La lanzadera de Leval llegó a su punto de destino,
allí aguardaba otra igual que estaba en la órbita. El comandante de la nave
comunicó a su gemela que habían llegado ya, ésta salió de su posición
geoestacionaria y se alejó por el espacio, dejando su puesto a la recién
llegada. El comandante le explicó a su oculto pasajero.
- Verá, esa nave ha estado aquí apantallada con
escudos reflectantes al radar, ahora seremos nosotros los que nos pongamos de
ese modo, en tanto ellos serán los que lleguen a la Tierra nosotros
aguardaremos aquí hasta que podamos volver.
- Ya entiendo.- Asintió Leval. - Así que de esa
forma engañamos al control de Bios. – Aunque enseguida él explicó a su vez. -
Pero yo puedo trasladarme desde aquí al planeta, estamos lo bastante cerca para
que capte la energía de mis amigos.
- Usted verá como lo hace,- repuso el comandante que,
no obstante, le aconsejó. - Aunque de momento será mejor que aguarde...al menos
esas son nuestras órdenes.
- No se preocupe...esperaré,- le aseguró su
interlocutor.- Manténgame informado si surge alguna novedad.
- Estará al corriente.- Aseveró ese oficial.-
-Muy bien. Ahora trataré de descansar un poco.
Declaró Leval, tumbándose en una litera de la zona de pasajeros.-
Y aunque
estaba deseoso por intervenir sabía que había demasiadas cosas y sobre todo,
personas en juego, como para hacer fracasar el plan por culpa de una mala
decisión fruto de la precipitación....no tuvo pues otra opción que ponerse
cómodo en un camarote que le habían adjudicado y tratar de dormir un rato. Le
vendría bien para estar más fresco, llegado el momento de actuar.
-Solo espero que mi mujer y las demás no se
precipiten y lo estropeen.- Se decía con cierta inquietud.-
En
Bios, entre tanto, Amatista y las demás se dedicaron a sus rutinas habituales. Tanto Sandy como ella estuvieron bastante al
margen de Claudia, Gwen y Sylvia aquel día.
-¿No las notáis un poco raras?- Les preguntó Sylvia a
sus otras compañeras.-
-No sé, para mí están como siempre.- Afirmó
Claudia.-
-Ellas sabrán.- Comentó más despreocupadamente
Gwen.-
Cada
una de ellas llevaba trabajando allí bastantes años ya y conocían bien a sus
jefas. Aunque eso se limitaba al ámbito laboral, dado que apenas habían
coincidido fuera del trabajo. Este grupo de las Fairy Five no era como aquel de
la SSP-1 de antaño. En realidad, Claudia era la que más se relacionaba con
Amatista y Sandy. También estaba casada y tenía dos hijos. Por su parte Sylvia
era más de ir por otros ambientes y tipos de gente, y veía con buenos ojos a
los pro aperturas, en tanto que Gwen prefería vivir más recogida, relacionándose
con poca gente y siendo muy partidaria de los anti apertura.
-Quizás estén preocupadas por sus hijos, me pasa
igual.- Comentó Claudia.- últimamente las cosas han estado muy agitadas.
Sus
compañeras asintieron, sería posiblemente eso. Entre tanto, Amatista y Sandy
aparentaban normalidad, aunque aguardaban impacientes su ocasión de intervenir.
Así pasó un día entero. Logan seguía vigilando. Sólo había dormido unas pocas
horas y estaba cansado. No obstante, sabía que Strips tendría que hacer algún
movimiento en falso o pedirle ayuda para contactar con esos tipos. Y,
efectivamente, el general recibió otra llamada. Utilizando sus escuchas la
grabó también. Por lo que se desprendía de la conversación, Cedric se enteró de
que su superior iba a reunirse con los principales jefes de las bandas para coordinar
la venta de las drogas. No había podido entender bien la hora y el lugar
exactos y se caía de sueño, así que decidió volver a su casa para descansar un
poco. Cuando llegó se durmió y al cabo de una hora le despertó el vídeo teléfono.
Conectó la pantalla después de arreglarse un poco y preguntó con no tan fingida
indolencia, fruto más bien de la pereza del despertar.
- Sí, ¿quién es?
La pantalla mostró el rostro de
Strips, estaba algo intranquilo.
- Coronel. Me han llamado, necesito que me acompañe
a una reunión con los jefes de las bandas. Quiero a alguien de confianza.
-A sus órdenes.- Respondió Logan inquiriendo de
forma lacónica. - ¿Cuándo y dónde?..
- Será dentro de tres días. Ya le llamaré para que
venga a mi despacho,- contestó secamente Strips que cortó la comunicación sin
más. -
-¡Vaya! , es mi día de suerte. - Pensó Logan. -Tengo
que advertirle a Mazoui. - Y de inmediato conectó un generador que emitía una
onda de energía específica que éste captaría -...
El
coronel O ´Brian, en efecto notó la energía especial del generador que le había
dado a Logan. No era detectable por medios convencionales siendo la señal
convenida para cuando éste averiguase algo. Concentrándose en la energía de su
compañero, se transportó y apareció ante él.
-¡Vaya, con qué rapidez apareces! ¿No has pensado nunca
en dedicarte al mundo del espectáculo? Te forrarías con ese número...- dijo
Logan con tono divertido y sin abandonar su inherente sarcasmo. -
Mazoui,
obviando el comentario, le inquirió con bastante expectación y apremio.
- ¡Bueno, vamos al grano! ¿Qué has averiguado?
Cedric le contó las llamadas que tuvo y lo que
Strips le había dicho...
- Parece que los peces más gordos acudirán todos. Si
tenemos suerte, podremos pescarles en el mismo barril.- Sentenció con un tinte
bastante optimista. -
-¡Magnífico! - Exclamó Mazoui que, de inmediato, se
moderó para añadir. - Me concentraré en
la energía de Leval y le avisaré. Dentro de tres días estaremos preparados,
tendrás que llevar algo para grabar todo lo que digan. Aunque supongo que
tendrán un detector...
- Sí,- convino su interlocutor admitiendo con
inquietud -y eso es preocupante, es casi imposible colar nada si usan un
detector militar de los modernos.
- Para eso ya pensaremos algo.- Le tranquilizó su
compañero. - De momento no te preocupes. Bueno, ya estaremos en contacto,- se
concentró en la energía de su primo, tardó un rato pero al fin lo captó en el
espacio y se trasladó. -
Leval
recibió la visita de su amigo con expectación. Mazoui se apresuró a decirle lo
que Logan había averiguado.
-¡Tenemos que ir para allá!,- apremió éste. -Creo
que ya deben de pensar que estoy en la Tierra o muerto.
- No te precipites, Leval.- Le calmó Mazoui
añadiendo con serenidad para indicarle. – Sé que te resulta difícil. Pero aún
tienes que esperar. Dentro de tres días será el momento, en cuanto tengamos
pruebas.
- Estoy impaciente, Mazoui,- le confesó su primo -
quiero ver a mi familia. ¡Tengo ganas de
terminar de una vez con esos cerdos!
- Ya lo sé,- repuso su interlocutor con tono comprensivo
para insistir - pero, por favor, ten paciencia. Sabes muy bien lo que nos jugamos.
Un desliz ahora lo arruinaría todo.
- Está bien- accedió su amigo de mala gana, no sin
remachar. - Pero solamente hasta dentro de tres días, no esperaré más.
Mazoui
asintió y se trasladó a casa de su primo. Podía captar con facilidad la energía
de Asthel. Fuerte y pura, aunque no tan desbordante como antaño. Quizás con la
adolescencia hubiera perdido parte de esa aureola especial que tenía, o pudiera ser que ahora supiera como controlarla
mejor. Pero no era momento de pensar en eso. Lo importante es que le sirvió
para aparecer junto a él y su madre.
-¡Mazoui!- exclamó ella con visible contento.-
-Hola ¿Estáis todos bien?- Se interesó él.-
-Sí, gracias. He podido contactar con las otras
gracias a Asthel.- Le contó Amatista.-
Mazoui
le dedicó una curiosa mirada al chico. Aunque entonces pidió un momento de
silencio haciendo un gesto con las manos.
-Podríais tener alguna escucha.- Le susurró a su
amiga.-
Una vez comprobó que no había micrófonos quiso saber
cómo habían podido contactar, la madre de Asthel le describió como lo hicieron.
-Eso suena muy interesante y realmente impresionante.-
Afirmó el recién llegado sopesando eso para una posible idea.-
-Gracias. para mí es algo natural.- Repuso
modestamente el chico.-
-¿Qué tal está Leval?
-Impaciente, como tú.- Sonrió Mazoui, informando a
la mujer.- Pero le he dicho que hasta dentro de tres días no debe regresar.
Podría poner en peligro toda la operación.
Amatista se tranquilizó, puesto que
hasta ahora, pese a lo que Mazoui le asegurase, había albergado dudas sobre la
sinceridad de Logan. Pese a todo, le preguntó a su amigo presa de la impaciencia.
-¿Cuándo podremos intervenir nosotras?
-¡Te digo lo mismo que a tu marido, desde luego sois
tal para cual! - Sonrió Mazoui abundando en su anterior comentario, para
pronunciar la inefable palabra. - Paciencia. Estamos a punto de atraparles,
mientras tanto podéis daros una vuelta por las zonas más susceptibles de venta.
Digamos que mañana. De ese modo les distraeréis además de fastidiarles. Pero
tened mucho cuidado, seguro que ahora esos tipos estarán más preparados. Así
que eludir enfrentamientos y no os confiéis si os lo ponen demasiado fácil.
- Muy bien. Patearemos los traseros de algunos de
esos canallas. Eso nos entretendrá. - Asintió Amatista que, de momento, se conformaba
con eso. -
- Mazoui, entonces mi padre sigue cerca de Bios... ¿verdad?
- Intervino Asthel. -
- Sí, pero eso no debe salir de aquí.- Le previno
Mazoui. -No lo comentes con nadie, nunca se sabe quién pueda estar oyéndolo. Para
todo el mundo tu padre está acusado de asesinato y ha sido trasladado a la
Tierra para ser juzgado. No tendría que habéroslo dicho, pero tampoco me
gustaba la idea de que sufrierais ni de que pensaseis mal de él.
- No te preocupes, no lo contaré.- Le prometió Asthel
añadiendo con sagacidad. - Te noto inquieto. Dime... ¿puedo ayudarte?
Mazoui decidió confiar en ese muchacho, presentía que,
a pesar de su aparente decaimiento, su gran fuerza interior podría ayudarles mucho.
Y más sabiendo los poderes que había empleado para ayudar a su madre.
- Tenemos un problema,- le explicó al chico - nuestro enlace tiene que pasar a
una reunión de esos tipos. Pero debe grabar lo que digan y seguramente tendrán
detectores y no sé como vamos a pasar una escucha.
- Yo puedo ayudarte- contestó Asthel. - Quizá no
pueda pasarla al principio, pero ¿y si alguien la entrase después?..
- Lo he pensado,- respondió Mazoui moviendo la
cabeza. - Podría transportarme a por Logan, pero quizá tengan paredes blindadas
especiales y la energía de éste no me llegue. Y en todo caso. ¿Qué pasaría si
aparezco de pronto delante de ellos? Todo se iría al traste.
- A mí no me hace falta detectar su energía, puedo
abrir un pasillo dimensional y pasárselo, sin ser visto. - Le explicó el
muchacho.-
- ¡Ya lo creo que puede! ¡Ese es mi hijo! Ya te he
contado como me llevó a ver a las demás.– Sonrió Amatista que iba de camino a
la cocina -
Asthel se puso colorado al escuchar aquello en tanto
que el rostro de Mazoui se iluminó con esa sugerencia y exclamó a modo de esperanzada pregunta.
- Sería perfecto, entonces ¿podrías burlar la
seguridad y los blindajes de sus refugios? ¿Lograrías que no lo detectasen?
- Con mi fuerza espiritual podré hacer invisible la
escucha para cualquier detector que tengan. Y el blindaje tampoco es problema.-
Le aseguró el chico con visible satisfacción explicando. – La introduciría en
otra dimensión.
Mazoui
asintió y le contó al muchacho cuando iba a ser la reunión. Pero aún tenía
alguna duda.
-¿Sabrás donde está Logan? Quiero decir que puede
que lo lleven a algún sitio oculto...
- No te preocupes por eso. Me han enseñado a captar
a cualquiera, esté donde esté, y a reunirme con él.- Respondió Asthel sin darle
importancia. -
-¡Magnífico muchacho! Eso es realmente impresionante.
Mucho mejor que nuestra técnica de traslación instantánea. - Le felicitó Mazoui
palmeándole la espalda sonriente. -Te tendré informado.
Y sin más se despidió de él y de Amatista y
desapareció. Para retornar a su base de operaciones se guiaba con la energía de
un generador que tenía en una habitación de su escondite. Por su parte, Amatista
se dispuso a avisar a sus amigas mientras le dijo a Asthel que se encargase de ir a buscar a su
hermana que estaría apunto de volver del colegio. El muchacho salió a buscar a
Maray qué, efectivamente, en ese momento terminaba sus clases y salía de la
escuela con Granate.
-¡Ya tenía ganas de terminar las clases por hoy,
menudo rollo! - Resopló la chica, fiel a su costumbre de aburrirse en muchas de
las asignaturas. -
-¡Y que lo digas! - Convino Granate que añadió con
más ilusión. - Oye...podríamos ir a jugar al salón de vídeo juegos tres D.
- Mi madre no me dejará,- se lamentó Maray. - Desde que se llevaron a
papá, me ha dicho que no quiere que esté fuera de casa, siempre viene a buscarme.
Según ella está de viaje, pero yo sé que le han metido en la cárcel por algo
malo, aunque ni Asthel ni ella me lo quieran contar.- Suspiró entre triste y
resignada para añadir. – Pero de momento no ha venido a recogerme.
- Pues vente a mi casa y jugamos allí, tengo un
nuevo juego holográfico que mola mucho.- Le propuso Granate tratando de
animarla. -
- Llamaré a mi madre para decírselo. - Repuso la
chica entusiasmada otra vez. -
Siguieron
hablando de camino a sus casas cuando un deslizador se paró cerca de ellos. De
él, bajaron dos individuos enmascarados que se dirigieron hacia los dos.
Granate los vio y con un mal
presentimiento le dijo a Maray que saliese corriendo. Ella sintió lo mismo y le
hizo caso. Los enmascarados la persiguieron ignorando a Granate. La niña era
rápida pero para su desgracia, los encapuchados lo eran más, lograron agarrarla
y la arrastraron hacia el coche. La gente que paseaba por allí lo vio pero se
asustó sin atreverse a impedirlo. Los encapuchados sacaron dos armas y
amenazaron a cualquiera que intentase intervenir. Maray chillaba pero nadie
acudió a ayudarla, nadie excepto Granate quién, tras correr en su persecución, se lanzó
valientemente contra ellos...
-¡Malditos, dejad a Maray en paz! - Les chilló
furioso al tiempo que se agarraba del brazo de uno de los encapuchados, pero el
otro le golpeó en la cabeza dejándole inconsciente. -
Por
suerte Asthel llegó a tiempo, cuando iba de camino sintió que su hermana corría
peligro. Se presentó a su lado atravesando un pasillo dimensional oculto tras
una esquina y dejó sin sentido a uno de los sorprendidos encapuchados que la
sujetaban. Maray, viéndose libre de ese, golpeó la espinilla del otro con una
patada que lo hizo soltar un quejido de dolor y su hermano, prescindiendo por
esta vez de sus dotes más espirituales, aprovechó dejándole K.O de un puñetazo.
Todos los paseantes aplaudieron la acción. Asthel les dijo que llamasen a la
policía. Ahora sí que muchos de los viandantes redujeron a esos tipos para que
al recobrarse no escaparan. Cuando las autoridades llegaron, detuvieron a esos
indeseables. Sin esperar a que los agentes locales le preguntasen que había
ocurrido, y de forma muy rápida, Asthel, acompañado de su hermana, se llevó en
brazos a Granate.
- Por suerte no es nada, trataré de reanimarle.- Dijo
el muchacho que sacudió un poco la cabeza con suavidad del crío y emitió energía
curativa que le reanimó. -
-¡Ay! - Se despertó Granate quejándose. - ¡Ay, mi
cabeza, me duele mucho!...
-¿Estás bien?...- le preguntó su interlocutor entre
agradecido y preocupado. -
- Sí, estoy bien, si no fuera por el dolor de cabeza
que tengo, por favor Asthel, llévame a casa.- le pidió su amigo. -
Éste
asintió y junto con Maray se apartaron de la gente y los policías que les
estaban buscando para interrogarles por el incidente. Abrieron un pasillo
dimensional que les llevó al cuarto de Granate. Salieron tras dejar a su amigo
allí y sorprendieron a Sandy.
-¿Cómo vosotros por aquí? - Quiso saber la madre de
Granate.-
-Hemos traído a Granate.- Le dijo Maray con cara
seria y algo preocupada.-
-¿A mi hijo? ¿Le ha pasado algo?- Exclamó Sandy con gesto
desencajado por el temor.-
Trataron de tranquilizarla antes de contarle lo
ocurrido. Pese a ello, la mujer, sin perder ni un segundo, entró a ver a su hijo
muy asustada, se alivió al verle tumbado y despierto en su cama.
- Hijo mío, ¿estás bien? ¿Qué tal tu cabeza, te
duele mucho?...- quiso saber ella tocándole con cuidado la coronilla ante las quejas de Granate que tenía
un buen chichón. -
-¡Mamá! ¡No me toques ahí!- chilló señalando el golpe que tenía en esa parte. -
- No te preocupes cielo, ahora mismo mamá te lo
cura.- Le susurró cariñosamente Sandy más tranquila ahora al verle a salvo.-
En un
instante puso las manos sobre él con suavidad y emitió ondas sanadoras que
aliviaron a su hijo y lograron bajar el chichón. Por suerte con sus poderes
podía solucionar eso y cuando Granate
estuvo mejor ella le dijo.
-Intentaron llevarse a Maray cuando volvíamos del
cole. Yo intenté impedirlo y me dieron un golpe.
-¿Llevarse a Maray? ¿Sabes quien ha sido?.- Preguntó
Sandy que ahora se sentía indignada y nuevamente asustada.-
-No lo sé, llevaban capucha.- Musitó el niño que
daba la impresión de estar cansado.- ¡Menos mal que entonces llegó Asthel!
Su
madre se percató de eso y sonriéndole con gesto tranquilizador le susurró afectuosamente.
- Espera aquí cariño y descansa, voy a darles las
gracias a Asthel y Maray. Has sido muy valiente, pero debes tener mucho cuidado,
no te arriesgues más, ¿vale?
El
chico asintió y su madre besó en una mejilla a su hijo y salió de su cuarto. Antes
de retornar al salón donde los chicos la aguardaban se pasó por el baño. Estaba
realmente furiosa, tanto que mirándose al espejo se vio en su apariencia de
diablesa.
-¡Malditos! Pagarán muy caro el haber querido
hacerle daño a mi hijo.- Siseó mostrando amenazadoramente sus colmillos.-
Aunque trató de respirar hondo. Tenía que dominarse.
Quizás su intervención como justiciera
pudiera haber tenido algo que ver. Si esos canallas averiguasen que ella era la
Dama del rayo. Sin embargo, según su hijo, esos tipos no iban tras él, sino
tras la hija de Amatista.
-Esto debe ser por lo de Leval. ¡Malnacidos
cobardes! Atacar a una niña.- Volvió a sisear con su apariencia demoniaca.-
Empero, enseguida comprendió que tenía que calmarse.
Asustar a los críos sería peor. Tenía que dominarse ella primero para poder controlar
la situación. Lo hizo y poco a poco fue recobrando sus rasgos humanos, su
cabello varió de ese tinte rojizo a su color moreno normal, lo mismo que sus
ojos que, de color sangre pasaron a ser de ese verde albahaca tan hermoso suyo
habitual. Una vez desaparecieron asimismo esos colmillos se lavó un poco la
cara quitándose algunas lágrimas de temor por su pequeño y fue al encuentro de Asthel
y Maray. Abrazó efusivamente a ambos.
- ¡Muchas gracias por traerme a Granate! ¡Gracias de
verdad Asthel, has salvado a mi hijo!
- No era para tanto,- sonrió él que dijo más
despreocupado. - Tenía un buen chichón, pero no era grave. Soy yo el que debo
agradecerle a él que tratase de ayudar a mi hermana.
- Sí, Granate es un chico muy valiente. No se lo
pensó para ir a defenderme - declaró Maray. -
-¿No visteis quienes os atacaron? ¿todos llevaban
capuchas? - Les preguntó Sandy ya con su atención puesta en ese tema -
- La verdad, no pude verles las caras,- repuso
Asthel comentando. - Quise traer a Granate aquí lo antes posible para que no
nos hicieran preguntas, la policía se encargó de ellos.
- Estoy segura de que pertenecían a alguna banda, ¡malditos!,
lo pagarán muy caro.- Aseguró Sandy muy enfadada.-
Estaba deseando ponerles las manos encima a esos
tipos, ¡Iban a ver lo que era bueno! Por fortuna ya se había desahogado en el
cuarto de baño, mucho mejor así, no quería asustar a los chicos. Quizás a
Asthel no le preocupase eso, pero seguro que Maray sería mucho más impresionable
y que Sandy supiera esos dos nunca la habían visto con su apariencia de
súcubos. Fue Asthel quién la sacó de aquellas reflexiones al preguntar.
-¿Tú, Idina, mi madre y las demás, vais a hacer algo
contra ellos?...- quiso saber el joven
preocupado por ellas sin mencionar para nada sus identidades como
justicieras -
- Mañana haremos una visita a un lugar de venta de
drogas. Descuida, no vamos a dejar a uno solo de esos tipejos sin sacudir. - Le
aseguró la interpelada blandiendo un puño. – Se van a enterar por atreverse a
tocar a mi hijo.
-Pero será muy peligroso.- Se preocupó Maray casi a
punto de llorar.- No podréis hacer nada contra esa gente. No quiero que os
hagan daño.
Sandy
se maldijo por haber hablado tan claramente delante de esa pobre cría. Ella no
tenía porqué conocer sus identidades. Seguramente Amatista no le hubiese dicho
nada. Sonrió posando sus manos sobre los hombros de la niña para agregar con tinte
más suave.
-Es una forma de hablar. En cuanto podamos iremos a
la policía para denunciarles. Tranquila cielo. No vamos a correr ningún
peligro.
Maray
pareció quedarse más tranquila con esas explicaciones, aunque su hermano sí le
susurró a Sandy.
- Tened cuidado por favor,- le pidió Asthel
añadiendo ya en voz más alta. - Bueno, mi madre estará preocupada, me llevo a
Maray.
- Tened mucho ojo vosotros también.- Respondió
cariñosamente su interlocutora dándoles sendos besos en las mejillas. – Y
gracias de nuevo, chicos.
Asthel
dio la mano a su hermana y desaparecieron. Sandy enseguida retornó a la
habitación de su hijo.
-¿Estás mejor, cariño?- Se interesó con el tono más
dulce que pudo articular.-
-Sí, mamá.- Respondió él, preguntando con
desconcierto.- ¿Por qué querían llevarse a Maray?
-No lo sé, mi amor.- Suspiró su madre.-
Por
supuesto que lo sabía pero no tenía intención de asustar a su pequeño más de lo
que ya lo estuviera. Lo que sí pudo agregar es.
-No vamos a permitir que os suceda nada malo. Ahora duérmete un poco y descansa, cariño.
-Tengo un poco de hambre.- Musitó Granate.-
Sandy
le dedicó una mirada llena de interés y le preguntó.
-¿Qué te apetece, mi amor?
-¿Tienes tarta?
-No me queda, pero puedo hacerte unas tortitas.- Le
ofreció su madre.-
-¡Sí!- Dijo el chico con entusiasmo.-
Eso
hizo que su madre sonriera al fin, mucho más aliviada. Esa era buena señal.
Asintió respondiendo con tono cariñoso, en tanto besaba en la frente al crío.
-Pues ahora mismo te las preparo.
Y
salió rauda hacia la cocina. Se alegraba de que Granate tuviera apetito. Y,
pese a que podría parecer que le estaba mimando en exceso, en esta ocasión se dijo
que el niño se lo había ganado. Además, su hijo era para ella lo más importante
del mundo. No olvidaba lo mucho que le costó tenerlo y no iba a permitir que
nada malo le ocurriera.
-No, cariño… eso lo juro por lo más sagrado. Antes
de permitir que alguien te hiciera el menor daño estaría dispuesta a dar mi
vida por ti, como mi madre hizo por mí.
De hecho la morena científica tenía miedo, tras
todos esos años de paz y tranquilidad, disfrutando de su esposo y de su hijo,
le aterraba que esos días tan lúgubres y horribles de muerte, lucha y huida
pudieran volver a repetirse. Ella ya pasó por una infancia muy dura y una
adolescencia y juventud realmente agitadas y penosas, coronadas por sus
experiencias en el viaje de la SSP-1, en donde junto al resto tuvo que luchar
por sobrevivir frente a esos ataques de aquellos extraterrestres hostiles. Lo
último que desearía es que su pequeño tuviera que vivir algo similar. Por eso
entre ella y las demás debían terminar con esos malditos traficantes cuanto
antes. Suspiró apoyándose en la nevera, movió la cabeza y tratando de apartar esas ideas tan
inquietantes de su mente se centró en prepararle aquellas tortitas a su hijo.
Por su parte Asthel y Maray reaparecieron en su casa, le contaron a su madre lo
ocurrido y Amatista también se enfadó mucho. Decidió, al igual que Sandy, que
eso lo iban a pagar muy caro. Al día siguiente les tocaría actuar a ellas. Contactaron
con una ya reestablecida Idina vía pasillo dimensional de Asthel y trazaron un
plan. Después se reunieron con Kerria y Kathy a las que les contaron lo
sucedido. Las dos se sintieron igual de perplejas e indignadas. Por fortuna
esta vez no las encontraron a medio vestir.
-Por suerte entre tu hijo y el de Sandy impidieron
que esos criminales secuestrasen a Maray. – Suspiró Kerria aliviada. –
-Posiblemente querrían secuestrarla para tener una
garantía. – Opinó Katherine, conjeturando. – Por si acaso Leval lograba
escaparse…
-Pero hay algo que no me cuadra, se supone que a mi
marido se lo han llevado detenido y que ha desaparecido. Está fuera de juego.
No deberían tomarse tantas molestias ya. – Replicó Amatista –
-Es verdad. – Convino Sandy ahora pensativa. – Si
Leval está fuera de juego, ¿Qué sentido tendría secuestrar a vuestra hija?
-Yo tampoco lo comprendo – Terció Idina afirmando
con algo de perspicacia. – Salvo que, como piensa Kathy, sepan qué clase de
poderes tiene el primo y quieran una garantía por si va a por ellos.
-Eso sí podría ser. Pues no creo que ellos sepan
nada acerca de tu identidad como justiciera, Amatista. – Comentó Katherine. –
-Primero habrá que saber quiénes son. – Afirmó la
aludida con una mirada dura y visible enfado para sentenciar. – Y después les
sacaré las respuestas. Esos bastardos
van a saber quién soy yo.
-Cuenta conmigo para eso. – Le sonrió Sandy deseosa
de echarles el guante a esos tipejos. – Les vamos a hacer pensarlo dos veces antes de atacar a
niños inocentes.
Aunque fue Kerria, la que más calmada y haciendo
honor a su condición de abogado, les pidió.
-Chicas. Sé cómo debéis sentiros. Pero no nos
beneficiaría nada hacer algo que fuera contra la ley.
-¡Oh, vamos Kerria! – Replicó Amatista con visible
contrariedad. – Esos cerdos han tratado de secuestrar a mi hija, han pegado al
hijo de Sandy. ¿Quieres explicarme qué clase de ley han seguido ellos?
-Lo sé y os comprendo, de veras. – Contestó su
cuñada con tono conciliatorio para argumentar – Caso de que le hubiesen hecho
algo a Brian seguro que sentiría lo mismo. Y Maray es mi sobrina. Sabes cuánto
la quiero. Pero sólo estoy tratando de deciros que si les detenemos o si luego
les apresa la policía, cualquier prueba obtenida por coacción o utilizando la
violencia podría ser fácilmente descartada por un tribunal. Y esos tipejos
podrían quedar libres. Toda la operación se malograría. Confiad en mí, sé bien
lo que se siente, todavía recuerdo cuando rescaté a Sam de su exmarido. Me
dieron ganas de matar a ese cerdo con mis propias manos. De no ser por la
madrina Ami le habría machacado…-Admitió suspirando para agregar con tono
reflexivo.- Pero comprendí que eso no era justicia sino únicamente venganza. Si
pretendemos ser mejores que ellos, no podemos adoptar sus mismos métodos.-
Sentenció la abogada.-
Ahora sus interlocutoras guardaron un incómodo
silencio. Fue Katherine la que intervino para apoyar a su prima.
-Ky tiene razón. También yo he vivido algo
parecido.- Afirmó con un tono consternado, sin querer dar más detalles, para
rehacerse y afirmar.- Si hacemos algo
como eso podría saberse en los medios. Creedme, trabajo en televisión y lo sé. De seguro que perjudicaría nuestra imagen como
defensoras de la justicia y cualquier abogado de medio pelo usaría eso como
argumento a favor de eso delincuentes.
-¿Y qué esperas que hagamos? ¿Qué les pidamos por
favor que nos ayuden a incriminarles?- Espetó Sandy con rabia. –
-Podríamos hacerlo sin detener a nadie. – Comentó
Idina exponiendo su idea. - Por ahora darles un aviso. Lo que más les dolería
es que destruyéramos su mercancía.
-Pero eso son pruebas. Podría ser hasta un delito
por nuestra parte, sustraer o destruir evidencias está penado por la ley. – Les
explicó Kerria –
Kathy miró al suelo, eso ella ya lo sabía, por
suerte sus amigas y compañeras no se habían percatado de lo que hizo, aunque
ahora podría enmendarlo. Al menos un poco, de modo que comentó con voz algo
alterada.
-Es más importante evitar que eso salga a la venta y
destroce las vidas de mucha gente. ¿No creéis?
Las demás la miraron con algo de sorpresa por el
vehemente tono que había usado pero asintieron dándole la razón.
-Sí, y no creo que ellos nos vayan a denunciar a la
policía. ¿Verdad? – Afirmó una más
animada Amatista. –
Su cuñada asintió. En eso estaba totalmente de
acuerdo. Más valía destruir la amenaza si les era posible.
-Por cierto. ¿Dónde está Neherenia?- Quiso saber
Kerria. -
-Con mi amiga Heather, su niño y con su propia hija
y la de su doncella. No tuvo más remedio que mantener la tapadera. Oficialmente
las invitó a venir a verme a Bios. Y Anaris la acompañó. - Replicó Idina que
les comentó a sus amigas. – De modo que tengo que ir con ellas. Cuando llegue
el día espero que se hayan marchado y podamos actuar. A ver si Nehie consigue
quedarse y ayudarnos.
-Salúdala de nuestra parte.- Sonrió Kerria con el
asentimiento de Amatista y Katherine.-
De modo que, tras acordar el plan a seguir se
separaron. Idina fue con sus amigas y pasaron un par de días juntas recorriendo
Bios. Las hijas de ambas se lo pasaron muy bien junto a Briseida y al niño de
Heather. También Tom y Loren fueron con ellos. La cría lo pasó bien, aunque al
muchacho se le notaba que hubiese preferido estar en otra parte. Paseando precisamente
por la gran Avenida de Granate Lassart, fue Heather quién comentó.
-De modo que ésta es la calle a la memoria de tu
primo. Y esa su imagen. – Indicó señalando el holo cartel dónde el chico
aparecía. –
-Sí – suspiró Idina que ahora parecía sentirse
abrumada por el recuerdo al replicar con voz queda enumerando. – Son tantos los
que nos van faltando ya. Mis abuelos, mi primo, mi padre…
-Es ley de vida, mujer. - Trató de animarla Nehie. –
Pero siempre tendrás a alguien, ahora están tu esposo, tus hijos y no te
olvides de nosotras. Tus amigas seguimos aquí.
-Sí, gracias – sonrió ella dándole la mano en tanto
veía como los chiquillos correteaban jugando con el pequeño John. – Tienes toda
la razón.
-Me ha hecho muy feliz el poder volver a veros, ha
sido como si los últimos años no hubiesen pasado y siguiéramos en la Golden. –
Terció Heather que, sin embargo suspiró diciendo con pesar. – Pero mañana me
tengo que ir con John, su padre reclama su derecho de visitas. Y también debo
volver al trabajo.
-Bueno, yo podré quedarme un par de días más con
Alice. – Comentó Neherenia añadiendo. – Aunque Anaris deberá retornar con su
hija a la Luna.
-Sí, mi esposo me echa mucho de menos, y nosotras a
él.- Sonrió tímidamente la interpelada, afirmando eso sí con agradecimiento.-. Nos
ha gustado mucho el haber podido venir. Todos han sido muy amables y Bios es un
planeta muy hermoso. En la cara meridional de la Luna estamos trabajando mucho para
tener unos bosques parecidos a los que disfrutáis aquí.
-Es más difícil, siendo la Luna un mundo sin
atmósfera.- Intervino Neherenia, afirmando enseguida con una sonrisa.- Aunque
Briseo y tú estáis haciendo una gran labor. En ambos polos lunares las obras
avanzan a muy buen ritmo. Y en vuestra comarca del sur, más aún.
-Gracias Majestad.- Repuso una sonriente Anaris.-
Seguían
recorriendo la avenida y llegaron ante aquel gran cartel holográfico en el que
podía verse al fallecido teniente Granate Lassart. Neherenia e Idina se
quedaron allí plantadas , en tanto Heather, se adelantó con Anaris para llamar
a los niños.
-Siempre que paso por aquí me detengo a verle.- Suspiró Idina.- Amatista
hace lo mismo.
-Yo no tuve valor para venir aquí al principio.-
Admitió Nehie con sus ojos rezumando tristeza.- No era capaz de mirarle y saber
que ya no podría volver a estar a su lado.
-Él te quiso mucho.- Sonrió levemente su
interlocutora.- Eras su reina de la Luna Nueva.
-Y yo le quise a él. Muchas veces no puedo remediar
pensar en lo que hubiera sucedido si Granate hubiese podido regresar de su
viaje. ¡Qué Dios me perdone! Eso no quiere decir que no ame a mi esposo y que
no adore a mi hija…- Musitó la soberana con una mezcla de pesar y apuro.-
-No tienes que explicarte, amiga mía. Lo entiendo.-
Asintió solidariamente Idina.-
Entre
tanto Heather y Anaris también conversaban, la norteamericana comentó.
-Ha sido ver la imagen de ese chico y las dos se han
quedado clavadas.
-Su majestad apreciaba grandemente a ese joven.-
Repuso Anaris con un tono entristecido, relatando.- Cuando supo de su pérdida
quedó muy consternada. Lo pasó muy mal.
-Fue en el segundo año de carrera, recuerdo cuando vino
tras las vacaciones, pero, pese a estar destrozada, se preocupó más por Idina
que por ella misma. Nehie es una gran chica.
-Su Majestad es bondadosa y se preocupa por la gente.-
Convino Anaris, afirmando con un patente tono de admiración.- Para mí fue un
honor ser su doncella personal durante años.
-Pero lo dejaste, ¿no?. Cuando te casaste.
-Así es. Su majestad me permitió fundar mi propia
familia. Y fue muy generosa cuando me ofreció la posibilidad de educar a mi
hija Briseida, junto con la princesa Alice.
-Las dos parecen muy buenas amigas. Como tú y
Neherenia. - Sonrió Heather, observando a esas dos crías que estaban charlando
animadamente entre ellas, haciendo participe también a la pequeña Loren.-
No
obstante, Anaris movió la cabeza para matizar.
-La reina no es mi amiga, es mi soberana. Hay
ciertas familiaridades que no me puedo permitir. – Y tras guardar un momento de
silencio, la rubia condesa le pidió a su contertulia.- ¿Puedo comentarte algo
sin que salga de aquí?.
-Si, claro.- Asintió Heather con genuina
curiosidad.-
-Lo cierto es que cuando su Majestad me propuso que vinera con Briseida para acompañarlas a
ella y a la princesa, al principio no me gustó la idea. Mi hija es todavía
pequeña y, pese a la educación que ha recibido desde que nació, aún no es
realmente consciente de cual es su lugar.
Es bonito que ella y su Alteza se lleven tan bien, pero no podrán ser
amigas del mismo modo que, por ejemplo, lo sois vosotras de su Majestad.
-¿Por qué no?- Se sorprendió Heather.-
-Vosotras no sois súbditas de la reina Neherenia.
Para ti y para la princesa Idina es una compañera de facultad. Sin embargo,
para mí y mi hija es nuestra soberana, a la que hemos jurado fidelidad. Sé que
ella es amable y generosa, y muy gentil, como su propio título indica. Pero, a
pesar de todo eso, hay una barrera de rango que jamás se podrá levantar. Es por
eso que, tanto mi esposo como yo misma, juzgamos más prudente que Briseida
empiece a no ver tan a menudo a la princesa Alice.
-Ya.- Musitó su contertulia con algo de pesar.-
Y
es que observando a aquellas crías nadie diría que una de ellas era una
princesa heredera. Jugaban despreocupadamente con sus muñecas y correteaban,
eso sí, ante la mirada algo aburrida de Tom. Al fin, tanto Neherenia como Idina
se pusieron en marcha dirigiéndose hacia sus amigas. El hijo de la anfitriona
se acercó a su madre a su vez y le susurró.
-Mamá, me aburro. Quiero volver a casa.
-Ten paciencia, cariño. -Repuso condescendientemente
Idina para reprocharle con tono suave.- No es de buena educación decir eso.
-Pero es la verdad, y tú me dijiste que no
mintiera.- Le recordó agudamente el crío.-
Su
madre se sintió atrapada, eso no lo podía negar. Por fortuna para ella, su
buena amiga Neherenia llegó en su ayuda.
-Va siendo algo tarde, tenemos que volver. Dentro de
poco será la hora de cenar.
-Sí.- Convino su compañera de universidad
reuniéndose con ellas a su vez.- Y nuestra lanzadera sale temprano. John tiene
que irse a dormir pronto, y yo también.- Sonrió.-
-Me he alegrado muchísimo de volver a verte, Heather.
– Afirmó Idina con otra sonrisa para prometer. – No debemos dejar que
transcurra tanto tiempo, la próxima vez iré yo a visitarte a la Golden.
Y siguieron paseando con sus hijos, rememorando sus
años de la facultad. Ahora Idina creía que aquella especie de pesadilla que
tuvo con su hermano fue simplemente eso. Una pesadilla por efectos de aquellas
drogas. Se sentía muy mal por las cosas que le dijo a su querida amiga Nehie.
Pero la soberana de la Luna Nueva se había olvidado por completo de eso. Más si
cabe cuando, en un parte, la apurada maestra le susurró.
-Siento muchísimo todo eso que te dije. Perdóname…no
era yo la que hablaba.
-Tranquila.- Le contestó amablemente su amiga.- Lo
sé perfectamente. Olvídate de eso.
Y tras agradecérselo con una nueva sonrisa
prosiguieron el paseo. Las crías a su vez estaban comentando algunas cosas. Fue
Alice quien dijo.
-En este planeta hay unos jardines enormes.
-Es verdad.- Convino Brise.- Espero que mi padre
pueda construir uno igual de grande.
-¿No tenéis
bosques en la Luna?- Les preguntó la extrañada Loren, añadiendo.- Aquí en Bios
tenemos muchísimos. Y en la casa de mis abuelos en la Tierra también.
-¡Qué suerte
tienes!- Afirmó sinceramente Alice que agregó despreocupadamente.- Cuando sea
mayor y sea reina después de mi madre, haré que toda la Luna esté llena de
árboles.
Y así continuaron hablando de eso y de algunas cosas más.
Finalmente cada una tuvo que irse con sus respectivas madres dado que se había
hecho ya tarde. Se despidieron y al día siguiente efectivamente Heather y su hijo se marcharon de vuelta
a la Tierra en una nave. Sus amigas fueron a despedirles ellas dos. Dejaron a
los críos en casa de Idina con Anaris. Una vez su amiga y su hijo embarcaron y
la nave despegó, fue cuando Neherenia le comentó a su contertulia.
-¿Cuándo vais a actuar contra esos tipos?
-Mañana por la noche – respondió su interlocutora. –
-Contad conmigo. Sailor Shadow estará ahí. – Se ofreció
Nehie a lo que su amiga asintió. –
-Puedes dejar a tu hija con los míos. Mike se
ocupará de ellos. Hasta puede llevarles a ver una Holo peli.- Le propuso su
interlocutora.- Que Anaris vaya también con Briseida.
-Sí, es una buena idea. Se lo diré, aunque creo que
iba a preparar su equipaje para marcharse mañana. – Repuso su contertulia.- Tengo
entendido que tanto ella, como su hija, iban a dormir en nuestra legación.
-Bueno, en ese caso tú misma.- Declaró su amiga,
ofreciéndole una vez más.- Pero sería bonito que tu hija y los míos pasaran un
poco más de tiempo juntos. Sin tanta formalidad. – Remachó, añadiendo un poco
apurada.- Sabes que aprecio mucho a Anaris, pero es demasiado seria.
-Es verdad.- Sopesó la soberana, afirmado de forma
más jovial.- Es que ella se ha criado así y también es muy estricta en eso con
Briseida. Pero tienes razón. A Alice le conviene pasar cuanto más tiempo mejor
con otros niños. Y respirar de tanto protocolo. A veces creo que la pobre se va
a encorsetar. Lo sé bien, me pasó a mí. ¡Por eso era tan feliz contigo o con
Chibiusa y las Asteroides, cuando venían a jugar a palacio conmigo!
-Claro, Alice no deja de ser una niña como entonces lo
eras tú. Tiene que correr y jugar.- Afirmó su interlocutora.- Y es muy amiga de
Brise, por eso me sabe mal que no puedan estar juntas hoy.
-Bueno, tranquila, se ven mucho en la Luna.- Repuso
Neherenia sin dar importancia a eso, contándole a su amiga.- Alice debe conocer
gente nueva y variar. Nosotros intentamos que su posición no la limite. Al
menos en lo esencial. Por ejemplo, su padre y ella se lo pasan muy bien cuando
tienen la ocasión. Doran la lleva de excursión por los jardines o a recorrer
partes de la Luna, incluso le enseña alguna técnica saiyajin. Pese a que yo le
insisto en que no deseo que nuestra hija aprenda a luchar tan pronto. Creo que
a su primo Kiros le pasa igual con su hija Gloria.- Se sonrió ahora moviendo la
cabeza para declarar.- Estos saiyajin son así.- Y al hilo de ese pensamiento la
soberana recordó.- Alice también se lleva muy bien con su prima Sandrei, la
hija de Seren, la princesa de Plutón. Las dos comparten sangre de los saiyajin.
¡Por fortuna todavía no brillan ni nada de eso! - Y tras reírse un poco junto
con su interlocutora, ya más seria, la reina añadió.- Pero además de ella o de
la propia Brise, apenas si tiene a más niños para poder jugar. Eso me preocupa.
Me hace pensar en mí misma a su edad.
-Es importante para ella el tener a otros críos
cerca. – Convino Idina.-
-Sí, eso es algo que los soberanos y las princesas
sabían muy bien. Cuando me criaron en la Luna. – Afirmó Neherenia afirmando una
vez más.- Primero Chibiusa y las asteroides fueron mis mentoras y amigas. Y
después tuvieron la gran idea de llevarme a la Tierra, junto a tus padres y a
vosotros. Nunca se lo podré agradecer lo bastante.- Suspiró Nehie.-
-Por eso es bueno que tu hija pase tiempo con los
míos.- Sonrió su interlocutora, agregando.- Y recuerda que siempre nos tendrás
aquí para lo que necesites.
-Gracias, querida amiga.- Sonrió Neherenia,
mirándola agradecida para corresponder.- Lo mismo te digo.
Ambas mujeres observaron corretear a
los pequeños y se sintieron felices. Así debía ser, los niños tenían que ser
capaces de jugar despreocupados y sentirse queridos y seguros. Y efectivamente
el plan para que la heredera del reino de la Luna Nueva pasara esos días en
compañía de los hijos de Idina quedó acordado. Todo aconteció como Neherenia
había dicho. Anaris y su hija se despidieron al día siguiente, tomando una nave
de regreso a la Luna. Loren y Alice por su parte lo pasaron muy bien juntas. Incluso Tom estuvo muy amable con su
hermana y con la amiguita de ésta para variar. Lo cierto es que estaba
impresionado desde que visitó el reino de la Luna. No tanto de ver el lujo de
aquello como de conocer a sus reyes. Sobre todo a Doran. El pequeño tenía
patente curiosidad. Incluso durante un rato en el que estaban jugando en la
habitación del chico, él le preguntó a su invitada al hilo de cosas que había escuchado
sobre los saiyajin.
-Oye Alice. ¿Es verdad que tu padre puede
convertirse en un guerrero dorado?
-Sí, - repuso la niña sin darle más importancia.- Él
es uno de los guerreros más fuertes de su mundo de origen.- Igual que mi tío
Kiros.
-Tiene que ser alucinante. ¿Tú le has visto hacerlo
alguna vez?- Se interesó el niño.-
-¿Qué es un guerrero dorado?- Intervino Loren que no
entendía nada.-
-Verás.- Le explicó su hermano ayudándose de una
tablet para dibujar.- Mira, éste es un hombre normal. – Le ejemplificó
dibujando un monigote con pelo negro, para luego cambiar el color del cabello a
un tono amarillo y afirmar.- Así se convierte en un guerrero dorado.
-¿Se pone una peluca?- Preguntó la niña a la que
aquello no le parecía nada impresionante añadiendo de hecho. - Yo tengo algunas
de colores.
-No. - Intervino Alice, para explicar.- Mi papá se
pone a brillar como si fuera una gran lámpara, entonces su pelo se ilumina
también y se levanta, se pone de un color parecido al oro. Por eso les llaman
guerreros dorados.
-¿Y para qué sirve hacer eso?- Inquirió Loren
mirando atónita a su amiga.-
-No sé. Creo que para ser más fuertes.- Opinó la
otra chiquilla.-
-¿Tú lo puedes hacer?- Quiso saber Tom.-
-Todavía soy demasiado pequeña. Pero algunas veces
que mi abuela Seira me ha visitado me ha dicho que, cuando sea mayor, si
entreno, podría conseguirlo.
-¡Qué suerte! Eso tiene que ser guay.- Afirmó Tom.-
- A mí no me interesa demasiado. Prefiero ser como
mamá. Guapa y elegante. - Declaró Alice.- Pero creo que a mi padre sí que le
gustaría, en cambio mi madre le ha dicho que no haga eso delante de los demás.
No sé, quizás sea de mala educación…
Los otros dos críos la miraron con visible asombro.
Aunque luego, como niños que eran, pasaron con naturalidad a charlar sobre
otras cosas, dibujos de la holo tele, personajes famosos y juegos. Entre tanto
sus madres se preparaban para intervenir. Finalmente llegó el día. Las chicas reaparecieron en los lugares más
conflictivos y en efecto, los camellos de por allí seguían activos. Sin
problemas eliminaron a los que montaban guardia dejándoles inconscientes y a
los maleantes que trataron de oponerse les dieron una buena paliza.
-¿Pero quienes sois?- Pudo preguntar uno de aquellos traficantes
que debía ser bastante joven, dado que no las conocía. –
-¡Menuda pregunta es esa! – Replicó la Dama del
Viento, casi sintiéndose ofendida, en tanto le derribaba de una patada en el
pecho. – ¡Ignorante!
-Sí. ¡Qué poca cultura, debería darte vergüenza! -
Se burló a su vez la Dama del Rayo derribando a otro de un buen puñetazo. –
-¡Vamos a explicárselo! – Arengó Sailor Shadow
cortándoles la retirada a otros dos. – Ya veréis como no se les olvidará…
La Dama del Hielo lanzó un rayo congelante contra
las armas de otros dos delincuentes más que se quedaron envueltas en un trozo de
escarcha, pegadas a sus manos e inservibles, para horror de sus propietarios.
Por su parte, la Dama del Fuego lanzó dos saetas incendiando un par de grandes
cajas de madera que debían de contener droga. La Dama del Trueno atrapaba a
otro de esos maleantes que trataba de huir enroscándole con su látigo y la Dama
del Rayo evitaba asimismo la huida de otros dos, plantándose delante y
enarbolando su jabalina. Entre tanto Sailor Shadow derribó a otro con su tiara
al tiempo que le hacía soltar una pistola que iba a utilizar contra ellas.
-Esto ha sido demasiado fácil,- protestó
desapasionadamente la Dama del Hielo. –
-Es verdad- convino la Dama del Fuego con algo de
sorna. – Los delincuentes de ahora ya no son como los de antes. –
Amatista
entonces recordó la advertencia de Mazoui, y les indicó a sus compañeras.
-Chicas, mantened la vigilancia.
-Descuida.- Repuso la Dama del Hielo.-
-¡Un momento! - les pidió el que parecía el cabecilla
de esa operación. – Podríamos negociar. ¿Vale?… aquí hay muchísimo dinero. No
destruyáis la mercancía, por favor.
-¡Ah no! ¡Qué te lo has creído, canalla!- espetó
Idina dispuesta a incendiar otro par de aquellas grandes cajas que se disponían
en hileras dentro de ese gran almacén en el que habían entrado.-
Pero, para su sorpresa, fue la Dama del Tueno la que
la detuvo con un gesto de su mano dirigiéndose a sus compañeras.
-Un momento, quizás no convenga precipitarse.
-¿Pero de qué estás hablando?- Pudo intervenir Sandy
con visible sorpresa y hasta algo de indignación. –
-Dama del Hielo – le pidió la interpelada a su
compañera. – Tú me comprendes, ¿No es así? Son pruebas del delito.
Desconcertada, Kerria pareció meditar sobre aquello.
Eso lo habían hablado, de todos modos Kathy fue una de las partidarias más
acérrimas de destruir todo lo que encontrase. ¿Por qué cambiaba ahora de
opinión? Quizás hubiera visto algo que mereciera la pena guardar. Decidió
hacerle caso y asintió despacio para recordar a sus amigas.
-Es cierto.- Concedió ella que, no obstante afirmó.
– No nos vendría mal reservar algo como evidencias. Aunque no hace falta que
salvemos todo eso.
-Sí, claro que no hace falta. - Terció Amatista con
visible regocijo para sentenciar.- El resto puede servir para hacer una bonita
fogata. ¿Verdad Dama del Fuego?
La interpelada sonrió decidida a lanzar otra saeta
más. Aunque fue ahora Sailor Shadow la que la detuvo un momento para dirigirse
a ese cabecilla y preguntar.
-Tú quieres esta mercancía, nosotras queremos
nombres. Quizás un intercambio sería beneficioso para ambas partes.
-No puedo darte nombres, ¡me matarían! – Objetó ese
tipo visiblemente asustado ahora. –
-¡Qué lástima!,- suspiró la Dama del Fuego con una
falsa entonación melosa, lanzando una de sus flechas de fuego contra los
embalajes que tenía más cerca. – ¡Pum… arde! - Exclamó ahora con un tono de
júbilo casi infantil.-
Las cajas alcanzadas estallaron prendiendo de
inmediato, multitud de paquetes de Loten y Plaguem, así como otras drogas,
ardían con rapidez provocando una nada saludable humareda. Prudentemente las
chicas se apartaron y ahora fue Kerria la que le pidió a su compañera.
-Espera, esto podría intoxicarnos a todos. Que no
suceda como la otra vez. Quizás si lo congelo…
Las demás asintieron, todavía recordaban como afectó
aquello a Idina. De modo que la Dama del Hielo se ocupó de ello lanzando uno de
sus rayos contra varios de esos paquetes que quedaron recubiertos al instante
de hielo.
-Eso no lo destruirá. – Denunció la Dama del Rayo. –
-Pero cuando el hielo se derrita el agua degradará la
droga. – Opuso la Dama del Trueno que afirmó con tono convencido. – Eso es casi
tan malo como destruirla. ¿Verdad?- Le inquirió a ese traficante. -
-Sí, veo que sabéis bien lo que hacéis. – Admitió
éste dedicándole sin embargo una mirada inquisitiva a su interlocutora que
añadió. -
-Esto solamente ha sido un aviso. La próxima vez…
Katherine no pudo proseguir, fue Sandy la que se
adelantó para amenazar a esos tipos con tono lleno de furia.
-La próxima vez que dañéis a niños no van a ser las
cajas las que ardan. ¿Os ha quedado claro? Sino, ahora os lo voy a explicar en
un lenguaje que podáis entender.
Y para subrayar aquellas palabras la Dama del Rayo lanzó un potente haz de
energía que destruyó el cargamento de otra. Los camellos desde luego asistieron
a esa escena con ojos como platos y visiblemente intimidados. Esas mujeres no
bromeaban y además de poderosas eran muy numerosas.
-Vale, vale…lo hemos captado. Tranquilas. - Fue capaz
de musitar el que parecía ser el cabecilla.-
Al poco tiempo escucharon sirenas. Era la policía de
Bios, Las chicas decidieron retirarse en tanto Amatista espetaba en dirección a
esos camellos.
-¡Estáis advertidos! Decídselo a vuestros jefes. Si
tratan de hacer daño a los niños con esta basura se arrepentirán.
Tras eso las justicieras se dispersaron con
celeridad para ocultarse aunque la Dama del Trueno permaneció todavía allí unos
instantes mirando esos paquetes desperdigados por el suelo. Tras observar los
alrededores pareció dudar por unos momentos, fue una breve lucha interna, las
lágrimas le caían por las mejillas. Apenas si pudo pensar más en lo que hacía,
dos paquetes de plagem yacían cerca de ella, los agarró y salió a la carrera.
Pero esta vez alguien la observó hacerlo. A pocos metros y oculta tras las
sombras que le daban nombre, Sailor Shadow la vio alejarse y con tristeza movió
la cabeza. Aunque sin que ella misma ni sus otras compañeras advirtieran su
presencia, otro testigo más había tomado buena nota de eso.
-¡Vaya, vaya, vaya! ¡Qué interesante! - Se dijo
aquella misteriosa figura, que de inmediato se marchó de allí.-
Cuando la policía llegó, pudo detener a algunos de
aquellos delincuentes que estaban inconscientes y requisar lo poco que había
quedado. Las Justicieras y Sailor Shadow quemaron casi todo el Loten y el resto
de las drogas. Eso no sentó nada bien a los “capos” que se enfurecieron
bastante. Llegando a acusarse mutuamente de haber dado pistas a esas mujeres.
Hasta que decidieron que el culpable debía ser quien teóricamente velaba por
sus intereses en el planeta. Dos días después, estaban dispuestos a responsabilizar
a Strips de las acciones de las incómodas justicieras que se habían convertido
en un serio problema para ellos. Utilizando su traslación instantánea Leval se
reunió con Mazoui y éste avisó a Asthel de que el plan de ocultar la escucha se
ponía en marcha. Logan esperaba la llamada de su superior y confiaba en que a
Mazoui se le ocurriera alguna buena idea para poder entrar y grabar las
conversaciones sin ser descubierto. Asthel creó una especie de burbuja
dimensional que ocultaba la escucha, se trasladó a casa de Logan junto con su
padre y Mazoui y le explicaron al perplejo oficial cómo debía usarla.
- Verás.- Dijo Asthel. - Debes llevarla dentro de ti,
como está cerrada y en otra dimensión, nada de lo que hay en nuestro plano
existencial podrá detectarla. Debes sacarla con suavidad concentrándote en
ella. Cuando salga se abrirá y podrás detectar y grabar todo lo que digan, eso
sí, hay una pega.
-¿Cuál es? - Quiso saber el atónito Logan que atendía
con muchísimo interés las explicaciones del muchacho -...
- En cuanto saques el aparato podrá ser detectado,-
le advirtió Mazoui tomando la palabra, aunque quiso quitarle importancia al
aventurar. - Pero supongo que una vez superados los controles, no habrá nada de
eso en la reunión, puede que los tengan al salir.
-¿Y qué haré entonces? - Preguntó Cedric inquietado
por aquello. -
- Para cuando acabes ya tendremos pruebas y
entraremos a por ellos,- le tranquilizó Leval explicándole. -Asthel te
localizará y te trasladará a nuestro lado, por si no podemos encontrar tu energía
nosotros mismos. Una vez dentro les reduciremos y ya está. No te preocupes.
- Bueno, eso me tranquiliza- replicó Logan con algo
de ironía mientras objetaba. - ¿Y si resulta que no hablan de forma que os
ofrezcan pruebas?
- No creo que eso ocurra, ahí dentro se sentirán a
salvo - respondió Mazoui quien no obstante, admitió. - Pero es algo a
considerar. Si deseas volverte atrás, lo entenderé. No podríamos entrar a por
ti antes de tiempo, toda la misión fracasaría.
- Lo entiendo.- Asintió su interlocutor que se
ratificó con seguridad. - No te
preocupes, confiaré en mi suerte, ya intentaré darles soga para que se
ahorquen. Sabéis que eso se me da muy bien.
Sus
antiguos compañeros sonrieron, ¡ desde liego que sí! ¡podían dar fe de ello!
- Entonces todo listo, ¡suerte Cedric!...- Le deseó
sinceramente Leval.-
Los dos se dieron la mano, parecía que todas sus
diferencias de años anteriores concluían con ese gesto. Ahora sí que jugaban en
el mismo equipo. Y el respeto por el otro había aumentado mucho al ver las
mutuas capacidades de las que hacían gala y su valor a la hora de cumplir con
la misión. Entonces el vídeo teléfono de Logan sonó.
-Debe de ser el viejo.- Les comentó a sus compañeros
no sin regocijo.-
-Te dejamos que te ocupes de él.- Afirmó Mazoui.- Ya
nos veremos…
Los
tres restantes se fueron y su compañero se dispuso a conectar el aparato, no
tuvo mucha prisa, no quería dar la impresión de estar ansioso por contestar y
en tanto aguardaba unos instantes reflexionaba sobre aquel chico, el hijo de
Leval y Amatista. Incluso a él le había impresionado y Logan no era fácilmente
impresionable. Desde luego, pese a todo lo increíbles que eran tanto Mazoui
como Leval, Cedric tenía la impresión de que ese muchacho ya les superaba a
ambos. Algo le comentaron hacía tiempo, después de aquel juicio en el que metió
a sus ahora compañeros de misión. Entonces le advirtieron de ciertas cosas.
Entre ellas que conocería a un muchacho realmente sorprendente. No obstante, dejó ese tema de lado y al fin
atendió la insistente llamada. Cuando lo hizo, para su satisfacción, apareció ante él el rostro de Strips. Ya era
la hora de comenzar a interpretar el acto final de toda esa mascarada…
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