Llegó el sábado, al fin el primer día de asueto tras
una semana inicial intensa para ambas chicas. Acordaron recorrer la universidad
en busca de alguna actividad extra académica.
- Ya tenía ganas de tomarme esto con más calma. -
Declaró Cooan. - Los primeros días han sido muy duros.
- Sí, lo han sido, pero nos adaptamos bien. En
general la gente es agradable y el sitio es estupendo. - Replicó su hermana
mirando hacia arriba con una leve sonrisa. -
-¿Qué tal con Roy?-. Quiso saber su contertulia. -
- No hablo mucho con él, tampoco sabría de qué, se
pasa el día diciendo tonterías sobre baloncesto y esa manía suya de usar tanto
argot que a veces no le entiendo nada. - Respondió Bertie con poco interés. -
- Pero ya está más amable contigo. ¿No?- Le insistió
su hermana esperanzada. -
- Tú si que te llevas bien con él, y con Tom. Ese
muchacho se interesa mucho por ti. - Le hizo notar Beruche esquivando
sutilmente la respuesta. -
- Es un buen compañero y creo que puede llegar a ser
un buen amigo, nada más. - Se desentendió la interpelada añadiendo. - Me ha
comentado que junto al local donde él y Roy participan en las extra académicas
de música, hay una actividad de baile. Y me gustaría apuntarme.
- Me extraña que ese zopenco de mi compañero de
sitio sepa algo de música. - Se sonrió su hermana de modo algo malicioso para
añadir, incluso parecía que aliviada por ello.- Por cierto, hoy no les hemos
visto.
- Creo que ayer iban a salir por ahí. - Conjeturó
Cooan. - Al menos eso les escuché hablar de pasada cuando salían de clase.
- Tanto mejor, así estaremos tranquilas, y que
conste que no lo digo por Tom.- Matizó respetuosamente Beruche. - Él y la
mayoría de los otros muchachos son agradables.
-¿Y no te gusta ninguno?- La interrogó su hermana
con evidente curiosidad. -
- No he venido aquí a eso. - Respondió
contundentemente ésta. - Me cundirá más si aprovecho para estudiar y no pierdo
el tiempo.
- Pero hay que hacer amigos, recuerda que las
guerreras siempre nos lo decían. - Le objetó Cooan. -Yo por ejemplo me llevo
bastante bien con dos chicas de aquí, espero verlas en el gimnasio. Creo que
también acudían a entrenarse.
- Sí, en eso tienes razón. - Admitió Beruche dulcificando su seria expresión con
una sonrisa. –
Su
hermana desde luego predicaba con el ejemplo, siendo tan desenvuelta ya se
había granjeado simpatías en todo el campus. Por el contrario ella era mucho
más reservada. Respondía cuando le preguntaban y se mostraba educada y amable,
aunque sin desear pasar a nada más por el momento. Así le confesó a Cooan.
- Es que a veces me siento fuera de lugar. La
mentalidad americana es demasiado abierta para mí, en según que cosas.
- Nosotras nunca nos hemos relacionado demasiado con
la gente. - Le recordó su hermana con un poso de lejano pesar. - Desde que
éramos niñas en Némesis entramos al servicio del padre del príncipe Diamante. Luego
al de éste y cuando nos asentamos en la Tierra todo fue estudiar y trabajar. Pero
tengo ilusión en que un día conoceremos a alguien y...bueno. - Añadió decayendo
un poco el tono. - Espero que sea un hombre diferente a Rubeus...
-¡Déjalo tonta! No lo pienses más. ¡Pues claro que
habrá alguien diferente! - La alentó Beruche percatándose de que esos recuerdos
le eran todavía dolorosos a su hermana. -Tú te mereces un chico estupendo que
haga cualquier cosa por ti .Y seguro que lo encontrarás, pero eso nunca se sabe
cuándo ocurrirá. Por ahora será mejor que te centres en los estudios.
- ¡Cada vez te pareces más a Ami!, tanto hablar con ella
te ha influido mucho. - Rio Cooan bastante más animada. -
Bertie
abrazó a su hermana cariñosamente y comentó al hilo de aquello.
- Ya que lo dices espero que tengan una buena piscina,
me muero por nadar. Y luego preguntaré por el grupo de ajedrez.
-¿Tú crees que tendrán buenas instalaciones de
aeróbic y zona de danza?- le inquirió Cooan con el vivo deseo de que así fuera.
-
-¿Y por qué no?.- Replicó animosamente Bertie para
agregar.- Este lugar es realmente grande.
-¡Y tanto que lo es! Tiene unos jardines estupendos
y muchas zonas arboladas.- Comentó con admiración Cooan, suspirando al decir.-
¿Te imaginas haber tenido algo así en Némesis?
-Recuerdo el gran jardín de palacio. Cuando éramos
niñas papá nos llevó allí, la primera vez que fuimos a la capital. ¿Te
acuerdas?- Inquirió ella a su vez.
-Sí.- Asintió su hermana, objetando sin embargo con
pesar.- Era muy bonito, pero teníamos que estar bajo unas grandes cúpulas y por
encima solamente se veía la negrura del espacio. Al fin y al cabo era solamente
un pequeño oasis en un mundo totalmente árido.
-Es cierto. Pero que fue poco a poco construido por
el esfuerzo y el coraje de muchos pioneros.- Sentenció Bertie para agregar.- Al
menos eso nos contó la reina Amatista una vez.
-Era una gran mujer. Lo que le sucedió fue una
lástima.- Declaró Cooan.-
Su
hermana asintió, Beruche recordaba que, siendo ella muy pequeña, y precisamente
durante su primera visita a la Corte, cuando su padre las llevó a todas a
visitar los jardines de palacio, ella se entretuvo mirando unas flores. Entonces
una alta y hermosa mujer de rubia cabellera dorada la saludó. Habló con ella
unos momentos. ¡Qué poco podía imaginar entonces que esa señora, a la en su
ingenuidad infantil que confundió con una cuidadora del jardín, fuese la propia
soberana!
-Fue una gran mujer, se portó como una madre con
todas nosotras.- Suspiró.-
Pero no deseaba que esos tristes recuerdos de sus
vidas pasadas lastrasen aquel nuevo comienzo, de manera que, apartando aquello
de su mente, le propuso a su hermana con recobrada jovialidad.
-¡Anda!, demos un largo paseo…habrá todavía mucho
que ver.
Cooan
asintió con entusiasmo. Decidieron pues dar un vistazo y paseando por el campus
se encontraron con dos compañeras de clase. Una alta, morena de pelo corto,
llamada Susy y la otra algo más bajita, (en realidad más o menos como Beruche y
ella) rubia, de pelo ondulado, llamada Betty. Eran esas chicas con las que
Cooan había hecho buenas migas y ambas las saludaron con amabilidad.
- Hola. - Dijo Betty. -
-¿Qué hacéis por aquí Cooan, buscabais algo en
especial? - Preguntó Susy.-
- Sí -. Repuso la aludida, contenta de verlas por
fin y poniéndolas al corriente.-
-¿Vosotras podríais ayudarnos? - Inquirió
tímidamente Beruche. -
- Claro que sí, yo voy a la piscina de natación
¿quieres acompañarme? - Le ofreció Betty-
-¡Oh si!, me encantará. Luego nos vemos. - Se
despidió Beruche que se marchó con aquella muchacha -
- Bueno - dijo Susy dirigiéndose a Cooan. - ¿Y tú no
quieres nada en especial aparte de lo que nos has dicho? - Su interlocutora le
preguntó que más podría haber relacionado con sus aficiones ante lo que esa chica sonrió y le comentó. - Lo que tú
necesitas es meterte en nuestro equipo, te encantará. -
-¿A qué equipo te refieres?- Quiso saber ésta con
curiosidad. -
-¡A las animadoras, mujer!- clamó Susy con los
brazos extendidos. - ¡Apúntate!, por lo que me dices eres buena bailando, ven y te haremos una prueba.
La
aludida se imaginó como animadora sentada junto a Roy en el descanso de un
partido, con la atención de éste sólo para ella y después saliendo con él. Se sonrojó,
aunque aquello le parecía una utopía. Lo cierto es que ese chico le atraía
mucho pese a las múltiples críticas que le hacía su hermana. Y, ¡para qué
negarlo! Bertie era en ocasiones demasiado quisquillosa. Vale que Roy siempre
soltaba algún comentario jocoso durante las clases, pero fuera de aquello, daba
la impresión de ser un chico realmente simpático.
-Sería estupendo estar en el equipo de Cheer-
leaders. Además, significaría mucho para integrarme.- Pensó.-
Y es que las animadoras de la Golden gozaban de muy
buena reputación, incluso a nivel estatal. De modo que aceptó la proposición
encantada. Llegaron a la cancha de “basket”, ocupada a esas horas por todas las
componentes del grupo a cuyo frente estaba Melanie. Cooan se intimidó al verla,
pero ésta no la reconoció de cuando Tom las presentó. La jefa de animadoras de
hecho apenas sí se había fijado en ella en clase, puesto que sus recelos se
centraban más en Beruche. De modo que fue presentada por Susy que la llamó con
aquel apodo que Roy le pusiera el primer
día y por el cual ya era conocida por sus condiscípulos.
-Connie quiere hacer las pruebas de admisión. Según
me ha contado, ella baila muy bien.
-¿Ah sí?- Se sonrió Melanie mirándola de arriba
abajo con aire de superioridad.- Bueno, veremos si eso es cierto.- Dicho lo
cual les ordenó a dos de sus chicas.- April, Stacy. Mostradle a la aspirante la
coreografía que tendrá que hacer. Quiero la Sierra ocho.
-¿Sierra ocho?- Pudo terciar la perpleja Susy,
alegando.- Oye Mel, esa es una de las más complicadas.
-Si es tan buena como dice, podrá ejecutarla sin
problemas.- Contestó su impertérrita capitana.-
Hasta las otras muchachas se miraron algo incómodas.
Eso era como descartar a esa pobre infeliz antes de que pudiera ni intentarlo.
De hecho las dos designadas por su jefa eran de las mejores animadoras del
grupo.
-Está bien así.- Musitó Cooan.-
Ya
no hubo más intervenciones de ninguna otra muchacha. Una canción comenzó a sonar y esas dos ejecutaron una en efecto
dificultosa coreografía de pasos, saltos y giros que remataron con sendas
piruetas. Al acabar, Melanie le dijo a la aspirante.
-Si no te ves capaz, no pasa nada. Haz alguna cosa
sencillita y juzgaremos si puedes entrar de suplente.
Aunque
Cooan no iba a arredrarse por aquel reto. Tampoco le pareció tan complicado,
pese a solamente haberlo visto una vez. Pero ella había aprendido danza y
ballet en Némesis. Desde muy niña le gustó bailar. Después, con el
entrenamiento al que se vio sometida todavía mejoró más su agilidad y sus
reflejos. Así pues, se dispuso a ocupar la pista, con las miradas de todas las
animadoras sobre ella.
-Puedo hacerlo.- Se dijo tratando de insuflarse
moral.- ¡Y lo haré!
Y
le pusieron la misma música que habían empleado esas otras chicas. Para asombro
de la mayoría aquella aspirante hizo una magnifica evolución sobre la pista. Puede
que algunos detalles no le salieran a la perfección, pero apenas sí había visto
ese número una vez y ya era capaz de repetirlo casi sin que pareciera costarle
esfuerzo alguno. Así que al acabar, sudando y respirando algo agitada, oyó el
aplauso unánime de sus examinadoras. Incluido el de Melanie que hasta asintió
con expresión de visible aprobación.
-Estás dentro.- Afirmó sin titubear.-
-¡Enhorabuena!- la felicitó Susy dándole un abrazo
que Cooan agradeció.-
-Gracias. ¡Muchas gracias! - Sonrió ella, con gesto
alegre.-
- Muy bien, japonesita. - Sonrió la capitana de las
animadoras divertida, evaluándola con la mirada. - No lo haces nada mal. Por lo
menos tú tienes algo de carácter, no como tu hermana. ¿Crees que a ella le molestará
que estés en mi equipo? - Quiso saber con un ligero tinte de sorna. -
- No creo. - Replicó cándidamente ésta no dándose
por ofendida con aquella crítica tan directa hacia Beruche. - Ella tienes sus
aficiones y yo las mías. No nos metemos en lo que haga la otra.
- Estupendo, entonces sé bienvenida. - Declaró
Melanie regocijándose ante la segura perspectiva del disgusto que iba a
llevarse esa pánfila de Bertie cuando supiese que su hermana pequeña estaba en
la órbita que ella regía. – Dentro de poco empezará la temporada, debemos
ensayar mucho. Espero que estés dispuesta a darlo todo.
-Claro, no os decepcionaré.- Afirmó una sonriente
Cooan.-
También
su interlocutora se sonrió aunque con malicia. Sin embargo esa chica la había
impresionado. ¡Hizo la coreografía más difícil que tenían sin ningún ensayo
previo y tras haberla visto únicamente esa vez!
-Tiene mucho talento para el baile, de eso no hay
ninguna duda. Me gustaría saber en qué academia estudiaría danza.- Meditó Melanie.-
Ajena
a esas reflexiones, Cooan intercambió algunos comentarios con las otras chicas.
-Bien hecho, Connie.- La felicitó Serena, una
muchacha de color con cabello rizado. –
-Bienvenida al grupo.- Añadió una muchacha de
cabello moreno llamada Tory. -
Y April, una jovencita de cabello
castaño claro y ojos azules, que era la segunda capitana, le comentó.
-Luego vienes conmigo y te daré el equipo. Tienes
que decirme tu talla.
-¿Para la equipación?- Inquirió la ilusionada
Cooan.-
-Claro, - sonrió su interlocutora desgranando.- Tus
medidas de ropa y el número de calzas. Nos hace falta para buscarte el
material.
-Y vas a estar guapísima con los colores de nuestra
universidad.- Intervino una risueña Susy.-
-Desde luego a los chicos les encanta.- Convino April
entre risas.-
-Seguro que las animadoras estaréis muy
solicitadas.- Afirmó Cooan.-
-¿Cómo que estaréis?- Exclamó una divertida Susy,
pasándole un brazo tras los hombros a la recién admitida para remachar.- Estaremos.
Ya eres una de nosotras.
La chica
se sonrió, algo azorada incluso. Lo cierto es que se alegraba de haber hecho
amistad tan deprisa con esas muchachas. Parecían ser muy simpáticas.
-Solamente espero que esto no me quite tiempo de los
estudios.- Comentó.-
-No te vamos a engañar, es más duro de lo que parece,
tenemos que entrenar bastante, y cuando la temporada comience actuamos para los
equipos de beisbol, futbol y baloncesto.- Le contó April.-
-Por eso tenemos un grupo amplio. Las más de las
veces nos dividimos cuando tocan dos partidos a la vez.- Le explicó Susy.-
-Espero que me toque estar animando a los jugadores de
baloncesto.- Afirmó inocentemente Cooan.-
-¿Ya te has fijado en alguno en particular?- Se rio
Susy.-
-Bueno, esto..- Musitó su apurada contertulia.- Solamente
conozco a Roy…¡y es muy guapo! -Admitió con una leve sonrisita. -
Susy
y April se miraron, aunque el gesto de sus caras no era ya risueño, sino
incluso hasta un poco serio. Fue Susy quien le comentó en voz baja a Cooan.
-Será mejor que no hables de él delante de Melanie.
-Vaya. ¿Acaso se llevan mal?- Inquirió su
interlocutora.-
-No exactamente.- Terció April.-
Aunque
la llegada de la misma jefa de animadoras hasta el lugar en donde se
encontraban hizo que su segunda guardase silencio.
-¿Ya le habéis puesto al tanto de los días de
entrenamiento y de sus deberes como animadora?- Inquirió al llegarse junto a
ellas.-
-Se lo estábamos explicando, Mel.- Afirmó Susy con tono
algo cohibido.-
-Si eres tan rápida para captarlo todo igual que la
coreografía vas a ser una estupenda Cheer- leader.- Declaró Melanie mirándola con
una media sonrisa.-
-Gracias, eso espero.- Asintió Cooan con evidente
ilusión.-
Su
nueva capitana asintió con aprobación y se marchó. Al fin el grupito de las chicas
se fue disolviendo. Cooan siguió a April y esta la condujo a una estancia
reservada al equipo de las animadoras, en donde le fue entregando su uniforme.
-Ya tienes, la ropa de entrenamiento, el vestuario
de los partidos, las zapatillas y me faltan botas de tu número…¿Cuál calzas?
-Un veintitrés y medio- Repuso ella.-
-¿Bromeas?- Se sorprendió April abriendo unos ojos
como platos.- ¡No puedes tener ese número, serías peor que el big foot!
-En mi país es un número muy corriente.- Repuso la
desconcertada muchacha.-
-Claro, eras
extranjera, ¿verdad?- Sonrió su interlocutora comprendiendo aquello.-
-Japonesa.- Afirmó Cooan.-
-Pues tendrás que comprobar tu equivalencia a
nuestras medidas. Yo por ejemplo, uso un número ocho.- Le comentó April.-
Decidieron
que lo mejor sería que se probase algunos números distintos, resultando que
Cooan calzaba medio número menos que su contertulia. Hicieron lo mismo con la
ropa para ver qué tallas tenía. Al fin solucionaron aquello y pudo ser equipada
con todo el conjunto completo.
-Muchas gracias.- Sonrió Cooan, en tanto dejaba que
su compañera le colocase todo aquello encima de sus brazos.-
-Por cierto.- Le dijo ésta, recuperando el tema
anterior.- Melanie y Roy estuvieron saliendo el año pasado. ¿Sabes?
-¡Ah sí!- Exclamó su atónita interlocutora.- No
tenía ni idea.
April
le hizo un gesto para que guardase silencio. Casi como si desconfiara de
cualquier que pudiese estar cerca de allí, le cuchicheó.
-Es que el tema es tabú por aquí. Aunque todas
sabemos que Mel todavía sigue enamorada de él. Pero al parecer Roy ya ha pasado
página. Sin embargo, ninguna nos atrevemos ni a mirarle.
-Pero eso no es justo. ¿Acaso él no ha hablado con
Melanie del tema?- Inquirió Cooan.-
-No tengo ni idea.- Admitió April.- En cualquier
caso, no conviene meterse en el terreno de nuestra capitana. Te lo digo por tu
propio bien.
La verdad
es que a Cooan no le impresionaba esa advertencia. Lo que no quería era ponerse
a mal con nadie. Asintió, afirmando.
-Pues a mí Roy me parece un buen chico y muy
simpático.
-Sí que lo es, tiene mucho atractivo. Aunque le
gusta mucho ligar.- La previno April que se atrevió a sugerir a su
interlocutora.- Si quieres un consejo, mejor ve con cuidado. Y no lo digo
precisamente por él.
Cooan
asintió, aquello comenzaba a resultarle algo embarazoso, prefirió dejar el
tema. Tras agradecer a su compañera el equipo que le había entregado se volvió
para su habitación.
-Pues sí que deberé andarme con ojo.- Meditó, aunque
finalmente dejó de darle importancia a eso pensando entusiasmada. - Tengo ganas
de que Bertie me vea vestida de animadora.
Mientras tanto su hermana mayor había estado junto a
Betty en una gran piscina casi de tamaño olímpico.
-¡Es realmente enorme! - Comentó con admiración.-
-Sí que lo es, tenemos equipo de natación y se dan
clases a todos los niveles, por si te interesa.- Le contó su interlocutora.-
-Bueno, a mí me gusta mucho nadar, pero por libre.- Le
comentó Bertie.-
Y de hecho examinaba con alegría esa estupenda
piscina, teniendo muchas ganas de probarla pero no había traído traje de baño.
-Es una pena. Tendré que esperar para estrenarla.-
Suspiró.-
-¡No te preocupes por eso! - oyó una exclamación
jocosa a sus espaldas.-
Repentinamente sintió que una mano la empujaba
lanzándola justo al centro. Salió a flote soltando un chorro de agua por la
boca y se dirigió a unas risas que le parecían muy familiares.
-¡Ja, ja!,- Roy estaba doblándose de las carcajadas
mientras señalaba a Beruche con una mano. La había visto entrar cuando volvía
de una salida a la ciudad y no resistió la tentación. – Ja, ja, ja,.. Buen
salto- hizo un diez con los dedos. -Ten points para la representante de Japón
en la modalidad de salto de la rana. ¡Jua, jua, jua! Cucú cantaba la rana, cucú
debajo del agua…Oye. ¿No decía tu hermana que eras buena nadadora?.... -
lloraba de risa y con él casi toda la gente que estaba en la piscina. -
Bertie
salió del agua como pudo, muy enfadada se plantó delante suya y le llamó de
todo menos guapo, éste se apresuró a calmarla mientras aún reía.
- Tranquila, que sólo ha sido una broma, mujer, no
es para tanto....- Aunque Roy de pronto clavó su mirada en ella y la recorrió
de arriba abajo aprovechando la transparencia de la ropa de su víctima por mor
de la humedad. - ¡Guau....lencería fina y de color azul!... ¡Hasta podrías
participar en el concurso señorita Golden camiseta mojada!
-¡Eres un!.. - tartamudeó Beruche completamente
colorada y muy enfadada. - Roy Malden eres un…un...-
Iba a decir algo pero le falló la voz, se sentía
humillada y en ridículo, impotente para huir de las miradas burlonas de todo el
mundo por culpa de ese imbécil. ¿Cómo había sido capaz de hacerle una cosa así?
Reaccionó con rabia abofeteándole y salió corriendo de allí sin poder contener
los sollozos, no sin antes remachar.
-¡Idiota!
Roy
no se esperaba esa reacción y se quedó confundido entre las risas de los demás,
tocándose aun la marca del bofetón empezaba a sentir que esa broma no había
tenido gracia. Esa chica era muy sensible pese a su apariencia de frialdad.
Reconoció que esta vez se había pasado y mucho. Salió tras de ella para
disculparse. Beruche iba deprisa pero logró interceptarla a la salida del
gimnasio. El grupo de alumnos que entrenaba en ese momento se quedaron
observando aquella escena, bastante sorprendidos.
-¡Vamos mujer, sólo era una broma!, perdona, no tienes
que ponerte así. - Le dijo el chico sujetándola de un brazo con un tinte
claramente desdramatizador. -
-¡Suéltame! - repuso ella aún haciendo pucheros -
¡eres un bruto estúpido! ¿Te crees que las chicas estamos aquí sólo para
servirte de diversión? ¿Acaso tus padres no te han enseñado educación, cretino?
La
mirada de ella se clavó en Roy dejándole paralizado, juraría que había visto
esa expresión de ojos, antes, en alguna otra parte. Pero desconocía cuando o
donde. Además, al nombrar a sus padres el muchacho se quedó lívido, quieto, sin
saber que decir. Finalmente pudo musitar, extrañamente apagado para lo que en
él era habitual en tanto bajaba la cabeza.
-Seguramente fui yo quien no aprendió lo que debía
de ellos. Lo siento.
Bertie también pareció calmarse un poco al mirarle a
los ojos pero una vez que Roy la soltó se giró y salió de nuevo a la carrera. La
chica llegó corriendo a su habitación y lloró de vergüenza. ¿Es que ese idiota
no se cansaba nunca de ponerla en evidencia delante de los demás? A ella le
costaba mucho abrirse y relacionarse con otras personas como para que, encima
tuviera que soportar esas ridículas y pesadas bromas. Quizás ese chico no lo
hizo con mala intención, simplemente era su forma de actuar, ¡pero no! Aquello
era realmente grosero, por no decir que el muy imbécil la había tirado vestida.
Tentada estuvo de ir a decírselo a la señorita Parker pero desistió. Le tenía
más miedo a esa severa mujer que a la jugarreta en sí. En ese mismo instante,
abrieron la puerta de su habitación.
-¡Hola Bertie! ¿A qué no sabes?...- Escuchó la
jubilosa voz de Cooan.-
Aunque
esta se detuvo en seco al verla en aquel estado tan lamentable. Empapada y
llorando.
-¿Qué te ha pasado?- Inquirió con perplejidad y
preocupación. -
Más tarde y tras haberse calmado, secado y cambiado
de ropa la interpelada le contó a su hermana la broma tan pesada que le había
gastado Roy. Pero Cooan se limitó a encogerse de hombros sin darle mucha importancia
y dijo incluso con cierto tinte de lo que parecía envidia, ante el asombro de
su oyente.
-¡Pues has tenido mucha suerte!- Dicen por ahí que sólo
les hace eso a las chicas que le interesan.
-¿Qué? - Estalló Beruche enfadadísima. - ¿Cómo, que encima he tenido
suerte? ¡Me toca de compañero el más bruto, superficial y estúpido del campus!
¡Un zoquete, un burro, el peor estudiante de la clase! , sin ninguna educación
y que trata a todas las chicas como basura ¡y tú dices que tengo suerte! Además,
¿para qué le intereso? ¿Para humillarme y reírse a mi costa? ¿Es que no ves
cómo es?
- Bueno - musitó su hermana algo asustada de haber
metido la pata. - Lo siento mucho, de veras, calma chica, no te enfades
conmigo.
- Perdona, no he sido justa contigo - admitió
Beruche suspirando y recuperando poco a poco su perdida tranquilidad - es que
ese chico me pone de los nervios... ¿qué tal te ha ido a ti? - Se interesó
deseosa de aparcar el otro enojoso tema para preguntar. - ¿Qué traías? Ibas
cargada de ropa.
- Verás. - Cooan le contó lo ocurrido, agitó las
manos y ejecutó un par de pasos de un baile de las animadoras - ¡Así podré
estar cerca de Roy en los partidos!- suspiró entusiasmada. -
-¡Ay no!- Beruche se dejó caer sobre la cama, meneando
la cabeza como había visto a veces hacer a Luna cuando Usagi-chan cometía
alguna barrabasada de las suyas, y con una gran gota de sudor añadió -. ¡Ay,
ay, ay, qué cruz! ...
En
el cuarto de los chicos éstos charlaban también. Roy le contó a su compañero lo
ocurrido y éste movió la cabeza con desaprobación. Más todavía cuando además le
confesó que ella se marchó llorando tras cruzarle la cara, lo que dejó a su
amigo bastante atónito.
- No entiendo a esa chica, a ninguna le molesta que
le haga eso, es más, ¡les encanta! - Dijo Roy de modo reflexivo. -
- Quizás ella sea diferente,- objetó Tom agregando
de forma admonitoria - no todas van a estar coladas por ti. Lo que es seguro es
que tiene un carácter fuerte cuando se enfada. Y en este caso no se lo puedo
reprochar
- No es sólo eso, es que desde que empezamos el
curso no se priva de mirarme con esa cara de redicha, como si creyera que soy
tonto.
-Debes admitir que algo pones de tu parte.- Se
sonrió su amigo. –
Ante
eso no podía alegar nada. Era verdad que siempre hacía alguna que otra
patochada en clase. Pero era algo normal. Tampoco era el único que gastaba
bromas. Aunque sí tuvo que reconocer.
-Vale que quizás me haya pasado un poco hoy. – Admitió
algo molesto para luego pretextar con palpable tono de malestar. – Pero es que le
he caído mal desde el principio, si no hubiese tropezado con ella el primer día.
¡Fue un accidente! Luego me miró con una expresión que... y lo que me dijo de
mis padres.
Se tumbó en la litera tratando de buscar el apoyo de
su compañero pero Tom solamente dijo con
una mezcla de conciliación y cierto tono crítico.
- Ella no puede saber eso Roy. Y debes admitir que,
en esta ocasión, incluso para ti ha sido demasiado.
- Está bien - reconoció el interpelado a desgana -
quizá me haya pasado un poco…vale, me pasé bastante. Bueno, ya se le olvidará, ¡si no a mí que me importa! Me soltará algún
rollo de esos en japonés, luego se cruzará de brazos y se girará para darme la
espalda…como siempre. ¡Es que no sabe actuar de otra manera, parece un robot!
- Dale un respiro. No parece mala chica y su hermana
es encantadora.- Añadió su amigo evidenciando su marcado interés. -
- Pues ya sabes, ¡al ataque!, Connie sí que es
simpática. – Le animó Roy recobrando ahora su clásica jovialidad al percibir
aquel tono. - No la dejes escapar...
- No creo que tenga muchas posibilidades.- Repuso
Tom reflexivo y cabizbajo. - Me parece que ella sí que se ha fijado en ti.
- No creas hombre, sólo tratará de ser amable, quizá
por la sosa de su hermana. Aunque ahora ambas seguro que deben de odiarme. De
todos modos no me interesa una chica tan inocente como Connie. No es plan para mí.
Pero escucha al doctor amor. - Agregó haciendo por fin que su amigo sonriera,
más cuando le recomendó.- Tú trata de conectar con ella. ¿No me comentaste que
les habías dicho algo de aprender japonés? No sé, para tus combates de kárate,
esos en los que decís todo ese rollo del anime.
- Ayime – Le corrigió Tom. -
- Bueno, eso, lo que sea. Hablan muy raro. Como la
frígida de Bertie. Pues creo que podrías pedirle a Connie que te ayudara. Así
podríais pasar más tiempo los dos juntos. - Remachó guiñando un ojo a su
compañero que ahora le miraba más animado e incluso ilusionado, aquel no
parecía un mal plan. Roy sonrió ampliamente ahora y aseveró. - ¿Lo ves? Tratándose
de mujeres siempre tengo la respuesta, amigo.
- Le comenté lo de la actividad de baile. Dice que
le gusta bailar, y… si pudiéramos ser pareja…ya sabes, de baile...- Confesó su
compañero que hasta pareció ponerse algo colorado. –
Recordó
una tarde al final de las clases, cuando salían del aula. Como de costumbre Roy
había dicho o hecho algo poco ortodoxo y Bertie movía la cabeza con
desaprobación. Connie salía entre tanto del aula y él la abordó.
-Disculpa. ¿Tienes un momento?- le pidió Tom.-
-Sí claro.- Convino la muchacha.-
Connie
se le quedó mirando con una expresión a medio camino entre el interés y la
curiosidad. El chico no podía evitar perderse en esos ojos violetas tan intensos.
Aunque al cabo de un segundo ella varió su gesto, como dándole a entender que estaba
aguardando.
-Verás, me parece que habías dicho que te gustaba
bailar. ¿No es cierto?
-Sí, lo es.- Convino ella.-
-Hay una actividad de baile de salón. Yo estoy
apuntado. En fin, cuando era pequeño mi madre me enseñó a bailar, ella era
profesora de música y de baile.
-¿De veras?- Sonrió luminosamente Connie.- No lo
sabía.
Esa
reacción bastó para dejarle totalmente prendado. Aunque en esta ocasión fue
capaz de hablar más rápidamente, pese a no saber si ella se refería a esa
actividad o a que él supiera bailar. Decidió apostar sobre seguro.
-Es los viernes por la tarde. Hasta este año no
había gente suficiente interesada en apuntarse, por ello no se han podido dar
esas clases. -Le explicó él.-
-Pues yo estoy interesada.- Afirmó Connie con
evidente entusiasmo.-
-Sería estupendo tenerte como pareja..-Aseveró él,
que percatándose de la mirada atónita de la muchacha se apresuró a matizar.-
Pareja de baile.
-¡Oh sí, claro!- Asintió su contertulia.-
Y
ahí se terminó esa conversación, dado que Bertie se acercó en ese momento a su
hermana murmurando algo sobre Roy con patente desaprobación. Luego ambas le
dijeron “ hasta luego” a Tom y se marcharon…
-Y eso fue lo que le dije.- Remachó el chico,
concluyendo aquella narración.-
Roy se sonrió, de veras que a veces envidiaba a
Tommy. Era un tipo excelente, muy buena persona, noble y amigo de sus amigos.
Tenía quizás una moralidad y una forma de ser algo anticuada para su gusto. No
obstante, le había demostrado una gran bondad. Todavía recordaba cuando se
conocieron. Por supuesto trató de hacerle blanco de sus bromas, como se acostumbraba
con los novatos. Sin embargo, ese chico no solo las sufrió con deportividad
sino que incluso le devolvió alguna que otra realmente buena. Pero jamás se
metía con nadie ni era descortés. De hecho todos le apreciaban. Y desde el año
pasado cuando demostró su talento como cantante y bailarín, incluso tocando el
piano con patente dominio, hasta era admirado por bastante chicas. Lo que
sorprendió a Roy era que, hasta ahora, él no había mostrado mucho interés por
ninguna. Su amigo deseó que no fuera porque no le gustaran las mujeres. Empero
ahora, viendo su mirada cuando hablaba de Connie, estaba claro que no habría
que preocuparse de eso. De modo que, con tono casi magistral y haciendo uso del
humor al tiempo, le dijo a ese chico.
-Escucha paleto de Kansas. Hazme caso a mí. Al
“New York City Boy”. A las chicas hay
que atacarlas en terreno que ellas consideren o neutral o favorable para sus intereses.
Un sitio en el que se sientan confiadas y tranquilas. Así no estará a la
defensiva. Eso del baile es una buena idea. Tú tienes muy buenas cualidades y
si además coinciden con los gustos de ella. ¡Pues ya está! Te la podrías ligar
bailando… No seas tonto y aprovecha la ocasión. A ver si un día de estos te
puedo dejar libre la habitación…ja, ja.
-No…bueno, no
quisiera, ya sabes que yo…me gustaría conocerla bien y que las cosas fuesen, ya
sabes, despacio. - Pudo decir su contertulio con patente azoramiento. –
Roy movió la cabeza divertido y al tiempo maravillado.
Ese chico era realmente el “último boy scout”. Divertido no tardó en hacerse
con un reproductor portátil de cds y poner una canción.
Oh Yo, acabo de morir en tus brazos esta
noche
Debió ser algo que dijiste
Acabo de morir en tus brazos esta noche
Debió ser algo que dijiste
Acabo de morir en tus brazos esta noche
-No te burles de mí.- Le
pidió Tom moviendo la cabeza.-
-¡Que no!- le aseguró Roy
entre risueño y serio.- Le pones esta canción. O mejor se la cantas tú
acompañando con la guitarra. Con tu talento la tienes en el bote en cinco
minutos. – Aseguró en tanto él mismo acompañaba con su voz la música.- ¡Vamos
Tommy! Eres un tipo estupendo. Connie se derretirá por ti.
Sigo viendo algo que no puedo obtener
Corazones rotos yacen a mi alrededor
Y no encuentro un camino fácil para salir de esto
El diario de ella está en la cabecera de la mesa
Las cortinas están cerradas, los gatos en la cuna
Quien iba a pensar que un chico como yo pudiera llegar a esto
Al final hasta el propio Tom
se animó arrancándose a cantar con su amigo, y de hecho lo hacía muy bien…
Oh Yo, acabo de morir en tus brazos esta noche
Debió ser algo que dijiste
Acabo de morir en tus brazos esta noche
Oh, Yo, acabo de morir en tus brazos esta noche
Debió ser alguna especie de beso
Debería haber huido
Oh Yo, acabo de morir en tus brazos esta noche
Debió ser algo que dijiste
Acabo de morir en tus brazos esta noche
Oh, Yo, acabo de morir en tus brazos esta noche
Debió ser alguna especie de beso
Debería haber huido
¿Hay alguna causa para sentirme así?
En la superficie soy un nombre en una lista
Trato de ser discreto, pero entonces lo arruino de nuevo
He perdido y encontrado, es mi error final
Ella ama por Poder, lo toma todo sin dar
Porque he estado emocionado con una fantasía muchas veces.
Oh Yo, ¿acabo de morir en tus brazos?
Fue una noche larga y caliente
Ella lo hizo fácil, ella hizo que se sintiera bien
Pero ahora ha terminado, ese momento se ha ido
He seguido a mis manos, no a mi cabeza, sé que estaba equivocado.
Oh Yo, ¿acabo de morir en tus brazos?
(I Just died. Cutting Crew, crédito al
autor)
Al terminar ambos se rieron un poco.
Al fin fue Tom quien algo ruborizado le confesó a su amigo.
-No tengo tu
facilidad para expresar mis sentimientos a las chicas. Bueno, no creo que
muchos la tengan. Prefiero ir más despacio.
-Más despacio
puede, pero no te quedes parado, paleto de Kansas.- Se sonrió su compañero.-
Que esto no es el baile de la granja de tu pueblo. Si no te espabilas otro
llegará y te la birlará. Aunque descuida, que ese no voy a ser yo. Palabra de compañero
de habitación.
-¡Anda!, vete a
entrenar un poco y deja que piense en mis cosas.- Repuso Tom con paciente
jovialidad.-
-Tú mismo, amigo
mío. -Y dicho esto
Roy se hizo con un balón que tenía bajo la litera. - Será mejor que me vaya a
tirar un poco...mañana tenemos entrenamiento pre partido.
Salió en dirección a la pista. Lo cierto es que él
tampoco era ajeno al interés que despertaba en esa japonesita. Pero no quería
involucrarse con una chica como ella, pese a su fama de conquistador y ligón
empedernido tenía sus normas. Con tías dispuestas y más experimentadas sí, pero
con una recién salida del cascarón como Connie o la propia Birdie como a veces
la llamaba para pincharla. ¿Beruche? ¿El cubo de hielo? Casi se rio él solo
cuando se sorprendió pensando aquello. Esa le estrangularía si se enterase de que
su hermana fuese a salir con él. ¡Y más después de lo sucedido en la piscina! No,
Connie desde luego era una chica más del estilo de Tom. Ambos eran un encanto,
recatados y con un carácter dulce. Lo que le había dicho a Tommy pese a estar
disfrazado en parte de broma era la pura verdad. Seguro que si su amigo
conseguía que ella se fijase en él iban a hacer una estupenda pareja. Y Bertie,
pues...era Bertie, al parecer no necesitaba a ningún hombre y dudaba de que
alguno pudiera aguantarla cuando se enfadaba.
-¿Será de la otra acera? - Se dijo él sopesando
aquello tan sólo por unos instantes. - No lo creo, eso se hubiera sabido
enseguida. Y además Melanie la tiene entre ceja y ceja. Bueno, Mel mira mal a
cualquier chica que se me acerca. Tampoco eso cuenta mucho.- Suspiró
conjeturando.- Lo que le pasa es que sólo está aquí para licenciarse. Quizás
tenga a un “Hiromoto” o alguien así en Japón. ¡Bah!. De todos modos es una frígida,....excepto
para dar bofetadas. Sacude bastante bien la tía.
Recordó todavía el daño que le había hecho aunque
admitiendo que él mismo se lo había ganado a pulso. Ahora sonrió moviendo la
cabeza. En el fondo era muy bruto a veces. ¡Pobre chica!
-En fin, ya lo arreglaré mañana. Le pediré disculpas
y todo eso.
Suspiró y prefirió dejar de pensar en ello,
metiéndose en el campo que estaba vacío a esas horas...
Entre
tanto Cooan dejó a su hermana en el cuarto, Beruche estaba cansada tras ese
berrinche, despotricó un poco más sobre “su atolondrado y zafio” compañero de
pupitre y no tardó en meterse en la cama. Ella en cambio no deseaba dormir y
quiso salir a dar un corto paseo antes del toque de queda como lo llamaban
allí. Y según tenía entendido, Roy solía ir a entrenar a según qué horas...
-Quizás con un poco de suerte. Esté por ahí. -
Pensaba emocionada.-
En la cancha, el chico estaba lanzando a canasta,
con una precisión casi mecánica encestaba uno tras otro sus lanzamientos. Después
hizo unos cuantos mates con bastante fuerza. Sudando se detuvo a descansar y a
secarse con una toalla. Desde el fondo de la pista se escucharon unos aplausos
y el típico grito de ánimo de la Golden. Roy se volvió y miró hacia allá,
sonrió entre sorprendido y divertido. Era Cooan que, andando lentamente, se
acercó hasta él con las manos a la espalda.
-¡Muy bien, eres realmente bueno! - Sonrió ella evidenciando su admiración mientras reanudó
unos tímidos aplausos. -
- Hola, ¿qué haces por aquí tan tarde, Connie? -
Preguntó él, empleando ese apodo que le había puesto desde el primer día y que
tanto parecía gustarle a la muchacha. -
Ella miró su reloj, y en efecto éste marcaba ya las
diez de la noche.
- He salido a dar una vuelta para relajar el
ambiente, mi hermana está algo nerviosa con todo lo que tenemos que estudiar y quería
estar sola, ya me estaba volviendo. - Mintió Cooan -...
Aunque
su interlocutor enseguida se dio cuenta de eso Ahora incluso se sentía peor por
lo sucedido. Estaba claro que esa muchacha no se lo iba a reprochar
directamente pero lo sabría de seguro. Se acercó a ella con el balón bajo el
brazo y dijo en tono conciliador.
- Si es por lo que le he hecho esta tarde lo siento.
No quería avergonzarla, ni ofenderla ni nada parecido, es que yo soy así de
bruto a veces. Pero no lo haré más, te lo prometo. Pídele disculpas de mi parte,
yo se las pediré otra vez mañana. ¡Si es que no me mata al verme! - Se apresuró
a declarar él con sincero arrepentimiento. -
- No te preocupes, se le pasará - respondió la
muchacha sin darle importancia para sorpresa de él. Añadiendo luego con visible
interés. - A propósito, ¿cuándo es el partido?
- Bueno pues… déjame pensar. La semana que viene y
es el primero de la pretemporada - Contestó Roy, feliz y aliviado por cambiar
de tema. –
También estaba sorprendido, lejos de reprenderle o
echarle en cara aquella acción, lo que podía haber entendido, Connie no parecía
en absoluto molesta con él. ¡Desde luego ésta no era como su hermana, menos
mal! , pensó por unos instantes para recordarlo y añadió más distendido.
- Debemos hacerlo bien y ganar para empezar con buen
pie la preparación para la liga. Nos jugamos el prestigio de la Universidad.
- Estoy segura de que ganaréis, y yo estaré allí
para animaros. - Sonrió Cooan. -
- Claro - repuso sonriendo el chico- ¡ven a vernos!
, se suele dar acceso gratis pero muchas veces se llena. Si quieres entradas...
- Gracias pero no las necesito - contestó ella
dándose un fingido bombo - desde hoy soy... ¡tachan!...- puso sus brazos en
posición como si sostuviera unos invisibles pompones y anunció. - ¡La nueva
chica animadora!... ¡Let´s go Golden!.. -
exclamó ejecutando algunos pasos ante la mirada complacida de Roy. -
- Vaya, me alegro mucho, ¡enhorabuena, te aseguro
que no admiten a cualquiera! Sobre todo Melanie, ella es muy estricta para eso.
Le debes haber parecido muy buena...- La elogió sin reservas sorprendido
también de la benevolencia de la jefa de animadoras. – Solamente que hayas
superado la prueba de selección tiene mucho mérito.
- Eres muy amable. - Pudo musitar Cooan quien
visiblemente halagada, se ruborizó ligeramente. -Muchas gracias...- en eso su
reloj tintineó y la chica lo consultó con gesto apurado, había puesto la alarma
en el momento crítico para regresar. - ¡Uy qué tarde es, las diez y cuarto! -Recitó
con preocupación. -Tengo que volver a mi habitación si no quiero que me regañen.
¿Tú no vienes Roy?...
- No aun no, estaré un rato más tirando. No te
preocupes, muchas veces lo hago, ya me conocen. – Respondió él sin
inquietarse.-
-Pero ¿Y si se entera la señorita Parker?-Inquirió
la preocupada chica.-
-Pues me llamará a su despacho y me dirá. -Y agregó tratando
e imitar la voz de aquella cascarrabias.- No tiene usted arreglo, señor Malden,
¿qué hacía usted a esas horas de la noche en la cancha?
Desde luego estaba acostumbrado a cometer faltas
mucho más serias que esa pero no tenía necesidad de ponerse a comentarlo ahora.
A todo eso Connie se reía divertida. Y él afirmó sonriente a su vez.
-La señorita Parker ladra mucho pero no muerde.
Bueno, no demasiado.- Matizó.-
- Pues hasta mañana entonces. ¡Que entrenes bien! - Le
deseó sinceramente su interlocutora que se despidió saludando con la mano. -
Roy
se quedó pensativo en tanto la veía marchar. Connie era una muchacha
encantadora, no había muchas así en la universidad, con esa alegría tan sincera
y cándida. Parecía descubrir las cosas por primera vez. Aquello le reafirmó en su
opinión anterior. Esa chica desde luego estaba bastante alejada del estereotipo
de mujer con el que él se relacionaba. En cambio cuadraba con Tommy de
maravilla. Pudo incluso llegar a
imaginarles juntos paseando de la mano y hasta bailando y sonrió.
-Sería muy bonito verles juntos. Este Paleto de
Kansas necesita una chica así a su lado…- reflexionó con cierta nostalgia ahora.-
Al menos él podría encontrar a la chica de su vida en ella. En mi caso no es tan
sencillo. No he logrado realmente que ninguna provoque ese efecto en mí. En
fin, hubo una, pero no era mutuo.
Ahora lamentaba cada vez más lo ocurrido con Beruche
que, en el fondo, (aunque sea muy en el fondo según parecía) tampoco era mala
chica. Se encogió de hombros y siguió tirando a canasta. Al cabo de unos
minutos el conserje le avisó que iba a cerrar.
-¡Oye Roy,! me tengo que marchar…
-No te preocupes, Roger.- Repuso él.- Ya cerraré yo
luego.
Como fruto de
una norma no escrita el empleado que ya le conocía accedió y se fue. Pasaron
diez minutos y desde el fondo del recinto se escuchó una extraña voz, que sonó
fría y sibilante.
- Vuelve con nosotros, debes cumplir con tu misión.
Roy
se giró dejando de tirar y con el balón bajo el brazo, apoyado contra su
costado, sonrió moviendo la cabeza para decir con desgana.
-¡Venga ya! Jim, Mark, Jack... ¿creéis que me vais a
asustar? Esas bromas tan estúpidas no se le gastan ni a los novatos.- Simuló un
temblor de piernas y añadió con afectación. -¡Oh sí, me muero de miedo, lo
habéis conseguido!- Y siguió tirando despreocupadamente. -
Pero
aquella voz volvió a escucharse desde otro lugar del recinto, aunque Roy no
lograba ver a nadie.
- Recuerda tu promesa, Armagedón. Nos ha costado
mucho encontrarte, pero tú eres de los nuestros y debes unirte a nosotros.
Al
oír ese nombre al chico le entró un escalofrío por la espalda. Su rostro cambió
volviéndose completamente serio. No
sabía porqué, pero eso no le resulta desconocido, aunque tampoco tenía idea de
su significado aunque no le gustaba. Y además, esas voces no le resultaban
familiares en absoluto.
-¿Quién anda ahí? esto ya no tiene gracia. ¡Salid de
una vez!- Les pidió recorriendo el lugar con la mirada sin lograr descubrir
ninguna cosa extraña. Aparentemente no había nadie más allí. – Vamos, ¿quiénes
sois?
No
hubo respuesta, Roy esperó un rato pero aquellas voces habían callado ya, al
parecer definitivamente. Dejó de tirar y lentamente recogió el balón. Nuevamente
miró hacia las gradas pero siguió sin ver nada ni a nadie. Tras unos momentos
de silencio esperó algo más por alguna otra palabra pero fue en vano.
Convencido de que quien quiera que fuese ya se ha ido apagó las luces y cerró el
pabellón volviendo a su habitación. Eran ya más de las once y media. Al entrar
Tom estaba a punto de acostarse tras haber repasado un poco sus apuntes. Roy entró
dejando el balón de golpe sobre la mesa. Su amigo se giró sobresaltado.
-¡Eh no hagas tanto ruido, tío! , es muy tarde
¿sabes? - Le reprendió de forma cortés.
-
No
obstante su compañero no pareció escucharle, iba enfrascado en sus pensamientos.
Se metió en la ducha y al terminar se acostó en su litera. Tom le miró entonces
con preocupación.
-¿Estás bien?- le inquirió éste que sigue mirándole
bastante extrañado. - Vienes como si hubieras visto un fantasma.
- Algo parecido.- Reconoció Roy pensativo para
confesarle. - He escuchado algo raro en la cancha, una voz muy desagradable
se dirigió a mí y me dijo cosas que no
entiendo, pero que me resultaban familiares.
-¡Ja! - repuso su amigo con tono burlón. - Será tu
conciencia que te dice que estudies más y dejes en paz a las chicas. O cosa de
Jack y los chicos ¡acuérdate del año pasado!
- Tommy - respondió Roy con tono inquieto. -Te estoy
hablando muy en serio. He sentido algo que casi me ha paralizado. No sé cómo
explicarlo, una especie de escalofrío, al oír un nombre muy raro, Armageon o
algo así.
- Pero Roy. - Tom se sonrió nuevamente tratando de
calmar a su amigo. -¿Y te preocupas por eso? Será una broma de los del club
Landa, son unos cachondos mentales, ya sabes...han podido poner un micrófono o
algo así.
¡Claro!,
lo cierto es que no se le había ocurrido. Roy sonrió ya más despreocupado,
quizás su amigo tenía razón. Había sido un largo día y bien podía haber
imaginado aquello, de modo que agregó con cierto tono de orgullo
-¡Lo sé!-. Yo soy el presidente...
- Mañana pregúntales y ya verás como era una broma
de ellos. - Le aseguró Tom con tono tranquilizador. -
- Será eso seguramente - añadió el chico algo más
serio - pero el caso es que no dejo de darle vueltas, se dirigieron a mí como
si me conocieran de siempre, como si les debiera algo. Ya te digo, eso me
sonaba pero no logro recordar el por qué.
- Seguro que eso te suena de alguna película de
terror de esas que te alquilas para ligarte a las nenas.- Conjeturó su amigo
sin concederle mucho crédito. -
- ¡Claro! – Acordó el interpelado riéndose aliviado
una vez más. – ¡Ja, ja, ja! , sí, debes tener razón. Parezco tonto. ¡Bueno olvídalo
y vamos a dormir! son casi las doce. Es verdad chico, debe ser mi conciencia
que me dice que mañana entreno temprano.
- Eso me recuerda que yo también empiezo a entrenar
mañana.
-¿Empezáis ya con el karate, no?- Preguntó Roy. -
- Sí, y este año tenemos campeonatos ínter universitarios.-
Le explicó él. -
-¡Uy, Uy!- Exclamó su amigo haciéndose el asustado.
- No les pegues mucho "karate kid".
- No es para tanto, idiota.- Repuso Tom riéndose. -¡Qué
no me peguen ellos a mí!, con eso me conformaría.
- No seas tan modesto, eres uno de los mejores. - Le
alabó sinceramente Roy.-
- Con “fans” como tú, lo tengo chupado. - Sonrió su
compañero agradecido por aquellas palabras. - Buenas noches y no tengas
pesadillas con la señorita Parker, porque me despertarás seguro.- Le conminó en
un tono jocoso que su interlocutor aceptó de buena gana. -
Ambos
se rieron y finalmente apagaron la luz.
Pero mientras tanto, en las afueras del campus, barrido por un viento frío, se
escuchó la misma voz y una silueta siniestra a la que pertenecía se reunió con
otras dos más.
- Nos ha costado mucho encontrarle, pero le haremos
recordar y volverá a nosotros. - Dijo una primera voz áspera y calculadora. -
- No parecía saber nada, incluso le has asustado y
eso puede ser contraproducente.- Advirtió una segunda, fría y gutural.-
- Hicieron un buen trabajo con él, pero recordará.-
Añadió una tercera voz siseante y ronca. -
- Tenemos tiempo, iremos con sigilo,- recomendó la
primera. - No nos conviene que esté a la defensiva. Le abordaremos cuando menos
se lo espere, a través de las personas que más quiera, sus amigos, sus
conocidos...
- Habrá que hacer los preparativos, convocar a los
poderes oscuros.- Recapituló la segunda. -
- Eso será fácil.- Contestó la primera voz con mucha
seguridad. Afirmando con regocijo. – Y las únicas que podrían ayudarle están
ocupadas con nuestras distracciones.
- Me encargaré de decírselo a nuestros hermanos, no
conviene precipitarse, pero tampoco perder esta valiosa ventaja. Mientras las
guerreras de la justicia sigan en su país de origen, nada tenemos que temer. Ahora
vámonos.- Remachó la tercera. -
Dicho
esto las siluetas a las que pertenecían esas voces desaparecieron y todo quedó
en calma otra vez. A lo lejos se oyeron las campanadas de un reloj dando las
doce. Roy tuvo un sueño intranquilo y alguna pesadilla que no lograba recordar
al día siguiente. Cooan tuvo en cambio sueños muy agradables, se veía saliendo
con Roy, ambos de la mano y enamorados. En sueños sonrió. Beruche soñaba igualmente,
pero era con las experiencias vividas en su nueva universidad, con sus
hermanas, con su vida pasada, todo ello como en un caleidoscopio de imágenes.
También soñaba con Roy pero pese a todo no era un sueño desagradable. Le veía y
le resultaba familiar, aunque no lograba adivinar por qué, en algún otro lugar,
en algún otro momento estaba junto a él y se sentía feliz. No sabía dónde ni
cuándo...quizás.....y en otro sueño, una gran silueta de un color blanco inmaculado,
con unos rasgos que no lograba reconocer, le sonreía...
En
Japón, horas antes, Usagi también se despertó tras un sueño. Aunque no fue tan
placentero como el de su amiga. Se veía a sí misma, como Guerrero Luna y a sus
propias compañeras, tratando de hacerle frente a una especie de densa neblina
con forma antropomórfica. Ésta se condensaba y reía con una gutural y terrible
carcajada. No obstante, pese a sus esfuerzos y los de sus amigas eran incapaces
de destruirla. Es más, aquello crecía. Amenazando con sumirlo todo en la
oscuridad. Entonces, ante ellas apareció una silueta de hombre. Era una figura
alta y fornida, que brillaba con tonos dorados, emitiendo un aura con ese
resplandor que casi las cegaba.
-¿Quién eres tú?- Pudo preguntar ella poniendo la
palma de la mano ante su propia cara para evitar que ese resplandor la
deslumbrase.-
-¡Dejadme esto a mí! No es una batalla que podáis
ganar. Ni siquiera es vuestra lucha, Sailor Moon. - Fue la respuesta que, una
voz grave y retumbante, proveniente de aquel hombre, le dio.-
No
obstante esa figura de negrura que transmitía maldad seguía ahí, y parecía seguir creciendo ante ellos. Las sailors se miraban
sin saber qué hacer y fue cuando ese extraño individuo de brillo dorado emitió
todavía más energía haciendo que ese resplandor inundase todo el lugar. Usagi
se tapó la cara con ambas manos totalmente deslumbrada y se incorporó…Estaba en
su dormitorio, ya era de día. El sol le daba en pleno rostro. La gata Luna se
había despertado a su vez y saltó sobre la cama para estar a su lado. Con
expresión inquietada le preguntó.
-Usagi- chan. ¡Es esa pesadilla otra vez!-
Su
interlocutora solamente pudo asentir despacio, todavía estaba tratando de
acondicionarse a la vigilia tras ese sueño.
-¿Estás segura de que no podemos decirles nada a las
demás?- Quiso saber la felina.- ¿Ni si quiera a nuestras amigas y compañeras
guerreras?
-No Luna…- repuso con tono suave y voz queda su
interlocutora para sentenciar.- Y menos todavía a las hermanas. Es algo que
deberán hacer ellas mismas. Solo podremos intervenir en contadas ocasiones.
Tiene que ser así. No sé por qué. Ni tengo idea de quién podrá ser esa
misteriosa figura que se aparece.
-A Mamoru le sucede igual. - Comentó su
interlocutora.-
-Sí, él ya tuvo sueños y visiones antes. Y comparte
las mías ahora. De veras quisiera poder actuar de otra manera pero esta vez la
situación no dependerá de nosotros.- Suspiró la muchacha.-
La
gata no quiso insistir. Luna sabía que aquella situación era muy complicada. Tenía
claro que su amiga había recibido más información, pero que no podía
desvelarla. Al menos aun. De pronto
Usagi, ya del todo despierta, miró el reloj de su mesita de noche saltando de
la cama con su acostumbrado grito…
-¡Ah! ¡Otra vez voy a llegar tarde!
-¡Ay, ay, ay! ¡qué cruz! – Suspiró Luna sin poderlo
evitar, sentenciando.- Hay cosas que nunca cambiarán…
Y tras apresurarse a lavarse y vestirse, Usagi salió
a todo correr de la casa llevando una tostada a medio comer sujeta en la
boca…deseando eso sí, que sus amigas en la distancia pudieran afrontar aquel
reto tan difícil que les aguardaba…
Bueno, me parece que a Roy la broma se le fue de las manos... o yo me parezco a Bertie, y por ello lo amonesto? Quizá no fuera para tanto, aunque ciertamente para mí hubiera sido demasiado xD, igual, el reconoció que paso el límite, al menos en cuanto a una persona como es su nueva compañera.
ResponderEliminarEn referencia a Cooan, creo q se esta equivocando una vez más, no en cuanto a que sea animadora, sino en su interés por Roy, porque desde luego lo primero que nos impresiona es lo que vemos, pero es la interacción la que realmente revela si puede haber algo mas y no una ilusión... es decir, esta deslumbrada, lo bueno es que este caso es por un chico que no es como Rubeus
Coincido contigo plenamente. Esa broma excedió todos los límites y él se da cuenta enseguida. Verás, Roy no es mal chico en realidad, e irás descubriendo su historia poco a poco. De hecho tengo otras historias cortas sobre él, relatando desde su nacimiento, su relación con Melanie, como conoce a Tom y sus primeros años en la universidad, hasta que se " encuentra" con Bertie en el pasillo. Y también es verdad que a Cooan le fascina la personalidad alegre y arrolladora de Roy, dejando a Tom que es mucho más tranquilo y discreto, en un segundo plano. Aunque , tal y como dices, por suerte para ella, ninguno de esos dos muchachos es Rubeus. Una vez más gracias por este interesante comentario.
Eliminar