- Le esperábamos señor embajador- le recibió Cresat dándole un admonitorio saludo con la mirada -.
- Buenas tardes caballeros - saludó Yener a su vez tratando de aparentar naturalidad e incluso una cordial indiferencia -.
- Le aguardábamos impacientemente – subrayó asimismo el cónsul con fingida cortesía -.
- No me suelen hacer esperar- declaró Tirelius con gesto contrariado, enmascarado por una sardónica sonrisa -.
- Lamento el retraso- se disculpó Yener conciliadoramente, en tanto él y los otros tomaban asiento alrededor de una mesa dispuesta para la conferencia -.Otros asuntos de estado reclamaban mi atención, comprendan que soy nuevo en este cargo y debo poner en orden muchas responsabilidades.
- Me intriga saber como ponen ustedes su maquinaria diplomática en marcha- se sonrió nuevamente Tirelius -.Aunque mejor dejemos eso para otra ocasión. Embajador, soy hombre que gusta de ir al grano y le expondré el motivo de mi visita.
Yener se sorprendió pues ese hombre dominaba a la perfección el idioma de la confederación de planetas de Oumeya. Y además notaba en él una fuerte personalidad, acompañada de bastante energía interior .Iba a tono desde luego con su robusta constitución, era bastante alto, un poco más que el mismo Yener y lucía innumerables condecoraciones militares en su ya de por sí recargado uniforme .Pero a pesar de su aspecto engolado y pretencioso sus sentidos básicos del Kail le decían que no iba a ser el clásico fanfarrón galáctico al que pudiera manejar. Debería mantener al máximo de concentración sus disciplinas de Monje- Guerrero para no dejarse sorprender.
- Desearíamos pactar por separado con ustedes, al margen de nuestra confederación- le desveló Tirelius -.
- Bueno- repuso Yener haciéndose el sorprendido -.No sé si el foro de Federación de Mundos aprobará eso. Comprenderá usted que nosotros no podemos comprometernos a nada que pueda soliviantar a nuestros nuevos aliados.
Tirelius esbozó una débil sonrisa y se paseó por la habitación con las manos en la espalda en tanto respondía.
- Mi mundo comprende que ustedes deben también guardar sus pactos y sus intereses. Por eso les ofrecemos esta alianza mutua. Como supongo ya sabrán nuestro poder militar, incluyendo a nuestros mundos aliados más próximos, comprende casi el ochenta por ciento del que tiene la Federación.
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- Mi querido embajador- sonrió nuevamente Tirelius que hasta parecía estar complacido al escuchar aquello -.Es usted joven pero debo reconocer que no pasa nada por alto. Confieso que no me esperaba un interlocutor tan válido en su persona.- Afirmó no permitiendo saber a Yener si estas palabras podían tomarse como halago o eran fruto de un anterior menosprecio, y añadió sirviéndose del mismo estilo irónico -.Claro está que no desconozco las ventajas comerciales, culturales y de infraestructura que presenta el resto de la federación. Nadie les está pidiendo que elijan un bando u otro. Solamente deseamos que, entre nuestros mundos, se refuercen aun más los lazos de amistad que se han tendido con la firma del tratado entre ustedes y Oumeya. Por ejemplo, un acuerdo entre nosotros posibilitaría cooperación mutua en la vigilancia de nuestras fronteras y nos pondría a salvo de incidentes desagradables.
- Si, creo que tuvieron un problema con Oumeya a causa de un sistema solar, ¿me equivoco?. - Inquirió perspicazmente Yener tratando de contraatacar -.
- Está usted bien informado- admitió el general -.Y desde luego no queremos que eso nos vuelva a suceder con nadie, pongamos por caso que la federación por error, les da a ustedes permiso para cruzar una zona que se encuentre tan sólo bajo nuestra jurisdicción.
- Sería embarazoso si- tuvo que reconocer Yener con una falsa sonrisa y acto seguido guardó unos instantes de meditación llevándose la mano a la barbilla, se levantó paseándose un poco por la estancia y declaró reflexivo.-. Su propuesta me resulta convincente- añadió ante la visible complacencia del general y su cónsul -. Pero debo decirle que no sólo estoy hablando con usted a título de embajador de Yumlaiance, en este instante tengo el privilegio de representar a los restantes mundos de la Cuádruple Alianza. Como comprenderá, antes de darle una contestación definitiva deberé emprender una ronda de consultas. Pero puedo garantizarle que, lo que yo le responda obedecerá a los deseos de todos ellos.
-Excelente- declaró moderadamente el general que, no obstante, estaba visiblemente satisfecho ahora -. Amigo mío, en ese caso, no le entretendré más. Debe usted ponerse a trabajar. Supongo que necesitará un tiempo prudencial para obtener sus respuestas. ¿Digamos mañana a la misma hora?.- Inquirió con la seguridad del que sabe que no va a ser corregido -.
Cresat y Yener se miraron atónitos, desde luego ese tipo sabía como meter prisa. Afortunadamente, lo que Tirelius no sabía es que aquellas consultas estaban ya hechas y que sólo se precisaban las respuesta de dos planetas. Con Akaplar en el bolsillo y Ciloner a punto de aceptar, seguramente Nataclia no pondría pegas, y más cuando Yener les explicase esta conversación.
- Me parece bien- aceptó el embajador de Yumlaiance con una amplia sonrisa -. Mañana mismo se lo comunicaré.
- Entonces hasta mañana- se despidió Tirelius saliendo de la estancia seguido de inmediato por su servil cónsul -.
Cresat y Yener se quedaron a solas y el embajador le inquirió.
-¿Qué le parece?.
- Que ese tipo es muy astuto y cree que nos tiene donde él quiere, me alegro de que tengamos unificadas las posturas.- Repuso el Contralmirante -.
- Cuanto antes nos aseguremos de las respuestas definitivas de Nataclia y Ciloner tanto mejor. - Aseveró Yener que le pidió a su superior -.Contralmirante, ¿podría usted encargarse de recabarlas? .Yo debo atender otros asuntos.
- Muy bien- convino el benévolo Cresat que imaginó al muchacho aturdido y desbordado por las múltiples ocupaciones de su nuevo cargo -. No te preocupes.
Yener saludó a su superior, un detalle que agradó a Cresat, pese a que ahora, y a la inferioridad de su rango, el muchacho estaba a cargo de la diplomacia en Yumlaiance y técnicamente por encima de este. Una vez cumplimentadas las formalidades el joven capitán salió raudo para el restaurante .Llamó a su amigo Larus al que sacó de una partida de holojuegos.
- Larus, ¿te apetece venirte a cenar?. Yo invito- le propuso con animación-
-¿Tiene que ser ahora?. Estaba ganando- protestó este -.
- Me harías un favor, luego te lo explico- le dijo Yener con un gesto cómplice en su rostro -.
- No puedo negarme a ayudar a un capitán de navío y jefe de la diplomacia de nuestro mundo aquí - rió Larus con irónico sentido del humor- .Muy bien allí estaré.
Yener sonrió y se encaminó hacia el restaurante. Llegó y pidió mesa, tal y como Kyra le había dicho allí estaban Gina y Gordon .Hábilmente ocupó una lo bastante alejada para que no reparasen en su presencia. Larus se personó allí a la media hora. Más o menos tres danes de tiempo yumlaincer.
- Has tardado- le recriminó Yener pese a todo con un tono de buen humor -.He tenido que tomarme un aperitivo.
- Lo siento, no me querían dejar salir - se disculpó su amigo con gesto divertido -.Como iba ganado tanto deseaban recuperar algo de sus pérdidas .Así que les dejé llevarse un par de partidas.
- Bueno, te lo compensaré con la cena- repuso Yener que encaminó la charla hacia el tema que le interesaba en realidad -. Fíjate en esa chica - le indicó dirigiendo la vista discretamente hacia la mesa de Gina -.¿A que es una preciosidad?.
- Si, bueno, no está mal.- Declaró su amigo sin demasiado apasionamiento agregando, eso si, con agudeza -.¿Esa es la razón de tu inesperada invitación?.
Yener guardó un silencio que respondía afirmativamente a aquella pregunta, para después confirmarlo con sus siguientes palabras.
- Desde que la vi supe que iba a ser para mí.
Larus estaba perplejo. Conocía a Yener desde que ambos entraron en la academia espacial de Port Duraior y jamás le había visto tan pendiente de una mujer, o tan colgado. Desde luego este último término era más exacto. ¿Qué habría visto en esa chica?. Quizás con su disciplinas del Kail detectase algo verdaderamente valioso en ella .Así, a primera vista, a Larus no le parecía nada en especial. Bueno, era mona todo lo más, pero a su gusto con un aire demasiado ingenuo. No parecía tener gran interés. En fin, a él eso por supuesto le daba igual pero ya que a su amigo le gustaba... De todas formas y más ahora que Yener ostentaba el cargo de embajador, debería tener cuidado y así se lo hizo notar.
- Creo que va acompañada y por un oficial de la confederación de Oumeya. - Le objetó Larus remarcando las últimas palabras con tintes de aviso -.
Antes de que Yener pudiera responder un saludo les llegó desde unos pocos metros a su espalda, al girarse reconoció la figura del oficial de Nataclia Nerel Asety que rápidamente se llegó hasta ellos. A Yener le entraron ganas de llevarse las manos a la cabeza, pero se contuvo, no le daría a aquel individuo esa satisfacción...
-¿Disfrutando de un merecido descanso?.- Preguntó el nataclier con una cortesía demasiado afectada -.
- Como todo oficial que haya terminado su turno- respondió Yener del mismo modo -. Imagino que tú vienes para hacer lo mismo.
- Tan sólo a cenar antes de volver a mis obligaciones, estamos muy ocupados en la legación esperando la respuesta de nuestro gobierno.- Contestó Nerel mirando alternativamente a sus dos interlocutores -.
- Larus- presentó a desgana Yener dándose cuenta de eso, este es Nerel Asety, teniente del ejército de Nataclia -.Nerel, Larus Daet, también teniente, de Yumlaiance.
-Encantado- sonrió Nerel ofreciéndole su mano -.Los amigos de Yener son mis amigos- remarcó con cierto sarcasmo que no pasó desapercibido para el blanco del mismo aunque sí para Larus.-
- El gusto es mío - repuso el teniente Daet mirándole fijamente pues casi podía sentir el interés de ese hombre aunque este se cuidase mucho de no evidenciarlo -.
- Si quieres puedes compartir mesa con nosotros- le ofreció Yener sin mucho entusiasmo que digamos al darse cuenta de que sino lo iba a proponer su compañero por mera cortesía -
Nerel no lo pensó dos veces y aceptó la invitación tomando asiento.
-¡Esto ya parece una reunión diplomática! - rió Larus refrescando así considerablemente el seco ambiente y agregando divertido -.Y eso que habíamos venido para una cosa bien distinta.
Yener miró a su compañero con reprobación, dándole a entender que había hablado demasiado, aunque Larus no pareció darse cuenta de eso al añadir.
- Yener está interesado en otro tipo de conquistas.
-¡Vaya, vaya!- sonrió Nerel taladrando al embajador con la mirada -.
-¡Ejem!,- carraspeó Yener sintiéndose incómodo por momentos lo que no impidió que fulminase a su amigo con los ojos antes de añadir -.¿No podríamos dejar esta conversación para otro momento Larus?.
-¿Es alguna jovencita de por aquí?.- Inquirió Nerel cada vez más divertido con los apuros que pasaba el embajador -.
- Creo que eso es algo que no estoy obligado a responder para que tu gobierno tome una decisión, Nerel.- Respondió Yener de modo cortante -.
- No te pongas así- sonrió este de forma conciliadora, disfrutando eso sí del gesto contrariado del Yumlaincer -.Sólo me intereso como amigo, ya sé que no es nada que inquiete la seguridad de la Cuádruple Alianza .Al menos eso creo.- Remató con un poco disimulado regocijo -.
- Agradezco tu interés, pero no me gusta discutir detalles sobre mi vida privada- respondió Yener conteniendo su genio a duras penas -.
-A nadie le suele gustar hacer eso.- Concedió Nerel que había seguido la trayectoria de la mirada de su contertulio y enseguida descubrió el objeto de su interés -.
Ni Larus que comenzaba a darse cuenta de que había metido la pata más de lo que pensaba, ni Yener respondieron a eso, entonces como si nada, Asety añadió.
- Vaya, una oficial de Oumeya. Esto es lo que se llama fomentar los lazos, desde luego eres un embajador muy eficiente.
- A mi amigo no le gusta perder el tiempo- intervino Larus tratando de aliviar el momento aunque más bien consiguió todo lo contrario -.
-¿Y a ti, tampoco?- le inquirió Nerel con malicia -.
- Imagino que a Larus tampoco,- terció Yener tratando de no enfadarse más con las visibles puyas de ese condenado nataclier -.¿Y tú Nerel? .¿No tienes a nadie para después del servicio?.
- Acabo de llegar aquí, y ya estoy buscando- contestó este -.Ojalá consiga una preciosidad así. ¿Y tú Larus?.- Se interesó mirando descaradamente al oficial- . ¿Tienes ya alguna novia?.
- No, no he tenido tiempo, he estado muy ocupado jugando mucho al holovideo.- Respondió este con tono nervioso -.
-A mí también me gusta jugar- declaró Nerel que parecía interesado en ese tema -. Podríamos quedar algún día.
- Estaría bien.- Aceptó Larus -.
- Pásate un día por mi legación y ya hablaremos - le ofreció Nerel con un tono muy cordial y sencillo que contrastaba con el artificioso y sarcástico que había empleado anteriormente con Yener -.
Este por su parte miraba a ambos alternativamente con una mueca de sorpresa e incluso contrariedad. ¿Qué demonios significaba todo aquello?. Era él quien estaba interesado en cenar allí para observar a Gina, incluso había invitado a su amigo para no estar sólo y ahora le parecía que era él mismo el que sobraba en esa mesa .Entre tanto, Gordon descubrió la presencia de los oficiales de la Cuádruple Alianza .Se lo hizo notar a Gina indicándoselos discretamente con la mirada y comentando con un molesto susurro.
- Ni siquiera aquí nos podemos librar de ese tipo.
-¡Vamos Gordon! - le contestó ella con jovialidad -. Habrán venido a cenar igual que nosotros. Este restaurante está muy frecuentado. Además. Está acompañado de dos oficiales más .Deben de estar tratando asuntos de sus planetas.
- Si, confieso que a veces me paso de suspicaz- admitió este ya más relajado sin desear tampoco que la muchacha interpretase eso como un ataque de celos -.No creo que sepan siquiera que estamos aquí.
Gina le sonrió pero se fijó en aquel grupo mirando de soslayo. Aun de lejos le parecía que Yener se sentía incómodo. Seguramente estaría aburriéndose en una pesada conversación sobre intereses estratégicos de la galaxia. ¡Pobre! .No podía dejar de recordar lo que Kyra y Peter le contaron de su experiencia en Onís. Debían de agradecerle mucho a ese oficial de Yumlaiance el salir con bien de aquello. En el fondo, pese a que transmitía una cierta arrogancia en su forma de ser no parecía mala persona ni mucho menos; ella lo sabía por experiencia, habían hablado y lo cierto es que le caía bien.
-¿Dónde crees que nos enviarán?- le inquirió Gordon con un recién adquirido entusiasmo sacándola de sus pensamientos -.
-¿Eh?.- Repuso Gina que estaba totalmente fuera de onda en ese momento -.
-¿Digo que cual crees que será nuestra próxima misión?.- Repitió el muchacho-
- No tengo ni idea, pero ojala que no sea tan arriesgada como la última que de la que han vuelto mi hermano y Kyra- respondió ella por fin -.
- Si, creo que lo pasaron mal en ese mundo- reconoció Gordon a la luz de lo que le habían contado -.
- Y de no ser por ese oficial de Yumlaiance lo habrían pasado aun peor .Mi hermano me contó que posee algunas destrezas que les ayudaron mucho.- Comentó Gina con una no disimulada admiración -.
- No creo que Peter y Kyra hubieran estado indefensos sin él- rebatió su compañero que parecía incomodado al sacar a relucir a ese tipo -. Además, la nave de mi padre llegó enseguida en su auxilio.
- Enviada entre otras cosas para buscar al embajador de Yumlaiance- le recordó Gina que realmente comenzaba a divertirse pinchando por ahí -.
- Ese tipo no me gusta nada- declaró sinceramente Gordon dedicándole ahora una irritada mirada -.Se cree demasiado importante. Ya sé que es embajador de su mundo, no necesito que me lo recuerdes- añadió anticipándose a su compañera -.Pero eso no le da derecho a tratarnos como a sus subalternos. Ni a que debamos sufrir sus ramalazos de superioridad.
- No ha hecho eso- le defendió Gina que tampoco esperaba esa reacción de su acompañante -.He hablado con él y siempre ha sido muy amable.
- Con la mujeres debe ser distinto- sonrió Gordon maliciosamente -.Sabe como conseguir que una chica se fije en él. Tanto como para no ver otras de sus actitudes.
-¡Oh vamos!, no estarás diciendo que yo estoy colada por él, ¿verdad?- repuso Gina con tono molesto, deseando así zanjar el asunto. Realmente esa conversación estaba llegando demasiado lejos y no quería que se dijeran cosas embarazosas para ninguno de los dos -.
- No he dicho eso- se apresuró a negar él, aunque si había querido soltar una camuflada pulla y desde luego, había quedado complacido de la reacción de Gina pero debía tener cuidado de no ofenderla- .¡Discúlpame! .Me habré expresado mal. Es un tipo educado, viste bien y hasta es atractivo, lo reconozco .Tal combinación, unida a que posee un alto rango e interés le hacen ser muy atrayente a las mujeres .A todas en general, creo yo.
- Es atrayente,- admitió ella - pero aquella vez que cené con él, lo hice siguiendo instrucciones - recordó nuevamente Gina -.Quería sonsacarle acerca de su política respecto de nuestra confederación.
-¡Oh Gina! ,no te he pedido que me cuentes nada sobre eso- sonrió Gordon cada vez más aliviado y añadiendo ahora con un tinte muy conciliador -.¡Vamos, déjalo correr!. Reconozco que reaccioné como un idiota. Olvidémoslo, ¿quieres?.
- Si, dediquémonos a disfrutar el resto de nuestro permiso- sonrió ella contenta de dejar atrás ese tema -.
Ambos terminaron de cenar y se marcharon para continuar la charla en un conocido local de copas de la ciudad. Yener por su parte les vio irse más preocupado por lo que acontecía en su propia mesa. Tampoco quiso él alargar demasiado la velada y se retiró. Nerel anunció que haría lo propio y Yener, junto a Larus, se marchó.
-¿Te apetece tomar algo en la disco de la ciudad?.- Le propuso su amigo -.
- No gracias- declinó Yener -.Estoy cansado, ha sido un día de mucho ajetreo .Y debo levantarme temprano mañana para celebrar otra consulta con los aliados y hablar con ese Tirelius.
Larus no le insistió y dándole las buenas noches tomó el camino de la discoteca .Yener por su parte volvió a su alojamiento y se acostó .Su cabeza estaba llena de pensamientos, por un lado las arduas negociaciones y por otro aquella chica que no lograba apartar de su cabeza .Incluso pensaba en lo raros que Nerel y Larus habían estado en la cena. Aunque eso era lo de menos .Logró conciliar el sueño y soñó. Era algo que no tenía relación con sus inquietudes, extrañamente respiraba una atmósfera de gran paz y se hallaba en un verde prado .Yener vestía de verde también y parecía estar unido a aquel lugar por unos lazos profundos aunque desconocidos. Era como cuando de niño se adiestrara en el monasterio. El amor a la tierra y a su patria parecía latir en él de un modo muy acusado. Casi se personalizaban en su misma figura. Recorriendo aquel campo se adentraba en una amplia extensión de hierba alta que le llegaba por encima de las rodillas. Yener sintió que todo aquello era belleza y que era bueno, y que debía conservarse, de que corría peligro, necesitaba que alguien lo preservarse de algo, que él lo cuidase y protegiese, pero ¿de qué? .Las primeras luces del día le despertaron. El ordenador había activado las persianas para que dejasen pasar los primeros rayos del sol de Oumeya .La alarma había sonado segundos después. Yener la paró. Aun tratando de recordar confusamente su sueño se levantó. En los primeros momentos del despertar era ajeno a todo, estaba entre dos mundos, tratando de hacer memoria sobre su sueño y a la vez tomando conciencia del entorno que le rodeaba. Pero la ensoñación desapareció pronto cuando la alarma volvió a reclamar su atención. La detuvo definitivamente anulándola y se percató de que debía darse prisa...
Paralelamente Peter y Kyra fueron avisados por la presidenta del consejo. Habían surgido problemas en otro de los mundos pertenecientes a la federación. Inquietantes informes del planeta Let acerca de una rebelión. Ambos se presentaron en el despacho del consejo de Oumeya, a esas horas tan tempranas solamente ocupado por Lora y Pier.
- Se presentan el primer teniente Peter Larans y la lugarteniente Kyra...- Declaró Peter haciendo la tan protocolaria como innecesaria salutación -
- Descansad y dejáos de formalismos – le cortó su padre que parecía interesado en ir directamente al grano -.
- Hemos recibido noticias muy preocupantes- añadió Lora revolviéndose nerviosa en su sillón-
La presidenta pasó a exponer la situación. En Let, un mundo fuertemente robotizado, las máquinas se habían hecho con el control. Era algo aparentemente absurdo pero los androides que teóricamente estaban hechos para servir a los humanos se habían puesto en contra de sus propios creadores negándose a obedecer las órdenes que estos les daban. Un miembro del gobierno de Let había logrado escapar del asedio al palacio presidencial para advertir a Oumeya .Pier le prometió que enviaría una legación a investigar.
- Quiero daros esa misión- dijo el coronel -.Creo que sois los más capacitados para ello, ya tenéis experiencia en tareas diplomáticas y además vuestra hoja de servicios es la mejor de la patrulla espacial.
- Muy bien, partiremos para allá enseguida- convino seriamente Peter pese a su rostro estaba iluminado merced a todos aquellos elogios vertidos por su propio padre -.
- Os llevaréis al nuevo androide que ha diseñado nuestro principal investigador, el profesor Enius - les indicó Pier -.Hablé con el profesor y me comentó que os podría ser de utilidad.
-A la orden- repusieron los dos muchachos saludando al unísono -.
- Podéis partir - les concedió Lora agregando con un tinte mucho más familiar -.Y llevad mucho cuidado chicos.
Ambos inclinaron ligeramente sus cabezas y sin más salieron de inmediato hacia el hangar de la cubierta de vuelo a recoger su nueva nave...
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