domingo, 6 de marzo de 2011

GWG 31.118.Duro careo

Nada más citar el nombre de Logan, Leval sonrió de forma irónica declarando del mismo modo sarcástico y despectivo.



-¡Claro, no podía tratarse de otro! , veremos si se atreve a contar todas esas mentiras en nuestra cara.

- Ese tipo es una rata.- Afirmó a su vez Mazoui dirigiéndose a su primo en voz más baja. - En privado, no creo que tenga problemas para decir cualquier calumnia que le pase por la cabeza. Pero tampoco es tonto y sabe que no puede acusar en falso a nadie o sufriría un consejo de guerra. Eso me preocupa. Debe de creer tener algo muy serio que pueda hacernos daño cuando es capaz de llegar a esto.



            Su primo convino en ello, asintiendo ahora con más preocupación. En eso Mazoui llevaba toda la razón, por mal que le cayese Logan, debía de reconocer que éste no era precisamente tonto. De todas formas enseguida lo sabrían…



-No podemos hacer otra cosa que esperar a ver con qué nos sorprende.- Suspiró resignadamente Leval.-



No obstante, aún tuvieron que aguardar unos minutos para ver llegar a su acusador. Vestía el uniforme de gala y lucía un aparatoso vendaje en la nariz. Hazzar le ordenó acercarse y le preguntó por su estado.



-¿Qué le ha ocurrido, teniente?

- Solo un accidente señor, nada de importancia.- Repuso Logan tratando de zanjar ese tema con rapidez -

- Sí - pensó Leval entre furioso y divertido. - Desde luego que sin importancia comparado a como te voy a dejar yo cuando te agarre, desgraciado...

- Teniente,- dijo Spar dirigiéndose a Logan que permanecía firme sin mirar hacia Leval y Mazoui. - Tenga la amabilidad de sentarse y si lo encuentra necesario comience a fundamentar sus acusaciones. Aunque debo recordarle que, si usted procede a ello, esto dejará de ser una sesión aclaratoria y los encausados tendrán automáticamente todos los derechos que se prevén para estos casos según el código de justicia militar del UNISON.

- A la orden, señor. Me hago cargo de ello. - Repuso respetuosamente Logan, que portaba su inefable carpeta dossier bajo un brazo. Poniéndola sobre una mesa, la abrió sacando unos cuantos documentos y aseverando con grandilocuencia - ¡Aquí tengo todas las pruebas!, para acusar a estos dos, llamémosles oficiales.

-Teniente.- Le requirió el capitán Gómez.- Los dos comparecientes son oficiales, diríjase a ellos tal y como marca el protocolo de cortesía militar.

-A la orden. Pido disculpas.- Contestó más sumisamente el interpelado para agregar.-Los oficiales acusados aquí presentes,-  ahora sí les miró con inquina en tanto sentenciaba. - Son un grave peligro para todos nosotros. Se han confabulado con extraterrestres y no están solos en sus planes. Tienen el apoyo de más personas a bordo de esta nave.

-¡Oh! - Intervino  Leval con ironía. - Sí claro, no te has fijado que el contraalmirante también es un extraterrestre...- Mazoui le dio un golpe suave a  su primo para que se callase, pero no a tiempo de que Spar, molestó por lo irreverente esta observación,  le reprendiese. -

- Teniente, primero no tiene usted aún el uso de la palabra. Segundo ni siquiera de forma irónica es usted quién para citarme a mí o a cualquier otro miembro del consejo a modo de chanza.

- Lo siento, señor, no volverá a ocurrir.- Se disculpó el interpelado, arrepentido de esa estupidez, ante la sonrisa de triunfo de su acusador, eso era un punto para él. -

- Eso espero, sino le abriré expediente disciplinario,- le advirtió Spar que miró ahora a Logan  dirigiéndose a él. - Vamos a ignorar ese comentario. Debo suponer que, desde este mismo momento, esta sesión pasa de ser una convocatoria de aclaración a un careo que constituya el inicio de una acusación formal..

-Sí señor.- Asintió Cedric.-

 -En tal caso, debo de preguntar a los ahora ya acusados si desean un oficial que actúe como abogado de la defensa. Tienen  ese derecho.

-Gracias señor, pero no nos es necesario. Nosotros somos capaces de defendernos.- Rehusó Leval con el asentimiento de su primo.-

-En tal caso ustedes se ocuparán de su propia defensa. Muy bien, es su derecho. – Convino Spar para dirigirse de seguido al acusador.- Teniente Logan. Puede usted continuar...

- Con mucho gusto señor, verá.- El improvisado fiscal se levantó portando unos documentos que dejó al contraalmirante. - Estos son expedientes de ambos oficiales. Aquí se demuestra su origen y también su relación con personas de dudosa índole. La hermana del teniente Malden a punto estuvo de provocar una autentica tragedia en New York. Servía a las fuerzas del mal y fue reconocida por numerosas personas. El mismo mayor O´ Brian causó daños a la propiedad pública en la misma ciudad y recientemente yo mismo fui testigo junto a otros compañeros de uno de sus llamados ataques. Pueden ustedes preguntar en el disco bar y allí se lo confirmarán.

- Ya veo - musitó Spar leyendo los informes algo por encima y  preguntando extrañado. -  ¿Cómo es que estos papeles obran en su poder, teniente?..

- Mi padre, como sabrá, es un general muy influyente,- le explicó Logan, por supuesto Spar lo sabía pero ante ese tribunal tenía la obligación de preguntarle. El muchacho sonrió con visible satisfacción para agregar. - Al poco de salir de la Tierra. Cuando le conté que clase de compañeros tenía, enseguida comenzó sus investigaciones. Pudo remitírmelas antes de que desapareciéramos por ese extraño agujero.

-¿Por qué no puso en conocimiento del alto mando esa información con anterioridad, teniente?- Quiso saber Hazzar.-

-Motivos de confidencialidad, señor.- Contestó éste explicando de seguido.- Mientras no tuviera pruebas que demostrasen la peligrosidad de ambos oficiales mi deber y mis órdenes eran las de no intervenir ni mostrar estos documentos.



Los dos acusados se miraron con gesto de sorpresa, aún no podían creer que ese maldito Logan tuviera esa información. Realmente su padre debía de ser un mando muy influyente. Y aquello no era más que otra andanada en su contra. Sobre todo cuando Spar se dirigió ahora hacia ellos preguntándoles con visible sorpresa.



- Mayor, teniente. ¿Son ciertas estas acusaciones?

- Esos informes sí, señor.- Ratificó Mazoui, que sin embargo matizó - pero tienen una justificación.

- En el caso de mi hermana por ejemplo,-  intervino Leval, explicando de forma más comedida y calmada. - Estaba controlada por una secta que mis padres destruyeron,  o al menos eso habían creído, veinte años antes.

- Mis reacciones eran fruto de mis hormonas, señor,- justificó Mazoui. - Mi padre adoptivo es médico y se lo podría confirmar. De todas formas nunca he hecho daño a nadie...que no lo mereciese claro.



Y en tanto remachaba estas afirmaciones miró a Logan de soslayo con una evidente muestra de aviso que éste eludió desviando la vista. 



- Eso habría que dejarlo en manos de tribunales de justicia civiles, señores.- Declaró Spar dirigiéndose a los tres. - A mí no me interesan los hechos acaecidos hace diez, veinte o un año. Y mucho menos los protagonizados por la hermana del teniente Malden, quien supongo, no pertenece al ejército.¿Es así teniente Logan?

-No, señor.- Admitió el interpelado.- Esa señorita en cuestión es civil. Solamente he mencionado su caso para poner en contexto la situación.



            Leval desde luego tuvo que recurrir a su autocontrol y contenerse para no estampar a ese idiota contra una pared allí mismo. ¿Cómo se atrevía a mezcla a Kerria en esto?Aunque trató de olvidarse de eso, en tanto su superior continuaba hablando.



-Aquí únicamente interesan los hechos relativos a la etapa en la que los acusados hayan estado bajo mi mando, es decir. Tras el embarque. O, en su defecto, los acontecimientos que hayan sucedido estando ellos sujetos a la disciplina militar.

- Con su permiso señor,- respondió Cedric argumentando de seguido. - Como acabo de mencionar, trato de establecer un patrón de conducta y de demostrar que han existido precedentes. Aunque también tengo pruebas de actos irregulares aquí en la nave. Ese fluido viscoso, los ataques de naves alienígenas. Es mucha casualidad que todo se resolviese cuando ambos bajaban al planeta de turno. O salían a entablar batalla.

- Si se me permite responder, señor,- le pidió Mazoui con aplomo, a lo que Spar asintió. -Bajábamos nosotros porque dadas nuestras características físicas teníamos mayores probabilidades de acometer con éxito  esas misiones. Siempre nos ofrecimos voluntarios. Nadie impidió al teniente Logan hacer lo propio...

-¿Qué dices? - Interrumpió éste con voz desafiante. - ¿Acaso me estás llamando cobarde, maldito monstruo?



            El interpelado se enfureció pero supo contenerse, recordó ese consejo que le diera el padre de Leval hacía tanto tiempo y la razón que tenía. El enemigo iba a tratar de explotar cualquier debilidad. Responder con ira era exactamente lo que ese bastardo quería que hiciera para arruinar su carrera y darle fundamento a las acusaciones. Su mismo primo había cometido un error anteriormente, llevado por su indignación y él no iba a repetirlo. Aunque tuvo que apretar los dientes y concentrarse en mantener su aplomo, lo logró. Afortunadamente Spar no tardó  en reprender a Logan.



- Teniente, sea un acusado o no, el mayor O´Brian sigue siendo superior suyo, no le toleraré otra falta de respeto como esa, llevando esto al terreno personal. Ni que interrumpa de nuevo la argumentación del mayor. De lo contrario tomaré contra usted las mismas medidas que he mencionado al teniente Malden. ¿Está claro?

- Sí, señor.- Repuso Logan, bajando la cabeza para musitar.  – No debí decir eso, presento mis disculpas al mayor O´ Brian y al tribunal.

- Está bien – convino Spar que ahora se dirigió a Mazoui. - Puede usted continuar, mayor...

- Gracias señor, con la venia -  contestó éste ya calmado, mientras pensaba. - Este Logan es muy listo. No perdió el control, está claro que lo ha hecho  adrede. Hubiese querido enfurecerme para sacarme de mis casillas, debo tener mucho cuidado con él.- Por fin, tras una leve y estudiada pausa añadió dirigiéndose a sus superiores. - Como estaba explicando antes de ser interrumpido, nos ofrecimos voluntarios sólo por el bien de la nave y por qué creímos que ese era nuestro deber, no creo que eso constituya ningún tipo de traición.

- En absoluto,- afirmó Spar  acordándose a su vez. – Además, yo mismo les ascendí y condecoré. Lo recuerdo bien. Teniente Logan, deberá usted presentar argumentos más sólidos.- Remachó ahora con evidente malestar -

- Los tengo señor.- Aseveró el interpelado que insistió - ese fluido por ejemplo, ¿qué me dicen de eso?



            Leval pidió turno de réplica que le fue otorgado para contestar a  aquello.



- Ese fluido nos era totalmente ajeno, provino de un accidente en el laboratorio, nosotros ayudamos a acabar con él.

-¡Ahí quería llegar!,- terció Logan que pareció haber recibido una inspiración con esas palabras. - ¿Quiénes son las científicas encargadas del laboratorio? - Se respondió a sí mismo tras una pausa dramática  y la consulta de sus folios. - Yo se lo diré, Amatista Lassart, la digamos novia del teniente Malden. Sandy Ann Wallance, Satory Masters y Penélope Winters, ¡qué casualidad! .Todas muy amigas de los acusados. Incluso me consta que fue con la señorita Wallance con quién el Mayor O ‘Brian protagonizó uno de sus escándalos... ¡A saber qué clase de cosas le haría a esa pobre chica! ¡O quizás emplease algún tipo de sugestión para ponerla de su lado!



            Mazoui se removió en su silla, pero nuevamente se dijo que debía mantenerse frío ante la provocación. Fue su primo el que intervino con indignación dirigiéndose a Spar, deseando ahora tomarse su revancha para contraatacar.



- ¡Señor!, ¡protesto!, no veo que tienen que ver esas personas en esto. Son personal civil. No poseen ningún tipo de relación con el sector miliar aparte de sus labores de asesoría, que tanto nos han ayudado. ¿Es acaso un delito que sean nuestras amigas? ¿Qué pruebas pretende mostrar aquí el teniente Logan? ¿Meras suposiciones? ¿Se lo está imaginando todo o acaso lo único que tiene es envidia? ¿Acaso no es cierto que él mismo intentó salir con la señorita Lassart y no lo consiguió? ¿Es que tiene que cebarse con ella y sus compañeras, que tanto han hecho por esta nave en momentos de dificultad, sólo para vengarse de su fracaso personal?

- ¡Te sorprenderías de lo que conseguí, amigo!- rio Logan remachando con sorna. -No creo que tú lo hayas logrado todavía...



            Leval se levantó furioso pero Mazoui le sujetó con rapidez para evitar que se abalanzase sobre aquel tipo.



-¡Voy a romperte la cara!,- le espetó el chico fuera de sus casillas. - ¡Sólo eres un cerdo asqueroso y mezquino!

- Eso ya lo veremos, la verdad escuece ¿eh? - Le respondió su polemista con sorna y sin parecer en absoluto intimidado. -

-¡La única verdad que hay aquí es que tú me impediste verla con trucos sucios! - Repuso un enfurecido Leval, añadiendo  con mirada llena de amenaza. -Tienes suerte de que estemos en un juicio, sino te haría tragarte todo lo que has dicho.

-¡Basta!- le pidió autoritariamente Mazoui que sujetaba a su primo teniendo que recurrir a todas sus fuerzas. - Tranquilízate, no empeores las cosas, eso es lo que él quiere.



La voz del enfadado contraalmirante tronó en toda la sala y todos se callaron de inmediato...



-¡Ya está bien! ¿Se creen que esto es un corral para que puedan dirimir sus disputas particulares? Teniente Logan, más le vale que sus acusaciones no obedezcan a una revancha por una mujer. Sino será usted encausado por un consejo de Guerra...

- En absoluto,- repuso éste palideciendo y casi con balbuceos. - No señor, le aseguro que todo está bien fundamentado, sólo que aún no he podido llegar al fondo del asunto.-



El contraalmirante  pasó a reprender a Leval sin hacer aparentemente caso a Logan.



- Teniente Malden, se lo advierto por segunda y última vez, no toleraré ni más amenazas ni más discusiones callejeras. Estamos en un proceso militar y no en un bar. Es usted un oficial, ¡compórtese como tal!

- Tiene usted razón,- admitió Leval que se calmó. Mazoui visiblemente aliviado pudo soltarlo. - Sí señor, lo siento. No volverá a suceder.-  Remachó humildemente y volvió a sentarse. -



            Spar, algo cansado de todo aquello, le ordenó a Logan que llegase de una vez al fondo de ese asunto. Éste  asintió y comenzó su explicación.



-Para que este tribunal comprueba que mis palabras no son debidas a ningún tipo de revancha personal les daré cuenta de mis averiguaciones. He conseguido informes sobre la señorita Lassart. También ella es descendiente de extraterrestres. Su padre y su madre, un tal Diamante y una tal Esmeralda, cuyo apellido de soltera era Deveraux.



Uno de los capitanes que estaban al extremo de la mesa intervino preguntando muy interesado al escuchar esto último.



-¿Se refiere a la famosa modelo y diseñadora? ¿Esmeralda Deveraux?

-¿Sabe usted de quién se trata, capitán Chang? ¿Le es familiar el nombre? - Le preguntó Hazzar también lleno de curiosidad. -

- Sí, señor, era una cotizada modelo y diseñadora. Muy atractiva, si se me permite opinar. - Afirmó éste para añadir, incluso con buen talante. - Cuando era un muchacho de academia la admiraba mucho. En realidad casi todos teníamos algún póster suyo...

- Bueno, ser hija de una modelo no es signo de traición, teniente. Vaya al grano. - Suspiró Spar que comenzaba a aburrirse de todas esas acusaciones aparentemente tan vacías de contenido. -

- Eso no, por supuesto. - Convino el acusador que, sin embargo, añadió con voz taimada para asombro de los dos chicos. – En cambio esto sí. Verán, señores del tribunal. La mencionada modelo y su esposo pertenecían a una organización llamada "Luna Negra" que pretendía conquistar nuestro planeta.- Explicó Logan sacando más folios y sentenciando con seguridad. - Tengo pruebas de eso.

- Para rebatir esas acusaciones no solamente la señorita Lassart debería estar aquí, sino también sus padres, eso es imposible. - Respondió conciliatoriamente Spar que reconoció. - Y esos hechos escapan a nuestra competencia. Ni siquiera tenemos autoridad para llamar a la señorita Lassart, si no se prueba que represente algún peligro real contra nuestra nave. O que se haya declarado el estado de excepción o la ley marcial.

- Con su permiso, señor,- terció Leval ahora con un tono más sereno. - Si la llamase estoy seguro de que ella misma vendría a defenderse y dar su versión de los hechos. Aunque desde luego que no tiene por qué.

- Adelante, puede usted hacerlo,- le autorizó Spar que se levantó dando a su mazo para indicar. -Haremos un receso hasta que la señorita Lassart llegue....

- Y con la venia, antes de la pausa. Quiero poner de manifiesto otra cosa de la que no puede olvidarse este tribunal. - Añadió Logan, antes de que el contraalmirante se marchara, remarcando la palabra tribunal con manifiesto regocijo y sibilina coba. - Ese extraterrestre que ambos acusados han traído por su cuenta y riesgo aquí, obviando todo tipo de medidas cautelares. Para ellos y para la nave. Sería bueno que lo interrogasen para que pudiera aclararnos sus intenciones.

- No me consta hasta el momento que ese alíen haya hecho o dicho nada en contra de la seguridad de esta nave.- Intervino Hazzar añadiendo con rotundidad. - Yo  mismo mantuve una conversación con él y me pareció un ser extremadamente pacífico y afable.



            El contraalmirante tomó entonces la palabra con tono preventivo.



- De todos modos, debemos hacerle comparecer aquí, para que dé su versión, y vendrá en calidad de testigo, no de acusado, ¿queda claro, teniente?-. Inquirió Spar, otra vez ocupando su asiento, dirigiéndose a Logan. -

- Perfectamente señor, no le acusaré de nada si no tiene nada que ocultar. Además, él no es militar. Solo le formularé unas preguntas objetivas. - Convino el aludido con respetuoso tono. -



             Y por fin el contraalmirante Spar dio por aplazada la sesión, se levantó de su puesto y se alejó por una salida cercana a su estrado. Leval y Mazoui se levantaron también de sus sillas y salieron de la sala sin mirar siquiera a Logan, pero cuando acababan de cruzar la puerta, fueron alcanzados por el comodoro Hazzar.



- Tengo que hablaros,- ambos se pusieron firmes pero el comodoro con un rápido gesto les dejó que descansasen. - Muchachos, personalmente pienso que ese tal Logan es un necio. No creo nada de lo que dice. Pero en virtud de la ley militar estamos obligados a sopesar las posibles pruebas que presente. Sabed que estaré de vuestra parte y trataré de influir en el contraalmirante a vuestro favor, pero el comodoro Perman es amigo personal del padre de Logan. La cosa no será tan fácil, así que por favor, tratad de controlaros. Si os mostráis agresivos o furiosos le estaréis haciendo el juego a él para sustentar sus acusaciones.



            Ambos chicos se miraron y asintieron con gravedad. Ya se habían dado cuenta de eso. Su superior desde luego, trataba de ayudarles.



- Muchas gracias, señor,- repuso Mazoui. - Lo tendremos en cuenta.

- Sí, se lo agradecemos,- añadió Leval asegurándole de inmediato. - Puede usted confiar en nosotros, no le decepcionaremos, comodoro.

- Lo sé, pero andaros con mucho tiento desde ahora. - Asintió Hazzar que se alejó de ellos en dirección al resto de los integrantes de la mesa. -



            Leval entonces se puso en contacto con Amatista. Cuando le explicó lo que sucedía la muchacha al principio no podía creer todo aquello, ese Logan era aun mucho más miserable de lo que había pensado.



-¿Cómo has dicho? ¿Acusados de qué?- Exclamó en tanto hablaba con su teléfono móvil.-¡Será canalla!

           

            Estaba todavía con Sandy, la morena científica escuchaba con atención, viendo por la expresión de su compañera que aquello era bastante serio.



-Claro que iré. No, no te preocupes, me sabré controlar.- Añadió sonriendo ahora levemente para sentenciar.- Sí, claro que es lo que él quiere. Vino por aquí hace unas horas y le dejé un recuerdo...Sí, la nariz...De acuerdo. Iré enseguida..., en cuanto pueda. Te quiero..-Se despidió.-



            Ante la mirada expectante de Sandy, Amatista le contó lo que ocurría.



-No voy a dejar que esto quede así. Ese tipo se va a enterar.- Declaró la francesa.-

-Ten cuidado.- Le pidió su compañera que parecía preocupada.-

-Tranquila. Usaré la cabeza.- Le aseguró su interlocutora.-

-Un buen cabezazo es realmente algo de temer.- Se permitió bromear Sandy.-



            Eso hizo reír a su amiga, aunque Amatista negó precisamente con la cabeza para decir.



-Ya sabes a lo que me refiero. Aunque lo otro tampoco sería mala idea. Sin embargo, eso únicamente reforzaría las acusaciones de ese sinvergüenza. Debo ayudar a Leval y a Mazoui y por supuesto, limpiar mi nombre y el de sus padres. 

-Claro.- Pudo musitar su interlocutora que parecía algo nerviosa.-



             Ahora estaba asustada. ¿Y si la llamaban a declarar a ella también? ¿Acaso ese tipo podría tener alguna cosa que la comprometiera? ¿Y si su secreto salía a la luz durante ese juicio? Suspiró abrazándose  en tanto paseaba por el salón de su piso. Entre tanto Amatista comentó antes de salir.



-Tendré que arreglarme un poco antes de ir. Mi amiga Ky siempre me decía que la apariencia es muy importante en un juicio.

-¿Quién?- Quiso saber su contertulia.-

-La hermana pequeña de Leval, mi amiga Kerria. Estudia derecho.- Le aclaró Amatista con un toque de cariño y nostalgia.-



            Y salió de allí para hacer escala en su propio apartamento. Antes de seguirla, Sandy suspiró.



-Quizás ha llegado el momento.- Se dijo con pesar.- Una vez más tendré que perderlo todo.



Por su lado, tanto Leval como Mazoui esperaban impacientes la llegada de su respectivamente novia y amiga. En cuanto Amatista declarase seguro que lo aclararían todo de una vez por todas. El tiempo del receso transcurrió enseguida, aunque la muchacha no había llegado todavía. Empero, dio ocasión a que Giaal fuera llevado hasta la sala. Todavía estaba con Susan, aguardando en una habitación libre que le habían asignado de modo provisional.



-No sé, no me gusta esto.- Comentaba la alférez.- Hace mucho que se fueron y no han vuelto, ni han contactado. Espero que todo marche bien.

-Creo que no vamos a tardar mucho en averiguarlo.- Respondió resignadamente Giaal.-



            Apenas había concluido la frase cuando tres soldados, comandados por un sargento, entraron.



-¿Es usted el señor Ginga?- Quiso saber el suboficial.

-Sí, soy yo.- Admitió Giaal.-

-Debe acompañarnos.- Le indicó el suboficial.-

-¿A dónde le llevan, sargento? - Quiso saber Susan.-

-Tiene que declarar.- Repuso éste con sequedad.-



            Apenas se digno mirar a la joven y esta, con evidente contrariedad, le llamó al orden.



-Soy su superior en rango. Cuádrese de inmediato y responda a mi pregunta.- Le ordenó ella.-



            El suboficial intercambió algunas miradas de malestar con sus soldados y finalmente obedeció, respondiendo.



-Son órdenes del contralmirante Spar. El...invitado.- Dijo eligiendo cuidadosamente sus palabras.- Tiene que prestar declaración en una vista contra dos oficiales.

-¿Quiénes son esos oficiales?- inquirió Susan, aunque ya lo sospechaba.-

-Lo lamento, señora. No tengo esa información.- Replicó su interlocutor.-

-Iré contigo.- Se ofreció ella, dirigiéndose ahora a Giaal.-



            Aunque aquel sargento se interpuso entre el alien y ella, afirmando con tono más seco.



-Las órdenes solamente hacen referencia al señor Ginga.

-¡Empiezo a estar harta de su actitud! Raya la insubordinación. - Replicó la enojada chica.- Daré parte de usted.

           

            Ese individuo daba la impresión de no tomarla en serio. Parecía que iba a decir algo, aunque Giaal se adelantó, tratando de calmar a la joven.



-Estaré bien. No temas. No quieren hacerme ningún daño.





A su pesar, Susan tuvo que aceptar aquello, permitiendo que el extraterrestre acompañase a esos tipos. De este modo, escoltado por un par de soldados aunque sin otro tipo de medidas cautelares, Giaal llegó al salón de la vista y fue invitado a sentarse para responder a unas preguntas. Con gesto tranquilo no puso objeción, e inteligentemente  no quiso alarmar a la concurrencia sin necesidad, de modo que mantuvo su apariencia humana.



-No pienso quedarme aquí. El mayor O ‘Brian me puso a su cargo. - Masculló Susan.-



            Y no dudó en ir tras esos individuos. Por fortuna nadie la detuvo. Entró en esa sala y se sentó lo más cerca de él, en un banco situado apenas a unos tres metros más atrás. Ahora, que más que custodiarle, le animaba con una mirada llena de solidaridad en cuanto le hicieron subir a un estrado a declarar.



- Buenos días. Ante todo no se alarme. Está usted aquí en calidad de testigo. - Recordó Spar añadiendo con amabilidad. - No se le acusa de nada y me consta que ha causado usted muy buena impresión en algunos de mis mandos y oficiales.

- Gracias y buenos días. - Respondió lacónica pero suavemente el chico. –

- Espero que haya sido usted bien tratado por nuestro personal dentro de los límites del protocolo de aislamiento.- Comentó el contralmirante.-

- Lo he sido. Debo agradecer en especial a estos oficiales aquí presentes y a otro más sus atenciones y su amabilidad.- Replicó el testigo refiriéndose entre otros a los dos acusados y mirando de reojo a Susan que sonrió azorada.-

- Nos alegramos de ello. Ahora, si tiene usted la bondad, el teniente Logan le hará algunas preguntas. – Le informó Hazzar. -



            Giaal asintió. Con gesto aparentemente cordial, Logan avanzó hacia el extraterrestre provisto de una hoja en la que debía de llevar preparadas sus cuestiones. Como inicio a su interrogatorio quiso saber con un tono bastante amable.



- Supongo que usted tendrá un nombre. Nos gustaría que nos informase de cómo se llama para que no debamos dirigirnos a usted con términos que, quizás puedan parecer peyorativos a algunos de los aquí presentes.

-¿Por ejemplo?- Preguntó Giaal a su vez. -



Logan sonrió, eso le había venido bien, así que respondió con sumo gusto.



- No quisiera tener que llamarle extraterrestre, alíen o marciano.

- No soy de Marte pero los otros dos términos, teniendo en cuanta mi procedencia, son correctos.- Declaró serenamente su interlocutor que agregó entonces. - De todas formas, ya saben cómo me llamo. Los amables soldados que me han acompañado hasta aquí se dirigieron a mí por mi apellido. Pero para que conste, y si eso es tan importante para usted, le diré que me llamo Giaal Ginga.



            Susan se sonrió, esa había sido una buena réplica. Hasta creyó ver que el gesto del teniente Logan se había contraído en una mueca de contrariedad. Pero este se rehízo de inmediato.



- Muy bien, le llamaré señor Ginga, si nadie tiene objeción. - Comentó el acusador paseando su mirada por Mazoui y Leval que sólo respondieron con una expresión dura. - ¿Jura usted decir la verdad?

-Siempre lo hago.- Contestó tranquilamente el interpelado.-

-Es una fórmula obligatoria. Debe usted comprometerse. No sé si tendrá algún credo o religión que profese o algo sagrado para prometerlo o jurarlo en su nombre.- Contestó el desconcertado fiscal.-

-Bueno, puedo prometerle en nombre del sagrado Makaiju, el árbol padre de mi raza, que diré la verdad.  Si eso le sirve.- Declaró Giaal.-



            Logan consultó con la mirada a sus superiores en el tribunal. El contralmirante asintió y el oficial entonces prosiguió.



 -Muy bien. Eso tendrá que servir. Así que, señor Ginga, usted llegó a esta nave con la ayuda de esos dos oficiales, ¿es eso correcto?

- No del todo. Al principio fui yo mismo el que entré en su busca. - Desveló Giaal. -

- Luego ya les conocía. - Sugirió sutilmente Logan. -

- No personalmente. Tenía informes sobre ellos. Mis padres eran amigos de los suyos y me hablaron de sus facultades. Necesitaba su ayuda y la de Amatista, para salvar a un mundo.

-Entiendo que alude a la señorita Amatista Lassart ¿Qué tiene que ver con todo esto?- Inquirió agudamente Logan, tan sorprendido ahora como el resto queriendo saber. - ¿Acaso goza de poderes fuera de lo normal como esos dos oficiales? ¿O es que ella también es una extraterrestre infiltrada?

- Lo que sé es que su voz y sus canciones transmitieron la curación a ese planeta que yo quería salvar. - Puntualizó Giaal para mayor sorpresa de todos. -



Logan esbozó una sonrisa incrédula y movió la cabeza avisando al interrogado, no sin algo de burla implícita en su deliberadamente fingida condescendencia.



- Debo recordarle, o simplemente informarle, si no lo sabe, que aquí no se puede mentir. No es correcto que trate de engañar a este tribunal ni mucho menos que intente reírse de él. Acaba usted de prometer decir la verdad en nombre de su… bueno, de su deidad.



Giaal le observó a su vez con incredulidad e incluso algo de contrariedad. No le gustaba esa forma de hablar que tenía aquel humano. Él no era tonto y conocía perfectamente esas reglas. Además, sabía perfectamente lo que había prometido. Así que respondió, eso sí, sin perder en absoluto su tranquilidad de ánimo.



- No miento. Esa es toda la verdad. Puede preguntárselo a Amatista si lo desea. Y estoy al tanto de sus normas, acabo de prometérselo. Se lo digo por si es usted quién no lo recuerda.



Aquello hizo que Leval, hasta ese instante serio, sonriera divertido ante el gesto desconcertado de Logan, éste no obstante supo rehacerse y añadió contra el acusado.



- No creo que el estar sometido a sospecha de traición sea gracioso, teniente Malden.

- Eso no, pero sí los patéticos intentos de quien intenta demostrar como sea una mentira así. —Replicó de inmediato el aludido. -



No hubo lugar a otra contra réplica, Spar tomó la palabra dirigiéndose a Logan.



- ¿Tiene alguna pregunta más que hacer, teniente?



Logan no sabía ya por donde atacar. Ese tipo le desarmaba con su serena confianza y con sus rápidas y sinceras respuestas. Aunque entonces tuvo una idea y preguntó, retomando su tranquilidad.



- Cuando usted entró en esta nave, ¿no se le ocurrió pensar en que podría ser una amenaza biológica para los que vivimos en ella?

- Tenía la certeza de que no era así. Yo soy médico estelar y nunca pondría en peligro a formas inteligentes de vida.

-¿Médico estelar?- Se sonrió Cedric agregando con retintín y patente sorna. - ¿En qué universidad se estudia eso?

- En la de mi mundo de origen, y se avala después con prácticas alrededor del Cosmos.- Respondió pacientemente Giaal, añadiendo a su vez. - ¿Acaso sus médicos tienen experiencia en otros planetas además del suyo?

-¡Vaya una tontería!- Se limitó a decir Logan, aun sorprendido por esa réplica. -

- Con el debido respeto, si me permite intervenir. Señor - Comentó Mazoui levantándose de su sitio.-



Spar se lo autorizó con un gesto de su mano y el muchacho aseveró.



- No veo por qué tiene que ser una tontería. ¿Acaso no hemos comprobado ya en numerosas ocasiones que en el universo hay otras muchas civilizaciones y formas de vida, algunas de ellas, bastante más avanzadas que la nuestra?



Hubo un largo silencio en el que nadie tomó la palabra, hasta que el propio Mazoui añadió.



- Alguien con unos conocimientos médicos que abarquen varias especies y formas de vida inteligentes como los que posee el interrogado nos puede prestar un servicio enormemente útil.  Y ya que el teniente Logan se ha empeñado en hablar sobre las posibles enfermedades que  éste podría haber traído, prosigamos esa línea argumental. Por cierto, se ha demostrado vía análisis que el testigo no padece ni es portador de nada que deba preocuparnos. Sin embargo, yo hablaré acerca de las posibles curas y soluciones que nuestro invitado puede tener para otras que desconozcamos y que en un futuro podrían amenazarnos. Imagínense el tiempo, los conocimientos y lo que es más importante, las posibles vidas humanas que podríamos perder, de no contar a bordo con el señor Giaal Ginga y sus conocimientos.



Los mandos se miraron unos a otros asintiendo con seguridad. Eso tenía mucho sentido, desde luego. Aunque para Logan, significó otro revés que quiso quitarse de encima cuanto antes.



- Ya no hay más preguntas. - Pudo decir con evidente malestar. -



Tanto Leval como Mazoui sonrieron satisfechos, en ese instante Spar tomó la palabra dirigiéndose a Giaal.



- Nada más, ha sido usted muy amable, puede retirarse si lo desea, nos alegramos de tenerle a bordo. Le presento nuestras disculpas en nombre del UNISON y del mando de esta nave por cualquier inconveniencia que se le haya podido causar. Y desde ahora queda en libertad para salir del recinto militar. Aunque todavía estará usted acompañado por uno de nuestros oficiales, confío en que no sea una molestia. – Sentenció el contralmirante.-

- Gracias señor. No se preocupe, no es ninguna molesta, más bien al contrario. Agradezco profundamente las muestras de interés que se han tomado por mi bienestar. -  Respondió cortésmente el alíen que se levantó marchándose de la sala, aunque entonces, volviéndose de nuevo al tribunal, preguntó.- ¿Serían tan amables de concederme una pequeña petición?

-Bueno, si es razonable y está en nuestra mano hacerlo.- Intervino Hazzar.-

-Me gustaría que esa amable oficial que ha estado ocupándose de mi bienestar, sea quien me tutele.- les pidió refiriéndose a una azorada Susan.-



            Hazzar y Spar se miraron. El contralmirante asintió y el comodoro le ordenó a la joven.



-Ya lo ha oído alférez. Siga usted cumpliendo con ese cometido.

-A sus órdenes, señor.- Repuso entusiásticamente ella.-



 Hunter sonrió, sentía cada vez mayor admiración por ese muchacho. No sólo había demostrado ser una buena persona, o extraterrestre o lo que fuese, también deseaba ayudar a todos los que vivían en la gran nave. Tal y como el mayor O’ Brian dijo, seguro que iba a ser un valiosísimo aliado. Si alguna vez se les presentaba una enfermedad desconocida para la ciencia médica terrestre. Y estaba encantada de que él hubiera solicitado que fuese ella quien se encargase de acompañarle. Salieron de la sala tras obtener el beneplácito de sus superiores cuando Giaal la  sacó de esos pensamientos dirigiéndose a ella.



- Ese hombre tiene malas intenciones, detecto en él mucho odio y envidia dirigidos hacia Mazoui y Leval. Pero hay algo más. No hace esto simplemente por una vendetta personal. Tampoco se lo inventa. Creo que está firmemente convencido de lo que dice. Piensa que somos una amenaza real.

-Eso es ridículo.- Desestimó la muchacha.-

-Esa idea no parte únicamente de él. Tiene confirmaciones por parte de otros. Alguien le ha estado apoyando. Y esa persona o personas deben de tener mucho poder para acceder a esa clase de información. No me gusta, pero confío en que nuestros amigos saldrán con bien de esto. Espero haberles ayudado.- Añadió el alien.-

- Estoy segura de que así será. - Sonrió animosamente Susan, para proponerle de inmediato, casi sin pensar. – ¿Te gustaría tomar algo?



            Giaal la observó, al parecer sin terminar de entender lo que eso significaba. Quizás se refiriese a que él debería sentir hambre, pero su metabolismo era mucho más adaptable que el de los humanos y precisaba menos cantidad de alimento. Además, disponía de alubias mágicas.



- No me hace falta por ahora, pero gracias por tu interés, creo que será mejor volver a donde estaba, por si vuelven a necesitarme. - Respondió con su habitual afabilidad. -



            Susan asintió algo decepcionada. Pero claro, por las palabras que respondió Giaal, no parecía haber comprendido el significado exacto de esa proposición, ni el contexto en el que ella la hizo. De modo que la joven insistió con un tono bastante jovial.



- Podríamos charlar un poco mientras esperamos. Así me podrás contar cosas de tu mundo y del espacio.

           

            El semblante del alíen se iluminó con una cordial sonrisa según asentía y contestaba.



- Esa es una estupenda idea, yo también tengo curiosidad y muchas ganas de aprender de vosotros.



Y ambos volvieron al barracón donde él provisionalmente se alojaba, pero ahora con mucho mejor humor del que tenían cuando salieron. Él se sentó en su camastro y ella se quedó a la puerta en pie. Aunque fue el extraterrestre quien con gesto amable le ofreció.



-Por favor. Siéntate. Estarás incómoda todo el rato en pie.

-No te preocupes, es el reglamento. – Pudo sonreír ella. - En tanto deba estar a tu custodia. Supongo que ya quedará poco. - Aunque tras esta aclaración le preguntó. - ¿Has viajado mucho por el universo?

-Sí, bastante – afirmó él. - He recorrido muchos planetas, incluyendo la Tierra, pero entonces solamente era un bebé, ni me acuerdo de eso.

-Yo siempre quise viajar al espacio. – Comentó la chica. - Aunque nunca imaginé que esto iba a ser así.

-¿Cómo lo imaginabas?- Quiso saber su interlocutor  con evidente interés. -

-Bueno, no te rías, pero como en las películas. Viajando de un planeta a otro, viviendo aventuras y conociendo nuevas formas de vida. Pero sin tener que perder compañeros por el camino. – Remachó ahora con un semblante más triste a la par que decía. - Y sobre todo, que podría volver a casa cuando quisiera, o al menos en unos meses o un año. Para contarles todas mis hazañas a mis padres y a mí hermana pequeña. Aunque nos advirtieron que de este viaje quizás no se podría volver yo solamente esperaba que recorreríamos nuestro sistema solar y poco más.

-No pierdas la esperanza. – La animó él, para cambiar de tercio y desvelarle. - Yo también tengo a mis padres y a una hermana menor. Y me sucede lo mismo que a ti. Les echo mucho de menos.

-Sí, mis padres son estupendos. Aunque no siempre me apoyaron cuando quise enrolarme en la milicia e ir a la Academia. Ya sabes. Creían que no era algo para una chica.

-¿Porqué?- Inquirió él con perplejidad en el tono.-

-Bueno.- Pudo replicar su contertulia, también sorprendida.-En la Tierra, todavía hoy, se cree que las mujeres no deberíamos hacer según qué cosas.

-¿Cómo cuáles?- Quiso saber Giaal.-

-Pues combatir, o mandar por ejemplo.- Le citó ella.-

-Puedo asegurarte que mi madre es tan diestra en el arte de luchar como mi padre. Y manda mucho mejor.- Afirmó él.-



            Susan se rio sin poderlo evitar. Aunque tras ver el estupor reflejado en el rostro de ese muchacho enseguida comentó.



-No lo tomes a mal, es que me ha hecho gracia. Mi padre siempre se quejaba de que era mi madre la que le  decía todo lo que tenía que hacer.

-En tal caso, las mujeres en tu mundo son poderosas. No comprendo cuál es el problema.

-Es algo complicado.- Suspiró ella ahora.-



            Lo cierto es que era bastante difícil de explicar. Siendo como se consideraba una feminista convencida, Susan podría tener argumentos para discutir eso con un hombre. Pero claro, contando con que este fuera de su misma civilización y planeta. Esta situación era realmente nueva. De hecho, Giaal parecía también ser feminista. Al menos por lo que afirmaba. Aquello le habría encantado a Debbie. Seguro que se hubiesen llevado muy bien. Así reflexionaba cuando el alien le comentó.



-También echas mucho de menos a tu hermana. Lo percibo con mucha claridad.



- Bueno,  lo cierto es que siempre andábamos discutiendo de pequeñas, supongo que todas las hermanas lo hacen. Pero también éramos muy buenas amigas y nos lo contábamos todo. Cuando crecimos nos fuimos apoyando mutuamente en nuestros sueños, la quiero mucho. - Se rio Susan sin poderlo evitar, en tanto evocaba. - Siempre ha sido una chica muy anárquica y ha ido por libre. Y pensar que cuando nos peleábamos muchas veces le decía que estaba deseando perderla de vista. – Se lamentó ahora con tono más decaído. -

-Seguro que ella sabía que no lo decías en serio. – Le respondió Giaal, agregando solidariamente. – Yo también se lo que es discutir con una hermana menor en etapa adolescente.

-¿Y tú?- se interesó ella para querer saber. - ¿Cómo te decidiste a ser médico?

-Mis padres me inculcaron desde muy pequeño que había que tratar de ayudar a los demás. Me dijeron que, en su juventud, habían aprendido esa lección en la Tierra. Unas amigas suyas se la enseñaron. Les dieron ejemplo de lo hermoso que es el sacrificio por los seres queridos y el poder del amor. Y también que es bonito ayudar al que lo necesita. Sea quien sea. Además, tal y como dije en el interrogatorio, nosotros nos criamos junto a un gran árbol, el Makaiju. Nuestra raza se originó en él.

-¿Sois fruto de un árbol?- Inquirió la muchacha con patente asombro, eso sí que no podía creerlo, sobre todo al recordarle a él.- Entonces tus padres… ¿son tus padres biológicos o no?

-¡Oh sí!- rio ahora el muchacho para explicar.- Mis padres sí nacieron de ese árbol, pero al descubrir el amor humano me tuvieron  a mí a la manera humana. Mi madre me concibió juntándose con mi padre a vuestro modo. Bueno, ya me entiendes. Usaron la técnica del apareamiento. Lo cierto es que yo  nunca he tenido ocasión de practicarla y no sé cómo funciona. Quizás puedas explicármelo.



Susan miró distraídamente hacia fuera de la habitación, más que nada para que él no advirtiese que se había ruborizado hasta las orejas. Si eso se lo hubiera dicho cualquier chico humano lo habría tomado por una clara insinuación, ¡y hasta le habría sacudido un buen puñetazo! (Bueno, a decir verdad. Eso hubiera dependido de cómo estuviera ese chico) Aunque con aquel individuo desde luego que no sonaba a eso. En cualquier caso, debía reconocerse a sí misma que no le importaría ayudarle a aprender. El sonido de la megafonía la sacó de sus pensamientos. Era la hora del fin de las visitas. Como norma en el calabozo el prisionero debía pasar la noche con la guardia que vigilaría desde fuera de la celda y de otra puerta de seguridad acristalada y blindada que había más allá. Por suerte el alien ya no estaba encerrado allí, aunque pese a todo debían observar ciertas normas de decoro. Al menos hasta que él saliera ya del recinto militar. De todos modos todavía quedaba tiempo para eso y ella debía marcharse. Se avisó que la vista iba a reanudarse y le habían comentado que su presencia allí podría ser necesaria. Así se lo expresó a Giaal.



-Debo irme ya. Lo siento

-No te preocupes. Vuelve cuando quieras. Me gusta hablar contigo. Eres una humana de buen corazón. - Repuso el chico como si aquello hubiera sido una mera visita social. -

-Gracias. Nos veremos mañana.- Pudo replicar la ruborizada muchacha.-



Se despidió con un gesto de su mano derecha y dejó al alien. Después, Susan salió para dirigirse a la sala del juicio. Lo cierto es que estaba confusa. Ese joven la atraía mucho. Pese a saber que su origen no era humano, pero ¡cualquiera lo diría al verle! Podría pasar por un chico de lo más guapo, y además interesante y enigmático. Se rio sola al imaginar que sucedería si algún día, pudiera presentárselo a sus padres y a su hermana…



-Sí, Debbie - se sonrió ahora.- Creo que te iba a ganar, nuestros padres iban a  alucinar mucho más con mi novio que con cualquiera de tus ligues…



            Y eso de pensar en aquel tipo como su futuro novio volvió a hacer que la jovencita se sonrojase y se sonriese como una tonta. No obstante, enseguida se dominó para expresar un gesto neutro de camino hacia el salón del pleno.



-Ante todo debo ser profesional.- Trataba de convencerse.- tengo una misión que cumplir, velar por él. Y eso es lo que voy a hacer.



Entre tanto, Mazoui y Leval, como el resto de los presentes, permanecieron en el tribunal durante el receso que se hizo tras la declaración de Giaal. Aguardaban con interés la llegada de Amatista que ya estaba a punto de hacer su aparición. La joven al enterarse de lo que sucedía se dio prisa en ir a arreglarse a su apartamento acompañada de Sandy. Después se pasó por el laboratorio encargando a Jen que la relevase si le era posible tras hacerle un breve resumen de lo que sucedía. Su compañera asintió de modo solidario. Es más, había quedado sola justo en ese instante, ya le avisaron de que así sería. Lo llevaba aguardando durante mucho tiempo.



-Pierde cuidado. Yo me ocuparé de todo. Suerte.- Le deseó a su compañera.-

-Sé que es el día libre de Satory y de Penélope. Pero si no te importa, iré con Amatista.- Intervino Sandy.-

-Claro, lo entiendo. Iros tranquilas, Yo me ocuparé de todo.- Contestó con amabilidad.-



Sus compañeras se lo agradecieron con sendas sonrisas y se marcharon. En cuanto estuvo sola, Jen sacó su Tablet y marcó. Al poco tiempo la chica obtuvo comunicación y dijo.



-Señor. Todo va conforme a lo planeado. ¿Están listos ya?.... muy bien. Entonces todo estará preparado. Si, ahora estoy sola. Las demás han ido a ese juicio o tienen el día libre. ¿Debo ir allí a apoyar al teniente Logan? Muy bien…haré lo que sea necesario. Hasta pronto entonces.



Y allí quedó Jen, decidida a culminar su labor, no sin pesar. A su vez, la doctora Winters que fue requerida a su vez por una comunicación también estaba lista para acudir al juzgado. Aunque no se consideró necesario citar a Satory por el momento. Entre tanto, Ginger terminaba su clase de kárate y al salir se topó con Michael, el amable joven la saludó.



-Hola. ¿Ya te vas?- Le dijo como si aquello no fuese evidente.-

-Sí. Tengo que ir a abrir la cafetería.- Sonrió la chica.-

-Me pilla de camino. Voy contigo.- Se ofreció él.-



A la muchacha le pareció genial. Mike era un buen muchacho y nada feo. Con un poco de suerte quizás pudieran ir pasando a  algo más que la simple amistad. Aunque cuando salían del gimnasio alguien les llamó a sus espaldas. Sorprendidos pudieron ver a Gary que, esbozando una sonrisita triunfal, se aproximó a ambos.



-Anda, si es la parejita.- Pudo decir con expresión de sorna para agregar.- Qué… ¿vais a dar un paseíto?...

-Es no es nada que a ti te concierna. Tanto si vamos a hacerlo como si no.- Replicó una molesta Ginger.-

-¡Oh vamos! Era una broma. No te enfades.- Se sonrió él mostrando un gesto más serio ahora.-

-¿Qué es lo que quieres, Gary?- Le interrogó Michael con expresión nada amable.-



Éste suspiró encogiéndose de hombros para decir con tintes más humildes.



-En realidad quería disculparme con vosotros… no estuve nada correcto. Os pido perdón. Y también tengo que contaros algo. Algo importante. Michael, tú, al igual que yo eres técnico. Seguro que lo que voy a decirte te sorprenderá.



            La pareja de sus interlocutores se observaron con sorpresa. Aunque finalmente fue la propia Ginger quién declaró.



-Bueno, vamos a mi cafetería y nos lo cuentas allí.



Su contertulio convino en ello y los tres se alejaron hacia allí. Desde luego Gary tenía una cosa muy interesante que desvelar a sus amigos. O por lo menos eso creía.

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