sábado, 5 de marzo de 2011

GWB 5. 50 El partido de Roy


A la mañana siguiente, muy temprano, el nuevo jugador de la NBA se levantó. Bertie se despertó también, compartieron el desayuno en tanto conversaban un poco.

-Bueno. Hoy tenemos el último entrenamiento antes del partido. Supongo que será sesión de tiro y algo de charla técnica. – Aventuró el chico que preguntó. – ¿Tommy y Connie no se han levantado todavía?
- Debían de estar cansados. – Se sonrió Bertie recordando las actividades nocturnas a las que seguramente se habrían entregado esos dos. – Creo que tenían muchas cosas que hacer. Ji, ji…
- Fuiste muy cruel – le acusó su interlocutor de modo jocoso al hilo de esos mismos pensamientos. – ¡Mira que dejarme solito ayer!
- Quise verte luego. Pero ya te habías dormido. – Le desveló la chica, casi sonando a disculpa. –
- No te preocupes – sonrió él ahora para contarle, más sorprendido que ilusionado. - ¿Sabes? Ayer soñé con mis padres.
- ¿De veras? Cuéntame, ¿qué soñaste? – Le pidió a su vez Bertie. –

            Roy miró hacia el techo como si tratarse de recordar algo. Se encogió de hombros y pudo responder sin demasiada seguridad.

-No me acuerdo muy bien, me parece que ahora que lo pienso era algo absurdo. Ya sabes, cubito. Muchas veces los sueños son raros, pero cuando estás en uno de ellos no te lo parece. Por lo que puedo recordar, estábamos jugando al baloncesto. Mi padre me había puesto una canasta o algo así. Y yo jugaba contra otro tipo. No sé, creo que era de mi estatura, aunque no recuerdo su cara. Y mi padre me animaba. Decía algo así como que ese partido era muy importante, luego ese tipo y yo jugábamos juntos pero no recuerdo contra quien. Mi madre estaba allí, sentada con un chal, en unas gradas y nos aplaudía. Y yo me transformaba en súper guerrero y metía una canasta. Era muy extraño. Había un marcador, pero iba hacia atrás. No sumaba los puntos, los restaba y una especie de encapuchado ojeaba un libro. Yo solo podía pensar que era el árbitro. Y no quería cometer faltas para que no me expulsase del partido… – Pudo terminar de referirle a su novia que le había escuchado sin embargo sin hacer ni un solo comentario. -
- Es bastante raro, sí – convino Beruche que pasó a comentar. – Recuerda lo que estudiábamos en la asignatura de psicología en la carrera. A veces los sueños pueden significar cosas. Otras simplemente son la forma que nuestro cerebro tiene de procesar información. Seguramente habrás estado pensando en todo eso durante estos días.  Tus padres que te inculcaron tu afición al baloncesto, las batallas que hemos librado…
- Sí, debe de ser eso. – Sonrió despreocupadamente él en tanto terminaba y se levantaba. – Bueno, tengo que irme ya. No debo llegar tarde o voy a  crearme una mala reputación el primer día.

Su novia se rio, desde luego que ella sabía bien lo que era enfadarse con Roy a causa de estos retrasos. Cuando su novio al fin se marchó le deseó suerte con un beso. Posiblemente no se vieran ya hasta el partido. Tom y Cooan se despertaron a los pocos minutos de que se hubiera ido. A ambos les fastidió no poder darle ánimos antes del gran momento pero, ¡qué se le iba a hacer! Ya le jalearían en la cancha. Los demás habían quedado en la ciudad con Beruche, su hermana y Tom. Cuando se reunieron ocuparon la mañana en pasear y en hacer aún más compras. Después las justicieras decidieron practicar un poco para desempolvar sus poderes y sus trajes especiales. Los muchachos después de comer también decidieron entrenarse por la tarde en los parajes deshabitados que les traían recuerdos de la lucha contra los demonios. Diamante y Nephrite peleaban entre ellos y Zafiro y Ail hacían lo propio. Tom observaba sus evoluciones con patente interés. Sus amigos eran muy fuertes. Puede que no tanto como Roy pero, aun así, cada uno era un guerrero lo suficientemente poderoso como para enfrentarse con éxito a las fuerzas del mal.

-Sin embargo, ese muchacho era un súper guerrero.- Pensaba ahora con mayor intranquilidad.- Y si él no pudo hacer nada. Pero está aquí, y cuando llegue el momento se nos unirá.- Quiso reflexionar con una mayor dosis de optimismo.- Sí. Y estamos las guerreras y las chicas y yo mismo. Y sobre todo, ahora no nos tomarán por sorpresa.


De este modo estuvo observando aquellas evoluciones de sus amigos, esperando y  deseando que ahora las cosas fueran muy distintas de las de ese apocalíptico futuro que Leval le había desvelado. Tras unos minutos los chicos se detuvieron. Zafiro se aproximó a él y le ofreció con amabilidad.

-¿Quieres entrenarte un poco con nosotros?
-No gracias – declinó Tom esbozando una leve sonrisa y afirmando. – No estoy a vuestro nivel.
-De todos modos ya se está haciendo tarde. – Comentó Nephrite que, desde lejos observaba ahora a las chicas que también habían parado de practicar. –
-Sí. Tendremos que ir a ducharnos y cambiarnos para ver a Roy. No nos lo perdonaría si llegásemos tarde. – Sonrió Ail. –
-Tendría gracia. ¡Él echándonos una bronca por retrasarnos! - Se rio Zafiro haciendo que le imitaran los demás.-
-Bueno. Yo tampoco quisiera perdérmelo por nada. – Intervino Diamante aun sonriendo para remachar. – De modo que habrá que ser puntuales.

El príncipe de Némesis miró también hacia las mujeres, sonrió nuevamente al ver a su novia posando una mano sobre el hombro de Cooan y charlando con las otras chicas. Entonces Tom le preguntó.

-¿Qué tal lo lleváis? Esmeralda y tú.
-Estamos muy felices. – Replicó él. – Ella sobre todo está muy contenta aunque algo preocupada. Me dijo antes de venir que deseaba con todo su corazón ser aceptada por las chicas. Tenía miedo de que la recordasen antipática y distante.
-Es cierto que ha cambiado mucho, hermano. – Intervino Zafiro que le desveló. – Petz me había comentado que tenía muchas ganas de hablar con ella y de verla. Lo cierto es que las pocas veces que nos hemos visto se quedó gratamente sorprendida. Yo le dije que ella misma tuvo un cambio similar cuando se quedó a vivir en la Tierra.
-Es como si todo lo malo que tuvimos dentro una vez hubiera desaparecido. El miedo, los celos, el odio injustificado. – Suspiró Diamante. – Sobre todo, esas ridículas ansias de poder y de venganza que yo mismo tenía.
-Te comprendo muy bien, amigo. – Afirmó Solidariamente Nephrite declarando con tono más introspectivo. – Cuando pienso en cómo era yo antes…No puedo creer que fuera verdad…
-Las guerreras nos hicieron un regalo muy especial. El de su amistad y el hacernos ver cuan equivocados estuvimos.– Terció Ail. – Luego fueron nuestros maestros en el Cielo y Roy quienes nos acabaron de demostrar que todo es posible si se pone el corazón en ello.
-Como cantábamos con Roy.- Mantengamos la fe.- Afirmó Ail.-
-Sí, nuestro amigo es un tipo muy especial. Ha tenido un gran impacto en nuestras vidas. - Pudo completar Tom pensando incluso que sus interlocutores no podrían ni imaginar las connotaciones de aquella reflexión. Sobre todo de cara al futuro. – Y seguro que lo seguirá teniendo.
-Por eso debemos irnos ya. – Sonrió Zafiro palmeado la espalda de su hermano. – Hay que darle ánimos en el partido. Se lo debemos. Es uno de los nuestros.
-Claro.- Convino éste afirmando con desenfado.- No me perdería por nada su debut.
-Sí. Vayamos a por las chicas. – Les dijo Ail -

Y los muchachos se dirigieron a reunirse con ellas. Por su parte éstas, como justicieras, habían estado practicando algo también la lucha y sus ataques coordinados. Ante las atónitas miradas de Amanda que mientras tanto charlaba con Ann, que acunaba a su pequeño. Entre las luchadoras Esmeralda tuvo que suplir la ausencia de Karaberasu, pero demostró integrarse bien con sus nuevas compañeras.

-Vamos chicas. Tratemos de coordinar un ataque.- Las arengó Petz.-

            Y en tanto ella avanzaba con su jabalina y la Dama del Hielo con su espada, la dama del Viento las cubría con su boomerang a corta distancia y la Dama del Fuego con sus saetas ardientes desde algo más lejos.

-Esta formación podría sernos útil.- Comentó Bertie.- Nosotras paramos los golpes en primera línea protegidas por vuestros ataques a distancia.
-Y mientras, nosotras estaríamos salvaguardadas por vuestra posición.- Completó Cooan.-
-Es una buena táctica.- Declaró Esmeralda.- Podemos protegernos las unas a las otras.

Luego variaron, y pasaron a entrenar unas contra otras. Tras lanzarse algunos ataques no demasiado potentes las chicas se dedicaron a saltar de un lado a otro y esquivar sus respectivos golpes. Después probaron a unir sus poderes como las habían visto hacer a las guerreras. Aunque eso resultaba más complicado de lo que parecía. No conseguían producir un ataque combinado ni mucho menos tele transportarse. De momento, lo dejaron estar. Al final terminaron jadeando realmente cansadas.

-¡Vaya!, llevaba bastante tiempo sin hacer ejercicio en serio. – Pudo decir Petz tratando de recobrar el aliento. –
-Es verdad. – Afirmó Bertie también. – Se nota que la vida tranquila nos ha dejado un poco fuera de forma.
-¡Qué va! - negó entonces Cooan que parecía más entera. – Creo que nos desenvolvemos muy bien todavía. Sobre todo Lady Esmeralda. – Dijo no sin admiración. –

Todas recordaban que su antigua jefa de la Luna Negra había sido más poderosa que cualquiera de ellas. De hecho tenía un nivel parejo al de Rubeus. Y lo más importante para las hermanas. Cuando Esmeralda volvió del mundo de los muertos la recibieron bien. No obstante, todavía la miraban con cierta prevención. No olvidaban los años que habían pasado bajo su mando. Aunque al principio fuera buena con ellas. Luego todo cambió y se distanciaron. Pero esa muchacha se percataba de aquello y del tono tan respetuoso que la dirigían a veces casi sin darse cuenta. Y fue muy categórica  cuando les dijo.

-Escuchad chicas. – Sonrió posando una mano sobre el hombro derecho de Cooan. – Se acabó eso de lady. Ya no soy esa mujer. Quisiera ser vuestra amiga. Simplemente Esmeralda. Os lo pido por favor. Ni a Diamante ni a mí nos parece apropiado tener ningún tipo de tratamiento especial. Eso se terminó cuando iniciamos estas nuevas vidas.

Hubo unos momentos de silencio algo incómodos, era cierto que muchas veces tenían que meditar antes de dirigirse al príncipe como alteza e incluso detenerse para no hacerle una reverencia. Tal era la costumbre adquirida durante todos los años que pasaron a su servicio. Ninguna se atrevía a responder hasta que Bertie rompió aquella tensa atmósfera con tono desenfadado cuando declaró incluso divertida.

- Desde luego Roy no se lo dispensa. Lo de principito no es nada protocolario. De hecho, cuando les veo juntos, no hay día que no se estén lanzando puyas el uno al otro.
- Diamante le tiene mucho aprecio a tu novio. – Le confesó Esmeralda. – Al igual que al resto.
- Tienes toda la razón. – Terció Petz dirigiéndose a la muchacha. – Nuestras vidas pasadas ya no cuentan aquí. Por suerte ahora tenemos la oportunidad de crear un futuro mucho más esperanzador para todos.
- Claro chicas. – Intervino Amanda que, casi como si se disculpase por ello, añadió. – Yo no sé muchos sobre vuestras vidas anteriores, pero está claro que ahora mismo sois unas mujeres estupendas. Todas vosotras.
- Y  tenemos la misma maestra. – Afirmó Annie acercándose con su bebé  en tanto añadía. – Ella creyó en nosotras y nos dio otra oportunidad.
- ¡Y nos convirtió en un grupo de luchadoras justicieras! – Exclamó Cooan alargando su brazo y abriendo la mano. –


Bertie puso su mano sobre la de su hermana y Petz y Esmeralda la imitaron. Fue Petz la que les dijo a la novia de Nephrite y a la de Ail.

-¿A qué esperáis?
- Creo que ese es vuestro saludo de grupo de las justicieras, – se sonrió Ann sujetando a su pequeño. -
-Y nosotras no lo somos – agregó Amanda. – Además, ese sitio está reservado a vuestra otra hermana.

Las chicas no pudieron evitar una oleada de añoranza al recordar a Karaberasu, la misma Esmeralda las miró algo apenada, aunque Bertie enseguida declaró esperanzada.

-Me han dicho que está bien, de momento eso nos bastará. Seguramente la volveremos a ver pronto.

Y el resto asintió deseando que así fuera. En ese momento llegaron los hombres y  juntos se marcharon de regreso a sus respectivos hoteles y alojamientos.  Tras la ducha todos se pusieron sus mejores galas. (Para su sorpresa así les indicó Tom que era aconsejable hacer al ir a un partido en primera fila). Anochecía cuando fletaron un grupo de taxis que les llevó a su destino. Nada menos que al Madison Square Garden. Entraron  y ocuparon sus localidades, su amigo se las habían conseguido muy buenas, casi al lado del banquillo y eran las justas porque le habían quedado dieciséis y ellos eran diecisiete. ¡Menos mal que el propio Roy no necesitaba una!

- ¡Hay que admitir que el tío se ha esforzado por conseguir unas localidades estupendas! - Exclamó Ail  reconociendo esa circunstancia. - Estamos al lado de los jugadores.
-Estos sitios son los más caros. - Les explicó Tom que aun no se lo creía del todo. - Aquí se sientan artistas de cine y personalidades importantes.
-No es por vacilar - intervino jocosamente Nephrite al preguntar. - Pero, ¿quién puede haber más importante que nosotros?
-Mira, por una vez estoy totalmente de acuerdo contigo - sonrió Diamante. -
-¡Me encanta!,- exclamó Esmeralda buscando las cámaras con la mirada. - Aquí seguro que salimos en la tele, eso no me viene nada mal para promocionarme.
-Desde luego, ¡hay que ver como sois! El pobre Roy ahí, nervioso, esperando debutar y vosotros a lo vuestro. - Les recriminó Petz en tono distendido.-
-Mirad chicos. - Beruche llamó la atención de todos señalando hacia uno de los accesos por el que entraba ya la gente. Las gradas aun estaban casi vacías porque era bastante pronto. Pero todos se alegraron al ver de quienes se trataban. - ¡Ahí están Usagi y los demás! ¡Eh! estamos aquí- les avisó haciendo bocina con las manos. - Venid a sentaros, que esto va a empezar.
-Sí, mirad.- Anunció Cooan - ya van a salir los jugadores.
-Tranquila- terció Tom. - Es sólo el calentamiento, aun quedan diez minutos. ¿Quién quiere palomitas?
-¡Yoooo! - reclamaron todos. -

            Justo en aquel instante llegaron, Usagi, Rei, Makoto, Minako, Ami y Mamoru. Tras los consabidos y repetitivos besos, abrazos, saludos con reverencias y demás. El también conocido por Tuxedo comentó corroborando las anteriores palabras de Tom.

-Este Roy tuvo todo un detalle al dejar las localidades a nuestros nombres. Me llamó para prevenirme de ello. Y así hemos ganado mucho tiempo. Ni siquiera han comenzado el calentamiento.
-¿Calentamiento?- Inquirió Usagi.-
-Sí, antes de iniciar el partido tienen que estirar un poco y hacer algunos ejercicios previos.- Le explicó Cooan alegando entre divertida y orgullosa de ello.- Lo sé perfectamente, cuando era Cheerleader en la Golden presencié muchos comienzos de partidos.
-Aunque a Roy no le haga falta.- Puntualizó Bertie con una divertida e incluso pícara sonrisa.-
-Bueno, tendrá que disimular un poco.- Señaló prudentemente Ami.-
-Desde luego.- Aseveró Diamante.- Después de los entrenamientos que tuvimos en el Rincón, esto no es nada.

            Los que habían compartido tal experiencia con él asintieron con aprobación y al poco Tom, tomando la palabra, dijo al grupo.

-¡Venga, los chicos del Rincón, acompañadme a por palomitas y refrescos!
-¿Tenemos que ir todos? - Se sorprendió Ail. -
-Naturalmente que sí, ¿tú sabes todo lo que hay que traer? - Le respondió Zafiro. -
-Es cierto- corroboró Diamante arengando a los otros con decisión -  ¡Venga, vamos por ello!

            Así que el grupo de muchachos se levantó mientras en el pabellón podían verse videos y escucharse canciones de artistas más o menos conocidos por ellos de su época en el Rincón del Alma y del Tiempo. Divertidas, las chicas, que permanecieron en sus asientos, vieron como los jugadores enfundados todavía en chándal, evolucionaban. El propio Roy seguía obedientemente las rutunas de estiramiento y carrera suave alrededor de la cancha en tanto las gradas se iban llenando de público y la música sonaba a un buen volumen…

Pasión, amor, sexo, dinero
Violencia, religión, injusticia y muerte
Paninaro, paninaro, oh oh oooh…

-¡La cancioncita promete! - Bromeó Esmeralda entre las sonrisas divertidas de las otras.-

Chicas, chicos, arte, placer
Chicas, chicos, arte, placer
Paninaro, paninaro, oh oh oooh…

-Y que lo digas.- Convino Amanda.-

            Los jugadores comenzaron a tocar balón haciendo entradas a canasta como calentamiento, al principio de forma suave, luego algunos iban haciendo mates. Roy por supuesto, entre ellos. Quizás más pendiente de impresionar a sus amigos que otra cosa…

Comida, coches, viajes
Comida, coches, viajes
Nueva York, Nueva York, Nueva York
Nueva York, Nueva York, Nueva York

-Mirad, esa estrofa lo ha clavado. ¡Justamente nuestro caso!- Rio Minako, secundada por sus compañeras.-

Paninaro, Paninaro, ooh oooh
Paninaro, Paninaro, ooh, oooh

Armani, Armani, Ar, Ar Armani, cinco

Paninaro, Paninaro, ooh oooh
Paninaro, Paninaro, ooh, oooh

-Deberían decir, ¡Deveraux, Deveraux, Deveraux ! ¿Verdad Esmeralda?- Sonrió Amanda ante el divertido asentimiento de la interpelada que seguía teniendo no obstante, una extraña sensación cuando estaba al lado de esa chica.-

Armani, Armani, Ar, Ar Armani, cinco

Paninaro, Paninaro, ooh oooh
Paninaro, Paninaro, ooh, oooh

Ahora te has ido, estoy solo
Mi corazón está roto y no quiero ir a casa
Sabes que todo ha terminado, se te acabó la suerte

Te sientes deprimido y quieres autodestruirte
Te necesitaba y tú me amabas también
Pero ahora no sé qué voy a hacer
La vida continúa, estoy hablando del pasado
Ahora iré a encontrar a alguien que bailará conmigo

-Pues esta parte no anima mucho.- Comentó Petz escuchando la letra.-
-Aunque en algunas cosas podemos identificarnos. - Suspiró Bertie quien enseguida animó el gesto y sonrió viendo a su novio hacer uno de sus mates.- La diferencia es que nosotras lo hemos superado.
-Es cierto.- Convino Cooan, rememorando aquel amor tan tonto como autodestructivo que tuvo por Rubeus. Y sobre todo, el alivio y la felicidad posterior que sintió al rehacer su vida y conocer a Tom.- Yo hice eso mismo. -Sonrió al aclarar.- Encontré a alguien que baila conmigo muy bien.

Tú, tú eras mi amante,
Mis sueños, mi esperanza, mi vida

Mi pasión, mi amor, mi sexo, mi dinero
Mi violencia, mi religión, mi injusticia y muerte…

Paninaro, paninaro, oh oh oooh…
Paninaro, paninaro, oh oh oooh…
Paninaro, paninaro, oh oh oooh…
Paninaro, paninaro, oh oh oooh…

(Pet Shop Boys Paninaro 95, crédito al autor)

Al fin las chicas dejaron a un lado la música y aquel calentamiento y se quedaron hablando. Bertie le preguntó a Ami.

-Y las otras.- ¿No podían venir?
-Tienen cosas que hacer. Son las guardianas del Sistema Exterior y siempre están atareadas. Pero les hubiera gustado. Le mandan a Roy todo su apoyo y le desean mucha suerte.- Afirmó ésta  ante la aprobatoria y agradecida sonrisa de su interlocutora. -
¿Y tú qué tal? ¿Va bien eso que me contaste?- Preguntó Bertie.-
-Tengo el examen en unas semanas. Espero poder aprobarlo y obtener el título necesario.- Le respondió la chica.-
-¿Te presentarás al TOEFL? ¿Verdad?- Inquirió Cooan, que estaba a su lado.-
-Así es…-Repuso la interpelada, afirmando.- Con un poco de suerte aprobaré el equivalente al nivel C-1 y podré estudiar aquí de intercambio cuando llegue a la universidad.
-¿Con un poco de suerte?- Rio Rei interviniendo desde una posición cercana para aseverar casi en tono burlón.- Ami, tú lo conseguirás seguro, la suerte no va a tener nada que ver.

            Su compañera y amiga sonrió, ante los asentimientos de Bertie y Cooan. Por supuesto que Beruche se apresuró a decir con jovialidad.

-Si necesitas cualquier cosa no dudes en pedírnosla. Es más, a ver si dentro de poco te vienes unos días con nosotros. Podríamos visitar la ciudad y otros lugares. Y si eres capaz de comprender a Roy cuando comienza con su jerga neoyorkina aprobarás cualquier examen que te pongan.
-Es cierto Rei. ¡Animaos! Ahora las cosas están tranquilas por fin. A Tom y a mí nos encantaría que también tú vinieses a vernos a Portland.- Añadió Cooan.-

            Las dos aludidas se miraron y sonrieron algo apuradas. Fue la sacerdotisa quién pudo declarar.

-¡Ojalá pudiera! Pero tengo mucho que hacer en el santuario. Ahora no cuento con nadie para que me ayude.
-Sentí muchísimo lo de tu abuelo. Ya lo sabes. Te lo dije allí y te lo repito. - Le dijo su interlocutora posando una mano en las de su amiga.- Era un gran tipo. Le recuerdo con muchísimo cariño.
-Gracias Cooan.- Musitó Rei que parecía cercana a emocionarse por aquello.- Eres muy amable.
-Sí, un viaje a América no viene mal, a mí me sería muy útil para promocionarme.-  Intervino Minako.-
-Yo preferiría ir de turismo a Londres.- Comentó Makoto.-

La joven dirigió su atención a la zona de los chicos, donde Nephrite y Diamante parecían charlar animadamente sobre algo. A lo que su compañera Venus correspondió a su vez con una mirada bastante significativa a la par que le respondía solidariamente.

-A mí me encantó vivir allí. Es una ciudad preciosa. Si, quizás podríamos ir de vacaciones juntas alguna vez y te haría de guía. ¿Te gustaría Mako-chan?
-Estaría genial.- Sonrió su amiga en un fallido intento por parecer jovial, sin dejar de mirar al ex de los Shitennou.- Ojalá pudiéramos…

Mientras los jugadores retornaron a los vestuarios tras ejercitarse un poco. Enseguida Usagi comentó atónita.

-¿Ya está?...
-Eso solo era el calentamiento, ya te lo hemos dicho.- Suspiró Rei moviendo la cabeza.-
-Saldrán otra vez dentro de un rato.- Le indicó Makoto.-

Su amiga asintió, después prosiguió la conversación con sus compañeras abordando otros temas. Unas localidades más a la derecha, Annie por su parte, charlaba  con Petz.

-¡Vaya, esto es espectacular! ¡Es un recinto enorme! No había visto a tanta gente junta desde que participé en una obra de teatro con las chicas.
-¡Es verdad, ya me acuerdo de eso! - , rio Usagi al oír aquello. - Tuvimos un gran éxito y eso pese a que una de vuestras cartas se metió por medio.
-Yo creo que precisamente por eso, -  intervino Minako con expresión divertida. –
-Todavía me acuerdo de aquellos malditos disfraces de animales a modo de enanitos.- Rio Makoto a su vez olvidando ya el anterior tema.- ¡Eran incomodísimos!
-¿Cómo?, ¿cómo? - Inquirió Petz curiosa para apremiarlas con vivo interés. - ¡Eso me lo tenéis que contar!, suena divertido.
-Pues verás. - Le narró Usagi. - Resulta que Annie hizo trampas con una pajita para obtener el papel de Blancanieves y...
-¡Chicas! ¡Ahí salen y esta vez de verdad! - Interrumpió Cooan señalando a la salida de vestuarios con excitación. -

            Del túnel emergieron las figuras de los jugadores de ambos equipos enfundados con sus respectivos chándales. Su amigo iba en un grupo del final, charlando con algunos compañeros. Parecía pequeño comparado con la mayoría de ellos.

-¡Guau!,- exclamó Tom. - Esos son estrellas de la liga, ¡veremos lo que hace Roy contra esos tipos!
-Seguro que él solito puede con todos. - Añadió Beruche batiendo palmas en tanto exclamaba - ¡ánimo campeón mío!..
-Desde luego, - concedió Diamante despreocupadamente. – Si quisiera, para él no será ningún problema el ganar a todos esos tíos.
-¿No os olvidáis de algo? - Les preguntó Tom, haciendo que todos le mirasen sorprendidos. - Aquí no vale eso de volar ni de utilizar una velocidad excesivamente rápida, esto no es un combate. Y él jamás querría hacerlo de esa manera.
-Es verdad.- Admitió Nephrite.- Eso no sería justo ni deportivo.

            Los chicos se miraron entre ellos. La verdad es que hasta ahora no habían caído en esa circunstancia. Roy tendría que disimular sus poderes. Quizás no lo tuviera tan fácil después de todo. Bertie recordó lo agobiado que se sentía su novio al pensar en eso. Pero confiaba en él.

-Sé que tú harás lo correcto y sabrás controlarte, cariño. Esto significa mucho para ti. - Pensó animosa.-

La sirena sonó y tras unos minutos de calentamiento final, los jugadores se dirigieron hacia sus respectivos banquillos. Se presentó al conjunto contrario y acto seguido, con un efectista espectáculo en el que se apagaron las luces y solamente se iluminó a los jugadores con errantes focos, le tocó al equipo de casa. Al presentar a Roy de los primeros todos aplaudieron con entusiasmo. Pero los Knicks no alineaban a su amigo entre los titulares.

-Pues parece que por ahora no juega - dijo Rei sin poder evitar su decepción. -
-Seguro que se han equivocado - aseveró Cooan - enseguida le sacarán.
-¿Tú no has visto mucho baloncesto, verdad Connie?- suspiró resignadamente el novio de la muchacha. –
-Creo que más que tú,  durante toda la temporada pasada estuve animando al equipo en la Golden por si no te acuerdas.- Repuso ella reivindicándose más al remachar.- Y sé de sobra lo buen jugador que Roy es.
-Sí que es bueno. Pero esto es la NBA, no una liga universitaria menor.- Le recordó pacientemente su novio.- Aquí no es nada sencillo jugar, y menos todavía ser titular.
-¡Tom, deberías tener más fe en él! - Le reprochó ésta. -
-No es cuestión de que yo tenga fe. Sabes que soy su primer fan, pero esto es cosa del entrenador. Pero no te preocupes. Estoy seguro de que cuando salga demostrará lo que vale. - Le respondió él con tono conciliador -
-Eso será si sale,- objetó Zafiro con algo de inquietud. - Porque si la cosa está igualada, los suplentes no suelen jugar mucho.
-Vamos a desear que se fijen en él.- Intervino Makoto con un talante más optimista. -
-Sí, porque como no juegue, después del viaje que hemos hecho para verle.- Se quejó Usagi a lo que Rei contestó propinándola un capón. - ¡Ay!, ¿pero qué te propones?- Le chilló la afectada frotándose la cabeza. -
-¡Basta ya Usagi, no seas tan bocazas! - la reprendió su compañera. -

            Por toda réplica su interlocutora le tiró encima las palomitas y  Rei respondió de la misma manera, colocándole el recipiente por sombrero. Comenzó una batalla campal hasta que los espectadores circundantes llamaron la atención al grupo.

-¡Usagi, Rei comportaos! - les pidió apuradamente Mamoru haciendo que ambas se pusieran coloradas. -
-La verdad es que son unos tipos enormes. - Intervino Esmeralda que no perdía de vista el calentamiento de algunos de esos gigantes junto a la canasta de los Knicks. - Hasta Diamante es bajo comparado con la mayoría de ellos. Roy lo va a tener mal si no puede volar.
-No sólo la estatura influye en este juego. - Advirtió acertadamente Ail indicando al grupo. -También hay jugadores más bajos que él.
-Además jugará de escolta, seguro que tirará de tres o entrará a canasta en los contraataques. O puede que de base y dé asistencias. - Opinó Diamante. -
-¡Vaya! - Le dijo Nephrite sorprendido.- No sabía que entendieses tanto de baloncesto.
-Algo me he visto últimamente por la tele para documentarme. - Sonrió su interlocutor. -
-Te comprendo - asintió Nephrite. - Yo en Inglaterra he visto mucho football, es el deporte nacional de allí.
-¿Es como el de aquí? - Quiso saber Tom. -
-No, no tiene que ver, aquí lo llamáis soccer - explicó el interpelado. -
-Mirad, ya empieza. - Les advirtió Zafiro-...

            Y en efecto. Al fin el partido dio comienzo, el salto inicial lo ganaron los Knicks. Pasaron unos minutos de toma y daca, los dos equipos estaban igualados, ninguno dominaba con claridad. A mitad del primer cuarto el equipo contrario se adelantó con una ligera ventaja. El entrenador de los Knicks dio entrada a dos jugadores de refresco pero Roy seguía sentado en el banquillo sin moverse. Beruche exclamó.

-¡Oiga! - se dirigió hacia el banquillo con tono impaciente. - ¿Por qué no saca a Roy de una vez?, él lo arreglaría enseguida.

            El banquillo, que estaba muy cerca, se giró por entero hacia ella observándola entre atónitos y divertidos, excepto uno que se tapaba la cara con las manos (era fácil adivinar quién). Un tipo muy elegantemente vestido, bastante calvo y con aire severo, miró también hacia Bertie y después, otra vez, se fijó impasible en la cancha.

-Por lo que más quieras, cubito.- Pensaba Roy envarado - no le pongas de mala leche. - Su entrenador le miró con cara de pocos amigos y él sólo pudo encogerse de hombros y esbozar una estúpida sonrisa en la cara, musitando. – Es mi novia ¿sabe?… es una gran chica…

            Los Knicks perdían ya de diez cuando comenzó el segundo cuarto. Al poco hacían más cambios pero el esperado por todos no llegaba. Ahora le tocó el turno a Petz quien, brazos en jarras, se levantó exaltada.

-Mi hermana tiene razón. ¿Que clase de entrenador es usted? ¡Cualquier tonto puede ver que tiene a su mejor jugador sentado en el banquillo y no lo saca!
-¡Eso! ¡A Malden, saque a Malden! - Añadió Esmeralda con voz premiosa. -
-¡Claro que sí!- Apoyó Makoto encendidamente - ¡Todos sabemos que es el mejor!
-¡Ay, ay, ay! - Se lamentaba el objeto de sus ánimos escondiendo la cabeza, ahora bajo una toalla- Por lo que más queráis. ¡Callaos ya! - musitó, entre dientes. -

            El entrenador cada vez le miraba con mayor inquina, Roy sólo volvió a sonreír encogiéndose de hombros una vez más.

-¡Callaos ya! - les pidió apuradamente Zafiro a las chicas tras percatarse de la situación. - Vais a conseguir que el pobre no juegue en toda la temporada.
-Zafiro tiene razón - admitió más sosegadamente Cooan. - Hay que tener paciencia.

            Pero los minutos transcurrían inexorables y después del segundo cuarto se llegó al descanso del partido, Roy no había jugado ni un segundo. Mamoru le dijo a Ail.

-Esperemos que salga ahora.
-Yo no sé porqué se ponen tan nerviosos, a fin de cuentas es sólo un juego.- Declaró el alíen. -
-¡Pero como eres, Ail! - Le reprochó Ann acunando mientras a su hijo. - ¿No ves que tienen mucha ilusión?...
-Hay que tener fe. Su oportunidad llegará. - Añadió Mamoru. -
-Pues a este paso, habrá que ir a rezar un poco. - Terció Usagi preocupada añadiendo para dirigirse a Rei. -¿Oye, no podrías hacer un encantamiento de los tuyos o algo para que juegue?
-¡Qué más quisiera!- Suspiró ahora la sacerdotisa, moviendo la cabeza para sentenciar.- Pero solamente ejerzo la magia blanca.

            El segundo tiempo comenzó y Roy seguía sentado. Tras unos minutos su equipo perdía de quince. Ahora fue Diamante el que vociferó impaciente.

-¡Eh, ese entrenador!, que nos estamos aburriendo…
-Venga, vamos a corear. - Animó Minako utilizando el vacío cono de las palomitas como improvisado altavoz. -  ¡Saque a Malden!
-Vamos entrenador, anímate. - Le pidió Ann con una sonrisa. -
-Un tipo tan elegante debería hacer caso a unas señoritas tan guapas como nosotras. - Le aconsejó Esmeralda con voz melosa.-

La joven además cruzaba sus largas piernas, haciendo que el entrenador carraspeara y mirase hacia otro lado avergonzado. Lo mismo que media plantilla que prestaba más atención ahora a eso que a lo que sucedía en la cancha…

- Adelante. ¡Vamos a animarle! – Propuso entusiásticamente Usagi.-

Y lo hizo de inmediato, levantándose ella junto con Minako. Cada una de ellas con dos cartulinas en las que llevaban el nombre del chico escrito en tanto coreaban a dúo.

- ¡Hip hip, Roy, ra ,ra ra! ¡Malden, Malden ganará!
-Esto me suena de algo.- Musitó Cooan poniéndose colorada dirigiéndose hacia Makoto.-
-Sí. A mí también.- Convino la interpelada del mismo modo, agregando con visible rubor.- Y ahora  por si eso fuera poco, está Mina-chan para hacerle los coros….
           
            Ante las sorprendidas caras de los demás aficionados, el resto del grupo, con visible sonrojo miró hacia otra parte. Unos segundos más, que a todos se les hicieron inacabables, tuvieron que pasar en medio de aquella perorata en tanto el resto de las guerreras y sus amigos ya no sabían dónde meterse, pretendiendo no conocerlas de nada. Por fin entre Ami y Makoto respectivamente pudieron sentarlas, ante las miradas entre atónitas y divertidas del resto del público y las de sus amigos con las caras rojas de vergüenza.  Afortunadamente para ellos el míster pareció darse por vencido. Faltaban pocos minutos para acabar el tercer cuarto. Entonces se dirigió a Roy.

-Está bien Malden, sal o no voy a conseguir que ese club de fans tuyo se calle.
-¡Je, je!, son mis amigos, es que han venido desde muy lejos.- Trató de justificarse él rascándose el cogote y riendo como un tonto al sentenciar. – Y les hace ilusión verme jugar.
-¡Pues mira por donde, ahora a mí también me la hace y ya puedes jugar bien por que sino vas a sacar brillo al banquillo hasta que termine la temporada! - Amenazó el mister con cara de pocos amigos. - ¿Entendido?
-Sí señor,- asintió Roy con un gotón de sudor en la cabeza, mientras se quitaba el chándal apresuradamente. - Descuide no le fallaré.
-Más te vale ¡Venga a jugar! - le espetó el entrenador. –

            Y al fin el muchacho salió a la cancha ante la algazara de sus amigos.

-¡Ey!- señaló Diamante alborozado. - ¡ahí está, ya era hora!
-¡Venga Roy, machácalos! - Exclamó Tom levantando los puños.-
-¡Eh Tommy!, que esto no es un combate- , le recordó Cooan con semblante divertido. -
-Es sólo una forma de hablar,- repuso azoradamente éste para añadir con la anterior resolución. -¡Vamos amigo, demuéstrales a todos lo que sabes hacer!

            Pero, fruto de la ansiedad por agradar, el debutante perdió el primer balón que tocó. Zafiro se tapó la cara y Diamante le gritó.

-¡Venga despabílate, tío! ¡Te has quedado oxidado de tanto estar en el banquillo!
-Es que me ponéis nervioso. - Le respondió Roy parándose en medio del juego ante el asombro de los espectadores, de sus compañeros, contrarios y hasta de los árbitros. - ¡Callaos ya, capullos!
-Haga el favor de no insultar al público. - Le reprobó uno de los árbitros- o tendré que amonestarle.
-Descuide,- le sonrió Roy dejándolo pasmado. - Son amigos míos, han venido para verme jugar y animarme, como debuto hoy.
-Pues que manera más extraña tienen de hacerlo,- respondió el colegiado encogiéndose de hombros para indicarle con más desenfado. - Ande, si quiere un consejo, olvídese de las gradas y dedíquese a jugar.

            Roy asintió y  nervioso, miró de reojo a su entrenador que no le perdía de vista y estrujaba una toalla. Las cosas se ponían mal, el muchacho sabía que, o hacía algo rápidamente o se podía despedir de jugar para toda la temporada. Era ahora o nunca.

-Como el maestro Son Goku decía – pensó él tratando de concentrarse. – Más rápido que la luz y más sereno que el cielo.

Aunque eso de quedarse por unos instantes quieto y con los ojos cerrados en medio de la cancha llamó bastante la atención. El míster ya estaba levantándose hacia el banquillo para pedir un cambio y entonces Roy abrió los ojos justo cuando el base contrario iba a hacer un pase a uno de sus aleros. Gracias a sus reflejos cortó un balón y logró una canasta al contraataque. Todos sus amigos aplaudieron y el entrenador asintió aliviado volviendo a tomar asiento. El chico sonrió tranquilizándose. Era lo que necesitaba, comenzó a defender con más ganas, e incluso robó otro balón que convirtió en asistencia para un compañero. Ahora el míster le aplaudió alentándole con un grito.

-Bien Malden, sigue así.

El aludido asintió, ¡pues claro que lo haría! De hecho, tras varias jugadas, consiguió encestar un triple. Bertie y Cooan se abrazan en sus asientos.

-Sí, ¡qué bien, ya son tuyos!- Coreaban las dos. -
-Vaya, la ha encestado desde muy lejos, creo que unos siete metros aproximadamente, para eso hay que tener puntería.- Reconoció Ami añadiendo fiel a su estilo. – Le ha dado una parábola de al menos noventa grados…
- ¡Déjate ya de rollos matemáticos! ¿Es que no puedes dejar de estudiar ni aquí?– La amonestó Rei entre divertida y atónita, haciendo que su compañera se pusiera algo colorada. -
-¿Hanm gafnafdo yaf?- Inquirió Usagi dirigiéndose a su novio en tanto masticaba un perrito caliente con entusiasmo, sujetando otros dos en ambas manos. - ¿Se haf acafbado?
-Todavía no. - Replicó pacientemente Mamoru moviendo la cabeza al contemplar como su futura reina tenía la boca tiznada de kétchup. – Mira el marcador, van seis puntos abajo. Y quedan todavía bastantes minutos.
- Bueno, eso no es mucho. – Terció Makoto. – Debería darles tiempo a remontar.
- ¡Claro que sí! Seguro que en nombre del amor, y de la justicia deportiva, Roy logrará vencer. – Arengó Minako mirando a Bertie que se puso colorada. -

            Por fortuna las chicas parecían llevar razón. El papel de su amigo en el encuentro fue a más. Consiguió defender bien dos ataques contrarios y recuperar esos balones asistiendo a sus compañeros. De este modo, en el último cuarto del partido, se habían reducido las distancias a tan sólo tres puntos de desventaja entre ambos conjuntos. El campo se vino abajo cuando el nuevo jugador de los Knicks robó un balón más y consiguió otro triple que lo empataba.

-¡Bien!- brincaban Zafiro y Ail  tirando al aire las palomitas y abrazándose con alborozo. -
-Pues menos mal que Ail decía que sólo era un juego. - Sonrió Petz dirigiéndose a Ann que también se reía de aquel entusiasmo casi infantil de su pareja.- ¡Está tan emocionado como mi novio!
-Es un juego apasionante, no cabe duda. - Afirmó reflexivamente Nephrite sin perder su compostura de gentleman. – Ahora el partido está muy disputado y cualquier podría ganar. Apostaría algún dinero de tener oportunidad.

            Y así era, tras un intercambio de canastas los Knicks lograron ponerse por delante, con un par de meritorios rebotes de Roy en ataque. Sus contrarios no se explicaban como había podido ganarles la posición en el salto, siendo además, de tan baja estatura en comparación a los pívots rivales. No contento con eso, la fortuna le sonrió y atrapó otros dos rechaces más que salieron largos en defensa y suya fue la asistencia que permitió a su equipo llegar a los cien puntos. Cuando quedaba un minuto volvió a robar otra pelota y corriendo hasta la canasta rival hizo un mate que levantó los aplausos del respetable. El equipo adversario pidió un tiempo muerto y cuando los jugadores se reunieron en corrillo para escuchar las instrucciones, el grupo del chico les aclamó.

-Muy bien, Roy. ¡Eres el mejor! ¿Lo ves entrenador? Ya te lo dijimos. – Le chillaba Minako realmente apasionada por el devenir del partido. – La próxima vez haznos caso antes.
-¡Estupendo cariño!- Aplaudía una radiante Beruche sintiéndose muy orgullosa. –
-¡Ya verás como te lo recompensa esta noche en casita! – Voceó Usagi entre risas.- ¡Eh Roy, esta noche tienes que portarte bien y encestar con Bertie!

Aunque esas palabras tuvieron el efecto de poner colorados a todos sus compañeros, a Roy, a los restantes miembros de la plantilla de los Knicks e incluso hasta a su propio entrenador. Levantando algunas risas entre el público.

-¡Usagi - chan, por favor!- Le susurró Beruche visiblemente azorada, pese a que se tapaba la cara con ambas manos. -
-Perdona. Je, je. ¡Se me ha escapado! – Se disculpó ésta llevándose una mano al cogote. –
- Tienes una bocaza más grande que el túnel del metro de Nueva York. – La amonestó Rei no sin sorna. – Y mira que es decir…
- ¡Ya tenías que saltar tú por medio, “doña me meto en lo que no me importa!” – Replicó Usagi a su vez. –

Rei por supuesto le sacó la lengua, su interlocutora hizo lo propio. Menos mal que entre Minako y Ami hicieron un espacio entre sus compañeras puesto que otra guerra de palomitas era de nuevo inminente…

-Haced el favor. Estar atentas al partido. Ya queda poco. – Les pidió apuradamente Makoto tratando de evitar que Rei le estampase a su antagonista otro cucurucho de palomitas, esta vez lleno. –
-Así es, chicas. – Convino Minako con idéntico gesto de vergüenza, sujetando a Usagi para que no atizase a su polemista con su vaso de bebida. – Ya termina el tiempo muerto…

            Ami a todo esto se sonreía envarada ante aquel espectáculo de sus compañeras. Se esforzaba por tratar de ignorarlas en tanto calculaba las posibilidades que había de anotar puntos respecto de los minutos que faltaban para finalizar el partido. Efectivamente y por suerte para la paz, el tiempo concluyó, las chicas se calmaron y los jugadores regresaron a la cancha. Roy aun tuvo la oportunidad de encestar otra canasta y un par de tiros libres. Cuando ya solo quedaban cincuenta segundos, su entrenador le sentó, así todo el público pudo ovacionarle en reconocimiento a su labor.

-¿Pero, porque lo quita si está jugando tan bien? - Preguntó Cooan atónita y algo indignada. -
-Para que el público le aplauda, ahora que el partido está decidido, Connie - sonrió Tom. – Es un gesto de deferencia.
-Es cierto. – Terció Zafiro  aplaudiendo y escuchando al igual que los demás. – Se lo ha ganado.

Y así era. Todo el público ovacionaba a ese joven tan prometedor. Les había gustado mucho la actuación de Roy, y a los más cercanos incluso a la pista les había caído simpático al oír a sus “admiradores” pedir que le dejasen jugar. Diamante e incluso Nephrite que estaban cerca de la posición de los comentaristas, pudieron escuchar a un tipo con barba y voz algo gangosa decir.

-Este muchacho, Roy Malden, es rapidísimo. Roba balones de forma tremenda. Algunos de sus contrarios ni se han dado cuenta hasta que les había quitado la pelota y corría hacia la otra canasta. Parece surgir de la nada, como el Hombre Invisible.


            Y otro comentarista extranjero, calvo y con pajarita, hacía extraños aspavientos y decía en un idioma que les era desconocido a la mayoría.

-¡Siiii! ¡Qué jugón! Malden. Menudo “Funky Man” está hecho, ¡Too funky for meee! y con su propio club de fans el tío. Aunque ¡menudo club!  El club de las jugonas. ¡Vaya tías! ¿Eh Daimi...?. I am the invisible man…see right through me!  ¡Ja, ja! Que no le atrapan…¡Que no!

Añadió con altisonante tono, dirigiéndose a un compañero suyo más centrado en desgranar los pormenores del partido y que replicó con un tinte de voz más serio y analítico.

- Parece que Malden proviene de una universidad pequeña, de aquí mismo, del Estado de Nueva York. Es un joven escolta no drafteado. Creo que jugaba en una liga menor. Parece una apuesta personal del entrenador. Defiende bien, tira con acierto y es muy rápido en transición.
- Pues sí. - Completaba aquel extravagante tipo para volver a su anterior tema, como si no hubiera oído nada de lo dicho por su colega. - Me parece que una de esas es modelo. Ahora no recuerdo como se llama, pero la tía sale en las revistas. ¿O no? Daimi. Hicimos bien en venir para la apertura de la temporada. ¡Eh!. ¿Sí o no? ¡Hazme caso!, este chico, venido de la liga comercial, va a destacar. ¡Los Knicks han encontrado un auténtico jugón! Galería de los elegidos para gloria. Es que es The invisible man, el tío. Pero, ¿de dónde sale para robar esos balones? ¿De dónde sale que no le veeeeo? ¡Vaya crack! ¡Juuugoooon!

            Roy pudo captar algo de esto y como estaba en español lo entendía sintiéndose bastante halagado. Pero fue mejor aun cuando sus compañeros, algunos de ellos jugadores muy famosos y destacados a los que él mismo admiraba, le felicitaron. Incluso su entrenador se acercó  a él para decirle, ahora con un tono bastante más amable.

-¡Bien hecho, Malden! , parece que tus amigos no se equivocaban, sigue así y no hará falta que te reclamen para jugar.
-Muchas gracias, señor. - Sonrió contento y miró a sus amigos guiñando un ojo, para alegría de todos ellos. – Lo procuraré…

            El partido terminó 112 a 103 favorable a los Knicks, la cancha se desalojó y todos salieron a esperar a Roy en el exterior pues tardaría en ducharse. Luego quizás tuviera que atender a algunos periodistas que ya comenzaban a cercar la salida. Algunos incluso a dirigirse a los vestuarios donde podían entrar diez minutos después que los propios jugadores.

-¡Vámonos a su casa y le preparamos una fiestecita sorpresa! - Propuso Diamante. - ¿Qué os parece?

            Todos convinieron en ello con visible algazara.

-Yo me quedo aquí - les dijo Beruche- ¡Pobrecito mío! , con lo bien que ha jugado no le voy a dejar volver solo.
-Vale- asintió Tom - , luego nos lo llevas para allá, pero no le digas nada. Danos tiempo.
-Nosotras nos esperamos un momento para saludarle - intervino Usagi. -
-Nos gustaría quedarnos pero tenemos que volver para estudiar.- Remachó Ami para desconsuelo de sus compañeras. -
-Luego, cuando ya no quede nadie por aquí cerca, debemos irnos con la tele portación. – Añadió confidencialmente Rei. –
-¿Y no podéis quedaros? Aunque solo sea un poco. - Se lamentó Cooan. -
-Es verdad. - Protestó Minako deseosa de ver más de cerca todo aquel glamour post partido. - ¿Qué más da un día más o menos?
-Debemos empezar a estudiar sin más demora.- Insistió Ami entre las caras de agobio del resto de  sus compañeras cuando les recordó – Tened en cuenta que en Tokio hay muchas horas de diferencia respecto de aquí. Estaremos hechas unos zorros al regresar y acusar el cambio brusco. Ya sabéis lo que pasa, es como un jet lag instantáneo. De modo que hay que descansar. Además, los exámenes comienzan dentro de pocos días.
-¡Qué horror! ¡Aborrezco el estudio! - Exclamó teatralmente Usagi si bien todos sabían que lo decía de veras. -

            Las guerreras suspiraron con resignación, hasta la propia Ami hubiera preferido quedarse en esta ocasión, pero desgraciadamente no era posible. Así que se despidieron afectuosamente de todos los demás que se marchaban a preparar la celebración…

-Pues en casa nos veremos. - Acordó Bertie con el resto aguardando a su novio en compañía de las propias sailors y Mamoru. –

            Los demás convinieron en ello y se marcharon. Dispuesto a iniciar los preparativos para la celebración. Esa noche a Roy y a sus amigos les esperarían más de una sorpresa…

-Ha sido un gran partido.- Comentó Makoto. –
-Es verdad. Estuvo muy interesante, me voy a hacer fan de este deporte. Aunque sigo prefiriendo el vóley.- Añadió Minako.-
-Y Roy ha estado genial. Me alegro mucho por él.- Afirmó Ami.-
-Gracias amigas.- Sonrió Bertie.-

            Y justo a unos metros por encima, sobrevolándoles, Leval sonrió. Al menos aquello había sido bonito de ver. Pudo introducirse en el pabellón usando sus habilidades para no ser detectado por la seguridad. De ese modo tuvo la inmensa fortuna de ver jugar a su padre en directo. Y todo fue tal y como lo recordaba. Incluso cuando a través del circuito cerrado de televisión y de los marcadores gigantes, sacaron algunos planos de las guerreras vociferando o de los amigos de Roy insistiendo para que el entrenador le sacase. Desde pequeño siempre le hizo gracia aquello. Y a su memoria acudía el recuerdo de su pobre madre que siempre suspiraba cuando, juntos, habían visto ese encuentro. Muchas veces ella se enjugaba alguna lágrima, pero siempre se esforzaba por sonreír. Su madre creía que él no se daba cuenta, pero Leval podía sentir lo mucho que sufría al recordar esos buenos y viejos tiempos. Y aquellos momentos tan hermosos del pasado que únicamente fue capaz de ver tanto tiempo después eran ahora el presente para él.

-Debo hacer todo cuanto esté en mis manos para que las cosas no sean como yo las recuerdo. Que mis padres y los otros, junto con el resto de las personas de este tiempo, tengan la oportunidad de vivir un futuro en el que sean felices.

Sin embargo, se daba cuenta de que, si tenía éxito, la paradoja temporal provocaría que él jamás hubiese existido. Al menos como producto de aquel futuro de horror. Quizás naciese siendo alguien totalmente diferente que jamás hubiera vivido aquello. Por tanto, nunca viajaría atrás en el tiempo para alterar nada.

-El tío Tom nos lo explicó a mí y a Mazoui, pero, cuantas más vueltas le doy más me desconcierta.


Y desde luego que así se sentía, muy desconcertado. Es más. ¡Aquello era como para volverse loco! El muchacho reflexionaba sobre todo eso tras salir del pabellón y retornar discretamente a la casa de sus futuros padres. Allí, todavía a una prudente distancia, se escondería y aguardaría hasta poder presentarse.


                       anterior                                                              siguiente

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Por favor, si sois tan amables y no os es molestia, comentar vuestras impresiones sobre lo que habéis leído. Me vendría muy bien para mejorar y conocer vuestras opiniones sobre mis historias. Muchas gracias. ;)