tan sólo, la confianza o el respeto de la alférez Renar, ya era algo más que meritorio. También pudiera ser que la invitase por consideración a Delaier o que ambas aceptasen por ser un superior quién se lo propusiera. De todos modos, ya se vería en la fiesta. Ahora, Larus estaba más deseoso que nunca de que comenzase.
Yener entre tanto logró comunicar con las dos jóvenes oficiales. Ambas dormían juntas y entrelazadas en la cama de la alférez Delaier. Ésta, tras ponerse una bata encima de su cuerpo desnudo, se encargó de responder a la llamada en tanto su pareja se desperezaba y se sorprendió cuando su superior le pidió, en pocas palabras, que tanto ella como Jilia asistieran en uniforme de gala. Cuando cortó al comunicación. Jilia, recién despabilada, le preguntó por el motivo de la misma. Menra se lo expuso con una sola frase.
- No lo comprendo ¿.No iba a ser una fiesta en plan informal?.- Inquirió la alférez Renar -.
Menra se encogió de hombros y un calambre recorrió los estómagos de ambas. Su compañera se estaba vistiendo a la par que le decía con un pretendido tinte de sarcasmo que mal ocultaba su nerviosismo.
- ¡A ver si va a ser cierto que nos valora a ambas!.
-¿Y si es una fiesta con jefazos de la flota, Jilia?.- Inquirió Delaier con tono entre atónito y preocupado -.
- No lo sé, de todos modos las relaciones sociales no son mi fuerte – .Declaró esta, bien conocedora de sus limitaciones a ese respecto -. Pero si el capitán nos ha invitado no se le puede decir que no. Y siempre será una oportunidad para dejarse ver con un héroe de Yumlaiance. –Añadió con matiz presumiblemente interesado -.
- No me quieras engañar que te conozco.- Le sonrió Menra sin caer en aquello -. Si el capitán Rant no te hubiera caído bien no irías. Y no te iba a importar su rango ni quién estuviera.
Pero Jilia movió la cabeza esbozando una leve sonrisa para replicar.
- No me conoces tanto como crees .Yo no he dicho que ese tipo me caiga bien. Se ha ganado mi respeto, que es algo distinto .Reconozco sus cualidades y es mi superior, sería una estúpida si me arriesgase a quedar mal con él. Y tú también lo serías, lo sabes tan bien como yo.
Y dicho esto se dirigió hacia la puerta y la abrió para salir no sin antes remachar.
- Me cambio y en un sexdan estoy aquí.
Menra asintió dejando que su pareja se fuese y se dedicó a preparase también. Mientras lo hacía no podía dejar de pensar en su compañera, estaba rara. Nunca la había visto comportarse de este modo con ningún hombre. Realmente, Jilia estaba acostumbrada a obedecer a sus superiores masculinos y eso no entraba en conflicto ninguno con su opinión del otro sexo. Su relación se limitaba a la estrictamente profesional y fuera de ella procuraba evitarles. Aunque, en honor a la verdad, si que se mantenía en buenos términos con algunos de sus compañeros. Pero no pasaba de ser un cotidiano “hola que tal”. Y sobre todo, Jilia nunca se había valido de nadie para medrar o subir. Lo que tenía lo había logrado trabajando duro. Desde la misma academia. La misma Menra debía reconocerse que ella sí que se sirvió a veces de sus encantos. La mayor parte de las ocasiones de un modo más seductor que real, no se acostaba ni flirteaba con cualquiera. Pero, en su caso, esto tampoco fue determinante en su carrera. Antes de entablar relaciones íntimas con Jilia salía con chicos o chicas que le gustasen antes de pensar en hacerlo con los mejores o más preparados. Pero, si gracias a su belleza y simpatía con estos últimos, ellos se brindaban espontánea y libremente a ayudarla en cualquier cosa que pudiera necesitar para mejorar sus notas o su rendimiento. ¿Por qué no iba a poder aceptarlo?. Su compañera jamás había hecho eso y conociendo el orgullo que tenía, no era fácil que lo intentase. Menra siempre supo que ambas querían triunfar como todos sus compañeros y ascender. Eso era algo general para todos los miembros de las fuerzas armadas, pero, en sus casos particulares, las dos tenían motivaciones distintas. Las de ella era sobre todo la tradición familiar, que, aunque no impuesta, le era muy importante. Menra era el orgullo de sus padres y de su hermana pequeña que la idolatraba y se prometió no defraudarles. Jilia en cambio, era más críptica sobre sus motivos. Por lo que había dejado caer en sus momentos más sinceros, que no dicho abiertamente, lo hacía por ella misma. Era un reto. Quería ser una buena soldado, una buena oficial y servir a su mundo. Aunque a veces, en el eco de sus palabras resonaba una tristeza indefinida que Menra no era capaz de asociar. Y ahora que reflexionaba sobre el tema, en ocasiones le había preguntado a su pareja si sus padres o familiares eran también militares. Pudiera ser que se sintiera obligada por esa misma tradición, pero Jilia siempre evadía la respuesta con un lacónico no. Sólo en contadas veces aclaraba que su familia nada tenía que ver en eso. Menra caía en la cuenta de que Jilia jamás le había hablado de sus padres o de si tenía hermanos. En cambio ella si solía contarle cosas que normalmente hacían sonreír a su compañera, pero con aquel extraño poso de tristeza que eliminaba conscientemente a los pocos instantes.
La alférez Delaier suspiró, ya estaba uniformada y el sexdan se había consumido rápido en esas cavilaciones. Jilia llamó y se dispuso a abrirla.
-¿Estás lista?- .Le preguntó la alférez Renar, igualmente vestida que su pareja -.
Con un leve asentimiento, Menra salió y las dos se encaminaron hacia el bar. En otra parte de la nave Yener compareció nuevamente en el camarote de su invitada. Ahora venía luciendo su uniforme de la flota. No tenía a bordo su traje ceremonial del Kail y de todos modos, tampoco había que pasarse con la solemnidad. Gina se quedó gratamente sorprendida al verle a pesar de que estaba relativamente acostumbrada a ello cuando el chico cumplía funciones de embajador. Él sin dejar de sonreír, le ofreció su brazo y ella lo asió encaminándose ambos al lugar del festejo.
Para cuando llegaron todos esperaban, recibieron a Yener con una salva de aplausos. Este entonces se alegró de ver igualmente uniformados que él a sus compañeros. Incluso las alféreces Delaier y Renar estaban ya allí. De todos modos, el chico no alcanzaba a comprender el porqué de esa ovación hasta que Larus desveló tomando la palabra.
- Compañeros y amigos. Estamos aquí reunidos para celebrar el regreso a casa después de mucho tiempo de ausencia y para rendir homenaje a nuestro capitán y embajador Yener Rant.
Este le miró como si Larus se hubiera vuelto loco pero para mayor sorpresa, Gina sonreía también con la misma expresión cómplice que su amigo .La chica, deseosa de aclarar lo que pasaba, le contó.
- Larus me dijo que deseaban hacer una celebración muy especial Yener. Pero no sólo para celebrar vuestro retorno a Yumlaiance. Sino para festejar tu aniversario de Fremark.
A Yener se le abrieron los ojos como platos. ¡Qué cabeza la suya!. ¡Ni se había acordado de eso!. Su aniversario de Fremark era otras de las antiquísimas tradiciones de su orden. Consistía en un segundo cumpleaños en el que se celebraban los bautizos en el Kail de todos sus miembros .¡Y él no tenía ni tan siquiera un triste jubón para habérselo puesto!. Afortunadamente, esto podía sustituirse por el uniforme oficial de gala del ejército si el miembro del Kail servía en él. ¡Este Larus había estado en todo!. En su uniforme al menos, llevaba marcada la insignia del emblema del Kail. El sol de Somer.
- Muchas gracias a todos. - Pudo decir con emoción apenas contenida.- He de confesar que ni me acordaba. ¡Me han sucedido tantas cosas!.
Algunos oficiales, miembros del Kail como él aunque la mayoría sin nombre en la Orden, se adelantaron a felicitarle. El día de Fremark había pasado ya en Yumlaiance, pero en el espacio aquello no era demasiado relevante. Y una vez cumplidos los formalismos, pronto volvió a escucharse la voz de Larus por encima de las otras para animar.
-¡Pues que empiece la música y vamos a bailar!.
Todo el mundo se avino a ello con alegría. Incluso Menra y Jilia, entre ellas eso sí, se unieron a los demás .Yener ofició como pareja de Gina y ambos bailaron al ritmo algo cadencioso y más sobrio de la música hasta que Larus. ¡Cómo no!. Animó la velada con música más alegre. Tanto él como algunos otros oficiales se atrevieron a cantar algunas de esas melodías. Unas canciones de moda cuando se fueron de su mundo, otras más tradicionales de la flota, pero no menos movidas .Y mientras tanto los demás tomaban lugares en mesas circundantes a la gran pista de baile admirando la actuación. Larus sorprendió a Gina, cantaba muy bien y bailaba de maravilla, contagiaba a todos con su entusiasmo y su alegría festiva. La chica comprobó esto último puesto que Larus la sacó pese a su inicial vergüenza y la hizo girar como una peonza ante la complacencia del resto .El mismo Yener suspiró aliviado, él era más serio que su compañero y más reacio al jolgorio. Pensaba que si a Larus le hubieran gustado las mujeres sin duda habría arrasado. Pero concluyó el baile y devolvió gentilmente a la chica a su lugar. Acto seguido hizo un dueto con otro chico, teniente como él y al parecer bastante buen “amigo”. Así se lo comentó Gina, que aun estaba recobrando la respiración. Yener sabía perfectamente que se trataba de un miembro de esa hermandad que Larus frecuentaba y a la que pertenecía según se enteró al poco de conocer su relación con Nerel y así se lo explicó a su invitada.
- Ese muchacho y algunos otros más, los que tocan y han ayudado a Larus a preparar esto son de la Hermandad Loi e loi.
-¿Qué significa? .¿Él y él?.- Tradujo la muchacha sin comprender -.
- Inventos natacliers que se han popularizado en todos los mundos de la Alianza. Digamos que cultivan amistades, aficiones y afectos entre las personas del mismo sexo - .Le matizó Yener con despreocupación para añadir -.Algunas mujeres de la flota pertenecen por su parte a la Doira int.
- ¡Sólo ellas –.Volvió a traducir Gina con una pícara sonrisa para deducir - .Que debe ser lo mismo, pero entre chicas!.
- Eso es - .Corroboró Yener -.
Y viniendo al caso se acordó de las alféreces Renar y Delaier. Ambas se sentaban a unas mesas de ellos y pensó que lo adecuado sería presentárselas a Gina pero no dio tiempo porque Larus, al parecer deseoso de ponerles más rojos que los colores de Yum, hizo presa de él y de Gina dirigiéndose a ellos y cantándoles una vieja canción. Que venía a decir así como. “Hay más que amor cuando un chico conoce a una chica”.
El resto del auditorio aplaudió y lo celebró con jocosidad. Por suerte, Larus cantaba lo suficientemente deprisa y con modismos del antiguo Yumcer como para que Gina no pudiera traducirla del todo y Yener, aliviado por eso, no sabía si estrangular o abrazar a su amigo. Al concluir su actuación recibió grandes aplausos y le dijo a Yener.
- He cumplido con mi promesa. Ahora, ¡a divertirse!.
Y se encaminó con sus amigos de la asociación, estaba claro que Yener no iba a ir detrás de él ahora. Ya le “agradecería” el gesto de la canción después. El homenajeado, en un impás de silencio musical, aprovechó para llamar la atención de ambas alféreces. Estas le vieron y como corresponde a la cortesía para con su anfitrión y superior, se dirigieron hacia él. Saludaron y tras el formalismo, Menra fue la primera en felicitarle de modo cordial. Jilia hizo lo propio con una media sonrisa de cortesía. Por su parte Yener les dio las gracias y las presentó a Gina. Ambas volvieron a saludar como correspondía a una dignataria extranjera, aunque ésta enseguida les dijo sintiéndose azorada.
-¡Sólo soy una mera agregada!, no me corresponden honores.
- En Yumlaiance somos muy formalistas - .Le respondió Jilia con voz cortés y más amable de lo habitual en ella -.
- Ya me he dado cuenta - sonrió la joven -.
- Aunque también sabemos divertirnos –.Añadió Menra con desenfado -.
Había hablado deprisa y la perpleja Gina se esforzaba por traducir, ya que la conversación se estaba celebrando en yumlaincer. Yener la ayudó aclarándole a Delaier.
- La agregada todavía no domina del todo nuestro idioma. Procure no hablar demasiado rápido.
-¡Oh perdón!-. Repuso Menra con la divertida expresión de Yener e incluso de Jilia, que sabía cuán difícil era para su amiga no arrancarse de carrerilla -.
- De todos modos se defiende muy bien - .Aseguró la propia alférez Renar y así era en verdad, ya que no gustaba de hacer falsos cumplidos -.
Justo entonces regresó Larus. Venía derrochando simpatía como siempre que se metía de lleno en una fiesta. De este modo incluso se atrevió a acercarse a las dos oficiales y proponerle a Menra. Para asombro de todos.
-¿Bailamos alférez?.
Esta dedicó una mirada atónita a su superior y otra de inmediato a su pareja, pero en esta ocasión Jilia no parecía estar preocupada y asintió con levedad .De este modo, mientras Delaier se movía con Larus en la pista, Yener hizo patentes sus anteriores pensamientos, más que nada para evitar que la alférez Renar se incomodase.
-¡Si a este Larus le gustasen las chicas, los demás no tendríamos nada que hacer!.
Jilia convino en eso casi sin darse cuenta asintiendo despacio. Gina lo notó pero creyó que sin duda daba la razón a su superior sin más .No contaba con oír las siguientes palabras de la muchacha, que más bien se dirigía a Yener con tono tranquilo.
- Por esta vez no me enfadaré. Se puede confiar en el teniente Daet, no me robará la novia.
Gina la observó desconcertada pero posiblemente su precario dominio del idioma le jugase una mala pasada. Estaba claro que no había entendido bien esa frase. Jilia se percató del gesto de la de Oumeya y no pudo evitar sonreír de modo fugaz, clavando en ella sus grandes ojos azules .Fue Yener el que, dándose cuenta también, le corroboró.
- Lo has entendido bien.
- La alférez Delaier y yo somos pareja.- Le confesó Jilia para agregar con curiosidad -.Quizás en su mundo no sea frecuente que dos mujeres mantengan ese tipo de relación.
- No, bueno, quiero decir si.- Pudo replicar esta cogida por sorpresa -.Me refiero a que también sucede y cada cual es libre de hacer lo que guste. Nosotros respetamos todo tipo de creencias e inclinaciones personales. Siempre que no vayan contra el resto de las personas.
La alférez Renar le dedicó ahora una mirada de aprobación. Le divertía también la timidez de esa muchacha y se daba cuenta de que el capitán estaba muy atraído hacia ella. ¿Por qué no?. Era su ocasión de comprobar hasta que punto aplicaba este sus propios consejos y no se cortó a la hora de decirle a la de Oumeya.
- Si hubiera sabido que las mujeres de su mundo son como usted, posiblemente no saldría con Menra.
Gina no pudo evitar enrojecer hasta las orejas .En esta ocasión no había duda de lo que le habían querido decir. ¡Aquello era una proposición más o menos encubierta!. De todos modos ella no tenía esos gustos. Yener observó atónito a la alférez, pero no era tan tonto como para no darse cuenta de lo que esta intentaba. Lo que Renar no sabía era que el blanco de su broma ya tenía novio. ¡Lástima tener que volver a recordarlo!. Y su respuesta fue una carcajada que dejó francamente sorprendidas a ambas chicas. Y culminó su contraataque agregando.
- Espero por su bien que la alférez Delaier no se entere de eso.
- No le diré nada si usted no lo hace –.Convino Jilia con un tono más relajado para añadir a modo de disculpa hacia la de Oumeya -.Confío en que no le haya molestado. Los yumlaincers solemos ser sinceros en ese tipo de cosas. Si alguien nos parece atractivo lo decimos, quizás no pensemos demasiado en si podemos violentar. No conozco las costumbres de su mundo, pero si la he puesto en una posición embarazosa le pido perdón.
- No, ni mucho menos - .Replicó Gina cuando comprendió del todo esas palabras -.
Jilia asintió dedicándole una breve sonrisa. Pensaba que esa chica era muy diferente a la mayoría de las que ella conocía. Y desde luego se daba plena cuenta de que no corría el menor riesgo de que el capitán Rant se tomase interés por Menra. Ésta y Larus precisamente regresaban del baile. La alférez Delaier tuvo que admitir que ese chico era muy buen bailarín y sobre todo buena persona. Durante algunos bailes más lentos, en los que incluso se agarraron pudieron charlar sobre cosas cotidianas, entre ellas, Menra le refirió el incidente con Yener en el gimnasio. Habían dedicado también su atención a Gina .Larus le contó a su vez que ella y el capitán Rant no eran más que buenos amigos. Se guardó mucho de desvelar los sentimientos de él hacia la chica. De todos modos, Menra tampoco era tonta. Cuando se unieron a los otros tres, la alférez Delaier reía animada al comentarles.
-¡El teniente Daet es incansable!.
-¡Eh Larus, acuérdate de tu nataclier y no me desorganices la flota!- .Le dijo Yener con jocosidad que contagió a todos los demás -.
El aludido iba a replicar cuando se escuchó la voz de uno de los allí presentes señalando a una gran pantalla.
-¡Allí está Yumlaiance!.
Y se elevaron aplausos y gritos de júbilo cuando una gran perla azul verdosa llenó el monitor .Todos sin distinción iluminaron sus rostros con sonrisas. Gina contempló también con admiración ese nuevo mundo para ella y alabó.
-¡Es muy hermoso!.
- Y más después de tanto tiempo -. Respondió Larus agregando.-. Siempre que lo vuelvo a ver siento una gran alegría.
- Tendrás muchas ganas de volver a tu hogar, es comprensible - .Sonrió ella haciéndose cargo perfectamente, lo mismo le sucedía cuando divisaba Oumeya al término de una larga patrulla -.
- Si nos disculpan - .Intervino Menra que había cogido de la mano a su compañera -.Nos retiramos ya, debemos prepararnos para el desembarco.
- Claro, la fiesta ya se ha terminado -. Aseveró Yener, que le explicó a la muchacha de Oumeya -. Estas celebraciones comienzan cuando queda menos de una jornada de aproximación y terminan cuando se divisa Yumlaiance desde la pantalla.
Gina se dio cuenta de que la mayoría de los invitados se iban marchando ya. Desde luego esas gentes eran pródigas en costumbres sorprendentes. Menra y Jilia se alejaron tras despedirse de ella cortésmente y a los pocos minutos sólo quedaban ella, Larus y el propio Yener.
- Supongo que todos estarán impacientes por bajar - .Comentó Gina con un suspiro -.
Larus asintió añadiendo, ahora con un tono más divertido.
- Y ya verás, ¡Yener está loco por llegar!
- Si, por su adiestramiento para el canto - .Afirmó Gina -.
-¡No sólo por eso! - rió su interlocutor dejándola sorprendida -.Es que las finales de la mega liga de basket comienzan dentro de pocos días. ¡Es un fanático del deporte! .Seguro que en cuanto lleguemos a Yumlaiance irá de cabeza a por las entradas.
La muchacha se rió también, desde luego aquello era algo bastante trivial. Sería una broma de Larus. Aunque para su sorpresa Yener asintió confesando su “delito”.
- Es verdad, y dentro de pocos son las semifinales. Y os vamos a machacar - .Afirmó con una sonrisita triunfal -.
- De eso nada - .Negó Larus -.Esta temporada la ganamos nosotros.
-¡Venga ya!.- Exclamó Yener rebatiendo con sorna -. No tenéis nada que hacer .Os llevamos ventaja de campo.
-¿Qué te apuestas?- .Le desafió Larus con gesto divertido -.
- Una cena en Dumlans cuando os hayamos machacado.
-¡Hecho!- .Convino su amigo dándole la mano -.
-¿Pero qué estáis haciendo?.- Quiso saber Gina mirándoles alternativamente sin poder creer lo que oía -.
- Una apuesta - le explicó Yener a sabiendas de que estaba claro -.A ver cual de nuestros dos equipos gana la liga.
-¿Y si no ganase ninguno?,- les preguntó Gina pensando que debían tener en cuenta esa posibilidad -.
Ambos amigos hicieron un aspaviento al unísono dando eso por imposible .Gina les observaba perpleja .En cuanto se ponían a discutir sobre deporte de competición eran como niños .Incluso Larus se estaba comportando igual que su amigo.
- Lo malo - declaró este sacando a la muchacha de sus reflexiones -es que yo me iré a Guadail a ver a mis padres, no podré ver tu cara en directo cuando perdáis.
-¡No te lo crees ni tú!- .Exclamó Yener -.Pues yo pienso ir a ver en directo como os aniquilamos .Tendréis que jugar en el Realem.
- Me da igual, hemos ganado en vuestra cancha.- Opuso Larus -.
- Y nosotros en la vuestra muchas más veces aun.- Contestó su amigo casi con tonillo de reproche infantil -.Y en cuanto lleguemos y te instales te llevaré al estadio y te quedarás impresionada- .Afirmó ahora Yener dirigiéndose a Gina con vivo entusiasmo -.
- No sé si podré - objetó la chica con gesto de estupor -.No sólo tengo que instalarme, he de ver si mi embajador necesita que le ayude con los primeros contactos...
- No le hace falta, hablaré con él - .Sonrió Yener con picardía -.Le pediré permiso para mostrar a su ayudante Gina Larans zonas de interés cultural y costumbres sociales básicas de Yumlaiance que ayuden al mejor entendimiento mutuo entre ambos mundos.
-¡Jo, qué cara tienes! - .Le reprochó humorísticamente Larus agitando la mano -.
- Bueno - .Repuso su amigo ahora más serio -.Sólo tendré tres días para hacerlo, después debo comparecer en el monasterio para retomar mi aprendizaje. Así que bajaremos juntos al planeta y en cuanto estés en tu residencia ya hablaremos. ¿Vale?.
- Si claro - asintió Gina contenta en el fondo de la compañía del yumlaincer -.
-¡Entonces todo listo!, ¡volvamos cada uno a nuestro camarote! y ¡tened vuestras maletas preparadas que enseguida bajaremos! - .Exclamó Yener con visible impaciencia por hacerlo -.
Larus y Gina se miraron sonriendo y decidieron hacer lo que su amigo les había pedido. En pocos minutos la flotilla estaba enviando ya sus lanzaderas de aterrizaje al planeta .En una de ellas iban los muchachos .Para Yener y Larus esto era la vuelta a casa, para Gina quizás el comienzo de una etapa en su vida.
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