domingo, 6 de marzo de 2011

GWG 40.127. El milagro de la Vida


Al despertar, Amatista, por consejo de su amiga Kerria,  se dio un largo y relajante baño caliente para quitarse los nervios, pensaba en aquel día y lo que le aguardaba.  Se sentía a la vez nerviosa, asustada, esperanzada y feliz.



-Ky tenía razón. Se queda una mucho más calmada tras un buen rato en la bañera. Ojalá que todo salga bien. No únicamente nuestra boda, sino el proyecto. Es extraño.- Reflexionaba.- Estoy deseando que llegue el momento y temiéndolo al mismo tiempo.



Y luego de disfrutar de unos largos minutos sumergida en la bañera salió, se secó, se vistió y llamó a su madre y a Kerria. Éstas, junto con el resto de las chicas, se personaron de inmediato en su apartamento. Entre todas la prepararon.



-¡Vas a estar guapísima! - La alabó Kathy.-

-Es un vestido de ensueño, para una chica realmente preciosa.- Añadió Kerria.-

-Gracias.- Sonrió la novia, realmente sonrojada.-

-El primo Leval es un chico con suerte.- Añadió jovialmente Idina.-

-A ver, pruébatelo, tengo que retocarlo contigo de maniquí.- Le pidió su madre.-



La muchacha estuvo más que dispuesta y más dócil que nunca para dejarse arreglar su vestido de novia. Esmeralda le dio unos últimos retoques. Kerria y las demás hablaron entre ellas mientras. Tenían una bonita sorpresa para Amatista. Cantarían en su boda algunas de las canciones que ésta había versionado. Sobre todo una muy especial. Idina y Katherine tuvieron el tiempo justo para ensayarlas.



-Todo irá bien, daremos todo lo que tengamos para hacer la mejor interpretación de nuestras carreras.- Afirmó Idina con el asentimiento de sus primas.-

-Desde luego que sí.- Convino Katherine.- Se lo merecen, los dos.

-Es un gran día. Celebramos que dos personas que se aman van a unir sus vidas. Y también, que nos hemos reencontrado con ellas, y eso es igual de importante.- Pudo decir una emocionada Kerria.-

            Idina la abrazó con afecto y Kathy hizo lo propio. Al fin, las tres volvieron a rodear a la novia, alabando lo bella que lucía con su vestido.



-Me siento culpable. Mis amigas y compañeras del laboratorio estarán trabajando a destajo.- Dijo la novia a medio camino entre la broma y la sinceridad.-



Y es que Penélope, Sandy y Satory no estaban allí con ellas. Se habían excusado por razón del proceso de terraformación, quedaron en verla en la ceremonia y se fueron al departamento de control. La boda estaba fijada al mediodía, sólo faltaban un par de horas.



-No te preocupes.- Le comentó Katherine con humor.- Ya harás horas extra cuando vuelvas de la Luna de Miel.

-Sí, olvídate de eso, ahora y preocúpate de estar radiante - Añadió Kerria.-

-Lo estará.- Afirmó Esmeralda. -

-¡Lo que estoy es nerviosa, mamá! – Sonreía la joven.-

-Es lo natural, cariño, ya te lo dije.- Repuso su progenitora en tanto terminaba de coser un dobladillo.-

-No te preocupes, nos pondremos tras de ti para asegurarnos de que mi hermano no se escape.- Bromeó Kerria.-



            Las muchachas se rieron, Amatista amagó darle un capón a su amiga. Luego fue Idina quien añadió.



-El primo Leval también estará nervioso. Espero que no tembléis como flanes los dos.

-¡Anda ya, no es para tanto! No puede ser peor que enfrentar a alguno de los enemigos que hemos tenido.- Añadió jovialmente Kathy.-

-Pues no sé qué decirte. Es un tipo de miedo diferente.- Respondió Amatista.-



            Justo entonces llamaron a la puerta del piso de la novia. Kerria fue a abrir y se alegró mucho al ver a…



-¡Madrina Ami!

-Hola cielo, ¿podemos pasar?- Repuso ésta que no venía sola.-



            En efecto, con ella estaban, Usagi, Rei, Minako y Makoto, quienes junto a las sailors exteriores, hicieron acto de presencia. Al entrar fueron saludadas efusivamente por las chicas. Cada una abrazó a sus respectivas madrinas y agradeció muy amablemente a las demás su visita.



-Queremos felicitar a la novia. Princesa de Némesis. Esto es un regalo de nuestra parte.- Declaró Usagi entregándole una cajita afelpada de color rojo.-

-Muchísimas gracias. No sé qué decir, madrina.- Pudo responder ella.-



            Tomó aquella pequeña caja y la abrió. Al hacerlo se quedó sorprendida por la belleza de la joya que contenía. Era una especie de flor de cristal que refulgía con tonos plateados. Fue Esmeralda la que apenas si pudo decir con sorpresa y admiración.



-¡Es como el Cristal de Plata!

-Es una réplica de nuestra joya emblema.- Explicó Usagi.- Deseamos que os traiga buena suerte.

-Muchas gracias. Para mí es un gran honor. Y seguro que a Leval le va a encantar.

-Es un regalo muy importante, hija mía.- Aseveró Esmeralda con visible emoción.- Gracias al poder de esa joya puede decirse que todos estamos aquí.

-Para empezar sanó a nuestras madres.- Convino Idina.-

-Así es. Y cuando lo hizo, una pequeña parte del poder de ese cristal se les transmitió a ellas. Y de ellas pasó a vosotras, querida ahijada.- Intervino Rei.-

-Por ello vosotras no necesitáis una réplica como ésta. Ese poder ya lo lleváis en vuestro interior.- Comentó Minako.-

-Y siempre brillará en vosotras, cariño.- Remachó Ami tomando de las manos a su ahijada.- Nunca dejará de iluminaros.

-Por desgracia, yo nunca recibí sus efectos.- Se lamentó Esmeralda.-

-Tú te purificaste de una forma mucho más dura y difícil.- Dijo Usagi añadiendo con afecto.- Pero créeme. Tu hija brilla con luz propia. Y pronto lo demostrará…

-¡Muchas gracias, Majestad! - Sollozó la diseñadora con patente emoción.-

-Aquí solamente soy Usagi Tsukino, y he venido a desearles toda la felicidad a los hijos de unos queridos amigos.- Sonrió la aludida.-



            Amatista también agradeció aquello muy sentidamente. No desconocía quienes eran esas mujeres. Sus amigas mismas eran ahijadas suyas. Sus padres primero lucharon contra ellas y luego se hicieron grandes amigos y aliados. De hechos los poderes de las justicieras fueron otorgados por la legendaria Sailor Moon, esa mujer de apariencia tan frágil que tenía delante. Aunque afortunadamente la joven había aprendido a no fiarse de las apariencias y pese a la jovialidad del trato la que decía ser solamente Usagi Tsukino era en realidad la poderosa reina Serenity, que le había hecho el gran honor de aceptar ser su madrina.



-Sea lo que sea lo que el destino nos reserve, procuraré no decepcionaros.- Les prometió la novia con patente respeto en su tono.-



Y tras aquellas palabras las cosas pasaron a temas más mundanos, como a quién le iría Amatista a tirar el ramo. En esta ocasión fue Usagi la que bromeó.



-¡Tíraselo a Rei! Que falta le hace una ayudita…

-¿Qué has querido decir con eso?- Saltó la aludida como no podía ser de otro modo.-

-¡Yo!...¡nada!...- Se sonrió algo pérfidamente su interlocutora.-

-Mejor lánzamelo a mí.- Le pidió Makoto.- A ver si de una vez encuentro a un chico que se parezca a mi antiguo novio…

-¡Tutankamón! – Suspiró Minako esbozando una maliciosa sonrisita.- Creo que a estas alturas debe ser lo más parecido.

-¡Eh! ¡No te pases! – La regañó jovialmente su compañera.- Cuando te vea a ti en el altar entonces hablas, guapa.

-Vale ya…chicas… -Les pidió Ami algo azorada.-

-¡Hay que ver!, es que nunca cambiaréis.- Se oyó decir a otra voz femenina con tono divertido.-

-¡Hola mamá! – Saludó Idina.-



            Cooan, pues en efecto ella era, había entrado sin llamar dado que al pasar Usagi y las otras olvidaron cerrar la puerta. Tras ella venían sus hermanas. Y fue precisamente Bertie la que sonriendo, añadió.



-Y nunca cambiéis. ¡Sois maravillosas, queridas amigas!

-Sí, es verdad.- Convino Petz pasando un brazo sobre los hombros de su hermana Beruche.- Sobre todo en ocasiones como éstas.

-Bueno, y precisamente en estas ocasiones, toca celebrarlo por todo lo alto.- Afirmó Kalie con entusiasmo.-

-Por cierto, Amatista, estás preciosa.- La alabó Bertie, aseverando con afecto.- Mi hijo es un hombre muy afortunado por llevarse a una mujer como tú.

-Gracias, señora Malden.- Sonrió la joven, con visible rubor.-

-Ahora tendremos muchas ocasiones para charlar, consuegra.- Terció Esmeralda.-

-Bueno. Creo que iré a ver a mi hijo.- Sonrió la aludida.- Me parece que estaba con sus compañeros y amigos preparándose.

-Sí, será mejor que dejemos tranquila a la novia. Ya le queda poco para el gran momento.- Afirmó Ami.-



            Y las hermanas y sus amigas guerreras se marcharon tras despedirse de Amatista y el resto. Entre tanto, Leval daba los últimos retoques a su uniforme de gran gala, todos sus amigos y sus compañeros más cercanos estaban preparados. El chico lucía una inmejorable planta y aspecto. Entonces uno de sus compañeros le avisó. Tenía visita. Al punto salió. Sonrió con amplitud al ver a su madrina, a su madre y al resto de sus tías, junto con las guerreras.



-Estás guapísimo, Leval.- Exclamó Ami llena de orgullo.-

-Sí, me recuerdas a un novio que yo tuve. ¡De hecho estás mejor! - Afirmó Makoto.-

-No te preocupes que si Amatista se arrepiente estoy disponible para que la boda no se suspenda.- Se ofreció pícaramente Minako.-

-Desde luego, ¡hay que ver que buen mozo es! - Afirmó Rei.- Dan ganas de casarse…

-Porque yo ya estoy casada, ¡qué si no! – Se rio Usagi.-

-Lo cierto primo, es que eres muy guapo. Y fuerte. Un auténtico saiyajin.- Le halagó Seren.-

-¡Vale ya, chicas!- Exclamó Ami brazos en jarras.- ¡Que es mi ahijado!...le estáis haciendo avergonzar.



            El pobre chico estaba realmente colorado, pero se reía. Su madre enseguida se abrazó a él llena de emoción y cariño.



-Mi hijo… ¡Estoy tan orgullosa de ti!

-Gracias, mamá.- Dijo él, quien añadió con reconocimiento dirigiéndose a Ami.- Me alegra mucho que pudierais venir. Creía que no tendríais tiempo de aceptar nuestra invitación, madrina.

-No nos lo hubiéramos perdido por nada.- Aseguró ésta, eso sí, matizando.- Pero estaremos muy poco tiempo. Solamente asistiremos a la ceremonia.

-Bueno, tampoco hay porque correr tanto.- La corrigió jovialmente Usagi para decir.- Al banquete sí que nos podremos quedar.

-Ya me imaginaba que eso no lo perdonarías.- Suspiró Makoto.-

-¿Cuándo se ha visto que Usagi deje escapar una oportunidad de comer? sobre todo si es gratis. - Terció Rei, lanzando una pulla a modo de venganza por lo anterior.-

-Ya tuvo que hablar la lista de turno.- Replicó la aludida entrecerrando los ojos.-

-Pues sí, ¿qué pasa? Es la verdad.- Se reafirmó su interlocutora.-



            Y como no podía ser de otro modo ambas apoyaron la frente de una contra la otra comenzando con su característica guerra de sacarse la lengua.



-Ya no sois unas niñas.- Les recordó Minako con un susurro algo envarado.- ¡Dejadlo ya!…

-Es verdad. Nunca cambiarán.- Se sonrió Haruka moviendo la cabeza.-

-Bueno, nosotras debemos irnos. Hay una cosa que tenemos que hacer.- Le susurró Michiru.-

-Muy bien. - Añadió Hotaru.- Yo voy a buscar  a Chibiusa o a mi familia. A quien primero encuentre. Por ahí deben de estar.

-Si ves a mi hija dile que nos reuniremos en la ceremonia.- Le pidió Usagi, en tanto añadía dirigiéndose a  Rei.- En cuanto termine de intercambiar pareceres con esta bruja.

-¡Bruja yo! Mira quién habla, ¡el adefesio!…- Replicó la aludida con acidez.-



Las demás estaban entre avergonzadas y atónitas, sin embargo, las dejaron a su aire. Las tías del novio le felicitaron y se despidieron para reunirse con sus respectivas familias. Al fin, las guerreras también se marcharon dejando escuchar de fondo el cruce de acusaciones entre Usagi y Rei.



-¡Tragona!

-¡Metomentodo!



            Leval se sonrió. Al fin se quedó a solas con su madre. Bertie acariciaba las mejillas del chico que le dijo.



-Te he echado muchísimo de menos, mamá. A ti, a papá, y a Ky.

-Lo sé, cariño. Nosotros también a ti. Pero gracias a Dios estamos juntos otra vez. Ahora únicamente quiero que me prometas una cosa.

-Dime.- Repuso el chico.-

-Se feliz con Amatista. Cuídala mucho. Vive una vida tranquila.

-Como hicisteis papá y tú, tras todas vuestras batallas contra el mal. Sí, eso quisiéramos hacer. Ya hemos tenido demasiadas aventuras para toda una vida. - Sonrió él, que no obstante, matizó.- Pero sabes mejor que yo que, por desgracia, la amenaza del mal puede surgir en cualquier momento. Tenemos una responsabilidad. Eso lo aprendí de vosotros.



            Bertie suspiró. Tuvo que asentir a su pesar. Ella desearía que su hijo no estuviera obligado nunca más a arriesgarse en esa lucha. No obstante, Leval tenía razón. Eso no podía elegirse. De modo que dijo con voz queda.



-Cariño, es cierto. Solamente te pido que, al menos, tratéis de aprovechar los momentos bonitos y de paz. Ojalá que éstos se prolongaran para siempre. Aunque por experiencia sé que eso no es así…

-Lo haremos, mamá.- Le prometió él tras darla un beso en la frente.-Hemos aprendido a disfrutar de todos los momentos de calma de que disponemos, por pequeños que sean.



            Ahora ella veía en su hijo la misma mirada de esperanza de aquel Leval del futuro, que viniera hacía ya tanto a darles una nueva oportunidad. Solo fue capaz de sonreír, llena de emoción y orgullo, para despedirse del chico.



-Te dejo para que te prepares. Nos veremos para llevarte al altar, hijo.

-Hasta luego, mamá.- Repuso afectuosamente él.-



            Bertie se marchó en busca de sus hermanas y su marido. Éste último se había reunido con Mamoru, Diamante y el resto de sus antiguos compañeros allí presentes.  Charlaron en un principio distendidos, rememorando aventuras del pasado. Luego la cosa giró a temas más serios. Era Mamoru quién les comentaba.



-A la vista de nuestros informes, ese enemigo parece haber sido derrotado. Al menos, no hay evidencias de más tropas de Gralas.

-Entonces, ¿podemos estar tranquilos al fin?- Inquirió Zafiro.-

-Por lo que a esa amenaza respecta, sí.- Les aseguró su interlocutor.- Al menos por ahora.

-¿Mi hermano te ha dicho algo?- Quiso saber Roy.-

-No hemos tenido contacto con él, ni con Setsuna en meses.- Le desveló Mamoru, agregando.- Su embajador en la Luna y la Tierra, Doran Derail, ha viajado a Nuevo Vegeta para hacer de enlace. Y tu sobrina Seren está aquí, como parte de nuestras guerreras guardianas.

-Eso siempre es una garantía.- Terció Tom afirmando.- Las cosas estarán tranquilas, tanto allí como aquí. Espero que al menos por algún tiempo.

-Veremos cuál es el problema siguiente. La experiencia me ha enseñado que siempre hay alguno.- Suspiró resignadamente Diamante.-

-Por ahora relajémonos y a disfrutar del momento.- Le comentó Masters.- Ya nos ocuparemos del resto.

-Tienes razón, Ian.- Convino Roy, quien más fiel a su estilo bromista remachó.- ¡Lo que voy a disfrutar tomándole el pelo a mi consuegro!



            El grupo se rio, divertido ante ese comentario. Tras un rato más todos se separaron para ocupar sus respectivos lugares ante el inminente comienzo de la ceremonia. Y el gran momento, llegó. A las órdenes de Mazoui, que sería el padrino. Tracer, Freejar, Mullins, el mismo comandante Braem, el mayor Enset y Susan, amén de algunos compañeros más, con sus trajes de gran gala y los sables de protocolo se alineaban a cada lado de la entrada. Por fin aparecieron los novios. Junto a sus padres, por un larguísimo pasillo que conducía ante un altar situado en un gran hangar redecorado y convertido en una magnífica sala donde todos los parientes y amigos de Leval y Amatista esperaban. Diamante, con un imponente smoking para la ocasión terminado en una capa y con sus antiguos distintivos de príncipe, tomaba del brazo a su hija que llevaba el traje de bodas diseñado por su madre con tanto esfuerzo. Esmeralda sonrió con satisfacción y orgullo pues tanto su hija, como el vestido que le había hecho, levantaron la admiración general  y eso que el rostro de la novia no era visible al estar cubierto por el velo nupcial y rematado arriba por una tiara dorada, símbolo de su rango de princesa de Némesis. Aunque de este significado solamente se percataron sus familiares y amigos más allegados. Además, prendido en el pecho llevaba a modo de broche aquel magnífico regalo de la reina Serenity.



-Mi querida hija. Hoy es el día más importante de tu vida.- Pensaba la diseñadora.- Y yo no puedo ser más feliz. Todo por lo que hemos luchado y sufrido ha merecido la pena viéndote aquí llena de ilusión por comenzar tu nueva vida junto a la persona a la que amas.



En tanto Esmeralda tenía esos pensamientos una banda de música militar esperaba dispuesta a dar los tradicionales acordes de la marcha nupcial. Al fin comenzaron y a su son, Diamante avanzó con su hija por el corredor anexo al largo pasillo. Por otro corredor, Leval, llevado por su  resplandeciente madre, henchida de orgullo y amor a su vez, hacía el mismo recorrido. Bertie con un vestido azul celeste y un collar de plata. Asimismo luciendo una tiara del mismo material como símbolo de su antigua encarnación. Ambos se juntaron a la entrada del pasillo. Allí, todos los oficiales amigos de ambos les esperaban con los sables levantados formando un arco. Mazoui fue quién ordenó esta maniobra. Leval tomó a Amatista del brazo y ambos pasaron por entre el largo pasillo de aquellas armas, de forma lenta y solemne. Diamante entrelazó su brazo con el de Beruche y tras guiarla protocolariamente ambos se sentaron con sus respectivas familias. Las madres de los novios no podían evitar llorar de emoción. Roy se dirigió afectuosamente a su mujer tratando de que no lo hiciera demasiado.



- Cubito, cálmate ya. No lo entiendo, en nuestra boda no lloraste. Es más, siempre has dicho que era una tontería llorar en las bodas, ¡si hasta recuerdo que en la nuestra se lo dijiste a tus hermanas!

-¡Pero la que se casaba era yo! - repuso ella entre sollozos. - Ahora se casa nuestro hijo,- añadió mientras se enjugaba las lágrimas con un pañuelo. Roy sonriendo comprensivamente, le dio un beso en la frente. – Esto es algo tan hermoso…estoy tan orgullosa y tan feliz que…no sé. ¡Ojalá que sean muy felices! Hasta Ami y las demás guerreras estaban muy emocionadas. Les han hecho a nuestros hijos un regalo muy hermoso.- Remachó contándole a su esposo lo de esa reproducción del Cristal de Plata.-

-Nuestros hijos serán muy felices. - Repuso Roy añadiendo.- Lo merecen. Y nuestras amigas son estupendas. Sé que, pese a todo, tienen muchas cosas de las que ocuparse, pero en cuanto les di la noticia y Leval y Amatista les enviaron las invitaciones, se apresuraron a responder que vendrían.

-Ami me ha dicho muchas veces que Leval y Kerria son los hijos que le habría gustado tener.- Afirmó su esposa, para añadir con talente entre reflexivo y algo apenado.- Sé que ella nunca se casará, y nunca será madre. Pese a que bromeen entre las guerreras. Salvo Usagi, el resto jamás se ha casado. Tienen obligaciones incompatibles con el matrimonio. Y puedo imaginar que algunas han sufrido por ello.

-Velan por todos nosotros. Su labor es muy importante, es un gran sacrificio.- Convino Roy.- Debemos estarles muy agradecidos por ello.



            Su esposa asintió. Esmeralda también lloraba, lágrimas que corrían por sus mejillas haciendo peligrar su maquillaje aunque en esa ocasión aquello no le importaba. Diamante dio la mano a su mujer y la sujetó con cariño.



-El momento en el que nuestros anhelos de felicidad para nuestra hija se han cumplido al fin.- Sonrió el príncipe mirando afectuosamente a su esposa.-

-Sí,- asintió ella expresando con palabras sus pensamientos anteriores.- Todo ha merecido la pena con tal ver a nuestra niña ahora…



Y no podía dejar de mirarla en tanto  la propia Amatista y Leval avanzaron, entonces sonó la música, pero no la nupcial. Para sorpresa de todos, escucharon la voz de Kerria. La muchacha, como dama de honor, con una hermosa flor blanca en el pelo y envuelta en un elegante vestido azul celeste como el de su madre, cantaba una hermosa canción que su amiga había interpretado cuando actuaban todas en la Tierra, muy apta para aquella ocasión tan especial.



Los suspiros en la mañana

De los amantes durmiendo juntos 
Ruedan como el trueno ahora
Cuando miro en tus ojos

Yo sostengo tu cuerpo
Y siento cada movimiento que haces
Tu voz es cálida y tierna
Un amor al que no puedo renunciar.

Porque yo soy tu dama
Y tú eres mi hombre
Cada vez que quieras alcanzarme

Haré todo lo que pueda


Amatista lloró emocionada sin poderlo evitar. Sus lágrimas caían tras el velo de novia empapándolo y se abrazaba a Leval que sonriendo dejaba que la cabeza de su prometida descansase en su hombro. Kerria también con visible emoción sonreía radiante y utilizaba lo mejor de su voz. Con toda su fuerza y todo su amor, para su mejor amiga y su hermano. Abriendo una gran carpa la orquesta quedó al descubierto dejando a la intérprete delante de ella. Era una estampa preciosa, los músicos lucían uniforme de gala de las tropas estelares. Michiru y Haruka se sentaban con ellos tocando el violín y el piano respectivamente…


Perdida es como me siento descansando entre tus brazos
Cuando el mundo exterior lo está también
Mucho que tomar
Eso termina cuando estoy contigo

Incluso cuando pueda haber momentos
Que parezca que estoy muy lejos
Nunca te preguntes dónde estoy
Porque estoy siempre a tu lado



Las demás componentes de las antiguas Justices resplandecían a su vez. Idina con un hermoso vestido púrpura, y Katherine con otro de color dorado. Ambas con emoción unieron sus voces, potentes y hermosas también, a coro con la de Kerria para rematar esa preciosa canción…


Porque yo soy tu dama
Y tú eres mi hombre
Cada vez que quieras alcanzarme

Haré todo lo que pueda

Estamos dirigiéndonos hacia algo
Algún lugar donde nunca estuve
Algunas veces estoy asustada
Pero estoy lista para aprender
Del poder del amor.


El sonido de tu corazón latiendo
Lo hizo claro 
De repente el sentimiento de que no puedo continuar
está a años luz de distancia


Porque yo soy tu dama
Y tú eres mi hombre
Cada vez que quieras alcanzarme

Haré todo lo que pueda

Estamos dirigiéndonos hacia algo
Algún lugar donde nunca estuve
Algunas veces estoy asustada
Pero estoy lista para aprender
Del poder del amor.

Del poder del amor



(The Power of Love, Versión Celine Dion, crédito al autor)



 No quedaba prácticamente nadie que no hubiera llorado ya de emoción en tanto aquel magnífico trio vocal acompañó el pausado caminar de los novios, concluyendo cuando estos llegaron al altar. El contraalmirante Spar esperaba en el centro, flanqueado por los comodoros Pearman y Hazzar. En su calidad de comandante en jefe de la nave tenía la potestad de celebrar matrimonios. Ese fue el favor tan especial que Leval le pidió, el chico aun recordaba aquella conversación.



            Antes de salir del despacho del contraalmirante el muchacho se dirigió respetuosamente a él y le preguntó.



-¿Señor, podría pedirle un favor personal?

- Usted dirá, teniente. - Repuso el veterano oficial. -

- Verá, para mí sería un honor y una gran alegría, si usted aceptase casarnos a mi prometida y a mí.- Le expuso Leval. -



            Spar esbozó una gran sonrisa de satisfacción y asintió despacio para declarar.



- El honor será sin duda mío, muchas gracias por pedírmelo, teniente. Allí estaré... ¿Desea alguna cosa más?



            El muchacho devolvió aquella gran sonrisa recibida y negó con la cabeza.



- Nada más, muchas gracias señor.



            Y  tras pedir permiso se marchó, uniéndose a su primo que le aguardaba fuera. Ahora, al fin, tras tantos avatares, sufrimientos, combates y también alegrías y vivencias compartidas, estaba allí con su prometida. Leval se plantó con Amatista al pie del altar, junto a sus superiores y esperó a que el contraalmirante Spar comenzase la ceremonia y éste no se hizo de rogar, iniciándola con voz grave y solemne, logrando que todos los presentes escuchasen en absoluto silencio.



- Damas y caballeros. Muchas cosas han sucedido desde que partiéramos hace más de un año ya,  a recorrer el Cosmos. Algunas malas, otras buenas. Hemos sufrido la pérdida de amigos, familiares y compañeros. Tuvimos que enfrentarnos a seres hostiles pero también hemos descubierto nuevos mundos, entablado contactos con otras culturas pacíficas y aprendido muchas cosas, sobre el espacio y sobre nosotros mismos. Grandes han sido los riesgos y dolorosas muchas de esas lecciones. Aunque han existido asimismo gratas recompensas, como los estrechos lazos de amistad y el hermanamiento que nos han unido a todos durante este viaje. Me complace que hayamos podido superar tantas y tan difíciles pruebas para estar hoy aquí, nuevamente reunidos con nuestras familias. Para mí, esta es una gran ocasión. Un acontecimiento muy  especial, ya que renueva la fe que todos tenemos en el futuro de nuestra especie humana....- Ligera pausa tras su breve introducción y el contraalmirante dio comienzo a la ceremonia propiamente dicha. - Estamos aquí para unir a este hombre y a esta mujer en el sagrado vínculo del matrimonio.



 Prosiguió con la típica retórica hasta llegar a las frases más importantes que todo el mundo esperaba con impaciencia…



- Teniente primero del UNISON Leval Malden Malinde, ¿acepta usted por su legítima esposa a Amatista Lassart Deveraux, para honrarla, respetarla, amarla y protegerla, en lo bueno y malo, riqueza y pobreza, salud y enfermedad, hasta que la muerte les separe?

- Sí, acepto - respondió Leval con seguridad y rapidez. -

           

            Spar miró ahora hacia Amatista y volvió a inquirir con la seriedad del momento, no exenta de simpatía.



- Amatista Lassart Deveraux. ¿Acepta usted por su legítimo esposo a Leval Malden Malinde para honrarle, respetarle, amarle y protegerle, en lo bueno y en lo malo, riqueza y pobreza, salud y enfermedad, hasta que la muerte les separe?



Ella respondió con el mismo tono de seguridad y rapidez que Leval.



- Sí, claro que quiero.- Sonrió mirando ensimismada a su prometido a través de su velo. -



            Spar asintió conforme con las respuestas y llamó a los padrinos. Kerria y Mazoui se acercaron preparados con los anillos. Leval tomó el que le ofrecía su primo y se lo puso a Amatista repitiendo la frase de rigor, "con este anillo yo te desposo". Amatista hizo lo mismo con el anillo que portaba Kerria y repitió la misma frase. Entonces Spar dijo concluyendo la ceremonia.



- Por los privilegios que se me han concedido en mi calidad de comandante en jefe de esta nave y ante todos los testigos, pido que si alguien tiene algo que oponer a esta ceremonia que hable ahora o calle para siempre.



Como siempre en estos casos se produjo un tenso e incluso expectante silencio, Tracer le susurró a Susan que formaba junto a él en el pasillo si decía algo de mosqueo, ésta le miro con  fingida cara de pocos amigos y moviendo la cabeza con pretendida desaprobación. El muchacho sonrió y le susurró divertido.



- Era una broma. ¡Allá ellos!  Eso de casarse es cosa de cada cual.



Susan se permitió una breve sonrisa, otro ligero meneo de cabeza y recuperó su semblante imperturbable, aunque eso sí, algo emocionado también pues no perdía ojo de dónde estaba sentado Giaal que asistía, al parecer con mucha curiosidad e interés, a la ceremonia.



- Muy bien.- Dijo Spar reanudando su oratoria. - Entonces y ante el beneplácito de todos los presentes, yo os declaro marido y mujer,- tras el montón de aplausos emocionados de todos, el contraalmirante se dirigió otra vez a la pareja, sonriente y dándoles sus parabienes añadió en tono confidencial. - Felicidades chicos.- Volvió a decir en tono más alto pero ahora jovial, desprovisto de  la etiqueta. - Teniente Malden, no nos haga esperar más, ya puede usted besar a la novia.- Leval  sonrió, hacía rato que aguardaba esa instrucción. -

- A la orden, señor.- Repuso él en voz alta, agregando con más discreción. - Será un placer...



            Leval levantó el velo de su ya esposa, ella estaba preciosa y radiante para la ocasión. Suavemente tomó el rostro de la chica entre sus manos y le dio un largo beso que ella acompañó y prolongó. Los presentes prorrumpieron esta vez en vítores y aclamaciones. Después ambos esposos bajaron del altar y recorrieron el pasillo recibiendo las felicitaciones de todos. Llegó el momento tradicional del lanzamiento del ramo. Amatista había estado portando uno muy bonito compuesto de rosas blancas, rojas y amarillas. Las otras chicas aguardaban entre expectantes y divertidas  para ver a quién le tocaría y la novia, dándoles la espalda, procedió a lanzarlo a bastante altura. Cuando se giró nuevamente Amatista descubrió, no sin satisfacción, que le había caído prácticamente encima a Sandy. La muchacha observó incrédula aquella amalgama de flores y suspiró. Fue Satory la que le dijo con tono de ánimo.



- Bueno, ya sabes lo que se dice. La chica que atrapa el ramo es la siguiente en casarse.



            Sandy negó con la cabeza esbozando una débil sonrisa mientras miraba ensimismada las flores y respondió.



- No lo creo, al menos en mi caso, yo ya tuve mi oportunidad para casarme y no pienso que vaya a tener más...

-¡Eso nunca se sabe, mujer! - Rebatió Penélope con jovialidad, añadiendo no sin humor. - ¡Menos mal que no me cayó a mí!, de lo contrario Tracer ya estaría dándome la lata.



            Aquel comentario desató las risas de todas y Sandy se olvidó de sus malas experiencias para dejarse llevar por el jolgorio general. Aquel era un día de alegría y no deseaba amargárselo a nadie y menos a ella misma con malos y antiguos recuerdos. Ya había penado suficiente y si Mazoui había conseguido encontrar a una muchacha como Satory, ¿por qué no podría ella lograr el amor de un buen chico algún día? En especial de alguno guapo y, por lo que había visto, los parientes de los recién casados tenían algún que otro miembro masculino que no estaba nada mal. Quizás pudieran presentarle a alguno durante el banquete y la fiesta.



-¡Vamos, a celebrarlo! - les conminó Leval con una amable sonrisa, llevando del brazo a la que ya era su esposa. -



 Y la comitiva encabezada por ellos, sus familias y amigos, se dirigió hacia la zona del banquete. Mientras Leval y Amatista se abrazaban sentidamente a sus primos y otros amigos, Roy, como siempre solía hacer en esos casos, declaró en tono ingenioso.



- Ésta es la parte de las bodas que más me gusta.

- Roy - le amonestó jocosamente Tom que estaba junto a él. - ¿Tú nunca cambiaras, eh? Recuerdo que en el banquete de nuestras bodas hubo que sujetarte para que no te comieses toda la tarta.

- Sí.- Respondió su interlocutor cargado de nostalgia aseverando. - ¿Qué tiempos aquellos, verdad amigo?



 Tom asintió con esa misma expresión, abrazando a su propia esposa. Desde luego que sí, fueron buenos tiempos. Cuando ellos eran tan jóvenes y llenos de ilusiones por el futuro de la vida que les restaba por hacer, tras haber arrostrado toda clase de peligros y superado tantas pruebas y dificultades, como los muchachos que ahora acababan de casarse.



-Tu hija está preciosa.- Alabó Cooan dirigiéndose a una encantada Esmeralda.- ¿Ese vestido de novia es de alguna de tus colecciones, verdad?

-No. - Negó la interpelada para sorpresa de todos, aunque enseguida les aclaró con satisfacción.- Es mi propio vestido de novia. Nunca lo saqué a la venta para el público, para mí siempre fue muy especial. El  símbolo de mis sueños hechos realidad.

- Es realmente precioso.- Suspiró Bertie.-

-Igual que tu hijo, está tan guapo de uniforme. - Repuso su flamante consuegra.-

-Hacen una pareja magnífica.- Terció Karaberasu.-

-Y parece que fue ayer cuando nacieron.- Completó nostálgicamente Petz.-



            Dejaron de intercambiar impresiones dado que les indicaron que debían acomodarse listos a comenzar el banquete. Todos tomaron sus sitios en las largas hileras de mesas que estaban dispuestas para la ocasión. Amatista y Leval, como no podía ser de otra forma, en el centro. Una vez concluido el ágape, desde la cocina y flanqueada por Sandy y Ginger, apareció una gran tarta.



-Nuestro regalo de bodas, tal y como prometimos.- Sonrió la joven camarera.-



            Y con ese vestido largo que llevaba no se apreciaba en ella nada fuera de lugar. Amatista sonrió ampliamente agradecida y muy contenta por su amiga Gin. Igualmente le estaba muy reconocida a Sandy. Fue la morena científica quien dijo ahora entre risas…



-Después de casi golpearme con el ramo, es lo menos que te mereces que haga por ti. Monina.



            La novia se rio también, ambas se abrazaron. Amatista también le dio un sentido abrazo a Ginger. Entre tanto las guerreras comentaban aquello.



-Esa tarta tiene muy buena pinta.- Afirmó Minako.-

-Sí, es verdad.- Sonrió Usagi que ya estaba relamiéndose.-

-Tendré que hablar con esas dos. A lo mejor quieren franquiciarse en una de mis tiendas, aquí, en la nave.- Comentó Makoto.-

-Creo que harías unos buenos fichajes.- Declaró Chibiusa, que estaba sentada junto a su amiga Hotaru.- Yo que tú se lo propondría.- Remachó con el asentimiento de las asteroides que estaban a su lado.-

-Sí, ¿Quién sabe? Si tienen éxito en ese planeta, Mako-chan podría poner allí una tienda de Flowers & Flawours.- Comentó Rei.-  



Y mientras charlaban sobre eso los novios cortaron la tarta, no sin antes posar para las fotos sujetando ambos el sable de gala de Leval como improvisado cuchillo.



-Bueno, principito – comentaba Roy de forma jocosa en tanto los esposos dividían la tarta entre el aplauso general. - Supongo que ésta es la parte de la boda que pagabas tú, ¿no?

-¿Cómo que la parte que pagaba yo? – Repuso su interlocutor con tono entre incrédulo y amonestador.- El ceremonial es gratis puesto que tu hijo es militar. El banquete lo pagamos a medias tú y yo, ¡cara dura!

-No te preocupes, Diamante – le sonrió Bertie a su ahora consuegro. – Es una de esas bromas que mi marido gasta.

-Pues no pensaba gastar otra cosa más que bromas, porque todo el mundo sabe que en la Tierra el convite siempre paga el padre de la novia.- Se sonrió Roy. –

-Pues, para tu información, no estamos en la Tierra ahora. – Replicó Diamante entrando divertido a aquella chanza. – Así que no trates de colármela como cuando estábamos en el Rincón del Alma y del Tiempo. Príncipe de Bel Air- remachó con humor provocando las risas de sus compañeros de entrenamiento.- Todavía lo recuerdo. ¿O qué te pensabas?

-Parece mentira que hayan pasado tantos años ya de eso. ¿Eh?- Intervino Zafiro. –

-Sí, y es una pena que ni Nephrite, ni Ail con sus familias, puedan estar aquí hoy. – Comentó Roy, ahora con tono más melancólico. –

 -Bueno, al menos el hijo de Ail y Annie sí que está. – Les recordó Cooan mirando hacia Giaal que parecía estar pasando una animada velada con una joven morena que vestía uniforme militar.-

-Seguro que podremos volvernos a ver todos y a celebrar alguna fiesta como en los viejos tiempos. – Afirmó Esmeralda que no perdía ni un detalle de su hija  y sonreía visiblemente dichosa. –



Desde luego el rostro de Amatista estaba iluminado por la felicidad más absoluta, lo mismo que el de Leval. Ahora, como era de rigor, los recién casados se iban pasando por las mesas a agradecer a todos su presencia y sus obsequios. Se acercaron incluso a la mesa que Ginger compartía con sus padres y su hermano, recién llegados haría un par de horas.



-¿Qué tal, lo están pasando bien?- Inquirió jovialmente la novia.-

-Desde luego, no sabemos cómo agradecérselo. No merecíamos que nos invitasen a nosotros a su boda. No nos conocemos.- Pudo decir el padre de Ginger.-

-Son ustedes la familia de una buena amiga.- Sonrió Leval aseverando.- Nos complace mucho que aceptasen venir. Y debemos darle las gracias por la exquisita tarta nupcial que nos ha regalado.

-Ginger, tienes unos estupendos amigos.- Declaró su hermano con tinte entre sorprendido y algo dubitativo.- Y a usted… yo la conozco, ¿no era cantante, junto a las otras chicas?, las Justices, creo.

-Sí, teníamos un grupo, con mi difunto primo de batería - repuso ella ensombreciendo por un instante su semblante aunque enseguida se animó de nuevo para rematar.- Ahora, al menos en mi caso, solo cantaremos para ocasiones muy especiales.

-Os merecéis ser muy felices.- Les sonrió su amiga guiñándole un ojo a Amatista.- Llevaba un vestido beis largo y solo los zapatos a juego eran visibles, sus padres y su hermano ni se percataron del detalle de las prótesis, entonces la chica añadió.- Creo que, cuando el experimento salga bien, todos podremos serlo en este nuevo mundo.



Los flamantes esposos asintieron, tras despedirse de Gin y su familia quedaron un poco más departiendo con los invitados. Se detuvieron un buen rato a conversar con Kerria, Katherine e Idina, las alabaron por sus interpretaciones y Amatista se abrazó largamente a todas y cada una de sus compañeras y amigas, en especial con su nueva “hermana”. Ellas le prometieron un colofón y de hecho, tras los postres, cantaron algunas más de las canciones que estaban preparando para deleite de los invitados.



-¡Sois maravillosas, chicas! Os quiero muchísimo, a todas.- Afirmó Amatista desbordada por la felicidad.-

-No te mereces menos, ¡belle- sœur! - Se rio Kerria añadiendo con humor.- ¿Lo ves? Al fin pude aprender algo de francés.



            El resto rio a coro con aquella ocurrencia, una vez recuperada, Amatista le preguntó a Idina.



-¿Qué ha pasado con Nehie? ¿No pudo venir?

-Bueno, tenía una agenda previa muy cargada. Ya sabes, protocolo, visitas a su reino, tratados.- Enumeró la muchacha con algo de apuro.-

-Lamento mucho que no haya podido estar.- Terció Leval algo apenado, sin embargo, asintió diciéndole a su prima no sin cierto tono de incredulidad.- Pero lo comprendo… Al menos me alegro de que mi madrina y el resto de las guerreras pudieran. Aunque supongo que también deben atender a muchas cosas.

-¡Qué se le va a hacer! Le enviaremos toda la ceremonia para que la vea en palacio. Es estupendo que la hayamos grabado. - Declaró Amatista con un talante más optimista.- Dale un abrazo de nuestra parte cuando la vuelvas a ver en la Golden.



Su marido asintió ya de idéntico modo. Los dos sabían perfectamente que Neherenia no quiso venir por otro motivo bien distinto y se apenaban por ella. Pero ahora tocaba ser felices y disfrutar. Así lo hicieron y, cuando por fin terminó aquella larga celebración, los flamantes nuevos esposos se despidieron de todos. También las guerreras se marcharon, aduciendo que tenían muchísimas cosas que hacer. Tras despedirse abordaron sendos cohetes hacia la Tierra, aunque, una vez atravesado aquel agujero de gusano emplearon el teleport. Para el resto todavía transcurrió un rato  antes de terminar la fiesta. Eran ya casi las ocho de la tarde, hora estándar de la Tierra y, tras una pequeña velada más de barra libre y conversaciones en corrillo, cada uno volvió a sus alojamientos en la nave. Los miembros del personal militar y los científicos se tomaron un descanso de una hora. A las nueve debían regresar a sus ocupaciones, ya que llegó el momento tan esperado, el proceso de terraformación estaba próximo a concluir, pero, ¿daría resultado?



-Ahora pasaremos a la última fase del proyecto “Terraformación Sagan” del grupo Fairy Five.- Declaró la jefa de investigación conteniendo la expectación que la asaltaba al igual que al resto. Más cuando sentenció.- El trabajo de años está  a punto de dar su fruto…



            Y en efecto Penélope estaba presta a comenzar junto a Satory y Sandy, acompañados por Giaal, Mazoui, Tracer y Susan, entre otros. Todos estaban en la sala principal del puente de la nave. Allí, con grandes monitores, trataban de seguir las evoluciones del planeta. Multitud de pantallas auxiliares daban los datos, gráficos y medidas de todo tipo de cosas. El medidor principal constaba de varias luces que ahora estaban en rojo, deberían lucir todas de color verde para que la terraformación fuera correcta. La tensión y expectación en el ambiente se podían cortar con un cuchillo. Incluso Penélope miraba inquieta a la pantalla.



- Espero que las teorías del señor Sagan, así como sus predicciones, se cumplan.- Decía la jefa de investigación ya bastante nerviosa para lo que en ella era habitual. - Este plan de terraformación lleva su nombre y sus esperanzas,  así como las de todos nosotros.

- No es por parecer más tonto de lo que ya soy, Pennie, pero. ¿Qué teorías eran esas?- Quiso saber Tracer.-



            Las chicas sonrieron divertidas. Como de costumbre no sabían si el oficial estaba de broma en un intento por rebajar la tensión, o realmente lo preguntaba en serio. En esta ocasión fue Sandy la que le contestó.



- Para algunos mundos similares a Marte el profesor Sagan propuso cubrir los polos con material oscuro, fragmentos de cometa pulverizado. Al menos un milímetro de espesor para captar más calor. Incluso plantar vegetación en una fase posterior. Pero la que estamos aplicando ahora es la que propuso para mundos como Venus. Lanzar microorganismos genéticamente modificados a las nubes altas del planeta, que convirtieran el dióxido de carbono, el agua y el nitrógeno en moléculas orgánicas.

-Lo malo es que en Venus las nubes son ácido sulfúrico. Y su presión noventa veces la terrestre. El proceso allí no sería tan fácil. - Terció Penélope.-

-Y aquí no tenéis atmósfera previa.- Añadió Giaal que sentenció al parecer comprendiendo aquello.- Por eso primero queréis crearla.-

- Eso es.- Dijo Sandy sonando esperanzada.- Ya hemos soltado cultivos bacterianos y ahora, en cuanto logremos recrear las condiciones apropiadas, esperamos que el proceso pueda comenzar. Debería ser tal y como lo calculamos en nuestras simulaciones y experimentos. Por eso era tan importante encontrar el planeta adecuado. Y tras tanto peregrinaje hemos conseguido hallarlo. ¡Éste lo es! Tenemos la posibilidad de poder terraformarlo gracias, entre otros, a las bases del doctor Sagan. ¡Ahora tendremos que ver si hemos sido unos buenos alumnos suyos!

- Era un gran científico, seguro que no se equivocaba - aseguró Satory que añadió. - Cuando era pequeña vi sus programas y desde entonces quise ser astrónoma y un día lograr crear vida en un mundo nuevo, y ahora, medio siglo después de que él lo propusiera, estamos a punto de lograrlo. ¡Ojalá que, donde quiera que esté, pueda disfrutarlo con nosotros!

- Así que crucemos los dedos. Dentro de nada se activarán los rayos tractores.- Añadió Tracer con idéntica expectación y nerviosismo.  -

-¡Ojalá que extraigan la suficiente agua de esos meteoritos! - Terció Sandy visiblemente emocionada. -



            Aunque entonces Satory se fue hacia ella, tras recibir una llamada por el intercomunicador y le susurró.



- Alguien te espera en la sala de al lado.

-¿A mí?- Inquirió la muchacha señalándose a sí misma con incrédula contrariedad. -¿Qué quieren ahora? Estamos a punto de comenzar la última fase.

- No lo sé, pero es muy urgente, han preguntado específicamente por la señorita Wallance. Creo que un técnico de laboratorio.- Comentó su compañera con tono de circunstancias. –

- Siempre tiene que venir alguien a dar la lata en los momentos más inoportunos. – Sentenció Tracer esbozando eso sí, una leve sonrisa y ganándose un codazo por parte de Penélope. -



La requerida asintió, con resignación y ligero fastidio salió del puente de mando. No tenía ni idea de qué podrían querer de ella. Quizás se hubiera dejado algún compuesto en el laboratorio o un formalismo burocrático por rellenar. En todo caso, ¡menudo momento había elegido quien quiera que fuese para llamarla!. Se dio prisa, seguida por Satory, cuando abrió la puerta de la sala contigua sólo pudo decir un inquisitivo y extrañado.



-¿Sí? ¿Qué desea? Soy Sandy Wa...



            Apenas pudo pasar de ahí ya que observándola a unos pocos metros de distancia, sonriendo con gran alegría, se encontraba un hombre algo más alto que ella, de mediana edad y pelo moreno ya bastante encanecido. Llevaba unas gafas redondas y una bata blanca de laboratorio. Y solamente le contestó con voz trémula, apenas controlando su emoción.



- Hola Sandy. ¿Cómo estás, hija?...



La muchacha al principio se quedó clavada como una estatua, parecía incapaz de moverse, como si no diera crédito a lo que estaba viendo. Pero finalmente corrió hacia él, salvando aquellos escasos metros en un instante y precipitándose a sus brazos.



-¡Papá! - Exclamó entre sollozos. - ¡Papá!



            No era capaz de decir más, sólo podía llorar pero esta vez de alegría al abrazarse a su padre, al que llevaba tanto tiempo  sin ver, ¡al que tanto había echado de menos! No pudieron reunirse cuando la gran nave hizo escala técnica en la Luna por falta de plazas en los transbordadores y después aquel maldito a ataque a la altura de Marte les privó de su última oportunidad. Sandy llegó a resignarse ante la posibilidad de no volver a abrazarle nunca más. Y en los últimos días, sobre todo cuando los familiares de sus compañeras llegaron a la nave, se había deprimido recordándole y echándole todavía más en falta. Temiendo incluso por su bienestar. Aguardando alguna noticia suya y sorprendida y preocupada por no tenerla. Llegó a pensar que, o bien se enfadó con ella por irse de su lado, o que algo malo le hubiera sucedido. Y pese a haber hecho nuevos amigos y sentirse aceptada, y lo contenta que se sentía por Amatista, incluso en los mejores momentos de la boda de su amiga, no podía dejar de pensar en su padre. La pobre muchacha tenía el pesar de ver como este le faltaba. Aunque, tras un buen rato en el que permanecieron abrazados sin hablar, el doctor Robert Wallance enseguida le explicó, tratando de serenarse un poco.



- Cuando se supo que habíamos logrado establecer contacto con esta nave, el señor Masters me llamó y me dijo que quería contar conmigo para trabajar en sus empresas. Era una oferta tan buena que no la pude rechazar, y más cuando me invitó a viajar hasta aquí y verte. Me contó que su propia hija era compañera y amiga tuya, en realidad fue ella la que...



Sandy pudo separarse un poco de su padre y volvió la vista atrás. Allí estaba Satory, que había tenido que enjugarse las lágrimas de emoción a la vista de aquel reencuentro. Ella mejor que nadie la comprendía. Ahora la morena muchacha corrió hacia su compañera y amiga y la abrazó con fuerza sin parar de repetir.



-¡Gracias, muchas gracias, Satory!  Me has hecho muy feliz.

- Era lo menos que podía hacer por ti, después de lo que me has ayudado, se lo dije a mi padre al hablar con él antes de que llegara y se encargó de contactar con el tuyo. - Balbuceó ésta, también muy emocionada, ante la sonrisa del doctor Wallance que comentó. -

-¡Cuánto celebro que hayas encontrado tan buenos amigos aquí, hija! Gracias – le dijo ahora Robert a Satory que apenas pudo dominar su emoción para asentir levemente.-



            Durante unos instantes más, padre e hija se abrazaron nuevamente llenos de felicidad, con la hija de Masters como testigo. Hasta que ésta les recordó.



-¡La siguiente fase va a empezar, vamos!



Sandy y su padre reaccionaron y siguieron rápidamente a Satory. Después podrían tener tiempo para hablar de muchísimas cosas y recuperar el tiempo perdido. Pero ahora no podía faltar a ese momento histórico. Así pues, los tres entraron en la sala para alegría de Penélope y Tracer que sabían de antemano en que iba a consistir esa sorpresa. Y tras las debidas presentaciones, todos se centraron en aquella última y crucial fase del experimento, que, según le explicaron las chicas al doctor Wallance, consistía en lo siguiente.



-Verá.- Declaró Penélope tomando la palabra.- Gracias a la potencia de esta nave y sus baterías de cañones hemos diseñado el siguiente plan…



            En suma, y según entendió Robert, la SSP-1 había seleccionado un gran número de meteoros que contenían elevados porcentajes de agua en forma de hielo. El plan era desviarlos contra la superficie del planeta con un rayo de energía tractora, y destruirlos con rayos de energía para que, al impactar sobre la misma, el agua se licuara y formase océanos. Mientras, las bacterias arrojadas hacía veinticuatro horas deberían crear una atmósfera adecuada. Más tarde, se lanzarían plánctones de gran velocidad de reproducción al agua. Estos eran el fruto de los experimentos que las chicas hicieron hacía ya meses.



-Crucemos los dedos.- Suspiró Sandy, sin soltarse del brazo de su padre.-



Mazoui llegó entonces, fue presentado al doctor Wallance y él le estrechó la mano. Al poco se acercó a Satory abrazándola para animarla, ella sonrió. Todo el mundo en la nave estaba en sus alojamientos viendo el acontecimiento en cámaras de televisión.



-¡Vamos allá! – Exclamó Tracer que abrazaba a una ya visiblemente nerviosa doctora Winters.-  tenemos que animar esto un poco.



            Y el joven no dudó en conectar el hilo musical de la nave, dejando que sonasen algunas canciones aleatoriamente. La primera comenzaba con una especie de declaración dirigida a todos.



“En el principio, la Tierra era pura. Incluso en la temprana luz de la mañana, podías ver la belleza en las formas de la naturaleza. Así que los hombres y mujeres de todos los colores y formas podían ver que no era siempre fácil ver los colores, e ignorar la belleza de cada uno. Peor nunca dejaron el sueño de que un mundo mejor vendría con la luz y construirlo juntos, en triunfo”...



¿Puedes sentirlo? ¿Puedes sentirlo? ¿Puedes sentirlo?

Si miras alrededor

El mundo entero está uniéndose ahora, cariño



Puedes sentirlo? Puedes sentirlo? Puedes sentirlo?

Se siente en el aire

El viento está llevándolo a todas partes, sí



¿Puedes sentirlo? ¿Puedes sentirlo? ¿Puedes sentirlo?

Todos los colores del mundo deberían ser

Amarse unos a otros con todo el corazón



A los pocos minutos, la primera luz verde se encendió, el rayo tractor entró en acción y comenzó a lanzar grandes masas heladas contra el planeta. El espectáculo era impresionante, colosales colisiones contra la superficie y chorros de agua lanzados en altura a más de diez kilómetros volvían a caer en forma de furiosas lluvias.



Sí, está bien

Lleva mi mensaje a tu hermano

Y díselo dos veces

Propaga la palabra y trata de enseñar al hombre

Quien odia a su hermano

Cuando el odio no lo servirá, Ooh



Porque nosotros somos todos lo mismo, sí

La sangre dentro de mí está dentro de ti


Ahora dime

¿Puedes sentirlo? ¿Puedes sentirlo? ¿Puedes sentirlo?

¿Puedes sentirlo? ¿Puedes sentirlo? ¿Puedes sentirlo?, Sí, sí, oh



En eso, Mazoui se dirigió a  Sandy, que permanecía cerca de él, abrazada  a su padre.



-¿Puedes sentirlo? - Inquirió él con un tono que resultaba misterioso para el resto, al hilo de esa canción. –



Aunque su amiga pareció comprender perfectamente de lo que se trataba y asintió para sentenciar de forma igualmente enigmática y también llena de esperanza.



-Sí, Mazoui. La Creación está en marcha. Nos dejan sentirlo. ¡Es maravilloso!



Cada respiración que tomas

Es la muerte de alguien en otro lugar

(Otro lugar, otro lugar, otro lugar)


Cada sonrisa saludable

Es hambre y lucha de otro niño

(otro niño, otro niño)


Pero las estrellas brillan

En una promesa de salvación, es cerca de este tiempo

(cerca de este tiempo)



Y aunque los demás, sorprendidos por ese comentario, les interrogasen con la mirada, ninguno añadió nada más. Solamente Giaal sonrió con amplitud y la miraba fija en aquellas imágenes que les llegaban, él podía percibir aquello también…y pensaba.



-Es increíble. El milagro de la vida, está surgiendo en este mundo y...no solamente en él…



Así que hermanos y hermanas, enseñarme a saber cómo


Ahora dime

¿Puedes sentirlo? ¿Puedes sentirlo? ¿Puedes sentirlo?

¿Puedes sentirlo? ¿Puedes sentirlo? ¿Puedes sentirlo?, Sí, si oh



Sí, sí, oh

¿Puedes sentirlo? ¿Puedes sentirlo? ¿Puedes sentirlo?

¿Puedes sentirlo? ¿Puedes sentirlo? ¿Puedes sentirlo?, Sí, si oh



Todos los niños en el mundo deberían estar

Amándose unos a otros con todo el corazón



Sí así es

Lleva mi mensaje a tu hermano

Y díselo dos veces



Lleva las noticias a los hombres que marchan

Que están matando a sus hermanos

Cuando la muerte no servirá



Oh, Somos todos lo mismo

Sí, la sangre dentro de mí está dentro de ti



Ahora dime

¿Puedes sentirlo? ¿Puedes sentirlo? ¿Puedes sentirlo?

¿Puedes sentirlo? ¿Puedes sentirlo? ¿Puedes sentirlo?, Sí, si oh



(Can you feel it. Jackson Five. Crédito a los artistas)


            Podría decirse que en aquella enorme nave los únicos que de momento no prestaban atención a todo eso, eran Amatista y Leval. Tras las efusivas dosis de afecto habituales en estos casos cuando él la entró en brazos al dormitorio, proclamando.



-¡Bienvenida señora Malden! A su nueva vida.

-¡Suena de maravilla!- Sonrió ella para repetir. - Amatista Malden. Aun no me acostumbro.

-No te preocupes, vas a tener mucho tiempo para hacerlo, mi amor. – Le susurró él en tanto la besaba. –



            Y entre beso y beso decidieron finalmente pasar a cosas más serias. Leval se despojó de su uniforme y sólo tenía ya puesta su ropa interior. Amatista se deleitaba mirándole y también se quitó con sumo cuidado su traje de novia. Su esposo iba a desnudarse completamente cuando ella le detuvo con tono misterioso.



- Antes debo contarte algo, verás, después de tantos años creo que es justo que lo sepas, te llevo una ligera ventaja...

- No te comprendo.- Replicó Leval la miró con expresión sorprendida. - ¿A qué te refieres? ¿Ventaja en qué?



Amatista se rio tumbada sobre gran cama de matrimonio que tenían instalada en la habitación ante la atónita mirada de su esposo.



- Es algo que ocurrió antes de conocerte,- le confesó ella esbozando una gran sonrisa. - En realidad fue la primera vez que te vi, y creo que desde aquel mismo instante me enamoré de ti.

- No sé.- Sonrió también el chico sin comprender aún para afirmar. - Cada vez te entiendo menos ¿Fue cuando nos presentaron en casa de mis padres?,- preguntó tratando de averiguarlo. -

- Te daré una pequeña pista,- repuso Amatista con un pícaro tono de voz. - Estábamos en el vestuario de las chicas y alguien hizo un agujero en la pared.

- ¡Era eso! - recordó Leval -¡vaya! ¿Así que me viste por el agujero? Nos enteramos de que había uno, pero siempre creímos que lo había hecho alguno de los chicos.

-¡El agujero lo hice yo! - confesó su esposa riendo - y ese día te estuve viendo más desnudo de lo que te veo ahora. Dime una cosa - le inquirió con tono de curiosidad algo morbosa. - ¿Aquel día no pensabas en ninguna chica, verdad? - Leval negó con la cabeza, no que él recordase y ella entonces aventuró con creciente interés y excitación. - Eso quiere decir que no tenías eso todo lo grande que…

- ¿Puedo? - sonrió él con malicia al completar la frase. - No…pero ahora verás hasta donde soy capaz de llegar…



En ese instante, en los monitores de la habitación se podía observar como impactaban los grandes meteoros contra la superficie del planeta y como se originaba una furiosa lluvia. Aunque ninguno le prestaba atención a aquello.



- Pues si es así - repuso Amatista que entonces, se desnudó completamente delante de él. - Entonces lo justo es que me veas ahora tú a mí.



            Leval se aproximó a ella y acarició suavemente el cuerpo de su esposa, recreándose en aquella sucesión de voluptuosas curvas, y esos generosos pechos, bajando hasta las caderas de la joven mientras él también se desnudó por completo. Se abrazaron y se entregaron a juegos previos. Su esposa puso en práctica las artes amatorias que conocía comenzando por un intenso calentamiento oral de esa parte de su marido sobre la que habían conversado y, en efecto, aquello adquirió unas proporciones realmente importantes. Él, entre jadeos complacidos, correspondió del mismo modo bajando hacia el vientre y el pubis de la chica para arrancarle gemidos llenos de placer. Después hicieron el amor de forma muy suave. Amatista sintió plenamente la pérdida de su virginidad mientras Leval la besaba tras penetrarla. Para ellos no existía ahora nada más que sus dos cuerpos entrelazados y no se percataron de que, en la pantalla del monitor que transmitía imágenes del planeta, se veía como se estaba formando un gran mar. En tanto otra canción comenzaba.



¿Qué hay del amanecer?

¿Qué hay de la lluvia?

¿Qué hay de todas las cosas que dijiste que íbamos a ganar?



¿Qué hay de los campos de extermino?

¿Hay algún plazo?

¿Qué hay de todas las cosas que eran tuyas y eran mías?





 Los meteoros seguían cayendo sin cesar. La segunda luz verde se encendió y casi de forma inmediata la tercera, sólo quedaban dos. En el laboratorio, un exaltado Tracer abrazaba a Penélope y decía entre eufórico y lleno de un inquebrantable optimismo.



-¡Lo vamos a conseguir, tenemos que conseguirlo!

- Ojalá tengas razón. – Suspiró la jefa de investigación afirmando. – Daría lo que fuera por que sea así.

- ¿Una cena conmigo por ejemplo?- Quiso saber él abrazándola por detrás. –



¿Alguna vez te has parado a pensar?

¿Toda la sangre que derramamos antes?

¿Alguna vez te has parado a percatarte?

¿De que esta Tierra llora, estas riveras lloran?



Ahhh

Uuuhh



            Y para perplejidad del resto la doctora Winters, lejos de parecer sentirse violenta o avergonzada ante esa pública exhibición de afecto, asintió con una sonrisa. Pero de inmediato tensó su expresión. Observando las imágenes que llegaban del planeta, donde el furioso bombardeo de los cometas cargados de agua, proseguía. Al tiempo que se comenzaban a formar gruesas nubes en las capas bajas de esa incipiente atmósfera.



¿Qué le hemos hecho al mundo?

Mira lo que le hemos hecho

¿Qué pasó con la paz que le prometiste a tu único hijo?

¿Y los campos de flores? ¿Hay algún tiempo?



-Esperemos que la gravedad del planeta sea lo bastante fuerte y logre retener el vapor de agua y los demás gases. – Suspiró Satory. –

-Ten fe. – Le dijo Mazoui visiblemente esperanzado. – Esa atmósfera se va a quedar ahí.

-Vais por el buen camino.  Lo sé. – Convino Giaal que ahora estaba pegado a una expectante Susan. –



La muchacha le daba la mano al alien  casi de forma inconsciente, se sentía nerviosa y al tiempo esperanzada, no solo por estar junto a él, sino por estar presenciando aquella especie de milagro. ¡Aquello era sencillamente grandioso!, algo que iba más allá de cualquier cosa que hubiera imaginado. Ahora sentía que todos los esfuerzos, las tribulaciones y las batallas que les habían llevado hasta ese instante habían tenido sentido. Solamente deseaba que sus padres y su hermana hubieran estado allí para verlo. Pero su nave se retrasó y aún tardarían unos días. Bueno, eso ahora no importaba.



-Tendremos tiempo de sobra para que les muestre este nuevo mundo.- Pensó la joven con el visible anhelo de que aquello funcionase en tanto exclamaba.- ¡Vamos!



Y al igual que ella todos estaban atentos al monitor de las luces y rezaban por que se encendiesen las dos que faltaban…



¿Qué pasó con todos los sueños que dijiste eran tuyos y míos?

¿Alguna vez te has parado a pensar?

¿En todos los niños muertos en la guerra?



¿Alguna vez te has parado a darte cuenta?

¿De que esta Tierra llora, estas riveras lloran?



Aaahh

Uuuhh

Aaaah

Uuuhh



En la habitación nupcial, al cabo de una hora, Amatista apoyaba su cabeza sobre el pecho de su marido. Éste la miró indeciso, su instinto le decía que debía poseerla otra vez pero ahora en la forma en que todos los guerreros del espacio lo harían. Pero se resistía a esa idea. Temía por ella. Y la chica, como si le adivinase el pensamiento, le miró a los ojos y musitó.



- Hazlo Leval, no te preocupes por mí.- De la mesilla cercana a la cama aferró una bolsita alargando el brazo y le desveló. -Tengo una alubia mágica ahí, de las que Giaal me dio, no me pasará nada.



El chico la miró conmovido por aquel gesto. Ella sabía que eso le haría mucho daño. Pero estaba dispuesta a soportarlo por él, y a la vez que pensaba esto, intentaba refrenar sin éxito el creciente deseo que sentía. Cuando le advirtió con inquietud.



-¿Crees que lo resistirás? Puede ser muy duro.



            Amatista se limitó a mirarle fijamente, sin demostrar ningún temor, aunque temblase ligeramente. Sonrió y asintió con una expresión que Leval no le había visto nunca, estaba totalmente entregada a él. Entonces el joven no pudo resistir más, la besó con pasión y se transformó en súper guerrero, todo su cuerpo se hinchó desatando una enorme energía. Cuando penetró a su esposa, ella gritó de placer y de dolor a la vez…



Solía soñar

Solía mirar más allá de las estrellas

Ahora no sé dónde estamos

Aunque sé que hemos ido muy lejos



En los monitores comenzó a observarse como el cielo del planeta iba clareando, cada vez con una tonalidad más azul, del oscuro, al marino, cada vez adquiriendo un tono más parecido al celeste. Otra luz pasó a ser verde, todos contenían la respiración. Mazoui detectó en ese momento al igual que Giaal la energía de Leval como súper guerrero. Ambos sabían lo que eso significaba y en su corazón desearon suerte a la pareja. Y de inmediato prestaron toda su atención a aquellas prodigiosas fuerzas de la naturaleza que estaban transformando aquel planeta…



¿Qué hay de lo de ayer?

¿Qué hay de los mares?



 Leval siguió empujando con fuerza pese a los gritos de dolor de su mujer, él mismo sufría por ella, derramando lágrimas por aquel trago que debía hacerle pasar a su esposa, pero sentía que de algún modo tenía que ser así. Y entonces el chico notó un líquido caliente en su cuerpo. Enseguida se dio cuenta de que era sangre, la sangre de Amatista que estaba próxima a desmayarse, pero él no podía detenerse. La chica aguantó haciendo acopio de todas sus fuerzas hasta que todo terminó. Al fin su marido concluyó y ella sintió algo caliente deslizarse por sus entrañas y cuando estaba a punto de perder el conocimiento Leval le dio la alubia. Ella la masticó trabajosamente mientras él se retiraba quitándose de encima con cuidado. Al cabo de pocos segundos la joven estaba completamente recuperada y los dos se acariciaron sonriendo.



-¿Estás bien?- se interesó el muchacho. -

-Nunca he estado mejor.- Fue la respuesta de la aludida que le propuso.- Ahora vamos a ver el resultado de tanta lucha y tanto trabajo, mi amor.







Su marido asintió y levantándose del lecho ella y Leval se asomaron a una de las grandes cristaleras para ver la última etapa de la trasformación de ese planeta. El muchacho brillaba como súper guerrero en unos tonos dorados que iluminaban la habitación. Abrazó a su esposa por detrás y ambos, desnudos, como lo había estado aquel planeta, contemplaron maravillados la belleza de un mundo que nacía. La pareja no pudo evitar entonces escuchar la canción que se colaba por el hilo musical de la nave. Amatista entonces comentó, perpleja.



-Es como si alguien tratase de enviarnos un mensaje. Para todos los que estamos aquí….

-Quizás sea una manera de darnos otra oportunidad.- Conjeturó Leval, remachando en tanto la abrazaba.- La de un nuevo comienzo en un mundo nuevo, con una nueva vida. Y vamos a aprovecharla.



¿Qué hay de nosotros?

Los cielos están cayendo. Apenas puedo respirar



            Y entre el poder de esa música y su tan significativa letra. Los dos observaban asombrados el poder que estaba transformando el planeta.



-¡Es algo sencillamente increíble! Tan grandioso que no sé cómo describirlo.- Declaró el atónito chico.-

-Es el poder de la Creación. - Le contestó su esposa sentenciando con voz queda.- Nada menos…



¿Qué hay de nosotros?



            En ese instante Mazoui sonrió por sus amigos, pudo percibir que todo había salido bien. Una mirada a Giaal que estaba  cercano a él, junto con Susan, le confirmó esa impresión.  Es más, los dos sintieron que de repente la energía de Amatista, lejos de haberse apagado cada vez más como estaba ocurriendo hasta hacía unos instantes, había aumentado de una forma maravillosa. Pero ahora sólo podían fijarse en la pantalla y en esa luz, esa última luz roja que restaba resistiéndose a cambiar al verde.



-¡Vamos, vamos! - Animaba Satory entre dientes - sólo una más, estamos a punto de conseguirlo.

- Sólo un poco más.- Rezaba Sandy musitando en tanto se abrazaba con fuerza a su padre. - ¡Por favor!, estamos tan cerca de lograr nuestro sueño.



¿Qué hay de todo?

Lo que no hice…

¿Qué hay del valor de la naturaleza?

¿De útero de nuestro planeta?



            La estrella amarilla cercana al planeta empezó a iluminar la cara que éste presentaba hacia la nave, dando a la atmósfera un color azulado como el terrestre. El plancton que habían lanzado a las aguas enbravecidas del recién creado océano comenzaba a teñirlas de tonos verde azulados. Al fin, la última luz roja se tornó verde y en ese instante todos saltaron y gritaron de júbilo. Mazoui elevó a Satory entre sus brazos dando vueltas con ella mientras se besaban. Tracer le dio un beso a Penélope en los labios tan largo que casi la asfixia. Sandy y su padre bailaban abrazados por todo el puente. Lo mismo que Giaal con Susan. El extraterrestre, hasta entonces casi inexpresivo había iluminado su rostro y desatado un sentimiento de total felicidad a la vista de aquel milagro y la joven oficial se dejaba abrazar encantada compartiendo esa maravillosa sensación.



-¡Lo hemos conseguido! –Lloraba Penélope ahora llena de alegría.-

-Sí, nuestros esfuerzos han dado resultado.- Convino Satory con idénticos sentimientos de orgullo y euforia.-

-Ahora la vida llenará este nuevo mundo.- Sonrió Sandy, abrazada a su padre.-



¿Qué hay de los animales?

Los reinos se convirtieron en polvo…



Y el grupo entero estaba lleno de dicha y emoción. Pero no eran ni mucho menos los únicos. Ian, Roy, Bertie, Kerria, Tom, Cooan, Alan, Lance, Idina, Diamante, Esmeralda, Zafiro, Karaberasu, Mathew, Katherine, Petz y Coraíon, entre otros, observaban aquello con rostros absortos y realmente extasiados. Se abrazaron, lloraron, rieron y lanzaron exclamaciones de júbilo cuando se comunicó que el experimento había resultado un éxito rotundo. Sus hijos, primos, hermanos o lo que fueran para cada caso, los tripulantes de aquella gloriosa expedición al espacio, lo habían logrado. ¡El milagro estaba conseguido!



¿Qué hay de los elefantes?

Hemos perdido su confianza

¿Qué hay de nosotros?...



Y en una gran sala en el Cielo las sailors, ataviadas como princesas planetarias, se reunían. Serenity y Endimión presidían en sus tronos, juntos a ellos se sentaba, en una silla algo más baja, su hija. Fue ésta la que con voz solemne y llena de alegría, comentó en voz alta para todos los allí presentes.



-Podéis sentirlo, ¿verdad?

-Sí, hija. - Afirmó la soberana sentenciando.- Es el final de una etapa.

- Cómo lamento el no haber podido quedarme a verlo allí.- Suspiró Mercurio.-

-No debemos intervenir en demasía. Al menos no hasta que llegue el momento.- Le recordó Marte.-

-Y ya no queda mucho para eso. ¿Verdad? – Terció Júpiter.-

-No, en efecto, las cosas se acelerarán a partir de ahora.- Añadió Venus.-

-Todas las piezas se hallan dispuestas sobre el tablero. La partida final va a comenzar. Aunque a nosotros por ahora, nos tocará el mero papel de espectadores. -Sentenció Endimión.-

-En las duras pruebas que les aguardan hasta que llegue nuestro momento, serán otras poderosas presencias las que intervengan. - Suspiró Serenity completando aquella aseveración de su marido.- Les deseo mucha suerte, de todo corazón.



Y resto de las princesas, amazonas  y los gatos no dijeron más…



¿Qué hay de las ballenas llorando?

Destrozando los mares…

¿Qué hay de nosotros?



¿Qué hay de los senderos del bosque?

Quemados a pesar de nuestras súplicas



 Mientras tanto en todos los confines de la nave y en todos los camarotes, las gentes miraban asombradas y maravilladas el espectáculo de la creación de la vida, con el eco de aquella canción. Igual que los jóvenes recién casados se deleitaban también con los bellos juegos de luces y estrellas fugaces que aún caían sobre el planeta.



¿Qué hay de la Tierra Santa?

Destrozada por el credo

¿Qué hay del hombre común?

¿No podemos liberarlo?



El nuevo mundo  ya tenía el nombre adjudicado si el proyecto tenía éxito. Bios, el planeta donde surgió la vida. Y esta surgía a borbotones ante los asombrados ojos de todos.



-¡Es maravilloso! – Pudo decir Sandy entre lágrimas de emoción.-

-Es un acto sublime de creación. Un enorme poder que sobrepasa nuestro entendimiento. - Afirmó un igualmente conmovido Mazoui.-



¿Qué hay de nosotros?

¿Qué hay de los niños muriendo?

¿No puedes oírlos llorar?



-Jamás había sentido algo como esto.- Admitió un asimismo emocionado Giaal, abrazándose a una llorosa Susan.-

-Ni yo. ¡Ojalá mis padres y mi hermana Debbie estuviesen aquí para verlo. - Fue capaz de responder su pareja entre asombrada y totalmente dominada por una sensación de maravilla al ver aquello.-



¿En qué nos equivocamos?

Que alguien me diga por qué…



¿Qué hay de nosotros?

¿Qué hay del niño?

¿Qué hay de los días?



Entre tanto Leval acurrucaba entre sus brazos a Amatista que admiraba la belleza del momento sintiéndose hermanada con ese mundo recién nacido,…



¿Qué hay de nosotros?

¿Qué pasó con toda su alegría?

¿Qué hay del hombre?



¿Qué hay del hombre llorando?

¿Qué hay de Abraham?



¿Qué hay de nosotros?

¿Qué hay de la muerte otra vez?

¿Nos importa un bledo?



Ahhhh

Uu

Uuu

AHHH

Uuu



(Earth Song. Michael Jackson. Crédito al artista)



-Tú le darás sentido a todo.- Suspiró la chica.- Tú vendrás pronto y nos iluminarás…



Y Amatista pronunció esas palabras con voz queda, sin saber por qué las decía, pero llena de esperanza, sintiendo que aquello era el comienzo de algo totalmente nuevo y hermoso, pues también ella podía sentir dentro de sí el milagro de una nueva existencia...







FIN           DE            LA             TERCERA               PARTE.


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