martes, 8 de marzo de 2011

GWT 25.177.Misión cumplida

Logan dejó pasar un par de segundos más hasta decir con un tono átono que no expresaba más que amabilidad profesional.



- Dígame, mi general  ¿Hay novedades?

- Sí coronel. Las hay. - Le respondió Strips, ordenándole. - Diríjase al punto de encuentro, éste está situado en la zona periférica, área catorce. Es un gran almacén, lo reconocerá enseguida...y asegúrese de que nadie le siga, debe estar allí en veinte minutos.

- Entendido.- Convino Logan. – Señor, me pongo en camino.- Strips cortó la comunicación, Cedric aprovechó para comunicar por una frecuencia de radio segura con Mazoui y Leval. - Empieza el juego, área catorce, un almacén....no me sigáis de cerca, pueden tener radar.

- Recibido, suerte,- le deseó Mazoui - corto....



            Logan tuvo que despabilarse, estaba bastante cansado pero sabía lo que había en juego.



-Ni tiempo para un mísero café.- Suspiró resignado.-



Así pues, se lavó la cara y se dirigió a la zona en cuestión, al cabo de los veinte minutos llegó allí, como estaba previsto no llevaba encima ningún tipo de aparato, sólo su arma láser. El general Strips le esperaba acompañado de otro oficial del sector, el comandante Moler. El oficial saludó al general que le devolvió el saludo, luego al comandante y dijo irónico



- Es una sorpresa el verte por aquí, Moler.

- A mí me sorprende igualmente, señor.- Respondió éste. - Creía que estaba yo sólo en esto con el general.

- Sí- se sonrió Strips agregando. - Bueno, ha sido por pura precaución. No he querido revelar a ninguno de mis otros colaboradores la identidad de los demás. Pero ahora creo que ya no hay peligro en ese aspecto. Y les advierto que no son ustedes dos solos, hay un par de oficiales más.



Tras oír esto Moler puso cara de asombro y exclamó.



-¡Es impresionante! .No creí que fuéramos tantos, debe de ser un negocio muy importante el que tenemos entre manos...



Logan puso también cara de sorpresa, aunque la suya era fingida en tanto pensaba.



-¡Menudo idiota! Esos dos colaboradores tan secretos son ILers y Farenjat .Te crees muy listo, viejo zopenco. - Mientras le sonreía al general, siguió pensando, esta vez respecto de Moler. - Y este idiota, ¡menudo negocio!, dice. Si te parece es una rifa de papeletas de viaje fin de curso....- Por fin habló y le dijo a Moler aparentando el mismo asombro que éste. - ¡Pues sí!, confieso que me ha sorprendido. El general es un hombre muy astuto, ha pensado en cada detalle...

- Dejémonos de charlar y ultimemos los planes - les indicó Strips  quién, sin ocultar su satisfacción por ese comentario de Logan, les indicó a sus subalternos. - Tenemos que estar muy atentos a las bandas, seguramente pujarán por hacerse con la exclusividad de Bios y nos harán sus ofertas a nosotros, que somos los que controlamos el acceso al planeta. ¡Señores, es una oportunidad única! Podemos ganar miles de millones....

- Ya le comprendo,- terció Logan. - Debemos tener una unificación de criterios, negociar de común acuerdo dejándole a usted como portavoz, para dar imagen de fortaleza, ¿verdad, mi general?

- Usted siempre me comprende a la primera.- Sonrió Strips complacido, remachando. - No podría tener a nadie mejor para este asunto.

- Muchas gracias, señor.- Replicó Logan fingiéndose halagado según pensaba no sin regocijo. - Eso, eso...créetelo... ¡serás memo!....





            Y los dos oficiales que faltaban llegaron al cabo de pocos minutos. Strips les llamó la atención por su falta de puntualidad. Ellos se disculparon alegando que tuvieron que cerciorarse de que nadie les seguía. Como el general estaba de buenas, les dijo que lo dejasen estar y ordenó a todos entrar en el almacén, para eso tocó a una puerta aparentemente corriente, pero una vez terminó de llamar apareció de ella una consola con unas teclas y un monitor. Una figura sin rostro, de voz distorsionada, surgida de la pantalla, le dijo.



- Por favor, clave de acceso....

-12346B9204T6589I967J45-erudodb- respondió el general leyendo una nota que traía para agregar. -Soy Strips y vengo con mis colaboradores.



 Aquella figura no habló, solo hizo que apareciese una luz verde en el monitor y la puerta se abrió.



- Pueden pasar.- Declaró entonces esa extraña voz con solemnidad. -



            Todos entraron despacio, fueron rápidamente rodeados por un nutrido grupo de individuos bien trajeados que portaban una especie de detectores. Sin más, procedieron a pasárselos a todos por el cuerpo. Con Cedric y otro oficial los detectores comenzaron a sonar. Uno de los individuos trajeados les ordenó quitarse las chaquetas. Logan, al igual que el comandante ILers, obedeció dejando al descubierto sus armas. Cedric dijo sonriendo, para aliviar la tensión que habían provocado en los miembros de la seguridad.



- Es como mis tarjetas de crédito, ¡nunca me separo de ella! - bromeó refiriéndose a su pistola. -



            El individuo a su lado, con el rostro inexpresivo, alargó la mano. Logan le entregó el arma e ILers hizo lo mismo. Hecho esto les dejó pasar a través de otro detector. Tal y como  Cedric sospechaba se trataba del más moderno de los que había en el mercado.



- Se lo montan bien,- pensó con cierta preocupación - de eso no cabe duda. Es un detector que actúa a nivel celular, aquí no se puede entrar ni con resfriado sin que esos tipos lo sepan. Es bueno que haya traído el arma, da verosimilitud a mi actuación. Ojalá el plan del chico de Leval funcione.



            Así era. Lo raro hubiera sido que todos los oficiales hubieran ido desarmados. Logan sabía que, esos traficantes estarían esperando algo así, ni ellos se fiaban ni esperaban confianza de esos socios de ocasión.



-De este modo creerán que ya me han quitado todo lo que llevaba encima. Y si me creen tan tonto como para ir abiertamente con una pistola, no imaginarán lo de la escucha. Al menos eso espero.



Pero esos tipos eran muy desconfiados. Dado que, una vez superado este último detector, todos fueron sometidos a un minucioso registro, Strips comenzaba a ponerse nervioso, los demás no hablaban. Únicamente Cedric se atrevió a decir.



-¡Oye, no me sobéis tanto, voy a pensar que os gusta!...



Moler, que era el sustituto del comandante Zorton en el cuadrante norte, dijo entonces animado por el comentario de Logan.



- Parece que no se fían mucho de nosotros.

- ¡Estos tíos registrarían a su abuela debajo de las bragas por si llevase algo! - rio su contertulio que recibió las hostiles miradas de aquellos tipos, lo que aun le divirtió más -... Sin ofender amigo, ya sé que solo haces tu trabajo.- Dijo con una media sonrisa ante la furibunda mirada de ese gorila.-

           



            Cedric fue colocado contra la pared y registrado sin mucha delicadeza como “agradecimiento” a su comentario. Por fin, pareció que las precauciones se habían terminado. Les condujeron ante otra puerta reforzada con blindaje y ésta se abrió.



-Tal y como suponía.- Pensó Logan.- Esto es un bunker. Tiene blindaje de alta densidad. No creo que Mazoui y Leval pueden detectar mi energía aquí metido.



Siguió observando junto con el resto de sus acompañantes. Ante ellos se disponía una larga mesa con bastantes sillas y un grupo de personajes también elegantemente vestidos, aguardaban ya sentados. Uno de ellos les indicó que tomaran asiento. Los militares se sentaron y esperaron. Por fin, un individuo de un impecable traje blanco, les habló con afable tono de hombre maduro cuyo rostro seguía sin ser visible.



- Hola, bienvenidos, celebro que estén aquí, soy “F”.

-¿No puede darnos su nombre ni mostrarse? - Preguntó ingenuamente Strips. -

- Por razones que usted sin duda comprenderá, prefiero que me llamen de este modo. Mis compañeros,- “F” señaló a su derecha mientras decía sus nombres. - Señores,” R”, ” T”, “D”, “P” y “W”. Al otro lado, están mis guardaespaldas, no tienen nombres que reseñar.- Remachó con un tinte de voz que no daba lugar a pensar que estuviese bromeando siquiera con esa afirmación.-



Y es que aquellos hombres que se ocupaban de la seguridad sí que mostraban sus caras, que les clasificaban por grupos que variaban entre la treintena y la cincuentena de años.



- Al menos son fáciles de recordar.- Intervino Logan con sorna. -

- Es usted muy ocurrente, coronel.- Replicó “F” - Espero que sea tan habilidoso en lo referente a cuidar de nuestro negocio.

-Eso delo por seguro. También es, en parte, mi negocio.- Le respondió el aludido, que creyó llegado  el momento de que el hijo de Leval le enviase esa escucha. – Y uno tiene que velar por sus inversiones…Es un juego arriesgado.- Sentenció dando así la frase clave.-



            Deseo que ese chico fuera tan extraordinario que parecía, y pudiese haberle oído. En tanto tuvo centrar su atención en lo que sucedía en esa gran sala.



- Tienes usted razón. Entonces, dado que coincidimos en esa apreciación, le rogaríamos que nos aclarase una cosa.- Le pidió un tipo que se hacía llamar “W”.-

-Lo que deseen.- Replicó el aludido conservando su calma.-

-Explíquenos, si es tan amable, como esas llamadas justicieras han destruido gran parte de nuestra mercancía. – Terció un tal “R”.-

- Puedo asegurarles que no estábamos al corriente de su presencia en Bios. – Afirmó Strips –

- ¡Magnífico! – Pensó Logan que estuvo tentado de llevarse las manos a la cabeza. – Este idiota está reconociendo su incapacidad para saber quién entra y sale del planeta.-

- Entonces, ¿qué clase de seguridad tienen ustedes aquí?- Exclamó un indignado señor “T” – ¿Acaso podemos fiarnos de sus garantías?



            Ahora Strips parecía visiblemente preocupado, se daba cuenta de su desliz al decir aquello. Y lo que era aún más embarazoso, no sabía que responder.



- Si me permiten, se lo explicaré.- Terció Logan que ya deseaba que le enviasen aquel micrófono grabador – Verán…



            Asthel pareció intuirlo desde donde estaba. De hecho, eso lo había convenido con aquel oficial. Recordaba un aparte que hicieron ambos.



-Dime una cosa- Le preguntó Cedric.- ¿Cómo sabrás cuando mandarme la sonda? No podremos comunicarnos…

-No tema, lo sabré.- Afirmó el chico cargado de confianza.-

-Es un juego arriesgado.- Declaró el oficial.-

-Pues esa misma frase me servirá de clave.- Sonrió el chico.-



            De modo que, al poco de sentir como Logan había dicho aquello, materializó un pequeño agujero y envió una mini escucha. Ésta atravesó una dimensión paralela y fue directamente a parar a uno de los bolsillos de Logan, Mazoui y Leval estaban expectantes...



- Oye Asthel, ¿lo has hecho ya? - Preguntó Mazoui sin poder disimular su inquietud.  -

- Todo está bien,- le tranquilizó éste. – La sonda ha alcanzado al coronel Logan. Ahora sólo tienen que decir algo que les inculpe.

-¡Estupendo, hijo!- alabó Leval queriendo saber. - ¿Nos avisarás cuando debamos actuar?...

- No os preocupéis, - repuso Asthel. - Eso no es problema, aguzaré mi percepción...



            Logan sintió una especie de mensaje en su cabeza, le decía que la escucha ya estaba puesta y se sonrió para sí mismo. Desde luego aquel chaval era increíble. Entonces respondió.



-Las justicieras no son asunto que deba inquietarnos seriamente, tardarán poco en marcharse. Creerán que han destruido la operación. No tienen idea de la magnitud de la misma. ¿Verdad General?- Comentó invitando a su superior a proseguir. – Sólo les dejamos un señuelo.

-Sí, claro, es tal y como el coronel lo ha expuesto. Nosotros sabemos que son mujeres muy peligrosas. Amigas personales de los propios reyes de la Tierra. No nos opusimos dado que eso habría levantado sus sospechas y puesto el foco de la investigación en este planeta.

-De esa forma. – Añadió Logan para echarle una mano a su superior. – Habrán quedado satisfechas y no indagarán más. Ya se ha contactado con ellas por un conducto oficial para “agradecerles” sus desvelos.



            Aquello desde luego era verdad solamente a medias. Tanto él como Mazoui y Leval, podrían considerarse como autoridades oficiales. Claro estaba que, de cara al resto de los mandos, nadie sabía quién eran o donde estaban esas mujeres. Aunque eso lo desconocían sus interlocutores e incluso el propio Strips que no tenía idea de a qué estaba refiriéndose su subordinado. Sin embargo, lo dejó pasar pensando que era parte del intento por tranquilizar a sus interlocutores. Decidió pues echarle una mano a Logan cuando añadió.



-De modo que ellas piensan que han desarticulado a una banda de traficantes. Y que el tema está resuelto.

-Bien, esperemos que así sea y nos dejen en paz de una vez. – Intervino un tal señor “D”. -



Los demás tipos parecieron calmarse con estas explicaciones, fue entonces Strips  quien preguntó a “F”



- Bueno... ¿han decidido ya quien va a querer el control de la red de venta del Loten en Bios?..

- Empezaremos a pujar ahora mismo....yo, personalmente le ofrezco, en nombre de mi organización...diez millones de créditos.- Respondió el susodicho “F” -

- No está nada mal para iniciar la puja...- valoró Strips quedándose pensativo, dando a entender que esperaba oír algo más interesante.  -



“R”, con apariencia de hombre cuarentón y estilizado, intervino entonces sumándose a la subasta declarando con serenidad.



- Ofrecemos veinte millones de créditos.

- Nosotros treinta millones - añadió el que se hacía llamar  “D” sin darle tiempo casi a Strips a considerar la anterior oferta...





            Los militares estaban encantados, si eso seguía así la puja subiría muy alto y repartirían una fortuna. Los interesados siguieron ofreciendo...



- Cuarenta millones de créditos - terció “F”  cuya voz surgía desde la penumbra de una esquina sin iluminar. -

- Cincuenta millones.- Contra ofertó decididamente “R” -



            Hubo silencio, esa era una cantidad altísima. Solamente Logan, haciendo alarde de su proverbial sangre fría, fue el que, tomando la palabra, habló sin vacilación dirigiéndose a todos los implicados en la puja, intentando animarlos...



-¡Vamos señores, estamos hablando de un planeta entero!, no de un barrio, ¡anímense! La ocasión merece la pena. La población cada vez aumenta en mayor número, recuperarán ese gasto y más, con creces, en muy poco tiempo...

- Cien millones de créditos...-  ofreció “F” y todos se quedaron anonadados. -



            Pasó un buen rato y ninguno de los presentes lanzó una oferta mejor, por fin Strips dijo con voz grandilocuente en lo que él creía una digna imitación del mejor subastador de Lloyd´s



- ¡Cien millones a la una, a las dos!.... ¿nadie da más? - Pausa dramática, todos callaron y Strips, ávido de cerrar el trato, pudo sentenciar. – Concesión adjudicada al señor “F” por cien millones de créditos terráqueos.

- Muy bien, señores- declaró Cédric con tono satisfecho. - Ahora tendremos que discutir los términos del pago...

- La cantidad les será entregada en una cuenta de un gran banco central de la Tierra. Todo lo que deben hacer es dar sus claves y se  transferirá su parte a cada uno. - Le aclaró “F” -

- Ha sido un placer hacer negocios con ustedes, señores.- Afirmó Strips muy complacido. -



            Logan también estaba verdaderamente muy satisfecho, pero no precisamente por la puja. Entre estas últimas declaraciones y las pruebas del video teléfono que tenía en su poder, bastaría para encerrar a Strips y por supuesto a sus cómplices. Se rascó ligeramente tocando la escucha, lo que era la señal para que interviniesen Mazoui y los demás. Por su parte, Asthel lo advirtió gracias a sus dotes de intuición y se lo dijo a su padre y al primo de éste.



-Es el momento. Hay que ir.-Les anunció.-



Ambos asintieron. Sin perder ni un instante llamaron a una nave que orbitaba el planeta y le indicaron que podía descender. Después, Mazoui y Leval  atravesaron un agujero que Asthel había abierto para traer al jefe de la misión y a algunos de sus subordinados. La autoridad al mando no era otro que el general Braem el antiguo comandante de ambos  quién, después de felicitarles y agradecer visiblemente impresionado su ayuda a Asthel, indicó a sus hombres que estuvieran listos para entrar en acción. En cuanto a la reunión, Logan, alertado de la inminente intervención, le pidió al general charlar en privado con él. Éste accedió y ambos, disculpándose del resto, entraron en una sala contigua. En ese momento, Asthel abrió otro agujero dimensional bastante grande para que pasaran a través suyo, él, su padre, Mazoui y un grupo armando del ejército de Bios, al mando de Braem. Como una exhalación entraron por sorpresa en el centro de la sala y los sorprendidos guardaespaldas de los traficantes fueron neutralizados en un momento. De todas maneras, Asthel, Leval y Mazoui protegían a los demás de los disparos que algunos guardaespaldas de los capos fueron capaces de efectuar. Una vez reducidos los criminales esperaron a que Logan saliera con Strips. El confiado general, ajeno a todo, charlaba con su subordinado en una habitación insonorizada.



- Bien, coronel...ahora debemos dividir las ganancias, usted y yo nos llevaremos las mejores partes...

- Estoy de acuerdo...- convino Logan con un tono divertido y ambos se rieron, aunque Cedric de inmediato objetó.  - Pero quizá los otros no...

- Pero los que tenemos el poder somos nosotros. - Arguyó Strips con evidente satisfacción. - Los comandantes no valen para nada, se les puede relevar si se ponen pesados y no hablarán, están implicados hasta el cuello.

- Salgamos fuera pues y ultimemos los detalles.- Le pidió  su subordinado y Strips asintió.-



 Abrió la puerta, pero cuando salió y vio lo que ocurría se quedó pasmado. Cedric, no sin regocijo, le puso una mano tras uno de sus hombros y le dijo con solemnidad.



-General Strips, en nombre del ejército de la Tierra unida está usted arrestado...



Su interlocutor asombrado tardó en reaccionar preguntando con indignación.



-¿Qué significa esto?, ¿es una broma no? Coronel Logan, ¿cómo se atreve?...



            Braem apareció ante su vista, iba junto a dos soldados y con Leval y Mazoui. El recién llegado se dirigió a él con voz condenatoria.



- General de Brigada Cornel Strips, es usted una vergüenza para el ejército, queda arrestado y relevado de su mando, será conducido a la Tierra donde le juzgará un tribunal militar.



Strips sonrió aparentando serenidad y repuso calmadamente.



-¿Por qué?, ¿qué pruebas tienen de que haya hecho algo ilegal?...



            Logan usó su grabadora y reprodujo algunas de las palabras de Strips. Éste no podía creerlo. Antes de que pudiera oponer nada  el propio Leval le agarró del cuello con una mano y lo levantó al menos medio metro para sisear con desprecio y patente ira.



-De gracias a que mi hija y otros niños no han sufrido daños graves o no iba a tener la suerte de que simplemente le metieran en prisión. ¡Maldito canalla!

-Calma, déjale…Ahora va a pagar por todo…- Le pidió Logan que temía que aquello pudiera darle a ese sinvergüenza algún tipo de amparo legal.-

-¡Por culpa de este cabrón mi hija casi acaba enganchada al Loten! - Masculló Leval, preso de la ira en tanto Strips se iba poniendo azulado por momentos, luchando en balde por respirar.- Y luego trataron de agredirla a ella y a mi hijo, entre otros.

-Cedric tiene razón. Es el momento de que la justicia se encargue de él.- Convino el primo del indignado militar.-



Al fin, Mazoui logró que su enfurecido pariente soltase a ese tipo que ahora tosía tirando en el suelo, llevándose ambas manos a su dolorido cuello.  Sin darle tiempo casi a recobrarse fue esposado por los dos soldados y arrastrado fuera de allí, pero una vez pudo hablar, se plantó en el suelo y les dijo como último recurso con un tono desesperado.



- ¡Hay mucho dinero a repartir, todos seremos ricos! ¿No lo ven?

- Añadan intento de soborno a los demás cargos,- ordenó Braem con semblante imperturbable y añadió preguntando a Leval. -¿Lo ha grabado, coronel?

- Sí señor,- respondió éste, ahora sonriente, mostrando una pequeña cámara. - Todo está aquí registrado en vídeo y audio...



Al verse perdido, Strips se enfureció y comenzó a despotricar



- ¡Malditos seáis! ¡Sois unos estúpidos!, ¿creéis que os lo agradecerán? ¡Mentira! , una medalla quizá, una palmadita en la espalda y nada más. Eso es todo lo que os darán, mientras ellos se quedan con el dinero y disfrutan del poder. ¡Idiotas!.





Leval no pudo contener su enfado y volvió a ir en contra de ese hombre. Sujetando por la pechera a su ex superior le espetó una vez más.



- ¡Cierre el pico miserable, debería romperle la cabeza por lo que esa droga le hizo a mi hija y a todos los niños que la probaron! De no ser porque respeto la legalidad…iba a ver lo que es bueno.



Mazoui intervino con presteza una vez más para separar a su primo de aquel tipo que solamente era capaz de mantener su mirada con visible temor. No deseaba desde luego, el mismo tratamiento de antes.



- Déjalo, no merece que te manches las manos con él. –Le disuadió serenamente para agregar con tono despectivo dirigiéndose a Strips. -¡Y cállese ya! Un traidor miserable como usted no tiene ningún derecho a hablarle así a nadie.

-¡Pobre tonto!- rio el detenido añadiendo con amargura y resentimiento -... ¿qué me ha dado a mí el ejército después de más de treinta años? Un mísero sueldo y cuando me retirase una maldita pensión...

- Pues ahora no le dará ni eso. Solo tres comidas al día y una celda de tres por tres metros durante lo que le reste de vida. Llévenselo. - Ordenó tajantemente Braem. -



            Los guardias sacaron de allí a Strips. Sin dignarse mirar hacia él, el jefe de la operación felicitó a todos por el trabajo. Leval asentía ya más calmado, cuando reparó en alguien que le resultaba conocido entre la escolta del general. Era una mujer de largo pelo moreno, lucía los distintivos de mayor de la flota del UNISON. Ella al verlo pareció reconocerle también y desvió la mirada, pero él se dirigió hasta ella, cuando ésta iba a marcharse escoltando al prisionero, la detuvo.



- Por favor, espere un momento, mayor. - Le pidió más que ordenárselo. -



            La mujer se paró, obedeciendo pese a todo lo que creía una orden, pero no se giró. Leval no se lo pidió, fue él quien dio la vuelta hasta mirarla, entonces añadió sorprendido. Inquiriendo casi con un susurro.



-¡Jane! ¿Eres tú?

- Sí.- Contestó ella tímidamente sin levantar la cabeza para añadir con algo de envaramiento.  - ¿Cuánto tiempo, verdad?

-Por favor, descansa.- Le pidió él.-



            La chica obedeció, relajando su postura. Y él agregó.



- Sí, hace mucho tiempo - sonrió Leval. - Me alegra ver que, después de todo, lograste lo que querías.

-¿De veras lo piensas? - Inquirió ella a la defensiva puesto que no sabía cómo tomarse aquellas palabras.  -

- De verdad. Claro que sí. - Le aseguró su interlocutor sin rastro de rencor y con una sonrisa. –Me alegra verte.



Eso hizo que Jane se atreviese a mirarle esbozando también una débil sonrisa que enseguida desapareció de su rostro al decir.



- Lo sentí mucho, de veras. Nunca quise que acabásemos de aquella manera.

- Tú tenías tus prioridades,- repuso él ahora con un no disimulado tono de reproche, que Jane encajó admitiendo con pesar. -

- Lo sé, pensé en ello, muchas veces, mucho tiempo después. Quizás lo hubiera logrado junto a ti, con tu apoyo, y las cosas habrían sido distintas.- Se lamentó ella que decidió cambiar de tema. -Tampoco te ha ido mal, por lo que veo.

- No me puedo quejar. Me embarqué en la SSP-1 y estuve en la terraformación de Bios.- Le contó él. –

-¡Anda! Es curioso, yo participé en la expedición de la SSP-2. Era oficial de navegación y piloto de escuadrilla. Bueno, además de agente del servicio de inteligencia de la flota.- Le desveló.-

-Seguramente que conocerás a algunos amigos míos.- Comentó él.-

-Si me dices sus nombres, podría ser.- Afirmó ella.-

-Por ejemplo, el mayor Rick Jensen, le apodábamos Tracer. Siempre se hacía de notar.- Le dijo su interlocutor.-



            Ahora el rostro de Jane se relajó más, esbozando una amplia sonrisa, para asentir…



-Sí, ¡era un bromista! Siempre estaba con sus comentarios graciosos. Traía loca a la jefa científica de la expedición…la doctora…

-Winters, seguro...- completó él.-

-Eso, eso es.- Afirmó su interlocutora.- Penélope Winters…

-¿Y conociste a la alférez Hunter? Iba con un amigo nuestro, llamado Giaal.

-Sí. Claro que sí.- Asintió Jane cada vez más animada.- Ese era un tipo extraordinario. El responsable médico. Salvó a muchas personas. Y Susan no era alférez, era teniente. Recuerdo que, al llegar a Nature, servimos juntas bajo el mando de Enset. No tuvimos un buen comienzo que digamos. Acabamos literalmente a puñetazos en un ring.



            La expresión de Leval era de genuino asombro. Apenas pudo decir.



-¿Cómo? ¿Tú y Susan?...Eso tuvo que ser digno de verse.

-Sí, todo vino por una confusión. Esa chica es una magnífica oficial, llegará lejos. Luego fundamos una escuadrilla únicamente para pilotos femeninos, la Fighter ladies.- Rememoró con orgullo para añadir con nostalgia.- Yo fui su primera líder. Pero me trasladaron. La dejé en manos de Susan y sé que ella será una estupenda jefa.

-Tenía madera de gran oficial.- Convino Leval.- Me parece que la ascendieron a comandante. Ya la llamaré a Nature para decirle que te he visto. Y dime, tú que hiciste después.- Quiso saber él con visible curiosidad.-

-Me trasladaron de regreso a la Tierra junto con el capitán Braem. Bueno, le pasaron al ejército de tierra y él ascendió a general. Lo último que supe de Susan fue que se quedó en ese planeta y creo que ascendió a teniente primero y a mayor después. Más tarde volví cuando se produjo ese intento de rebelión en Nature.

-¿Aquello de las Feminax?- Inquirió el perplejo Leval.-

-Así es, algunas de ellas llegaron a puestos claves incluso en el ejército del planeta. Hasta la propia capitana al mando formaba parte de la conjura. Yo  pude infiltrarme haciéndoles creer que era otra exaltada más. Junto con Susan y el comandante Enset, además de la colaboración de Tracer y otros muchos, pudimos abortar ese levantamiento. Después, fuimos atacados por los Arcoily.

-Es verdad. Algo recuerdo de aquello.- Comentó Leval, agregando con pesar.- Lamenté mucho no poder unirme a vosotros en la lucha. Aunque por fortuna pudisteis derrotar a esos bastardos sin ninguna ayuda.

-Gracias al cielo que, con la ayuda de los saiyajin allí destacados y una vez retomamos el control de las bases de Nature, pudimos rechazarles con los varitech. -Le contó la oficial, remachando.- La batalla duró apenas un día, por ello ni hubo ocasión de pedir ayuda formal. No habríais llegado a tiempo de todos modos. Y tampoco era ya necesario.

-Supisteis desempeñaros muy bien.- La alabó su interlocutor, queriendo saber.- ¿Y qué pasó con Susan y el resto? Yo he mantenido comunicación y apenas me contaron nada de aquello. ¿De veras están bien?.  

-No sé decirte con seguridad, perdimos el contacto al poco de eso. Pero eran muy buena gente. Pasamos por muchas cosas juntos durante ese viaje y esas peripecias en Nature... – Replicó ella. -

-Es verdad. Me sucedió lo mismo. A algunos todavía les echo de menos.- Suspiró su contertulio, con tintes de añoranza.-

-¿Y qué ocurrió en tu vida?,- quiso saber Jane preguntando con una más que cortés curiosidad. –

¿Seguiste viendo a aquella chiquilla tan susceptible, no es así? - Ahora sonrió más ampliamente al recordar lo fácil que era provocar a Amatista. – Esa que estaba loca por ti, aunque ni te enterases…-Y ante la cara de sorpresa de su interlocutor, Jane sonrió afirmando divertida.- Así era, yo, nada más verla lo tuve muy claro. La pobre se moría de celos cuando nos vio en tu casa aquella vez. Parecía buena chica. ¡Espero que lograse tu atención después!



            Leval sonrió divertido a su vez, para confirmárselo y dejarla atónita.



- Sí, de hecho vino conmigo en la SSP-1. Allí me di cuenta de lo que sentía por ella. Ahora esa chiquilla tan alocada y susceptible es mi mujer y tenemos dos hijos, un chico y una chica. El mayor es ese de ahí. – Señaló mirando orgullosamente a Asthel que, algo alejado, charlaba con Mazoui y Logan. -



            Jane asintió, dulcificando su expresión, mientras reconocía con voz queda y a la vez admirada.



- A la pobre se lo hice pasar mal, te quería. Se veía enseguida. Por eso fui tan dura con ella. Nada más mirarla a los ojos lo noté. Yo la temía, en el fondo siempre supe que podría haberte alejado de mí de todas maneras. Y vuestro hijo es tan valiente y tan buen muchacho como tú. Me alegro mucho por ti, la vida te ha premiado y te lo mereces.

-¿Y tú? ¿Te casaste con alguien? - Quiso saber Leval también con interés. -

- No- negó Jane. - Mi carrera lo era todo y lo sigue siendo. Después de romper contigo decidí salir adelante sin volver a recurrir…- guardó un incómodo instante de silencio y añadió. - Ya sabes.- Su interlocutor asintió comprensivamente  en tanto la escucha proseguir. -Tuve varios novios, pero no logré encontrar a nadie. A ninguno que fuera como tú. Luego me embarqué en la SSP-2 buscando nuevos horizontes.

- Ya - susurró Leval, que añadió tratando de animarla con un tinte más amistoso e incluso teñido de afecto.  - Puede que lo encuentres algún día Jane, no renuncies a ello.



            Ella pareció que iba a decir algo pero lo pensó mejor cuando los otros oficiales se acercaron hasta donde estaban.



- ¡Eh Leval!,- intervino Mazoui con tono jovial. - ¡Que te estamos esperando!



            Asthel se quedó un poco aparte mientras Mazoui, Logan y Braem se acercaron, hacia su padre y la mayor Gray.  Jane se cuadró de inmediato al verles,  saludando a sus superiores.



- Parece que tienen mucho de qué hablar. ¿Ustedes dos se conocen? - Intervino Braem. -

- Es la mayor Jane Gray, una antigua compañera de Academia. – Les contó Leval que agregó con tono reflexivo y alegre al tiempo. - No esperaba encontrarla por aquí. El mundo es un pañuelo.

- Y que lo digas- acordó Logan. -

- Bueno, ella ha servido con honor y valentía bajo mi mando. Celebro que se hayan reencontrado. - Concluyó Braem según le indicaba a Cedric - debo irme. Coronel Logan, acompáñeme, debemos hablar sobre los pormenores de la misión para fundamentar las acusaciones.

- Bien señor- repuso éste que añadió a sus dos compañeros. - En cuanto termine con esto nos veremos. Vamos, mayor - le indicó a Jane. -

- Sí señor- respondió ésta que saludó a su antiguo novio militarmente y después, cuando éste devolvió el saludo y nadie les prestaba atención, le dio un ligero beso en los labios según le susurraba con el mismo afecto que demostró él. - Adiós Leval, me he alegrado mucho de verte, te deseo de corazón que sigas siendo feliz.

- Adiós Jane. - Repuso nostálgicamente él viéndola alejarse, para musitar con voz queda casi para sí.  -Yo también me he alegrado de volver a verte, de verdad. Aparte de con mi esposa, con ninguna otra chica he sentido lo mismo que sentí junto a ti.





            Sin embargo, eso no pareció pasar desapercibido para su primo que esbozó una leve sonrisa declarando divertido cuando fue testigo de aquella demostración de afecto.



-¡Vaya! , con que una antigua compañera de academia. ¿Eh? ¡Cuando se entere Amatista!

-¡Ey!- exclamó Leval  abandonando su melancolía por un tinte mucho más jovial para replicar. - ¡Tú te callas, ni se te ocurra! Eso sí que iba a ser peligroso y no esta misión.

- Tranquilo- respondió éste, agregando con desenfado. - Eso es cosa tuya. Pero a algo tendrás que invitar. ¡El silencio en estas cuestiones se paga caro! No tanto como en esta subasta pero algunas copa ya caerán, ¡ja, ja! - y rio para subrayar aquello en tanto su primo fingía estrangularle. -



            Asthel por su parte había visto a esa mujer. Sonrió débilmente. Allí estaba, lo que pudo haber sido y no fue. Sabía perfectamente que su propia existencia en este mundo se debió a una enojosa situación que su padre y esa oficial no habían querido mentar de modo directo.



-Sigue existiendo química entre ellos dos.- Se dijo el muchacho que suspiró aliviado al pensar.- Menos mal que todavía la hay más entre mi madre y mi padre. Al menos, así se dispuso en esta dimensión.



            Por otro lado, y tras la broma que le había gastado a su primo, Mazoui sonrió y sacó un teléfono portátil. Llamó a Amatista y sólo le dijo que las justicieras podían acabar con los restos de las tres organizaciones, pasando a darles la posición del último local en donde se almacenaba la droga. Su interlocutora  se puso muy contenta y avisó al resto que no tardó en reunirse.



-Nos dividiremos en tres grupos y nos repartiremos el sitio por sectores.  – Les indicó la Dama del Viento a las otras como si su esposo le hubiera contagiado el modo militar de hacer las cosas.-

-¡A la orden, capitana! – Sonrió Idina haciendo una parodia de saludo para provocar las risas del resto. –



            Una vez se extinguieron las carcajadas y tras haberlas soportado estoicamente, la aludida retomó la palabra, dirigiéndose a su colega del trabajo.



-Pues vamos, Sandy y yo. Entraremos por sorpresa para que esos tipos huyan y el resto puedo aguardar, interceptarles y atraparles.

-Kathy y yo podemos cubrir el acceso principal para cuando salgan. – Comentó Kerria. –

-Y Nehie y yo estaremos en la parte trasera. – Completó Idina. –

-¡Pues vamos allá, que sepan quienes son las justicieras y Sailor Shadow! – Las arengó Sandy deseosa de comenzar. – ¡Vamos a limpiar el planeta de gentuza!



Todas convinieron en ello con visible entusiasmo. Entonces se pusieron en acción, todavía eran más rápidas que esos malhechores y cuando la Dama del Viento y, la Dama del Rayo irrumpieron lanzando chorros de energía y usando sus armas, el pánico cundió entre esos tipos. Algunos efectivamente huyeron por detrás, pero tanto Sailor Shadow como la Dama del Fuego, les cortaron el paso. Los tipos levantaron las manos rindiéndose de inmediato, no querían problemas. Todo salió conforme al plan. El último almacén que quedaba de esos delincuentes ya estaba desmantelado.



-Perfecto. Ahora solamente habrá que avisar a las autoridades.- Afirmó Nehie con el asentimiento de su compañera.-



Sin embargo la Dama del Hielo y la Dama del Trueno tuvieron alguna complicación más. La zona principal se ramificaba en varios pasillos, uno de esos tipos corrió desviándose por un lateral. Kerria le dijo a su compañera.



-¡Vamos! Hay que cortarle la salida.





Pero Kathy no se encontraba demasiado bien… la muchacha no pudo evitar sentirse mal y pensó, realmente preocupada, e incluso asustada.



-¡Oh, no! Por favor, ¡ahora no!



Desgraciadamente no podía evitarlo, comenzaba a sudar, habían pasado ya bastantes horas desde su última dosis. Tenía su pequeña polvera escondida, allí portaba sus pastillas. Al menos eso creía. Tomaría una y se sentiría bien de nuevo. Sin embargo, fue palparse en el traje y descubrir horrorizada que aquella pequeña cajita no aparecía por ninguna parte. Con horror recordó que la había dejado en el hotel, olvidada dentro de una de sus chaquetas.



-¿Qué te ocurre?- Quiso saber su compañera mirándola extrañada, ese tipo se iba a escapar.-¡Vamos!

-Mejor me quedo aquí y le corto la retirada – Pudo replicar su prima, aparentando toda la normalidad que pudo. – Podría salir por otro sitio y burlarnos…



Kerria asintió, sí, podría ser buena idea, aquello era un pequeño laberinto y ese tipo podría quizás despistarla y retornar allí. Sin perder ni un segundo corrió tras él. Por su parte Katherine comenzó a tiritar. Los dientes comenzaron a castañetearle.  Sentía como aquello le venía y era más fuerte que ella. Apenas sí podía tenerse en pie. Fue entonces cuando ese tipo, el líder de la banda salió. Había despistado con facilidad a la Dama del Hielo entre esos corredores, pero a buen seguro ésta enseguida se daría cuenta y volvería. Las otras estarían terminando de apresar a sus compinches, no le quedaba mucho tiempo para huir. Aunque cuando iba directo a la salida principal maldijo su suerte, otra de esas justicieras le aguardaba.



-Quieto – sonó la voz de la Dama del Trueno que se encaró frente a él a pocos metros. – Se acabó…



La muchacha trató de hablar con rotundidad, pero fracasó totalmente dado que su voz había salido algo quebrada. Fue cuando ese tipo sonrió con malevolencia. Recordó haberla visto llevarse ese paquete con droga y tal y como esa mujer estaba ahora no habría sido precisamente para confiscarlo como prueba. Además, él ya tenía mucho mundo y experiencia en eso y reconocía perfectamente lo que le sucedía a su antagonista. De modo que, cautamente, se aproximó diciendo con tono amable y conciliador.



-Oye, oye…tranquila. Tú y yo no tenemos porqué ser enemigos.  Mira, creo que sé por lo que estás pasando. Puedo ayudarte.

-¡Cállate! – Pudo replicar ella tratando de refrenar el castañeteo de sus dientes y haciendo un supremo esfuerzo por erguirse. – Y estate quieto…

-¡Ja, ja!... se rio ahora ese tipo que espetó con tono lleno de regocijo. – ¡Fíjate!, ¿quién lo habría pensado? Resulta que la Dama del Trueno está colgada. Pues hoy es tu día de suerte, cariño. Soy el hombre que necesitas.



Y para demostrarlo sacó un pequeño paquete del que a su vez extrajo una bolsita de plástico relleno de pastillas declarando.



-Mira cuantas bolitas de Plaguen tengo esperando por alguien que sepa apreciarlas. Vamos, no te hagas de rogar…

-Quedas de…dete… nido.- Pudo balbucear ella que ya no podía sostenerse, cayó de rodillas llevándose ambas manos al pecho en un vano intento por parar su creciente taquicardia. –

-¿No me digas?- rio ese tipo para sentenciar. - ¿Y quién me va a detener, tú? ¡Si solo eres una yonki! Vaya una zorra estás hecha. Te diré lo que voy a hacer, en el fondo me das pena.



Pero se calló al escuchar voces a cierta distancia, pertenecían al resto de las justicieras que se estaban reagrupando y se aproximaban a su posición. Aquel tipo entonces sacó un par de píldoras y las tiró junto a la Dama del Trueno que trababa de incorporarse. No obstante, cuando vio esas dos pastillas rodando por el suelo el impulso de hacerse con ellas fue más fuerte que su castigada voluntad de atrapar a ese tipo. El malhechor se rio, burlándose cruelmente de ella, al ver como esa atormentada chica reptaba hasta alcanzar una pastilla y se la metía con avidez en la boca.



-Es una lástima, de haber estado solos tú y yo seguro que hasta me la habrías chupado, ¿verdad? ¡Habrías sido capaz de cualquier cosa con tal de haber conseguido una de estas pastillitas! – Rio agitando ahora la bolsita delante de ella para susurrar con tono lleno de lujuria. - Estaría bien, pero que muy bien, lo cierto es que yonki o no estás muy buena y me da mucho morbo el trajecito que llevas.



Ese tipo en su creciente excitación la veía jadear con ese atuendo tan provocativo, tratando de soportar los estertores del mono, ahí, tirada en el suelo a su merced. Tentado estuvo de sacarse su miembro y agarrar la cabeza de esa mujer aun aturdida y estremecida por el síndrome de abstinencia. La obligaría a hacerle un buen repaso, pero el sonido de los pasos que se aproximaban se lo hizo pensar mejor. Maldijo esa circunstancia y salió corriendo. Apenas unos segundos después aparecieron las Justicieras. Kerria fue la primera, seguida de Idina y Nehie. Amatista y Sandy habían terminado de atar a los maleantes que pudieron atrapar y se unieron a ellas más tarde.



-Kathy ¿te encuentras bien?- Quiso saber Kerria que se acercó hasta su prima y la ayudó a levantarse. –

-¿Qué te ha ocurrido, prima?- Inquirió Idina a su vez con patente preocupación. – ¿Te han atacado?



La muchacha no respondió en un primer momento, estaba aún superando los últimos temblores en tanto aquella pastilla hacía su efecto y finalmente pudo hablar con una voz algo más segura.



-Alguien debió de sorprenderme por detrás, me descuidé…

-¡Déjame ver! - le pidió Kerria tratando de reconocerla en la parte trasera de la cabeza, al creer que posiblemente ese tipo la hubiese golpeado ahí. –

-Estoy bien – Replicó Katherine apartándose bruscamente para sorpresa de sus compañeras. Sin dejar que su prima ni la observase, espetando con tono bastante más agresivo de lo era normal. – No me pasa nada… ¡déjame!



Las otras le dedicaron miradas de asombro, no obstante, achacando aquello a los nervios y la tensión, no dijeron nada. Por su parte, Sailor Shadow contemplaba la escena con pesar sin querer intervenir. Después de lo que viera el otro día y a juzgar por cómo se comportaba aquella chica la cosa estaba muy clara. Con sus percepciones podía refrendarlo. No obstante, optó por no decir nada. Eso no era asunto suyo y afortunadamente todo se había resuelto bien. Fue entonces cuando llegaron Sandy y Amatista, ésta última les informó a las demás.



-Hemos llamado a la policía, vendrán a limpiar esto y aquí tienen pruebas de sobra para encerrar a toda la banda restante.

-Sí, eso hará más fuerte el caso que puedan presentar contra ellos. – Convino Kerria. –

-Kathy, ¿seguro que estás bien?- Le preguntó Idina sorprendiendo ahora  a las recién llegadas. –

-¿Qué te ha pasado?- Quiso saber Amatista dirigiéndose a la Dama del Trueno para decirle algo inquietada. – No tienes buen aspecto.

-Estoy bien, de verdad – Se apresuró a repetir ella todavía con voz trémula. – No pasa nada.

-Se nos ha escapado uno. Pero ya le atraparemos – suspiró Kerria cambiando de tema. –

-Sí, incluso el muy cerdo ha dejado su rastro. – Escupió Sandy que había visto una pastilla en el suelo que inmisericordemente aplastó con una de sus botas. -

-Será mejor que nos vayamos. – Intervino entonces Sailor Shadow. –



Las chicas convinieron en ello. Se alejaron de aquel sitio y una vez en zona desierta recobraron sus identidades normales.



-Ahora que todo ha pasado saludaré a mi hermano y a mis sobrinos y volveré enseguida a la Tierra. Echo mucho de menos a mis padres, a Sam y a mi hijo. – Dijo Kerria vestida ya con sus vaqueros y su camisa. –

-Sí… y ahora que lo dices, nosotras tenemos que ir a por los niños. Me estaban sustituyendo en el cole porque alegué que estaba con resfriado. Pero Mike estará preocupado. No creo que se le ocurran muchas cosas más para entretenerles. Nehie, tenemos que ir a casa. – Le dijo Idina. –

-Será lo mejor, Kerria, Kathy, Sandy, veniros a mi casa. Os pilla de paso. – Las invitó cordialmente  Amatista. –

-Prefiero ir primero a la mía a ver a mi marido y a mi hijo. – Declinó Sandy que sonriente  agregó. – Pero gracias, nos vemos mañana.

-Si no te importa, querría pasar antes por el hotel a recoger unas cosas. – Terció tímidamente Katherine que esbozó una leve sonrisa para añadir. – También quisiera contactar con mi cadena de televisión. Les diré que me han dado un soplo sobre esto. Podría sacar un buen reportaje sobre el tráfico de drogas para concienciar a la población.

- Así me gusta. Siempre a la caza de la noticia.- Sonrió Kerria rematando con jovialidad.- ¡Esa es mi primita Kat la reportera! Aunque tendrás que ir con cuidado con esa tal Tania Spencer, he oído que también es muy buena…Sin embargo, esta primicia no te la podrá quitar.



            El resto sonrió al oír aquello, excepto Neherenia y la propia Katherine, que pese a todo forzó una sonrisa instantes después, musitando en un fracasado intento por parecer desenfadada.



-Así soy yo… ya me conocéis. Y, por cierto, Tania es discípula mía, muy aventajada lo admito, pero sigo siendo su maestra.

-Sí, bueno Kathy, ve a hacer lo que tengas que hacer. Luego quedamos en casa. Hay que aprovechar para vernos un rato al margen de nuestras actuaciones como justicieras. – Convino despreocupadamente Amatista con el asentimiento de sus otras primas que afortunadamente no ser percataron del estado de su compañera. – Hasta luego, chicas…



Se separaron cada una para acudir a sus respectivos lugares, aunque antes Neherenia quiso aproximarse a Katherine. Lo hizo y con tono bajo le susurró, aprovechando que Idina se había puesto a charlar con Amatista y Kerria a unos metros y que Sandy ya se había ido.



-Tendrás que contarles la verdad algún día…

-No sé de qué me estás hablando. – Replicó su interlocutora cuidándose también de no elevar el tono ante la cercanía de sus compañeras. –

-Lo sabes muy bien- replicó serenamente Nehie. – Es inútil que lo niegues.

-Por favor, no te metas en mis asuntos. – Le pidió Kathy a la defensiva, ahora con un tinte mayor de temor y enfado. –

-No lo haré. Eso es algo entre tu conciencia y tú. Pero piensa que si se repite podrías poner en peligro a tus amigas y primas. ¿Es eso lo que quieres? - Le espetó ahora con más indignación, sentenciando. – Necesitas ayuda.



La interpelada se crespo al oír aquello último mirando con hostilidad a su interlocutora, pero ante la proximidad de las demás no se atrevió a decir nada. Por fortuna fue la voz de Idina, ajena como el resto a esa conversación, la que llamó a su amiga.



- ¡Hala Nehie!, despídete ya de Kathy y del resto.



Pero fue su prima la que asintió, se iba a alejar de la Soberana de la Luna cuando ésta discretamente la sujetó de un brazo y le susurró un lapidario, aunque más conciliador.



-Piénsatelo. Por favor.



Su interlocutora ni la miró, se soltó con poca delicadeza y se alejó de allí con paso rápido. Las demás no se percataron de ese detalle y supusieron que tenía prisa por ir al hotel. Sin preocuparse más por el asunto cada una se marchó por fin a sus respectivos destinos. Sandy llegó a su casa y allí abrazó a su hijo. Su esposo también estaba presente y tras darle un beso de bienvenida y aprovechando que Coraíon tenía que irse a dormir, le contó brevemente la aventura. Eso sí. Algo pensativa le dijo.



-No sé. Todo ha salido bien pero juraría que tu prima Kathy estaba rara. No me dio mucho tiempo a centrarme en ella de todos modos.

-Es lo normal, - razonó su esposo que, envolviéndola con sus brazos en tanto ambos se tumbaban en la cama, declaró. – Seguramente pasaría por mucho estrés como el resto de vosotras, puede que a ella le afectase más.

-Sí, eso será – sonrió Sandy que ahora no quería preocuparse sino disfrutar un poco con su esposo de esos pocos ratos que tenían últimamente para mantener relaciones algo más íntimas. – Anda ven aquí…te he echado mucho de menos…

-Y yo también a  ti. Mi valerosa justiciera.- Sonrió él en tanto los dos se besaban yendo hacia el dormitorio.-



Cuando Katherine llegó al hotel apenas entró en la habitación y cerró la puerta se derrumbó llorando en el suelo. Se odiaba a sí misma por su debilidad, por su maldita dependencia de esa droga. Había permitido que ese delincuente se escapase, y lo que aún era peor, que la humillase de aquella terrible manera. Y por desgracia ese patibulario tipo había tenido toda la razón. De haber estado a solas con él, ella se hubiera prestado a cualquier cosa que le hubiera exigido con tal de que le diese una pastilla para mitigar el mono. ¡Y pensar que era una justiciera! Había deshonrado su legado y el nombre del grupo. Se despreciaba a sí misma, y sufría pensando que pasaría si su hermano, que la creía ya curada y su familia, descubriesen aquello. ¿Qué dirían sus padres o su madrina Minako de verla así? Y lo peor es que la reina de la Luna Nueva tenía toda la razón. ¡Podría haber puesto en serio peligro a sus compañeras, que eran también de su familia! ¡Necesita ayuda! Pero tenía miedo de pedirla. ¡Lo perdería todo! Lloró un buen rato en tanto encontraba ese pastillero dentro del bolsillo de su chaqueta, en un arranque de ira lo lanzó contra el suelo. El objeto de su rabia se abrió con el impacto y algunas pastillas saltaron despedidas. La chica ahora gemía sentada en el suelo y enterrando la cara entre sus manos. Tuvo que pasar un rato para que se calmase, cuando al fin se rehízo recogió cuidadosamente todas las pastillas, volvió a guardarlas y llamó al canal de televisión en el que trabajaba pidiendo a su cámara. Con voz pretendidamente jovial  les aseguró que tenía un gran reportaje. La respuesta fue que, en apenas dos días, una unidad móvil llegaría a Bios.



-Muy bien, os estaré esperando.- Fue capaz de decir con ese tono profesional y dinámico que tan bien sabía fingir.- Adiós…



            Tras colgar sin embargo, únicamente musitó con la voz rota.



-¡Oh, Dios mío! ¿Qué puedo hacer? No quiero… seguir así…ya no puedo más…



Y allí quedó, sentada en el suelo y con la cabeza gacha, enjugándose las lágrimas. Por otro lado, esas noticias de la batalla de las justicieras contra esos delincuentes alcanzaron también a los mandos militares del planeta. Desde luego la actuación de las chicas y la posterior publicidad que hizo esa emisora asegurando que, dentro de poco estrenarían en primicia un gran reportaje, no les fueron ajenas. Los medios comentaron que algo gordo había sucedido en Bios, aunque sin de momento matizar qué. Esas noticias no le hicieron mucha gracia a Braem al estar todo fuera de su control. Al menos, el empuje de esas justicieras sí le permitió resolver por completo el tema y ya solamente tuvo que ocuparse de llevarse a Strips y a sus colaboradores de allí. Cedric también se marcharía de Bios una vez cumplida su misión, pero antes se reunió con Leval, Amatista y Mazoui para despedirse, cenaron y al final Logan les dijo unas palabras.



- Celebro que en esta ocasión estuviéramos trabajando juntos. - Declaró satisfecho. -

- No eras tan mal tipo después de todo, Cedric.- Convino  Leval. -

- Y has demostrado ser muy astuto y buen actor. ¡Vaya susto me diste! - Alabó Amatista. -

- Lo cierto es que hace años perdí una buena ocasión contigo. Pero ahora creo recordar que alguien me dijo que estabas destinada a casarte con este bobo. ¡Y era verdad! - Sonrió Logan señalando a Leval. -

- Oye, no lo estropees.- Intervino éste con bastante sentido del humor. -

- ¿Y quién te dijo eso?- le inquirió Amatista con visible curiosidad. – ¿Algún adivino?...

- La verdad. – Pudo contestar Cedric tornando su hasta entonces divertido semblante por otro más reflexivo. – Ahora no lo recuerdo. Fue al poco de irme de la gran Nave o quizás antes de partir, es curioso. Por más que quiero pensar quién fue, no logro acordarme. Bueno, el caso es que acertó, ¿no?- apuntilló sonriendo nuevamente sin darle ya más importancia. -

- Bueno, pues eso significa que has dejado de pensar en mi mujercita, ¿entendido? – Terció Leval no sin humor. -

- No me tientes. Y saluda de mi parte a tus hijos. Ambos son encantadores y por lo que he visto, muy prometedores, sobre todo Asthel. Ese muchacho llegará muy lejos, marcará las diferencias en este mundo y puede que en otros, créeme. - Y sin dar ocasión a ninguno para preguntarle por esas palabras, Cedric, siempre enigmático, agregó. - Debo irme ya.



Dicho esto ofreció su mano a ambos que se la estrecharon e incluso intercambió con Amatista sendos besos en las mejillas. Tras ello Logan se alejó caminando. Mazoui no lo hizo pues le dijo que él iría dentro de un momento con él, eso sí, les explicó a su primo y a Amatista.



- Yo también debo irme. Únicamente había vuelto al servicio para cumplir esta misión, pero ahora me esperan muchas responsabilidades en la Tierra.

- Dale muchos recuerdos a todos y cuídate, Mazoui, - le pidió ella  dándole también un cariñoso beso en una mejilla. -

- Gracias Amatista.- Sonrió su contertulio que, antes de irse, añadió dirigiéndose a su primo. - Leval, Braem me dio algo para ti. Pero me lo he dejado en casa.

-¿De qué se trata?- Quiso saber Leval con evidente curiosidad. -

- Toma, te daré las mías, no las llevaba ya de todas maneras.- Sonrió Mazoui sacando de una cajita que guardaba en el bolsillo unas insignias en forma de planeta, para añadir jovialmente. -¡Felicidades, desde ahora eres el nuevo supervisor del Planeta!, ocuparás el cargo de Cedric. Ascendido a coronel.

- Es fantástico- exclamó Amatista. - ¡Un ascenso!

-¡Gracias Mazoui! - Exclamó también Leval que se abrazó a su primo y éste, tras separarse de él,  se las impuso. -

- Seguramente te van a dar una medalla como a Logan y a mí, pero de eso ya te avisaré. Ahora debo irme.- Mazoui abrazó de nuevo a ambos y se marchó remachando. - Adiós muchachos, espero volver a veros pronto...



            Amatista y Leval vieron alejarse a su amigo y los dos se abrazaron muy felices. Él entonces le comentó su reencuentro con Jane. Lo que apagó en parte el júbilo de su esposa.



- Me acuerdo bien de ella, nunca me gustó. ¡Vaya una pécora! - Repuso Amatista algo dura en su tono. -

- No la culpes, creía hacer lo mejor para su futuro. Pero se dio cuenta de que obró mal. La he visto triste, como si hubiera logrado lo que quería y no tuviese nada más por lo que luchar o para seguir hacia delante.

-¡Es una pena!- respondió su esposa sarcásticamente. – Pobrecita…

- Ella me dijo que tuve suerte de casarme contigo. Al menos, lo dio a entender.- Matizó no queriendo ser tan explícito según agregaba con desenfado. - Tú no le caías mal después de todo. Solo eras una dura competencia.

-¡Vaya!- suspiró Amatista afectada por ese elogio inesperado. - No parecía que opinase eso entonces.

- ¡Me dijo que eras una chiquilla muy susceptible! - rio Leval mientras aseguraba divertido - y tenía razón. De hecho. ¡Lo sigues siendo!

-¿Eh? ¿Cómo que una chiquilla muy susceptible?,- inquirió su esposa mirándole con fingida (o quizás no tanto) expresión  molesta. -

-¿Lo ves?,- la señaló Leval sin parar de reír. -

- No, no veo nada. ¿Qué es lo que tengo que ver, eh? - repuso ella dándole repetidas collejas. -

- Nada, nada.- Contestó Leval sujetándola de las manos y cargándosela a los hombros mientras su encantada esposa reía y pataleaba. –



Y ante las atónitas y divertidas miradas del resto de los comensales salieron de esa guisa del restaurante. Ya recobrando la compostura fuera, se encaminaron de regreso en casa. Allí se despidieron de Kerria.



-Me alegra mucho que todo saliera tan bien, hermanito.- Sonrió ésta abrazándole –

-Y a mí también, Ky. – Convino éste que la ofreció – Puedo llevarte al astropuerto o decirle a Asthel que te lleve por un pasillo dimensional de los suyos.

-No te molestes, voy a ir a través de un espejo de Neherenia. Ella dice que me conectará directamente con la Tierra. Aprovecharé para saludar a la tía Connie. Saldré por su espejo.

-Dale un beso de nuestra parte, la pobre lo estará pasando mal todavía. – Afirmó Leval quien junto a su esposa, tiñó ahora de tristeza su semblante al recordar a su desaparecido tío Tom. –

-Lo haré. – Asintió su hermana con una sonrisa llena de afecto. – Con todo cariño…



Y tras despedirse de Asthel y Maray, Kerria se marchó a casa de su prima. Neherenia la aguardaba allí. Tenía en efecto un gran espejo que había traído. Después de que las niñas se despidieran quedando para verse de vez en cuando. Idina les deseó un buen viaje.



-Amiga mía, espero poder veros pronto. Saluda a mi madre.

-Cuando nos vayamos recuerda que el espejo que te dejo tendrá energía aún para que hagas un viaje más. Visita a Cooan cuando quieras, pero luego deberás regresar con una nave. – Le sonrió Nehie. –

-Lo haré. – Afirmó su amiga cuando vieron que Kerria llegaba, a lo que Idina preguntó.- ¿No viene Kathy contigo?

-No, creo que tal y como nos dijo, se quedará para hacer un reportaje sobre todo este asunto del tráfico del Loten. – Le contestó su prima jovialmente para remachar.- Ya sabes cómo es…su famosa suerte irlandesa, según dice. ¡Viene aquí y salta la noticia!



Neherenia escuchó aquello sin atreverse a mirar a sus amigas. Aguardó un poco para que estas se despidieran. Tras algunos abrazos más primero cruzó Kerria. Antes de irse y tras darse unos besos los niños se  dijeron.



-Tienes que venir a verme a mi reino. – Le pidió Alice a Loren agitando un dibujo que su amiga le había hecho. – Y tú también, Tom…

-Sí, cuando acabe el cole seguro que mamá y papá me llevarán. – Sonrió su amiguita, entusiasmada con esa idea. –

-Adiós Alice – La saludó también Tom con la mano.- Espero que nos veamos pronto…



Lo cierto es que tras la marcha de Briseida, los chicos habían pasado unos buenos ratos jugando. Tom fue muy amable con las dos dedicándoles atención y hasta enseñándolas a jugar con algunos holo juegos. Eso hizo que la opinión de Alice sobre él mejorase. Ahora la pequeña princesa de la Luna le devolvió el saludo.



-No comprendo por qué le cae tan mal a Brise. Tom no es mal chico.- Pensó.-



            Y es que recordaba las duras palabras que su amiga le había dedicado a ese muchacho. Estando las dos a solas en la legación.



-No le soporto, es un mal educado y un simple.- Declaró la rubia jovencita.-

-Pero Brise, está siendo muy amable con nosotros.- Afirmó la atónita Alice.-

-Porque somos guapas y le gustamos.- Se sonrió malévolamente esta, agregando a su vez.- Y porque tu madre es amiga de la suya. Pero yo estoy deseando perderle de vista. Espero que no tengas que invitarle otra vez.

-No sé, eso es cosa de mi madre.- Suspiró ella.- Ella es la que lo decide.

-Bueno, es verdad.- Convino Briseida, sonriente una vez más para agregar con despreocupación.- cambiemos de tema. Ese simple no merece que hablemos tanto de él.



            Lo cierto es que en algunas cosas como contar o conocer palabras de algún juego al que habían estado jugando, se notaba que Tom no se las apañaba nada bien. Por supuesto, fieles a su esmerada educación, ninguna hizo mención de eso delante de él o de su hermana pequeña Loren. Al menos de ella, Brise no parecía tener queja. Y cuando Alice le preguntó, su amiga repuso con tono indiferente.



-Loren es una niña agradable. No tengo nada en su contra.



            Ahora, tras recordar eso, Alice suspiró pensando envarada.



-¡Ojalá que mi madre ni la princesa Idina se enteren de eso!



Por su parte, Neherenia se dirigió a su amiga de la infancia, con tono algo preocupado  y apenas un susurro le pidió.



-Cuida a tu prima Katherine. A pesar de que no lo parezca, lo está pasando muy mal. Procura estar a su lado, te necesita. Precisa a alguien como tú con quién pueda hablar y sacar fuera lo que tanto le tortura.

-¿Kathy? Pero. ¿De qué estás hablando, Nehie?



            Empero, la interpelada se limitó a sonreír débilmente y a remachar para despedirse.



-Hasta la vista, mi querida amiga



Su interlocutora quedó sorprendida, ¿A qué se refería Nehie? pero ya no tuvo ocasión de replicar. Neherenia había tomado de una mano a la pequeña Alice que agitaba su otra manita para despedirse,  igual que hacían Tom y Loren. Michael se acercó para decir adiós también. La reina de la Luna Nueva y su hija cruzaron finalmente por el espejo y desaparecieron.  Los niños y Mike volvieron a sus cosas e Idina se quedó pensativa. ¿Qué habría querido decir su amiga con eso? ¿Qué podría ocurrirle a Katherine?



-En cuanto la vea intentaré averiguarlo.- Se prometió.-



            Y dejando ese tema por el momento, fue a reunirse con su familia. Tenía muchas ganas de pasar una tarde tranquila con ellos.


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