Nada más citar el nombre de Logan, Leval sonrió de
forma irónica declarando del mismo modo sarcástico y despectivo.
-¡Claro, no podía tratarse de otro! , veremos si se
atreve a contar todas esas mentiras en nuestra cara.
- Ese tipo es una rata.- Afirmó a su vez Mazoui
dirigiéndose a su primo en voz más baja. - En privado, no creo que tenga
problemas para decir cualquier calumnia que le pase por la cabeza. Pero tampoco
es tonto y sabe que no puede acusar en falso a nadie o sufriría un consejo de
guerra. Eso me preocupa. Debe de creer tener algo muy serio que pueda hacernos
daño cuando es capaz de llegar a esto.
Su
primo convino en ello, asintiendo ahora con más preocupación. En eso Mazoui
llevaba toda la razón, por mal que le cayese Logan, debía de reconocer que éste
no era precisamente tonto. De todas formas enseguida lo sabrían…
-No podemos hacer otra cosa que esperar a ver con
qué nos sorprende.- Suspiró resignadamente Leval.-
No obstante, aún tuvieron que aguardar unos minutos
para ver llegar a su acusador. Vestía el uniforme de gala y lucía un aparatoso
vendaje en la nariz. Hazzar le ordenó acercarse y le preguntó por su estado.
-¿Qué le ha ocurrido, teniente?
- Solo un accidente señor, nada de importancia.-
Repuso Logan tratando de zanjar ese tema con rapidez -
- Sí - pensó Leval entre furioso y divertido. -
Desde luego que sin importancia comparado a como te voy a dejar yo cuando te
agarre, desgraciado...
- Teniente,- dijo Spar dirigiéndose a Logan que
permanecía firme sin mirar hacia Leval y Mazoui. - Tenga la amabilidad de
sentarse y si lo encuentra necesario comience a fundamentar sus acusaciones.
Aunque debo recordarle que, si usted procede a ello, esto dejará de ser una
sesión aclaratoria y los encausados tendrán automáticamente todos los derechos
que se prevén para estos casos según el código de justicia militar del UNISON.
- A la orden, señor. Me hago cargo de ello. - Repuso
respetuosamente Logan, que portaba su inefable carpeta dossier bajo un brazo.
Poniéndola sobre una mesa, la abrió sacando unos cuantos documentos y
aseverando con grandilocuencia - ¡Aquí tengo todas las pruebas!, para acusar a
estos dos, llamémosles oficiales.
-Teniente.- Le requirió el capitán Gómez.- Los dos
comparecientes son oficiales, diríjase a ellos tal y como marca el protocolo de
cortesía militar.
-A la orden. Pido disculpas.- Contestó más
sumisamente el interpelado para agregar.-Los oficiales acusados aquí
presentes,- ahora sí les miró con
inquina en tanto sentenciaba. - Son un grave peligro para todos nosotros. Se
han confabulado con extraterrestres y no están solos en sus planes. Tienen el
apoyo de más personas a bordo de esta nave.
-¡Oh! - Intervino
Leval con ironía. - Sí claro, no te has fijado que el contraalmirante
también es un extraterrestre...- Mazoui le dio un golpe suave a su primo para que se callase, pero no a
tiempo de que Spar, molestó por lo irreverente esta observación, le reprendiese. -
- Teniente, primero no tiene usted aún el uso de la
palabra. Segundo ni siquiera de forma irónica es usted quién para citarme a mí
o a cualquier otro miembro del consejo a modo de chanza.
- Lo siento, señor, no volverá a ocurrir.- Se
disculpó el interpelado, arrepentido de esa estupidez, ante la sonrisa de
triunfo de su acusador, eso era un punto para él. -
- Eso espero, sino le abriré expediente
disciplinario,- le advirtió Spar que miró ahora a Logan dirigiéndose a él. - Vamos a ignorar ese
comentario. Debo suponer que, desde este mismo momento, esta sesión pasa de ser
una convocatoria de aclaración a un careo que constituya el inicio de una
acusación formal..
-Sí señor.- Asintió Cedric.-
-En tal caso,
debo de preguntar a los ahora ya acusados si desean un oficial que actúe como
abogado de la defensa. Tienen ese
derecho.
-Gracias señor, pero no nos es necesario. Nosotros
somos capaces de defendernos.- Rehusó Leval con el asentimiento de su primo.-
-En tal caso ustedes se ocuparán de su propia
defensa. Muy bien, es su derecho. – Convino Spar para dirigirse de seguido al
acusador.- Teniente Logan. Puede usted continuar...
- Con mucho gusto señor, verá.- El improvisado
fiscal se levantó portando unos documentos que dejó al contraalmirante. - Estos
son expedientes de ambos oficiales. Aquí se demuestra su origen y también su
relación con personas de dudosa índole. La hermana del teniente Malden a punto
estuvo de provocar una autentica tragedia en New York. Servía a las fuerzas del
mal y fue reconocida por numerosas personas. El mismo mayor O´ Brian causó
daños a la propiedad pública en la misma ciudad y recientemente yo mismo fui
testigo junto a otros compañeros de uno de sus llamados ataques. Pueden ustedes
preguntar en el disco bar y allí se lo confirmarán.
- Ya veo - musitó Spar leyendo los informes algo por
encima y preguntando extrañado. - ¿Cómo es que estos papeles obran en su poder,
teniente?..
- Mi padre, como sabrá, es un general muy
influyente,- le explicó Logan, por supuesto Spar lo sabía pero ante ese
tribunal tenía la obligación de preguntarle. El muchacho sonrió con visible satisfacción
para agregar. - Al poco de salir de la Tierra. Cuando le conté que clase de
compañeros tenía, enseguida comenzó sus investigaciones. Pudo remitírmelas
antes de que desapareciéramos por ese extraño agujero.
-¿Por qué no puso en conocimiento del alto mando esa
información con anterioridad, teniente?- Quiso saber Hazzar.-
-Motivos de confidencialidad, señor.- Contestó éste
explicando de seguido.- Mientras no tuviera pruebas que demostrasen la
peligrosidad de ambos oficiales mi deber y mis órdenes eran las de no
intervenir ni mostrar estos documentos.
Los dos acusados se miraron con gesto de sorpresa,
aún no podían creer que ese maldito Logan tuviera esa información. Realmente su
padre debía de ser un mando muy influyente. Y aquello no era más que otra
andanada en su contra. Sobre todo cuando Spar se dirigió ahora hacia ellos
preguntándoles con visible sorpresa.
- Mayor, teniente. ¿Son ciertas estas acusaciones?
- Esos informes sí, señor.- Ratificó Mazoui, que sin
embargo matizó - pero tienen una justificación.
- En el caso de mi hermana por ejemplo,- intervino Leval, explicando de forma más
comedida y calmada. - Estaba controlada por una secta que mis padres
destruyeron, o al menos eso habían
creído, veinte años antes.
- Mis reacciones eran fruto de mis hormonas, señor,-
justificó Mazoui. - Mi padre adoptivo es médico y se lo podría confirmar. De
todas formas nunca he hecho daño a nadie...que no lo mereciese claro.
Y en tanto remachaba estas afirmaciones miró a Logan
de soslayo con una evidente muestra de aviso que éste eludió desviando la
vista.
- Eso habría que dejarlo en manos de tribunales de
justicia civiles, señores.- Declaró Spar dirigiéndose a los tres. - A mí no me
interesan los hechos acaecidos hace diez, veinte o un año. Y mucho menos los
protagonizados por la hermana del teniente Malden, quien supongo, no pertenece
al ejército.¿Es así teniente Logan?
-No, señor.- Admitió el interpelado.- Esa señorita
en cuestión es civil. Solamente he mencionado su caso para poner en contexto la
situación.
Leval
desde luego tuvo que recurrir a su autocontrol y contenerse para no estampar a
ese idiota contra una pared allí mismo. ¿Cómo se atrevía a mezcla a Kerria en
esto?Aunque trató de olvidarse de eso, en tanto su superior continuaba
hablando.
-Aquí únicamente interesan los hechos relativos a la
etapa en la que los acusados hayan estado bajo mi mando, es decir. Tras el
embarque. O, en su defecto, los acontecimientos que hayan sucedido estando
ellos sujetos a la disciplina militar.
- Con su permiso señor,- respondió Cedric
argumentando de seguido. - Como acabo de mencionar, trato de establecer un
patrón de conducta y de demostrar que han existido precedentes. Aunque también
tengo pruebas de actos irregulares aquí en la nave. Ese fluido viscoso, los ataques
de naves alienígenas. Es mucha casualidad que todo se resolviese cuando ambos
bajaban al planeta de turno. O salían a entablar batalla.
- Si se me permite responder, señor,- le pidió
Mazoui con aplomo, a lo que Spar asintió. -Bajábamos nosotros porque dadas
nuestras características físicas teníamos mayores probabilidades de acometer
con éxito esas misiones. Siempre nos
ofrecimos voluntarios. Nadie impidió al teniente Logan hacer lo propio...
-¿Qué dices? - Interrumpió éste con voz desafiante.
- ¿Acaso me estás llamando cobarde, maldito monstruo?
El
interpelado se enfureció pero supo contenerse, recordó ese consejo que le diera
el padre de Leval hacía tanto tiempo y la razón que tenía. El enemigo iba a
tratar de explotar cualquier debilidad. Responder con ira era exactamente lo
que ese bastardo quería que hiciera para arruinar su carrera y darle fundamento
a las acusaciones. Su mismo primo había cometido un error anteriormente,
llevado por su indignación y él no iba a repetirlo. Aunque tuvo que apretar los
dientes y concentrarse en mantener su aplomo, lo logró. Afortunadamente Spar no
tardó en reprender a Logan.
- Teniente, sea un acusado o no, el mayor O´Brian
sigue siendo superior suyo, no le toleraré otra falta de respeto como esa,
llevando esto al terreno personal. Ni que interrumpa de nuevo la argumentación
del mayor. De lo contrario tomaré contra usted las mismas medidas que he
mencionado al teniente Malden. ¿Está claro?
- Sí, señor.- Repuso Logan, bajando la cabeza para
musitar. – No debí decir eso, presento
mis disculpas al mayor O´ Brian y al tribunal.
- Está bien – convino Spar que ahora se dirigió a
Mazoui. - Puede usted continuar, mayor...
- Gracias señor, con la venia - contestó éste ya calmado, mientras pensaba. -
Este Logan es muy listo. No perdió el control, está claro que lo ha hecho adrede. Hubiese querido enfurecerme para
sacarme de mis casillas, debo tener mucho cuidado con él.- Por fin, tras una
leve y estudiada pausa añadió dirigiéndose a sus superiores. - Como estaba
explicando antes de ser interrumpido, nos ofrecimos voluntarios sólo por el
bien de la nave y por qué creímos que ese era nuestro deber, no creo que eso
constituya ningún tipo de traición.
- En absoluto,- afirmó Spar acordándose a su vez. – Además, yo mismo les
ascendí y condecoré. Lo recuerdo bien. Teniente Logan, deberá usted presentar
argumentos más sólidos.- Remachó ahora con evidente malestar -
- Los tengo señor.- Aseveró el interpelado que
insistió - ese fluido por ejemplo, ¿qué me dicen de eso?
Leval
pidió turno de réplica que le fue otorgado para contestar a aquello.
- Ese fluido nos era totalmente ajeno, provino de un
accidente en el laboratorio, nosotros ayudamos a acabar con él.
-¡Ahí quería llegar!,- terció Logan que pareció
haber recibido una inspiración con esas palabras. - ¿Quiénes son las
científicas encargadas del laboratorio? - Se respondió a sí mismo tras una
pausa dramática y la consulta de sus
folios. - Yo se lo diré, Amatista Lassart, la digamos novia del teniente
Malden. Sandy Ann Wallance, Satory Masters y Penélope Winters, ¡qué
casualidad! .Todas muy amigas de los acusados. Incluso me consta
que fue con la señorita Wallance con quién el Mayor O ‘Brian protagonizó uno de
sus escándalos... ¡A saber qué clase de cosas le haría a esa pobre chica! ¡O
quizás emplease algún tipo de sugestión para ponerla de su lado!
Mazoui
se removió en su silla, pero nuevamente se dijo que debía mantenerse frío ante
la provocación. Fue su primo el que intervino con indignación dirigiéndose a
Spar, deseando ahora tomarse su revancha para contraatacar.
- ¡Señor!, ¡protesto!, no veo que tienen que ver
esas personas en esto. Son personal civil. No poseen ningún tipo de relación
con el sector miliar aparte de sus labores de asesoría, que tanto nos han
ayudado. ¿Es acaso un delito que sean nuestras amigas? ¿Qué pruebas pretende
mostrar aquí el teniente Logan? ¿Meras suposiciones? ¿Se lo está imaginando
todo o acaso lo único que tiene es envidia? ¿Acaso no es cierto que él mismo
intentó salir con la señorita Lassart y no lo consiguió? ¿Es que tiene que
cebarse con ella y sus compañeras, que tanto han hecho por esta nave en
momentos de dificultad, sólo para vengarse de su fracaso personal?
- ¡Te sorprenderías de lo que conseguí, amigo!- rio
Logan remachando con sorna. -No creo que tú lo hayas logrado todavía...
Leval
se levantó furioso pero Mazoui le sujetó con rapidez para evitar que se
abalanzase sobre aquel tipo.
-¡Voy a romperte la cara!,- le espetó el chico fuera
de sus casillas. - ¡Sólo eres un cerdo asqueroso y mezquino!
- Eso ya lo veremos, la verdad escuece ¿eh? - Le
respondió su polemista con sorna y sin parecer en absoluto intimidado. -
-¡La única verdad que hay aquí es que tú me
impediste verla con trucos sucios! - Repuso un enfurecido Leval, añadiendo con mirada llena de amenaza. -Tienes suerte
de que estemos en un juicio, sino te haría tragarte todo lo que has dicho.
-¡Basta!- le pidió autoritariamente Mazoui que
sujetaba a su primo teniendo que recurrir a todas sus fuerzas. - Tranquilízate,
no empeores las cosas, eso es lo que él quiere.
La voz del enfadado contraalmirante tronó en toda la
sala y todos se callaron de inmediato...
-¡Ya está bien! ¿Se creen que esto es un corral para
que puedan dirimir sus disputas particulares? Teniente Logan, más le vale que
sus acusaciones no obedezcan a una revancha por una mujer. Sino será usted
encausado por un consejo de Guerra...
- En absoluto,- repuso éste palideciendo y casi con
balbuceos. - No señor, le aseguro que todo está bien fundamentado, sólo que aún
no he podido llegar al fondo del asunto.-
El contraalmirante
pasó a reprender a Leval sin hacer aparentemente caso a Logan.
- Teniente Malden, se lo advierto por segunda y
última vez, no toleraré ni más amenazas ni más discusiones callejeras. Estamos
en un proceso militar y no en un bar. Es usted un oficial, ¡compórtese como
tal!
- Tiene usted razón,- admitió Leval que se calmó.
Mazoui visiblemente aliviado pudo soltarlo. - Sí señor, lo siento. No volverá a
suceder.- Remachó humildemente y volvió
a sentarse. -
Spar,
algo cansado de todo aquello, le ordenó a Logan que llegase de una vez al fondo
de ese asunto. Éste asintió y comenzó su
explicación.
-Para que este tribunal comprueba que mis palabras
no son debidas a ningún tipo de revancha personal les daré cuenta de mis
averiguaciones. He conseguido informes sobre la señorita Lassart. También ella
es descendiente de extraterrestres. Su padre y su madre, un tal Diamante y una
tal Esmeralda, cuyo apellido de soltera era Deveraux.
Uno de los capitanes que estaban al extremo de la
mesa intervino preguntando muy interesado al escuchar esto último.
-¿Se refiere a la famosa modelo y diseñadora?
¿Esmeralda Deveraux?
-¿Sabe usted de quién se trata, capitán Chang? ¿Le
es familiar el nombre? - Le preguntó Hazzar también lleno de curiosidad. -
- Sí, señor, era una cotizada modelo y diseñadora.
Muy atractiva, si se me permite opinar. - Afirmó éste para añadir, incluso con
buen talante. - Cuando era un muchacho de academia la admiraba mucho. En
realidad casi todos teníamos algún póster suyo...
- Bueno, ser hija de una modelo no es signo de
traición, teniente. Vaya al grano. - Suspiró Spar que comenzaba a aburrirse de
todas esas acusaciones aparentemente tan vacías de contenido. -
- Eso no, por supuesto. - Convino el acusador que,
sin embargo, añadió con voz taimada para asombro de los dos chicos. – En cambio
esto sí. Verán, señores del tribunal. La mencionada modelo y su esposo
pertenecían a una organización llamada "Luna Negra" que pretendía
conquistar nuestro planeta.- Explicó Logan sacando más folios y sentenciando
con seguridad. - Tengo pruebas de eso.
- Para rebatir esas acusaciones no solamente la
señorita Lassart debería estar aquí, sino también sus padres, eso es imposible.
- Respondió conciliatoriamente Spar que reconoció. - Y esos hechos escapan a
nuestra competencia. Ni siquiera tenemos autoridad para llamar a la señorita
Lassart, si no se prueba que represente algún peligro real contra nuestra nave.
O que se haya declarado el estado de excepción o la ley marcial.
- Con su permiso, señor,- terció Leval ahora con un
tono más sereno. - Si la llamase estoy seguro de que ella misma vendría a
defenderse y dar su versión de los hechos. Aunque desde luego que no tiene por
qué.
- Adelante, puede usted hacerlo,- le autorizó Spar
que se levantó dando a su mazo para indicar. -Haremos un receso hasta que la
señorita Lassart llegue....
- Y con la venia, antes de la pausa. Quiero poner de
manifiesto otra cosa de la que no puede olvidarse este tribunal. - Añadió
Logan, antes de que el contraalmirante se marchara, remarcando la palabra
tribunal con manifiesto regocijo y sibilina coba. - Ese extraterrestre que
ambos acusados han traído por su cuenta y riesgo aquí, obviando todo tipo de
medidas cautelares. Para ellos y para la nave. Sería bueno que lo interrogasen
para que pudiera aclararnos sus intenciones.
- No me consta hasta el momento que ese alíen haya
hecho o dicho nada en contra de la seguridad de esta nave.- Intervino Hazzar
añadiendo con rotundidad. - Yo mismo
mantuve una conversación con él y me pareció un ser extremadamente pacífico y
afable.
El
contraalmirante tomó entonces la palabra con tono preventivo.
- De todos modos, debemos hacerle comparecer aquí,
para que dé su versión, y vendrá en calidad de testigo, no de acusado, ¿queda
claro, teniente?-. Inquirió Spar, otra vez ocupando su asiento, dirigiéndose a
Logan. -
- Perfectamente señor, no le acusaré de nada si no
tiene nada que ocultar. Además, él no es militar. Solo le formularé unas
preguntas objetivas. - Convino el aludido con respetuoso tono. -
Y por fin el contraalmirante Spar dio por
aplazada la sesión, se levantó de su puesto y se alejó por una salida cercana a
su estrado. Leval y Mazoui se levantaron también de sus sillas y salieron de la
sala sin mirar siquiera a Logan, pero cuando acababan de cruzar la puerta,
fueron alcanzados por el comodoro Hazzar.
- Tengo que hablaros,- ambos se pusieron firmes pero
el comodoro con un rápido gesto les dejó que descansasen. - Muchachos,
personalmente pienso que ese tal Logan es un necio. No creo nada de lo que
dice. Pero en virtud de la ley militar estamos obligados a sopesar las posibles
pruebas que presente. Sabed que estaré de vuestra parte y trataré de influir en
el contraalmirante a vuestro favor, pero el comodoro Perman es amigo personal
del padre de Logan. La cosa no será tan fácil, así que por favor, tratad de
controlaros. Si os mostráis agresivos o furiosos le estaréis haciendo el juego
a él para sustentar sus acusaciones.
Ambos
chicos se miraron y asintieron con gravedad. Ya se habían dado cuenta de eso.
Su superior desde luego, trataba de ayudarles.
- Muchas gracias, señor,- repuso Mazoui. - Lo
tendremos en cuenta.
- Sí, se lo agradecemos,- añadió Leval asegurándole
de inmediato. - Puede usted confiar en nosotros, no le decepcionaremos,
comodoro.
- Lo sé, pero andaros con mucho tiento desde ahora.
- Asintió Hazzar que se alejó de ellos en dirección al resto de los integrantes
de la mesa. -
Leval
entonces se puso en contacto con Amatista. Cuando le explicó lo que sucedía la
muchacha al principio no podía creer todo aquello, ese Logan era aun mucho más
miserable de lo que había pensado.
-¿Cómo has dicho? ¿Acusados de qué?- Exclamó en
tanto hablaba con su teléfono móvil.-¡Será canalla!
Estaba
todavía con Sandy, la morena científica escuchaba con atención, viendo por la
expresión de su compañera que aquello era bastante serio.
-Claro que iré. No, no te preocupes, me sabré
controlar.- Añadió sonriendo ahora levemente para sentenciar.- Sí, claro que es
lo que él quiere. Vino por aquí hace unas horas y le dejé un recuerdo...Sí, la
nariz...De acuerdo. Iré enseguida..., en cuanto pueda. Te quiero..-Se
despidió.-
Ante
la mirada expectante de Sandy, Amatista le contó lo que ocurría.
-No voy a dejar que esto quede así. Ese tipo se va a
enterar.- Declaró la francesa.-
-Ten cuidado.- Le pidió su compañera que parecía
preocupada.-
-Tranquila. Usaré la cabeza.- Le aseguró su
interlocutora.-
-Un buen cabezazo es realmente algo de temer.- Se
permitió bromear Sandy.-
Eso
hizo reír a su amiga, aunque Amatista negó precisamente con la cabeza para
decir.
-Ya sabes a lo que me refiero. Aunque lo otro
tampoco sería mala idea. Sin embargo, eso únicamente reforzaría las acusaciones
de ese sinvergüenza. Debo ayudar a Leval y a Mazoui y por supuesto, limpiar mi
nombre y el de sus padres.
-Claro.- Pudo musitar su interlocutora que parecía
algo nerviosa.-
Ahora estaba asustada. ¿Y si la llamaban a
declarar a ella también? ¿Acaso ese tipo podría tener alguna cosa que la
comprometiera? ¿Y si su secreto salía a la luz durante ese juicio? Suspiró
abrazándose en tanto paseaba por el
salón de su piso. Entre tanto Amatista comentó antes de salir.
-Tendré que arreglarme un poco antes de ir. Mi amiga
Ky siempre me decía que la apariencia es muy importante en un juicio.
-¿Quién?- Quiso saber su contertulia.-
-La hermana pequeña de Leval, mi amiga Kerria.
Estudia derecho.- Le aclaró Amatista con un toque de cariño y nostalgia.-
Y salió de allí para hacer escala en
su propio apartamento. Antes de seguirla, Sandy suspiró.
-Quizás ha llegado el momento.- Se dijo con pesar.-
Una vez más tendré que perderlo todo.
Por su lado, tanto Leval como Mazoui esperaban
impacientes la llegada de su respectivamente novia y amiga. En cuanto Amatista
declarase seguro que lo aclararían todo de una vez por todas. El tiempo del
receso transcurrió enseguida, aunque la muchacha no había llegado todavía.
Empero, dio ocasión a que Giaal fuera llevado hasta la sala. Todavía estaba con
Susan, aguardando en una habitación libre que le habían asignado de modo
provisional.
-No sé, no me gusta esto.- Comentaba la alférez.-
Hace mucho que se fueron y no han vuelto, ni han contactado. Espero que todo
marche bien.
-Creo que no vamos a tardar mucho en averiguarlo.-
Respondió resignadamente Giaal.-
Apenas
había concluido la frase cuando tres soldados, comandados por un sargento, entraron.
-¿Es usted el señor Ginga?- Quiso saber el
suboficial.
-Sí, soy yo.- Admitió Giaal.-
-Debe acompañarnos.- Le indicó el suboficial.-
-¿A dónde le llevan, sargento? - Quiso saber Susan.-
-Tiene que declarar.- Repuso éste con sequedad.-
Apenas
se digno mirar a la joven y esta, con evidente contrariedad, le llamó al orden.
-Soy su superior en rango. Cuádrese de inmediato y
responda a mi pregunta.- Le ordenó ella.-
El
suboficial intercambió algunas miradas de malestar con sus soldados y
finalmente obedeció, respondiendo.
-Son órdenes del contralmirante Spar. El...invitado.-
Dijo eligiendo cuidadosamente sus palabras.- Tiene que prestar declaración en
una vista contra dos oficiales.
-¿Quiénes son esos oficiales?- inquirió Susan,
aunque ya lo sospechaba.-
-Lo lamento, señora. No tengo esa información.-
Replicó su interlocutor.-
-Iré contigo.- Se ofreció ella, dirigiéndose ahora a
Giaal.-
Aunque
aquel sargento se interpuso entre el alien y ella, afirmando con tono más seco.
-Las órdenes solamente hacen referencia al señor
Ginga.
-¡Empiezo a estar harta de su actitud! Raya la
insubordinación. - Replicó la enojada chica.- Daré parte de usted.
Ese
individuo daba la impresión de no tomarla en serio. Parecía que iba a decir algo,
aunque Giaal se adelantó, tratando de calmar a la joven.
-Estaré bien. No temas. No quieren hacerme ningún
daño.
A su pesar, Susan tuvo que aceptar aquello,
permitiendo que el extraterrestre acompañase a esos tipos. De este modo, escoltado
por un par de soldados aunque sin otro tipo de medidas cautelares, Giaal llegó
al salón de la vista y fue invitado a sentarse para responder a unas preguntas.
Con gesto tranquilo no puso objeción, e inteligentemente no quiso alarmar a la concurrencia sin
necesidad, de modo que mantuvo su apariencia humana.
-No pienso quedarme aquí. El mayor O ‘Brian me puso
a su cargo. - Masculló Susan.-
Y
no dudó en ir tras esos individuos. Por fortuna nadie la detuvo. Entró en esa
sala y se sentó lo más cerca de él, en un banco situado apenas a unos tres
metros más atrás. Ahora, que más que custodiarle, le animaba con una mirada
llena de solidaridad en cuanto le hicieron subir a un estrado a declarar.
- Buenos días. Ante todo no se alarme. Está usted
aquí en calidad de testigo. - Recordó Spar añadiendo con amabilidad. - No se le
acusa de nada y me consta que ha causado usted muy buena impresión en algunos
de mis mandos y oficiales.
- Gracias y buenos días. - Respondió lacónica pero
suavemente el chico. –
- Espero que haya sido usted bien tratado por
nuestro personal dentro de los límites del protocolo de aislamiento.- Comentó
el contralmirante.-
- Lo he sido. Debo agradecer en especial a estos
oficiales aquí presentes y a otro más sus atenciones y su amabilidad.- Replicó
el testigo refiriéndose entre otros a los dos acusados y mirando de reojo a
Susan que sonrió azorada.-
- Nos alegramos de ello. Ahora, si tiene usted la
bondad, el teniente Logan le hará algunas preguntas. – Le informó Hazzar. -
Giaal
asintió. Con gesto aparentemente cordial, Logan avanzó hacia el extraterrestre
provisto de una hoja en la que debía de llevar preparadas sus cuestiones. Como
inicio a su interrogatorio quiso saber con un tono bastante amable.
- Supongo que usted tendrá un nombre. Nos gustaría
que nos informase de cómo se llama para que no debamos dirigirnos a usted con
términos que, quizás puedan parecer peyorativos a algunos de los aquí
presentes.
-¿Por ejemplo?- Preguntó Giaal a su vez. -
Logan sonrió, eso le había venido bien, así que
respondió con sumo gusto.
- No quisiera tener que llamarle extraterrestre,
alíen o marciano.
- No soy de Marte pero los otros dos términos,
teniendo en cuanta mi procedencia, son correctos.- Declaró serenamente su
interlocutor que agregó entonces. - De todas formas, ya saben cómo me llamo.
Los amables soldados que me han acompañado hasta aquí se dirigieron a mí por mi
apellido. Pero para que conste, y si eso es tan importante para usted, le diré
que me llamo Giaal Ginga.
Susan
se sonrió, esa había sido una buena réplica. Hasta creyó ver que el gesto del
teniente Logan se había contraído en una mueca de contrariedad. Pero este se rehízo
de inmediato.
- Muy bien, le llamaré señor Ginga, si nadie tiene
objeción. - Comentó el acusador paseando su mirada por Mazoui y Leval que sólo
respondieron con una expresión dura. - ¿Jura usted decir la verdad?
-Siempre lo hago.- Contestó tranquilamente el
interpelado.-
-Es una fórmula obligatoria. Debe usted
comprometerse. No sé si tendrá algún credo o religión que profese o algo
sagrado para prometerlo o jurarlo en su nombre.- Contestó el desconcertado
fiscal.-
-Bueno, puedo prometerle en nombre del sagrado Makaiju,
el árbol padre de mi raza, que diré la verdad.
Si eso le sirve.- Declaró Giaal.-
Logan
consultó con la mirada a sus superiores en el tribunal. El contralmirante
asintió y el oficial entonces prosiguió.
-Muy bien.
Eso tendrá que servir. Así que, señor Ginga, usted llegó a esta nave con la
ayuda de esos dos oficiales, ¿es eso correcto?
- No del todo. Al principio fui yo mismo el que
entré en su busca. - Desveló Giaal. -
- Luego ya les conocía. - Sugirió sutilmente Logan.
-
- No personalmente. Tenía informes sobre ellos. Mis
padres eran amigos de los suyos y me hablaron de sus facultades. Necesitaba su
ayuda y la de Amatista, para salvar a un mundo.
-Entiendo que alude a la señorita Amatista Lassart ¿Qué
tiene que ver con todo esto?- Inquirió agudamente Logan, tan sorprendido ahora
como el resto queriendo saber. - ¿Acaso goza de poderes fuera de lo normal como
esos dos oficiales? ¿O es que ella también es una extraterrestre infiltrada?
- Lo que sé es que su voz y sus canciones
transmitieron la curación a ese planeta que yo quería salvar. - Puntualizó
Giaal para mayor sorpresa de todos. -
Logan esbozó una sonrisa incrédula y movió la cabeza
avisando al interrogado, no sin algo de burla implícita en su deliberadamente
fingida condescendencia.
- Debo recordarle, o simplemente informarle, si no lo
sabe, que aquí no se puede mentir. No es correcto que trate de engañar a este
tribunal ni mucho menos que intente reírse de él. Acaba usted de prometer decir
la verdad en nombre de su… bueno, de su deidad.
Giaal le observó a su vez con incredulidad e incluso
algo de contrariedad. No le gustaba esa forma de hablar que tenía aquel humano.
Él no era tonto y conocía perfectamente esas reglas. Además, sabía
perfectamente lo que había prometido. Así que respondió, eso sí, sin perder en
absoluto su tranquilidad de ánimo.
- No miento. Esa es toda la verdad. Puede
preguntárselo a Amatista si lo desea. Y estoy al tanto de sus normas, acabo de
prometérselo. Se lo digo por si es usted quién no lo recuerda.
Aquello hizo que Leval, hasta ese instante serio,
sonriera divertido ante el gesto desconcertado de Logan, éste no obstante supo
rehacerse y añadió contra el acusado.
- No creo que el estar sometido a sospecha de traición
sea gracioso, teniente Malden.
- Eso no, pero sí los patéticos intentos de quien
intenta demostrar como sea una mentira así. —Replicó de inmediato el aludido. -
No hubo lugar a otra contra réplica, Spar tomó la
palabra dirigiéndose a Logan.
- ¿Tiene alguna pregunta más que hacer, teniente?
Logan no sabía ya por donde atacar. Ese tipo le
desarmaba con su serena confianza y con sus rápidas y sinceras respuestas.
Aunque entonces tuvo una idea y preguntó, retomando su tranquilidad.
- Cuando usted entró en esta nave, ¿no se le ocurrió
pensar en que podría ser una amenaza biológica para los que vivimos en ella?
- Tenía la certeza de que no era así. Yo soy médico
estelar y nunca pondría en peligro a formas inteligentes de vida.
-¿Médico estelar?- Se sonrió Cedric agregando con
retintín y patente sorna. - ¿En qué universidad se estudia eso?
- En la de mi mundo de origen, y se avala después
con prácticas alrededor del Cosmos.- Respondió pacientemente Giaal, añadiendo a
su vez. - ¿Acaso sus médicos tienen experiencia en otros planetas además del
suyo?
-¡Vaya una tontería!- Se limitó a decir Logan, aun
sorprendido por esa réplica. -
- Con el debido respeto, si me permite intervenir.
Señor - Comentó Mazoui levantándose de su sitio.-
Spar se lo autorizó con un gesto de su mano y el
muchacho aseveró.
- No veo por qué tiene que ser una tontería. ¿Acaso
no hemos comprobado ya en numerosas ocasiones que en el universo hay otras
muchas civilizaciones y formas de vida, algunas de ellas, bastante más
avanzadas que la nuestra?
Hubo un largo silencio en el que nadie tomó la
palabra, hasta que el propio Mazoui añadió.
- Alguien con unos conocimientos médicos que
abarquen varias especies y formas de vida inteligentes como los que posee el
interrogado nos puede prestar un servicio enormemente útil. Y ya que el teniente Logan se ha empeñado en
hablar sobre las posibles enfermedades que
éste podría haber traído, prosigamos esa línea argumental. Por cierto,
se ha demostrado vía análisis que el testigo no padece ni es portador de nada
que deba preocuparnos. Sin embargo, yo hablaré acerca de las posibles curas y
soluciones que nuestro invitado puede tener para otras que desconozcamos y que
en un futuro podrían amenazarnos. Imagínense el tiempo, los conocimientos y lo
que es más importante, las posibles vidas humanas que podríamos perder, de no
contar a bordo con el señor Giaal Ginga y sus conocimientos.
Los mandos se miraron unos a otros asintiendo con
seguridad. Eso tenía mucho sentido, desde luego. Aunque para Logan, significó
otro revés que quiso quitarse de encima cuanto antes.
- Ya no hay más preguntas. - Pudo decir con evidente
malestar. -
Tanto Leval como Mazoui sonrieron satisfechos, en
ese instante Spar tomó la palabra dirigiéndose a Giaal.
- Nada más, ha sido usted muy amable, puede
retirarse si lo desea, nos alegramos de tenerle a bordo. Le presento nuestras
disculpas en nombre del UNISON y del mando de esta nave por cualquier
inconveniencia que se le haya podido causar. Y desde ahora queda en libertad
para salir del recinto militar. Aunque todavía estará usted acompañado por uno
de nuestros oficiales, confío en que no sea una molestia. – Sentenció el
contralmirante.-
- Gracias señor. No se preocupe, no es ninguna
molesta, más bien al contrario. Agradezco profundamente las muestras de interés
que se han tomado por mi bienestar. -
Respondió cortésmente el alíen que se levantó marchándose de la sala,
aunque entonces, volviéndose de nuevo al tribunal, preguntó.- ¿Serían tan
amables de concederme una pequeña petición?
-Bueno, si es razonable y está en nuestra mano
hacerlo.- Intervino Hazzar.-
-Me gustaría que esa amable oficial que ha estado
ocupándose de mi bienestar, sea quien me tutele.- les pidió refiriéndose a una
azorada Susan.-
Hazzar
y Spar se miraron. El contralmirante asintió y el comodoro le ordenó a la
joven.
-Ya lo ha oído alférez. Siga usted cumpliendo con
ese cometido.
-A sus órdenes, señor.- Repuso entusiásticamente
ella.-
Hunter
sonrió, sentía cada vez mayor admiración por ese muchacho. No sólo había
demostrado ser una buena persona, o extraterrestre o lo que fuese, también
deseaba ayudar a todos los que vivían en la gran nave. Tal y como el mayor O’
Brian dijo, seguro que iba a ser un valiosísimo aliado. Si alguna vez se les
presentaba una enfermedad desconocida para la ciencia médica terrestre. Y
estaba encantada de que él hubiera solicitado que fuese ella quien se encargase
de acompañarle. Salieron de la sala tras obtener el beneplácito de sus superiores
cuando Giaal la sacó de esos
pensamientos dirigiéndose a ella.
- Ese hombre tiene malas intenciones, detecto en él
mucho odio y envidia dirigidos hacia Mazoui y Leval. Pero hay algo más. No hace
esto simplemente por una vendetta personal. Tampoco se lo inventa. Creo que
está firmemente convencido de lo que dice. Piensa que somos una amenaza real.
-Eso es ridículo.- Desestimó la muchacha.-
-Esa idea no parte únicamente de él. Tiene
confirmaciones por parte de otros. Alguien le ha estado apoyando. Y esa persona
o personas deben de tener mucho poder para acceder a esa clase de información.
No me gusta, pero confío en que nuestros amigos saldrán con bien de esto. Espero
haberles ayudado.- Añadió el alien.-
- Estoy segura de que así será. - Sonrió
animosamente Susan, para proponerle de inmediato, casi sin pensar. – ¿Te
gustaría tomar algo?
Giaal
la observó, al parecer sin terminar de entender lo que eso significaba. Quizás
se refiriese a que él debería sentir hambre, pero su metabolismo era mucho más
adaptable que el de los humanos y precisaba menos cantidad de alimento. Además,
disponía de alubias mágicas.
- No me hace falta por ahora, pero gracias por tu interés,
creo que será mejor volver a donde estaba, por si vuelven a necesitarme. -
Respondió con su habitual afabilidad. -
Susan
asintió algo decepcionada. Pero claro, por las palabras que respondió Giaal, no
parecía haber comprendido el significado exacto de esa proposición, ni el
contexto en el que ella la hizo. De modo que la joven insistió con un tono
bastante jovial.
- Podríamos charlar un poco mientras esperamos. Así
me podrás contar cosas de tu mundo y del espacio.
El
semblante del alíen se iluminó con una cordial sonrisa según asentía y
contestaba.
- Esa es una estupenda idea, yo también tengo
curiosidad y muchas ganas de aprender de vosotros.
Y ambos volvieron al barracón donde él
provisionalmente se alojaba, pero ahora con mucho mejor humor del que tenían
cuando salieron. Él se sentó en su camastro y ella se quedó a la puerta en pie.
Aunque fue el extraterrestre quien con gesto amable le ofreció.
-Por favor. Siéntate. Estarás incómoda todo el rato
en pie.
-No te preocupes, es el reglamento. – Pudo sonreír
ella. - En tanto deba estar a tu custodia. Supongo que ya quedará poco. -
Aunque tras esta aclaración le preguntó. - ¿Has viajado mucho por el universo?
-Sí, bastante – afirmó él. - He recorrido muchos
planetas, incluyendo la Tierra, pero entonces solamente era un bebé, ni me
acuerdo de eso.
-Yo siempre quise viajar al espacio. – Comentó la
chica. - Aunque nunca imaginé que esto iba a ser así.
-¿Cómo lo imaginabas?- Quiso saber su
interlocutor con evidente interés. -
-Bueno, no te rías, pero como en las películas.
Viajando de un planeta a otro, viviendo aventuras y conociendo nuevas formas de
vida. Pero sin tener que perder compañeros por el camino. – Remachó ahora con
un semblante más triste a la par que decía. - Y sobre todo, que podría volver a
casa cuando quisiera, o al menos en unos meses o un año. Para contarles todas
mis hazañas a mis padres y a mí hermana pequeña. Aunque nos advirtieron que de
este viaje quizás no se podría volver yo solamente esperaba que recorreríamos
nuestro sistema solar y poco más.
-No pierdas la esperanza. – La animó él, para
cambiar de tercio y desvelarle. - Yo también tengo a mis padres y a una hermana
menor. Y me sucede lo mismo que a ti. Les echo mucho de menos.
-Sí, mis padres son estupendos. Aunque no siempre me
apoyaron cuando quise enrolarme en la milicia e ir a la Academia. Ya sabes.
Creían que no era algo para una chica.
-¿Porqué?- Inquirió él con perplejidad en el tono.-
-Bueno.- Pudo replicar su contertulia, también sorprendida.-En
la Tierra, todavía hoy, se cree que las mujeres no deberíamos hacer según qué
cosas.
-¿Cómo cuáles?- Quiso saber Giaal.-
-Pues combatir, o mandar por ejemplo.- Le citó
ella.-
-Puedo asegurarte que mi madre es tan diestra en el
arte de luchar como mi padre. Y manda mucho mejor.- Afirmó él.-
Susan
se rio sin poderlo evitar. Aunque tras ver el estupor reflejado en el rostro de
ese muchacho enseguida comentó.
-No lo tomes a mal, es que me ha hecho gracia. Mi padre
siempre se quejaba de que era mi madre la que le decía todo lo que tenía que hacer.
-En tal caso, las mujeres en tu mundo son poderosas.
No comprendo cuál es el problema.
-Es algo complicado.- Suspiró ella ahora.-
Lo
cierto es que era bastante difícil de explicar. Siendo como se consideraba una
feminista convencida, Susan podría tener argumentos para discutir eso con un
hombre. Pero claro, contando con que este fuera de su misma civilización y
planeta. Esta situación era realmente nueva. De hecho, Giaal parecía también
ser feminista. Al menos por lo que afirmaba. Aquello le habría encantado a
Debbie. Seguro que se hubiesen llevado muy bien. Así reflexionaba cuando el
alien le comentó.
-También echas mucho de menos a tu hermana. Lo percibo
con mucha claridad.
- Bueno, lo
cierto es que siempre andábamos discutiendo de pequeñas, supongo que todas las
hermanas lo hacen. Pero también éramos muy buenas amigas y nos lo contábamos
todo. Cuando crecimos nos fuimos apoyando mutuamente en nuestros sueños, la
quiero mucho. - Se rio Susan sin poderlo evitar, en tanto evocaba. - Siempre ha
sido una chica muy anárquica y ha ido por libre. Y pensar que cuando nos
peleábamos muchas veces le decía que estaba deseando perderla de vista. – Se
lamentó ahora con tono más decaído. -
-Seguro que ella sabía que no lo decías en serio. –
Le respondió Giaal, agregando solidariamente. – Yo también se lo que es
discutir con una hermana menor en etapa adolescente.
-¿Y tú?- se interesó ella para querer saber. - ¿Cómo
te decidiste a ser médico?
-Mis padres me inculcaron desde muy pequeño que
había que tratar de ayudar a los demás. Me dijeron que, en su juventud, habían
aprendido esa lección en la Tierra. Unas amigas suyas se la enseñaron. Les
dieron ejemplo de lo hermoso que es el sacrificio por los seres queridos y el
poder del amor. Y también que es bonito ayudar al que lo necesita. Sea quien
sea. Además, tal y como dije en el interrogatorio, nosotros nos criamos junto a
un gran árbol, el Makaiju. Nuestra raza se originó en él.
-¿Sois fruto de un árbol?- Inquirió la muchacha con
patente asombro, eso sí que no podía creerlo, sobre todo al recordarle a él.-
Entonces tus padres… ¿son tus padres biológicos o no?
-¡Oh sí!- rio ahora el muchacho para explicar.- Mis
padres sí nacieron de ese árbol, pero al descubrir el amor humano me
tuvieron a mí a la manera humana. Mi
madre me concibió juntándose con mi padre a vuestro modo. Bueno, ya me
entiendes. Usaron la técnica del apareamiento. Lo cierto es que yo nunca he tenido ocasión de practicarla y no sé
cómo funciona. Quizás puedas explicármelo.
Susan miró distraídamente hacia fuera de la
habitación, más que nada para que él no advirtiese que se había ruborizado
hasta las orejas. Si eso se lo hubiera dicho cualquier chico humano lo habría
tomado por una clara insinuación, ¡y hasta le habría sacudido un buen puñetazo!
(Bueno, a decir verdad. Eso hubiera dependido de cómo estuviera ese chico) Aunque
con aquel individuo desde luego que no sonaba a eso. En cualquier caso, debía
reconocerse a sí misma que no le importaría ayudarle a aprender. El sonido de
la megafonía la sacó de sus pensamientos. Era la hora del fin de las visitas.
Como norma en el calabozo el prisionero debía pasar la noche con la guardia que
vigilaría desde fuera de la celda y de otra puerta de seguridad acristalada y
blindada que había más allá. Por suerte el alien ya no estaba encerrado allí,
aunque pese a todo debían observar ciertas normas de decoro. Al menos hasta que
él saliera ya del recinto militar. De todos modos todavía quedaba tiempo para
eso y ella debía marcharse. Se avisó que la vista iba a reanudarse y le habían
comentado que su presencia allí podría ser necesaria. Así se lo expresó a
Giaal.
-Debo irme ya. Lo siento
-No te preocupes. Vuelve cuando quieras. Me gusta
hablar contigo. Eres una humana de buen corazón. - Repuso el chico como si
aquello hubiera sido una mera visita social. -
-Gracias. Nos veremos mañana.- Pudo replicar la
ruborizada muchacha.-
Se despidió con un gesto de su mano derecha y dejó
al alien. Después, Susan salió para dirigirse a la sala del juicio. Lo cierto
es que estaba confusa. Ese joven la atraía mucho. Pese a saber que su origen no
era humano, pero ¡cualquiera lo diría al verle! Podría pasar por un chico de lo
más guapo, y además interesante y enigmático. Se rio sola al imaginar que
sucedería si algún día, pudiera presentárselo a sus padres y a su hermana…
-Sí, Debbie - se sonrió ahora.- Creo que te iba a
ganar, nuestros padres iban a alucinar
mucho más con mi novio que con cualquiera de tus ligues…
Y
eso de pensar en aquel tipo como su futuro novio volvió a hacer que la
jovencita se sonrojase y se sonriese como una tonta. No obstante, enseguida se
dominó para expresar un gesto neutro de camino hacia el salón del pleno.
-Ante todo debo ser profesional.- Trataba de
convencerse.- tengo una misión que cumplir, velar por él. Y eso es lo que voy a
hacer.
Entre tanto, Mazoui y Leval, como el resto de los
presentes, permanecieron en el tribunal durante el receso que se hizo tras la
declaración de Giaal. Aguardaban con interés la llegada de Amatista que ya
estaba a punto de hacer su aparición. La joven al enterarse de lo que sucedía
se dio prisa en ir a arreglarse a su apartamento acompañada de Sandy. Después
se pasó por el laboratorio encargando a Jen que la relevase si le era posible
tras hacerle un breve resumen de lo que sucedía. Su compañera asintió de modo
solidario. Es más, había quedado sola justo en ese instante, ya le avisaron de
que así sería. Lo llevaba aguardando durante mucho tiempo.
-Pierde cuidado. Yo me ocuparé de todo. Suerte.- Le
deseó a su compañera.-
-Sé que es el día libre de Satory y de Penélope.
Pero si no te importa, iré con Amatista.- Intervino Sandy.-
-Claro, lo entiendo. Iros tranquilas, Yo me ocuparé
de todo.- Contestó con amabilidad.-
Sus compañeras se lo agradecieron con sendas
sonrisas y se marcharon. En cuanto estuvo sola, Jen sacó su Tablet y marcó. Al
poco tiempo la chica obtuvo comunicación y dijo.
-Señor. Todo va conforme a lo planeado. ¿Están
listos ya?.... muy bien. Entonces todo estará preparado. Si, ahora estoy sola.
Las demás han ido a ese juicio o tienen el día libre. ¿Debo ir allí a apoyar al
teniente Logan? Muy bien…haré lo que sea necesario. Hasta pronto entonces.
Y allí quedó Jen, decidida a culminar su labor, no
sin pesar. A su vez, la doctora Winters que fue requerida a su vez por una
comunicación también estaba lista para acudir al juzgado. Aunque no se
consideró necesario citar a Satory por el momento. Entre tanto, Ginger
terminaba su clase de kárate y al salir se topó con Michael, el amable joven la
saludó.
-Hola. ¿Ya te vas?- Le dijo como si aquello no fuese
evidente.-
-Sí. Tengo que ir a abrir la cafetería.- Sonrió la
chica.-
-Me pilla de camino. Voy contigo.- Se ofreció él.-
A la muchacha le pareció genial. Mike era un buen
muchacho y nada feo. Con un poco de suerte quizás pudieran ir pasando a algo más que la simple amistad. Aunque cuando
salían del gimnasio alguien les llamó a sus espaldas. Sorprendidos pudieron ver
a Gary que, esbozando una sonrisita triunfal, se aproximó a ambos.
-Anda, si es la parejita.- Pudo decir con expresión
de sorna para agregar.- Qué… ¿vais a dar un paseíto?...
-Es no es nada que a ti te concierna. Tanto si vamos
a hacerlo como si no.- Replicó una molesta Ginger.-
-¡Oh vamos! Era una broma. No te enfades.- Se sonrió
él mostrando un gesto más serio ahora.-
-¿Qué es lo que quieres, Gary?- Le interrogó Michael
con expresión nada amable.-
Éste suspiró encogiéndose de hombros para decir con
tintes más humildes.
-En realidad quería disculparme con vosotros… no
estuve nada correcto. Os pido perdón. Y también tengo que contaros algo. Algo
importante. Michael, tú, al igual que yo eres técnico. Seguro que lo que voy a
decirte te sorprenderá.
La
pareja de sus interlocutores se observaron con sorpresa. Aunque finalmente fue
la propia Ginger quién declaró.
-Bueno, vamos a mi cafetería y nos lo cuentas allí.
Su contertulio convino en ello y los tres se alejaron
hacia allí. Desde luego Gary tenía una cosa muy interesante que desvelar a sus
amigos. O por lo menos eso creía.
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