A la mañana siguiente, muy temprano, el nuevo
jugador de la NBA se levantó. Bertie se despertó también, compartieron el
desayuno en tanto conversaban un poco.
-Bueno. Hoy tenemos el último entrenamiento antes
del partido. Supongo que será sesión de tiro y algo de charla técnica. –
Aventuró el chico que preguntó. – ¿Tommy y Connie no se han levantado todavía?
- Debían de estar cansados. – Se sonrió Bertie recordando
las actividades nocturnas a las que seguramente se habrían entregado esos dos. –
Creo que tenían muchas cosas que hacer. Ji, ji…
- Fuiste muy cruel – le acusó su interlocutor de
modo jocoso al hilo de esos mismos pensamientos. – ¡Mira que dejarme solito
ayer!
- Quise verte luego. Pero ya te habías dormido. – Le
desveló la chica, casi sonando a disculpa. –
- No te preocupes – sonrió él ahora para contarle,
más sorprendido que ilusionado. - ¿Sabes? Ayer soñé con mis padres.
- ¿De veras? Cuéntame, ¿qué soñaste? – Le pidió a su
vez Bertie. –
Roy
miró hacia el techo como si tratarse de recordar algo. Se encogió de hombros y
pudo responder sin demasiada seguridad.
-No me acuerdo muy bien, me parece que ahora que lo
pienso era algo absurdo. Ya sabes, cubito. Muchas veces los sueños son raros,
pero cuando estás en uno de ellos no te lo parece. Por lo que puedo recordar,
estábamos jugando al baloncesto. Mi padre me había puesto una canasta o algo
así. Y yo jugaba contra otro tipo. No sé, creo que era de mi estatura, aunque
no recuerdo su cara. Y mi padre me animaba. Decía algo así como que ese partido
era muy importante, luego ese tipo y yo jugábamos juntos pero no recuerdo
contra quien. Mi madre estaba allí, sentada con un chal, en unas gradas y nos
aplaudía. Y yo me transformaba en súper guerrero y metía una canasta. Era muy
extraño. Había un marcador, pero iba hacia atrás. No sumaba los puntos, los
restaba y una especie de encapuchado ojeaba un libro. Yo solo podía pensar que
era el árbitro. Y no quería cometer faltas para que no me expulsase del partido…
– Pudo terminar de referirle a su novia que le había escuchado sin embargo sin
hacer ni un solo comentario. -
- Es bastante raro, sí – convino Beruche que pasó a
comentar. – Recuerda lo que estudiábamos en la asignatura de psicología en la
carrera. A veces los sueños pueden significar cosas. Otras simplemente son la
forma que nuestro cerebro tiene de procesar información. Seguramente habrás
estado pensando en todo eso durante estos días.
Tus padres que te inculcaron tu afición al baloncesto, las batallas que
hemos librado…
- Sí, debe de ser eso. – Sonrió despreocupadamente
él en tanto terminaba y se levantaba. – Bueno, tengo que irme ya. No debo
llegar tarde o voy a crearme una mala
reputación el primer día.
Su novia se rio, desde luego que ella sabía bien lo
que era enfadarse con Roy a causa de estos retrasos. Cuando su novio al fin se
marchó le deseó suerte con un beso. Posiblemente no se vieran ya hasta el
partido. Tom y Cooan se despertaron a los pocos minutos de que se hubiera ido.
A ambos les fastidió no poder darle ánimos antes del gran momento pero, ¡qué se
le iba a hacer! Ya le jalearían en la cancha. Los demás habían quedado en la
ciudad con Beruche, su hermana y Tom. Cuando se reunieron ocuparon la mañana en
pasear y en hacer aún más compras. Después las justicieras decidieron practicar
un poco para desempolvar sus poderes y sus trajes especiales. Los muchachos
después de comer también decidieron entrenarse por la tarde en los parajes
deshabitados que les traían recuerdos de la lucha contra los demonios. Diamante
y Nephrite peleaban entre ellos y Zafiro y Ail hacían lo propio. Tom observaba
sus evoluciones con patente interés. Sus amigos eran muy fuertes. Puede que no
tanto como Roy pero, aun así, cada uno era un guerrero lo suficientemente
poderoso como para enfrentarse con éxito a las fuerzas del mal.
-Sin embargo, ese muchacho era un súper guerrero.-
Pensaba ahora con mayor intranquilidad.- Y si él no pudo hacer nada. Pero está
aquí, y cuando llegue el momento se nos unirá.- Quiso reflexionar con una mayor
dosis de optimismo.- Sí. Y estamos las guerreras y las chicas y yo mismo. Y
sobre todo, ahora no nos tomarán por sorpresa.
De este modo estuvo observando aquellas evoluciones
de sus amigos, esperando y deseando que
ahora las cosas fueran muy distintas de las de ese apocalíptico futuro que
Leval le había desvelado. Tras unos minutos los chicos se detuvieron. Zafiro se
aproximó a él y le ofreció con amabilidad.
-¿Quieres entrenarte un poco con nosotros?
-No gracias – declinó Tom esbozando una leve sonrisa
y afirmando. – No estoy a vuestro nivel.
-De todos modos ya se está haciendo tarde. – Comentó
Nephrite que, desde lejos observaba ahora a las chicas que también habían
parado de practicar. –
-Sí. Tendremos que ir a ducharnos y cambiarnos para
ver a Roy. No nos lo perdonaría si llegásemos tarde. – Sonrió Ail. –
-Tendría gracia. ¡Él echándonos una bronca por
retrasarnos! - Se rio Zafiro haciendo que le imitaran los demás.-
-Bueno. Yo tampoco quisiera perdérmelo por nada. –
Intervino Diamante aun sonriendo para remachar. – De modo que habrá que ser
puntuales.
El príncipe de Némesis miró también hacia las
mujeres, sonrió nuevamente al ver a su novia posando una mano sobre el hombro
de Cooan y charlando con las otras chicas. Entonces Tom le preguntó.
-¿Qué tal lo lleváis? Esmeralda y tú.
-Estamos muy felices. – Replicó él. – Ella sobre
todo está muy contenta aunque algo preocupada. Me dijo antes de venir que
deseaba con todo su corazón ser aceptada por las chicas. Tenía miedo de que la
recordasen antipática y distante.
-Es cierto que ha cambiado mucho, hermano. –
Intervino Zafiro que le desveló. – Petz me había comentado que tenía muchas
ganas de hablar con ella y de verla. Lo cierto es que las pocas veces que nos
hemos visto se quedó gratamente sorprendida. Yo le dije que ella misma tuvo un
cambio similar cuando se quedó a vivir en la Tierra.
-Es como si todo lo malo que tuvimos dentro una vez
hubiera desaparecido. El miedo, los celos, el odio injustificado. – Suspiró
Diamante. – Sobre todo, esas ridículas ansias de poder y de venganza que yo
mismo tenía.
-Te comprendo muy bien, amigo. – Afirmó
Solidariamente Nephrite declarando con tono más introspectivo. – Cuando pienso
en cómo era yo antes…No puedo creer que fuera verdad…
-Las guerreras nos hicieron un regalo muy especial.
El de su amistad y el hacernos ver cuan equivocados estuvimos.– Terció Ail. – Luego
fueron nuestros maestros en el Cielo y Roy quienes nos acabaron de demostrar
que todo es posible si se pone el corazón en ello.
-Como cantábamos con Roy.- Mantengamos la fe.-
Afirmó Ail.-
-Sí, nuestro amigo es un tipo muy especial. Ha
tenido un gran impacto en nuestras vidas. - Pudo completar Tom pensando incluso
que sus interlocutores no podrían ni imaginar las connotaciones de aquella
reflexión. Sobre todo de cara al futuro. – Y seguro que lo seguirá teniendo.
-Por eso debemos irnos ya. – Sonrió Zafiro palmeado
la espalda de su hermano. – Hay que darle ánimos en el partido. Se lo debemos.
Es uno de los nuestros.
-Claro.- Convino éste afirmando con desenfado.- No
me perdería por nada su debut.
-Sí. Vayamos a por las chicas. – Les dijo Ail -
Y los muchachos se dirigieron a reunirse con ellas.
Por su parte éstas, como justicieras, habían estado practicando algo también la
lucha y sus ataques coordinados. Ante las atónitas miradas de Amanda que mientras
tanto charlaba con Ann, que acunaba a su pequeño. Entre las luchadoras Esmeralda
tuvo que suplir la ausencia de Karaberasu, pero demostró integrarse bien con
sus nuevas compañeras.
-Vamos chicas. Tratemos de coordinar un ataque.- Las
arengó Petz.-
Y
en tanto ella avanzaba con su jabalina y la Dama del Hielo con su espada, la
dama del Viento las cubría con su boomerang a corta distancia y la Dama del
Fuego con sus saetas ardientes desde algo más lejos.
-Esta formación podría sernos útil.- Comentó
Bertie.- Nosotras paramos los golpes en primera línea protegidas por vuestros
ataques a distancia.
-Y mientras, nosotras estaríamos salvaguardadas por
vuestra posición.- Completó Cooan.-
-Es una buena táctica.- Declaró Esmeralda.- Podemos
protegernos las unas a las otras.
Luego variaron, y pasaron a entrenar unas contra
otras. Tras lanzarse algunos ataques no demasiado potentes las chicas se
dedicaron a saltar de un lado a otro y esquivar sus respectivos golpes. Después
probaron a unir sus poderes como las habían visto hacer a las guerreras. Aunque
eso resultaba más complicado de lo que parecía. No conseguían producir un
ataque combinado ni mucho menos tele transportarse. De momento, lo dejaron
estar. Al final terminaron jadeando realmente cansadas.
-¡Vaya!, llevaba bastante tiempo sin hacer ejercicio
en serio. – Pudo decir Petz tratando de recobrar el aliento. –
-Es verdad. – Afirmó Bertie también. – Se nota que
la vida tranquila nos ha dejado un poco fuera de forma.
-¡Qué va! - negó entonces Cooan que parecía más
entera. – Creo que nos desenvolvemos muy bien todavía. Sobre todo Lady Esmeralda.
– Dijo no sin admiración. –
Todas recordaban que su antigua jefa de la Luna
Negra había sido más poderosa que cualquiera de ellas. De hecho tenía un nivel
parejo al de Rubeus. Y lo más importante para las hermanas. Cuando Esmeralda
volvió del mundo de los muertos la recibieron bien. No obstante, todavía la
miraban con cierta prevención. No olvidaban los años que habían pasado bajo su
mando. Aunque al principio fuera buena con ellas. Luego todo cambió y se
distanciaron. Pero esa muchacha se percataba de aquello y del tono tan respetuoso
que la dirigían a veces casi sin darse cuenta. Y fue muy categórica cuando les dijo.
-Escuchad chicas. – Sonrió posando una mano sobre el
hombro derecho de Cooan. – Se acabó eso de lady. Ya no soy esa mujer. Quisiera
ser vuestra amiga. Simplemente Esmeralda. Os lo pido por favor. Ni a Diamante
ni a mí nos parece apropiado tener ningún tipo de tratamiento especial. Eso se
terminó cuando iniciamos estas nuevas vidas.
Hubo unos momentos de silencio algo incómodos, era
cierto que muchas veces tenían que meditar antes de dirigirse al príncipe como
alteza e incluso detenerse para no hacerle una reverencia. Tal era la costumbre
adquirida durante todos los años que pasaron a su servicio. Ninguna se atrevía
a responder hasta que Bertie rompió aquella tensa atmósfera con tono
desenfadado cuando declaró incluso divertida.
- Desde luego Roy no se lo dispensa. Lo de
principito no es nada protocolario. De hecho, cuando les veo juntos, no hay día
que no se estén lanzando puyas el uno al otro.
- Diamante le tiene mucho aprecio a tu novio. – Le
confesó Esmeralda. – Al igual que al resto.
- Tienes toda la razón. – Terció Petz dirigiéndose a
la muchacha. – Nuestras vidas pasadas ya no cuentan aquí. Por suerte ahora tenemos
la oportunidad de crear un futuro mucho más esperanzador para todos.
- Claro chicas. – Intervino Amanda que, casi como si
se disculpase por ello, añadió. – Yo no sé muchos sobre vuestras vidas
anteriores, pero está claro que ahora mismo sois unas mujeres estupendas. Todas
vosotras.
- Y tenemos
la misma maestra. – Afirmó Annie acercándose con su bebé en tanto añadía. – Ella creyó en nosotras y
nos dio otra oportunidad.
- ¡Y nos convirtió en un grupo de luchadoras
justicieras! – Exclamó Cooan alargando su brazo y abriendo la mano. –
Bertie puso su mano sobre la de su hermana y Petz y
Esmeralda la imitaron. Fue Petz la que les dijo a la novia de Nephrite y a la
de Ail.
-¿A qué esperáis?
- Creo que ese es vuestro saludo de grupo de las
justicieras, – se sonrió Ann sujetando a su pequeño. -
-Y nosotras no lo somos – agregó Amanda. – Además,
ese sitio está reservado a vuestra otra hermana.
Las chicas no pudieron evitar una oleada de añoranza
al recordar a Karaberasu, la misma Esmeralda las miró algo apenada, aunque
Bertie enseguida declaró esperanzada.
-Me han dicho que está bien, de momento eso nos
bastará. Seguramente la volveremos a ver pronto.
Y el resto asintió deseando que así fuera. En ese
momento llegaron los hombres y juntos se
marcharon de regreso a sus respectivos hoteles y alojamientos. Tras la ducha todos se pusieron sus mejores
galas. (Para su sorpresa así les indicó Tom que era aconsejable hacer al ir a
un partido en primera fila). Anochecía cuando fletaron un grupo de taxis que
les llevó a su destino. Nada menos que al Madison Square Garden. Entraron y ocuparon sus localidades, su amigo se las
habían conseguido muy buenas, casi al lado del banquillo y eran las justas
porque le habían quedado dieciséis y ellos eran diecisiete. ¡Menos mal que el
propio Roy no necesitaba una!
- ¡Hay que admitir que el tío se ha esforzado por
conseguir unas localidades estupendas! - Exclamó Ail reconociendo esa circunstancia. - Estamos al
lado de los jugadores.
-Estos sitios son los más caros. - Les explicó Tom
que aun no se lo creía del todo. - Aquí se sientan artistas de cine y
personalidades importantes.
-No es por vacilar - intervino jocosamente Nephrite
al preguntar. - Pero, ¿quién puede haber más importante que nosotros?
-Mira, por una vez estoy totalmente de acuerdo
contigo - sonrió Diamante. -
-¡Me encanta!,- exclamó Esmeralda buscando las
cámaras con la mirada. - Aquí seguro que salimos en la tele, eso no me viene
nada mal para promocionarme.
-Desde luego, ¡hay que ver como sois! El pobre Roy
ahí, nervioso, esperando debutar y vosotros a lo vuestro. - Les recriminó Petz
en tono distendido.-
-Mirad chicos. - Beruche llamó la atención de todos
señalando hacia uno de los accesos por el que entraba ya la gente. Las gradas
aun estaban casi vacías porque era bastante pronto. Pero todos se alegraron al
ver de quienes se trataban. - ¡Ahí están Usagi y los demás! ¡Eh! estamos aquí-
les avisó haciendo bocina con las manos. - Venid a sentaros, que esto va a
empezar.
-Sí, mirad.- Anunció Cooan - ya van a salir los
jugadores.
-Tranquila- terció Tom. - Es sólo el calentamiento,
aun quedan diez minutos. ¿Quién quiere palomitas?
-¡Yoooo! - reclamaron todos. -
Justo
en aquel instante llegaron, Usagi, Rei, Makoto, Minako, Ami y Mamoru. Tras los
consabidos y repetitivos besos, abrazos, saludos con reverencias y demás. El
también conocido por Tuxedo comentó corroborando las anteriores palabras de
Tom.
-Este Roy tuvo todo un detalle al dejar las
localidades a nuestros nombres. Me llamó para prevenirme de ello. Y así hemos
ganado mucho tiempo. Ni siquiera han comenzado el calentamiento.
-¿Calentamiento?- Inquirió Usagi.-
-Sí, antes de iniciar el partido tienen que estirar un
poco y hacer algunos ejercicios previos.- Le explicó Cooan alegando entre
divertida y orgullosa de ello.- Lo sé perfectamente, cuando era Cheerleader en la Golden presencié muchos comienzos de partidos.
-Aunque a Roy no le haga falta.- Puntualizó Bertie
con una divertida e incluso pícara sonrisa.-
-Bueno, tendrá que disimular un poco.- Señaló
prudentemente Ami.-
-Desde luego.- Aseveró Diamante.- Después de los
entrenamientos que tuvimos en el Rincón, esto no es nada.
Los
que habían compartido tal experiencia con él asintieron con aprobación y al
poco Tom, tomando la palabra, dijo al grupo.
-¡Venga, los chicos del Rincón, acompañadme a por
palomitas y refrescos!
-¿Tenemos que ir todos? - Se sorprendió Ail. -
-Naturalmente que sí, ¿tú sabes todo lo que hay que
traer? - Le respondió Zafiro. -
-Es cierto- corroboró Diamante arengando a los otros
con decisión - ¡Venga, vamos por ello!
Así
que el grupo de muchachos se levantó mientras en el pabellón podían verse
videos y escucharse canciones de artistas más o menos conocidos por ellos de su
época en el Rincón del Alma y del Tiempo. Divertidas, las chicas, que
permanecieron en sus asientos, vieron como los jugadores enfundados todavía en
chándal, evolucionaban. El propio Roy seguía obedientemente las rutunas de
estiramiento y carrera suave alrededor de la cancha en tanto las gradas se iban
llenando de público y la música sonaba a un buen volumen…
Pasión, amor, sexo, dinero
Violencia, religión, injusticia y muerte
Paninaro,
paninaro, oh oh oooh…
-¡La cancioncita promete!
- Bromeó Esmeralda entre las sonrisas divertidas de las otras.-
Chicas, chicos,
arte, placer
Chicas, chicos,
arte, placer
Paninaro,
paninaro, oh oh oooh…
-Y que lo digas.-
Convino Amanda.-
Los jugadores comenzaron a tocar
balón haciendo entradas a canasta como calentamiento, al principio de forma
suave, luego algunos iban haciendo mates. Roy por supuesto, entre ellos. Quizás
más pendiente de impresionar a sus amigos que otra cosa…
Comida, coches,
viajes
Comida, coches,
viajes
Nueva York, Nueva
York, Nueva York
Nueva York, Nueva
York, Nueva York
-Mirad, esa
estrofa lo ha clavado. ¡Justamente nuestro caso!- Rio Minako, secundada por sus
compañeras.-
Paninaro,
Paninaro, ooh oooh
Paninaro,
Paninaro, ooh, oooh
Armani, Armani,
Ar, Ar Armani, cinco
Paninaro,
Paninaro, ooh oooh
Paninaro,
Paninaro, ooh, oooh
-Deberían decir, ¡Deveraux,
Deveraux, Deveraux ! ¿Verdad Esmeralda?- Sonrió Amanda ante el divertido
asentimiento de la interpelada que seguía teniendo no obstante, una extraña
sensación cuando estaba al lado de esa chica.-
Armani, Armani,
Ar, Ar Armani, cinco
Paninaro,
Paninaro, ooh oooh
Paninaro,
Paninaro, ooh, oooh
Ahora te has ido,
estoy solo
Mi corazón está
roto y no quiero ir a casa
Sabes que todo ha
terminado, se te acabó la suerte
Te sientes
deprimido y quieres autodestruirte
Te necesitaba y tú
me amabas también
Pero ahora no sé
qué voy a hacer
La vida continúa,
estoy hablando del pasado
Ahora iré a
encontrar a alguien que bailará conmigo
-Pues esta parte no
anima mucho.- Comentó Petz escuchando la letra.-
-Aunque en algunas
cosas podemos identificarnos. - Suspiró Bertie quien enseguida animó el gesto y
sonrió viendo a su novio hacer uno de sus mates.- La diferencia es que nosotras
lo hemos superado.
-Es cierto.-
Convino Cooan, rememorando aquel amor tan tonto como autodestructivo que tuvo
por Rubeus. Y sobre todo, el alivio y la felicidad posterior que sintió al
rehacer su vida y conocer a Tom.- Yo hice eso mismo. -Sonrió al aclarar.-
Encontré a alguien que baila conmigo muy bien.
Tú, tú eras mi
amante,
Mis sueños, mi
esperanza, mi vida
Mi pasión, mi amor, mi sexo, mi dinero
Mi violencia, mi religión, mi injusticia y muerte…
Paninaro,
paninaro, oh oh oooh…
Paninaro,
paninaro, oh oh oooh…
Paninaro,
paninaro, oh oh oooh…
Paninaro,
paninaro, oh oh oooh…
(Pet Shop Boys
Paninaro 95, crédito al autor)
Al fin las chicas dejaron a un lado la música y
aquel calentamiento y se quedaron hablando. Bertie le preguntó a Ami.
-Y las otras.- ¿No podían venir?
-Tienen cosas que hacer. Son las guardianas del
Sistema Exterior y siempre están atareadas. Pero les hubiera gustado. Le mandan
a Roy todo su apoyo y le desean mucha suerte.- Afirmó ésta ante la aprobatoria y agradecida sonrisa de
su interlocutora. -
¿Y tú qué tal? ¿Va bien eso que me contaste?-
Preguntó Bertie.-
-Tengo el examen en unas semanas. Espero poder
aprobarlo y obtener el título necesario.- Le respondió la chica.-
-¿Te presentarás al TOEFL? ¿Verdad?- Inquirió Cooan,
que estaba a su lado.-
-Así es…-Repuso la interpelada, afirmando.- Con un
poco de suerte aprobaré el equivalente al nivel C-1 y podré estudiar aquí de
intercambio cuando llegue a la universidad.
-¿Con un poco de suerte?- Rio Rei interviniendo
desde una posición cercana para aseverar casi en tono burlón.- Ami, tú lo
conseguirás seguro, la suerte no va a tener nada que ver.
Su
compañera y amiga sonrió, ante los asentimientos de Bertie y Cooan. Por supuesto
que Beruche se apresuró a decir con jovialidad.
-Si necesitas cualquier cosa no dudes en pedírnosla.
Es más, a ver si dentro de poco te vienes unos días con nosotros. Podríamos
visitar la ciudad y otros lugares. Y si eres capaz de comprender a Roy cuando
comienza con su jerga neoyorkina aprobarás cualquier examen que te pongan.
-Es cierto Rei. ¡Animaos! Ahora las cosas están
tranquilas por fin. A Tom y a mí nos encantaría que también tú vinieses a
vernos a Portland.- Añadió Cooan.-
Las
dos aludidas se miraron y sonrieron algo apuradas. Fue la sacerdotisa quién
pudo declarar.
-¡Ojalá pudiera! Pero tengo mucho que hacer en el
santuario. Ahora no cuento con nadie para que me ayude.
-Sentí muchísimo lo de tu abuelo. Ya lo sabes. Te lo
dije allí y te lo repito. - Le dijo su interlocutora posando una mano en las de
su amiga.- Era un gran tipo. Le recuerdo con muchísimo cariño.
-Gracias Cooan.- Musitó Rei que parecía cercana a
emocionarse por aquello.- Eres muy amable.
-Sí, un viaje a América no viene mal, a mí me sería
muy útil para promocionarme.- Intervino Minako.-
-Yo preferiría ir de turismo a Londres.- Comentó Makoto.-
La joven dirigió su atención a la zona de los
chicos, donde Nephrite y Diamante parecían charlar animadamente sobre algo. A
lo que su compañera Venus correspondió a su vez con una mirada bastante
significativa a la par que le respondía solidariamente.
-A mí me encantó vivir allí. Es una ciudad preciosa.
Si, quizás podríamos ir de vacaciones juntas alguna vez y te haría de guía. ¿Te
gustaría Mako-chan?
-Estaría genial.- Sonrió su amiga en un fallido
intento por parecer jovial, sin dejar de mirar al ex de los Shitennou.- Ojalá
pudiéramos…
Mientras los jugadores retornaron a los vestuarios
tras ejercitarse un poco. Enseguida Usagi comentó atónita.
-¿Ya está?...
-Eso solo era el calentamiento, ya te lo hemos
dicho.- Suspiró Rei moviendo la cabeza.-
-Saldrán otra vez dentro de un rato.- Le indicó Makoto.-
Su amiga asintió, después prosiguió la conversación
con sus compañeras abordando otros temas. Unas localidades más a la derecha, Annie
por su parte, charlaba con Petz.
-¡Vaya, esto es espectacular! ¡Es un recinto enorme!
No había visto a tanta gente junta desde que participé en una obra de teatro
con las chicas.
-¡Es verdad, ya me acuerdo de eso! - , rio Usagi al
oír aquello. - Tuvimos un gran éxito y eso pese a que una de vuestras cartas se
metió por medio.
-Yo creo que precisamente por eso, - intervino Minako con expresión divertida. –
-Todavía me acuerdo de aquellos malditos disfraces
de animales a modo de enanitos.- Rio Makoto a su vez olvidando ya el anterior
tema.- ¡Eran incomodísimos!
-¿Cómo?, ¿cómo? - Inquirió Petz curiosa para
apremiarlas con vivo interés. - ¡Eso me lo tenéis que contar!, suena divertido.
-Pues verás. - Le narró Usagi. - Resulta que Annie
hizo trampas con una pajita para obtener el papel de Blancanieves y...
-¡Chicas! ¡Ahí salen y esta vez de verdad! -
Interrumpió Cooan señalando a la salida de vestuarios con excitación. -
Del
túnel emergieron las figuras de los jugadores de ambos equipos enfundados con
sus respectivos chándales. Su amigo iba en un grupo del final, charlando con
algunos compañeros. Parecía pequeño comparado con la mayoría de ellos.
-¡Guau!,- exclamó Tom. - Esos son estrellas de la
liga, ¡veremos lo que hace Roy contra esos tipos!
-Seguro que él solito puede con todos. - Añadió
Beruche batiendo palmas en tanto exclamaba - ¡ánimo campeón mío!..
-Desde luego, - concedió Diamante despreocupadamente.
– Si quisiera, para él no será ningún problema el ganar a todos esos tíos.
-¿No os olvidáis de algo? - Les preguntó Tom, haciendo
que todos le mirasen sorprendidos. - Aquí no vale eso de volar ni de utilizar
una velocidad excesivamente rápida, esto no es un combate. Y él jamás querría
hacerlo de esa manera.
-Es verdad.- Admitió Nephrite.- Eso no sería justo
ni deportivo.
Los
chicos se miraron entre ellos. La verdad es que hasta ahora no habían caído en
esa circunstancia. Roy tendría que disimular sus poderes. Quizás no lo tuviera
tan fácil después de todo. Bertie recordó lo agobiado que se sentía su novio al
pensar en eso. Pero confiaba en él.
-Sé que tú harás lo correcto y sabrás controlarte,
cariño. Esto significa mucho para ti. - Pensó animosa.-
La sirena sonó y tras unos minutos de calentamiento
final, los jugadores se dirigieron hacia sus respectivos banquillos. Se presentó
al conjunto contrario y acto seguido, con un efectista espectáculo en el que se
apagaron las luces y solamente se iluminó a los jugadores con errantes focos,
le tocó al equipo de casa. Al presentar a Roy de los primeros todos aplaudieron
con entusiasmo. Pero los Knicks no alineaban a su amigo entre los titulares.
-Pues parece que por ahora no juega - dijo Rei sin
poder evitar su decepción. -
-Seguro que se han equivocado - aseveró Cooan -
enseguida le sacarán.
-¿Tú no has visto mucho baloncesto, verdad Connie?-
suspiró resignadamente el novio de la muchacha. –
-Creo que más que tú, durante toda la temporada pasada estuve animando
al equipo en la Golden por si no te acuerdas.- Repuso ella reivindicándose más
al remachar.- Y sé de sobra lo buen jugador que Roy es.
-Sí que es bueno. Pero esto es la NBA, no una liga
universitaria menor.- Le recordó pacientemente su novio.- Aquí no es nada
sencillo jugar, y menos todavía ser titular.
-¡Tom, deberías tener más fe en él! - Le reprochó ésta.
-
-No es cuestión de que yo tenga fe. Sabes que soy su
primer fan, pero esto es cosa del entrenador. Pero no te preocupes. Estoy
seguro de que cuando salga demostrará lo que vale. - Le respondió él con tono
conciliador -
-Eso será si sale,- objetó Zafiro con algo de
inquietud. - Porque si la cosa está igualada, los suplentes no suelen jugar
mucho.
-Vamos a desear que se fijen en él.- Intervino
Makoto con un talante más optimista. -
-Sí, porque como no juegue, después del viaje que
hemos hecho para verle.- Se quejó Usagi a lo que Rei contestó propinándola un
capón. - ¡Ay!, ¿pero qué te propones?- Le chilló la afectada frotándose la
cabeza. -
-¡Basta ya Usagi, no seas tan bocazas! - la
reprendió su compañera. -
Por
toda réplica su interlocutora le tiró encima las palomitas y Rei respondió de la misma manera, colocándole
el recipiente por sombrero. Comenzó una batalla campal hasta que los
espectadores circundantes llamaron la atención al grupo.
-¡Usagi, Rei comportaos! - les pidió apuradamente
Mamoru haciendo que ambas se pusieran coloradas. -
-La verdad es que son unos tipos enormes. - Intervino
Esmeralda que no perdía de vista el calentamiento de algunos de esos gigantes
junto a la canasta de los Knicks. - Hasta Diamante es bajo comparado con la
mayoría de ellos. Roy lo va a tener mal si no puede volar.
-No sólo la estatura influye en este juego. - Advirtió
acertadamente Ail indicando al grupo. -También hay jugadores más bajos que él.
-Además jugará de escolta, seguro que tirará de tres
o entrará a canasta en los contraataques. O puede que de base y dé asistencias.
- Opinó Diamante. -
-¡Vaya! - Le dijo Nephrite sorprendido.- No sabía
que entendieses tanto de baloncesto.
-Algo me he visto últimamente por la tele para
documentarme. - Sonrió su interlocutor. -
-Te comprendo - asintió Nephrite. - Yo en Inglaterra
he visto mucho football, es el deporte nacional de allí.
-¿Es como el de aquí? - Quiso saber Tom. -
-No, no tiene que ver, aquí lo llamáis soccer -
explicó el interpelado. -
-Mirad, ya empieza. - Les advirtió Zafiro-...
Y
en efecto. Al fin el partido dio comienzo, el salto inicial lo ganaron los
Knicks. Pasaron unos minutos de toma y daca, los dos equipos estaban igualados,
ninguno dominaba con claridad. A mitad del primer cuarto el equipo contrario se
adelantó con una ligera ventaja. El entrenador de los Knicks dio entrada a dos
jugadores de refresco pero Roy seguía sentado en el banquillo sin moverse.
Beruche exclamó.
-¡Oiga! - se dirigió hacia el banquillo con tono
impaciente. - ¿Por qué no saca a Roy de una vez?, él lo arreglaría enseguida.
El
banquillo, que estaba muy cerca, se giró por entero hacia ella observándola
entre atónitos y divertidos, excepto uno que se tapaba la cara con las manos
(era fácil adivinar quién). Un tipo muy elegantemente vestido, bastante calvo y
con aire severo, miró también hacia Bertie y después, otra vez, se fijó
impasible en la cancha.
-Por lo que más quieras, cubito.- Pensaba Roy
envarado - no le pongas de mala leche. - Su entrenador le miró con cara de
pocos amigos y él sólo pudo encogerse de hombros y esbozar una estúpida sonrisa
en la cara, musitando. – Es mi novia ¿sabe?… es una gran chica…
Los
Knicks perdían ya de diez cuando comenzó el segundo cuarto. Al poco hacían más
cambios pero el esperado por todos no llegaba. Ahora le tocó el turno a Petz quien,
brazos en jarras, se levantó exaltada.
-Mi hermana tiene razón. ¿Que clase de entrenador es
usted? ¡Cualquier tonto puede ver que tiene a su mejor jugador sentado en el
banquillo y no lo saca!
-¡Eso! ¡A Malden, saque a Malden! - Añadió Esmeralda
con voz premiosa. -
-¡Claro que sí!- Apoyó Makoto encendidamente - ¡Todos
sabemos que es el mejor!
-¡Ay, ay, ay! - Se lamentaba el objeto de sus ánimos
escondiendo la cabeza, ahora bajo una toalla- Por lo que más queráis. ¡Callaos
ya! - musitó, entre dientes. -
El
entrenador cada vez le miraba con mayor inquina, Roy sólo volvió a sonreír
encogiéndose de hombros una vez más.
-¡Callaos ya! - les pidió apuradamente Zafiro a las
chicas tras percatarse de la situación. - Vais a conseguir que el pobre no
juegue en toda la temporada.
-Zafiro tiene razón - admitió más sosegadamente
Cooan. - Hay que tener paciencia.
Pero
los minutos transcurrían inexorables y después del segundo cuarto se llegó al
descanso del partido, Roy no había jugado ni un segundo. Mamoru le dijo a Ail.
-Esperemos que salga ahora.
-Yo no sé porqué se ponen tan nerviosos, a fin de
cuentas es sólo un juego.- Declaró el alíen. -
-¡Pero como eres, Ail! - Le reprochó Ann acunando
mientras a su hijo. - ¿No ves que tienen mucha ilusión?...
-Hay que tener fe. Su oportunidad llegará. - Añadió
Mamoru. -
-Pues a este paso, habrá que ir a rezar un poco. - Terció
Usagi preocupada añadiendo para dirigirse a Rei. -¿Oye, no podrías hacer un
encantamiento de los tuyos o algo para que juegue?
-¡Qué más quisiera!- Suspiró ahora la sacerdotisa,
moviendo la cabeza para sentenciar.- Pero solamente ejerzo la magia blanca.
El
segundo tiempo comenzó y Roy seguía sentado. Tras unos minutos su equipo perdía
de quince. Ahora fue Diamante el que vociferó impaciente.
-¡Eh, ese entrenador!, que nos estamos aburriendo…
-Venga, vamos a corear. - Animó Minako utilizando el
vacío cono de las palomitas como improvisado altavoz. - ¡Saque a Malden!
-Vamos entrenador, anímate. - Le pidió Ann con una
sonrisa. -
-Un tipo tan elegante debería hacer caso a unas
señoritas tan guapas como nosotras. - Le aconsejó Esmeralda con voz melosa.-
La joven además cruzaba sus largas piernas, haciendo
que el entrenador carraspeara y mirase hacia otro lado avergonzado. Lo mismo
que media plantilla que prestaba más atención ahora a eso que a lo que sucedía
en la cancha…
- Adelante. ¡Vamos a animarle! – Propuso entusiásticamente
Usagi.-
Y lo hizo de inmediato, levantándose ella junto con
Minako. Cada una de ellas con dos cartulinas en las que llevaban el nombre del
chico escrito en tanto coreaban a dúo.
- ¡Hip hip, Roy, ra ,ra ra! ¡Malden, Malden ganará!
-Esto me suena de algo.- Musitó Cooan poniéndose
colorada dirigiéndose hacia Makoto.-
-Sí. A mí también.- Convino la interpelada del mismo
modo, agregando con visible rubor.- Y ahora por si eso fuera poco, está Mina-chan para
hacerle los coros….
Ante las sorprendidas caras de los
demás aficionados, el resto del grupo, con visible sonrojo miró hacia otra
parte. Unos segundos más, que a todos se les hicieron inacabables, tuvieron que
pasar en medio de aquella perorata en tanto el resto de las guerreras y sus
amigos ya no sabían dónde meterse, pretendiendo no conocerlas de nada. Por fin
entre Ami y Makoto respectivamente pudieron sentarlas, ante las miradas entre
atónitas y divertidas del resto del público y las de sus amigos con las caras
rojas de vergüenza. Afortunadamente para
ellos el míster pareció darse por vencido. Faltaban pocos minutos para acabar
el tercer cuarto. Entonces se dirigió a Roy.
-Está bien Malden, sal o no voy a conseguir que ese
club de fans tuyo se calle.
-¡Je, je!, son mis amigos, es que han venido desde
muy lejos.- Trató de justificarse él rascándose el cogote y riendo como un
tonto al sentenciar. – Y les hace ilusión verme jugar.
-¡Pues mira por donde, ahora a mí también me la hace
y ya puedes jugar bien por que sino vas a sacar brillo al banquillo hasta que
termine la temporada! - Amenazó el mister con cara de pocos amigos. -
¿Entendido?
-Sí señor,- asintió Roy con un gotón de sudor en la cabeza,
mientras se quitaba el chándal apresuradamente. - Descuide no le fallaré.
-Más te vale ¡Venga a jugar! - le espetó el
entrenador. –
Y al fin el muchacho salió a la
cancha ante la algazara de sus amigos.
-¡Ey!- señaló Diamante alborozado. - ¡ahí está, ya
era hora!
-¡Venga Roy, machácalos! - Exclamó Tom levantando
los puños.-
-¡Eh Tommy!, que esto no es un combate- , le recordó
Cooan con semblante divertido. -
-Es sólo una forma de hablar,- repuso azoradamente éste
para añadir con la anterior resolución. -¡Vamos amigo, demuéstrales a todos lo
que sabes hacer!
Pero,
fruto de la ansiedad por agradar, el debutante perdió el primer balón que tocó.
Zafiro se tapó la cara y Diamante le gritó.
-¡Venga despabílate, tío! ¡Te has quedado oxidado de
tanto estar en el banquillo!
-Es que me ponéis nervioso. - Le respondió Roy
parándose en medio del juego ante el asombro de los espectadores, de sus
compañeros, contrarios y hasta de los árbitros. - ¡Callaos ya, capullos!
-Haga el favor de no insultar al público. - Le
reprobó uno de los árbitros- o tendré que amonestarle.
-Descuide,- le sonrió Roy dejándolo pasmado. - Son
amigos míos, han venido para verme jugar y animarme, como debuto hoy.
-Pues que manera más extraña tienen de hacerlo,-
respondió el colegiado encogiéndose de hombros para indicarle con más
desenfado. - Ande, si quiere un consejo, olvídese de las gradas y dedíquese a
jugar.
Roy
asintió y nervioso, miró de reojo a su
entrenador que no le perdía de vista y estrujaba una toalla. Las cosas se ponían
mal, el muchacho sabía que, o hacía algo rápidamente o se podía despedir de
jugar para toda la temporada. Era ahora o nunca.
-Como el maestro Son Goku decía – pensó él tratando
de concentrarse. – Más rápido que la luz y más sereno que el cielo.
Aunque eso de quedarse por unos instantes quieto y
con los ojos cerrados en medio de la cancha llamó bastante la atención. El
míster ya estaba levantándose hacia el banquillo para pedir un cambio y
entonces Roy abrió los ojos justo cuando el base contrario iba a hacer un pase
a uno de sus aleros. Gracias a sus reflejos cortó un balón y logró una canasta
al contraataque. Todos sus amigos aplaudieron y el entrenador asintió aliviado
volviendo a tomar asiento. El chico sonrió tranquilizándose. Era lo que
necesitaba, comenzó a defender con más ganas, e incluso robó otro balón que
convirtió en asistencia para un compañero. Ahora el míster le aplaudió
alentándole con un grito.
-Bien Malden, sigue así.
El aludido asintió, ¡pues claro que lo haría! De
hecho, tras varias jugadas, consiguió encestar un triple. Bertie y Cooan se
abrazan en sus asientos.
-Sí, ¡qué bien, ya son tuyos!- Coreaban las dos. -
-Vaya, la ha encestado desde muy lejos, creo que
unos siete metros aproximadamente, para eso hay que tener puntería.- Reconoció
Ami añadiendo fiel a su estilo. – Le ha dado una parábola de al menos noventa
grados…
- ¡Déjate ya de rollos matemáticos! ¿Es que no
puedes dejar de estudiar ni aquí?– La amonestó Rei entre divertida y atónita,
haciendo que su compañera se pusiera algo colorada. -
-¿Hanm gafnafdo yaf?- Inquirió Usagi dirigiéndose a
su novio en tanto masticaba un perrito caliente con entusiasmo, sujetando otros
dos en ambas manos. - ¿Se haf acafbado?
-Todavía no. - Replicó pacientemente Mamoru moviendo
la cabeza al contemplar como su futura reina tenía la boca tiznada de kétchup.
– Mira el marcador, van seis puntos abajo. Y quedan todavía bastantes minutos.
- Bueno, eso no es mucho. – Terció Makoto. – Debería
darles tiempo a remontar.
- ¡Claro que sí! Seguro que en nombre del amor, y de
la justicia deportiva, Roy logrará vencer. – Arengó Minako mirando a Bertie que
se puso colorada. -
Por
fortuna las chicas parecían llevar razón. El papel de su amigo en el encuentro
fue a más. Consiguió defender bien dos ataques contrarios y recuperar esos
balones asistiendo a sus compañeros. De este modo, en el último cuarto del
partido, se habían reducido las distancias a tan sólo tres puntos de desventaja
entre ambos conjuntos. El campo se vino abajo cuando el nuevo jugador de los Knicks
robó un balón más y consiguió otro triple que lo empataba.
-¡Bien!- brincaban Zafiro y Ail tirando al aire las palomitas y abrazándose
con alborozo. -
-Pues menos mal que Ail decía que sólo era un juego.
- Sonrió Petz dirigiéndose a Ann que también se reía de aquel entusiasmo casi
infantil de su pareja.- ¡Está tan emocionado como mi novio!
-Es un juego apasionante, no cabe duda. - Afirmó reflexivamente
Nephrite sin perder su compostura de gentleman. – Ahora el partido está muy
disputado y cualquier podría ganar. Apostaría algún dinero de tener oportunidad.
Y
así era, tras un intercambio de canastas los Knicks lograron ponerse por
delante, con un par de meritorios rebotes de Roy en ataque. Sus contrarios no
se explicaban como había podido ganarles la posición en el salto, siendo
además, de tan baja estatura en comparación a los pívots rivales. No contento
con eso, la fortuna le sonrió y atrapó otros dos rechaces más que salieron
largos en defensa y suya fue la asistencia que permitió a su equipo llegar a
los cien puntos. Cuando quedaba un minuto volvió a robar otra pelota y corriendo
hasta la canasta rival hizo un mate que levantó los aplausos del respetable. El
equipo adversario pidió un tiempo muerto y cuando los jugadores se reunieron en
corrillo para escuchar las instrucciones, el grupo del chico les aclamó.
-Muy bien, Roy. ¡Eres el mejor! ¿Lo ves entrenador?
Ya te lo dijimos. – Le chillaba Minako realmente apasionada por el devenir del
partido. – La próxima vez haznos caso antes.
-¡Estupendo cariño!- Aplaudía una radiante Beruche
sintiéndose muy orgullosa. –
-¡Ya verás como te lo recompensa esta noche en
casita! – Voceó Usagi entre risas.- ¡Eh Roy, esta noche tienes que portarte
bien y encestar con Bertie!
Aunque esas palabras tuvieron el efecto de poner
colorados a todos sus compañeros, a Roy, a los restantes miembros de la
plantilla de los Knicks e incluso hasta a su propio entrenador. Levantando
algunas risas entre el público.
-¡Usagi - chan, por favor!- Le susurró Beruche
visiblemente azorada, pese a que se tapaba la cara con ambas manos. -
-Perdona. Je, je. ¡Se me ha escapado! – Se disculpó ésta
llevándose una mano al cogote. –
- Tienes una bocaza más grande que el túnel del
metro de Nueva York. – La amonestó Rei no sin sorna. – Y mira que es decir…
- ¡Ya tenías que saltar tú por medio, “doña me meto
en lo que no me importa!” – Replicó Usagi a su vez. –
Rei por supuesto le sacó la lengua, su interlocutora
hizo lo propio. Menos mal que entre Minako y Ami hicieron un espacio entre sus
compañeras puesto que otra guerra de palomitas era de nuevo inminente…
-Haced el favor. Estar atentas al partido. Ya queda
poco. – Les pidió apuradamente Makoto tratando de evitar que Rei le estampase a
su antagonista otro cucurucho de palomitas, esta vez lleno. –
-Así es, chicas. – Convino Minako con idéntico gesto
de vergüenza, sujetando a Usagi para que no atizase a su polemista con su vaso
de bebida. – Ya termina el tiempo muerto…
Ami
a todo esto se sonreía envarada ante aquel espectáculo de sus compañeras. Se
esforzaba por tratar de ignorarlas en tanto calculaba las posibilidades que
había de anotar puntos respecto de los minutos que faltaban para finalizar el
partido. Efectivamente y por suerte para la paz, el tiempo concluyó, las chicas
se calmaron y los jugadores regresaron a la cancha. Roy aun tuvo la oportunidad
de encestar otra canasta y un par de tiros libres. Cuando ya solo quedaban
cincuenta segundos, su entrenador le sentó, así todo el público pudo
ovacionarle en reconocimiento a su labor.
-¿Pero, porque lo quita si está jugando tan bien? -
Preguntó Cooan atónita y algo indignada. -
-Para que el público le aplauda, ahora que el
partido está decidido, Connie - sonrió Tom. – Es un gesto de deferencia.
-Es cierto. – Terció Zafiro aplaudiendo y escuchando al igual que los demás.
– Se lo ha ganado.
Y así era. Todo el público ovacionaba a ese joven
tan prometedor. Les había gustado mucho la actuación de Roy, y a los más
cercanos incluso a la pista les había caído simpático al oír a sus
“admiradores” pedir que le dejasen jugar. Diamante e incluso Nephrite que
estaban cerca de la posición de los comentaristas, pudieron escuchar a un tipo
con barba y voz algo gangosa decir.
-Este muchacho, Roy Malden, es rapidísimo. Roba
balones de forma tremenda. Algunos de sus contrarios ni se han dado cuenta
hasta que les había quitado la pelota y corría hacia la otra canasta. Parece
surgir de la nada, como el Hombre Invisible.
Y
otro comentarista extranjero, calvo y con pajarita, hacía extraños aspavientos
y decía en un idioma que les era desconocido a la mayoría.
-¡Siiii! ¡Qué jugón! Malden. Menudo “Funky Man” está
hecho, ¡Too funky for meee! y con su propio club de fans el tío. Aunque ¡menudo
club! El club de las jugonas. ¡Vaya
tías! ¿Eh Daimi...?. I am the invisible man…see right through
me! ¡Ja, ja! Que no le atrapan…¡Que no!
Añadió con altisonante tono, dirigiéndose a un compañero
suyo más centrado en desgranar los pormenores del partido y que replicó con un tinte
de voz más serio y analítico.
- Parece que Malden
proviene de una universidad pequeña, de aquí mismo, del Estado de Nueva York.
Es un joven escolta no drafteado. Creo que jugaba en una liga menor. Parece una
apuesta personal del entrenador. Defiende bien, tira con acierto y es muy
rápido en transición.
- Pues sí. -
Completaba aquel extravagante tipo para volver a su anterior tema, como si no
hubiera oído nada de lo dicho por su colega. - Me parece que una de esas es modelo. Ahora no
recuerdo como se llama, pero la tía sale en las revistas. ¿O no? Daimi. Hicimos
bien en venir para la apertura de la temporada. ¡Eh!. ¿Sí o no? ¡Hazme caso!,
este chico, venido de la liga comercial, va a destacar. ¡Los Knicks han
encontrado un auténtico jugón! Galería de los elegidos para gloria. Es que es
The invisible man, el tío. Pero, ¿de dónde sale para robar esos balones? ¿De
dónde sale que no le veeeeo? ¡Vaya crack! ¡Juuugoooon!
Roy
pudo captar algo de esto y como estaba en español lo entendía sintiéndose
bastante halagado. Pero fue mejor aun cuando sus compañeros, algunos de ellos jugadores
muy famosos y destacados a los que él mismo admiraba, le felicitaron. Incluso
su entrenador se acercó a él para
decirle, ahora con un tono bastante más amable.
-¡Bien hecho, Malden! , parece que tus amigos no se
equivocaban, sigue así y no hará falta que te reclamen para jugar.
-Muchas gracias, señor. - Sonrió contento y miró a
sus amigos guiñando un ojo, para alegría de todos ellos. – Lo procuraré…
El
partido terminó 112 a 103 favorable a los Knicks, la cancha se desalojó y todos
salieron a esperar a Roy en el exterior pues tardaría en ducharse. Luego quizás
tuviera que atender a algunos periodistas que ya comenzaban a cercar la salida.
Algunos incluso a dirigirse a los vestuarios donde podían entrar diez minutos
después que los propios jugadores.
-¡Vámonos a su casa y le preparamos una fiestecita
sorpresa! - Propuso Diamante. - ¿Qué os parece?
Todos
convinieron en ello con visible algazara.
-Yo me quedo aquí - les dijo Beruche- ¡Pobrecito
mío! , con lo bien que ha jugado no le voy a dejar volver solo.
-Vale- asintió Tom - , luego nos lo llevas para
allá, pero no le digas nada. Danos tiempo.
-Nosotras nos esperamos un momento para saludarle -
intervino Usagi. -
-Nos gustaría quedarnos pero tenemos que volver para
estudiar.- Remachó Ami para desconsuelo de sus compañeras. -
-Luego, cuando ya no quede nadie por aquí cerca,
debemos irnos con la tele portación. – Añadió confidencialmente Rei. –
-¿Y no podéis quedaros? Aunque solo sea un poco. - Se
lamentó Cooan. -
-Es verdad. - Protestó Minako deseosa de ver más de
cerca todo aquel glamour post partido. - ¿Qué más da un día más o menos?
-Debemos empezar a estudiar sin más demora.- Insistió
Ami entre las caras de agobio del resto de
sus compañeras cuando les recordó – Tened en cuenta que en Tokio hay
muchas horas de diferencia respecto de aquí. Estaremos hechas unos zorros al
regresar y acusar el cambio brusco. Ya sabéis lo que pasa, es como un jet lag
instantáneo. De modo que hay que descansar. Además, los exámenes comienzan dentro
de pocos días.
-¡Qué horror! ¡Aborrezco el estudio! - Exclamó
teatralmente Usagi si bien todos sabían que lo decía de veras. -
Las
guerreras suspiraron con resignación, hasta la propia Ami hubiera preferido
quedarse en esta ocasión, pero desgraciadamente no era posible. Así que se
despidieron afectuosamente de todos los demás que se marchaban a preparar la
celebración…
-Pues en casa nos veremos. - Acordó Bertie con el
resto aguardando a su novio en compañía de las propias sailors y Mamoru. –
Los
demás convinieron en ello y se marcharon. Dispuesto a iniciar los preparativos
para la celebración. Esa noche a Roy y a sus amigos les esperarían más de una
sorpresa…
-Ha sido un gran partido.- Comentó Makoto. –
-Es verdad. Estuvo muy interesante, me voy a hacer
fan de este deporte. Aunque sigo prefiriendo el vóley.- Añadió Minako.-
-Y Roy ha estado genial. Me alegro mucho por él.-
Afirmó Ami.-
-Gracias amigas.- Sonrió Bertie.-
Y
justo a unos metros por encima, sobrevolándoles, Leval sonrió. Al menos aquello
había sido bonito de ver. Pudo introducirse en el pabellón usando sus
habilidades para no ser detectado por la seguridad. De ese modo tuvo la inmensa
fortuna de ver jugar a su padre en directo. Y todo fue tal y como lo recordaba.
Incluso cuando a través del circuito cerrado de televisión y de los marcadores
gigantes, sacaron algunos planos de las guerreras vociferando o de los amigos
de Roy insistiendo para que el entrenador le sacase. Desde pequeño siempre le
hizo gracia aquello. Y a su memoria acudía el recuerdo de su pobre madre que
siempre suspiraba cuando, juntos, habían visto ese encuentro. Muchas veces ella
se enjugaba alguna lágrima, pero siempre se esforzaba por sonreír. Su madre
creía que él no se daba cuenta, pero Leval podía sentir lo mucho que sufría al
recordar esos buenos y viejos tiempos. Y aquellos momentos tan hermosos del
pasado que únicamente fue capaz de ver tanto tiempo después eran ahora el
presente para él.
-Debo hacer todo cuanto esté en mis manos para que
las cosas no sean como yo las recuerdo. Que mis padres y los otros, junto con
el resto de las personas de este tiempo, tengan la oportunidad de vivir un
futuro en el que sean felices.
Sin embargo, se daba cuenta de que, si tenía éxito,
la paradoja temporal provocaría que él jamás hubiese existido. Al menos como
producto de aquel futuro de horror. Quizás naciese siendo alguien totalmente
diferente que jamás hubiera vivido aquello. Por tanto, nunca viajaría atrás en
el tiempo para alterar nada.
-El tío Tom nos lo explicó a mí y a Mazoui, pero,
cuantas más vueltas le doy más me desconcierta.
Y desde luego que así se sentía, muy desconcertado.
Es más. ¡Aquello era como para volverse loco! El muchacho reflexionaba sobre
todo eso tras salir del pabellón y retornar discretamente a la casa de sus
futuros padres. Allí, todavía a una prudente distancia, se escondería y
aguardaría hasta poder presentarse.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Por favor, si sois tan amables y no os es molestia, comentar vuestras impresiones sobre lo que habéis leído. Me vendría muy bien para mejorar y conocer vuestras opiniones sobre mis historias. Muchas gracias. ;)