sábado, 5 de marzo de 2011

UNC 37

10/Capitulo 37.Terribles pruebas


Lentamente Kyra fue recobrando el conocimiento. Apenas se acordaba de lo sucedido. Sólo tenía grabado el momento en el que besó a Peter y él le pidió que saltase con la cápsula. Luego se perdió en el espacio rumbo a ese mundo desconocido. Cayó y se estrelló, no tenía conciencia de más .En su memoria quedaban apenas unos resquicios en los que unas figuras difuminadas la sacaban de su cápsula y se la llevaban, después de eso nada. Hasta ese mismo instante .Abrió los ojos y se encontró tumbada en una cama aséptica dentro una especie de habitación cerrada sin ventanas ni puerta. Al menos esa era la engañosa impresión pues un acceso fue visible al fondo de la pared y por el penetró un hombre bien parecido, de pelo corto y traje color crema .Su expresión parecía ausente y su mirada era fría .Se dirigió a ella con una extraña y reverberante voz metálica.

- Celebro ver que ha despertado teniente. Ha permanecido muchas horas inconsciente.



Kyra se quedó sorprendida, a todas luces ese tipo parecía ser un androide .No podía extraer nada de su cabeza, parecía no tener pensamientos ni emociones. Sí, no podía estar más claro.

-¿Se encuentra usted bien?.- Insistió aquel mecanoíde en lo que podría interpretarse como tono cortés. -
- Si, gracias- pudo contestar ella al fin para preguntar a su vez. -¿Qué ha ocurrido?. ¿Quién es usted?
- Soy el coronel Zed. Se estrelló usted cuando navegaba por una zona restringida. Nuestras patrullas la rescataron.- Le explicó éste, respondiendo por orden inverso a las cuestiones sin inmutar su semblante. -
-¿Y mi compañero?.- Quiso saber la chica con visible ansiedad -.
- No detectamos formas de vida en la zona donde cayó su cápsula. Debe de haber muerto.
-¡No! - .Exclamó Kyra moviendo la cabeza- .Eso no puede ser. Estoy segura de que aun vive, no puede haber muerto.


El Androide la miró de aquella forma inexpresiva y añadió.

- Eso es lo que no comprendemos. Con todas las evidencias en contra, lógico es suponer que su compañero haya muerto, usted en cambio ,se muestra convencida de lo contrario .¿Por qué?.
- Eso se llama esperanza.- Repuso ella con suave voz queda -.Lamento comprobar que ustedes no tienen.
- No, no tenemos- repuso aquel tipo que le confesó sin pudor lo que ella ya sabía- .Somos androides .Hemos tomado la forma humana e incluso nos hemos intentado mezclar con los de su especie para comprender las razones que les guían .Sus propósitos y sus extrañas actitudes, como esa que llama esperanza o fe, pero no lo hemos conseguido.
- Ahora lo entiendo todo- susurró Kyra atónita- .La rebelión de Let, lo sucedido en el transbordador Cosmos, ¡todo ha sido obra suya! .
- Fueron los pasos previos de aprendizaje que tuvimos que dar.- Reveló aquel robot- .Aun así, seguimos confundidos, como ustedes dirían .Nuestros expertos en análisis no consiguen imitar su conducta. Tenemos muchas preguntas sin responder.
-¿Por ejemplo?.- Inquirió ella -.
-¿Exactamente qué es esperanza?. ¿La simple negación de un hecho evidente?. ¿O les lleva a otro estado de mentalización para superar sus desventajas psicológicas?- .La interrogó Zed- .
-No.- Sonrió Kyra contestando casi en tono maternal - .Esperanza es la capacidad humana de soñar con algo que parece a simple vista imposible .Es el deseo de dar un paso más hacia delante cuando todo tu cuerpo está exhausto y no puede más, confiando en llegar a tu meta .Aunque esta se hallase a cientos de kilómetros.
- No lo puedo entender- .Declaró el androide que volvió a preguntar -.¿Con que base analítica?.
- Ese es su problema. No existe ninguna base analítica ni matemática. Es imposible que lo comprenda.- Repuso ella- .Para eso se necesitan sentimientos y anhelos humanos. Algo que la mera tecnología, por mucho que lo intente, nunca podrá crear. No se puede fabricar un alma.
- Tenemos más preguntas -. Añadió el coronel Zed que, como no podía ser de otra forma, permanecía imperturbable ante las respuestas de su interlocutora sin mostrar decepción alguna -.¿Quiénes de ustedes han visto nuestro ejercicio y dónde están?.
- No lo sé- .Declaró Kyra, que para cubrir de sinceridad aquella mentira añadió - .Y aunque lo supiera no se lo diría.
- Pensábamos que nos contestaría de esa manera. Así que hemos traído a alguien humano .Como usted diría, una persona que tiene emociones, para que le pregunte. Adelante- .Indicó el androide mirando hacia la puerta- .


Esta se abrió y entraron tres individuos. Uno de ellos con uniforme de Casiopenae, rostro duro, ojos marrones y pelo castaño, de una edad mediana .Otro, de tez pálida, lacio pelo negro que la caía hasta los hombros y ojos violetas muy penetrantes. Kyra se estremeció al notar su presencia, pero experimentó auténtico terror al sentir la del tercero, una figura enfundada en un negro sayal que no dejaba entrever nada de su apariencia, aunque seguramente era mejor que no lo hiciera, por fortuna se quedó al margen, junto a la entrada.


- Estos caballeros le preguntarán- .Le explicó el androide advirtiéndole con su desapasionado tono -.Contésteles con la verdad, no son tan atentos como nosotros.
- Desde luego, el coronel Zed no miente ni se anda por las ramas señorita.- Sonrió aquel tipo de Casiopenae, avisándola a su vez con cierto tinte de condescendencia - .Y aunque yo soy un hombre considerado y con mucha paciencia, mis amigos no lo son tanto .A ellos les da igual la forma, pero desean respuestas.


Ella le escuchaba a la defensiva, poniendo en práctica sus destrezas telepáticas. Aquel oficial Casiopeano no parecía hostil a pesar de sus palabras, estaba claro que intentaba asustarla para que hablase. Pero no deseaba ir mucho más allá. Pasó a centrarse en los otros dos, intentaba sondearles pero tuvo que desistir, el aura de maldad tan intensa y de terror que emanaban, sobre todo del más apartado, no le permitían tantearles .Por el contrario, notó a su vez una oleada de ondas psíquicas que trataba de hacer lo propio con ella .Recurriendo todas sus defensas telepáticas bloqueó esos intentos y aquel tipo pálido esbozó una malévola sonrisa declarando con aparente complacencia y suavidad en su tono más bien grave y ronco de voz.

- Vaya, es usted buena en telepatía .¿Acaso ha recibido formación de los monjes de Somer?.


La muchacha notó un escalofrío cuando ese ser encapuchado emitió un siseo que parecía de contrariedad, su acompañante se volvió hacia él y añadió con sutileza.

- Disculpa, ya sé que ese nombre no es de vuestro agrado, pero tenía curiosidad. ¿Y bien señorita?- .Inquirió nuevamente volviéndose hacia Kyra -.
- No- negó esta con la cabeza -.No he aprendido de nadie. Es una habilidad natural que tengo y que perfeccioné en mi planeta.
- En eso se parece a nosotros. Apenas necesita más que pulir su talento natural - .Dijo aquel tipo con aprobación - .
- No sé donde están nuestros modales, no nos hemos presentado -.Terció el hombre de Casiopenae -.Soy el Coronel Fertad. Servicios secretos de Casiopenae, como habrá podido deducir al ver mi uniforme. Y mis colegas son dos altos emisarios de un nuevo aliado de mi mundo .El reino de Nephraler.


Kyra se quedó helada. En ocasiones había visto el gesto de Yener o de cualquier otro compatriota o aliado suyo cuando se mencionaban ese nombre. Debían de ser enemigos declarados desde hacía siglos. Ese ser había mostrado abiertamente su disgusto al escuchar hablar acerca de los Monjes de Somer de donde, si ella no recordaba mal, Yener era miembro .¿Pero qué harían estos tipos aquí interrogándola?. Esto se estaba complicando por momentos. Si esos seres se unían a aquellos androides y a Casiopenae nadie podría detenerles. El coronel Fertad continuó su discurso sacándola de sus reflexiones.


- Queremos saber que hacían ustedes aquí. ¿Sabían de antemano la posición de nuestras naves en las maniobras?.
- No sabíamos nada se lo puedo asegurar- respondió Kyra con rapidez y contundencia -.
- Me gustaría creerla, de veras que sí.- Sonrió el coronel que de seguido objetó - .Pero comprenda que no puedo fiarme.
- Entonces se lo preguntaré yo.- Terció aquel hombre pálido con un gesto malicioso- .¿Qué sabe usted?.
- Ya se lo he dicho- ,insistió Kyra con tono ofendido- .¡No les miento! .No sabíamos nada, de haberlo sabido nunca habríamos ido allí.
-¿De veras?.- Sonrió aquel tipo que, ante los asombrados ojos de Kyra pareció crecer y mutar hasta convertirse en una especie de lagarto de pesadilla - .


La muchacha se dio cuenta de que eso era un ataque mental así que decidió contraatacar, tomando la apariencia de un gran simio. Aquel individuo cambió a su vez, creciendo aún más para convertirse en un dragón de tres cabezas y Kyra replicó transformándose en un tiranosaurio colosal. Su rival adoptó la forma de un gigantesco pulpo con innumerables tentáculos a lo que ella respondió pasando a ser una gran ave de rapiña de alas flamigeras. Aquella contienda telepática parecía estar igualada y las reservas de los dos se agotaban así que volvieron a la normalidad.


-¿Seguro que no ha estudiado con ellos?.- Inquirió ese hombre que parecía tan cansado como ella aunque no se le notase por la forma pausada con la que modulaba su voz. De hecho estaba mucho más entero que Kyra. La muchacha, afectada por su convalecencia y la falta de práctica en semejante combate, apenas podía enfrentar su mirada a la de su adversario que la halagó remachando - .No he podido dominar su voluntad y resistirse a mi poder no está al alcance de cualquiera.
- Le repito que no tengo nada que decirles. No sé quienes son ustedes pero están violando las cláusulas federativas acerca del trato a prisioneros de guerra- .Respondió Kyra jadeando agitada en busca de recobrarse lo antes posible ante la perspectiva de otro ataque.-
-¿Quién ha dicho que sea usted nuestra prisionera de guerra?.- Intervino el de Casiopenae con tinte conciliador -.
- En realidad es usted una espía de su confederación y de la Cuádruple Alianza. – Añadió ese tipo pálido de un modo menos cortés, para afirmar acto seguido con visible tinte de amenaza -. A nosotros no puede engañarnos. Usted sabe algo y le aconsejo que nos lo diga de buen grado. Tenemos métodos para obligarla y no nos lo pensaremos dos veces para hacerlo.
- No les diré nada aparte de mi rango y procedencia, como marcan los convenios interplanetarios - .Le desafió ella con firmeza, ahora sí, enfrentado su mirada a la de él -.


Podría haber jurado que el nephraler la miró con cierto respeto, pero esa impresión quedó rápidamente desvanecida cuando éste se apartó de ella y sonrió sentenciando con frialdad.

- Entonces lo siento por usted.


Para horror de Kyra aquel siniestro acompañante, hasta entonces al margen de la “conversación”, se acercó hasta ella. La muchacha notaba como si la atmósfera de su alrededor se congelara por segundos, se arrebujó con una manta que tenía por encima tratando de soportar aquel frío pero este no cedía. Aquella figura levantó su cabeza encapuchada dirigiéndole una mirada terrible, dos carbunclos encendidos en lugar de ojos se clavaban en ella y la chica tuvo que taparse la cara entre los brazos .Comenzó a sufrir un ataque mental como jamás pudo haber imaginado, escenas terribles de dolor y muerte la asediaban y una mar de odio inimaginable la rodeaba. Espectros de pura maldad trataban de arañarle el alma. Era como si todos los fantasmas que pudieran haberla atemorizado alguna vez se dieran cita, aquel ente asaltaba las mismas bases de su memoria y sus miedos más profundos. Y en tanto sufría aquello como podía, con la cabeza a punto de estallar, escuchaba una voz gutural y gorgoteante preguntarle en el interior de su mente.


-¡Dinos! ,¿qué es lo que sabes?.
-¡No se nada!- .Pudo gemir aterrada- .¡No sé nada! - repitió chillando desesperadamente de dolor- .¡Por el amor de Dios!, basta .¡No puedo soportarlo más! ¡.Me está destrozando!...¡Pare, se lo suplico!.


Aquel horrible ser era insensible a los ruegos de Kyra y seguía machacándola sin piedad. Ahí estaba, plantado ante ella, con ese aparente silencio sepulcral que se tornaban horribles gritos de agonía en el interior del cerebro de la muchacha. Hasta que el coronel de Casiopenae intervino realmente preocupado. Quitándose la máscara de indiferencia, sin poder disimular su temor por la chica.

- Basta ya, está claro que no sabe nada. ¡Déjenla en paz!.


Pero sus dos acompañantes parecían ignorarle hasta que él insistió utilizando medios más diplomáticos.

- Mis superiores y los suyos se enfadarán si esta chica sufre daño, quieren tener una garantía para negociar con Oumeya .No podremos sacar otro tipo de información que nos será muy valiosa a todos si la matan.
-¿Qué tipo de información?.- Quiso saber ese tipo pálido observando a su interlocutor con aparente desgana -.
- Tenemos fuentes que nos han confirmado que esta muchacha es muy amiga del exembajador de Yumlaiance - .Les contó el inquieto coronel Fertad - .Si muere no podremos tener acceso a cosas que quizás pueda averiguar en el futuro.



El hombre pálido hizo una señal a su acompañante que se alejó. Kyra experimentó un rápido alivio. Aquellos terribles tormentos psíquicos cesaron, totalmente agotada y con los nervios rotos cayó inerte sobre la cama sin conocimiento.

-¡Miren lo que han hecho, la han matado! -. Exclamó el coronel visiblemente inquieto- .
- No tema - .Le tranquilizó aquel tipo que hacía de interlocutor por su silencioso acompañante- .No está muerta, sólo inconsciente .Sabemos lo que hacemos - .Concluyó con tono de absoluta seguridad -.
- Aquí no sabrán como tratarla, en mi mundo tenemos especialistas que pueden ocuparse de ella y lograr que nos facilite la información que les he dicho.- Replicó Fertad -.
- Haga con ella lo que quiera,- sonrió el pálido con visible desinterés añadiendo con desprecio- .Esa patética humana no nos preocupa lo más mínimo. Pero la próxima vez que requieran nuestra ayuda no sean tan débiles.


Dicho esto se dio media vuelta y salió seguido por el encapuchado. El coronel de Casiopenae se quedó petrificado, desde luego no esperaba esto, con asustar a esa chica para que hablase pensaba que sería suficiente. Incluso la primera vez que le dijo no saber nada la creyó. Lo único que quería era comprobarlo con un sondeo mental. Pero no imaginaba aquella brutal crueldad.


-¡Despierte, vamos! - .Le pidió el agitado oficial a la chica palmeándola la cara ante la impasible mirada de Zed que había asistido a todo esto sin hacerse notar- <<.¡Dios Treab! - .Pensó el coronel invocando a la deidad de Casiopenae- .¿Qué clase de aliados ha hecho el general Tirelius?. No creo que ni él mismo lo sepa, ¡tengo que informarle de esto inmediatamente y sacar a esta chica de aquí o estará perdida! .Quizás no fuera tan buena idea unirse a estos seres.>>
-¿Necesita ayuda coronel?- le brindó el impasible Zed sobresaltando a su colega -.
- No, bueno si, que un par de sus oficiales lleven a esta mujer a mi nave .Quiero seguir tratándola a bordo con medios humanos más convenientes. Necesitamos su colaboración.
- Muy bien - .Asintió desapasionadamente el mecanoíde - .Haré que se la lleven inmediatamente.


Dicho esto dos autómatas más entraron en la sala. Con presteza y no mucha delicadeza, cogieron a Kyra y la transportaron al exterior envuelta en una manta. Fertad les siguió hasta asegurarse de que la depositaban en un diván de su lanzadera y se marchaban. Luego él dio orden de partir inmediatamente hacia su nave nodriza .Una vez despegaron de la base androide que era una de esas gigantescas naves que se unían en forma de aspa, Fertad respiró aliviado. Se sentía profundamente incómodo en presencia de esos robots, pero eso era un placer comparado a como se encontraba al lado de esos tipos nephralers. ¿De dónde demonios habrían salido?. ¿Quiénes eran? .Sólo recordaba las palabras de su cónsul cuando le contó que una nave de ese mundo había llegado hacía pocas semanas a espacio de Casiopenae diciendo venir en son de paz, con la intención de advertir a los casiopenaos que se cuidasen de los Mundos de la Cuádruple Alianza. Aquella no parecía una prevención muy justificada hasta que estos seres les dijeron que los yumlaincer les habían robado su mundo de origen .Eran enemigos declarados desde hacía siglos y ahora temía que abusasen de la buena fe de Casiopenae y sus aliados para atacarles por sorpresa. Aunque después de presenciar lo que le habían hecho a esa pobre chica que podría ser su hija, ya no estaba tan seguro .La veía ahí, tumbada inconsciente sobre el diván, con su pelo negro esparcido alrededor de su cara y no podía dejar de pensar en que era muy hermosa. Estaba realmente bien pero no podía dejarse llevar por esos pensamientos. Fijándose bien en ella le notaba lágrimas que se asomaban entre los párpados de sus ojos cerrados .Sólo esperaba que aquella muchacha no hubiera sufrido un daño irreparable. Lo malo es que una vez recuperada, si es que lo lograba, no tendría más remedio que encarcelarla en una celda de máxima seguridad. Pero ahora lo primordial era que despertase bien de esa tortura a la que había sido sometida. Fertad no dejaba de observarla con preocupación hasta que por fin llegaron a su nave nodriza, un destructor estelar que parecía diminuto en comparación a los tremendos ingenios de esos autómatas .Nada más llegar encargó a dos de sus hombres que trasladasen a la chica a una habitación a fin de que estuviera cómoda y él se apresuró a contactar con Tirelius....


En la base de aquellos mecanoídes Zed era esperado por aquellos dos individuos .El pálido le comentó con aparente malestar.


- Coronel Zed, no tenemos palabras para expresar nuestra indignación con los de Casiopenae.
- No le comprendo- repuso el robot -.
- Son unos aliados muy débiles y transmiten esa debilidad al resto. Nosotros podríamos haber conseguido información de esa mujer pero el coronel de Casiopenae lo ha impedido .No me merecen confianza.
- Son nuestros aliados, no es lógico pensar que no debamos estar con ellos -. Repuso el androide- .
- Mírenlo con lógica, como hacen ustedes - .Insistió el tipo nephraler variando sutilmente su argumentación por otra comprensible para los androides - .Su debilidad lastra nuestros planes .Ustedes no deben permitir que desde ese mundo les dicten lo que deben hacer. Casiopenae podrá seguir siendo aliada nuestra pero sólo si se atiene a nuestras condiciones. Así se mejorará la eficiencia.
- Ese razonamiento es evidente - .Concedió el coronel Zed - .Se lo haré llegar a nuestro gran maestro. Esperen aquí.


Y el autómata marchó para informar a su líder .El pálido sonrió con complacencia y dijo a su compañero que permanecía cubierto en silencio.

- Todo va según el plan. Primero caerán esos estúpidos de Casiopenae, luego esa confederación de planetas de Oumeya y por fin la maldita Cuádruple Alianza. Informa de esto a nuestros superiores.


Aquel ser solo contestó limitándose a hacer un asentimiento con su capucha, después se alejó a cumplir las órdenes de su superior que sonreía satisfecho por la marcha de las cosas...


Mientras tanto, en la nave de Casiopenae, el coronel Fertad se comunicaba con el propio Tirelius que respondía sorprendido.

-¿Va todo bien coronel?.- Inquirió desde el otro lado del monitor -.
- No estoy muy seguro señor- le confesó este con palpable inquietud en sus palabras - .Son esos nuevos aliados, no me gustan nada.
-¿Qué les pasa?.- Quiso saber Tirelius frunciendo el ceño -.


Su subordinado le contó lo sucedido, no obstante el general se encogió de hombros y repuso molesto.

-¿Y por esa estupidez me ha llamado? .No lo comprendo coronel, es usted uno de mis mejores oficiales. No entiendo a que le tiene tanto miedo, se les fue la mano y ya está. Pero no creo que hubieran llegado más lejos.
- Con todo el respeto señor -. Se atrevió a replicar este -.Usted no estaba allí. No vio la forma que tenían de interrogar a esa pobre chica .Si no intervengo a tiempo ahora estaría muerta.
-¿Y qué?.- Declaró Tirelius- .Debería usted saber coronel que a veces por cruel e inhumano que parezca se deben asumir ciertos sacrificios. Es en aras del bienestar general. Yo no apruebo la tortura pero en ocasiones es necesaria. Esa muchacha estaba donde no debía a la hora que no debía .Usted parece no querer darse cuenta de que podría ser una espía de Oumeya .No podemos correr riesgos a estas alturas de la operación .Ya queda poco para poner las cartas sobre la mesa y también nuestras condiciones. Ahora vuelva a su puesto e infórmeme si la situación es importante de verdad.- Añadió crispado por lo que, a su juicio, no era más que una nimiedad -.



Dicho lo cual cortó la comunicación, ni siquiera vio como el coronel le saludaba. Fertad, lejos de haberse tranquilizado se preocupaba más aun. El general Tirelius no estaba realmente al tanto de la forma de ser de esos tipos. O si lo estaba cometía un grave error al no querer tomar en consideración el asunto. No obstante era el comandante en jefe de las fuerzas militares y el máximo dirigente de su mundo y el deber de todos era obedecerle. Fertad era un soldado y conocía su obligación. Por el momento olvidaría el tema y se centraría en la salud de su “invitada”, se volvió a la habitación donde descansaba la chica y entró descubriendo aliviado que ella estaba abriendo los ojos.


-¿Está usted bien?.- Le inquirió con marcado interés y cortesía -.


Kyra no respondió, pero por lo que percibía, aquel hombre no era como los otros y sí que estaba inquieto por ella. No pudo más, apenas podía hablar y se derrumbó llorando .El coronel la abrazó con gesto compasivo, tratando de calmarla.

- No pasa nada, todo está arreglado, esos tipos no volverán a acercarse a usted. No se lo permitiré.
-¡Ha sido terrible! - .Pudo decir ella con la voz entrecortada- .¡Son pura maldad!. No deben ustedes seguir a su lado, ¡créame!, ¡les acabarán destruyendo!.

El coronel sonrió, seguro que tampoco era para tanto. Esa chica trataba de menoscabarle la moral o lo más probable es que estuviera aun bajo los efectos del trauma.

- Son nuestros amigos, vinieron a advertirnos sobre Yumlaiance y sus aliados.- Le contestó suavemente a la par que la acomodaba colocándole una almohada bajo la cabeza -.


Pero Kyra se negaba a escuchar eso. Movió la cabeza y miró a ese hombre con vehemente temor, añadiendo con insistencia.

-¡Son seres terribles y diabólicos, acabarán con ustedes cuando no les sirvan a sus propósitos! .Lo estoy presintiendo y jamás me equivoco. ¡Por favor, advierta a los suyos!. - Le pidió Kyra llevada por la desesperación- .
- Mire, ahora trate de descansar, me haré cargo de usted personalmente, no le ocurrirá nada se lo prometo. Aunque tendrá que estar recluida hasta que negociemos su libertad con Oumeya.- Le contestó el coronel con toda la amabilidad que pudo, tratando de apaciguarla -.


Kyra trató de decir algo pero Fertad no se lo permitió dejándola al fin recostada en la cama, sonrió y añadió con tono confortador.

- Ordenaré que le traigan algo de comer, tendrá hambre. Entre tanto procure descansar.


Kyra guardó silencio, lograba calmarse a duras penas y finalmente pudo contestar enjugándose las lágrimas, sabiendo que era inútil que intentase decir nada más. Al menos por ahora.

- Si gracias, es usted muy amable señor.



Fertad le dedicó ahora una sonrisa paternal y la dejó sintiéndose más tranquilo. La chica se quedó allí sola y tratando de ordenar sus pensamientos, pasada aquella angustia inicial y asumida su situación sólo podía acordarse de Peter. ¿Estaría realmente muerto? .Ella presentía que no .¡Ojalá que su intuición que nunca le había fallado no lo hiciera ahora!. Aunque quizás sus propios sentimientos, temores y deseos personales se uniesen para confundirla .¡Pero no!, algo en su interior le decía que él estaba a salvo y que seguramente estaría tratando de encontrarla. Kyra rezaba para que lo consiguiera. Desde luego, lo primero sería advertir a Oumeya y a sus aliados de todo lo que estaba pasando. Incluso tratar de hacer entrar en razón al coronel de Casiopenae y a su superior Tirelius. Eran gentes orgullosas y deseosas de poder, querían ser tratados con deferencia en todos los aspectos, pero se podía hablar con ellos, al menos poseían esa terquedad directa que les hacía ser bastante francos a la hora de mostrar sus pretensiones. Todo lo contrario que aquellos seres de pesadilla que la habían atormentado .Y esos androides, eran una auténtica incógnita. Sin sentimientos ni miedos humanos, tan solo se veían movidos por su propia lógica. Finalmente, ¿de que lado se pondrían?.



A mucha distancia de allí Peter ultimaba su recuperación, ese médico del que hablaban los contrabandistas le había soldado la pierna y un brazo con bastante destreza para lo que él había esperado. De todos modos debería llevarlo en cabestrillo y reposar un poco, pero eso no le importaba. Peter sólo deseaba salir en busca de Kyra y advertir a Oumeya lo antes posible, aunque Murdock no era partidario de emprender viaje todavía. El chico recurrió a su mejor sentido diplomático y arte de convicción para hacerle cambiar de idea pero ese hombre estaba curtido en mil batallas y no hubo forma. Tendrían que pasar esos tres días. No obstante, la fortuna acudió en su ayuda. Los contrabandistas recibieron el soplo de que un interesante negocio les aguardaba en el planeta Reco, una especie de mundo de paso cruce de caminos entre culturas y refugio de renegados que conspiraban para derribar a algunos gobiernos de pequeños planetas al margen de la confederación .Allí se traficaba con casi todo y se pagaba bien. Y una de esas suculentas ofertas por sus armas hizo a Murdock y a sus hombres cambiar de idea. Se trataba de un negocio inmediato que solo conseguiría el primero en presentar sus mercancías .Ante eso todas las dilaciones y lentitud se transformaron en prestancia y rapidez. Al día siguiente estaban listos para partir .Peter agradeció al cielo esta casualidad y con la moral más alta se dispuso a comenzar con su búsqueda .Peinaría todo ese sistema y aunque tuviera que permanecer entre criminales y ladrones no se detendría hasta encontrar a Kyra.

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