jueves, 3 de marzo de 2011

GWA 16. El ataque de la secta

En la clase el sitio de Roy estaba vacío. Las chicas no lograban concentrarse en los estudios pues aun pensaban en él. Sobre todo Beruche que recordaba con añoranza aquellas bromas y comentarios jocosos que antaño tanto criticaba. Ahora se daba cuenta de lo mucho que en realidad la animaba. Gracias a su compañero y a su sentido del humor (chabacano en muchas ocasiones por qué no decirlo).Ella fue redescubriendo facetas y sentimientos que hasta entonces había mantenido enterrados. Con aquel gamberro encantador, pudo sentirse mujer por primera vez. Por supuesto que no en el sentido más físico y prosaico del término, si no en su actitud y sensibilidad. Jamás había experimentado cosas similares fuera de su familia. Con Roy todo fue nuevo y familiar a la vez. Había llorado por su culpa, (malditas bromas de principio de curso que evocaba ahora con una sonrisa), había reído con él e incluso  éste la había sacado de sus casillas con su irresponsabilidad. Por el contrario, también la había animado y apoyado cuando ella tuvo necesidad y lo hizo con una sensibilidad que jamás pudo sospechar que él tuviera y sobre todo, la respetó siempre. Bueno, no al principio, pero pese a todos sus atropellos, siempre sabía cómo hacerse perdonar con aquella expresión desconcertada de niño travieso que parecía no ser consciente de las villanías que hubiera cometido. Ahora que ella lo meditaba, realmente se daba cuenta del verdadero alcance de su conversación en aquel foso. Roy le confesó la misma esencia de su interior. Él no era la persona que a primera vista parecía. Bertie comprendió que, en cierto modo, ambos eran iguales. Habían representado un papel por exigencias del guion que había elaborado su destino. Y ese chico contribuyó a que ella misma redescubriera su faceta más humana. Pero, ¡cómo imaginar que el sino de Roy iba a ser tan terrible! Ella al menos pudo escapar de su pasado, a él le había perseguido siempre, allí agazapado en un rincón de su alma, aguardando tomar el control. Pensaba en todo esto y ahora sólo podía recordar con impotencia y tristeza infinita el rostro contraído de su compañero, su miedo y su angustia al ser dominado por ese cruel demonio. ¡Cuánto había sufrido y como debieron de derrumbarse en un instante todas sus ilusiones! Era irónico, cuando parecía que sus mayores deseos podían cumplirse, llegar a ser profesional y jugar en uno de esos equipos. ¡Cómo le dolía ahora a ella el haberse burlado en ocasiones de “su baloncesto”!. Demasiado tarde lo entendía, no sólo era un juego, era su único nexo con la memoria de sus padres, en cierto modo era su vida y la mejor manera de salir de su dolor. Un recordatorio a la memoria de su familia como las flores en la carretera. Y todo eso truncado por un maldito monstruo del infierno ¡Pero ella no lo iba a permitir!, no podía creer las palabras de Armagedón. Él no era Roy, no lo era en absoluto. El amigo que había aprendido a querer y con el que había compartido ese casi último año no podía ser una mera careta ni un muñeco. Más que nunca debía tener coraje y valor y luchar por liberarle. ¡No se rendiría!, de alguna manera expulsarían a ese engendro de Satán y Roy volvería. El muchacho podría continuar con su vida y realizar sus anhelos, lo mismo que ella, Cooan o Tom. Ahora que la culminación de sus sueños estaba al alcance de la mano no iban a ceder y lo conseguirían todos. Así tendría que ser, eso pensaba ella y ese convencimiento le ayudaba a ser fuerte en las horas de clase cuando se sentaba junto al sitio vacío...

-No me rendiré, nunca lo haré.- Se decía tratando de reunir toda su determinación.- Te salvaremos.

Cooan  también estaba decidida, había recobrado la fe en los hombres, no todos eran como Rubeus, no tenían por qué serlo. Incluso aquel mismo no siempre fue un manipulador engreído. Al principio parecía realmente un buen muchacho deseoso por servir al príncipe y cuando ellas llegaron a la corte y fueron puestas a su servicio nunca las trató con desdén. Era otro crío como ellas que había sido apartado demasiado pronto de sus padres para hacer carrera. Con una gran responsabilidad producto de las altas expectativas que tenía puestas en él. Y la joven creció y se hizo adulta con aquel modelo de persona. Rubeus guió sus pasos y le sirvió como referencia para todo. Ella le amó aunque ahora, con la perspectiva del tiempo transcurrido y su mayor experiencia y madurez, comenzaba a dudarlo. Rei tenía razón, aquello no fue verdadero amor. Realmente se trató de admiración. La chica siempre le puso en un pedestal, para Cooan todo lo que él hacía o decía era ley. Además, Rubeus siempre dijo que todos ellos servían al príncipe. Siempre hablaba del grupo como un colectivo y les prometía que tanto ellas como él obtendrían la gloria y la satisfacción de servir a su planeta. Se daba cuenta de que aquel desgraciado al final fue tan títere del Sabio y sus intrigas como ellas mismas. Igual que Diamante y su hermano Zafiro e incluso la propia Esmeralda pese a su altanería. Y no se dieron cuenta hasta que fue tarde. Por lo menos ellas pudieron rectificar gracias a las guerreras y siempre las estaría agradecida por ello. Zafiro también lo entendió al fin y quiso cambiar pero no pudo vivir lo suficiente como para poder hacerlo, al igual que su hermano el príncipe. Según les contó Usagi, Diamante se enfrentó al Sabio y murió por salvar a la Guerrera Luna...Y ahora la historia parecía condenada a repetirse. ¡Pobre Roy!, Cooan apreciaba a ese muchacho, incluso se sentía muy atraída por él desde que le viera por primera vez. Era alocado y sinvergüenza a la vez que encantador. Muy diferente de Rubeus y de los otros hombres que había conocido en Némesis, sólo volcados en sus propias ambiciones, prisioneros de sus objetivos. Después, en la Tierra, tampoco hizo amistades puesto que sus estudios y su trabajo la absorbieron y ella se abandonó a la rutina diaria, anhelando olvidar su desengaño. Sin embargo aquí, en otro país, parecía poder empezar de nuevo y sus defensas habían caído. Se sintió capaz de amar, y esta vez de veras. No se atrevió a decirle nada porque le imaginaba inasequible pero no había perdido la ilusión hasta la llegada de ese maldito demonio. Cooan no podía soportar que los dos únicos hombres por los que había sentido algo hubieran sido poseídos por el mal y que ambos se perdieran irremediablemente. Con Rubeus nada pudo hacer pues ella misma estaba corrompida y casi sucumbió también al lado oscuro. Aunque con Roy era diferente, le había conocido tan alegre y despreocupado, tan bullicioso y amante de la vida que no era capaz de asimilarlo. Sobre todo cuando la propia chica estaba en disposición de valorar todas esas cosas. ¡No, no lo consentiría! Seguro que entre Usagi, Rei, Ami, Tom (magnífico muchacho al que igualmente apreciaba de veras) y su hermana Bertie, le liberarían.

-Usagi podrá purificarle con el Cristal de Plata. ¡Estoy segurísima!- Pensaba con optimismo.- Y volverá a ser él otra vez.

Tom por su parte, estaba fuera tratando de buscar ayuda para su compañero, le costó pero logró contactar con su mentor y aprender muchas cosas que le serían útiles. Incluso la verdadera razón de los ataques demoniacos a sendas iglesias, ¡era demasiado terrible para ser verdad! No obstante, eso le hizo estar más decidido que nunca. Haría lo que fuera con tal de liberar a su amigo y evitar el siniestro plan que los diablos trazaban. Esos bastardos no ganarían, estaba deseoso de volver y ajustarles las cuentas. Pese a que la chica de la que estaba enamorado sólo pensara en Roy y eso le doliese. Pero no había tiempo de lamentarse por lo aparentemente inalcanzables que eran sus propios deseos. Lo más importante era su compañero y amigo, amén del resto del mundo, claro. Además, Tom tenía sus esperanzas pues dudaba mucho de que Roy correspondiera a los sentimientos de Connie.

-Espero ser capaz de aprender todo esto que me han enseñado.- Se decía.-

            Estaba alojado en un modesto motel rural. En otro estado. Tuvo desde luego que buscar a su amigo y maestro como si de la caza de un tesoro se tratase. A base de pistas y yendo de un lado para otro. Tras verle al fin y escuchar atentamente meditaba en su habitación.

-Cuando vuelva, haré todo cuanto esté en mi mano por ayudarle. ¡Ojalá sea suficiente!

 Por su lado las guerreras estaban haciendo averiguaciones cada vez más preocupantes. Merced a la capacidad de investigación de Ami y el apoyo de Luna y Artemis. Desde Japón los gatos fueron también atando cabos, esa secta no era un fenómeno aislado. Y esos demonios pretendían algo muy concreto. La prueba final de esas sospechas estaba en la sistemática destrucción de centros religiosos ubicados en los cinco continentes. Demasiado para un grupo de alcance local. Era como si estuvieran buscando algo. ¿Pero qué? ¿Con qué objetivo? Debían indagar mucho todavía para tener algo más sólido y pasaron días. Beruche y Cooan apenas pudieron unirse a ellas hasta que llegaron unas cortas vacaciones, tan pronto como se presentó la oportunidad fueron a verlas a su hotel, allí se enteraron de lo que éstas habían averiguado.

- Entonces, ¿ya sabéis quienes son esos seres y lo que pretenden?- Les inquirió Bertie con tono y gesto expectante. -
- Todavía no estamos seguras del todo. - Contestó Ami – pero, por lo que hemos oído en las zonas donde suelen moverse, se trata de una secta satánica que manipula a la gente con la que contacta.
- Son muy peligrosos. - Añadió Rei con honda preocupación. - La gente de esos alrededores estaba muy asustada y lo peor es que la policía no puede intervenir. Nunca hay pruebas de nada ¡Nadie quiere hablar! Y ganan adeptos día a día. Yo diría que están infiltrados en círculos de poder muy importantes. Como si hubieran permanecido en letargo y esperasen este preciso momento para salir a la luz.
- Es cierto. - Agregó Ami con visible preocupación según les desvelaba. - Todo apunta a que preparan algo serio, el dominar a Roy parece que hubiera sido un paso previo para algo más importante y no el fin. Es como si estuviéramos sentadas sobre una bomba. ¡Sabe Dios cuando estallará!...
- Esto está aún más enredado de lo que pensábamos.- Añadió Usagi rascándose la cabeza pensativa. - ¡Bueno, vamos a poner la tele!, aunque apenas lo entienda en inglés, será mejor que no ver nada. Además, si tenemos suerte puede que digan algo sobre esas misteriosas explosiones.

Beruche y Cooan habían oído algo sobre eso, pero no lo relacionaron con los demonios ni la Secta. Ellas habían estado centradas únicamente en la universidad y en sus propios pensamientos, no creyeron que la cosa llegase a tener tanta difusión. Pero recordaron las palabras de Valnak y Armagedón, “dominar el mundo”. Eso tenía sentido, pero ¿cómo?, ¿destruyendo iglesias? Aquello era absurdo, aunque posiblemente las guerreras tuvieran alguna explicación.

-¿Dónde está el mando a distancia?- Quiso saber Usagi.-
-Estás sentada encima de él.- La indicó Ami suspirando  pacientemente.-
-¡¡Uy, es verdad! Qué tonta! ¡Ja, ja, ja! –Se rio su compañera llevándose la mano al cogote.-
-Desde luego, ¡Siempre igual! – Le susurró Rei a Cooan que esbozaba una sonrisita de circunstancias.- Con lo que nos han costado estas habitaciones y será capaz de romper algo antes de que nos vayamos.
- Ahora que lo decís es cierto. ¿Cuánto tendréis que pagar?...- Quiso saber Bertie con inquietud y algo de sentimiento de culpabilidad.- ¿Podemos ayudaros?...

Pero antes de que sus amigas pudieran replicar a eso Usagi conectó al fin el televisor con el mando a distancia. Justamente estaban dando noticias y la voz “en off” del locutor comentaba la imagen de un solar calcinado en estos términos.

- “Y ésta es otra de las catedrales que ha quedado completamente en ruinas. Esta vez en  Ciudad del Cabo, Sudáfrica. Con esta ya van cuatro en menos de tres semanas, sumándose a Sídney, Londres y Madrid. La Interpol tiene motivos para pensar que pudieran tratarse de atentados integristas que”...

            Rei desconectó el aparato con expresión cansada, estaba claro que esa gente no tenía ni la menor idea de lo que decía...

- ¡Otra vez! - Comentó Cooan con resignación - y nunca se conocen las causas, pero presiento que esos seres diabólicos están detrás de esto. Tal y como vosotras pensáis.
- Pero nos falta el motivo, el móvil. - Objetó Ami con tono pleno de inquietud.- Debemos descubrirlo para saber a qué juegan. De lo contrario estaremos dando palos de ciego.
- Así es. - Convino Beruche. - La destrucción de algunos monumentos religiosos en sí no tiene sentido. Debe de haber algo más.
- Quizás esos lugares escondan algo que les interese poseer o neutralizar. Igual que los cristales punto que nosotras vinimos a destruir. - Conjeturó su hermana. -

            Todas la miraron con inicial sorpresa y posterior complicidad de pensamiento, aquello desde luego, podría ser una posibilidad, de hecho era lo más lógico. Pero seguían sin saber de qué podría tratarse...

-Daría lo que fuera por averiguarlo.- Musitó Cooan. -

            Sustentando las sospechas de la muchacha, al otro lado del mundo Valnak y Armagedón levitaban sobre las ruinas de la ciudad, fuera del alcance de las cámaras. Habían eliminado sin dificultad a todo el que trató de oponérseles. Y es que los demonios entre tanto habían comenzado su  particular colecta. Tal y como habían calculado, pese a las medidas de protección que amparaban a esas piedras, lograron hacerse con ellas usando potentes conjuros que destruían los lugares en donde éstas se albergaban. Valnak sonreía  comentándole a su compañero con visible buen ánimo.

-¡Todo está saliendo perfecto!  ¡Mejor de lo que pensábamos!
- Sí - Convino Armagedón. - Y dentro de poco cumpliremos nuestro objetivo.
- Y esta vez no habrá deslices ni enemigos inoportunos. - Aseguró su compañero. -
- No debes confiarte demasiado. La falta de cautela es muy peligrosa. - Le previno Armagedón. -
- Los únicos que yo sepa que pudieran derrotarnos, la raza de los solares, no existen ya. - Repuso Valnak. - Si acaso tú posees al último de ellos.
- Pero este individuo que lo ocupaba antes no logró alcanzar su cenit. - Objetó el otro demonio con cierta preocupación en su tono. – Tendría que haberlo hecho antes de despertarme.
-¡Ahora podrás conseguirlo! - Le alentó Valnak. -Te has reencarnado con ese cuerpo y has seguido su mismo desarrollo, esta vez no eres un intruso en él. Eres parte integrante…
- Sí, pero...

Armagedón no continuó, su compañero le observó con un gesto concernido e inquirió extrañado.

-¿Algo no va bien? -
- No, todo está perfecto. – Aseguró el interpelado - Lo único que pasa es que esa maldita traidora hizo una buena labor con el sello y me ha costado mucho romperlo. Menos mal que pude contar con tu ayuda.
- ¡Para eso estamos los amigos! - Se rio su colega.-
-Por cierto.- ¿Hiciste lo que te pedí?- Quiso saber Armagedón.-
-Por supuesto.- Afirmó su contertulio, agregando.- Lo que no comprendo es que tiene esa chica humana de particular.
-No es exactamente ella, pero conoce íntimamente a alguien que sí lo tiene.- Le respondió su compañero con tono entre burlón y enigmático.-
-Bueno, tú sabrás lo que dices.- Replicó Valnak tras encogerse de hombros, añadiendo.- A mí me pareció una desequilibrada. En otro momento sería divertido ver por dónde sale, pero ahora no estoy para esa clase de juegos. Bastante tengo ya con esta misión. Llevaba aguardando durante muchísimo tiempo por esta oportunidad.

            Su acompañante asintió, mirándole con curiosidad para añadir.

- Tienes que ponerme al día de muchas cosas. ¿Qué noticias tienes de los círculos interiores?
- Ya sabes que de las profundidades apenas llega nada. Pero en nuestros círculos está claro que la quinta Columna se ha extendido y sabemos quiénes son algunos de sus cabecillas. De otros únicamente sospechamos, pero será mejor no correr riesgos innecesarios. - Le comentó Valnak, añadiendo con mayor despreocupación. - Pero tranquilo, una vez destruyamos este planeta no tendrán nada por lo que luchar y podremos eliminarlos.
- Yo tengo verdaderos deseos de ajustarles las cuentas a algunos de ellos. - Replicó Armagedón.- para empezar, a los que me sellaron en este cuerpo.
-Y tendrás la ocasión, amigo. ¡Esto sólo es el comienzo de nuestro triunfo! - Aseguró Valnak recreándose en aquellas palabras al sentenciar. – Haremos averiguaciones y sabremos al fin quienes estuvieron detrás de eso.
-De aquellos que has mencionado antes. ¿Sospechas de alguien en particular? - Quiso saber su interlocutor.-
-Tengo mis sospechas, sí, pero deseo asegurarme. En cuanto hayamos llevado a cabo nuestra tarea principal me centraré en eso.- Le aseguró su compañero.-

            Su colega asintió con la misma seguridad mientras ambos observaban satisfechos los restos de aquella construcción. Al final sólo había quedado una pequeña parte de la iglesia en pie. Armagedón levantó un brazo y, apuntando con la palma de su mano hacia ella, lanzó un rayo de energía que la destruyó hasta sus cimientos. Entre las ruinas se pudo ver un punto de luz.

- Ya tenemos la cuarta de las cinco piedras.- Sonrió su compañero con el semblante muy complacido. Apuntando hacia su objetivo con el gesto de una mano la hizo levitar hasta él arengando. - ¡Nos perdamos tiempo y vámonos a por la última!
- Sí, y por las indicaciones del Sabio, creo que ya sé dónde se encuentra. – Sonrió Armagedón. -
- Si nuestras enemigas son listas puede que también lo averigüen. - Objetó su interlocutor.-
- Eso espero, me proporcionaría un enorme placer liquidarlas después de recobrar la quinta piedra. - Aseveró su camarada sin ocultar una amplia sonrisa de regocijo. – Sería el broche perfecto…

            Valnak asintió también con verdadero entusiasmo.

- Sea como tú dices. – Sentenció. - Ahora debemos ocuparnos de otros asuntos...

            Y ambos desaparecieron de allí. En la ciudad, con la vuelta de Armagedón, los sectarios se enfervorizaron. Al día siguiente de este último ataque y siguiendo órdenes superiores provocaron numerosos altercados en las calles. La ciudad entró en una escalada de violencia que obligó a declarar la ley marcial. En el campus las clases tuvieron que ser suspendidas. Beruche y Cooan, con las pocas reservas de la beca que les quedaban, tomaron un apartamento en la ciudad para poder vigilar más de cerca los movimientos de la secta. Entre tanto, en las afueras de la urbe, los fanáticos provenientes de todos los puntos del país se concentraron, dispuestos a tomar la ciudad. Los demonios flotaban sobre ellos y ocultando sus rostros bajo sendos yelmos, Armagedón con su les arengaba.

-¡Oíd, Oíd! - Gritaba exultante por encima de la multitud. - ¡Debéis destruirlo todo! , no dejéis piedra sobre piedra, y matad a todo aquel que se interponga en vuestro camino. - Todos le jalearon pero Armagedón hizo un silencio extendiendo los brazos y prosiguió ahora con un tono más suave. -Queridos adeptos. Recordad la gran promesa. ¡Dentro de poco comenzará una nueva era, nuestra era! El reino  del miedo y la oscuridad. Al menos para nuestros enemigos. Por el contrario a vosotros, el Maestro llegará y os recompensará. ¿Me habéis oído?...
-¡Te oímos y obedecemos, te oímos y obedecemos, señor! - Gritaron todos a coro completamente entregados a la alocución.-
-¡Y conduciremos un ataque como no se ha visto jamás para mayor gloria de nuestro reino! - Afirmó Armagedón. -

            Su compañero, sonriendo complacido, se acercó a la espalda del orador para comentarle con un susurro...

- Nosotros debemos ir a  buscar la última de las piedras. Deja esto para los esclavos, también se merecen un poco de diversión. Y todavía nos son útiles…
- Sí, tienes razón – asintió Armagedón  sonriendo divertido. – Hay que contentarles, por el momento…

            Sin más los dos desaparecieron del lugar dejando  a sus fanáticos adoradores que se dispersaron dispuestos  a comenzar su tarea. Una de ellas era April. Aunque la chica no estaba allí por ser devota de aquellos extraños seres, sino por otra causa que le preocupaba mucho más.

-Ese hombre me dijo que Paige estaría aquí. Que estaba metida en este grupo.- Pensaba con preocupación y horror.- ¡No puedo creer que mi hermana pertenezca a una secta satánica!
           
            Aunque eso no fue lo único que aquel tipo le contó. Aun recordaba algunas de las últimas palabras que le dijo.

-Tienes una pequeña sobrina de la que preocuparte.

            Por ello, la joven intentaba buscar a Paige entre aquella muchedumbre de desquiciados. Al menos llevaba una especie de pentáculo que hacía que el resto de los allí congregados la mirasen con respeto. De hecho, preguntó a algunos.

-¿Habéis visto por aquí a una mujer de pelo moreno, más o menos de mi altura?
-No hermana.- Respondían algunos.- Pero si la vemos le diremos que la buscas.

            Y después de un buen rato, decidió retornar a la universidad. A pesar de todo era el mejor sitio para refugiarse. Muchos alumnos se habían ido, aunque todavía quedaban un buen número de ellos.

-Mel también está allí. Es mejor que esté a su lado por si puedo protegerla. Y desde la universidad podré salir más fácilmente a buscar a Paige. – Razonó.-

            Y fue a buscar a su amiga. Tanto ella como las otras chicas del grupo permanecían allí. Únicamente Connie se había ido, según les explicó, a reunirse con unas buenas amigas que habían llegado de visita. Y eso era otra cosa que le extrañaba a April.

-Ese hombre me dijo que no perdiera de vista ni a Connie ni a su hermana. -Recordó. -Y que le informase de todos sus movimientos. No sé qué interés podrá tener en ellas, pero no me importa. A cambio, me ayudará a localizar a Paige…Tendré que averiguar a dónde han ido.

            Comenzó por intentar entrar en el cuarto de esas dos. Aunque la puerta estaba cerrada con llave. Quizás la señorita Parker supiera algo de su paradero. Decidió ir a verla. Llegó al despacho y pudo escuchar que ella estaba hablando con alguien.

-Sí, sí…lo entiendo perfectamente. No, no sé dónde pueda estar. Lleva días sin acudir a la universidad. Después de ese incidente tan desagradable. Posiblemente sea expulsado, sí.- Suspiró ahora.- ¿Cómo?... ¿Pero qué quiere que yo haga?...eso que hizo va contra las normas y además es incluso un delito…Sí, ¡sé lo que prometí!... – Se irritó ahora Parker.- ¿Qué cree, que no desearía poder ayudarle?. Bien, confío en usted, si de veras es así, haré cuanto pueda por ese chico. Adiós…

            La jefa de estudios oyó como alguien tocaba a la puerta, tras recomponerse de su agitada conversación respondió.

-Pase…

            Vio entrar a una de las chicas del grupo de las animadoras. Esta, sonriendo algo forzadamente la saludó.

-Buenos días, señorita Parker. Verá, venía a pedirle ayuda.
-¿Qué ocurre, señorita Sinclair?- Se interesó de inmediato.-
-Bueno, quizás le parezca algo tonto por como se han puesto últimamente las cosas en la ciudad, pero estoy preocupada por el paradero de mi compañera Connie. Lleva días sin venir a la facultad ni a nuestros ensayos.

            Su interlocutora suspiró, moviendo la cabeza para replicar con cierto tinte de reprobación.

-Señorita Sinclair, comprenda que, tal y como en efecto están las cosas, los ensayos de las animadoras no son precisamente mi mayor preocupación en este momento. Además, no son tampoco de mi competencia.
-Lo sé, señorita, pero entre lo afectada que Melanie se encuentra por aquello que pasó, ya me entiende.- Comentó con prevención, no deseando nombrar abiertamente al causante de esa situación.- Si a otra más de mis compañeras le sucediera algo ahí fuera me sentiría muy mal…a fin de cuentas, ellas y su hermana son extranjeras y no conocen la ciudad.

            Eso hizo reflexionar a su contertulia. Al fin, para alivio y regocijo de April, Parker cedió.

-Tengo una dirección que me dieron poco antes de salir de la facultad. Dijeron tener visitas del extranjero y que debían alojarse fuera para atenderlas. Me dieron una dirección.- Comentó, eso sí, aclarando.- No estoy autorizada a revelársela a nadie, pero puedo darle a usted un número de teléfono. El que me facilitaron para informarlas de cualquier cambio o novedad.
-¡Muchísimas gracias!- Sonrió ampliamente ahora la joven.- Al menos podré hablar con ella para saber si están bien, ella y su hermana.
-Me alegra ver que usted se preocupa por sus compañeras.- Asintió Parker.-

            Y tras esas palabras a las que April asintió, la chica se marchó del despacho, pensando con optimismo.

-Bien, esto ya es un punto de partida para comenzar…

Mientras tanto, y tras horas de investigación y esfuerzo, Ami descubrió en su ordenador que la última piedra que la secta codiciaba se encontraba bajo los sótanos de una iglesia de Manhattan.

- ¡Debemos ir hacia allí enseguida! - dijo Rei de forma imperiosa. - No deben apoderarse de ella.
- Creo que conozco la zona. - Comentó Bertie inquiriéndole a su hermana. - ¿No fue dónde estuvimos de visita con los chicos?
- Sí. - Convino ésta que aún lo recordaba mejor para añadir. - La misma iglesia en la que Roy hizo su comunión, conforme al rito católico según creo.
- Conozco el rito. – Les desveló Rei añadiendo. – Yo estudié en un colegio católico. Quizás allí no sean tan poderosos. Siendo suelo sagrado, eso les debilitará.
-Tendremos más y mejores posibilidades para derrotarles.- Valoró Ami.-
- ¡Adelante entonces! - Declaró Usagi con una firmeza y determinación que reservaba para ocasiones muy importantes. - No tenemos ni un minuto que perder.

            Todas asintieron con decisión dirigiéndose hacia allí guiadas por las hermanas, pero según llegaron hacia la puerta de la iglesia todo parecía en calma. Afortunadamente ésta estaba cerrada pues casi era de madrugada y no había nadie en los alrededores. Sólo la difusa luz de las farolas iluminaba el lugar antes de que el sol saliera, para lo que todavía restaban unos minutos. Aunque Valnak y Armagedón se adelantaron al astro rey y aparecieron levitando en el aire, interponiéndose en el camino de las chicas.

-¡Vaya, qué sorpresa tan agradable! - Exclamó Valnak con rictus divertido dirigiéndose a Beruche y Cooan cruzado de brazos. - Y además, veo que traéis compañía. – Dirigió su mirada hacia las otras chicas que le observaban con cara de pocos amigos. El demonio añadió despectivo y lleno de sarcasmo.- Pero no creo que os sirva de nada. ¡Aunque animaos guerreras! , ahora podréis ver en directo como ejecutamos los planes de nuestro maestro y amo.- Dicho esto se dispuso a destruir la iglesia levantando su brazo derecho. -
-¡Alto ahí! - le gritó Usagi con voz enérgica. - ¿Cómo te atreves a intentar atentar contra un lugar sagrado? Esta iglesia es un centro de oración para los habitantes de esta ciudad y un monumento nacional. Ha costado mucho dinero rehabilitarla y no hay ninguna en varias manzanas a la redonda. Yo no toleraré que atentes impunemente contra el arte y...
-¿Es que no te callas ni debajo del agua, niña? – la cortó Armagedón con tono hasta divertido. -
- No interrumpas a una chica cuando está hablando. Es de muy mala educación.  - Repuso Usagi que se quedó pensativa tratando de recordar lo que iba a decir. -
- La verdad. - Le susurró Rei a Ami de forma que su compañera y las demás pudieron oírlo. - Ese tipo será un demonio malvado y todo lo que tú quieras, pero en eso tengo que darle la razón. Usagi habla por los codos.
- Sí, es cierto. - Respondió Ami en voz alta sin pensar. -
- Pero ¿se puede saber de parte de quién estáis vosotras dos?- Replicó la aludida volviéndose hacia ellas enfadada y con los brazos en jarras. -
-¿Vais a tardar mucho todavía? - Inquirió Valnak con impaciencia -, ¿o podemos liquidaros ya? Nos estáis haciendo perder el tiempo con vuestras tonterías.
- Ya acabo, espera un poco, - respondió Usagi haciendo espacio las manos en demanda de paciencia y por fin añadió retomando el hilo de su disquisición. - Iba diciendo que no permitiré que destruyáis una obra de arte. Y por el amor y la Justicia yo...
- Espera Usagi. -Terció Ami envarada, interrumpiendo el discurso de ésta. - ¿No estás olvidando algo?...
-¿El qué? ¿Qué pasa ahora?- Preguntó la interpelada, roja de enfado por esa nueva injerencia. -
-¿No deberías transformarte antes?- Intervino Beruche tímidamente. -

            Todos se miraron atónitos, hasta los demonios. Armagedón sonrió malévolamente moviendo la cabeza. Y la atención de los presentes volvió a recaer en Usagi que, roja, (aunque ahora de vergüenza), admitía su descuido llevándose una mano al cogote.

- Claro, ¡ja, ja, ja!...Vaya fallo ¿verdad? ¡Qué tonta!  No lo toméis en cuenta ¿eh?

            Por su parte Rei, Ami y las dos hermanas se llevaban las manos a la cabeza deseando que la tierra las tragase...

- ¡Esto es increíble!,- pudo decir Valnak con tono y semblante aburrido. - Sois penosas, ni siquiera merecéis enfrentaros a nosotros, os voy a eliminar ya.
- Espera. - Le pidió Armagedón con sorprendente buen talante. - Yo me lo estoy pasando muy bien. Deja que terminen, tenemos todo el tiempo del mundo. Y no sería lo mismo. Quiero tener la satisfacción de eliminar a la famosa Guerrera Luna y a las otras en persona. Poco a poco. Que vean que todos sus esfuerzos por detenernos son inútiles.
- Si es tu gusto - repuso Valnak resignado.- ¡Vamos estúpida!- urgió dirigiéndose a Usagi con una voz gutural que retumbó por toda la zona. -, ¡Date prisa! , se me está acabando la paciencia, tengo cosas más importantes que hacer.

            Esta vez Ami, Usagi y Rei, más serias, no se hicieron de rogar y  aprovecharon para decir sus frases de transformación. Pasados unos segundos y tras una exhibición de luces y giros sobre sí mismas, las completaron y aparecieron ya como guerreras encarándose con los demonios.

- ¡Vaya!, - rio Armagedón – así que después de todo era cierto, ¡vosotras sois las famosas Guerreras de la Justicia!
- Exactamente. - Replicó Usagi en gesto desafiante, brazos en jarras y mirada altiva, recurriendo a su japonés natal y exhibiendo su característica pose.  –¡Watashi wa bishojo senshi Sera Moon des!  ¡“Tsuki ni kawatte osokio”!
- En nombre de Luna, te castigaré. – Se sonrió Armagedón traduciendo aquella última frase y agregando para sorpresa de sus adversarias, sobre todo de Beruche quien sintió un leve destello de esperanza. - Yo recuerdo eso. Aunque no sé de cuándo.
- ¡En nombre de Marte pagaréis vuestra maldad! - Añadió Rei ahora en inglés, adoptando su pose de ataque.-
- ¡Y en nombre de Mercurio os derrotaremos! - Afirmó  Ami en la misma lengua, preparándose a su vez.-
-¡Basta ya de tonterías! - Sentenció lapidariamente Armagedón que, proyectando un rayo de energía hacia la posición de sus enemigas, provocó una explosión que las dispersó. -

            Bertie y Cooan corrieron a ayudar a las guerreras que estaban en el suelo tras haberse lanzado en distintas direcciones para esquivar este primer ataque. Una vez recuperadas las sailors  les pidieron a las dos que se apartasen. Valnak las miró y les dijo sorprendido y sin ocultar su desdén.

- O sea que vosotras sois las que habíais frustrado antes nuestros planes. He de admitir que no lo entiendo. Pero desde luego ahora no tendréis tanta suerte. - Se volvió hacia su compañero desentendiéndose de las guerreras que se habían puesto nuevamente en guardia y le comentó indiferente. - Mátalas tú, yo voy a por la piedra o ¿crees que vas a necesitar mi ayuda?- Remató con sorna. -
-¿Es una broma, no?- se burló también Armagedón. - ¡No me hagas reír, Valnak! , con esas tres no tengo ni para empezar.
-¡Eso lo veremos! - Espetó Rei que después les susurró a sus compañeras. - Debemos atacar todas a la vez o  de lo contrario lo tendremos muy difícil, poseen mucho poder. ¡Vamos chicas, adelante! - Arengó tomando la iniciativa. - ¡Burning Mandala! - Gritó lanzando su ataque. -
-¡Rayo congelante!- chilló Ami a su vez invocando el suyo. -
-¡Cetro Corazón, Ataque del Arco iris! - Añadió Usagi para completar la andanada. -

            Los tres ataques se combinaron en el aire dirigiéndose hacia Armagedón que, con una despectiva mirada hacia ellos, ni se movía de su posición.

-¡Eso no merece la pena ni esquivarlo! - Gritó a la vez que concentraba poder brillando con un tono rojizo. -

            Cuando el poder combinado de las guerreras llegó a él se estrelló inofensivamente en el campo de energía creado por el demonio.

-¡Rayo destructor! - Invocó Rei lanzándole otro nuevo ataque, pero su rival desapareció de su vista antes de poder alcanzarlo.- ¿Dónde está?- Inquirió confusa, mirando en todas direcciones. -

           Sin embargo, su enemigo apareció a su espalda burlándose de ella con sonoras carcajadas. Usagi y Ami le atacaron a su vez nuevamente pero él esquivaba todos los intentos por alcanzarle.

-¡Por favor, Roy!- Le gritó Beruche entrelazando sus manos en actitud suplicante. - ¡Vuelve en ti, debes luchar contra el mal que te domina! ¡Yo sé que aún estás ahí!
- ¡Deja de llamarme así! - repuso secamente el demonio. - Soy Armagedón.
-¡Spiral Heart Moon attack! - Gritó Usagi lanzándole uno de sus mejores mantras al demonio, que recibió un impacto directo.-

Marte y Cooan la secundaron arrojando contra el demonio dos amuletos mágicos, pero Armagedón concentró energía y salió ileso del ataque destruyendo esos papeles que ardieron al instante.

-¿Eso es todo lo que sabéis hacer? – Chilló el demonio burlonamente. - ¡Menuda decepción! Esperaba un combate más entretenido.
- No hay nada que hacer, es muy fuerte, demasiado para nosotras solas.- Reconocía Bertie desesperanzada. -
-¡No nos desanimemos tan pronto!, algo habrá que podamos hacer. Pero jamás pensemos ni por un momento en abandonar. - Replicó Ami tratando de levantar la moral a su compañera.-

Ésta,  arrepentida de su comentario, asintió con la cabeza concentrándose de nuevo para buscar alguna solución.

- Sí, claro que podéis hacer algo.- Contestó satíricamente Armagedón - ¡Podéis morir!,- sentenció con regocijo.-

            Y acto seguido emitió una potente aura que destruyó todos los elementos circundantes arrojando a las guerreras y a las chicas contra el suelo.

-¡Venga, dales duro! - Le animaba entusiásticamente Valnak - ¡demuéstrales a esas inútiles como se pelea! - Y a modo de remate para subrayar sus palabras lanzó un rayo contra la iglesia reduciéndola a escombros. -

            Entonces descendió a tierra haciéndose con la última de las piedras que había quedado a la vista entre las ruinas brillando con un color lechoso. Riendo complacido se dirigió hacia Armagedón.

- Te dejo encargado de terminar con ellas, yo voy a llevarle la piedra al Sabio. Acaba cuanto antes y reúnete conmigo en la base.
- Como tú ordenes, futuro comandante Valnak.- Respondió Armagedón que le saludó con una leve reverencia  añadiendo. - Ya te veo con un pentáculo en tu armadura – sentenció refiriéndose al distintivo de los poseedores de tal rango. -

            Su camarada acogió el comentario con una sonrisa de satisfacción y desapareció. Su compañero también sonrió mientras se volvía hacia las guerreras y declaraba con fingida consternación.

- Lo siento, pero ahora tengo que acabar con vosotras. Confieso que hacía mucho que no me reía tanto, pero os ruego que lo comprendáis, tengo asuntos urgentes que atender.
-¡Por favor! - le suplicó Cooan con  rictus desesperado. - Roy, vuelve en ti, no te dejes dominar.
-¡Qué pesadas sois! - Replicó Armagedón en esta ocasión irritado, para sentenciar, - ¡pero os haré callar para siempre!

            Mientras, aprovechando todo aquel caos, Beruche se había metido entre las ruinas de la iglesia sin ser vista. Al percatarse de los restos de la pila bautismal tuvo una idea.

-Espero que sirva, al menos a Cooan le funcionó.- Se dijo.-

Se aproximó sigilosamente y recogió un poco de agua bendita. La guardó en su polvera y se la tiró a Armagedón que, sin saber lo que contenía, no se molestó en esquivarla. Al chocar contra él, la cajita se rompió liberando su contenido y quemando al demonio al contacto con el agua, éste chilló de dolor cayendo de rodillas al suelo. Usagi lanzó su tiara para terminar de derribarle con la suerte de que su enemigo cayó sobre una cruz de madera que se encontraba allí tumbada y milagrosamente incólume. Armagedón comenzó a tiritar, sufriendo espasmos, parecía convulsionarse al contacto con ese objeto sagrado.

-¡Hay que aprovechar la ocasión! ¡Ahora o nunca Cooan, con todo lo que tengamos!- Exclamó Rei lanzando uno de sus amuletos de papel. - ¡Espíritu maligno quédate clavado a esa cruz!

 La interpelada arrojó también otro amuleto con un gesto de súplica, deseando fervientemente que funcionase. El demonio merced a la acción conjunta de Rei, Cooan y el poder del símbolo cristiano, era incapaz de levantarse, comenzaba incluso a quemarse y aullaba de dolor. Parecía que aquella conjunción de elementos sagrados acabaría por destruirle. Desesperado sólo tuvo una salida y del cuerpo de Roy surgió una densa niebla negra que se materializó en un ser monstruoso, cuya sola visión hizo temblar de terror y repugnancia a todas. Aquel era el verdadero Armagedón, con cabeza de víbora, enormes alas de murciélago y bípedo cuerpo peludo. Parecía un auténtico ángel caído, salido del Averno, como así era en realidad. Todas dieron un respingo de asco al verlo. Roy estaba ahora inconsciente en el suelo, el demonio se alejaba de él mientras avanzaba encolerizado hacia las guerreras. En su ira no advirtió que Beruche y Cooan se acercaron por su espalda hacia el cuerpo del humano que había sido su vehículo tratando de reanimarle.

- ¡Malditas seáis! Tantos años de espera y sacrificio para nada!¡Tuvisteis que meteros de por medio! ¡Ahora sí que moriréis todas! - siseó Armagedón comenzando a lanzar rayos de energía que desperdigaron a las guerreras. Éstas hicieron todo tipo de volteretas y cabriolas para esquivarlos con gran esfuerzo. –

            Y en tanto sus amigas distraía a aquel monstruo ambas hermanas intentaban ayudar a su amigo.

- Esto te reanimará. Seguro, es agua santa. - Susurró Beruche al oído de Roy mientras le recostaba la cabeza en su regazo y con toda la suavidad de la que fue capaz le entreabrió los labios dándole de beber un sorbo. – Haz un esfuerzo, tienes que aguantar…

Durante un primer momento no sucedió nada y las caras de las dos chicas eran el espejo de la desolación, pero entonces los ojos del muchacho parecieron agitarse bajo sus párpados y él los entreabrió, sorprendentemente comenzó a moverse y despertó aunque estaba muy débil.

-¡Qué alegría! - exclamó Cooan entre sollozos emocionados. - ¡Has vuelto! ¡Por fin estás de nuevo con nosotras!
-¿Qué ha pasado? - balbuceó éste aún muy aturdido. - No recuerdo nada - y llevándose las manos a las sienes susurró un quejido lastimero.  - ¡Me estalla la cabeza! Todo me da vueltas. ¿Dónde estoy?...

            El demonio mientras tanto había lanzado a las guerreras contra una pared dejándolas malheridas. Se disponía a rematarlas cuando, atraído por las exclamaciones de júbilo de las hermanas, volvió su terrible faz hacia las chicas y observó lo sucedido. Cambiando de dirección optó por dejar a las maltrechas sailors para después.

-¡No puedo creerlo!, así que has despertado. Entonces ya no puedo usarte como recipiente, ni dominar tu cuerpo. ¡Maldita sea! - Siseó con desagrado y gran irritación. -

            Beruche y Cooan se interpusieron valerosamente en su trayectoria, Roy estaba en un estado muy precario y no podría aguantar un ataque. Ambas sabían que nada podrían hacer frente a esa bestia pero intentarían lo que fuera. Bertie recogió un  palo del suelo y Cooan apuntó a su enemigo con nuevos papeles sagrados. Pero el demonio parecía no prestarlas atención, se diría que en su obsesión sólo tenía un objetivo. Beruche trató de golpearle y su hermana lanzó su ataque sin que pudieran afectarlo. Armagedón rompió el palo con una de sus garras y con la otra se desprendió del papel, apartando de sendos empellones con sus alas a ambas chicas que cayeron al suelo impotentes. El demonio alcanzó a su presa y esbozó la mueca de una terrible sonrisa en sus fauces cuando, agarrando a Roy por el cuello, le levantó en vilo aseverando rabioso...

- Tú ya no me sirves para nada. Es más, ahora eres un peligro ¡Te mataré ahora mismo! – Afirmó levantando su otra  zarpa hacia él. – No dejaré que sigas estorbándonos.

            Marte, dándose cuenta de lo que sucedía, se rehízo lo bastante como para lanzar un ataque que combinó con un conjuro anti demonios.

-¡Fuego al Corazón! - Exclamó y su rayo impactó en la espalda del enemigo logrando que soltase a Roy que cayó como un fardo derrumbándose en el suelo. -
-¡Rapsodia de Agua! - Secundó Ami  uniéndose a su compañera y atacando, dejando  congelado momentáneamente al demonio. -
-¡Luna Eterna dame el poder!- Invocó Usagi apelando a todas sus fuerzas para transformarse en Eterna Súper guerrero Luna.-

            Armagedón se descongelaba enseguida al calor de su tremenda energía, pero Cooan y Beruche le arrojaron toda el agua bendita que quedaba entre los restos de la pila bautismal. Su adversario gritó de dolor ardiendo al contacto con ella y quedó muy maltrecho pero aun así se revolvió lleno de odio para atacarlas.

-¡Os voy a devorar vivas!- Aulló henchido de ira.-

 Usagi intervino entonces lanzando contra él su “Raimbow Attack” que atravesó a Armagedón. Eterna Súper Guerrero Luna volvió a los pocos instantes a su estado de sailor normal presa del agotamiento. Se encontraba muy debilitada hasta para mantenerse en pie. Armagedón rio con un siseo demencial y fue hacia ellas trastabillándose y arrastrando sus patas. Pero lleno de una terrible determinación.

-¡Ahora estáis perdidas, malditas!  ¡Os descuartizaré y me comeré vuestras entrañas! - Amenazó con sus ojos centelleando con  un siniestro color sangre. -
-¡Oh, no! , ¡Qué vamos a hacer ahora! - Exclamó Ami aterrada e incapaz de levantarse para contraatacar. -
- No me quedan fuerzas. - Reconoció también Rei que pugnaba por incorporarse sin quererse resignar a lo que parecía una muerte cierta.-
-¡Vais a morir! – Les aseguró el demonio con estridentes chillidos a la par que se dispuso a golpear  a la indefensa Usagi en primer lugar. – Tú antes que ninguna…

            Pero en mitad de elevar una de sus garras en forma de puño se detuvo y aulló de dolor  mirándose hacia el pecho con incredulidad y espanto. Una estaca le sobresalía atravesándole desde la espalda. Era Roy el que le había atacado utilizando los restos del altar de madera de la iglesia como arma y se la había clavado, removiéndola con furia concentrando sus escasas fuerzas.

-¡Vuélvete al infierno, bastardo! - ¡Tsuki ni kawatte osokio! Espero haberlo dicho bien. - Escupió furiosamente el chico, dejándose ir hacia atrás para caer al suelo y rodar lejos de su alcance. -
- ¡Nooooo! - aulló Armagedón que tras convulsionarse estalló en decenas de pedazos, los cuales no tardaron en desintegrarse entre llamaradas. -

            Todas se habían quedado perplejas con la mirada fija en la explosión y por fin reaccionaron lanzando gritos de júbilo, ya podían respiran aliviadas. Lo mismo que Roy, aunque él no pudo ponerse de pie. Fue ayudado y sostenido por Beruche y Cooan para evitar que se desplomase completamente por el agotamiento, mientras Ami y Rei ayudaron a levantarse a una tambaleante Usagi.

-¿Cómo te sientes, Roy?- Le preguntó Bertie con preocupación en la voz, pero llena de alegría. -
- Estoy muy cansado pero estoy bien, gracias cubito. - Sonrió débilmente él. -
- Volvamos a casa. - Les sugirió Cooan también llena de felicidad.-

            Las chicas y sus amigas guerreras, una vez revertidas sus transformaciones, llevaron al muchacho a un  apartamento que éste tenía en la ciudad. Les costó hacerlo puesto que el chico pesaba mucho. Al fin lograron acomodarle y ellas trataron de reposar un poco a su vez. Mientras, a la sede de la secta, llegó como un mazazo la noticia de la destrucción de Armagedón. Entre los maestres la incredulidad dio paso a la desmoralización. Aquel era su arma más decisiva y había sido derrotado. El Gran Sabio en cambio, no parecía afectado por esto pero el que sí temblaba de ira era Valnak que, muy furioso, espetó incontenible entre maldiciones del infierno...

-¡Malditas guerreras, malditas traidoras y maldito Roy Malden! ¡Juro por el averno que me vengaré de todos vosotros!  ¡Os mataré con terribles sufrimientos!- Proclamó a gritos levantando un puño. -
-¡Cálmate Valnak! ,- intervino el Gran Sabio con brusco tono de mando alegando a continuación. - Armagedón sólo era una pieza más en nuestro plan. Valiosa pero no imprescindible y sabía a lo que se exponía. Lo principal es que ahora tenemos las cinco piedras.
-¡Para ti es fácil pensar de ese modo, pero Armagedón era mucho más que mi camarada! - Replicó Valnak fuera de sí. - ¡Te juro que me vengaré de los que le han destruido y de la forma que más les duela, tanto si te parece bien como si no!..

            Nadie contestó a su arrebato y el demonio enmudeció rumiando su ira y preparando su desquite. Justo en ese momento, en un teléfono cercano recibió una llamada...

¡Quién es?- Atronó.-
-Disculpe. Me dijo que le llamase si me enteraba de algo.- Pudo apenas musitar la sobresaltada April.-
-¿Qué es lo que sabes que pueda interesarme?- Espetó Valnak.-
-Tengo el número de teléfono de esas chicas. Podría averiguar de donde es…-le respondió con tono apocado.-

            Eso pareció calmar un poco al demonio que escuchó como su colaboradora le daba ese número. Al fin, algo más calmado, replicó.

-Servirá. Has hecho bien. Ahora continúa atenta a cualquier novedad.

            Y dicho esto colgó. Por su parte la animadora se quedó con el auricular en la mano. Hubiera querido preguntar a su vez por el paradero de su hermana, aunque la colérica voz de ese tipo le había quitado las ganas.

-Se lo preguntaré otro día.- Se dijo colgando al fin.-
           
            En ese mismo instante Ami, Rei y Usagi con Beruche y Cooan, intentaban averiguar mediante todo tipo de cálculos donde estarían esas piedras. De momento no obtuvieron nada positivo en ese aspecto pero estaban muy contentas. El motivo de su alegría en tanto, estaba durmiendo en la habitación contigua, presa del agotamiento.

-¡Ahora que hemos recuperado a Roy estoy segura de que ganaremos! - Declaró Beruche sin poder contener su entusiasmo. -
- Pondremos todo el corazón en ello - añadió Cooan decididamente. - ¡Lucharemos hasta el final!
- Estoy orgullosa de oíros hablar así. - Las aplaudió Usagi mirándolas complacida aunque objetando algo más apenada. - Yo debo volver a Tokio, Luna me ha llamado, es necesaria mi presencia allí. Pero Ami y Rei pueden quedarse con vosotras por ahora, ellas os ayudarán. De todas maneras, si me necesitáis a mí y a las otras, llamadnos enseguida. Intentaremos acudir lo antes posible.
- Quédate tranquila. – Le respondió Beruche. -
- Sí, no se lo pondremos fácil - añadió Rei guiñando un ojo. –
-En eso confío. Además, se me ha terminado el dinero.- Sonrió trémulamente su interlocutora.-
-Mira que te lo dije. Deberías haberte traído más…- Comentó Ami.-
-Bastante difícil ha sido sacar mis ahorros y hacerles creer a mis padres que era un viaje de intercambio.- Replicó Usagi con azoramiento.-
-Al menos, no te ha venido mal para mejorar tu inglés.- Se sonrió aviesamente Rei.-
-Mira, en eso tienes razón.- Concedió su amiga.-
-Siempre se puede aprender.- Afirmó Ami con satisfacción.- Incluso en momentos como éste. Quizás especialmente en este tipo de situaciones.

            Todas convinieron en ello cuando escucharon el sonido de unos pasos. Al mirar en esa dirección sonrieron con los semblantes iluminados de alegría. Era Roy que a duras penas se había incorporado y salido de la habitación dirigiéndose hacia ellas. Cooan y Bertie se levantaron al unísono para hacerle sentarse en un cercano sofá.

- No tenías que levantarte tan pronto. - Le regañó amablemente Cooan.-
- Es cierto, tienes que descansar.- Agregó Beruche con una media sonrisa.-
- Quería daros las gracias por todo. - Respondió él con voz débil pero cargada de emoción. - ¡Muchas gracias!, y a vosotras también. - Añadió en alusión a las tres chicas que le observaban sentadas.-
- Roy - Le comentó Bertie encargándose de las presentaciones. - Estas son nuestras amigas. Usagi Tsukino, Rei Hino y Ami Mizuno. Han venido de Japón para ayudarnos a liberarte y a vencer a los poderes oscuros.
- Encantado de conoceros. - Sonrió él preguntando a su compañera. - ¿Cómo se dice eso en japonés, cubito?

            Beruche se lo susurró al oído y él trató de repetirlo con una leve inclinación de cabeza, como había visto en las películas, provocando ligeras sonrisas entre sus interlocutoras. Al punto todas le devolvieron el gesto asintiendo asimismo con la cabeza. Fue Ami la que le preguntó con tono sumamente cortés y buen inglés.

-¿Cómo te sientes?
- He estado peor después de alguna de mis borracheras. - Afirmó él dejándolas atónitas pero tanto Cooan como Beruche tras traducir aquello se rieron y Roy añadió con un tono entre curioso y lleno de admiración. - ¡Así que vosotras sois las famosas guerreras de la justicia!

            Las tres se miraron de forma cómplice y puestas al corriente por sus amigas de lo que les habían dicho decidieron asentir, no tenía caso tratar de disimular, percibían que podían confiar en ese chico.

- Bertie y Connie me han hablado mucho de vosotras.- Prosiguió él. - Tú - Señaló a Ami - eres Mercurio, la amiga de Bertie.
- Sí, soy yo. - Sonrió tímidamente la muchacha con un buen dominio del inglés. -
- Y tú eres Sailor Marte. La amiga de Connie. - Afirmó Roy en dirección a ésta.-
- Encantada. - Respondió la aludida añadiendo con simpatía y ciertos problemas al usar esa lengua extraña para ella. - Las chicas también nos han hablado mucho de ti y de tu amigo Tom.

            El muchacho asintió y entonces recordó a su compañero.

-¿Dónde está Tommy? ¿Está bien, verdad?- Inquirió a las chicas con tono inquieto. -
- Si, no te preocupes. Se fue a buscar ayuda. - Le contestó Cooan con un tinte tranquilizador en su voz. -
- No tardará en regresar. - Convino Beruche deseando que así fuera. -
-¡Seguro que vendrá con un escuadrón de caballería de Kansas! - Bromeó ahora Roy y todas se sonrieron, contentas de que hiciera gala de tan buen humor. Aunque éste aún no había concluido sus saludos y añadió ésta vez dirigiéndose a Usagi, sentenciando. - Y si no me equivoco, tú eres la famosa Sailor Moon. - La que dice eso de tsuki ni…ya no me acuerdo. - Sonrió él en tanto Beruche, divertida también, completó la frase. - Por cierto. ¿A qué viene eso de Sailor? ¿Es que tenéis un  barco? ¿O sois de los Marines?- sonrió más ampliamente él.-

Beruche le rozó cariñosamente con un capón a la par que le decía divertida, en tanto Ami se lo traducía a la interesada.

-Es un chiste muy malo.
-Esta vez no. – Pudo afirmar el muchacho.-

Y es que realmente no comprendía, sobre todo cuando Usagi repitió.

-Watashi wa bishojo senshi Sera Mun
-No he entendido nada. – Pudo replicar él. -
-Soy la hermosa guerrera Sailor Moon. - Le tradujo Ami entre risas para añadir. – Discúlpala, su pronunciación del inglés no es muy buena, y tampoco sabe mucho.

            Con una expresión maliciosa la Guerrera Marte le comentó a su compañera en su propio idioma.

-Sí. No hay quien te comprenda, no me extraña que saques tan malas notas…
-No empieces, Rei…- Repuso ésta algo molesta cuando repitió. - I am Sera Mun.
-What?- Exclamó Roy, que parecía hacer un sincero esfuerzo por entender algo. - ¿Sera? Quisiste decir Sailor. ¿No? Porque inglés sé. Nací en los Ángeles y me he criado en  Brooklyn, pero no me he enterado de nada.
-Eso mismo. – Afirmó Usagi cruzándose de brazos para asentir con alivio. -
-Creo que el nombre tiene que ver con vuestro uniforme. ¿No es así?- Terció Cooan que hasta entonces ni se había planteado aquello. –
-Así es – Afirmó Rei para explicar. – El uniforme que tenemos recuerda un poco al de los marineros.
-Usa- chan. Es una pena que no puedas quedarte más para practicar inglés durante algunos días extra. – Suspiró Ami añadiendo para pasmo de todos. – Te vendría muy bien para tus estudios.

Y una vez se recuperaron de aquel comentario la propia Usagi tomó la palabra más seria y aseveró.

- Eso es… I would like…

Luego, tratando de buscar las palabras en inglés para reivindicarse, quiso añadir algo. Pero, ante su falta de vocabulario, suspiró resignada provocando las risas de sus compañeras guerreras.

-Esto me recuerda a esa fiesta a la que fui con Mamoru, pero en inglés. ¿Don´t worry, o era don´t curry?

Y derrotada, la joven se dirigió con rubor a Beruche y le pidió que la tradujera respondiendo a  continuación en su idioma natal.

-Para mí es un placer conocerte, pero sintiéndolo mucho, debo regresar a mi país. Tenemos otros enemigos que combatir allí.

            Bertie lo repitió en inglés, de modo que su compañero se sonrió y respondió a su vez guiñándole un ojo.

- I hope you´ll kick their asses in my behalf. Whoever these jerks were. Like my childhood hero used to said. What are you gonna do when Sailor Moon kick your ass, running wild and punish you in the name of the Moon, brother?

A lo que fue ésta vez Cooan la que tradujo divertida y más o menos de forma adaptada.

-¡Dales una buena patada en el culo de mi parte! A quienes quieran que sean esos mamones. Cómo decía mi héroe de la infancia… no sé. - Se interrumpió divertida para tratar de recordar y terminar de decirle a su interlocutora en japonés.- ¿Qué vas a hacer cuando Sailor Moon te patee el culo de forma salvaje, y te castigue en nombre de Luna, hermano?, ¡ja, ja!…

            Usagi asintió divertida por la expresión, una vez que escuchó la traducción, esbozando una irreprimible sonrisa. El chico, que parecía ahora más animado, sacó una cinta de video de un armario y la metió en el reproductor, tras conectar la televisión, les indicó divertido…

-Me refiero a este tipo…

            Todas observaron la pantalla de la tele, donde aparecía un extraño hombretón, bastante musculoso, rubio y con un gran mostacho, en medio del ring de un gran pabellón deportivo. Hacía unas poses bastante raras, llevándose una mano a la oreja y agachándose hacia un lado en ademán de querer escuchar al gentío que le rodeaba, viéndose luego escenas de cómo repartía todo tipo de golpes a otros luchadores. Y aquello pareció vigorizar a Roy, quién no paraba de decir.

-Mirad que golpe le ha dado a ese… ¿Y esa llave?... ¡Toma suples!…

Y  entonces con la inestimable colaboración de Usagi que parecía seguir aquello muy entretenida, y para pasmo acompañado por vergüenza ajena de las demás, comenzó a emular esas poses de culturista que su ídolo del wrestling exhibía…

-Es increíble. No exagerabais nada. ¡Usagi y él son tal para cual! Lo que daría porque las demás pudieran verlos. - Pudo susurrar una divertida Rei a su amiga Cooan que no paraba de reírse como las demás, presenciando semejante espectáculo.- No se lo van a creer cuando se lo contemos…ja, ja…

Desde luego que las otras se reían también al ver a esos dos de aquella guisa. Sobre todo atendiendo a lo pequeña y delgada que era la chica en comparación con ese muchachote cuando imitaba sus poses y movimientos. En especial cuando hacían el gesto teatral de rasgarse la camiseta, igual que hacía ese tipo literalmente con las suyas. Bertie por su parte movía la cabeza esbozando una leve sonrisa de incredulidad. No obstante estaba muy feliz de ver a su amigo así de contento y animado… coreando parte de la letra de la canción que se escuchaba de fondo…y lo cierto es que parecía que  hubiese sido escrita para él…

-“I got something deep inside of me.
-And courage is the thing that keep us free.
-¡I am a real American…Fight for the rights of every man…
- -¡I am a real American. Fight for what´s right…fight for your life!
-Well you hurt my Friends, and you hurt my pride,
-I´m gotta be a man, I can´t let it slide”…

Las demás coincidieron en ese pensamiento cuando sus dos amigas se la tradujeron.

-“Tengo algo dentro en lo profundo de mí.
-Y el coraje es lo que nos mantiene libres
-Soy un auténtico americano. Lucho por lo que está bien,
-Soy un auténtico americano. Lucho por tu vida
-Bien, si hieres a mis amigos y hieres mi orgullo
-Voy a ser un hombre, no puedo dejarlo pasar”.

            Hasta la propia Ami sonreía moviéndose al ritmo de aquella música, lo mismo que Rei que se lo estaba pasando de maravilla. Aunque finalmente el muchacho, visiblemente agotado, se sentó…no sin antes sentenciar con una mezcla de determinación y nostalgia.

-¡Ah! Como recuerdo las veces que mi padre me llevaba a verle luchar. Peleaba sin parar y sin rendirse nunca. Desde ahora eso es lo que haré yo…contra esos malditos demonios…En cuanto me recobre lo suficiente ¡Les voy a patear sus miserables culos!

Después de eso, las dos hermanas convencieron al chico de que se fuera a descansar prometiéndole que ya le contarán lo sucedido en cuanto despertara. Roy se dejó cuidar y se acostó cayendo rendido de inmediato. Las guerreras no deseando molestar más se fueron, asegurando volver a verlas en otra ocasión. Las chicas se quedaron a pasar la noche en la otra habitación del apartamento, deseaban vigilar para asegurarse de que su amigo se recuperase bien.

-Muchas gracias por vuestra ayuda.- Les dijo Bertie a sus amigas cuando éstas se marchaban.-
-No hay de qué. Cuidad bien de él. - Replicó Ami en tanto ella y sus compañeras se despedían con una leve inclinación que fue correspondida de inmediato por las hermanas.-
-Hasta mañana. Descansad.- Les deseó Rei.-
-Que durmáis bien, chicas.- Remachó Usagi.-

Cuando salieron a la calle de vuelta a su hotel, las tres sailors charlaban. Fue la misma Usagi la que comentó, todavía divertida.

-¡Es un chico genial! Me cae muy bien…
-Sí, es un magnífico muchacho.- Convino Ami.-
-Desde luego que te lo has pasado bien con él. Mira que estoy acostumbrada a ver como haces tonterías, ¡pero como hoy!…- Se sonrió Rei, agregando sin embargo ahora con un suspiro. – Sin embargo, por esta vez te doy la razón. Es un chico estupendo. Espero que pueda recobrarse pronto.
-¡Ojalá sea así!, es alguien muy importante. Algo me dice que está llamado a hacer grandes cosas. Comentó Usagi, ahora con total seriedad.-

            Sus compañeras se miraron y después la observaron a ella, en demanda de una aclaración. Pero ésta no se produjo, fue Rei la que, suspirando de nuevo, sentenció…

-Ya, entiendo. No puedes decirnos más…

            Y tras recibir el asentimiento de su amiga por toda réplica, las tres pidieron un taxi para retornar a su hotel. Usagi sí que les contó.

-Como ya he mencionado, regresaré a Japón. Luna me ha dicho también que han descubierto al fin el cuartel general del enemigo allí. Entre Makoto, Minako, Mamoru, las guerreras del Sistema Solar Exterior y yo misma, podremos destruirles.
-No me gusta la idea de no poder ir a ayudaros.- Opuso Rei.-
-Lo sé. Aunque aquí haréis más falta, chicas.- Replicó su interlocutora.- Los problemas distan mucho de haberse resuelto.
-Tienes razón, pero siempre hemos estado unidas en la lucha.- Tercio Ami.- Nos sabe mal dejaros solas.
-En esta ocasión la batalla importante se dará aquí.- Les comentó Guerrero Luna.- No perdáis de vista a las hermanas ni a este muchacho. Protegedles, ayudadles en lo que podáis, pero recordad. Ante todo es su lucha. Son ellos quienes deberán ganarla.
-Haremos todo lo posible. Pero no nos pidas que nos hagamos a un lado si las chicas están en peligro, ¡por favor! - Suplicó Rei con visible temor.-
-Si ese momento llegase podréis ayudarlas. Pero recordad lo que os expliqué.- Les pidió Usagi con tono resignado.- Hay ciertos límites que no estamos autorizadas a traspasar.

            Y lo que era más, ella había tenido otro extraño sueño, una misteriosa figura le había revelado algo. Ahora meditaba sobre esas palabras.

-Hay cosas que no deberían estar sucediendo, aquí está pasando algo. Sin embargo, desconozco exactamente qué. Ese ser me dijo que tenía que velar por mantener el continuo espacio-tiempo a salvo de cualquier tipo de ruptura. Pero no sé a qué podría referirse.

Entre tanto sus compañeras asintieron comprendiendo perfectamente el mensaje. Al fin llegó el taxi y lo abordaron rumbo a su hotel, todavía con muchas cosas por preparar…

 Así pasaron un par de días. Después de trazar planes, y de que Rei y Ami consolidasen sus posiciones, Usagi se volvió a Japón. Afortunadamente la siguiente semana transcurrió sin sobresaltos y las chicas pusieron al corriente a un recuperado Roy de todo lo sucedido desde que fuera dominado por ese demonio. Él, desolado, no pudo más que lamentar todo los daños y problemas que había provocado pero ellas le convencieron de que no había sido culpa suya. Lo que sí afirmó su compañero y amigo es que se entregaría en cuerpo y alma a la lucha contra el enemigo, cosa que también suscribieron las chicas secundadas por sus amigas guerreras. La victoria sobre Armagedón les había llenado de optimismo y esperanza.

-De momento no sé como volveré a la universidad. Deben de odiarme por esas cosas que decís que hice.
-¡Tú no fuiste, Roy! - Se apresuró a replicar Cooan.-
-En cualquier caso es mejor que nos dejes ir preparando el terreno para tu regreso.- Intervino Bertie con más pragmatismo.-
-Sí, y entre tanto me recuperaré del todo. Y esos desgraciados van a lamentar el haberse metido con nosotros.- Sentenció el muchacho. -

Ambas chicas asintieron esbozando sendas sonrisas ahora. En efecto, se sentían mucho mejor y más decididas que nunca a afrontar cualquier reto. Confiaban además en la ayuda de sus amigas. Pero la guerra distaba mucho de haber terminado y el enemigo a buen seguro contratacaría. Así, Beruche, Cooan, Roy, Ami y Rei, junto con Tom, que estaba a punto de volver, deberían prepararse para retos más difíciles y peligrosos aun. Situaciones terribles que todavía estaban muy lejos de poder imaginar...




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