sábado, 5 de marzo de 2011

GWB 14. 54. Lunas de Miel



La esperada ceremonia dio comienzo, con solemne calma el sacerdote se dirigió a las tres parejas y les fue haciendo una a una las preguntas de rigor.

-Robert Malden, aceptas por legítima esposa a Beruche Malinde, para amarla, honrarla y respetarla, compartiendo penas y alegrías hasta que la muerte os separe.

-Sí, acepto.- Sonrió el aludido.-

-Beruche Malinde, aceptas por legítimo esposo a Robert Malden, para amarle, honrarle y respetarle, compartiendo penas y alegrías hasta que la muerte os separe.

-Acepto.- Afirmó la joven, con visible emoción.-

-Thomas Alan Rodney, aceptas por legítima esposa a Cooan Malinde, para amarla, honrarla y respetarla, compartiendo penas y alegrías hasta que la muerte os separe.

-Sí, quiero.- Dijo él, lleno de alegría.-

-Cooan Malinde, aceptas por legítimo esposo a Thomas Alan Rodney, para amarle, honrarle y respetarle, compartiendo penas y alegrías hasta que la muerte os separe.

-Sí, le quiero.- Sonrió la muchacha.-

-Seijuurou Ail Ginga, aceptas por legítima esposa a Natsumi Ann Ginga, para amarla, honrarla y respetarla, compartiendo penas y alegrías hasta que la muerte os separe.

-Sí, por supuesto.- Dijo él, con tinte de obviedad.-

-Natsumi Ann Ginga, aceptas por legítimo esposo a Seijuurou Ail Ginga, para amarle, honrarle y respetarle, compartiendo penas y alegrías hasta que la muerte os separe

-Sí, claro que sí. – Aseveró la aludida.-



Se cumplimentó el ritual de los anillos y por fin, y a la vez las parejas repitieron el consabido, con este anillo te desposo. Al fin, el sacerdote tras sonreír levemente, afirmó más distendido.



-Nunca había dicho esto en plural, pero bueno. Siempre hay una primera vez para todo, hijos e hijas. – Y entonces, ya más solemnemente declaró.- Entonces, y por la autoridad que me da esta Santa Iglesia yo os declaro, maridos y esposas. Podéis besar a las novias.



Todos los contrayentes se dieron el beso al mismo tiempo entre los aplausos y los vítores de sus invitados. Acto seguido la gran comitiva se dirigió al chalet de Roy y Beruche donde se iba a celebrar el banquete de bodas. Unas largas mesas estaban dispuestas en el jardín, cubiertas bajo unas tiendas de lona que quedaban bastante elegantes pese a todo. Ni que decir tiene que los chicos comieron a placer, por suerte había encargada mucha comida. Todos hicieron votos por la felicidad de las parejas y Mamoru tuvo que ocuparse de él ante el requerimiento de sus amigos…



-¡Qué hable el chapas! ¡Que hable el chapas!- Coreaban con jocoso regocijo dirigidos por Roy.-

-¿El chapas?- Se rio Rei sin comprender.-

-Es argot del idioma español. Bertie me contó que su esposo lo aprendió de algún compañero de facultad que era de España. Viene a significar que es un poco pesado, o que hablas mucho.- Sonreía Ami divertida como el resto.-

-¡Seguro que lo dicen por los discursitos que Mamo-chan soltaba cada vez que venía en ayuda de Guerrero Luna! - Exclamó Minako sin poder evitar reírse.-

-Sí… ¡en eso no tiene rival!- Convino Makoto.-

-Es que mi chico es estupendo en todo… -Afirmó una jocosa Usagi.- ¡Hasta para hablar por los codos! ¡En eso tampoco tiene rival!

           

Las demás no podían evitar las carcajadas tampoco. Incluso el aludido se reía, con patente buen humor, encajando esa broma con deportividad. Al fin complació a sus amigos y ofició de improvisado maestro de ceremonias proponiendo un brindis.



-Bueno, damas y caballeros - dijo tratando de hacerse oír entre el jaleo del banquete en tanto levantaba su copa. – Esta vez seré breve, para que luego digáis.- Más risas y una vez extinguidas Mamoru prosiguió elevando su copa.- Por nuestros amigos. Que sean muy felices y que pronto aumenten nuestro numeroso grupo de luchadores por la justicia, como ya han hecho Ail y Ann.



Beruche y Cooan se pusieron coloradas, Tom y Roy se sonrieron y el resto del grupo se rio asintiendo con aprobación ante esa propuesta.



-¡Bueno Mamo- chan, ya les has puesto en un compromiso a los pobres! - Exclamó Usagi entre sonoras carcajadas cuando añadió.  - Es que a ti te sienta fatal el vino.

-Pues tú no eres la más adecuada para hablar. - Intervino Rei con jocosa malicia. - Recuerdo cierta fiesta en casa de un Lord inglés en la que...

-¡Cállate Rei! – La cortó Usagi entre avergonzada y molesta. - ¿Es que siempre tienes que meterte en lo que no te importa?

-Hago lo mismo que haces tú. - Repuso ésta sacándole la lengua.- Pero claro, no te gusta que te recuerden tus momentos de “gloria”… ¡Ja, ja, ja!…



 Usagi hizo lo propio y Mamoru tuvo que mediar. Makoto y Minako también trataron de apaciguarlas, entre tanto, Ami ladeaba la cabeza abochornada y las otras sailors miraban también hacia otra parte como si no las conocieran de nada. Chibiusa estaba colorada y el cuarteto de amazonas se reía pasándoselo en grande con aquello.



-¡La futura soberana es muy graciosa! - Opinó Para-Para sin poder parar de reír.- Dice cosas realmente divertidas.

-Sí...hay que admitir que siempre que nos reunimos con ella lo pasamos muy bien.- Convino Jun-Jun.-

-Desde luego, no sé en qué punto de su vida mi madre dio el cambio.- Pudo decir Chibiusa todavía ruborizada por aquel espectáculo.- ¡Es que no lo puedo creer!…

-Bueno, le debe de quedar todavía algún tiempo para madurar, Alteza.- Sonrió Cere – Cere, para afirmar.- Hasta ahora siempre que hemos viajado al pasado sigue teniendo un sentido del humor muy divertido.

-Bueno, lástima que éste sea el último viaje que hacemos hasta dentro de algunos años.- Se lamentó Ves-Ves.- Tenemos muchas obligaciones en el siglo treinta.



            Chibiusa asintió, debían de ocuparse de unas cuantas cosas en el futuro. Y ella echaba bastante de menos a cierta persona. Por otro lado también la apenaba dejar a sus amigos de aquí. Aunque tratarían de disfrutar mientras pudieran. Paralelamente a sus reflexiones, en otra parte Nephrite decidió cambiar de tercio para zanjar el incidente entre sus amigas guerreras.



-Realmente, ahora que lo pienso, yo mismo os podría haber suministrado el material para los vestidos de novia. – Bromeó con tono divertido. -



Ante la extrañeza del grupo, Usagi intervino comprendiendo enseguida a lo que el chico se refería.



-Igual a cuando hiciste aquella treta de los trajes de novia para robar energía, ¿no?

-Así es. – Corroboró el muchacho con gesto divertido, agregando con  su típico humor estilo inglés. -Lo malo es que ya no tengo las telas, ahora que realmente me interesaría hacer vestidos con ellas. Como dicen en Inglaterra. Cuestión de bad timing…



            Ami y Rei se sonrieron también puesto que eran las únicas que vivieron aquella peripecia. Y no habían terminado de extinguirse los ecos de ese comentario cuando Esmeralda intervino.



-¿Donde vais a ir de Luna de Miel? - Preguntó con curiosidad a las parejas. -

-Annie y yo hemos visto un planeta que parece apacible,- contestó Ail en tanto vigilaba a su hijo, que dormía en un cochecito de bebé, a su lado - creo que lo visitaremos.

-Sí, nos gusta mucho recorrer el universo.- Añadió su esposa.-

-Pues Connie y yo hemos estado pensando entre la India, Europa y al final casi nos hemos decidido por  irnos a Hawaii.- Respondió Tom. - Tenemos muchas ganas de conocerlo.

-Es cierto,- convino Cooan con visible ilusión. - Bañarnos al atardecer en una de esas playas de arenas blancas y desiertas, ¡debe de ser tan romántico!

-Quizás no estén ya tan desiertas.- Opinó su novio recordándole.- Hay mucho turismo.

-No me quites el romanticismo, ¡tonto! – Sonrió Cooan dándole un tirón en una oreja.-

-¡Ay!, vale. Seguro que alguna cala tranquila podremos encontrar.- Se apresuró a matizar él, con el telón de fondo de las risas del resto.-

-Pues nosotros. - Intervino Roy rodeando con un brazo a  su recién declarada esposa- , aún no estamos muy seguros pero creo que iremos a Europa. Bertie quiere empaparse de la historia de ese continente.

-Es cierto. Yo quiero visitar algunas capitales europeas, ver monumentos y conocer un poco de su historia. Además también habrá lugares muy románticos allí, estoy segura.- Afirmó la muchacha con el mismo entusiasmo que su hermana pequeña. – Será una bonita experiencia y muy educativa.

-Pasaros por Londres si podéis.- Les ofreció Nephrite.- Os encantará. Y de paso nos vemos.

-No sería mala idea.- Afirmó Bertie.-

-Venid a vernos también a París,- propuso a su vez Esmeralda con interés. - Diamante y yo vamos a vivir allí de manera definitiva. Él puede trabajar en la filial de la  Agencia Espacial Europea de allí y yo tengo la central de Modas Deveraux.

-¡Eso está hecho! - Asintió Roy para regocijo de sus amigos, añadiendo convencido y jovial. -  Seguro que nos vamos a divertir. Podremos viajar por varias ciudades visitando a nuestros amigos y detenernos a ver que encontramos. ¡Aventura!

-¿Mas aventuras todavía?- Se rio Tom, afirmando divertido.- Amigo, en nuestro caso esperamos no tener ninguna.

-Desde luego.- Convino Cooan, afirmando jocosa.- Todo lo más, que nos extravíen alguna maleta.

-Bueno.- Concedió Roy.- Es verdad. Ya hemos tenido muchas peripecias y se echa de menos vivir con tranquilidad. Lo cierto es que me estoy acostumbrando a ser ordenado y metódico. Y no está tan mal.- Remachó provocando más risas del resto.-



            Beruche sonrió tomando una mano de su marido entre las suyas. Los demás comenzaron a comentar los distintos lugares que a ellos mismos les gustaría visitar. En ello estaban cuando Melanie y Malcolm se les unieron.



-¡Muchas felicidades!- Exclamó la ex jefa de animadoras abrazándose a las dos hermanas recién desposadas.-

-Gracias Mel.- Sonrió Cooan.-



            Malcolm les dio asimismo la enhorabuena y un beso a cada una. Enseguida pasó a saludar a sus compañeros y decirles.



-Muchas felicidades, chicos. Y tú, Malden, espero que la cuides.

-Pues claro que sí.- Replicó este, aludiendo con humor.- ¿Se puede saber porqué no le dices lo mismo a Tom?

-¡Por qué sé que él lo va a hacer!- Se rio el gigante.-



            Eso hizo reír a todos, incluyendo a Diamante que estaba cerca y que declaró divertido.



-¡Qué bien te conocen!

-¡Ja, ja, ja! Principito.- Repuso Roy con una mueca pero sin embargo, con deportivo humor, para responderle a su ex compañero de la universidad. - ¿Y cuándo se supone que os vais a casar Mel y tú?...

-No tardaremos mucho. Y estaréis invitados.- Aseguró el aludido.- Por cierto, enhorabuena por tus partidos con los Knicks.

-Gracias amigo.- Sonrió Roy, queriendo saber a su vez.- ¿Qué tal te va en la NFL?-

-Por ahora no juego mucho, pero aguardo mi oportunidad.- Afirmó Roberts.-

-Seguramente la tendrás.- Le animó Tom.-



            Malcolm se lo agradeció con una palmada en la espalda que casi desencaja al pobre Tom quien se limitó a esbozar una leve sonrisa entre las risas del resto. Siguieron departiendo con un buenísimo talante, Tom y Roy le presentaron a Malcolm a sus amigos. Por su parte, Cooan y Bertie hicieron lo propio con Melanie y las otras chicas.



-Oye, ahora que os veo cerca.- Comentó una atónita Petz mirando alternativamente a la capitana de animadoras y a Esmeralda que también estaba por allí.- Os parecéis mucho.

-Es cierto.- Convino Bertie.- Yo tuve esa misma sensación cuando conocí a Mel.-



            Claro que no iba a aclarar que, más que por el físico, las relacionó por lo altaneras y desquiciantes que le parecieron. Al menos en el pasado. Por fortuna ya nada tenían que ver con esas muchachas de antaño.



-Quizás te interesaría probar en el mundo de la moda.- Le ofreció Esmeralda entre tanto a la ex capitana de las animadoras.-

-Gracias, de veras. Pero estoy sacando mi doctorado para dar clase en la universidad.- Declinó Melanie, añadiendo con interés.- Así que estas son vuestras amigas. Y vuestra hermana mayor. Creía que erais cuatro.- Comentó.-



            Aunque viendo las caras de las tres jóvenes y las expresiones de circunstancias de las otras, enseguida dijo con inquietud.



-Espero no haber dicho algo malo, yo…

-No, Mel, es que nuestra hermana Kalie no está. Ella vive su vida en otra parte y no pudo asistir.- Le contó una entristecida Cooan.-

-Lo siento, Connie.- Suspiró Melanie.-

-Bueno, tenemos la esperanza de que ella es feliz.- Intervino Bertie deseando zanjar el tema.-

-Os comprendo, yo echo mucho de menos a April, fue mi compañera de cuarto durante dos años y éramos muy buenas amigas. Sé que no es igual que si hubiera sido una hermana…

-Nunca se puede medir el lazo que une a dos personas simplemente por sus genes.- Afirmó Usagi, uniéndose a la conversación, para sentenciar.- Yo siento que mis amigas son como unas hermanas para mí. Si algo le sucede a alguna es como si me pasase a mí. Y es algo mutuo. Por eso no te rindas. Seguro que podrás volver a ver a tu amiga algún día.



            Melanie asintió agradeciendo esas confortadoras palabras, esa jovencita japonesa parecía muy amable y le producía una extraña sensación. Como si poseyera una fuerza y carisma especial. De hecho, ellas y esas muchachas continuaron hablando durante bastante tiempo hasta bien tarde. En cierta ocasión creyó recordar que Connie le habló maravillas de ella y de sus otras compañeras de Japón. Y por lo que pudo comprobar, su antigua compañera de estudios no había exagerado. Dejó aquello y continuaron charlando con un talante más alegre. Lo mismo que los muchachos con Malcolm. A este también le llamaron la atención esos tipos, y, si bien no quiso decir nada, le parecieron asimismo bastante notables. En un aparte que Roberts pudo hacer con su novia, se lo comentó.



-Deben de ser esos amigos tan especiales.- le dijo él a la chica que asintió.-

-Mucho más extraordinarios de lo que habíamos pensado, sí.- Asintió Melanie, confiándole a su pareja.- Creo que ellos también debieron de hacer mucho por salvar el mundo. Y sin embargo, aquí están, actuando como si nada hubiera ocurrido.



Su novia asintió. Aunque estuvieron un rato más socializando con esos chicos y chicas finalmente se despidieron de los que pudieron. Y es que al ser un grupo tan amplio se formaban corrillos donde charlaban unos con otros y se iban intercambiando. Usagi por su parte, dejó al grupo de las novias y esas otras chicas y se aproximó a las sailors del sistema solar exterior que hablaban ahora con el doctor Tomoe.



-Bueno hija. Me alegro que vayas tan bien en tus estudios. Se nota que tus amigas te ayudan mucho.- Le decía él a Hotaru.-

-Sí, gracias, papá.- Repuso ella con evidente alegría.-



            Las exteriores se acercaron precisamente a ellos, y en tanto Hotaru se iba a charlar con Chibiusa el profesor les comentó a las tres sailors.



-De verdad, no sé cómo daros las gracias. Durante estos años lo he pasado mal por el accidente. Todavía tengo lagunas en mi memoria y mi pobre hija se vio privada de su madre.- Se lamentaba el doctor. - Menos mal que vosotras habéis sido su familia.

-No hay de qué. Para nosotras es un orgullo y un placer poder ayudar a Hotaru. Es una gran amiga.- Sonrió Michiru.-

-Os pareceré tonto, pero fijaos que apenas si recuerdo los últimos años. Como si ella hubiese sido un bebé cuando la apartaron de mí.- Pudo decir Tomoe con una expresión reflexiva, como si tratara de hacer memoria, agregando no sin pesar.- Lo cierto es que siento haberos causado tantos problemas por no ser capaz de hacerme cargo de mi hija.

- No se preocupe usted. Después de lo que tuvo que pasar es comprensible que no recuerde. Pero sepa que su hija es una chica maravillosa.- Le comentó Haruka con amabilidad añadiendo con bastante ternura viniendo de ella.- Hemos sido una autentica familia. Y esa experiencia no la cambiaríamos por nada.



            Hotaru y Chibiusa estaban por su parte comentando con una mezcla de secretismo y de animación.



-¿Tienes pensado ir a verle pronto? – Quiso saber Sailor Saturno.-

-Eso espero, en cuanto regrese al futuro.- Le comentó su interlocutora.- Aunque mis padres me han encargado bastantes tareas importantes.

-Bueno, pero, si no estoy equivocada. Esas tareas tendrán que llevarse a cabo en un plazo de varios años. ¿Verdad?

-Así es. Lo primero es ocuparnos de Némesis. Aunque ese no es mi cometido principal. Actuaré como mero enlace. De eso tampoco puedo decirte más.

-Lo comprendo. – Convino su amiga.-

-La discreción es fundamental. No puedo desvelarte nada de lo que pasará en ese remoto futuro.- Declaró Chibiusa ahora con tono más preocupado, para añadir esta vez de un modo más desenfadado.- Pero mi otra misión es la más importante a corto plazo. Estamos preparando algo muy importante.

-¿Se trata de ella?- Quiso saber Hotaru.-



            Su amiga asintió, aunque justo observó aproximarse a sus amigas exteriores, estaban charlando precisamente de ella y decidió intervenir, tras escuchar esas palabras de agradecimiento de su padre respecto a cómo la habían criado mientras él no pudo.



-¡Sí, y las llamaba Haruka papá y Michiru y Setsuna mamá!- Se rio la aludida haciendo que el resto la imitase.-

-Hotaru es una chica muy inteligente y aplicada. Está claro que ha salido a usted, doctor.- Terció Setsuna.-



            Chibiusa se limitó a escuchar al margen. No debía meterse en eso. Ya tenía bastantes cosas de las que ocuparse. Anteriormente pudo departir un poco con Setsuna, que era con quién mantenía una relación más estrecha, aparte de Hotaru. Así pues se despidió educadamente dirigiéndose a buscar a sus propias sailors. Justo se alejaba ella fue Usagi quien se unió a ese grupo y saludó de forma jovial.



-Hola chicas, ¿Qué tal está señor Tomoe?

-Muy bien, muchas gracias.- Repuso cordialmente él.- Me alegro mucho de verte…

-¿Qué tal van sus investigaciones?- Se interesó la muchacha.-

-Estupendamente. Ahora trabajo para una gran multinacional.- Afirmó el científico.- Solamente deseo poder contribuir a la mejora del bienestar del mundo.

-Estoy segura de que así lo hará.- Sentenció Usagi.-

-Como vosotras habéis hecho, sin duda.- Afirmó su interlocutor.-



Tras sonreír amablemente al escuchar aquello e intercambiar algunas palabras más, la recién llegada al corrillo se dirigió a Plutón y  le pidió, en tanto Haruka y Michiru hacían un aparte para charlar un poco más con el doctor y Hotaru.



-¿Tienes un momento, Setsuna? Me gustaría hablar contigo…

-Claro.- Concedió ésta.-



            Las dos se alejaron un poco del bullicio, fue Usagi la que comentó desenfadadamente.



-¡Esta fiesta es estupenda! Y me alegro mucho por nuestros amigos. Van a formar nuevas familias. Eso siempre es muy bonito.

-Bueno, ya os debe de quedar poco a Mamoru y a ti para hacer lo propio.- Se sonrió Setsuna.-

-No sé.- Pudo replicar su interlocutora poniéndose algo colorada.- Depende todavía de muchas cosas. Pero sí que nos hace mucha ilusión. Por cierto, ¿Has hablado con Chibiusa?

-Sí, hace un rato. Me alegré mucho de verla, ha crecido bastante.- Afirmó Plutón.-

           

            Usagi miró detenidamente a su contertulia y su rostro se puso algo más serio para comentar.



-¿Y tú? ¿Nunca te has planteado la posibilidad de formar una familia?



            Aquello tomó por sorpresa a Setsuna. Usagi sabía de sobra el cometido que ella tenía como guardiana del sistema solar y del portal Espacio- temporal. Aunque no estaba segura de sí su futura soberana llegó a sospechar alguna vez lo que sentía… Solo esperaba que no. Aun así negó con la cabeza y contestó con tranquilidad.



-Mis funciones como guerrera no me dan la posibilidad de estar con nadie.

-Pero algún chico te habrá gustado. Bueno, quiero decir…supongo que te gustan los hombres, ¿verdad?- Inquirió su contertulia con cierta prevención.- Si te lo puedo preguntar…



            La guerrera Plutón se sentía algo violenta. No sabía el porqué de esa especie de interrogatorio. Quizás Usagi se hubiera pasado con el champán. No obstante, al oír hablar a su interlocutora percibía que no lo hacía de manera frívola. Desde luego que ese no era el tono que aquella muchacha emplearía para cotillear sobe chicos guapos ni nada parecido. Ahí tenía que haber algo más. Fijó la vista en su rubia contertulia y sus ojos se encontraron con los de ella. Entonces, de modo más grave y respetuoso, Setsuna preguntó.



-¿A dónde quieres ir a parar, Majestad? Te aseguro que nada de eso se ha interpuesto o se interpondrá jamás en mi misión.

-¿Y cuál es tu misión?- Le preguntó la aludida como si la ignorase.



            Aquello daba la impresión de ser una especie de prueba. ¿Acaso su interlocutora estaba esperando una determinada respuesta? En cualquier caso únicamente podía darle una.



-Lo sabes muy bien. – Contestó la interpelada con evidente malestar, a medida que explicaba.- Protegerte a ti, al rey Endimión y a la pequeña Dama. Y vigilar el portal del espacio- tiempo. Aunque ahora esté sellado por el poder del padre Cronos, no se puede perder de vista.



            Su contertulia suspiró, parecía que tuviera que decirle algo muy importante y que estuviera reuniendo valor para hacerlo. De ese modo finalmente Usagi declaró.



-Su Majestad el rey Endimión, y yo, como reina Serenity, tenemos que pedirte un gran favor. Un grandísimo servicio si así lo prefieres. Es algo muy sacrificado, y que tampoco podrás comentar con absolutamente nadie, salvo con el rey y conmigo. Y nadie más. Al menos hasta que cumplas el encargo que tenemos que asignarte. Y será algo que te llevará mucho, mucho tiempo.

-El tiempo es algo que nunca me ha preocupado.- Sonrió débilmente la interpelada.- Y si es por el bien del futuro del Reino de neo Cristal Tokio, de la Tierra y del sistema solar, haré cuanto me pidáis. Mi propia vida está a vuestra disposición, si de eso se trata. - Aseveró con rotundidad.-



            Aunque para su sorpresa, aquella muchacha parecía volver a hablar como Usagi ahora, puesto que se rio llevándose una mano al cogote y exclamó.



-Bueno mujer… ¡No es para tanto! Te aseguro que no será ningún drama…



            La guardiana del tiempo la miraba con la boca abierta, estaba realmente muy desconcertada. No tenía ni la más remota idea de lo que sus soberanos pudieran pretender que hiciese. En eso que Mamoru se las unió. El joven saludó educadamente y una vez fue puesto al corriente de la conversación que las dos estaban manteniendo, declaró.



-Verás Setsuna,  lo hemos meditado largamente y en nuestra opinión eres la única cualificada para llevar a cabo esta misión con éxito.

- Como le he dicho a su Majestad la reina. Estoy a vuestra entera disposición.- Respondió categóricamente la sailor.- Mandad y os obedeceré.- Sentenció haciendo un amago de reverencia.-



            Enseguida sus contertulios la disuadieron de ello, Usagi incluso llegó a sujetarla de un brazo para que no se arrodillase…



-Eso no es necesario aquí. Estamos en la celebración de unos amigos.- Afirmó con voz baja.-

 -No te preocupes, Setsuna. Agradecemos como siempre la fidelidad y la entrega que demuestras en todo lo que haces por nosotros. Sin embargo, ahora no es el momento para informarte más sobre ello ni darte detalles. Más adelante lo haremos.- Añadió Mamoru.-

-¿Y cuándo deberé recibir instrucciones?- Quiso saber la muchacha.-

-Lo sabrás amiga mía, no te quepa duda.- La sonrió Usagi posando ahora una mano en el hombro derecho de su contertulia con patente afecto.- Y como dice el rey. Muchas gracias por tu lealtad. Te aseguro que te apreciamos muchísimo.



            Setsuna asintió agradecida a su vez por aquellas palabras. No tenía idea de qué clase de misión podría ser la que quisieran encomendarle sus soberanos. En cualquier caso la desempeñaría lo mejor que supiera y hasta donde tuviera que llegar para cumplirla. Al menos no parecía que Serenity estuviera al corriente de como su leal guerrera se ruborizaba en presencia del rey Endimión. Desde hacía ya mucho que la solitaria guardiana de la puerta espacio- temporal no podía evitar sentir algo muy profundo hacia aquel hombre tan amable y atractivo. No obstante, siempre supo que ese amor le estaba vedado. Suspiró tratando de controlar los latidos de su corazón. Por suerte  no les dio tempo a charlar más. Llegaban Chibiusa y las Asteroides que lo estaban pasando muy bien. Se reían con las bromas de sus amigos e intercambiaban anécdotas. En esta ocasión fue Mamoru el que se adelantó para decirle a su futura hija.



-¿Qué tal todo? ¿Habéis charlado con nuestros amigos?

-Mucho, son muy simpáticos, sobre todo Roy. ¡Siempre está haciendo bromas! - Se rio la niña.- Y Cooan estaba muy contenta de verme. Su novio, bueno su marido ya, también es un chico muy agradable.

-Me alegro.- Sonrió su interlocutor añadiendo ahora.- En cuanto la ceremonia termine supongo que volverás al futuro con las Asteroides.

- Sí.- Suspiró la muchacha añadiendo.- Voy a echaros de menos, a todos. Aunque al menos tendré a las amazonas.

-¿Sabes ya si tienes algo que hacer allí?- Quiso saber Mamoru.-

-Creo que antes de venir, los soberanos, o sea, vosotros en el futuro, me comentasteis que me aguardaría una misión de mucha importancia. – Le respondió la muchacha.-

-Así es.- Convino su interlocutor posando ambas manos sobre los hombros de la niña y refiriéndola.- Tú y las amazonas ya conocisteis a la persona con la que deberéis tratar, pero ahora es alguien muy diferente. Tiene que empezar de nuevo y vuestra tarea fundamental será dirigirla hacia el bien, aconsejarla adecuadamente y ser sus amigas. Por ahora no puedo decirte nada más. En el futuro te pondrán al corriente. Luego volverás al pasado, pero a uno situado unos cuantos años más tarde que el momento en el que estas ahora. Allí encontraras a quién tendrás que tutelar. Y deberéis pasar mucho tiempo con esa persona para asegurarte de que todo vaya bien. Bueno, tanto tú como las amazonas.



-Sí, descuidad los dos. Ya me explicasteis algo en el futuro.- Lo haré lo mejor que pueda.- Asintió la muchacha sin querer desvelar nada más.-

-Tanto Usagi como yo confiamos plenamente en ti. Ya tienes experiencia y eres una chica estupenda, Chibiusa.- Repuso su contertulio con aprobación.-



            La niña no pudo evitar ruborizarse, le encantaba recibir esa clase de cumplidos, sobre todo si provenían de Mamoru. Bueno, tenía que controlarse, y recordar que era su padre del futuro. Además, en cuanto retornase podría hacerle una visita al guardián de Elisión. Asintió sonriente y declaró.



-Ya veréis como no os decepcionaré.

-Estamos seguros de ello.- Asintió su interlocutor.-

-Sí. Contamos contigo y con las Asteroides.- Añadió Usagi. -

-Pues claro.- Terció Ves-Ves.-

-No os fallaremos, ya lo veréis.- Añadió Jun-jun.-

-¡Ya somos unas estupendas guerreras! - Declaró Para-Para con entusiasmo.-

-Y tenemos experiencia. Ayudaremos a la princesa en la tarea que la habéis encomendado. Sea cual sea. - Remachó Cere- Cere.-

-¿Y tú, P? - Sonrió Chibiusa dirigiéndose hacia su querida amiga que se había apartado un poco del bullicio.- ¿También mis futuros padres te han encomendado alguna misión? -

-Bueno, ¡qué va! ya sabes cómo son. Querían preguntarme si me estaba divirtiendo en la fiesta.- Repuso la aludida intentando sonar jovial con poco éxito.-



            Chibiusa asintió aunque no pudo evitar esbozar una leve sonrisita. La pobre Setsuna no sabía mentir. Supuso que le sucedería como a ella misma, no estaría autorizada a hablar lo que fuera. De modo que lo dejó estar. De todos modos dejaron ya de charlar sobre ese tema dado que también Roy y Tom se acercaron a saludar a ver si todo estaba bien. Por supuesto que les dijeron que sí. Usagi se aproximó a su vez e incluso bromeó diciendo que ni siquiera ella ya podía tomarse más canapés. Así continuaron durante un buen rato. Intercambiándose en más corrillos y en un ambiente muy jovial. Después, tanto Mamoru, como las guerreras, Chibiusa y las amazonas se despidieron. Luego los demás. Cada una de las parejas de recién casados se fue a pasar su noche de bodas. Cuando al cabo de un tiempo pudieron volverse a encontrar y contarse sus respectivas experiencias, las cosas habían sido así. Ail y Ann marcharon a un planeta más allá del sistema solar, aunque no resultó tan paradisiaco como ellos imaginaban. Tuvieron que vérselas con seres extraños y lo más sorprendente es que encontraron a muchos de sus congéneres a los que habían creído extintos hace tiempo. Y tras un primer momento de prueba para ambos consiguieron enseñar a sus “hermanos” como era realmente el amor. Recordaron que, sin ir más lejos, uno de ellos, de nombre Eril, se acercó curioso hasta Ann y le preguntó.



-¿Y si yo quisiera cortejar a una de las nuestras a la manera humana qué debería hacer?

-Bueno, eso depende de cómo sea ella- repuso Annie. - Intenta saber qué cosas le gustan, si tú le interesas y se amable con ella. Cosas así.

-Mira- le explicó Ail abrazando a su mujer y dándole un largo beso en los labios.- Es una cosa así.

-¡No seas tan rápido, Ail! - sonrió Annie algo azorada para matizar  a su perplejo alumno. - Antes de eso hay que dar otros pasos.

-Pues no logro entenderlo- dijo Eril sintiéndose bastante confuso. -

-Mira, ¿por qué no llamas a una chica y os lo explicamos a los dos?- Le propuso  Ail con una pícara sonrisa -

-¡Qué cosas tienes!- le reprochó Annie mientras veían alejarse a Eril rumbo a cumplir esa sugerencia. -

-Vamos Annie, nos vamos a reír - declaró su compañero bastante divertido con la idea -.



Y desde luego aquello dio para risas pero también para momentos más dramáticos y emotivos…Finalmente todo fue bien y ambos retornaron enriquecidos con la experiencia. Tom y Cooan, fueron efectivamente a Hawaii, explicaron que a ellos tampoco les resultó una luna de Miel muy ortodoxa. Pero no quisieron dar demasiados detalles. Aunque lo que más a fondo contaron fue el primer día de la llegada. Se hospedaron en un lujoso hotel que se encontraba muy cerca el mar. Él, ayudado por un botones entró las maletas, dio a éste una espléndida propina. El botones, un muchacho de tez morena y con los rasgos típicos de los nativos de las islas, sonrió y se apresuró a dar las gracias.



-Si usted y su esposa necesitan algo no duden en llamarme para pedirlo. ¡Ah! y enhorabuena, les deseo mucha felicidad.- Remachó con una amplia y servicial sonrisa. -

-Muchas gracias, muchacho.- Sonrió también Tom que le pidió. - Por favor, ¿puedes decirle a mi mujer que espere en la puerta? Gracias.



            El botones asintió saliendo de la habitación, esta correspondía a un bungalow adosado al hotel que Tom había reservado un par de semanas antes de partir hasta Hawái. Cooan fue avisada por ese muchacho y llamó a su esposo desde la entrada.



-Estoy aquí, cariño. ¿Tendré que esperar mucho rato? - Quiso saber entre sorprendida y curiosa. -

-Tardaré poco, mi amor- se apresuró a contestar él. - Enseguida estoy contigo. Por favor aguarda un poco más.



            Él había encargado una cena compuesta de marisco, langosta, piñas y demás productos característicos del lugar. Tenía también dispuestas unas velas y guirnaldas de flores distribuidas en dos collares. En una cubitera dos botellas, una de vino rosado de buena cosecha y otra de champán de excelente calidad. Una falda de cañas y un pareo, sobre un biombo que estaba cerca de la cama, completaban el conjunto. Cuando todo estuvo listo el chico se acercó hasta la puerta y levantó a su esposa en brazos.



-Bueno, señora Rodney. - Le dijo con un susurro- ya puede usted entrar.- Cooan abrió los ojos y contempló todo aquello sonriendo feliz.- Tom la dejó sentarse sobre uno de los confortables sillones de caña y él hizo lo propio en el otro que estaba enfrentado. Se sirvieron y comenzaron a cenar. Los rayos del sol poniente se filtraban por las ventanas a través de las persianas que las cubrían parcialmente. La muchacha se fijó en las flores y la falda que había sobre el biombo. Tom le dijo.



-Seguro que estarás muy guapa. Me dijeron que era una costumbre local, engalanar así a la novia.



            Con una sonrisa la chica se levantó y pasó tras el biombo haciéndose con la falda y las flores.



-Espérame un momento.- Le pidió a su marido que aguardaba muy pendiente de la silueta que podía ver tras ese débil papel. – No tardaré mucho…



            Cooan se cambió tras del biombo dejando su ropa sobre él, a la vez que se hacía con las flores y la falda de la parte superior del mismo. Salió espléndida, luciendo su cuerpo sin más ropa que la falda de caña y el collar de guirnaldas de flores que le ocultaba parte de los pechos. Se dirigió hacia él haciendo ademanes de la danza hawaiana de bienvenida con la que les obsequiaron al llegar. Su esposo separó el sillón de la mesa y la sentó sobre sus rodillas, ambos se besaron y después, levantándose, vieron juntos el atardecer sobre el océano. Tras la puesta de sol, se acostaron. Tom despojó a su mujer de las flores y la falda con suavidad, en tanto ella le quitaba la ropa...



-Estoy deseando ver amanecer desde nuestra habitación.- Suspiró la chica.-

-Pues yo estoy más interesado ahora en otras cosas que podremos hacer en ella.- Le susurró Tom haciéndola reír.-



            Roy y Beruche comenzaron sus aventuras tomando un avión para Europa. Tras pasar por el Reino Unido y saludar a Nephrite aceptaron la invitación de sus amigos y visitaron París por unos días, haciendo turismo junto con Diamante y Esmeralda que les mostraron la ciudad. La modelo y diseñadora tenía cada vez más éxito y Bertie estuvo encantada de asistir a uno de los desfiles de su jefa en la casa Deveraux. Roy y Diamante por su parte recorrieron bastantes lugares de París y los alrededores. El príncipe de Némesis aconsejó a su amigo sobre buenos vinos que había por allí.  Después los recién casados se fueron a  España. Primero visitaron Barcelona, continuaron hacia Madrid y otras provincias españolas, pasando por alguna que otra aventura en el centro del país que prefirieron guardarse para sus propios recuerdos, lo mismo que Tom y Cooan con las suyas. Más tarde prosiguieron hacia Sevilla. Roy, que sabía español, se comunicaba con la gente sin problemas, disfrutando mucho con el carácter abierto, dicharachero, guasón  y amable de esas gentes que se parecía mucho al suyo propio. Beruche también se lo pasó de maravilla, viendo monumentos con los que llenó carretes de fotos y asistiendo a algunos espectáculos típicos de cada provincia y sobre todo de la capital andaluza. Volvieron al hotel de Sevilla, cansados después de un largo día recorriendo la ciudad. Pero el muchacho aun guardaba una sorpresa, hizo salir a Bertie al balcón.



-¿Qué ocurre Roy? Estoy muy cansada. - Le comentó ella mientras se asomaba. -

-¡Mira que vista tan hermosa! - le indicó él señalando a la famosa Giralda y al río Guadalquivir que resplandecía con dorados reflejos a la puesta del sol.- ¿No te parece bellísimo?

- Sí Roy- convino su esposa con una sonrisa, añadiendo encantada. -¡Es algo maravilloso!



            Escucharon un murmullo bajo ellos  y él mirando para abajo, indicó en español.



- ¡Ahora chicos!



            Comenzó a sonar una melodía que acompañaba una canción. El muchacho se descolgó por una barra antiincendios y se unió a los cantantes, eran los famosos tunos españoles de la universidad de Sevilla.



-¡Eres un encanto!- Sonrió ella emocionada, divertida, e incluso colorada, en tanto Roy traducía al inglés la letra de la canción. -



“Clavelitos, clavelitos, 
Clavelitos de mi corazón. 
Hoy te traigo clavelitos 
Colorados igual que un fresón. 


Si algún día clavelitos 
No lograra poderte traer, 
No te creas que ya no te quiero, 
Es que no te los pude traer”…



            Al terminar, los tunos regalaron al chico una de sus capas y una bota de vino de la que le enseñaron a beber, y para Beruche un gran ramo de flores. Él correspondió invitándoles a cenar en el hotel  y tras hacerse unas fotos con ellos, luego subió con su esposa.



- Ahora cariño. - Le dijo él.- Vamos a celebrar nuestra última noche de vacaciones por todo lo alto.- Elevó a su esposa en brazos mientras ella gritaba y reía pataleando de una forma juguetona y ambos se tumbaron sobre la cama. -



Y así, todos gozaron de unas magníficas Lunas de Miel, pero el tiempo pasó volando y les llegó el momento de reintegrarse a la vida normal, aunque ya casados. Ail y Ann, tras algunos avatares más se establecieron en ese planeta pero de forma regular visitaron a sus amigos de la Tierra, eso sí, espaciando cada vez más las visitas, dado que tenían que ocuparse de su familia que fue incrementada años después con el nacimiento de una niña, a la que llamaron Naya. Tom y Cooan se trasladaron definitivamente a la costa oeste, concretamente a Oregón, cerca de Portland. Él  montó su anhelado gimnasio de artes marciales que logró una estupenda reputación y Cooan continuó su trabajo como maestra de guardería y era muy querida por todos sus alumnos. En cuanto a Roy y Beruche, éste siguió jugando en los Knicks y se convirtió en un excelente profesional, casi logrando con su equipo un anillo en la siguiente temporada pues fueron finalistas de la liga. Beruche seguía dando clases en un instituto de una zona bastante conflictiva de la ciudad. Pero, con su valor y determinación, unidas a su gran comprensión y vocación para la enseñanza, logró pronto ganarse el respeto y la atención de sus alumnos. Aunque al poco tiempo recibió una estupenda oferta para trabajar en un prestigioso colegio privado. Tras pensarlo seriamente aceptó. Era una estupenda oportunidad de futuro. También pudo contactar ocasionalmente con Melanie que terminó su doctorado y pudo entrar en la Golden State College, tal y como deseaba, como profesora. Además de acudir como invitados, junto con Tom, y Cooan, a la boda de su excompañera y del rugbista, Bertie y Mel llegaron a quedar alguna vez para tomar algo y recordar los viejos tiempos.



-¿Cómo va todo por allí?- Quiso saber Beruche, estando las dos tomando sendos tés en una cafetería.-

-Como siempre, las promociones pasan pero parece que todo sigue igual.- Afirmó Melanie.-

-¿Y la señorita Palmer?

-Pues como de costumbre, Severa y estricta, pero sin ser tan mala en el fondo. Creo que incluso se ha ablandado un poco.- Sonrió la interpelada.-

-Eso está bien. Desde luego da una imagen que no se corresponde con su auténtico fondo como persona.- Admitió Beruche.-



            Las dos recordaron aquellos momentos tan duros del pasado cuando creyeron haber perdido a Roy. Palmer no solamente no tomó en cuenta la reacción de Bertie contra ella, sino que intercedió para que su expediente no resultase afectado.



-Pues siempre que le digo que voy a verte me da muchos recuerdos, para ti, para tu hermana y para Roy y Tom. Lástima que no podamos quedar todos.- Comentó Mel.- Y también nos acordamos de tu hermana Petz y del resto. Realmente nos cayeron muy bien.

-Bueno, mi hermana y mi cuñado se instalaron en Portland. Y los demás están en otros países. Cada uno con su vida. Y están bien. Dime. ¿Vosotros qué tal? Aparte de tu doctorado.- Repuso Beruche.-

-La verdad es que Malcolm no lo está pasando bien, se lesionó una rodilla y está de baja.- Suspiró Melanie.- Ya sabes lo que le gusta el football.

-Pero se recuperará, seguro.- Quiso animarla su interlocutora.-

-No lo sé. A nivel universitario era más sencillo. Pero como profesional tiene que estar al cien por cien y aun así es complicado jugar de titular. Por suerte, se estuvo sacando también el título de entrenador y de profesor de educación física. Creo que, en el fondo, él nunca pensó en poder triunfar.

-Debe tener más confianza en sí mismo. Roy siempre me dice que Malcolm es un estupendo jugador.



            Melanie asintió, aunque su semblante estaba triste. Pudo decir con tono alicaído.



-Lo era en la universidad, sí. Pero quizás no tanto como para afianzarse en las grandes ligas profesionales. Sin embargo, pese a todo, nunca le oigo quejarse ni lamentarse. Soy yo la que sufre por él.

-Pues no se lo hagas ver.- Le aconsejó su amiga.- Seguro que, si lo está pasando mal y lo oculta, es sobre todo por ti. En eso es igual que Roy, y como casi todos los hombres, tienen ese tonto orgullo suyo de no mostrarse vulnerables delante de nosotras. Tú permanece a su lado y anímale.



            Aunque Beruche debía admitir que su ahora esposo sí que se mostró muy vulnerable, sobre todo cuando conocieron a  su hijo del futuro. Pasados aquellos irracionales celos suyos. A buen seguro que, cuando descubrió quién era Leval la culpa le destrozó. Luego fue capaz de enmendar aquello admirablemente. Y eso que Bertie llegó a pensar que su relación podría haber estado acabada. No obstante, tras esa dura prueba, se amaron todavía más.



-Ahora comprendo lo que le sucedió a Usagi con Mamoru. Ellos también tuvieron que superar pruebas muy difíciles, fue parte de su destino, para forjar más todavía su amor.- Meditó.-



            Aunque su amiga Mel la sacó de esos pensamientos cuando replicó a  su consejo.



-Tienes razón. Eso haré, le animaré con más ganas.

-¿Y en cuanto a April, has sabido algo de ella?- Inquirió Bertie, cambiando el tema de la conversación.-

-Nada en absoluto. – Comentó su interlocutora.- Parece que se hubiera evaporado. En fin, os conté algo, pero no os lo dije todo.- Añadió para desvelar.- Estaba muy enferma, algo en su mente no iba nada bien, y tenía una hija recién nacida.



            Bertie creyó acordarse de algo de aquello, ¡esa pobre chica estaba realmente mal! Una lástima que no pudieran hacer nada. Llegó a pensar incluso en pedirle a Roy a ver si podía localizarla con su translación. No obstante, desechó rápidamente la idea. Si no lo hacía con su propia hermana, menos todavía con alguien que posiblemente tampoco quisiera ser encontrado. Y además. ¿Cómo le iba a explicar eso a Melanie?...



-Solamente deseo que todo le vaya bien.- Declaró Beruche. -



Su amiga asintió con la misma esperanza y se dedicaron a charlar acerca de cosas más gratas. Tras despedirse pasó mucho tiempo sin que se volvieran a ver. Por desgracia, eso se aplicaba al resto de sus amistades. Fueron muy pocas veces las que pudieron verse en esos años, y la mayoría en las que se encontraron se debieron a causas de situaciones de fuerza mayor para defender a la Tierra de varias amenazas. En la siguiente ocasión, apenas retornados de sus viajes de novios, se trató de un gigantesco meteorito que pudo ser destruido merced al esfuerzo combinado del grupo y a la inestimable ayuda de un nuevo personaje que apareció tan misteriosamente como el propio Leval del futuro. Se trataba de otro saiyajin y cuál sería la sorpresa de todos al descubrir que este recién llegado, de nombre Lornd, era nada menos que el hermano mayor del propio Roy, o de Asthel, como le llamaba a su hermano pequeño. Era todavía más fuerte que su pariente y de modales bastante más rudos, aunque eso les pareció a primera vista. Lo cierto es que sorprendió a todos demostrando ser más sentimental y sensible de lo que su fachada de duro guerrero mostraba. Durante esa crisis pasó algún tiempo con su reencontrada familia y después se despidió. Pero no se marchó solo, en esas semanas conoció a las guerreras y se relacionó en particular con Plutón, la mayor y más solitaria, con la que hizo buenas migas. Tan buenas las hicieron que ambos se marcharon a patrullar el sistema solar y aún más allá, en previsión de nuevos ataques de Gralas, pues era este escurridizo alíen el que estaba detrás de ese cataclismo aparentemente  natural. Del mismo modo que había sido el promotor de los androides que los chicos lograron, no sin gran esfuerzo, destruir. A consecuencia de todo aquello la ciudad había vuelto a quedar prácticamente devastada pero, como no podía ser de otro modo, los trabajos de reconstrucción ya estaban avanzados y las medidas preventivas dieron resultados, mitigando la previsible destrucción. Sin ir más lejos, un enorme muro de contención, fabricado a tal efecto, protegió la bahía de New York de las grandes olas marinas que se produjeron a consecuencia de voladura de ese meteorito. En ese tiempo siguieron sin saber nada del paradero de Karaberasu, aunque por fuentes extraoficiales se enteraron de que estaba bien. También hubo oportunidad de que viviesen aventuras por separado. Como una que Esmeralda refirió a sus amigas en una de las pocas ocasiones en las que se reunieron sin mediar batallas.



-Veréis chicas. Resulta que Masters, el millonario excéntrico, se encaprichó de mí, compró todos mis diseños e incluso me secuestró llevándome a una isla de su propiedad. Esto sucedió un poco después de la invasión de esos androides. Quería atraer a Diamante para obtener sus conocimientos de informática y seducirme. Pero debo reconocer que era un hombre agradable y muy educado. Con mucha clase. En el fondo no es mala persona, sólo ha tratado de hacer las cosas de una forma equivocada.

- ¿Muy equivocada?- Le preguntó Petz con malicioso retintín -

-¡En realidad a Diamante no le hizo mucha gracia! – Se sonrió su interlocutora. -

-¿Y lo consiguió?- Inquirió Cooan con gesto curioso -

-¿El qué?- Le preguntó a su vez Esmeralda sin acertar a comprender a lo que se refería. -

-Seducirte, el  millonario aquel. - Le aclaró confidencialmente Beruche quien sí había captado el matiz de la cuestión. -

-La verdad es que sí.- Admitió ella en baja voz. Las demás chicas se taparon la boca para no reír -¡Pero no en la manera que seguro estaréis imaginando, sinvergüenzas! - Se apresuró a matizar una ruborizada Esmeralda que añadió. – De hecho el asunto se le fue de las manos. Quiso experimentar con los restos de la tecnología que quedaba de esos robots enemigos del futuro. Y uno se le descontroló. Menos mal que Diamante pudo con él.

- Afortunadamente todo terminó bien.- Suspiró Cooan.-

-Sí, aunque ya conocéis a Diamante cuando se forma una opinión. Creía que Masters era un tipo realmente poco de fiar. Aunque después conocimos a su secretaria, una chica muy simpática. Jennifer, se llama, ella logró persuadir a mi inquieto novio de que olvidase aquello y trabajase para él.

-¡Sí, Jenny! Sabemos quién es. ¡Menos mal!  Desde luego esa muchacha es bastante convincente.- Afirmó Beruche.-



            Las otras convinieron en eso. Desde luego que era una gran chica, inteligente, entusiasta y capaz de lograr casi cualquier cosa que se propusiera. No fue de extrañar que, poco después, el mismo millonario se enamorase de ella y la pidiera matrimonio. Aquella boda sí que fue por todo lo alto y el grupo al completo desde luego estuvo invitado. Sin embargo, hubo más enlaces y noviazgos todavía. Los asuntos sentimentales también se prodigaron, tanto o más que las luchas por defender la Tierra. En otra ocasión fue el hermano pequeño de Tom, Daniel, quién conoció a una chica algo alocada que había sido una antigua enemiga de las sailors. Los dos se enamoraron y se convirtieron en pareja. Lo que fue muy celebrado por sus amigos y familiares. Finalmente, superadas estas adversidades pareció que el destino les daba una tregua que todos disfrutaron retornando a sus quehaceres y vidas cotidianas con agrado. Al cabo de un año, se casaron Petz y Zafiro, que tuvieron un viaje de novios muy interesante por América del Sur aunque asustaron bastante a todos sus amigos y familiares puesto que fue imposible contactar con ellos mientras duró éste. Diamante y Esmeralda también contrajeron nupcias aunque se limitaron a pasar su luna de Miel en Europa, visitando eso sí, a su amigo Nephrite que les recibió en compañía de la que más tarde sería la su esposa, Amanda Thompson. Todos se reunieron de nuevo para las bodas y después se volvieron a separar, esta vez de forma más evidente, pues cada pareja tenía hecha ya su propia vida. Pero, al cabo de un tiempo un nuevo acontecimiento les haría volver a reunirse. Tal y como predijo Mamoru, ya era hora de que aumentase el número de los defensores de la Justicia. La primera en contribuir a ello, aunque el resto no lo supiera, fue Karaberasu que había dado a luz unos años antes. Ninguno había vuelto a tener noticias suyas y no lo sabrían hasta mucho más adelante. La siguiente iba a ser Beruche, que quedó embarazada al año y medio de su boda. Cooan también iba a quedar encinta pocos meses después. Bertie en un principio no estaba muy segura pero su ginecólogo se lo confirmó. Entonces se volvió loca de alegría pero con su habitual dominio del gesto y su aparente frialdad, esperó sentada en el sofá viendo tranquilamente la televisión a que Roy llegase de su entrenamiento. Al cabo de media hora su marido entró casi a la carrera, saludando con el ímpetu de siempre.



-¡Hola cariño! , ya estoy en casa.-  Anunció a grandes voces, tomó a Bertie en brazos y le dio un beso. - ¡Humm que ganas tengo de marcha! - Jadeó a posta echándose encima. -

-¡Ten cuidado, bobo! - Le pidió ella  que lejos de molestarse agregó sonriente. - Me vas  a aplastar. Debes ser más suave con tu mujercita.

-¡Venga ya! - Repuso Roy levantándose entre risas y comentando con jocosidad. - ¿Vas a decirme que una chica tan dura como tú y que ha luchado contra tantos peligros, va a tener miedo de que le chafen un poquito en plan cariñoso?

- No es por eso - rio la muchacha también a la par que contestaba. - No lo digo sólo por mí, Roy, hay cierta personita aquí dentro.- Señaló su tripa en la que aun no se podía apreciar nada y concluyó apenas sin poder contener su feliz expresión - a la que puedes hacer mucha pupa y todavía no creo que pueda convertirse en súper guerrero, ji, ji, ji.



            Su marido en un principio pareció no comprender bien, la había dejado otra vez sobre el sofá y él mismo se había sentado mirándola con incredulidad. El chico estaba atónito, no obstante, por fin entendió lo que su esposa había querido decir. Al cabo de un instante un flash le pasó por la cabeza. Sus ojos se abrieron como platos y se incorporó de un salto como impulsado por un resorte.



-¿Me estás diciendo que tú?.. ¿Estás? - Beruche asentía sin dejar de reír. - ¡Oh, no!  Quiero decir, sí, bueno ¡no  puedo creerlo! - Exclamó él dando saltos por todo el salón sin dejar de repetir eufórico. -¿Estás embarazada? ¿Es eso? ¡Dios mío! , no puedo creerlo.

- Pues créetelo, no es tan difícil. – Repuso la chica que añadió todavía más regocijada al ver la cara de su marido. - ¿Comprendes ahora el por qué debes tener más cuidado conmigo, tonto? .Ji, ji, ji.

-¿Te, te, te he hecho daño?- Balbuceó su azorado esposo, entrecruzando los dedos de sus  manos como si fuera a rezar. Estaba muy nervioso y hasta preocupado. - Perdóname, no quería hacerlo, no calculo bien mis fuerzas ¡oh no, soy un estúpido! ¿De veras que estás bien? - Beruche asentía entre risas mientras él continuaba preguntando visiblemente inquietado. - ¿No te duele nada?



            La cara de Roy era un poema, se paseaba por toda la habitación. ¿Y si por culpa de su ímpetu y sus juegos tan infantiles hubiese lastimado a su esposa y al niño?  Bertie se levantó tomándole de un brazo y le dijo con más sosiego y suavidad.



- Tranquilízate, no seas tonto, hombre. Si sólo era una broma, no me has apretado tan fuerte. Créeme, el bebé lo resistirá. Lo sé muy bien. Lleva la sangre de un guerrero del espacio.



            El muchacho suspiró aliviado abrazando a su mujer, eso sí, con mucho cuidado. La levantó suavemente en brazos llevándola al dormitorio y declaró algo más calmado pero resplandeciendo de alegría.



- Por esta noche y durante algún tiempo pasaremos de marcha, hay que cuidarte bien. Dime si quieres alguna cosa y te la traeré.

- Roy. - Sonrió Beruche negando con la cabeza.- Soy la misma de siempre y además hoy me apetece mucho a mí también.

-¡Lo que sea! - Le respondió solícitamente él. - ¡Un helado, un yogurt!...

- No es eso tonto, ¡eres tú lo que me apetece! ,- le besó Bertie cerrando la puerta del dormitorio tras ellos. -



            Y aquella fue una noche estupenda. Ambos se sentían inmensamente felices porque todos sus deseos se iban haciendo realidad. Por fin, casados, viviendo juntos y en paz, (salvo por algunas interrupciones producidas por algunas aventuras que siempre se resolvían bien). Los dos estaban consiguiendo prosperar en sus respectivas carreras. Roy como un jugador cada vez más valorado y aplaudido por todos los espectadores y técnicos.  Aunque, merced a algunos asuntos que debía solucionar a veces con sus amigos e incluso la ayuda de las justicieras, debía pretextar alguna lesión para no jugar los partidos que coincidían con sus intervenciones como guerrero (De no ser así habrían ganado la final). Pero él sabía que ya tendría más oportunidades de jugar y lo primero era la Tierra. Bertie, por su parte, combinaba bien sus actuaciones como justiciera prácticamente en solitario, al igual que el resto de las chicas, cada una por su lado en diversas partes del mundo. No obstante, la frecuencia con la que salía a la palestra fue reduciéndose al saber de su embarazo. Ahora ambos jóvenes  sintieron alcanzar la cima de la felicidad. ¡Esto era lo único que les quedaba ya para cumplir con sus sueños! Aunque ninguno solía decirlo en voz alta esperaban que se tratase de un pequeño Leval. Y Beruche terminó por dejar sus actividades como justiciera durante todo el tiempo que su embarazo durase e incluso después para atender a su bebé, cuando lo tuviera. También estudiaba la propuesta que le hicieran para trasladarse de escuela a una más tranquila y con mejor sueldo. Pudiendo disfrutar así de una atmósfera más apropiada a su nuevo estado y ser capaz de atender mejor a la creciente familia. Podría decirse que la alegría de la pareja era secundada por la de sus amigos en todas las partes del mundo. Cada cual con sus proyectos y sus ilusiones que iban cumpliéndose también. No obstante, nunca terminaban por bajar la guardia puesto que ahora era prácticamente los mayores garantes de la seguridad del planeta ya que incluso el grupo de las sailors parecía haberse disuelto. Chibiusa volvió a su futuro, Mamoru viajó a Estados Unidos de nuevo para estudiar medicina. Ami hizo lo propio, aunque consideró ir a Alemania en primer lugar luego  decidió estudiar e incluso cursar su doctorado en Norteamérica. Las otras (incluida Usagi), estaban más que decididas a prepararse para ser alguien en su futuro. Rei se hizo cargo del santuario y con su sensibilidad y dotes adivinatorias se convirtió en una figura muy respetada en todo Japón. A veces también actuó  como cantante con su amiga Minako, utilizando el pseudónimo de Reiko. Makoto montó con gran éxito su negocio de floristería y cafetería. Flowers & Flawours la llamó.  Petz la ayudó en todo lo que pudo y ambas pasaban mucho tiempo juntas a la par que recomendando los establecimientos de la otra a sus clientes. En cuanto a Minako tuvo problemas con la reina Serenity y el rey Endimión al no seguir las instrucciones que se le habían marcado. Quiso localizar y ayudar a Karaberasu. De hecho logró ver a la joven aunque no habló con ella. Eso le costó ser suspendida durante casi un par de años y que Artemis perdiera su condición de  emisario de la Luna, quedando reducido al estatus de felino común y corriente. Pese a ello, la muchacha siguió adelante con su vida y su carrera. Se convirtió en una cantante y actriz de éxito en Japón para ampliar su fama posteriormente al resto del mundo. Poco tiempo más tarde todo quedaría arreglado y recuperaría su lugar entre las guerreras, lo mismo que Artemis sus dones especiales. En cuanto a las sailors del sistema solar exterior, Setsuna había ido con el hermano de Roy al espacio y aunque volvía con cierta frecuencia había establecido su campo de acción a mucha distancia y aun lo alejarían más cuando descubrieron poblado aun con saiyans el planeta de sus ancestros. Tras unas duras pruebas él recobró su trono y ella fue aceptada por ese rudo y exigente pueblo. Posteriormente todos acudieron a la boda de aquel saiyan con Setsuna, quien tuvo que renunciar a su puesto como guardiana para convertirse en la reina del planeta Nuevo Vegeta. De este modo los guerreros del espacio firmaron un solemne pacto de amistad con la Tierra y la Luna. Representadas por los futuros soberanos de Cristal Tokio y ese excéntrico millonario que tantos quebraderos de cabeza dio a Diamante en su momento. Fue una de las pocas ocasiones en las que Roy, Bertie, el resto de sus amigos y las sailors se reunieron, y además, lejos de la Tierra. Por su parte, las compañeras de Plutón, Urano y Neptuno, se instalaron ambas por libre del resto, una vez exentas de la responsabilidad de cuidar a Hotaru que se quedó viviendo con su padre y la nueva esposa de éste, rescatada por Diamante del infierno de Tau. La muchacha se había convertido ya una atractiva jovencita de media melena oscura y ojos violetas. Era prácticamente la única sailor que seguía en activo. Sus compañeras, Haruka y Michiru, libres al fin de otras cargas, se dedicaron a  vivir aventuras juntas y a proseguir sus carreras. Una en el mundo de la competición, dedicada al motociclismo y la otra en sus recitales de violín y sus exposiciones de pintura. Apenas unos años más tarde, Chibiusa, convertida ya en una joven quinceañera de belleza equiparable a la de su madre, retornó del futuro con sus guardianas, las sailor asteroides, que habían tomado el relevo de la generación de guerreras anterior. La joven había estado ocupada formándose para ser una buena princesa y los años siguientes también se dedicó a ejercer como mentora de otra jovencísima reina a la que con el tiempo, presentaría a sus amigos. En suma. Todas estas aventuras que vivieron los diferentes protagonistas, serían muy largas de contar, cada cual tiene su propia historia y deben ser narradas en otros momentos y circunstancias. Sobre todo porque los acontecimientos se sucedían con rapidez en sus  quehaceres normales y el curso de la vida, continuaba.



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