sábado, 5 de marzo de 2011

UNC 50

23/Capitulo 50.El terrible rayo de destrucción.


Seilin fue la primera en comprender horrorizada lo que sucedía. Nerel, viendo su expresión enseguida le preguntó con precaución, a fin de dominar su desconcierto.


-¿Qué ocurre?. ¿Acaso no estaban dañadas todas sus naves?.
- Creo que esto es parte de un dispositivo de seguridad- repuso ella- .No pensé que fuera posible sin el gran ordenador, pero sus naves principales pueden, en un momento dado, ejecutar las instrucciones de ensamblaje y disparo contra el principal objetivo de suficiente tamaño que tengan delante. En este caso se han dirigido hacia el planeta más próximo. Oumeya.
-¡Oh no!- .Exclamó su superior, perdiendo por unos instantes su tradicional calma, que pronto recobró al añadir más pausadamente - .Tenemos que informar de esto a la confederación y a nuestros aliados de la Cuádruple Alianza.


Seilin estaba desolada, su trabajo era pensar en todo, tener en cuenta todas las posibilidades y no dejar suelto ningún cabo. Ella creía haberlo hecho y ahora se daba cuenta de que no. Y este error podía costarle la vida a millones de personas. Nerel, lleno de agudeza como siempre, enseguida se apresuró a ir en su descargo.


- No contamos con esta posibilidad, me temo que en el nastralsy hemos cometido un error de graves consecuencias. Pero nadie podía haber supuesto esto.
- Es responsabilidad mía, yo estaba dentro y la probabilidad era real cuando liberé los virus.- Pudo decir conteniendo su pesar en lo posible -.
- No había otra opción. O eso o ser completamente barridos por ellos y después les hubieran llegado el turno a nuestros mundos, es cruel pero visto así, vale más un solo planeta que decenas de ellos. Entre los cuales está el nuestro.- Replicó tajantemente Nerel sin concederle el más mínimo plazo para la auto censura y añadió con idéntica contundencia -.Y Oumeya todavía no está destruido. Hay que dejar de lado cualquier otra cosa que no sea pensar en impedir que eso suceda.
- Si señor - .Afirmó Seilin más que reconfortada, sintiendo como si un enorme peso se aligerase sobre su conciencia al tener la oportunidad de reparar el daño antes de que se cometiera -.


Y sin pérdida de tiempo emitieron el aviso radiándolo a todas las naves. Yener, Peter, Gordon, Pier, Graham, así como el resto de oficiales y tripulantes quedaron horrorizados. Aun no se habían recobrado del desgaste físico y psíquico de la batalla, los heridos y muertos todavía estaban siendo trasladados y precariamente atendidos. Empezaban apenas a reparar a duras penas los cuantiosos desperfectos de sus respectivas naves y ya tenían sobre ellos otro reto igual de terrible. O pudiera ser que peor. Estaba claro que había que impedirlo, pero ¿cómo?. Todos hacían rápidas cábalas mentales en busca de una solución.


- Destruyamos esas naves - .Propuso Peter de inmediato -.
- Es inútil - .Respondió Seilin por el intercomunicador - .Con el campo magnético tan enorme que generan en los momentos previos al disparo nuestros rayos y torpedos serían atraídos e incorporados a su vórtice de fuego.
-¡Maldita sea! .¿Entonces qué podemos hacer?- .Inquirió Gordon desde la nave de su amigo- .
- Estoy pensando - terció Yener que añadió preguntando a su vez - .¿Puede usted avisar a su mundo coronel Larans?.
- Si, enseguida me pongo en contacto con Oumeya - respondió éste que ya era general. Yener lo desconocía pero, de todos modos, a Pier ni se le pasó por la mente corregirle, puesto que no era ese momento para puntualizar cosas tan absurdas, el destino de todo un mundo estaba en juego - .
- Pero tan sólo conseguiremos crear un pánico terrible en nuestros conciudadanos.- Conjeturó Kyra con preocupación - .Y eso no serviría de nada.
- Te comprendo - .Declaró Nerel - .Si son destruidos por lo menos les ocurrirá en una décima de segundo sin darles tiempo a sufrir, de lo contrario, estarán desesperados durante el tiempo que tarde el rayo en destruirles.
- Aunque sea así, es mejor que evacuen a todos los ciudadanos posibles .¿No crees?.- .Rebatió Peter con tono dolido e incluso indignado, por la aparente frialdad analítica del nataclier -.
- El problema es que no cuentan con ninguna nave.- Le respondió su padre con pesar - .Todas las que había, incluidas las comerciales y de pasajeros de mayor porte, fueron incorporadas a nuestras flotas e incluso armadas a toda prisa para engrosar nuestras fuerzas. No llegarían antes que ese ataque del enemigo. Por no decir que, si estaban sufriendo un ataque de una parte de la flota enemiga, esta haya destruido las pocas naves que quedasen.
- Se produciría un pánico terrible si estallasen luchas entre todos los que tratasen de escapar máxime teniendo en cuenta de que esperarían en vano unas naves que no iban a llegar - .Remachó Graham con idéntico sentimiento al de su superior y amigo, dando la razón al de Nataclia que añadió, mostrando ahora más delicadeza y tinte conciliador -.
- No quise dar la impresión de que esas vidas no me importen capitán. Solo trato de mantener al máximo la objetividad, los de mi mundo somos así. Pero crea que nos sentimos igualmente preocupados que ustedes por Oumeya -.
- Es cierto - .Añadió Larus saliendo en defensa de su pareja -.Jamás nos tomaríamos esto a la ligera.
- Discúlpame, estoy muy nervioso - .Se excusó Peter ahora con más serenidad -.
- Es comprensible amigo, todos lo estamos - Intervino Yener que añadió tratando de animar también al resto -.Pero lo evitaremos, no te quepa duda.
- La pregunta es como –.Declaró Gordon en tono reflexivo y preocupado -.


Todos guardaron un silencio sepulcral, dejando translucir sus caras de impotencia a través de las pantallas por las que estaban en contacto en frecuencia cerrada al resto de la flota. Los respectivos almirantes de las potencias de la Cuádruple Alianza no habían intervenido aun. Bien porque sabían el poder que manejaba aquel ingenio androide, o bien por que esperasen oír alguna idea de la que ellos carecían.


-¿No podemos impedir directamente que dispare?.- Intervino entonces Larus rompiendo aquel tenso ambiente -
- La secuencia de tiro es irrevocable una vez se pone en marcha - .Le explicó Seilin -.
-¿Cuánto tiempo tardará en disparar y alcanzar Oumeya?- .Quiso saber Peter -.
- El disparo se efectuará en pocos minutos. Dos a lo sumo - repuso la nataclier que ya tenía efectuados los cálculos -.Y el tiempo estimado de impacto a la velocidad de la luz será de unas tres horas- .Remachó en tiempo de Oumeya para que a los miembros de la confederación, principales interesados, les quedase más claro -.
-¿Y qué podemos hacer?.- Preguntó Gordon con un tinte desesperado -.
- Tan sólo podríamos tratar de desviar el rayo -, propuso Pier -.
- Es imposible, para desviar eso se precisaría una fuerza de gravedad similar a la producida por un agujero negro, no olvidemos que a fin de cuentas ese rayo es un elemento luminoso –calórico compuesto de fotones- .Rebatió Larus tomando la palabra nuevamente en la conversación - .
- Pero quizás, si empleásemos algo distinto- conjeturó Delaier que se mantenía también a la escucha junto a sus superiores -.
-¿El qué?,- quiso saber Yener -.
- No sé si será una idea plausible -. Objetó la muchacha que no parecía muy segura -.
- No tema, diga usted lo que sea, mayor - .Intervino el propio Almirante yumlaincer -.
- En estos momentos estamos dispuestos a escuchar cualquier cosa, no se preocupe- .La animó el almirante de Ciloner, metiéndose en la charla también -.
- Creo que ese rayo podría ser detenido por algunas de nuestras naves, interponerlas en su campo de acción una vez evacuados los tripulantes y que estas sean destruidas absorbiendo el impacto.


Los demás se miraron entre sí, con los compañeros de sus respectivas naves, como si aquella fuera la salvación.

- Es una buena idea - .Valoró efectivamente Seilin aunque enseguida le objetó - .Pero dada la potencia del rayo, diseñada para volatilizar un planeta, desgraciadamente no serviría de gran cosa. Desintegraría cuantas naves pusiéramos en su camino y seguiría su curso como si nada.
-¿Y con algo mucho más grande?,- terció Yener tratando de sacar partido de aquella propuesta que parecía, pese a todo, lo único viable - .Un asteroide o algún planetoide que pudiéramos desviar hacia el punto de colisión.
- Merece la pena probarse, quizás incluso el rayo choque con alguno en su trayecto - .Repuso aprobatoriamente Nerel- .
- Si, ese rayo está preparado para hacer blanco sobre mundos más cercanos. Oumeya le coge bastante más lejos de lo habitual y si sufriera una desviación, o un retraso de nanosegundos por mínimo que fuera, es probable que no acertase.- Comentó Seilin más animada -.
-¡Claro. Oumeya continuaría con su órbita y se apartaría de su trayectoria!- .Convino el almirante de Nataclia -.
- Entonces puede fallar- conjeturó Pier -.
- Podría ser alterado, pero lo veo difícil, la nave fija el blanco con mucha precisión y aunque el virus esté activo desde luego no hay garantía de que afecte a la telemetría. Al igual que no ha afectado al mismo mecanismo de disparo.- Dijo Seilin con realismo, bajando un poco la animación reinante -.
- De todas formas yo no quiero arriesgarme a que falle o sea interceptado por un asteroide ocasional lo suficientemente grande y supongo que los demás tampoco. Si podemos hacer cualquier cosa para frenarlo o desviarlo debemos probar. - Intervino Gordon con decisión.


Los aliados estaban obviamente de acuerdo, en esos instantes el gran vórtice de energía formado en el ensamblaje de las cuatro naves emitía su disparo, una poderosísima ráfaga de plasma que, afortunadamente para todos les cogía bastante alejados. Con todo muchas naves vibraron con violencia pese a tener conectados sus escudos.


-¡Su potencia destructiva debe ser terrible! -. Exclamó Graham pues su nave fue una de las que se balanceó peligrosamente con la sola onda de aquel rayo -.
-¿Y ahora qué?- .Inquirió Peter - .En menos de tres horas llegará a Oumeya. Nuestras naves tendrían que pasar al hiperespacio para al menos alcanzarla.
- No se puede ir más deprisa que la luz en espacio convencional - convino Kyra - .Tendríamos que usar canales subespaciales para atajar diferencia y adelantar a ese haz.
- Lo haremos - .Afirmó Yener dirigiéndose a su superior- .Almirante, pido su permiso para pasar al hiperespacio en treinta segundos.
- Concedido. ¡Buena suerte Rant! .- Añadió este sin dudar. -
- Nosotros nos uniremos - se brindó Peter- .Con al autorización del mando claro - .Añadió dirigiéndose obviamente a su padre- .
- La tenéis- concedió Pier- .Confiamos en vosotros, haced lo que podáis.
- Vamos con vosotros si usted no se opone señor. - Se ofreció Nerel aludiendo a su jefe de flota –¡Adelante! - .Le respondió rápidamente éste, no queriendo ser menos que su colega yumlaincer ni Pier.-
- Muy bien, entonces sincronicemos relojes antes del salto- les indicó Yener -.



Todos pusieron sus cronos a la misma hora y cumplido el plazo de espera sus naves saltaron al hiperespacio. Al cabo de unos instantes reaparecieron en una zona del espacio por la que aquel rayo debería pasar en su inexorable camino hacia Oumeya .Peter fue el primero en decir.


- Según los cálculos de nuestro ordenador ese rayo pasará por aquí dentro de una hora. Tenemos ese tiempo para encontrar un medio de detenerlo.
- O de cambiar su curso - .Añadió Nerel que, pese a su pragmática objetividad quiso alentar a sus compañeros - .Aunque ambas cosas son casi imposibles, no debemos desanimarnos.
- Eso está claro, es necesario que pensemos en algo por el bien de nuestro planeta- .Intervino Kyra que sintió algo extraño pero no quiso decir nada, pues fue como un flash - .
- Si nuestro porta naves proyecta una pantalla de energía quizás el rayo rebote en ella- . Propuso Yener -.
- No creo que sea factible - rebatió Larus- .Además de no tener la capacidad suficiente de por sí para hacerlo, nuestra energía está muy debilitada tras la batalla.
- No sé - .Repuso Yener cada vez más desconcertado -.¿Qué otra cosa podemos hacer?..
- Encontrar un meteorito lo suficientemente grande e interponerlo en su trayectoria -. Terció oportunamente Delaier -.
- Pero aquí no se ve ninguno- . Objetó Seilin desde su nave -.
- Nuestros detectores no encuentran nada que nos pueda servir- .Confirmó Peter -.
- Quizás si nos dirigimos hacia otro cuadrante - propuso Gordon a sus amigos, en particular a Peter y Kyra - .¿No os acordáis que cerca de aquí existe un campo de asteroides donde íbamos a hacer prácticas?.
- Si, es verdad - corroboró Tania - .Yo también iba cuando me entrenaba. Hay muchos asteroides.
- Recemos porque exista uno lo suficientemente grande y podamos remolcarlo - terció Nerel -.
- Entre nuestras tres naves, tal vez si unimos nuestros rayos tractores a la máxima potencia lo consigamos. - Especuló Yener -.


Así pues todos se dirigieron hacia esa zona pero enseguida se desanimaron. Efectivamente allí existían muchos asteroides, incluso localizaron unos cuantos de apreciable tamaño que quizás podrían servir, pero precisamente por ello y aun consiguiendo remolcar uno de ellos, tardarían más de dos horas en llevarlo hasta un rumbo de colisión con el rayo y para entonces éste habría pasado ya e impactado contra Oumeya.


-¡Mierda! - .Espetó Yener- .Es imposible conseguirlo a tiempo.
- Aun podemos hacer otra cosa - .Comentó Seilin - .Interponer una sucesión de rocas menores para ver si podemos ir debilitando ese rayo.
- No tenemos nada mejor, así que yo voto por hacerlo - declaró Nerel -.
- Yo también- convino Peter -.
- Y yo.- Añadió Yener arengando - .¡Vamos allá!.


Y las tres naves se afanaron en captar cuantos más aerolitos mejor. Ninguno superaba el kilómetro de diámetro aunque se colocaban en una larga hilera en la ruta por la que, según los ordenadores de las naves, pasaría aquel rayo.

- Ahora tan sólo nos queda esperar- sentenció Kyra lanzando un largo suspiro -


La totalidad de los aliados aguardaron durante los minutos que restaban conteniendo el aliento cuando los escanners detectaron aquella masiva cantidad de energía dirigiéndose hacia allí. Sucedió en cuestión de nanosegundos, el rayo pasó desintegrando literalmente todos los pedazos de roca sin que esto le afectase en lo más minino y prosiguió su avance.


-¿Qué vamos a hacer ahora?,- preguntó Gordon en forma retórica aunque de todos modos ninguno sabía la respuesta- .


Kyra había notado una sensación rara, como si le diese un vuelco al corazón .No sabía el qué ni como, pero presentía que algo iba a ocurrir ,¡algo maravilloso!. Pero sus amigos eran mucho menos optimistas. Vieron alejarse la estela del rayo plasmático con caras largas que expresaban la derrota, estaban completamente abatidos y llenos de pesar.

-¡Yo no me rindo! - exclamó Peter rebelándose con rabia ante esa situación - .Aunque sea dispararé contra eso para tratar de anularlo.
- Sólo conseguirías que el láser y los torpedos que le lanzaras pasasen a engrosar su potencia destructiva- negó Yener cabizbajo -.
-¡Pero no podemos dejar que eso destruya nuestro mundo! - protestó Peter a la desesperada- .
-¿Y qué vamos a hacer?,- quiso saber Seilin- .Ese arma es tan poderosa que nada de lo que intentemos podrá detenerla y sólo le quedan cuarenta minutos para chocar contra Oumeya.
- Hemos de avisar al planeta y que levanten sus escudos al máximo,- terció Larus- quizás estos consigan frenarlo o le haga rebotar.
-¿Y si tratásemos de magnetizarlo para que fuera atraído por otro cuerpo celeste?.- Propuso Tania -.
- No sé, quizás podría resultar- declaró Nerel reflexionando sobre eso- .Si concentramos la polaridad en el rayo a base de torpedos de electrones.
- Sería necesaria mucha potencia de fuego por nuestra parte y lanzarla toda al unísono- .Calculó Yener- .
- No lo veo muy viable- rebatió Delaier con poco optimismo -.
-¡Pues no tenemos otra cosa!- .Espetó Peter con palpable irritación.-


La mayor Delaier y el resto guardaron un silencio entre atónito y finalmente comprensivo, todos estaban soportando mucha tensión que se añadía a los nervios ya rotos, de por sí, tras la batalla. Y en el caso de los oficiales de Oumeya era aun peor pues se trataba de la vida o la muerte de sus conciudadanos e incluso familiares del planeta.


- Lo siento, seguramente tiene usted razón - pudo añadir el de Oumeya ahora más calmado- .
- No se preocupe capitán - le contestó Delaier comprensiva y amable - .Lo entiendo.
- Tengo a mi madre y a mi hermana en el planeta, además de muchos millones de inocentes que morirán sin remedio - .Añadió sombríamente Peter reflejando la angustia de todos -.
- No te desanimes amigo- terció Yener, deseando abrir una puerta a la esperanza - .Aun tenemos media hora, algo se nos ocurrirá.
- Establecida comunicación con Oumeya - informó Tania con tono profesional que emergía de aquel tenso ambiente, capeándolo como podía para mantener la máxima eficiencia -.


En ese instante Lora había recibido la llamada vía subespacio .La presidenta del Consejo de Oumeya pudo ver el semblante de su hijo y resplandeció de felicidad.


- Hijo, ¿qué tal?. Habéis ganado la batalla ¿verdad?.- Exclamó sin poder dominar su alegría -.
- Si mamá- respondió Peter con gesto serio y desde luego nada feliz -.
-¿Qué te ocurre?.- Quiso saber ella al percatarse -.
- Oumeya está amenazada y por desgracia es algo muy grave - .Le respondió su hijo que, sin perder tiempo le reveló lo que sucedía- .
-¿Entonces tan sólo tenemos media hora de tiempo?.- Declaró apuradamente su madre al comprender la gravedad de la situación- .¿Crees que los escudos modificados del planeta bastarán?.
- No lo sé- .Le contestó Peter, no deseando decir lo que en verdad pensaba, seguramente esa comparativamente débil protección no bastaría frente a la arrolladora potencia del ataque enemigo, pero ¿para qué ser tan sincero si nada se podía hacer?, así que añadió - .Solo sé que todos nuestros intentos por anular o destruir ese maldito rayo han fracasado. Tan sólo podemos esperar y rezar porque esta sea la solución.
-¿Y si no lo es?,- inquirió su madre que no quiso insistir al ver el desolado rostro de su hijo que no respondió- .
- Gina y tú podríais iros del planeta, en alguna pequeña nave de la delegación - .Pudo decir éste al fin -
-¿Y dejar abandonada a toda la pobre gente que vive aquí?,- le inquirió su madre con digna severidad - .No puedo hacer eso, y tú lo sabes hijo.- Añadió ahora con más suavidad- .Ni tu hermana lo consentiría, aunque yo intentaré que ella sí se vaya. ¿Desde cuándo sabéis esto? .- Le preguntó -.
- Desde hace casi tres horas- fue la respuesta -.
-¿Y por qué no nos avisasteis?- le recriminó Lora con tono de reprobatoria incredulidad - .Se podría haber efectuado una evacuación.
- No había naves disponibles y cualquiera de las que teníamos en la flota hubiera tardado en llegar más que el propio rayo. No habría habido tiempo ni se habría podido salvar a casi nadie excepto en pequeñas naves sin autonomía para alejarse del planeta y el pánico hubiera cundido.- Le explicó su hijo -.
- Si - .Convino Lora dándose cuenta de que así era- .


Y eso pese a que las naves enemigas que habían estado hostigando Omeya sufrieron el mismo destino que el resto de su flota cuando les llegó el virus. Quedaron sin capacidad de disparo ni defensas, siendo destruidas desde el planeta. Pero antes de que esto ocurriera habían dañado bastante las infraestructuras y apenas si quedaban unas pocas naves de pequeño porte. Todas las naves disponibles lo bastante grandes como para hacer vuelos interestelares se habían unido a la flota, desde luego que nadie hubiera pensado que podría darse esta situación .Se conocía el poder destructivo de aquel ingenio pero no que fuera capaz de descargarlo desde una distancia tan grande.

- Lo siento - .Declaró Peter visiblemente abatido -.Tratamos de buscar todas las soluciones posibles.
- Ahora no hay tiempo para que te lamentes- le sonrió Lora animosa pese a todo- .Vamos a confiar en nuestros escudos. Lo siento hijo pero debo dejarte para ultimar los preparativos.


Y sin más cortó la comunicación dejando a Peter y al resto, con un gran sentimiento de angustia y al mismo tiempo, de admiración hacia la entereza de la presidenta. Durante la conversación, además de las naves de los muchachos el resto de la flota había pasado al hiperespacio para tratar de adelantarse y estaban casi en las cercanías de Oumeya .En un último intento desesperado todas las naves concentrarían su potencia de fuego en un único punto que chocase contra el rayo. Quizás esto le detuviera o desviase e incluso pudiera hacerlo estallar. El riesgo era muy grande pero estaba en juego un mundo entero. Pier contactó con los chicos y les explicó el plan.


- Debemos hacerlo deprisa - les comentó - .Tan sólo restan veinte minutos para que impacte contra Oumeya.
- He informado a mamá- pudo decir Peter que enseguida cambió la acepción- .A la presidenta del Consejo para que levante los escudos del planeta al máximo.


Aunque en otra situación ese desliz hubiera suscitado al menos alguna sonrisa, ahora nadie le censuró que se acordase de su madre en esas dramáticas circunstancias. Todos los miembros de las naves de Oumeya contenían la respiración sufriendo en silencio por sus familias, seres queridos amigos o conocidos que se encontraban en el planeta. Deseaban fervientemente que la estrategia diseñada por el alto mando aliado tuviera éxito. Los minutos pasaban lentos y tortuosos a la espera del rayo que se acercaba por momentos a su objetivo.

- Todas las naves concentren energía y disparen a mi señal - .Ordenó Pier -.


Una vez dispuestas la flota al completo armó sus cañones y lanzadores de torpedos y aguardó la orden de fuego. El rayo apareció ante las pantallas de todos ellos y Pier, al recibir la confirmación del ordenador de a bordo mandó.

-¡Fuego a discreción!....


Las naves al unísono hicieron fuego, un único disparo desde sus cañones principales que acumulaba toda su energía de ataque. Los diversos ataques se fundieron en uno sólo que trataba de crear un rayo capaz de anular aquel torrente de plasma .En menos de un segundo ambos chocaron y por unos instantes pareció que aquel audaz plan iba a tener éxito. Pero desgraciadamente el rayo destructor pudo incluso con la potencia combinada de la flota aliada y continuó su curso, quizás más debilitado, pero aun mortal en dirección a Oumeya.


-¡Maldita sea! - .Espetó Pier dándole un puñetazo a los controles ante la abatida mirada de todos sus oficiales- .
-¡No podemos hacer nada más! - .Sentenció Yener apretando los dientes, también lleno de impotencia y rabia- .Alcanzará el planeta dentro de quince de sus minutos.


También Delaier y Larus se miraron consternados, lo mismo que Nerel y Seilin. Y, por supuesto el resto de los de Oumeya. Y mientras el rayo proseguía su avance pasando impávido ante todas las naves aliadas, incapaces de detenerlo .Quedaban tan sólo diez minutos, y entonces Kyra exclamó. Como si hubiera tenido una inspiración.


-¡Son ellos, ellos arreglarán lo que han causado!..


Todos en su nave la miraron sin comprender .Peter le inquirió.

-¿A qué te refieres?.
- Peter debemos ir ante ese rayo, coloca la nave entre este y Oumeya.
-¿Te has vuelto loca?.- Le preguntó él sin podérselo creer- .¿Cómo quieres que haga algo así?.
- Solo por que yo te lo pido. Confía en mí - .Le respondió ella mirándole fijamente con sus profundos ojos negros - .


Y entonces el muchacho sintió algo especial, no podía explicar el que pero supo que debía hacerle caso a su compañera dando la orden a sus atónitos subordinados. Y la nave se situó en la trayectoria del rayo, a tan sólo cinco minutos.


-¿Qué estáis haciendo?- .Le interrogó Yener anonadado y espantado a la vez- .¡Quitáos de ahí!.
-¡Es de locos! - añadió Nerel con la boca abierta - .¡Pretenden suicidarse, eso no va a servir de nada!.
-¡Hijo, apartaos de ahí!- .Le ordenó Pier -.


Fue Kyra la que le respondió.

- General, confíe usted en mí, no nos pasará nada.
- Esta vez te equivocas - le rebatió él- .Ese rayo os desintegrará y acabará con Oumeya igualmente, con vuestro sacrificio no se soluciona nada.
- Nadie va a sacrificarse general- le contestó la muchacha con una gran confianza- .


El rayo estaba a tan sólo dos minutos de ellos .Ya percibían su enorme potencia que hacía temblar toda sus estructuras .Peter confiaba ciegamente en su amiga y compañera pero comenzaba a pensar que quizás, aunque solamente fuese en esta ocasión, ella estuviera equivocada .¿Lo estaría? .Pronto lo sabrían. De todos modos permitió a todos lo demás tripulantes que se transportaran a las diversas naves que les acompañaban. Nadie dudo en hacerlo, salvo un par de leales que deseaban mantenerse a su lado, pero él se lo pidió de modo tajante dándoles una orden directa que a su pesar obedecieron. De este modo ambos muchachos quedaron solos frente al peligro. Peter no podía evitar sentirse cada vez más asustado ante la inminencia del mortal impacto. Ella quizás leyendo su pensamiento le dio la mano diciéndole animosa.


- No temas, hay fuerzas en este universo mucho mayores de lo que te puedes imaginar.


Y esas palabras, junto con la mirada de Kyra y su proximidad a él ejercían en Peter un poderoso influjo. Eran un bálsamo de maravillosas sensaciones en medio de aquella situación límite. Un minuto para el impacto con el rayo y el muchacho asintió diciendo recobrada con tranquilidad.

- Confío en ti, tú lo sabes .Confío tanto que si salimos con bien de esto quiero pedirte que te cases conmigo.


La chica le miró con una amplia sonrisa añadiendo a su vez.


- Nada me gustaría más....


Y ambos se abrazaron dándose un largo y cálido beso. El rayo estaba encima de ellos y entonces fueron cegados por un intenso resplandor .Todos creían saber que era debido a la intensidad luminosa del plasma pero no era así, pues tenía un tono blanco plateado. Apareció de pronto entre medias de ellos y el rayo ardiente. Todos los componentes de la flota quedaron asombrados cuando el poderoso rayo que ninguno de ellos había podido frenar por ningún medio era engullido por aquella luz que lo hizo desaparecer como si nunca hubiese existido. Otro rayo de tono plateado también, partió alcanzando las cuatro gigantescas naves que permanecían ensambladas haciéndolas desaparecer para asombro de algunos cruceros aliados que se habían desplazado hasta allí para tratar de destruirlas sin que tampoco hubieran tenido éxito.

-¿Pero qué ha pasado?.- Pudo preguntar Gordon aun con la boca abierta -.


Nadie le podía responder, nadie excepto Kyra, ella sonrió dirigiendo su mirada a una imagen de luz que se materializaba en forma humana dejando pasmados a todos.


-¡Habéis venido al fin!- declaró la muchacha con desbordada alegría -
- Era necesario- respondió la figura con un tono cálido y claro -.
-¿Quiénes sois?.- Inquirió Peter atónito -
- Somos los seres iluminados- fue la respuesta de aquella imagen que desapareció tan súbitamente como había aparecido- ...
- Debemos ir con ellos.- Le contó Kyra- .Tú Peter, Gordon, Yener, Gina, Seilín, Nerel y yo. Ellos nos contarán lo que quieres saber. Lo que anhelamos conocer todos.



Y Peter asintió, al igual que el resto de los convocados que, sin saber como, desaparecieron de sus naves y en el caso de Gina del propio planeta Oumeya .La muchacha había sido puesta al corriente de lo que sucedía por su madre y tal y como ésta pensaba se negó a marcharse. Esperaba ya resignada el final de todo cuando sintió algo muy especial en su interior, una sensación de paz y tranquilidad que la envolvió por completo, algo muy similar a lo que experimentase al oír el canto a la diosa Maray que recitara Yener.



Así pues todos reaparecieron en un blanco y resplandeciente suelo que, sin embargo no les cegaba ahora. Aquello tenía un tamaño increíble, empequeñecía incluso las naves androides. Era casi tan grande como el propio planeta Oumeya y envolvía a las naves aliadas que no pasaban de ser meros puntitos oscuros en un mar de blancura resplandeciente .Los chicos se miraron unos a otros sin hablar y después centraron su atención en una figura de luz aparecida ante ellos, que se dirigió al grupo de la siguiente manera.

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