domingo, 6 de marzo de 2011

GWG 19.106 Cena ardiente


Reunidas allí desde hacía unas horas. En la cocina del apartamento de Penélope, las chicas cocinaban a destajo. Querían ofrecer a los muchachos una buena cena. Satory y Amatista sorprendieron por lo bien que se les daba la cocina. Sobre todo la hija de Masters. Incluso Sandy, que para asombro del resto era toda una experta, les dijo admirada.



-Sois muy buenas cocineras, mejor de lo que yo pensaba- reconoció. -

-Ya, supongo que ser hija de un millonario no predispone a este tipo de tareas, pero a mí me educaron para muchas cosas. - Le dijo con un tono de reivindicación. -

-Yo aprendí con mi madre - explicó Amatista - al principio me dejaba hacer cosas sencillitas. La verdad, me limito a unos pocos platos porque no me gusta demasiado. ¡Pero tú cocinas de maravilla, Sandy!- alabó con sinceridad y admiración.-

-No lo hago mal,- repuso modestamente ésta. - Yo cocinaba para mi padre desde que era pequeña.

-Y tu madre te enseñó - creyó adivinar su interlocutora recordando a esa mujer de la foto en el apartamento de su compañera. -

-No, aprendí sola,- repuso con un tono más seco.-



Aquello era extraño pues hasta ahora todas estaban charlando con un humor distendido y añadiendo después en apagado y poco eficaz intento por suavizar su voz.



- Pásame la sal, esa sopa no tiene – indicó señalando a una perola que estaba cerca de Satory. -

-Es verdad- sonrió ésta poniéndose colorada  también para relajar de nuevo el ambiente - se me olvidaba. Soy muy despistada.



            Amatista dejó correr el tema. A Sandy no parecía gustarle el que se hiciera referencia a sus padres. Recordaba ahora como reaccionó cuando ella, en esa disputa que tuvieron antes del accidente, mentó a la madre de la chica de un modo poco reverente. Ahora se arrepentía de aquello. Quizás la madre de Sandy tuvo algún problema o, bueno, Amatista ni siquiera sabía si los padres de su compañera vivían o es que sencillamente había estado muy unida a ellos y los echaban muchísimo de menos. Lo cierto es que su compañera, pese a su mejor actitud hacia el grupo tras el accidente, nunca hablaba de su vida ni de su pasado. Mejor sería no pensar en eso y dedicarse de pleno a la cena. De modo que, para terminar de suavizar ese ambiente, comentó de forma distendida.



-La verdad es que soy muy vaga para la cocina. No me gusta demasiado estar liada en ella…

-Y que lo digas, monina – terció Satory con un divertido retintín para añadir jocosa. – Cada vez que te toca cocinar a ti tenemos revisión del armario de la despensa. Sopa de sobre, croquetas precocinadas, empanadillas al microondas. La délicatesse du la France!

-¡Oye! Que cet que tu veux dire? – Le inquirió la aludida en su propia lengua. – Encima de que estoy aquí dándolo todo.



Eso logró que todas estallasen en carcajadas. Hasta Sandy recobró su jovialidad anterior, incluso tuvo que apartarse para secarse un par de lágrimas, pero esta vez de risa. La verdad es que las pintas de esa chica, que se había puesto brazos en jarras, con un gorro de cocina en la cabeza, dos manoplas y un delantal de florecitas, contribuyeron bastante a ello.



-Bueno, es lo que tiene estar tan atareadas con el trabajo. – La disculpó su morena compañera que consiguió dejar de reírse para intervenir. – Hay poco tiempo para estas cosas.

-Somos mujeres modernas. – Comentó Amatista agradeciendo ese capote al añadir. – No tenemos tiempo para estar metidas en la cocina, ¿verdad, Sandy?



Aunque ésta se encogió de hombros comentando para sorpresa de sus amigas.



-A mí al menos me relaja cocinar.

-Pues yo prefiero dar unas cuantas patadas de kárate. – Replicó Amatista haciendo que de nuevo hubieran risas, aunque no tan exageradas como las anteriores. –

-En mi caso, a pesar de que mis padres tienen un restaurante, nunca me interesó aprender a cocinar. Salvo cosas muy básicas.- Comentó Penélope.-

-¿Tus padres tienen un restaurante?- repitió Amatista con cara de sorpresa.-

-Sí, uno italiano.- Matizó la doctora.- Mi padre siempre quiso que yo lo dirigiera después de él, junto a mi hermano. No me dejó meterme entre fogones. Quería que me especializara en economía para controlar los gastos. Aunque a mí lo que me gustaba era la ciencia.

-Yo cocino para el mío desde que tengo trece años.- Intervino Sandy.-



            La muchacha se sorprendió a sí misma una vez más. No tenía que haber dicho eso. Sus compañeras podrían preguntarle al hilo de aquello. Por experiencia había aprendido que un desliz llevaba a otro y finalmente, a revelar verdades que mejor estaban ocultas. Por fortuna en esta ocasión Amatista llamó la atención de todas sobre una olla que borboteaba.



-Hay que removerla.- Dijo Satory aprestándose a ello.-

-¡Parecemos la Cenicienta o Blancanieves haciendo las tareas del hogar a las espera de nuestros príncipes azules! - Se rio Amatista.-

-Pues espero que los hombres no piensen eso mismo e interpreten mal el mensaje. – Comentó desenfadadamente Penélope al agregar. – Que no se acostumbren a creer que tenemos que estar haciéndoles la comida.

-Supongo que no serán tan tontos. – Intervino Satory que ahora removía esa gran perola sopera con una cuchara de madera pasando a probar el contenido y asintiendo con aprobación para sentenciar. – Aunque a mí me gusta.

-¡Son hombres! – espetó Sandy que casi sonó resentida cuando sentenció. – Solamente les interesan un par de cosas. Una es la comida, la otra ya sabéis…

-Bueno. No siempre es así. - Replicó Amatista que miraba ahora el horno para controlar el tiempo. – No todos son de esa manera.

-Es verdad. Tienes razón - tuvo que conceder más suavemente su interlocutora que pareció relajarse ahora en su expresión, como si se acordase de alguien en particular. –



            Sandy se dijo que tenía que calmarse. Se prometió no volver a dejarse llevar por sus malos recuerdos. Y en efecto, no todos eran así. Su mejor amigo por ejemplo, fue junto a su padre, su gran apoyo. De modo que, con mejor talante, escuchó a Satory comentar.



-Y que yo sepa. Los chicos seguro que saben cocinar. Al menos en la academia militar les enseñaban a sobrevivir en campo abierto y eso implicaba saber desenvolverse en esa materia.

-¡Puag!... Seguro que habrán tenido que comer bichos o hierbas o cosas de esas en plan supervivientes. – Comentó Amatista haciendo una mueca de asco. –

-¡No tonta! Aparte de eso. Me refiero a que tienen que mantener sus habitaciones de forma correcta, hacerse las camas bien porque les pasaban revista y cocinar dado que han de ser capaces de preparar lo que ellos llaman un rancho.- Respondió su amiga.-

-¿Cómo sabes todo eso?- Se interesó Penélope que observaba a la muchacha con visible incredulidad. – Te veo muy versada en temas militares.

-Hablé con algún general de la academia cuando preparábamos la selección de candidatos. – Le desveló Satory. –

-Pues la próxima vez les pedimos a ellos que cocinen. A ver cómo se les da. – Propuso Sandy que pareció acoger con interés esas explicaciones de su compañera. –

-Leval cocina bastante bien. – Les comentó Amatista afirmando. – Cuando a veces sus padres nos invitaban a alguna barbacoa le veía preparando alguna que otra cosa. Incluso quería que le dejasen a él. Recuerdo como apartaba a su hermana Kerria de la parrilla. Decía ¡Aparta Ky! ¡cara de patata! La llamaba. – Evocó añadiendo. -Le decía. A ti se te va la mano con la salsa y no pasas bien la carne. - Se rio la muchacha con un tinte de nostalgia. –

-¿Ky es su hermana, verdad?- Quiso recordar Satory.-

-Así es, su hermana Kerria. Mi mejor amiga en los Estados Unidos.- Musitó ahora su contertulia con añoranza.-

-Parece que conoces muy bien a ese chico.- Comentó Sandy que parecía interesada al oír hablar de aquel apuesto oficial pues hasta preguntó.- ¿Incluso de antes de embarcaros erais novios?



            Su compañera negó con la cabeza, sonriendo levemente. ¡Qué más hubiese querido ella! Y explicó.



-No, que va. Pero llevábamos siendo vecinos durante varios años, desde que mi familia se mudó a Nueva York. Los padres de Leval y los míos son muy amigos. Antes incluso de que nosotros naciéramos.



            La morena científica asintió según la escuchaba. No había que ser un genio para darse cuenta de que Amatista estaba loca por ese muchacho. Lo cierto es que, al verle, ella podía suponer porqué. Era alto, guapo y amable. Además, transmitía una especie de fuerza muy difícil de calibrar. Ella podía sentir que en ese joven había mucho más de lo que, a primera vista, parecía.



-Es un chico fuera de serie. Eso es evidente.- Pensó. -



Y lo mismo valía para su amigo, el mayor O’ Brian. Hasta le daba la extraña sensación de que, de alguna forma, les conocía. Como si de una especie de deja vu se tratara.



-No lo acabo de entender. Es una percepción extraña. Quizás tendré que leer el libro de notas de mi madre, a ver si menciona algo de esto.- Se dijo.-



Aunque ahora, al darse cuenta de la atmósfera de celebración que la rodeaba, pensó en que debía tener cuidado. No era una buena idea intimar demasiado con sus compañeras. A su pesar, lo había hecho casi sin darse cuenta. Quizás hubiera cometido un error. Fue ella misma la que propuso celebrar esa cena. Bueno, iban a ser varias personas, no había ningún riesgo en esa circunstancia y a estas alturas, habiendo tomado sus pastillas, sabía controlarse de sobra. Mejor dejar de pensar en eso y tratar de pasarlo bien, aunque solamente fuese por una vez.



-Bueno chicas,- intervino Penélope mirando su reloj. - Hay que ir terminando, los muchachos estarán al llegar. Tendrán puntualidad militar. O deberían.

-Te aseguro que Leval y Mazoui son muy puntuales, sí.- Convino Amatista.-



Y las otras asintieron. Así sería seguramente. Por su parte, los aludidos, con sus uniformes de paseo, se reunieron en una céntrica plaza de la ciudad. Tracer, con su típico tono de broma y su sentido del humor, fue el primero en hablar.



-Muy bien, chicos, así me gusta, que nos encontréis unos ligues que sepan cocinar.- Miró de reojo a Leval y añadió con sorna -, ¡me pido a Amatista!

-¡Cállate, idiota! – Rio éste cerrando un puño y amenazándole de forma cómica - o te daré de cenar antes de hora.

-Bueno,- sonrió también Mazoui que le preguntó cordialmente a su amigo menos charlatán. - Oye Mullins ¿cómo os va por la base?

-Bien - repuso el aludido por toda respuesta, lo que dejó a su interlocutor anonadado como siempre. -

-Escucha Mullins,- intervino Tracer con su jocosidad habitual. - Tu problema es que hablas demasiado. Procura no aburrir a las chicas con tu conversación. ¡Déjalas decir algo, hombre!



            Por supuesto, tanto él como Leval y Mazoui se rieron de ese comentario. Fue éste último quien declaró con tinte reconocido.



-Por cierto, hablando de otra cosa. Queríamos decirte que muchas gracias por apoyarnos en aquel planeta. Rick.

-Te he dicho muchas veces que no me llames así. O la próxima vez que vayáis a véroslas con monstruos carnívoros gigantes en un planeta de alta presión y gravedad insoportable, os va a ir a apoyar el Séptimo de caballería. - Suspiró éste pese a todo con buen humor.-

- Solamente una cosa. – Repuso su divertido interlocutor como si no le hubiera escuchado.- ¿Sabes quién va diciendo por ahí que Leval y yo somos unos tacaños?



            Tracer se sonrió señalando sin pudor a Mullins y declarando divertido.



-Seguro que ha sido éste. Ya sabéis lo mucho que se va de la lengua...

-Yo…no….- Se limitó a replicar el aludido para mayor irrisión del resto.-



            Mazoui se limitó a agarrar del cuello con ambas manos a su compañero, eso sí, de modo afectuoso y cordial, simulando que le estrangulaba para aseverar.



-¡Con que gastamos menos en la cantina que Tarzán en sastres!, ¿eh, Tracer?...

-¡Yo no dije eso! - Protestó el bromista de su amigo, para corregir.- Le dije a Freejar que os pasabais menos por la cantina que Tarzán por una sastrería.

-¿Qué?, ¡serás capullo! – se rio Leval dándole varias collejas a su vez.- Encima dale más motivos para que nos tome el pelo.

-¡Oye!- se rio el interpelado tras frotarse la cabeza.- Por esta vez no te acusaré de agresión a un superior.-

-Pero si ya no eres mi superior.- Se sonrió su contertulio.-

-Bueno… ¡por si colaba! - rio a su vez Tracer.-





Todos estallaron en carcajadas, incluso Mullins esbozó una afable sonrisa al ver a sus compañeros de esa guisa.



-Por cierto, ¿Para qué os habéis empeñado en venir de uniforme? -preguntó Tracer.-

-Estamos mucho más elegantes así.- Declaró Leval.- Y el protocolo exige que, en una salida con menos de cuarenta y ocho horas de permiso, en situación de alerta amarilla, estemos disponibles.



            Aludía a las ordenanzas del UNISON que el resto conocía igualmente, por ello el teniente Jensen movió la cabeza para conceder con jocosidad.



-¡Vale cerebrito! Menos mal que ellas no tendrán un reglamento parecido, o me temo que lucirían batas blancas de laboratorio.



            Y tras unas risas más, fue Leval quien comentó.



-Lástima que no haya venido la alférez Hunter. Le debíamos una.- Afirmó dirigiéndose a su amigo.- ¿Acaso te olvidaste de preguntarla?

-Sí que se lo comenté, pero, ya sabes. Siendo una chica, cuando le expliqué que sería una velada de cuatro y cuatro, declinó amablemente la oferta.- Repuso Tracer.-

-Lástima que no haya venido el mayor Freejar.- Contestó Leval, al que ese tipo, pese a sus particularidades le era bastante simpático.- Así habríamos sido cinco y cinco.

-No creo que las cosas vayan por ahí. –Repuso Mazoui, con una leve sonrisa.-  Y por cierto. Se lo propuse pero se excusó. Dijo que era hombre casado y con familia y que su mujer le iba a hacer caminar por la plancha si se enteraba.

-¿Pero su mujer está a bordo? - Quiso saber Leval recordando.- Muchas veces la menciona.

-No lo sé. – Admitió su compañero encogiéndose de hombros.- Aunque ya sabes cómo es, nunca se puede estar seguro de en qué sentido hace sus comentarios. O si habla en broma o en serio. Lo mismo ni está casado.

-Al menos anillo lleva. Y creo que le he visto alguna foto en su despacho, con una mujer y dos críos.- Quiso acordarse Leval.-



Los otros no estaban seguros de eso, de modo que no le podían rebatir, aunque fue Tracer quien comentó.



- Pues es un tío graciosísimo. ¿Verdad Timothy?

-Sí - asintió éste para mayor jolgorio del resto.-

-¡Oye!, en serio, tío. Tienes que superar la fase de los monosílabos.- Terció Leval que se mondaba de risa ante el gesto impertérrito de su colega.-



            El aludido simplemente se encogió de hombros para mayor regocijo de los demás. Al cabo de un rato de reírse fue Mazoui quien pudo declarar.



-Celebro que estemos tan bien avenidos.

-¡Claro!, se nota que está lejos ese estúpido de Logan - añadió Leval que ahora no pudo evitar un tono de abierta hostilidad. -

-¡Qué suerte habéis tenido! ¡Os lo quitasteis de encima! - afirmó Tracer que comentó, no podría decirse si con más carga de broma que de seriedad. - Desde que os fuisteis del escuadrón está más inaguantable que nunca. Si es que eso es posible…

-No es un buen compañero. - Comentó Mazoui con total seriedad esta vez -, aparte de todas las zancadillas que intentó ponerle a Leval, ni se dignó felicitarnos aunque solamente fuera por cortesía, cuando nos ascendieron.

-Y lo que es peor, en cuanto se enteró del accidente de Amatista y creyó que ella podría quedar paralítica, ni siquiera se molestó en visitarla - les contó éste añadiendo con desprecio. - ¡Menudo cerdo! ¡Qué ganas tendría de partirle la cara!

-No merece la pena...olvídalo.- Le pidió su primo con tono conciliador.-

-Mazoui tiene razón, dejemos de hablar de él- intervino Tracer. - No vamos a estropear esta estupenda velada. ¿A que no Mullins?

-No,- contestó simplemente éste haciendo que los demás volvieran a reír. -

-Vamos muchachos. - Les recordó Leval intentando dejar de reírse a su vez. - Las chicas nos esperan.



Y ninguno quería llegar tarde así que, a la mayor prestancia, se encaminaron a la dirección que Penélope les había dado. Llegaron a su apartamento y llamaron a la puerta. Mazoui, por ser el de más graduación, tuvo que tocar y avisar de la llegada de todos. (Esto era otra de las bromas de Tracer, que se inventó una ordenanza nueva ad hoc) Su amigo no tenía por qué hacerlo, desde luego, pero se prestó a ello con humor. Aunque a una seña del gracioso oficial, los demás se escondieron en el pasillo dejándole sólo.



-Somos nosotros - les presentó Mazoui mientras tocaba de forma suave al timbre. Justo entonces, se percató de que los demás le habían dejado abandonado. - ¡Malditos capullos! – musitó divertido moviendo la cabeza. -



            Fue Sandy la que le abrió. Una vez terminadas las faenas en la cocina las chicas se habían quitado delantales gorros y demás y ahora lucían sus galas de fiesta. En particular, la morena científica estaba imponente con un escotadísimo vestido de color verde botella que conjuntaba a la perfección con sus ojos, llevaba su pelo negro, largo, sedoso y suelto, a la altura de sus hombros que quedaban al descubierto merced al corte del vestido. Mazoui se quedó impresionado, no sólo por la belleza sensual de la chica, había algo más. Algo que le atenazaba cada vez que la veía y disparaba en él una gran atracción que le hacía olvidarse del resto del mundo. Pero supo reponerse  y aunque sin dejar de mirarla, sonrió.



-Ya hemos llegado- miró hacia atrás con gesto jovial y agregó. – Bueno, al menos eso creo. Los demás deben estar por ahí.

-Sois muy puntuales, pasad.- Les invitó pues los otros salieron ya del fondo del pasillo y se acercaban en tanto Sandy afirmaba con una voz suave e incitadora.  - Os hemos preparado una cena que os va a encantar.



            Los demás fueron apremiando  a su adelantado compañero a entrar, estaban muertos de hambre y si las otras lucían como esa morenaza, aquello iba a ser inolvidable. Pero Mazoui esperó a Leval y antes de pasar le susurró.



-¿Puedo hablar contigo un minuto? - Le preguntó con ademán urgente, sujetándole con disimulo de una manga. -

-Claro amigo,- sonrió él  con gesto de extrañeza, pues su primo no solía comportarse de ese modo. -Tú dirás.

-Veras- le confesó Mazoui. - Creo que siento algo extraño cada vez que veo a esa Sandy.

-¿Es que tiene alguna mala vibración? - Le inquirió Leval con prevención. -

-No, no se trata de eso - repuso su primo que parecía nervioso. - Creo que siento algo por ella, cada vez que la veo o la siento cerca, me ocurre.

-¡Ah!,- sonrió Leval más tranquilo para afirmar con picardía, - eso es que te has enamorado.

-Es que no sé, no me atrevo a intentar nada.- Le dijo Mazoui visiblemente inquieto. -

-No seas tonto, eres mayor,- rio Leval, al mejor estilo de Tracer, por el doble sentido de la palabra en ese caso aludiendo también a su grado, - mayor que yo y más alto y todo. Aunque no tan guapo. Lánzate. Seguro que cae rendida.

-No es por eso, ya sabes como soy. No quisiera cambiar delante de ella,- alegó su preocupado primo con verdadera inquietud.  -No soy capaz de controlar por entero mi naturaleza en según qué cosas.

-Hace mucho que no pierdes el control, no te pongas tan nervioso.- Le dijo despreocupadamente Leval tratando de calmarle - de lo único que no vas a ser responsable será de tu parte de abajo - rio de solamente pensar en el cuadro que se le presentaba a su pobre compañero y amigo. – ¡Anda…relájate! Hemos venido a pasar un rato agradable.

-Tienes razón- sonrió Mazoui sintiéndose más tranquilo. - Eso espero, aunque con tantas decepciones que tuve en el pasado ya no sé si yo…

-Vamos, ¡ánimo hombre! No seas tan pesimista.-Le respondió jovialmente Leval, insistiendo en su idea.- Aquí vamos todos a pasarlo bien.



Y enfatizó en ello poniendo una mano sobre el hombro derecho de su primo. A decir verdad él se sentía pletórico de alegría. Las cosas le iban bien ahora que al fin había admitido su amor por Amatista y que los dos eran pareja. También pensó que, por esta vez, en temas del corazón, su recién declarada novia se había equivocado. Ya le parecía a él que Mazoui únicamente veía en Satory a una buena amiga.



-Lo siento por Amatista, lo suyo no es hacer de casamentera.- Se dijo divertido.-

-¡Eh chicos!- les llamó Tracer ocurrente como siempre. - ¿Qué pasa? ¿Os estáis declarando o qué? ¡Qué tenemos que cenar!



            Ambos pasaron rápidamente no sin enrojecer las mejillas, y las chicas, sonrientes con ese último comentario, les indicaron sus asientos. Los habían dispuesto para que ellos y ellas estuvieran mirándose. Leval obviamente, se sentó frente a Amatista. Tracer no tardó en hacer lo propio frente a Penélope que le observó atónita. Y aunque a Mullins le daba igual por razones que sus compañeros supieron después, fue a sentarse enfrente de Sandy. En eso que su compañero Malden le llamó.



-Oye Mullins, un momento.- Éste se acercó lo que discretamente aprovechó Mazoui - (o al menos eso creyó él), para ocupar su sitio. -

-¿Sí?- inquirió el poco hablador oficial. -

-No nada, que vamos a cenar, espero que te aproveche. ¿Quieres decir unas palabras? - Añadió jocosamente Leval para salir del paso. -

-No. Gracias,- respondió su compañero que fue a sentarse cuando vio a Mazoui ocupando ese lugar. -

-Perdona- se disculpó  de inmediato. - Me he puesto en tu sitio - hizo ademán de levantarse pero Mullins le frenó. -

-Da igual - declaró concisamente sentándose frente a Satory. -



            Ésta se entristeció, estaba claro que Mazoui había ocupado el lugar frente a su compañera con toda intención. Lo cierto es que le habría hecho mucha ilusión estar enfrente suya y poder charlar toda la noche de todos los temas que a ambos les apasionaban, y ese muchacho le gustaba mucho. Hasta ahora creía que Mazoui también comenzaba a pensar en ella de esa forma. Pero parecía que a él le atraía más Sandy, había notado que siempre se miraban de forma extraña. Y no podía censurárselo, era una chica impresionante, escultural y guapísima. Además, hoy parecía estar mucho más sonriente que nunca y tan arreglada era una auténtica bomba de sensualidad.  De seguro tenía atrapado al chico en sus redes y ella no podía competir con eso, únicamente lamentar su mala suerte.



-¿Qué te pasa, Satory? ¿Estás bien? - Le inquirió en voz baja Amatista, que estaba sentada junto a ella, al otro lado que Sandy. - ¿Satory?



Su amiga no respondió, la muchacha sólo tuvo que ver el interés reciproco de Mazoui y su morena compañera de laboratorio para darse cuenta.



-Ya lo entiendo- añadió con un susurro. - No te preocupes, mujer, solamente están hablando, eso es todo.

-No, Amatista, no trates de tranquilizarme,- le musitó visiblemente entristecida para aseverar cargada de razón. - Sólo hay que verles para darse cuenta de que hay algo más.

-¡Que no, mujer!- insistió su amiga intentando animarla, aunque a poco que les observase no podía evitar llegar a la misma conclusión. -

-Nave llamando a Amatista,- intervino Leval ajeno a esta conversación. - ¡Eh! ¿Me recibes?

-Perdona- sonrió su novia saliendo del paso con un sincero – estaba  distraída.

-¡Vamos chicas!, cenemos y dejad las confidencias para luego.- Sonrió él. -

-Sólo hablábamos, tonto - le respondió ella utilizando un tono jovial. -

-Ya me imagino de qué - replicó Leval dándoselas de misterioso. -

-¿Que sabrás tú de lo que hablamos? - Rio la muchacha. -

-De lo buenos que estamos todos. ¿A que sí? - Aventuró jocosamente él. – Casi tanto como lo que habéis preparado.



            Amatista se rio, al igual que el resto y Satory pese a su estado de ánimo esbozó también una tímida sonrisa.



-¡Venga ya!, eso no te lo crees ni borracho- replicó ella. -

-Si lo admites, luego te invito a una copa en el disco Pub.- Le ofreció su pareja.-

-No confesaré tan fácilmente - repuso la muchacha con divertida voz aterciopelada. -

-Pues te torturaré.- Repitió  el chico con el mismo meloso tono. -

-¿Ah sí?- ¿Cómo?- Quiso saber la joven.-



Ambos se acercaron sus cabezas sobre la mesa y se besaron. El resto miraba divertido aquella escena, hasta que Tracer intervino con su modo jocoso y guasón.



-¡Eh Leval, Amatista! Que la comida está en el plato.



            Todos se rieron con ganas excepto la pareja en cuestión. Ambos se pusieron colorados. Por su parte, Satory estaba pensativa y tampoco se unió a celebración de la enésima chanza de Rick.



-Va a haber que vigilar de cerca a estos dos.- Terció jocosamente Mazoui.-

-Tú dedícate a cenar y calla. - Repuso su primo ante las sonrisas de sus amigos.-



            Y así, entre bromas y conversación distendida, olvidándose por un rato de sus obligaciones  la cena transcurrió con alegría y en un buen ambiente. A todos les venía de maravilla ser capaces de liberarse de las normas, misiones o experimentos, aunque fuera por un corto periodo de tiempo. Y eso de crear lazos con personas de otros lugares distintos a los de sus respectivos trabajos era muy refrescante. Sin ir más lejos, estaba muy claro que Sandy y Mazoui habían congeniado muy deprisa. Ambos charlaron durante toda la velada y también intercambiaron comentarios con los demás. Muy a su pesar Satory pudo comprobar que ese muchacho apenas la hacía caso. Pese a que ella se esforzó por sacar algún tema de interés para los dos. Él contestaba muy amablemente pero sólo por educación. En cambio, para Sandy tenía la máxima atención. Ambos se miraban de tal forma que podría jurarse que entre medias pasara una corriente eléctrica y que cualquiera que tratase de meterse por medio quedaría electrocutado. Eso la acabó de deprimir.



-Está muy claro que sobro aquí.- Pensaba con talante entristecido.-



Al terminar los postres, y tal y como hizo antes con su novia, Leval propuso al resto continuar la velada en el disco pub de moda de la nave.



-Yo estoy muy cansada- se disculpó Satory. - Si no os importa me vuelvo a casa.

-¡Vente mujer!- la animó Penélope ajena a lo que le ocurría y asegurándola. - Nos lo pasaremos bien.

-No puedo, de verdad.- Repitió la muchacha que se sentía cada vez más incómoda aunque añadió con su mejor tono de desenfado. - Id vosotros y divertíos.



Lo dijo eso sí, con la vana esperanza de provocar una reacción en ese chico. Le miró de reojo, pero él estaba intercambiando miradas con Sandy, sin reparar en lo que ella decía, incluso en ese momento, y eso la acabó de hundir.



-Hasta mañana, Satory.- La despidió una apurada Amatista no sin sentirlo por su amiga. – Que descanses.



Lo cierto es que era la única que sabía como se encontraba  realmente esa pobre chica  y que esto sólo prolongaba su sufrimiento. Se sentía mal por eso, pero no podía hacer nada. Su plan de haberla puesto junto a Mazoui, ese que le comentase a Leval el día anterior, estaba claro que hizo aguas antes de empezar. Pero había que rendirse a la evidencia. Ese muchacho se sentía atraído por Sandy y ella también parecía estarlo por él y contra eso no había nada que objetar.  Cada uno era libre de entablar las relaciones que quisiera. Así que solamente le prometió a Satory en un intento de levantarle la moral.



- No será nada de especial, pero mañana te contaré.

-Yo también me voy - dijo Mullins. - Tengo guardia mañana, adiós.



            Se despidió de este modo mientras el implacable Tracer le parodiaba sujetándose la nariz con una mano para hablar con voz gangosa.



-Me voy, stop, tengo guardia stop, adiós, fin del mensaje. ¡Huy, cuantas palabras he desperdiciado!



            Incluso Mazoui y Sandy dejaron de mirarse para echarse a reír. Realmente fue una situación muy divertida. Tardaron unos minutos en controlarse lo bastante y finalmente todos los demás sí que aceptaron la sugerencia de Leval. Así que las tres parejas que quedaban se fueron al disco Pub. Estaba claro que, Amatista y Leval iban juntos y que Mazoui y Sandy también, de modo que Penélope tuvo que ponerse a charlar con Tracer. Pero antes de eso, las chicas se reunieron para hablar entre ellas. Sandy les comentó abiertamente a las otras, por una vez sin disimular su entusiasmo.



-Este Mazoui, es un chico muy apuesto y creo que le intereso. Me parece que esta noche voy a tener un buen plan.



            Amatista se sorprendió, su compañera no solía expresar lo que pensaba y menos en asuntos de esa índole. Además estaba claro que ese plan aludía a una relación de tipo sexual.



-¡Vaya chica!, eso es tener suerte.- Reconoció Penélope agregando con cierto desdén. - A mí me ha tocado el bromista de su amigo - suspiró y lo arregló un poco con aire conformista. - No es tan guapo como los vuestros pero al menos es divertido, ¡pero es que no se calla ni debajo del agua!

-Tampoco está nada mal.- Observó Amatista.-

-Cuando guarda silencio, la verdad es que mejora mucho.- Afirmó sarcásticamente su jefa con una sonrisa.-



Y tras provocar las risas de sus dos compañeras hubo un silencio breve, roto por Sandy que le preguntó a Amatista con picante interés.



-¿Y tú qué? Eres la que mejor se lo monta. Tienes a Leval que está de maravilla y encima es tu novio. Supongo que tendréis planes para luego, tú ya me entiendes.

-¡Oh!, todavía es pronto.- Dijo ella ruborizándose. -Ya veremos.

-¡No me lo puedo creer!- intervino Penélope con expresión atónita para preguntar. - ¿Me vas a decir  que tú y él todavía no?...

-Ha sido todo tan rápido,- arguyó ella tratando de eludir el tema. - Además, he estado convaleciente, hoy es el primer día en el que salgo que voy sin muletas.

-Bueno, pobrecita, mejor id despacio, sí. ¡No queremos que te rompa! - Rio Sandy y por sorprendente que pareciera, Penélope se unió a su broma riendo también. Más cuando la morena agregó con retintín.- Desde luego creo que ese muchachote sería capaz de partir una roca en dos…

-Sí, es realmente fuerte.- Afirmó Amatista.- Le he visto romper una pared de un puñetazo…



            Penélope desde luego la miró incrédula, sin embargo, Sandy agregó con tono meloso.



-No me refería a que usase las manos. Sino a otra parte de su cuerpo que debe de estar ahora más dura que una piedra…



            Y la propia Amatista no pudo evitar enrojecer tanto que hasta sus compañeras se rieron al verla. Y es que ella no podía olvidar la primera vez que vio a ese chico.  Al final ella misma se tronchaba de risa, imaginándole en semejante situación…apenas si pudo decir con lágrimas de hilaridad.



-Pues, pues…estoy impaciente por ver como lo hace…

-¡Y nosotras también! - Rio Sandy.-

-Sí, sería un asunto digno de ser investigado…- Convino una jocosa Penélope.- En interés de la ciencia.



Amatista la miraba entre divertida, algo azorada y atónita. Saltaba a la vista que sus compañeras estaban de muy buen humor esa noche, quizá habían bebido un poco más de la cuenta. Prefirió guardar silencio y tratar de no ponerse más colorada. En el fondo y pese a las apariencias, ella era muy tímida para eso. Casi como sus amigas Satory o Idina. Bueno, lo de Satory era mucho peor, claro…por un momento se entristeció pensando en ella, pero de inmediato recobró su talante jovial. Tenían una estupenda noche por delante…



-Bueno, mañana estará animada otra vez.- Se dijo la joven para apartar esa sensación agridulce.-



            Los muchachos por su parte avanzaban algo más adelantados y también intercambiaban impresiones. Tracer, como siempre, tomó la palabra para exclamar de modo jocoso.



-Bueno…caballeros… Parece que hay buenas perspectivas de pasarlo muy bien…

-Este Mullins, no comprendo a ese tipo.- Se sonrió Leval.- Con cuatro chicas como las que hemos quedado y se va tan campante a casa.

-Puede que haya ido con Satory.- Comentó Mazoui especulando.- Fue curioso que ella se marchase y él lo hiciese al poco rato. Quizás los dos estén saliendo juntos.

-¿Saliendo? Pero si se acaban de conocer.- Opuso Leval.-

-Habrán tenido un flechazo.- Respondió su primo encogiéndose de hombros.-

-Yo diría que no.- Se sonrió Tracer.- Lo dudo mucho.

-Satory no está tan mal.- Comentó Leval casi más para su primo quien no se dio por aludido cuando remachó.- Es una chica inteligente, agradable y atractiva.

-Eso no te lo discuto.- Afirmó su amigo.- Pero creo que él no va por ella.

-Pues con Amatista no le iba a dejar.- Repuso su interlocutor con una media sonrisa algo pícara.-

-Tranquilo, ni con ella, ni con Penélope ni siquiera con Sandy, creo que quisiera tener nada que ver.- Declaró Tracer con despreocupación.-



            Mazoui y Leval se miraron sorprendidos. Aunque fue el primero quien comentó no sin sorpresa.



-¿Estás dando a entender que…?

-Sí- se sonrió Tracer, afirmando.- Que efectivamente él… entiende…

-¿Qué entiende, que? ¿Que ya tenemos todos elegidas a nuestras parejas?- Quiso saber Leval.-



            Ahora fueron Tracer y Mazoui los que se miraron y no pudieron evitar echarse a reír…



-¡Este chico es un grande!- Exclamó Rick.- ¡Venga ya! ¿Estarás de broma, no?

-¿De broma?- Se encogió de hombros el interpelado.-

-Leval.- Le comentó su primo tratando de no reírse.- Creo que lo Tracer trata de decirte, es que a Mullins no le interesan las mujeres en general.

-Más o menos.- Comentó Rick entre risas.- Mira, si le pusieras dentro de una habitación con Amatista en bikini creo que él la ofrecería una manta para que no se constipase. Desde luego, no deberías temer nada por la integridad de tu novia. Aunque por la tuya…eso ya es otro cantar.

-Muy gracioso.- Replicó un atónito Leval en tanto sus compañeros se tronchaban.- Aunque desde luego ni me lo habría imaginado siquiera.



            El caso es que Tracer les desveló que Mullins salía con un chico de la nave. Sus contertulios se miraron con estupor. No se habían percatado de eso. A decir verdad, ese tipo era muy callado y casi nunca hablaba de nada. Menos aún de sus intimidades. Sin embargo, eso no importaba. Lo fundamental era que siempre había actuado como un buen compañero y amigo.



-Mirad. Vino a cenar porque os aprecia y porque le dije que estaría bien que fuéramos cuatro y cuatro. Ya me comprendéis. Por eso Susan no quiso venir.- Explicó el oficial remachando divertido.- ¡Habríamos sido solamente tres chicos y demasiadas chicas!…

-Bueno, porque ella ¿no será?...- Comentó Leval ahora ya totalmente consciente de por dónde iba la conversación.-



            La verdad, volvía a tener esa impresión. Juraría haber visto a esa chica antes, en alguna parte. Pero no lograba recordar dónde ni cuándo. Y por alguna extraña razón a veces había creído que la alférez Hunter podría ser como su propia hermana Kerria. Sin embargo, su interlocutor le sacó pronto de esas reflexiones para rebatir.



-No, tranquilo. Me consta que a ella sí que le interesan los hombres…y más de uno la mira con bastante atención.

-No, si a mí eso me parece muy bien.- Comentó Leval que incluso le desveló a su compañero.- Mi propia hermana es gay. Y es una chica realmente maravillosa.



            Tracer asintió sin dar importancia a eso, y fue Mazoui quien inquirió.



-¿Sabes si la alférez Hunter sale con algún chico?

-¡Jolin con éste! - Se sonrió su compañero.- No seas acaparador. Tú ya tienes cubierto el cupo, ¡grandullón!. Olvídate de la dulce Susy…

-No lo digo por eso.- Se defendió el interpelado algo envarado ahora para apresurarse a añadir.-  Simple curiosidad. Yo no intentaría nada con una subalterna. Lo prohíbe el reglamento.

-La verdad, no tengo tanta confianza con ella, no sé si saldrá con alguien.- Comentó Tracer a su modo jocoso y añadió.- Y ya conocéis la expresión…como bien has recordado Mazoui, amigo. ¡Donde tengas la olla, no metas la!…

-¡Sí!-  Le cortó Leval para remachar.-  No hay que meter la pata.

-Bueno.- Se rio Tracer.- Tenía pensada otra parte de nuestra anatomía, pero esa también puede valer.

-Al menos, estas chicas no son militares.- Afirmó Mazoui.-

-Desde luego. Y en vuestro caso no podréis quejaros. ¡Vaya dos bombones que os habéis ligado, muchachos! , si jugáis bien vuestras cartas seguro que esta noche caen.- Afirmó Rick.-

-¡Oye tío!- le recordó Leval no sin satisfacción - que Amatista ya es mi novia, no un ligue de una noche. No tengo que jugar ninguna carta.

-Vale colega, es verdad -reconoció Tracer que cambió de blanco. - Pues entonces eres tú el elegido para la gloria, Mazoui. Lo tienes a punto con la tal Sandy. Te la has enrollado bien, no habéis dejado de hablar en toda la cena y pasabais de los demás que daba gusto. La tienes en el bote, unas copitas más y al saco. ¡Ja, ja!

-Bueno, no lo sé- repuso éste que parecía algo cortado. - No estoy seguro de si ella querrá ir tan rápido.

-¡Estás de broma, tío! ¡Esa piba quiere guerra! ¡Anda que no se nota! No veas como te ha estado mirando durante toda la velada. ¡Vamos!, es una declaración en toda regla. Así que apresta tu misil y al ataque. ¡Maniobra ofensiva delta ocho!

-¡Oye!, que no tengo tanto interés como tú piensas en buscar rollos baratos.- Le dijo Mazoui algo contrariado. -

-Bueno hombre, perdona- le dijo Tracer sorprendido de esa reacción, ni que estar con esa chica fuera un tormento, ¡ojalá él estuviera en su lugar y no con la frígida de Penélope! – Si te produce malestar te la cambio…seguro que podrías hablar de fórmulas y  experimentos con la doctora Penny.

-Bueno,- terció Leval para acabar con la situación que se había puesto algo tensa. - Vamos a divertirnos y lo que sea sonará. Y tú, tanto que hablas, a ver si te ligas a la jefa.

- Ahí me has tocado. ¡Misión imposible, tío!,- repuso Rick torciendo el morro para admitir lo que antes había pensado. -Por lo que he oído es más fría que la sala de criogenizaciones. - Pero veré lo que puedo hacer. Esta noche la veo animada y desplegando mis encantos puede ser factible.

- ¿Tus encantos?- rio Leval casi soltando una carcajada para sentenciar. - ¿Es que te vas a callar en lo que queda de noche?

- Muy gracioso – pudo replicar el aludido, que ahora era víctima de una broma de las suyas. – Mira por una vez has tenido una ocurrencia. Ten cuidado no te dé jaqueca.



             Mazoui se rio también de aquello y al final el mismo Tracer se reía con sus compañeros. Estos le desearon suerte, no sin algo de sorna. El primo de Leval incluso enmendó su mala salida anterior con un tono bastante más jovial para animarle.



-Pues adelante con ella, es bastante guapa y no creo que, en el fondo, sea tan fría como tú crees.



Aunque su compañero y amigo, un tipo bromista pero también noble, ni se acordaba de eso. Y de este modo, entre conversaciones, los dos grupos llegaron finalmente al disco Pub. Cada uno se reunió con su pareja, dispuesto a pasar a la acción. En ese lugar se reunían tanto civiles como militares, ponían música de ambiente de hacía un par de décadas, antiguas canciones que combinaban con las modernas. Antes de separarse de sus amigas, Amatista las arengó con humor.



-Como suelen decir ellos, ¡rompan formación y a por el objetivo!



            Todas intercambiaron sonrisas de asentimiento y se separaron. Amatista, fiel a sus palabras, fue la primera en atacar. Sin tardanza se agarró del brazo de su novio para proponerle con voz incitante.



-Anda muchachote, invítame a una copa.



            Leval sonrió divertido y se la llevó hacia la barra para pedir un par de bebidas. Penélope se dirigió a Tracer, más que nada para dejar campo libre a Sandy. Le preguntó algo trivial para iniciar una conversación y el muchacho entró a ello encantado.



-Bueno, pues no se me está dando tan mal. Tendré que hablar un poquito más en serio o la espantaré. - Se dijo animándose al ver como esa mujer parecía estar interesada en él.-



Mazoui, por su parte estaba apoyado en la barra a distancia de sus amigos y miraba a esa imponente mujer que se acercaba a él andando despaciosamente, moviendo sus caderas de un modo más que insinuador. Parecía una gata que se dirigiera a por su ratón. Ella le devolvía la mirada con sus penetrantes ojos verdes y el joven experimentaba aquello de lo que Leval se le quejaba a veces. Ciertamente le parecía como si esa chica pudiera verle hasta su misma alma. Y de seguro sabría hasta qué punto lograba atraerle. Decidió calmarse y afrontar bien la situación. En cuanto Sandy llegó junto a él, el muchacho le preguntó.



-¿Qué quieres tomar? Algo fuerte o una cosa ligera para reservarte hasta más tarde.

-Eso dependerá de lo que tú quieras,- respondió ella sonriendo con malicia. - Aunque te advierto que cuando salgo a veces me descontrolo y entonces me vuelvo algo salvaje. Espero no asustarte.- Añadió acariciándole juguetonamente tras la nuca lo que hacía sentir escalofríos a Mazoui. -

-No tengas miedo - repuso él lo más serenamente. - No me asusto tan fácilmente.

-¿Ah no?,- inquirió Sandy mirándole fijamente otra vez y tomando la palabra. - Imagino que un hombre como tú está acostumbrado a salir de peligros mayores. Penélope me ha contado lo que sois capaces de hacer tú y Leval. ¿Cómo lo conseguís? - Quiso saber ahora más con un tinte de curiosidad científica que otra cosa. -

-Bueno, es cuestión de entrenamiento, eso es todo. Nos preparamos mucho. - Respondió él sin querer seguir por ese tema. – Nada extraordinario.

-Por mucho entrenamiento que se haga es difícil volar y lanzar rayos de energía,- replicó cláramente ella pasándole un brazo por la espalda. – Eso dicen por ahí…

-Exageran un poco- repuso él algo nervioso. - Lo que ocurre es que también utilizamos aparatos lanza rayos y elevadores de antigravedad. Eso es todo - declaró de modo más despreocupado. -Pero para ello hay que estar entrenado.

-Aun así, sois unos héroes - le alabó ella acariciándole descuidadamente los muslos. - Habéis salvado a las chicas y a mucha gente.- Sandy miró la pechera de Mazoui y también la acarició con suavidad para añadir con admiración melosa. –Seguro que tienes muchas condecoraciones y ya eres teniente.

-Soy teniente mayor,- matizó Mazoui casi con la voz entrecortada, debido a su creciente excitación.- Me acaban de ascender.



Era algo muy extraño, pues en circunstancias normales esas caricias tampoco bastarían para ponerlo así. Pero su propio cuerpo parecía ir por libre de sus intentos por controlarse y añadió con visible inquietud



- Hay muchos oficiales condecorados, sólo cumplo con mi deber.

-Y lo haces muy bien…- le susurró ella con voz insinuante en una oreja. –

- Gracias, siempre intento esforzarme al máximo. – Pudo replicar él que ya comenzaba a tener sudores fríos -

-Y ¿cumplís siempre en todo? - Le inquirió la chica acariciándole muy superficialmente la entrepierna en tanto se sentaba en un taburete pegado al del muchacho mostrándole bien sus largas y torneadas piernas. -

-Vamos a charlar con Leval y Amatista, ¿Te parece? Seguro que tendrán muchas cosas que contarnos…-  Casi tartamudeó él intentando controlar inútilmente su más que evidente sensación de deseo. – Será interesante…



            Pero esa escapatoria estaba cortada, pues esos dos ya no estaban en la barra. Para su pesar les vio besándose, abrazados en un sofá del reservado. Sandy entonces le tomó de una mano y le dijo con una amplia sonrisa llena de pasión.



-Me parece que ellos están ocupados en cosas mucho más interesantes que en hablar. Deberíamos tomar ejemplo. ¿No crees?,- le susurró rodeando el cuello de Mazoui con sus brazos y apretando sus grandes y duros senos contra el pecho del chico. -¡Anda, no me digas que no!

-Bueno, pues vamos a ver a Tracer, seguro que nos cuenta algunos chistes muy divertidos.- Trató de decir el interpelado con una patética sonrisita nerviosa. -



            Pero tampoco se les veía por ningún lado. Sandy entonces besó al chico en la boca y le introdujo la lengua jugueteando con la de él. Después de separarse le dijo con una voz casi hipnótica.



-¿De qué tienes miedo, Mazoui? Podemos pasarlo muy bien tú y yo.

-Tienes razón, perdona,- admitió él que le devolvió el beso.-



El muchacho se sentía muy excitado y Sandy lo notó con regocijo, puesto que una zona de él se había endurecido visiblemente y chocaba contra el estómago de ella.



- Lo siento, no me encuentro muy bien. Lo mejor sería dejarlo. - Le dijo él notando como su control sobre sí mismo comenzaba a dificultarse. – Para otro día, ¿eh?

-Todavía no me he puesto en plan salvaje - aseveró ella con un jadeo en una oreja del chico. - Esto sólo ha sido un calentamiento. Ven conmigo y enséñame lo que sabes hacer.- Mazoui dudaba en seguirla y ella insistió con un retador. - ¿No decías que no te asustabas tan fácilmente?

-No tengo miedo por mí, lo tengo por ti, Sandy - advirtió sinceramente él. - Créeme, no te gustaría si pierdo el control.

-Eso es lo que más me atrae de ti, eres un hombre guapo, valiente y que siempre dominas las situaciones. - Le confesó ardientemente ella para casi suplicarle. - Enséñame tu cara oculta, seguro que tienes un potencial enorme en tu interior y un lado muy salvaje bajo esta apariencia tan formal. Todos lo tenemos.

-Tú no lo entiendes, no como el mío - repuso Mazoui moviendo la cabeza. Ahora sudaba copiosamente y hasta sufría ligeros temblores. -



            Sandy ignoró sus palabras y volvió a besarle con ardor, él ya no se resistió, su control había desaparecido y la abrazó devolviéndole un beso igual de apasionado. Entonces la muchacha se separó y llevándole de una mano le guió hasta una puerta al fondo del bar. Había un tipo custodiando esa puerta, era la entrada a los reservados más íntimos del Pub. Sacando una buena propina, ella se la dio y le dijo que nadie debía molestarlos. Éste asintió con una media sonrisa de complicidad y les abrió, los dos entraron y el vigilante cerró la puerta tras de ellos.



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