Yener no tardó mucho en llegar a su casa .Aluria se alegró de verle, pensaba que con todas las cosas q ue tendría que hacer su hijo iba a pasar tiempo sin que pudieran reunirse .Aunque su alegría duró poco cuando él le dijo que sólo estaba de paso.
- Descansaré un poco aquí y me iré al monasterio. Hay cosas que debo investigar.
- Bueno hijo, tú sabrás lo que debes hacer. Pero por lo menos quédate hoy.- Le rogó con insistencia -.
- Si, quiero descansar y preparar mis cosas - .Le respondió él -.
- Por cierto, llamó tu hermano - le informó su madre -.Estaba muy contento porque ha conseguido firmar unos contratos muy buenos. Y en buena parte gracias a ti.
- Me alegro de que Erel tuviera suerte - sonrió débilmente Yener que trataba de ocultar su malestar por lo sucedido en aquella cena a fin de no dar un disgusto a su madre, así que preguntó con apariencia desenfadada- .¿Siguen en Dumlans?
-¡Oh si! él y tu padre aun deben ultimar unas cosas, pero Erel me contó que tú no saliste muy contento de allí- .Aseveró su madre que desde luego le conocía lo suficientemente bien como para que no pudiera engañarla, ni con sus técnicas del Kail. Por eso, ella añadió con voz más suave y conciliatoria - .Pero no debes enfadarte hijo, esos hombres son así, sólo les preocupan los beneficios.
- Es una lástima que algunos sean así - declaró él hablando con su verdadero talante de enfado -.
- Pero es la vida cariño - le sonrió afectuosamente su madre que añadió animosa -.¡Anda! no te amargues más por eso y descansa antes de seguir con tus investigaciones.
Yener asintió esbozando una sonrisa más distendida .Su madre siempre conseguía hacerle sentir mejor cuando lo necesitaba. Y justo cuando ese lance se superó, llamaron a la puerta y la pantalla doméstica se encendió mostrando a Karie que tímidamente preguntaba.
- Hola, ¿hay alguien?...
- Pasa Karie- le ofreció Aluria muy contenta de verla allí -.
La muchacha entró sin más dilación. Yener la recibió con un cariñoso beso en la mejilla y ella hizo lo propio.
-¿Cómo tú por aquí?.- Le inquirió la chica, que realmente no esperaba verlo en esta ocasión -.
- Voy de paso al Monasterio- le explicó él -.No me quedaré más que hoy.
- Pues entonces no rechazarás un paseo por el bosque - sonrió su amiga que se dirigió a Aluria con su habitual cortesía para asegurar - .No se preocupe señora D, lal se lo devolveré en unos pocos sexdanes.
- Adelante, charlad de vuestras cosas un rato - sonrió la madre de Yener, complacida con la idea de que su hijo pudiera estar más distendido con su amiga de siempre -.
Los chicos no se hicieron de rogar y salieron a dar su paseo .Karie se cogía del brazo de su amigo y Yener la dejaba hacer, sintiéndose feliz de tenerla a su lado .Era algo refrescante y muy de agradecer, el contar con la presencia de una persona sincera y que realmente le quería a él y no a su fama. Pudieron charlar de cosas intrascendentes y más familiares, tanto que, de camino, él le contó un poco más detalladamente los pormenores de lo que parecía un flechazo por parte de Erel y la mayor Delaier.
- Así que tu hermano por fin se ha fijado en una chica. ¡Vaya por donde! , tenía que ser una militar, con la cantidad de mozas civiles que le han tirado los tejos.- Comentó Karie visiblemente divertida -.
- Si, es gracioso.- Sonrió Yener- .Pero, de todos modos mi hermano debería tener mejor puntería. La mayor Delaier bueno. - Arrastró un poco las palabras y enseguida quiso arreglarlas haciendo una leve matización - no es que sea una mala chica .En mi opinión, creo que es una persona excelente y una magnifica oficial.
-¿Pero?- quiso saber Karie, adelantándose con impaciencia a esa inevitable continuación -.
- Digamos que puede ser muy voluble en materia de amores.- Repuso lacónicamente él, tampoco era cuestión de airear las intimidades de Menra -.
Karie, tampoco lo demandó, sabía ser discreta, desde luego que mucho más que su madre o la de Yener, solamente asintió conviniendo en eso. De este modo, los dos seguían andando a través del paseo arbolado que precedía al bosque con el sol ya cayendo por el horizonte. Las hojas se tornaban anaranjadas por el postrer resplandor y una suave brisa les acariciaba la cara. Karie respiró hondo cerrando los ojos con fuerza y deseando paladear ese instante al máximo. Aquel le parecía un momento mágico .De esos que pasan al recuerdo. Estaba con Yener disfrutando de un momento de intimidad en aquel paraje tan maravilloso. El muchacho también se sentía muy a gusto .Dirigía su vista hacia un frondoso prado lleno de flores de múltiples tonalidades y colores. Aunque para su asombro vio como algunas crecían y crecían desplegando innumerables pétalos de colores, rojos, verdes, amarillos y azules, para marchitarse de repente a un ritmo rapidísimo. Aquel prado parecía ahora un páramo desolado donde tan sólo anidaban el cardo y las malas hierbas. Yener cerró los ojos quedándose aturdido para volver a abrirlos instantes después y comprobar que todo estaba en perfecto estado.
-¿Te ocurre algo?.- Le preguntó Karie, que por su parte, no había notado nada anormal en el campo -.
- No, no es nada - .Pudo decir él aparentando normalidad -.Creí haber visto otra cosa.
-¿Así que me has dicho que esa chica es voluble?- .Le preguntó ella para retomar la conversación , pues realmente tampoco le interesaba demasiado si lo era o no, pero quería agarrar ese último punto de contacto en la charla, para darle a él, algo con lo que orientarse de nuevo, puesto que parecía estar perdido .–
Yener la miró como si no hubiera entendido nada, desde luego parecía ausente. Karie sin rendirse, llamó su atención con una graciosa exclamación.
-¡Yener ,venga ya, deja de tomarme el pelo!.
-¿Perdona?.- Inquirió él con gesto desconcertado, para excusarse de inmediato con voz queda -.No estaba atento lo siento. Debe ser que estoy cansado.
Karie suspiró, ¡qué pena!, con lo bonito que estaba siendo todo hasta ese momento. Pero quizás el muchacho había tenido que soportar mucha tensión en los últimos tiempos y tras las celebraciones se hubiese relajado tanto que lo estuviese acusando, precisamente ahora, para fastidio de ella.
- Mejor volvamos a tu casa - .Propuso comprensivamente la muchacha al fin, rindiéndose a la evidencia -.Necesitas descansar.
- Si, creo que si, gracias Karie - le sonrió él -.Siempre sabes lo que necesito antes que yo mismo.
- Ya,- se resignó ella encogiéndose de hombros -.
-¡Oye! - declaró él animando el tono -. No vamos a dejar nuestro paseo así, ¿por qué no te vienes a cenar esta noche a casa? .Donde comen dos comen tres.
La chica sonrió, aquella propuesta parecía venirle llovida del cielo .Su madre había salido a la ciudad para hacer unas compras y haría noche allí en casa de una amiga .Ella estaría sola en casa y no le apetecía nada pasar aquella velada sin compañía. Sin embargo, con Yener y Aluria la cosa cambiaba.
- Vale, por mí encantada .Aunque espero que a tu madre le venga bien.
- Claro que sí, ella te quiere como si fueras una hija.- Le aseguró él mesándola el pelo hasta casi despeinarla -
-¡Oye, no me hagas eso! - le abroncó Karie con fingida severidad -.¡Serás idiota!.
- Se siente,¡ te he cogido por sorpresa! - .Rió Yener escapando por poco del capón que iba a recibir como respuesta -.
Dejando las bromas aparte los dos volvieron a casa de él. Aluria estuvo conforme y contenta de que la chica se quedase con ellos a cenar. Así hablarían los tres .En poco tiempo estuvo listo el primer plato, una sopa de Alerte, compuesta por la hierba aromática del mismo nombre con sus filats, una especie de fideos muy gruesos, y parte de carne. El tono de la sopa era tenuemente rojizo y su sabor excelente, amén de muy saludable .Los tres comenzaron dando gracias a su mundo y a los dioses, así como al Supremo Creador .Esto era costumbre más de la madre de Karie, y Aluria quería tener esa deferencia con su invitada aunque ella misma no practicase aquel rito y a la muchacha tampoco le importase demasiado si lo hacían o no. Así empezaron a cenar y mientras conversaban sobre algún que otro tema intrascendente. Yener iba a decir algo cuando observó que la poca sopa que le quedaba se volvía aun más roja, de un color fuerte y denso. Miró su cuchara atónito dejándola caer con estrépito en el plato. Ahora todo volvía a estar como debería, el tenue caldo rojizo con sus escasos filats aguardaban a ser concluidos pero él sólo podía mirarlos como si tuviese clavada la vista.
- Hijo, ¿qué pasa?.- Preguntó Aluria -.
- Yo...la sopa,..- pudo decir de forma dubitativa -.
- Yener ,¿estás bien?.- Se interesó también Karie mirándole preocupada, ya era la segunda vez en esa tarde que el chico no parecía estar normal -.
- Si, de verdad que no es nada.- Se apresuró a asegurarlas las dos, añadiendo al momento con un tono más sosegado -.Creo que hoy me acostaré temprano y mañana partiré al Monasterio.
Tanto su madre como Karie decidieron no preguntarle más. Después de un rato de charla al término de la cena, la muchacha se despidió .Yener se ofreció a acompañarla pero ella insistió en que no lo hiciera, estaba preocupada por su amigo y prefería que él se quedase descansando en casa .Aluria convino también en eso y él, una vez se despidió de su amiga, dio las buenas noches a su madre y se fue a dormir. Descansó sin sobresaltos y a la mañana siguiente, sintiéndose como nuevo y fiel a la costumbre se levantó temprano y se preparó. Despidiéndose de su madre, que también se había despertado, se marchó hacia la estación tomando el deslizador que le condujo hasta Somer, de allí el consabido transporte hasta los límites del bosque del monasterio. La ultima etapa como mandaban los cánones la cubrió a pie y llegó por fin a las puertas. Una vez se identifico pasó al interior y allí casi sin dejarle tiempo para preguntar por su paradero, estaba su maestro que se dirigió a él.
- Gavilán Veloz. Celebro verte.
-¡Maestro!...
Nuevamente Yener fue incapaz de pronunciar la frase completa. Su mentor le detuvo con un gesto a la vez que añadía.
- Lo sé, vamos a la sala de meditación. Allí me dirás lo que has visto exactamente.
Yener se sentía confuso y atónito de que Azor Ligero estuviera al tanto de sus visiones, una vez en la privacidad de la sala, le contó al anciano lo mejor que pudo la naturaleza de las mismas .Éste le dejó hablar sin interrumpirle ni una sola vez más, y cuando el chico terminó le dijo de modo tajante.
- Debes venir conmigo. Hay algo que tienes que ver.
Siguiendo a su maestro por un camino que ya le era conocido descendieron hasta la cámara de la Sabiduría del Kail, allí Azor Ligero abrió las puertas como hiciera la vez anterior y ambos pasaron al interior. Yener miraba a su alrededor maravillándose otra vez de las cosas que allí se guardaban pero esta vez su maestro le hizo ir algo más allá.
- Acércate - le pidió mientras él mismo se aproximaba hacia una pared del fondo -.
Para sorpresa del chico su maestro, usando una jerga incomprensible para él, y con un aura dorada que salía de sus manos, abrió una entrada en aquel muro que se descorrió hacia un lado .No era demasiado grande y ambos tuvieron que agacharse pero no para entrar si no para sacar algo .En efecto, allí depositados y ahora débilmente iluminados por la difusa luz del lugar, se apilaban numerosos pergaminos que, por su diseño y material debían de ser antiquísimos.
-¿Qué son estos pergaminos, maestro?.- Preguntó el chico con patente curiosidad -.
- Lo que voy a revelarte - le respondió éste, cogiendo uno de ellos y desplegándolo lenta y ceremoniosamente -.
Yener echó una ojeada a lo que ponía, pero en un principio no pudo comprender nada en absoluto .Estaba en un idioma desconocido y con sus destrezas de Adivinación y Sexto Sentido combinadas ni siquiera acertaba a saber de que podía tratar aquello.
- Está protegido de forma mágica contra cualquiera de tus percepciones - .Le explicó su maestro -.
Lo que el muchacho veía venía a ser más o menos...
...
Y así seguía sin que nada de aquello le fuese ni remotamente inteligible pese a todos sus esfuerzos, aunque después de la explicación de Azor Ligero estaba claro el motivo .No obstante su maestro le tranquilizó al respecto.
- No te preocupes, ahora te leeré lo que dice.
Azor Ligero escrutó el pergamino durante unos segundos para leer...
- Un día lejano en el tiempo llegará un nuevo peligro .Olvidados ya por las gentes futuras pero presentes en las crónicas que legamos a la historia. La amenaza llegará de allende las fronteras de nuestros países. Un joven elegido que será engrandecido y consolidado nos llevará aunando nuestras fuerzas con las de nuevos aliados en la lucha contra el mal. Él, hijo del Kail, establecerá el contacto. Logrará un periodo de paz que deberá mantener sanando el corazón de su propia patria, salvándola de sí misma, aun a costa de sí mismo, cuando no le quede nada de lo que librarla .Pues la maldad de nuestros inveterados enemigos acechará para corromperlo todo a la menor ocasión...
Yener se quedó pasmado. Si lo había entendido bien aquellas palabras que por lo menos llevaban escritas más de tres mil años ¡hacían referencia a él mismo!. Miró a su maestro sin poder disimular su expresión de sorpresa .Azor ligero le devolvió la mirada sonriendo y solemnemente declaró.
- Si Gavilán, ese eres tú .El elegido para salvar Yumlaiance.
- Pero, ¿salvarla de qué?.- Inquirió él sintiéndose más que confuso -.
- Probablemente lo hayas hecho ya - .Le dijo más tranquilizadoramente el anciano -.Al menos de la primera de las profecías. La segunda estaba más confusa para nosotros hasta que nos contaste eso que os revelaron aquellos seres iluminados .Entonces las cosas cobraron cierto sentido. Lo malo es que desconocemos a que se refiere con salvar a nuestro país de sí mismo.
- El momento de Yumlaiance y de sus aliados no podría ser mejor - aseveró Yener -.Hemos aplastado a nuestros enemigos y mejorado nuestras tecnologías .Hasta los nephralers han eludido la batalla, temerosos de nuestra fuerza.
- Y te diré algo más - le contó su maestro -.Algo que tú no sabes aun. Los nephralers han abandonado la zona neutral de la frontera, replegándose mucho más allá de esta al interior de su espacio .Cualquiera diría que les hemos metido tanto miedo que han corrido a refugiarse en sus guaridas.
Yener esbozó una sonrisa de satisfacción. Siendo así, las cosas iban de maravilla .Entonces, ¿qué significaban aquellas visiones que tuvo?.
- Maestro - preguntó al hilo de aquello -.Tú que eres mucho más sabio de lo que yo puedo acertar a comprender, dime una cosa. ¿Qué sentido tienen las alucinaciones que sufrí ayer?.
- Lo primero que debes preguntarte joven Maestro del Kail es si tienen sentido- .Le respondió su mentor, inquiriéndole sagazmente a su vez -.¿Tú crees que lo tienen?.
- No lo veo, pero creo que algo han de significar - .Contestó sinceramente él, que quiso saber , aunque sin dirigir la pregunta a su mentor, sino más bien cuestionándosela de forma retórica -.¿Y qué puede ser?.
Azor Ligero asintió se, él si ,a su discípulo y preguntándole.
-¿Cuántos colores tiene la bandera de nuestro mundo?.
Yener pensó por unos instantes la respuesta para añadir.
- Cuatro, rojo, amarillo, verde y Azul.
-¿Y qué simbolizan?.- Fue la nueva pregunta de su maestro -.
- Bueno, el rojo es el color del reino de Yum. El amarillo el del reino de Anlad. El azul representa al Gran Principado de Tibinco y el verde al reino de Somer.- Respondió Yener, que se sentía como si hubiese vuelto a sus tiempos escolares y un profesor le estuviera tomando la lección -.
Tras lo cual el chico se quedó pensativo, ¡ahora recordaba!, aquellos eran los colores principales de su visión .Las flores que crecían y se desarrollaban para posteriormente marchitarse a un ritmo acelerado...
-¿Eso significa que Yumlaiance está en peligro?. ¿Qué el esplendor de sus reinos se marchitará como las flores?.- Le preguntó Yener visiblemente alarmado a su maestro -.
- Nadie puede saberlo con seguridad, pero podría ser un vaticinio de ello- fue la inquietante respuesta de éste que apuntilló -.Sólo tú eres el que debe pensar si pueda llegar a ser así.
-¿Y cómo impedirlo?,- quiso saber el chico en tono bastante desasosegado -.No sé cuando ni cómo comenzará eso, ni a qué será debido .Si hemos derrotado la amenaza con la guerra ¿cómo deberemos enfrentarnos a lo que he visto?.
Azor Ligero sonrió dándole una palmada en un hombro a su inquieto discípulo y declarando con gesto más afable y sobre todo, despreocupado.
- Creo que no debes tomarte todo lo que veas al pie de la letra .Quizás lo que esos seres te han dicho sea una advertencia de tipo espiritual, para que sigamos la senda de la luz y no nos tornemos malvados como nuestros enemigos .Piénsalo Gavilán, podría ser tan sólo un aviso.
- Podría ser - concedió Yener que de inmediato objetó -.Pero, ¿cómo estar seguros de ello?.
- Con paciencia y viviendo día a día disfrutando de tu vida .Y sin dejar olvidado tu aprendizaje .Apenas acabas de comenzar a recorrer el camino.
Yener asintió. Su maestro le había conseguido infundir ánimos y sobre todo tranquilidad a su espíritu .Aunque todavía quedaba una cosa que le agitaba en su interior y su mentor enseguida lo percibió, sólo tuvo que mirar inquisitivamente al chico y preguntarle con su habitual voz calma.
- Ahora, Joven Gavilán. Dime,¿ qué es eso que tanto te agita?.
Yener le devolvió una mirada atónita, pero asintió, su maestro siempre podía ver en él como si de un remanso de agua cristalina se tratara, no tardó en poner al corriente al anciano de lo sucedido en la cena que tuvo con los magnates de su mundo. Azor Ligero se limitó a escuchar nuevamente en actitud atenta y a dejar que el muchacho se liberase de su indignación contenida .Yener lo hizo rematando sus quejas con una serie de cuestiones, y reflexiones que, una vez desvelado el posible significado de sus visiones, le inquietaban cada vez más.
- Maestro, no logro entenderlo - .Decía con un tono entre sorprendido y escandalizado -. Esos tipos hablaban de la vida y la muerte de nuestros compatriotas como si se tratasen de meras fichas en un tablero. ¡Sólo les importaban los beneficios que van a sacar de ello!.
- Gavilán - .Replicó serenamente su mentor -. Has de darte cuenta de que no todo el mundo comparte los ideales y la filosofía que podamos tener los que servimos a nuestro planeta.
- Lo sé, me doy cuenta de que no se le puede pedir a todo el mundo que reaccione del mismo modo, pero es que esa gente no comprende nada, no valora nada más que el dinero y la estabilidad a corto plazo. Si les hubiera oído estaría tan indignado como yo. Y lo peor es que mi propio padre estaba de su lado. - Añadió el chico con desaliento y contrariedad -.
- Te entiendo hijo, pero no puedo enfadarme con esas personas, solo puedo lamentarlo por ellos.
Y ante la extrañeza de su pupilo el anciano esbozó una débil sonrisa y le explicó de modo reflexivo.
-¿No te das cuenta de que están ciegos a los auténticos valores de las cosas?. Han limitado su mundo y su experiencia al mero confort de sus vidas y a los simples titulares. Tú, con tu formación y tu código moral, has sido capaz de ver más allá de eso. Has visto el sufrimiento y la muerte en primera línea de combate y has superado la prueba. Eso es algo muy duro e importante, cambia a las personas y les hace valorar aun más las cosas sencillas y bellas de la vida y el porqué se debe defenderlas.
Yener asintió, confesando con pesar.
- Tienes razón maestro. Sé que tampoco puedo juzgar a los demás, porque yo mismo creía que lo más importante que podía lograr en mi vida eran la gloria y los ascensos. Cuando entré en el Monasterio realmente lo hice con ilusión, siempre deseé llegar a ser un gran maestro, pero según crecía y me gradué en la Academia soñaba con vivir aventuras y obtener rápidos honores .En verdad, pensaba que todo era muy simple, una lucha entre la luz y la oscuridad. Que nosotros éramos los buenos y ganaríamos con rapidez y nunca creí que trajese tanto dolor.
-¿Pero no es tan sencillo, verdad?- .Le sonrió cálidamente el anciano -.
- No - .Replicó quedamente su interlocutor -. Ya no sé que pensar, cuando estaba metido en ese maldito combate sólo quería salir de allí, que todo acabase, que venciéramos nosotros, pero no por la gloria del triunfo, sino para que terminasen todas esas muertes. Simplemente por sobrevivir y alejarme de allí cuanto antes. Cambiaría todos mis ascensos por las vidas de los chicos que cayeron. Y se suponía que yo debía dirigirlos y animarles, yo, casi con la misma edad que ellos. ¡Tuve miedo! – .Confesó bajando la cabeza, con un poso de amargura que volvía a enturbiar su ánimo, como si hubiera sido removido por una gigantesca cuchara desde el fondo de la copa de su alma -. Y un monje de Somer no debe tener miedo.- Sentenció con abatimiento -. Les fallé…
- Un monje de Somer es una persona como las demás - .Rebatió su mentor con gesto comprensivo afirmando -. Cualquiera que tenga sentimientos tiene miedo. Estoy convencido de que todos tus compañeros lo tenían, al igual que tú. Quién no tiene miedo en la batalla o es un loco que no aprecia su propia vida o no tiene nada por lo que luchar o que perder - .Sentenció Azor Ligero con amable firmeza -.
- Lo se - .Concedió Yener que sin embargo objetó con total y culpable sinceridad -. Y ahí está el problema, no ignoraba que todos podemos temer o dudar ante una situación así, e incluso estaba preparado para imaginar que pudiera pasarme si algún día me llegaba el momento. Pero sencillamente no quería creer que pudiera pasarme a mí, me decía una y otra vez que eso no me ocurriría jamás. Que precisamente por concebir la posibilidad, podría anularla, como si pudiera tenerlo todo bajo control. Era la fantasía que siempre vivió en mi mente desde niño. Yo era el representante de la luz, contra el enemigo de las tinieblas. Debía de vencer casi por arte de magia. Y pensaba que con el sólo sentimiento de que luchaba por mi mundo y en el nombre de los míos, teniendo de mi lado la razón y la justicia, el valor me llenaría y nada ni nadie podría oponerse a mí. Pero en el peor momento de la lucha, sólo me guiaba el simple instinto de sobrevivir. Deseaba gritar ¡basta ya!. Regresar a casa y no recordar nada de eso.
En anciano dejó terminar a su discípulo que ahora tenía los ojos llenos de lágrimas, Azor ligero se limitó a posar una de sus manos en hombro derecho del chico y al cabo de unos segundos declaró.
- Has aprendido una lección que hombres muy sabios y capaces no han podido asimilar en toda una larga vida. Realmente yo no puedo aconsejarte en esta situación, puesto que, con todos mis años y mi experiencia, jamás he debido combatir en una guerra. Por fortuna, nuestro mundo ha estado en paz durante décadas. Y las víctimas de estos conflictos son las generaciones que por circunstancias del azar se ven implicadas en ellos. A ti te ha tocado estar ahí y has superado la prueba. Gavilán, deja ya de culparte por una reacción que no es ni buena ni mala, sino simplemente humana .Kar Alan y Skar Dainlin por ejemplo, con toda su leyenda y sus hechos gloriosos, sintieron también el miedo y la duda. Nunca lo negaron y nadie piensa que debiera haber sido de otra forma.
- No dejo de pensar que quizás he estado viviendo por un sueño.- Objetó Yener -. Por un sueño, convertido en pesadilla. Que me he despertado tras la batalla y sobre todo tras esa maldita cena. La mayoría de la gente me ha aclamado como a un héroe, porque eso les han dicho que yo era. Pero no siento satisfacción, solamente alivio por haber pasado un mal trago que no deseo repetir. Y lo peor es que por más que trato de convencerme a mí mismo de que he luchado por la gente de mi planeta, no consigo dejar de pensar que todo ha sido un error. Que hemos peleado y muchos de los nuestros han muerto por cosas vacías, que nuestros ideales y razones no significan nada para la mayoría de nuestros compatriotas. Que nada más que somos meros vigilantes que garantizan la prosperidad de tipejos que se burlan de la tradición y de nuestro modo de vida. Y que, en cambio, nos usan para defender sus intereses cuando les conviene.
Azor Ligero asintió para replicar, tratando de infundir ánimo en el joven.
- Toda existencia es valiosa, incluso la de aquellos que puede que nunca lleguen a entender el motivo de la lucha y el sacrificio de sus conciudadanos. Piensa por un momento Gavilán que la muerte de unos pocos, ha supuesto la vida de otros muchos. Que el simple hecho de que nuestros niños puedan crecer felices y sin la amenaza de la guerra o la muerte cerniéndose sobre ellos, hace esa penosa tarea soportable.- El anciano guardó unos segundos de pausa para que su interlocutor asimilase esas palabras y prosiguió - Yo se que tú, en el fondo, lo sabes bien. Si algún día tienes hijos y ellos disfrutan de la paz, sabrás que todo ha merecido la pena. Y no dejes morir tu sueño. No es una mera ilusión, si vive en ti, existe realmente. Es por eso que existen las leyendas de las hazañas de nuestros ancestros, para animarnos en los momentos difíciles, para saber que alguien ha hecho algo así antes que nosotros, y para darnos la seguridad de que alguien podrá hacerlo después con el ánimo de nuestro recuerdo. Dentro de años quizás, ojalá que muchos, si algún otro peligro apareciera amenazando a nuestro mundo, puede que los jóvenes de entonces obtengan el aliento necesario recordando esta batalla. De lo que debes estar seguro es que nadie se acordará de esos magnates que desconocen el valor de los sentimientos que te guían. Y eso me hace sentirlo por ellos. Ahora hijo, debes descansar y ocuparte también un poco de tus asuntos más mundanos. Nadie puede ser un místico toda su vida.
Yener guardó un reflexivo silencio para por fin asentir y afirmar más aliviado.
¿Ni siquiera tú Maestro?.
- Ni yo- .Sonrió más jovialmente este -.
Yener se preguntó entonces cual sería la parte más mundana de su mentor. ¿Realmente la tenía?. Desde luego, él siempre recordaba a su maestro precisamente como eso, un sabio monje entregado del todo a la orden del Kail. Azor Ligero era uno de esos, cada vez más raros casos, de monjes que vivían en el Monasterio y que pasaban todo su tiempo ocupándose de los asuntos del mismo. ¿Qué podría haber en la vida de ese anciano que constituyese una excepción a esa idea?. El propio Yener, que era un niño cuando le conoció, lo ignoraba por completo y sentía verdadera curiosidad por un tema que, hasta ese momento, ni tan siquiera se había llegado a plantear, dando por supuesto que no existía.
Y como de costumbre, el monje pareció leerle el pensamiento y le respondió con un tono entre risueño y un poco burlón.
- Eso queda para mí.
- Al menos podrías decirme si tienes alguna clase de afición - .Preguntó el chico con una no disimulada curiosidad -.
- Será mejor que vuelvas a tu casa para comenzar a poner en práctica mis consejos.- Se limitó a responder Azor Ligero esbozando una afable e incluso algo pícara sonrisa -.
Y como se dio cuenta de que no iba a sacarle nada acerca de ese tema, Yener asintió mejorando su ánimo. Como siempre, su maestro sabía como levantarle la moral. El chico comenzaba a darse cuenta de que en las partes mundanas, como él las llamaba, se escondía también un consuelo y un descanso para la mente y el alma. Daban la garantía de que todo seguía funcionando y existiendo, como si el horror y la gravedad de la batalla y la muerte estuvieran realmente en el fondo de una pesadilla. Eran esas cosas de todos los días, las que podía compartir con el resto de la gente, lo que le unía a la mayor parte de sus compatriotas y le hacía ser uno más, pertenecer a ellos y no sentirse aislado, como por ejemplo cuando recibía medallas u honores. Para ser sincero, Yener se daba cuenta de que prefería ser el ser humano que disfrutase y sufriese con pequeñas cosas que el héroe idealizado en un pedestal con una trascendente responsabilidad sobre sus hombros. Aunque si debía ser lo segundo de nuevo, asumiría sin temor ese papel. Pero en tanto no fuese necesario, aspiraba a olvidarse de sí mismo y poderse permitir ser alguien cotidiano, incluso inseguro en ocasiones, para actuar con espontaneidad y ligereza, sin meditar en las consecuencias de todo. Eso deseaba ahora, y eso le llevó a convenir, con una actitud más distendida y un tono bastante más informal.
- Si, tengo muchas ganas de tomarme unos días de relax. Además, mi equipo juega dentro de unos días.
- No lo sabía - respondió Azor Ligero con llana sinceridad -.
-¿Bromea maestro?.- Exclamó el chico mirándole incrédulo, para sentenciar con apasionamiento - .¡Es el partido cumbre de la temporada! .Todo nuestro mundo habla de ello.
- Quizás en el monasterio esas cosas no tienen tanta importancia - .Aseveró serena y divertidamente el anciano en tanto guiaba a Yener a la salida.-
Éste tuvo que reconocer que así era. A su mentor jamás le habían interesado ese tipo de cosas, pero nunca había censurado a Yener por ellas. Ahora lo entendía bien. Como Azor Ligero le decía, todas las cosas suelen tener su propósito y hemos de saber verlo y comprenderlo en su justa medida, ni más, ni menos, aunque el joven se tomasen demasiado a pecho tal actividad deportiva. Si bien era cierto que no por ello descuidase sus otras obligaciones .Su maestro lo sabía y eso no constituía para él motivo de preocupación. Y además, en ese momento, tal y como le aconsejó su mentor, incluso era aconsejable que Yener desviara su atención a esos asuntos. De modo que ambos recorrieron el camino de vuelta una vez guardaron los pergaminos en su lugar y cerraron la cámara. Yener se despidió de su maestro y volvió a su casa .Azor Ligero le despidió con una sonrisa, no obstante, en cuanto se hubo ido su discípulo el rostro del anciano se tornó serio. Había tenido que tranquilizarlo con falsos pretextos y animarle utilizando sus técnicas de persuasión. No le gustaba hacerlo así, pero era necesario para que en el futuro pudiese ocuparse de la nueva crisis que se presentaría con renovado rostro. Reunido con los otros venerables maestros de su orden y sus hermanos magos de Esil, discutieron el curso de los predecibles acontecimientos y que camino tomar ante ellos .Allí se decidió que, no bastaba con tomar medidas ordinarias sino que deberían emplearse formas extraordinarias. Todo dependería del estado de salud del monje más anciano quien debería recurrir a todas sus reservas de energía, sabiduría y poder, para emplear una técnica que tan sólo él dominaba...
Ajeno claro está a todas estas complicadas decisiones Yener regresaba de nuevo a casa. No había estado más que un día en el monasterio y debía estar localizable puesto que era posible que sus superiores militares quisieran disponer de él .O bien fuese requerido para otros actos públicos, pero afortunadamente para él no fue así. Pudo pasar dos días con su madre y con Karie, apartando de su mente la tensión y después se dirigió a la legación de Oumeya para ver a Gina. Por fin pudo localizarla, la muchacha disfrutaba ahora de unos días más tranquilos que sucedían a los otros de tanto ajetreo .Yener la invitó a comer y ambos charlaron sobre todo lo pasado haciéndose preguntas como...
-¿Tendría una ocupada agregada diplomática de Oumeya tiempo para salir con un humilde general yumlaincer?.- Inquirió Yener en tanto levantaba su copa -.
- Si las obligaciones de ese general no le mantienen demasiado ocupado desde luego que sí - respondió cálidamente la muchacha -.
Yener sonrió, esa era la respuesta que estaba esperando. Acto seguido le propuso a la muchacha que le observaba quizás a la espera de sus siguientes palabras.
-¡Oye! , mañana es el gran partido. Yo desde luego voy a ir, y conmigo vendrán Delaier y Renar. Además de mi padre y mi hermano que no creo que se lo pierdan. ¿Te apetecería ir a ti también?.
A Gina no le entusiasmaba precisamente la idea, pero ya que él se lo pedía y que iban a ir esas dos atractivas oficiales, mejor sería acudir también. No es que estuviera preocupada por ellas como competencia, aunque, nunca podía saberse...
- Si claro, iré encantada a ver otro partido de esos...- Respondió al fin tratando de ser lo más convincente posible -.
- No es lo mismo - .Le informó Yener que ahora no estaba para ocuparse de sondearla en busca de sincero entusiasmo por asistir. En realidad, eso le daba igual una vez ocupaba su mente en el partido, así que decidió matizarle a la chica las diferencias entre ambos deportes - .Lo que fuimos a ver la otra vez era basket, ahora será fútbol seis, ¡es otro deporte y ya verás que emocionante va a ser! - .Exclamó visiblemente ilusionado -.
- Bueno, será una nueva experiencia entonces - .Afirmó ella resignada -.
Yener asintió para preguntarle acto seguido...
- Oye, ¿has tenido noticias de tu hermano y de Kyra?.
- Si.- Asintió Gina esbozando una amplia sonrisa al cambiar de tema -.¿Sabes?. Están saliendo juntos como nosotros y les he notado muy contentos. A Kyra le han ofrecido un puesto de instructora en la academia espacial de mi mundo .No sabe si aceptar porque tendría que dejar el puesto de segunda de Peter en la nave, pero si dice que sí, la ascenderían a capitán. Por el momento y hasta que se decida, dada su condición de geóloga está pasando unos días libres que tiene haciendo prospecciones en algunos asteroides. Es uno de sus hobbies preferidos.- Le contó al chico -.
- Vaya, no sabía que Kyra fuera geóloga, nunca me lo comentó. - Repuso él que tampoco lo había averiguado al sondearla, quizás eso formase parte de la parcela íntima de la muchacha, aquella que siempre respetó - .
- Así es, cursó parte de sus estudios en la academia espacial y después terminó al poco de graduarse como lugarteniente. Creo que apenas unas semanas antes de que os encontraseis por primera vez en el espacio. – Le corroboró Gina añadiendo -. Mi hermano también disfruta de unos pocos días de permiso y ambos tienen previsto reunirse cuando ella termine sus investigaciones. Por lo que pude hablar con ellos desean pasar el mayor tiempo posible juntos. Y Kyra espera poder tomar una determinación antes de acabar sus vacaciones.
- Osea que está tratando de decidir entre su actual rango en compañía de su novio o un ascenso que les mantendría apartados.- Recapituló Yener haciéndose cargo del dilema -.
- Quizás no por demasiado tiempo - respondió Gina que le contó en voz más confidencial -.Como nuestros cruceros pesados fueron destruidos en casi su totalidad la Confederación deberá reconstruirlos, aunque ahora que llegó la paz no son necesarios .Teníamos ocho y nos han quedado tres .Probablemente se reparen estos y no se construya ninguno más. Así que mi hermano no tendría una nave de gran porte que mandar sino un crucero ligero .Bueno, esto será así, si es cierto lo que me contó mi padre.
- Si, no creo que te engañe, además Pier no es muy belicista pese a ser general,¡ no quiere más naves! - rió Yener que se apresuró a añadir - .Ni yo tampoco claro. Precisamente he tenido un disgusto serio por esa misma causa.
Gina le miró interesada y él le contó lo sucedido, aunque ahora dejando entrever menos enfado, con aquella cena que tuvo con su hermano, su padre y aquellos magnates.
- Vaya - , suspiró solidariamente ella -, comprendo que te enfadaras .Pasa igual en todas partes, el dinero y la ambición siempre están presentes.
- En mi mundo no - repuso firmemente él para corregirse de inmediato con voz más insegura y llena de pesar -.Al menos no creía que lo estuviesen de esta forma .Siempre pensé que todos los poderosos serían como los monjes de Somer. Que tendrían un sentido del honor y la lealtad preocupándose por su pueblo por encima de todo .He sido un ingenuo al pensar así .Ahora lo veo claro.
- No, lo que ocurre es que eres un idealista Yener - le sonrió ella cogiéndole una mano sobre la mesa y añadiendo -.Sigue así, pensando en algo más bonito y déjalo.
- Si ,es verdad .¡Lo único que voy a idealizar es la paliza que vamos a darles a esos Campírians del demonio! - exclamó él dejando a la muchacha con los ojos de plato -.¡Perdona!- rió él añadiendo con tono burlón y divertido -.Trato de pensar en otra cosa más bonita como me has dicho.
Gina movió la cabeza sonriendo, ¡ese chico era todo un caso! , tan pronto se preocupaba por los temas más serios como salía por peteneras con la mayor bobada. Quizás por eso le gustase tanto a ella. Era muy divertido .Le observaba ahora fijamente en tanto él añadía.
- Eso me recuerda a que hace bastantes días que no sé nada de Larus, le llamaré tan pronto se juegue el partido.
- Es un buen hombre y tú le aprecias mucho .¿A que sí?.- Inquirió la muchacha -.
- Es mi mejor amigo - .Convino él con un no disimulado tinte de afecto al recordarle - .Nos conocemos desde la academia y es un gran tipo. Le echo de menos .Sobre todo ahora que no tengo a nadie contra quien meterme por lo del fútbol.
Y así continuaron, Yener alternaba recuerdos y menciones evocadoras de los viejos tiempos con chorradas de todo tipo. Gina no sabía si sonreír, suspirar o se, aunque nadie desde luego, le podía decir que aquella velada fuera aburrida. La concluyeron con un paseo y con juegos típicos de las parejas enamoradas. Esto es, correr uno tras de otro, abrazarse y andar cogidos de la mano dándose besos .Él acompañó a la chica hasta su legación y tomó el deslizador hasta su casa. Se acostó tarde aunque pese a ello le costó conciliar el sueño, pues en esta ocasión, estaba sumido en intranquilas tribulaciones del tipo de...
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Y finalmente después de muchas pelotas contadas, todas ellas entrando en las redes de los Campirians, Yener se durmió .Por el momento las demás preocupaciones podrían esperar. Mañana era por fin, el gran día.
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