-¿Diga? Hola Ami, ¿Qué tal os va por allí? - Quiso
saber con palpable interés y esperanza.-
-Bertie - Repuso su amiga realmente preocupada en su
tinte de voz. - Tenemos noticias y no son nada buenas.
-¿Qué es lo que ocurre? - Inquirió su interlocutora ensombreciendo
el gesto para recibir la inquieta e interrogativa mirada de su hermana. -
-¡Hay más meteoritos!, viene en una autentica
lluvia, algunos con tamaño suficiente como para ser la base de operaciones ¡Al
menos dos más!, otros podrían ser simples rocas o contener fuerzas invasoras. No
tenemos manera de saber cuál es cual. Lo peor es que caerán en diferentes
puntos de la Tierra. Cualquiera de ellos podría ser la base central. Además,
claro, de suponer un terrible impacto que pueda dañar el medio ambiente.
-¡Oh no!, y Roy y los demás se han ido a entrenar al
Cielo. ¡No podremos avisarles hasta que vuelvan! – Exclamó Beruche. -
-Si averiguamos algo más ya te lo haré saber,- le
dijo Ami despidiéndose. - Hasta entonces procurad dar con ellos a toda costa.
Su
contertulia colgó quedándose pensativa, eso era un grave problema y tendría que
decírselo a los muchachos tan pronto volvieran. Cooan entonces quiso saber lo
que sucedía y su hermana se lo contó.
-Eso es un grave contratiempo, pero podremos
superarlo. - Afirmó con su indomable optimismo. - De momento avisemos al resto
de las chicas.
-Tienes razón. - Convino Beruche. - Nos reuniremos y
las pondremos al corriente, de todas formas, los chicos regresarán mañana.
Tendremos tiempo de contárselo.
Cooan
se ocupó de comenzar a llamarlas. Bertie la miraba sin decir nada pero no podía
evitar el terrible pensamiento de que quizás perdieran a pesar de sus
esfuerzos. Si eso ocurría ella lucharía también para proteger a la gente. En el
peor de los casos moriría y se reuniría con Roy. Estaba segura de que las demás
harían lo mismo. Aunque quizás, teniendo en cuenta que, según Leval
sobrevivirían, no les convenía afrontar riesgos innecesarios. Y hablando de ese
chico. ¿Cómo era posible que él las conociera tan bien? ¿Es que acaso tenía
alguna relación con ellas?, pero ¿cuál? A su mente volvía la cara de Roy cuando
volvió hacia ella con el muchacho después de aquella pelea. Tenía el rostro
desencajado, y luego sus remordimientos y su pesar de la noche anterior. Al
principio creyó que era debido a la presión, pero ahora quizás pudiera haber
algo más, de hecho su novio estaba casi como si hubiese matado a su...
-Bertie.- La distrajo su hermana -¿Tienes el
teléfono del hotel de Esmeralda, Annie, Amanda y Petz?
La aludida la miró atónita y desconcertada al salir
de sus reflexiones pero enseguida reaccionó respondiendo.
-Sobre la
mesa de al lado. A tu izquierda.- Señaló una pequeña mesita redonda que
sostenía unas fotografías y además tenía un pequeño listín de notas. -
Cooan
la vio sin problemas y encontró el número, enseguida pidió al hotel que le
pasara a la extensión de su hermana Petz. De este modo informó a ésta que prometió advertir a las
otras y dirigirse hacia allí. Mientras, en el Cielo, tanto Roy como Leval y los
demás se aprestaban a usar el cuarto. El chico miraba sorprendido a su alrededor,
ese espacio blanco e inmenso del que solamente había oído las historias que su
madre recordaba haberle escuchado a su vez a Roy. El resto aguardaba esperando
a alguien, y esa persona, que no era otra sino Landar, no tardó en manifestarse.
El mago, como de costumbre, apareció surgido de ningún sitio en especial, se
acercó al grupo y les habló.
-Me alegro de volver a veros de nuevo, aunque
preferiría que fuese bajo otras circunstancias.- Dedicó su mirada a Leval para
añadir con gentileza. - Tú eres el joven que ha venido del futuro, me alegra
conocerte.
-Hola señor. ¿Cómo está? - Saludó educadamente el
muchacho sorprendido de que ese hombre supiera sobre él. - Mucho gusto en
conocerle.
-Este es Landar, Leval - le presentó Roy. - Un gran
mago que nos ayudó muchísimo en el pasado.
-Bueno, no hay tiempo para más saludos. – Terció el
anciano.-
Desde luego que parecía satisfecho de que, por una
vez, ese muchacho se mostrase respetuoso con él. Aunque enseguida recobró un
rostro serio para advertirles.
- Habéis de
saber que si usáis el Rincón un día entero más, no podréis volver a él nunca.
-¡Pues vaya gracia! - intervino Diamante, cruzándose
de brazos, contrariado ante aquel imprevisto. - Entonces ¿Solo tenemos veinticuatro
horas más?
-Otra cosa. - Agregó el mago que no parecía portar
más que problemas. -El Cuarto no está a plena capacidad. Ya sabéis como son
Goku y Vegeta, estuvieron entrenando en él y lo han dejado algo dañado. Ellos
al estar permanentemente muertos y no compartirlo con seres vivos pueden usarlo
lo que quieran. Y muchas veces no se preocupan de cómo lo dejan. Bueno, esos
dos no se molestan en ocuparse de nada que no sean sus entrenamientos. – Suspiró
resignadamente para informarles. - Así
que solamente podréis entrar en grupos reducidos de dos personas a un tiempo.
Todos
se miraron visiblemente sorprendidos y fastidiados por la situación.
-Cualquiera les dice nada.- Resopló Roy.-
-¿Son poderosos, verdad?- Inquirió Leval con
evidente curiosidad.- He oído esos nombres cuando era niño.- Añadió sin querer
desvelar la identidad del que le habló de ellos.-
-Ni te cuento. ¡Tienen el nivel Dios!- Le contó Roy
dejándole boquiabierto.-
-¿Nivel Dios?- Repitió Leval sin comprender.- ¿Qué
es eso?
-Mi te soy sincero, no tengo ni idea. Lo que sí sé
es que está mucho más allá de nuestros niveles de súper saiyajin.- Repuso su
interlocutor.-
Roy
les contó a sus amigos aquella vez en la que Vegeta, su ta,ta,ta,ta,ta,ta
muchas veces abuelo, le dejó fuera de combate con un simple puñetazo. Además,
eso no quedó ahí, estando tendido en el suelo , retorciéndose de dolor, pudo
escuchar al menos a Son Goku salir en su defensa.
-Vegeta, creo que te has pasado. Él no puede enfrentarse
a ti en igualdad de condiciones.
-¡Pues que mejore! – Espetó el legendario príncipe
de los guerreros del espacio, cruzando de brazos y alegando con desdén.- Su fuerza
es tan irrisoria que ni tan siquiera es digno de que le llame insecto. No
comprendo cómo puede llevar sangre de saiyajin. Voy a tener que inventar un
nivel más bajo que el tuyo para describirle. Quizás microbio le vendría mejor.-
Remachó con una burlona sonrisa.-
-Sabes bien que, con esfuerzo y dedicación, incluso
un microbio puede vencer a un Dios.- Replicó Goku con una media sonrisa.-
-Puede que eso suceda en algún caso excepcional como
el tuyo.- Contestó el aludido a regañadientes, para agregar.- Pero lo dudo
mucho en el suyo. Su derrota contra ese diablejo tan patético no deja de ser
insultante para alguien que es descendiente mío.
-Mejorará.- Le aseguró Goku.- Necesita aprender
quién es y lo que puede llegar a hacer.
-Pues para eso, no hay mejor maestro que tú. Que admiras
las causas perdidas.- Replicó indolentemente Vegeta alejándose de allí.-
Roy
recordó que su maestro se aproximó hasta él y le ayudó a levantarse. Tras un
rato se recobró y Goku le comentó con tono jovial.
-No le hagas mucho caso, tiene un carácter difícil.
-Sí, es una forma de expresarlo.- Suspiró él.-
-Pero en una cosa tiene razón. Debes mejorar. Y para
eso hay que seguir entrenando.
-Es verdad, aunque me fastidie admitirlo.- Suspiró
Roy. -
Ahora,
sus compañeros le sacaron de esos recuerdos, Nephrite, tomó la palabra para
comentar.
-En cuanto a carácter, ese Vegeta es peor todavía
que Piccolo. Pero cualquiera se lo dice con lo fuerte que es.
-¿Y no podrían venir a ayudarnos?- Inquirió Leval,
alegando.- Siendo tan poderosos sería sencillo para ellos acabar con esta
amenaza.
-No les está permitido. Ellos terminaron su
presencia en la Tierra hace muchísimos siglos. O eso nos comentaron.- Respondió
Diamante.- Así que nos toca entrenar a conciencia durante un día más en ese
cuarto
Aunque
tras haber estado haciendo algunos cálculos mentales rápidos, fue Zafiro quien
tomó la palabra y propuso a los demás.
-No creo que nos haga falta tanto tiempo, hermano. Podemos
turnarnos, entrar por parejas, cada turno de ocho horas.
-Eso serían unos cuatro meses ahí dentro. Sí, creo
que sería tiempo suficiente.- Terció Ail. -
-Estoy de acuerdo- convino Nephrite que inquirió sin
impaciencia pero con interés. - ¿Cuando empezamos y quien lo hará en primer
lugar?
-Ail y yo tenemos un nivel parejo - repuso Zafiro -
entrenaremos juntos.
-De acuerdo. - Aceptó el alíen - así progresaremos
los dos a la vez.
-Entonces iremos después Nephrite y yo. - Propuso
Diamante a lo que su compañero asintió.
-
-Pues como únicamente quedamos Leval y yo, seremos
los últimos en entrenar.- Concluyó Roy, deseando a sus amigos. - ¡Suerte
muchachos!
Antes de que les tocase el turno de entrar, Roy le
inquirió al anciano.
-Oye Landar. Me gustaría hablar con alguno de mis
antepasados y preguntarles por esta situación, ellos vivieron una similar si no
recuerdo mal. Me lo contaron en algún momento de mi anterior estancia aquí.
Pero no recuerdo bien los detalles.
Pero
el mago movió la cabeza y rebatió.
-Lo que a vosotros os suceda a partir de ahora, cosa
vuestra es. Aunque sean situaciones similares no tienen nada que ver.- Miró
hacia Leval que permanecía absorto en la contemplación de aquel vacío
inmaculado y añadió. - Y te diré algo más. El tiempo ha sufrido una alteración,
pues obedece a instrucciones superiores. Hay fuerzas muy por encima de vuestro
entendimiento involucradas en esto. Han provocado cambios muy considerables en
la marea espacio- temporal. Y sus consecuencias son imprevisibles, incluso para
mí.
-Debí de ser yo al venir aquí.- Musitó Leval bajando
la cabeza y disculpándose.- Lo lamento de veras. No quise complicar las cosas a
nadie.
Sin
embargo, el mago posó una mano sobre el hombro derecho del chico y le sonrió animosamente
para rebatir.
-No, no ha sido por causa tuya. Es más, el que hayas
venido contribuirá a que todo eso se solucione. Si es que salís vencedores como
espero que hagáis. Escuchad, ahora mismo existen algunas variaciones dimensionales
de las que ya hablaremos en su momento y que se deben cerrar. Para ello, lo
primero es que eliminéis esta amenaza que se cierne sobre la Tierra…
Por
unos breves instantes Roy creyó recordar, pero era como si lo hubiera vivido en
sueños. Él juraría que, en otro momento, había oído algo similar. Como si el
continuo espacio – temporal ya hubiera sido dañado anteriormente y reparado. Y
le daba la impresión de haber tenido que ver algo en ello. Quiso decir algo,
pero el mago no le dejó puesto que sentenció con rotundidad.
-Todo este fenómeno no guarda relación con tus
antepasados aunque las vivencias de ellos les sirviesen como modelo. Sólo te
interesa saber que debéis evitar el futuro del que proviene ese muchacho y
forjar otro distinto en el que deben suceder otras cosas. Por el bien de todos.
-¿Y no podría mirar las aguas del tiempo?– Le
inquirió Roy recordando aquella vez que todos lo hicieron. -
-En esta ocasión te serviría del mismo modo que la vez
anterior.- Replicó Landar aseverando además con cierto tomo de inquietud. –
Incluso serían de menos utilidad, se hayan turbias debido a esta situación.
-Bueno, pero la vez anterior cuando miré, sí que vi
algo. Aunque no comprendí lo que significaba. Supongo que si no hubiera un futuro
no habría visto nada entonces. - Afirmó su interlocutor convencido de eso y
sobre todo tratando de levantar su moral. – Vamos, digo yo…
El
mago no respondió, solamente se alejó de allí y Roy supo que ya no le diría
más. Tenía esa irritante costumbre y así lo comentó en voz alta, para provocar
las sonrisas del resto.
-Sí, hazte el interesante como siempre y déjanos en
ascuas. ¿Por qué estos magos tiene siempre que ser barbudos y tan toca narices?
Si Landar le escuchó desde luego no actuó acorde con
ello. Una vez desapareció el mago, los
demás se miraron durante unos momentos. Ya seriamente, Ail declaró.
-Nos vemos dentro de unos meses, ocho horas para
vosotros.
-Hasta luego.- Agregó Zafiro.-
Y ambos entraron en la sala. Diamante Y Nephrite
serían los siguientes. Pero restaban bastantes horas. Más aun en el caso de Roy
y de Leval. Por ello, pensaron en volver
a la Tierra.
-Sería mejor estar allí, descansar y luego venir a
entrenar.
-Si es por eso, mejor será descansar aquí. Alguna
nube habrá para tumbarse.- Comentó Roy con tono jovial.-
Una
vez más el resto se sonrió. ¡Solamente a ese chico se le podrían ocurrir esas
cosas! Aunque en este caso, añadió ya con más dosis de seriedad.
-Creo que es mejor quedarnos aquí, aunque tengamos
que aguardar. Podremos entrenar los cuatro un poco y charlar.
Así pues, hablaron de algunas cosas, pelearon un
poco para desentumecerse y descansaron. Diamante y Nephrite constataron que, en
efecto, ese joven ya les superaba con mucho en fuerza. Y cuando Leval estaba
algo aparte, Roy les comentó guiñándoles un ojo con complicidad.
-Cuando salgamos del Rincón quiero que sea incluso
más fuerte que yo.
Las ocho horas pasaron y el príncipe de Némesis y su
amigo, el príncipe de los Cuatro Cielos, tomaron el relevo de un Zafiro y un Ail
que parecían mucho más robustos y vigorizados. Zafiro había vuelto a dejarse
esa barba. Roy les saludó, comentando con humor.
-¿Otra vez, Zafirete? ¿Ya vas a volver a dejarte esa
barba?
-Únicamente hasta que derrotemos al enemigo. La otra
vez me trajo suerte.- Sonrió este.-
-¡Al menos tu hermano no se afeitó la perilla! - Rio
Ail.-
-¿Qué vais a hacer?- Quiso saber Leval.-
-Si no os importa, iremos con nuestras mujeres.
Tenemos que descansar a ser posible en su compañía. Hemos acabado algo harto de
tenernos solamente el uno al otro.- Repuso Zafiro.-
Y
como Roy fingió cara de asombro, abriendo la boca de manera exagerada, Ail se
apresuró a matizar, incluso algo colorado.
-¡No, no, no! Nada de eso que estés imaginando en tu
sucia mente ha pasado.
-No nos van ese tipo de cosas.- Añadió de inmediato
Zafiro.-
Aunque
su amigo ya se estaba tronchando de risa, haciendo que el propio Leval sonriera
y riese un poco sin ser capaz de evitarlo.
-Este tipo siempre está igual. Reza para que no te
contagie su sentido del humor ahí dentro.- Le comentó un a su vez risueño Ail
al muchacho.-
Y después de
unas risas compartidas que a todos les hicieron mucho bien, Zafiro y Ail se
volvieron a la Tierra. Leval entonces le preguntó a Roy.
-¿Por qué no aprovechamos nosotros para bajar un
rato también? Vamos a estar mucho tiempo sin ver a los otros. Bueno, quiero
decir, tendrás que estar meses alejado de Bertie.
-No temas por eso. Ya volveremos. Ella lo entenderá
y además solamente transcurrirán unas horas para los que estén fuera. - Sonrió
su interlocutor, añadiendo.- Pero lo que más me importa es que empieces a
acostumbrarte a las condiciones que hay aquí. Son duras, y las del interior del
Rincón lo son mucho más. Por eso voy a darte una motivación extra.
Y
dicho esto, sacó un cd de música de su grupo preferido. Una de las canciones
era muy apropiada para eso. Así, Roy le dijo.
-Cada vez que escuches este tema, imagina a tus
enemigos. Eso te hará más fuerte y aumentará tu decisión a la hora de
exterminarlos. Y si esto no bastara, piensa en esa otra canción que tanto te
marcó. Cuando llegue el momento deberás sacar cada brizna de fuerza de tu
interior.
Y
sin hacerse de rogar, puso esa canción que comenzaba con una especie de
martilleo. Y una agresiva guitarra.
Es un mundo de máquinas
No me digas que no tengo alma
Cuando las máquinas dominen
No habrá lugar para ti y para mí
Ellas me dicen que no me preocupe
Pero muy en el fondo soy solo un hombre
Ellas me congelan, ellas me queman
Ellas me estrujan y me estresan
Con ennegrecidos pistones por el humo que me comprimen
Pero, nadie, nadie, nadie puede arrebatar
Volver con los humanos
Y un coro de voces metálicas resonaba, metiéndose en
la cabeza de Leval que escuchaba con una mezcla de fascinación y horror,
aquella canción en efecto, resumía bien el calvario que la raza humana vivía en
su tiempo a manos de esos seres cibernéticos.
No tenemos enfermedades, ni problemas mentales
Ni gracias, ni por favor, ni preocupaciones por el
tiempo
Nunca lloramos, nunca nos retiramos
No tenemos concepto de amor o derrota
Qué es ese ruido de la máquina
Son bytes y megachips por té
Es esa máquina, chicos
Con memoria de acceso aleatorio
Nunca le importa, nunca se preocupa
Ni por dinero, ni por oro
Es software es hardware
Es latido es compartir el tiempo
Es una comadrona de disco duro
Su vida sexual es cuántica
Se autoperpetuará y se humanizará
Vuelta a los humanos
Vuelta a los humanos
Vuelta a las máquinas ( respondía aquel coro de
voces de ordenador)
Y Leval
apretaba los puños, revivía imágenes de la tremenda crueldad de esos seres,
aunque, bien visto ahora eso no era exacto. No eran crueles, sencillamente no
poseían ese tipo de sentimientos ni emociones. Por eso, en el fondo no podía
culpar a esos artefactos sino a los pérfidos seres vivos que los dirigían.
Viviendo en un nuevo mundo
Pensando en el pasado
Viviendo en un nuevo mundo
¿Cómo vas a durar?
El mundo de las máquinas
Es el mundo de las máquinas
Cambio
Volver a los humanos.
(QUEEN. Machines, crédito al artista)
-¡Volveremos!- gritó Leval inflamándose como súper
saiyajin, para sentenciar.- Aunque tenga que dar la vida, el mundo será para
los humanos.
-Así se habla.- Asintió Roy con aprobación,
añadiendo.- Pues así debes pensar y
sentir, a cada minuto del entrenamiento que vamos a comenzar.
Y tras charlar otro poco y practicar entre ellos,
dejaron pasar el resto de las horas hasta que Diamante Y Nephrite salieron.
-¿Qué tal os ha ido?- Quiso saber Roy al ver a ambos
luciendo también sendas barbas y agregar con algo de sorna.- ¿Acaso habéis
hecho un pacto de barbudos con Zafiro?
-Diamante no sé, yo voy a afeitarme según llegue a
casa.- Aseguró Nephrite, sonriendo al tiempo que añadía con humor.- Amanda no
querrá ni tocarme si aparezco con estas pintas.
-Lo mismo digo. Con mi perilla me es más que
suficiente.- Agregó su compañero de entreno.-
-Pues ahora nos toca a nosotros.- Declaró Leval.-
-Buena suerte.- Les deseó Nephrite.-
Tras
estrechar la mano a los recién salidos del cuarto se despidieron. Roy y Leval entraron en ese cuarto. Al salir
al fin habían mejorado sus capacidades y aumentado sus fuerzas. Ahora restaba
acometer el resto del plan. Landar, y sus compañeros les aguardaban a la salida.
-¿Cómo vosotros por aquí?- Inquirió Roy.-
-Hace un rato que Landar nos avisó de que ibais a
salir.- Replicó Diamante que en efecto lucía afeitado, mostrando solamente su
perilla.-
Lo
mismo podía aplicarse a Nephrite que llevaba su rostro totalmente rasurado. Lo
mismo que Ail. Zafiro sí que mantenía su “barba de la suerte”.
-Ha llegado el momento de que enfrentéis esta
amenaza.- Declaró el mago. – Todavía tenéis un breve plazo para pasarlo con los
vuestros. No lo desaprovechéis.
-No lo haremos.- Afirmó Roy.- Gracias amigo.
Y junto con el resto se dispuso a retornar a la
Tierra. Landar esperó a el grupo de los cinco camaradas estuviera junto y listo
para irse y se acercó a Leval antes de que se marchase con ellos, comentándole
en un aparte del resto.
-Joven,
cuando todo termine vuelve por aquí a verme. Hay algo que te interesará saber. Y
posiblemente necesitaré de ti.
-Muy bien, señor. - Asintió él que agregó sin
embargo con preocupación. - Pero ahora sólo puedo pensar en acabar con esta
amenaza.
-Así debe ser.- Declaró Landar.- Ya habrá ocasión
más tarde.
-Es usted optimista, da por hecho que triunfaremos.-
Comentó el chico.-
-Siempre hay que ir con esa idea.- Sentenció el mago
que le sonrió animosamente.- Aunque a veces, pese a vencer puedan perderse
cosas o personas que nos son muy queridas. Pues ten en mente esto. Si derrotáis
a esta amenaza, todo el curso de tu futuro cambiará. Al menos en esta
dimensión.
El chico asintió. Recordaba aquella vez, con su tío
Tom, en el refugio de la isla. Días antes de hacer el viaje. Entonces
únicamente estaban hablando de la posibilidad de retroceder en el tiempo. Éste
con sus cabellos encanecidos y con la expresión marcada por la experiencia y el
sufrimiento le decía.
-He pasado años estudiando los arcanos. La ciencia y
los saberes necesarios para invocar el poder temporal. ¡Ojalá la guardiana del
Tiempo, la Guerrera Plutón estuviese aquí! Sin embargo, la perdimos junto con
las demás sailors. Cuando trataron de ayudarnos a combatir a esos monstruos.
-¿Murieron todas?- Inquirió Leval.-
-No lo sé. El caso es que desaparecieron. Desearía
que hubiesen podido huir. Eso habría significado que podrían regresar algún
día. Pero han pasado ya muchos años y no hemos tenido noticias suyas.
-Entonces, ¿no hay ninguna posibilidad de que
podamos volver atrás? - Inquirió el desasosegado muchacho, afirmando.- Muchas veces
lo veo en los ojos de mi madre. Ella tiene esa secreta esperanza. Me ha hablado
mucho de cuando tú, la tía Connie y el resto erais jóvenes. De lo que tuvisteis
que afrontar…
-Lo sé, Leval. Lo sé. Y también yo mismo había
llegado a creer que estaba todo perdido. Sin embargo, cuando Kalie y Mazoui
aparecieron resurgió la esperanza. Tu primo es poderoso. Y puede poseer la
energía y facultades necesarias para llevar a cabo esta empresa. Y no sólo él.
La mujer y la hija de Robert, ese científico que resistió al enemigo a costa de
su propia vida. Ellas son de la misma especie.
-Eso es algo que no puedo comprender.- Comentó el
atónito chico, alegando.- Tú mismo y mamá me habéis contado que, de jóvenes
luchasteis contra los demonios. Que papá mató al padre de Mazoui. Y ahora, sin embargo,
son nuestros aliados. Bueno, él no deja de ser el hijo de la tía Kalie. Pero
esas dos mujeres…
-Yo tampoco lo creía posible. Pero así ha sido. Y es
algo que nos debe servir de lección. Dos enemigos pueden dejar de serlo cuando tienen
que enfrentarse a una amenaza común. Por eso, he hablado con ILaya. Está aquí.
El
joven se quedó sorprendido cuando, tras decir aquello, su tío abrió la puerta de
una sala contigua y una mujer de pelo castaño, alta y con ojos verdes, entró en
el cuarto. Vestía de modo normal y corriente. Una falda blanca hasta las
rodillas, un jersey de color azul oscuro y unas botas negras de tacón no
demasiado alto. Saludó con expresión seria.
-Es un placer conocer al hijo del mítico guerrero
dorado.- Declaró ofreciéndole la mano al chico.-
Leval
la estrechó, casi pudo sentir una descarga. Esa mujer era hermosa, aparentaba
tener unos treinta años. Aunque ella sonrió, casi como si pudiera leerle el
pensamiento, y dijo.
-Soy bastante mayor que tú.
-¿Es verdad que eres una diablesa?- Inquirió el
joven observándola con incredulidad.-
-¿Es verdad que eres un guerrero solar?- Sonrió ella
a su vez.-
-Podríamos decir que los dos sois lo que decís ser.-
Terció Tom que explicó ahora al chico.- ILaya tiene también poderes que nos ayudarán.
Junto a Mazoui y a su propia hija, formarán un campo de energía qué, combinado
con mi conjuro y con tu propio poder, deberían bastar para abrir una brecha en
el espacio-tiempo y enviarte al lugar y la época requeridos. La pregunta es. ¿Estamos
dispuestos a hacer ese sacrificio?
-¿Sacrificio?- Se sorprendió el muchacho.- No sé a
qué te refieres. No podría haber nada peor que esto.
-Quizás no.- Terció esa diablesa con gesto
reflexivo, para añadir.- Sin embargo…suponiendo que todo saliera bien y que triunfases,
la historia de cada uno de nosotros podría verse alterada drásticamente.
Y
ante el gesto de sorpresa del chico, su tío le aclaró…
-Todo cambio de los eventos que han sucedido tendría
un coste. Puede que se salvasen millones de personas, pero quizás otras
morirían. Algunas vidas podrían ser mejores, otras empeorar. No podemos saber a
ciencia cierta qué sucederá. Y, sin cambias el curso de la historia puede que
nunca lo sepamos.
Leval
miró hacia el techo entonces, suspiró y tras unos momentos de silencio, fue
capaz de replicar.
-Entiendo lo que tratáis de decirme. Sin embargo,
acorde con lo que he estudiado. Quizás se creasen dos dimensiones paralelas y
distintas. Dos universos alternativos. A lo mejor en uno estoy vivo y en otro
muerto. ¿Es así?
-Algo parecido.- Asintió ILaya.-
-En ese caso, creo que no deberíamos preocuparnos de
ello. Nuestra prioridad es acabar con estos invasores a toda costa. Y, si al
menos pudiera eliminarles en otra dimensión y ahorrar este horror al mundo, me
sacrificaría gustoso.- Sentenció Leval.-
Tanto
la diablesa como Tom cruzaron sendas miradas. Él entonces suspiró diciendo…
-Todos hemos sufrido mucho, y hecho muchos
sacrificios. Pero, pese a todo, a veces dudo. ¿Y si empeorásemos las cosas todavía
más? – Comentó, apresurándose a añadir.- Y no es que no piense a veces que mi
esposa no sería feliz de no haber perdido a nuestro segundo hijo cuando tuvo
ese aborto. Daría lo que fuera para que en lugar de los dos que tengo, tu primo
Alan y tu prima Idina, fueran tres….
-Sí.- Convino ILaya, agregando ahora con pesar.- Y
yo me cambiaría sin dudar por Robert.- Él murió para salvarme a mí y a nuestra
hija. En cualquier caso, deseo que ella tenga un futuro mejor que éste.
Condenada a pelear y a esconderse de esas malditas máquinas. Por esa razón,
haré lo que sea necesario para ayudarte. Igual que tu primo y el resto.
-Yo quiero intentarlo. Y mentiría si no dijese que
deseo casi más que nada, conocer a mi padre.
-Te comprendo.- Afirmó Tom, posando una mano sobre
un brazo del chico.- Roy era un tipo genial. Fue valiente y luchó junto con el
resto de nuestros amigos. Todos se sacrificaron y nos dieron ejemplo. Está
bien. Ya me queda poco para ultimar los cálculos y terminar de escribir el
conjuro.
-Es una lástima que esos que moran en el Cielo no
quieran ayudarnos.- Comentó la diablesa, afirmando no sin una amarga ironía.-
Quizás mi presencia y la de mi hija, así como la del primo de Leval, no les sea
demasiado grata.
-No es por eso.- Rebatió Tom.- No pueden intervenir
directamente. Tenemos que hacerlo nosotros. Quizás, si Leval logra llegar al
pasado, las cosas sean distintas. -y afirmó dirigiéndose al chico.- Tu padre sí
que sabía cómo transportarse al Cielo. Sus maestros le enseñaron.
-En ese caso, estoy impaciente por ir.- Comentó el
muchacho algo impulsivamente.-
Esas
palabras hicieron sonreír incluso a la diablesa y a su tío. Fue Tom quién
remachó con tinte entre afectuoso y cordial.
-Todo a su tiempo, Leval. Todo a su tiempo… Y nunca
mejor dicho…
Eso recordaba el joven. Cuando Roy le llamó con tono
jovial, sacándole de aquellos recuerdos.
-¿Te ha dado un pasmo, muchacho? ¡Vamos!, que nos
esperan.
Así era. De modo que siguió a su padre y los demás
rumbo a la Tierra. Cuando llegaron a casa, Beruche les comunicó las alarmantes
noticias de Ami, Leval quedó desconcertado.
-¡No puede ser!- Exclamó el chico en un tono
incrédulo y espantado. - Únicamente detectamos la señal de uno en mi futuro.
Esto no es lo que yo sabía.
-Puede que con tu llegada hayas alterado las cosas -
conjeturó Zafiro. - Los acontecimientos podrían haber variado respecto a lo que
tú conociste en tu futuro. No sé como, pero debe ser así.
El
joven asintió con pesar. Eso mismo le había explicado su tío y también se lo
comentó la diablesa ILaya. Los acontecimientos podrían modificarse y no
tendrían posibilidad de saber si para mejor o peor. Sin embargo, no quedaba más
solución que afrontar lo que tuviera que pasar.
-Sólo nos queda una solución. - Les indicó Diamante.
- Desplegarnos y destruir los meteoros en cuanto caigan.
-Las guerreras nos han estado avisando con precisión
de su aproximación a la órbita terrestre. Caerán dentro de dos días.- Les
informo Cooan. -
Aunque
paradójicamente Roy se dirigió al grupo con un aire de gran calma.
-Bueno, en estos dos días que nos quedan
descansaremos, prepararemos un plan y nos distraeremos, será lo mejor.
-Pero, podemos aprovechar los dos días que nos
quedan para entrenar,- le rebatió Leval que no se sentía tan convencido. – Nos volveríamos
un poco más fuertes todavía.
-Te aseguro que no es necesario. - Le tranquilizó
Roy. - No podríamos mejorar mucho en tan poco tiempo, sólo nos agotaríamos para
nada. El cuerpo y la mente también tienen que descansar, eso me lo enseñó mi
maestro Son Goku. No te preocupes, ya hemos hecho todo lo que podíamos. ¡Tú confía
en mí!
-De acuerdo - asintió el muchacho fiando plenamente
en esa palabra y deseoso en el fondo de compartir los máximos momentos posibles
con sus futuros padres. - Trataré de descansar.
-Muy bien, entonces nos iremos cada uno a nuestras
casas. - Declaró Diamante. -
- Quedaremos en el islote de Masters. Las guerreras
me lo han enviado por fax. Es nuestro cuartel general en estas coordenadas -
Intervino Tom que sacó un plano que entregó a cada uno. - Dentro de dos días, recordadlo,
desde allí se está haciendo el seguimiento coordinadamente con Japón.
-¡No puede ser!- exclamó Leval sin
poder evitar reconocer. -¡Es la Isla donde yo me crie! ¡El propietario es Ian
Masters!
- Me suena ese nombre. – Comentó
Diamante, al que su hermano recordó diríase que hasta con cierto retintín. -
- Es el que te ha estado enviando
propuestas de trabajo. Ese al que tú le has dicho que no tantas veces.
- Sí. Y el hecho de que tú vayas a
trabajar con él no significa que a mí me interese. – Replicó el príncipe de
Némesis con tono pretendidamente indiferente. -
- ¿Vas a trabajar para ese tipo? – Le preguntó
Esmeralda observando a Zafiro atónita. –
-Es una muy buena oferta y tiene medios
y expertos para hacer grandes cosas.- Replicó el interpelado.- Podría ser el
motor de grandes avances para la humanidad.
-Eso si salimos bien de esta.- Les
recordó Nephrite.- Aunque como base secretas si ese tipo posee tantos recursos,
creo que la mejor opción.
- Así es. Sea como sea, ahora tendremos
que ir para allá y trabajar con él. Aunque sea debido a las circunstancias. –
Terció Diamante al que no le hacía mucha gracia que su hermano se prestase a
ser empleado del hombre aquel. Añadiendo como en sus antiguos días de soberano.
– Esmeralda y las demás quedaos aquí. Nosotros nos ocuparemos de esto.
De todos modos, la sorpresa de su
pareja y ese tema de conversación pasaron pronto eclipsado por las negativas,
encabezadas por Petz que replicó decididamente.
-No estoy
dispuesta a dejaros solos. También lucharé.
-Y yo, somos
justicieras.- Añadió decididamente Cooan.-
-Es cierto,
no nos quedaremos de brazos cruzados.- Sentenció Bertie. –
-Y menos si
eso significa estar sufriendo sin saber qué os puede ocurrir.- Remachó
Esmeralda.-
Las otras secundaron la idea con
asentimientos enérgicos, no obstante Tom añadió con paciente argumentación.
-Las guerreras nos han dicho que vayamos todos, es
necesario, por si algo no saliese bien. La Isla es un lugar seguro.
-¿Ellas irán?- Inquirió prudentemente Annie. -
-Por supuesto.- Replicó Tom insistiendo. - Es el
centro de operaciones. Todos debemos estar allí para coordinar esfuerzos. -
-Pero no sería justo dejar sola la ciudad. Las
gentes estarían indefensas.- Objetó Cooan. -
-Si perdemos nada podremos hacer por nadie. Creedme,
lo sé muy bien. Estaréis más seguras en la isla, es el único lugar desde el que
se puede organizar una resistencia eficaz y coordinar al resto de los grupos
que se opongan a esos seres, caso de necesitarlo.- Intervino sombríamente Leval
bajando la cabeza y temiendo que aquello pudiera parecerse cada vez más a su
propio destino por lo que sentenció. – Debéis venir con nosotros.
Nadie
se opuso a las palabras del chico, él lo sabía mejor que nadie, solamente Petz
intervino ahora preocupada de otra cuestión que casi habían olvidado.
-¡Hay que localizar a Karaberasu!- Urgió preocupada.
- Tiene que venir también con nosotros.
-Es cierto, si sucede algo estará perdida. – Afirmó
Beruche con temor. -
-Puede venir con su hijo. - Afirmó Tom. -
-Esto se va pareciendo cada vez más a mi futuro,-
rechinó Leval apretando los puños.-
Y es que aquello era como un maldito deja Vu, un
bucle que parecía destinado a no acabar nunca. Ojalá que no fuera así.
-Tranquilo - Le calmó Roy posando una mano sobre el
hombro derecho del chico. - Es sólo por precaución, te aseguro que no va a pasar
lo mismo que en tu futuro. No tengo intención de dejar que me maten. Además,
ahora ambos somos dos súper guerreros y tú casi me has alcanzado en fuerza.
Eso
pareció calmar al chico, los demás miraron a su amigo y Roy insistió con una
extraña carga de aplomo y rotundidad.
-Las cosas no van a suceder igual. Estoy seguro.
Y
aunque ni el propio autor de esas palabras sabía el porqué se mostraba tan decidido, se alegró
de que su arenga tuviera efecto. Nadie objetó nada. Al fin fue Nephrite quien
tomó la palabra para despedirse.
-Bien- asintió Nephrite.- Hasta dentro de dos días, entonces.
Todos
se marcharon, cada uno pasó ese tiempo lo mejor que pudo, en compañía de sus
respectivas parejas. Roy, Beruche y Leval se quedaron juntos. Hablaron de
muchas cosas y el chico tuvo que controlarse mucho para no ceder a sus
sentimientos y confesar la verdad. Lo mismo le ocurrió a Roy que había
mantenido una admirable compostura desde que entraron en el cuarto. Bertie por
su parte no dejaba de pensar y de reflexionar, y no perdía detalle de ambos.
Aunque al fin llegó el momento. Tras esas cuarenta y ocho horas de descanso
todos se reunieron con sus respectivas novias en el lugar señalado. Salieron a
darles la bienvenida alguna de las guerreras, concretamente Usagi, Minako, y
Makoto.
-Hola chicas. ¿Cómo estáis?- Saludó Makoto que
vestía un traje de baño color fucsia con decoración en tonos marrones.-
-Bien, gracias Mako-chan.- Le respondió Petz.-
-¿Tuvisteis un buen viaje hasta aquí?- Quiso saber Minako,
ataviada con otro traje de baño anaranjado, sobre el que llevaba un pareo amarillo.
-Nos han traído desde el aeropuerto JFK, primero en
vuelo chárter. Aterrizamos vete a saber dónde y nos estaban aguardando un par
de helicópteros.- Le contó Amanda, como siempre con visible interés por ese
tipo de asuntos, rodeados de tanto secretismo.-
-En todo caso, nos alegra veros aquí.- Afirmó Usagi,
quien lucía un pantalón corto color caqui y una blusa azul claro.-
A su lado se encontraba también el excéntrico
millonario, un individuo de mediana estatura y corpulencia que llevaba gafas
cuadradas y tenía el pelo corto y castaño. Lucía un traje de verano sin chaqueta,
de blanca camisa y pantalón caqui. Les saludó presentándose, en tanto les
guiaba a todos a través de una puerta situada en una gran roca que coronaba la
isla. Pasada ésta caminaron por un largo pasillo hasta abordar un gran ascensor
que descendió durante un largo rato. Nadie había dicho nada, pendiente de
observar su recorrido hasta que el elevador se detuvo y salieron. Volvieron a
caminar y atravesaron varias puertas blindadas más hasta llegar a una sala
llena de aparatos. Allí, junto a varios técnicos se encontraban también Ami y
Rei y las guerreras del sistema solar exterior. Estas vestidas de modo informal
básicamente con camisetas y pantalones cortos. Las chicas saludaron al grupo y
éste respondió de igual modo.
-¡Vaya Masters!- Dijo entonces Diamante dirigiéndose
al propietario de la isla con voz sarcástica.- ¡Cuánto tiempo sin saber de usted,
ya la echaba de menos!
-Está bien. - Repuso aquel tipo pausadamente, sin
asomo de malestar y añadiendo con buen criterio - Ya me disculpé antes por mi
insistencia, ahora no es momento para nuestras desavenencias personales, todos
nos jugamos mucho. Cuando salgamos con bien de esto habrá ocasión de hablar.
-En eso estoy de acuerdo, - respondió el príncipe de
Némesis ahora sinceramente y con tono conciliador. - Reconozco que en esta
ocasión tiene toda la razón. Vamos a dejarlo, por ahora…a ver si no me envía
más invitaciones por Navidad. - Remachó recalcando esas dos últimas palabras sin
perder la sonrisa. -
-Bueno, no nos entretengamos. - Añadió el millonario
que pareció obviar este último comentario.- Faltan muy pocos minutos para que
los meteoritos choquen contra la Tierra y ya tenemos localizadas las zonas de
los impactos, con una posibilidad de error de varios kilómetros.
-¿Varios kilómetros?- le preguntó Nephrite
incrédulo- ¿Pero acaso sus detectores no son los más modernos del mundo?
-Yo tampoco lo comprendo- reconoció Masters. – Pero,
por lo que parece, esos meteoritos producen disrupciones magnéticas en nuestros
aparatos e imposibilitan una óptima precisión. Su amiga Ami se lo explicará.
La
susodicha que estaba próxima, intervino al escuchar la alusión del magnate.
-Sí, eso es cierto. Esos meteoritos deben de ser en
realidad naves espaciales revestidas por roca. Poseerán además contramedidas
para su detección. Nos es imposible calcular con exactitud su caída, sólo
podremos hacerlo cuando se estrellen.
-Yo crecí aquí. - Terció Leval dando una ojeada a
esos contornos tan familiares para él -y nunca logramos detectar el sitio
exacto del impacto de su base. Es como ha dicho usted, señorita. Debían tener
un escudo que les camuflaba de los sensores.
Ami
le obsequió con una sonrisa. Leval la observó como si le fuera familiar de
algún modo, aunque esa impresión pasó pronto. Se centró entonces en escuchar a
los demás, con creciente preocupación.
-Debemos suponer que su tecnología es muy superior a
la de la Tierra.- Afirmó Ail con visible inquietud. - Esto va a ser más difícil
de lo que creíamos.
-¡Maldita sea, aunque los acontecimientos son
distintos, tengo la impresión de que caminamos hacia el mismo desenlace, si no
logramos descubrir sus bases estaremos perdidos! - Escupió Leval visiblemente inquieto.
-
-¡No seas tan pesimista! -Le animó Roy dándole una cariñosa
palmada en la espalda. - En cuanto caigan serán nuestros.
-De todas formas - Intervino Zafiro con tono
reflexivo. - Lo que me preocupa es eso de que sean capaces de regenerarse al
instante. No nos dará tiempo a destruir nada si nos acosan continuamente.
-No os preocupéis por eso.- Le tranquilizó Ami.- Hemos
trabajado a toda prisa en unos disruptores experimentales, basados en la idea
que nos dio Leval. Quizá no lo eviten, pero los retrasarán durante bastantes
segundos. Eso os daría el tiempo suficiente para escapar de la zona o destruir
cualquier blanco.
-Vale, eso me tranquiliza. - Exclamó Roy con
entusiasmo. - ¡Atacaremos con sus propias armas a esos mamones!
- Nosotros también usábamos la técnica de disparar
ráfagas de rayos de energía a varios sitios para que sus detectores perdieran
tiempo analizándolos y entonces nos escondíamos reduciendo nuestro poder. – Les
comentó el muchacho, por si aquellos disruptores fallasen. -
En
ese instante Rei observó una de las
pantallas de control e informó al grupo.
-¡Los meteoritos ya han caído! Los sismógrafos están
vibrando como locos.
En
efecto, los meteoritos impactaron con violencia en la Tierra. Y no sólo los
sismógrafos de la isla, sino los de medio mundo temblaron. En un instante y
basándose en la onda de choque se detectó su posición aproximada. Su potencia
de impacto habría levantado una enorme cantidad de polvo y de seguro también habría
abierto un enorme cráter en cada choque. Uno cayó en Australia, al sur de la
Gran Barrera, otro en Alaska, cerca del estrecho de Bering y el último en la Tierra
del Fuego. Todos exactamente a las 12:00 hora de Greenwich.
-No cabe duda de que hay una gran inteligencia tras
de esto. - Aseveró Diamante al conocer
todos esos datos.- Es un ataque muy bien coordinado.
-Sí,- convino Tom. - Forman un triángulo perfecto
que domina los puntos estratégicos del planeta.
-Tenemos que distribuirnos ya.- Intervino Ail con el
acuerdo de todos, el alíen entonces agregó. - Zafiro y yo nos vamos para
Australia. ¡Suerte compañeros!
-Sí, siempre he tenido ganas de visitar el Opera
House.- Añadió su acompañante.-
De hecho así
hacía gala el hermano de Diamante de su buen estado de ánimo. Ambos
expedicionarios besaron a sus novias respectivas. Ail también besó en la frente
a su hijo que dormía.
-Cariño, ten mucho cuidado, no soportaría perderte
otra vez - le susurró una temblorosa Petz dominada por la preocupación y el temor.-
-Descuida, esta vez no tengo chaqueta que recoger.
Tengo un futuro contigo y eso no lo dejaré.- Sonrió Zafiro sentenciando.- Y
además nos aguardan muchos planes para cuando esto acabe.
Y ella asintió esperanzada. El joven acarició la mejilla
de su novia que le devolvió una pálida sonrisa. El chico se elevó en el aire
guiñando un ojo.
-Recuerda que tienes mujer e hijo - le dijo suavemente Annie a Ail acariciándole con
serenidad en una mejilla a su vez. - No te arriesgues sin motivo, ¿eh?
-No lo haré, tranquila cariño,- Ail iba a elevarse
pero recordó algo y le preguntó. - Cuando vuelva. ¿Querrás hacerme un favor?
-¿De qué se trata?- Quiso saber Ann con curiosidad.-
-Roy me comentó que estarías muy guapa vestida de novia,
así que me gustaría comprobarlo. ¿Me darías el gusto de casarte conmigo para
verlo?
-¡Claro que sí, cariño!- Exclamó la joven muy
contenta abrazándose con él. -
Tras
este emotivo gesto, que provocó la sonrisa de todos, Ail por fin se elevó en el
aire junto a Zafiro, ambos saludaron al grupo
y se alejaron volando a gran velocidad.
-Bueno, nosotros nos vamos también hacia el sur-
dijo Nephrite. -
-Ten cuidado. Procura ser puntual. - Le pidió Amanda con la misma sobriedad inglesa con la
que él respondió. -
-Lo tendré. Espérame para la cena. No tardaré.
-No te preocupes, yo también volveré para cenar. - Le dijo entre paródico
y cariñosamente Diamante a Esmeralda que también le besó. -
-Cuidaos mucho y volved. Tenemos muchos planes
pendientes. - Le pidió la aludida mirándole con una mezcla de preocupación y
orgullo. -
Los
dos salieron volando. Sólo faltaban Roy y Leval.
-Bueno, ahora nos toca a nosotros.- Declaró Roy,
indicándole al chico con humor.- ¡Leval
abrígate! , vamos para Alaska.
Beruche
se acercó a él con cara de angustia pero su novio se encargó de abrazarla.
-Tranquilízate cubito, todo está bajo control.
-La vez que ese demonio te mató me dijiste lo
mismo.- Repuso ella casi con un sollozo, ahora que la lucha estaba a punto de
comenzar no podía ya dominar sus nervios y le pidió con voz queda. - Por favor,
ten mucho cuidado, tenedlo los dos. - Añadió mirando también a Leval que asintió.
-
-Los dos somos súper guerreros.- Repuso el chico
lleno de confianza.- ¡Acabaremos con
ellos!
-Sois tan parecidos. - Susurró ella acariciando a
los dos en la mejilla. - Tened cuidado, protegeos el uno al otro.
Roy
asintió, ¡desde luego que lo haría! Nunca permitiría que aquel muchacho, su
futuro hijo, sufriera más. De modo que besó a Bertie en los labios. Leval por
su parte lo hizo en la mejilla. Ambos saludaron al resto y desaparecieron.
Reaparecieron en el aire a decenas de metros de altura y volaron raudos rumbo
hacia Alaska. La joven les contempló alejarse desde la distancia. Entonces hizo
un discreto aparte con Tom y Cooan y les susurró.
-Tommy, ya no hace falta que te lo calles más, yo sé
muy bien quién es ese chico.- Su amigo y Cooan la miraron sorprendidos, más
cuando ella les desveló. - Es mi hijo ¿verdad? O al menos lo será dentro de
veinte años.
-Sí.- Admitió su amigo para asombro de su novia que
observó a los dos con la boca abierta -, es cierto, ¿cómo lo has sabido? ¿Te lo
dijo Roy?
-¿Él también lo sabía?- inquirió Cooan atónita. - ¿Tú
hijo? ¿Pero, cómo es posible? - Preguntó
mirando incrédulamente a su hermana. -
-Así es, Cooan. - Respondió Beruche con lágrimas en
los ojos. - Me di cuenta de que Roy cambió radicalmente con él. Ese día en que
le pegó estaba celoso pero, cuando me fui volví un momento la vista atrás y vi
que tú Tom hablabas con él. No os escuché, pero
después me fijé su cara. Nunca olvidaré esa expresión y esa mirada suya sintiéndose
tan culpable, ¡tan destrozado! Luego volvieron juntos como si de dos amigos de
toda la vida se trataran. Roy comenzó a contarle todas las cosas que nos habían
pasado a él y a mí. Como nos conocimos, las historias que a él le contaban sus
padres. Quería hacer todo lo que el muchacho echaba en falta. Compartir tiempo
con él. Hacer con Leval todo lo que sabía que, en ese otro futuro, no pudo. Roy
se ha estado comportando como un padre desde entonces, pero yo..., yo no he
sido capaz. No he podido decirle que estoy muy orgullosa de él. Que le quiero o
le querré, no lo sé… y que deseo con todo mi corazón ser para él esa buena madre
de la que nos ha hablado… - Balbuceó con remordimientos a punto de llorar. -
-Claro que sí, créeme, lo has hecho - la tranquilizó
Tom tomándola suavemente por los hombros. - Para él has sido dulce y cariñosa
como esa madre, aunque ahora por edad más bien has hecho de hermana mayor.
Beruche
sonrió reconfortada. Lo cierto es que pudo ver sonreír a ese muchacho y eso le
alegró mucho. Al menos habían podido darle algo de cariño.
-Sí, es cierto. – Le corroboró también una
emocionada Cooan dejando un pañuelo a su hermana con el que se enjugó las
lágrimas.- Cada vez que estabas con él, el muchacho se sentía muy feliz. Solamente
había que mirarle. Ahora que sé el motivo puedo comprenderlo de sobra. ¡Cualquiera
lo haría! Aunque haya sido por unos pocos días, tú y Roy habéis hecho su sueño
realidad, sus dos padres viviendo junto a él. Pase lo que pase, eso siempre lo
llevará en el corazón.
- Desde el principio noté que me miraba de una forma
muy especial, como si fuera mi hermano pequeño, y yo siempre lo supe desde el
fondo de mi corazón. Te lo dije Cooan. Sólo sentí algo así por ti.- Suspiró
Beruche muy emocionada.-
Las
dos hermanas se abrazaron. La menor musitó asombrada casi sin poder evitar
sollozar.
-No puedo creerlo, tu hijo ha venido desde el futuro
para salvar a su padre y a todos los demás...
-¡Estoy seguro de que lo conseguirá, tiene tanta fuerza
y valor como su padre, y es tan bondadoso y lleno de coraje como su madre, no
podría haber una combinación mejor! - Exclamó Tom lleno de confianza. -
Las
chicas asintieron mirando al cielo al igual que el resto de sus amigas, todas
rezando en silencio por los suyos. Y entre tanto los tres grupos se dirigían a
gran velocidad rastreando la zona hacia sus respectivos puntos de contacto. Aquella
transcendental batalla para el futuro estaba a punto de comenzar.
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