En la clase el sitio de Roy estaba vacío. Las chicas
no lograban concentrarse en los estudios pues aun pensaban en él. Sobre todo
Beruche que recordaba con añoranza aquellas bromas y comentarios jocosos que
antaño tanto criticaba. Ahora se daba cuenta de lo mucho que en realidad la
animaba. Gracias a su compañero y a su sentido del humor (chabacano en muchas
ocasiones por qué no decirlo).Ella fue redescubriendo facetas y sentimientos
que hasta entonces había mantenido enterrados. Con aquel gamberro encantador,
pudo sentirse mujer por primera vez. Por supuesto que no en el sentido más
físico y prosaico del término, si no en su actitud y sensibilidad. Jamás había
experimentado cosas similares fuera de su familia. Con Roy todo fue nuevo y
familiar a la vez. Había llorado por su culpa, (malditas bromas de principio de
curso que evocaba ahora con una sonrisa), había reído con él e incluso
éste la había sacado de sus casillas con su irresponsabilidad. Por el
contrario, también la había animado y apoyado cuando ella tuvo necesidad y lo
hizo con una sensibilidad que jamás pudo sospechar que él tuviera y sobre todo,
la respetó siempre. Bueno, no al principio, pero pese a todos sus atropellos,
siempre sabía cómo hacerse perdonar con aquella expresión desconcertada de niño
travieso que parecía no ser consciente de las villanías que hubiera cometido.
Ahora que ella lo meditaba, realmente se daba cuenta del verdadero alcance de
su conversación en aquel foso. Roy le confesó la misma esencia de su interior.
Él no era la persona que a primera vista parecía. Bertie comprendió que, en
cierto modo, ambos eran iguales. Habían representado un papel por exigencias
del guion que había elaborado su destino. Y ese chico contribuyó a que ella
misma redescubriera su faceta más humana. Pero, ¡cómo imaginar que el sino de
Roy iba a ser tan terrible! Ella al menos pudo escapar de su pasado, a él le
había perseguido siempre, allí agazapado en un rincón de su alma, aguardando
tomar el control. Pensaba en todo esto y ahora sólo podía recordar con
impotencia y tristeza infinita el rostro contraído de su compañero, su miedo y
su angustia al ser dominado por ese cruel demonio. ¡Cuánto había sufrido y como
debieron de derrumbarse en un instante todas sus ilusiones! Era irónico, cuando
parecía que sus mayores deseos podían cumplirse, llegar a ser profesional y
jugar en uno de esos equipos. ¡Cómo le dolía ahora a ella el haberse burlado en
ocasiones de “su baloncesto”!. Demasiado tarde lo entendía, no sólo era un juego,
era su único nexo con la memoria de sus padres, en cierto modo era su vida y la
mejor manera de salir de su dolor. Un recordatorio a la memoria de su familia
como las flores en la carretera. Y todo eso truncado por un maldito monstruo
del infierno ¡Pero ella no lo iba a permitir!, no podía creer las palabras de
Armagedón. Él no era Roy, no lo era en absoluto. El amigo que había aprendido a
querer y con el que había compartido ese casi último año no podía ser una mera
careta ni un muñeco. Más que nunca debía tener coraje y valor y luchar por
liberarle. ¡No se rendiría!, de alguna manera expulsarían a ese engendro de
Satán y Roy volvería. El muchacho podría continuar con su vida y realizar sus
anhelos, lo mismo que ella, Cooan o Tom. Ahora que la culminación de sus sueños
estaba al alcance de la mano no iban a ceder y lo conseguirían todos. Así
tendría que ser, eso pensaba ella y ese convencimiento le ayudaba a ser fuerte
en las horas de clase cuando se sentaba junto al sitio vacío...
-No me
rendiré, nunca lo haré.- Se decía tratando de reunir toda su determinación.- Te
salvaremos.
Cooan también estaba decidida, había recobrado
la fe en los hombres, no todos eran como Rubeus, no tenían por qué serlo.
Incluso aquel mismo no siempre fue un manipulador engreído. Al principio
parecía realmente un buen muchacho deseoso por servir al príncipe y cuando
ellas llegaron a la corte y fueron puestas a su servicio nunca las trató con
desdén. Era otro crío como ellas que había sido apartado demasiado pronto de sus
padres para hacer carrera. Con una gran responsabilidad producto de las altas
expectativas que tenía puestas en él. Y la joven creció y se hizo adulta con
aquel modelo de persona. Rubeus guió sus pasos y le sirvió como referencia para
todo. Ella le amó aunque ahora, con la perspectiva del tiempo transcurrido y su
mayor experiencia y madurez, comenzaba a dudarlo. Rei tenía razón, aquello no
fue verdadero amor. Realmente se trató de admiración. La chica siempre le puso
en un pedestal, para Cooan todo lo que él hacía o decía era ley. Además, Rubeus
siempre dijo que todos ellos servían al príncipe. Siempre hablaba del grupo
como un colectivo y les prometía que tanto ellas como él obtendrían la gloria y
la satisfacción de servir a su planeta. Se daba cuenta de que aquel desgraciado
al final fue tan títere del Sabio y sus intrigas como ellas mismas. Igual que
Diamante y su hermano Zafiro e incluso la propia Esmeralda pese a su altanería.
Y no se dieron cuenta hasta que fue tarde. Por lo menos ellas pudieron
rectificar gracias a las guerreras y siempre las estaría agradecida por ello.
Zafiro también lo entendió al fin y quiso cambiar pero no pudo vivir lo
suficiente como para poder hacerlo, al igual que su hermano el príncipe. Según
les contó Usagi, Diamante se enfrentó al Sabio y murió por salvar a la Guerrera
Luna...Y ahora la historia parecía condenada a repetirse. ¡Pobre Roy!, Cooan
apreciaba a ese muchacho, incluso se sentía muy atraída por él desde que le
viera por primera vez. Era alocado y sinvergüenza a la vez que encantador. Muy
diferente de Rubeus y de los otros hombres que había conocido en Némesis, sólo
volcados en sus propias ambiciones, prisioneros de sus objetivos. Después, en
la Tierra, tampoco hizo amistades puesto que sus estudios y su trabajo la
absorbieron y ella se abandonó a la rutina diaria, anhelando olvidar su
desengaño. Sin embargo aquí, en otro país, parecía poder empezar de nuevo y sus
defensas habían caído. Se sintió capaz de amar, y esta vez de veras. No se
atrevió a decirle nada porque le imaginaba inasequible pero no había perdido la
ilusión hasta la llegada de ese maldito demonio. Cooan no podía soportar que
los dos únicos hombres por los que había sentido algo hubieran sido poseídos
por el mal y que ambos se perdieran irremediablemente. Con Rubeus nada pudo
hacer pues ella misma estaba corrompida y casi sucumbió también al lado oscuro.
Aunque con Roy era diferente, le había conocido tan alegre y despreocupado, tan
bullicioso y amante de la vida que no era capaz de asimilarlo. Sobre todo cuando
la propia chica estaba en disposición de valorar todas esas cosas. ¡No, no lo
consentiría! Seguro que entre Usagi, Rei, Ami, Tom (magnífico muchacho al que
igualmente apreciaba de veras) y su hermana Bertie, le liberarían.
-Usagi
podrá purificarle con el Cristal de Plata. ¡Estoy segurísima!- Pensaba con
optimismo.- Y volverá a ser él otra vez.
Tom por su parte, estaba fuera tratando de buscar
ayuda para su compañero, le costó pero logró contactar con su mentor y aprender
muchas cosas que le serían útiles. Incluso la verdadera razón de los ataques
demoniacos a sendas iglesias, ¡era demasiado terrible para ser verdad! No
obstante, eso le hizo estar más decidido que nunca. Haría lo que fuera con tal
de liberar a su amigo y evitar el siniestro plan que los diablos trazaban. Esos
bastardos no ganarían, estaba deseoso de volver y ajustarles las cuentas. Pese
a que la chica de la que estaba enamorado sólo pensara en Roy y eso le doliese.
Pero no había tiempo de lamentarse por lo aparentemente inalcanzables que eran
sus propios deseos. Lo más importante era su compañero y amigo, amén del resto
del mundo, claro. Además, Tom tenía sus esperanzas pues dudaba mucho de que Roy
correspondiera a los sentimientos de Connie.
-Espero ser
capaz de aprender todo esto que me han enseñado.- Se decía.-
Estaba alojado en un modesto motel
rural. En otro estado. Tuvo desde luego que buscar a su amigo y maestro como si
de la caza de un tesoro se tratase. A base de pistas y yendo de un lado para
otro. Tras verle al fin y escuchar atentamente meditaba en su habitación.
-Cuando
vuelva, haré todo cuanto esté en mi mano por ayudarle. ¡Ojalá sea suficiente!
Por su lado las guerreras estaban haciendo
averiguaciones cada vez más preocupantes. Merced a la capacidad de
investigación de Ami y el apoyo de Luna y Artemis. Desde Japón los gatos fueron
también atando cabos, esa secta no era un fenómeno aislado. Y esos demonios
pretendían algo muy concreto. La prueba final de esas sospechas estaba en la
sistemática destrucción de centros religiosos ubicados en los cinco
continentes. Demasiado para un grupo de alcance local. Era como si estuvieran
buscando algo. ¿Pero qué? ¿Con qué objetivo? Debían indagar mucho todavía para
tener algo más sólido y pasaron días. Beruche y Cooan apenas pudieron unirse a
ellas hasta que llegaron unas cortas vacaciones, tan pronto como se presentó la
oportunidad fueron a verlas a su hotel, allí se enteraron de lo que éstas
habían averiguado.
- Entonces, ¿ya sabéis quienes son esos seres y lo
que pretenden?- Les inquirió Bertie con tono y gesto expectante. -
- Todavía no estamos seguras del todo. - Contestó
Ami – pero, por lo que hemos oído en las zonas donde suelen moverse, se trata
de una secta satánica que manipula a la gente con la que contacta.
- Son muy peligrosos. - Añadió Rei con honda
preocupación. - La gente de esos alrededores estaba muy asustada y lo peor es
que la policía no puede intervenir. Nunca hay pruebas de nada ¡Nadie quiere
hablar! Y ganan adeptos día a día. Yo diría que están infiltrados en círculos
de poder muy importantes. Como si hubieran permanecido en letargo y esperasen
este preciso momento para salir a la luz.
- Es cierto. - Agregó Ami con visible preocupación
según les desvelaba. - Todo apunta a que preparan algo serio, el dominar a Roy
parece que hubiera sido un paso previo para algo más importante y no el fin. Es
como si estuviéramos sentadas sobre una bomba. ¡Sabe Dios cuando estallará!...
- Esto está aún más enredado de lo que pensábamos.-
Añadió Usagi rascándose la cabeza pensativa. - ¡Bueno, vamos a poner la tele!,
aunque apenas lo entienda en inglés, será mejor que no ver nada. Además, si
tenemos suerte puede que digan algo sobre esas misteriosas explosiones.
Beruche y Cooan habían oído algo sobre eso, pero no
lo relacionaron con los demonios ni la Secta. Ellas habían estado centradas
únicamente en la universidad y en sus propios pensamientos, no creyeron que la
cosa llegase a tener tanta difusión. Pero recordaron las palabras de Valnak y
Armagedón, “dominar el mundo”. Eso tenía sentido, pero ¿cómo?, ¿destruyendo
iglesias? Aquello era absurdo, aunque posiblemente las guerreras tuvieran
alguna explicación.
-¿Dónde
está el mando a distancia?- Quiso saber Usagi.-
-Estás
sentada encima de él.- La indicó Ami suspirando
pacientemente.-
-¡¡Uy, es
verdad! Qué tonta! ¡Ja, ja, ja! –Se rio su compañera llevándose la mano al
cogote.-
-Desde
luego, ¡Siempre igual! – Le susurró Rei a Cooan que esbozaba una sonrisita de
circunstancias.- Con lo que nos han costado estas habitaciones y será capaz de
romper algo antes de que nos vayamos.
- Ahora que
lo decís es cierto. ¿Cuánto tendréis que pagar?...- Quiso saber Bertie con
inquietud y algo de sentimiento de culpabilidad.- ¿Podemos ayudaros?...
Pero antes de que sus amigas pudieran replicar a eso
Usagi conectó al fin el televisor con el mando a distancia. Justamente estaban
dando noticias y la voz “en off” del locutor comentaba la imagen de un solar
calcinado en estos términos.
- “Y ésta es otra de las catedrales que ha quedado
completamente en ruinas. Esta vez en Ciudad del Cabo, Sudáfrica. Con esta
ya van cuatro en menos de tres semanas, sumándose a Sídney, Londres y Madrid.
La Interpol tiene motivos para pensar que pudieran tratarse de atentados
integristas que”...
Rei desconectó el aparato con expresión cansada, estaba claro que esa gente no
tenía ni la menor idea de lo que decía...
- ¡Otra vez! - Comentó Cooan con resignación - y
nunca se conocen las causas, pero presiento que esos seres diabólicos están
detrás de esto. Tal y como vosotras pensáis.
- Pero nos falta el motivo, el móvil. - Objetó Ami
con tono pleno de inquietud.- Debemos descubrirlo para saber a qué juegan. De
lo contrario estaremos dando palos de ciego.
- Así es. - Convino Beruche. - La destrucción de
algunos monumentos religiosos en sí no tiene sentido. Debe de haber algo más.
- Quizás esos lugares escondan algo que les interese
poseer o neutralizar. Igual que los cristales punto que nosotras vinimos a
destruir. - Conjeturó su hermana. -
Todas la miraron con inicial sorpresa y posterior complicidad de pensamiento,
aquello desde luego, podría ser una posibilidad, de hecho era lo más lógico.
Pero seguían sin saber de qué podría tratarse...
-Daría lo
que fuera por averiguarlo.- Musitó Cooan. -
Sustentando las sospechas de la muchacha, al otro lado del mundo Valnak y
Armagedón levitaban sobre las ruinas de la ciudad, fuera del alcance de las
cámaras. Habían eliminado sin dificultad a todo el que trató de oponérseles. Y
es que los demonios entre tanto habían comenzado su particular colecta. Tal y como habían calculado,
pese a las medidas de protección que amparaban a esas piedras, lograron hacerse
con ellas usando potentes conjuros que destruían los lugares en donde éstas se
albergaban. Valnak sonreía comentándole
a su compañero con visible buen ánimo.
-¡Todo está
saliendo perfecto! ¡Mejor de lo que
pensábamos!
- Sí - Convino
Armagedón. - Y dentro de poco cumpliremos nuestro objetivo.
- Y esta vez
no habrá deslices ni enemigos inoportunos. - Aseguró su compañero. -
- No debes
confiarte demasiado. La falta de cautela es muy peligrosa. - Le previno
Armagedón. -
- Los únicos
que yo sepa que pudieran derrotarnos, la raza de los solares, no existen ya. -
Repuso Valnak. - Si acaso tú posees al último de ellos.
- Pero este individuo
que lo ocupaba antes no logró alcanzar su cenit. - Objetó el otro demonio con
cierta preocupación en su tono. – Tendría que haberlo hecho antes de
despertarme.
-¡Ahora
podrás conseguirlo! - Le alentó Valnak. -Te has reencarnado con ese cuerpo y
has seguido su mismo desarrollo, esta vez no eres un intruso en él. Eres parte
integrante…
- Sí, pero...
Armagedón no continuó, su compañero le observó con un gesto concernido
e inquirió extrañado.
-¿Algo no va
bien? -
- No, todo
está perfecto. – Aseguró el interpelado - Lo único que pasa es que esa maldita
traidora hizo una buena labor con el sello y me ha costado mucho romperlo.
Menos mal que pude contar con tu ayuda.
- ¡Para eso
estamos los amigos! - Se rio su colega.-
-Por cierto.-
¿Hiciste lo que te pedí?- Quiso saber Armagedón.-
-Por
supuesto.- Afirmó su contertulio, agregando.- Lo que no comprendo es que tiene esa
chica humana de particular.
-No es exactamente
ella, pero conoce íntimamente a alguien que sí lo tiene.- Le respondió su compañero
con tono entre burlón y enigmático.-
-Bueno, tú
sabrás lo que dices.- Replicó Valnak tras encogerse de hombros, añadiendo.- A
mí me pareció una desequilibrada. En otro momento sería divertido ver por dónde
sale, pero ahora no estoy para esa clase de juegos. Bastante tengo ya con esta
misión. Llevaba aguardando durante muchísimo tiempo por esta oportunidad.
Su acompañante asintió, mirándole con
curiosidad para añadir.
- Tienes que
ponerme al día de muchas cosas. ¿Qué noticias tienes de los círculos interiores?
- Ya sabes
que de las profundidades apenas llega nada. Pero en nuestros círculos está
claro que la quinta Columna se ha extendido y sabemos quiénes son algunos de
sus cabecillas. De otros únicamente sospechamos, pero será mejor no correr riesgos
innecesarios. - Le comentó Valnak, añadiendo con mayor despreocupación. - Pero tranquilo,
una vez destruyamos este planeta no tendrán nada por lo que luchar y podremos
eliminarlos.
- Yo tengo
verdaderos deseos de ajustarles las cuentas a algunos de ellos. - Replicó Armagedón.-
para empezar, a los que me sellaron en este cuerpo.
-Y tendrás la
ocasión, amigo. ¡Esto sólo es el comienzo de nuestro triunfo! - Aseguró Valnak
recreándose en aquellas palabras al sentenciar. – Haremos averiguaciones y
sabremos al fin quienes estuvieron detrás de eso.
-De aquellos
que has mencionado antes. ¿Sospechas de alguien en particular? - Quiso saber su
interlocutor.-
-Tengo mis
sospechas, sí, pero deseo asegurarme. En cuanto hayamos llevado a cabo nuestra
tarea principal me centraré en eso.- Le aseguró su compañero.-
Su
colega asintió con la misma seguridad mientras ambos observaban satisfechos los
restos de aquella construcción. Al final sólo había
quedado una pequeña parte de la iglesia en pie. Armagedón levantó un brazo y,
apuntando con la palma de su mano hacia ella, lanzó un rayo de energía que la
destruyó hasta sus cimientos. Entre las ruinas se pudo ver un punto de luz.
- Ya tenemos la cuarta de las cinco piedras.- Sonrió
su compañero con el semblante muy complacido. Apuntando hacia su objetivo con
el gesto de una mano la hizo levitar hasta él arengando. - ¡Nos perdamos tiempo
y vámonos a por la última!
- Sí, y por las indicaciones del Sabio, creo que ya
sé dónde se encuentra. – Sonrió Armagedón. -
- Si nuestras enemigas son listas puede que también
lo averigüen. - Objetó su interlocutor.-
- Eso espero, me proporcionaría un enorme placer
liquidarlas después de recobrar la quinta piedra. - Aseveró su camarada sin
ocultar una amplia sonrisa de regocijo. – Sería el broche perfecto…
Valnak asintió también con verdadero entusiasmo.
- Sea como tú dices. – Sentenció. - Ahora debemos
ocuparnos de otros asuntos...
Y ambos desaparecieron de allí. En la ciudad, con la vuelta de Armagedón, los
sectarios se enfervorizaron. Al día siguiente de este último ataque y siguiendo
órdenes superiores provocaron numerosos altercados en las calles. La ciudad
entró en una escalada de violencia que obligó a declarar la ley marcial. En el
campus las clases tuvieron que ser suspendidas. Beruche y Cooan, con las pocas
reservas de la beca que les quedaban, tomaron un apartamento en la ciudad para
poder vigilar más de cerca los movimientos de la secta. Entre tanto, en las
afueras de la urbe, los fanáticos provenientes de todos los puntos del país se
concentraron, dispuestos a tomar la ciudad. Los demonios flotaban sobre ellos y
ocultando sus rostros bajo sendos yelmos, Armagedón con su les arengaba.
-¡Oíd, Oíd! - Gritaba exultante por encima de la
multitud. - ¡Debéis destruirlo todo! , no dejéis piedra sobre piedra, y matad a
todo aquel que se interponga en vuestro camino. - Todos le jalearon pero
Armagedón hizo un silencio extendiendo los brazos y prosiguió ahora con un tono
más suave. -Queridos adeptos. Recordad la gran promesa. ¡Dentro de poco
comenzará una nueva era, nuestra era! El reino del miedo y la oscuridad.
Al menos para nuestros enemigos. Por el contrario a vosotros, el Maestro
llegará y os recompensará. ¿Me habéis oído?...
-¡Te oímos y obedecemos, te oímos y obedecemos,
señor! - Gritaron todos a coro completamente entregados a la alocución.-
-¡Y conduciremos un ataque como no se ha visto jamás
para mayor gloria de nuestro reino! - Afirmó Armagedón. -
Su compañero, sonriendo complacido, se acercó a la espalda del orador para
comentarle con un susurro...
- Nosotros debemos ir a buscar la última de
las piedras. Deja esto para los esclavos, también se merecen un poco de
diversión. Y todavía nos son útiles…
- Sí, tienes razón – asintió Armagedón
sonriendo divertido. – Hay que contentarles, por el momento…
Sin más los dos desaparecieron del lugar dejando a sus fanáticos
adoradores que se dispersaron dispuestos a comenzar su tarea. Una de
ellas era April. Aunque la chica no estaba allí por ser devota de aquellos
extraños seres, sino por otra causa que le preocupaba mucho más.
-Ese hombre me dijo que Paige estaría aquí. Que
estaba metida en este grupo.- Pensaba con preocupación y horror.- ¡No puedo creer
que mi hermana pertenezca a una secta satánica!
Aunque
eso no fue lo único que aquel tipo le contó. Aun recordaba algunas de las
últimas palabras que le dijo.
-Tienes una pequeña sobrina de la que preocuparte.
Por
ello, la joven intentaba buscar a Paige entre aquella muchedumbre de
desquiciados. Al menos llevaba una especie de pentáculo que hacía que el resto
de los allí congregados la mirasen con respeto. De hecho, preguntó a algunos.
-¿Habéis visto por aquí a una mujer de pelo moreno,
más o menos de mi altura?
-No hermana.- Respondían algunos.- Pero si la vemos
le diremos que la buscas.
Y
después de un buen rato, decidió retornar a la universidad. A pesar de todo era
el mejor sitio para refugiarse. Muchos alumnos se habían ido, aunque todavía
quedaban un buen número de ellos.
-Mel también está allí. Es mejor que esté a su lado
por si puedo protegerla. Y desde la universidad podré salir más fácilmente a buscar
a Paige. – Razonó.-
Y fue
a buscar a su amiga. Tanto ella como las otras chicas del grupo permanecían
allí. Únicamente Connie se había ido, según les explicó, a reunirse con unas buenas
amigas que habían llegado de visita. Y eso era otra cosa que le extrañaba a
April.
-Ese hombre me dijo que no perdiera de vista ni a
Connie ni a su hermana. -Recordó. -Y que le informase de todos sus movimientos.
No sé qué interés podrá tener en ellas, pero no me importa. A cambio, me
ayudará a localizar a Paige…Tendré que averiguar a dónde han ido.
Comenzó por intentar entrar en el
cuarto de esas dos. Aunque la puerta estaba cerrada con llave. Quizás la
señorita Parker supiera algo de su paradero. Decidió ir a verla. Llegó al
despacho y pudo escuchar que ella estaba hablando con alguien.
-Sí, sí…lo entiendo perfectamente. No, no sé dónde
pueda estar. Lleva días sin acudir a la universidad. Después de ese incidente
tan desagradable. Posiblemente sea expulsado, sí.- Suspiró ahora.- ¿Cómo?...
¿Pero qué quiere que yo haga?...eso que hizo va contra las normas y además es
incluso un delito…Sí, ¡sé lo que prometí!... – Se irritó ahora Parker.- ¿Qué
cree, que no desearía poder ayudarle?. Bien, confío en usted, si de veras es
así, haré cuanto pueda por ese chico. Adiós…
La jefa
de estudios oyó como alguien tocaba a la puerta, tras recomponerse de su agitada
conversación respondió.
-Pase…
Vio
entrar a una de las chicas del grupo de las animadoras. Esta, sonriendo algo
forzadamente la saludó.
-Buenos días, señorita Parker. Verá, venía a pedirle
ayuda.
-¿Qué ocurre, señorita Sinclair?- Se interesó de inmediato.-
-Bueno, quizás le parezca algo tonto por como se han
puesto últimamente las cosas en la ciudad, pero estoy preocupada por el
paradero de mi compañera Connie. Lleva días sin venir a la facultad ni a
nuestros ensayos.
Su
interlocutora suspiró, moviendo la cabeza para replicar con cierto tinte de
reprobación.
-Señorita Sinclair, comprenda que, tal y como en
efecto están las cosas, los ensayos de las animadoras no son precisamente mi
mayor preocupación en este momento. Además, no son tampoco de mi competencia.
-Lo sé, señorita, pero entre lo afectada que Melanie
se encuentra por aquello que pasó, ya me entiende.- Comentó con prevención, no
deseando nombrar abiertamente al causante de esa situación.- Si a otra más de
mis compañeras le sucediera algo ahí fuera me sentiría muy mal…a fin de cuentas,
ellas y su hermana son extranjeras y no conocen la ciudad.
Eso
hizo reflexionar a su contertulia. Al fin, para alivio y regocijo de April, Parker
cedió.
-Tengo una dirección que me dieron poco antes de salir
de la facultad. Dijeron tener visitas del extranjero y que debían alojarse
fuera para atenderlas. Me dieron una dirección.- Comentó, eso sí, aclarando.-
No estoy autorizada a revelársela a nadie, pero puedo darle a usted un número
de teléfono. El que me facilitaron para informarlas de cualquier cambio o
novedad.
-¡Muchísimas gracias!- Sonrió ampliamente ahora la
joven.- Al menos podré hablar con ella para saber si están bien, ella y su
hermana.
-Me alegra ver que usted se preocupa por sus
compañeras.- Asintió Parker.-
Y
tras esas palabras a las que April asintió, la chica se marchó del despacho,
pensando con optimismo.
-Bien, esto ya es un punto de partida para comenzar…
Mientras tanto, y tras horas de investigación y
esfuerzo, Ami descubrió en su ordenador que la última piedra que la secta
codiciaba se encontraba bajo los sótanos de una iglesia de Manhattan.
- ¡Debemos ir hacia allí enseguida! - dijo Rei de forma
imperiosa. - No deben apoderarse de ella.
- Creo que conozco la zona. - Comentó Bertie inquiriéndole
a su hermana. - ¿No fue dónde estuvimos de visita con los chicos?
- Sí. - Convino ésta que aún lo recordaba mejor para
añadir. - La misma iglesia en la que Roy hizo su comunión, conforme al rito
católico según creo.
- Conozco el rito. – Les desveló Rei añadiendo. – Yo
estudié en un colegio católico. Quizás allí no sean tan poderosos. Siendo suelo
sagrado, eso les debilitará.
-Tendremos más
y mejores posibilidades para derrotarles.- Valoró Ami.-
- ¡Adelante entonces! - Declaró Usagi con una firmeza
y determinación que reservaba para ocasiones muy importantes. - No tenemos ni
un minuto que perder.
Todas asintieron con decisión dirigiéndose hacia allí guiadas por las hermanas,
pero según llegaron hacia la puerta de la iglesia todo parecía en calma. Afortunadamente
ésta estaba cerrada pues casi era de madrugada y no había nadie en los
alrededores. Sólo la difusa luz de las farolas iluminaba el lugar antes de que
el sol saliera, para lo que todavía restaban unos minutos. Aunque Valnak y Armagedón
se adelantaron al astro rey y aparecieron levitando en el aire, interponiéndose
en el camino de las chicas.
-¡Vaya, qué sorpresa tan agradable! - Exclamó Valnak
con rictus divertido dirigiéndose a Beruche y Cooan cruzado de brazos. - Y
además, veo que traéis compañía. – Dirigió su mirada hacia las otras chicas que
le observaban con cara de pocos amigos. El demonio añadió despectivo y lleno de
sarcasmo.- Pero no creo que os sirva de nada. ¡Aunque animaos guerreras! ,
ahora podréis ver en directo como ejecutamos los planes de nuestro maestro y
amo.- Dicho esto se dispuso a destruir la iglesia levantando su brazo derecho.
-
-¡Alto ahí! - le gritó Usagi con voz enérgica. -
¿Cómo te atreves a intentar atentar contra un lugar sagrado? Esta iglesia es un
centro de oración para los habitantes de esta ciudad y un monumento nacional.
Ha costado mucho dinero rehabilitarla y no hay ninguna en varias manzanas a la
redonda. Yo no toleraré que atentes impunemente contra el arte y...
-¿Es que no te callas ni debajo del agua, niña? – la
cortó Armagedón con tono hasta divertido. -
- No interrumpas a una chica cuando está hablando.
Es de muy mala educación. - Repuso Usagi que se quedó pensativa tratando
de recordar lo que iba a decir. -
- La verdad. - Le susurró Rei a Ami de forma que su
compañera y las demás pudieron oírlo. - Ese tipo será un demonio malvado y todo
lo que tú quieras, pero en eso tengo que darle la razón. Usagi habla por los
codos.
- Sí, es cierto. - Respondió Ami en voz alta sin pensar.
-
- Pero ¿se puede saber de parte de quién estáis
vosotras dos?- Replicó la aludida volviéndose hacia ellas enfadada y con los
brazos en jarras. -
-¿Vais a tardar mucho todavía? - Inquirió Valnak con
impaciencia -, ¿o podemos liquidaros ya? Nos estáis haciendo perder el tiempo
con vuestras tonterías.
- Ya acabo, espera un poco, - respondió Usagi
haciendo espacio las manos en demanda de paciencia y por fin añadió retomando
el hilo de su disquisición. - Iba diciendo que no permitiré que destruyáis una
obra de arte. Y por el amor y la Justicia yo...
- Espera Usagi. -Terció Ami envarada, interrumpiendo
el discurso de ésta. - ¿No estás olvidando algo?...
-¿El qué? ¿Qué pasa ahora?- Preguntó la interpelada,
roja de enfado por esa nueva injerencia. -
-¿No deberías transformarte antes?- Intervino
Beruche tímidamente. -
Todos se miraron atónitos, hasta los demonios. Armagedón sonrió malévolamente
moviendo la cabeza. Y la atención de los presentes volvió a recaer en Usagi
que, roja, (aunque ahora de vergüenza), admitía su descuido llevándose una mano
al cogote.
- Claro, ¡ja, ja, ja!...Vaya fallo ¿verdad? ¡Qué
tonta! No lo toméis en cuenta ¿eh?
Por su parte Rei, Ami y las dos hermanas se llevaban las manos a la cabeza
deseando que la tierra las tragase...
- ¡Esto es increíble!,- pudo decir Valnak con tono y
semblante aburrido. - Sois penosas, ni siquiera merecéis enfrentaros a
nosotros, os voy a eliminar ya.
- Espera. - Le pidió Armagedón con sorprendente buen
talante. - Yo me lo estoy pasando muy bien. Deja que terminen, tenemos todo el
tiempo del mundo. Y no sería lo mismo. Quiero tener la satisfacción de eliminar
a la famosa Guerrera Luna y a las otras en persona. Poco a poco. Que vean que
todos sus esfuerzos por detenernos son inútiles.
- Si es tu gusto - repuso Valnak resignado.- ¡Vamos
estúpida!- urgió dirigiéndose a Usagi con una voz gutural que retumbó por toda
la zona. -, ¡Date prisa! , se me está acabando la paciencia, tengo cosas más
importantes que hacer.
Esta vez Ami, Usagi y Rei, más serias, no se hicieron de rogar y
aprovecharon para decir sus frases de transformación. Pasados unos segundos y
tras una exhibición de luces y giros sobre sí mismas, las completaron y
aparecieron ya como guerreras encarándose con los demonios.
- ¡Vaya!, - rio Armagedón – así que después de todo
era cierto, ¡vosotras sois las famosas Guerreras de la Justicia!
- Exactamente. - Replicó Usagi en gesto desafiante,
brazos en jarras y mirada altiva, recurriendo a su japonés natal y exhibiendo
su característica pose. –¡Watashi wa bishojo senshi Sera Moon des!
¡“Tsuki ni kawatte osokio”!
- En nombre de Luna, te castigaré. – Se sonrió
Armagedón traduciendo aquella última frase y agregando para sorpresa de sus
adversarias, sobre todo de Beruche quien sintió un leve destello de esperanza.
- Yo recuerdo eso. Aunque no sé de cuándo.
- ¡En nombre de Marte pagaréis vuestra maldad! -
Añadió Rei ahora en inglés, adoptando su pose de ataque.-
- ¡Y en nombre de Mercurio os derrotaremos! -
Afirmó Ami en la misma lengua, preparándose a su vez.-
-¡Basta ya de tonterías! - Sentenció lapidariamente
Armagedón que, proyectando un rayo de energía hacia la posición de sus
enemigas, provocó una explosión que las dispersó. -
Bertie y Cooan corrieron a ayudar a las guerreras que estaban en el suelo tras
haberse lanzado en distintas direcciones para esquivar este primer ataque. Una
vez recuperadas las sailors les pidieron a las dos que se apartasen.
Valnak las miró y les dijo sorprendido y sin ocultar su desdén.
- O sea que vosotras sois las que habíais frustrado
antes nuestros planes. He de admitir que no lo entiendo. Pero desde luego ahora
no tendréis tanta suerte. - Se volvió hacia su compañero desentendiéndose de
las guerreras que se habían puesto nuevamente en guardia y le comentó
indiferente. - Mátalas tú, yo voy a por la piedra o ¿crees que vas a necesitar
mi ayuda?- Remató con sorna. -
-¿Es una broma, no?- se burló también Armagedón. -
¡No me hagas reír, Valnak! , con esas tres no tengo ni para empezar.
-¡Eso lo veremos! - Espetó Rei que después les
susurró a sus compañeras. - Debemos atacar todas a la vez o de lo
contrario lo tendremos muy difícil, poseen mucho poder. ¡Vamos chicas,
adelante! - Arengó tomando la iniciativa. - ¡Burning Mandala! - Gritó lanzando
su ataque. -
-¡Rayo congelante!- chilló Ami a su vez invocando el
suyo. -
-¡Cetro Corazón, Ataque del Arco iris! - Añadió
Usagi para completar la andanada. -
Los tres ataques se combinaron en el aire dirigiéndose hacia Armagedón que, con
una despectiva mirada hacia ellos, ni se movía de su posición.
-¡Eso no merece la pena ni esquivarlo! - Gritó a la
vez que concentraba poder brillando con un tono rojizo. -
Cuando el poder combinado de las guerreras llegó a él se estrelló inofensivamente
en el campo de energía creado por el demonio.
-¡Rayo destructor! - Invocó Rei lanzándole otro
nuevo ataque, pero su rival desapareció de su vista antes de poder alcanzarlo.-
¿Dónde está?- Inquirió confusa, mirando en todas direcciones. -
Sin
embargo, su enemigo apareció a su espalda burlándose de ella con sonoras carcajadas.
Usagi y Ami le atacaron a su vez nuevamente pero él esquivaba todos los
intentos por alcanzarle.
-¡Por favor, Roy!- Le gritó Beruche entrelazando sus
manos en actitud suplicante. - ¡Vuelve en ti, debes luchar contra el mal que te
domina! ¡Yo sé que aún estás ahí!
- ¡Deja de llamarme así! - repuso secamente el
demonio. - Soy Armagedón.
-¡Spiral Heart Moon attack! - Gritó Usagi lanzándole
uno de sus mejores mantras al demonio, que recibió un impacto directo.-
Marte y Cooan la secundaron arrojando contra el
demonio dos amuletos mágicos, pero Armagedón concentró energía y salió ileso
del ataque destruyendo esos papeles que ardieron al instante.
-¿Eso es todo lo que sabéis hacer? – Chilló el
demonio burlonamente. - ¡Menuda decepción! Esperaba un combate más entretenido.
- No hay nada que hacer, es muy fuerte, demasiado
para nosotras solas.- Reconocía Bertie desesperanzada. -
-¡No nos desanimemos tan pronto!, algo habrá que
podamos hacer. Pero jamás pensemos ni por un momento en abandonar. - Replicó Ami
tratando de levantar la moral a su compañera.-
Ésta, arrepentida de su comentario, asintió
con la cabeza concentrándose de nuevo para buscar alguna solución.
- Sí, claro que podéis hacer algo.- Contestó
satíricamente Armagedón - ¡Podéis morir!,- sentenció con regocijo.-
Y acto seguido emitió una potente aura que destruyó todos los elementos
circundantes arrojando a las guerreras y a las chicas contra el suelo.
-¡Venga, dales duro! - Le animaba entusiásticamente
Valnak - ¡demuéstrales a esas inútiles como se pelea! - Y a modo de remate para
subrayar sus palabras lanzó un rayo contra la iglesia reduciéndola a
escombros. -
Entonces descendió a tierra haciéndose con la última de las piedras que había
quedado a la vista entre las ruinas brillando con un color lechoso. Riendo
complacido se dirigió hacia Armagedón.
- Te dejo encargado de terminar con ellas, yo voy a
llevarle la piedra al Sabio. Acaba cuanto antes y reúnete conmigo en la base.
- Como tú ordenes, futuro comandante Valnak.-
Respondió Armagedón que le saludó con una leve reverencia añadiendo. - Ya
te veo con un pentáculo en tu armadura – sentenció refiriéndose al distintivo
de los poseedores de tal rango. -
Su camarada acogió el comentario con una sonrisa de satisfacción y desapareció.
Su compañero también sonrió mientras se volvía hacia las guerreras y declaraba
con fingida consternación.
- Lo siento, pero ahora tengo que acabar con
vosotras. Confieso que hacía mucho que no me reía tanto, pero os ruego que lo
comprendáis, tengo asuntos urgentes que atender.
-¡Por favor! - le suplicó Cooan con rictus
desesperado. - Roy, vuelve en ti, no te dejes dominar.
-¡Qué pesadas sois! - Replicó Armagedón en esta
ocasión irritado, para sentenciar, - ¡pero os haré callar para siempre!
Mientras, aprovechando todo aquel caos, Beruche se había metido entre las
ruinas de la iglesia sin ser vista. Al percatarse de los restos de la pila
bautismal tuvo una idea.
-Espero que sirva, al menos a Cooan le funcionó.- Se
dijo.-
Se aproximó sigilosamente y recogió un poco de agua
bendita. La guardó en su polvera y se la tiró a Armagedón que, sin saber lo que
contenía, no se molestó en esquivarla. Al chocar contra él, la cajita se rompió
liberando su contenido y quemando al demonio al contacto con el agua, éste
chilló de dolor cayendo de rodillas al suelo. Usagi lanzó su tiara para
terminar de derribarle con la suerte de que su enemigo cayó sobre una cruz de
madera que se encontraba allí tumbada y milagrosamente incólume. Armagedón
comenzó a tiritar, sufriendo espasmos, parecía convulsionarse al contacto con
ese objeto sagrado.
-¡Hay que aprovechar la ocasión! ¡Ahora o nunca
Cooan, con todo lo que tengamos!- Exclamó Rei lanzando uno de sus amuletos de
papel. - ¡Espíritu maligno quédate clavado a esa cruz!
La interpelada arrojó también otro amuleto con
un gesto de súplica, deseando fervientemente que funcionase. El demonio merced
a la acción conjunta de Rei, Cooan y el poder del símbolo cristiano, era
incapaz de levantarse, comenzaba incluso a quemarse y aullaba de dolor. Parecía
que aquella conjunción de elementos sagrados acabaría por destruirle.
Desesperado sólo tuvo una salida y del cuerpo de Roy surgió una densa niebla negra
que se materializó en un ser monstruoso, cuya sola visión hizo temblar de
terror y repugnancia a todas. Aquel era el verdadero Armagedón, con cabeza de
víbora, enormes alas de murciélago y bípedo cuerpo peludo. Parecía un auténtico
ángel caído, salido del Averno, como así era en realidad. Todas dieron un
respingo de asco al verlo. Roy estaba ahora inconsciente en el suelo, el
demonio se alejaba de él mientras avanzaba encolerizado hacia las guerreras. En
su ira no advirtió que Beruche y Cooan se acercaron por su espalda hacia el
cuerpo del humano que había sido su vehículo tratando de reanimarle.
- ¡Malditas seáis! Tantos años de espera y
sacrificio para nada!¡Tuvisteis que meteros de por medio! ¡Ahora sí que
moriréis todas! - siseó Armagedón comenzando a lanzar rayos de energía que
desperdigaron a las guerreras. Éstas hicieron todo tipo de volteretas y
cabriolas para esquivarlos con gran esfuerzo. –
Y
en tanto sus amigas distraía a aquel monstruo ambas hermanas intentaban ayudar
a su amigo.
- Esto te reanimará. Seguro, es agua santa. -
Susurró Beruche al oído de Roy mientras le recostaba la cabeza en su regazo y
con toda la suavidad de la que fue capaz le entreabrió los labios dándole de beber
un sorbo. – Haz un esfuerzo, tienes que aguantar…
Durante un primer momento no sucedió nada y las
caras de las dos chicas eran el espejo de la desolación, pero entonces los ojos
del muchacho parecieron agitarse bajo sus párpados y él los entreabrió, sorprendentemente
comenzó a moverse y despertó aunque estaba muy débil.
-¡Qué alegría! - exclamó Cooan entre sollozos
emocionados. - ¡Has vuelto! ¡Por fin estás de nuevo con nosotras!
-¿Qué ha pasado? - balbuceó éste aún muy aturdido. -
No recuerdo nada - y llevándose las manos a las sienes susurró un quejido
lastimero. - ¡Me estalla la cabeza! Todo me da vueltas. ¿Dónde estoy?...
El demonio mientras tanto había lanzado a las guerreras contra una pared
dejándolas malheridas. Se disponía a rematarlas cuando, atraído por las
exclamaciones de júbilo de las hermanas, volvió su terrible faz hacia las
chicas y observó lo sucedido. Cambiando de dirección optó por dejar a las
maltrechas sailors para después.
-¡No puedo creerlo!, así que has despertado. Entonces
ya no puedo usarte como recipiente, ni dominar tu cuerpo. ¡Maldita sea! - Siseó
con desagrado y gran irritación. -
Beruche y Cooan se interpusieron valerosamente en su trayectoria, Roy estaba en
un estado muy precario y no podría aguantar un ataque. Ambas sabían que nada
podrían hacer frente a esa bestia pero intentarían lo que fuera. Bertie recogió
un palo del suelo y Cooan apuntó a su enemigo con nuevos papeles
sagrados. Pero el demonio parecía no prestarlas atención, se diría que en su
obsesión sólo tenía un objetivo. Beruche trató de golpearle y su hermana lanzó
su ataque sin que pudieran afectarlo. Armagedón rompió el palo con una de sus
garras y con la otra se desprendió del papel, apartando de sendos empellones
con sus alas a ambas chicas que cayeron al suelo impotentes. El demonio alcanzó
a su presa y esbozó la mueca de una terrible sonrisa en sus fauces cuando, agarrando
a Roy por el cuello, le levantó en vilo aseverando rabioso...
- Tú ya no me sirves para nada. Es más, ahora eres
un peligro ¡Te mataré ahora mismo! – Afirmó levantando su otra zarpa
hacia él. – No dejaré que sigas estorbándonos.
Marte, dándose cuenta de lo que sucedía, se rehízo lo bastante como para lanzar
un ataque que combinó con un conjuro anti demonios.
-¡Fuego al Corazón! - Exclamó y su rayo impactó en
la espalda del enemigo logrando que soltase a Roy que cayó como un fardo derrumbándose
en el suelo. -
-¡Rapsodia de Agua! - Secundó Ami uniéndose a
su compañera y atacando, dejando congelado momentáneamente al demonio. -
-¡Luna Eterna dame el poder!- Invocó Usagi apelando
a todas sus fuerzas para transformarse en Eterna Súper guerrero Luna.-
Armagedón se descongelaba enseguida al calor de su tremenda energía, pero Cooan
y Beruche le arrojaron toda el agua bendita que quedaba entre los restos de la
pila bautismal. Su adversario gritó de dolor ardiendo al contacto con ella y
quedó muy maltrecho pero aun así se revolvió lleno de odio para atacarlas.
-¡Os voy a devorar vivas!- Aulló henchido de ira.-
Usagi intervino entonces lanzando contra él su
“Raimbow Attack” que atravesó a Armagedón. Eterna Súper Guerrero Luna volvió a
los pocos instantes a su estado de sailor normal presa del agotamiento. Se
encontraba muy debilitada hasta para mantenerse en pie. Armagedón rio con un
siseo demencial y fue hacia ellas trastabillándose y arrastrando sus patas.
Pero lleno de una terrible determinación.
-¡Ahora estáis perdidas, malditas! ¡Os
descuartizaré y me comeré vuestras entrañas! - Amenazó con sus ojos
centelleando con un siniestro color sangre. -
-¡Oh, no! , ¡Qué vamos a hacer ahora! - Exclamó Ami
aterrada e incapaz de levantarse para contraatacar. -
- No me quedan fuerzas. - Reconoció también Rei que
pugnaba por incorporarse sin quererse resignar a lo que parecía una muerte
cierta.-
-¡Vais a morir! – Les aseguró el demonio con
estridentes chillidos a la par que se dispuso a golpear a la indefensa
Usagi en primer lugar. – Tú antes que ninguna…
Pero en mitad de elevar una de sus garras en forma de puño se detuvo y aulló de
dolor mirándose hacia el pecho con incredulidad y espanto. Una estaca le
sobresalía atravesándole desde la espalda. Era Roy el que le había atacado
utilizando los restos del altar de madera de la iglesia como arma y se la había
clavado, removiéndola con furia concentrando sus escasas fuerzas.
-¡Vuélvete al infierno, bastardo! - ¡Tsuki ni
kawatte osokio! Espero haberlo dicho bien. - Escupió furiosamente el chico,
dejándose ir hacia atrás para caer al suelo y rodar lejos de su alcance. -
- ¡Nooooo! - aulló Armagedón que tras convulsionarse
estalló en decenas de pedazos, los cuales no tardaron en desintegrarse entre
llamaradas. -
Todas se habían quedado perplejas con la mirada fija en la explosión y por fin
reaccionaron lanzando gritos de júbilo, ya podían respiran aliviadas. Lo mismo
que Roy, aunque él no pudo ponerse de pie. Fue ayudado y sostenido por Beruche
y Cooan para evitar que se desplomase completamente por el agotamiento,
mientras Ami y Rei ayudaron a levantarse a una tambaleante Usagi.
-¿Cómo te sientes, Roy?- Le preguntó Bertie con
preocupación en la voz, pero llena de alegría. -
- Estoy muy cansado pero estoy bien, gracias cubito.
- Sonrió débilmente él. -
- Volvamos a casa. - Les sugirió Cooan también llena
de felicidad.-
Las chicas y sus amigas guerreras, una vez revertidas sus transformaciones,
llevaron al muchacho a un apartamento que éste tenía en la ciudad. Les
costó hacerlo puesto que el chico pesaba mucho. Al fin lograron acomodarle y
ellas trataron de reposar un poco a su vez. Mientras, a la sede de la secta,
llegó como un mazazo la noticia de la destrucción de Armagedón. Entre los
maestres la incredulidad dio paso a la desmoralización. Aquel era su arma más
decisiva y había sido derrotado. El Gran Sabio en cambio, no parecía afectado
por esto pero el que sí temblaba de ira era Valnak que, muy furioso, espetó
incontenible entre maldiciones del infierno...
-¡Malditas guerreras, malditas traidoras y maldito
Roy Malden! ¡Juro por el averno que me vengaré de todos vosotros! ¡Os
mataré con terribles sufrimientos!- Proclamó a gritos levantando un puño. -
-¡Cálmate Valnak! ,- intervino el Gran Sabio con
brusco tono de mando alegando a continuación. - Armagedón sólo era una pieza
más en nuestro plan. Valiosa pero no imprescindible y sabía a lo que se
exponía. Lo principal es que ahora tenemos las cinco piedras.
-¡Para ti es fácil pensar de ese modo, pero
Armagedón era mucho más que mi camarada! - Replicó Valnak fuera de sí. - ¡Te
juro que me vengaré de los que le han destruido y de la forma que más les
duela, tanto si te parece bien como si no!..
Nadie contestó a su arrebato y el demonio enmudeció rumiando su ira y
preparando su desquite. Justo en ese momento, en un teléfono cercano recibió
una llamada...
¡Quién es?-
Atronó.-
-Disculpe. Me
dijo que le llamase si me enteraba de algo.- Pudo apenas musitar la sobresaltada
April.-
-¿Qué es lo
que sabes que pueda interesarme?- Espetó Valnak.-
-Tengo el número
de teléfono de esas chicas. Podría averiguar de donde es…-le respondió con tono
apocado.-
Eso pareció calmar un poco al demonio
que escuchó como su colaboradora le daba ese número. Al fin, algo más calmado,
replicó.
-Servirá.
Has hecho bien. Ahora continúa atenta a cualquier novedad.
Y dicho esto colgó. Por su parte la
animadora se quedó con el auricular en la mano. Hubiera querido preguntar a su
vez por el paradero de su hermana, aunque la colérica voz de ese tipo le había
quitado las ganas.
-Se lo
preguntaré otro día.- Se dijo colgando al fin.-
En ese mismo instante Ami, Rei y Usagi con Beruche y Cooan, intentaban
averiguar mediante todo tipo de cálculos donde estarían esas piedras. De
momento no obtuvieron nada positivo en ese aspecto pero estaban muy contentas.
El motivo de su alegría en tanto, estaba durmiendo en la habitación contigua,
presa del agotamiento.
-¡Ahora que hemos recuperado a Roy estoy segura de
que ganaremos! - Declaró Beruche sin poder contener su entusiasmo. -
- Pondremos todo el corazón en ello - añadió Cooan
decididamente. - ¡Lucharemos hasta el final!
- Estoy orgullosa de oíros hablar así. - Las
aplaudió Usagi mirándolas complacida aunque objetando algo más apenada. - Yo
debo volver a Tokio, Luna me ha llamado, es necesaria mi presencia allí. Pero
Ami y Rei pueden quedarse con vosotras por ahora, ellas os ayudarán. De todas
maneras, si me necesitáis a mí y a las otras, llamadnos enseguida. Intentaremos
acudir lo antes posible.
- Quédate tranquila. – Le respondió Beruche. -
- Sí, no se lo pondremos fácil - añadió Rei guiñando
un ojo. –
-En eso confío. Además, se me ha terminado el dinero.-
Sonrió trémulamente su interlocutora.-
-Mira que te lo dije. Deberías haberte traído más…-
Comentó Ami.-
-Bastante difícil ha sido sacar mis ahorros y hacerles
creer a mis padres que era un viaje de intercambio.- Replicó Usagi con
azoramiento.-
-Al menos, no te ha venido mal para mejorar tu
inglés.- Se sonrió aviesamente Rei.-
-Mira, en
eso tienes razón.- Concedió su amiga.-
-Siempre se
puede aprender.- Afirmó Ami con satisfacción.- Incluso en momentos como éste.
Quizás especialmente en este tipo de situaciones.
Todas convinieron en ello cuando escucharon el sonido de unos pasos. Al mirar
en esa dirección sonrieron con los semblantes iluminados de alegría. Era Roy
que a duras penas se había incorporado y salido de la habitación dirigiéndose
hacia ellas. Cooan y Bertie se levantaron al unísono para hacerle sentarse en
un cercano sofá.
- No tenías que levantarte tan pronto. - Le regañó
amablemente Cooan.-
- Es cierto, tienes que descansar.- Agregó Beruche
con una media sonrisa.-
- Quería daros las gracias por todo. - Respondió él
con voz débil pero cargada de emoción. - ¡Muchas gracias!, y a vosotras
también. - Añadió en alusión a las tres chicas que le observaban sentadas.-
- Roy - Le comentó Bertie encargándose de las
presentaciones. - Estas son nuestras amigas. Usagi Tsukino, Rei Hino y Ami
Mizuno. Han venido de Japón para ayudarnos a liberarte y a vencer a los poderes
oscuros.
- Encantado de conoceros. - Sonrió él preguntando a
su compañera. - ¿Cómo se dice eso en japonés, cubito?
Beruche se lo susurró al oído y él trató de repetirlo con una leve inclinación
de cabeza, como había visto en las películas, provocando ligeras sonrisas entre
sus interlocutoras. Al punto todas le devolvieron el gesto asintiendo asimismo
con la cabeza. Fue Ami la que le preguntó con tono sumamente cortés y buen
inglés.
-¿Cómo te sientes?
- He estado peor después de alguna de mis
borracheras. - Afirmó él dejándolas atónitas pero tanto Cooan como Beruche tras
traducir aquello se rieron y Roy añadió con un tono entre curioso y lleno de
admiración. - ¡Así que vosotras sois las famosas guerreras de la justicia!
Las tres se miraron de forma cómplice y puestas al corriente por sus amigas de
lo que les habían dicho decidieron asentir, no tenía caso tratar de disimular,
percibían que podían confiar en ese chico.
- Bertie y Connie me han hablado mucho de vosotras.-
Prosiguió él. - Tú - Señaló a Ami - eres Mercurio, la amiga de Bertie.
- Sí, soy yo. - Sonrió tímidamente la muchacha con
un buen dominio del inglés. -
- Y tú eres Sailor Marte. La amiga de Connie. -
Afirmó Roy en dirección a ésta.-
- Encantada. - Respondió la aludida añadiendo con
simpatía y ciertos problemas al usar esa lengua extraña para ella. - Las chicas
también nos han hablado mucho de ti y de tu amigo Tom.
El muchacho asintió y entonces recordó a su compañero.
-¿Dónde está Tommy? ¿Está bien, verdad?- Inquirió a
las chicas con tono inquieto. -
- Si, no te preocupes. Se fue a buscar ayuda. - Le
contestó Cooan con un tinte tranquilizador en su voz. -
- No tardará en regresar. - Convino Beruche deseando
que así fuera. -
-¡Seguro que vendrá con un escuadrón de caballería
de Kansas! - Bromeó ahora Roy y todas se sonrieron, contentas de que hiciera
gala de tan buen humor. Aunque éste aún no había concluido sus saludos y añadió
ésta vez dirigiéndose a Usagi, sentenciando. - Y si no me equivoco, tú eres la
famosa Sailor Moon. - La que dice eso de tsuki ni…ya no me acuerdo. - Sonrió él
en tanto Beruche, divertida también, completó la frase. - Por cierto. ¿A qué
viene eso de Sailor? ¿Es que tenéis un barco? ¿O sois de los Marines?-
sonrió más ampliamente él.-
Beruche le rozó cariñosamente con un capón a la par
que le decía divertida, en tanto Ami se lo traducía a la interesada.
-Es un chiste muy malo.
-Esta vez no. – Pudo afirmar el muchacho.-
Y es que realmente no comprendía, sobre todo cuando
Usagi repitió.
-Watashi wa bishojo senshi Sera Mun
-No he entendido nada. – Pudo replicar él. -
-Soy la hermosa guerrera Sailor Moon. - Le tradujo
Ami entre risas para añadir. – Discúlpala, su pronunciación del inglés no es
muy buena, y tampoco sabe mucho.
Con una expresión maliciosa la Guerrera Marte le comentó a su compañera en su
propio idioma.
-Sí. No hay quien te comprenda, no me extraña que
saques tan malas notas…
-No empieces, Rei…- Repuso ésta algo molesta cuando
repitió. - I am Sera Mun.
-What?- Exclamó Roy, que parecía hacer un sincero
esfuerzo por entender algo. - ¿Sera? Quisiste decir Sailor. ¿No? Porque inglés
sé. Nací en los Ángeles y me he criado en Brooklyn, pero no me he
enterado de nada.
-Eso mismo. – Afirmó Usagi cruzándose de brazos para
asentir con alivio. -
-Creo que el nombre tiene que ver con vuestro
uniforme. ¿No es así?- Terció Cooan que hasta entonces ni se había planteado
aquello. –
-Así es – Afirmó Rei para explicar. – El uniforme
que tenemos recuerda un poco al de los marineros.
-Usa- chan. Es una pena que no puedas quedarte más
para practicar inglés durante algunos días extra. – Suspiró Ami añadiendo para
pasmo de todos. – Te vendría muy bien para tus estudios.
Y una vez se recuperaron de aquel comentario la
propia Usagi tomó la palabra más seria y aseveró.
- Eso es… I would like…
Luego, tratando de buscar las palabras en inglés
para reivindicarse, quiso añadir algo. Pero, ante su falta de vocabulario,
suspiró resignada provocando las risas de sus compañeras guerreras.
-Esto me recuerda a esa fiesta a la que fui con
Mamoru, pero en inglés. ¿Don´t worry, o era don´t curry?
Y derrotada, la joven se dirigió con rubor a Beruche
y le pidió que la tradujera respondiendo a continuación en su idioma
natal.
-Para mí es un placer conocerte, pero sintiéndolo mucho,
debo regresar a mi país. Tenemos otros enemigos que combatir allí.
Bertie lo repitió en inglés, de modo que su compañero se sonrió y respondió a
su vez guiñándole un ojo.
- I hope you´ll kick their asses in my behalf. Whoever
these jerks were. Like my childhood hero used to said. What are you gonna do
when Sailor Moon kick your ass, running wild and punish you in the name of the
Moon, brother?
A lo que
fue ésta vez Cooan la que tradujo divertida y más o menos de forma adaptada.
-¡Dales una buena patada en el culo de mi parte! A
quienes quieran que sean esos mamones. Cómo decía mi héroe de la infancia… no
sé. - Se interrumpió divertida para tratar de recordar y terminar de decirle a
su interlocutora en japonés.- ¿Qué vas a hacer cuando Sailor Moon te patee el
culo de forma salvaje, y te castigue en nombre de Luna, hermano?, ¡ja, ja!…
Usagi asintió divertida por la expresión, una vez que escuchó la traducción, esbozando
una irreprimible sonrisa. El chico, que parecía ahora más animado, sacó una
cinta de video de un armario y la metió en el reproductor, tras conectar la
televisión, les indicó divertido…
-Me refiero a este tipo…
Todas observaron la pantalla de la tele, donde aparecía un extraño hombretón,
bastante musculoso, rubio y con un gran mostacho, en medio del ring de un gran
pabellón deportivo. Hacía unas poses bastante raras, llevándose una mano a la
oreja y agachándose hacia un lado en ademán de querer escuchar al gentío que le
rodeaba, viéndose luego escenas de cómo repartía todo tipo de golpes a otros
luchadores. Y aquello pareció vigorizar a Roy, quién no paraba de decir.
-Mirad que golpe le ha dado a ese… ¿Y esa llave?...
¡Toma suples!…
Y entonces con la inestimable colaboración de
Usagi que parecía seguir aquello muy entretenida, y para pasmo acompañado por vergüenza
ajena de las demás, comenzó a emular esas poses de culturista que su ídolo del wrestling exhibía…
-Es increíble. No exagerabais nada. ¡Usagi y él son tal
para cual! Lo que daría porque las demás pudieran verlos. - Pudo susurrar una
divertida Rei a su amiga Cooan que no paraba de reírse como las demás,
presenciando semejante espectáculo.- No se lo van a creer cuando se lo contemos…ja,
ja…
Desde luego que las otras se reían también al ver a
esos dos de aquella guisa. Sobre todo atendiendo a lo pequeña y delgada que era
la chica en comparación con ese muchachote cuando imitaba sus poses y
movimientos. En especial cuando hacían el gesto teatral de rasgarse la
camiseta, igual que hacía ese tipo literalmente con las suyas. Bertie por su
parte movía la cabeza esbozando una leve sonrisa de incredulidad. No obstante
estaba muy feliz de ver a su amigo así de contento y animado… coreando parte de
la letra de la canción que se escuchaba de fondo…y lo cierto es que parecía que
hubiese sido escrita para él…
-“I got something deep inside of me.
-And courage is the thing that keep us free.
-¡I am a real American…Fight for the rights of every
man…
- -¡I am a real American. Fight for what´s right…fight
for your life!
-Well you hurt my Friends, and you hurt my pride,
-I´m gotta be a man, I can´t let it slide”…
Las demás coincidieron en ese pensamiento cuando sus
dos amigas se la tradujeron.
-“Tengo
algo dentro en lo profundo de mí.
-Y el
coraje es lo que nos mantiene libres
-Soy un
auténtico americano. Lucho por lo que está bien,
-Soy un
auténtico americano. Lucho por tu vida
-Bien, si
hieres a mis amigos y hieres mi orgullo
-Voy a ser
un hombre, no puedo dejarlo pasar”.
Hasta la propia Ami sonreía moviéndose al ritmo de aquella música, lo mismo que
Rei que se lo estaba pasando de maravilla. Aunque finalmente el muchacho,
visiblemente agotado, se sentó…no sin antes sentenciar con una mezcla de
determinación y nostalgia.
-¡Ah! Como
recuerdo las veces que mi padre me llevaba a verle luchar. Peleaba sin parar y
sin rendirse nunca. Desde ahora eso es lo que haré yo…contra esos malditos
demonios…En cuanto me recobre lo suficiente ¡Les voy a patear sus miserables culos!
Después de eso, las dos hermanas convencieron al
chico de que se fuera a descansar prometiéndole que ya le contarán lo sucedido
en cuanto despertara. Roy se dejó cuidar y se acostó cayendo rendido de
inmediato. Las guerreras no deseando molestar más se fueron, asegurando volver
a verlas en otra ocasión. Las chicas se quedaron a pasar la noche en la otra habitación
del apartamento, deseaban vigilar para asegurarse de que su amigo se recuperase
bien.
-Muchas gracias por vuestra ayuda.- Les dijo Bertie a
sus amigas cuando éstas se marchaban.-
-No hay de qué. Cuidad bien de él. - Replicó Ami en
tanto ella y sus compañeras se despedían con una leve inclinación que fue
correspondida de inmediato por las hermanas.-
-Hasta mañana. Descansad.- Les deseó Rei.-
-Que
durmáis bien, chicas.- Remachó Usagi.-
Cuando salieron a la calle de vuelta a su hotel, las
tres sailors charlaban. Fue la misma Usagi la que comentó, todavía divertida.
-¡Es un chico genial! Me cae muy bien…
-Sí, es un magnífico muchacho.- Convino Ami.-
-Desde luego que te lo has pasado bien con él. Mira
que estoy acostumbrada a ver como haces tonterías, ¡pero como hoy!…- Se sonrió
Rei, agregando sin embargo ahora con un suspiro. – Sin embargo, por esta vez te
doy la razón. Es un chico estupendo. Espero que pueda recobrarse pronto.
-¡Ojalá sea así!, es alguien muy importante. Algo me
dice que está llamado a hacer grandes cosas. Comentó Usagi, ahora con total
seriedad.-
Sus compañeras se miraron y después la observaron a ella, en demanda de una
aclaración. Pero ésta no se produjo, fue Rei la que, suspirando de nuevo,
sentenció…
-Ya, entiendo. No puedes decirnos más…
Y tras recibir el asentimiento de su amiga por toda réplica, las tres pidieron
un taxi para retornar a su hotel. Usagi sí que les contó.
-Como ya he mencionado, regresaré a Japón. Luna me
ha dicho también que han descubierto al fin el cuartel general del enemigo
allí. Entre Makoto, Minako, Mamoru, las guerreras del Sistema Solar Exterior y
yo misma, podremos destruirles.
-No me gusta la idea de no poder ir a ayudaros.-
Opuso Rei.-
-Lo sé. Aunque aquí haréis más falta, chicas.-
Replicó su interlocutora.- Los problemas distan mucho de haberse resuelto.
-Tienes
razón, pero siempre hemos estado unidas en la lucha.- Tercio Ami.- Nos sabe mal
dejaros solas.
-En esta ocasión
la batalla importante se dará aquí.- Les comentó Guerrero Luna.- No perdáis de
vista a las hermanas ni a este muchacho. Protegedles, ayudadles en lo que
podáis, pero recordad. Ante todo es su lucha. Son ellos quienes deberán
ganarla.
-Haremos
todo lo posible. Pero no nos pidas que nos hagamos a un lado si las chicas
están en peligro, ¡por favor! - Suplicó Rei con visible temor.-
-Si ese momento
llegase podréis ayudarlas. Pero recordad lo que os expliqué.- Les pidió Usagi con
tono resignado.- Hay ciertos límites que no estamos autorizadas a traspasar.
Y lo que era más, ella había tenido
otro extraño sueño, una misteriosa figura le había revelado algo. Ahora
meditaba sobre esas palabras.
-Hay cosas
que no deberían estar sucediendo, aquí está pasando algo. Sin embargo,
desconozco exactamente qué. Ese ser me dijo que tenía que velar por mantener el
continuo espacio-tiempo a salvo de cualquier tipo de ruptura. Pero no sé a qué
podría referirse.
Entre tanto
sus compañeras asintieron comprendiendo perfectamente el mensaje. Al fin llegó
el taxi y lo abordaron rumbo a su hotel, todavía con muchas cosas por preparar…
Así pasaron un par de días. Después de trazar
planes, y de que Rei y Ami consolidasen sus posiciones, Usagi se volvió a
Japón. Afortunadamente la siguiente semana transcurrió sin sobresaltos y las
chicas pusieron al corriente a un recuperado Roy de todo lo sucedido desde que
fuera dominado por ese demonio. Él, desolado, no pudo más que lamentar todo los
daños y problemas que había provocado pero ellas le convencieron de que no
había sido culpa suya. Lo que sí afirmó su compañero y amigo es que se
entregaría en cuerpo y alma a la lucha contra el enemigo, cosa que también
suscribieron las chicas secundadas por sus amigas guerreras. La victoria sobre
Armagedón les había llenado de optimismo y esperanza.
-De momento no sé como volveré a la universidad.
Deben de odiarme por esas cosas que decís que hice.
-¡Tú no fuiste, Roy! - Se apresuró a replicar
Cooan.-
-En cualquier caso es mejor que nos dejes ir
preparando el terreno para tu regreso.- Intervino Bertie con más pragmatismo.-
-Sí, y entre tanto me recuperaré del todo. Y esos
desgraciados van a lamentar el haberse metido con nosotros.- Sentenció el
muchacho. -
Ambas chicas asintieron esbozando sendas sonrisas
ahora. En efecto, se sentían mucho mejor y más decididas que nunca a afrontar
cualquier reto. Confiaban además en la ayuda de sus amigas. Pero la guerra
distaba mucho de haber terminado y el enemigo a buen seguro contratacaría. Así,
Beruche, Cooan, Roy, Ami y Rei, junto con Tom, que estaba a punto de volver,
deberían prepararse para retos más difíciles y peligrosos aun. Situaciones
terribles que todavía estaban muy lejos de poder imaginar...
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