Capitulo 20.La vida continúa .
El despertador atronó en el cuarto de William Kendall. Eran las ocho horas de la mañana de su ansiado permiso y no iba a desaprovechar el tiempo. Tenía sus planes bien trazados ,esa visita pendiente a la periferia de la Acrópolis de Atenas .Saltó de la cama y se aseó deprisa. Quería desayunar en la ciudad y no perder ni un solo segundo, a fin de poder recorrer los antiguos monumentos que había admirado en los libros desde que era un niño, entonces los había visitado de la mano de su imaginación ahora al fin, tenía la ocasión de hacerlo de veras. Las nueve y pudo salir de sus dependencias en la base que la marina americana tenía en suelo griego. Y estaba a punto de llegar a su destino cuando su teléfono móvil reclamó la atención con su inequívoca y repetitiva melodía de “barras y estrellas”.
-¿Diga?- .Repuso él – Si, enseguida señor. ¿Pero ha de ser ahora?. Muy bien. Allí estaré .- Afirmó resignado -.
Y exhalando un profundo suspiro de fastidio se vio obligado a cambiar su itinerario .Aquella inoportuna llamada procedía nada menos que del cuartel general. Habían requerido su presencia en uno de los hangares del puerto militar. No le hacia ninguna gracia cancelar su tan ansiado día turístico pero no se podía decir ¡no! a la superioridad...
Y dirigiéndose hacia el punto en cuestión con su ropa de paseo fue recibido prácticamente a las puertas por un hombre de bigote y pelo cano con uniforme de capitán. Will enseguida le saludó en posición de firmes y su superior le dispensó de ello con una breve pero cordial sonrisa para decirle.
- Lamento haberle hecho venir en pleno permiso teniente pero necesitábamos con urgencia la ayuda de un oficial conocedor de esta zona.
- Usted dirá señor- .Contestó educadamente Will quién sin embargo no podía evitar cierto sentimiento de curiosidad , no era normal que un capitán de navío se tomase la molestia de esperarle casi a la entrada de la base.
- Verá usted. Soy el capitán al mando del Portaaviones “Nimitz”. Como sabe está fondeado a pocas millas del puerto y lo estamos equipando para zarpar. Pero nos faltan pilotos y le hemos pedido a los mandos locales que nos recomendasen algunos. Usted se encuentra en la lista que nos han facilitado y me gustaría saber si aceptará embarcarse con nosotros.
- Ya serví antes en el “Forrestal” señor- .Le informó Will a quién le gustaba la vida a bordo ,de todas maneras ,era mejor que la transitoria plaza de reserva que tenía encomendada allí -.
El capitán asintió con agrado pero fue interrumpido cuando llegó a su vez un mando superior a él. Lucía los distintivos de Almirante y era acompañado por un hombre moreno más o menos de la estatura de Will. Por supuesto, Rogers y Kendall adoptaron la posición de firmes de inmediato pero su distinguido visitante les indicó con gran celeridad que la abandonasen y declaró.
- Perdona que te moleste Jim - .Se excusó el almirante- .Pero tenía que hablarte de ciertas cosas relativas al área de maniobras, además te traigo a otro oficial que puede formar parte de la dotación de pilotos de tu barco.
El aludido se cuadró saludando militarmente y se presentó.
- Teniente de fragata John O´Connor a sus órdenes señor.
- Estupendo - afirmó el capitán con gesto de satisfacción- .Sólo me restaba un piloto más para completar el grupo.
- Pues si todo está solucionado dejemos que estos dos jóvenes disfruten de unas horas libres antes de incorporarse a su nuevo destino.- Le propuso el almirante-
- Ya han oído –. Les sonrió el capitán- .Pueden irse , y que disfruten del permiso, les espero mañana en el barco.
Los dos tenientes saludaron y pudieron marcharse de allí dejando a sus superiores con sus asuntos tácticos...
De camino hacia la salida de la base Will entabló conversación con su nuevo compañero.
- Así que te han mandado aquí ,al Nimitz.
- Si, a decir verdad me propusieron embarcarme- .Le respondió John - .Y yo deseaba salir un poco de la monotonía. Estaba destinado en el Smitzsonian como piloto reserva y encargado de la documentación histórica de la marina. Es un buen trabajo pero muy aburrido y quería moverme un poco.
- Vaya, así que te gusta la historia . - Sonrió Will -
- Si ,tengo algunos cursos de historia antigua, es una afición .- Le contó su interlocutor -.
- No sabes como me alegra oírte decir eso - .Afirmó William sorprendiendo a su compañero para explicarle a continuación -. Yo también tengo estudios en esa especialidad y además cuando me llamaron estaba a punto de visitar un yacimiento arqueológico en las afueras de Atenas.
John le dedicó una mirada de sorpresa que hizo sonreír a su contertulio...
- Pues no tengo nada más que hacer hasta mañana así que, si no te importa, me gustaría acompañarte.
- ¡Será estupendo! –. Convino Will entusiasmado por la idea -. Aquí no conozco a mucha gente con la que hablar de esto, excepción de algunos naturales del país y esos casi siempre te dicen lo que saben a cambio de dólares.- Se regocijó al ver la expresión sorprendida de John y le propuso- .Y después te enseñaré algún sitio decente para cenar.
- Estoy deseando que lleguemos- .Aseveró su recién estrenado compañero de visita -.
Los dos tomaron un taxi que les dejó ante las mismas puertas del recinto que rodeaba esa excavación. Aunque no eran los únicos en visitarla, a esas horas la afluencia de público había aumentado y debían llevar buen cuidado con los tropezones inoportunos (pues esas excavaciones estaban ubicadas en un montículo elevado con un terreno muy irregular) y con los carteristas que aprovechaban las concentraciones para actuar impunemente .Al menos ,eso le advirtió Will a su nuevo amigo.
Por su parte ,un curioso grupo de turistas encabezado por dos mujeres se dirigía hacia ellos por su mismo camino y les recortaban la distancia rápidamente. Vestían de sport con los inevitables pantalones cortos, camisas de algodón y botas de montaña para la subida a colinas pedregosas y se habían destacado mucho de sus compañeros. Una de ellas ,de largo pelo moreno recogido en una coleta, instaba a su compañera a reducir la marcha casi con desesperación ,elevando sus brazos al cielo.
-¡Reneé los yacimientos no se van a mover de aquí, si llevan tantos siglos esperando lo harán unos minutos más! .
- No es que tenga prisa Lucy , es que es mi ritmo normal cuando recorro los montes - .Le explicó su amiga que fijaba sus ojos verde azulados en el tortuoso sendero que seguía a la par que retiraba una hoja caída ,de una higuera adyacente al camino ,sobre su pelo rubio rojizo -.
- Si ,pero yo todavía no estoy muy en forma- .Respondió la morena jadeando por el esfuerzo -.
- Considéralo como un entrenamiento para recobrarla. - Recuerda que dentro de tres semanas volvemos al rodaje y mira que te dije que no comieras tanto - .Le sonrió pícaramente su interlocutora -.
- Ya, pero no lo puedo evitar- .Se justificó Lucy añadiendo con un suspiro que acompañó con un ligero destello de nostalgia en sus azules y profundos ojos -. y este año va a ser el último.
Desde luego entre la preparación y la forma de Reneé unidas a su pequeña estatura, le era fácil culminar la subida a aquel empinado repecho anterior a los primeros depósitos arqueológicos. Lucy ,con su constitución más grande y su apreciable talla ,sufría un centro de gravedad más alto, pero pese a ello y aun estando baja de forma ,su entrenamiento de años anteriores le permitía mantener el tipo y no desequilibrarse en aquella pendiente tan pronunciada .Aunque la afluencia de gentes que trataban de bajar dificultaba todavía más la subida .Reneé ,confiada en su pericia, se apartó cediendo el camino a un grupo de japoneses que volvían de la visita, como no, cámaras en ristre. Aunque no contó con lo frágil del terreno hacia el que se movió y este crepitó bajo sus pies desprendiendo una parte considerable de la tierra. La chica perdió apoyo y a punto estuvo de caerse para horror de su compañera y los demás ,no obstante, entre su agilidad y la posterior ayuda de un desconocido logró mantenerse firme .Suspirando aliviada, enseguida se dirigió a ese hombre para agradecerle el gesto,...
- Si no es por usted no sé que hubiera sucedido. Bueno sí ,habría hecho un descenso bastante apresurado – .Le sonrió aliviada y jadeante tratando de frenar su corazón desbocado por la adrenalina -.
John le devolvió la sonrisa a esa chica, era bastante atractiva y la verdad es que había sido una suerte el que hubiese podido ayudarla .Seguía a Will en el camino cuando ese grupo de turistas japoneses les pasó al lado y ambos tuvieron que estrecharse en el sendero, él les siguió con la mirada justo cuando se cruzaban con la muchacha y advirtió lo sucedido, por suerte ,sus reflejos unidos a los de esa chica posibilitaron evitar una desgracia...
- No hay de que señorita...
- Llámeme Reneé por favor ,para alguien que acaba de salvarme la vida lo demás sería una formalidad absurda.
- Encantado - .Replicó él presentándose a su vez -. John O´Connor. Teniente de la marina Americana.
La muchacha asintió ,ya se había fijado en el uniforme de aquel hombre tan guapo.
-¡O´Connor!. ¡Qué casualidad!- .Exclamó ella visiblemente divertida- .Otro americano y además yo me...
Sus palabras se vieron interrumpidas por la inquieta pregunta de su compañera que llegaba justo en ese momento salvando los pocos metros que las separaban con arriesgada rapidez.
- Reneé ,¿estás bien?...¡Lo he visto y el corazón me ha dado un vuelco ,te has podido matar !- .Añadió ,todavía bastante nerviosa -.
- Tranquila, no ha pasado nada gracias a este amable caballero de la marina. Un compatriota mío- Sentenció satisfecha -.
Lucy se quedó atónita pero sonrió agradeciendo a ese individuo su ayuda. Por su parte Will también se percató de que algo pasaba al ver que John no le seguía, se giró y volvió hacia atrás descubriéndole en una animada conversación con dos atractivas mujeres. Desde luego, ese tipo sabía como conectar con las féminas . Pero el resto de los transeúntes del recorrido reclamaban de mejores o peores modos el paso en una y otra dirección ,así que los cuatro tuvieron que avanzar y en tanto lo hacían ,Will se presentó a las chicas que también lo hicieron con ambos en el caso de Lucy y con Will solamente para Reneé.
Al fin alcanzaron las ruinas del yacimiento en cuestión y las mujeres les explicaron que no venían solas .El resto de su equipo las seguía y tendrían que esperarles pero eso les dio tiempo a conversar un poco, ya en terreno más seguro y amplio .Y una vez que se contaron un poco de sus respectivas actividades Will sonrió y dijo.
- Así que sois actrices. Vaya ¿Y habéis venido aquí a documentaros por la serie que estáis rodando no?.
- Si, bueno no exactamente – corrigió Reneé -. También teníamos interés en ver algo como esto.
- Aprovechábamos los últimos días de unas vacaciones- .Añadió desenfadadamente Lucy -.
Los muchachos las escuchaban con visible atención y fue a Will a quién se le ocurrió preguntar.
-¿Y de que va la serie esa que estáis haciendo?.
Las dos se miraron ligeramente sorprendidas, habían creído que esos dos hombres podrían saberlo pero estaba claro que no tenían porqué. Y tomando la palabra fue Reneé la que les explicó.
- Se trata de algo relacionado con la fantasía heroica . Son las aventuras de una mujer guerrera y de la compañera de esta.
- Y tú interpretas a la guerrera- .Comentó John con gesto divertido -.
- No - intervino Lucy con una media sonrisa – .Esa soy yo...hago el papel de una mujer guerrera que cambia de vida dejando de hacer el mal para pasarse a los buenos. En realidad es un “Spin Off” o serie derivada de otra llamada “Hércules”.
-¡Hércules!- .Me suena a las películas antiguas que veía de niño - .Sonrió Will evocando buenos recuerdos infantiles de cine de verano y palomitas -
-¿Y en que época se desarrolla?- .Quiso saber John -.
- Bueno, en la antigua Grecia – .Contestó Reneé que al no captar del todo la pregunta, usó tono de obviedad - .Por eso ,entre otras cosas ,queríamos venir aquí. Buscamos coger una idea lo más aproximada para hacer los decorados y todas las cosas relacionadas con la ambientación.
- Entonces dependerá de la época en la que estéis ambientando la trama, Grecia arcaica, clásica o helenística .Por ejemplo ,no podréis usar el Partenón como fondo de vuestras aventuras si estáis en la Arcaica - .Le aclaró John-....
Las dos mujeres volvieron a mirarse sorprendidas ,aunque enseguida comprendieron que esos dos oficiales parecían estar bastante versados en la materia.
- En realidad no se ajusta a ninguna etapa definida. Es una especie de mezcla- .Declaró Lucy saliendo del paso -.
- Lo mismo nos da luchar contra Cesar que conocer a Ulises .- Aseveró divertida Reneé -.
- Ya comprendo- .Rió Will- ¡Metéis a todos en el mismo saco ya sean griegos romanos o troyanos!
- Algo así – .Se rió también Lucy secundada por su amiga. -
Reneé asentía mientras jugueteaba con una cadenita que llevaba prendida a su cuello a su extremo un emblema de la marina .Will no pudo por menos que fijarse y le comento visiblemente sorprendido.
-¡Qué casualidad!- .Yo tenía una igual hace tiempo.
- Es un recuerdo –. Repuso vagamente la mujer -.Ese tipo de cosas de las que no sabes bien como llegó a tus manos, pero le tengo mucho cariño.
- Lo comprendo ,a mi me sucedía lo mismo con la que tuve y no sé que fue de ella.- Convino él -.
En ese instante un grupo más nutrido de hombres y mujeres llegaron al lugar, por su modo de dirigirse y saludar a las chicas debían de conocerlas bien y ellas explicaron a sus nuevos amigos que eran los miembros del equipo de su serie.
-¡Ya creímos que os habían raptado!. – .Intervino un hombre de unos cincuenta años, regordete, con barba grisácea y poco pelo en la cabeza.
- No te preocupes Robert ,¡no tendréis esa suerte! - .Bromeó Lucy -.Aunque casi nos quedamos sin Reneé, de no ser por este caballero.- Añadió ante la sorpresa de sus compañeros-
Lucy y Reneé les contaron en pocas palabras lo sucedido y el resto de su equipo agradecieron a John su ayuda. Incluso Ted llegó a decir con su sentido del humor habitual.
-¡Menos mal! .¡A estas alturas habría sido muy difícil hacer cambios en el guión para suplir a Reneé!.
La aludida golpeó el cogote de su compañero con frenesí mientras este dejaba escapar algunos agudos quejidos .Los demás celebraron aquella situación con risas y después entablaron conversación con ambos oficiales. Will y John se alegraron de tener allí a tanto compatriota aunque, por ejemplo ,Lucy les desveló que era una “Kiwi”.(Así llamaban cariñosamente a los de Nueva Zelanda), al igual que algún otro miembro del equipo. También les comentaron que la serie se rodaba allí en virtud de los exteriores y de los más asequibles precios de producción.
-¡Pues si que lo hacéis lejos! - .Se sorprendió John -.
-Si- .Convino Reneé - por mi parte me he tenido que acostumbrar a vivir allí, algo exótico para una chica de Texas como yo, pero es un sitio bonito -.
Los demás asintieron dándole por completo la razón y durante más de una hora charlaron y recorrieron los yacimientos .Will y John les ayudaron con algunas oportunas explicaciones sobre los diversos objetos y cronologías que podían observarse ,tanto en carteles informativos como en vitrinas de cristal ,cercanas a la zona de excavación. Después descendieron todos juntos y fueron a cenar. Los miembros del equipo insistieron incluso en invitar a ambos oficiales que, tras hacerse un poco de rogar, aceptaron encantados .Tras de una animada velada se despidieron deseándose una mutua buena fortuna. Tanto Will como John prometieron también sintonizar la serie para ver a ambas chicas y sus compañeros en acción. Además ,podrían mantener contacto por “mails” e informarse de sus respectivas vivencias.
Pero ajenos por completo a ello habían sido observados por un hombre alto y de rubio pelo color trigo. Vestía un informal atuendo compuesto por pantalones vaqueros y una fina camisa blanca y sonreía sentado a algunas mesas de distancia. Dejó marchar a todos sin por supuesto intervenir y él mismo desapareció perdiéndose entre las calles de la ciudad.
Para los dos pilotos aquella noche pasó deprisa y al día siguiente acudieron a su nuevo puesto en el Nimitz. Ambos se presentaron a sus oficiales superiores y fueron informados de sus respectivos destinos en las alas tácticas de cazas del buque. Aunque estando a punto de retirarse del puente el capitán Rogers recibió una nueva visita ,se trataba de una atractiva mujer que rondaría la treintena de años, rubia y con unos inquisitivos ojos azules ocultos tras unas gafas redondas de fina montura plateada. El capitán ,en un acto habitual de cortesía ,la presentó a los dos oficiales.
- Esta es la doctora Alice De´Bries. Experta en física ,que ha venido a chequear el estado de los motores del barco .Doctora, los tenientes de fragata John O´Connor y William Kendall, recién asignados a la dotación aérea de la nave.
Ambos le estrecharon la mano de modo cordial y ella correspondió con estudiada amabilidad. Aunque sin pronunciar más que la obligada fórmula de cortesía.
- Encantada señores.
- Lo mismo digo- replicó Will recreándose disimuladamente en aquella mujer que no estaba nada mal, aunque su interlocutora debió advertirlo con ese característico sexto sentido femenino y enseguida rompió el momento con un lacónico.
- Si me disculpan tengo mucho trabajo que hacer.
Y dicho esto se despidió del capitán y salió del camarote. En tantos los hombres la seguían con la mirada.
- Es guapa pero bastante hosca – .Objetó John- .Decididamente no es mi tipo.
- Ni creo que puede serlo de nadie con esa manera de ser- .Valoró Will hasta que una reprobatoria mirada del capitán le llamó al orden -.
- La doctora De Bries está aquí para trabajar al igual que ustedes, no para entablar relaciones sociales.- Les recriminó condescendientemente Rogers -.Y eso me recuerda que deben presentarse ante el comandante de su ala y pedir que les asignen sus respectivos aviones con sus planes de vuelo .
- A la orden- Respondieron ambos saludando al unísono. –
El capitán les dio permiso para abandonar el puente y ambos oficiales se encaminaron a seguir aquella “sugerencia” con título imperativo. De todos modos tuvieron suerte, les asignaron la misma escuadrilla y podrían salir al día siguiente en su primera misión de entrenamiento. Pero hasta entonces tenían libres bastantes horas y decidieron pasarlas en la cantina y posteriormente en uno de los salones de recreo dotado con televisión. Uno de los oficiales allí presentes conectó el aparato y fue Will quién lanzó una sorprendida exclamación señalando la pantalla.
-¡Qué casualidad, mira John!.
Y este no pudo más que sonreír divertido, en efecto, ¡qué casualidad! . Si no se equivocaban aquel programa que acababa de empezar debía de ser el de aquellas chicas tan simpáticas. La más alta ,llamada Lucy, salía allí vestida de guerrera y manejaba una espada con gran habilidad propinando guantazos a diestro y siniestro en tanto que su amiga, la casi despeñada Reneé, hacia gala de un gran dominio del bastón que portaba repartiendo una variada gama de golpes con el mismo. Los dos se quedaron perplejos y siguieron aquel episodio. No estaba mal en cuanto a la acción y el sentido del humor pero la trama histórica verdaderamente tiraba para atrás . Aunque para el resto de los hombres allí congregados( y sobre todo considerando el porte físico de las heroínas) , aquello carecía de importancia ,es más, casi ninguno tenía ni la menor idea de historia antigua europea así que daba igual. Fue un joven sargento el que se quedó atónito cuando oyó a Will comentar.
- Es tal y como ellas nos dijeron. Una serie familiar para pasar el rato sin pretensiones históricas. Pero he de reconocer que está bastante bien hecha.
- Si exceptuamos los anacronismos y algunas escenas de efectos especiales cantosos. Eso no nos lo explicaron ni Lucy ni Reneé. – Se rió John -.
- Perdón señor- .Le preguntó entonces aquel chico a Will. ¿De veras conocen ustedes a las protagonistas?.-
Este le dedicó una expresión sonriente y respondió sin darle ninguna importancia.
- Si, las hemos conocido aquí mismo en Atenas. Durante una visita a las ruinas cercanas a la Acrópolis .Son bastante simpáticas y en confianza ,están tan buenas como en la tele.- Añadió con un cómplice y divertido guiño al asombrado suboficial -.
- Es que esta es una serie de culto en nuestro país y en otros muchos- .Le explicó el sargento -.Y yo me cuento entre sus incondicionales. ¡Qué pena no haber estado en tierra antes de zarpar para poder verlas ! –. Se lamentó visiblemente apenado por ello -.
- No te inquietes muchacho. – Le animó John también observándole con expresión risueña -.Tenemos su dirección, ya las escribiremos para contarles que aquí tienen seguidores.
- Y hasta las enviaremos un par de consejos para que no embrollen tanto la historia- .Insistió Will a quién interesaba particularmente ese tema -.
-¡Bah!, déjalo - .Le rebatió John- .Si así está muy gracioso.
- Pues no crean- .Se atrevió a intervenir el sargento- .Hace poco han comenzado a luchar contra un demonio llamado Dahak que es muy peligroso y esos capítulos son bastante dramáticos.
John y Will se miraron encogiéndose de hombros. Ese demonio no les sonaba para nada. En fin, ¡lo que eran capaz de inventar estos guionistas! .De todos modos y cuando tuvieran oportunidad mantendrían contacto con esas mujeres tan divertidas. Seguro que eso subiría la moral de la tripulación. Y quien sabe, si alguna vez les destinaban al Índico o sobre todo más abajo, al propio Pacífico, podría ser que las visitasen .Eso no estaría mal pero enseguida dejaron de pensar en ello. Se hacía tarde y tendrían que irse a dormir, al día siguiente comenzaban sus vuelos y eso para ellos era mucho más interesante.
Y pasaron los días y a muchos kilómetros de allí ,ambas mujeres estaban de regreso en Nueva Zelanda para rodar los últimos capítulos de la serie. Ni siquiera ellas tenían la menor idea de cómo iba a terminar aquello, pero tenían ganas de ponerse a trabajar. Lo cierto es que sus guionistas nunca dejaban de sorprenderlas. Y mientras, ambos pilotos se habituaron a su nuevo puesto y fueron olvidando aquella curiosa casualidad; ellas por su parte pasaron las siguientes semanas rodando para finalmente llegar al término del último episodio, acabado este se escucharon grandes aplausos por parte de todo el equipo que ya tenía dispuesta una celebración a modo de despedida. Reinaban las felicitaciones mutuas y buen ambiente ,quién más, quién menos se afanaba en el descorche del champán y el jolgorio.
Pero las dos protagonistas hicieron un momentáneo aparte del “mundanal ruido” y se dedicaron a respirar el fresco aire nocturno que circulaba por los terrenos de filmación. Y tras una pausa de silencio reflexivo, una satisfecha Lucy comentó a su compañera .
- Cuando lo emitan sorprenderá sin duda.
- Si, pero a mi en el fondo me da una cierta pena – .Admitió Reneé -.
- Es inevitable - .Sentenció su amiga -. Pero no te preocupes, se positiva y piensa en nuevos papeles y otros trabajos interesantes.
- La verdad es que tú no has parado. Espero tener la misma suerte. – Deseó esta ,mirando esperanzada hacia el cielo despejado y cargado de estrellas australes.
- Estoy convencida de que sí. Ahora eres muy conocida. Tendrás mucho éxito ya lo verás ,confía en tu buena estrella –. Le auguró animosamente Lucy uniéndose a su amiga en la contemplación del firmamento -.
-¿Sabes?- .Le confió Reneé con un susurro- .A veces pienso que nuestros personajes son parte de nosotras y que no hemos llegado realmente a conocerlos del todo. Como si tuvieran otra vida al margen de la que nosotras les damos.
- Y así es - concedió Lucy aseverando a continuación- .Ahora hay cómics, historias de fans y todo tipo de cosas a su alrededor. Realmente no nos pertenecen y me alegro de que sea así. Y si te soy sincera, creo a veces que más que personajes son como unas viejas amigas. Por eso, será bueno desconectarse de eso cuando se termina el trabajo y conservar tu propia vida ¿no crees?.
Reneé convino con un sonriente asentimiento aunque eso no era lo que quería dar a entender exactamente . De todos modos, ni ella misma estaba por completo segura de lo que pensaba. Era como si una idea ajena a su mente tratase de emerger. Probablemente todo obedecía al sentimiento de nostalgia que se había adueñado de ella en esos momentos al saber que se cerraba una etapa en su vida .Durante estos años había vivido y trabajado con otras personas a las que había llegado a querer y conocer bastante. Incluida ,sin ir más lejos, su propia compañera de reparto. Y casi como si pudiera leerle el pensamiento, Lucy le dijo.
- Tendremos que seguir haciendo fiestas de pijamas en mi casa ¿eh? .
-¡Ni se te ocurra dejar de darlas!- .Añadió jovialmente Reneé aparcando su melancolía ,más aun cuando miró al cielo y le indicó a su amiga. ¡Mira Lucy, una estrella fugaz!. ¡Hay que darse prisa y pedir un deseo! .
Su amiga convino en ello y cerró los ojos .De esta guisa estuvieron ambas hasta pasados unos segundos y entonces Lucy los volvió a abrir y preguntó.
-¿Qué has pedido?-
- Sabes que no se puede decir- .Le sonrió Reneé abriéndolos también -.
- Tienes razón- .Admitió su amiga asintiendo despacio -. Pero estoy convencida de que las dos hemos pedido cosas parecidas...y seguro que se cumplirán.¡ Si trabajamos duro! - .Rió haciendo que Reneé se uniera a las carcajadas -.
Sólo la voz de Bruce las sacó de aquella divertida meditación azuzándolas con su característico sentido alocado del humor, puesto que venía armado de un botella de champán y una bandeja con varios canapés, a la par que era perseguido por varios compañeros...
-¡Vamos señoritas que os vais a quedar sin champán ni entremeses!. Ya sabéis como son estos. Comen lo que no está en los escritos,¡ y ahora vienen a por mi!.
El cuadro que se les presentaba a las chicas era cómico,. Bruce hablaba sin parar de correr y una tropa compuesta entre otros, por los dos Kevins ,Michael y Ted ,le perseguían con intención de aligerar su carga de tentempiés .Pero el actor que había interpretado al “rey de los ladrones” mostraba unas maneras dignas de su personaje logrando escabullirse por poco de varios intentos de placajes al estilo de los “All Blacks”. Y Lucy sonriente y frotándose las manos, se dispuso a realizar un ataque con más éxito que sus colegas ante la jocosa Reneé que no perdía detalle de la escena.
-¡Esto habría sido digno de grabarse!. - Comentó la muchacha entre risas -.
Y en lo alto del estrellado cielo, un vigilante Solan no podía estar más de acuerdo con eso. Él también se reía al contemplar esos divertidos momentos. Había lanzado aquel destello fugaz como un último regalo de despedida para ambas. Aunque lamentaba no poder saludarlas en persona. De todos modos así debía ser y aquellas humanas, como el resto de los pobladores del planeta, debían seguir con sus propias vidas y sus progresos en el espíritu. Todavía estaba lejano el día en el que sus remotos descendientes viajaran a través de las estrellas y comprendieran el Cosmos en toda su vastitud y armónica belleza. Y ahora su mentor Alectis aguardaba allí para guiarles en compañía de su querida princesa, Anlay. Ella sería siempre Anlay para él, ya que su nombre de Caligastia había quedado atrás, junto con su corona de princesa de la Tierra, a la que había renunciado con gusto para compartir el amor de Alectis. Así, ambos estaban al fin juntos, disfrutando de lo que los humanos podrían llamar una luna de miel eterna entre las estrellas del universo, dejando en manos de Solan la salvaguardia del planeta. Pues tal y como la propia princesa le dijera una vez a Solan, existen muchos cielos, muchos mundos y muchos seres aguardando avanzar en el vasto camino de la iluminación y el progreso y tanto ella como Alectis deberían enfocar ahora sus esfuerzos en ayudarlos, a la par que gozaban de la mutua compañía que ambos podían ofrecerse en el cumplimiento de su nueva misión.
Y Solan a su vez, era completamente feliz. Su propia misión le atraía mucho, en compañía de otros dioses y de seres venidos de mundos más avanzados ,se ocuparía de velar y proteger en lo posible a esa joven raza mortal ,llena de esperanzas y sueños, capaz tanto de lo mejor como de lo peor. Aunque esto y ahora lo entendía bien, eran conceptos relativos. Dejó pues a las dos mujeres y voló lejos, a otra parte del mundo que aun estaba iluminada por el sol del atardecer, hasta alcanzar en este la recortada figura del buque en el que viajaban Will y John. También les deseó suerte en sus vidas terrenas y que tanto ellos como los demás pudieran conocer más allá de su limitada perspectiva humana las maravillas de la Creación en un día no muy lejano. Después remontó el vuelo , sintiéndose libre y dichoso, hasta perderse de vista entre la inmensidad del cielo y sus misterios.
FIN
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