Transcurridos unos días de la partida
de Leval de vuelta a su futuro las cosas se normalizaron nuevamente. La vida
cotidiana se recobró. Cada grupo de amigos se dedicó a labrarse su propio
porvenir anhelando que los tiempos de paz se alargasen y les permitieran vivir
sin más sobresaltos. Y al parecer, el destino quiso concederles una tregua de
algún tiempo, que no fue alterada, salvo por problemas bastante puntuales.
Amenazas importantes, eso sí, pero que supieron resolver amparándose como de
costumbre en su camaradería y su valor. De esta manera Roy comenzó a jugar con
continuidad y alcanzó mucho éxito, poco a poco se fue haciendo con un puesto de
titular. Tom se fue por fin con Cooan a Portland y montó allí su gimnasio. Ella
por su parte, inició su trabajo como maestra de la guardería, aceptando así la
oferta que le hicieran hacía varios meses. Los dos inauguraron su casa en una
zona urbanizada de las afueras. Los demás regresaron también a sus ocupaciones
y lugares de residencia habituales. Roy y Beruche se habían quedado solos en New
York y él, al cabo de un día más de trabajo y arreglos en la casa, la invitó a
cenar. En un buen restaurante de la ciudad, el muchacho le pidió que se casara
con él de una manera más formal. Había estado aguardando mucho para llegar a
ese momento y lo tenía bien preparado. Se decidió a llevarlo a la práctica
cuando terminaban los postres, entonces él le entregó una pequeña caja negra.
-¿Qué es esto, Roy? - Le inquirió ella sorprendida
-.
-Ábrelo y descúbrelo tú misma. - Sonrió
incitadoramente él. -
Desde
luego que Beruche la abrió y lanzó un ¡Oh!, de sorpresa y admiración.
Alborozada, e incrédula descubrió un
anillo de oro con un bello diamante engarzado en su centro. Roy, acto seguido
se lo propuso mientras le indicaba con gestos que se lo probase, cosa que ella
hizo de inmediato admirando la belleza de la joya en tanto él decía.
-Señorita. - Se arrodilló teatralmente el muchacho
ante la mirada atónita del resto de los comensales y el sonrojo de Bertie.- ¿Quiere
usted casarse conmigo o me va a tener de
rodillas hasta el postre?
-Sí, Roy, ¡claro que quiero! , pero por favor.- Le
musitó roja ante la mirada divertida del resto de los clientes del local- ¡Levántate, todo el mundo nos está mirando!
-Bueno, ¡pues que nos miren! - contestó
despreocupadamente, tanto era así que se levantó voceando acto seguido.- ¡Eh
amigos! ¡Me ha dicho que sí, se va a casar conmigo! ¡yuhu! - Todo el mundo aplaudió
con divertido jolgorio. Bertie se reía sintiéndose muy feliz, aunque tapándose
la cara con las manos de la vergüenza que sentía. Y pudo comentar divertida. –
He tenido que esperar pero ahora ya me lo has pedido al menos dos o tres veces
en apenas tiempo.
-¡Claro! – le sonrió el chico recobrando ya algo de
su compostura. – Pero faltaba lo principal que era regalarte el anillo. Mi
padre siempre decía que a una mujer hay que pedirla en matrimonio de rodillas y
con una buena joya.
- Tu padre era un hombre muy inteligente. – Se rio
Bertie añadiendo con tono jocoso. – Celebro que algo se te haya pegado.
Por
toda réplica Roy le dio un largo beso en los labios para decir después.
-Y te explicaré más cosas en casa…
- ¿De las que decía tu padre?- inquirió la chica –
- No precisamente, - se sonrió maliciosamente él. -
Y
tras unos minutos más los dos retornaron a su chalet donde el muchacho le iba a
contar ciertas cosas bastante privadas. De esas que no se pueden demostrar en
presencia de otros. Por su parte Cooan también reaccionó con emoción y enorme felicidad
cuando Tom le regaló su propio anillo de pedida, de oro con un rubí engastado
en el centro. Por supuesto que él no fue tan estrambótico como su amigo. Lo
hizo en su nueva casa y pese a ser algo mucho más íntimo y sin testigos, también
se alegró mucho cuando ella le dio el sí. La joven se miró el anillo una vez se
lo hubo puesto su pretendiente y comentó entre sorprendida y melancólica.
-Hasta este mismo instante, el rubí era una piedra que
me traía muy malos recuerdos. Pero una vez más, tú has logrado convertir algo
triste en alegre, algo feo en hermoso. Y por eso te quiero tanto, Tom.
-Muchas gracias, - Sonrió él permitiéndose no
obstante bromear.- Yo pensaba que me querías por ser tan apuesto.
Eso
hizo reír a Cooan. Aquel comentario hubiera sido digno del mismísimo Roy.
Aunque no tardó en susurrarle al oído a su chico.
-Bueno, algo de eso también ahí.
Y se dieron un largo beso para pasar después a cosas
incluso mejores. Pasados unos días ambas parejas se avisaron de sus respectivos
compromisos y llamaron a los demás. Tom y Roy charlaron por teléfono.
-De modo que también tú se lo has pedido
oficialmente, paleto de Kansas.- Exclamó Roy.- ¡Enhorabuena!
-Lo mismo te digo.- Contestó su amigo, divertido al
escucharle para recordarle a su vez.- Y como quedamos en que podríamos
celebrarlo todos juntos.
-Me parece una idea genial. Incluso podríamos proponérselo
al resto.- Le sugirió su interlocutor.-
-Por mí, estupendo. Y a Connie también le parece una
buena idea.- Confirmó Tom, quien estaba junto a la aludida viéndola asentir con
una gran sonrisa y otro teléfono en la mano.-
-Avisad a Ail y
Ann.- Les recordó la muchacha.-
-Es verdad.-
Convino Roy, recordando.- Ail se lo pidió, y Annie aceptó. Por suerte decidieron
quedarse por aquí durante un tiempo. Para criar a Giaal y que el niño
aprendiera a relacionarse con personas de la Tierra.
-Es
verdad.-Intervino Tom.- Debían enseñar al crío a adoptar una apariencia humana
corriente. Pese a parecer un bebé normal puede transformarse en alien.
-Su padre me contó
que jugando lo hacía. Y debían tener cuidado para que nadie lo viera.- Les contó
Roy. – Creo que Ami y Bertie han podido verle en plan marcianito, un día que se
vieron con Annie y el crío. Me dijeron que estaba muy mono.
Eso le recordó algo a Cooan quien
enseguida le consultó a su amigo.
-¿Está por ahí mi
hermana?
- No, está dando
clase.- Le contestó su contertulio.-
-Claro, con la
diferencia horaria, es normal.- Repuso la muchacha.-
-Pero no te
preocupes.- Afirmó un animado Roy.- Seguro que estará totalmente de acuerdo con
la idea. Le diré que te llame en cuanto pueda.
-Díselo por favor.
¡Me gustaría poder planearlo con ella, y con Annie! - Exclamó una entusiasmada
Cooan.-
Y desde luego que Roy no se olvidó, por la cuenta
que le tenía. Así Bertie y Cooan pudieron comenzar a planearlo todo y avisar a
su vez a Annie, quien en una breve visita a Nueva York, se acercó a visitar a sus
amigos. Allí Beruche le puso al corriente de todo con más detalles. De esta
manera acordaron que las bodas iban a celebrarse a la vez y pusieron el plazo
de un mes.
-Os lo agradecemos mucho.- Les comentó Annie a su
amiga.- Es algo muy bonito. Desde que Ail me lo propuso me he estado
documentando sobre ese tipo de ceremonias, los vestidos, el banquete…-Enumeró
llena de entusiasmo.-
-A nosotras también nos hace muchísima ilusión.- Le confesó
Bertie.- Por cierto. ¿No han venido Ail y tu hijo?
-No, se han quedado en Japón. Giaal está en casa de
Rei. Ella le ha tomado mucho cariño y junto con Ami y las demás le cuidan
cuando nosotros trabajamos. – Le contestó la extraterrestre queriendo saber a
su vez.- ¿Y Roy?
-Jugando con su equipo, ha tenido que ir al sur.- Le
informó su anfitriona.- Esos calendarios de competición tan raros que tiene.
Su
amiga asintió, aunque enseguida pasaron a centrarse en el tema que les ocupaba.
-¿Habéis hablado con Petz, con Amanda y con
Esmeralda? Quizás ellas quieran unírsenos también.
-Lo hicimos, pero ninguna tiene prisa por casarse
todavía. Eso sí, estarán aquí como nuestras Damas de Honor y además Esmeralda
ha prometido encontrarnos algunos vestidos de novia de su casa de modas.
-¿De veras?- Exclamó una eufórica Ann ante la
sonrisa de su amiga.- ¡Eso es genial!
-La Casa Deveraux es una de las mejores, por no
decir la mejor.- Convino Bertie con idéntica alegría.-
-Pues Esmeralda también ayudó a Ail a buscarme un
hermoso anillo. Mi prometido trabaja junto con Zafiro y Diamante, y habló de
estos planes con ellos. Diamante se lo dijo a ella y le consiguió uno muy
hermoso.
Y
enseguida le mostró la mano izquierda a su interlocutora, dejando ver un
hermoso anillo con una esmeralda engastada.
-Esta costumbre terrestre me encanta.- Admitió Annie.-
Me hizo muy feliz cuando Ail me la regaló.
-Sí, eso nos gusta a casi todas.- Asintió Bertie mirándola
con complicidad.-
Siguieron charlando un poco más. Cuando Annie se
marchó quedaron en verse en Nueva York para celebrar los esponsales de todos. Beruche
se ocupó de confirmar esto con su hermana pequeña quien, por supuesto, estuvo
de acuerdo. De este modo y pasadas un par de semanas, las chicas se reunieron
con Beruche, Cooan y Ann, ayudándolas a preparar los vestidos de novia.
-¡Estoy tan feliz por vosotras, chicas!- Las felicitó
Petz con visible orgullo. - No puedo creer que vayáis a casaros.
-Pues ya va siendo hora. - Terció Ann - de que tú y Esmeralda os animéis.
Es una lástima que no hayamos podido organizar una séxtuple boda.
-Sí, y ahora que os veo tan felices está comenzando
a darme envidia. Así que yo también espero que Diamante se decida. Parece que
no se atreve a pedírmelo todavía. Pero es normal. Yo misma le he dicho que
estoy muy ocupada. Y él tampoco está precisamente ocioso. Por eso no nos corre
demasiada prisa. De hecho somos muy felices así. - Contestó Esmeralda mientras repasaba
algunos detalles en los trajes. -
-Zafiro y yo probablemente no tardaremos mucho. - Repuso
Petz afirmando con ilusión. - Él me prometió que nos casaríamos en cuanto nos
hubiésemos asentado y tuviéramos la estabilidad conseguida. Pero me temo que aún
nos falta un poco. Entre las batallas y el trabajo apenas hemos podido
disfrutar de una vida en común. Y para mí ese es el mayor premio. De todos modos,
también somos muy felices. Aunque siempre queda eso de hacer una ceremonia
bonita, los amigos, familia. Y que tengamos un hermoso recuerdo para siempre…
-Sí, te comprendo muy bien - asintió Esmeralda
suspirando resignada.- A Diamante y a mí nos ocurre lo mismo. Entre los
combates y nuestras ocupaciones aun no hemos tenido tiempo ni de planteárnoslo,
pero seguro que los dos pensamos en ello para más adelante.
-¡Eso, daos prisa o a este paso el mundo se va a
convertir en un queso Gruyere! ¡Ojalá que los invasores del espacio nos den
alguna tregua larga, o mejor dicho, definitiva. – Terció Annie con el asentimiento
de las demás. -
- No podría estar más de acuerdo contigo. Esperemos
que la calma dure el tiempo suficiente como para poder estabilizarnos de una
vez. - Rogó Cooan, cuyo deseo era compartido enteramente por sus hermanas y
amigas. -
-Pues Nephrite y yo acabamos de conocernos.-
Intervino Amanda que había estado callada hasta entonces, pasando ahora a
desvelar a las demás. - También deseo que, en un futuro, podamos compartir una
vida y formar una familia.- Y añadió dirigiéndose a Ann. - Tú y Ail lleváis
viviendo mucho tiempo juntos ¿Verdad? Además tenéis un hijo, es como si ya
estuvieseis casados.
-Es cierto- admitió la aludida. - No nos haría
ninguna falta pero la verdad es que a Ail y a mí nos hace ilusión esta
ceremonia, el poder celebrarla con nuestros amigos. Y en mi caso, viendo lo
hermosos que son los trajes, ya estoy deseando vestirme de novia.
Y es
que Esmeralda había cumplido su palabra. Cuando le comentó a su jefa que
deseaba algunos vestidos de la colección de novias y le explicó para quienes
eran, Madame Deveraux asintió, diciéndole con tono afable.
-Très Bien, Ma chère.
Choisissez ceux que vous voulez.
Así se lo contó la
modelo. Sus amigas se quedaron perplejas y muy agradecidas a esa mujer.
-Debimos haberla
invitado. Es lo menos.- Suspiró Cooan.-
-Algo le comenté
yo a sugerencia de Bertie, pero Madame Deveraux me dijo que su agenda no se lo
permitía. – Le respondió Esmeralda.-
-Iba decíroslo,
chicas. Pero fue todo tan repentino, cuando Esmeralda me llamó para contarme
que su jefa le autorizó a escoger cualquier vestido para nosotras me puse tan
contenta que, espontáneamente le pedí que se lo dijese a esa señora. Lamento no
habéroslo consultado.- Se excusó apresuradamente la propia Bertierite. -
-No te preocupes.
Hiciste lo correcto.- Afirmó Annie.-
-Así es.- Dijo asimismo
Cooan, añadiendo con ilusión.- Bueno, ahora estamos a punto de cumplir uno de
nuestros deseos más anhelados.
-Junto con mi hijo
Giaal, esto es lo mejor que jamás me ha pasado.- Sonrió Annie.-
-Yo también deseo mucho tener un hijo - suspiró
Beruche recordando a Leval. -
-A mí también me gustaría, es que me encantan los
críos - convino Cooan. - Tengo suerte de trabajar como maestra, es muy bonito. Además,
adquieres mucha experiencia en el día a día con ellos.
-Sí, es verdad - acordó Bertie. - Aunque los míos
están más creciditos y la mayoría eran poco sociables. Aunque la cosa ha ido
mejorando.
Aludía
a la plaza que había obtenido recientemente ya en un instituto de secundaria,
ubicado en una zona poco recomendable en la que casi debía ocuparse más de que
sus alumnos entrasen desarmados en clase que de impartir las materias. Al hilo
de ello, Petz le inquirió, no sin extrañeza.
-¡Pero Bertie!, tenías una oportunidad estupenda
cuando te ofrecieron un colegio de alto nivel a tan solo una hora de coche de
la ciudad. ¿Cómo es que te has decidido por ese otro tan complicado y
peligroso?
-Digamos que es una especie de reto, quiero
conseguir algo de esos chicos, sé que puedo. Y no te preocupes, lo más seguro
es que cuando Roy y yo nos casemos y me quede embarazada me cambie. Los dueños
de un instituto privado de mucho prestigio me han ofrecido un puesto para el
próximo año. No estaría demasiado lejos de casa. Pero no deseé aceptar antes
porque quiero demostrar que valgo como profesora en cualquier condición.
-Yo estoy convencida de eso. - Afirmó rotundamente
su hermana mayor. -
-Petz tiene razón.- Acordó Cooan, que seguidamente
matizó. - Aunque es algo que cada uno debe decidir por sí mismo. Por mi parte
seré feliz con una vida apacible con mis niños de la guardería y con los míos
propios, si Dios quiere, Tom y yo nos pondremos a ello no tardando mucho.
Se
sonrojó evidentemente y las demás esbozaron unas divertidas y cómplices
sonrisas.
-La verdad es que a mí no me tiran tanto los críos.
- Reconoció entonces Esmeralda. - No tengo tanta prisa por tenerlos.
-Eso es porque aun no has sido madre - sonrió Petz
añadiendo animosa y rotundamente. - ¡Ya verás algún día cuando los tengas! No
habrá para ti otra cosa más importante.
-Pero Petz- le objetó Amanda. - Tú tampoco eres
madre aun, ¿cómo lo dices tan convencida?
-Porque soy la mayor de cuatro hermanas. - Repuso
con tinte de autoridad sobre la materia que le otorgaba el necesario
conocimiento de causa. - He tenido que cuidar de estas dos desde que eran
pequeñas y eso es en la práctica como ser su madre – aseveró entre las risas de
las aludidas que asintieron. -
-Vamos, Petz, ¡que no hay para tanto! - pudo decir
Bertie con regocijo. –
Ninguna
nombró a Karaberasu en aquel momento, incluso la propia Petz habló de dos y no
tres hermanas al contestarle a Amanda. Y nadie la rectificó. Pero todas
pensaban en ella, parecía haber una regla no escrita, recordarla por separado
pero no hacerlo en grupo para no entristecerse. Estaban seguras de que no
tardando mucho ella volvería. Así, entre risas y más charla transcurrió el
rato. Pasaron los días y el momento se acercaba. La mañana anterior a las
bodas, habían quedado con el resto de sus amigos para celebrar la noticia del
triple enlace y después irse de fiesta. Las chicas irían todas vestidas de gala y estaban muy hermosas, las novias,
por supuesto, con sus trajes blancos. Los muchachos, por su parte, estarían
elegantemente trajeados con smoking, y su aspecto sería impecable. Alguno
bromeó diciendo que parecían una sucursal de Tuxedo Kamen sama. Pero este día antes de la ceremonia, se
permitirían ir de modo informal. Comerían por ahí y más tarde se dividirían en
dos grupos, las chicas por su lado y los muchachos por el otro. Ya estaban
deseando comenzar las celebraciones y por fin llegaron Mamoru y las guerreras.
Éste llegaba vestido con una chaqueta de pana verde y pantalones azul marino.
Aunque cuando tuviera que ponerse elegante le bastaría con invocar su
transformación de tuxedo pero sin el antifaz.
Como ya hicieran antes, recordaron la chanza y Roy, nada más verle y conocer
la circunstancia, bromeó con él sobre ese particular.
-¡Mamoru chico! tu uniforme es un chollo. Siempre
vas elegante a todas partes, y además. ¿Sabes lo que nos ha costado alquilar
estos trajes a nosotros? - Todos rieron. -
- Alguna ventaja tenía que tener – Sonrió el aludido
añadiendo con jocoso sentido del humor. - ¡Entre eso y las rosas lo cierto es
que voy bastante apañado! -
Usagi
se acercó para felicitar a sus amigos por el inminente enlace. Ella les confesó
que, no tardando mucho, su novio y ella harían lo mismo. Roy se extrañó.
-¿Cómo es que
habéis esperado tanto?- Quiso saber. -
-Verás – sonrió la chica que ahora hablaba bastante
mejor inglés. – Cuando la lucha contra Galaxia terminó yo ya había cumplido
hacía poco los dieciséis. En mi país es la edad mínima legal para casarse. Y
aun así teníamos que afianzarnos un poco más con pareja, estuvimos mucho tiempo
sin vernos. Y decidimos que era mejor tratar de seguir con los estudios y tener
algo más de edad. Dentro de poco cumpliré los veinte y esa en mi país es la
edad de ser oficialmente adulto. Posiblemente entonces demos el paso hacia el
matrimonio. Por cierto, espero que vendréis a mi fiesta de mayoría de edad.
-Dalo por hecho.- Comentó Tom.-
-Pues yo te creía mayor. - Admitió Roy afirmando. -
Cuando vas de Sailor Moon y sobre todo de princesa Serenity o reina, o lo que
sea, estás hecha toda una mujer. Desde luego actúas con mucha madurez.
La aludida enrojeció ante aquel cumplido. En tanto
Bertie se acercaba hasta ellos y recibía las felicitaciones de la pareja de
amigos y de Ami y Rei que se unieron al grupo. Marte pudo declarar con tono
aliviado y feliz.
-Parece que por fin todas nuestras batallas han
terminado. La última fue muy dura. Todavía la recuerdo. Y eso que han pasado ya
más de tres años.
-Sí– convino Ami añadiendo -. Menos mal que tuvimos
ayuda.
-¿Contra quién tuvisteis que enfrentaros? Con todo
el lio de nuestra vida cotidiana ni os lo preguntamos. - Quiso saber Bertie
sorprendida, de hecho ellos no se habían enterado, inmersos en sus propias
preocupaciones. -
-Es normal. Todos estuvimos muy ocupados - Terció
Ami -
-Contra el mismo Caos en persona, que se apoderó de
una poderosa guerrero, la más fuerte de la galaxia. De hecho ella misma se
llamaba así.- Replicó Rei. -
-¿Guerrera Galaxia?- Se sorprendió Roy, afirmando
por supuesto con su típico sentido del humor. - ¿Y estaba buena? ¡Habérmela
dejado a mí!
Como no podía ser de otro modo se ganó el codazo de
Bertie que, moviendo la cabeza con desaprobación aunque esbozando una divertida
sonrisa, sentenció.
-Está claro que nunca cambiarás. ¡Qué cruz!- Afirmó
parafraseando a la gata Luna que también rondaba por allí cerca con Artemis. -
-Además de poderosa, tenía un pelo precioso. –
Admitió Ami que enrojeció visiblemente cuando sus compañeras la interrogaron
con la mirada. - Bueno - pudo agregar ésta. - Al menos eso dijiste, Usagi.
-Sí, es cierto- admitió la aludida llevándose una
mano al cogote y sonriendo para añadir. – Y el combate fue difícil. Pero
finalmente logramos expulsar el Caos de su interior y Galaxia volvió a
patrullar los confines del universo devolviendo las semillas estelares a las
sailors a quienes se las arrebató. Ahora tenemos muchas guerreras amigas en
otros sistemas solares. Quizás algún día vengan a visitarnos, al menos eso
esperamos.
-A propósito de eso, hay algo que me ha intrigado
desde que nos concedisteis el poder de transformarnos en justicieras.-
Intervino Cooan.-
Sus
amigas la observaron, aguardando esa cuestión, y la muchacha no tardó en
exponer.
-Esas semillas estelares. Las teníamos todas en
nuestro interior. ¿No es así?
-Así es.- Asintió Usagi. -De ellas surgieron
vuestras piedras de la Justicia. Después las semillas volvieron a vuestro
interior.
-¿Todo el mundo tiene semillas estelares entonces?-
Quiso saber Bertie.-
-Sí, aunque únicamente unas pocas mujeres poseen las
adecuadas para ser sailors.- Respondió entonces Rei.-
-Por ello, con vosotras quise hacer algo diferente.
Ser justicieras es posible para cualquier mujer de corazón puro que lo acepte libremente,
y puede transmitir ese poder a otra mujer.
Bertie
y Cooan lo recordaron. Eso mismo les dijo Usagi aquella vez, cuando les concedió
esa facultad. Aunque Usagi agregó.
-Pero en vuestro caso además, vosotras tenéis una
diferencia. Vuestras antiguas vidas como guardianas de la Tierra. Eso era algo
muy parecido a la categoría de Sailor. Por eso pude hacer surgir vuestras
semillas con suma facilidad. No podría haber creado las piedras con las de
otras mujeres.
-Eso quiere decir que podemos transferir las piedras
a otras para darles ese poder. Pero que tú no podrías hacer brotar sus semillas
estelares para crear nuevas piedras.- Dedujo Bertie.-
Su
interlocutora asintió, comentando entonces.
-Como vosotras , hay multitud de defensoras de otros
mundos. Muchas son sailors y protegen esos planetas de las fuerzas del mal.
Algunas en tiempos incluso pelearon contra nosotras.
Aunque
ninguna tuvo ocasión de ahondar más en el tema dado que Roy, haciendo como
siempre gala de su sentido del humor, intervino proponiendo jocoso.
-Ya les puedes enviar un mensajito y que se pasen
por aquí. ¡Yo me ocupo de montar una fiesta solamente para tías buenas, ex-enemigas!
Aunque la consiguiente colleja de Beruche no tardó
en llegar y en tanto el chico se frotaba el cogote los demás se echaron a reír.
-Pues si habéis transformado a muchas de vuestras
antiguas enemigas igual que hicisteis con nosotras, podréis contar con un gran
ejército.- Afirmó Annie.-
Usagi se sonrió, aunque no respondió a eso. Aunque,
sin saberlo su amiga no iba muy desencaminada.
-Sería una magnífica idea.- Convino Tom, alegando
con humor también.- No estaría mal que todas las antiguas enemigas y ahora
amigas y aliadas vuestras se pasaran de visita. ¡Entre todas tendrían mucho de
qué hablar!
-Desde luego que podríamos llenar casi un estadio
con todos los que nos hemos enfrentado a Sailor Moon y al resto de las sailors.-
Comentó una divertida Cooan.-
-Todas fuiste unas difíciles adversarias.- Fue Rei
la que replicó.- Por eso nos alegramos mucho de que os pasaseis a nuestro
bando. Por cierto.- Quiso saber ahora.- ¿Qué tal todo en vuestra nueva casa?
-¡De maravilla! - Sonrió la interpelada.- Esperamos
que vengas a visitarnos muy pronto.
-Seguro que habrá ocasión.- Convino la guerrera
Marte.-
-Lo que tenemos que montar es una gran celebración.-
Afirmó Ail.- Cuando hagamos las bodas.
Así, el resto asintió deseando que así fuera. Tom
entre tanto se había alejado un poco y ahora hablaba con Zafiro. Se contaban lo
mismo que las chicas y daban las mismas respuestas que ellas en cuanto a lo de
casarse.
-Yo tengo pensado pedírselo en pocos meses. -
Declaró Zafiro.-
Entonces intervino su hermano que estaba escuchando
a poca distancia.
-Eso me parece una buena idea, yo quiero hacer lo
mismo con Esmeralda. Creo que comienza a impacientarse. ¿Podríamos casarnos a
la vez como van a hacer Tom y los otros, no crees hermano? - Propuso muy
animado. -
-Sí, eso estaría muy bien - .Aseveró su interlocutor.
– Si es que fuera posible…
Fue
Nephrite quién se aproximó entonces con unas botellas de champán y unas copas y
declaró con divertida solemnidad fingida.
-Como yo decía cuando era Masato Saint Join, las
estrellas lo saben todo. Y tras echarles un vistazo auguro que vais a ser muy
felices. De modo que, ¡hay que celebrarlo con clase! - Descorchó una de ellas y
todos brindaron por la felicidad de las parejas. –
-¡Vaya! Éste es un buen champán.- Alabó Diamante.-
-No nos merecemos menos.- Sonrió amigo en tanto
brindaban.-
-Mira, en eso te doy la razón.- Convino su
interlocutor entre risas.-
Las
chicas por su parte se habían dispuesto en un animado corrillo, reían y se
contaban sus planes para el futuro.
-Como yo ya sé que me casaré y tendré una hija en el
siglo treinta no estoy tan preocupada, pero espero que no tenga que aguardar
tanto tiempo.- Rio Usagi. -
-Pues creo que no te va a quedar otro remedio. - Repuso
Rei con su acostumbrado tonillo de burla.- Puede que de aquí a mil años Mamoru
decida casarse contigo, porque lo cierto es que tratándose de ti eso es algo
que hay que pensarse mucho.
-¡Rei, eres muy cruel! - Berreó Usagi abriendo una
boca del tamaño de un buzón de correos. - ¡Buua, buua!
- Sí- pudo susurrar Makoto hacia su ahora
abochornada compañera. – La verdad, Rei, esta vez te has pasado.
- ¿Cómo le dices eso a Usagi? Ya sabes lo sensible
que es en ese tema - Intervino Minako con un admonitorio tono en su voz. –
Rei
la observó con algo de preocupación. Las otras también le dedicaron unas
reprobatorias miradas. Ella únicamente quiso hacer una chanza, no deprimirla. Desde
luego que no había sido esa su intención. Y es que su amiga a veces era incomprensible.
- Lo siento. - Pudo replicar la interpelada con un tono
más suave y conciliador. – No te lo tomes así, mujer. Sólo era una broma.
-¡Ay, ay, ay! - Exclamó la gata Luna lanzando su
resignadamente acostumbrado. -¡Que cruz, que cruz!
-Que solamente era una broma de Rei, mujer - trató
de animarla Ami insistiendo con voz suave.- ¡No te pongas así!..
Todas
trataron de consolarla, pero de pronto Usagi rio, se rascó la cabeza y exclamó con jovial humor.
-¡Da igual lo que diga la bruja de Rei! Mamoru me
quiere mucho y me querrá toda la vida, ¡qué bien! - Todas cayeron despatarradas
al suelo. Excepto Marte que le espetó ahora
con irritación.-
-¿A quién estás llamando bruja?, ¡pedazo de boba!
-Es evidente, ¿no? - Repuso su amiga entrecerrando los
ojos, cruzándose de brazos y mirándola con indiferencia simulada, en tanto
esbozaba una maliciosa sonrisita, para justificar. - La que se las da de
adivinar las cosas es una bruja. Y debo añadir que metomentodo y cascarrabias a
más no poder.
-Pues también voy a adivinar quién te va a poner el
ojo morado. ¡Ven aquí que te lo digo! - Replicó ésta de modo intimidatorio,
enarbolando un puño. –
-Será la misma que va a recibir un puntapié en una
parte innombrable. – Sentenció Usagi con el mismo tono. – Acércate que
enseguida vas a saber quién…
-¡Vale ya chicas, no empecéis como de costumbre!- Medió
una apurada Makoto interponiéndose entre ambas que ya comenzaban a sacarse
mutuamente la lengua. -
-Es cierto.- Musitó Minako. - Con vosotras dos no
necesitamos más ataques extraterrestres. Tenemos que andar separándoos a todas
horas del día.
-Por una vez, y teniendo en cuenta la ocasión,
portaos bien. - Les pidió Ami con su dulce tono apaciguador que tan efectivos
resultados solía dar. -
Y
como ninguna de las dos polemistas deseaba estropear la fiesta se limitaron a
desviarse mutuamente las miradas dándose la espalda. Fin de la crisis, al menos
durante un rato, hasta que una de ellas
volviera a increpar a la otra con una pulla traicionera o bien hicieran las
paces. Y para resignada paciencia del resto, la primera opción era siempre la
más probable...
-Desde luego, a veces parecen de guardería.- Resopló
Makoto.-
-Y que lo digas.- Convino Ami con el asentimiento cómplice
de Minako.-
Aunque
de momento las aguas volvían a su cauce y repuestas del susto, Chibiusa, que
esta vez sí había acudido y había crecido considerablemente (volvió del futuro
con unos doce años). Le preguntó entusiásticamente a Cooan.
-¡Vais a ser unas novias guapísimas! Dime, ¿te harás
un peinado especial para la boda?...
-Puede que sí. - Sonrió ésta mesándole cariñosamente
el pelo de la niña para decirle - …y tú me ayudarás, ¿vale cariño?
Chibiusa
asintió encantada con esa idea. Le contó a Connie que ahora ella estaba muy
ocupada aprendiendo bien sus obligaciones como Primera Dama y heredera del
trono del Milenario de Plata.
-Tengo que estar en el futuro durante bastante
tiempo. Mi madre dice que mi principal obligación es aprender a gobernar.
-Y tu madre es muy sabia. Tiene mucha razón.-
Convino Cooan, quien con visible interés y haciendo un aparte con ella, le
preguntó.- Dime una cosa, Chibiusa. ¿En qué momento del futuro estás?
-Bueno, he pasado unos años allí.- Repuso
evasivamente la niña.-
-Ya.- Suspiró Cooan, mirándola con expresión suplicante
para preguntar.- ¿Sabes algo de Némesis?
Y
tanto Bertie como Petz que estaban cerca se aproximaron llenas de curiosidad.
Aunque la cría apenas pudo musitar desviando la mirada.
-Es que no he tenido ocasión apenas de salir del
palacio de Cristal Tokio.
-Claro.- Intervino afablemente Petz.- Es lógico.
Nuestro mundo natal te queda muy lejos.
-Lo siento.- Fue capaz de disculparse la apurada cría.-
-No te preocupes. Estamos muy contentas de que estés
aquí. De veras. Y somos nosotras quienes deben pedirte perdón por lo mal que te
tratamos.- Pudo decir Bertie con voz queda.-
-Eso ya está olvidado. Ahora somos amigas. Y os
quiero presentar a otras personas muy especiales. - Afirmó Chibiusa animando su
tono para cambiar de tema al tiempo que haciendo una seña a un grupo de niñas y
llamándolas.- Venid un momento…
Y es que junto a la muchacha habían venido cuatro
chicas de curiosos peinados, cada una vestía un hermoso traje de falda larga al
estilo oriental, de un color concreto.
-Mis amigas y compañeras de equipo.- Declaró
Chibiusa.-
Esas cuatro jovencitas se acercaron. La más alta, lo
lucía de color rojo, se presentó como Ves-Ves. Llevaba una especie de moño
imposiblemente grande y alto. Otra con un vestido verde dijo llamarse Jun-Jun.
Su peinado tampoco era cosa fácil de encontrar, con una especie de bola verde
al extremo de una larga cola de caballo o lo que fuera. La tercera, de nombre
Cere-Cere, que lucía un vestido color azafrán, tenía dos grandes aros de pelo a
ambos lados de su cabeza y parecía la más adulta. Finalmente, la más jovencita,
o al menos con rasgos más infantiles, de nombre Para- Para, que parecía optar por
un diseño de peluquería algo menos exagerado, con un moño y dos coletitas que
caían hacia abajo, terminadas en dos bolitas azules, de igual tono que el traje
que lucía.
-Ellas son mi grupo de sailors, las Asteroides.- Declaró
Chibiusa al presentarlas.- Guardianas y guerreras del siglo Treinta.
Las cuatro saludaron muy educadamente.
-Es un placer.- Comentó Cere-Cere.-
-Chibiusa os tiene en mucha estima. -Añadió educadamente
Ves-Ves.-
Las
hermanas se miraron con cara de circunstancias. Visiblemente avergonzada fue Bertie
quien se atrevió a confesar.
-Eso la honra. Teniendo en cuenta que fuimos
enemigas suyas y que quisimos matarla.
-Ya, pero no te preocupes.- Intervino una
desenfadada Para-Para, afirmando sin parecer preocupada en lo más mínimo.- Nosotras
también.
Eso
hizo reír a sus amigas, a la propia Chibiusa e incluso provocó la sonrisa de
las hermanas. Petz dijo entonces con más alivio e incluso humor.
-Entonces debe de ser un requisito previo para ser
amiga suya.
Hubo más risas.
Atraído por ello Roy se acercó, saludando divertido.
-Hola chicas.
-¡Hola!- Replicaron las Asteroides a coro.-
-Vaya, vosotras sois amigas de Chibiusa. ¿Verdad?-
Inquirió él.-
-Sí- Volvieron a responder al alimón.-
-¡Pues creía que ibais a jugar una partida de billar
con tantas bolas que lleváis en la cabeza! - Rio él.-
Las
chicas se miraron perplejas. Cooan suspiró
bajando la cabeza con algo de rubor, Bertie reconvino al chico con la mirada y Petz
hizo como si no hubiera escuchado nada. Aunque Chibiusa se rio. Eso hizo que
sus acompañantes la imitasen.
-Sed todas
bienvenidas. Cualquier amiga de Chibiusa o del resto de las sailors es amiga
nuestra.- Afirmó él queriendo pese a todo subsanar ese desliz.-
-Muchas gracias.-
Repuso Jun-Jun.-
-¿Tú eres el novio
de Bertie, verdad?- Inquirió Cere- Cere.-
-Sí, así es.-
Asintió el aludido.-
-Eres muy
gracioso.- Declaró Para- Para, queriendo saber con manifiesto descaro.- ¿Eres
ese tipo al que le cambia el pelo de color?
Ahora fue el turno de sus amigas de
mirar envaradas para otro lado. Pero Roy sonrió, contestando con espíritu
deportivo.
-Así es. Y sin
tinte ni nada…
Eso produjo más
hilaridad entre el grupo. Por suerte, Para- Para no tuvo ocasión de pedirle que
lo demostrase, la proximidad de Usagi la disuadió de ello.
-Bueno.- Intervino
Tom quien a su vez se había aproximado hasta allí.- Tenemos que ir a comer.
Después no nos volveremos a ver hasta las
bodas.
-Así es- Convino
su amigo.- Vamos al restaurante, tenemos muchas mesas reservadas.
Y los dos se dirigieron allá, junto
con las chicas y el resto. Chibiusa por su parte se quedó un poco rezagada
viendo llegar a Usagi y Mamoru. Fue esta primera quien, tras saludarla se fijó
en su cara de circunstancias.
-¿Va todo bien?-
Le preguntó a la que estaría destinada a ser su hija.-
-Bueno.- Suspiró
la interpelada, respondiendo en voz baja.- Las hermanas me han preguntado por
Némesis. Ya sabéis, en el futuro.
-Comprendo.- Comentó
Mamoru con gesto serio para añadir.- Y tú no les habrás contado nada, ¿verdad?
-¡Claro que no! -
Se apresuró a replicar la cría.- Les dije que apenas he salido del palacio de
Cristal Tokio. Lo que es cierto. Aunque…
-No hablaste de la
misión que tienes encomendada, ni en este tiempo, ni el siglo treinta. ¿Verdad?
-En absoluto.- Aseveró
Chibiusa.-
-No podemos
condicionarlas de ninguna manera.- Afirmó Mamoru, sentenciando.- Desde su punto
de vista actual. El futuro de Némesis está por llegar. Y no les afectará
directamente. Al menos a las hermanas que ya están aquí, en este tiempo.
-Por un lado me
gustaría contarles lo que sucederá. – Suspiró una apenada cría.- Sobre todo a…
Aunque Usagi le hizo un gesto con la
mano para que guardase silencio, su interlocutora así lo hizo y su futura
progenitora declaró con tono serio, bastante alejado de su alocado comportamiento
durante toda la reunión.
-Y a nosotros
también nos encantaría saberlo con detalle, pero la Neo reina Serenity, o mejor
dicho, yo misma dentro de mil años, no lo cree conveniente. Y eso ha de ser por
una buena razón.
-Así es.- Convino
Mamoru.- Si ni tan siquiera nosotros estamos al corriente de los hechos que acontecerán,
nadie puede ser informado. Espero que les dejases eso muy claro a las Asteroides.
-Sí, descuidad.-
Asintió gravemente Chibiusa.- No les dirán nada.
Dicho esto se separaron para ir a intercambiar
amigables conversaciones con los demás. Después de comer y como mandaba la
tradición, los contrayentes de los respectivos matrimonios se separaron. Ya no
se verían hasta el momento señalado. Los muchachos por su parte, habían decidido
irse de despedida de solteros a un bar de copas en la periferia de la ciudad,
con mucho el peor antro de la zona. No obstante, a ellos eso no les preocupaba en
demasía. Las chicas, por contra, se decidieron por un lugar mucho más elegante.
Al menos eso dijeron a sus parejas. Lo cierto es que fueron a un espectáculo de
strip tease masculino. Aunque claro, tan solo podían ir las mayores de edad.
Para fastidio de algunas de ellas, acorde con la legislación del Estado de
Nueva York, las sailors tuvieron que perderse la diversión. El problema es que
se servían bebidas alcohólicas y ellas no tenían aun los veintiún años. De
todos modos prefirieron visitar la ciudad a su aire, aunque en el caso de
alguna se quedaron con las ganas de ir de fiesta, sin ir más lejos a Minako y a
Makoto les hubiese encantado ir. No digamos a Usagi y a Rei que montaron su
penúltima trifulca cuando sailor Marte le lanzó de sopetón con un tonillo entre
condescendiente y picajoso.
-Podríamos llevar a Usagi. Lo mismo encuentra a un hombre
que le guste más que Mamoru.
-Ningún hombre me gustaría más que Mamoru, –
sentenció su interlocutora, afirmando con el mismo tinte en su voz. - ¡Ya
quisieras tú!
-Entonces Seiya no cuenta - se sonrió Marte
sentenciando con retintín. – Claro, que a veces era hombre y a veces no…
-¡Mira quién fue a hablar! – denunció Usagi elevando
el tono. – Como saquemos a colación alguna de las revistitas que te lees…teniendo
a Yuuichirou de vuelta en el Santuario por vacaciones en su facultad. ¡A ver si
te decides de una vez, mona!
-¿Qué revistitas son esas si puede saberse?- replicó
Rei a su vez. – Y deja en paz a Yuuichirou, es un amigo y ya está…
-Sí, sí… amigo – le lanzó su polemista con patente
regocijo al ver como su interlocutora se sonrojaba por momentos. – Seguro…ya me
gustaría veros por un agujerito…
-Bueno, pues yo de ti me preocuparía si Mamoru se va
con los otros muchachos. Seguro que le presentan a media docena de chicas mucho
más guapas que tú.- Contraatacó Rei. -
-¡Eso no te lo crees ni tú! – se burló Usagi
sacándole la lengua. –
Rei hizo lo propio y ahí estuvieron, compitiendo
para saber quién de las dos mantenía ese gesto de burla por más tiempo, a la
par que haciendo los característicos ruidos que acompañaban aquello, para bochorno
del resto de sus compañeras.
-Bueno, basta ya, parecéis dos crías de guardería. –
Les dijo Ami que no sabía dónde mirar. -
-No se os puede sacar a ningún sitio. – Suspiró
Minako. –
-¿Qué tal si damos una vuelta por Nueva York?
Siempre he querido conocerlo. – Propuso Makoto tratando de que olvidasen esa
nueva discusión. -
Al menos Mamoru, que estuvo estudiando en esa misma
ciudad, sería su guía. El muchacho se ofreció a ello. (Esto último fue más bien
a petición insistente de Usagi que, pese a todo, afectada por las pullas de
Rei, no se fiaba que no fuera a salir con los otros en busca de posibles ligues).
De nada sirvieron las peticiones del grupo de muchachos para que les acompañase…De
hecho, todas las guerreras, junto con Chibiusa y las sailor Asteroides,
salieron de excursión, lo pasaron bastante bien y una vez a solas hablaron con
más seriedad. Ahora parecía que Rei y Usagi no hubiesen discutido nunca cuando
Marte le preguntó a su amiga.
-Entonces afortunadamente esas anomalías
espacio-temporales han cesado y Chibiusa pudo regresar. Al menos eso me ha
contado.
-Sí y no.- Replicó la aludida, aclarando.- Tras lo
sucedido en Némesis después de nuestro combate contra el Fantasma de la Muerte,
tuvo que ocuparse de algunas cosas. Tampoco me pudo precisar exactamente cuáles.
-Ya. No puede condicionarte con lo que sabe que
sucederá. - Asintió Rei.-
-Así es.-
Repuso su amiga, explicando.- Chibiusa tiene al menos dos misiones que llevar a
cabo. Una de ellas está prevista para un punto más cercano del futuro. Ahora ha
podido viajar hasta este momento para asistir a las bodas. Después no podrá
volver a hacerlo hasta dentro de unos años y ella misma haya crecido y se ocupe
de esa otra tarea.
-Este momento marcará una especie de frontera en el
tejido espacio- temporal.- Terció Mamoru, comentándoles.- Según me explicó
Setsuna, para ocuparse simultáneamente de estas cosas, Chibiusa ha estado abusando
en demasía de estos viajes y en periodos de su vida distintos. Por eso, para no
coincidir consigo misma, tiene que aguardar a ser ya casi una adulta para
retroceder en el tiempo. Y no podrá hacerlo al siglo veinte hasta entonces,
aparte de que tendrá que cuidar mucho la fecha en la que reaparezca.
-Tiene sentido.- Declaró Ami mesándose la barbilla.-
No podría aparecer ante testigos de esta época como adulta y después como niña.
O verse a sí misma. Podría provocar paradojas temporales que reabrieran esas
distorsiones.
-Sí, suena interesante.- Afirmó Minako que, mudando
su expresión pensativa por otra más desenfadada exclamó.- Bueno, seguramente
que Setsuna le habrá explicado todo muy bien. Y Chibiusa es muy inteligente.
Sabrá apañárselas.
-¡Menos mal que es ella y no su futura mamaíta quien
debe hacer esos viajes.-Se sonrió maliciosamente Rei, alegando divertida.- ¡O
podríamos toparnos con decenas de Usa-chan por aquí!
-¡Ja, ja, ja!- Exclamó la aludida con patente ironía,
aunque encajando la pulla.-
-Anda, que es una broma.- Afirmó la sacerdotisa en
tono conciliador.-
-Y además, estamos en Nueva York, ¿no? vamos a la
Quinta Avenida. ¡Estoy loca por mirar escaparates!- Añadió Minako. -
-Esa sí que es una buena idea.-Convino Makoto con
idéntico entusiasmo.-
Las
demás no se hicieron de rogar y arrastraron a Mamoru que se vio atrapado en una
vorágine de recorrido turístico por casi todas las tiendas del lugar, aunque
Ami por su parte no tenía tanta devoción por ver esos trapos y pensaba…
-Esto está demasiado enredado. Espero que no se
produzcan efectos secundarios imprevistos. Setsuna nos lo ha advertido muchas veces.
El equilibrio del tejido espacio- temporal es muy delicado.
Pero a reclamo de sus amigas dejó eso de lado
y se unió al resto que ya estaba deleitándose con las joyas y los caros
vestidos que por allí se exponían. Por su parte, Chibiusa y las Asteroides iban
algo rezagadas. La princesa les comentó.
-Sé que lo hablamos antes de venir, pero debéis
tener muchísimo cuidado. Nada de hablar más de la cuenta. Y esquivad cualquier
pregunta. Incluso si vinieran de mis futuros padres. ¿Entendido?
Sus
oyentes asintieron con gesto serio ahora. Y así, Chibiusa pudo sonreír algo más
relajada y aconsejar a su grupo.
-Bueno, pues entonces a pasarlo bien. Que no
podremos retornar apenas hasta dentro de algunos años de esta época. Cuando
nosotras mismas seamos mayores.
Y eso hicieron, prestar a curiosear también en cuantos
escaparates fuera menester. Por su parte, ya en un bar, los chicos ocuparon
unas mesas. Roy, Tom y Ail se acercaron a pedir unas copas, pues como novios,
ellos convidaban. Tom les susurró.
-No me gusta nada este ambiente. ¿Sabéis donde nos
hemos metido?
-¡Bah!- respondió Ail despreocupadamente.- Después
de luchar contra demonios, androides invasores del espacio y demás. ¿Qué puede
haber aquí que sea tan terrible?
-Yo que tú no diría eso tan tranquilo.- Le aconsejó
Roy bromeando también al añadir divertido. – Por lo que yo sé, muchos de esos
demonios no se atreverían a venir por aquí.
Desde
luego que en la barra del bar les rodeaban tipos de no muy buena catadura, uno
de ellos, gordo, barbudo, lleno de tatuajes y con una chaqueta de cuero de
motorista, le espetó a Ail.
-¡Eh tú, muñeco! , esa es mi parte de la barra. - Señaló
justamente donde el alíen había puesto las copas y eso que el resto estaba
prácticamente libre. -
-Pero, si usted está ahí- objetó el interpelado señalándole
a su vez, ya que el tipo estaba efectivamente a un par de metros de distancia.
-
-Ten cuidado - le susurró Tom que prefería pasar una
velada tranquila. - Ese individuo es de los que buscan un pretexto para tener bronca.
-Tranquilo Tom, no pasará nada. - Le respondió su
amigo afirmando convencido. - Somos varios.- Aunque su interlocutor meneó la
cabeza temiéndose lo peor. -
Y
efectivamente aquel tipo se acercó a Ail con aires de matón tabernario, le
empujó de malos modos y le espetó.
-¡Esa también es mi parte!
De fondo se escucharon risas. Un grupo de
individuos, vestidos de forma similar al provocador, miraban divertidos
sentados en varias mesas y al parecer con vivos deseos de intervenir.
-¡Vaya por Dios! - Suspiró Roy resignado en tanto les
contaba de forma disimulada, - deben ser diez o doce.
-Chicos.- Intervino Diamante que observó lo ocurrido
desde la mesa y se dirigió hasta sus amigos con no demasiada preocupación. -
Parece que va a haber problemas
-¡Qué bien!- Añadió su hermano menor visiblemente
animado. - ¡Hacía tiempo que no me divertía con una pelea amistosa!
Eso
dejó atónitos a los otros quienes le dedicaron unas curiosas miradas. Zafiro se
sonrió encogiéndose de hombros para justificarse.
-Es que Piccolo Sama nos acostumbró a eso. Ya sabéis.
-La verdad. Tienes razón.- Admitió su hermano
sonriendo a su vez con picardía.-
-Habrá que pegarles flojito - advirtió
reflexivamente Nephrite. - Estos no son demonios ni androides y no durarán
tanto, pero será divertido. Siempre y cuando no liquidemos a ninguno.
-¡Vamos allá, y con cuidado para que nos duren!-
jaleó Zafiro a sus amigos quienes esta vez, asintieron con ganas de pasar un
rato divertido.-
-Vale. Pero prohibida cualquier exhibición.- Les
indicó Roy.- Con estos tipejos no tiene ningún mérito.
Los
otros tras sonreírse asintiendo se levantaron siguiendo a sus compañeros hasta
la barra. Mientras tanto, dos tipos más se habían unido al de la barba. Diamante
le dijo a Roy en voz alta.
-¿Qué es lo que pasa?
-Nada - respondió éste divertido, fingiendo ignorar
que era escuchado. - Unos capullos que quieren quedarse sin dientes.
-¿A sí?- Respondió el gordo con aire irritado. -
¡Veremos quién se queda sin ellos, tío listo!
Por
el contrario, Ail, a consejo de Tom, trataba de evitar la pelea. Se levantó de
su taburete con una cerveza en la mano y dijo con aire conciliador.
-De acuerdo amigo, me voy. No queremos problemas, ¿a
qué no?
Se
giró para alejarse pero uno de esos hombres le empujó tirándole la cerveza y
haciendo que se manchase.
-¿Tienes miedo?- Le inquirió burlón aquel individuo
ante la sonrisa de sus compañeros. - ¡Eh
chicos! - Se dirigió al resto de sus amigos motoristas poniendo voz de falsete
para exclamar. - ¿Habéis oído al nene?, no quiere problemas. Pero ya los ha
encontrado.
Fue
entonces Zafiro quién acercó con un gesto de circunstancias a ese tipo.
-Yo que tú no nos provocaría - le susurró
calmosamente. - Podrías quedar muy mal parado, amigo.
-Por favor- le pidió Tom. - No os metáis en líos que
nos casamos mañana. No me gustaría pasarme la noche entre rejas.
-Tranquilo Tommy - le calmó Roy que cada vez se iba
animando más. - Esto promete ser divertido.
Entre
tanto el grupo en pleno de motoristas se levantó hacia Zafiro. Uno de ellos
blandiendo amenazadoramente una cadena.
-¡Te vas a tragar los dientes, mamón! - Le
chilló- ¡Mirad muchachos! - Señaló a Diamante
que se acercó junto a su hermano y agregó jocoso. – ¡Si hasta ha venido su
novio a defenderle!
-¡Joder, que manía tienen todos con lo mismo! -
Refunfuñó el príncipe más que irritado y harto de esa confusión. Fruto de
ciertos rumorees ignominiosos propagados desde Némesis por algunos
descontentos. Exclamando - ¿Por qué no se creerán nunca que somos hermanos?
Pero
eso parecía ser lo de menos para sus interlocutores. Y es que esos tipos ya tenían
en sus manos palos, cadenas y navajas salidas de ningún sitio aparentemente. El
resto de la clientela del local ya se estaba largando apresuradamente. Nephrite
por su parte se quitó la chaqueta. De forma pausada y cuidadosamente, como si la
creciente tensión que se mascaba en el lugar no fuese para nada con él, la dejó
bien puesta en su silla.
-Pues chico - le dijo Roy mirándole atónito. - Estamos
a punto de liarnos a guantazos y tú te entretienes en doblar la chaqueta.
-Hay que comportarse siempre como un caballero. Es
algo esencial para demostrar personalidad en los tiempos que corren. Además es
una buena chaqueta de tweed. - Respondió Nephrite de forma condescendiente. –
Me costó una buena suma y está hecha a medida.
-¡Vale! - Exclamó su interlocutor con una sonrisa
añadiendo invitador. - Pues cuando hayas terminado, ¡a por ellos!
-¡Qué bien, que bien! Les vamos a dar para el pelo.-
Repetía Diamante haciendo crujir sus nudillos en tanto aconsejaba con
entusiasmo contenido. – Pero recordad, despacito, que nos duren un rato.
-¡Venga ya!, tíos calmaos - Insistió Tom abriendo
los brazos de par en par y tratando infructuosamente de razonar. - No quiero
meterme en peleas.
-¡Ahh!- repusieron
despectivamente todos a la vez, agitando la mano. -
-¡Vamos Paleto de Kansas!, no seas aguafiestas. - Le
pidió Roy añadiendo incluso de modo reprobador. - Sino te apetece quédate en
una esquina.
Entre
tanto Ail acercándose al tipo que le había empujado, le recriminó con aparente
condescendencia.
-Mira lo que has hecho, este era un traje nuevo. Mi
novia me lo había elegido y se va a enfadar mucho. Te vas a tener que gastar
mucho dinero en pagarme el tinte para
evitarlo.
-¡No me hagas reír! - le espetó el otro
aconsejándole con sorna. - ¡Mejor preocúpate de tu entierro, te saldrá más
barato!
Y dicho esto, levantó un plato para golpear a Ail.
El alíen le esquivó sin esfuerzo. Así una y otra vez. Mientras el gordo se
afanaba en intentar darle. Su contrincante evitaba sus ataques de forma
indolente y declaraba desapasionadamente.
-Esa actitud es poco inteligente, me vas a obligar a
hacerte comer la jarra.- Y señaló una gruesa y esmerilada jarra de cerveza en
la barra a modo de advertencia. -
-¡Atrévete a intentarlo, mamón! Le gritó su rival sudando a chorros y casi
agotado por sus repetidos intentos infructuosos de golpeo. -
Otros
dos tipos atacaron a Zafiro que también los esquivó sin problemas, lanzándoles
contra la pared.
-No estáis siendo nada educados.- Comentó Nephrite con
tono monótono y casi paternalista.- Vamos a tener que daros unas lecciones de
buenos modales.
Por toda réplica uno de aquellos tipos le atacó con
una cadena en el brazo pero él la agarró sin apenas esfuerzo y tirando de ella
arrastró a su agresor, lanzándole contra las mesas del bar que se rompieron con
el impacto. La riña degeneró en pelea abierta. Ail había golpeado al tipo que
le atacaba en el estómago, bastante flojito, pero eso bastó para dejarle
doblado en el suelo. Tom, cada vez más contrariado, gritaba sin que nadie le
hiciera el menor caso.
-¡Vale ya, dejado de una vez! - Entonces uno de esos tipos se abalanzó sobre
él a pegarle con un palo. El chico le
esquivó espetando furioso. - ¡Imbécil! Yo no me había metido, ¡pero
ahora os vais a enterar! - y de una ágil patada le mandó contra otros dos. Los
tres se dirigieron contra él y el muchacho exclamó.- Vale. ¡Ya estoy harto!,
¡dejadme a estos idiotas a mí!
Y los demás así lo hicieron. Entonces se dedicó a
repartirles golpes de kárate de lo más variado para liberar el estrés, sin que
ninguno de sus rivales pudiera alcanzarle. Roy a su vez golpeaba, (más bien
empujaba flojito a tres al mismo tiempo). Diamante y Nephrite esquivaban descuidadamente
a su vez a varios adversarios mientras charlaban entre ellos distendidos.
-Oye, tu chaqueta tiene muy buen corte.- Comentaba
Diamante apartando su cabeza de los intentos de uno de esos tipejos por
estrellarle una botella en la misma.-
-Ya he dicho que está hecha a medida, en una de las
mejores sastrerías de Londres. Cuando Esmeralda y tú vengáis de visita, si es
que para entonces el dueño no se ha jubilado, te llevaré.- Se sonrió con su
típica socarronería británica, mientras esquivaba descuidadamente también los
intentos de otro pandillero por golpearle con un palo de billar.-
-Touché, mon ami. - Admitió su interlocutor.-
Y a una señal
entre ambos hicieron volar a esos individuos por encima de la barra. Zafiro
agarró a dos por el cuello y les chocó las cabezas.
-¿Qué os parece?- Al estilo del maestro Piccolo.
Ahora entiendo por qué le gustaba tanto hacernos esto. ¡Aunque en el caso de
estos tipos suena a hueco! - Declaró divertido ante las sonrisas cómplices de
sus amigos. -
Ail
se deshizo de otros dos, y levantando del suelo al gordo que le atacase
anteriormente le hizo abrir la boca hasta meterle parte de una jarra en ella.
Entre tanto le decía con sorna palmeándole los abultados carrillos.
-No es nada personal, pero lo prometido es deuda,
amigo.
Finalmente
el bar estaba destrozado y todos los pandilleros fuera de combate. Los chicos
seguían en pie como si nada. Roy se sacudió el polvo del traje diciendo.
-Vale, como principio de calentamiento no ha estado
nada mal. Pero la noche es joven, vamos a otro sitio. Hay muchos grupos de
imbéciles como estos o todavía más zopencos, esperando a que les sacudamos.
-¡Si, que sean como estos tipos! ¡Ha sido muy
divertido! - Le aplaudió Ail. -
-¡Ojalá sean más duros! - Intervino Diamante con
sorna. - Estos pardillos no nos han durado mucho, así no tiene gracia.
- Venga, contra los próximos con una mano a la
espalda. – Les sugirió animadamente Tom.-
Y es que ya le había encontrado a aquello la parte
divertida, obteniendo los entusiastas asentimientos del resto de sus amigos.
-A este paso, mañana no van a quedar tugurios de
este tipo. - Se rio Zafiro apartando un par de sillas medio rotas. -
-Hacía mucho que no me divertía tanto. Cierto y
además les hemos dado un cursillo acelerado de urbanidad y civismo. - Añadió
Nephrite con moderación, recuperando su chaqueta que continuaba impecablemente
doblada en una esquina del devastado local.- Seguro que las chicas se estarán aburriendo mucho,
¡pobrecitas! , no saben pasarlo bien ellas solas.
El dueño
del bar estaba asombrado y sobre todo horrorizado por los cuantiosos daños sufridos.
Pero entre los muchachos reunieron algo de dinero para pagarle los destrozos.
Ail, con un tono distendido e incluso conciliador, le dijo al tipo gordo que
estaba mirándole desde el suelo bastante acongojado y con parte de una jarra
dentro de la boca.
-Ya te lo advertí, modera tus nervios o tendrás
problemas.
-¡Esto hay que repetirlo!- .Afirmó Zafiro con
visible entusiasmo. -
Todos
asintieron por unanimidad. Así, con grandes carcajadas y pasándose los brazos
por los hombros unos a otros, abandonaron el local en busca de nuevas
diversiones. Como decía Roy todavía quedaban muchas pandillas de gamberros a
los que sacudir. Y tanto él, como sus amigos, deseaban proseguir con la fiesta.
De este modo fueron de bar en bar y también bebieron unas cervezas de más. Como
resultado agarraron una “buena trompa” y ya de madrugada muy avanzada volvieron
a sus hoteles. Se acostaron entre cánticos de sus tiempos del Rincón del Alma y
del Tiempo, rematando la velada con un clásicos de uno de los cantantes
favoritos de sus días de entreno.
Me veo contigo, y todas las cosas que haces siguen
girando.
Vueltas y vueltas en mi mente.
Vueltas y vueltas en mi mente.
Olvida el clima, siempre deberíamos estar juntos.
Cualquier otro pensamiento es cruel.
Para tenerte conmigo, nadaría los siete mares.
Te necesito como mi guía y mi luz.
Mi amor es una llama que arde en tu nombre.
Estaremos juntos, estaremos juntos esta noche
Estaremos juntos, estaremos juntos
Estaremos juntos
Ah te veo conmigo, y todo lo que quiero ser.
Esta bailando aqui contigo en mis brazos
Olvida el clima, siempre deberíamos estar juntos.
Siempre seré esclavo de tus encantos.
Para tenerte conmigo, nadaría los siete mares.
Te necesito como mi guía y mi luz.
Mi amor es una llama que arde en tu nombre.
Estaremos juntos, estaremos juntos esta noche
Estaremos juntos, estaremos juntos
Estaremos juntos
Llámame, cariño
Tú puedes llamarme cualquier cosa que quieras
Llámame cariño, Llámame, llámame Ow!
Te veo conmigo y el bebe hace tres
Me veo contigo y todas las cosas que hacemos.
Olvida el clima, siempre deberíamos estar juntos.
Te necesito como mi guía y mi luz.
Mi amor es una llama que arde en tu nombre.
Estaremos juntos, estaremos juntos esta noche
Estaremos juntos,
Juntos estaremos juntos
Estaremos juntos
Estaremos juntos esta noche
Juntos, estaremos juntos esta noche.
Juntos, estaremos juntos esta noche.
Juntos, estaremos juntos esta noche.
Juntos, estaremos juntos esta noche.
Juntos, estaremos juntos esta noche.
Juntos, estaremos juntos esta noche.
Juntos, estaremos juntos esta noche.
(Sting.
We´ll be together. Crédito al
artista)
Y al fin pudieron sosegarse un poco y disponerse para dormir y levantarse frescos, (si eso era
posible), en el gran día. Ninguno de ellos suponía siquiera la diversión que
estaban disfrutando las chicas. Por su lado, las guerreras llegaron finalmente
a su hotel. Cuando Minako entró en su habitación Artemis le aguardaba. El gato
le preguntó.
-¿Qué tal lo habéis pasado?
-¡De maravilla!, tengo muchas ganas de hacer carrera
como ídolo y venir aquí más a menudo. -Repuso la entusiasmada aunque ya agotada
jovencita.-
-Bueno, seguro que lo lograrás.- Convino su
interlocutor que, ya más seriamente, le comentó.- He hecho averiguaciones. Sé
dónde está.
-Espero que ella y su bebé sigan bien.- Suspiró la
muchacha.-
-Por lo que sé, sí.- Afirmó el gato que declaró para
despedirse.- Bueno, he de volver con Luna. Sospechará si me retraso.
Su
amiga asintió, Artemis se marchó con sigilo. Por su parte ella se quedó
pensando en su amiga. Eso le bastaba, no podría viajar a California a verla de
nuevo pero al menos, si ésta había encontrado la felicidad y disfrutaba de una
vida tranquila era más que suficiente. Entre tanto, en la habitación de Usagi y
Mamoru, la joven recibió una llamada a su intercomunicador.
-¿Sí?... ¡Ah!, son ustedes… muy bien. Si… ¿Dicen que
ha vuelto a indagar? Conforme. ¿Nos enviarán un informe? Muchas gracias.
Usagi
cortó la comunicación y su pareja la obsequió con una inquisitiva mirada,
entonces ella le narró la conversación. Mamoru se sentó sobre la cama pensativo
y dijo.
-Esto no me gusta. No creo que debamos permitir que siga.
-Dale tiempo. En el fondo la comprendo. Es natural,
yo haría lo mismo en su lugar.- Se apresuró a replicar su interlocutora.-
-Tú, como Usagi Tsukino, al igual que yo como Mamoru
Chiba, puede ser. Pero como la Neo Queen Serenity y el Neo King Endimión de
Cristal Tokio, sabemos perfectamente cuál es nuestro deber. Y les dimos una
orden directa. Si permitimos la desobediencia, por mucho que entendamos los
hechos, todo por lo que estamos trabajando podría derrumbarse. Y más después de
lo sucedido con la llegada de ese Leval del futuro.
-Lo sé…- Musitó la joven, sentándose junto a él y
añadiendo con pesar.- Es por eso que deseo que no continúen más allá. Vamos a
darles un poco más de tiempo. A esperar. Y si ese informe me confirma lo que
temo, entonces actuaremos. Pero no antes de tener rematada nuestra tarea.
-Tienes razón, es cierto.- Convino Mamoru.- Esto
puede esperar, después de estas bodas supongo que tendremos que disponernos
para otras más. Aunque nos lleve algo de tiempo.
- Y todo eso antes de que nosotros mismos podamos
casarnos.- Suspiró Usagi abrazándose a su contertulio.- ¡Es algo tan
fastidioso!
-Ten paciencia Usako, todo llegará. Las cosas aquí
quizás no son como deberían ser, pero en bien del desenlace de la historia,
tenemos que ser cuidadosos. Yo también lo deseo, pero nos quedan unos años de
duro trabajo y de hilar muy fino todavía…
La
muchacha asintió y los dos dejaron la conversación para dedicarse unos cuantos besos
y caricias en tanto ella le susurraba a su novio con voz melosa.
-Al menos esto sí que podemos hacerlo…
El
resto de las guerreras también descansaba. Tanto Rei como Ami muy felices de
sus respectivos papeles en la ceremonia del día siguiente. La sacerdotisa
pensaba a su vez en las palabras de Usagi. A pesar de la chanza tenían mucho
fondo de verdad. ¿Qué pasaba con Yuuichirou? Ni ella misma estaba segura de sus
sentimientos hacia aquel muchacho. ¿O quizás sí y era eso lo que la
asustaba?... Sabía de sobra las implicaciones y esas pullas de su amiga podrían
significar muchas cosas. ¿La estaba animando?...
-No lo creo.- Suspiró.- A fin de cuenta ella es la reina
Serenity. ¡O lo será! Y nosotras sus guardianas, con unos votos y unas
obligaciones que debemos cumplir…
No pudo evitar sentirse algo triste al hacer esas
reflexiones. De modo que decidió dejar de lado aquellos pensamientos y
concentrarse en el acontecimiento del día siguiente diciéndose…
-Lo importante es que Cooan y sus hermanas sean muy
felices. Todavía les quedan muchísimas cosas por hacer.
Ami
por su parte estaba con su ordenador. Repasaba todo los detalles de la
ceremonia para asegurarse de que se llevasen a cabo correctamente. También afinaba
para estudiar su examen de inglés. Quería obtener la máxima puntuación posible.
Pudiera ser que de ese modo fuese capaz de ir de intercambio a una prestigiosa
universidad Norteamericana.
-¡Qué ganas tengo de poder conseguirlo! Además,
podría ver a Bertie-chan más a menudo… Por lo menos durante los próximos años.
Ahora será feliz. ¡Ojalá que la dicha les dure a ella y a Roy durante mucho
tiempo, se lo merecen! Igual que el resto de las hermanas y de nuestros amigos.
Por lo poco que sé, pronto aumentará su número…
Al fin, cansada, apagó el aparato y decidió dormir.
Tendría que madrugar…Makoto todavía recordaba algunas tiendas, escaparates de
lujosas y sofisticadas cafeterías de Madison Avenue que captaron su atención. Quiso
tomar todas las ideas que pudo para plasmarlas en su propio negocio. Y también,
pese a no querer pensar en ello, estaba algo inquieta por Minako. No ignoraba
que su compañera había cruzado la línea un par de veces con sus pesquisas.
¡Venus incluso le confesó que había ido a ver a esa muchacha y a su hijo!
Suspiró. Lo único que esperaba era que su amiga se olvidase de todo aquello. Y
luego estaba él. Tan guapo, con esa melena castaña. Lástima que ya estuviera
acompañado. Además, aun en el caso de haber estado disponible, ella
sencillamente no podía. No debía suceder de ese modo.
-Por lo menos tengo la posibilidad de centrarme en
mi negocio. Ese será mi sueño hecho realidad. Y con el tiempo, mi amiga Petz y
Zafiro también se casarán. Entonces espero que tengan hijos y que todos juntos
vengan a probar mis tartas. Y él...bueno, deseo que también sea muy feliz…sin embargo siento
que, en otro mundo, en otra vida. Posiblemente en otra historia, estuvimos los
dos juntos. Pero aquí y ahora no es nuestro momento… ¡Qué le vamos a hacer!
Sonrió con un aire de tristeza y pensó que sería mejor
dormir. Al día siguiente tenía que estar fresca. En cuanto a las novias y sus
amigas, ya en aquel local de strip tease, se adentraban en aguas peligrosamente
calientes…
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Por favor, si sois tan amables y no os es molestia, comentar vuestras impresiones sobre lo que habéis leído. Me vendría muy bien para mejorar y conocer vuestras opiniones sobre mis historias. Muchas gracias. ;)