domingo, 6 de marzo de 2011

GWD 18.145. Una nueva amenaza


Al mismo tiempo que Idina recibía la noticia de su traslado y llamaba a sus amigos con jolgorio para celebrarlo, Georcael volvió a visitar a sus dioses. Ahora la preocupación presidía su semblante  y cuando Zoen terminó de exponer su plan, los demás, a la vista de la rápida aprobación de su superior, presintieron que algo muy grave ocurría. Redan fue el primero en preguntar. También estaba de vuelta de recorrer otras dimensiones y percatarse de la creciente desaparición de estrellas, planetas e incluso galaxias completas.



- Señor Georcael ¿qué ocurre? Tú no sueles preocuparte por nada de este Universo.

- De este Universo, no - fue su enigmática e inquietante contestación. -

-¿Es que sucede algo grave?,- intervino Zoen en la conversación visiblemente sorprendida para preguntar.- ¿Acaso las esferas superiores te han transmitido alguna preocupación, mi señor?

- Así es. Me han dicho que “Ellos” saben lo del Mensajero y que vendrán por él.- Repuso gravemente Georcael -...

-¿”Ellos”? ¿Quiénes son “Ellos”?.- Inquirió Buruk  sin comprender. -

-¡No!,- terció Redan y su rostro reflejaba una expresión próxima al terror cuando añadió. - No puede tratarse  de lo que estoy imaginando...

-¿Qué te pasa?, tienes la expresión que las criaturas humanas ponen cuando les mostramos nuestro poder superior,- le preguntó Soa sorprendida. -

- Redan tiene buenas razones para asustarse.- Concedió Georcael que añadió. - Vosotros no conocéis esa emoción del miedo, la olvidasteis hace eones cuando trascendisteis. Pero vuestro compañero ha visto, o mejor dicho, ha percibido en otras dimensiones a "Ellos" y ha vuelto a sentir el miedo.

-¿Pero quiénes son esos que hacen sentir ese miedo a uno de nuestros hermanos y te producen esa preocupación a ti, señor? - Preguntó el perplejo Dialen a su vez.-



Mientras, el resto de sus compañeros se miraban desconcertados. Ninguno comprendía aquello. Eso sí, prestaron mucha atención a las palabras de su señor.



-“Ellos” son el “Olvido”.- Repuso secamente el interpelado. - Sólo puedo deciros que debéis proteger al Mensajero de su acechanza a toda costa.

-¿Debemos luchar contra esos enemigos? - Terció Buruk, deseoso de tener esa posibilidad. -

- No se enfrentarán a vosotros directamente,- le explicó Georcael - no por ahora. Son demasiado astutos y no están lo bastante fortalecidos todavía. Pero buscarán al Mensajero y a su portador. Debéis alejarles de la pista del auténtico portador, centrarles en otro objetivo, al menos hasta que el Mensajero se manifieste con bastante poder como para protegerse sólo.

-¿Qué debemos hacer pues? - Inquirió Dialen. -

- Seguid el plan de Zoen. Centrarnos en una humana. Ella tenía dudas sobre si ésta podría ser portadora o no del Mensajero. - Redan hizo aparecer la imagen de Sandy mientras explicaba. – Creo que al menos es adecuada, tiene unas características diferentes a las humanas corrientes, es un híbrido de un demonio inferior y un ser humano. De no ser el auténtico Mensajero al menos valdrá para distraer a los seres del Olvido.

- Comprendo, debemos ir por ella, a ver si manifiesta el poder del Mensajero. Y de no serlo, conseguir que esos “Ellos” pierdan la pista del auténtico. – Afirmó Zoen quien miró ahora a Georcael y quiso saber con extrañeza. -Mi señor, ¿nos explicarás quienes son esos seres? ¿Tan poderosos y terribles son que ni siquiera tú puedes destruirles directamente?



            Su superior la observó con gravedad para responder.



- No puedo revelaros más todavía. Sólo os diré que hasta los dioses superiores temen las consecuencias de su intervención. Ahora partid y cumplir con vuestra misión.



           Y sin atreverse a preguntar más todos los dioses se inclinaron y desaparecieron, Georcael, entre tanto, se quedó pensativo meciéndose en su sillón. La situación era todavía más seria de lo que él había contado a sus subordinados y  era imprescindible ganar tiempo a toda costa.



-Ni tan siquiera los pasillos interdimensionales que se han abierto les retendrán por mucho tiempo.- Meditaba el dios superior.- Sin embargo. Pese a las alteraciones espacio-temporales que provocarán no tenemos otra opción. Hemos de ganar tiempo…Ya lo solucionaremos después. Para eso, el Libro y sus agendas serán un valiosísimo instrumento.



En tanto todo esto sucedía, en el planeta Bios, Sandy y Coraíon habían decidido dar un paseo por los incipientes bosques plantados en el planeta. Aunque todavía no estaban consolidados del todo, los árboles de mayor porte sí que daban la impresión de ser un bosque más de la Tierra. Algunos se trajeron con enormes raíces desde el planeta madre y se  emplazaron estratégicamente para que formasen ya una densa malla protectora de los retoños que se plantaban a su vera. Los dos jóvenes paseaban de la mano admirando su frondosidad.



-¡Es increíble! – Suspiraba el encantado y atónito Coraíon. Caminando por este paraje pienso que estoy en cualquier paraje terrestre.



            Sandy asintió, ya se podía respirar hondo y sentir el frescor del aire, el aroma de las plantas y una carga apreciable de oxígeno en esas zonas. Así lo expuso la joven con patente satisfacción.



-Las cosas van realmente muy bien. Hemos tenido éxito en crear un ecosistema de árboles que conforman el dosel y sotobosque. Esto a su vez está ayudando a asegurar el suelo, y sus organismos, el ciclo hidrológico, los ciclos de los nutrientes, los procesos de sucesiones y evolutivos, y los vertebrados e invertebrados que lo habitan. Y todo ello a una velocidad increíblemente rápida. Ya se calcula que hemos logrado plantar unas veinte mil hectáreas de las que al menos cinco mil son de territorio arbolado.

-Quizás los avances que Giaal trajo de ese planeta de los vegetales nos hayan prestado una valiosísima ayuda.- Conjeturó Coraíon. – Eso, unido a vuestra labor de investigación y desarrollo en el laboratorio y a la tecnología que la Masters Corporation está creando.



            Así era. Desde la Tierra habían comenzado a llegar innovaciones técnicas importantes. Algunos robots mejorados que servían como incansables plantadores de árboles, trabajando día y noche. O enormes grúas, elevadores anti gravitacionales y otros elementos que ayudaban a incrementar la velocidad de terraformación. Sandy asintió ante esas explicaciones de su novio, aunque aun así, declaró.



-Así es. Todo eso ha contribuido mucho, pero aun así. No me lo explico.- Sin embargo, despreocupándose por eso, sonrió, alegando.- Y no me importa, con tal de que estas maravillas sean posibles. ¡Da gusto estar aquí! - Remachó inspirando profundamente. -



Y es que notaban que allí se respiraba bastante mejor que en otras partes del planeta.



- Sí, es un lugar realmente hermoso y lleno de vida.- Asintió su acompañante.-

- Escucha - susurró Sandy que miraba a su prometido con una expresión muy amorosa en sus ojos. - Cariño, cuando tengamos la casa terminada podremos venir aquí a menudo. ¿No crees?

- Lo que tú quieras,- concedió él añadiendo con una sonrisa. -¿Quién sabe?, quizá vengamos en un futuro con nuestros hijos. ¿Eh? Podrán jugar por aquí. Espero que construyan bancos para que podamos sentarnos y verles. Como experto en ingeniería ya haré algunos diseños adecuados. – Rio abrazando a su novia por la cintura.- Y hasta haremos algún picnic con las cosas que prepares…

-¡El caso es hacerme trabajar! - Se rio ella.-

-Bueno, la culpa es tuya, si no fueras tan fantástica cocinera…

-¡Oye!- Le recriminó jocosamente la muchacha.- ¡A ver si vas a quererme solamente por eso!

-De eso nada.- Repuso él con apariencia de seriedad para reír a su vez en tanto la abrazaba por detrás.- También te amo por  tus larguísimas piernas y tus… otros encantos…



Ella se rio a su vez no sin antes soltarse y darle unos cuantos capones. El chico tras esquivar  algunos, dijo divertido.



-¡Ya te pareces a mi madre!

-Eso será un cumplido, espero.- Sonrió la joven.-

-El mejor que podría hacerle a nadie.- Asintió él ahora ya con más seriedad y afecto, añadiendo con visible nostalgia.- Para mí es la mejor madre del mundo y tú serás igual para nuestros hijos. De eso no tengo ninguna duda.



Fue el turno de la aludida de emocionarse un poco. Llena de ilusión besó en los labios a su prometido y los dos se sentaron un poco en la hierba, junto a uno de aquellos frondosas árboles. Después Sandy recostó la cabeza en el pecho de Coraíon deseando que así fuera. Lo cierto es que hasta entonces apenas se había planteado esa posibilidad, pero su prometido tenía razón  y a ella le entusiasmaba la idea de ser madre. Poder dar amor y experimentar aquellas sensaciones de las que se vio privada desde niña. Sería maravilloso, la culminación de sus anhelos. Ahora que por fin había encontrado buenos amigos, el amor correspondido, y volvía a saber de su padre.



-Sí, será estupendo.- Convino la chica cerrando los ojos y sintiendo como los rayos del sol de Bios pasaban entre las hojas de las densas copas de aquellos árboles.- ¿Sabes Coraíon? Una de las cosas que recuerdo cuando paseaba con mis padres, siendo muy pequeña, era cerrar los ojos bajo las ramas de un árbol y tratar de sentir el calor del sol. A mi madre le hacía mucha gracia verme así. Pero le encantaba llevarme de paseo al parque que teníamos cerca de casa. Mi padre me contó que, al poco de conocerse y cuando empezaron a salir de novios, pasearon por allí a menudo. Ahora puedo entenderla. En el Averno no creo que hubiesen muchos parques.- Sentenció con un tinte de melancolía y pesar.-

-Nuestros hijos tendrán de todo.- La animó Coraíon.- Unos abuelos que les quieran, a mi madrina que estará encantada de cocinarles pasteles junto a ti. Y por supuesto, estaremos tú y yo. Siempre les querremos y les traeremos aquí. ¡Ya lo verás!



          Sandy sonrió mucho más alegremente. Su prometido sabía cómo decir las palabras justas y adecuadas para hacerla feliz. Iba a responder cuando súbitamente Zoen, Buruk, Dialen y Soa aparecieron rodeando a la pareja. Ambos se levantaron entre sorprendidos y preocupados. Coraíon trató de protestar…



-Pero ¿se puede saber qué es lo que queréis ahora?



            Pero los dioses, mostrándose más rudos que de costumbre, aun tratándose de ellos, no replicaron de palabra sino que le apartaron con un sólo gesto tirándole al suelo. Zoen entonces le espetó a Sandy.



-¡Danos a conocer al Mensajero del Creador!...

-¿Qué?....- La muchacha estaba demasiado sorprendida para poder reaccionar y lejos de enfadarse sólo pudo preguntar con total desconcierto. - ¿De qué estáis hablando?

-¡Danos al Mensajero!...- repitió Soa que, con idéntica brusquedad, lanzando a la muchacha al suelo con un sólo gesto. -



            Coraíon se levantó arrojando una bola de energía contra los dioses, no en vano era hijo de Zafiro, su padre le entrenó en ocasiones y tenía condiciones para la lucha. Pero al disiparse el ataque estos seguían imperturbables. Buruk agarró  al muchacho del cuello y le lanzó contra unos matorrales. Entonces Sandy  sí que se enfureció, atacó al gigantesco dios con su furia y forma demoniaca pero todos sus golpes se estrellaron contra él como si de la caída de una pluma contra una roca se tratasen. Zoen sujetó a la chica de los brazos y ésta trató de soltarse, pero pese a estar transformada y emplear todas sus fuerzas, no podía moverse. Entonces y para su sorpresa, la diosa le susurró con un tinte más suave y cómplice, teñido de inquietud.



- Si tú no lo eres, debes avisar a la portadora del Creador...tiene que manifestarle pronto,...se acaba el tiempo - y tras esas palabras soltó a Sandy que cayó al suelo. -

-¿Pero qué es lo queréis?... ¿es que nunca nos dejaréis en paz? - Gritó ella entre atónita y furiosa sin comprender nada. - ¿Quién es ese mensajero?... ¿Qué está pasando?

- No te importa.- Replicó Soa con una mirada indiferente pero un tono extrañamente serio en ella al remachar. - Eso no es algo que un ser inferior como tú deba saber, sólo te diremos que es algo de importancia cósmica.

- Es cierto.- Añadió Dialen con más serenidad - y la portadora del Mensajero del Creador estará en peligro... ¡Avísala!



         Los dioses desaparecieron, Sandy, todavía confusa, recobró su aspecto humano. Enseguida fue hacia Coraíon y le ayudó a levantarse, el chico también se sentía desconcertado pero salvo por algunas magulladuras y roces parecía estar perfectamente. Pese a todo, su novia se interesó enseguida por él.



-¿Estás bien?

-Sí, solamente mi orgullo ha salido mal parado.- Suspiró el joven que añadió. - Ahora comprendo a mis primos Leval y Mazoui. Eso de que te apaleen como a un saco sin poder hacer nada es bastante humillante.

-Eso no tiene importancia. Si hubieran querido hacernos daño de veras no estaríamos vivos. Ni en mi forma de diablesa pude hacerles absolutamente nada.- Comentó Sandy rindiéndose a esa desagradable evidencia más cuando le contó a su interlocutor.- Sin embargo, me dijeron algo que no logré comprender. Aunque tengo la impresión de que debemos avisar a Leval y Amatista.

-Entonces vamos. No perdamos tiempo.- Convino Coraíon.-

-Un momento.- Le pidió ella.- Te curaré eso rápido, no es demasiado serio.



Sandy emitió algo de su energía sobre las heridas de su novio y éstas enseguida se cerraron sanando de inmediato. A pesar de lo aparatoso del ataque los dioses, en efecto, habían sido cuidadosos para no dañarles de gravedad.  Después, los dos volvieron rápidamente a casa. Ya era de noche en el planeta, parecía que esos extraños seres hubiesen estado con ellos tan solo un momento, pero teniendo en cuenta que ellos fueron al parque cuando el sol estaba en todo lo alto del horizonte, debían de haber transcurrido varias horas.



-Quizás hayan manipulado el tiempo. No le encuentro otra explicación.- Declaró Coraíon.-

-No comprendo nada, pero algo me dice que tenemos que hacer lo que nos han dicho.- Comentó la joven.-



Sin querer demorarlo llamaron rápidamente a casa de los jóvenes esposos. Leval se puso al teléfono y Sandy quedó después con Amatista. Al día siguiente ésta se llegó a la vivienda provisional de su amiga y de su primo. Sandy le contó lo que había ocurrido y le advirtió con patente inquietud.



- Debes tener mucho cuidado, tengo el presentimiento de que esos dioses van a por ti, dicen que tú tienes al Mensajero del Creador...

- No sé a qué podrán referirse - respondió Amatista acariciándose su abultada barriga, aunque enseguida agregó a modo de presentimiento.  - Es algo relacionado con mi hijo, pero sean dioses o no, no permitiré que le hagan ningún daño.

- Lo siento mucho. Yo no puedo protegerte,- negó Sandy con la cabeza expresando resignación y con un talante preocupado agregó. - Ni tampoco podrán Leval, ni Mazoui. Me temo que ninguno somos rivales para esos seres. Deberás ser tú misma la que vele por ti y tu hijo.

- No temas, lo haré - prometió Amatista, que no obstante le comentó su amiga con extrañeza. -Pero si quieren ir por mí, no entiendo por qué te lo advierten a ti primero. No tiene ningún sentido.

- Ellos no hacen nada que tenga sentido para nosotros,- respondió su interlocutora que sólo podía entregarse a las elucubraciones. - Quizá se diviertan así, no puedo saber lo que piensan pero me dijeron que tenía importancia cósmica. Y esta vez no me dio la impresión de que bromeasen. No era uno más de sus juegos, eso te lo puedo garantizar. Y eso es lo que más me asusta.

- ¡Espera! - Su amiga recordó su sueño y se lo contó a Sandy, ésta escuchaba asombrada en tanto Amatista concluía. - Seguramente tiene algo que ver, no sé quién era ese misterioso ser de la túnica negra. Recuerdo que me dijo algo, de un libro… ¡Oh, Dios mío! ¡Jen! -Recordó de pronto.-

- ¿Qué sucede?- quiso saber su interlocutora observando a su amiga con gesto preocupado. ¿Qué tiene ella que ver? Tienes mala cara, ¿estás bien?



            De hecho la otra chica se había quedado lívida. Guardó un angustiado silencio hasta que finalmente se decidió a comentar con un hilo de voz.



- Jen mencionó algo de un libro…cuando nos retuvo en el laboratorio. Lo había olvidado. Tú estabas inconsciente en ese momento.

-¿Un libro? ¿Qué libro?- Quiso saber su contertulia.-

- El Libro de los Días, dijo…- Respondió su amiga.- Estoy segura, ese ser me habló de ese mismo libro.

-¿Ente? ¿Qué ente?.- Quiso saber su amiga.-



            Amatista le comentó a grandes rasgos lo que recordaba de esos sueños, en los que había visto aquella aparición. Esa criatura de gran tamaño, con una túnica oscura y esa mirada que era imposible de sostener. Fue la propia Sandy quien quedó pálida ahora, y estremecida por el temor, apenas pudo musitar.



-¡Azraél!

-¿Qué puede significar eso? ¿Qué clase de Libro será? - Preguntó  Amatista casi más a sí misma que a su compañera.- Tiene que ser muy importante para que aquel ente tan poderoso lo mencionase.



            Hubo un espeso silencio entre las dos que al fin Sandy se atrevió a romper.



- No lo sé, sinceramente no tengo ni idea. Debe ser algo solamente al alcance de un ser muy evolucionado, un ser superior. Remachó la morena muchacha, conjeturando para sí, no deseando alarmar a su amiga. – Si ese ente es el mismísimo Azraél, es algo realmente grave.



            No en vano recordaba aquel viaje astral que Mazoui y ella hicieron cuando peligraba la vida de Leval. Fueron tras la receta para su curación y se toparon con ese ser tan poderoso. Sandy no podía olvidar el simple impacto que le dio ser capaz de sentirle. Le creía incluso superior a los propios dioses, de modo que no tuvo más remedio que admitir con voz trémula.



- Amatista, esto sobrepasa con mucho nuestro entendimiento. Debes encontrar a alguien que pueda hablarte de ello, que sepa acerca de estos seres y otras dimensiones. Mazoui sabe, pregúntale...

- Sí, lo haré. Gracias por todo, Sandy…

- Amiga mía. Siento muchísimo no poder hacer más. – Se disculpó  ésta tomando las manos de su contertulia entre las suyas con preocupación y ternura para pedirle. - Cuídate mucho tú y protege al bebé...



            Amatista asintió y sonrió animosa, aunque pese a aquella fachada de entereza no podía evitar sentirse cada vez más asustada. Era como si todo aquel entorno de paz y felicidad hubiera sido tan solo una ilusión que comenzara a desvanecerse de golpe, dejándola inerme ante una terrible realidad. No quiso seguir pensando eso, después de esa conversación se dirigió a su casa a descansar. Leval por su parte fue a su base con sede en la nave. Junto con Mazoui, estaba encargado de ayudar a formar una guarnición destacada en el planeta, las instalaciones militares estaban ya en avanzado estado de construcción. Mazoui le pidió a Freejar que le prestase a su primo para ayudarle y éste accedió. Así pues, ambos se encargaron de seleccionar a unos cuantos oficiales para crear un grupo de combate de cazas.



-¿Has visto esto?- Le comentó Leval a su primo.- Esos nuevos cazas prometen ser realmente muy avanzados.

-Creo que han dotado a la SSP-2 del mismo modelo que quieren traer aquí, para reemplazar a nuestros viejos aviones. Son en efecto muy superiores en prestaciones, acorde con los informes preliminares. Sin embargo, mantienen sus características en estricto secreto. -Le comentó este.-

-Bueno, tarde o temprano nos enteraremos.- Afirmó su contertulio.-

-En cualquier caso, cuando me vaya, a buen seguro que te tocará a ti ocuparte de esa escuadrilla.- Aseveró Mazoui.-



Este asintió despidiéndose de su primo y yendo a su propio despacho. Tenía que seguir trabajando en esa preselección aunque ahora desde luego que sus prioridades eran otras bien diferentes. Pensaba en su mujer y en su bebé. ¡Ojalá pudiera regresar pronto a casa para estar con ellos!. Por su parte Mazoui estaba ojeando unos informes cuando sintió que Sandy le llamaba. Casi al mismo tiempo sonó su teléfono, efectivamente era ella que, con voz muy inquieta, le pidió...



- ¡Mazoui, Amatista te necesita! Debes ir a verla, sólo tú puedes ayudarla ahora.

-¿Qué ocurre?...- inquirió él y en pocas palabras la joven le resumió lo que había hablado con su amiga ante lo cual el muchacho se apresuró a responder. - Ahora mismo voy para allá, se lo diré a Leval.

- No creo que sea prudente por el momento,- objetó ella. - Él no puede hacer nada por protegerla y sólo interferiría…

- Entiendo, voy para el planeta.- Convino Mazoui concentrándose en la energía de Amatista que era sorprendentemente clara y se transportó. -



           El muchacho pensaba en lo que Sandy le había contado, de pronto algo en su mente se activó. Recordaba haber tenido una extraña visión. Hacía ya tiempo, cuando estuvieron atrapados Leval y él en sus cazas. Fue en ese mundo con tanta fuerza de gravedad. Juraría haber visto una gran silueta oscura con un libro. Entonces lo juzgó fruto de la falta de oxígeno y las extremas condiciones, pero tuvo que significar algo. Debía hablar de inmediato con su amiga. A todo esto la chica estaba en casa preparándose para ir a la nave. Iba a seguir el consejo de Sandy y llamar a Mazoui cuando éste apareció a su lado. Visiblemente sorprendida dio un respingo por el susto. Él se disculpó de inmediato y le dijo.



-  Siento aparecer así, de improviso. Sandy me dijo que me necesitabas con urgencia. Me ha contado todo lo que ha ocurrido.

-¿Qué puede ser, Mazoui? - Inquirió Amatista que le describió a esa figura de sus sueños, lo mismo que hiciera con su amiga. -

-¿Era así?,- exclamó el muchacho que se quedó reflexivo y después le insistió como si no pudiera creerlo. - ¿Estás segura de su aspecto? - La chica, sorprendida por esa reacción, simplemente asintió. -

-¿Sabes quién puede ser? - Le interrogó nuevamente ella con visible curiosidad. -

- Por tu descripción, Sandy estaba en lo correcto. Bien pudiera tratarse del Ángel de la Muerte.- Declaró Mazoui sin ningún lugar a la duda. -



            Su contertulia se quedó helada al oír la respuesta del chico, pero éste se apresuró a calmarla.



- Tranquilízate, eso no significa que vayas a morir. Ese ángel tiene también otros cometidos, según lo que me has contado, él mismo te lo dijo. Tu hora no ha llegado todavía.

- ¿Qué clase de cometidos?- Quiso saber la pese a todo asustada muchacha. - ¿Y qué libro es ese?...

- No lo sé. No sé exactamente hasta donde llegan las labores de ese ángel. Y tampoco tengo ni idea de qué clase de libro es ese. Debería informarme. Sería buena idea llamar a Tom, el padre de Idina. Fue mi maestro, me enseñó muchas cosas y de seguro él sabrá mucho más que yo.- Reconoció el chico. –



            Ella recordó que la propia Idina le propuso contárselo a su padre. Y la reacción de Amatista fue la misma ahora pidiéndole a su interlocutor.



- Pero no me gustaría que se enterasen mis padres, dile que no se lo cuente a nadie, ni siquiera a los padres de Leval. ¡Por favor! No quiero que se preocupen o sufran inútilmente. Ellos no podrían hacer nada.

- Descuida, nadie más se verá involucrado, no te preocupes. Tom sabe guardar secretos. Ahora voy a tratar de contactar con él, hasta luego. -  Se despidió Mazoui que se concentró en la energía de Leval y desapareció. -



            Amatista se quedó esperando muy preocupada por lo que su amigo le había dicho, ¿por qué esos dioses se interesarían por su hijo? ¿Qué querría el Ángel de la Muerte de ella? ¿Qué clase de libro sería ese? Deseó que Leval estuviera a su lado, pensaba en que debía contárselo. A fin de cuentas él era el padre de su hijo y el marido de ella. Pero, por otro lado, el miedo por la seguridad de su esposo la abrumaba. Pese a sus poderes ya vio lo que esos dioses le hicieron en una batalla. Y aquellos seres ni se habían inmutado tras darle una soberana paliza a todo un súper guerrero. Ahora, esos mismos dioses daban la impresión de que estaban muy preocupados ante una amenaza bastante grave. ¿Qué iba a poder hacer Leval contra aquellos seres, o contra otros quizás todavía más temibles, si es que eso fuese posible? No, lo mejor sería callar, esta vez le tocaba a ella protegerle, tenía que cuidar de los dos. Debía ser fuerte por su marido y por su hijo.



-No permitiré que os suceda nada malo, a ninguno.- Se decía en tanto acariciaba su ya prominente barriga.- Cariño, hijo…lucharé y os defenderé en la medida de mis posibilidades.



            Mazoui entre tanto apareció junto a Leval que se encontraba sólo en su despacho, éste le miró extrañado y le preguntó que hacía transportándose allí.



-  Lo siento. Tenía que ir y volver a Bios con rapidez, así he ganado tiempo.- Le respondió su primo que cambió rápidamente de tema para que Leval no siguiera haciéndole preguntas. - ¿Qué tal llevas los expedientes de los pilotos?

- Ya tengo seleccionados a la mayoría, pero creo que tú deberías verlos para dar tu aprobación.

- Claro, los veré después.- Asintió su interlocutor sin demasiado interés. -

- Si no te importa, me gustaría pasar por Bios para ver a Coraíon, ayer fueron atacados otra vez por esos malditos dioses.- Le contó Leval. -

- No hay problema, vete ahora si quieres, yo miraré esto y hablaré con Freejar. - Se ofreció Mazoui sin dar a entender que ya conocía todo eso perfectamente. – Así ese chalado no te regañará…



           Su compañero le dio las gracias y se transportó pensando en la energía de su primo. Éste había sido avisado por Sandy para que no dijese nada que relacionase a Amatista. Cuando Leval llegó, Coraíon se limitó a decirle que fueron atacados y que prácticamente jugaron con ellos.



-¡No podemos hacer nada! - Espetó el indignado Leval al escucharle terminar la historia. - Eso es lo más frustrante de todo, sólo somos eso, sus juguetes...esperando impotentes a que se les ocurra venir a pasar el rato con nosotros.

- Espero que se les pase de una vez el interés que tienen por los humanos. - Suspiró Coraíon con paciente serenidad añadiendo algo más inquietado. - Mis padres vendrán dentro de poco a inaugurar la calle y a visitarnos a Sandy y a mí. No me gustaría que esos dioses les molestaran.

- No sé qué será peor, si les aburrimos y se cansan de nosotros puede que les dé por destruir el planeta. Lo importante es que estéis bien.- Respondió  su interlocutor más calmado en su tono, aunque no por ello menos inquieto en sus temores. -

- Claro, no te preocupes. De hecho, si mi madre les pone la vista encima les iba a echar una buena bronca. - Sonrió Coraíon tratando de restarle importancia, lo que admiraba a su primo. –No se iban a librar por muy dioses que sean.

- Muchas gracias por venir tan rápido, Leval.- Intervino entonces la prometida del joven ingeniero entrando en la estancia. -

- Es lo menos que puedo hacer. Debo volver a la base, y tú, Sandy - dijo el interpelado recordando la conversación del día anterior. -¿Qué era eso que debías decirle a Amatista?

- Nada, no era nada que deba preocuparte,- se apresuró a contestar ella. - Estaba inquieta por su embarazo pero me aseguró que todo va bien.



            Leval asintió, pero por algún motivo esas palabras lejos de tranquilizarle le preocuparon más, de modo que comentó.



- Iré a verla ahora antes de regresar a la base, hasta luego.- Y dicho esto desapareció.-



            Sandy y Coraíon se miraron de forma significativa, con patente preocupación.



-¿Qué crees que pueda significar todo esto? - Inquirió el chico. -

- No tengo ni idea pero presiento que es algo grave, muy grave y que están en juego muchas cosas más de las que podamos imaginar. Hay poderes incalculablemente grandes y terribles detrás de todo. Y eso me aterra. - Le respondió Sandy con aire misterioso y lleno de temor. – Me asusta como jamás lo hizo cualquier otra cosa.



            Coraíon no dijo nada, guardó un significativo silencio y pasó un confortador brazo tras los hombros de su prometida. Si ella decía algo así de seguro que no se equivocaría. Mientras, Mazoui llamó a Satory y le pidió que contactase con su padre en la Tierra para localizar a Tom. No le explicó el motivo con detalle aunque se limitó a decirle que era algo muy urgente. La chica confiaba en él y, sin preguntar más, llamó  sin pérdida de tiempo para que Masters les pusiera en contacto lo antes posible...



-Espero que mi padre esté disponible. Marcaré su número privado. - Decía en tanto llamaba para comentar a su prometido.- Anda, ponte tú…

-Tendremos que aguardar un poco.- Suspiró él tomando el auricular tras conectar el video.-



            El millonario estaba en su gran mansión, por una vez las juntas y demás reuniones de accionistas habían terminado y disponía de un par de días para relajarse, le hizo bastante ilusión recibir la llamada de Mazoui. Aquel chico era considerado por Ian como virtualmente su yerno. De modo que, en cuanto pudo, le pasó al canal hiperespacial que habían estado desarrollando para obtener una comunicación casi instantánea.



- ¿Cómo estás, Mazoui?- Le saludó el magnate con patente aprecio para querer saber. - ¿Y mi hija? ¿No está ahí contigo?



Pero el rostro del chico no parecía estar relajado sino todo lo contrario. Aquella no era una llamada de saludo o de cumplido. Masters enseguida se percató de ello y pudo preguntar, ahora con preocupación.



- ¿Va todo bien?

- No te preocupes, Ian – fue la réplica del muchacho que quiso ser más tranquilizador cuando le comentó. – Satory está perfectamente. Esto no tiene nada que ver con ella. Sin embargo, te he llamado para un asunto bastante serio. Necesito que me pongas en contacto con mi tío Thomas Rodney.

- ¿Con Tom? ¿Qué es lo que sucede?- Quiso saber su interlocutor. - ¿Es alguna amenaza del espacio?

-No. – negó el chico para sentenciar. – Si fuera eso podríamos enfrentarnos a ella sin ninguna dificultad. Es un problema que excede las fronteras de este plano existencial. Por ello necesito a Tom.



Su futuro yerno le esbozó apenas algunas cosas, que bastaron sin embargo para inquietar seriamente al millonario. Masters asintió, ahora con gesto preocupado. Enseguida replicó de forma solícita.



- Haré lo posible por localizarle de inmediato y darle tu recado. ¿Te importa sin contacto con Endimión y Serenity y les cuento esto?

-En absoluto, si alguien más puede ayudarnos o quizás arrojar alguna luz sobre esto, son ellos.- Afirmó Mazoui.-

-En tal caso, me pondré a ello de inmediato.- Convino Masters.- Buena suerte y, por favor, cuida de mi hija.



    Mazoui asintió asegurándole que así lo haría y se despidió aguardando noticias. Su interlocutor cumplió su palabra. Enseguida trató de ponerse en contacto con el tío de aquel muchacho. Por fortuna, el hermano de Tom, Daniel, trabajaba en la Masters Corporation. Él se ocupó de darle a Ian la dirección y el número. Al poco sonó el teléfono en casa de los Rodney. Pero el destinatario de la llamada no se hallaba en su domicilio. Fue su esposa, que estaba recién llegada de la escuela, la que contestó la llamada.



- ¿Sí? No, no está. No se preocupe, le daré el mensaje. – Afirmó Cooan que colgó enseguida. –



La mujer se limitó a encogerse de hombros, no había tenido nunca mucho trato con aquel tipo, siempre le pareció algo distante y demasiado pagado de sí mismo y de su fortuna. Aunque haciendo caso a Esmeralda, Diamante o incluso Petz y Zafiro, no era una mala persona. Además, según le contaron, ese hombre sufrió mucho tras la temprana pérdida de su esposa y adoraba a su única hija. Pero lo que Cooan no recordaba era haberle dado nunca el número de su casa de Portland. En fin, estaba demasiado ocupada como para pensar en eso y lo dejó de lado. Un poco antes de que Masters hubiese llamado estuvo hablando con su hijo Lance. El chico le anunció que iría a verles esa noche, dado que le habían concedido unos días libres en el trabajo. Tan contenta estaba que decidió preparar una buena cena. Desafortunadamente no podrían unirse a ellos ni Alan, ni Idina, cada uno en sus respectivos trabajos y lugares de residencia tan lejanos.



-Sí, mis hijos están en otro planeta. Literalmente hablando en el caso de Idina. - Suspiró la mujer.- Es una lástima poder verles tan poco.



Pero al menos su hijo pródigo vendría después de tanto tiempo y estaba deseosa de decírselo a su marido. Al fin Tom retornó a su casa tras un par de horas. Venía de uno de sus gimnasios de artes marciales. Algo cansado tras impartir unas cuantas clases entró saludando a su esposa.



-¡Hola Connie, cariño! ¿Qué tal el día?

- Bien, como de costumbre - sonrió su mujer. – Los niños un encanto, aunque demasiado ruidosos, ¡ja, ja!  Será que me hago mayor.

-No digas tonterías, tú sigues siendo una encantadora chiquilla.- Se sonrió Tom.- Mi cheer leader favorita. Bueno, ahora compartes ese puesto con nuestra hija, ¡ja, ja!



            Cooan se rio a su vez y tras obsequiar con un afectuoso beso en los labios a su esposo comentó.



-Por cierto, llamó Lance diciendo que se pasará por aquí a vernos, con un poco de suerte no tardará, estoy preparando la cena.

-¡Vaya!, ya iba siendo hora, ese chico nunca tiene tiempo para sus padres. – Afirmó él que parecía teñir su voz de cierto reproche. –

- Ya sabes lo ocupado que siempre está. – Sonrió su madre tratando de disculpar al muchacho - ¡Ah!, - recordó entonces ella. – Y ha llamado Ian Masters. Tenía un mensaje de Mazoui para ti. Dijo que era muy importante.



A su esposo le extrañó aquello. No era el estilo de su sobrino. Estaba convencido de que ese chico no le llamaría usando a Masters salvo que quisiera contactar urgentemente. La razón desde luego debería ser imperiosa. De modo que inquirió.



- ¿Masters? ¿Te dijo de qué se trataba?

- No, simplemente me pidió que te diera el recado y que, en cuanto pudieras, te pusieras en contacto con Mazoui.- Le respondió su esposa que ya se dirigía hacia la cocina. –

-¿Y cómo quiere que haga eso?. Tardaría al menos un par de semanas en contactar con él y obtener respuesta.- Suspiró Tom.-



Su esposa se encogió de hombros, y él no podía llamarle ahora, dado que las comunicaciones con Bios no eran fáciles. Decidió tratar de contactarle al día siguiente. De todos modos llevaba un tiempo estudiando también algunas cosas que le parecían extrañas y deseaba comentarle a ese muchacho algo sobre ello. Quizás todo tuviese relación. O, de no ser así, al menos tendría la oportunidad de contarle lo que estaba averiguando. Pensaba en eso cuando llamaron a la puerta. Enseguida se levantó y fue a abrir. Sonrió al hacerlo, viendo a su hijo allí luciendo un caro traje de ejecutivo. Lance le devolvió la sonrisa y saludo con afabilidad.



- ¡Hola papá! Me alegra volver a casa.

-Pasa, hijo. – Le invitó él dándole un abrazo. - ¡Connie! – Llamó él en voz alta a su esposa para informar. – Lance está aquí.



Su madre llegó corriendo, aún con el delantal. Lucía una radiante sonrisa cuando abrazó a su hijo.



-  ¡Cariño! , ¡Cuánto me alegra verte! Ya creía que te habías olvidado de nosotros.

- ¿Cómo iba a hacer eso, mamá?- preguntó el muchacho a su vez para sentenciar con su humor habitual. – ¡En ningún sitio se come mejor!



Su madre movió la cabeza divertida y le obsequió con un beso en la mejilla. Para decir con visible alegría.



- Pasa y siéntate a la mesa. La cena enseguida va a estar y he hecho tu plato favorito.

- Sí, vamos, ponte cómodo, hijo. – Convino Tom posando una mano tras la espalda del muchacho – Cuenta, cuenta. ¿Qué tal tu trabajo?

- A veces aburrido, otras apasionante y todas ellas estresante. – Replicó despreocupadamente él chico que quiso saber a su vez. - ¿Habéis hablado con Alan e Idina?

- Con Alan sí, él y Naya están muy felices. Ella está ahora en un hospital de San Diego. Él, pese a todo, sigue trabajando para la Masters Corporation. La oferta de la compañía le interesó más que la que le hizo el hospital para ser jefe de los sistemas informáticos. También Ian Masters fue muy amable al trasladarle a la sede que tienen en la misma ciudad. Así, tu hermano y su novia pueden estar juntos. De Idina no sé nada últimamente. Solamente lo que Rei me contó cuando fue a verla. La encontró muy feliz con los niños.- Le respondió su padre.-



Entre tanto Cooan se unía a ellos trayendo una gran sopera con una sopa de mariscos y cangrejo, que efectivamente era lo que más le gustaba a su hijo.



- Deberíais ir a verla. Seguro que la pequeñaja se sentirá muy sola allí. – Dijo el chico. –

- No lo creo- terció su madre en tanto le servía un plato de sopa. – Allí están Amatista, Leval, Mazoui… Ahora que lo recuerdo.- Se interrumpió para preguntar a su esposo. - ¿Has llamado a tu sobrino?

-  No - respondió Tom encogiéndose de hombros para decir. – Ya te dije que tardaría mucho y además, desde aquí no tenemos cobertura hasta Bios. Nuestros teléfonos no hacen esa clase de llamadas. Tendré que esperar a mañana para ir a un centro de comunicaciones en la ciudad.

- Si es por eso – intervino despreocupadamente Lance sacando un caro modelo de teléfono móvil. – Puedes usar el mío. Tengo señal satélite de hiperespacio.

- ¿Qué?- se sorprendió su madre mirándole con extrañeza para afirmar. – ¡Esa tecnología no puede estar disponible en la Tierra todavía!  Recuerdo que era propia del siglo treinta.

-Bueno, mamá. -Contestó él. –En parte tienes razón. No lo está para la mayor parte de la gente todavía. Pero mi empresa sí que la posee. Igual que la Masters Corporation.

- ¿Y cómo es posible que un ejecutivo de bolsa y finanzas como tú la tenga?…-Preguntó Tom.-



Aunque  enseguida sonrió divertido, deteniéndose a la mitad de su intervención. ¡Qué cuestión tan tonta!, su mismo hijo le respondió con un tono levemente condescendiente para informarle.



-  Papá. Los negocios ahora llegan hasta Bios, ¡es un sitio magnífico para invertir! Hay terrenos, recursos naturales por explotar. En cuanto se parcelen tierras y se autorice su venta tenemos que poder comunicarnos allí casi a  tiempo real. Mis clientes precisarán información al segundo. Y seguramente las bolsas de la Tierra, también. Es caro, pero merece la pena.

- Lo que siento es que eso no sea accesible a todo el mundo. – Comentó Cooan. –

- Pronto lo será, mamá – le sonrió su hijo ofreciéndose con amabilidad. – Y si queréis, hablaré con mi empresa y os conseguiré unos teléfonos especiales como el mío.

- Prefiero hacer las cosas a la antigua, al menos de momento. – Terció su padre que le comentó – Llamó Masters, tu madre tomó el recado, dijo que tu primo Mazoui quería hablar conmigo.

-  Entonces, si fuese tú le llamará enseguida.- Le aconsejó Lance con gesto más serio ahora  para sentenciar. – Si Mazoui tiene tanta prisa deberá ser por una buena razón. Él no suele apresurarse ni hacer las cosas sin motivo.



Su padre suspiró, en eso su hijo tenía toda la razón. Lo mismo había pensado él. De modo que aceptó el móvil del chico y tecleó el número de su sobrino. El teléfono ya lo tenía memorizado de forma que fue rápido. Al cabo de unos segundos Mazoui respondió a la llamada. Tom escuchó y a medida que lo hacía su gesto se fue tornando más serio. Lance y Cooan solamente podían oírle preguntar a su interlocutor y replicar.



- ¿Estás seguro de eso? ¿Totalmente? Bien, lo antes que pueda me pondré en camino. Sí, arreglaré las cosas, me pueden sustituir en el gimnasio. No, no creo que Connie pueda. ¡Claro que aprovecharé para verla! – Sonrió levemente para retornar a un rostro más adusto y grave. -  Ten mucho cuidado, esa no es una técnica nada fácil, confío en ti, sé que lo harás bien. Hasta pronto pues.



Al colgar y devolver el teléfono a su hijo observó cómo su esposa le interrogaba con la mirada y él se limitó a decir.



- Mañana mismo debo partir para Bios. Mazoui me necesita allí.

- ¿Ocurre algo grave?- Se interesó Cooan con gesto preocupado. –¿Están todos bien? ¿Le sucede algo a nuestra hija?

-  No tiene nada que ver con los chicos. E Idina está perfectamente. Tranquila. En cuanto al problema, Mazoui no sabe exactamente qué pasa, por eso quiere que vaya yo, para darle información. Tendré que reunir mis notas y mis archivos,- comentó su marido. –



A Cooan le entró un escalofrío, cuando él hablaba de esa forma se estaba refiriendo a sus documentos acerca de arcanos y fenómenos sobrenaturales. Una gran biblioteca que había comenzado a crear cuando lucharon contra los demonios y la secta hacía ya tantos años, en la época en la que ambos se conocieron y estudiaban en la Golden. Su esposo había dedicado mucho tiempo a ello y se convirtió en todo un erudito en la materia. De hecho, había reunido muchísimos datos en volúmenes de libros o discos duros de ordenador.



-Ten mucho cuidado.- Le pidió a su esposo con voz queda.-



No obstante, Tom, detectando esa inquietud en ella, sonrió apresurándose a decir con un tinte más tranquilizador.



- No te preocupes. Y de paso cuando esté allí aprovecharé para ver a la niña. Ya te he comentado Lance, que, a juzgar por lo que nos contó Rei cuando la visitó, creo que estaba muy contenta.

- Le han dado plaza de maestra en Bios. La enana estará muy feliz. - Les contó el chico con satisfacción y también como si quisiera hacerles olvidar el otro tema. –

-Anda. Pues Rei no nos dijo nada de eso.- Se sorprendió su padre.-

-¡Vaya! A lo mejor he metido la pata y era ella quién quería daros la noticia.- Se lamentó el joven.-

-No te preocupes, hijo. No pasa nada. Me puedo hacer el tonto si llegara el caso. ¡Ja, ja! – Repuso jovialmente Tom posando una mano en el hombro derecho del muchacho.-

-¡Qué bien! – Sonrió su madre con mejor semblante ahora. – Lo que ella deseaba desde que terminó en la universidad. La verdad es que ha trabajado muy duro en la nave desde que llegó. ¡Se lo merece! Dale muchos besos de mi parte y dile lo muy orgullosa que estoy de ella y cuanto la quiero.



Su esposo asintió y la cena discurrió ya sin más contratiempos. Lance les dio las buenas noches y se fue a dormir a su habitación de la infancia. Sus padres quedaron solos y entonces Tom le comentó a su mujer.



- Connie. Ahora que el chico no está te lo puedo decir. Mazoui estaba muy preocupado, casi diría que asustado. Ha tenido una serie de visiones que lo inquietan bastante. Y por lo que parece no solamente él. Espero que no sea nada serio en realidad pero debo averiguarlo.

-Pero. Entonces… ¿No quieres que vaya contigo? Aunque ya pedí mis días libres y no tendré más hasta las vacaciones, mis compañeras me podrían sustituir.

-No es necesario- quiso tranquilizarla su esposo. – No estaré mucho en Bios, si algo ocurriera que no lo creo, ya te llamaré.

-Está bien, confío en ti, siempre lo he hecho. - Afirmó ella apoyando la cabeza en el pecho de su esposo para suspirar. – Pero me es difícil aceptar que ya no soy esa chica de acción, esa justiciera. Ahora únicamente soy una mujer de edad madura que es maestra. No podría ayudarte aunque quisiera.

-¡Pero qué tonterías dices! – Rio él ahora con aire desdramatizador. – Ya te lo dije antes y te lo repetiré, tú siempre serás mi justiciera favorita y mi chica de Némesis. Cariño. Seguro que Mazoui estará más preocupado de lo que debe. Además, estando él allí, junto con Leval. ¿De qué íbamos a tener miedo? Y siempre puedo llamar a Roy a Diamante y a Zafiro por ejemplo. Seguro que les encantaría tener la ocasión de hacer algo divertido para variar. Recordar un poco los viejos tiempos. Y claro está, montar una de nuestras fiestas y hacer alguna actuación como los Handsome Boys.

-¡Lo malo es que os creo más que capaces de hacerlo!- Rio su esposa.-



Y es que Cooan no pudo evitar la hilaridad imaginándose a esos tres de seguro bien dispuestos y con alegría por vivir otra nueva aventura. Aunque enseguida dejó de hacerlo, mirando las canas de su esposo que casi cubrían por entero su antaño moreno cabello e incluso algunas que ella misma tenía, suspiró y dijo en tono entre reflexivo y algo melancólico.



- ¡Quién nos ha visto y quién nos ve!, ¿verdad, mi amor? Con la de aventuras  que hemos vivido y la de combates que hemos librado. Sin embargo, ahora somos una pareja de padres de mediana edad con síndrome de nido vacío.

- ¿Y te arrepientes de cómo hemos vivido nuestras vidas, cariño? - quiso saber Tom con voz queda. -


            A lo que su esposa replicó de igual modo, tras mirarle amorosamente a los ojos y sonriendo de forma cómplice con él.



-No, en absoluto. Contigo volvería  a hacer lo mismo una y otra vez. Lo único que me da envidia es cuando veo a Rei y a las chicas. ¡Es que apenas han cambiado nada!, parecen unas niñas, iguales a cuando las conocí.

-Siendo oriundas del Milenario de Plata quizás tengan un mayor periodo de juventud.- Conjeturó su esposo.- Eso creo que me contaste una vez.

-Sí, creo que es el Cristal de Plata lo que las hace aparentar esa juventud.- Sonrió su interlocutora que agregó ahora más divertida.- Hay que mirarlo por el lado bueno. Al menos no todos podemos ser así. Si nadie precisase de cremas para rejuvenecer el cutis nos chafarían el negocio de “Beauty Quartete”  y mi hermana Petz se iba a enfadar mucho. ¡Mejor que eso no pase, ja, ja!



Él asintió sonriendo en tanto la acurrucaba contra su pecho, sentados ambos en el sofá. Al rato se fueron a dormir, al día siguiente debía ponerse en camino. Deseaba saber hasta qué punto podría su sobrino tener razón en su inquietud, ya que, de todo lo que él le comentó lo que más le había alarmado era la mención a ese misterioso libro. Apenas si lo recordaba pero, siendo muy joven cuando fue en busca de Anthony, su mentor, para tratar de rescatar a Roy del poder de ese demonio llamado Armagedón, su maestro le habló algo sobre ese tema. Pensaba en ello….Aun recordaba el porte de ese hombre, su pelo encanecido, como el que él mismo ahora lucía, y la gravedad de su voz, cuando le comentó.



-Por grave e importante que sea esta batalla es una entre muchas. El bien y el mal pugnan desde siempre y así debe ser. Nuestra misión es que el mal no prevalezca.

-Sí, claro.- Convino el joven Tom.- Y acabar con él para siempre…

-Aunque cuidado, tampoco puede ser el bien el que triunfe por completo.- Replicó su mentor dejándole atónito.-

-No lo comprendo.- Repuso el chico.- Si acabáramos con el mal todo sería estupendo, no más sufrimientos, no más guerras. El fin de las injusticias. Creo que es algo a lo que deberíamos aspirar.



            Anthony le miró esbozando una leve sonrisa, movió ligeramente la cabeza y pudo decir…



-El mal está ahí por una poderosa razón. Tiene su cometido, lo mismo que el bien. Y si lo suprimiéramos algo todavía peor podría ocupar su lugar…

-¿Peor?- Se extrañó el muchacho mirándole atónito.- ¿Qué podría ser peor que el propio mal?...

-El fin del Libro de los Días.- Suspiró su maestro con voz queda.-

-¿A qué libro te refieres? – Quiso saber Tom con gesto atónito.-

-Nada importante, tonterías de un viejo estudioso.- Sonrió ahora su interlocutor, para añadir, retornando al tema que estaban tratando anteriormente.- Recuérdalo, tu amigo debe pasar el mayor tiempo posible en lugares sagrados, solo la conjunción de las fuerzas del bien podrá…



            Tom salía ahora de aquellos recuerdos tan intrigado como lo estuvo entonces. Aquella alusión a ese extraño libro quedó en su memoria y durante años había estado intentando averiguar cosas sobre él. De hecho, algo había aprendido y quizás ahora fuera el tiempo de ahondar en ello. Quizás hubiera podido preguntarle a Anthony. ¡Ojalá hubiese tenido esa oportunidad! Ahora se daba cuenta de que su maestro sabía mucho más de lo que le había contado. Desgraciadamente murió hacía muchos años. Decidió que haría más averiguaciones en cuanto pudiera. De momento tocaba descansar y prepararse para aquel largo viaje.



-Lo primero es conocer de primera mano qué está pasando allí. Y comprobar cómo está mi hija. Luego ya veré.- Se dijo.-



            Por su parte, Masters no tardó en contactar con Usagi. La llamó por video conferencia al despacho que esta tenía en Tokio.



-¡Ian!- Sonrió la joven al verle en pantalla.- ¿Qué tal todo?

-Tengo algo muy importante que decirte, Majestad.- Repuso él con gesto serio, obviando todo saludo.-



            Usagi enseguida se percató de que su teórico jefe jamás la llamaría así de no mediar una muy poderosa razón. Adoptó de inmediato un semblante serio y concernido para querer saber.



-¿Qué sucede?



            Y tras ser informada apenas de lo poco que su interlocutor sabía, Serenity comprendió que sus peores temores se habían confirmado.



-¿Podréis hacer algo? Temo que sea tarde. Tengo miedo por mi hija, Mazoui, y todos los que están allá. Hay algo que les preocupa y mucho. Y no tienen ni idea de qué es. Ni yo mismo, con mis servicios de inteligencia y los de la ONU, he sido capaz de enterarme de qué está sucediendo en Bios. Al principio hablaron de una especie de seres con poderes increíbles, que habían derrotado con facilidad a Leval y Mazoui. Pero ahora parece que ellos no son el problema. Y no sé qué podremos hacer…



Su contertulia esperó para responder hasta que Masters concluyó, para responder pese a todo con tono seguro.



-No te preocupes, Ian. Todavía tenemos tiempo para prepararnos.

-¿Prepararnos, para qué?- Quiso saber el preocupado multi millonario.- ¿Sabes algo que puedas contarme?

-Hay una nueva amenaza que se perfila. Por ahora no puedo aclararte más. Pero lo que sí puedo decirte es que, cuando llegue el momento, estaremos dispuestos a afrontarla.- Remachó ella.-



            Y sabiendo que nada más obtendría de la soberana del futuro Cristal Tokio, Masters despidió la conexión tras desearle suerte. A su vez, Usagi se dispuso a ir contactando con sus guerreras.



-Dentro de poco todo se precipitará. Tenemos que empezar a actuar, ya. - Pensaba en tanto las llamaba para una reunión de urgencia.-



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