Al día siguiente Leval, puntual como era su costumbre,
se dirigió al cuartel general instalado en Bios. Allí fue ascendido y
trasladado de ejército. Ya como teniente coronel fue requerido a la presencia del
General Strips, el jefe del destacamento militar del planeta. Leval entró y
saludó marcialmente, el general le indicó descanso. Miró a su alrededor. El
despacho más bien parecía una sala de juntas, allí había varias personas,
algunos eran civiles que se presentaron como importantes cargos políticos de la
administración del planeta. Sin muchos preámbulos el general puso a su nuevo
oficial al corriente.
- Bienvenido, coronel Malden. Le he hecho venir porque conozco su excelente hoja de servicios.
Es usted el nuevo jefe de vuelo de la base uno. Pero, además de esa función, le
hemos elegido para el cargo de jefe de seguridad para las fronteras de la
ciudad.
- No comprendo, señor... ¿fronteras?,- dijo Leval
atónito para preguntar- ¿Fronteras respecto de quién?..
- No son unas fronteras convencionales, verá usted.-
Strips carraspeó e hizo una pausa para tomar aire, lo soltó lentamente, como si
lo siguiente que fuese a comentar fuera fácil de comprender pero difícil de
explicar y prosiguió. - Bios fue creado como un planeta nuevo y perfecto, todo
iba a ser natural y desde luego no se pensaban cometer los mismos errores que
se han cometido en la Tierra, contaminación, pobreza, injusticias, guerras. Ya
me entiende...
- Pero señor,- objetó Leval totalmente convencido
del éxito. - Bios es perfecto en todas esas materias, eso está conseguido...
- No es tan sencillo como parece, coronel.- Le
rebatió el general. - Usted y la mayoría de la población no lo saben, pero en
Bios se controlan férreamente las llegadas al planeta. Como sí que sabrá, para
venir aquí se debe contar con un permiso de la Tierra y el billete además es
muy caro.
- Sí, señor. Demasiado para la actual tecnología.
Ahora los viajes podrían ser mucho más asequibles, además de haber ganado en
rapidez. – reconoció su interlocutor. –
Él
recordaba como en la época de su llegada a ese mundo tardaron más de un año. Aunque claro, tuvieron que combatir
durante el trayecto y muchas veces iban sin rumbo claro. Ahora, curiosamente,
desde la Tierra hasta el agujero de gusano sito cerca de Júpiter, apenas se
tardaban unos seis días. Y después, hasta Bios otros seis o siete más o menos.
Si a eso le añadían el recorrido hasta Nature, solamente se agregaban diez días
más.
-Podemos ir incluso desde la Tierra a Nature y
regresar en menos de mes y medio, Señor. El precio del pasaje podría ser
reducido de un modo considerable. - Expuso él.-
Los
allí presentes intercambiaron algunas miradas pero no dijeron nada. Fue Strips
quien tomando la palabra de nuevo, le inquirió a su subordinado.
- Y ¿no comprende usted por qué se hace eso?
Leval
negó con la cabeza para replicar.
- No es un problema de plazas, podrían fletarse
muchas más naves y saldría rentable. Más si cabe con los avances tecnológicos
que han posibilitado esa reducción de tiempo del viaje. - Adujo agudamente
éste. -
El
general asintió conviniendo en eso. Entonces intervino un individuo llamado
Tert, era uno de los dirigentes del planeta, incluso había formado un partido
político que tenía una creciente influéncia. Fue él quien le contestó a Leval.
- Eso se ha
hecho para evitar que gente indeseable venga a Bios. No queremos que nuestro
bello mundo se vea empañado por la mismas problemáticas que dejamos atrás en la
Tierra. Para eso hemos de cerrar la emigración desde el planeta madre y la mejor manera de hacerlo es esa.
Discriminando por precios.
- Pero, que yo sepa, la población de Bios aun es
ínfima.- Opuso Leval que, calculando de modo aproximado añadió. - No seremos
más de unos cuatro millones de personas en todo el Planeta.
- Está usted un poco atrasado en ese aspecto,-
sonrió Tert agregando con tono de suficiencia. - La población de Bios, según
los resultados del último censo de hace tan sólo seis meses, se eleva ya a seis
millones de personas. Y sube con rapidez. Se calcula que, para dentro de dos
años, se superarán con toda seguridad los diez millones.
- No creí que fuesemos ya tantos, pero aun así, para
un planeta como éste es un porcentaje ridículo. - Siguió afirmando el nuevo
coronel que comentó. - Este mundo tiene un clima en su mayor parte templado,
unos terrenos muy aptos para el cultivo. La masa vegetal se ha extendido
bastante, nuestros lagos, mares y océanos cubren casi el sesenta por ciento del
planeta. Aunque no sea como en la Tierra, es más que suficiente.
- Vaya, celebro verle tan documentado sobre Bios,
coronel. – Aprobó Tert. –
- Mi esposa, la doctora Amatista Malden Lassart, es
una de las responsables del ecosistema y la sostenibilidad medioambiental de
este planeta, señor.- Le comentó con orgullo su interlocutor.-
- Pues mejor todavía nos lo pone. - Sentenció Strips
ahora para declarar – Todo lo que usted ha citado es un patrimonio que nos ha
costado mucho obtener a costa de gran trabajo y dificultad. Como, sin ir más
lejos, la labor de su esposa. Por ello debe preservarse a toda costa. Por ello,
no será fácil arribar a este mundo.
-Bueno, hasta ahora no ha sido así que yo sepa.-
Dijo Leval quizás algo perdido pese a todo.- Cada vez que alguien de mi familia
ha querido venir aquí no ha tenido problemas. No entiendo por que otras
personas habrían de tenerlos.
El resto de los presentes se miró con evidente
desconcierto, aunque no dijeron nada. Fue Strips quién le respondió de modo
ligeramente condescendiente.
-Verá coronel, para eso hay al menos dos razones. De
momento, aquellos que viajan como turistas obtienen un visado y permisos de
estancia no mayores de treinta días. En el caso de personas de su vínculo
familiar que hayan venido a verle a usted u otros parientes, les sucede como al
resto. Se tramita todo sin mayor problema. Otra cosa bien distinta es cuando
alguien desea emigrar desde la Tierra de modo permanente. Entonces sí que las
condiciones son mucho más severas…
-Eso puedo comprenderlo en parte, señor. - Repuso el
joven que sin embargo, quiso saber.- Pero usted ha citado dos razones. ¿Cuál
sería la segunda?...
Aquí
tanto el general como las autoridades civiles se sonrieron y fue Tert quién le
replicó de forma entre cordial y displicente.
-Es una razón obvia…coronel… ustedes son parte
fundacional de este planeta y no ignoramos los grandes servicios que han
prestado a Bios y a la Tierra. En el caso de sus familiares y amigos jamás
existirá ningún impedimento para que vengan a establecerse este mundo. Es más,
lo consideraremos un honor y unas magníficas adquisiciones. Eso reza para
cualquiera que pueda aportar algo de valor, ya sea sus capacidades, trabajo o
patrimonio. Bios será disfrutado por aquellos y aquellas que merezcan vivir en
Bios. Ese es el lema que queremos popularizar.
Aquello
no le gustó demasiado a Leval, por supuesto que agradecía esas deferencias,
pero no le parecía justo. Su superior, el general Strips, casi pareció adivinar
aquello cuando afirmó.
-Ustedes han hecho méritos más que sobrados. Se han
ganado cualquier tipo de privilegio. Tenemos informes de sus familias que lo
avalan desde hace ya bastantes años.
-Sin embargo, no creo que haga falta establecer un
filtro tan severo. Este planeta es muy grande, se tardarían siglos en tener exceso
de población. Es más, necesitamos que ésta siga aumentando para avanzar en su
desarrollo. Cuantas más personas dispuestas a labrarse un futuro mejor, más
crecerá y prosperará este mundo. - Argumentó él. -
Entonces
otro individuo llamado O´ Halis intervino explicándole a Leval, mientras miraba
unos papeles en un portafolios.
- No es todo tan bucólico como usted cree coronel,
tenemos desde hace un par de años un problema en la Tierra. Hay un movimiento
activista que denuncia la falta de oportunidades para vivir en nuestro planeta.
"Un Mundo Prohibido" o" Bios paraíso para ricos" dicen en
sus proclamas. En suma, pretenden lograr una emigración masiva que descargue a
la Tierra y pueble por completo este planeta y también el mundo de Nature,
trayendo a cualquiera. ¿Se imagina usted? ¡Destrozarían nuestro mundo, lo convertirían
en una segunda Tierra! No, ¡ni hablar!, debemos negarnos categóricamente a
eso...
- Bueno, señor.- Respondió Leval con tono
comprensivo, recordando lo que ya le contaran su prima Idina e incluso Mazoui,
años atrás. - Quizá esa gente sólo pretende mejorar su calidad de vida, y las
de las personas que viven en nuestro mundo madre. ¿Por qué no? Nadie puede
culparles por ello.
Los políticos se miraron con cierta extrañeza, no
parecían estar pensando en una respuesta como esa y Strips se apresuró a intervenir
para tratar de aclarar aquello.
- Verán señores. Como ya les he dicho antes. El
coronel Malden fue uno de los pioneros, ayudó a terraformar este mundo y es de
naturaleza muy generosa y bien pensante. Cree que todo el mundo viene a aportar
su talento y ayuda, como hicieron su familia y él mismo. - Les comentó
afablemente a sus acompañantes civiles para dirigirse después a Leval con un
tono también amable pero teñido de inquietud. – Lamentablemente no sería así. Usted
no imagina los problemas que se crearían. Los recursos de este mundo poco a
poco van creciendo y, por ahora, hay de sobra para la población. Nosotros tan
sólo pretendemos que siga siendo de esa forma. Queremos un lugar limpio y puro
para nuestros hijos. ¿Tiene usted hijos, coronel?- Preguntó el general con
mucha cortesía. -
- Sí señor, dos…- respondió Leval con un evidente
tinte de satisfacción. -Un niño y una niña, de trece y ocho años.
- Entonces, como cualquier padre, querrá legarles a
sus vástagos un mundo maravilloso para el día de mañana. En el que puedan
alcanzar la felicidad que merecen. - Le contestó Tert con un tinte algo pedante.
–
Por supuesto el interpelado asintió. ¡Claro que lo
deseaba! Por ese motivo entre otros habían luchado tanto él, su mujer y tantos
amigos y compañeros.
- Esa es la razón por la que estamos todos aquí.
Supongo que usted también. – Terció Strips que cuando vio el asentimiento de su
subordinado, sonrió exclamando con tono más efectista. - ¡Cómo toda nuestra
comunidad! ¡Ese es el propósito que nos guía!, no piense en absoluto que estos
caballeros y yo obramos por motivos egoístas, todo lo contrario. Tal y como le
he dicho antes, le aseguro que, cualquiera con merecimientos y que venga a
aportar su trabajo y su saber en beneficio del planeta, será siempre muy bien
recibido.
- Totalmente de acuerdo - remachó Tert - Lo que
sucede es que no queremos que venga aquí cualquiera, sin recursos, ni educación
y se dedique a mendigar, a robar, a traer drogas y cosas así que destruyan la
ilusión que, con tanto esfuerzo, hemos creado de vivir aquí.
- Tenemos la intención.- Añadió O´ Halis con un tono
confidencial - de conseguir la autonomía para Bios. No inmediatamente, sino
dentro de unos años. Actualmente somos prácticamente autosuficientes de la
Tierra y dentro de nada con nuestro potencial agrícola y técnico podremos
incluso exportar más de lo que importamos. Todo eso unido a las plantas de
recursos técnicos y a los grandes profesionales que viven en este mundo,
incluidos por ejemplo usted y su esposa, nos da una oportunidad única que
podría materializarse para dentro de unos pocos años. Ahora estamos trabajando
para captar inversiones de prominentes ciudadanos y personas que, como
nosotros, entienden la importancia de este proyecto. ¿Comprende usted? ¡Un
planeta independiente! Libre para regir sus destinos. Ni tan siquiera
tendríamos soberanos como aceptan en la Tierra.
Leval
se vio totalmente tomado por sorpresa. ¿Qué demonios le estaba planteando ese
tipo? Una especie de independencia. ¿Para qué? Y renegar de los reyes de la
Tierra, que, a parte de su ayuda para salvar el mundo, eran grandes amigos de
sus padres y del resto de sus tíos y tías. No acababa de verlo claro y pudo
contestar eso sí, con mucho tacto.
- Pero, no creo que eso sea necesario. Bueno, pienso
que desde la misma Tierra se ha evitado hasta ahora una emigración masiva que
ponga en peligro la seguridad de este planeta.
- Como ya le he dicho - repuso nuevamente Strips - en
la Tierra, esa alternativa de emigración masiva gana cada vez más adeptos.
Usted estará informado acerca de las proyecciones estadísticas en nuestro mundo
madre.
El
chico asintió, hacía años que pudo charlar con su suegro y con su padre de ese
tema y ambos le pusieron al corriente.
-Sí, señor. La esperanza de vida en el planeta ha
aumentado en más de tres años desde el día de la Salvación.- Admitió él.-
Así
era recordado ese histórico momento en el que las fuerzas combinadas de
Serenity, su hija la princesa Usagi Chiba, la reina Neherenia y el padre y el
tío del propio Leval, unidas a las energías de los demás. Y, por supuesto,
aquella increíble trasformación de Amatista, lograron rechazar a los seres del
olvido. Lo de su esposa esos tipos, al igual que el resto del mundo,
afortunadamente lo desconocían. Sin embargo, estaba claro que el poder del
sagrado cristal de Plata estaba provocando esa mejoría en las expectativas de
vida de la población mundial. Desgraciadamente, tal y como los expertos de la
Masters Corporation y de la ONU predijeron, aquello no se aplicaba a los
recursos alimenticios, ni combustibles ni sobre todo, a las ambiciones de
muchos.
-Tenga usted en cuanta coronel, que la Tierra ya
contaba con una super población alarmante incluso antes de la aparición de
esos, llamémosles soberanos.- Replicó O´Hallis quien ayudándose de una Tablet,
proyectó una serie de datos estadísticos en la pantalla del despacho,
enumerando de forma inexorable.- Poco
antes del dos mil quince se alcanzaron los siete mil millones de habitantes.
Para el dos mil veinticuatro ya había más de ocho mil millones. En esas
proyecciones se indicaba que estaríamos cerca de los nueve mil millones para
dos mil treinta y siete.
-Sí, son estadísticas de domino público.- Comentó el
joven coronel sin sorprenderse demasiado, percatándose de la página web a la
que pertenecían. http://poblacion.population.city/world/.-
-Lo que usted desconoce es que en la Tierra, ya se
han superado esos nueve mil millones de habitantes.- Le informó Tert con tono
inquieto.- Precisamente por el efecto que la venida de Serenity y Endimión ha
tenido en cuanto a la longevidad de la población.
-Sí, claro, comprendo que eso supondrá un impacto
sobre los recursos de la Tierra mayor incluso del esperado.- Tuvo que admitir
Leval.-
-Entonces no tengo que explicarle mucho más.- Afirmó
su superior, relatando de seguido.- Esos adeptos votan y cuando sean mayoría
,que si siguen así en breve lo serán, pedirán a la Tierra que abra nuestras
fronteras para descargarse de parte de ese excedente. Debemos evitar eso y la
mejor manera de hacerlo es convertirnos en un planeta autónomo, dictar nuestras
propias leyes y admitir sólo a quien pueda ser provechoso para nuestro mundo.
-¿Pretenden llevar a cabo un proyecto como el de
EE.UU en los primeros años del siglo veinte?... ¿una Isla de Ellis planetaria?
¿Una especie de control de paso para descartar a los que no reúnan las
condiciones adecuadas? - Pudo decir
Leval anonadado para sentenciar casi para sí. – Claro, ahora veo el sentido…una
patrulla especial para evitar llegadas no autorizadas y filtrar el acceso a
Bios.
- Es un hombre inteligente, coronel- sonrió O´ Halis
añadiendo con satisfacción. -No nos hemos equivocado con usted...
- Pero, las cosas no están tan mal en la Tierra.-
Rebatió Leval quitándole gravedad al asunto, y apoyando sus palabras al
recordar. -Yo estuve hace algunos años
visitando a mis padres y todo estaba muy bien. Nadie protestaba. Bueno, me
comentaron que ese movimiento existía, pero tampoco se logró significar en
demasía después de todo.
- Me temo que usted solamente ha visto el lado más
amable.- Contestó Tert ahora con expresión consternada, para añadir de modo más
cordial. –Como ya se podrá imaginar y le
hemos comentado anteriormente, hemos hecho nuestros deberes. Tenemos informes
sobre usted y su familia. Su padre un famoso ex jugador de baloncesto, su madre
directora de un prestigioso instituto. Su hermana, una antigua artista de la
canción muy conocida, además es abogado y de una gran reputación a la hora de
defender a personas de llamémoslas, minorías activistas. En suma, pertenece
usted a la clase alta. Sus suegros, una ex modelo y diseñadora famosa a nivel
mundial y un importante ejecutivo y científico de la Masters Corp...Y
responsable en gran parte del éxito de este proyecto. Usted y su familia son
muy ricos y con muy buenas relaciones, incluso con los soberanos de la Tierra y
de la Luna. Aquí conocemos además sus extraordinarias facultades y sus encomiables
servicios al planeta...
- Tiene usted un futuro muy brillante, coronel.-
Añadió animosamente Strips. - Llegará a ser alguien muy importante en este
mundo, no lo dude. Quién sabe si un día incluso podría presentarse a un
hipotético cargo de presidente de este planeta. Y seguramente le votarían. Por
eso, entre otras cosas, le queremos a usted para ese puesto.
- Se lo agradezco mucho. Pero, sólo soy teniente
coronel - objetó modestamente Leval. – De seguro que hay oficiales de más alto
rango que yo para esta tarea...
Sus interlocutores se miraron esbozando tenues
sonrisas, parecían mostrarse su mutua aprobación al escuchar estas palabras. No
obstante guardaron silencio dejando que fuera Strips el que contestase.
- Tiene razón, y no está usted sólo. Hay más y ahora
le presentaré a uno de ellos.
Y al momento el general tocó un botón y la puerta de
su despacho se abrió, un oficial entró en la sala, era un viejo conocido. Leval
no podía creer que fuese él y antes de que pudiera reaccionar, Strips añadió.
- Tengo entendido que ustedes fueron compañeros.
Teniente Coronel Malden, aquí está el Coronel Cedric Logan.
- Sólo Teniente Coronel por ahora, señor....-
declaró Logan ofreciendo su mano al sorprendido Leval para añadir con tono
cordial. - Me alegro de verte, de verdad, confío en que ahora podremos
llevarnos bien.-
El aludido vaciló en estrechar su mano pero al fin
lo hizo dejándose llevar por la sorpresa.
- Perfecto,- sonrió Strips con aprobación para
aseverar. - Los antiguos problemas que creo tuvieron ustedes dos ya han quedado
superados. Ahora son hombres maduros y oficiales experimentados. Deben trabajar
juntos, en armonía para lograr nuestros comunes objetivos.
- Así es, Leval,- añadió Logan esbozando una de sus
típicas sonrisas superficiales según declaraba, eso sí, con entusiasmo. - ¡Este
planeta va a ser algo grande! ¿Sabes? Aquí tenemos muchos proyectos y tú entras
de lleno en ellos. Al igual que Mazoui...
- No entiendo tu súbito cambio de actitud, si no
recuerdo mal, pretendiste acabar con nosotros ante un tribunal...- le recordó su interlocutor sin molestarse en ocultar
que aún estaba molesto desde entonces. -
- Y lo siento mucho,- se apresuró a disculparse el
interpelado con su media sonrisa. -Yo era un jovenzuelo estúpido y celoso
entonces. Amatista era una chica tan bonita...compréndeme… ¿por cierto?, ¿qué
tal está? ¿Sigues con ella?...
- Estamos casados y tenemos dos hijos - respondió
Leval casi arrojándoselo a la cara. -
-¡Qué maravilla! - Exclamó Logan sin sentirse afectado,
al menos en apariencia. -Me alegro por vosotros. Ya sé que nunca te he caído
bien. Y lo comprendo. Pero he cambiado. Admito que actué mal. Mi propio padre
censuró mi actitud, eso duele, para mí era un ídolo, siempre quise ser como él.
Y yo fui educado en la creencia de que debía conseguir siempre lo que quisiera
y siempre lo había logrado hasta que apareciste tú.
-¿Y qué has planeado?, ¿mandarme a explorar alguna
galaxia remota? - Dijo Leval con un sarcástico tono evidentemente a la
defensiva. -
Logan
guardó silencio como si quiera dar a entender que comprendía perfectamente esos
reproches pero fue Strips el que medió con tono paciente y conciliador.
- Por favor. No sea usted injusto. El Teniente
Coronel Logan fue el primero en recomendarle a usted para este puesto. Nos
habló de forma admirable de sus cualidades. Yo creo que después de tantos años
deberían enterrar sus diferencias.
- Si Logan ha cambiado,- respondió Leval aún con
tinte desconfiado. - No veo por qué no...
- Créeme, me alegra mucho escuchar eso...- repuso éste
con gesto sonriente, de nuevo, ofreciéndole una mano. Ahora en símbolo de
conciliación y asegurando. – Ya lo verás, trabajando juntos haremos de este
planeta un lugar mucho mejor.
Leval se la estrechó de forma algo remisa, aunque
dadas las circunstancias no podía dejar que las rencillas del pasado le
influenciasen. Y desde luego, la disposición de su antiguo rival era
encomiable. Aunque dadas sus pasadas experiencias con él no se fiaba en
absoluto de ese hipócrita. Por el momento le miraría con lupa…
- Entonces todo resuelto, caballeros - convino Tert
que pidió a Strips. - General, por favor. Explíquele al coronel su misión...
- Es muy sencillo,- le comentó despreocupadamente
éste. - Usted hará que sus escuadrillas patrullen el sector, tanto atmosférico
como sideral del entorno del planeta. Debe impedir la llegada de naves
ilegales. Por cualquier medio...
- ¿Incluso abordarlas si es necesario, señor?- intervino
Leval algo preocupado. -
- Normalmente preferiremos una solución más
diplomática,- añadió O´ Halis que sin embargo no dudó en afirmar. - Pero sí, si la situación lo requiere, por
supuesto...
-No sé si eso es del todo legal, señor.- Opuso él,
tratando de pensar en las leyes terrestres y la normativa del UNISON.-
-Descuide, existe el control de aduanas y zonas
limítrofes aplicados a Bios.- Repuso el General, afirmando sin sombra de duda.-
Para cualquier aeronave sin identificar, en previsión de posibles propósitos
hostiles, estaría usted más que capacitado para proceder a su abordaje.
- De todas formas no se inquiete, eso es algo que
muy raramente puede suceder. Como usted mismo mencionó, desde la Tierra los
controles son muy férreos. - Trató de tranquilizarle Tert. –
-Y además.- Intervino el propio Logan.- En el caso
de inmigración ilegal esas naves no suelen cumplir los estándares de seguridad,
ni calidad en un vuelo reglamentario. Nuestra misión también es la de rescatar
y poner a salvo a las personas que pudieran viajar en ellas.
-¿Lo ve coronel? No somos los malos de la película.-
Sonrió afablemente Tert, sentenciando.- Es más, lo más importante es velar
porque los derechos de cualquier ciudadano de la Tierra o de Bios, se respeten.
-Hasta ahora se ha logrado mantener un control
racional de la situación, salvando incluso a bastantes de esos “pasajeros”-
Remachó Strips quien sentenció de un modo que no acababa de convencer a Leval,
dado que parecía estar teñido de ironía.- Ante todo la salvaguardia de los
derechos humanos.
El joven oficial estaba cada vez más sorprendido, si
hablaban así era porque ya debían de llevar bastante tiempo efectuando esas
prácticas. Aunque prefirió callarse ya que fue ahora Logan el que tomó la palabra
para explicarle con jovialidad, tal vez demasiada.
- Yo seré el oficial de enlace y mi misión será la
de coordinar a tu base con las del resto del planeta, actualmente tenemos seis.
Tú cubrirás el cuadrante dos del planeta, sector A. Como sabes, la zona que
coincide con Vitae y sus alrededores. Es la más importante. Ya te iremos informando
de lo que debas hacer, cuando llegue el momento.
- Bueno coronel, eso es todo por ahora. Puede
retirarse, - le indicó afablemente Strips. - Vuelva a su casa y de la buena
noticia a su esposa. Seguro que se sentirá orgullosa de usted. Por cierto, están
invitados a cenar. Mañana a las nueve en el cuartel general. Cena de gala,
altos oficiales y autoridades del planeta. Espero que su mujer tenga la bondad
de honrarnos con su presencia.
- Gracias señor.- Contestó lacónicamente Leval que
saludó y se despidió saliendo de la sala. – Se lo diré…
Una vez se marchó aquel grupo de autoridades guardó
un significativo silencio. Siendo roto por el responsable civil.
-¿Podremos confiar en él?, Espero que no empiece a
hacer demasiadas preguntas.- Inquirió Tert al general y a Logan, éste último
respondió con una sonrisita sibilina para sentenciar. -
- De eso no se preocupen, yo me encargaré. Malden es
una pieza muy importante en este engranaje…Pero únicamente sabrá lo que
nosotros queramos que sepa…
Sus
interlocutores esbozaron sendas sonrisas de complacencia. Al parecer eso les
bastaba. Cuando Leval volvió a casa esperó a que Amatista y los niños llegasen.
Luego, tras saludar a sus hijos, habló con su mujer y le contó lo ocurrido. Al
oírle ella quedó sorprendida y algo preocupada. Tal y como él pensaba, le dijo
muy convencida.
- No me gusta, no me gusta nada. Y si Logan está
aquí, mucho menos...
- A mí tampoco me ha hecho ninguna gracia, ¡tendrías
que haberles oído!, sólo les faltó apelar a la supremacía de la raza. - Repuso
su esposo con inquietud para suspirar agregando, incluso con tono molesto. – Y
hablaron de mi hermana como si de una mera activista se tratara.
-¿De tu hermana?- Se sorprendió su esposa.-
-Sí, ya sabes que Ky es abogado y representa a
colectivos que tradicionalmente se han visto afectados por discriminación. No
solamente a gais y lesbianas o cualquier otro miembro del LGTBI, también a inmigrantes o mujeres maltratadas…Ella, como
yo, defiende que Bios podría ser un muy buen sitio para muchas personas que desean
empezar una nueva vida, lejos de prejuicios o de malas experiencias de su
pasado…
Su
esposa le escuchaba con atención. Siempre que ella misma había hablado con Kerria
ésta le comentaba algo similar. Desde luego que ambas se admiraban mutuamente.
Amatista aplaudía la labor de su cuñada en pro de tantas personas que habían
sufrido injustamente el desprecio o incluso las agresiones de muchos intolerantes.
Y a su vez, la hermana de su marido no se cansaba de repetir lo increíble que
era Bios y como todo era debido al trabajo de personas como la propia Amatista,
Satory, Sandy o el resto de los científicos y expertos que habían contribuido a
ello desde los días de la terraformación. Y sobre todo estaba el cariño que
mutuamente se tenían y su gran amistad. Meditó sobre eso y pudo responder a su
esposo.
-Ten mucho cuidado, no te fíes en absoluto de esa
gente. Y menos si Logan está entre ellos.
-Descuida, no lo haré. - Le aseguró su interlocutor
para remachar.- En fin, espero que desde la Tierra no se precipiten las cosas y
no se permita esto. Llamaré a Mazoui y se lo diré. Seguro que algo más que yo
podrá saber acerca de este asunto. Además, hace bastante que no hablamos...
- Sí, hazlo. Quizás te cuente algo interesante de
como van las cosas por allí, yo mientras se lo contaré a Sandy e Idina.- Le
dijo Amatista. –
-Y en cuanto a la cena de mañana. ¿Qué les digo?-
Quiso saber Leval.-
-Iré, ¡qué remedio!
Suspiró su esposa. - No quiero perjudicarte.
- ¡Oye!, Ni que fuera a ser una tortura. - Se sonrió
su marido con tintes de incredulidad. -
-Si tengo que saludar a Logan puedes contar con que
lo será.- Repuso Amatista.- Es de la clase de personas a la que esperas no
tener que ver nunca más.
Su
esposo se encogió de hombros. Estaba totalmente de acuerdo, pero ¿Qué podía
hacer él? Aunque sí que, tras pensarlo un poco, declaró apurado.
-Si es para ti algo que resulte muy incómodo te
excusaré. Diré que tenías un compromiso previo.
Amatista
sonrió levemente agradeciendo aquel gesto, sin embargo, enseguida movió la cabeza
para afirmar.
-Ni hablar de eso. Han pasado años, todos hemos
madurado. Espero que Logan también. Sigo sin fiarme de él, pero no seré yo
quien le rehúya. No tengo nada de qué avergonzarme. Ese tipo no va a dictar a
donde puedo o no puedo ir con mi marido.
Leval se lo agradeció con un beso en los labios. La
pequeña Maray entró en el salón entonces haciendo que la conversación entre sus
progenitores finalizase. Enseguida abrazó a su padre y se fijó en los
distintivos de su pechera, cuatro barras rectangulares en aquel nuevo uniforme,
en lugar de las tres que antes llevaba.
- ¡Qué bien, te han ascendido, papi! - Exclamó la
niña visiblemente contenta.-
-Así es cariño.- Replicó él ante la sonrisa de
Amatista que presenciaba la escena un poco aparte.- ¡Qué observadora!
-¿Nos llevarás al parque para celebrarlo? - Se
interesó la pequeña, como de costumbre, haciendo pivotar aquello en algo más
interesante para ella.- Por fa… papi…
-Bueno, ya veremos - se sonrió su padre acariciando
con afecto la barbilla de la niña.-
-Anda Maray, ve a avisar a Asthel. Tendremos que
cenar pronto. - Le indicó su madre.-
La
pequeña obedeció enseguida, yendo a buscar a su hermano mayor…Por su parte,
ajeno a esos problemas de sus padres, el chico ocupaba su mente muy lejos de
esas cosas. Unos minutos antes había tenido su primera lección con Buruk. El dios
le había enseñado a concentrar su fuerza a un nivel muy superior al que podría
hacerlo de modo normal. Su nuevo mentor le explicó.
- Con la fuerza física no basta para nada. Tampoco
la mental es suficiente, debes encontrar tu aura espiritual y sacarla al
máximo.... ¡inténtalo!
Asthel
lo intentaba pero no lograba aparentemente nada, estaba algo nervioso y Buruk,
que lo notó, le dijo.
- No te fuerces, Mensajero.- Le tranquilizó su mentor
-...no debes hacerlo así. Observa – y el dios entonces se iluminó con un
resplandor cegador para preguntar de forma retórica. - ¿Lo ves? Tú, al
encarnarte como humano, eres en parte materia. Te será más difícil, pero tienes
gran cantidad de energía también, sólo debes aprender a controlarte. No te
desesperes, seguiremos otro día...- Y dando por concluida la clase,
desapareció. -
El
chico se quedó pensativo, entonces Maray llamó a la puerta. Entró y le dijo a
su hermano muy contenta.
- Asthel. ¡Ha venido papá, le han ascendido! ¿A qué
es estupendo?...
Éste
no dijo nada, estaba reflexionando sobre los consejos del dios. La niña se
acercó y le tironeó de una manga de su pijama.
- ¡Vamos Asthel, hay que felicitar a papá!...
¿Sabes?, le he preguntado si nos va a llevar al parque para celebrarlo.
-¿Y qué te ha dicho? - Quiso saber su hermano ahora
sí que con gesto interesado.-
-Que ya verá. Y mamá ha dicho que tenemos que cenar
enseguida, que te llamase.- Le informó su interlocutora.-
- Es verdad. Casi es la hora. A ver si hay suerte y
logramos que nos lleven al parque. Habrá que portarse bien. - Repuso él
saliendo de sus pensamientos para añadir con más animación. - ¡Sí, ahora voy,
vete yendo tú Maray! - Su hermana asintió entusiasta y salió corriendo del
cuarto. -
Cuando
Asthel salió, su padre y su madre parecían serios, pero sonrieron al ver llegar
a Maray, que había ido a por unas flores que había recolectado en el jardín y
con las que había hecho un collar para su padre. Se acercó a él y se lo puso al
cuello.
- ¡Toma papi, esto es por tu ascenso, eres el mejor
papá del mundo! - Afirmó ella visiblemente contenta. -
Leval
se sentó en el sofá. Colocó a su hija en
sus rodillas y le dio un beso, se miró el collar y sonriente contestó.
- Muchas gracias, tesoro. Eres una niña muy buena y
te quiero mucho.
- ¡Eres el mejor oficial del planeta! - añadió
Asthel que se aproximó despacio y dijo con visible contento. - ¡Felicidades papá!, ¡me alegro mucho!...
Su
padre le miró con una sonrisa que le relajaba bastante en tanto que Amatista
les indicaba que era hora de cenar. Tras sentarse a la mesa charlaron un poco
del día que habían tenido los críos. Maray estaba contenta, sacó buenas notas
en música y en expresión artística. Asthel tampoco podía quejarse, le habían
calificado muy bien una redacción sobre las maravillas naturales del planeta. A
preguntas de Leval, el muchacho les explicó.
-Pues he escrito sobre el cráter mayor, sobre el
gran océano del sur y también de los grandes bosques.
Y tras el gesto de aprobación de ambos progenitores fue
Maray la que no quiso ser menos y les contó.
-Yo he dibujado nuestra casa y toda la calle. La seño
Idina dice que pinto muy bien y que toco estupendamente. Ella me ha enseñado
muchas melodías. Y la seño Inés dice que soy una gran artista.- Afirmó
visiblemente contenta.-
-Pues claro que sí, cariño. - Le sonrió su madre en
tanto agregaba con tono más concernido.- Anda hija, termínate la sopa.
La pequeña asintió acabándosela. Según la consigna
impartida por su hermano tenían que portarse muy bien y obedecer en todo para
ver si sus padres les llevaban al parque…una vez terminaron la cena, se
sentaron en el sofá. Maray sobre las rodillas de su padre, la cría no perdió
entonces el tiempo y añadió con entusiasmo para alabar a su progenitor.
- Y a papá le han ascendido, lo que quiere decir que
debe ser el más listo de su clase, seguro que hace bien hasta los problemas más
difíciles…
Eso
arrancó unas risas divertidas a sus padres e incluso Asthel sonrió. El muchacho
por supuesto no se quedó atrás, agregando…
-Pues claro. Papá es el mejor de todos los
oficiales. Dentro de poco seguro que será el jefe de Bios.
Leval
se sonrió de nuevo, para replicar visiblemente divertido dándose perfecta
cuenta de por dónde iba toda aquella representación.
- Gracias hijos, os lo agradezco. ¿Sabéis lo que podemos
hacer para celebrarlo?
Los
dos niños le miraron negando con la cabeza y su padre entonces les propuso con
jovialidad. Haciendo que Maray batiese palmas, pues era lo que ella le había propuesto…
- ¡Ir al nuevo parque de atracciones!
Al
oír su anhelado deseo hecho realidad la niña también dio saltos de contenta
bajando de las rodillas de su padre. Amatista sonreía al verla. Asthel, aunque
más calmado, también estaba encantado con la idea. Al menos, en esta ocasión su
hermana no se había equivocado.
- Bueno hijos, ahora tenéis que iros a dormir.
Mañana esperan las clases - les recordó su madre. -
- ¡Jo!... ¡Qué rollo!..- protestó Maray que pidió
con voz remolona. - Hoy podríamos quedarnos más.
- No, hija - replicó Amatista con paciencia pero
también con firmeza. - Mañana es viernes, ya lo celebraremos. Si es que quieres
estar fresca para ir al parque el fin de semana. Venga, ahora a dormir...-
Y tras estas palabras Maray tuvo que asentir. De
modo que su madre se la llevó para acostarla y Asthel aprovechó para decirle a
su padre, ya con tono más grave.
- Papá, ¿estás preocupado por algo?, te noto serio.
- No - se sorprendió Leval y sonrió para disimularlo
según le aseguraba. - No hijo, ¡qué va! , es sólo que ha sido un día muy
agotador. Ahora tengo más responsabilidades, ascender es como pasar de curso,
es más difícil cada vez. En eso tu hermana no se equivoca. Pero no te preocupes.
Vete a la cama y mañana hablaremos de ir al parque.
Asthel
besó a su progenitor en la mejilla y le dio las buenas noches. Se fue a dormir,
pero seguía algo inquieto. Estaba seguro de que su padre le ocultaba algo.
Amatista y Leval por su parte, siguieron charlando bastante rato del tema. Él
le confiaba a su esposa.
-Hay algo que no me encaja en todo esto. Pero no sé
lo que es. Sencillamente parece que no me lo hubieran dicho todo. Me daba la
impresión de estar en un cuarto con un grupo de personas que parecían estar al
corriente de algo que yo no sabía. Como si ellos fuesen cómplices de alguna
situación que no alcanzo a ver. Y que, desde luego, no desean que vea.
-Por ahora deberás tener cuidado, Leval. – Le pidió
su esposa mostrándose algo preocupada para afirmar no sin razón. – Tú eres
propenso a decir las cosas como las piensas y eso podría perjudicarte, sobre
todo con esa clase de gente.
-Es verdad cariño, tienes razón. ¿Sabes? Por un lado
prefería cuando teníamos que luchar a golpe limpio. Al menos ahí sabías a lo
que atenerte. Pero ahora es una especie de madeja diplomática de apariencias.
Tienes que elegir las palabras precisas que vas a decir para no dar a entender una
cosa totalmente distinta. ¡O para hacerlo! Según te convenga. En fin, no sé si
estoy hecho para algo como esto.
-Quizás tu hermana podría ayudarte. - Le comentó
Amatista recordándole. – Tras graduarse por Harvard ha llevado muchos casos de
discriminación en la Tierra e incluso en Nature. Alguna vez que hablé con ella
estos últimos años y me contó que ha tenido que familiarizarse bastante con el
derecho internacional y la nueva Carta de Derechos Planetaria.
-Es una buena idea, aunque bastante tiene ya con
criar a su hijo junto a Sam. – Contestó su marido añadiendo. – De todos modos
cuando nos veamos puede que le pregunte su opinión, esto coincide en muchos aspectos con los casos que ella lleva.
Su mujer asintió dándole un beso en
la mejilla. Continuaron charlando un poco sobre otros temas y al fin también se
acostaron. Al día siguiente Amatista habló con Sandy en el trabajo y se lo contó.
El rostro de su amiga también se veía más que nada desconcertado y comentó.
- No sé, no me suena del todo mal si realmente
pretenden ordenar las cosas. Pero creo que tu marido lleva razón, presiento que
hay algo más detrás de eso. No entiendo el porqué de las trabas a la
inmigración en este mundo. De acuerdo que no se debe hacer de golpe, pero
tampoco cerrar las puertas. Hay gente que sería muy feliz aquí, no sólo los
ricos.
- Me preocupa el cariz que puedan tomar las cosas.
Hace años ya que Idina y Mazoui nos lo advirtieron. Y ahora, por lo que me ha
dicho Leval, al parecer en la Tierra empiezan a mirar mal a las personas con
recursos que van y vienen aquí. Incluso se dice que hay descontentos con los
propios soberanos y las princesas. Como si ellos tuvieran la culpa de los
problemas y las injusticias. - Le confesó su contertulia sin disimular su
inquietud. -
- Piensas en tus padres ¿Verdad? - Adivinó su amiga a lo que Amatista asintió.
- No te preocupes,- dijo Sandy con tono tranquilizador. - Lo mejor es que Leval
esté metido allí, en esos controles. Él podrá evitar que ocurra nada malo y en
la Tierra las cosas no estarán tan mal. ¡Seguro que no!
- Sí, tienes razón - acordó su compañera que más desenfadadamente
propuso. - Bueno, vamos a comer. Oye cuéntame, ¿qué tal Coraíon y Granate?..
- Muy bien - respondió orgullosamente Sandy que le
contó. - Coraíon sigue trabajando en los proyectos de ingeniería para nuevas
infraestructuras en el planeta y Granate está cada día más grande. Tu hija y él
son inseparables. Siempre van y vienen juntos del colegio. Y juegan bastante
los dos. - Se sonrió la morena científica. – Eso ya lo sabes.
Amatista
asintió, era cierto. Esos dos críos parecían hermanos desde luego. No era raro
que fueran a las respectivas casas del otro para hacer deberes o ver alguna
holo peli, de modo que, dejando eso a un lado, le preguntó a su interlocutora.
- ¿Y tu padre?
- Bueno, cada vez más mayor, aunque deseando
jubilarse para tener tiempo que pasar con su nieto. – Suspiró su amiga que
quiso participarle algunas de las cosas que su padre le había comentado. –
Verás, lo cierto es que a veces me preocupa un poco.
En esencia Robert se encontraba cada vez más
cansado. Muchos años de trabajo, de investigación y ahora, aquel hombre tan
encantador, tenía cada vez más deseos de pasar tiempo junto a su familia. Era
comprensible, los años no perdonaban. Aunque su contertulia dudaba aquello
cuando miraba a su amiga. Esa mujer parecía no tener más de treinta años,
incluso veinticinco cuando se arreglaba de modo más informal. Sin embargo, era
mayor que la propia Amatista, que no es que se conservase precisamente mal.
Seguía manteniendo una gran forma física y una envidiable figura y belleza pese
a sus dos embarazos. Mientras reflexionaba sobre eso, Sandy le contó, con animación.
-Mi padre siempre ha sido algo obstinado, pero ya
estamos a punto de convencerle. En muy poco tiempo podrá pedir el retiro.
Masters ha dicho que no tendrá ningún problema y que la pensión será más que
generosa. Bueno, ese hombre también está mayor y no sé si se dedicará ya mucho
a sus negocios. En cambio sé perfectamente que tanto Satory como Mazoui, han
tenido que ver en eso. Tengo muchas ganas de volver a verles. ¡Ojalá que
podamos reunirnos un día como en los viejos tiempos!, ¿no crees?...
Amatista
asintió, su compañera le siguió contando algunas otras cosas y ella la escuchó
muy interesada. De este modo las dos siguieron charlando mientras iban a comer
a la cafetería del centro de investigación…Conversaron un poco más y le
comentó.
-Tengo que ir con Leval a cenar esta noche. Para
conocer a su superior y al resto del equipo. Lo malo es que no imaginas quién
está también aquí, destinado con mi marido.
-¿Quién?- Se interesó la morena científica.-
-Ese idiota, Logan. ¿Le recuerdas?
-¿El tipo del juicio? - Se sorprendió su amiga. -
Amatista
asintió no sin pesar. Su interlocutora enseguida sugirió.
-Di que no puedes ir.
-Eso mismo me propuso mi marido, pero no. No sería
una buena imagen. Eso sucedió hace mucho tiempo y acorde con lo que Leval me
comentó, parecía estar muy cambiado y querer pasar página. Ya sabes. Se
comportó de la manera más correcta y amable que te pudieras imaginar. - Suspiró
su contertulia añadiendo algo preocupada. - Puede que únicamente sea fachada
porque era un hipócrita. Sin embargo, si le hago ese desplante, el superior de
mi esposo y el resto de sus compañeros se pondrían de parte de ese cínico.
-Comprendo.- Asintió Sandy que se ofreció enseguida
de modo cordial.- Oye, puedes dejar a Asthel y Maray en mi casa si quieres.
Granate estaría encantado de que durmieran con él.
-Eres muy amable.- Sonrió su amiga que sin embargo
objetó.- No quisiera ser una molestia.
-Para nada.- Se apresuró a negar su interlocutora,
afirmando.- Ya sabes que siempre le estaré agradecida a tu hijo. Para mí es un
placer poder cuidar un poquito de él y de Maray. Son dos niños maravillosos.
-Se lo comentaré a Leval. Muchas gracias
-Gracias a ti. – Sonrió su compañera.-
Terminado
el almuerzo las dos amigas se despidieron para proseguir con sus respectivos
trabajos en lugares distintos del complejo. Al finalizar la jornada Amatista
retornó a casa y habló con su esposo. Leval había vuelto un poco antes y
recogido a los niños del colegio.
-Pues no me parece mal.- Comentó él.- Aunque tenemos un problema.- Dijo con aire
algo apurado.-
-¿Cuál?- Quiso saber
su esposa.-
-Es que le conté a Idina que teníamos esta cena y
ella también se ofreció a cuidar a los niños.- Explicó el muchacho casi como si
se disculpara por ello.-
-¡Vaya! - Suspiró su mujer.- Sí que es un dilema. No
sé cómo podríamos hacer. No quiero molestar a ninguna de ellas.
-Hola mamá.- Intervino Asthel acercándose hasta sus
padres.-
-Hola cariño. - Sonrió Amatista dándole un beso en
la mejilla. -
-¡Mami!- Saludó también Maray abrazándose a ella.-
-Dame un besote grandote, cielo.- Le dijo la
aludida, refiriéndose ahora a ambos cuando preguntó -¿Qué tal os fue el día?
-Hicimos muchas cosas.- Contestó la entusiasmada
cría.- Dibujar, baile en clase de gimnasia con la seño Idina y luego
matemáticas.- Remachó frunciendo un poco el ceño.-
-Mi día no fue nada especial.- Terció Asthel sin
darle a aquello mucha importancia.-
-Bueno niños.- Intervino Leval ahora dirigiéndose a
los dos con tono algo más serio.- Vuestra madre y yo vamos a salir a cenar
fuera. Tendréis que pasar la noche en casa de…
Aunque
ahí guardó silencio. La verdad es que no sabía decir en cual de ambas casas
tendría que ser… fue Amatista la que tomó el relevo y les comentó…
-En fin…Resulta que tanto la tía Sandy, como la tía
Idina se han ofrecido a que paséis la noche con ellas. Y no queremos decir que
no a ninguna. Es un problema…
-En fin, chicos, vosotros ¿qué preferís hacer?-
Quiso saber el padre de ambos con expresión expectante. -
Los
interpelados se miraron con gesto divertido. Fue Asthel quien respondió con total
naturalidad.
-Para no disgustar a ninguna podríamos ir cada uno a
una casa distinta.
-Sí. - Convino Maray. - Quiero que la seño, bueno,
la tía Idina me enseñe más cosas de danza…Aunque lo paso muy bien con Granate…
pero…tengo que ensayar para el festival.
Ahora
fueron los atónitos padres quienes se miraron. En un principio aquello se les
antojaba raro, pero tras pensarlo durante unos instantes decidieron que. ¿Por
qué no? De ese modo le daban una solución salomónica al problema. Así pues, llamaron
a ambas amigas y cada una estuvo conforme cuando les explicaron la situación,
hasta les hizo gracia. De manera que Asthel fue a pasar la noche con la familia
de Sandy y Maray con la de Idina. Por su parte,
Amatista y Leval fueron a la cena.
Para alivio de ambos Logan no acudió. Según Strips estaba ocupado en
tareas de supervisión. El general alabó a la señora Malden y la velada
transcurrió entre conversaciones sobre los avances en Bios y el próspero futuro
que se le auguraba al planeta si se sabían hacer bien las cosas. Amatista
escuchó atentamente aunque algunas de las ideas allí expuestas no le gustaron
demasiado. Sin ir más lejos, en un momento dado, uno de los compañeros de Leval,
un tal Hills, comentó.
-Tenemos que hacer cuanto esté en nuestra mano para
frenar la llegada de tanto inmigrante terrestre…
-Dice usted la palabra terrestre como si nosotros
mismos no lo fuésemos.- Objetó ella, atónita al escuchar aquello.-
-Claro, nacimos allí, eso no puede negarse. Pero me
refiero a que ahora somos biosanos.- Repuso aquel tipo.- Y nuestro mundo debe
de guardar un equilibrio. Demasiada gente lo perturbaría…
-Este mundo puede albergar a muchos millones de
personas más. Créame, trabajo en el proyecto de terraformación desde que se
inició. Lo sé muy bien. - Arguyó ella. -
-Quizás el mayor Hills quiso decir que debemos
establecer el mejor de los controles para ir progresando gradualmente.- Terció
Strips, que le preguntó al aludido.- ¿Verdad, mayor?
-Por supuesto, mi general. - Concedió éste de inmediato.
- Eso quise decir. Le ruego me disculpe si debido a mi torpeza me hubiera
expresado erróneamente.
Amatista
no replicó a eso, sencillamente forzó una sonrisa de circunstancias y después
se cambió de tema. Aunque Leval pudo escuchar aquello y tampoco le agradó
demasiado. Su esposa le dedicó una mirada entre incrédula y resignada en tanto
pensaba moviendo la cabeza…
-Seguro que nuestros hijos lo estarán pasando mucho
mejor. ¡Cómo les envido!
Y
desde luego así era. Maray se divirtió con su tía Idina y la hija de ésta,
Loren, dado que, tras cenar en familia, jugaron con ella y practicaron un poco
de baile. Incluso cantaron en un programa de karaoke.
-Escuchad, niñas. Cuando yo tenía vuestra edad a
veces cantaba con mi madre y con mi madrina Rei. – Les contó Idina, con una voz
llena de añoranza.-
-¡Buela Connie! - Exclamó la pequeña Loren,
señalando una holo foto de Cooan, que aparecía mucho más joven junto con su
hija.-
-Sí, cariño.- Admitió la interpelada.- Esa es la
abuela. Espero que muy pronto, podamos ir a la Tierra a visitarla a ella y al
abuelo Tom. Y luego a ver a mi amiga Nehie y a su hija Alice. ¿A qué te
gustaría?
-¡Sí!- replicó la cría dando un alegre gritito.-
Maray
se rio divertida ante aquella escena. Loren era muy pequeña y muy graciosa.
Ella le ayudó a pintar un poco cuando llegó a casa de su tía Idina. Al que
saludó de pasada fue al hermano de esa niña. Tom, el hijo mayor de su maestra,
no estaba demasiado interesado en las cosas de las chicas y se entretuvo por su
cuenta jugando en su habitación. Mientras, en el cuarto de su hermana, Maray le
preguntaba a su anfitriona.
-Oye, tía Idina ¿Crees que de mayor podría ser
bailarina?...
-Claro cielo. Si trabajas y te esfuerzas, no veo
porqué no.- Le sonrió su interlocutora.-
-¿Y modelo como la abuela Esmeralda?...
-¡Pues también!- Se rio su contertulia, añadiendo
divertida.- ¡Hay que ver, cuántas cosas quieres ser de mayor!
-¡Ti baiaina! - Exclamó la pequeña Loren haciendo
reír a ambas.-
-Y tú también, mi tesoro.- Le susurró afectuosamente
su madre a esa cría tan divertida.-
Aunque no sé si querrás ser como tu primita. Ella tiene muchas aficiones
distintas.
Maray
sonrió, era verdad. Muchas cosas le llamaban la atención. Cantar, bailar, ser
una guapa modelo… tantas que casi no se decidía. Bueno, si pudiera ser todo eso
a la vez, mucho mejor.
-Mira, te voy a hacer un dibujo.- Le dijo a la
encantadora pequeña que la miraba absorta.-
Y con unos lápices de colores Maray las dibujó a ellas
dos, a modo de monigotes y un sol junto a una casita y un corazón. La pequeña
Loren la abrazó muy entusiasmada antes de irse a dormir guardado ese divertido
retrato como un tesoro. Idina besó a su hija en la frente y luego hizo lo
propio con su huésped tras acostarla en una cama que ella y esposo instalaron
en la habitación. Al salir del cuarto le dijo a su marido.
-Esto me trae muchísimos recuerdos… pienso en mis
padres preparando las camas para mi prima Kerria y mi amiga Nehie, cuando se
quedaban a dormir conmigo… ¡parece que fuese ayer mismo! ¡Cómo disfrutábamos todas!
Y luego recuerdo con mucho cariño los estudios en la Golden con Nehie.
-Sí. - Afirmó el esposo de la muchacha.- Tu amiga
Neherenia desde luego ha correspondido a esa hospitalidad con creces…
Su
mujer asintió. Se acordaba todavía de la ceremonia de bodas de ésta. Acudió
como invitada lo mismo que sus padres y sus tíos Bertie y Roy. La reina de la
Luna Nueva lucía preciosa con aquel vestido blanco diseñado por Esmeralda
Deveraux. Su esposo, el hasta entonces embajador de los saiyajin, vestía su
armadura de gala. Asimismo, entre otros familiares, los padres del guerrero
estaban allí, Calix Derail y Seiya Saiyanto. Pese a sus obligaciones y el cariz
de la situación en su mundo natal los soberanos Lornd y Setsuna, no solamente
les dieron permiso para acudir, sino que además les instaron a que lo hicieran.
Prácticamente a modo de orden. De hecho, Seira tuvo el honor de llevar a su
hijo ante el altar. Ceremonia terrestre que los saiyajin habían adoptado tras
la boda de sus reyes, años atrás. La indómita guerrera lucía una mirada plena
de orgullo por su vástago. Idina, como princesa de la Luna y dama de honor que
era, pudo escucharla decir antes de comenzar esa especie de desfile hacia el
lugar de la ceremonia.
-No hay mayor satisfacción para una madre que su
hijo sea digno de su estirpe. Y que yo, una vez te cases y seas proclamado rey
de la Luna Nueva, tenga que inclinarme ante ti, lo mismo que ante tu hermana
como la próxima reina de nuestro mundo, me produce una alegría y una
satisfacción inmensa, hijo mío…
-Todos somos afortunados, madre. Y dices bien puesto
que tuvimos que inclinarnos ante Aiona como princesa heredera y futura soberana
de nuestro pueblo. En mi caso, celebro haberlo podido hacer dado que, desde
ahora, siendo rey de este mundo no me estará permitido repetirlo.
Idina
se alejó dejándoles algo de intimidad y dirigiéndose a la cámara donde
Neherenia estaba presta para salir. Allí, los soberanos de la Tierra estaban a
su lado y la animaban.
-¡Estás preciosa! - La alababa Endimión, que iba a
ser su padrino. –
-Muchas gracias, Majestad. - Repuso la joven reina
que se encontraba visiblemente nerviosa. -
-Eres la novia más radiante que he visto.- Intervino
Idina tras saludar a los soberanos.-
-Éste es un gran momento.- Declaró Serenity.- No solamente
porque al fin has encontrado la felicidad que merecías, sino porque esta unión
simboliza el reforzamiento de los lazos de la Tierra, la Luna y el planeta
Nuevo Vegeta.
-Sólo me faltaría que Chibiusa y las asteroides
estuviesen aquí, para ser totalmente feliz.- Suspiró Nehie.-
-Desgraciadamente ellas deben permanecer ya en el
futuro.- Dijo Endimión con tono serio aunque añadiendo enseguida con más
jovialidad.- Pero llegará el día en el que la volverás a ver. No lo dudes…
Neherenia
asintió, ahora estaba muy nerviosa y llena de expectación. Idina la tomó de
ambas manos y le susurró con cariño…
-Todo va a ir estupendamente, la ceremonia será
preciosa y tú vas a ser muy feliz.
-Gracias, amiga mía.- Repuso ésta con emoción,
añadiendo.- Espero que Bea y Heather lleguen a tiempo.
-Tranquila, estaban terminando de vestirse. – Sonrió
su contertulia.- Son tus damas de honor igual que yo, no te iban a dejar
plantada.
-Sí, que estemos todas juntas en este día me hace
muchísima ilusión. Y me gustaría que cuando tenga un hijo o una hija, tú fueras
su madrina.
-¡Anda que no corres! – Rio su emocionada amiga
asintiendo para agregar.- Será un honor para mí.
Al
fin dejaron de hablar dado que la marcha nupcial sonó. Todas adoptaron sus
posiciones, justo entonces las otras damas de honor llegaron. Idina recordaba
todo eso cuando su marido la sacó de sus pensamientos susurrándola al oído…
-Bueno, ahora que los niños están dormiditos tú y yo
podríamos irnos a la cama, pero no a dormir…
Su
esposa asintió esbozando una sonrisa. Al parecer esa noche tocaría
representación, no lo dudó, se fue de la mano con su marido y cerraron la
puerta de su dormitorio tras ellos…Por su parte, en casa de los
Lassart-Wallance, Asthel estuvo jugando con Granate a algún video juego antes
de irse a dormir…Los dos muchachos charlaron también del colegio, de algunos
amigos y de los resultados de partidos de baloncesto y football americano, que
eran deportes que les gustaban mucho. Sandy no tardó en aparecer llevando una
bandeja que depositó en la mesa del cuarto de su hijo, en tanto les decía a
ambos niños.
-Es hora de que cenéis un poco. Dejad la partida un
rato.
-¡Jo mamá! Ahora que iba ganando.- Protestó su hijo.-
-Eso puede esperar.- Añadió Sandy de un modo más
inflexible ahora.- A cenar, Granate.
-Sí, es verdad.- Comentó Asthel quien casi a modo de
sentencia filosófica declaró.- Si estás destinado a ganar la partida lo harás.
No te preocupes…
Aquella
frase dejó a Sandy pensativa. Ese chico seguía teniendo algo, una especie de
poso de sabiduría. La verdad es que en los últimos años no podía detectar en él
aquella enorme energía que desprendía siendo más pequeño. Quizás se hubiese ido
normalizando o Asthel hubiera aprendido a controlarla. Aunque eso no le
importaba a la morena científica. De hecho, cada vez que su hijo y el de su
amiga se reunían ella era feliz. Verles juntos era un permanente recordatorio
de su propia dicha. Finalmente, algo a regañadientes, Granate pausó la partida
y ambos se sentaron a la mesa. Y la mujer sonrió cuando su joven invitado dijo
con entusiasmo.
-¡Has hecho crepes, igual que mi madre! Son de mis
platos favoritos…
-Sí, ¡lo sé! - Rio Sandy. -Conozco tus gustos.
Ambos
niños los probaron quedando encantados, el propio Granate declaró con patente
satisfacción.
-¡Están muy buenos, mamá!…
-Pues luego tengo de postre unos buñuelos.- Sonrió
ella pasándole una cariñosa mano por el pelo a su hijo.- Anda, comed tranquilos
y no os empachéis, que sois muy tragones…
-Es que cocinas muy bien, tía Sandy.- La halagó
Asthel antes de ponerse a masticar a dos carrillos.- Así es muy difícil no
comer con ganas.
La
aludida sonrió ampliamente, sin embargo no replicó y les dejó solos para que
siguieran pasando un buen rato juntos. Lo que sí hizo fue ir al comedor. Allí,
su esposo y ella que ya habían cenado, compartieron sofá.
-Es estupendo tenerle aquí, con nuestro hijo. Disfrutando
de sus infancias los dos juntos.- Declaró recostando su cabeza sobre el pecho
de Coraíon.-
-Ya lo creo.- Convino él que pese a todo quiso hacer
como si la regañase, con tintes joviales.- Pero les mimas demasiado…
-¿Cómo podría no hacerlo? –Repuso su esposa.-
Granate y tú sois mi vida…
-¿Ah sí?- Sonrió su marido acariciándola aquel
sedoso cabello negro para añadir fingiendo algo de celos con tono meloso de
voz.- Pues a mí no me mimas tanto…
-Bueno.- Sonrió ella con picardía ahora, en tanto le
contestaba con un tinte de voz asimismo sugerente.- Espera a que ellos se vayan
a dormir, y verás como también te tengo alguna que otra cosita reservada…
-¡Ya estoy deseando mandarles a la cama!- Se rio
Coraíon sentenciando.- Para que nos vayamos nosotros también.
Su
esposa le imitó, a buen seguro que así
sería… Tuvieron que aguardar un par de horas aun para que llegara el momento, pero
al final ambos niños se fueron a dormir en el cuarto de Granate. Los esposos
entonces vieron llegada la ocasión de pasar un rato agradable en su mutua compañía…
-Bueno, señora Lassart.- Se sonrió Coraíon pasándola
un brazo tras la cintura.- Es hora de que cumpla usted su promesa…
-Descuide, señor Lassart.- Se rio ella.- No tendrá
queja.
-Nunca la he tenido.- Afirmó él.-
Así
entraron en su cuarto cerrando la puerta, aunque teniendo muy en cuenta de que
aquello no era como en sus tiempos de novios, ni de recién casados, es decir,
rugidos y gritos demasiado elevados eran cosas que ya no podían permitirse…tenían
niños en la casa.
-Bueno. ¿Qué le vamos a hacer? Mi pequeña diablesa.-
Le sonrió él a su esposa, que había adoptado esa forma como parte de sus
preliminares.-
Por otro lado, Amatista y Leval retornaron a su
hogar ya tarde…
-Bueno. - Suspiró ella. - Nuestros hijos llevarán ya
durmiendo un buen rato. Creo que es hora de que les imitemos…
-Sí, me temo que esta noche dormir va a ser lo único
que seamos capaces de hacer. - Asintió Leval. -
Su
agotada esposa convino en eso. Por esa ocasión debían reponer fuerzas. Al día
siguiente la jornada se preveía intensa también. Así pues, se dieron las buenas
noches y no tardaron en dormir, ansiosos por tener un buen descanso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Por favor, si sois tan amables y no os es molestia, comentar vuestras impresiones sobre lo que habéis leído. Me vendría muy bien para mejorar y conocer vuestras opiniones sobre mis historias. Muchas gracias. ;)