15./Capitulo 123.Más allá del dolor y la culpa.
A toda prisa los miembros del grupo de Yener tomaron los deslizadores y pusieron rumbo hacia el lugar. Por su parte, Yashira seguía invocando a su diosa, tanto que, incluso algunas de las piedras del Abismo temblaron, incluso la propia Aradanchil estaba desconcertada y ordenó a sus hombres apartarse de ella escupiendo con rabia.
-¡Maldita sea! , no creía que esa estúpida tuviese valor para responder a la oración. Aun no tengo poder suficiente.
Entonces Yashira sonrió, sabía que su plegaria había sido escuchada y comentó con afán de revancha.
- Ahora las cosas están distintas. No te atreverás a sacrificar a una sacerdotisa de Alasir cuando he pronunciado la oración. No puedes matarme.
-¿Quién ha hablado de matarte?,- replicó la diosa tomando la daga ritual y sujetando de una mano a la atónita nephraler -.¡Me basta con tu sangre! - declaró triunfalmente haciéndola un profundo corte en la mano de la que manó el líquido requerido -.
Y con una copa de oro en la mano la usurpadora del cuerpo de Seilin recogió una buena cantidad de la misma. Elevó las manos portando esa ofrenda y gritó en alta voz.
-¡Oid oh muertos de Magasth! , la sangre de una virgen tal y como se especifica en la profecía servirá para levantaros de vuestro eterno sueño.
Ante el espanto de Yashira la diosa lanzó aquella copa a las profundidades del Abismo donde apenas sí quedó de ella el lejano repiqueteo que produjo en su caída y choque contra las peñas.
- Quizás sea más lento - declaró la diosa -.Pero servirá igual, los muertos despertarán al conjuro de sangre pura y todos vosotros seréis extinguidos. Ya no podéis hacer nada por evitarlo .¡Nada! - sentenció saliendo por la boca del cuerpo de Seilin en forma de vapor rojizo- .
Y una vez se hubo rematerializado con su forma de siniestra mujer de larga cabellera color rojo y ojos como el fuego añadió con sorna.
- Veamos si tu patética diosa o los ridículos dioses de Yumlaiance, pueden hacer algo para detener el proceso que se ha iniciado.
Yashira la observaba atónita mientras los Hialgasth se apartaban de ella, sentía además un incremento del aura maligna como si aquella ofrenda en verdad hubiera comenzado a despertar algo de proporciones terroríficas.
-¿Y ahora qué piensas hacer conmigo?.- Le inquirió la nephraler con gesto desafiante -.
- Nada querida - le sonrió la diosa con suficiencia -.Ya has servido a mis propósitos .Ellos se encargarán de ti en su momento. Y cuando resurjan con su hálito de horror y odio yo me uniré a su ejército junto a los demonios restantes y el poderoso Aranchil. Primero caerá Yumlaiance y después el resto de mundos que le secundan .Y después nos encargaremos de eliminar a los idiotas partidarios de Alasir como tú, en Nephraler.
Yashira no respondió, a decir verdad no sabía muy bien lo que hacer, ni siquiera si las palabras de la diosa podrían ser ciertas .El único indicio que parecía darle la razón por el momento estaba en el cielo ya que comenzaban a formarse nubes amenazadoras de tormenta que se estaban extendiendo desde la garganta de Magasth hacia todas direcciones. Observaba este fenómeno cuando sintió una presencia familiar .Sin duda se trataba de gente conocida y la propia diosa lo percibió también declarando despreocupadamente.
- Aun no es el momento de vernos cara a cara, pero yo puedo esperar, el tiempo corre a mi favor, ellos en cambio no. Adiós sacerdotisa, volveremos a vernos pronto.
Y junto con sus acólitos Hialgasth Aradanchil desapareció .Al poco de hacerlo los deslizadores guiados por Yener y los demás llegaron allí encontrándose a la coronel Draker y el cuerpo tendido en el suelo de Seilin. El monje Guerrero fue el primero en descender del mismo y correr junto a la nephraler.
-¿Está bien coronel?- le inquirió con preocupación -.
- Si señor - replicó ella -.No podía matar a una sacerdotisa de Alasir en sacrificio, puesto que recé mi plegaria.
- Lo sé, gracias a los dioses que conservó usted la calma e hizo lo adecuado - asintió Yener en tanto los demás se les unían, ocupándose también del cuerpo de Seilin -.
-¡Está muy grave! - apuntó alarmada Kyra hablando de la nataclier -.
- Si, fue liberada de la posesión de Aradanchil y cayó al suelo - les explicó Yashira -.
- Apenas si le quedan fuerzas - declaró Dilain con preocupación concentrándose en tanto les explicaba -.Trataré de infundírselas con un conjuro de curación.
- Y yo me uniré a ti - le secundó Calina -.
- Trataré de hacer lo posible por ayudaros - añadió Sert que puso en acción también lo mejor de su disciplina de Curación -.
Y entre los tres comenzaron a infundir energía al cuerpo de una maltrecha Seilin aunque ésta no parecía responder. La fuerza que insuflaban en ella no era retenida por la mujer que poco a poco extinguía su vida, hasta que Yener intervino personalmente alegando.
- El mal no está sólo en su cuerpo, sino en su alma. Dejadme a mí - indicó -.Creo que podré ayudarla a volver.
Los otros se apartaron dejándole espacio y dicho esto, Yener se concentró de manera extraordinaria elevando sus Disciplinas al nivel de desarrollo máximo .Ni Dilain ni Sert habían visto nunca nada igual y le miraron atónitos .Calina sentía también oleadas de un inmenso poder como jamás creyó poder notar en alguien mortal. Y tanto Kyra como Rachel presentían que algo increíble iba a suceder.
El cuerpo de Yener quedó rígido en el sitio y de él brotó una especie de aura dorada que se introdujo en el cuerpo de Seilin. Aquello dejó impresionados a todos los presentes hasta que Calina pudo decir entre casi balbuceos.
- Eso era lo que yo creo…
- Si - asintió Dilain comentando con un respetuoso tono de asombro en el que a duras penas podía mantener la frialdad - .Ha separado su Cuerpo Astral y ha entrado en el cuerpo de la mujer. Esperemos que pueda ayudarla .Ahora más que nunca, debemos canalizar nuestras energías hacia él.
Y el mago llevaba razón, en el interior de Seilin en un indeterminado lugar de luz cenital que parecía dejar a la vista tan sólo lo más inmediato y sumir en la oscuridad las cosas apenas lejanas, el cuerpo Astral de Yener caminó suspendido y brillando con ese dorado fulgor hasta que encontró lo que buscaba, la silueta pálida y sin apenas brillo de Seilin que esbozaba en cambio el mismo rostro de la muchacha con un gesto de atormentado pesar.
- Seilin - la llamó cálidamente él con su poder mental -.Vamos, vuelve con nosotros.
Y ese espectro, tenue sombra de lo que la nataclier había sido, apenas sí le pudo replicar con un susurro que era como un eco en la mente de Yener.
- No puedo, no soy digna de ello .Estoy muy dañada y además no deseo regresar.
- No debes culparte de que ella se haya servido de ti - le respondió Yener que estiraba su etéreo brazo para coger una especie de copa que se formaba de la nada y que brillaba con una deslumbrante luz blanquecina -.
- Me siento fría y sin alma - declaró Seilin con pesar confesando abatida -.He traicionado a los míos y eso no se puede cambiar.
- Te equivocas - le rebatió él -.Hiciste lo que hiciste por amor, amor a los tuyos, eso mueve montañas y moverá el Mundo. Nos traerá la salvación, tú no tienes nada de que avergonzarte.
- No es así - insistió ella compungida -.Ella me amenazó con matar a mi hijo, pero aunque lo hubiera hecho, no soy quién para prestarme a su juego y poner en peligro mortal a todos nuestros mundos .Sabía cual era mi deber y elegí mi propia felicidad por encima de él .Por ello mi conciencia no me deja regresar.
- Todo lo que debes hacer es beber de esta copa y renacerás - le indicó Yener ofreciéndosela -.Es la energía de amor y bondad que despliegan todos los que te quieren .Hazlo por ellos Seilin .Tú todavía tienes que servir a la causa del bien y te aseguro que podrás redimir tu falta. Nada que haya sucedido ahora ha dejado de estar previsto por los dioses.
Seilin le miró sin saber que contestar, ahora dudaba y deseaba verdaderamente sujetar aquella copa y consumirla a fin de recobrar la vida .Pero no se veía capaz de alargar el brazo y cogerla, pesaban en ella los remordimientos de haber originado algo que acabase con todo lo bueno que conocía. Yener sabía eso y le dijo sin mostrar preocupación.
- Todos debemos unirnos y hacer frente a la amenaza. Eso es algo que aprendí en mi largo viaje, más allá de las fronteras del espacio y el tiempo físicos. Y tu ayuda es importante. Así que haz un esfuerzo. Ahora, en nombre de la amistad que tenemos y de todo lo que deseamos preservar, coge la copa y bebe, el tiempo que puedo mantenerme aquí es limitado.
Y Seilin aceptó finalmente la oferta de vida que Yener le brindaba y tomó la copa con ambas manos. Bebió ávidamente su contenido que no era sino una especie de energía cuyo sabor no era comparable a nada que existiera en el mundo pero supo que aquello le iría bien. Yener sonrió feliz, desvaneciéndose de su presencia y saliendo de su cuerpo regresó al suyo para caer a plomo sobre el suelo terriblemente agotado. La coronel Naris entre tanto experimentó una apreciable mejoría en tanto Dilain advertía este cambio le indicaba.
- Calina encárgate de ayudar al general, nosotros podremos sacar adelante a la nataclier.
La maga obedeció centrando su conjuro de recuperación en Yener que estaba aparentemente sin sentido. Por otro lado Seilin abrió los ojos y lo primero que vio fue la mirada complacida de Nerel que le dijo con suave tono lleno de amabilidad.
- Bienvenida a casa.
- Si Seilin. Bienvenida -. Sonrió Kyra visiblemente emocionada ayudándola a levantarse -.
Todavía como si de un niño pequeño que apenas afianza sus piernas se tratara, la coronel Naris se incorporó apoyándose en su amiga de Oumeya en tanto una mezcla de dicha y remordimiento se daban cita en ella. Además, en cuanto vio el estado en el que Yener se encontraba le asaltó también la preocupación, emoción que momentáneamente eclipsó a las otras .Por fortuna Calina se afanaba con su conjuro y el mismo Sert pasó a ayudarla con todo su poder, haciendo que Yener abriera los ojos con las fuerzas casi renovadas .El general Rant recurrió a sus propias disciplinas para mantenerse en pie y regenerarse por completo y en cuanto pudo rompió el silencio y la expectación general declarando con tono desdramatizador.
- El viaje Astral es algo agotador, ya me lo advirtieron .Pero le voy cogiendo el truco.
-¡Alabados sean los dioses! - terció Halcón Certero con asombro reverencial en tanto caía de rodillas - .Eres capaz de dominar esa disciplina. ¡Al menos posees la categoría de Vástago del Magkail!.
- Levanta - le sonrió Yener sin querer dedicarle mucha importancia a la par que añadía - .Me he visto forzado a recurrir a ello y posiblemente deba hacer cosas semejantes o aun más complejas, a partir de ahora.
- Si, porque la situación es grave - terció Yashira que, repuesta del asombro tras lo que había visto comentó -.La diosa Aradanchil se sirvió de mí para hacer un sacrificio.
Y les contó lo que la maligna diosa había dicho y hecho con ella .Yener entonces adoptó una postura reflexiva entre el silencio de los demás, que luego pasó a ser una sucesión de murmullos debatiendo lo que podrían hacer para evitar esa terrible situación. Finalmente el Vástago del Kail declaró con preocupación.
-¡Maldita!. Lo ha pensado bien .Sabe que esto será más lento pero es como un veneno que se extendiera por toda Yumlaiance. Empiezo a detectar el aura maléfica y poco a poco ésta se incrementa. Tenemos que salir de aquí y que debo ver al emperador de inmediato.
- Le pediré audiencia ahora mismo - declaró Dilain -.
- No hay tiempo para eso, iremos directamente a palacio y nos recibirá.- Sentenció Yener -.
- De seguro que tendrá espías y agentes enemigos infiltrados que harán lo posible por detenernos - objetó Calina añadiendo -.Tendremos que ser rápidos e ir todos juntos.
- Lo haremos de otro modo, los poderes máximos de Yumlaiance deben movilizarse.- Replicó Yener comenzando a repartir instrucciones a todos -.Sert tú dirígete al Monasterio y convoca a todos los Señores del Kail .Que saquen el estandarte de Guerra y acudan aquí. Deben asegurar esta posición y defenderla todo lo posible. Tardarás algo de tiempo pero deben obedecerte sin discutir.
- Pero no podré hacerlo sin una orden directa del jefe del monasterio o del mismo emperador.- Objetó el monje -.
- Esto deberá de bastarte. Es el cumplimiento de la profecía del retorno - le replicó su superior entregándole un bello diamante que portaba en uno de sus bolsillos -.
-¡El Diamante del Tránsito!.- Exclamó Sert dilatando las pupilas de asombro -.
- Eso les probará quién se lo envía. Dáselo al Monje más antiguo .En cuanto a ti Dilain. Ordena a tu hermandad que se alce en todas sus sedes .Los necesitaremos también aquí. Si sucede lo que estoy pensando toda ayuda nos será poca para detener lo que se nos avecina.
-¿Y quién te dará paso en el palacio del emperador?,- le inquirió Nerel Asety pareciendo como siempre más curioso que preocupado -.
- Yo mismo lo haré. Tengo que volver a casa, necesito concentrarme .Kyra, da aviso a tu embajada y pídeles apoyo diplomático a fin de gozar de una garantía. Que te ayude Gina.
- Supongo que me lo concederán - repuso ella -.
- Tú Calina y tú Rachel vendréis conmigo, una de vosotras ha de prestarme un apoyo fundamental.
Las dos mujeres se miraron atónitas sin comprender a que clase de apoyo podría referirse pero asintieron dispuestas a cualquier cosa. Yener entre tanto no paraba de dar instrucciones a todos y llegó finalmente a Nerel.
- Tú debes encargarte de contactar con ciertas personas que nos serán de utilidad. Ibas a hacerlo y debes proseguir con ello.
- Vaya, ahora hasta sabes más que yo mismo - sonrió ligeramente el nataclier que añadió dirigiéndose a su subordinada y amiga - .Vamos Seilin, tenemos mucho que hacer.
Aunque ésta le miró con pesar sin poder disimular su incomodidad y dijo consternada..
- No sé si podré continuar, he traicionado a nuestro mundo y a sus aliados al anteponer mis intereses personales a los de todos los planetas. Merezco ser juzgada por ello.
Nerel la miró sin comprender, aunque enseguida supo por donde iba la cuestión, miró entonces a Yener que asintió con despreocupación, entonces el nataclier sonrió ligeramente y repuso con tono indiferente.
- Déjate de tonterías, ahora no hay tiempo para pequeñeces Seilin, me fastidia que seas tan puntillosa a veces. No hay nada que juzgar porque todo lo que hayas hecho lo englobaré en nuestra estrategia .Hemos hecho creer a esa zorra que llevaba las de ganar y no ha sido así.
La nataclier le miró agradecida y entonces sonrió saludando militarmente para decir con brío renovado.
- A sus órdenes señor, estoy lista.
- Que la coronel Draker os acompañe, debe hacer algunas cosas - les indicó Yener -.
- Así es señor - afirmó la Nephraler -.He de pasar por mi santuario y después ayudarles a contactar.
- Vámonos pues.- Le instó Nerel señalando un deslizador y sentenciando con su inalterable calma -.Ya estamos perdiendo tiempo.
Los demás ya se habían dispersado dirigiéndose cada uno a los puntos a donde debían acudir. Allí tan sólo quedaron Yener, Calina, Jilia y Rachel y la última le preguntó al general.
- Tío Yener .¿Iremos ahora a palacio?.
- No, iremos a casa y nos marcharemos desde allí - le respondió él -.Adelante, por el camino Jilia y yo tenemos que seguir contándoos la historia.
Y cada cual corría a sus respectivos lugares de compromiso. Era una carrera contra el reloj ya que esos nubarrones comenzaban ya a tapar casi por entero el cielo con un extraño color entre negro y malva cuando el sol del amanecer pugnaba por salir iniciando un nuevo día .Aquello le recordaba a Yener los parajes del plano Astral del Dalarzian .E incluso algunos paisajes de sus siguientes itinerarios en el Magmund. Recuerdos que entre él y Jilia comenzaron a compartir con las dos chicas.
Por su parte Yashira, Nerel y Seilin llegaron al santuario en donde una inquieta Navilia les aguardaba despierta. Aquello sorprendió a su tía, pero en cuanto la muchacha le narró las palabras que la diosa Alasir le dijo todo le quedó claro.
- Tenemos las bendiciones de la diosa y su apoyo - sonrió la coronel Draker añadiendo más animada -.¡Todavía no está todo perdido!. Ahora hemos de hacer lo imposible para contactar con Lord Carnalsk.
- Creo que de eso puedo encargarme yo - repuso Nerel que le desveló a su interlocutora -.Lord Carnalsk no está en donde le supone Coronel.
-¿Sabe usted dónde se haya?,- le inquirió Yashira con sorpresa -.
Nerel no tuvo ni que confirmarlo con palabras, ni siquiera asentir para que la nephraler añadiese con urgencia dirigiéndose a su sobrina.
- Vamos hasta él .Tú Navilia quédate aquí, cierra y rézale a la diosa Alasir .Nada malo te sucederá si ella está contigo.
Y los tres se marcharon dejando a la sobrina de Yashira entregada a un intento de conversación con la diosa del santuario .Por su parte Halcón Certero se dirigía a toda prisa hacia su monasterio. Aun estaba atónito por llevar el Diamante del Tránsito, que según contaba la leyenda y la misma profecía, tan sólo podría ser recuperado por alguien con capacidad para unir lo mejor de los dos mundos, el Astral y el Mortal. ¡Ojalá que eso ayudase a que todos sus compañeros se levantasen en armas para luchar contra el siniestro enemigo que les aguardaba en aquel barranco maldito!.
Y más allá de esos pensamientos Yener sabía lo que debería hacer. Era algo que no se llevaba a la práctica en mucho tiempo pero tendría que ser posible. Debía cumplir para ello algunas condiciones .Y ahora se dirigía a cumplimentar al menos una de ellas .También recordaba lo sucedido en el periplo que tuvo allá con su grupo en el Dalarzian, una vez recorrieron las tierras del norte y regresaron hacia los reinos de Yumlaiance. Cruzando a través de Anlad para acortar terreno y encaminarse hacia el por entonces agreste y desértico principado de Tibinco. Este enorme territorio, fusión de muchas razas y culturas, alojaba el desierto de Vasart, famoso por sus dunas, su tórrido calor y sus peligros sobrenaturales. Además y por si fuera poco, lo más seguro era que tuvieran que visitar la ciudad de Jare .Las jornadas, según contaban él y Jilia a sus interlocutoras pasaban lentamente, al principio sin nada que reseñar salvo que Yener se notaba cada vez más clarividente y fortalecido en sus disciplinas, como si estas pudiesen por si solas hacerle descubrir otras nuevas. Él sabía ahora que todo era por efecto de la Somerlaiance. La mágica espada le había brindado con sus poderes una ventana al mundo del conocimiento que el Cetro del Poder se había encargado de agrandar. Y presentía con claridad, que una vez encontrados, el Diamante del Tránsito y el Anillo de la Verdad, se acrecentarían esos dones .Por su parte el resto del grupo había ido mejorando su humor una vez entraron en las conocidas tierras de Anlad y cuando las estaban cruzando iban sintiéndose cada vez más dispuestos a la aventura. A pesar de todo el viaje no era fácil, empezando por la falta de dinero que les acuciaba desde la expedición a Karmad. Para paliarla Jilia volvió a combatir ganando algo de dinero y Rena quiso colaborar también llegando en ocasiones a la plaza de alguna aldea de mediana importancia y obsequiando con sus canciones y baladas a los lugareños. Como su voz era muy bella y sus canciones armoniosas, conseguía siempre algunas monedas de su improvisado auditorio. Era la forma en la que la muchacha deseaba poner su grano de arena en aquella misión. Pelgrus y Yener también llegaron a colaborar en esas actividades aunque lo tuvieron más complicado, casi nadie era lo bastante insensato como para retar a nada a un monje guerrero. Yener pudo ocultar su identidad para luchar, pero además de o ser honesto, (cuestión que al menos en ese trance podría haberse soslayado), Jilia le disuadió, diciéndole que él solo debía ocuparse de proseguir camino y concentrarse en la tarea. Así las cosas, el grupo pudo salir adelante y salvar las distancias que los separaban de sus objetivos, esto mejoraba su humor y les animaba bastante. Pero fue el propio Yener quién se encargó de amargarles el paseo al revelarles tras unos días de comprobaciones mediante sus disciplinas.
- Nos están siguiendo. Presiento una fuerza de varios hombres, creo que son bandidos y no están muy lejos de nosotros .Nos ha ido recortando ventaja poco a poco.
- Estupendo - declaró Pelgrus con ironía sintiéndose preocupado ante la perspectiva de una batalla, aunque quiso dar una impresión de mayor seguridad al preguntar - .¿Y qué hacemos, les aguardamos tendiéndoles una emboscada y acabamos con ellos?.
- No me preocupan en exceso,- repuso Yener -.Por ahora les quedan un par de jornadas para alcanzarnos, pero estamos saliendo de Anlad y pronto entraremos en terrenos llanos donde uno no se puede esconder con facilidad.
-¡Yo voto por partirles la cabeza!- espetó Jilia con ánimo de pelea -.Hace mucho que no me entreno en serio, solo esas peleas con los patanes de aldeas locales no me bastan, voy a perder al forma.
- No te preocupes por eso, todavía nos quedan muchas batallas por librar. Resérvate hasta entonces. - La tranquilizó Yener si es que podía considerarse así -.
Y en efecto, un grupo de unos diez bandidos al mando del tenaz Sebek les perseguían, éste veía con satisfacción como iban recortando terreno y se las prometía bastante felices con la idea de vengarse de ellos y capturar a las mujeres .Eso sí, debía mantener su palabra y dejar al monje guerrero en manos de aquel misterioso individuo que le había puesto sobre la pista...
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