jueves, 3 de marzo de 2011

UNC 12

Capitulo 12.Una gran e inesperada noticia


Yener se despidió de sus amigos con una sonrisa. Sobre todo estaba encantado de la mirada de respeto y admiración que le había dirigido Gina, sería un tanto que apuntarse sin duda. Pensaba en eso, encontrándose muy animado por su futuro con esa chica, cuando un oficial de Yumlaiance se le aproximó a todo correr. Yener le observó atónito en tanto este se detenía y se cuadraba saludando jadeante aun por el esfuerzo. Tanto, que le costó un largo momento el poder reunir el resuello suficiente como para decir.

- Se presenta el teniente Fers señor. Tengo un mensaje para usted.


Para sorpresa de Yener le alargó a éste un pliego lacrado, era un sistema bastante anticuado pero ya se sabe, las tradiciones son inamovibles a veces. Aunque, cual sería la sorpresa del muchacho al descubrir que el lacre tenía el símbolo Imperial.

-¿Un pliego Imperial?.- Inquirió a su subordinado que se mantenía firme a la expectativa de cualquier cosa que el capitán le preguntase -.
- Si señor- respondió el oficial añadiendo con apremio -.¡Y es muy urgente!, me ordenaron encontrarle lo antes posible y entregárselo en mano.
- Muy bien, ha cumplido su deber teniente, puede retirarse a descansar.- Le dijo Yener con aprobación en tanto examinaba aquel sobre con el tacto -
- Si señor, gracias señor- saludó nuevamente este perdiéndose acto seguido por el corredor -.


La mente de Yener daba vueltas una y otra vez acerca del posible contenido del mensaje que ahora obraba en su poder .Sólo tenía un modo de averiguar lo que el mismo Emperador de su mundo quería notificarle .Ojalá que no estuviera decepcionado con su gestión en la embajada .Lentamente y con la respiración contenida quitó el sello y desplegó el documento .Finalmente pudo leer.

"Dirigido al embajador de la legación en Oumeya".

"Como su Emperador agradezco en lo que valen sus desvelos por el bien de nuestro mundo y le invito cordialmente a que, en persona, me comente sus progresos en lo concerniente a la representación de nuestro planeta en la audiencia oficial que se celebrará dentro de dos semanas. Hasta entonces un afectuoso saludo".

"Firmado Urled XXII, Emperador de Yumlaiance, rey de Somer y Anlad..."

-<> - leyó para sí, desde luego aquella era una ristra de títulos impresionantes. ¡Pero lo más increíble de todo es que estuviera dirigido a él!.¡ Y requerían su presencia en Dumlans para informar al Emperador en persona!. Bueno Cresat ya se lo advirtió. Pero eso no evitaba que el nerviosismo y la emoción se desbocasen en él. Durante unos instantes incluso se quedó allí sin ser capaz de hacer nada hasta que saltó como un resorte y corrió en busca de su amigo Larus para


Entre tanto Gina y su hermano se habían reunido con sus padres, pero esta era una charla de familia, sin estar sujetos a las ataduras del protocolo y las normas. De todos modos la conversación recayó enseguida hacia el tema más comentado últimamente por todos ellos. La ayuda yumlaincer en el planeta Let. Tras intercambiar pareceres ambos hermanos se marcharon y continuaron la conversación, fue Peter quién comentó con agradecimiento.

- Él lo ha negado y por supuesto que siempre lo negará delante de cualquiera, pero estoy más que convencido de que los capitanes de esas naves tenían órdenes estrictas suyas de acudir en nuestra ayuda.
- Tiene gracia que paradójicamente Yumlaiance no pudiese ordenar a sus naves que acudiesen en nuestro auxilio.- Repuso Gina meditando la cuestión -.
- No podían, nuestra madre debía calibrar antes los sucesos y enviar una legación diplomática para tratar de resolver el conflicto por las buenas. Eso ya lo sabes, es una premisa básica de nuestra confederación. Y el mundo en el que se desarrollaba el problema estaba en nuestro espacio galáctico. Nuestra intervención ya fue, de por si, irregular, aun cuando tú ejerciste ese improvisado papel de embajadora.- Sonrió levemente él para continuar -. Las naves de Yumlaiance, en función del tratado que acabábamos de firmar, debían respetar eso. No podrían haber actuado salvo como lo hicieron captando nuestro mensaje de auxilio en nombre de un mundo de la Confederación, pero claro, para hacer eso, antes debían estar por allí. Cosa no podría haber sucedido de no tener órdenes previas de acercarse por precisamente ese sistema. Órdenes que, claro está, no puede demostrarse que se dieran.
- Sobre todo cuando Yener ofreció oficialmente su ayuda y nuestros padres se negaron- rió Gina que añadió con un tono perspicaz -. Aunque claro, como tú mismo has dicho las cosas cambian cuando dos de sus naves que, casualmente- y remarcó esta palabra con sonriente sarcasmo- pasaban por allí, recibieron vuestro mensaje de petición de ayuda.
- Exactamente - respondió la voz de Yener, dejando a Gina y a su hermano sorprendidos -.Fue una suerte, ¿verdad?.- Inquirió riéndose jovialmente junto con los dos muchachos -.
-¿Qué haces por aquí?.- Quiso saber Peter esbozando una sonrisa -.
- He sido llamado a consulta por mi Emperador- le respondió él ahora con tono serio dejando a ambos chicos preocupados -.No temáis - se apresuró a añadir Yener de modo más distendido al advertirlo en sus rostros -.No significa nada malo, es un informe de rutina. Una audiencia Imperial, aunque no puedo negar que estoy nervioso.
- Por lo que me has contado vuestro Emperador es alguien al que admiráis mucho- dijo Gina -.


El yumlaincer afirmó marcadamente con la cabeza en tanto que Peter oponía.

- Pues yo no lo entiendo, y perdóname Yener si te ofendo, pero no es mi intención .No comprendo como podéis poner el gobierno de un mundo entero en manos de un único hombre, sólo por que ha nacido de una determinada familia.
- Vosotros tenéis presidentes de confederación y todas esas cosas - respondió su contertulio con gesto adusto -.Y lo entiendo, además nuestro emperador no es quien gobierna. Él tan sólo modera, nosotros tenemos también nuestro propio gobierno con miembros elegidos y nuestro parlamento. Nuestro emperador es comandante en jefe del ejército y tiene derecho de veto.
- Aun así, es demasiado poder para una persona sola- objetó Peter sin apearse de su planteamiento -.
- Bueno, según se mire.- Rebatió Yener quien opuso a su vez -.Él se instruye para el cargo nada más nace. Le educan para ello y un presidente puede ser elegido en virtud de su carisma personal al frente de un partido mayoritario, muchas veces sin haber tenido formación específica en términos de política. Sencillamente ahí tienes el caso de Tirelius.
- Tu mundo debe ser muy interesante- sonrió Gina que trataba de aliviar la tensión que empezaba a notarse a medida proseguía aquella conversación -.
- Lo es, me gustaría que un día pudierais visitarlo.- Repuso Yener más relajadamente añadiendo a título de explícita oferta -.Podríais venir conmigo si os apetece. Seríais muy bien recibidos.
- No, lo siento- negó Peter que no quiso pasar por alto su agradecimiento esbozando una amigable sonrisa destinada también a zanjar esa estéril polémica .-.Ahora mismo tenemos mucho papeleo e informes que realizar a consecuencia de la revuelta de Let.
-¿Habéis averiguado algo más?.- Inquirió Yener con visible interés -.
- Poco, el presidente Glent y los suyos volvieron al planeta y todo se ha normalizado. Ahora parece como si nada extraño hubiera pasado, ni siquiera tenemos pruebas de ese presunto fallo en el programa- .Repuso Peter evidentemente desconcertado por aquello -.
- Bien, deseo que podáis determinar las causas de lo sucedido.- Afirmó Yener remachando a modo de despedida -.Ahora por favor disculpadme, debo irme, tengo mucho que solucionar...


Y dejando así de sus amigos de Oumeya, Yener se encaminó hacia el cuarto de su compañero Larus. Al llegar tocó a la puerta pero nadie le contestaba. Aguardó unos prudenciales instantes y llamó por el interfono.

-¡Larus, amigo!, soy yo, Yener, tengo que decirte algo que te dejará pasmado.


Nadie contestaba pero Yener recordó que tenía código de acceso, decidió pasar y aguardar a su amigo dentro para darle una sorpresa; aunque al entrar fue él quien se llevó la impresión de su vida .Larus estaba en su cuarto y además acompañado .Yener le sorprendió en la cama desnudo y abrazado a Nerel Asety, quién tampoco vestía ropa alguna ,¿cómo era posible?. Su mejor amigo y ese presuntuoso....

- Ho, hola Yener.- Pudo balbucear Larus tan atónito como lo estaba su propio amigo -.
- Venía a decirte algo - repuso este al fin, con un tono suave que no podía tapar su envaramiento -.Pero creo que será mejor dejarlo para otra ocasión.


Larus pareció querer decir algo pero Yener salió de la habitación, su amigo se quedó sin saber que hacer, por fin reaccionó cogiendo rápidamente su ropa y vistiéndose para ir en su busca .Nerel no dijo nada sólo observaba diríase que hasta divertido, aquella escena.

-¡Espera Yener, por favor!, ¡déjame que te lo explique!. - Le pidió apuradamente alcanzándole a la carrera -.


Este se detuvo mirándole con gesto indolente e incluso también cohibido para responder.

- Lo siento, no debí entrar en tu habitación.
- No pasa nada- , le interrumpió Larus, tratando de buscar un inicio a su alegación- .Es una larga historia, verás Nerel y yo -.


Ahora fue Yener quien cortó a su amigo levantando una mano y le dijo.

- No tienes que darme explicaciones de ninguna clase, cada uno hace de su vida privada lo que quiere .Aunque, si quieres un consejo de amigo y también de compañero de armas de Yumlaiance ten cuidado con ese tipo. Los de Nataclia no son mucho de fiar .Y éste mucho menos que ninguno.
-¡Oh, no te preocupes!.- Pudo sonreír Larus al fin sin tomar a mal esas palabras -, no hemos hablado para nada de política, te lo puedo asegurar. Ni de secretos militares, si sólo le interesara eso no me habría elegido a mí que soy un vulgar teniente.


Su amigo le miró entre desconcertado y un poco molesto .¿Qué quería decir Larus?. ¡Que si a Nerel le hubiese interesado sonsacar información valiosa le hubiera elegido a él!. ¡Pues lo habría llevado claro! .Desde luego que en la Cuádruple Alianza se respetaban las orientaciones sexuales de cualquiera pero Yener no era homosexual, así que ese mamón de Nerel tendría que haber pensado en otra cosa. Y si lo fuese, él sería el último tipo del mundo con el que querría esa clase de tratos .Ni siquiera se relacionaría con alguna de esas guapas oficiales de la legación nataclier. Porque como decía un viejo refrán yumlaincer, a los de Nataclia ni cuentes ni escondas secretos. Si haces lo primero los revelarán al mejor postor, y si haces lo segundo no pararán hasta descubrirlos por todos los medios .Aunque si ese maldito Asety buscara algo así liándose con Larus por ser su amigo la cosa habría sido demasiado evidente. Pero éste era demasiado buena persona y se pasaba de tolerante. ¡Sería capaz hasta de fiarse de un Nephraler! .


-<<- Bueno, que le vamos a hacer, es su vida>> - suspiró y añadió dirigiéndose a su compañero con tono más relajado -.Dejemos eso ahora, no tiene importancia, venía a decirte algo más trascendente para mí.
-¿Qué es?.- Quiso saber su compañero, más ansioso por dejar atrás aquel incidente que por cualquier cosa que su interlocutor le contase -.
- He recibido una citación de audiencia del Emperador en persona.


Larus se quedó atónito, tardó en poder exclamar .No sin revestir aquellas siguientes palabras de un excesivamente edulcorado entusiasmo.

-¡Eh, felicidades, es increíble!, me alegro mucho por ti, ¡desde luego es una noticia estupenda!.
- Si- convino Yener de un modo menos entusiasta -.Estaré fuera algún tiempo y me gustaría que tú me hicieras un pequeño favor.
- Si, claro, lo que quieras - se apresuró a responder su amigo que parecía decido a congraciarse con él pese a no tener necesidad -.
- Vigílame a esa preciosa rubia de Oumeya - replicó Yener de forma más distendida y jocosa dejando a Larus visiblemente sorprendido -.
- Claro, como tú quieras- repuso éste con un susurro -.
- Entonces te dejo ya, aun debo de ocuparme de algunas cosas antes de partir- sonrió Yener al fin dando por cerrada aquella intromisión tan embarazosa y estrechando la mano de su compañero y amigo a quién apreciaba por encima de todo -.


Se refería a terminar su equipaje y asegurarse de que dejaba sus estancias en orden. Poco después embarcaba en un crucero que partía rumbo a su mundo .Mientras estos acontecimientos se desarrollaban, en la legación de Casiopenae, un enfurecido Cónsul increpaba a sus mandos.


-¡El asunto de Let no ha salido en absoluto como se preveía!, ¡nuestros aliados están muy enfadados y nos han acusado de negligentes! .¿Por qué no se tuvo más cuidado en la operación?.
- Lo lamento excelencia - respondió casi a trompicones el que parecía de mayor graduación -.Nuestros especialistas se ocuparon de reprogramar los robots con los nuevos parámetros recibidos, no pensamos que la situación se les escapara de las manos a los androides de Let.
- Está visto que tengo que ocuparme de todo personalmente- gruñó el cónsul -.¿Cómo creen que se siente el general?. Está enfadado por su incompetencia e incómodo pues ha quedado muy mal con nuestros socios. Además, y por si fuera poco, han sido las naves de Yumlaiance las que han ayudado a la confederación.
- No pudimos hacer nada, no íbamos a oponernos directamente a su acción de ayuda .- Objetó el oficial invocando el buen sentido -.


El cónsul quedó ligeramente apaciguado por esas últimas palabras no exentas de razón .A pesar de que los de Yumlaiance no debían haber estado allí sin requerimiento oficial, según las normas de derecho interplanetario sí que podían atender cualquier petición de auxilio. Y eso fue lo que recibieron desde Let. No podía hacer otra cosa que rumiar su contrariedad. Se levantó paseándose nervioso por su despacho ante las inquisitivas y nerviosas miradas de sus hombres hasta que dijo tras un suspiro.


- Espero y deseo que los preparativos de nuestra siguiente misión no se frustren de igual modo.
- No tema señor, además hemos recibido informes de que el embajador de Yumlaiance desea abandonar su sede, creo que ha sido llamado por sus superiores.
- Eso facilitará bastante las cosas- declaró el cónsul esbozando una débil sonrisa -.Ese tipo es un incordio permanente, demasiado amigo de algunos oficiales de Oumeya. Estando lejos de aquí, no creo que sus naves nos estorben tanto. Aun así, ¡extremen las precauciones! –, les remarcó con un claro tinte de advertencia -. Todo deberá hacerse con el máximo cuidado. Ahora retírense y acudan a informarme cuando todo esté dispuesto.
- Si señor- saludaron al unísono todos los oficiales abandonando con presteza la habitación -.


Yener se despidió de todos sus compañeros y tras dejar las cosas arregladas. (Cresat se haría cargo de la embajada en su lugar), viajaba ya hacia su destino. Durante la semana que duró la travesía aprendió las rígidas fórmulas de etiqueta para la audiencia imperial; y en ese tiempo dos sentimientos encontrados se daban cita en él. Por una parte el temor a tan solemne acto y a las importantes personalidades con las que trataría y por otro el gran orgullo que aquello significaba .Además podría volver a ver a su familia. ¿Qué diría su padre ahora?. Se enfadó mucho cuando Yener decidió dejar de lado el negocio familiar de exportaciones galácticas y entrar en la academia pero cuando sus padres supieran que iba a ser recibido por el mismísimo Emperador .Bueno, lo principal era que volvieran a verse y sobre todo hacer las paces. Había mantenido contacto con su madre y su hermano en este tiempo pero con su padre...en fin, ambos eran demasiado cabezotas y orgullosos. Y luego estará el reencuentro con los viejos amigos de la infancia, sobre todo con su vecina Karie. Ya tenía ganas de cumplimentar aquel trámite .Por fin llegó siendo recibido por una escolta de la guardia Imperial, como era costumbre le entregaron otro pliego sellado que contenía la fecha exacta de su audiencia. Al leerlo descubrió que era para dentro de dos días, al trigésimo sexdán en punto, hora de Dumlans capital. Los escoltas le llevaron a su hotel y desde allí Yener pudo llamar por holomensaje a su familia .Fue su madre, madura y hermosa mujer de pelo castaño claro, pulcramente elevado sobre un artesanal moño, la que atendió la llamada.


- Yener hijo. ¡Qué alegría! - ,exclamó visiblemente emocionada -.¿Desde dónde llamas?.
- Estoy aquí, en Yumlaiance mamá - respondió este esbozando una cálida sonrisa -.Acabo de llegar. ¿Cómo estáis todos?.
- Bien, bien. Tu padre de viaje, cerrando un acuerdo de exportación con la luna meridional, tu hermano Erel en viaje de estudios, ya lo ves, me has cogido sola .- Le informó -.
- Pues os tengo preparada una gran sorpresa ,- declaró pomposamente él -.
-¿No me digas que has conocido a alguna chica?.- Inquirió impaciente su madre pues el radiante rostro de su hijo no era para menos -.
- No mamá,- repuso él de forma condescendiente e incluso divertida al ver flotar la expectación el rostro de su madre aunque tuvo que rectificar en parte, desde luego no podía esconderle nada -. Si, he conocido a una, pero me refiero a algo mucho mejor, para empezar me han ascendido.
-¿Ascendido?.- Repitió ella aun sorprendida -.¡Hijo que bien! ,felicidades .
-¡Pero al grado de capitán de navío!- .Aclaró él con una triunfante sonrisa que ensanchó según añadía - .Y además, ¡agárrate, soy el embajador de Yumlaiance en un nuevo mundo que hemos descubierto! .Ya puedo decírtelo pues ha sido aprobado por el gobierno.
-¿De verdad?,- exclamó su madre entre atónita y maravillada.-
- Sí, lo dirán esta misma tarde - le contó Yener dando razones para explicar aquel notición -.Me tocó a mi establecer el primer contacto y gracias a mis habilidades del monasterio me nombraron embajador.
- Ya le decía yo a tu padre que un día los años de monasterio te iban a servir de mucho.- Sonrió orgullosamente su madre. -
- Pero eso no es todo. Hay algo todavía mejor- dijo enigmáticamente Yener -.
-¿Qué más tienes que contarme después de eso?.- Quiso saber su madre curiosa y visiblemente acelerada .-
-¡He sido mandado llamar en audiencia por el Emperador en persona! .¡Me felicita por mi trabajo y desea que le informe de todo lo ocurrido!.
-¡El Emperador!.- Exclamó su madre con la boca abierta y los ojos como platos -.¡Oh hijo mío ,cuando la familia lo sepa!, bueno, cuando tu padre y tu hermano lo sepan, ¡no se lo van a poder creer!.
-¡Pues que lo hagan!, aunque reconozco que yo tampoco pude hasta que leí la misiva imperial media decena de veces. ¡Pero es cierto mamá!. Será dentro de dos días y debo estar preparado. Os veré cuando pase la recepción.
- Mi hijo embajador y nada menos que recibido por el Emperador- balbuceó su madre casi a punto de llorar de alegría añadiendo alborozada -.¡Esto es una señal Yener, nuestra familia que recobra el prestigio perdido !.Si ves al Emperador, procura si puedes hablarle de nuestro caso.
- Mamá, no sé si podré, quizás él se centre tan sólo en asuntos de política interplanetaria, pero te aseguro que trataré de que lo sepa.- Repuso su hijo tomado por sorpresa respecto aquello -.
-¡Confío en ti hijo!, seguro que estás destinado para hacer grandes cosas. Y yo te quiero mucho ya lo sabes, siempre he confiado en ti.- Le aseguró su emocionada madre-
- Lo sé mamá - asintió Yener que sabía positivamente que así era, su madre le había inculcado muchos de los valores y los gustos que él tenía y el amor por su tierra y sus tradiciones. Cuando él lo había necesitado ella siempre estuvo a su lado. Eso no podía olvidarse, así reflexionaba el muchacho cuando agregó a modo de consigna final -. Esperadme para dentro de dos días.


Su madre sonrió y se despidieron cortando la comunicación. Yener se sentía muy feliz y satisfecho, había alegrado tanto a su madre, ésta siempre le animó a alistarse en la flota, al contrario de su padre y también insistió mucho, siendo Yener pequeño, en que estudiase en el prestigioso monasterio del Kail. Allí donde sólo podían entrar los hijos de las familias más nobles y ricas de Yumlaiance. La familia de Yener estaba bien situada, incluso con una posición cómoda pero aun así les costó mucho que él ingresara y no sólo eso era difícil. De todos los aspirantes se llevaba a cabo una laboriosa criba en los primeros años y tan sólo los más capacitados eran dignos de seguir. No lo tuvo nada fácil en verdad pero gracias sobre todo a uno de los monjes que se tomó mucho interés, recordaba ahora a Azor Ligero, su maestro y podría decirse que su segundo padre. El muchacho creía incluso que de haber alguien que hubiera desempeñado realmente para él aquel rol, ese era su maestro. A él al que le debía todo su entrenamiento y los frutos que este le había tributado .Ahora le afluía una graciosa anécdota a su memoria .Siendo niño, tras un duro día de adiestramiento en el monasterio.


-¡Esto es agotador!- se quejaba el pequeño que contaba con tan sólo nueve años -.
- Pues tan sólo son los primeros ejercicios cachorro- sonreía su alto, delgado y severo mentor-
-<>,- pensó Yener molesto y así era. Hasta que no dominase al menos cinco disciplinas básicas no le otorgarían un nombre definitivo. Y tan sólo sabía dos y a duras penas. Por lo menos le quedaban tres años más y cada día era más duro que el anterior - .Maestro- repuso curioso dirigiéndose a Azor ligero -.¿Fue muy duro para ti?.
- Claro - afirmó este con una amable sonrisa -.Es duro para cualquiera, pero ten presente una cosa, nuestra orden es muy importante, la más antigua y principal de Yumlaiance junto con la de Esil .El mismo príncipe heredero debe adiestrarse en ella para probar su templanza. Y los principales mandos y personas notables de nuestro mundo pasan por nosotros. Aunque no todos progresan, han habido muchos que tan sólo dominaron una disciplina, otros ni eso y aunque domines las cinco básicas y aun las diez, no estás sino comenzando a aprender.- Añadió como si hubiera adivinado los pensamientos de su joven pupilo, cosa que por otro lado podría ser cierta -.
-¿Cuántas dominas tú?.- Quiso saber el muchacho con gran interés -.
- Las diez básicas del Kail, necesarias para ser maestro y otras tres más del Gran Kail. O Magkail- Respondió Azor ligero sin concederle mucha importancia -.
-¡Es increíble!, ¿cuántos años llevas tú dedicado al aprendizaje?.- Inquirió asombrada y respetuosamente Yener a quién tal cúmulo de destrezas impresionaba visiblemente. -
- Por lo menos veinte años - respondió jovialmente su maestro dejándole atónito -.Y tan sólo domino tres de las avanzadas. El gran maestro de nuestra orden domina ocho .Aun le restan por aprender dos más.
- Pero es muy viejo.- Declaró Yener sin poderlo creer -.Tendrá más de ochenta años.
- Noventa y tres para ser exactos - rió Azor ligero muy divertido con la perplejidad del niño -.Y todavía le queda mucho por aprender .Recuérdalo siempre cachorro. Todos tenemos siempre cosas que aprender y siempre hay alguien más sabio o más diestro que tú. - Tras esta aseveración el maestro hizo una breve y estudiada pausa para que su alumno digiriese sus palabras y agregó -.Debes saber que lo importante no es el número de disciplinas que dominas, ni los cargos y honores que puedas llegar a tener. Lo verdaderamente trascendente es no dejar nunca de tener interés por mejorar y aprender en todo momento .Recuérdalo siempre.


Y Yener recordaba ahora las palabras de aquel hombre, flexible y jovial y a la vez severo y adusto, según conviniera en cada momento. Aquel maestro a quién desde niño idolatraba y que le había enseñado todo lo que sabía, tanto de destrezas físicas, como habilidades mentales y sobre todo filosofía vital. Y ahora que pensaba en él, tenía muchísimos deseos de darle la noticia. Azor Ligero se sentiría muy orgulloso cuando lo supiera. Bueno, moderadamente orgulloso, o quizás daría la impresión de estar solamente contento, o simplemente satisfecho y le diría “bien hecho Gavilán”. Pero para Yener eso equivaldría a las más efusivas felicitaciones, a los ojos del chico no cabrían mejores honores que unas palabras como esas y es que su mentor no gustaba de exteriorizar demasiado sus sentimientos y tampoco deseaba envanecer a ninguno de sus alumnos .No obstante un sola sonrisa suya llenaría de alegría al joven aprendiz que iba a obtener unos honores impensables para alguien de su corta edad y limitada experiencia .Por eso, más que nunca, debía seguir el consejo del anciano, no enaltecerse demasiado y continuar con sus quehaceres y trabajo cotidiano, empezando por acostarse temprano pues al día siguiente tenía mucho que hacer para preparar su gran acontecimiento.


En Oumeya mientras tanto había llegado para Gina el momento de las decisiones. Yener se había ido hacía ya unos días y su amigo Gordon no podía estar de mejor humor. Parecía que se le hubiera quitado un enorme peso de encima. Y además se lanzaba ahora con más denuedo a invitar a la muchacha a salir. Él decía que era un modo de disculparse por alguno de sus anteriores comportamientos, refiriéndose claramente a los celos que le había tenido al embajador yumlaincer pero sin reconocerlo jamás de ese modo tan abierto. Lo malo es que parecía ansioso por marcar una especie de territorio, como si pensara que Gina era algo de su propiedad que nadie debería amenazar visto el precedente de ese tipo. A la muchacha eso le disgustaba pero siempre se las arreglaba para encaminar las cosas hacia un punto menos embarazoso y Gordon hasta entonces respetó esa especie de acuerdo tácito. Aunque un buen día el chico reunió el valor que le faltaba y quiso hablar con ella al término de una patrulla de rutina.


-¿Te gustaría salir esta noche?- .Le propuso él con su amable tono habitual -.
- Claro.- Afirmó ella asintiendo sin sospechar nada extraño -.¿A que hora?.
- A las diez- Replicó él que parecía ligeramente nervioso -.

La muchacha asintió e iba a darse la vuelta para marcharse cuando Gordon añadió.

-¡Oye Gina!-.

Ella le miró a la expectativa, daba la impresión de que el chico iba a confesar algo y su intuición le decía que era precisamente lo que se temía. Rogó por equivocarse pero tuvo que atenerse a lo inevitable cuando le oyó.


- Llevo mucho tiempo pensando en ello y me he dado cuenta de que ya llevamos saliendo juntos dos años .Y quisiera que lo formalizásemos un poco.
- Somos muy buenos amigos- respondió Gina de la forma más evasiva que pudo añadiendo tímidamente con el rostro que muestra de forma clara un sentimiento de zozobra y apurada situación -.Y me gustaría que lo siguiéramos siendo. Por lo menos de momento. Es algo que se debe pensar .¿Lo entiendes verdad?...
- Claro- musitó Gordon de forma apagada -.Lo comprendo, tenemos tiempo .Eso no es problema. - Añadió esbozando una débil sonrisa -.

¿Por qué no?. A fin de cuentas ese yumlaincer no estaba por allí cerca. Quizás ni siquiera regresara. Decididamente no podía dejarse llevar por la prisa. Si era paciente...

- Lamento haberte puesto en un compromiso. Ya sabes lo que siento- .Se disculpó él también fingiendo mucha más afectación que la debida -.
- No pasa nada- .Sonrió ella que, pese a todo sabía que si pasaba. De todos modos lo dejó correr, Gordon tampoco lo pasaba bien y en el fondo eso era debido a que él la quería. Era un buen muchacho pero a ella no le atraía hasta ese punto, por lo menos de momento.
-¿Dónde quieres ir? - Añadió solícitamente él para zanjar la situación -.
- Me apetece ir al gran lago- le pidió Gina aflorando un oportuno y forzado entusiasmo, tratando así de ayudarle a desviar el tema -.
-¡Vayamos, hace mucho que no lo veo! - convino él contento de eliminar la tensión que había surgido entre ambos -.


Pasearon en silencio, ligeramente separados pero lanzándose algunas miradas. Realmente él miraba a Gina y esta correspondía con una leve sonrisa de circunstancias. Pese a los esfuerzos mutuos por sacar una conversación entretenida parecía que les faltase la chispa que tuvieran en otras ocasiones cuando reían o encontraban cualquier cosa de la que poder charlar. Y es que esa apresurada declaración del chico y la respuesta tan inquietante habían calado hondo. Gordon no podía dejar de pensar en lo que ella le había dicho .Siempre había creído que Gina le correspondía, al menos que sentía lo que él. Sinceramente se esperaba que ella aceptara aunque no sin dudar un poco. Pero esto, no había contado con un “no” aunque no fuese un “no” exactamente. Ella le pedía tiempo, pero no le gustó el gesto de la chica ni su manera de decirlo, parecía querer esquivar la cuestión. ¿Sería por ese maldito Yener? .No podía evitar pensarlo una y otra vez y las razones que antes le habían animado ahora se desmoronaban otra vez. ¿Y si ese tipo volvía?. Quizás él se hubiera precipitado. Pero si no decía nada y regresaba el de Yumlaiance. ¡Ojalá que no lo hiciera!. ¿Qué posibilidades había?. Pudiera ser que volviesen a ascenderle y le destinaran a otra parte. Gordon rezaba para que eso sucediera. ¡ Si por él fuera, que le nombrasen jefe supremo de su mundo a condición de que se quedase siempre allí!. Seguro que olvidaría a Gina. ¡Tenía una pinta de mujeriego tremenda!. Es más, el de Oumeya apostaba su paga de un mes a que ese maldito Yener estaría coqueteando ahora mismo con cualquier otra chica en su planeta. Y además, con el tiempo, como la misma Gina le había dicho, seguro que todo cambiaba. En cuanto ella viese que él no volvía también se olvidaría. No obstante, la duda volvía a martillear el alma de Gordon sin cesar, no tenía constancia de que no fuera a volver. Pero la hipótesis de un cambio de destino de ese embajador “del tres al cuarto” era también factible y al reflexionar de este modo más tranquilo al no tener nuevas de que fuera a regresar de inmediato.(Pues se ocupaba siempre de tratar de averiguar algo en relación a eso, en la legación de Yumlaiance), decidió olvidarse del tema y disfrutar junto con su chica contemplando encantado la belleza del gran lago.


Peter y Kyra también salieron en su día libre. Ambos cenaron juntos charlando acerca de los últimos acontecimientos .Ella le comentaba claramente influida por su percepción.

- El asunto de Let no me gustó nada, estoy convencida de que los inductores están muy cerca de nosotros.
-¿Podrías ser más precisa?.- Le pidió él verdaderamente intrigado -.
- No estoy segura, siento un aura de maldad cerca, pero me cuesta identificar su fuente.
- Será obra de Tirelius - ,aseveró Peter convencido de esto -¿.De quién otro podría ser?.- Añadió dejando que la cuestión flotase en el aire, como un desafío para cualquiera que no compartiese ese punto de vista -.

Sin embargo Kyra se permitió recoger el guante y repuso a su vez con tono reflexivo y sazonado por la duda.


- Si y no, la verdad podría ser él, pero no acabo de verlo claro, es como si parte de ese aura estuviera cerca de él y de Casiopenae, pero la mayor parte le fuese ajena. Pero no puedo matizar nada. Es muy confuso.
- No lo comprendo- repuso Peter obviamente desconcertado por las palabras de su, en muchas ocasiones, críptica amiga -.
- Ni yo,- compartió solidariamente ella - las percepciones no son algo lógico, muchas veces ni yo misma sé lo que siento. Pero así es.
- Sabes que confío plenamente en tus dotes de vidente - .La animó Peter que conjeturó sin desmayo -.¿Podría ser Yener? .Es mucha casualidad que nos ayudase en Let, quizás eso obedeciera a otros intereses que nos son desconocidos; además está eso de que no puedas sondearle.

Su amiga sonrió ahora divertida y repuso con buen sentido del humor.

-¡Si Gordon te oyese te invitaba a cenar!.-


Su compañero rió también .Estaba convencido de que su amigo no podría estar más de acuerdo. ¡Incluso culparía al de Yumlaiance de la explosión de una supernova de tener la oportunidad!. Aun se sonreía jocoso cuando Kyra, como siempre, pasó a cambiar su tono jovial y su sonrisa a otro más reflexivo y serio, sin apenas transición.

- Lo pensé alguna vez- admitió la muchacha -.Pero luego, cuando está con la guardia baja he notado que, pese a ser algo ambicioso y bastante orgulloso, en el fondo tiene un alma noble. ¡Y es más!, percibo en él un aura si, pero de fuerza espiritual muy positiva. Creo que ni él mismo se ha dado cuenta de eso. O podría ser a causa de que sus habilidades le potencian.
- Con las que nos salvó en el planeta Onís, - suspiró Peter, resignado a abandonar otra de sus hipótesis e incluso sintiéndose como una especie de traidor por dudar de alguien que les prestó una ayuda tan importante en aquellos críticos momentos -.Si, tienes razón .Entonces ¿qué podrá ser? - .Inquirió nuevamente rindiéndose ante la incógnita -.
- Presiento que lo descubriremos y puede que antes de lo que podamos imaginar- .Sentenció Kyra de forma no demasiado clara ni optimista - .


Su conversación siguió encauzada por aquellos derroteros hasta que ambos se despidieron .Por otro lado Larus Daet todavía recordaba la cara de su amigo cuando este le sorprendió con Nerel .Ahora y compartiendo una cena íntima en las estancias del nataclier no pudo evitar sacar el tema. Este, fiel a su costumbre, no se inmutó apenas cuando Larus le expresó parte de las cosas que Yener pensaba sobre él.


- Tu amigo va a tener razón –.Bromeó incluso el de Nataclia aseverando con marcada ironía -. Me cuentas todos sus secretos.
-¡No seas tonto!- .Le pidió su compañero que hasta parecía haberse molestado por esas palabras añadiendo con tono casi paternal -.Creo que los dos deberíais hablar y zanjar vuestros malentendidos. Me cuesta pensar que Yener te tenga tanta manía, ¡por muy nataclier que seas!-


Enseguida bajó la cabeza avergonzado, lo había dicho de una manera poco apropiada, como si diese a entender que tampoco él se fiasen mucho de las personas de ese mundo .No obstante, Nerel esbozó una ligera y comprensiva sonrisa, declarando sin dar la impresión de estar molesto.

- Lo que piense Yener de mí es cosa solamente suya. No se puede evitar.
-¿Y qué opinas tú de él?- .Quiso saber Larus añadiendo conciliatoriamente ahora -. No temas decirme la verdad. Es mi amigo, pero tú también significas mucho para mí y él siempre es honesto cuando habla de ti.
-¡Ya lo veo!. – Replicó Nerel con acidez -. Eso no se le puede negar, no.

Pero como su amigo y amante seguía posando los ojos en él a la espera de una respuesta más clara, añadió con cierto toque de indiferencia.

- Es un tipo inteligente y capaz.


Larus sonrió sin conformarse con eso e insistió.

-¡Venga Nerel!. Me refiero a tu opinión personal sobre él. Si le pregunto a Yener sobre tu hoja de servicios seguro que me dirá que es estupenda, pero eso no responde a mi cuestión -.


El de Nataclia entrecruzó las manos apoyando su barbilla y suspiró ligeramente para contestar, ahora con un tinte más analítico, exento en cambio de cualquier matiz de parcialidad.


- Lo que le sucede a Yener es que no le gustan las cosas que no comprende y a mí no me entiende .Le pongo nervioso, nada más.


Aquello acabó por descolocar a Larus. Pese a todo Nerel llevaba razón en eso, pero tenía que haber algo más. El de Nataclia, (como todo buen nataclier y encima perteneciente a la Nastralsy, era capaz de hablar poco o si se le obligaba mucho, pero en ambos casos no decir nada o bien expresarlo todo en muy pocas palabras. Según quisiera).Pero el yumlaincer deseaba otra respuesta y probó al hilo de una conjetura.


-¿Seguro que no le hiciste nada en la Academia durante esas jornadas de intercambio?. No me contó demasiado cuando regresó, Ni siquiera me habló de ti entonces.
- Pues ahí lo tienes- .Replicó Asety con una media sonrisa – .Si no te comentó nada de mí sería porque no le hice nada. Yener es un tipo sincero y no se calla, de haber existido alguien que le hiciera la vida imposible se habría quejado .Y te aseguro que nada de eso sucedió entre nosotros. Lo que pasa es que tu amigo es algo desconfiado con los extraños. Cuando no puede tener una idea clara de ellos.
- Debes reconocer que eres un tipo muy misterioso- .Le sonrió Larus confesando sin tapujos- .Es por eso por lo que me atraes tanto.
-¿Solamente?- .Susurró este clavando los ojos en los de su compañero -.
- Ya sabes que no- .Replico Larus levantándose para acercarse a su pareja y atrayendo los labios de este hacia los suyos -.


Y el de Nataclia convino en concluir la conversación y entregarse a otras tareas más edificantes para ambos. Y mientras Yener, ajeno por completo a tantas conversaciones sobre su persona, ya dormía pensando en su gran momento. Se sentía feliz y soñaba con la gran recepción que a buen seguro tendría. Vestía sus mejores galas del Kail y era felicitado por todos los más destacados personajes de su mundo. Aquello era agradable pero él comenzó a sentirse extraño, de pronto se dio cuenta de que corría. A su alrededor, una multitud eufórica coreaba su nombre lanzándole todo tipo de guirnaldas de fiesta, pero él no se entretenía en recibir los vítores. Debía escapar, no sabía de qué.


Una fanfarria triunfal y los gritos de ánimo de un lejano coro de hombres le estremecieron. Podía ver una gran extensión pelada de vegetación y muchos cadáveres a su alrededor, todos vistiendo ropajes muy antiguos. Pero a él nada de eso le sorprendía, sólo sabía que tenía que correr, o los locors le atraparían. Aquella raza de bestias similares a enormes dogos de presa, antiguamente eran adiestrados en las tierras de Vagash como animales de combate que servían al ejército de este país o a los bandidos. Eso lo recordaba de las historias que escuchaba a su maestro siendo niño, pero en tanto rememoraba esos relatos, trataba desesperadamente de salvar la distancia que le conducía entre las ruinas de una ciudad hacia un grupo de barricadas en las que ondeaba la bandera de Somer. ¿O era la de Yumlaiance?. No podía precisarlo, era una sensación indeterminada de no ver algo pero de saberlo allí. Estaba seguro de que el gran sol de Somer brillaba en esa tela y adivinaba los restantes símbolos de los otros reinos de su mundo, pero era como si todavía no estuvieran juntos. Lo único que podía hacer era continuar en su lucha por ganar terreno hacia la salvación. Aunque lo más extraño de todo era que realmente tampoco sabía si el que corría era él mismo o si estaba presenciando la escena, aunque se sintiera totalmente implicado en ella, como si en verdad fuese él quién hacia todo aquello. Ahora escuchaba otra vez un gran griterío. Los jaleos de sus compañeros de tropa se confundían con los gritos de bandidos que azuzaban a los animales contra él y le lanzaban flechas y jabalinas que, por poco casi le acertaban. Estos terribles animales cazadores se acercaban rápidamente con sus mandíbulas llenas de espuma y sus ojos inyectados en sangre deseando destrozarle, pero Yener corría con todas sus fuerzas, vistiendo ahora su jubón del Kail que ya no estaba engalanado sino desgastado y roto en muchas de sus partes.


-<>- .Pensaba aunque enseguida se animaba diciéndose ->>-. Estoy cerca ya y aun puedo disparar -.<>. - Se repetía -. <<¡Aun puedo pelear!>> .


Y cogía un arco y apuntaba, aun entre su carrera lanzando varias flechas y derribando a algunas de esas bestias. ¡Corría, corría todo lo rápido que le permitían sus piernas!, su pecho estaba ardiendo por el cansancio, su respiración era entrecortada y su costado era sacudido por dolores lacerantes propios del enorme esfuerzo que realizaba. Estaba a punto de caer rendido por el agotamiento, solo podía concentrar su mirada en la flameánte bandera que le infundía moral y en los rítmicos gritos de ánimo de los soldados.¡ Ya llegaba, ya, solo un poco más y se reuniría con los suyos!. Estos le aguardaban con entusiasmo, enarbolando sus puños y sus espadas al viento. Ya estaba casi al lado de la barricada y varios de esos soldados, (de los que no veía el rostro, pero aun así reconocía como amigos), cuando se desplomaba. Creía que había llegado su fin, pero entonces dos de estos, anónimas figuras que tampoco podía reconocer, le ayudaban a cruzar.



Ahora, con una falta de transición que sin embargo le parecía completamente natural, montaba a caballo y desenvainaba una gran y luminosa espada. Guiaba a las huestes hacia la victoria sobre el enemigo, estas se desperdigaban por el campo de batalla y Yener contemplaba satisfecho su triunfo, oía las aclamaciones del gentío enfervorizado por la victoria, pero a él eso no le decía nada, simplemente se daba media vuelta, oculto tras su capa y su capucha del Kail y se marchaba, sin saber a donde ni porqué, se perdía silenciosamente entre esa gran multitud que no cesaba de vitorearle, metiéndose por un estrecho y negro callejón en donde lentamente se apagaba hasta morir el eco de aquellos aplausos.


Despertó jadeante y bañado en un sudor frío, pero las últimas visiones de aquel sueño se habían evaporado como la neblina ante el calor del sol y no recordaba nada. Sorprendido por aquel estado de ansiedad recurrió a sus técnicas de relajación, a buen seguro el miedo y la expectación a ser recibido por su majestad Imperial le había provocado alguna pesadilla. Al cabo de poco tiempo volvió a conciliar el sueño y esta vez durmió sin contratiempos deseando que llegase el día siguiente.

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