La esperada ceremonia dio comienzo, con solemne
calma el sacerdote se dirigió a las tres parejas y les fue haciendo una a una
las preguntas de rigor.
-Robert Malden, aceptas por legítima esposa a
Beruche Malinde, para amarla, honrarla y respetarla, compartiendo penas y
alegrías hasta que la muerte os separe.
-Sí, acepto.- Sonrió el aludido.-
-Beruche Malinde, aceptas por legítimo esposo a
Robert Malden, para amarle, honrarle y respetarle, compartiendo penas y
alegrías hasta que la muerte os separe.
-Acepto.- Afirmó la joven, con visible emoción.-
-Thomas Alan Rodney, aceptas por legítima esposa a
Cooan Malinde, para amarla, honrarla y respetarla, compartiendo penas y
alegrías hasta que la muerte os separe.
-Sí, quiero.- Dijo él, lleno de alegría.-
-Cooan Malinde, aceptas por legítimo esposo a Thomas
Alan Rodney, para amarle, honrarle y respetarle, compartiendo penas y alegrías
hasta que la muerte os separe.
-Sí, le quiero.- Sonrió la muchacha.-
-Seijuurou Ail Ginga,
aceptas por legítima esposa a Natsumi Ann Ginga, para amarla, honrarla y
respetarla, compartiendo penas y alegrías hasta que la muerte os separe.
-Sí, por supuesto.- Dijo él, con tinte de obviedad.-
-Natsumi Ann Ginga, aceptas por legítimo esposo a Seijuurou Ail Ginga, para amarle, honrarle y respetarle,
compartiendo penas y alegrías hasta que la muerte os separe
-Sí, claro que sí. – Aseveró la aludida.-
Se cumplimentó el ritual de los anillos y por fin, y
a la vez las parejas repitieron el consabido, con este anillo te desposo. Al
fin, el sacerdote tras sonreír levemente, afirmó más distendido.
-Nunca había dicho esto en plural, pero bueno.
Siempre hay una primera vez para todo, hijos e hijas. – Y entonces, ya más
solemnemente declaró.- Entonces, y por la autoridad que me da esta Santa Iglesia
yo os declaro, maridos y esposas. Podéis besar a las novias.
Todos los contrayentes se dieron el beso al mismo
tiempo entre los aplausos y los vítores de sus invitados. Acto seguido la gran
comitiva se dirigió al chalet de Roy y Beruche donde se iba a celebrar el banquete
de bodas. Unas largas mesas estaban dispuestas en el jardín, cubiertas bajo
unas tiendas de lona que quedaban bastante elegantes pese a todo. Ni que decir
tiene que los chicos comieron a placer, por suerte había encargada mucha
comida. Todos hicieron votos por la felicidad de las parejas y Mamoru tuvo que
ocuparse de él ante el requerimiento de sus amigos…
-¡Qué hable el chapas! ¡Que hable el chapas!-
Coreaban con jocoso regocijo dirigidos por Roy.-
-¿El chapas?- Se rio Rei sin comprender.-
-Es argot del idioma español. Bertie me contó que su
esposo lo aprendió de algún compañero de facultad que era de España. Viene a
significar que es un poco pesado, o que hablas mucho.- Sonreía Ami divertida
como el resto.-
-¡Seguro que lo dicen por los discursitos que Mamo-chan
soltaba cada vez que venía en ayuda de Guerrero Luna! - Exclamó Minako sin
poder evitar reírse.-
-Sí… ¡en eso no tiene rival!- Convino Makoto.-
-Es que mi chico es estupendo en todo… -Afirmó una jocosa
Usagi.- ¡Hasta para hablar por los codos! ¡En eso tampoco tiene rival!
Las demás no podían evitar las carcajadas tampoco.
Incluso el aludido se reía, con patente buen humor, encajando esa broma con
deportividad. Al fin complació a sus amigos y ofició de improvisado maestro de
ceremonias proponiendo un brindis.
-Bueno, damas y caballeros - dijo tratando de
hacerse oír entre el jaleo del banquete en tanto levantaba su copa. – Esta vez
seré breve, para que luego digáis.- Más risas y una vez extinguidas Mamoru
prosiguió elevando su copa.- Por nuestros amigos. Que sean muy felices y que
pronto aumenten nuestro numeroso grupo de luchadores por la justicia, como ya
han hecho Ail y Ann.
Beruche y Cooan se pusieron coloradas, Tom y Roy se
sonrieron y el resto del grupo se rio asintiendo con aprobación ante esa
propuesta.
-¡Bueno Mamo- chan, ya les has puesto en un
compromiso a los pobres! - Exclamó Usagi entre sonoras carcajadas cuando añadió. - Es que a ti te sienta fatal el vino.
-Pues tú no eres la más adecuada para hablar. - Intervino
Rei con jocosa malicia. - Recuerdo cierta fiesta en casa de un Lord inglés en
la que...
-¡Cállate Rei! – La cortó Usagi entre avergonzada y
molesta. - ¿Es que siempre tienes que meterte en lo que no te importa?
-Hago lo mismo que haces tú. - Repuso ésta sacándole
la lengua.- Pero claro, no te gusta que te recuerden tus momentos de “gloria”…
¡Ja, ja, ja!…
Usagi hizo lo
propio y Mamoru tuvo que mediar. Makoto y Minako también trataron de apaciguarlas,
entre tanto, Ami ladeaba la cabeza abochornada y las otras sailors miraban
también hacia otra parte como si no las conocieran de nada. Chibiusa estaba
colorada y el cuarteto de amazonas se reía pasándoselo en grande con aquello.
-¡La futura soberana es muy graciosa! - Opinó Para-Para
sin poder parar de reír.- Dice cosas realmente divertidas.
-Sí...hay que admitir que siempre que nos reunimos
con ella lo pasamos muy bien.- Convino Jun-Jun.-
-Desde luego, no sé en qué punto de su vida mi madre
dio el cambio.- Pudo decir Chibiusa todavía ruborizada por aquel espectáculo.- ¡Es
que no lo puedo creer!…
-Bueno, le debe de quedar todavía algún tiempo para
madurar, Alteza.- Sonrió Cere – Cere, para afirmar.- Hasta ahora siempre que
hemos viajado al pasado sigue teniendo un sentido del humor muy divertido.
-Bueno, lástima que éste sea el último viaje que
hacemos hasta dentro de algunos años.- Se lamentó Ves-Ves.- Tenemos muchas
obligaciones en el siglo treinta.
Chibiusa
asintió, debían de ocuparse de unas cuantas cosas en el futuro. Y ella echaba
bastante de menos a cierta persona. Por otro lado también la apenaba dejar a
sus amigos de aquí. Aunque tratarían de disfrutar mientras pudieran. Paralelamente
a sus reflexiones, en otra parte Nephrite decidió cambiar de tercio para zanjar
el incidente entre sus amigas guerreras.
-Realmente, ahora que lo pienso, yo mismo os podría
haber suministrado el material para los vestidos de novia. – Bromeó con tono
divertido. -
Ante la extrañeza del grupo, Usagi intervino
comprendiendo enseguida a lo que el chico se refería.
-Igual a cuando hiciste aquella treta de los trajes
de novia para robar energía, ¿no?
-Así es. – Corroboró el muchacho con gesto
divertido, agregando con su típico humor
estilo inglés. -Lo malo es que ya no tengo las telas, ahora que realmente me
interesaría hacer vestidos con ellas. Como dicen en Inglaterra. Cuestión de bad
timing…
Ami
y Rei se sonrieron también puesto que eran las únicas que vivieron aquella
peripecia. Y no habían terminado de extinguirse los ecos de ese comentario cuando
Esmeralda intervino.
-¿Donde vais a ir de Luna de Miel? - Preguntó con
curiosidad a las parejas. -
-Annie y yo hemos visto un planeta que parece
apacible,- contestó Ail en tanto vigilaba a su hijo, que dormía en un cochecito
de bebé, a su lado - creo que lo visitaremos.
-Sí, nos gusta mucho recorrer el universo.- Añadió
su esposa.-
-Pues Connie y yo hemos estado pensando entre la
India, Europa y al final casi nos hemos decidido por irnos a Hawaii.- Respondió Tom. - Tenemos
muchas ganas de conocerlo.
-Es cierto,- convino Cooan con visible ilusión. - Bañarnos
al atardecer en una de esas playas de arenas blancas y desiertas, ¡debe de ser
tan romántico!
-Quizás no estén ya tan desiertas.- Opinó su novio
recordándole.- Hay mucho turismo.
-No me quites el romanticismo, ¡tonto! – Sonrió
Cooan dándole un tirón en una oreja.-
-¡Ay!, vale. Seguro que alguna cala tranquila
podremos encontrar.- Se apresuró a matizar él, con el telón de fondo de las
risas del resto.-
-Pues nosotros. - Intervino Roy rodeando con un brazo
a su recién declarada esposa- , aún no
estamos muy seguros pero creo que iremos a Europa. Bertie quiere empaparse de
la historia de ese continente.
-Es cierto. Yo quiero visitar algunas capitales europeas,
ver monumentos y conocer un poco de su historia. Además también habrá lugares
muy románticos allí, estoy segura.- Afirmó la muchacha con el mismo entusiasmo
que su hermana pequeña. – Será una bonita experiencia y muy educativa.
-Pasaros por Londres si podéis.- Les ofreció
Nephrite.- Os encantará. Y de paso nos vemos.
-No sería mala idea.- Afirmó Bertie.-
-Venid a vernos también a París,- propuso a su vez
Esmeralda con interés. - Diamante y yo vamos a vivir allí de manera definitiva.
Él puede trabajar en la filial de la Agencia Espacial Europea de allí y yo tengo la
central de Modas Deveraux.
-¡Eso está hecho! - Asintió Roy para regocijo de sus
amigos, añadiendo convencido y jovial. -
Seguro que nos vamos a divertir. Podremos viajar por varias ciudades visitando
a nuestros amigos y detenernos a ver que encontramos. ¡Aventura!
-¿Mas aventuras todavía?- Se rio Tom, afirmando
divertido.- Amigo, en nuestro caso esperamos no tener ninguna.
-Desde luego.- Convino Cooan, afirmando jocosa.-
Todo lo más, que nos extravíen alguna maleta.
-Bueno.- Concedió Roy.- Es verdad. Ya hemos tenido
muchas peripecias y se echa de menos vivir con tranquilidad. Lo cierto es que
me estoy acostumbrando a ser ordenado y metódico. Y no está tan mal.- Remachó
provocando más risas del resto.-
Beruche
sonrió tomando una mano de su marido entre las suyas. Los demás comenzaron a
comentar los distintos lugares que a ellos mismos les gustaría visitar. En ello
estaban cuando Melanie y Malcolm se les unieron.
-¡Muchas felicidades!- Exclamó la ex jefa de
animadoras abrazándose a las dos hermanas recién desposadas.-
-Gracias Mel.- Sonrió Cooan.-
Malcolm
les dio asimismo la enhorabuena y un beso a cada una. Enseguida pasó a saludar
a sus compañeros y decirles.
-Muchas felicidades, chicos. Y tú, Malden, espero
que la cuides.
-Pues claro que sí.- Replicó este, aludiendo con humor.-
¿Se puede saber porqué no le dices lo mismo a Tom?
-¡Por qué sé que él lo va a hacer!- Se rio el
gigante.-
Eso
hizo reír a todos, incluyendo a Diamante que estaba cerca y que declaró
divertido.
-¡Qué bien te conocen!
-¡Ja, ja, ja! Principito.- Repuso Roy con una mueca
pero sin embargo, con deportivo humor, para responderle a su ex compañero de la
universidad. - ¿Y cuándo se supone que os vais a casar Mel y tú?...
-No tardaremos mucho. Y estaréis invitados.- Aseguró
el aludido.- Por cierto, enhorabuena por tus partidos con los Knicks.
-Gracias amigo.- Sonrió Roy, queriendo saber a su
vez.- ¿Qué tal te va en la NFL?-
-Por ahora no juego mucho, pero aguardo mi
oportunidad.- Afirmó Roberts.-
-Seguramente la tendrás.- Le animó Tom.-
Malcolm
se lo agradeció con una palmada en la espalda que casi desencaja al pobre Tom
quien se limitó a esbozar una leve sonrisa entre las risas del resto. Siguieron
departiendo con un buenísimo talante, Tom y Roy le presentaron a Malcolm a sus amigos.
Por su parte, Cooan y Bertie hicieron lo propio con Melanie y las otras chicas.
-Oye, ahora que os veo cerca.- Comentó una atónita
Petz mirando alternativamente a la capitana de animadoras y a Esmeralda que
también estaba por allí.- Os parecéis mucho.
-Es cierto.- Convino Bertie.- Yo tuve esa misma sensación
cuando conocí a Mel.-
Claro
que no iba a aclarar que, más que por el físico, las relacionó por lo altaneras
y desquiciantes que le parecieron. Al menos en el pasado. Por fortuna ya nada
tenían que ver con esas muchachas de antaño.
-Quizás te interesaría probar en el mundo de la
moda.- Le ofreció Esmeralda entre tanto a la ex capitana de las animadoras.-
-Gracias, de veras. Pero estoy sacando mi doctorado
para dar clase en la universidad.- Declinó Melanie, añadiendo con interés.- Así
que estas son vuestras amigas. Y vuestra hermana mayor. Creía que erais
cuatro.- Comentó.-
Aunque
viendo las caras de las tres jóvenes y las expresiones de circunstancias de las
otras, enseguida dijo con inquietud.
-Espero no haber dicho algo malo, yo…
-No, Mel, es que nuestra hermana Kalie no está. Ella
vive su vida en otra parte y no pudo asistir.- Le contó una entristecida
Cooan.-
-Lo siento, Connie.- Suspiró Melanie.-
-Bueno, tenemos la esperanza de que ella es feliz.-
Intervino Bertie deseando zanjar el tema.-
-Os comprendo, yo echo mucho de menos a April, fue
mi compañera de cuarto durante dos años y éramos muy buenas amigas. Sé que no
es igual que si hubiera sido una hermana…
-Nunca se puede medir el lazo que une a dos personas
simplemente por sus genes.- Afirmó Usagi, uniéndose a la conversación, para
sentenciar.- Yo siento que mis amigas son como unas hermanas para mí. Si algo
le sucede a alguna es como si me pasase a mí. Y es algo mutuo. Por eso no te
rindas. Seguro que podrás volver a ver a tu amiga algún día.
Melanie asintió agradeciendo esas
confortadoras palabras, esa jovencita japonesa parecía muy amable y le producía
una extraña sensación. Como si poseyera una fuerza y carisma especial. De
hecho, ellas y esas muchachas continuaron hablando durante bastante tiempo
hasta bien tarde. En cierta ocasión creyó recordar que Connie le habló
maravillas de ella y de sus otras compañeras de Japón. Y por lo que pudo
comprobar, su antigua compañera de estudios no había exagerado. Dejó aquello y
continuaron charlando con un talante más alegre. Lo mismo que los muchachos con
Malcolm. A este también le llamaron la atención esos tipos, y, si bien no quiso
decir nada, le parecieron asimismo bastante notables. En un aparte que Roberts
pudo hacer con su novia, se lo comentó.
-Deben de ser esos amigos tan especiales.- le dijo
él a la chica que asintió.-
-Mucho más extraordinarios de lo que habíamos
pensado, sí.- Asintió Melanie, confiándole a su pareja.- Creo que ellos también
debieron de hacer mucho por salvar el mundo. Y sin embargo, aquí están,
actuando como si nada hubiera ocurrido.
Su novia asintió. Aunque estuvieron un rato más
socializando con esos chicos y chicas finalmente se despidieron de los que
pudieron. Y es que al ser un grupo tan amplio se formaban corrillos donde
charlaban unos con otros y se iban intercambiando. Usagi por su parte, dejó al
grupo de las novias y esas otras chicas y se aproximó a las sailors del sistema
solar exterior que hablaban ahora con el doctor Tomoe.
-Bueno hija. Me alegro que vayas tan bien en tus
estudios. Se nota que tus amigas te ayudan mucho.- Le decía él a Hotaru.-
-Sí, gracias, papá.- Repuso ella con evidente
alegría.-
Las
exteriores se acercaron precisamente a ellos, y en tanto Hotaru se iba a
charlar con Chibiusa el profesor les comentó a las tres sailors.
-De verdad, no sé cómo daros las gracias. Durante
estos años lo he pasado mal por el accidente. Todavía tengo lagunas en mi
memoria y mi pobre hija se vio privada de su madre.- Se lamentaba el doctor. - Menos
mal que vosotras habéis sido su familia.
-No hay de qué. Para nosotras es un orgullo y un
placer poder ayudar a Hotaru. Es una gran amiga.- Sonrió Michiru.-
-Os pareceré tonto, pero fijaos que apenas si
recuerdo los últimos años. Como si ella hubiese sido un bebé cuando la
apartaron de mí.- Pudo decir Tomoe con una expresión reflexiva, como si tratara
de hacer memoria, agregando no sin pesar.- Lo cierto es que siento haberos
causado tantos problemas por no ser capaz de hacerme cargo de mi hija.
- No se preocupe usted. Después de lo que tuvo que
pasar es comprensible que no recuerde. Pero sepa que su hija es una chica
maravillosa.- Le comentó Haruka con amabilidad añadiendo con bastante ternura
viniendo de ella.- Hemos sido una autentica familia. Y esa experiencia no la
cambiaríamos por nada.
Hotaru
y Chibiusa estaban por su parte comentando con una mezcla de secretismo y de
animación.
-¿Tienes pensado ir a verle pronto? – Quiso saber
Sailor Saturno.-
-Eso espero, en cuanto regrese al futuro.- Le
comentó su interlocutora.- Aunque mis padres me han encargado bastantes tareas
importantes.
-Bueno, pero, si no estoy equivocada. Esas tareas
tendrán que llevarse a cabo en un plazo de varios años. ¿Verdad?
-Así es. Lo primero es ocuparnos de Némesis. Aunque
ese no es mi cometido principal. Actuaré como mero enlace. De eso tampoco puedo
decirte más.
-Lo comprendo. – Convino su amiga.-
-La discreción es fundamental. No puedo desvelarte
nada de lo que pasará en ese remoto futuro.- Declaró Chibiusa ahora con tono
más preocupado, para añadir esta vez de un modo más desenfadado.- Pero mi otra
misión es la más importante a corto plazo. Estamos preparando algo muy
importante.
-¿Se trata de ella?- Quiso saber Hotaru.-
Su
amiga asintió, aunque justo observó aproximarse a sus amigas exteriores,
estaban charlando precisamente de ella y decidió intervenir, tras escuchar esas
palabras de agradecimiento de su padre respecto a cómo la habían criado
mientras él no pudo.
-¡Sí, y las llamaba Haruka papá y Michiru y Setsuna
mamá!- Se rio la aludida haciendo que el resto la imitase.-
-Hotaru es una chica muy inteligente y aplicada.
Está claro que ha salido a usted, doctor.- Terció Setsuna.-
Chibiusa
se limitó a escuchar al margen. No debía meterse en eso. Ya tenía bastantes cosas
de las que ocuparse. Anteriormente pudo departir un poco con Setsuna, que era
con quién mantenía una relación más estrecha, aparte de Hotaru. Así pues se
despidió educadamente dirigiéndose a buscar a sus propias sailors. Justo se
alejaba ella fue Usagi quien se unió a ese grupo y saludó de forma jovial.
-Hola chicas, ¿Qué tal está señor Tomoe?
-Muy bien, muchas gracias.- Repuso cordialmente él.-
Me alegro mucho de verte…
-¿Qué tal van sus investigaciones?- Se interesó la
muchacha.-
-Estupendamente. Ahora trabajo para una gran multinacional.-
Afirmó el científico.- Solamente deseo poder contribuir a la mejora del
bienestar del mundo.
-Estoy segura de que así lo hará.- Sentenció Usagi.-
-Como vosotras habéis hecho, sin duda.- Afirmó su
interlocutor.-
Tras sonreír amablemente al escuchar aquello e
intercambiar algunas palabras más, la recién llegada al corrillo se dirigió a
Plutón y le pidió, en tanto Haruka y
Michiru hacían un aparte para charlar un poco más con el doctor y Hotaru.
-¿Tienes un momento, Setsuna? Me gustaría hablar contigo…
-Claro.- Concedió ésta.-
Las
dos se alejaron un poco del bullicio, fue Usagi la que comentó
desenfadadamente.
-¡Esta fiesta es estupenda! Y me alegro mucho por
nuestros amigos. Van a formar nuevas familias. Eso siempre es muy bonito.
-Bueno, ya os debe de quedar poco a Mamoru y a ti
para hacer lo propio.- Se sonrió Setsuna.-
-No sé.- Pudo replicar su interlocutora poniéndose
algo colorada.- Depende todavía de muchas cosas. Pero sí que nos hace mucha
ilusión. Por cierto, ¿Has hablado con Chibiusa?
-Sí, hace un rato. Me alegré mucho de verla, ha
crecido bastante.- Afirmó Plutón.-
Usagi
miró detenidamente a su contertulia y su rostro se puso algo más serio para
comentar.
-¿Y tú? ¿Nunca te has planteado la posibilidad de
formar una familia?
Aquello
tomó por sorpresa a Setsuna. Usagi sabía de sobra el cometido que ella tenía
como guardiana del sistema solar y del portal Espacio- temporal. Aunque no
estaba segura de sí su futura soberana llegó a sospechar alguna vez lo que
sentía… Solo esperaba que no. Aun así negó con la cabeza y contestó con
tranquilidad.
-Mis funciones como guerrera no me dan la
posibilidad de estar con nadie.
-Pero algún chico te habrá gustado. Bueno, quiero decir…supongo
que te gustan los hombres, ¿verdad?- Inquirió su contertulia con cierta
prevención.- Si te lo puedo preguntar…
La guerrera
Plutón se sentía algo violenta. No sabía el porqué de esa especie de
interrogatorio. Quizás Usagi se hubiera pasado con el champán. No obstante, al
oír hablar a su interlocutora percibía que no lo hacía de manera frívola. Desde
luego que ese no era el tono que aquella muchacha emplearía para cotillear sobe
chicos guapos ni nada parecido. Ahí tenía que haber algo más. Fijó la vista en
su rubia contertulia y sus ojos se encontraron con los de ella. Entonces, de modo
más grave y respetuoso, Setsuna preguntó.
-¿A dónde quieres ir a parar, Majestad? Te aseguro
que nada de eso se ha interpuesto o se interpondrá jamás en mi misión.
-¿Y cuál es tu misión?- Le preguntó la aludida como
si la ignorase.
Aquello
daba la impresión de ser una especie de prueba. ¿Acaso su interlocutora estaba
esperando una determinada respuesta? En cualquier caso únicamente podía darle
una.
-Lo sabes muy bien. – Contestó la interpelada con
evidente malestar, a medida que explicaba.- Protegerte a ti, al rey Endimión y
a la pequeña Dama. Y vigilar el portal del espacio- tiempo. Aunque ahora esté
sellado por el poder del padre Cronos, no se puede perder de vista.
Su
contertulia suspiró, parecía que tuviera que decirle algo muy importante y que
estuviera reuniendo valor para hacerlo. De ese modo finalmente Usagi declaró.
-Su Majestad el rey Endimión, y yo, como reina
Serenity, tenemos que pedirte un gran favor. Un grandísimo servicio si así lo
prefieres. Es algo muy sacrificado, y que tampoco podrás comentar con
absolutamente nadie, salvo con el rey y conmigo. Y nadie más. Al menos hasta
que cumplas el encargo que tenemos que asignarte. Y será algo que te llevará mucho,
mucho tiempo.
-El tiempo es algo que nunca me ha preocupado.-
Sonrió débilmente la interpelada.- Y si es por el bien del futuro del Reino de
neo Cristal Tokio, de la Tierra y del sistema solar, haré cuanto me pidáis. Mi
propia vida está a vuestra disposición, si de eso se trata. - Aseveró con
rotundidad.-
Aunque
para su sorpresa, aquella muchacha parecía volver a hablar como Usagi ahora,
puesto que se rio llevándose una mano al cogote y exclamó.
-Bueno mujer… ¡No es para tanto! Te aseguro que no será
ningún drama…
La
guardiana del tiempo la miraba con la boca abierta, estaba realmente muy
desconcertada. No tenía ni la más remota idea de lo que sus soberanos pudieran
pretender que hiciese. En eso que Mamoru se las unió. El joven saludó educadamente
y una vez fue puesto al corriente de la conversación que las dos estaban
manteniendo, declaró.
-Verás Setsuna,
lo hemos meditado largamente y en nuestra opinión eres la única
cualificada para llevar a cabo esta misión con éxito.
- Como le he dicho a su Majestad la reina. Estoy a
vuestra entera disposición.- Respondió categóricamente la sailor.- Mandad y os
obedeceré.- Sentenció haciendo un amago de reverencia.-
Enseguida
sus contertulios la disuadieron de ello, Usagi incluso llegó a sujetarla de un
brazo para que no se arrodillase…
-Eso no es necesario aquí. Estamos en la celebración
de unos amigos.- Afirmó con voz baja.-
-No te
preocupes, Setsuna. Agradecemos como siempre la fidelidad y la entrega que
demuestras en todo lo que haces por nosotros. Sin embargo, ahora no es el
momento para informarte más sobre ello ni darte detalles. Más adelante lo haremos.-
Añadió Mamoru.-
-¿Y cuándo deberé recibir instrucciones?- Quiso
saber la muchacha.-
-Lo sabrás amiga mía, no te quepa duda.- La sonrió
Usagi posando ahora una mano en el hombro derecho de su contertulia con patente
afecto.- Y como dice el rey. Muchas gracias por tu lealtad. Te aseguro que te
apreciamos muchísimo.
Setsuna
asintió agradecida a su vez por aquellas palabras. No tenía idea de qué clase
de misión podría ser la que quisieran encomendarle sus soberanos. En cualquier
caso la desempeñaría lo mejor que supiera y hasta donde tuviera que llegar para
cumplirla. Al menos no parecía que Serenity estuviera al corriente de como su
leal guerrera se ruborizaba en presencia del rey Endimión. Desde hacía ya mucho
que la solitaria guardiana de la puerta espacio- temporal no podía evitar
sentir algo muy profundo hacia aquel hombre tan amable y atractivo. No obstante,
siempre supo que ese amor le estaba vedado. Suspiró tratando de controlar los
latidos de su corazón. Por suerte no les
dio tempo a charlar más. Llegaban Chibiusa y las Asteroides que lo estaban
pasando muy bien. Se reían con las bromas de sus amigos e intercambiaban
anécdotas. En esta ocasión fue Mamoru el que se adelantó para decirle a su
futura hija.
-¿Qué tal todo? ¿Habéis charlado con nuestros
amigos?
-Mucho, son muy simpáticos, sobre todo Roy. ¡Siempre
está haciendo bromas! - Se rio la niña.- Y Cooan estaba muy contenta de verme.
Su novio, bueno su marido ya, también es un chico muy agradable.
-Me alegro.- Sonrió su interlocutor añadiendo ahora.-
En cuanto la ceremonia termine supongo que volverás al futuro con las
Asteroides.
- Sí.- Suspiró la muchacha añadiendo.- Voy a echaros
de menos, a todos. Aunque al menos tendré a las amazonas.
-¿Sabes ya si tienes algo que hacer allí?- Quiso
saber Mamoru.-
-Creo que antes de venir, los soberanos, o sea,
vosotros en el futuro, me comentasteis que me aguardaría una misión de mucha
importancia. – Le respondió la muchacha.-
-Así es.- Convino su interlocutor posando ambas
manos sobre los hombros de la niña y refiriéndola.- Tú y las amazonas ya
conocisteis a la persona con la que deberéis tratar, pero ahora es alguien muy
diferente. Tiene que empezar de nuevo y vuestra tarea fundamental será
dirigirla hacia el bien, aconsejarla adecuadamente y ser sus amigas. Por ahora
no puedo decirte nada más. En el futuro te pondrán al corriente. Luego volverás
al pasado, pero a uno situado unos cuantos años más tarde que el momento en el
que estas ahora. Allí encontraras a quién tendrás que tutelar. Y deberéis pasar
mucho tiempo con esa persona para asegurarte de que todo vaya bien. Bueno,
tanto tú como las amazonas.
-Sí, descuidad los dos. Ya me explicasteis algo en
el futuro.- Lo haré lo mejor que pueda.- Asintió la muchacha sin querer
desvelar nada más.-
-Tanto Usagi como yo confiamos plenamente en ti. Ya
tienes experiencia y eres una chica estupenda, Chibiusa.- Repuso su contertulio
con aprobación.-
La
niña no pudo evitar ruborizarse, le encantaba recibir esa clase de cumplidos,
sobre todo si provenían de Mamoru. Bueno, tenía que controlarse, y recordar que
era su padre del futuro. Además, en cuanto retornase podría hacerle una visita
al guardián de Elisión. Asintió sonriente y declaró.
-Ya veréis como no os decepcionaré.
-Estamos seguros de ello.- Asintió su interlocutor.-
-Sí. Contamos contigo y con las Asteroides.- Añadió Usagi.
-
-Pues claro.- Terció Ves-Ves.-
-No os fallaremos, ya lo veréis.- Añadió Jun-jun.-
-¡Ya somos unas estupendas guerreras! - Declaró
Para-Para con entusiasmo.-
-Y tenemos experiencia. Ayudaremos a la princesa en
la tarea que la habéis encomendado. Sea cual sea. - Remachó Cere- Cere.-
-¿Y tú, P? - Sonrió Chibiusa dirigiéndose hacia su
querida amiga que se había apartado un poco del bullicio.- ¿También mis futuros
padres te han encomendado alguna misión? -
-Bueno, ¡qué va! ya sabes cómo son. Querían preguntarme
si me estaba divirtiendo en la fiesta.- Repuso la aludida intentando sonar
jovial con poco éxito.-
Chibiusa
asintió aunque no pudo evitar esbozar una leve sonrisita. La pobre Setsuna no
sabía mentir. Supuso que le sucedería como a ella misma, no estaría autorizada
a hablar lo que fuera. De modo que lo dejó estar. De todos modos dejaron ya de
charlar sobre ese tema dado que también Roy y Tom se acercaron a saludar a ver
si todo estaba bien. Por supuesto que les dijeron que sí. Usagi se aproximó a
su vez e incluso bromeó diciendo que ni siquiera ella ya podía tomarse más
canapés. Así continuaron durante un buen rato. Intercambiándose en más
corrillos y en un ambiente muy jovial. Después, tanto Mamoru, como las guerreras,
Chibiusa y las amazonas se despidieron. Luego los demás. Cada una de las
parejas de recién casados se fue a pasar su noche de bodas. Cuando al cabo de
un tiempo pudieron volverse a encontrar y contarse sus respectivas experiencias,
las cosas habían sido así. Ail y Ann marcharon a un planeta más allá del
sistema solar, aunque no resultó tan paradisiaco como ellos imaginaban.
Tuvieron que vérselas con seres extraños y lo más sorprendente es que
encontraron a muchos de sus congéneres a los que habían creído extintos hace
tiempo. Y tras un primer momento de prueba para ambos consiguieron enseñar a
sus “hermanos” como era realmente el amor. Recordaron que, sin ir más lejos,
uno de ellos, de nombre Eril, se acercó curioso hasta Ann y le preguntó.
-¿Y si yo quisiera cortejar a una de las nuestras a
la manera humana qué debería hacer?
-Bueno, eso depende de cómo sea ella- repuso Annie.
- Intenta saber qué cosas le gustan, si tú le interesas y se amable con ella.
Cosas así.
-Mira- le explicó Ail abrazando a su mujer y dándole
un largo beso en los labios.- Es una cosa así.
-¡No seas tan rápido, Ail! - sonrió Annie algo azorada
para matizar a su perplejo alumno. -
Antes de eso hay que dar otros pasos.
-Pues no logro entenderlo- dijo Eril sintiéndose
bastante confuso. -
-Mira, ¿por qué no llamas a una chica y os lo
explicamos a los dos?- Le propuso Ail
con una pícara sonrisa -
-¡Qué cosas tienes!- le reprochó Annie mientras
veían alejarse a Eril rumbo a cumplir esa sugerencia. -
-Vamos Annie, nos vamos a reír - declaró su
compañero bastante divertido con la idea -.
Y desde luego aquello dio para risas pero también
para momentos más dramáticos y emotivos…Finalmente todo fue bien y ambos
retornaron enriquecidos con la experiencia. Tom y Cooan, fueron efectivamente a
Hawaii, explicaron que a ellos tampoco les resultó una luna de Miel muy
ortodoxa. Pero no quisieron dar demasiados detalles. Aunque lo que más a fondo
contaron fue el primer día de la llegada. Se hospedaron en un lujoso hotel que
se encontraba muy cerca el mar. Él, ayudado por un botones entró las maletas,
dio a éste una espléndida propina. El botones, un muchacho de tez morena y con
los rasgos típicos de los nativos de las islas, sonrió y se apresuró a dar las
gracias.
-Si usted y su esposa necesitan algo no duden en
llamarme para pedirlo. ¡Ah! y enhorabuena, les deseo mucha felicidad.- Remachó
con una amplia y servicial sonrisa. -
-Muchas gracias, muchacho.- Sonrió también Tom que
le pidió. - Por favor, ¿puedes decirle a mi mujer que espere en la puerta? Gracias.
El
botones asintió saliendo de la habitación, esta correspondía a un bungalow
adosado al hotel que Tom había reservado un par de semanas antes de partir
hasta Hawái. Cooan fue avisada por ese muchacho y llamó a su esposo desde la
entrada.
-Estoy aquí, cariño. ¿Tendré que esperar mucho rato?
- Quiso saber entre sorprendida y curiosa. -
-Tardaré poco, mi amor- se apresuró a contestar él. -
Enseguida estoy contigo. Por favor aguarda un poco más.
Él había
encargado una cena compuesta de marisco, langosta, piñas y demás productos
característicos del lugar. Tenía también dispuestas unas velas y guirnaldas de
flores distribuidas en dos collares. En una cubitera dos botellas, una de vino
rosado de buena cosecha y otra de champán de excelente calidad. Una falda de
cañas y un pareo, sobre un biombo que estaba cerca de la cama, completaban el
conjunto. Cuando todo estuvo listo el chico se acercó hasta la puerta y levantó
a su esposa en brazos.
-Bueno, señora Rodney. - Le dijo con un susurro- ya
puede usted entrar.- Cooan abrió los ojos y contempló todo aquello sonriendo
feliz.- Tom la dejó sentarse sobre uno de los confortables sillones de caña y él
hizo lo propio en el otro que estaba enfrentado. Se sirvieron y comenzaron a
cenar. Los rayos del sol poniente se filtraban por las ventanas a través de las
persianas que las cubrían parcialmente. La muchacha se fijó en las flores y la
falda que había sobre el biombo. Tom le dijo.
-Seguro que estarás muy guapa. Me dijeron que era
una costumbre local, engalanar así a la novia.
Con
una sonrisa la chica se levantó y pasó tras el biombo haciéndose con la falda y
las flores.
-Espérame un momento.- Le pidió a su marido que
aguardaba muy pendiente de la silueta que podía ver tras ese débil papel. – No
tardaré mucho…
Cooan
se cambió tras del biombo dejando su ropa sobre él, a la vez que se hacía con
las flores y la falda de la parte superior del mismo. Salió espléndida,
luciendo su cuerpo sin más ropa que la falda de caña y el collar de guirnaldas
de flores que le ocultaba parte de los pechos. Se dirigió hacia él haciendo
ademanes de la danza hawaiana de bienvenida con la que les obsequiaron al
llegar. Su esposo separó el sillón de la mesa y la sentó sobre sus rodillas,
ambos se besaron y después, levantándose, vieron juntos el atardecer sobre el
océano. Tras la puesta de sol, se acostaron. Tom despojó a su mujer de las
flores y la falda con suavidad, en tanto ella le quitaba la ropa...
-Estoy deseando ver amanecer desde nuestra
habitación.- Suspiró la chica.-
-Pues yo estoy más interesado ahora en otras cosas
que podremos hacer en ella.- Le susurró Tom haciéndola reír.-
Roy
y Beruche comenzaron sus aventuras tomando un avión para Europa. Tras pasar por
el Reino Unido y saludar a Nephrite aceptaron la invitación de sus amigos y visitaron
París por unos días, haciendo turismo junto con Diamante y Esmeralda que les
mostraron la ciudad. La modelo y diseñadora tenía cada vez más éxito y Bertie
estuvo encantada de asistir a uno de los desfiles de su jefa en la casa
Deveraux. Roy y Diamante por su parte recorrieron bastantes lugares de París y
los alrededores. El príncipe de Némesis aconsejó a su amigo sobre buenos vinos
que había por allí. Después los recién
casados se fueron a España. Primero
visitaron Barcelona, continuaron hacia Madrid y otras provincias españolas,
pasando por alguna que otra aventura en el centro del país que prefirieron
guardarse para sus propios recuerdos, lo mismo que Tom y Cooan con las suyas.
Más tarde prosiguieron hacia Sevilla. Roy, que sabía español, se comunicaba con
la gente sin problemas, disfrutando mucho con el carácter abierto,
dicharachero, guasón y amable de esas
gentes que se parecía mucho al suyo propio. Beruche también se lo pasó de
maravilla, viendo monumentos con los que llenó carretes de fotos y asistiendo a
algunos espectáculos típicos de cada provincia y sobre todo de la capital
andaluza. Volvieron al hotel de Sevilla, cansados después de un largo día
recorriendo la ciudad. Pero el muchacho aun guardaba una sorpresa, hizo salir a
Bertie al balcón.
-¿Qué ocurre Roy? Estoy muy cansada. - Le comentó
ella mientras se asomaba. -
-¡Mira que vista tan hermosa! - le indicó él
señalando a la famosa Giralda y al río Guadalquivir que resplandecía con
dorados reflejos a la puesta del sol.- ¿No te parece bellísimo?
- Sí Roy- convino su esposa con una sonrisa, añadiendo
encantada. -¡Es algo maravilloso!
Escucharon
un murmullo bajo ellos y él mirando para
abajo, indicó en español.
- ¡Ahora chicos!
Comenzó
a sonar una melodía que acompañaba una canción. El muchacho se descolgó por una
barra antiincendios y se unió a los cantantes, eran los famosos tunos españoles
de la universidad de Sevilla.
-¡Eres un encanto!- Sonrió ella emocionada,
divertida, e incluso colorada, en tanto Roy traducía al inglés la letra de la
canción. -
“Clavelitos, clavelitos,
Clavelitos de mi corazón.
Hoy te traigo clavelitos
Colorados igual que un fresón.
Clavelitos de mi corazón.
Hoy te traigo clavelitos
Colorados igual que un fresón.
Si algún día clavelitos
No lograra poderte traer,
No te creas que ya no te quiero,
Es que no te los pude traer”…
Al terminar,
los tunos regalaron al chico una de sus capas y una bota de vino de la que le
enseñaron a beber, y para Beruche un gran ramo de flores. Él correspondió
invitándoles a cenar en el hotel y tras
hacerse unas fotos con ellos, luego subió con su esposa.
- Ahora cariño. - Le dijo él.- Vamos a celebrar
nuestra última noche de vacaciones por todo lo alto.- Elevó a su esposa en
brazos mientras ella gritaba y reía pataleando de una forma juguetona y ambos
se tumbaron sobre la cama. -
Y así, todos gozaron de unas magníficas Lunas de Miel,
pero el tiempo pasó volando y les llegó el momento de reintegrarse a la vida
normal, aunque ya casados. Ail y Ann, tras algunos avatares más se
establecieron en ese planeta pero de forma regular visitaron a sus amigos de la
Tierra, eso sí, espaciando cada vez más las visitas, dado que tenían que ocuparse
de su familia que fue incrementada años después con el nacimiento de una niña,
a la que llamaron Naya. Tom y Cooan se trasladaron definitivamente a la costa
oeste, concretamente a Oregón, cerca de Portland. Él montó su anhelado gimnasio de artes marciales
que logró una estupenda reputación y Cooan continuó su trabajo como maestra de
guardería y era muy querida por todos sus alumnos. En cuanto a Roy y Beruche, éste
siguió jugando en los Knicks y se convirtió en un excelente profesional, casi
logrando con su equipo un anillo en la siguiente temporada pues fueron
finalistas de la liga. Beruche seguía dando clases en un instituto de una zona
bastante conflictiva de la ciudad. Pero, con su valor y determinación, unidas a
su gran comprensión y vocación para la enseñanza, logró pronto ganarse el
respeto y la atención de sus alumnos. Aunque al poco tiempo recibió una
estupenda oferta para trabajar en un prestigioso colegio privado. Tras pensarlo
seriamente aceptó. Era una estupenda oportunidad de futuro. También pudo
contactar ocasionalmente con Melanie que terminó su doctorado y pudo entrar en
la Golden State College, tal y como deseaba, como profesora. Además de acudir
como invitados, junto con Tom, y Cooan, a la boda de su excompañera y del
rugbista, Bertie y Mel llegaron a quedar alguna vez para tomar algo y recordar
los viejos tiempos.
-¿Cómo va todo por allí?- Quiso saber Beruche, estando
las dos tomando sendos tés en una cafetería.-
-Como siempre, las promociones pasan pero parece que
todo sigue igual.- Afirmó Melanie.-
-¿Y la señorita Palmer?
-Pues como de costumbre, Severa y estricta, pero sin
ser tan mala en el fondo. Creo que incluso se ha ablandado un poco.- Sonrió la
interpelada.-
-Eso está bien. Desde luego da una imagen que no se
corresponde con su auténtico fondo como persona.- Admitió Beruche.-
Las
dos recordaron aquellos momentos tan duros del pasado cuando creyeron haber
perdido a Roy. Palmer no solamente no tomó en cuenta la reacción de Bertie
contra ella, sino que intercedió para que su expediente no resultase afectado.
-Pues siempre que le digo que voy a verte me da
muchos recuerdos, para ti, para tu hermana y para Roy y Tom. Lástima que no
podamos quedar todos.- Comentó Mel.- Y también nos acordamos de tu hermana Petz
y del resto. Realmente nos cayeron muy bien.
-Bueno, mi hermana y mi cuñado se instalaron en
Portland. Y los demás están en otros países. Cada uno con su vida. Y están
bien. Dime. ¿Vosotros qué tal? Aparte de tu doctorado.- Repuso Beruche.-
-La verdad es que Malcolm no lo está pasando bien,
se lesionó una rodilla y está de baja.- Suspiró Melanie.- Ya sabes lo que le
gusta el football.
-Pero se recuperará, seguro.- Quiso animarla su
interlocutora.-
-No lo sé. A nivel universitario era más sencillo.
Pero como profesional tiene que estar al cien por cien y aun así es complicado
jugar de titular. Por suerte, se estuvo sacando también el título de entrenador
y de profesor de educación física. Creo que, en el fondo, él nunca pensó en
poder triunfar.
-Debe tener más confianza en sí mismo. Roy siempre
me dice que Malcolm es un estupendo jugador.
Melanie
asintió, aunque su semblante estaba triste. Pudo decir con tono alicaído.
-Lo era en la universidad, sí. Pero quizás no tanto
como para afianzarse en las grandes ligas profesionales. Sin embargo, pese a
todo, nunca le oigo quejarse ni lamentarse. Soy yo la que sufre por él.
-Pues no se lo hagas ver.- Le aconsejó su amiga.-
Seguro que, si lo está pasando mal y lo oculta, es sobre todo por ti. En eso es
igual que Roy, y como casi todos los hombres, tienen ese tonto orgullo suyo de
no mostrarse vulnerables delante de nosotras. Tú permanece a su lado y anímale.
Aunque
Beruche debía admitir que su ahora esposo sí que se mostró muy vulnerable,
sobre todo cuando conocieron a su hijo
del futuro. Pasados aquellos irracionales celos suyos. A buen seguro que, cuando
descubrió quién era Leval la culpa le destrozó. Luego fue capaz de enmendar
aquello admirablemente. Y eso que Bertie llegó a pensar que su relación podría
haber estado acabada. No obstante, tras esa dura prueba, se amaron todavía más.
-Ahora comprendo lo que le sucedió a Usagi con Mamoru.
Ellos también tuvieron que superar pruebas muy difíciles, fue parte de su
destino, para forjar más todavía su amor.- Meditó.-
Aunque
su amiga Mel la sacó de esos pensamientos cuando replicó a su consejo.
-Tienes razón. Eso haré, le animaré con más ganas.
-¿Y en cuanto a April, has sabido algo de ella?-
Inquirió Bertie, cambiando el tema de la conversación.-
-Nada en absoluto. – Comentó su interlocutora.- Parece
que se hubiera evaporado. En fin, os conté algo, pero no os lo dije todo.- Añadió
para desvelar.- Estaba muy enferma, algo en su mente no iba nada bien, y tenía
una hija recién nacida.
Bertie
creyó acordarse de algo de aquello, ¡esa pobre chica estaba realmente mal! Una lástima
que no pudieran hacer nada. Llegó a pensar incluso en pedirle a Roy a ver si
podía localizarla con su translación. No obstante, desechó rápidamente la idea.
Si no lo hacía con su propia hermana, menos todavía con alguien que
posiblemente tampoco quisiera ser encontrado. Y además. ¿Cómo le iba a explicar
eso a Melanie?...
-Solamente deseo que todo le vaya bien.- Declaró
Beruche. -
Su amiga asintió con la misma esperanza y se
dedicaron a charlar acerca de cosas más gratas. Tras despedirse pasó mucho
tiempo sin que se volvieran a ver. Por desgracia, eso se aplicaba al resto de
sus amistades. Fueron muy pocas veces las que pudieron verse en esos años, y la
mayoría en las que se encontraron se debieron a causas de situaciones de fuerza
mayor para defender a la Tierra de varias amenazas. En la siguiente
ocasión, apenas retornados de sus viajes de novios, se trató de un gigantesco
meteorito que pudo ser destruido merced al esfuerzo combinado del grupo y a la
inestimable ayuda de un nuevo personaje que apareció tan misteriosamente como el
propio Leval del futuro. Se trataba de otro saiyajin y cuál sería la sorpresa
de todos al descubrir que este recién llegado, de nombre Lornd, era nada menos
que el hermano mayor del propio Roy, o de Asthel, como le llamaba a su hermano pequeño.
Era todavía más fuerte que su pariente y de modales bastante más rudos, aunque
eso les pareció a primera vista. Lo cierto es que sorprendió a todos
demostrando ser más sentimental y sensible de lo que su fachada de duro
guerrero mostraba. Durante esa crisis pasó algún tiempo con su reencontrada
familia y después se despidió. Pero no se marchó solo, en esas semanas conoció
a las guerreras y se relacionó en particular con Plutón, la mayor y más
solitaria, con la que hizo buenas migas. Tan buenas las hicieron que ambos se
marcharon a patrullar el sistema solar y aún más allá, en previsión de nuevos
ataques de Gralas, pues era este escurridizo alíen el que estaba detrás de ese
cataclismo aparentemente natural. Del
mismo modo que había sido el promotor de los androides que los chicos lograron,
no sin gran esfuerzo, destruir. A consecuencia de todo aquello la ciudad había vuelto
a quedar prácticamente devastada pero, como no podía ser de otro modo, los
trabajos de reconstrucción ya estaban avanzados y las medidas preventivas
dieron resultados, mitigando la previsible destrucción. Sin ir más lejos, un
enorme muro de contención, fabricado a tal efecto, protegió la bahía de New
York de las grandes olas marinas que se produjeron a consecuencia de voladura
de ese meteorito. En ese tiempo siguieron sin saber nada del paradero de
Karaberasu, aunque por fuentes extraoficiales se enteraron de que estaba bien. También hubo oportunidad de que viviesen aventuras
por separado. Como una que Esmeralda refirió a sus amigas en una de las pocas
ocasiones en las que se reunieron sin mediar batallas.
-Veréis chicas. Resulta que Masters, el millonario
excéntrico, se encaprichó de mí, compró todos mis diseños e incluso me
secuestró llevándome a una isla de su propiedad. Esto sucedió un poco después
de la invasión de esos androides. Quería atraer a Diamante para obtener sus
conocimientos de informática y seducirme. Pero debo reconocer que era un hombre
agradable y muy educado. Con mucha clase. En el fondo no es mala persona, sólo
ha tratado de hacer las cosas de una forma equivocada.
- ¿Muy equivocada?- Le preguntó Petz con malicioso
retintín -
-¡En realidad a Diamante no le hizo mucha gracia! – Se
sonrió su interlocutora. -
-¿Y lo consiguió?- Inquirió Cooan con gesto curioso -
-¿El qué?- Le preguntó a su vez Esmeralda sin acertar
a comprender a lo que se refería. -
-Seducirte, el
millonario aquel. - Le aclaró confidencialmente Beruche quien sí había
captado el matiz de la cuestión. -
-La verdad es que sí.- Admitió ella en baja voz. Las
demás chicas se taparon la boca para no reír -¡Pero no en la manera que seguro estaréis
imaginando, sinvergüenzas! - Se apresuró a matizar una ruborizada Esmeralda que
añadió. – De hecho el asunto se le fue de las manos. Quiso experimentar con los
restos de la tecnología que quedaba de esos robots enemigos del futuro. Y uno
se le descontroló. Menos mal que Diamante pudo con él.
- Afortunadamente todo terminó bien.- Suspiró Cooan.-
-Sí, aunque ya conocéis a Diamante cuando se forma una
opinión. Creía que Masters era un tipo realmente poco de fiar. Aunque después
conocimos a su secretaria, una chica muy simpática. Jennifer, se llama, ella
logró persuadir a mi inquieto novio de que olvidase aquello y trabajase para
él.
-¡Sí, Jenny! Sabemos quién es. ¡Menos mal! Desde luego esa muchacha es bastante
convincente.- Afirmó Beruche.-
Las
otras convinieron en eso. Desde luego que era una gran chica, inteligente, entusiasta
y capaz de lograr casi cualquier cosa que se propusiera. No fue de extrañar
que, poco después, el mismo millonario se enamorase de ella y la pidiera
matrimonio. Aquella boda sí que fue por todo lo alto y el grupo al completo
desde luego estuvo invitado. Sin embargo, hubo más enlaces y noviazgos todavía.
Los asuntos sentimentales también se prodigaron, tanto o más que las luchas por
defender la Tierra. En otra ocasión fue el hermano pequeño de Tom, Daniel, quién conoció a una
chica algo alocada que había sido una antigua enemiga de las sailors. Los dos
se enamoraron y se convirtieron en pareja. Lo que fue muy celebrado por sus
amigos y familiares. Finalmente,
superadas estas adversidades pareció que el destino les daba una tregua que
todos disfrutaron retornando a sus quehaceres y vidas cotidianas con agrado. Al cabo de un año, se casaron Petz y Zafiro, que
tuvieron un viaje de novios muy interesante por América del Sur aunque
asustaron bastante a todos sus amigos y familiares puesto que fue imposible
contactar con ellos mientras duró éste. Diamante y Esmeralda también
contrajeron nupcias aunque se limitaron a pasar su luna de Miel en Europa,
visitando eso sí, a su amigo Nephrite que les recibió en compañía de la que más
tarde sería la su esposa, Amanda Thompson. Todos se reunieron de nuevo para las
bodas y después se volvieron a separar, esta vez de forma más evidente, pues
cada pareja tenía hecha ya su propia vida. Pero, al cabo de un tiempo un nuevo
acontecimiento les haría volver a reunirse. Tal y como predijo Mamoru, ya era
hora de que aumentase el número de los defensores de la Justicia. La primera en
contribuir a ello, aunque el resto no lo supiera, fue Karaberasu que había dado
a luz unos años antes. Ninguno había vuelto a tener noticias suyas y no lo
sabrían hasta mucho más adelante. La siguiente iba a ser Beruche, que quedó
embarazada al año y medio de su boda. Cooan también iba a quedar encinta pocos
meses después. Bertie en un principio no estaba muy segura pero su ginecólogo
se lo confirmó. Entonces se volvió loca de alegría pero con su habitual dominio
del gesto y su aparente frialdad, esperó sentada en el sofá viendo
tranquilamente la televisión a que Roy llegase de su entrenamiento. Al cabo de
media hora su marido entró casi a la carrera, saludando con el ímpetu de
siempre.
-¡Hola cariño! , ya estoy en casa.- Anunció a grandes voces, tomó a Bertie en
brazos y le dio un beso. - ¡Humm que ganas tengo de marcha! - Jadeó a posta
echándose encima. -
-¡Ten cuidado, bobo! - Le pidió ella que lejos de molestarse agregó sonriente. - Me
vas a aplastar. Debes ser más suave con
tu mujercita.
-¡Venga ya! - Repuso Roy levantándose entre risas y
comentando con jocosidad. - ¿Vas a decirme que una chica tan dura como tú y que
ha luchado contra tantos peligros, va a tener miedo de que le chafen un poquito
en plan cariñoso?
- No es por eso - rio la muchacha también a la par que
contestaba. - No lo digo sólo por mí, Roy, hay cierta personita aquí dentro.-
Señaló su tripa en la que aun no se podía apreciar nada y concluyó apenas sin
poder contener su feliz expresión - a la que puedes hacer mucha pupa y todavía
no creo que pueda convertirse en súper guerrero, ji, ji, ji.
Su
marido en un principio pareció no comprender bien, la había dejado otra vez
sobre el sofá y él mismo se había sentado mirándola con incredulidad. El chico
estaba atónito, no obstante, por fin entendió lo que su esposa había querido
decir. Al cabo de un instante un flash le pasó por la cabeza. Sus ojos se
abrieron como platos y se incorporó de un salto como impulsado por un resorte.
-¿Me estás diciendo que tú?.. ¿Estás? - Beruche
asentía sin dejar de reír. - ¡Oh, no! Quiero decir, sí, bueno ¡no puedo creerlo! - Exclamó él dando saltos por
todo el salón sin dejar de repetir eufórico. -¿Estás embarazada? ¿Es eso? ¡Dios
mío! , no puedo creerlo.
- Pues créetelo, no es tan difícil. – Repuso la
chica que añadió todavía más regocijada al ver la cara de su marido. - ¿Comprendes
ahora el por qué debes tener más cuidado conmigo, tonto? .Ji, ji, ji.
-¿Te, te, te he hecho daño?- Balbuceó su azorado
esposo, entrecruzando los dedos de sus
manos como si fuera a rezar. Estaba muy nervioso y hasta preocupado. - Perdóname,
no quería hacerlo, no calculo bien mis fuerzas ¡oh no, soy un estúpido! ¿De
veras que estás bien? - Beruche asentía entre risas mientras él continuaba
preguntando visiblemente inquietado. - ¿No te duele nada?
La
cara de Roy era un poema, se paseaba por toda la habitación. ¿Y si por culpa de
su ímpetu y sus juegos tan infantiles hubiese lastimado a su esposa y al niño? Bertie se levantó tomándole de un brazo y le
dijo con más sosiego y suavidad.
- Tranquilízate, no seas tonto, hombre. Si sólo era
una broma, no me has apretado tan fuerte. Créeme, el bebé lo resistirá. Lo sé
muy bien. Lleva la sangre de un guerrero del espacio.
El
muchacho suspiró aliviado abrazando a su mujer, eso sí, con mucho cuidado. La
levantó suavemente en brazos llevándola al dormitorio y declaró algo más
calmado pero resplandeciendo de alegría.
- Por esta noche y durante algún tiempo pasaremos de
marcha, hay que cuidarte bien. Dime si quieres alguna cosa y te la traeré.
- Roy. - Sonrió Beruche negando con la cabeza.- Soy
la misma de siempre y además hoy me apetece mucho a mí también.
-¡Lo que sea! - Le respondió solícitamente él. - ¡Un
helado, un yogurt!...
- No es eso tonto, ¡eres tú lo que me apetece! ,- le
besó Bertie cerrando la puerta del dormitorio tras ellos. -
Y
aquella fue una noche estupenda. Ambos se sentían inmensamente felices porque
todos sus deseos se iban haciendo realidad. Por fin, casados, viviendo juntos y
en paz, (salvo por algunas interrupciones producidas por algunas aventuras que
siempre se resolvían bien). Los dos estaban consiguiendo prosperar en sus respectivas
carreras. Roy como un jugador cada vez más valorado y aplaudido por todos los
espectadores y técnicos. Aunque, merced
a algunos asuntos que debía solucionar a veces con sus amigos e incluso la
ayuda de las justicieras, debía pretextar alguna lesión para no jugar los
partidos que coincidían con sus intervenciones como guerrero (De no ser así
habrían ganado la final). Pero él sabía que ya tendría más oportunidades de
jugar y lo primero era la Tierra. Bertie, por su parte, combinaba bien sus
actuaciones como justiciera prácticamente en solitario, al igual que el resto
de las chicas, cada una por su lado en diversas partes del mundo. No obstante,
la frecuencia con la que salía a la palestra fue reduciéndose al saber de su
embarazo. Ahora ambos jóvenes sintieron
alcanzar la cima de la felicidad. ¡Esto era lo único que les quedaba ya para
cumplir con sus sueños! Aunque ninguno solía decirlo en voz alta esperaban que
se tratase de un pequeño Leval. Y Beruche terminó por dejar sus actividades
como justiciera durante todo el tiempo que su embarazo durase e incluso después
para atender a su bebé, cuando lo tuviera. También estudiaba la propuesta que
le hicieran para trasladarse de escuela a una más tranquila y con mejor sueldo.
Pudiendo disfrutar así de una atmósfera más apropiada a su nuevo estado y ser
capaz de atender mejor a la creciente familia. Podría decirse que la alegría de
la pareja era secundada por la de sus amigos en todas las partes del mundo.
Cada cual con sus proyectos y sus ilusiones que iban cumpliéndose también. No
obstante, nunca terminaban por bajar la guardia puesto que ahora era
prácticamente los mayores garantes de la seguridad del planeta ya que incluso
el grupo de las sailors parecía haberse disuelto. Chibiusa volvió a su futuro,
Mamoru viajó a Estados Unidos de nuevo para estudiar medicina. Ami hizo lo
propio, aunque consideró ir a Alemania en primer lugar luego decidió estudiar e incluso cursar su
doctorado en Norteamérica. Las otras (incluida Usagi), estaban más que decididas
a prepararse para ser alguien en su futuro. Rei se hizo cargo del santuario y
con su sensibilidad y dotes adivinatorias se convirtió en una figura muy respetada
en todo Japón. A veces también actuó como cantante con su amiga Minako, utilizando
el pseudónimo de Reiko. Makoto montó con gran éxito su negocio de floristería y
cafetería. Flowers & Flawours la llamó. Petz la ayudó en todo lo que pudo y ambas
pasaban mucho tiempo juntas a la par que recomendando los establecimientos de
la otra a sus clientes. En cuanto a Minako tuvo problemas con la reina Serenity
y el rey Endimión al no seguir las instrucciones que se le habían marcado.
Quiso localizar y ayudar a Karaberasu. De hecho logró ver a la joven aunque no
habló con ella. Eso le costó ser suspendida durante casi un par de años y que
Artemis perdiera su condición de
emisario de la Luna, quedando reducido al estatus de felino común y
corriente. Pese a ello, la muchacha siguió adelante con su vida y su carrera. Se
convirtió en una cantante y actriz de éxito en Japón para ampliar su fama
posteriormente al resto del mundo. Poco tiempo más tarde todo quedaría
arreglado y recuperaría su lugar entre las guerreras, lo mismo que Artemis sus
dones especiales. En cuanto a las sailors del sistema solar exterior, Setsuna había
ido con el hermano de Roy al espacio y aunque volvía con cierta frecuencia
había establecido su campo de acción a mucha distancia y aun lo alejarían más
cuando descubrieron poblado aun con saiyans el planeta de sus ancestros. Tras unas duras
pruebas él recobró su trono y ella fue aceptada por ese rudo y exigente pueblo.
Posteriormente todos acudieron a la boda de aquel saiyan con Setsuna, quien
tuvo que renunciar a su puesto como guardiana para convertirse en la reina del
planeta Nuevo Vegeta. De este modo los guerreros del espacio firmaron un
solemne pacto de amistad con la Tierra y la Luna. Representadas por los futuros
soberanos de Cristal Tokio y ese excéntrico millonario que tantos quebraderos
de cabeza dio a Diamante en su momento. Fue una de las pocas ocasiones en las que Roy,
Bertie, el resto de sus amigos y las sailors se reunieron, y además, lejos de
la Tierra. Por su parte, las compañeras de Plutón, Urano y Neptuno, se
instalaron ambas por libre del resto, una vez exentas de la responsabilidad de
cuidar a Hotaru que se quedó viviendo con su padre y la nueva esposa de éste,
rescatada por Diamante del infierno de Tau. La muchacha se había convertido ya
una atractiva jovencita de media melena oscura y ojos violetas. Era prácticamente
la única sailor que seguía en activo. Sus compañeras, Haruka y Michiru, libres
al fin de otras cargas, se dedicaron a
vivir aventuras juntas y a proseguir sus carreras. Una en el mundo de la
competición, dedicada al motociclismo y la otra en sus recitales de violín y sus
exposiciones de pintura. Apenas unos años más tarde, Chibiusa, convertida ya en
una joven quinceañera de belleza equiparable a la de su madre, retornó del
futuro con sus guardianas, las sailor asteroides, que habían tomado el relevo
de la generación de guerreras anterior. La joven había estado ocupada
formándose para ser una buena princesa y los años siguientes también se dedicó
a ejercer como mentora de otra jovencísima reina a la que con el tiempo,
presentaría a sus amigos. En suma. Todas estas aventuras que vivieron los
diferentes protagonistas, serían muy largas de contar, cada cual tiene su
propia historia y deben ser narradas en otros momentos y circunstancias. Sobre
todo porque los acontecimientos se sucedían con rapidez en sus quehaceres normales y el curso de la vida,
continuaba.
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