miércoles, 9 de marzo de 2011

UNC 120

12./Capitulo 120.La Ciudadela de Karmad


Al despuntar los primeros rayos del alba todos estaban ya dispuestos para la marcha. Provistos de su equipo y de las provisiones que les quedaban, ya que no tenían dinero para comprar más .Al bajar para reunirse con ellos en los establos, Yener comprobó que aquel viejo cuyo nombre aun no había salido a relucir, efectivamente les estaba esperando. Pelgrus también se encontraba allí terminando de enjaezar su caballo y las dos chicas parecían estar distantes una de la otra, sobre todo Rena, quién no parecía desear estar al lado de Jilia .La comandante Renar por su parte no mostraba un gesto decidido como en otras ocasiones en las que se preparaba para la aventura, sino más bien apenado, mirando de reojo a su compañera.

-¿Estamos todos listos?,- quiso preguntar Yener para cerciorarse definitivamente -.


Un asentimiento general le dio la respuesta .Y eso le bastó para ordenarle al grupo que montase y emprendiese la marcha.


Aquellos recuerdos se interrumpieron cuando Yener entró en el salón de su casa .Efectivamente Peter y Kyra ya habían llegado. Su llamada a través del videofono sacó a Yener de sus pensamientos .Su esposa estaba también allí y fue a abrir la puerta fundiéndose en un gran abrazo con su hermano y su cuñada tan pronto estos entraron.


-¡Qué alegría me da volveros a ver!.- Exclamó Gina radiante de júbilo -.
-A mí también hermanita - sonrió Peter -.
- Os hemos echado mucho de menos - añadió Kyra quien enseguida buscó con la mirada a su hija -.
- Estoy aquí mamá - respondió ella saliendo de su cuarto y corriendo a abrazarla -.


Tal y como había hecho antes su tía, fue Rachel la que se unió a sus padres en un largo abrazo, y una vez terminado aquel le tocó el turno a Yener .Kyra fue la que antes le besó diciendo muy emocionada.


-¡Gracias a Dios que has vuelto, o a tus dioses, no lo sé!, pero de lo que si he estado segura durante todo este tiempo era de que te necesitábamos Yener.
-Tendrás que contarnos muchas cosas viejo amigo - terció Peter abrazándole también -.
- Lo haré, tenedlo por seguro, pero ahora debemos aguardar a que lleguen los demás .No tardarán.- Le aseguró el yumlaincer -.


No había terminado de hablar Yener cuando Samra y Join se unieron a ellos saludando de idéntica manera a sus tíos. Tuvieron unos danes para charlar estrictamente en familia y tal y como dijo Yener el resto de los convocados volvió enseguida. Primero lo hicieron Calina, Dilain y Sert, para unírseles Jilia poco después, absorta en sus recuerdos hasta que saludó a los presentes. Una vez sentados alrededor de una larga mesa, y con la atención del grupo puesta en él, fue Yener el que tomó la palabra declarando.


- Creo que todos nos hemos dado cuenta de lo que sucede. Y para los que no - dijo mirando a Gina y a sus hijos que esbozaron un gesto de sorpresa -.Es algo que aun no puedo desvelar.
- Si, lo entiendo - admitió Peter terciando en el asunto al sentirse incluido en ese grupo -.Los que no poseemos ni instrucción ni capacidades telepáticas seríamos fáciles de sondear .Kyra me lo ha explicado, sin decirme de que se trata, así que saldré mientras vosotros habláis de ese tema.
- No hará falta que hablemos papá así que quedaos, tanto tú como la tía Gina y los primos - le dijo Rachel quién se había preocupado ya de entablar contacto telepático con todos los presentes capaces de devolvérselo y exponerles así lo que Yener le indicó mentalmente en tanto le contaba parte de la historia -.
- Está todo muy claro hija - asintió Kyra -.
- Si - convino Calina con aprobación -.Y gracias a ti Rachel, que has sido la que se dio cuenta de todo.
- Mi madre también lo supo con una de sus corazonadas .En cuanto me la transmitió vía impulso antes de que ella llegara no me fue difícil presentirlo a mí también. De lo contrario, si no te lo esperas es algo que está tan bien camuflado que hasta para un buen telépata sería muy difícil de detectar.
- Si, merced a mis progresos en el Kail yo también pude advertirlo, aunque no fue nada fácil - Comentó Yener -.
- No caeremos dos veces en el mismo truco - convino Dilain -.Pero hemos de hacerlo creer .Por ello, nadie que no sea capaz de ocultar sus pensamientos debe saberlo.
- Desde luego no sé de que estáis hablando pero confío en vosotros - declaró Gina sin sentirse molesta por aquello aunque se animó a comentar con el deseo de recibir alguna pista -.Quizás podría entenderlo mejor si no fuese algo tan secreto.
- Compréndelo Gina – le pidió Kyra con amabilidad -.Pondríamos todo en peligro si te lo contásemos.


Ésta asintió resignadamente y lo entendió .No quería perjudicar a todos sus amigos y familiares y pudiera ser que a Yumlaiance entera .Sus hijos también lo comprendieron puesto que simplemente callaban y escuchaban. Entonces terció Yener que, tratando de hacer aquello más agradable y menos embarazoso, dijo para encauzar de nuevo su historia a todos los presentes.

- Lo que sí podéis saber es lo que sucedió cuando llegamos a la ciudadela de Karmad.


Jilia que había permanecido en silencio durante todo aquel tiempo le miró atónita e incluso preocupada, no obstante Yener sonrió devolviéndole una mirada más tranquilizadora y añadiendo para todo el mundo.

- Me saltaré anécdotas, sólo diré que para obtener uno objetos que precisábamos para la vuelta, un guía nos condujo hasta el lugar....


Con un muy somero resumen de su visita a Skarn Dainlin y sus peripecias hasta llegar a esa expedición reanudó el relato arrancando en el instante en el que llegaban al camino correcto contando con la atención general:

- Estamos en el lugar adecuado - declaró el viejo -.Ahora invocaré el conjuro.


Y desmontando del caballo avanzó unos cuantos metros a pie y declaró con tono ceremonioso y recargado...

-¡Abreté ,oh acceso al mundo de los perdidos!.


Tras esas palabras en un principio no sucedió nada anormal, lo que pasados unos instantes más, llevó a Pelgrus a comentar con sarcasmo.

- Viejo, me parece que tu encantamiento se ha quedado algo corto.
- Cállate y observa - le indicó abruptamente éste dirigiendo la vista al frente -.


Todo el grupo hizo lo mismo y para su sorpresa descubrieron un paso que, hasta entonces no habían visto, entre los árboles que flanqueaban el camino.

- Adelante - les dijo el anciano volviendo a montar -.


Se pusieron en marcha dirigiéndose hacia allí y atravesando una especie de portal hecho por enredaderas que daba acceso a un cambio sorprendente. Tan sólo una llanura pelada se extendía en todas las direcciones y a unos cientos de metros de donde estaban podía visualizarse una gran construcción que semejaba un enorme castillo sobre un promontorio algo elevado.


- Ahí la tenéis - declaró el viejo con patente satisfacción -.La ciudadela de Karmad .Yo ya he cumplido con mi parte del trato. Recuerda Señor del Kail que a ti te toca ahora hacer el resto, y traerme cuantas más joyas y tesoros puedas.
- No lo he olvidado. Todo lo que pueda sacar de la ciudad. - respondió a desgana Yener, haciendo avanzar a su caballo hacia aquel lugar en tanto los demás desmontaban preparándose para acampar y rezándoles a los dioses para que el éxito sonriera a su compañero -.


Tras unos minutos de marcha Yener llegó ante las puertas de aquel colosal recinto amurallado que custodiaba la entrada .Debía pensar en la manera de subir o acceder al interior. La gran puerta de madera que se encontraba cerrada tras un amplio foso dificultaba aquello en demasía. Primero habría que cruzar esa especie de riachuelo negruzco que discurría alrededor de las murallas y los instintos básicos del Kail o los de cualquiera medianamente sensato, desaconsejaban hacer algo semejante .Por fortuna Yener llevaba en su equipo una larga cuerda y una ballesta, la usaría para subir del mismo modo que en Varein. Ató la soga a una flecha y la disparó contra el muro, pero ésta no llegó a dar, simplemente pareció estrellarse contra un escudo invisible y cayó hundiéndose en las negras aguas del foso. Trabajosamente Yener tiró de la cuerda para recuperar la flecha pero tal y como se temía aquello distaba de ser sólo agua sucia, únicamente pudo recobrar un pedazo de soga roto por una quemadura ácida a la altura de donde se había producido el contacto con ese líquido.

- Empezamos bien - se dijo Yener entre dientes, con verdadero fastidio -.


Y trató de pensar en algo que fuese más eficaz pero a simple vista no había ningún tipo de forma de entrar ahí. Entonces tuvo la intuición de desenvainar su espada .La Somerlaiance refulgió nuevamente al ser liberada de su vaina y aquello, por increíble que pareciese, cambió las cosas.


El enorme portón de la ciudadela cayó lentamente hasta quedar dispuesto en forma de puente sobre el foso. Yener lo observó en un principio incrédulo, luego desconfiado y más tarde comprendió que era la única manera de adentrarse en aquella ciudadela .Sus sentidos del Kail le revelaban que, en tanto estuviera concentrado y con la espada preparada, podría avanzar sin problemas, no obstante eso no significaba que las múltiples trampas dispuestas en aquel lugar, tanto mágicas como mecánicas, no fuesen a actuar sobre él al más mínimo descuido.


Mientras Yener narraba lo sucedido, Jilia recordaba a su vez lo que pasó entre ella y Rena...


Desde la distancia Jilia y los demás observaban con gesto tenso, sobre todo Rena que no podía evitar llevarse las manos a la boca a causa del nerviosismo. La comandante Renar aprovechó entonces el momento para aproximarse a ella y susurrarla con tono conciliador.

- Rena, por favor escúchame.

La chica le dirigió una mirada esquiva y no parecía querer hacerle mucho caso hasta que Jilia insistió con tintes de disculpa e incluso confesión avergonzada.

- Lo siento, tan sólo quería protegerte de eso .Quizás no debí hacerlo, pero pensé que alguien como tú, una chica noble y tan inocente...- se detuvo como si no hubiera deseado decir eso aunque prosiguió enseguida añadiendo - no creí que fuera justo que te sucediera a ti. Yo en cambio, bueno...ya he pasado por algo como eso.


Rena continuó mirándola ahora con expresión sorprendida .Jilia prosiguió con sus palabras mientras volvía a dirigir la vista hacia donde se encontraba el general Rant.

- Así podrás mantenerte para él tal y como te conoce, limpia de cualquier mal y pura.


La muchacha bajó su cabeza también avergonzada y pudo replicarle a la comandante Renar con un hilo de voz.

- Lo siento, no sé que decir, pensé que lo hacías por alguna otra razón.


Y Jilia movió lentamente la cabeza respondiendo...

- Ahora dejemos eso y recemos a los dioses para que Yener logre salir con bien y consiga nuestro objetivo.


Yener por su parte ya había llegado ante la entrada y con todos sus sentidos alerta cruzó el umbral de la puerta, quizás esperaba la brusca caída de un rastrillo o una lluvia de flechas pero nada de eso se produjo. Cruzó lentamente la zona de entrada y atravesó el patio de armas muy despacio, con su vista explorando cada rincón de su alrededor. Al parecer esa ciudadela le dejaba avanzar y confiarse, al menos de momento.


-¿Por dónde?.- Se decía él mirando inquisitivamente las varias portezuelas y pasillos que se le aparecían doquiera que dirigía la vista -.


Algo en su interior le indicó que simplemente siguiese adelante .En un principio dudó, no sabía si serían sus propias percepciones o una taimada trampa diseñada para confundirle y arrastrarle a la muerte .De todas maneras como no tenía una idea mejor, decidió seguir ese impulso parapetándose tras la Somerlaiance que le cubría en posición de guardia, como si se dispusiera a entablar batalla. Siguió un trecho que se angostaba a la altura de dos casas de piedra dispuestas a ambos lados del mismo, más allá del límite del patio de armas. Lo pasó no sin cierto resquemor pero todavía seguía sin ocurrir nada de lo que preocuparse y esa especie de sensación que le guiaba iba creciendo en intensidad. En un principio Yener miró a su espada pero de ésta no parecía surgir nada más que una ligera luminosidad dorada de vez en cuando.


- Yo tenía la impresión de que más bien era alguien y no algo - rectificó Yener en su relato mirando acto seguido a Calina -.
- Recuerdo que hace años soñé contigo - le reveló ella para asombro de los presentes -.Estabas caminando por una larga sucesión de pasillos y no recuerdo si subiendo o bajando escaleras, pero de alguna manera yo estaba conectada a ello y sentía cuando algo iba a acecharte .En mi sueño quería decírtelo e incluso hacía esfuerzos por avisarte.
- Y lo hiciste en verdad - afirmó Yener para mayor sorpresa de todos ,sobre todo cuando añadió -.Una vez salí de ese angosto corredor me llegué ante una plaza, y en el centro de la misma, rodeada por muchas casas de piedra ,se hallaba una fuente de gran belleza también de roca, con la imagen de una gran ave tallada cuyo pico escupía un chorro de agua y a su alrededor decenas de flores hacían lo mismo, formando varios arcos de líquido que brillaban con todos los colores del espectro luminoso cuando el sol incidía en ellos con sus rayos .Desde luego era muy hermoso pero no me confié, no bebí agua ,ni me mojé con ella ni nada por el estilo .Por el contrario miré hacia arriba y descubrí como de entre las casas despuntaba una construcción en altura, parecía una gran torre y mis sentidos básicos del Kail me indicaron que debía dirigirme hacia ella .Fui rodeando la fuente y mirando de reojo mientras lo hacía, tenía un mal presentimiento con ella y algo en mí me avisó.


Yener cruzó la plaza sin perder de vista aquel elemento ornamental extrañamente activo en medio de una ciudad abandonada y maldita. Solamente por eso ya era susceptible de tenerse vigilado .Pero además algo dentro de sí le advertía que no dejase de observar con atención la extraña fuente .La precaución estaba justificada puesto que el monje advirtió como el pico del ave que anteriormente miraba hacia el cielo ahora parecía estar dirigido a él. En una fracción de segundo este le disparó algo que no era precisamente agua, parecía una especie de luminosidad de color rojizo que Yener detuvo esgrimiendo la Somerlaiance. La espada tenía el poder de absorber los ataques mágicos y por fortuna lo hizo a la perfección en ese instante. Por si el ataque se repetía, Yener corrió saliendo de aquella plaza y del alcance de la fuente...


- Ahora comprendo porqué la Somerlaiance es tan importante para esta misión. Es mi guía y mi escudo.- Se dijo aliviado -.


Y algo le seguía insistiendo en continuar su marcha hacia la torre que se ubicaba justo en el centro de aquella ciudadela .Para cualquiera que entendiese un poco de magia era de suponer que ésta se situaba allí en función de irradiar el poder mágico principal que protegía a la ciudad .Lo que significaba que Yener iba a penetrar en el lugar más peligroso de todo aquel sitio .La mañana estaba ya muy avanzada cuando el Señor del Kail tanteó la puerta de doble hoja del edificio con el filo de su espada pero esto no dio el resultado que esperaba ya que no produjo que se abriera. Con sumo cuidado Yener examinó entonces uno de los dos tiradores que había con forma de larga barra y se percató de que no existía cerradura .Eso le previno de que quizás la inocente apariencia de aquella puerta no fuera tal. Mirando nuevamente esos tiradores pensó en la manera de abrir, no se atrevía a cogerlos abiertamente ni a rozarlos tan siquiera al suponerles conectados a algún tipo de trampa mecánica y no mágica en esta ocasión. ¿Qué podría ser? .¿Algún dardo que se disparase desde cualquier punto invisible para él?. ¿O se trataría de algo más sofisticado? .En esta época no había que pensar en eso pero nunca se sabe.


Encontró la solución cogiendo su capa y enrollándola para formar un largo trozo de tela, con él ató uno de los tiradores de forma que apenas sí entró en contacto con él y por supuesto no hizo el gesto de tirar de aquel cordón hasta que no se alejó y se hubo puesto a cubierto. Dejándose caer al suelo hacia uno de los lados .Su precaución estuvo justificada ya que tiró acto seguido y provocó la caída de numerosas barras de acero afiladas que se desprendieron desde los lados y que se le habrían clavado en la cabeza. Aliviado por eludir esa trampa continuó haciendo fuerza con el largo cordón hasta que la puerta cedió abriéndose por una de sus hojas.

-¡Bien! - se dijo animadamente -.


Y con mayor cautela aun, pasando siempre la espada por delante dio un paso al interior. Después, sin sentir nada anormal, entró definitivamente y comenzó su búsqueda .Al frente y apenas si iluminadas por la débil luz matinal que se filtraba desde alguna parte del piso de arriba se veían algunas escaleras .Era un acceso estrecho casi en forma de caracol el que Yener debía seguir para ir subiendo .Al acercarse para iniciar el ascenso pudo leer en un rótulo en idioma Someres antiguo.

-“Primer Nivel”. Cuidado y concentración requiere.


Reflexionando sobre aquella lectura comenzó a subir peldaño a peldaño siempre de forma lenta y tanteando con sumo cuidado las paredes y los escalones sin confiarse nunca en poner todo su peso en alguno que no estuviera asegurado .A su alrededor sentía crearse una extraña atmósfera que lentamente iba presionándole aunque no a nivel físico, sino más bien mental. Con sus destrezas del Kail se puso en guardia frente a lo que podría ser algún tipo de sortilegio .Y poco a poco, en su mente se fueron dibujando las siguientes palabras.


-<>.

Sin detener su ascenso por la larga escalera, Yener se esforzó en descubrir si aquello le venía impuesto de fuera de su mente aunque sólo pudo entender lo siguiente...

-<>.


Ni siquiera sabía si esa voz era masculina o femenina. Era algo indefinidamente sonoro cuyo tono se le escapaba en el instante mismo de ser escuchado. No obstante, debía mantenerse en guardia puesto que pisó sin prevenir en el escalón siguiente que cedió bajo su peso .Por fortuna, Yener reaccionó a tiempo usando su espada como pértiga al siguiente y pudiendo eludirlo. Le pareció que éste hubiera caído pero miró nuevamente al lugar en el que sintió tal cosa y no vio más que el mismo escalón como si nunca lo hubiera tocado.


- Engaños mágicos - se dijo como si quisiera de ese modo prestar más atención a sus propias palabras -.Alucinaciones especiales, habré de andarme con sumo cuidado a partir de ahora.


Y prosiguió nuevamente con la guardia activa y de modo más lento para asegurarse de que cada sitio que pisaba era seguro.

-<>- le instó en esta ocasión otra voz que parecía salir de sí mismo -.


Yener obedeció concentrándose. Deseaba no correr más riesgos con esos peldaños y cuando quiso darse cuenta estaba levitando sobre ellos.


-<> - pensó tratando de moderar su entusiasmo a fin de no perder la concentración -.<>.


Y sin mayores problemas alcanzó el final de aquella escalera en cuyo lugar podía leerse otro letrero que rezaba.

-“Segundo Nivel .La duda que acecha a la determinación”.


Se puso en marcha pensando en que significaría aquello y como se le podría aplicar a él .No tardó mucho en saberlo al sentir que esa voz extraña le lanzaba cuestiones inquietantes y esta vez parecían venir de fuera de su mente, ya que trataba de privarle de toda certeza con preguntas como..

-¿Estás seguro de que lo que buscas se encuentra aquí?. ¿Podría ser todo esto una ilusión?. Quizás ni tan siquiera estés aquí.


Pero Yener no tuvo ni que molestarse en combatir aquella sugestión ya que otra voz femenina lo hizo por él...

- No dudes de ti ni de tus propósitos - le decía -.
- Jilia o Rena o quizás Gina ¿a quién quieres más?,- le asediaba aquella extraña voz -.
- Eres tu propósito. Simplemente sigue y alcanza tu meta - le insistió la otra con un tono tranquilizador -.
-¿Quién te habla Yener?- escuchó nuevamente aquel tono sin definir -.¿Será tu diosa?, ¿será tu conciencia? .¿Acaso tu alma se toma estas molestias para no ser condenada? .O puede ser todo una trampa que te jueguen tus sentidos.


Y mientras todo esto cruzaba por su cabeza se vio en medio de una sala lujosamente decorada con todo tipo de tapices y joyas. Hasta las sillas que se alineaban a su paso estaban forradas con cojinetes de oro y en el centro una gran mesa de cristal albergaba numerosas piedras preciosas, a cual más valiosa.


- Aquí nos tienes - parecían decirle -.No temas cogernos pues somos parte de tu misión.


Yener estuvo tentado de llevarse algunas, sobre todo teniendo en cuenta su promesa .Pero algo le impidió hacerlo. Aquella voz femenina que le advirtió.

- Cuídate de desviar tu propósito. Todos contamos contigo. Y mira las cosas como son en realidad.


Y aguzando sus sentidos, Yener descubrió con sorpresa que aquello no eran joyas sino carbones encendidos, y que esas cómodas sillas no eran sino estacas que aun conservaban huesos de algún infortunado que creyó poder sentarse en ellas.


-¿De veras que esto te lleva a alguna parte?.- Le preguntó esa misteriosa voz asexual pidiéndole con tintes amables y desenfadados -.Vuélvete a tu hogar y vive feliz allí, con los tuyos que te añoran.


Y una tenue luz azulada le hizo ver una escena que había extrañado durante años.

-¡Gina, hijos!- .Exclamó sin poderlo evitar cuando vio allí a su esposa y a los niños- .


Su mujer estaba frente a él, Samra y Join se sentaban en el suelo de lo que parecía el salón de casa y jugaban con aquella peonza de colores que giraba ante la deleitada mirada de los niños. Entonces su madre les dijo con voz suave y dulce.

- Samra, Join, es hora de irse a la cama.
-¡Jo mamá!. Déjanos un ratito más. Quiero enseñarle a Join a bailar la peonza - .Protestó la cría -.
- Es tarde - .Insistió Gina mirando con una media sonrisa de complicidad al propio Yener para dirigirse de nuevo a los niños e indicarles -. Dadle las buenas noches a papá.


Samra, que no debía contar más de seis años, y Join que andaría por los tres, se levantaron enseguida acercándose a él. ¡Yener miró a su alrededor y se vio dentro de su salón. No había rastro de ni aquella torre ni del resto de la fortaleza!. Ahora no estaba seguro lo que era real. Y su mujer contribuyó a ello cuando le dijo con tono divertido.

- Te has echado una buena siesta. Iba siendo hora de que despertases y estuvieras con nosotros.
-¿Con vosotros?- .Pudo replicar Yener sintiéndose confuso -.
- Hasta mañana papi - .Le decía entre tanto la pequeña Samra aproximándose cada vez más hacia él en tanto le pedía -. Ven, llévame a la cama -.
- Papi, a mí también - .Añadió Join corriendo hacia él -.


El aturdido monje trataba de despejarse mientras se decía con voz entrecortada.

- Por Maray. Esto no puede ser real.
-¿El qué no puede ser real cariño?- .Le inquirió Gina con gesto extrañado -.
- Tú no puedes ser real - .Declaró él con voz tajante e incluso dura -.


Tanto su esposa como los niños le miraban con los ojos muy abiertos y fue Samra la que, haciendo pucheros, le dijo desconsolada.

- Papá, ¿ya no nos quieres?.
- Cariño, claro que os quiero, pero no estáis aquí.
- No digas eso - le pidió Gina llorando también para añadir con una mueca de angustia -.Despierta ya de esos sueños vacíos y quédate con nosotros, aquí tienes todo lo que puedes desear.
-¿Sueños vacíos?- .Le preguntó Yener observándola sin comprender -.
- Olvida todo eso de salvar el mundo, nuestro mundo va muy bien, eres tú el que se está desconectando de la realidad, de tu propia familia. Anda, lleva a la cama a los niños y ven luego conmigo.
- Eso es lo que más me gustaría en el mundo - .Afirmó Yener tentado de hacerlo de inmediato -


Su esposa y los niños mostraban ahora un semblante esperanzado, aunque entonces Yener se dio cuenta de algo evidente. ¿Qué hacía él con la espada en la mano?. Aquello parecía como un sueño en el que las contradicciones de ese tipo fuesen perfectamente normales. Pero ahora, mirando la dorada hoja que seguía emitiendo lenguas de fuego, comenzó a dudar. Y ni su mujer ni los niños, parecían percatarse de que él blandía la Somerlaiance. De ese modo Yener pudo reunir la suficiente fuerza de voluntad y agudizar sus disciplinas para exclamar.

-¡ No sois reales, apartaos de mí!.


Ahora no hubo respuesta, sus familiares parecían estar congelados y él les apuntó con el filo de la espada en tanto añadía con decisión recobrada.

- Desapareced -.

Y al instante se encontró en aquel pasillo mal iluminado, todo rastro de su casa, su esposa e hijos había desaparecido. Yener aun respiraba con agitación y una vez pudo controlarse y serenar su ánimo se dijo en voz queda.

- No debo hacer caso a nada que no sea proseguir con mi misión.


Y continuó en dirección al siguiente tramo de escaleras .Una vez más emprendió la subida al siguiente nivel. Con cuidado fue ascendiendo y combatiendo a cada paso el tonillo que ya parecía burlesco de esa extraña voz, que le sugería.

- Este podría ser una ilusión, o quizás este otro sea real.


Pero Yener optó por ignorar esas palabras y según lo hacía parecían perder fuerza. Finalmente alcanzó el siguiente piso con el consabido letrero.

-“Tercer nivel, el miedo y la ficción se cruzan con lo terriblemente verdadero”.


En el exterior ya era media tarde, pese a que quizás a Yener, sumido dentro de aquella infernal torre, no se lo pareciera. Tanto Jilia como Rena estaban preocupadas, igualmente Pelgrus pero se esforzaba en no hacérselo notar a aquel maldito viejo sin nombre que de vez en cuando sonreía mirándole de reojo .Hasta que por fin comentó con regocijo.


- Vuestro amigo tarda mucho en regresar. Quizás ya no lo haga.
- Puedes irte en cuanto quieras - le replicó el elfo tratando de no perder la paciencia y si de usar la misma sorna que su interlocutor al añadir -.Aunque perderás tu parte si lo haces .Yo que tú aguardaría un poco más .¿Por cierto, cómo te llamas anciano? .Hasta ahora no nos lo has dicho.
- No doy mi nombre a nadie, no me gusta dejar pistas, ni ser fácil de atacar por las invocaciones, llámame anciano como hasta ahora, eso bastará,- replicó el viejo con poca amabilidad -.


Pelgrus asintió encogiéndose de hombros y dedicando su atención nuevamente hacia la ciudadela.


Yener había guardado unos instantes de silencio, pues fue Jilia quién recordó esto último...

-¿Y qué pasó después?,- inquirió Samra con nerviosismo -.
- Para mí efectivamente el tiempo parecía ir más despacio. Todo en el interior de esa torre era engañoso o distorsionaba la realidad - le contestó su padre -.


En ese instante una llamada del videofono interrumpió otra vez la charla .Gina fue a atenderlo descubriendo que se trataba de Nerel .El Nataclier había vuelto esta vez sólo. Y Dilain al saberlo explicó.


- Le dejé un mensaje requiriéndole a su embajada por motivos particulares y en esta indiqué que le hicieran venir aquí y no le dijesen nada hasta que llegase.
- Bien pensado - asintió Sert comentándole a los que carecían de más información sobre el tema -.Así no pueden leerle otra cosa en la mente.
- Me temo que no comprendo nada - declaró Peter mirando alternativamente a su mujer y a su hija -.
- No podemos explicarlo papá, es algo relacionado a lo que dijimos antes - le dijo Rachel de forma esquiva - .

Entre tanto Asety entró saludando a todos y diciendo con resignado e irónico humor nataclier.


- Supongo que otra vez me habré perdido mucha historia.
- Nada que no se pueda soslayar - le aseguró Yener que le comentó despreocupadamente. Ya te lo resumiré en otro momento.
-¿Has dejado ya a Seilin?.- Se interesó Calina -.
- Si, no os preocupéis por eso - repuso el Nataclier -. ¿Estáis seguros de lo que me habéis indicado?.- Añadió observando a Kyra que asintió despacio -.
- Entonces tenemos tiempo todavía.- Repuso Nerel -.
- Así es, contaré el resto de la historia y mañana nos podremos en marcha - terció Yener -.


Tanto Gina como Samra y el resto de los que no sabían a que podían estar refiriéndose se miraban sin comprender .Pero a estas alturas tenían claro que debían confiar en sus amigos y familiares y no se hicieron más preguntas, sencillamente escucharon como proseguía Yener con su relato.

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