sábado, 5 de marzo de 2011

UNC 32

5/Capitulo 32.Una inesperada declaración.


Yener abrió el ojo de mala gana instado por su madre. Apenas clareaba y aquello era peor que ser despertado para un turno de guardia. Aunque Aluria no estaba para conmoverse en esta ocasión y zarandeó a su hijo de modo jovial pero enérgico con el siguiente pareado.

- Vamos, no seas tan remolón, recuerda que tenemos que irnos de excursión.
-¡Oh no! - .Protestó él tapándose la cara con las sábanas- .Mi único día para poder levantarme tarde. Desde mañana en el Monasterio tendré que hacerlo antes del amanecer.
- Mala suerte- le consoló Aluria añadiendo divertida -.Míralo por el lado positivo .Lo vamos a pasar muy bien.


Yener estaba en ligero desacuerdo .Si la idea de su madre sobre pasarlo bien era acudir en compañía de dos mujeres más a comer sándwiches, charlar sobre los cotilleos sociales de moda y contemplar el paisaje .Desde luego eso a él le aburriría mortalmente. ¡Claro que cualquiera le llevaba la contraria a su madre! .Era preferible negociar tratados con Tirelius o con Nataclia. Por lo menos Karie era de su edad y algo más interesante tendría que contarle. En esas jornadas campestres con sus madres, se aburriría por lo menos tanto como él. Aquello le animó lo suficiente como para saltar de la cama dejando de resistirse por fin a abandonarla.

- Estaré listo enseguida, en cuanto me duche- afirmó para satisfacción de Aluria -.
- No tardes ¿eh?.- Le pidió su madre -. Hemos quedado en cuatro sexdanes.
- Si mamá- convino Yener -.


Mientras se duchaba pensaba en lo que se le avecinaba ya al día siguiente. Aquellos entrenamientos del Kail levantándose antes de la madrugada y corriendo campo a través cargado con pesos para comenzar la jornada .Las clases de meditación y adiestramiento y sobre todo como dominar el canto a Maray. Bueno, pero eso comenzaría mañana. Por ahora tenía otro compromiso más inmediato, terminó de ducharse y se vistió. Su madre ya le aguardaba impaciente.


- Tenemos que ir a buscarlas en el deslizador. – .Le indicó colocándole en las manos una monumental cesta que Yener trasladó al maletero del mismo -.

Y con su hijo a los mandos, Aluria indicó que salieran. Yener guió el vehículo hasta la casa de la amiga de su madre. Esta y su hija esperaban ya, vestidas con atuendos informales y llevando sendas cestas de juncos en los brazos.


-¡Nunca entenderé estas chorradas! - .Dijo Yener- .En el monasterio pase, pero aquí. ¿A qué viene coger una cesta de estas pudiendo llevarse un conservador de alimentos portátil y robots camareros?.
- Es lo tradicional.- le explicó su madre con aire condescendiente - .Mi abuela y antes de ella la suya y así por muchas generaciones, lo hacían en Somer. Además, esto es una excursión natural hijo .¿Dónde está tu sentido de la aventura?.


Yener suspiró moviendo la cabeza. ¡Si su madre supiera por todas las peripecias que había pasado! .Pero en vista de que le hacía ilusión .¡En fin!, Lota y Karie ya estaban llegándose hasta el vehículo y él, amablemente, ( a sugerencia como no de su madre), bajó para saludarlas y echarles una mano con las cestas.


- Hola, ¿qué tal?- sonrió él para añadir con suma gentileza -.¡Dejadme a mí, yo las guardaré!.
-¡Yener! - .Exclamó Lota con alegría, nada más verle -.¡Qué sorpresa! .No sabía que fueras a venir.
- Si, es toda una sorpresa- .Convino Karie que paradójicamente no parecía tan entusiasmada como su madre, a decir verdad incluso daba la impresión de estar algo incómoda, apenas pudo disimularlo cuando añadió con ironía -.¿Cómo te las arreglas para hacer un hueco en tu apretado horario interplanetario?.
- Mi madre puede ser más persuasiva que todo un regimiento- .Respondió él sin querer darle importancia a ese tono o pensando que iba dirigido a su propia madre -.
-¡Anda Yener, subid al coche que vamos a llegar tarde! - .Le pidió ésta desde el deslizador- .
- Mamá, el campo no se va a mover- respondió tajantemente él -.
- Jovencito - le amonestó ella con jocosa suficiencia -.El hecho de que seas coronel del ejército no te da derecho a hablarle así a tu madre.
- Perdona- .Le respondió él ahora de mejor talante- .Ya nos vamos mamá.


Todos se montaron y Yener salió dirigiéndose hacia los caminos secundarios que salían de las urbanizaciones y se internaban por las zonas de camping .Las mujeres iban dedicadas a sus charlas y él de vez en cuando giraba la cabeza para intervenir. Trataba sobre todo de hablar con Karie pero esta no parecía muy parlanchina esa mañana. A Yener le sorprendió pero seguía pensando que debía ser a causa de la presencia de sus madres. Llegaron por fin hasta un idílico paraje rodeado de árboles y decidieron detenerse allí. En tanto Yener sacaba las cestas Lota le comentaba a Aluria.

-¿Sabes que el conde de Fresty se ha separado de su esposa?.
- No ,¿cuándo ha ocurrido?.- Quiso saber esta con gran interés -.
- Me enteré por la mañana, leyendo las holo revistas.
- Con los preparativos de la excursión no he tenido tiempo de enterarme,¡ cuenta ,cuenta!- .Le pidió Aluria con visible interés- .


Karie movió la cabeza y sonrió, su madre y la de Yener siempre le daban a los chismes sociales cuando se juntaban, les era lo mismo una partida de cartas que una salida campestre. Por ese lado, menos mal que tenía allí a Yener .Eso la salvaría del aburrimiento. Aunque no había estado demasiado amable con él. Lo cierto es que se había comportado bastante mal. El chico no se lo merecía pero ella aun seguía dolida .Seguramente él estaría con aquella muchacha de la que le habló .Karie le culpaba a él, ¿cómo no pudo darse cuenta de lo que ella sentía?. O quizás si lo hubiera hecho, con las disciplinas mentales del Kail, adivinar los sentimientos de alguien como ella le sería a Yener muy fácil .Probablemente lo sabría y ni siquiera le importase. O simplemente no quería pasar por el trago de rechazarla abiertamente .Pero Karie no podía quedarse sin saberlo.


- Nuestras madres ya están dándole a los chismes - .Sonrió él acercándose por detrás y posando ambas manos sobre los hombros de su amiga -.
-¡Oh Yener!,- exclamó ella a disgusto- .¡Es que siempre tienes que estar asustándome! , ya no somos niños.


Éste se apartó sorprendido, no había intentado asustarla, solo iba a hablar con ella .Pero desde luego sentía en su amiga bastante agresividad .Y no era necesario recurrir a los sentidos del Kail para darse cuenta de eso .Por suerte estaban algo apartados de sus madres y ellas, embebidas en sus cotilleos, ni se habían dado cuenta y si escucharon algo lo tomarían por las típicas bromas que los chicos se gastaban siempre.

- Lo siento, perdona pero no quise sobresaltarte, de verdad. - Se disculpó con suavidad apartando las manos -.

Karie se giró hacia él tomando aire despacio. ¡Se había pasado!. Él no tenía culpa de haberla sorprendido en esas meditaciones. La chica pudo esbozar una sonrisa de disculpa y decir.


-Si,- suspiró ella - .Perdóname tú. Es que me has cogido distraída, eso es todo .¿Qué decías?.
- Nuestras madres- .Repuso él aliviado de pasar a otra cosa y empleando su mejor tono humorístico - .¡No paran de hablar!, no sé que demonios pretenden viniendo al bosque para eso. Que si el conde tal que si el tipo cual. ¡Menudo rollo!. Ni que fuera fundamental para la seguridad del Estado -. Añadió algo más alto para que las aludidas le escucharan y tal como esperaba enseguida le llegó la respuesta.
- No seas trasto Yener- .Le replicó Lota sonriendo divertida -.
- Si, yo no me meto con tu manía por los partidos. Eso tampoco tiene gran interés a nivel planetario.
-¿Cómo que no?- Inquirió él abriendo los brazos de modo teatral, lo que provocó la carcajada de su amiga, sobre todo cuando sentenció -. Lo vuestro es una tortura peor que las que se inventa mi maestro.
-¡Y como no te calles te voy a dar unos azotes en el culo para que te vayas caliente al Monasterio, jovencito! .- Le contestó su madre tratando de no reír también -.


Las tres mujeres se rieron. La verdad, imaginarse a Yener sobre las rodillas de su madre recibiendo azotes a estas alturas y con todas sus distinciones tenía su lado cómico .Incluso él se unió a la broma cuando añadió fingiendo estar azorado. (O quizás no lo fingiera al decir).

- No digas eso delante de Karie.
- No sería la primera vez que te doy algún azote delante de ella- .Se burló Aluria -.
- La primera no, pero la última vez que recuerde, yo tendría siete años - .Replicó el chico ahora verdaderamente colorado -.


Karie se reía animadamente y con sincero regocijo ahora. Su amigo decidió que ya era suficiente y quiso cambiar de tema.

-¡Cosas como estas son las que me hacen desear la vuelta a casa! - .Clamó con ironía, elevando los brazos al cielo -
- Ja, ja,- rió Karie más animada ahora -.Eso mismo estaba pensando yo ahora .Aunque así, por lo menos, he podido verte antes de que empieces a entrenarte .El canto a Maray está muy próximo.
- Si, es verdad- convino él ya más en serio - .Eso me preocupa. Quiero hacerlo bien.
- Lo harás bien- aseguró ella- .Te conozco, siempre has conseguido todo lo que te proponías .Y si se trata de esto con más motivo aun.- Karie extinguió su animado tono y añadió algo más en serio -. Anda, vamos a dar una vuelta por el bosque.
-¿Hasta el riachuelo?.- Preguntó él -
- Si, donde íbamos de pequeños- acordó ella - .Así podremos hablar algo.
- Mamá- informó Yener- .Karie y yo vamos a dar una vuelta.
- Vale hijo, no tardéis que no queda mucho para la hora de la merienda - .Respondió su madre un poco despreocupadamente ahora, pues estaba más absorta en su conversación con Lota- .


Los chicos se alejaron dejando a sus entretenidas madres. Karie paseaba un poco distante y Yener se acercó preguntando con acento preocupado.

-¿De qué quieres hablar?. ¿Va todo bien Karie?.

La muchacha le miró sorprendida no esperaba que él lanzase aquella pregunta, pudiera ser que Yener quisiese poner las cartas sobre la mesa. Aunque enseguida le escuchó añadir.

- Espero que todo te vaya bien en el trabajo, mi madre me lo contó, ¡sé que estás de asesora ambiental .Felicidades!, aunque te noto muy tensa...
- Siempre hay dificultades- .Respondió descuidadamente ella sin darle más importancia- .No te preocupes, el trabajo me va bien.
- Si te inquieta alguna otra cosa cuéntamelo. Me gustaría ayudarte, para algo somos amigos.- Le ofreció él con amabilidad -.
-¿Lo somos?,- le inquirió ella con un tono de duda - .
-¡Claro que sí tonta!. ¿A qué viene eso ahora?- .Le reprochó jovialmente él -.

Pero Karie replicó con demasiada seriedad como para que esa conversación prosiguiera con tono distendido.

- Casi ni nos vemos .Eramos amigos siendo niños. Pero ahora estás en el espacio, en Oumeya o en cualquier otro lugar. Nuestras vidas han cambiado mucho Yener.
- La amistad no se pierde por esas cosas - rebatió él sin comprender aquello -.
-¡Pero la confianza sí!.- Le argumentó ella a su vez con tono ofendido, cruzándose de brazos de espaldas a él y sentenciando dolida - .Y ya no es lo mismo que antes.
- No entiendo por qué dices eso.- Le contestó el desconcertado chico- .Yo confío en ti, siempre te he contado todo.
- Me has contado demasiadas cosas - pudo decir ella intentando no sollozar- .Tanto tiempo lejos y cuando vuelves sólo me cuentas una sucesión de triunfos Yener.
-¿Y eso te disgusta?.- Quiso saber él atónito y con el gesto dominado por la incredulidad -.Creía que te alegrarías por mí.
- Y me alegro, claro que sí- respondió ella con las lágrimas rodando por sus mejillas -.No es eso...

La muchacha se sentía fatal, sabía que sus reproches no eran justos, no quiso decir eso, pero le había salido así. Ya era tarde para echarse atrás, aun a sabiendas de que la relación entre ellos se rompiese, debía ser valiente. Trataba de reunir fuerzas para hablar pero la tenía un nudo en la garganta. Él la notó sollozar y trató de darle la vuelta, pero ella se resistía tapándose la cara con las manos.

-¿Qué te pasa Karie?,- le inquirió preocupado -.
- Dímelo tú - pudo contestar ella amargamente haciendo pucheros - .Tienes tus disciplinas del Kail para saberlo.
- No puedo saber una cosa como esa - .Le explicó él entre inquieto y desconcertado- .Sólo sé que sufres y no entiendo porqué.
-¡Maldita sea Yener!.- Estalló ella rompiendo a llorar - .¿De qué te sirve tanto entrenamiento entonces si no lo comprendes?.


La muchacha corrió alejándose de él y el chico salió tras de ella hasta alcanzarla con celeridad.

-¡Espera Karie! ,¿Qué te pasa?. ¿Qué es lo que te he hecho?- .Le inquirió atónito, sin poderse explicar aquella reacción de su amiga - .


Ella luchaba por no mirarle con sus ojos aun llenos de lágrimas. Yener, muy alarmado por su estado, trató de calmarla con palabras suaves.

- Oye ,no iras a llorar ahora como cuando éramos críos .¿Eh gusanita?.
- Sabes que odio que me llames así, escarabajo - pudo sonreír ella ahora entre sus gimoteos -.


Con cuidado, él logró sentarla en el verde césped y ponerse a su lado. Pasando un brazo por la espalda de la chica, le susurró cariñosamente.

- Anda, dime lo que te pasa.


Aquello acabó por desarmar a la muchacha .No podía callar más o se moriría de angustia.

- Te quiero - confesó ella al fin entre pucheros, enterrando su cabeza en el pecho de él sin atreverse a mirarle a la cara - .


En un principio Yener sonrió aliviado, iba a responderle lo mismo, ¡que tontería!, también la quería mucho, para él era como su hermana pequeña, pero no hubo lugar a ello cuando Karie le reveló con balbuceos que no sentía exactamente ese tipo de amor por él.

- Te he esperado tanto tiempo Yener y cuando creía que por fin podrías sentir lo mismo que yo te enamoraste de otra .Dime ¿qué hice mal?.


El muchacho totalmente cogido por sorpresa no supo que responder. Sólo podía abrazarla con un gran sentimiento de lástima. Pero no por la chica en sí, sino por aquella situación de la que nadie tenía culpa en realidad.

-¿Pero cómo?- .Pudo preguntar él casi tratando de encontrar las palabras - Karie ¿por qué?.


La muchacha le miró con los ojos enrojecidos y él le ofreció un pañuelo. Cuando se secó en parte las lágrimas, Karie pudo confesar.

- Al principio no me di cuenta- le explicó ella - .Siempre te quise como a mi hermano mayor Yener, pero vamos creciendo y cuando volviste del Monasterio habías cambiado tanto. Yo también me había convertido en una mujer y aquel verano que pasamos antes de irte a la academia fue distinto a los demás. Comencé a sentir algo distinto que ni yo misma quería reconocer .Cuando te fuiste a estudiar y tuve tiempo de serenarme traté de quitarme aquella idea de la cabeza. Salí con algún chico pero fue volver tú recién licenciado, antes de partir en tu primera misión y supe que te amaba de veras. No me atreví a decírtelo, pensaba que tú, con tu dominio de las disciplinas psíquicas lo notarías, que sería evidente para ti.
- No, Karie,¡ te juro que no me di cuenta de nada! - .Le aseguró él también afectado por aquella confesión -.


Realmente no había podido ni imaginarse algo así. ¡Conocía a Karie desde que nació!. Él era unos tres años mayor y la muchacha había sido como una hermana con la que Erel y él crecieron jugando, peleando y multitud de cosas más que ni podía recordar. Y siempre estuvieron muy unidos sí. Sobre todo ellos dos. A Erel no le agradaba tanto jugar con ella o siendo más mayores, dedicarse a contarle historias. Y eso que su hermano era de la edad de Karie. Pero la muchacha estaba encantada de compartir sus fantasías infantiles sobre los Monjes de Somer y los viajes al espacio. Por ello, cuando Yener se graduó, pensó que ella era igual de feliz que él. No pudo percatarse de que Karie le miraba de forma distinta, ¡le hablaba de otra manera!. Ahora que acudían a su mente algunos recuerdos puntuales de los últimos dos años comenzaba a reprocharse su estupidez y su falta de tacto. En eso ella tenía razón. Cualquiera, medianamente avispado, aun sin ser telépata ni tener ninguna destreza mental, lo habría visto. Y él, todo un Monje Guerrero que alardeaba de sus destrezas psíquicas, lo pasó completamente por alto. Bajó la cabeza y sólo pudo susurrar sintiéndose apesadumbrado.

- No lo noté. No podía ni imaginarlo. De verdad.
- Pensaba que sí, y que o no lo tomabas en serio o que no te importaba - añadió ella visiblemente compungida -.
-¿Cómo no me va a importar?. ¡Nunca he querido hacerte daño!.- Prometió veheméntemente él añadiendo con el tono más pausado, en un intento por serenarse - .No tenía ni idea, muchas veces por mucha habilidad que tengas con una disciplina no basta .No puedo entrar en tu corazón y saber lo que sientes Karie. Nadie puede si tú no quieres. Y ¿cómo se me iba a ocurrir hacerlo?.


Ella asintió despacio, lo comprendía y pudo replicar con expresión de angustia.

- Tenía miedo de que lo supieses y no quisieras tener que rechazarme .Al menos así podríamos seguir siendo amigos. Pensé que podría conformarme con eso, pero ya no puedo más.


Yener apoyó la cabeza sobre sus manos, estaba por completo abatido. ¿Qué podría decirle? .Para él seguía siendo su amiga, su hermana, su confidente. ¡No podía verla de otra forma!.


- En todo este tiempo tienes que haber conocido a alguien que te haya hecho sentir algo especial.- Aseveró finalmente él, tratando de consolarla -.
- Ya te dije que lo intenté.- Musitó la chica aun entre sollozos -. Pero siempre le comparaba contigo y para mí no había dudas. Si, he salido con varios chicos, pero no han significado nada .Tú en cambio has encontrado a esa chica de Oumeya. Debe de ser preciosa y una mujer estupenda para haberte conquistado.
- No- sonrió forzadamente él - . No tuve ninguna oportunidad. Ella sale con otro chico, de veras Karie.


Ella le miró al fin ahora sorprendida ,¡había confesado todo aquello resignada!, ¡creyendo que no tenía nada que hacer!. Que Yener estaba enamorado de esa muchacha pero si ella estaba con otro...

- Entonces quizás podamos probar- le sugirió tímidamente tratando de recobrar la esperanza -


Él la tomó de los hombros con suavidad y le dijo de la forma más delicada y amable que pudo.

- No saldría bien Karie. Yo no siento lo mismo que tú .Por mucho que quiera sería incapaz de corresponder a lo que tú deseas.
- ¡Haría cualquier cosa por ti. Lo que me pidas! - .Le aseguró ella sintiéndose desesperada -.
- No puede ser.- Suspiró Yener que nunca se había sentido tan consternado y tan poco deseoso de decir lo que debía. Pero lo hizo con toda sinceridad, ¡ojalá ella le perdonase pero no tenía otra opción y habló con toda la dulzura y consideración de la que fue capaz! - .Créeme Karie. Quizás no haya salido con esa chica pero eso no quiere decir que mañana o pasado mañana conozca a otra que sí me atraiga y con la que salga .Si yo aceptase salir contigo, sólo estaría representando una comedia que acabaría en tragedia para los dos.
- Tú siempre tan teatral.- Declaró la muchacha sintiéndose destrozada, pero tratando de evitar que se notase aun más, al comprender, ¡al admitir en su corazón roto!, que el muchacho tenía razón –


Y esta vez Yener sabía perfectamente lo que ella sentía. Por más cuidado que tratase de poner no había solución y debía hacerle ese daño tan cruel. Se levantó como un resorte apretando los puños y escupió con los ojos llorosos de rabia y presa de la impotencia.


-¡Dioses! .¡Todos los títulos, ascensos y honores que me han dado los cambiaría gustoso por quitarte el dolor que sufres ahora!. Para mí eres una de las personas a las que más quiero en el universo entero y no puedo soportar que por mi culpa tú...


Ella no le dejó continuar, estaba de pie junto a él y tapándole la boca con una mano a la vez que movía la cabeza y sollozaba.

- No es culpa tuya. Si por lo menos pudiéramos seguir siendo amigos como antes.

- Siempre serás mi mejor amiga- .Le aseguró él cuando la chica apartó la mano que le tapaba -. Ojalá que conozcas a un buen muchacho al que ames y que pueda corresponderte como mereces.


Karie lloró de nuevo abrazada a él. Sabía que Yener sufría por ella, que su confesión le había hecho verdadero daño pero que era incapaz de hacer nada por remediar aquello. En verdad que era tanto o más bien tan poco culpable como ella.

- Lo siento- pudo decir la chica entre lágrimas de desolación y vergüenza -.
- No, no tienes porqué. Fui yo, quizás debí darme cuenta antes y evitarte tanto pesar- .Admitió él acariciándole suavemente el pelo - .



Por largo rato no dijeron nada más. Los dos quedaron abrazados junto al pequeño arroyo que, siendo niños, les sirviera como lugar de juegos. Pasaron unos largos minutos así hasta que Karie, enjugando sus lágrimas le dijo más calmada.

- Nuestras madres se preocuparán...


Ahora era él quien no respondía, sumido en aquellos dolorosos pensamientos pero Karie le cogió de las manos y le sonrió mirándole con sus ojos aun rojos de tanto llorar.

- No te preocupes por mí, no lloraré más. – Le prometió tratando de imprimir un tono animoso a su quebrada voz insistiendo -. Vamos Yener, volvamos.


Él se levantó despacio en tanto ella cogía un poco de aquella agua cristalina para lavarse la cara eliminando así las pruebas de su tristeza. Al menos las más visibles. Yener se lavó también pues pese a no encontrarse en su rostro pruebas tan patentes, si que quería arrastrar cualquier mínimo indicio que le quedase.

- Regresemos- pudo decir cogiendo de la mano a su amiga - .


Volvían de la mano con Yener admirando la dignidad de aquella muchacha a la que se daba cuenta de que no había conocido realmente hasta ese momento. Karie parecía una muchacha frágil en ocasiones, otras veces hacía gala de una actitud infantil, sobre todo cuando ambos bromeaban. No obstante, bajo toda esa apariencia escondía un corazón de mujer y ahora lo tenía hecho pedazos, pero ella lo recompondría sin dejar que nadie lo advirtiera. ¡Cuánto tiempo habría estado sufriendo hasta ser capaz de confesárselo abiertamente!. Y ahora, observándola con más detenimiento, Yener la contempló por vez primera como mujer. Pero esa mujer atractiva y cariñosa, inteligente y dulce era para él como su hermana. Por ello, antes de llegar al claro donde sus madres se encontraban se detuvo con ella, tomó las manos de la muchacha entre las suyas y declaró.


- Escúchame y recuerda esto. No importa lo que suceda, ni donde vaya yo, ni la distancia que nos separe, ni a quien conozca Karie. ¡Tú siempre estarás en mi corazón!. Y nadie podrá quitarnos los momentos que hemos pasado juntos, ¡jamás! .


Ella le sonrió agradecida y su mirada por fin se iluminó, se dieron un largo abrazo y él le acarició aquel pelo largo y castaño. Puede que con esto no se cerrase la herida que ella tenía abierta en su corazón pero le ayudaría a soportar el dolor y el tiempo todo lo curaba. Sabía que Yener no le había dicho eso sólo por consolarla sino que el chico lo sentía en lo más profundo de su alma .¡Tenía que ser fuerte, por ella y por él!. No podía permitir que eso les lastrase a ninguno de los dos.


- Estás destinado para grandes cosas Yener, créeme - le aseguró ella recobrando su entereza en el habla - .Y seguramente que el canto a Maray no será sino el comienzo de eso .¡Ya lo verás!. Sé que tienes un brillante futuro por delante. Sólo te pido que reserves un trocito de él para mí.
- Tú siempre tendrás un sitio de honor en mi corazón.- Afirmó él sin poder contener su emoción -.Y espero que tú también me guardes siempre en tu recuerdo.

Ella asintió, ¿cómo podría no hacerlo?. Yener la miró a los ojos y sonrió ahora más ampliamente, añadiendo en un intento por renovar su jovialidad.

- Pero no creas que vas a librarte de mí tan fácilmente, vendré a visitarte y si aprecias tu coleta será mejor que hagas lo mismo.- La amenazó fingidamente agarrándola del pelo y tirando de él sin demasiada fuerza - .
-¡Au! -.Exclamó pese a todo ella- .¡Más que tonto!, te vas a enterar cuando te coja so idiota - .Añadió la chica tratando de agarrarle pero Yener la esquivaba sin dificultad y salió corriendo hacia las madres de ambos -.


Aquella era una tácita señal que sellaba su secreto. Algo que nunca nadie tendría porqué saber.

-¡No me cogerás en la vida!, eres muy lenta. Caracooool - .Rió burlonamente él, llegando junto a Aluria -
-¡Ven aquí bicho!- .Le ordenó Karie saltando por encima del mantel donde estaban las cestas de comida - .
- Siempre estáis igual- les reprendió Lota con incredulidad -.¡Parecéis dos críos, a ver si os comportáis como personas mayores para variar!.


Parapetándose tras su madre Yener reía. Su amiga hacía lo mismo también para divertida reprobación de sus madres, Aluria añadió sonriente.

- Desde luego, ¡estos chicos!. No cambiaréis nunca...
- Anda, firmemos la paz, prometo no volver a tirarte de la trenza -. Propuso Yener con el asentimiento de Karie -.
- Es una coleta, bobo. Eres tan tonto que ni siquiera sabes como llevo el pelo - .Le rebatió ella torciendo el morro -.
- Bueno, lo que sea te hagas en esa maraña que tienes por pelo –.Se burló él- .
-¿Palabra de honor?,- preguntó ella pasando por alto esa última puya - .
- Palabra de honor- .Aseveró él levantando una mano con solemnidad -..
-¡Anda, que es ya es sexdan de comer gamberros! – .Les indicó Lota sacando la comida -.


Los dos chicos estuvieron más que dispuestos a eso. Sus madres pensaron que tanto jugar les habría dado hambre .¡Y no se equivocaban! .Aluria se permitió decir con un toque de nostalgia.


-¡Cómo me recuerda esto a las excursiones que hacíamos cuando erais niños! .Os pasabais horas y horas explorando el bosque. Incluso una vez tu padre tuvo que ir a buscaros porque era de noche Yener.
- Si, y me castigó varios días sin ver la holotele.- Repuso él fingiendo afectación -.¡Qué horror!. ¡Se enfadó tanto que hasta me dejó sin ver un partido del Prehistar.!
-¡Así es Yener!- se burló Karie - .Si le quitan a sus bichos es peor que una tortura para él.
- ¡No les llames bichos! - repuso este con apariencia de indignado enfado- .¡Son el mejor equipo de la Galaxia!.
-¿De fútbol o de basket?.- Inquirió su amiga siguiendo la chanza -.
- De todo - afirmó convencidamente él -.
- El Histar es mejor - rebatió ella - .
-¡Vamos anda!.¡Son unos mantas!,- contradijo Yener que además denunció- .Hace años que no ganan nada importante. ¡Y te hiciste de ellos sólo para fastidiarme!.
- Pues claro, ¡y siempre lo consigo! - rió ella haciendo que todos hicieran lo mismo - .
- Lo que hay que oír. ¡Por Kail!- .Suspiró él moviendo la cabeza mientras la chica le abrazaba con divertida ternura -.


Así pasó el día, fue algo muy bonito y digno de recordar pese a todo. La merienda estuvo deliciosa porque ambas madres la habían preparado a conciencia, carnes suculentas con frutos de la región y pasteles que encantaban a Yener y a Karie. Disfrutaron de esos momentos en familia recordando muchas cosas y pensando en el futuro de todos. La muchacha desveló entonces su ilusión por llegar a ser una buena naturalista y conservar la armonía y la belleza de esos bosques que conocía desde su niñez. Y quizás un día, poder poblar algún lejano planeta con esos mismos árboles. Así paso la tarde entera y cuando ya caía el sol, Yener y su madre devolvieron a su casa a Karie y Lota y ellos volvieron a la suya. El muchacho no tardó en irse a dormir con su cabeza ocupada en multitud de pensamientos que le desbordaban. Karie, Gina, su instrucción para el canto y el futuro. Aquel porvenir en el que había embarcado todos sus sueños e ilusiones y donde también tenía aquel hueco para las de su amiga de la infancia. Ahora tenía otro anhelo, tan importante como los suyos propios, que Karie consiguiera realizar todos sus sueños e ilusiones al igual que él. Es más, que las cosas siguieran bien en Yumlaiance y en el resto de mundos para que cualquier persona pudiera ser feliz. Tardó en poder dormir pensando sobre esto aunque esta vez no hubo sueños que turbasen su descanso. Más le valía así, ya que al día siguiente se terminaba el relax y había que ponerse a trabajar.

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