jueves, 3 de marzo de 2011

GWA 32. Adiós, valiente guerrero

Todos se levantaron temprano. Roy de hecho no pudo dormir demasiado. Tras ese amanecer él y Bertie tuvieron que apresurarse para reunirse con los demás. Se estaban vistiendo cuando Beruche, con tono divertido, comentó.



-Ya empiezas a contagiarme.- Se rio ella.- Voy a llegar tarde.

-Perdona, pero tus hermanas  me han comentado que sueles ser muy remolona.- Rebatió él tratando de parecer jovial.-



            El reproductor del Cd estaba puesto con más canciones de QUEEN, el grupo favorito del chico. Ahora, palideció cuando oyó la siguiente.



Espacios vacíos

Para que estamos viviendo

Lugares abandonados

Creo que conozco el resultado



Una y otra vez

¿Sabe alguien lo que estamos buscando?



            Bertie le observó extrañada, esa expresión del chico le preocupó. Quizás es que esa canción significase algo muy importante para él. Quiso escuchar a su vez…



Otro héroe

Otro crimen estúpido

Tras las cortinas

En la pantomima



Aguanta firme

¿Alguien quiere soportarlo más?



El espectáculo debe continuar

El espectáculo debe continuar, sí.



Dentro mi corazón está roto

Mi maquillaje puede cuartearse

Pero mi sonrisa, todavía permanece



Cualquier cosa que ocurra

Lo dejaré todo a la suerte

Otro dolor de corazón

Otro romance fallido



Una y otra vez

¿Sabe alguien lo que estamos buscando?



Creo que estoy aprendiendo

A ser más cálido ahora

Pronto estaré girando

Rodeando la esquina ahora



Fuera el amanecer está rompiendo

Pero dentro en la oscuridad. Estoy deseando ser libre…



            Y el muchacho no pudo evitar dejar caer algunas lágrimas, alarmando a Bertie. ¿Qué le sucedería? Había estado muy raro toda la noche anterior. Quizás podría preguntárselo, no obstante la canción proseguía…



El espectáculo debe continuar

El espectáculo debe continuar, sííiíí.

Dentro mi corazón está roto

Mi maquillaje puede cuartearse

Pero mi sonrisa, todavía permanece



Woooo



Mi alma está pintada como las alas de las mariposas

Cuentos de hadas del ayer crecerán pero nunca morirán

Puedo volar, amigos..



Y el mismo Roy cantaba a coro con ese intérprete, lleno de emotividad y tristeza contenida.



El espectáculo debe continuar, sí

El espectáculo debe continuar

Lo afrontaré con una sonrisa



Nunca renunciaré

Adelante con el espectáculo



¡Oh!, voy a pagar la cuenta, voy a sobre matar

Tengo que encontrar la voluntad para continuar



Adelante con el espectáculo

Adelante con el espectáculo



El espectáculo debe continuar

Continuar

Continuar

Continuar…



(QUEEN. The Show must go on. Credit to the artist)



-¿Qué te ocurre?- Le preguntó suavemente ella al verle llorar.-

-Siempre me emociono escuchando estas canciones. No puedo evitarlo. Más tras perder a mis padres.- Le confesó él.-

-Lo siento. Yo, no quise…he sido una tonta. Perdona…- Se disculpó sentidamente la chica.-



            Aunque Roy la rodeó con sus brazos atrayéndola hacia él para susurrarle con afecto.



-Nada de eso. Tú eres mi luz. Como Freddie hizo y hace con su música y sus canciones, me das alegría de vivir, cubito.

           

            Ella sonrió ahora, visiblemente emocionada también y algo colorada. Apenas pudo musitar.



-Te gusta mucho ese artista. Puedo comprenderlo. Canta de maravilla.



            No obstante, ahora Roy nuevamente suspiró para explicar.



-Es mucho más que eso. Cuando él cantaba esta canción, ya sabía que le quedaba muy poco pues estaba muy enfermo. Pero aun así, sacó toda la energía que le quedaba y quiso cantarla con toda su fuerza y su pasión. De este modo nos la dejaría como legado. Y  eso hace que me acuerde de mis propios padres. Ellos tenían por seguro que, un día, el fin les llegaría tratando de protegerme y pese a todo, jamás les vi tristes. Estuvieron allí, para mí, hasta el final.



            En esta ocasión fue Bertie quien se abrazó a él, tratando de darle ese cariño y apoyo que presentía necesitaba. Roy aprovechó para acariciarle el pelo y susurrar.



-Prométeme que siempre y pase lo que pase, estarás ahí, como una luz en la oscuridad. Y que lucharás por el bien y por ayudar a otros.

-Claro que sí. Te lo prometo. - Afirmó ella separándose un poco del abrazo y mirándole con una amplia sonrisa.-

-Y ahora que pronto serás una Malden, no puedes faltar a tu palabras.- Le comentó afablemente él, acariciando la nariz de la chica, para remachar.- Yo prometo amarte siempre y luchar por ti y por el resto del mundo, para acabar con esos demonios y que la esperanza no se desvanezca.



Ella asintió sonriente. Y tras unos momentos más los dos terminaron de vestirse y salieron rumbo a su cita con el resto. A las ocho y media de la mañana se reunieron todos en un lugar convenido el día anterior. Las guerreras, Tuxedo, las justicieras, Tom y por supuesto, Bertie junto con Roy. Éste último dirigió la palabra a todos.



- Bueno, espero que tengáis suerte en el ataque. Yo me encargaré del demonio, confío en vosotros, sé que triunfareis. – Sonrió  mostrándose convencido de que así sería. –

- Seguro que también tú le das una buena paliza. - Convino Usagi haciendo la uve con los dedos. -

-¡Machácalo Roy! - Exclamó Cooan sin poder contener su júbilo. -

- Pero ten mucho cuidado ¿eh? El otro demonio te puso en un grave aprieto. - Le recordó Beruche con una tímida sonrisa de inquietud. -

- Tranquila, he aumentado mucho mi fuerza, éste tiene los minutos contados.- Le aseguró él con tinte confiado. -



            La única que no hablaba era Karaberasu, miró a Roy que charlaba con su hermana Bertie, Tom y Cooan, sintiendo que algo no iba bien. Era raro de explicar, desde hacía un tiempo se notaba capaz de percibir cosas que a los demás parecían escapárseles. Y esto le parecía bastante serio. Así que se decidió a tomar a Petz de la mano para susurrarle en un lugar aparte.



-¡Miente, está muy asustado! , sabe que no podrá vencer a ese demonio.

- Debes estar equivocada - rebatió Petz  con gesto incrédulo. - Ahora es más fuerte que antes. Además ¿cómo puedes saber eso?

- No lo sé. Es un presentimiento terrible - le confesó Karaberasu. - Siento que Roy está perdido...

- ¡Kalie por favor!, no digas eso. - Le pidió su hermana mostrando preocupación. - Si Bertie y Cooan te oyesen.

- Por eso te lo digo a ti - susurró ésta a su atónita interlocutora. - Roy no quiere que ellas sufran inútilmente. Siento que está pasando un mal rato, que está angustiado. Seguramente que hace esto por alguna razón así que yo también fingiré por el bien de todos.



            Su hermana no quería creer en esas palabras, además Karaberasu seguía estando muy rara, posiblemente esto se tratase de otra de sus extrañas reacciones. Lo dejó correr y junto con su hermana menor se acercó a Roy para animarle. Él se lo agradeció a ambas, pero comprendió por la mirada de Kalie que ella lo sabía. Se quedó pensativo, no podía hablar con la joven y sólo le hizo un mudo gesto de súplica que la muchacha entendió asintiendo con gravedad sin que Petz lo advirtiera. Ahora parecía que el mundo alrededor de ambos fuese un absoluto silencio, sordos a los ánimos y las conversaciones de los otros. De este modo la chica se alejó y Roy buscó a Beruche con la mirada, Petz y Karaberasu se habían unido a ella y a Cooan. El muchacho se sentía desfallecer, necesitaba a alguien para poder ser sincero. Pero Tom ya lo sabía y no quería hacerle perder esa falsa animación que a duras penas exhibía ante los demás. Por fin vio acercarse a la única persona capaz de poder escucharle, y no era otra sino Ami, aquella chica era la mejor amiga de Bertie así que discretamente la llamó.



- Ami, quiero decirte algo, ¿puedes venir un momento, por favor?

- Sí claro - respondió ella con una sonrisa. - ¿De qué se trata, Roy?



            Él se apartó un poco del grupo. Su contertulia se acercó más  y el chico le comentó en voz baja.



- Tú eres la mejor amiga de Bertie, ella te aprecia mucho, lo sé.

- Gracias, yo también a ella, pero. ¿A qué viene eso ahora? - Le inquirió su interlocutora sin comprender. -

- Deberás apoyarla todo lo que puedas, ¡por favor! Lo va a necesitar. Cuando yo no esté ayúdalas…cuídalas a ella y a las demás. Cuento contigo y con el resto de las guerreras, seréis lo único que tendrán.

- Pero Roy. ¿Por qué me dices eso? - Respondió Ami con un gesto de sorpresa, dedicándole una mirada alarmada. -

- A ti te lo puedo contar, en realidad eres la única con la que me puedo sincerar. Verás. El demonio contra el que voy a enfrentarme es terriblemente poderoso, no tengo ninguna oportunidad contra él. Supera con mucho mi fuerza.

- Quizás estás preocupado y piensas eso - trató de animarle la muchacha con un gesto de inquietud que trataba de eliminar. - Pero seguro que no es para tanto. Es normal tener miedo antes de la batalla, todos lo tenemos. - Añadió atribuyéndolo sin duda a eso. -

- He calibrado su fuerza.- Le explicó su contertulio, contándole para horror de la chica, los pormenores del pacto que hicieron Tom y él. - ¿Comprendes ahora? Debo luchar, pues, aunque pierda y me mate, por lo menos le obligaré a volver al Infierno. Eso os dará algún tiempo para destruir a la Secta y evitar que invoquen al mal que destruirá el mundo.

-¿Quieres que luchemos a tu lado? - Le ofreció Ami que ahora sí le creyó, sintiéndose angustiada por el chico. – Se lo diré a mis compañeras y a Tuxedo. Iremos contigo, entre todos puede que le venzamos

- No Ami, gracias - negó Roy con la cabeza. - Pero ni todos juntos podríamos contra él. Perderíais la vida y vosotros tenéis una misión vital que llevar a cabo, de ello depende el destino del mundo.- Suspiró largamente y miró hacia Beruche que, ajena a esta charla, conversaba distendida ahora con Makoto y Minako. - Lo que más me duele es no volver a verla.- Bajó la cabeza y le tomó las manos a la muchacha que le miraba profundamente apenada por aquellas terribles palabras. Pero el chico insistió con una expresión de ruego.- ¡Ayúdala, por favor! Pero no le digas nada todavía, no quiero destrozarla el corazón. ¡Ahora no!, debe ignorarlo hasta el final.



Ami le devolvió una mirada llena de compasión y asintió compungida. ¿Qué podía hacer!? ¿Qué podía decir? Pero no tuvo mucho tiempo para pensarlo. Beruche se percató de que ambos estaban hablando y se acercó hasta ellos. Antes de que llegase el chico esbozó una débil sonrisa y susurró dejando a su contertulia realmente consternada.



- The show must go on, Ami.



            Y sin dar tiempo  a que la interpelada pudiera replicar llegó Bertie que, dirigiéndose al chico, le recriminó divertida.



-¿Se puede saber qué estás haciendo, Roy? ¿No te basta conmigo? ¿Ya estas tratando de ligarte a mi mejor amiga?



Al oír esto la sailor miró hacia otro sitio sintiéndose a punto de llorar y muy envarada, por fortuna Bertie no la observaba ahora a ella.



- Bueno, sólo me estaba dando ánimos, cubito. No te pongas celosa. - Sonrió burlonamente Roy.-

- Yo… - intervino Mercurio forzando una sonrisa que ya nacía congelada. - Os dejo, voy a charlar con mis compañeras.- Se alejó de allí y Beruche interpretando aquello de un modo bien distinto se rio. -

-¡Pobrecita Ami!, quizás no he tenido demasiada delicadeza, ¡ji, ji! - Y añadió con jovialidad. - Bueno Roy. cuando vuelvas de la batalla te lo compensaré. De momento no diré nada de nuestros planes de boda.

- Mejor así, debo estudiar mucho para graduarme, pero lo haré encantado si con eso te tengo a ti. Eres la luz que me ha llevado al buen camino. - Afirmó él dándole un ligero beso en los labios, en tanto acariciaba su pelo.- Nunca lo olvides…



Ojalá pudiera haberla abrazado y besado con fuerza, pero eso la haría sospechar. Bertie no era tonta. Así que esa sería su última despedida. La que él guardase en su corazón.



- Ten cuidado ¿eh?- le pidió la chica acariciando ahora sus mejillas con afecto.-



            Y Roy como no podía ser de otra forma, siguió con la comedia con el alma rota por dentro y exclamó.



-¡Tranquila, soy un saiyajin! - Subrayando su declaración se convirtió en guerrero  dorado dejando atónitos a todos. - No sé lo que será eso ¡pero mira la fuerza que tengo!



            Todos quedaron impresionados por la potencia que su amigo desprendía, su resplandor les cegaba e incluso levantaba esquirlas de piedra en el aire. Él se rio, dio un beso a las chicas, la mano a Tuxedo y la estrechó fuertemente a Tom, dándole también un abrazo y aprovechando ese momento le susurró su adiós.



-¡Cuídalas amigo mío!, las dejo en tus manos.

- Mucha suerte Roy, que Dios te bendiga,- le deseó su compañero con lágrimas en los ojos que rápidamente enjugó para que no las advirtieran las chicas. -

-¿Sois novios o qué?- se rio Cooan afirmando jocosa. - Roy, ¡que Tom es sólo mío! Confórmate con mi hermana.

- De acuerdo, le dejo en tus manos. - Aceptó jocosamente el interpelado separándose de su abatido amigo. - Ya me voy, no quiero provocar una riña de enamorados.



Todos se rieron, celebrando la broma excepto Ami y Karaberasu y por supuesto el propio Tom. Viendo esa escena Petz le dijo a su hermana dejándose llevar por el triunfalismo.



-¿Lo ves, Kalie? - Comentó entusiasmada  tras la exhibición de Roy. - Te asustas por nada. ¡Fíjate que fuerza más inmensa tiene!, ¿quién iba a poder vencerle?

- Sigo pensando que no tiene oportunidad.-  Insistió la interpelada con voz queda aunque añadió con un leve tinte de esperanza. - Pero quiera Dios que me equivoque.



            Roy saludó a todos con la mano y salió volando hacia su cita con el demonio. Beruche le vio alejarse llena de orgullo y le dijo entonces  a Cooan, pletórica de entusiasmo.



-¡Seguro que vencerá, mírale, es el hombre más fuerte del mundo!

-Sí que lo es.- Asintió su hermana compartiendo su optimismo. - Acabará él sólo con todos esos demonios.



            Ami asistía a eso con el alma desgarrada. A punto de llorar no pudo soportarlo y tomó a Usagi de la mano apartándose con ella.



-Roy está perdido. Él mismo me lo ha confiado. Tenemos que hacer algo por él.



            Pero la expresión de su amiga la sobrecogió aún más. Usagi movió la cabeza y apenas pudo musitar con gravedad.



-No hay esperanza para él en este combate.

-Hagamos algo.- La urgió su amiga.- Te lo ruego…

-No podemos más que rogar por que no sufra demasiado. Sin embargo, el espectáculo debe continuar. Él mismo te lo ha dicho. Y debemos cumplir con su deseo.



            Ami se apartó moviendo la cabeza, ¡no podía creer aquello! ¿Cómo lo sabía Usagi? Ese pobre muchacho se lo había susurrado a ella en confidencia. Ahora miraba a su amiga Bertie y se le rompía el corazón. Entonces la oyó comentar con animado optimismo.



- Creo que luchará cerca de un páramo donde se entrena, a las afueras de la ciudad, dice que está deshabitado. Así que habrá planeado llevar a ese demonio allí. Podemos ir a animarle,- propuso Beruche. - Las guerreras nos podrían tele transportar.

-¡Buena idea! - exclamó Cooan. - Pero somos muchas para eso.- Objetó mirando a todo el grupo. -

-¡Pues primero yo! - rio Bertie – que para eso es mi novio… y luego vosotras.



Se acercó a la Guerrera Luna y le expuso su idea, ésta actuando como si no pasase nada, asintió muy entusiásticamente, para horror e incredulidad de Ami.



- Vale, lo haremos.- Llamó a las demás guerreras y les indicó el plan. - Chicas, vamos a prepararnos para el “sailor teleport”

- No creo que sea una buena idea, Usagi,- objetó Ami con gesto serio que contrastaba con las expresiones risueñas y confiadas de las demás. -

-¿Y por qué no? - Intervino Minako alegando. - Roy va a ganar seguro, no correremos ningún peligro.

-¡Eso, yo quiero ver como lucha! - exclamó Makoto eufórica. - Por lo que contabais y lo que ha hecho aquí, ¡debe de ser espectacular cuando pelee en serio!



            Ami quiso replicar pero sencillamente no se atrevía. Si su amiga le había dado esa réplica no quería ni pensar en lo que podría provocarse si entablaban una discusión sobre ese tema delante de las hermanas. No, sería demasiado cruel para Bertie. De modo que se dejó convencer… Y otra cosa que la dejó petrificada fue la mirada que la propia Usagi la dedicó, los ojos de su compañera rezumaban tristeza pero pese a todo sonrió, declarando cuando sentenció con un tono ambiguo que solo Mercurio podía comprender.



-Vamos a ir allí, le animaremos y seguro que eso le ayudará. Es un espectáculo que no nos podemos perder. No podemos hacerlo…



Por su parte, Tom no quería ni mirarlas pues estaba seguro de no poder contener el llanto. Tuvo que pasar desapercibido rezando para que Cooan no le ofreciera ir. Por fortuna ésta se encontraba muy ocupada hablando con las sailors. La única mirada que él cruzó fue con Karaberasu y ambos comprendieron al instante que el otro lo sabía, pero no dijeron más. Ami entre tanto seguía luchando consigo misma. Debía mantener la promesa que hizo y en su interior tenía esperanza de que, pese a los malos augurios Roy ganase. Y sobre todo la expresión de Usagi la hizo callar. Aceptó resignada asintiendo con la cabeza y transportaron a  Beruche al páramo. Luego volvieron por Cooan y las otras. Tuxedo con los gatos se dirigieron hacia allí por su cuenta. Tom por su parte arguyó que sería mejor si volvía  a la universidad para hacer algunos conjuros de ayuda. El resto se extrañó, pero juzgando que debía tratarse de algo importante no le pusieron impedimentos. Las sailor le transportaron en un momento a un lugar aparatado del campus, luego retornaron junto con los demás, pero antes el chico cruzó una apesadumbrada mirada con Ami.



-Adiós y suerte.- Pudo decir antes de que las sailors se fueran.-



            Al reaparecer en la facultad, las jóvenes tuvieron que ocultarse tras unos arbustos para volver a teletransportarse al abrigo de miradas curiosas. El muchacho, una vez se fueron, giró las ruedas de su silla hacia el edificio de la residencia. Era muy temprano y no había nadie por allí fuera. O al menos casi nadie. Una ruda voz de hombre le saludó a su espalda.



-¿Cómo tú por aquí, Rodney?



            Al girarse vio a ese coloso junto a él. Era Roberts que le sonrió adustamente para comentar.



-Salí a ejercitarme un poco, en breve tenemos partido de semifinales.

-Os deseo suerte.- Pudo susurrar el muchacho con voz queda.-

-¿Va todo bien?- Se interesó su interlocutor, mirándole sorprendido.-



            Y es que su compañero parecía haber estado llorando y lucía un semblante realmente pálido.



-Sí, no te preocupes, tengo que volver a mi cuarto.- Pudo responder Tom.-



            Malcolm asintió viendo como se marchaba girando las ruedas de sus silla con ambas manos. Amablemente la abrió la puerta del edificio.



-Pobre Rodney, tiene que ser muy duro estar así.- Suspiró creyendo sin duda que ese chico estaba deprimido por su invalidez.- Hablaré con Mel y con los otros, tenemos que animarle.



Y entre tanto, Roy llegó al lugar convenido para el duelo, aun no había nadie. Dejó de ser guerrero dorado para ahorrar energías. Se había convertido sólo para animar su comedia delante de las chicas. Pero sin él saberlo, ellas que ya se habían transportado, le observaban de lejos con ayuda de unos binoculares. Se acercaban poco a poco hasta él. Bertie, después de verle allí, sólo y esperando, no pudo evitar reírse y bromear.



- Ese demonio estará tan asustado que ni siquiera ha venido ¡ji, ji! ¡Le ha dejado plantado al pobre! Para una vez que llega puntual.

- Sí, y no se lo reprocho a su enemigo, de ser ese diablo yo habría hecho lo mismo. - Sonrió Rei agregando con admiración. - Desde luego, ¡Roy es impresionante cuando se transforma!…

- Oye Rei. ¿Qué quieres decir con eso?- La pinchó Minako visiblemente divertida. –

- Yo, nada - se apresuró a replicar ésta algo colorada. – Solamente digo que es increíble verle.

- Sí, me recuerda a un antiguo novio que tuve. – Terció Makoto juntando ambas ambos a la altura de la barbilla y poniendo ojos de ternero degollado. –

- Pues ya te puedes ir olvidando de él, que tiene novia. – Le recordó Usagi señalando a Bertie que se reía de aquellas chanzas. -



            Pero de pronto todas se quedaron perplejas y hasta preocupadas, Ami cortó aquello con un tono entre duro y casi indignado, con los ojos húmedos y un rictus realmente desolado en su expresión.



-¡Ya basta, callaos!



            Sus atónitas compañeras la observaron sin comprender. Fue Makoto la que se aproximó a ella con prevención y le preguntó.



-¿Qué ocurre, Ami?



Ésta no le respondió, en cambio, aprovechando el momento de silencio del resto, reunió el valor suficiente para confesarle a su amiga la verdad tras musitar un doloroso.



- Perdóname Roy pero no puedo guardar silencio por más tiempo. Es demasiado cruel…no lo soporto más…



            Y tanto Beruche como las otras le dedicaron su atención cuando les dijo, dirigiéndose a su amiga la justiciera.



- Bertie, no querría decirte esto, pero Roy probablemente va a perder.

-¡No digas tonterías, mujer! - Replicó la aludida con una sonrisa de incredulidad total. - Si ni siquiera se ha presentado su enemigo. Lo único que va a perder es el tiempo.



            Pero aun no era la hora convenida, la dieron justo en ese preciso instante y tras un par de   minutos en los que nada sucedió, una gran niebla oscura y densa cubrió el lugar. Las chicas se parapetaron tras las rocas que afloraban en el paisaje, sorprendidas y expectantes. Pudieron contemplar como se materializaba una enorme silueta con dos terribles y brillantes ojos rojos, cabeza de toro, cuerpo musculoso y negro con dos extremidades como pezuñas. A todas las estremeció. Desde luego ahora ya no estaban tan seguras de la victoria de su amigo.



-¿Qué es eso?- Musitó una perpleja Makoto.-

-¡Es un monstruo.- Convino Minako igualmente atónita y horrorizada.-

-Y de una maldad terrible.- Fue capaz de susurrar Rei, tan impactada como el resto. – Desde aquí puedo percibir su aura de oscuridad.



            A Bertie se le había casi cortado la respiración. ¿Qué era esa cosa? ¿Acaso Roy estaba completamente loco?. Quiso pensar que sería mera apariencia.



-Nos hemos enfrentado a demonios terribles antes, pero a ninguno como ese.- Confesó embargada por el temor.-

-Es cierto. Esa cosa es…realmente horrible.- Convino una asimismo aterrada Cooan.-



Ni Ami ni Usagi pronunciaron palabra, lo mismo que el resto, en un tenso y temeroso silencio, valorando a aquel monstruo con la mirada. En efecto, era Nagashel quien había surgido y sostenía en su mano derecha un reloj de arena que puso en el suelo para encararse después a Roy. El joven parecía casi insignificante en comparación suya. Aun así el chico le sostuvo firme la mirada mientras el demonio le decía.



-¡Perdona por hacerte esperar! Tuve que ordenar unas cosas en mis dominios. - Rio el demonio que parecía estar de buen talante al añadir. - Quizás por eso te deje vivo un rato más. A mí tanto me da. Y podrás contar con ese tiempo.



            Su rival se transformó de nuevo en guerrero dorado, esta vez dispuesto a la batalla, mientras respondía a su antagonista aparentando toda la confianza que pudo.



- Te agradezco el detalle. Pero ahora comprobarás que no necesito que me des ninguna ventaja. ¡Te voy a destrozar!



            El demonio no parecía en absoluto impresionado. Su oponente le observaba y se dio cuenta de que ni siquiera se ponía en posición de combate.



-Si le ataco por sorpresa y con todas mis fuerzas puede que tenga una oportunidad - pensó esperanzado. - ¡Ya está bien de charla! - gritó entonces atacando a gran velocidad. Golpeó al demonio lanzándole contra una montaña que se derrumbó con su impacto sepultándolo entre un montón de rocas - ¡Bien, quizás no seas tan duro como parecías! - Exclamó Roy animado por el resultado del golpe. -



            Nagashel salió de los escombros sin parecer acusar el choque ni el puñetazo. Su rival atacó de nuevo, golpeándolo en el estómago y la cabeza. El demonio se elevó en el aire y el Solar también sin dejar de pegarle. Parecía haberlo tocado seriamente puesto que su adversario no respondía. Beruche miraba a las chicas y dando palmas con entusiasmo declaró satisfecha, sobre todo dirigiéndose a Ami



-¡Ahí lo tenéis! , Roy está machacando a ese monstruo. ¿No os lo dije?



            Y es que la joven había recobrado la confianza. Tal y como pensó, ese monstruo era mera apariencia. Sailor Mercurio y todas las demás sonrieron, ésta pensó que Roy había exagerado, asustándola sin motivo. Karaberasu también creyó que podría haberse equivocado, hasta que observó al demonio fijamente y un escalofrío le recorrió el cuerpo, espantada, corrió al encuentro de Beruche.



-¡No, sólo está fingiendo! ¡Está jugando con él! Su fuerza real nada tiene que ver con esto, no la ha desplegado todavía. Espera a que Roy se agote, le está dando esperanzas para luego cebarse de una forma cruel.

- Pero, ¿qué dices? - Le inquirió ella sin creer nada en absoluto a su pesimista hermana. - Roy le está dando una buena paliza, ¡míralo! - Señaló al muchacho que estaba bombardeando a su enemigo con rayos de energía cada vez más fuertes, sepultándolo en un crater que abría en el terreno merced a las múltiples explosiones de energía. – Acabará con él enseguida si continúa de este modo.



            Karaberasu decidió no hablar más. A pesar de las apariencias podía sentir que ese monstruo se encontraba perfectamente y el muchacho por contra jadeaba ya debido al esfuerzo. El cansancio comenzaba a hacerle mella, pero Bertie no se percataba de eso.



-¡Duro con él, Roy! - Le gritó encantada haciendo bocina con las manos. – Acaba pronto con él, cariño.



            Pero éste se giró sorprendido al escucharla, su rival mientras se levantaba como si nada le hubiera pasado, sonriendo malignamente.



-¿Qué estás haciendo aquí?- Gritó él mirando a Beruche sorprendido y enfadado - ¡vete, pronto! ¡Maldita sea, guerreras! ¿Por qué la habéis traído? ¡Lleváosla enseguida!



            Estaba tan absorto en dar esas instrucciones que ni notó que Nagashel estaba a su lado hasta que le golpeó lanzándole contra el suelo. Pese a ello, Cooan le recriminó en broma a su hermana.



-¿Ves lo que has hecho, tonta? Le has distraído y ese monstruo le ha pegado.

- No te preocupes, ahora Roy le va a zurrar mucho más aun.- Contestó Bertie plenamente segura de ello- …

-¡Oh no!- Exclamó Karaberasu con horror, parecía sentir mejor que nadie que el aura del demonio estaba creciendo y añadió. -¡Roy está perdido! ¡Que Dios tenga misericordia de él!



            Las otras la miraron atónitas e incrédulas. Pero desgraciadamente Kalie no se equivocaba. Nagashel decidió luchar en serio, dejando la comedia aparte. Roy se levantaba tratando de pegarle pero no pudo acertarle ya con ningún golpe. Sólo después de unos momentos  el demonio se dejó pegar por él, pero el joven no consiguió moverle ni un milímetro pese a descargarle un puñetazo con todas sus fuerzas.



- No, no… puede ser. ¡Ha jugado conmigo!- tartamudeó el chico jadeando por el cansancio y horrorizado al darse cuenta de ello. -



            Nagashel esbozó una terrible mueca a modo de sonrisa y contraatacó dándole a Roy unos terribles puñetazos en el estómago y la cara. Incluso le agarró del cuello y lo lanzó contra las rocas partiéndolas con la cabeza de su enemigo.



-¡Vamos a jugar!, ¡Ja, ja, ja! - Aullaba ese monstruo, henchido de euforia destructiva.- Toma, a ver cómo te las apañas…



Dicho esto, envió contra el muchacho una andanada de rayos que éste, asfixiado y malherido esquivaba a duras penas. La cara de Beruche comenzó a pasar de la confianza a la preocupación poniéndose pálida y los temores de Ami y Karaberasu comenzaron a confirmarse.



-¿Te diviertes?- Inquirió con sorna ese diablo atacando de nuevo.- Toma esto…



            Aquel monstruo cruzó la cara de su adversario de un manotazo que le hizo saltar la sangre por su boca y nariz. Exhausto y muy castigado por los golpes de su rival, el guerrero dorado cayó de rodillas al suelo, en tanto el demonio descendía lentamente hacia él sin parecer tener ninguna prisa.



-¡Levántate Roy!- le chillaba Beruche desesperadamente. -¡Vamos!



            Pero el joven no podía, fue lanzado contra una pared de piedras de una patada quedando malamente apoyado en el agujero que hizo al chocar contra ellas. Nagashel seguía avanzando hacia su maltrecho oponente con una mueca de burla. A la vez que le espetaba.



-¿Y ya está? ¿Te has rendido tan pronto? No hemos hecho más que empezar. ¡Prepárate porque tu agonía va a ser larga! , ¡ja, ja, ja! No he venido a este patético mundo para divertirme tan poco rato. – Bramó regocijándose en el penoso estado de su rival. -



            Todos los demás observaban la escena petrificados por el terror. Karaberasu movía la cabeza desolada y las guerreras apretaban los puños sintiéndose impotentes. Petz temblaba de furia deseando ir en ayuda a ese pobre chico pero el miedo aún era más fuerte. Lo mismo que Cooan que apenas podía moverse del pánico y el horror al ver lo que le estaba sucediendo a su amigo, pero aun así mantenía la esperanza de que eso fuera un truco de Roy. Beruche por su parte ya no estaba tan convencida y sí muy asustada.



-¡Oh, Dios mío! ¡Tengo que ir a ayudarle! - Chillaba Bertie entre sollozos de angustia y tratando de correr hacia allí - ¡Debo ir! ...

-¡No!, ¿estás loca? - Le gritó Karaberasu sujetándola de un brazo con fuerza. - ¡No durarías ni un sólo segundo! ¿Contra ese monstruo qué podrías hacer tú?..

-¡No lo sé, pero tengo que hacer algo, no le dejaré morir así! - Respondió desesperadamente su hermana que, con todas sus fuerzas, se soltó y salió corriendo pese a los gritos de Ami, Petz y las demás. – ¡Resiste!…



Roy estaba agotado y ese demonio se encontraba en la plenitud de su poder. Ahora, su maligna aura parecía expandirse de tal forma que hizo temblar a los presentes.



- Debemos huir enseguida de aquí o nos matará a todos.- Añadió la atemorizada Karaberasu a las demás. -

- Yo no voy a dejarle sólo, además tengo que ayudar a Bertie. - Repuso Cooan que, sobreponiéndose al pavor, corrió en auxilio de su hermana. -

-¡No podemos dejarlas solas, cubridlas!,- ordenó Petz. -



            Todas las guerreras y las chicas asintieron con decisión y bombardearon a  ese engendro con sus mejores ataques combinados, pero estos se estrellaban contra una invisible pantalla de energía alimentada por la simple aura de aquel malévolo ser. De modo que no lograron arrancar de él más que una mueca de desprecio y regocijo. Las hermanas se dispersaron ante un vendaval que ese demonio emitió hacia ellas.



-¡Ja, ja, ja! No molestéis, insectos.- Reía con deleite.- Estoy ocupado.



            Aunque las sailors pudieron cubrirse a tiempo. Pese a eso, eran incapaces de aproximarse y seguían contemplando horrorizadas como esa bestia castigaba duramente a su amigo. Al fin Minako no pudo más.



-Chicas. - Les dijo Venus a su compañeras.- Vamos a unirnos y usar el ataque de los planetas.

-Sí, es una buena idea.- Convino Ami.- Si lo hacemos al máximo poder podríamos hacer mella en ese monstruo…



            Pero su líder no respondía. Miraba hacia el suelo apretando los puños y los dientes con impotencia. Como si estuviera entablando una lucha interna. Minako insistió.



-¡Vamos Usagi!..

-¡Venga, deprisa! - Agregó Makoto dándole la mano a Venus.-



            Ami y Rei se agarraron a su vez de las manos de sus amigas, pero para sorpresa del resto la Guerrera Luna no se movió.



-¿Se puede saber que estás haciendo?- Le inquirió Rei sin comprender esa extraña reacción, urgiéndola con tono desesperado.- ¿A qué esperas? ¡Vamos!

-No podemos hacer nada. Así es como debe ser. - Musitó de forma sombría su amiga.- El cáliz debe llenarse…

-¿Qué?- Exclamaron las otras mirándola atónitas.-

-¿Estarás bromeando? ¿Verdad?- Inquirió Rei con visible incredulidad y enfado.-

-Yo no me pienso quedar cruzada de brazos.- Remachó Minako tratando de concentrarse para pasar a su fase eterna.-

-¡No!- Le espetó Usagi dejándolas a todas perplejas.-

-Por favor… Usagi-chan. – La imploró Mercurio entre sollozos.- Te lo suplico…



            Aunque la expresión de su compañera era de gran tristeza lo único que hizo fue mover la cabeza a modo de negativa. Ami se quedó paralizada, no supo qué hacer ni que decir.



-¡No puedo creerlo! - Pudo balbucear Makoto con los ojos abiertos como platos.- Vas a quedarte ahí, mirando…

-¿Es que vas a permitir que ese monstruo le mate sin hacer nada?- Exclamó Sailor Marte tratando de materializar su arco de fuego.- Es nuestro amigo…No lo pienso consentir.



            No obstante la Guerrera Luna aferró uno de los brazos de su compañera y con un tono más duro y cortante de lo que ésta recordaba, Rei la oyó ordenarle.



-¡Sailor Marte, no!



            La guerrera se quedó atónita, observando el severo rostro de su amiga. Aunque en esa ocasión aquella no parecía ser Usagi. Más bien le recordaba a la majestad de la Reina Serenity. Y daba miedo enfrentar esa mirada a pesar de que el semblante de su compañera estaba surcado por las lágrimas. Sin saber que responder bajó el brazo sin poder dejar de observarla con la boca abierta y una expresión de asombro, incredulidad y temor.



-¿Se puede saber qué está pasando? ¿Por qué nos impides que le ayudemos? ¿Para qué hemos venido entonces aquí? ¿A ver cómo le asesinan?- Intervino Venus con tintes llenos de ira.-



No hubo posibilidad de réplica. En ese momento el demonio contraatacó con un onda de energía que las barrió arrojándolas al suelo a todas varias decenas de metros más atrás, excepto a Beruche que se aferró a unas rocas. Nagashel entre tanto izaba a Roy del cuello como si de un pelele se tratase.



-¡Puedes elegir, patética criatura! - Le escupió el demonio con sorna. -  Te dejo morir con una agonía prolongada y ganas tiempo o te mato ahora mismo y termino con tu dolor. Pero cuanto más soportes, más tiempo les darás a tus amigos. ¿Qué prefieres? ¿No dirás que no soy generoso? - Sonrió burlón al rematar la pregunta. -

- Pre, prefiero… aguantar.- Balbuceaba Roy que iba dejando en el suelo un apreciable rastro de sangre. – Has…ta el… final…el..espec..táculo…de..be..con..tinu…ar…



Al muchacho le dolía todo, era una sensación global de pesadez laxa, sentía latigazos sordos alrededor de sus brazos y calambres terribles en su cintura. Aunque estaba tan abrumado por los golpes que ya apenas podía sentir la mayor parte de su cuerpo ni la calidez de su propia sangre y sus fuerzas estaban tan mermadas que dejó de ser un Solar.



-¡Ja, ja, ja! Buena elección. - Se burló Nagashel zarandeándole. - ¡Pero mírate! ¡Pareces un muñeco roto! ¡Sólo eres un juguete en mis manos! Ya te lo advertí, pero tú creíste poder vencerme. ¡Estúpido iluso! ¿Querías jugar conmigo, eh? ¡Pues vamos a jugar! - Exclamó visiblemente encantado. – ¡Es hora de divertirse!…



Iba a golpear de nuevo a su inerme víctima cuando sintió unos casi imperceptibles pinchazos tras de sí. Se volvió y observó entre curioso y divertido a una pequeña humana encararse contra él, no era otra sino Beruche convertida en la Dama del Hielo.



-¡Suéltalo, maldito monstruo! - Le exigió ella que blandía su espada en actitud desafiante. -¡Atrévete conmigo!



            Nagashel la miró perplejo al principio aunque pronto prorrumpió en unas horrísonas carcajadas que eran devueltas por el eco del lugar.



-¿Quién eres tú? - Inquirió mirando divertido a esa pequeña humana, entornando sus terribles ojos - ¿Su mamá, su hermanita o su novia?

-¡Déjalo o lo lamentarás! - Repitió ella temblando literalmente de miedo pero sobreponiéndose con todo su valor, mientras no eludía aquella pavorosa mirada. –Te juro que te mataré…

-¡Vete de aquí!- Pudo decir Roy con un hilo de voz cuando, pese a la vista nublada por la pérdida de sangre pudo verla - ¡vete!..

-¡No, no te dejaré!,- sollozó la muchacha moviendo frenéticamente la cabeza. -



            El demonio, dedicándole una mirada indiferente a la chica, soltó a su presa a un par de metros de distancia. Todos los demás que comenzaban a recobrarse del ataque sufrido contuvieron el aliento. Bertie incluso estaba a punto de correr hacia él, pero Nagashel la paralizó horrorizada en ese gesto poniendo sobre  su malherido enemigo una de sus patas.



- No tan deprisa. ¿Piensas que te lo voy a regalar? - Se burló el demonio aplastando a Roy y deleitándose con sus gritos de dolor.-

-¡Cobarde!, ¡yo misma acabaré contigo!- le increpó Beruche llorosa y llena de rabia, arremetiendo contra él con su espada. -¡Muere!



            Pero su enemigo no se inmutó en absoluto. Dejándola llegar y atacarle, sujetó el arma por la hoja al primer intento de Bertie por herirle y la partió sin dificultad, lanzando a la chica a varios metros de un empujón. Pero ella se incorporó enseguida  para contraatacar.



-¡Oleada de cristales ataca! - Chilló lanzando su mejor arma. Infinidad de agujas de hielo se dirigieron a su despreocupado adversario que con su sólo aliento se encargó de fundirlas. -



            Pero la Dama del Hielo era tenaz y aprovechó un pequeño descuido de esa bestia para embestirla, logrando clavarle los restos de su espada en una pata y eso sí que le dolió a su rival cuyo gesto indiferente se volvió furioso hacia la humana.



-¡Ya me estás hartando rata miserable! ¿Cómo te has atrevido a tocarme? - Bramó Nagashel contra Beruche que ahora retrocedió realmente asustada. - ¡Te voy a destrozar! - Espetó apuntándola con una de sus manos para desintegrarla. -



Ella se cubrió la cara en un acto reflejo, preparada para morir, pero Roy tuvo aun la suficiente fuerza como para sujetar de una pata a su enemigo y gritar.



-¡Noo!, me juraste no dañar a nadie que no fuera yo...

-¿Ah sí? - Le respondió el demonio agarrándole del cuello para levantarlo a la altura de su cabeza y agregando con falsa resignación. -  Es verdad, ¡qué fastidio!, ya no me acordaba. Pero tienes razón, un pacto es un pacto. Aunque ellas me hayan atacado. Y eso podría invalidar el juramento que hice. - Comentó recreándose en la mueca de angustia del muchacho y agregando ahora con fingido tinte tranquilizador. – Era una broma. No te preocupes, mi palabra dada ante mi señor es ley. Aunque como no lo prometí en tu caso serás tú el que lo pague en su lugar.

- Sí, está bien,- asintió él débilmente. - Pero por favor, no les hagas daño a ellas, te lo suplico.

- Tus deseos son órdenes para mí.- Declaró el demonio con sorna atravesando un costado de Roy con  una de sus garras, en tanto le sujetaba con la otra. Preguntando con cruel sarcasmo - ¿Satisfecho?



            Los dos chillaron, el chico por el terrible dolor y Bertie de puro horror. El demonio sacando su ensangrentada garra, soltó a su presa que se derrumbó en el suelo desangrándose rápidamente. El terreno se tornaba rojo a su alrededor con una vertiginosa y mortal prisa. Beruche corrió hacia él, olvidándose del peligro y de su enemigo.  Viendo a Roy en ese terrible estado sólo pensó en socorrerle y le sostuvo entre sus brazos de rodillas. Nagashel les miró con desdén y dio por terminado el combate recogiendo su reloj de arena.



- Media hora – calculó con tono indiferente. - Eso quiere decir seis meses de este mundo, es el tiempo que tenéis. Aun te faltan unos pocos minutos pero te los regalo, luego no digas que no soy generoso. Y no te preocupes, en cuanto regrese lo primero que haré es reunir a tu hembra contigo.- Rio y sin dar tiempo a ninguna respuesta, desapareció tras dejar como un eco un sarcástico. – Hasta la vista…



            Beruche ni siquiera lo miró, estaba conmocionada, con los ojos inundados por las lágrimas y trataba de ayudar a Roy, pero era inútil. La sangre de él se le escapaba entre las manos pese a los esfuerzos de la muchacha por taponar aquella terrible herida. Petz, Cooan y los demás se acercaron corriendo, aterrorizados ante lo que habían visto. Ami y Mamoru que tenían conocimientos básicos de medicina, oscultaron al chico y apesadumbrádamente cruzaron dos desoladas miradas y movieron la cabeza dirigiéndose a los demás a espaldas de Bertie. Ella trataba de confortar a Roy, que apenas musitaba, herido de muerte.



- No, no quería que me vieses así. No puedo soportarlo.- Gimió y la chica negó con la cabeza tratando de sonreír pese a estar desatada en llanto. -

- Te pondrás bien, yo cuidaré de ti. Igual que hiciste tú conmigo, ¿recuerdas? Después nos graduaremos y podremos casarnos.- Sonreía Bertie con apariencia de esperanza, pese a no poder parar de llorar. -

- No, esta vez no - musitó él esforzándose por hablar. - Te he… engañado, como siempre… y tú te lo has creído… tonta. Siempre… serás una… boba ¿Eh? Me he… burlado de ti… hasta el final. - Trató de reír, pero sólo escupía sangre que lo atragantaba haciéndole toser. - Ten valor, debéis… destruir… a la Secta.- Bertie le limpiaba la sangre, ella misma estaba empapada pero no parecía darse cuenta de ello o si lo hacía nada le importaba ya. - Lo siento, será… la primera y última vez… que falto… a mi palabra…



            Las lágrimas de la muchacha fluían sin parar, se sentía impotente, desesperada, en vano trataba de aferrarse a Roy, pero él se le marchaba.



- No llores… por… favor.- Le pidió éste tratando de acariciar su pelo y sus mejillas con una mano temblorosa - .Quisiera recordarte… con una… sonrisa, aunque tú… eres tan… fría, cubito.- Beruche se esforzó por sonreír una vez más para él, pese a sentirse destrozada. – Te… quiero… - jadeó el muchacho sin apenas fuerzas. - Te querré… siempre y nunca… te dejaré, siempre… me tendrás a tu… lado.

-¡Claro que sí! tenemos toda la vida por delante, cariño. - Le musitó ella sollozando, acariciándole con ternura la cara como si con ello pudiera devolverle la vida que se le escapaba. -



            Los demás estaban mudos de terror y dolor presenciando aquella escena. Cooan lloraba sin parar, completamente fuera de sí. Sólo Petz podía abrazarla para tratar de contenerla.



-¡Por favor haced algo! - Les suplicaba Cooan desesperadamente a Usagi y las demás. - ¡Tenéis que ayudarlo!



            Pero las guerreras miraban al suelo con los ojos llenos de lágrimas y no respondían. Aunque Guerrero Venus tuvo una idea entonces.



-¡Podemos transportarnos con él a un hospital!

- No Minako. No hay salvación para él. - Negó Mamoru visiblemente abatido.-

- Quizás si lo intentamos.- Le musitó Usagi con profundo pesar.- Puede que eso sí que podamos hacerlo…



Pero su consternado novio se aproximó susurrándole sólo para que ella pudiera oírlo.



-Sabes tan bien como yo que no podemos hacerlo. Dejémosle despedirse de Beruche. Son sus últimos momentos.



            La Guerrera Luna no pudo evitar llorar en silencio al igual que sus amigas, maldiciendo la situación en la que estaban. Y a todas se les rompía el corazón cuando escuchaban a Bertie hacer acopio de todo su valor para seguir hablándole.



-¡Tienes que volver a clase conmigo y gastarme alguna estúpida broma de las suyas! - Le pedía ella a Roy que comenzaba a perder el sentido.-

- No…, para… mí… terminaron… las… bromas. Sólo hubiese… deseado… estar contigo. Ya no veo - musitó con un hilo de voz al nublársele definitivamente la vista por la masiva hemorragia. - Está oscuro… Bertie, hace frío… - aferró la mano de ella y le confesó tiritando. -¿Sabes?, ahora… tengo miedo… de quedarme… solo, no… me… dejes por… favor… ¡Abrázame! Por lo menos… hasta que pueda… reunirme… con… mis padres.



            Ella se abrazó a él meciéndole suavemente en su regazo. Roy aspiró hondo en un último esfuerzo, reuniendo las pocas energías que le quedaban.



- Recuerda ..tu…promesa…Doy gracias… a Dios, por… hacerme tropezar contigo… aquel día. Soy muy… feliz por haberte… conocido… cubito...- No dijo nada más, suavemente su cabeza cayó hasta reposar en el regazo de ella. -

-¿Roy? ¿Roy?- Le llamó Beruche paralizada por la incredulidad de sentirle muerto - ¡Roooy!...- chilló histérica moviéndolo con todas sus fuerzas pero no obtuvo ninguna respuesta.-



Los ojos de él estaban abiertos, sin vida, mirando al infinito. La chica gritaba de dolor y las afligidas guerreras trataron de levantarla para separarla del cuerpo, pero ella se resistía abrazándole. Petz, llorando también, detuvo a las sailor con un gesto. Éstas, profundamente conmovidas, dejaron que Beruche posase una mano sobre los ojos del chico y los cerrase  con suavidad. Ella rememoró todos los momentos que habían compartido, desde que se conocieron. Sus enfados, risas, caricias, hasta esa misma mañana, cuando le vio sonreír convertido en un guerrero invencible. Entonces intervino Ami que, entre las lágrimas, le dijo a su amiga lenta y serenamente.



- Él no quiso que tú le vieras morir, habría deseado que lo hubieses recordado tal y como se despidió de ti.

- Pero, ¿por qué?- Chillaba Beruche -¿Por qué?...¡Aaah!



La chica desquiciada por el dolor se llevaba las manos a la cabeza como si quisiera arrancarse los cabellos que flotaban sueltos y deshechos a merced del frío viento que asolaba ahora la región.



- Tuvo que hacerlo para tratar de protegernos a todos, para darnos una segunda oportunidad de ganar. - Musitó Usagi entre sollozos. – Debía ser así…Lo siento mucho.



            Nadie pudo añadir nada más a ese ambiente de consternación. Pero entonces ocurrió algo sorprendente, el cuerpo de Roy brilló cubierto de un resplandor blanco luminoso y desapareció. Todos quedaron mudos de asombro, hasta que Mamoru pudo decir con admiración, sobreponiéndose al pesar.



-¡Adiós valiente guerrero! , tu sacrificio no será en vano, cuenta siempre con nosotros.

-¡Dios mío ayúdanos! - Musitó Petz con tono impotente y desangelado mientras estrechaba a su desfallecida hermana Cooan entre los brazos. - ¿Qué vamos a hacer ahora?



            Karaberasu miraba al suelo con los ojos humedecidos por las lágrimas. Al igual que los demás, Cooan y Beruche estaban destrozadas, ésta última incluso ida. Las guerreras, haciendo acopio de toda su determinación para sobreponerse a aquella tragedia, tuvieron que llevarla a casa ayudadas por su hermana menor. Bertie no pudo más y se desmayó. Tuvieron que acostarla y la también destrozada Cooan se quedó velándola. Después pudieron llevar a las otras dos hermanas a su apartamento. Petz estaba muy mal también, pero al ver el estado de Karaberasu, que también estaba totalmente demudada, todas se preocuparon. Fue Minako la que, en la habitación de la joven, pudo hablar con ella.



-Lo lamento, lo siento muchísimo.- Le decía la sailor a su amiga.- ¡Ojalá hubiéramos podido hacer algo!

-¡Oh, Señor! ¿Cuándo terminará todo esto?- Pudo balbucear Kalie abrazándose  a Minako que la observaba realmente entristecida.-



            Pero la sailor no esperaba las siguientes palabras de su interlocutora, que realmente la dejaron petrificada de espanto.



-Por favor… ¿No basta con lo que me hicieron a mí?... ¿Por qué tienen también mis hermanas que sufrir así?

-¿Qué te ocurre? ¿Qué te hicieron?- Pudo preguntar su amiga realmente atónita.-



            Y entre lágrimas Kalie le confió aquella terrible y traumática experiencia que sufrió. Minako únicamente podía llorar horrorizada abrazándose a su amiga.



-¡Os llamé, os supliqué que me salvaseis! - Gemía Karaberasu sin poder parar de llorar.- Pero no vinisteis.

-Lo siento.- Sollozaba a su vez la impactada Minako, gimiendo a su vez llena de horror y consternación.- ¡Lo siento mucho! Perdóname…



Y durante un rato continuó suplicándola perdón una y otra vez por no haber estado allí para salvarla de esa espantosa tortura. Cuando al fin terminaron de hablar y la sailor salió de la habitación, dejando acostada a un traumatizada y exhausta Karaberasu, estaba pálida y con lágrimas en los ojos, totalmente demudada e incluso temblorosa. Las demás notaron aquello y la observaron sobrecogidas y estupefactas, pero no dijeron nada. Usagi la miró con una profunda pena. Sin embargo, Venus observó a su compañera a su vez con patente reprobación y malestar, llena de furia, aunque no quiso decir nada hasta que no se marcharon. Por su parte y más allá, en  su habitación del campus a la que había regresado, Tom lloraba de impotencia, rabia y dolor, al sentir el trágico fin de su amigo. Fue entonces cuando alguien llamó a su puerta.



-Tom, soy April, Tom, por favor, abre…¡Dios mío! Me han descubierto.- Sollozó.-



            Y el muchacho, tratando de sobreponerse, fue enseguida a abrir…



-¿Qué sucede?- Inquirió él.-

-Lo saben, uno de sus acólitos me ha abordado aquí…¡Me ha dicho que mi hermana y mi sobrina pagarán por mi traición! ¡Tienes que ayudarme!

-No sé que hacer.- Suspiró el chico llevándose las manos a la cara. –



            La aterrada joven lloraba a su vez llena de temor y angustia. Fue apenas capaz de gemir.



-¡Prometiste que me protegerías!



            Y Tom, con tono grave y lleno de dolor, le informó…



-Ese monstruo ha matado a Roy. No hay nada que podamos hacer frente a él. ¡Huye April!  Escapa con tu hermana y tu sobrina. No sé cuanto tiempo tendremos antes del fin.



La horrorizada chica también se tapó la cara con las manos, después salió a todo correr sin saber a ciencia cierta a dónde podría ir. Entre tanto, en el apartamento de las hermanas, entre los lloros y las muestras de consternación, fue Mamoru quien finalmente pudo decir, tan afectado como el resto.



-Debemos irnos.

-Pero volveremos.- Añadió débilmente Rei, remachando con más rotundidad, teñida de tristeza y deseos de justicia.- Os juro que lo haremos.



Petz, que era la única que estaba junto a ellos en el salón, asintió débilmente. Sin fuerzas para decir nada. Las guerreras se despidieron lo más cariñosamente de ella que pudieron, dándose las manos con Mamoru y los gatos en el centro volvieron a Japón con el teleport. Al reaparecer en el lugar convenido, cerca del templo Hikawa, Mamoru iba a comentarles algo pero fue Minako la que, llena de furia, se adelantó y le espetó a Usagi a voz en grito.



-¿Por qué?... ¿Por qué no has querido que usáramos el ataque de los planetas? Dime. ¿Por qué?

-No habría servido de nada.- Replicó ésta con voz queda.-

-¿Y desde cuando eso es un impedimento para tratar de salvar a alguien?- Inquirió su interlocutora con visible enfado.- Además, ¿cómo sabías que no serviría?...

-Cálmate Minako.- Le pidió una consternada Ami tratando de mediar.- Por favor…

-Tiene razón.- Terció Makoto que se puso de lado de su airada compañera al añadir.- Podríamos haberle ayudado más. No usamos ni con mucho todo nuestro poder. Quizás si hubiéramos atacado en fase eterna…

-No sabemos eso.- Terció Rei.-

-Pues por eso mismo.- Replicó Minako mirando a Usagi con verdadero enfado para lanzar una enojosa pregunta.- ¿Desde cuándo hemos empezado a rendirnos sin luchar?...



La aludida parecía querer quitarse de en medio y dejar esa polémica para sus compañeras, pero Venus insistió agarrándola de un brazo para añadir entre lágrimas y llena de indignación.



-¿Y qué pasa con Kalie? ¿Acaso también lo sabías? ¿Tampoco podíamos hacer nada por ella? La pobre no tiene valor para decírselo a sus hermanas. Y eso la está destrozando… No ha dejado de sufrir desde que eso sucedió. Al final no ha podido más y me lo ha contado a mí…y solo gemía y balbuceaba diciendo. ¿Dónde estabais? ¿Dónde estaban mis amigas? ¿Sabes el horror que ha tenido que sufrir?...¿Eh?...



            Las demás observaron esa escena con estupefacción. No tenían ni idea de a lo que su compañera se estaba refiriendo entre sollozos llenos de frustración e ira.



-¿De qué estás hablando?- Quiso saber Ami tan atónita y asustada como las demás de ver a su amiga en ese estado.-

-Os diré lo que pasó. – Fue la amarga respuesta de Minako.- Uno de esos monstruos abusó de Kalie y no estábamos allí para impedirlo. Me lo ha contado todo. Y… ¿qué podía decirle? ¿Que no estábamos porque nos teníamos que quedar en casa jugando al escondite con los inexistentes demonios de aquí? ¿Porque nuestros amados soberanos así lo dispusieron?

-No puedo comprenderlo.- Musitó Ami, que ahora trataba de hablar con Usagi.- Por favor, al menos danos una razón.

-Hemos estado aquí quietas sin hacer nada cuando lisiaron a Tom, y ahora esto.- Terció la también incrédula y horrorizada Rei.- No lo entiendo…¡Por favor, explícanoslo!

-Sí, no nos hagas esto.- Intervino Makoto.- Siempre hemos sido amigas. Lo hemos compartido todo. Lo bueno y lo malo. ¿Por qué no confías ahora en nosotras? ¿Qué es lo que sabes que no nos dices?



No obstante, la aludida no respondía. Eso irritó aún más si cabía a la Guerrera Venus que la miró entonces deduciendo lo que sucedía.



-Sí, eso es ¡Tú lo sabías! Lo has sabido todo desde el primer momento. ¿No es así? Sabías que esto iba a pasar…Esas palabras tan extrañas, el cáliz del dolor dijiste… ¿De eso se trata, verdad?



            Su interlocutora no despegaba los labios y quiso rehuir su mirada, eso sacó de sus casillas a Minako que le propinó un fuerte bofetón que casi la derriba, ante la sorpresa y el horror de los demás.



-¡Te he hecho una pregunta! – Aulló Venus con brusquedad.- Maldita seas, ¡contesta de una vez!

-¡Déjala en paz! Ya es suficiente. - Intervino una apurada Rei soltando a Usagi del agarre al que era sometida por su compañera.- Por favor, Mina- chan…

- No, no es suficiente. Ya estoy harta de esto. ¿Qué está ocurriendo aquí? ¿Eh? – Le inquirió ahora a Marte.- ¿Acaso lo sabes tú?

-No lo sé.- Contestó ésta, aseverando no obstante con rotundidad.- Pero sea lo que sea y por duro que nos resulte, tenemos que confiar en Usagi y en Mamoru.

-Todo esto es absurdo, Rei. Y lo sabes. - Intervino Makoto para declarar.- Una de dos, o hacemos algo o no lo hacemos. Estoy con Minako. Nuestro deber como guerreras es apoyar a nuestras amigas. Vosotras habéis estado allí más veces. Seguro que sabéis más. ¿Por qué no decís nada? Últimamente en Japón ya no hay más ataques. ¿Por qué no pudimos unirnos a ellas y luchar antes? ¿Por qué no podemos quedarnos allí y pelear ahora? ¡Nos necesitan más que nunca! ¡Por el amor de Dios!, ¿es que no lo ves?

-No es tan fácil.- Se defendió Rei con tintes de consternación.- Seguro que hay una explicación. Estos son enemigos muy poderosos. Mucho más que cualquiera de los anteriores que tuvimos.

- Tiene razón. - La apoyó Mercurio con tono conciliador. - Las cosas son muy complicadas. No podemos actuar como de costumbre. La suerte del planeta está en juego. Y seguro que hay una justificación para todo esto…

-¡Maldita sea, Ami!- Exclamó Minako encarándose ahora con ella para interrogarla.- ¡Vete a decirles eso a Kalie, a Bertie, a Tom, o a los demás!

-Eso no es justo.- Sollozó Mercurio bajando la mirada y apretando los puños.- Bertie es mi amiga…y Roy lo era también.

-Pues habla. ¿Qué sabéis vosotras que nosotras no sepamos? – Insistió Venus que acorralaba a su compañera con un aluvión de indignadas preguntas.- ¿Somos un equipo o no lo somos? Ya estoy cansada de tanto secretismo. ¿Qué os ha contado Usagi?...

-Es verdad.- La apoyó Makoto con el mismo enfado y malestar, según sentenciaba.- ¿Es que ahora nos vamos a quedar tan tranquilas viendo como mueren uno por uno nuestros amigos? ¿Quién será el próximo, eh?



            Sus compañeras no supieron que replicar, aunque no hubo posibilidad para ello. Todas enmudecieron cuando Usagi finalmente estalló gritando histérica…



-¡Ya basta!, ¡ya basta!… ¡ya es suficiente!, no lo soporto más ¡callaos!, ¡callaos!



            El resto de las chicas la observó con una mezcla de sorpresa y temor. Aunque su amiga ni mucho menos había terminado. Entre lágrimas, balbuceó enfrentando su mirada a las ahora asustadas Minako y a Makoto.



-¿Creéis que esto no es duro para mí? ¿Qué no me importa ver a nuestras amigas sufrir? ¿Acaso pensáis que no se me rompe el corazón sabiendo lo que le han hecho a Kalie sin haber podido intervenir? ¿O al ver a Cooan sufrir por Tom postrado en su silla? ¿O al tener que presenciar como Bertie veía morir a Roy en sus brazos sin poder hacer nada? ¿Eh? ¿Os creéis que esto es un juego para mí?

-Usagi, cálmate. Por favor. - Le pidió una sollozante Ami con tono dulce pasándole los brazos por la cintura y abrazándola por detrás.- Yo sé que tiene que haber un buen motivo…para todo lo que decides hacer.



            Ahora eran las demás las que estaban a punto de llorar mirando hacia el suelo. Fue Rei la que, con voz ya más calmada, les comentó a sus compañeras.



-Tampoco yo sé lo que está pasando. Pero hay algo que sí sé. Si Usagi nos pide que hagamos algo, debemos hacerlo. Después de tanto tiempo y tantas batallas juntas yo confío plenamente en ella. Coincido con Ami. Tendrá sus razones para actuar así.

-Lo siento. - Pudo suspirar Makoto en tanto se enjugaba algunas lágrimas.-

-Sí…-Musitó ahora la asimismo llorosa Minako, abrazando a su destrozada compañera para disculparse.- También yo lo siento, ¡Usagi perdóname!



Su amiga la abrazó a su vez y ambas lloraron juntas para desahogar tanta tensión. Por su parte Mamoru las había contemplado en silencio, junto con Luna y Artemis, que, recién llegados, no habían tampoco pronunciado palabra. El muchacho no había querido intervenir hasta ese momento. Sin embargo, ahora sí que declaró con tono consternado a la par que sereno y grave.



-Lo que hacemos, por duro y terrible que os parezca, es parte de algo, algo muy importante que debe de ser llevado a cabo. Todavía no es momento de desvelarlo. Pero en este caso no os hablamos como Usagi y Mamoru, sino como Serenity y Endimión. Y en nombre de la lealtad que nos debéis, os pedimos que no volváis a hacer más preguntas, ni a cuestionar nuestro modo de actuar. Por favor. A su debido tiempo os explicaremos lo que sucede y el porqué de nuestro proceder. Entonces lo comprenderéis todo…



            Ante aquel tono, suave pero firme, las guardianas hicieron una sentida reverencia y fue Makoto la que sentenció con respetuoso tinte de voz.



-Así se hará, Alteza. Os ruego que nos perdonéis.

-Será como vos digáis, Señor.- Convino a duras penas Minako, todavía emocionada.-



            Tanto Usagi como Mamoru esbozaron una tibia sonrisa, dando así el incidente por zanjado. Sin embargo, todo era tristeza y desmoralización entre el grupo. Lo mismo pasaba con las hermanas y con Tom. Únicamente en la sede de la Secta reinaba la alegría, con la carcajada triunfal del Gran Sabio.

             
                     anterior                                                                  siguiente

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Por favor, si sois tan amables y no os es molestia, comentar vuestras impresiones sobre lo que habéis leído. Me vendría muy bien para mejorar y conocer vuestras opiniones sobre mis historias. Muchas gracias. ;)