18/Capitulo 45.Verdades que Duelen.
Lora estaba de pie en su despacho siguiendo con inquietud los movimientos de la flota combinada .La preocupación era dueña de su mente y más cuando su propio hijo y la compañera de éste llamaron a la puerta de su despacho que estaba abierta .Enseguida adivinó, por la expresión de ambos, que venían para despedirse .Peter con sus primeras palabras dichas en voz queda, así se lo confirmo.
- Mamá, venimos a decirte que nuestra nave está lista para partir.
Lora suspiró recorriendo lentamente la estancia para detenerse al fin ante su hijo y acariciarle la mejilla.
- Supongo que es tú deber .Igual que el mío es quedarme aquí sufriendo y rogando por todos vosotros – .Susurró lentamente para recomponer su voz y pedirle con un tono más profesional- .Cuídese capitán - :Pero no pudo mantener mucho más ese tono solemne y con los ojos llorosos, añadió con angustiado aire maternal- .¡Cuídate mucho hijo mío!. ¡Hacedlo los dos!...- Declaró ahora dirigiéndose también a Kyra -.
- Lo haremos mamá- .Sonrió de modo confortador Peter, abrazándola con cariño- .
Una vez se separó de ella se cuadró saludando militarmente al igual que Kyra .Lora sólo le miró llena de orgullo y asintió, dándoles la venia para retirarse, cosa que ambos muchachos hicieron de inmediato.
Gina había ido en busca de su novio, o por lo menos del que todavía lo era. Gordon estaba de pie, aparentemente sin mirar a ningún sitio, pero había visto la extraña actitud que Gina y ese maldito yumlaincer habían mantenido .No le había gustado y la cara que traía la chica, en tanto caminaba a su encuentro, confirmaba aquella impresión. Cuando ella llegó a su lado y sin darle tiempo a decir nada, él le comentó resignada e incluso reprobatóriamente.
- Tienes algo que contarme, ¿verdad?.
- Gordon, yo...- pudo replicar ella mirándole consternada -.
-¿Qué ocurre?.- Quiso saber él más inquietado -.
- No puede ser - .Se atrevió a decir ella por fin, visiblemente afectada- .No puedo casarme contigo .Ni siquiera puedo seguir saliendo. Perdóname, cometí un error...
- Comprendo.- Suspiró él tras tomar aire con una onda inspiración para añadir con los nervios sorprendentemente bien templados -.¡Qué le vamos a hacer! .Supongo que las cosas son así y ya está...
Gina no pudo contestarle, sólo sollozaba verdaderamente entristecida y sabiendo el daño que acababa de hacerle a ese pobre muchacho, pese a que este se esforzase por no evidenciarlo.
- Ahora tengo que irme a mi nave - añadió el chico con tinte dolido pero digno -.Ya nos veremos...
Gordon se alejó de ella, probablemente para siempre. Había sido algo muy doloroso para ambos, pero por lo menos ella había sido sincera. Ahora tenía el camino libre para mostrar sus verdaderos sentimientos.
La casualidad quiso que Peter y Kyra se uniesen a su amigo para dirigirse los tres hacia sus naves.
- Si entablamos batalla esta será muy dura -.Comentó Peter a su compañera cuando vieron llegar a su amigo- .¡Gordon! - le saludó animado -.¿También vas a por tu nave?. No creo que pueda salir todavía.
- Tengo ganas de acompañaros - respondió él- .No me apetece quedarme aquí mientras todos salís al espacio para enfrentaros a esos tipos.
Kyra le miraba apenada, sentía el dolor y la rabia que Gordon ocultaba bajo ese aparentemente calmado semblante. Aunque nuevamente el azar quiso dar una vuelta más de tuerca. Yener y Nerel se cruzaron con ellos en el pasillo. Fue llegar a la misma altura y cuando el Yumlaincer iba a saludarles fue golpeado en la cara por Gordon con un fuerte puñetazo que le lanzó contra el suelo ante el estupor de Peter y Nerel.
El muchacho de Oumeya no pudo contenerse, allí estaba el causante de todo su dolor y frustración. Le había visto venir y ese maldito cabrón le miraba con total tranquilidad .¡Como si no hubiera tenido parte alguna en destrozarle la vida!.
-¡Maldito bastardo! -.Le gritó su agresor casi tartamudeando de la cólera que sentía -.¿Qué le hiciste en Yumlaiance, eh?. ¿Qué asquerosa treta has empleado con ella?. Alguna de tus malas artes. ¿Verdad?. ¡Voy a partirte la cabeza!...
Yener, aun en el suelo, se tocaba el labio inferior manchado por su propia sangre. Había sentido claramente las intenciones hostiles de ese chico hacia él pero decidió no hacer nada por evitarlo. En parte ese muchacho llevaba razón. No es que él empleara ninguna treta pero comprendía el daño que había recibido su agresor y la rabia que le dominaba .Además, no podía defenderse y verse envuelto en una pelea que de seguro terminaría muy mal, fuera cual fuera el resultado. Y sobre todo en esos momentos en los que las prioridades eran desgraciadamente otras, mucho más preocupantes.
- Cálmate Gordon - le pedía Peter tratando de sujetarle, en tanto Nerel se interponía entre Yener y ese belicoso chico que se encontraba fuera de sus casillas. Por fin el Yumlaincer se levantó dirigiéndose a su atacante y dijo con tinte humilde y sereno- .
- No he hecho nada que haya originado esta situación. Yo no obligaría jamás a nadie ni le manipularía para conseguir algo así.
-¡Eres un maldito embustero! - .Escupió Gordon tratando de soltarse y merced a su gran fuerza física, casi lográndolo, pese a que el propio Nerel ayudaba ahora a Peter a contenerle -.
- Basta - intervino el nataclier tratando de serenar los ánimos con su habitual sangre fría y pragmatismo - .Esto no nos lleva a ninguna parte. No es momento de pelear entre nosotros, el enemigo está ahí fuera .En el espacio, todos somos oficiales y soldados y tenemos un deber que cumplir.
- Nerel tiene razón,¡ por Dios Gordon!. ¿Qué demonios te pasa?,- le inquirió Peter -.
Su amigo se calmó poco a poco cediendo en su afán por liberarse. Aunque de momento no contestó, delante de ese mal nacido yumlaincer no estaba dispuesto a humillarse. Yener fue apartado rápidamente de allí por Nerel. El de Yumlaiance aceptó marcharse no sin antes añadir, dirigiéndose a los tres muchachos de Oumeya.
- Mucha suerte .Si estáis en apuros llamadnos.
-¡Llamaría antes a Tirelius! . ¡Seguro que él es de más confianza que un ladrón miserable como tú!- .Espetó Gordon escupiendo al suelo con manifiesto desprecio- .
El yumlaincer se detuvo y quedó mirando a su agresor con gesto atónito, hasta que su compañero nataclier tiró de uno de sus brazos e insistió.
- Vámonos de aquí Yener, será lo mejor.
Ambos se alejaron finalmente del lugar mientras Gordon le perseguía con sus imprecaciones en voz alta .Para ser escuchado por cualquiera que pasara cerca.
-¡Mucho guerrero de monasterio y mucho título pero realmente es un maldito cobarde. Cuando esto termine ,si es que conseguimos volver con vida, ya te arreglaré cuentas!.
-¿Estás loco? - .Le espetó Peter, entre enfadado y asustado por aquel irracional comportamiento- .¿Qué te ha hecho para que le ataques?, además. Tú no sabes lo que dices.¡ No le has visto pelear!.
- Me da igual las tonterías de las que presume- repuso Gordon- .Yo le he partido la cara de un solo golpe y con sus cacareadas técnicas de intuición ni siquiera lo ha advertido.
-¡Claro que sí- terció Kyra con un cortante e indignado tono de voz, extraño en ella- .¡Gordon, no seas niño! .Él ha presentido tu ataque sólo que no ha querido impedirlo. Sabe lo que te ocurre y yo también.
Peter miró a ambos desconcertado .¿Qué demonios estaba ocurriendo allí?. ¿Acaso era el único que no sabía de que iba aquel tema?. Estaba claro que su amigo no habría agredido a Yener de no mediar una buena razón. Nunca se habían caído bien, pero esto era excesivo. Aunque a poco que pensó enseguida cayó en la cuenta. Y para acabar de dejarle más preocupado y refrendarle la conjetura, su amigo no pudo reprimir más su llanto y sólo susurró a través de balbuceos.
-¡Él me la ha robado! .Tanto tiempo, tantos años juntos conociéndonos, compartiendo vivencias, ilusiones y cuando consigo que por fin corresponda a lo que yo siento, aparece ese maldito mamón. ¿Por qué demonios tuvo que elegirnos a nosotros entre todos los seres del universo?.
Peter seguía con la boca abierta y Kyra finalmente le inquirió a Gordon.
-¿Ella ha roto contigo, verdad?.
-¿Te refieres a mi hermana?.- Exclamó Peter sin, pese a todo, poderlo creer -.
Su amigo tan sólo pudo asentir con la cabeza que ocultaba ahora entre sus manos. Entonces Peter se amonestó interiormente por su lentitud en comprenderlo todo, ¡estaba claro!. Su amigo siempre estuvo enamorado de Gina .Bueno, por lo menos desde que esta creció y se hizo una atractiva jovencita .Ya en la Academia se le notaba que iba tras de ella .Al principio como buenos amigos y después con pretensiones de llegar a ser algo más y cuando lo había conseguido apareció Yener...
- Lo siento - .Declaró Peter abatido y apenado por su desdichado amigo -. Sé lo que mi hermana significa para ti pero no se puede mandar en los sentimientos de las personas. Comprendo como te sientes pero ahora no tenemos tiempo para esto Gordon. Nuestro deber es lo primero. Y ahora no estás en condiciones de mandar una nave.
- Lo estaré- pudo replicar él interpelado tratando de rehacerse -.Te lo prometo .Sé que tienes razón. Pero sabré comportarme como un oficial de Oumeya cuando llegue le momento.
- No me cabe duda - le sonrió su amigo tratando de levantarle el ánimo - .Pero tu nave aun no puede partir. Aguarda tu oportunidad y cálmate mientras tanto.
- Si Gina me hubiese visto seguro que se avergonzaría de mí - susurró Gordon con un hilo de voz- .
- No tienen por qué saberlo, no le diremos nada - .Intervino Kyra de modo conciliador y más sosegado, como correspondía a su costumbre - .Ni tampoco lo harán Yener ni Nerel. Quedará entre nosotros pero, ¡por favor!, debes olvidarte de esto.
- No puedo Kyra- negó él con la cabeza - .Al menos no ahora, no así de pronto .Necesito tiempo...
- Tendrás tu tiempo - le respondió ella con amabilidad- .Ya verás como eso lo cura todo.
- Debemos irnos amigo mío - .Añadió Peter que le insistió - .Prométeme que seguirás bien.
- Te lo prometo- .Aseveró Gordon- .Puedes confiar en ello. Mientras dure esta emergencia sólo pensaré en defender a nuestra confederación.
Su amigo asintió, no le gustaba aquella matización, pero no podía pararse a exigirle a Gordon nada más .Él y Kyra le abrazaron afectuosamente y corrieron rumbo a su nave .Yener y Nerel entre tanto ya estaban embarcándose en una lanzadera que les llevaría hacia su destino en el espacio. El crucero de ataque Aldebarán .Las asistencias de la nave iban a ocuparse de curar a superior pero Yener les dijo que no era necesario, él mismo sanó su herida con su disciplina de curación. Mientras, Nerel le comentaba diríase que hasta divertido, a su interlocutor.
- Ese tipo estaba enfadado de verdad.
- Y no puedo culparle - repuso Yener que a renglón seguido admitió, incluso con simpatía hacia su rival - .En su lugar habría hecho lo mismo.
- Ahora no importa - .Declaró más seriamente Asety zanjando la cuestión- .Tenemos otras cosas de las que preocuparnos. -
Yener convino en ello con un asentimiento de cabeza. En breves momentos estarían a bordo de la nave y desde allí partirían hacia la línea de concentración de la gran flota combinada. Entre tanto, las naves de los androides estaban llegando al límite del sistema de Casiopenae. Habían salvado la gran distancia que les separaba de él de una forma increíblemente rápida. Los casiopeanos no esperaban la llegada del enemigo tan pronto, pero, pese a ello, estaban listos con todas las fuerzas que les quedaban para atacar. Entonces estos enviaron un mensaje de ultimátum claro y contundente.
- Rindan sus fuerzas y entréguense .O serán destruidos.
El almirante de la flota lo puso en conocimiento de Tirelius.
- Ordene a las naves apuntar hacia el enemigo y abrir fuego a discreción cuando esté a tiro- .Indicó el general por toda respuesta -.
- Si señor - .Acordó el almirante transmitiendo la orden a sus naves -.
Cuando los androides estuvieron lo bastante cerca la flota de Casiopenae comenzó su ataque. Lograron incluso destruir unas pocas naves enemigas pero el resto fue intocable. Parapetadas tras sus escudos de energía repelían todos los ataques, ni misiles de antimateria, ni rayos gamma, ni láser de alta intensidad. Nada hacía efecto contra esas defensas. Y al poco tiempo comenzó el letal contraataque, oleadas de energía de plasma y láser barrían una a una a todas las naves casiopeanas con precisión quirúrgica.
- Señor- ,notificó angustiosamente uno de las capitanes de un destructor estelar al almirante- .¡No tenemos nada que hacer, rechazan nuestros ataques como si nada! - ..
- Ordene que despeguen todos nuestros cazas -.Repuso tajantemente el almirante- .Intentaremos destruir sus escudos o buscar alguna grieta en ellos .Y levanten nuestras defensas al máximo.
Se procedió tal y como mandara el jefe de la flota, pero sin ningún resultado. Los cazas fueron destruidos o bien por sus homónimos androides o por las defensas de las naves de estos. Incluso los escudos de las naves de Casiopenae eran ahora del todo inútiles. Sus adversarios simplemente los desactivaban de alguna manera. Antes de lanzar sus ataques enviaban unos misiles que al estrellarse contra la pantalla protectora la anulaban. ¡Casiopenae estaba perdida!. Las bajas de sus naves ascendían ya al ochenta por ciento y el propio Tirelius espantado por aquella masacre, llamó a consulta al senador Gailus que estaba domiciliariamente arrestado. Éste apareció en la pantalla del comunicador y el general se dirigió a él diciendo con voz amable y resignada.
- Estimado senador. Ahora no hay tiempo para disculpas ni reproches .Lo que hice mal no puedo deshacerlo .Atacaré al enemigo con mis últimas naves y si eso falla le autorizo a usted a rendir nuestro mundo.
- Piense lo que va a hacer. ¡Es un suicidio! - .Le pidió el senador evidentemente preocupado -.
Tirelius se permitió esbozar una leve sonrisa y añadió con tranquilidad aunque de modo solemne.
- Mi deber como militar es luchar. El suyo como diplomático hallar la paz. Si yo fracaso será su turno.- E incluso se permitió añadir con un último toque de humor cínico del que siempre había hecho gala - .Debería alegrarse, al fin va a poder librarse de mí.
Durante unos segundos el senador no contestó. Por fin declaró en tono más amistoso y sincero.
- Buena suerte general.
Tirelius asintió despacio y cortó la comunicación. Sabía que iban a ser sus últimos momentos y pasó revista a su vida en un abrir y cerrar de ojos, hijo de una familia de clase media medró en la carrera militar gracias a su vocación. Se distinguió desde muy joven en acciones de relevancia en el terreno de la exploración espacial y alguna que otra escaramuza contra mundos rivales y eso le sirvió para ascender y ganara honores a muy temprana edad. Al poco tiempo aprovechó a entrar en la política y con su carácter fuerte y carismático obtuvo enseguida el apoyo y la confianza de los defensores de una Casiopenae fuerte, al margen de las convenciones de la Confederación. Lo demás fue sencillo, aprovechando una época de cierta inestabilidad y de pérdida de prestigio a nivel planetario se presentó a las elecciones de su mundo avalado por su hoja de servicios y fue elegido. En honor a la verdad cometió muchos errores pero siempre tratando de servir a su planeta. La ambición llegó a cegarle en ocasiones y también su orgullo, para qué iba a negarlo, pero esas mismas cualidades fueron las que le hicieron subir hasta la cumbre. Ahora que divisaba lo inevitable de su caída solo lamentaba que su mundo fuera a pagar las consecuencias. Pero no se rendiría, ¡eso jamás!, de él se podrían decir muchas cosas, la historia a buen seguro que le juzgaría, puede que no para bien, pero nunca diría que el general Tirelius fue un cobarde cuando tuvo que enfrentarse a su destino. No como su ridículo cónsul al que había obligado a embarcarse junto a él y que solamente sollozaba quejumbroso en un rincón del puente, lamentándose de su inexorable destino. Así meditó durante unos momentos para decirle a su patético subalterno:
- No es un mal momento para demostrar un poco de dignidad. Deberías estarme agradecido por esta oportunidad.
Y sin esperar respuesta de aquella masa convulsa y sollozante a la que su cónsul había quedado reducido, respiró hondo y transmitió sus últimas órdenes conectando con el resto de sus naves y arengándolas para el asalto final.
-¡Por el honor de Casiopenae!. Listos para atacar. Fuego a discreción.
Todos sus oficiales convinieron en ello .Aquel era un ataque suicida, pero su propio general les daba ejemplo luchando a su lado en cabeza de las fuerzas .Así, los destructores se lanzaron contra sus enemigos disparando todas sus baterías, que, como no podía ser de otro modo, hicieron un inofensivo impacto contra los escudos enemigos .La respuesta fue fulminante, en poquísimos minutos fueron cayendo una tras otra las naves que restaban de lo que hasta hace muy poco fuera la orgullosa flota de Casiopenae. Tirelius y su cónsul fueron destruidos junto a los demás y esa noticia llegó al senador Gailus que, haciéndose cargo del gobierno, ordenó la rendición del planeta y de las pocas naves que le quedaban.
- Muy bien -. Respondieron los androides- .Dispónganse a ser abordados por nuestros efectivos.
En la sala de mando de la insignia mecanoíde todo era satisfacción, al menos por parte de Carnalsk y de su Hialgasth de confianza, éste último siseó.
- Ahora les toca el turno a la Cuádruple Alianza y afines.
- Si, la ofensiva contra Casiopenae ha sido todo un éxito -.Reconoció su acompañante- .Y me he ocupado de eso. Nuestros espías me han informado que la flota combinada de nuestros enemigos ha tomado posiciones defensivas. Gran Maestro- añadió en tono más elevado dirigiéndose al cerebro de los robots -. Los de Oumeya se dirigen hacia aquí para ayudar a sus ex aliados. Deberías enviar una fuerza disuasória para tantearles.
- No veo la necesidad lógica de hacerlo -. Respondió el ordenador que aseveró sin paliativos - .No son un peligro para nosotros. Si vienen serán destruidos.
- Ya, es cierto- .Concedió Carnalsk que seguidamente razonó -.Pero, por otro lado, si destruyes parte de sus naves con una avanzadilla de forma que puedan ver el gran poder que controlas el resto se rendirá y eso ahorrará tiempo y energía.
- Eso es lógico- sentenció la computadora añadiendo - .Enviaré una pequeña parte de mis fuerzas.
Carnalsk se permitió esbozar una siniestra sonrisa de triunfo mientras asistía a la toma del planeta Casiopenae por parte de los androides. Sus planes iban rodando bien. Cuando el enemigo se rindiera los suyos tendría vía libre hacia los mundos de la Cuádruple Alianza. Aunque aun deberían hilar fino y tender su trampa, solo necesitaba un poco más de paciencia y aguardar.
Por su parte, la flota combinada estaba reunida casi en su totalidad. Por las transmisiones que les llegaron de Casiopenae supieron lo ocurrido. Graham propuso acudir a ayudarles pero Pier se negó con tono apesadumbrado argumentando.
- Nada podemos hacer. Las transmisiones que hemos conseguido captar de las naves Casiopeanas decían algo sobre que sus escudos eran literalmente anulados .En cambio, los del enemigo eran infranqueables.
- Al menos deberíamos mandar algunas naves de patrulla para informarnos de su posición exacta- .Sugirió Graham- .Se mueven a una velocidad endiablada y podrían dirigirse hacia aquí, ahora que han derrotado a las fuerzas de Tirelius.
- En eso estoy de acuerdo.- Convino Pier- .Enviaremos un pequeño grupo de naves para identificar su posición y tratar de averiguar sus posibles movimientos. La flota de Yumlaiance y sus aliados estará a punto de completarse también. Les informaré de nuestra idea.
Dicho y eso, se pusieron en contacto con sus aliados y acordaron mandar una escuadra de naves para reconocer el espacio circundante. No pasó mucho tiempo hasta que completasen la ronda .Los alrededores parecían estar en calma y el enemigo no daba señales de su presencia. Pese a ello, se decidió convocar una asamblea general de mandos de la flota a la que asistieron Pier, con Graham en calidad de segundo. Los almirantes al mando de las flotas aliadas y Yener, Peter, Kyra, Nerel y Seilin, al ser los únicos que habían podido infiltrarse durante tanto tiempo entre las líneas enemigas. Se habló largo y tendido sobre el potencial androide y la manera de poder contrarrestarlo. Los muchachos, a preguntas de los diferentes mandos, contaron una vez más sus peripecias a bordo de la nave de Casiopenae. Y cuando le tocó el turno a Seilin, esta fue preguntada por los sistemas defensivos y ofensivos de los robots.
- Por lo que pude descubrir- .Respondió la chica- .Se basan en una enorme cantidad de energía. Sus naves deben tener unos generadores enormes. Creo que se mueven por antimateria. Sus escudos son muy poderosos y sus armas principales están compuestas por plasma de alta intensidad .También poseen rayos lásers y una especie de torpedos destructores de escudos.
- Explique eso con más detalle - .Le pidió el Almirante nataclier -.
- Si señor. - Asintió ella pasando a exponer -.Se trata de un arma revolucionáriamente nueva. Basada en unos haces de partículas positrónicas, estas se reequilibran con los electrones que componen nuestros escudos electromagnéticos.
- En otras palabras- terció Yener captando de forma instantánea el concepto -.Es como si se comieran nuestros escudos. Los hacen desaparecer.
- Simplemente los anulan- matizó Pier -.
- Pues tendremos que hacer algo- .Intervino el almirante de Yumlaiance- .De lo contrario estaremos perdidos de antemano .No podremos presentarnos ante ellos para entablar combate.
- Nosotros puede que tengamos la solución- terció el almirante de Akaplar -.
- Pues diga usted lo que sea- le pidió Pier expectante como el resto al añadir -.Somos todo oídos.
- Unos científicos de nuestro mundo aliado de Arsany han estado trabajando precisamente en eso.- Comentó el almirante- .En esencia se trata de invertir la polaridad del campo electromagnético.
- Lo que produciría unos escudos positronicomagnéticos.- Dedujo Nerel -.
- Si, cuando esos tipos nos atacasen tratando de destruirlos lo que harían sería reforzarlos más aún.- Sonrió Yener completando el argumento -.
-¿Puede hacerse?-. Inquirió Graham visiblemente interesado y deseoso de que así fuera -.
- Si, podría hacerse pero nos haría falta tiempo - contestó el Akapler- .Desde que recibieron los informes de nataclia nuestros científicos están en ello desde hace ya bastante y todavía tienen problemas técnicos que resolver.
- Pues el tiempo apremia- .Objetó Pier con un tono que enfriaba aquel incipiente optimismo que había surgido entre ellos- .Y seguramente que no disponemos de mucho.
-¿Cuánto podrían tardar en llegar hasta aquí?.- Quiso saber el almirante Ciloner -.
- Pues a una velocidad de crucero normal unos cuatro días.- Calculó su colega de Nataclia -.
- Eso depende de si usan o no sus traslación espacial - .Recordó Nerel -. El problema principal es que disponen de una técnica capaz de abrir sus propios pasillos inter espaciales programados.
Todos le miraron con la boca abierta .Y Seilín se aprestó a explicar de modo más conveniente aquellas palabras de su compañero y superior.
- Como muchos de ustedes ya saben- miró de hito en hito a los presentes, sobre todo a su propio almirante para añadir - .Esos androides tiene una gran tecnología. Han desarrollado con éxito un salto espacial aun más rápido que el hiper espacio convencional. La diferencia es que con el salto se trasladan en cuestión de pocos minutos de una zona a otra del Cosmos, sin que al parecer importe la distancia .El hiper espacio dura en ocasiones minutos, pero depende del viaje .Si es para una distancia inter galáctica se tardan muchas horas o días.
- Claro- dijo Peter- .Así conseguían burlarse de nosotros .Ahora entiendo aquellas fluctuaciones tan enormes de ondas alfa.
- Eso mismo- .Añadió Seilin - .Esa técnica de los androides tiene un inconveniente también. Exigen muchísima energía que sus fuentes son capaces de producir pero incluso para ellos es arriesgado. Cuando estuve a bordo de sus naves y practicaron aquello sus defensas quedaron anuladas por un buen espacio de tiempo, al igual que sus armas, hasta que pudieron regenerar la energía. Además de delatarse en el momento de reaparecer, por el enorme rastro de ondas Alfa que dejan.
- Claro- .Convino Kyra que agregó -.Si una sola de esas naves tan grandes precisaría una energía tremenda y emitiría una cantidad de ondas alfa increíble, la flota entera es ya algo impensable .Ahora sé lo que sentí en el Sistema Oneghanis. ¡Ellos estaban allí, pero no podíamos verles ni detectarles!.
- Si- admitió Peter con admiración - ,¡desde luego tus sentidos van más allá de la mejor tecnología!.
Su compañera se limitó a sonreír agradeciéndole el cumplido, los demás se miraron entre sí, dedicándose a intercambiar caras de reflexión
- Entonces debemos trazar un plan- .Declaró Pier- .Cada minuto cuenta, pues no sabemos lo que podrán tardar en atacarnos a nosotros.
- Quizás no lo hagan señor- .Intervino Seilin que justificó su idea del modo siguiente - .Bajo su punto de vista no somos una amenaza y no buscan dominar planetas. Tan sólo perfeccionarse.
- Que extraño - .Dijo Graham sin llegar a entender como era eso posible -.
- No, al contrario, es muy normal- .Rebatió Nerel argumentando -.Son máquinas y tendrán un programa directriz que les pida una continua mejora de sus prestaciones.
- Quizás podamos estar tranquilos después de todo - .Terció el almirante Akapler pareciendo más aliviado -.
- Yo no lo creo- negó seriamente Yener que remachó -.Todos estamos olvidando un detalle bastante importante....
Con todas las miradas pendientes de él. El yumlaincer dijo de qué detalle se trataba.
- Esos androides podrán ser inofensivos por si mismos. Pero son aliados de los Nephralers. Nuestros amigos de la federación de mundos de Oumeya no les conocen, pero a los demás no necesito decirles como son esos tipos.
Un silencio grave se extendió entre los miembros de la Cuádruple Alianza .Kyra convino con las palabras de Yener contando su propia experiencia.
- Cuando me capturaron me sometieron a un terrible interrogatorio psíquico .Sobre todo por parte de uno de ellos .¡Fue terrible!, creí que me destrozaría la mente.- Confesó aun turbada por los recuerdos -.
- Entonces tenemos dos graves problemas - .Declaró Pier apremiándose a sí mismo y al grupo - .¡Señoras, Caballeros, entre todos deberemos encontrar las soluciones adecuadas y de la manera más rápida posible!.
Y todos asintieron dispuestos a pensar en algún plan que les diera el tiempo y la capacidad suficientes como para salir victoriosos de aquella dura prueba. Pero no iba a ser nada fácil, pues a cada segundo que pasaba se cernía sobre ellos la terrible amenaza de la destrucción que había sufrido la flota de Casiopenae y la traumática rendición de su mundo, que podría ser la premonición del fin de la Confederación y sus aliados.
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