sábado, 5 de marzo de 2011

UNC 54

27/Capitulo 54.A veces es difícil mantener la compostura.


Ya listo para la cena Yener se encaminó a reunirse con su padre y Erel .Iba todavía con su uniforme de gala. La situación lo exigía .Esperaba pasar una velada más bien aburrida y pródiga en elogios a su persona aunque eso no le interesaba demasiado. Lo que verdaderamente le importaba era ayudar a su hermano y a su padre. Según éste último le dijo, Erel se había tomado mucho trabajo y esfuerzo para organizar aquello y se merecía tener éxito. De esta forma salieron por una puerta secundaria de palacio metiéndose directamente en un deslizador, de este modo evitarían a los numerosos informadores. De hecho, Yener llegó al restaurante semi escondido para rehuir también el acoso de las gentes. Salió del vehículo oculto tras una larga túnica .Una vez dentro del local se la quitó siendo recibido por el propietario en persona, un hombre más bien bajo y regordete que le dijo con palpable entusiasmo.


-¡Es un gran honor para nosotros tenerle aquí general! . Pase, su familia y el resto de invitados le esperan con impaciencia


Aunque eso le sonaba a hechos consumados por parte de su padre y de su hermano, (posiblemente ambos habían prometido su asistencia antes de preguntarle). Yener lo dejó estar y asintió siguiendo a ese tipo por un largo y muy bien iluminado corredor profusamente decorado con el arte más valioso. El recorrido terminaba ante una puerta de color roble y sobrio diseño que estaba, en cambio, engalanada con lindas filigranas en oro y rubí. El dueño la abrió y tras ella se escucharon aplausos que Yener recibió más atronadoramente aun según entró, a la vez de vítores aludiéndole...


-¡Viva el héroe de Yumlaiance! .- Exclamó uno -.
-¡Salve al gran Maestro del Kail! - . Gritó otro -.


Limitándose a agradecer los cumplidos con unas leves inclinaciones de cabeza y medias sonrisas, Yener se dirigió hacia su padre y su hermano, que vestían tal y como fueron a verle a palacio, etiqueta al modo yumlaincer, es decir gran chaqueta roja con bordados de oro y pantalón negro. Estos le fueron presentando a los diferentes invitados. Casi todos eran hombres muy ricos, propietarios o accionistas muy importantes de muchas empresas punteras de su mundo. Hechas las presentaciones se dio inicio a la cena y al término de ésta se hicieron brindis por la paz, por los héroes de Yumlaiance y por la futura prosperidad del planeta. Sin embargo hubo uno que no gustó mucho a Yener .Lo hizo un tipo de pelo engominado y oscuro, de mediana edad y propietario mayoritario de las fábricas de metales y aleaciones espaciales de Yumlaiance .Que expresó lo siguiente:


- Por la renovación de la destruida flota Yumlaincer, cuyo sabio gobierno nos ha encomendado la fabricación de los materiales bases para sus nuevos cruceros.


Casi todos los allí presentes levantaron sus copas, tenían mucho que ganar con eso .También era dueños de astilleros galácticos y pertrechos varios .Erel sentado junto a su hermano se percató de que a éste no le había hecho demasiada gracia aquel comentario .Y verdaderamente lo comprendía. Por desgracia parecía que su padre y el resto de los comensales no, así que uno de ellos, un tal Gabristed, directivo principal de los astilleros de Portduraior, le comentó.


- General. Estoy seguro de que los bravos militares de nuestro mundo como usted tendrán muchas ganas de recuperar sus naves .¡Si señor!, unos valientes guerreros como ustedes no pueden estar indefensos.
- No le comprendo- .Contestó Yener fingiendo realmente no saber a qué podía referirse ese hombre. Un idiota ambicioso en su opinión y de miras bastante menos patrióticas de lo que pretendía dar a entender, según su percepción -.
- Está muy claro- sonrió éste manteniendo ese cargante y artificioso tono jovial -. Cuando nos pongamos a trabajar les dotaremos de unas naves mucho mejores y más poderosas de las que tenían antes.
- Yo preferiría que la paz fuera muy duradera y que no nos hiciesen falta tantas naves de combate - .Respondió Yener dejando a todos muy sorprendidos -.


Uno de los que reaccionó con más naturalidad, aunque bien fingida, fue un tal Higers otro empresario dedicado a la fabricación de motores energéticos que impulsaban a las naves y hacían funcionar su armamento .De hecho, se había enriquecido considerablemente al obtener las concesiones para fabricar los nuevos escudos de energía y los torpedos de positrones que reequiparían a la flota.


- Son ideales muy nobles, desde luego - repuso de forma conciliadora -.Estamos seguros de que usted general ansía la paz tanto como nosotros. Por ello es fundamental que nuestro ejército y nuestra flota estén bien dotados de los medios que la hagan posible.
- Si- .Convino un tipo de nombre Ulids, otro magnate de las finanzas que había resultado muy bien parado con las nuevas inversiones gubernamentales -. Tendremos nuevas naves, nuevos pertrechos y nuevos oficiales que saldrán de la academia con rapidez para ir sustituyendo a los que perdimos .Y pronto seremos tan poderosos como antes. ¡Qué digo tanto!, ¡mucho más!.


Sus colegas recibieron con unos improvisados aplausos aquella perorata que terminó por colmar la paciencia de Yener. Éste se levantó de su lugar haciendo que todas las miradas se posaran en él.


- Si me disculpan un momento- les pidió tratando de dominar su indignación- .Me gustaría charlar con mi hermano y con mi padre, son motivos familiares que he recordado y de los que no he podido aun informarme.


Pese a que eso era bastante irregular en una celebración como esa a nadie se le ocurrió molestarse por ello. Es más, enseguida se escucharon voces alentadoras y comprensivas...

- Vayan, por favor, hablen tranquilamente de lo que sea.
- Es verdad .No habrá tenido ni un respiro desde que llegó de regreso, ¿verdad general?


Erel y Nevis se levantaron a su vez sin poder apenas disimular su extrañeza, aunque sonrieron y el hermano pequeño de Yener trató de justificar la situación declarando con un intento de naturalidad aceptablemente interpretado.

- Es que mi hermano y yo nos vemos muy poco. Quien sabe si tras esta cena él tenga que irse rápidamente a cumplir con otra misión.


Aquella colección de especuladores asintió comprensivamente adornando sus caras con forzadas y estereotipadas sonrisas. Así pues, los tres miembros de la familia Rant se dirigieron a un salón aparte del bullicio .Una vez estuvieron dentro, Erel cerró cuidadosamente la puerta con el tradicional pomo, ya que era un salón de corte histórico y no poseía cédula automática. Allí era todo muy solemne y tradicional, pero también fingido. Y eso era lo que más molestaba a Yener. Y cuando su padre y su hermano le miraron en demanda de una explicación, Nevis le inquirió aun con sorpresa.


-¿Se puede saber a que ha venido esto hijo?.
- Esos payasos me enferman - respondió Yener con dureza - .No puedo permanecer ahí ni un minuto más o le partiré la boca al siguiente que suelte cualquier otra estupidez.
- Pero Yener- se escandalizó su padre que no podía hacerse una idea de aquel, a su juicio injustificable enfado- .Son los hombres más ricos y poderosos de nuestro mundo y te están profesando un trato exquisito .No han dejado de alabarte en toda la noche. ¿Qué tienes en su contra?.
-¿Qué, qué tengo en su contra?.- Inquirió Yener a su vez entre atónito y furioso- .¡Sólo les preocupan sus malditos negocios, nada más! .Ni el honor ,ni el valor, ni el esfuerzo ni el sacrificio de vidas que hicimos en defenderles. ¡Son unos mal nacidos y unos bastardos! .Hablan de los hombres y mujeres que murieron en la batalla como si de meros objetos se tratara que pudiesen ser repuestos sin más. Son todo lo contrario a lo que mi Orden del Kail y el ejército de nuestro mundo representa.
- Pero hijo- .Trató de rebatirle Nevis con gesto perplejo -. Posiblemente les hayas interpretado mal. Solo esperan que nuestra flota sea más fuerte que antes, para que estéis más seguros. Para que todos lo estemos.
- Papá, creo que Yener tiene razón - .Convino Erel para sorpresa de su padre, agregando de seguido con ánimo de disculparse por él y su progenitor - .Lo siento hermano, pero comprende nuestra situación .De haber sabido que iban a ofenderte tanto no te habríamos pedido que vinieras. Nos queda poco,¡ por favor!, aguanta un poco más y luego con cualquier excusa te marchas.


Nevis apenas podía dar crédito a lo que oía. Pero si Erel, que era mucho más afín a sus propias formas de ver las cosas se dirigía así a su hermano mayor, debería existir una buena razón de fondo. Sabía que Yener era orgulloso. Al menos Nevis siempre lo pensó. Y mucha culpa de ello la tenía su madre que le había llenado la cabeza con la gloriosa tradición de la rama D,lal. Cuyo apellido y ¡Oh maldita casualidad!. Precisamente significaba gloria. Ahora, después de tantos honores y ascensos no era de extrañar que su hijo se apegase aun más a su papel de defensor de la historia y que despreciase en mayor medida a los que, según su padre, realmente hacían avanzar su mundo con su capital, sus ventajosas exportaciones y sus inversiones en todo tipo de tecnologías y adelantos. De modo que empleando su mejor tono de conciliación le dijo a su idealista hijo mayor.


- Si Yener, no te cuesta nada ser amable con ellos al menos fingirlo- .Sonrió su padre tratando de serenar los ánimos para añadir - .Para alguien que ha engañado a los mismísimos Nephralers, no será difícil hacerlo con unos pobres y laboriosos empresarios.


Desde luego eso no le sentó nada bien a Yener que replicó con tinte sarcástico y duro al tiempo.

- Si tengo que decirte la verdad. Casi respeto más a los Nephralers que por lo menos creen verdaderamente en algo. Aunque sea en destruirnos por vengar su derrota de hace siglos. En estos “ pobres y laboriosos empresarios”, como tú les llamas, solo siento sed por el dinero y el poder, a cual más ambicioso, ¡me dan asco!.
- Pero ,¿cómo puedes decir una cosa así?.- Exclamó Nevis quién juzgaba esto como inadmisible -. ¡Tú, que eres un maestro del Kail de Somer!.
- Precisamente por eso. Pero olvídalo, tú no entenderías - .Sentenció desanimada y reprobatoriamente su hijo cruzándose de brazos -.
- Mira Yener, ya está bien, ya estoy harto de tu actitud.- Estalló Nevis visiblemente enfadado ahora -. Siempre te has creído por encima de nosotros con tus ideales y tus valores de tiempos pasados. ¿Qué te crees que somos nosotros, desalmados que no se preocupan del bienestar de nuestro planeta? .De no ser por gente como la que está ahí dentro todavía andaríamos a caballo y peleándonos con lanzas -Yener se giró para no tener que seguir oyendo más aunque su padre dio rápidamente la vuelta para añadir -. Ahora escúchame y no me des la espalda…
- NO, escúchame tú, -. Replicó airadamente el chico enfrentándo su mirada a la de su padre -. No me creo por encima de nadie, lo único que ocurre es que no quieres ver el ansia de codicia que tienen esos malditos parásitos. Te aseguro que si hubieses visto morir a chicos y chicas delante de ti cuando nuestra nave se agrietaba y saltaba en pedazos a causa del fuego enemigo no dirías esas estupideces. Dices que gracias a ellos no luchamos con lanzas, es verdad, ahora tenemos arsenales capaces de destruir un planeta entero. Y, por si no lo sabes, de no ser por los Monjes del Somer, o por los caballeros de Saga o los magos de Esil ahora ni siquiera estaríamos haciendo nada porque los neprhalers nos habrían exterminado a todos. Hay muchas cosas que tú no sabes. Y que esos imbéciles llenos de autocomplacencia no saben, de saberlas no estarían ahí tan contentos brindando, estarían escondidos en un sótano dentro de sus casas.


Yener tuvo que controlarse para no continuar, sabía que más allá podría revelar cosas que nadie, salvo aquellos autorizados, podía conocer. No obstante esto hizo que su padre silenciara cualquier otro argumento que pudiera oponer, jamás había visto a su hijo en ese estado y llegó a asustarse.


- Por favor, vamos a dejar este tema ¿eh?.- Les pidió Erel cada vez más inquieto y asustado también ante lo que parecía una nueva discusión (y de las gordas, quizás la mayor que jamás hubieran tenido). Entre su padre y su hermano -No ganamos nada enfadándonos entre nosotros .Volvamos a la cena y tratemos de ser sociables. Luego ya se verá.
- Será lo mejor - .Acordó su padre dirigiéndole a Yener una mirada de contrariedad pero sin atreverse a más -.


Éste no se la devolvió de mejor talante y los tres volvieron a terminar con los magnates la tertulia que estos seguían celebrando en su ausencia. Llegaron justamente cuando se discutían los costes del rearme de la flota. Uno de los contertulios exclamaba de modo efectista en cuanto se percató de que los Rant regresaban.


-¡Nada de eso! para nuestros valientes soldados no se debe reparar en gastos. Yo digo que deben disponer de lo mejor.
- Pues claro- .Convino otro de ellos- .¿Cómo sino iban a defender nuestro planeta y sus rutas comerciales?. ¿Verdad general?- .Añadió dirigiéndose a Yener que apenas si podía observar a sus anfitriones sin fulminarles con la mirada -.La obligación ha de cumplirse con las mayores facilidades posibles.
- Verdad - repuso secamente éste que dijo con remarcado sarcasmo, aprovechando además esa última intervención - .Y la obligación me recuerda que debo presentarme a mi Maestro .Hay muchas cosas que debo aprender para seguir defendiéndoles y para que el bienestar de nuestro planeta avance aun más, caballeros si me disculpan, ya he abusado mucho de su tiempo. Ha sido un placer.


Por fortuna para el envarado Erel, el interlocutor de su hermano, lejos de detectar aquel tono lleno de sarcasmo y aspereza, incluso le sonrió complacido respondiéndole.


- Vaya se lo ruego. Nadie de entre nosotros le va a impedir a un Maestro del Kail que continúe su preparación que tan buenos servicios ha hecho a nuestro mundo.
- Está claro que usted sabe bien a lo que nos referimos- .Afirmó otro con satisfacción -.
- No le quepa duda -. Sentenció Yener logrando con dificultad que su tinte de voz no estuviera cargado de aquel profundo malestar que le colmaba la paciencia -.
- Con jóvenes como usted nuestro planeta está en buenas manos. Quién sabe general, quizás algún día, podría usted dar el salto a la política, contaría con mi voto.- Le halagó(o al menos eso creía) Higers.
- ¡Y con el mío! –. Corroboró otro empresario llamado Tireg -.



Todos asintieron con las mismas caras de cretinos. Yener se levantó saludando con la cabeza y se despidió deseando estar a mil radits de allí. Erel se levantó tras él y le siguió hacia la salida, pretextando despedirle pero queriendo en realidad disculpar lo indisculpable. Su propio hermano le detuvo cuando se acercaba diciéndole con voz irónica.


- Espero que papá y tú firméis muchos contratos.


Erel no supo que responder mientras veía alejarse a su hermano .Lo cierto es que a éste no le faltaba la razón .Esos tipos era unos imbéciles pero los negocios eran los negocios .Suspiró resignado volviendo a la mesa de encuentros y ofreciendo la mejor de sus falsas sonrisas.


Yener por su parte volvió a salir de riguroso incógnito. Ya era de noche aunque eso carecía de importancia pues las potentes y abundantes luces de las calles en Dumlans iluminaban como si del día se tratase. Aunque casi no le importaba ya ser reconocido .Lo único que deseaba era reunirse con su maestro para tener una larga conversación. Desahogar quizás toda la rabia que ahora le consumía. Pero de momento lo mejor que podía hacer era irse al hotel y descansar hasta el día siguiente...



Por la mañana Gina se despertó temprano tenía una agitada jornada por delante y el tiempo le iba muy justo .Tras concederse unos tres cuartos de hora para despertarse bien, desayunar y adecentarse, se incorporó a su trabajo .A primera hora debía ayudar a su embajador a preparar discursos y otros actos protocolarios. Después asistir a ellos para intercambiar un montón de acuerdos y saludos .El día fue pasando deprisa y ella se afanó en todas esas cosas que la dejaron ya en la tarde con un nutrido grupo de llamadas que hacer, entre estas una a sus propios familiares. Por canal subespacial envió saludos a Peter y a sus padres .Y una vez terminado todo, ya anocheciendo, se permitió un merecido reposo.


- Como envidio a mi hermano y a Yener, ellos ahora estarán pasándolo bien con sus permisos y los agasajos que habrán tenido.- Se decía ya en la soledad de su cuarto -.


Por su parte Peter y Kyra pasaban en verdad unos días muy agradables .Con las vacaciones habían salido varias veces juntos y mientras Gina se encontraba trabajando en su legación ellos se tumbaban plácidamente sobre uno de los parques naturales de Oumeya. Próximo a su gran lago. Peter acariciaba descuidadamente el pelo de la chica en tanto le comentaba relajado.


- Esto es vida, ni misiones desesperadas, ni salidas contra reloj. Parece que nunca hubiese existido el peligro ni el combate.
- Eso me parece a mí también,- suspiró ella guardando unos segundos de silencio, parecía pensar si decir la siguiente frase hasta que finalmente se decidió - .Me han ofrecido un puesto en la Academia...como profesora.
- Es una oferta muy buena- admitió Peter que razonó - .Además estarías a salvo del riesgo de las misiones.
- Si, lo que ocurre es que no sé si me gustará estar a salvo de eso. Es riesgo pero también es aventura.- Arguyó ella -.
- Si te soy sincero, siempre que hemos estado juntos me he sentido protegido con alguien que me comprendía muy bien.- Le confesó él- .Incluso desde aquella vez en la Academia. Cuando nos conocimos allí.
- Fue una época muy divertida- convino ella con una sonrisa, rememorando a su vez no sin humor y un ligero toque admonitorio -.Al principio te reías mucho de mí y de mis presentimientos.
- Bueno- . Intentó justificarse Peter -, reconoce que parecías un poco rara.


Recordando aquellos momentos, Kyra se trasladó allí con la memoria y su pensamiento .Era una jovencita recién llegada desde la Tierra que empezó el curso en la academia que poseía ésta .Más tarde hicieron un examen de promoción. Los mejores estudiantes tendrían el privilegio de ir a la Academia de Oumeya considerada la mejor de todas .Ella logró entrar en los diez que consiguieron la plaza .Viajó allí y se instaló en su nueva residencia a la espera de comenzar el curso. Lo hizo sentándose en una de las sillas centrales más cercanas al estrado del profesor. Repasaba su material y sus apuntes cuando escuchó voces de los demás alumnos que entraban, una de entre ellas le llamó la atención.


- ¡Pues sí, mi padre me ha aconsejado que sea más juicioso, ja, ja!.
-¡Cómo es tu padre, Peter! - rió otra voz masculina- .Si el año pasado lo sacaste casi todo con sobresalientes. ¡Ya quisiera yo igualar tus notas!.
- Bueno, será porque mi padre y mi madre todavía las tenían mejores .Pero no es que me lo dijera exactamente por mis calificaciones .Se refería a que dejase de ir a la busca de aventuras.
- Es cierto, creo que te llamaron la atención por coger un vehículo de patrulla.
- Tampoco lo cogí en el estricto sentido de la palabra- .Se defendió el muchacho- .Sólo prolongué mi horario de prácticas.
-¿Y qué esperabas encontrar en las lunas de Calies?.- Rió ahora su compañero -.
- Aventuras, Gordon, qué sino, aventuras,- repuso éste remarcando la palabra -.


Ambos se dirigían precisamente hacia donde se sentaba Kyra .Peter al verla allí sentada le dedicó un saludo bastante amable a aquella morenita de piel color canela clara y suave de finos rasgos, cuyos negros ojos le miraron inquisitivamente.


- Perdón señorita .Pero creo que está usted sentada en mi sitio.
- No lo sabía, pensaba que no tenía dueño.- Respondió azoradamente ella- .Pero ahora mismo me cambiaré si le molesto.
- No, ¡que va! no me molesta para nada - .Se apresuró a replicar él, que buscó su tarjeta de plaza en tanto argumentaba en pro de mostrar realmente que el lugar era el suyo - .Aquí tengo el número de pupitre exacto .En cuanto encuentre la tarjetita claro.
- Creo que te las has dejado en tu estancia, si puedo tutearte.- Añadió Kyra más distendida -.
-¿En mi estancia?.- Sonrió él con incredulidad -.
- Si, ¿cómo puedes saber eso?- .Terció Gordon mirándola extrañado -.
- Es que tengo ciertos dones - .Les explicó algo tímidamente- .Pero sé que me dices la verdad, no pasa nada por que no puedas mostrármela ahora. Me cambiaré y ya está.
- No, no faltaba más- declaró Peter con amabilidad -.Sería una descortesía, ahora que nos hemos conocido, el hacerte levantar de ahí. Por cierto, ¿Cómo te llamas?.
- Meredith Camtbell - .Repuso ella matizando acto seguido con más familiaridad, pero mis amigos me llaman Kyra.
- Yo soy Peter Larans, Peter para los amigos .¿Qué tal?.- Sonrió él ofreciéndole su mano -.


Gordon también fue presentado y los tres charlaron durante unos minutos antes del inicio de las clases. Kyra les contó que provenía de la Academia Terrestre y ellos le dijeron que eran natales de Oumeya. Así fueron trabando amistad .Los muchachos fueron tomando en cuenta los dones de la chica pues efectivamente la tarjeta de Peter se hallaba en su habitación. Y tras esa acertada intuición vinieron otras muchas, entre ellas las de adivinar muchas preguntas de los exámenes. En una ocasión, estudiando juntos con un grupo de compañeros, Gordon le preguntó.


- Oye Kyra, ¿si presientes las respuestas de los exámenes para qué demonios estudias todo el temario? .Bastaría con aprenderte lo que vayan a preguntar.
- Si,- convino otro- .Dinos lo que va a caer y lo repasamos todos.
- Prefiero estudiarlo todo- contestó ella esbozando una ligera sonrisa y añadiendo- .Además no es que sepa lo que van a poner, tengo una idea aproximada del sentido del examen, nada más.
-¡Pues menuda una bruja que estás hecha! - .Rió Peter provocando la carcajada general y apuntillando su intervención con la pregunta de - .¿Por qué no te aprovechas más de tus dones?. Yo lo haría.
- No sería justo Peter- .Repuso ella- .Si hiciera eso me estaría engañando a mí misma.- Y agregó con palpable aprobación, casi maternal -. Y sé que tú tampoco lo harías.

El chico se calló visiblemente desarmado por la franca confianza de ella.

- Vamos- intervino otra compañera con tono de incredulidad -. .Nos vas a decir que no repasas especialmente aquello que sabes que entrará.
- Admito que siempre dedico más tiempo a lo que instintivamente me parece más probable, pero sobre todo, estudio lo que creo más importante.- Quiso explicar Kyra -.
- Pues yo opino que con saberte lo que tú intuyas ya no tendrías que estudiar más -. Terció otro chico que parecía dar a entender su reprobación con una objeción del tipo de -.¿Por qué te complicas la vida sin necesidad?.
- Porque pienso que en el futuro voy a ser una oficial de la patrulla de Oumeya y quizás muchas vidas dependan de que yo sepa tomar las decisiones correctas en los momentos oportunos. Y esas decisiones deben estar basadas en mis conocimientos .¿Qué ocurriría si cualquiera de vosotros tuviera que decidir una acción y no contase con la información adecuada para hacerlo?.¿Querrías que a vosotros mismos, o a alguno de vuestros seres queridos les socorrieran patrulleros que se hubieran graduado en esas condiciones?.- Les interrogó la muchacha con serenidad, aunque haciendo evidente un sentido de reproche que todos pudieron captar -.


El grupo entero no supo que responder. Todos guardaron un incómodo silencio hasta que Peter tomó la palabra arguyendo con agudeza y de modo leal, sin ninguna sombra de ironía.

- Pero si eres capaz de intuir correctamente las preguntas del examen, también podrás saber lo que hacer en cada situación...
- No es tan sencillo - .Replicó la chica que dijo de modo llano y modesto - mis presentimientos no acuden a mí cuando yo lo deseo.
- Anda que - .Sonrió Peter, bromeando de nuevo - .Si que eres extraña ,¡una bruja honrada!.


Hubo más risas aunque el chico añadió conciliatoriamente, en cuanto estas bajaron de tono...


- Aunque tienes razón .No sería ni justo ni seguro para el resto de las personas que dependerán de nosotros....


Peter sonrió asintiendo cuando recordó también aquello.


- Eso fue una de las primeras cosas que me gustaron de ti- le confesó a la chica -.
-¿Y cuál fue la primera?.- Quiso saber ella con visible curiosidad -.
- ¡Pues que estás muy buena!- sonrió él ganándose un capón- .Vale, no te enfades, y dime que fue lo primero que te gustó a ti de mí.
- La verdad- .Sonrió ella encogiéndose de hombros- .Es que en un principio me parecías un tipo gracioso. Luego vi que tenías buen corazón y una mirada sincera .Y más tarde cuando tu hermana entró en la Academia me hice buena amiga suya. Para que me contase cosas de ti...
- Al menos no me leíste el pensamiento. ¿O lo hiciste?.- Quiso saber él con un tono gracioso que no llegaba a ocultar del todo su interés por saberlo -.
- A veces - Fue la evasiva respuesta, con un tinte juguetón y divertido en la voz de ella -.
-¡Oye!, ¿cómo que a veces?, ¡yo que pensaba que ibas a decirme que no! - .Exclamó Peter de modo fingidamente grandilocuente- ..
- Sólo tus emociones más claras, cuando estabas contento, enfadado, triste, esas cosas. No lo que pensabas exactamente - .Se defendió ella mientras trataba de escapar a las cosquillas que él le hacía, logrado esto hubo unos instantes de tregua en los que ella agregó de modo reflexivo ante la atenta mirada del chico - .Pero tus vivencias, tus anhelos y tus sueños, no los puedo adivinar. Lo único que deseaba era compartirlos.
- Pues ahora tendremos tiempo de hacerlo - .Le susurró él -.


La muchacha asintió, si hubo algo que realmente le atrajo de él de modo irresistible era aquella capacidad de Peter para suavizar y hacer de las cosas algo cotidiano y desenfadado cuando lo requería la ocasión y por el contrario, de ponerse serio en otras situaciones que lo demandaban. Kyra debía reconocer que, en un principio, su llegada a la academia no fue demasiado placentera. Aquel era un sitio extraño y nuevo para ella y sus dones, contrariamente a lo que pudiera parecer, no contribuían a hacérselo mejor. Muchos de sus compañeros recelaban de ellos cuando se enteraban. O bien temían que ella los usara para tomarles ventaja o pensaban que era tonta por no hacerlo. Algunos incluso la tildaban de hipócrita al no reconocer que lo pudiera estar haciendo y lo negase. Eso no era nuevo para la muchacha, ya en la Tierra había sufrido situaciones similares que la obligaban a mantenerse a la defensiva en muchas ocasiones. Por el contrario, Peter siempre había confiado en ella y jamás le había propuesto en serio que se sirviese de su capacidad para algo que no fuera honrado. Muchas veces, eso sí, se limitaba a pincharla y a tomarle el pelo, pero reía con ella y se reía de sí mismo y de sus bromas, cuando Kyra fruncía el ceño. Con él y con Gordon y Gina pudo ser ella misma y entablar unas amistades sin segundas lecturas ni condiciones. Una relación en lo que lo más importante para sus amigos era ella y no sus dones. Una comunicación basada en la verdad y la confianza mutua. Peter y los otros nunca le preguntaron de donde era ni como había llegado a poseer esas capacidades, fue la propia Kyra la que alguna vez esbozó algo, pero siempre por propio deseo. Después, cuando descubrió realmente quién era ella en sus charlas con Enil, nada cambió con sus amigos. Bueno, con Peter si. Realmente no podía estar segura de cual fue el momento en el que se enamoró de él. Quizás nada más conocerle, pero no estaba segura de eso. En honor a la verdad, como era su norma, debía de reconocer que, aunque eso de flechazo sonaba muy bien, lo suyo había sido más bien producto del roce, un cariño que aumentaba día a día y que se intensifica hasta llegar a convertirse en amor. Desde luego, la atracción existía desde el principio entre ambos, pero por si misma, eso no justificaba nada más elevado. Lo que en opinión de Kyra fomentó su unión era aquel espíritu de camaradería y la amistad, la confianza y el ideal compartido. Y no podía negar que al principio estuvo confusa. Precisamente por lo bien que congeniaban se negó a pensar que hubiera surgido el amor. Posiblemente podría haberlo confundido con el aprecio y durante mucho tiempo se cuidó de mostrarle al chico nada que evidenciara ese sentimiento hacia él. No obstante debió de hacerlo a los ojos de Gordon y Gina que supieron verlo con claridad y eso ayudó a disipar sus propias dudas. Con todo, de no ser por aquella situación límite cuando fueron abatidos por los androides, quizás no se hubiera atrevido a revelarlo. Y aun así, una vez libres y juntos, necesitaron el último empujón de la batalla para sincerarse el uno con el otro. Pues ni siquiera con sus dotes de telepatía, o quizás precisamente por ellas, había podido Kyra saber a ciencia cierta si él sentía lo mismo. La propia muchacha se bloqueaba cuando estaba tentada de indagar en su mente. Posiblemente era una censura inconsciente, o el miedo a descubrir algo que no fuera lo que ella deseaba, lo que la frenaba siempre. Pero ahora se alegraba de que todo eso ya estuviera superado y de que ambos tuvieran la oportunidad de ser felices como pareja. Aquel era un nuevo mundo de emociones por explorar y deseaba hacerlo con todo su corazón.


Peter pensaba en ella como en una chica fascinante, misteriosa y encantadora. Al principio una buena amiga e incluso confidente de muchas cosas. Pero él por entonces no pensaba mucho en mujeres y sí en graduarse y vivir aventuras. Le encantaba cuando ella le miraba con esos profundos ojos negros, transmitiéndole esa serenidad y confianza. Y por supuesto que disfrutaba mucho cuando Kyra le mostraba sus facetas más humanas y naturales, (aunque lo hiciera pocas veces). Cuando él bromeaba o la hacía reír o rabiar, según. Con sus ocurrencias. Ahora sabía que siempre se sintió atraído por ella, nada más verla. Pero su sentido del deber se había impuesto, primero debía ser oficial, después, ambos patrullaban juntos y no debían comprometer su labor. Y sobre todo, aunque no quisiera admitirlo, temía que la chica solo le considerase un buen amigo, y que se sintiera incómoda si él creía que pudiera existir algo más. Peter llegó a preguntarse seriamente si ella no le habría leído la mente y aunque se lo planteaba siempre con tinte de broma, había una sombra de temor y seriedad implícita en la cuestión, que a buen seguro Kyra habría detectado. Tuvo que ser ella la que admitiera su amor con ese beso desesperado y la tristeza que reflejaron sus ojos cuando caían sin control hacia ese mundo desierto. Y después el miedo y el deseo del propio chico por rescatarla de sus captores, lo que clarificó las cosas para Peter. Y ahora que todo eso estaba superado y que estaban juntos, aprovecharía bien el tiempo y recuperaría todo lo que habían dejado pasar.


Y ambos se miraron a corta distancia uniéndose en un prolongado beso...


De mañana en Yumlaiance y paralelamente a todos estos acontecimientos Yener se levantó y marchó a la estación, quería volver a su casa, para, desde allí, emprender viaje a Somer. Estaba bastante contrariado por lo sucedido la noche pasada y además quería conocer las respuestas a muchos interrogantes .Aunque antes de eso se pasaría a ver a Gina .La muchacha no había dado señales de vida desde que volvieron. Estaba claro que ambos tenían muchas obligaciones que atender, pero esa mañana confiaba en poder encontrarse con ella. Desgraciadamente cuando llegó a la embajada le dijeron que Gina había salido. Era una lástima pero el chico no quería demorar su viaje por más tiempo. La llamaría desde casa .Eso pensaba en tanto abordaba el deslizador que le conduciría al domicilio de sus padres...



Y las cosas discurrían así de un modo tranquilo, la vida recobró la normalidad tras la gran batalla contra los androides y en el sistema de Oumeya y sus aliados todo marchaba de maravilla. También en Yumlaiance y los restantes mundos de la Cuádruple Alianza se respiraba la paz y la seguridad. Después de todo el emperador de Yumlaiance bien podía tener razón. Ya había sucedido otras veces, algún que otro conflicto o problema a escala interplanetaria que se resolvía y que daba paso a generaciones enteras de paz y progreso. La última vez, y siendo una situación mucho menos grave que la acaecida ahora, habían pasado casi cien años desde que la almirante Boumt puso fin a la guerra fronteriza forzando el bloqueo nephraler. Desde ese momento, tensiones políticas aparte la vida había discurrido sin ese tipo de problemas. Eso era tanto tiempo que solo los más ancianos de entre los yumlaincers recordaban aquello en tiempos de su temprana juventud. ¡ Ojala que los niños y niñas de hoy nunca volvieran a vivir una situación semejante!.



Aunque esto no era una regla fija y siempre podrían producirse salvedades con forma de problemas y amenazas más veladas que las anteriores y precisamente por ello, mucho más peligrosas. Sabido es que hay enfermedades que en un primer momento no presentan síntomas pero que no por ello dejan de avanzar y extenderse poco a poco. Pero para combatir algo como eso, habían existido y existían personas que se mantenían en constante alerta, sin dejarse engañar fácilmente. En tanto que la gran mayoría no se apercibe de ello pensando que viven en un lugar seguro y estable, con su monotonía diaria. Esos pocos que si tienen inquietudes son los que, llegado el momento, pueden hacer algo para ayudar a su mundo y quizás Yener, aun sin saberlo todavía, fuera ya uno de ellos. Una persona clave en el futuro devenir de su planeta. En cualquier caso, el tiempo lo diría.

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