miércoles, 9 de marzo de 2011

UNC 113

5./Capitulo 113.Cambio de Lealtades.


Carnalsk despertó en una especie de camastro dentro de una celda acolchada, escuchando una voz femenina llegándole desde ningún sitio y todas partes a la vez.


- Celebro que ya estés de vuelta Lord Carnalsk.


Aquello le desconcertó, había sido escoltado hasta unas estancias especiales a prueba de fugas para aguardar el juicio que le enfrentaría a Zagart y se había quedado dormido .Lo extraño era que le hubiera sucedido eso ya que él solía tener poco sueño y muy ligero. Aunque ahora comenzaba a entender la posible causa de aquello, sobre todo al escuchar las palabras que seguían resonando en su celda.

- No te inquietes, he sido yo la causante de todo. También estás vivo, como puedes comprobar mi ataque no fue demasiado fuerte.


Lo recordaba bien, cuando Zagart se marchó de la habitación, la diosa Aradanchil se le apareció curándole de sus heridas con algún extraño sortilegio para después volver a desvanecerse y con ella el cadáver del rey. Carnalsk no comprendía el porqué de aquella actuación pero decidió salir deprisa del lugar en el que estaba para ir en busca de Zagart y para ello iba a precisar la ayuda de la diosa.


-¿Y a qué se debe tu amabilidad para conmigo?.- Preguntó el nephraler con escepticismo y sin perder su aplomo -.
- Porque deseo algo de ti - le respondió la voz -.A decir verdad me eres bastante útil. No confío en Zagart, es demasiado ambicioso y está cegado por el odio, pero tú Carnalsk eres mucho más astuto que él. Sabrás manejar mejor las cosas. Si decides ayudarme yo te ayudaré a ti a lograr tus propósitos.
-¿Qué has hecho con el cuerpo del rey?.- Inquirió su interlocutor sin parecer hacerle mucho caso -.
- Eso es lo de menos, ya no puede serte de utilidad, tu rey ha muerto y lo que Nephraler necesita ahora es otro monarca que, con mano firme, conduzca a su pueblo a la victoria sobre los yumlaincers.
- Ese era mi plan inicial - declaró Lord Carnalsk recriminando con una aparentemente fría indignación - aunque tus inútiles esbirros se han encargado de estropearlo una y otra vez.
- Es por ello que he decidido poner en ti mi confianza.- Respondió la diosa que añadió con un tono más amable teñido de una velada amenaza -.Vamos, si aceptas te diré donde y como puedes probar la traición de Zagart. De lo contrario será él quien obtenga las pruebas que necesita para acusarte a ti.
- Está claro que no tengo elección, acepto - repuso Carnalsk, quien tuvo la suficiente serenidad como para añadir sin mostrarse intimidado -.Pero te pido que me dejes llevar las cosas a mi manera si quieres buenos resultados .Yo no trabajo bien siendo esclavo de nadie, ni preciso que me escriban los discursos.
- De no ser así no te hubiera elegido. Descuida, será como me pides - acordó Aradanchil que de inmediato le indicó - .Ahora prepárate, vienen a buscarte y deberás hacer esto...


Dos centinelas acompañados por un noble acudieron a abrirle la puerta a Carnalsk que aguardaba en pie y sin mostrar ninguna preocupación .Acto seguido le indicaron con un gesto que saliera y lo hizo flaqueado por los guardias y acompañado por su igual .Anduvieron hasta la sala de debates en donde se habían preparado dos estrados que miraban hacia la zona de asientos, uno era para el propio Carnalsk, otro para Zagart que compareció en la sala del mismo modo que su adversario .Así, en cuanto ambos estuvieron allí, el lord más veterano erigido en portavoz del resto declaró.


- Reunidos aquí vamos a proceder a investigar quién es el culpable de la desaparición del rey. Para lo cual escucharemos a ambos acusados. Carnalsk, serás el primero en hablar debido a tu rango de segundo par del Reino.
- Gracias Milord - repuso éste educadamente para añadir con energía -.Buscad en las habitaciones del inculpado Lord Zagart y descubriréis los motivos que le ha inducido a llevar a cabo esta traición. Yo lo hice y trató de eliminarme para impedir que le acusara.
-¡Qué tontería!- se rió Zagart -.Podéis buscar, nada extraño vais a encontrar allí. Por mi parte yo acuso a Carnalsk de colaboración con el enemigo y de haberles revelado secretos muy perjudiciales para nuestros agentes infiltrados en Yumlaiance.
- De eso tendrás que darnos pruebas - repuso uno de los lores -.
- Las tendréis, en cuanto traigáis aquí a la teniente coronel Draker.- Repuso Zagart mirando con inquina a su rival que no se alteró en lo más mínimo -.
- Muy bien, pero antes, si no te importa, vamos a comprobar las acusaciones de Carnalsk - repuso lord Zadarla -.


Y se hizo un breve receso, para que un grupo fuera a investigar en las dependencias de Zagart, en el que ambos inculpados pudieron intercambiar algunas palabras. El primero en hacerlo fue Zagart mirando burlónamente a Carnalsk.

- Estás perdido, pronto tú y tu patética hermanastra estaréis acabados en el nombre de Arandanchil.


A lo que Carnalsk le devolvió una mirada indiferente sonriendo levemente para responder.

-¿Eso crees?.
- No tienes más que humo, eres idiota si te piensas que iba a esconder algo en mi cámara privada de palacio.


Entonces escucharon los pasos del grupo de investigación que volvía, a lo que Carnalsk, sin descomponer el gesto de indiferencia que adoptaba, declaró.

- Ahora veremos quién es el idiota.


El grupo se llegó ante los pares que conformaban el tribunal y les mostraron algunas cosas, instrucciones cifradas y órdenes de cambios para la guardia cercana al rey que Zagart miró atónito, no las reconocía pero a la vista de ello los lores ordenaron que fuera inmediatamente apresado por dos guardias .Todavía sin reponerse de la sorpresa, Lord Zadarla declaró.

- A la vista de tales pruebas no podemos albergar ninguna duda sobre tu traición.


Y para más sorpresa de todos en la sala entraron dos Hialgasth que fueron requeridos de inmediato a presencia del tribunal .Tras hacer una leva reverencia con sus capuchas fueron requeridos a hablar por Zadarla.

- Contad quién os ha ordenado emprender acciones que van en contra de la voluntad de este consejo.

Uno de los Hialgasth apuntó una manga de su sayal hacia Zagart declarando a continuación con su voz sibilante.

- Cumplíamos órdenes de Lord Zagart.
-¿Pero qué dices imbécil?,- estalló este tratando de liberarse de ambos guardias que le aprehendían sin conseguirlo a la par que denunciaba a gritos -.¡ Esto es una maniobra tuya Carnalsk, has sobornado a esos dos estúpidos! .
- Te aseguro que yo no les he visto nunca - sonrió el citado lord que, desde luego no mentía -.
- Y hay más Zagart- terció Lord Rudart, otro de los componentes del tribunal -.Tenemos grabaciones que prueban algunos contactos tuyos con miembros disidentes Vasgonianos prometiéndoles autonomía plena en caso de que te jurasen fidelidad.
-¡Eso no es verdad! - se defendió el noble -.Jamás me he visto con esos traidores. Es un montaje.
- A la vista de estas pruebas se te declara culpable y se te condena a muerte - declaró Lord Zadarla sin prestar atención a aquellas protestas, añadiendo a los guardias - .Lleváoslo y encerradlo bien hasta que sea ejecutada su sentencia.
-¡Estáis equivocados!- gritó Zadarla en tanto era arrastrado hacia la celda aullando a continuación- .¡Aradanchil ayúdame -.


Y tras esta vana petición, Zagart enseguida comprendió espetando con furia.

- Aradanchil me has traicionado ,¿por qué?. Yo siempre te he sido leal y has preferido apoyar a ese maldito Carnalsk.


Y lord Zagart fue finalmente sacado de la sala, en tanto Carnalsk era rehabilitado pasando a ocupar nuevamente su puesto. Entonces Zadarla dijo con tono solemne.


- Ahora y en tanto se sepa que ha ocurrido con el rey deberemos elegir al regente y a la vista de la situación creo que Lord Carnalsk es el más adecuado.


Aquella propuesta obtuvo la aclamación de toda la asamblea y Carnalsk sonrió complacido, ahora tenía las manos libres para desarrollar su plan. Mientras todo esto tenía lugar en Nephraler, en Yumlaiance Yener había parado en su narración, Yashira le había comunicado que tenía que marcharse, seguramente a informar a su superior de todo lo que estaba sucediendo.

- Si, creo que podemos hacer un receso - acordó el propio Yener -.


Todos asintieron y en cuanto les fue posible Jilia y Menra se apartaron a una habitación vacía en la que, nada más entrar, se abrazaron fuertemente .Menra sin poder evitar llorar de nuevo, le dijo a su pareja.

- Te he echado tanto de menos en estos años .Tanto que me he quedado vacía .He sido incapaz de sentir nada por nadie.


Jilia se separó de ella suavemente y le dijo acariciando su mentón.

- No debe ser así Menra. Tienes una vida que vivir, esté yo o no, y sé que esto no será fácil de abordar, ni para ti ni para mí, pero he de confesarte algo.


Su compañera la escuchó con los ojos muy abiertos mientras Jilia le decía

- Durante estos años en el Dalarzian yo sí que he conocido el amor. Pensé que jamás volvería a verte y ese lugar te cambia mucho.
- No importa - pudo decir Menra añadiendo entre sollozos -.Ahora has vuelto a mí, eso es lo que cuenta.


Y Jilia negó lentamente con la cabeza volviendo a abrazarla, pero no dijo nada más.


Yener por su parte estaba junto a Gina y los chicos, hablaron de pasados recuerdos en común y de las cosas que habían hecho Samra y Join desde que no veían a su padre y al cabo de un momento Gina les pidió a ambos que les dejasen un rato a solas .Yener entonces intuyó el motivo, con sus destrezas tan agudizadas como ahora las tenía y su propia intuición no le fue muy difícil adivinar lo que su esposa le dijo a continuación con gran dificultad de ánimo.


- Yener, ahora hay otro hombre en mi vida, no quería decírtelo pero no puedo callármelo más.
- Lo sé cariño - repuso él sin parecer otra cosa que resignado a saberlo -.
- Él ha estado aquí en los últimos años y me he sentido de nuevo apoyada y querida. Creí que jamás lo volvería a sentir.- Añadió ella a modo de disculpa -.


Yener abrazó a su esposa con gesto comprensivo y declaró sin ningún tipo de rabia o enfado.

- Es lógico, lo entiendo .Y lo siento mucho cariño, nunca estuve para ti cuando me necesitaste en todos estos años y estoy seguro de que te habría hecho mucha falta .Respecto a ese hombre, tan sólo puedo estarle agradecido por cuidar de ti.
- Ahora no sé que hacer - sollozó su mujer víctima de una terrible angustia ante el dilema que se le presentaba -.


Y tenía razones para ello, pues en cuanto Yener apareciera en público se constataría que no estaba muerto y ella ya no sería viuda, además estaban sus hijos. Gina pensaba que tanto Samra como Join tenían derecho a disfrutar de su padre y sin que mediara otra causa era injusto romper una familia que por fin había podido reunirse .A fin de cuentas si Yener tuvo que marcharse no fue nada más que por cumplir con su deber. No obstante él le acarició una mejilla enjugándole las lágrimas con suavidad y le dijo con un tono cariñoso aunque sereno y firme.

- Puede que lo que me resta por contar te ayude a tomar una decisión .Istar Dairas.


Gina le observó atónita, había algo en ese tono que le hacía suponer que Yener debía de revelarle aun algo muy importante, sobre todo concerniente a su relación .Pero no quería hacerlo de golpe para que pareciese algo gratuito, quería envolverlo en el contexto de sus aventuras allá en el Dalarzian, a buen seguro eso lo explicaría mejor. Samra por su parte había escuchado algo de esa conversación y se sentía preocupada, esperaba que sus padres lo resolvieran todo ahora que estaban nuevamente juntos y confiaba en ellos, además ella debía atender a sus propios asuntos, se percató de que la Teniente coronel Draker se marchaba seguida por su sobrina a la que dedicó una mirada fría y hostil. Navilia se dio cuenta de eso y le pidió a su tía que aguardase un momento.

- Ahora mismo vuelvo, tengo que hablar con alguien - le indicó a lo que Yashira, comprendiendo perfectamente lo que sucedía, asintió -.


Y sin más, se acercó hasta Samra que parecía aguardarla segura de que vendría. La nephraler se plantó junto a ella y le dijo sin esperar a que Samra hablase.


- Comprendo que me odies, pero no era yo la que estaba actuando .Eso ya lo debes de saber.
- No es fácil confiar en ti después de lo que ha ocurrido - respondió agriamente Samra -.
- La diosa Aradanchil es también nuestra enemiga - replicó Navilia -.Sobre todo después de lo que me ha hecho .Estamos de vuestro lado, eso puedes creerlo.
- Quizás me importe un bledo saber de que lado estés - respondió Samra visiblemente irritada - .Sólo sé que, fueras tú o esa maldita diosa las que lo provocaseis, me he quedado sin novio.
- Ahora es distinto, le diré a Gali que no era yo - dijo Navilia que se sentía realmente afectada por todo aquello -.



Samra no respondió, realmente no estaba ya segura de nada, ni de las palabras de Navilia ni de que, en el mejor de los casos, pudiera volver a salir con Gali, aun sabiendo que el muchacho hubiera sido manipulado de algún modo. Ella siempre creyó que nada podría haberse interpuesto entre los dos y ahora se sentía engañada y defraudada. Navilia la contempló durante un rato y al no obtener ya la atención de Samra, sumida en su propio pesar, se dio media vuelta alejándose cabizbaja. Rachel entre tanto había seguido esta conversación desde lejos y sabía que no era momento para intervenir, ojala el tiempo acabase curando aquello.


Erel tampoco quiso inmiscuirse entre Jilia y Menra, por supuesto que no interfirió entre ellas ni escuchó durante su conversación, pero una vez salieron, Jilia se aproximó hasta él y solamente le musitó sin darle tiempo a una réplica.

- No pude darte las gracias por querer a Menra durante este tiempo, gracias Erel.


Y pasó de largo frente al atónito muchacho para ir junto a su compañera y tomar asiento. Lo mismo iban a hacer el mago Dilain y Halcón Certero cuando éste le pidió al maestre hablar en privado aprovechando que Calina intercambiaba ahora algunas palabras con el nataclier Asety.


- Tú dirás - comentó Dilain a su amigo y aliado -.
- Quería preguntarte algo Maestre - repuso el Señor del Kail -.Ahora que esto se dirige a su desenlace final.
- Te escuchó - repuso el mago sin perturbar su semblante inquisitivo -.
-¿Qué sientes tú por Calina?.


Aquello pareció coger por sorpresa al maestre que, sin embargo, reaccionó con la calma y la prudencia que de él se esperaban al responder.

- Para mí es una alumna muy aventajada, la mejor que he tenido y me siento muy orgulloso de ella.
-¿Y no sientes nada más?.- Quiso saber Halcón Certero -.
- En estos tiempos los sentimientos están de más - repuso Dilain que contraatacó con la misma directa pregunta -.¿Acaso sientes algo tú?.


Y Halcón Certero, abrió la boca para replicar, pero las palabras no le salieron ya que la propia Calina se acercó a Dilain interrumpiendo la conversación.

- Maestre, el general Asety desea hablar contigo en privado.


Ambos hombres se miraron dándose a entender que proseguirían con esa conversación en un mejor momento y el mago se dirigió hacia donde el nataclier le esperaba.

- Tú dirás Nerel - le inquirió Dilain una vez se plantó ante él -.
- Estoy algo inquieto - le confesó el Nataclier -.Todavía no he recibido el informe de mi colaboradora la coronel Naris, ella debía hablar con Carnalsk y contarle lo sucedido aquí para esperar su apoyo.
- Carnalsk es un tipo muy cuidadoso, estará esperando a entablar un contacto seguro. - Trató de despreocuparle el mago -.
- Carnalsk no sé, pero Seilín ya tendría que haberme dicho algo para bien o para mal.- Replicó Nerel añadiendo un poco más resignadamente - .En fin, quizás sea como tú dices y no deseen arriesgarse.


Y entonces llegó nuevamente Yener que llamó la atención a todos los presentes para proseguir con su historia.


Así que todos volvieron a reunirse en el salón, tanto Yashira como Navilia abandonaron la casa en dirección al santuario y los demás se prepararon para escuchar lo que el general tuviera que decirles. Nerel estuvo al tanto del relato que proseguía de un modo emocionante, aunque sus pensamientos e inquietudes, (disimuladas como siempre para el resto de forma magistral) estaban más puestos en Seilin. Ésta había sido enviada como enlace para coordinar las actuaciones con Carnalsk que era el gran aliado en la sombra, aunque ni el general nataclier ni su subordinada estaban al corriente de los grandes cambios acaecidos en Nephraler.


Seilín aguardaba en un punto prefijado de una estación espacial de tránsito a que el noble nephraler llegase, pero en vez de él se presentaron allí dos encapuchados Hialgasth .Pese a darse cuenta de ello y tratar de huir Seilín fue capturada y ni siquiera con sus conocimientos de lucha pudo hacer nada frente a esos dos enemigos tan poderosos que, no obstante, la dejaron inconsciente en lugar de matarla. Una vez capturada fue encerrada en una lanzadera con destino a una base secreta de Yumlaiance en tanto uno de los Hialgasth le decía al otro con su voz sibilante.


- Todo va según el plan de nuestra señora.
- Si - convino el otro -.Ahora que Lord Carnalsk está de nuestro lado todo será más fácil -.Ya sabes cual es el siguiente objetivo. Hemos de darnos prisa por atar todos los cabos y cerrar las trampas antes de que nuestro enemigo esté listo para atacarnos.
- Si, debemos ser rápidos y cautelosos al tiempo, la vuelta del Guerrero ha sido un gran revés en nuestra estrategia.- Le comentó el otro, añadiendo con patente contrariedad -.Debemos neutralizar su amenaza, si queremos reactivar a los hermanos que yacen en Magash. Pero ahora no será tan fácil como antaño.



Y ambos seres oscuros se encaminaron hacia su objetivo .Entre tanto, Yener, ajeno por el momento a esto, continuaba su relato. Siguió por largo tiempo hacia el norte detectando un rastro cada vez más claro y estando atento a la vez de no caer en ninguna emboscada. Sus sentidos le iban guiando de manera segura y al cabo de poco tiempo se encontró en las inmediaciones de una aldea .Posiblemente los raptores se hubieran detenido allí para comer y beber y quizás hasta intentar una transacción vendiendo a alguna de aquellas chicas. Cuidadosamente pues se introdujo en aquella aldea que resultaba ser más grande de lo que parecía. Caminó por su calle principal cubierto por su capucha y su capa a fin de no llamar la atención, y lo logró, siendo ignorado por las gentes que discurrían de modo pacífico en uno y otro sentido, tomándole de seguro por algún mendigo o un simple viajante. Hasta que a pocos metros vio un corro de personas que se agolpaban alrededor de lo que parecía una pelea organizada. Un hombre con aspecto fiero y muy musculoso, trataba de acertar a otra figura, también cubierta por un sayal oscuro de la cabeza a los pies, que le esquivaba con suma destreza.

-<>.


¡Y tanto que no lo hacía!. El encapuchado pasó a contraatacar asestando una combinación de varios golpes que reflejaban un gran dominio de las artes marciales .A Yener que no perdía detalle, esa técnica le resultaba familiar, aunque desde luego era nueva para el resto de los espectadores, y muy efectiva .El encapuchado, pese a ser sensiblemente más bajo, dejó al gran hombre que tenía por rival prácticamente noqueado. Éste intentó levantarse pero la paliza había sido tal que le fue imposible hacerlo, quedando finalmente tendido en el suelo .Entonces un hombre vestido con elegantes ropajes de colores entre verde y escarlata, se dirigió a la multitud, declarando con absoluta seguridad.


- Habéis tenido el privilegio de ver en acción al mejor luchador que existe .Vamos, la oferta sigue en pie .El que lo venza recibirá su apuesta multiplicada por diez.


Aunque nadie salía al círculo de lucha, todos los presentes se miraban visiblemente asustados ante tal posibilidad escuchándose murmullos tales como:

- Si ha vencido a Grentef cualquiera se mete con él.


Y cuando parecía que ese misterioso luchador, que permanecía a la espera en pie cruzado de brazos en el centro del círculo, iba a quedarse sin rival y que las gentes se disgregarían cada cual a sus quehaceres, surgió desde detrás de ellos la voz de Yener diciendo, en tanto se quitaba la capa.

-¿Puedo probar yo?.


Todas las miradas convergieron en aquel forastero y se escucharon voces que decían entusiasmadas.

-¡Es un señor del Kail!, ¡preparaos a ver un combate interesante de verdad!.


Yener oyendo esto, dijo dirigiéndose a su contrincante, aunque sin quitarse su capucha.

- Si es que no te asusta medirte con un monje de Somer.


El encapuchado no respondió, fue su apoderado el que dijo.

- No le tiene miedo a nada ni a nadie, pero queremos saber lo que vas a apostar señor del Kail.
- No tengo dinero para jugarme pero te apuesto esto .El que venza le quitará la capucha al otro ,¿te parece bien?.
-¡Bah!- sonrió despectivamente aquel hombre -.Mi luchador permite eso a quién le venza a cambio de que apueste dinero .Me temo que no nos interesa.


Pero contrariamente a esas palabras, aquel misterioso individuo asintió claramente bajo su capucha indicando con un gesto de sus manos enguantadas a Yener que compareciera al campo de lucha. Éste sonrió y en tanto se aproximaba le dijo al sorprendido apoderado.


- Al parecer, tu pupilo no opina igual que tú.


Ante eso el hombre no tuvo más remedio que permitir la lucha. Eso sí, enseguida preparó una tanda de apuestas entre el gentío que se prestó a ello de modo entusiasta .Yener sin dedicar atención a esto, se colocó a un par de metros de ese extraño mirándole con atención. A su vez, podía sentir la mirada de su rival, que lo estudiaba del mismo modo respetuoso y concentrado. Estaba claro que ninguno de los dos se iba a confiar, además, los sentidos básicos del Kail querían decirle algo a Yener, aquel individuo era una presencia familiar, pero no lograba precisar de quién se trataba. Tendría que ir con cuidado, quizás pudiera ser algún tipo con poderes especiales. Aunque a lo mejor no se trataba de eso. De momento lucharía y después ya se ocuparía de descubrir la identidad de su oponente que presentaba un cuerpo al parecer bastante fornido bajo ese apretado sayal que vestía, a la vista de las bien formadas piernas y brazos que se adivinaban bajo las mallas que completaban su vestuario.


- Bueno, vamos allá - se dijo Yener saludando con un gesto de cabeza a su rival, sensiblemente más bajo que él, aunque no por ello dejaba de ser mucho más temible para sus sentidos que el gañán a quién acababa de derrotar -.


Y su adversario respondió al saludo bajando cortésmente su cabeza y poniéndose en guardia acto seguido .Estaba claro que iba a comenzar un emocionante e igualado combate. Quizás la disputa de este le hiciera perder tiempo a Yener, pero algo le decía que una victoria frente a ese rival le podría resultar muy beneficiosa para sus fines. No obstante, tendría que emplearse a fondo si quería resultar airoso puesto que adivinaba una dura y complicada pele

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