domingo, 6 de marzo de 2011

UNC 63

9/.Capitulo 63.La Reunión.


Las puertas que daban acceso al gran salón de debates se abrieron de par en par ante Yener, éste ,vestido con su uniforme de gala del Kail y sus distinciones de rango militar, amén de sus condecoraciones, avanzaba de modo sereno y pausado, pero firme y dinámico al tiempo. Era desde luego imponente verle lucir todos aquellos importantes símbolos de Yumlaiance. Pero no menos impresionante era su interlocutor. Aguardándole de pie y flanqueado por varios colaboradores de su ejército, se plantaba un hombre alto, de tez pálida y larga cabellera morena que le caía hasta los hombros, lucía distintivos que le eran desconocidos a la mayor parte de los comentaristas. Pero no a Yener, él, en sus años de estudio en el Kail, había aprendido a reconocer las insignias de grados nephralers y estas, si la memoria no le fallaba, correspondían a las de un mariscal. Además de completar su uniforme entre negro y gris ceniza con varias condecoraciones de diversas formas y una banda transversal roja que daba cuenta de su naturaleza noble. Desde luego, la precaución tomada por el gobierno que le habían comunicado a Yener sin casi tiempo, de que sería él y no el ministro quien estableciera el primer contacto no estaba exagerada, ese tipo podría ser de temer .Yener se plantó ante este hombre y ambos se miraron fijamente a los ojos sin hablar. Aquel era un preludio psíquico, un tanteo de dos poderosas mentes que parecieron reconocerse mutuamente con respeto y prevención porque, pasados unos segundos ambos esbozaron unas ligeras sonrisas. Acto seguido, se saludaron militarmente cada uno al modo de su mundo. Yener llevándose una mano a la frente y Carnalsk tocándose el hombro contrario con su mano derecha .Un mediador del palacio hizo las presentaciones oficiales de rigor.


- Lord Carnalsk de Rudoark , Par del reino, mariscal y delegado Real de Nephraler, Caballero Lagoon y Duque de los altos de Swg, tengo el honor de presentarle a Yener Rant D,lal. General de Brigada del Ejército, Maestro del Kail de Somer, Duque de Salis, oficiante del canto a Maray y Héroe de Yumlaiance.


Dicho esto los intermediarios se retiraron al igual que las cámaras dejando a solas a ambos .Hubo otro instante de silencio hasta que fue Carnalsk el que se decidió a romper el hielo con voz átona y pausada, que daba la impresión de tratar de ser amable.


- Unos títulos y honores impresionantes en alguien tan joven .Pero seguramente merecidos.
- Los vuestros tampoco son menos- respondió Yener devolviendo el cumplido -.Debéis ser alguien muy importante en vuestro mundo .Probablemente el segundo después de vuestro rey. ¿Me equivoco?.- Inquirió con agudeza -.
- Soy uno de los pares de mi reino- confirmó Carnalsk tal y como hiciera su presentador- .Oficio de asesor de su Alta Majestad Karng III. Aconsejo a mi rey al igual que usted al suyo.
- Entonces ambos sabemos lo importantes que pueden llegar a ser estos encuentros entre dos mundos.- Le dijo Yener añadiendo ahora con tono de prevención -.Confío pues en no ofenderle si les hago una simple pregunta.
- Formúlela sin miedo -, le pidió Carnalsk -.
-¿Por qué precisamente ahora?.- Quiso saber el Maestro del Kail esbozando una sonrisa irónica -. ¿Acaso cambiaron de idea al ver como derrotamos a los androides?.
- Vaya, sabía que ese tema surgiría, aunque no tan pronto. Veo que a usted no le gusta andarse por las ramas y eso me complace -.Admitió Carnalsk devolviendo la sonrisa para explicar -.En esa ocasión nosotros no participamos en ningún acto hostil ni contra su mundo ni contra la Cuádruple Alianza. Los androides eran nuestros aliados, eso es cierto. Pero no hay ninguna ley que prohiba establecer pactos de amistad y cooperación con otras potencias. Como por ejemplo, el que estamos intentando iniciar ahora. Aun así, nuestra alianza con esos androides no significó que entrásemos en guerra junto a ellos .¿Le parece poca prueba de nuestra buena voluntad?. Además, fueron ustedes los que acudieron en auxilio de Casiopenae y de Oumeya .Atacaron primero.

Yener asintió, eso era estrictamente cierto, aunque claro esta, dejando de lado otro tipo de cosas que ocurrieran en la sombra. Como que los nephralers fueron los principales hostigadores de la guerra. Aunque para afirmar eso se necesitaban pruebas que evidentemente no se tenían. Salvo las palabras de todos los que pudieron presenciar aquello. Por ejemplo Kyra que fue atacada, sin ir más lejos, por ese sujeto.


- Lamento mucho el que su amiga sufriera daños por nuestra causa, comprenda que entonces era una espía de Oumeya y que nuestros aliados casiopeanos nos pidieron que le sacásemos información.- Le dijo Carnalsk que se anticipó al vuelo, en esa nueva objeción -


Yener se sorprendió, había bajado su escudo psíquico durante unos instantes al recordar a su amiga y ese tipo había adivinado todos sus pensamientos. Por suerte elevó nuevamente su pantalla antes de permitirle indagar más .Kyra tenía razón, debería andarse con mucho cuidado con ese tipo, sus facultades eran tremendas .Él, por más que lo intentaba no lograba penetrar en la densa maraña defensiva del Nephraler.


- Es usted muy bueno- .Admitió Yener que recurrió al suave sarcasmo para sentenciar -.Si parlamenta con el mismo nivel, y por lo que llevamos hablado creo que sí, la conversación va a ser muy interesante e instructiva.
- Tampoco lo hace usted nada mal- .Alabó su interlocutor -.Domina bien sus disciplinas del Kail.
- Ya que podemos hablar claro, celebro que no se haya traído a ningún Hialgasth con usted. Pude sentir su poder desde la nave androide en donde estaba y no era nada agradable. Aunque claro está, que para él tampoco lo sería detectarme a mí-.


Carnalsk esbozó una sonrisa más amplia para decir de modo más informal, cosa que parecía rejuvenecerle bastante, amén de restarle mucha de esa aura mayestática que emanaba hasta el momento.


-¡Por favor!, no me dirán que todavía creen que nuestro pueblo está formado por seres infernales y de leyenda.
- No serán tan de leyenda cuando tenemos conjuros y disciplinas abundantes para destruirles- .Respondió Yener para quitarle a su interlocutor la impresión que podía haberle dado de temer a esas criaturas en demasía y de paso no aparecer como un imbécil -.
- Los Hialgasth, como usted los llama, no son más que un escuadrón de elite de nuestro ejército. Tienen grandes poderes psíquicos y dominan las artes de lucha .Son el equivalente a sus Monjes Guerreros de Somer o a sus Magos de Esil. Pero desde antiguo se les dio fama de demonios en base a su fuerza física y mental.- Respondió tranquilamente su interlocutor -.
- Si usted lo dice- .Convino irónicamente Yener sin creerse nada de aquello -.No obstante, ese tema carece de importancia, sólo era un comentario .Lo que nos importa de veras a mí y a mis superiores es conocer un poco más sus motivaciones y la política que piensan seguir de ahora en adelante.
- Eso es sencillo- .Contestó Carnalsk satisfecho de reconducir el tema -.Deseamos, como ya avancé en la entrevista que me hicieron, que la paz llegue a ambos mundos de modo definitivo, se acabaron las crispaciones fronterizas y todos los malentendidos que llevamos a cuestas desde hace cientos de años .Nuestro mundo tiene habitantes que viven, trabajan y se relacionan igual que ocurre en el suyo .Hasta tenemos nuestras propias ligas deportivas. Sé que usted es muy aficionado a los deportes y créame, a mí me ocurre lo mismo en mi planeta.
- Así que somos mucho más parecidos de lo que podríamos imaginar- dedujo Yener -.Es una gran sorpresa, desde luego.
- Por esa razón, es mejor comenzar a conocernos bien, promover encuentros entre nosotros, entre nuestras juventudes y que viajemos al mundo del otro. Esta cerrazón debe terminar. Incluso podríamos participar en competiciones deportivas. Nuestros gobiernos tienen mucho de que hablar y es necesario que nosotros dos sentemos las bases del mutuo entendimiento, tenemos una gran responsabilidad para con nuestros conciudadanos. Esta es una oportunidad histórica que, convendrá conmigo que no debemos desperdiciar, o las futuras generaciones nos pedirán cuentas.



Yener estaba atónito. ¡Esta si que era buena!. Un Nephraler hablando de paz, entendimiento y mutua cooperación. El de Yumlaiance no tuvo otro remedio que mostrarse de acuerdo con eso. Aunque se fiaba tanto de esas palabras de su contertulio como de dejar sólo a Santier con el balón controlado y tiempo de rematar ante la portería del Prehistar, sin nadie bajo los palos.


- Si, claro, eso está muy bien. Pero debe comprender que, ni su pueblo ni el nuestro se mostrarán muy entusiasmados el uno por el otro de la noche a la mañana. Esa es una herencia de nuestras pasadas generaciones. Y si lo olvidamos demasiado rápido, pueden ser estas las que nos pidan cuentas. - Matizó Yener con un más elevado toque de sarcasmo -.
- Lo entiendo perfectamente- .Acordó el nephraler -. No es ningún misterio para mí que en los dos mundos existirán personas reticentes e incluso contrarias a esta propuesta. Pero, por eso mismo, debemos ser firmes y demostrarles a todos que es posible. No se logrará en un día, ni en un año, ni puede que se consiga en varios, pero con el tiempo seremos buenos vecinos .Ustedes por ejemplo siempre fueron rivales incluso enemigos de los natacliers al principio de conocerse y ahora son aliados.
- No es el mismo caso- le rebatió tajante, pero educadamente Yener -.Compartimos creencias comunes con ellos y nos conocemos muy bien desde hace siglos.
- Eso quiero darle a entender. El tiempo obra grandes cambios. Probablemente ni usted ni yo lo veremos, pero nuestros nietos y los hijos de estos podrían vivir en armonía.- Argumentó Carnalsk añadiendo con tono de complicidad -. Nuestros mundos tienen una cosa en común. Estamos muy apegados a nuestra historia y tradiciones y siempre hemos luchado por el futuro. Con la vista puesta en las siguientes generaciones y el recuerdo y respeto por las pasadas. Esa tarea debe continuarse.
- Estoy completamente de acuerdo en eso- corroboró Yener que sentenció al modo más idealista y filosófico -. “Lo que hacemos nosotros en la vida, tiene su repercusión en toda la eternidad”.


Carnalsk acogió tal comentario con una media sonrisa de satisfacción y asintió lentamente, para mostrarse así completamente de acuerdo con eso. Quizás, el Nephraler tuviera algo de razón y ambos no fueran tan diferentes en realidad. Y para subrayarlo, el noble interlocutor de Yener declaró.


- Por ello le ofrezco la posibilidad a su gobierno de devolvernos la visita, que envíen a alguien de su confianza .Probablemente sea usted, lo que me honraría personalmente, para celebrar otro encuentro en mi Planeta .Y eso no es todo, deseamos también crear lazos con los demás planetas de su alianza y con la Confederación de Oumeya. Les debemos quizás algunas disculpas por aliarnos con quién les declaró la guerra por causas completamente ajenas a nosotros. No creo que haya problema. Sabemos que Casiopenae está ahora nuevamente integrada entre sus aliados de la Confederación .Con más motivo aun, podríamos estarlo nosotros .Nunca atacamos a naves de Oumeya ni a sus aliados en el tiempo de conflicto.
- A todos nos gustaría que las relaciones multilaterales, además de las bilaterales, llegasen a buen destino.- Repuso Yener que añadió sin embargo con cierta ironía recordando un pasaje de la historia yumlaincer - .Pero, comprendan nuestro recelo, no es la primera vez que ustedes quieren un pacto de alianza y lo rompen para atacarnos.



Carnalsk le observó sin parecer comprender a lo que se refería. Yener se lo aclaró.

- En tiempos del legendario Skar Dainlin, el rey de Somer le envió a firmar un tratado con el reino de Vasgon, fiel aliado del suyo y estos intentaron capturarle para entregárselo a uno de sus caudillos. ¿Podría ocurrirle lo mismo al Señor del Kail que quisiera ir a Helgamad a firmar nuestro pacto?.


Carnalsk no parecía irritado ni tan siquiera molesto por aquellas palabras .Yener había probado a intentar desestabilizarle pero ese tipo poseía un control mental propio fuera de toda duda, aparte del que era capaz de ejercer con los demás si se le dejaba. Con talante distendido el enviado nephraler le respondió.


- La Historia da valiosas lecciones. No conviene olvidarla. Le aseguro que eso fue un error lamentable y que nosotros aprendemos de nuestros errores. Igual que ustedes lo habrán hecho de los suyos, nadie es perfecto. Además, ¿Qué sentido tendría hacer eso ahora?. Creo que las cosas han cambiado bastante respecto de hace dos mil años. ¿No lo piensa usted así?.
- Probablemente- .Aseveró Yener sin querer concederlo del todo -.
- Le garantizo que si es usted enviado a mi mundo gozará de las máximas atenciones y por supuesto que su seguridad será la misma que disfruto yo en su planeta. Tiene mi palabra de honor y la de mi soberano. Si dispusiera de mi espada ceremonial se lo juraría sobre ella. Y ese juramento jamás ha sido quebrantado por un oficial del ejército nephraler. Si no le basta con eso, podemos dejarles a algunos de nuestros altos cargos aquí.- Afirmó Carnalsk que ahora sí, parecía algo ofendido, o quizás esa era la impresión que deseaba transmitir -.


Su contertulio sabía que debía ser en extremo cuidadoso, si algo salía mal en esa charla los miembros del gobierno liarían una buena culpándole a él y por extensión, a la desconfianza de los señores del Kail. De todos modos, si el nephraler había aceptado ir a Yumlaiance, él no podía dar marcha atrás en devolver la visita o el prestigio de los yumlaincers quedaría en entredicho. Así que como tampoco deseaba insultar a su interlocutor, Yener se apresuró a negar.


- No, por favor, todo eso no sería necesario. Usted ha venido a mi mundo confiando en nosotros. Justo es que correspondamos a ello. Informaré de su amable propuesta a mis superiores que de seguro la acogerán con agrado. Y si soy yo el elegido, me basta con la palabra de un militar a otro.
- Es algo esperanzador.- Declaró Carnalsk con gesto satisfecho -.
- También lo creo así- convino Yener, esta vez sin reservas -.



Los dos continuaron charlando a fin de perfilar algunos detalles menores para el acercamiento .Dejaron lista así la reunión de sus respectivos gobiernos .Al despedirse Lord Carnalsk expresó su deseo de poder recibir al Señor del Kail en Helgamad muy pronto .A la salida del gran salón, Yener fue inmediatamente abordado desde la lejanía del cordón de seguridad por miembros de los medios de comunicación, pidiéndole que hiciera algunas declaraciones. Él tuvo que consentir, con el beneplácito de su gobierno, en dar una rueda de prensa. Multitud de periodistas estaban expectantes en oír sus palabras y él, sentado en una mesa elevada se dispuso a contestar. La primera pregunta fue formulada por una mujer rubia y atractiva.


- General. ¿Cuál ha sido su primera impresión tras la conversación?.
- Bueno- respondió él con tono comedido- .Ha sido sin duda de agrado al constatar que mi interlocutor se ha mostrado interesado en iniciar el camino hacia la paz y la mejora de nuestras relaciones bilaterales.
-¿Le ha creído usted?.- Inquirió otro periodista calvo y de edad madura -.


Aquella era una cuestión bastante afilada, había que tener mucho cuidado con lo que se contestaba .Yener calló durante unos instantes pero debía responder para no levantar suspicacias.


- No me ha dado ningún motivo para no hacerlo.- Contestó de modo diplomático -.
-¿Han llegado a algún acuerdo en especial?,- preguntó otro reportero joven de pelo castaño corto -.
- Hemos convenido en la necesidad de continuar con los contactos.
-¿Entonces, volverán a reunirse en breve?,- le inquirió el periodista calvo -.
- No puedo responder en ningún sentido a esa cuestión hasta que nuestro gobierno y el de Lord Carnalsk se pronuncien a tal efecto. No puedo decirles más. Gracias. – Declaró de modo cordial pero firme -.


Y con esto Yener se retiró para informar a sus superiores. Pese a los deseos de los periodistas de sacarle algo más ya no efectuó ninguna declaración y salió del palacio. Su contertulio atendió con amabilidad a los medios yumlaincers y de los restantes mundos acreditados viniendo a decir prácticamente lo mismo. En palabras del nephraler, éste se sentía satisfecho del espíritu de dialogo de su interlocutor y esperaba volver a reunirse pronto, aunque no precisó cuando ni donde sería, justificándose en que tal decisión correspondía a ambos gobiernos .Tras lo cual, algunos miembros del gobierno yumlaincer le llevaron a visitar lugares emblemáticos de Dumlans y otras zonas del planeta. Agradeciendo todas las atenciones y la amabilidad de sus anfitriones, Carnalsk se marchó para abordar su nave que le devolvería a su propio planeta. Una vez en ella le comentó a una de sus subalternas. Una mujer de rostro pálido, largo pelo color ébano y mirada fría e inquisitiva en sus ojos violetas.


- Ya se ha corrido el telón del primer acto. Ahora debemos aguardar sus movimientos.
-¿Cree que tardarán mucho, milord?,- le preguntó ésta con voz monocorde aunque traicionada con un matiz de vivo interés -.
- No lo sé comandante Draker - .Contestó Carnalsk que, pese a ello, esbozó una amplia sonrisa de satisfacción añadiendo -.Aunque no pienso que se demoren mucho. De todos modos, nosotros debemos tenerlo todo preparado cuanto antes.


Ésta asintió devolviendo una cómplice, fugaz y al parecer maliciosa sonrisa. Por su parte Yener transmitió a su ministro de exteriores y a su emperador lo que habían departido .Ambos se mostraron muy interesados en devolver aquella visita. Estaba claro que los nephralers habían dado el primer paso y que ellos debían responder a fin de no ser tachados de inmovilistas .Tenían esa obligación, incluso tenían al candidato ideal. Yener había sido invitado personalmente por Lord Carnalsk. Debería ir entonces el mismo maestro del Kail o alguien de mayor jerarquía para no ofender a sus interlocutores. Yener desde luego tenía sus reservas, pero si era por el bien de su mundo no pondría reparo alguno a ello. Aunque Azor Ligero, puesto al tanto de esto, tenía otros planes para él. Personalmente solicitó al emperador que no enviase a su pupilo o por lo menos, que éste no fuese solo .El monarca se sorprendió en un principio .¿Quién mejor?. Aunque luego, fiando en el juicio del experimentado maestro, accedió al menos a enviar a otra persona con él .Pensando mucho en esto y consultándolo con el gobierno se acordó mandar una delegación encabezada por el príncipe. Ya que Yener no podía negarse, al menos que fuera bien acompañado. Aunque a Azor Ligero le entraron dudas sobre eso. No confiaba demasiado en la capacidad del heredero al trono, pero no podía expresarlo en modo claro .De todos modos, pensó que Yener se ocuparía mejor de aquello si la atención de los Neprhalers no estaba puesta en él, sino en el príncipe, pero todavía quedaba tiempo para preparar esa devolución de visita así que trabajaría con su pupilo de modo intenso, por lo menos el par de meses que tenía para hacerlo, antes de que Yener partiese a Oumeya .Iba a ir allí para pasar con su hija, mujer y la familia de esta, unas fiestas propias de ese mundo y después apenas si habría plazo. En fin, el anciano sabía perfectamente que todo debería ejecutarse con el máximo rigor y perfección, no se podía cometer ningún error. Y aunque confiaba en Yener, no conocía las condiciones a las que éste y la delegación podrían enfrentarse allí, y eso le preocupaba. Además de que su propio estado de salud, no era tan bueno como antes, y eso les restaba aun más tiempo del poco que tenían.


Yener por su parte regresó a casa, estaba cansado, más que por los viajes y el ajetreo, por el esfuerzo de mantenerse en guardia durante todo aquel tiempo .Desde luego a su enemigo no parecía haberle ocurrido lo mismo, o por lo menos lo disimulaba muy bien. Esos tipos nephralers hacían que los natacliers a su lado parecieran un prodigio de expresividad y emociones. Pero una vez cruzó el umbral de su casa suspiró aliviado y contento. Al llegar le esperaba Gina con la niña en brazos. Se abrazaron los tres y mientras Yener besaba a la pequeña su esposa le preguntó.


-¿Qué tal te ha ido?.
- Ha sido una charla muy interesante, ese tipo posee unas cualidades realmente fuera de lo común.
-¿Intentó hacerte algo?.- Quiso saber Gina visiblemente preocupada -.
- No, tan sólo leyó mi pensamiento durante unas décimas de segundo. En cuanto lo advertí levanté de nuevo mi pantalla psíquica, pero es un tipo realmente duro .Me ha costado trabajo mantenerme alerta durante tanto tiempo .Por lo demás se comportó en todo momento de forma muy amable y cortés, evidenciando muchos buenos deseos e intenciones .No se le puede reprochar absolutamente nada, pero, ¿por qué será que no me lo creo? - .Se preguntó a sí mismo mirando a su esposa que tan sólo se encogió de hombros antes de declarar -.
- Menos mal que se acabó- suspiró ella -..Ahora tendremos tiempo para que descanses.
- No sé si eso será posible- respondió él con tono dubitativo -.Me propuso devolverle la visita a su mundo y no puedo decirle que no. Además quiero seguir perfeccionando mis técnicas en el Monasterio, me será muy útil para afrontar aquel viaje.
- Por lo menos podrás pasar la Navidad con mi familia - le pidió ella resignadamente -.
-¡Si, claro que si! - .Se apresuró a asegurarle su esposo de un modo más animado, meciendo a la pequeña Samra entre sus brazos -
- Ojala que no fueras tan imprescindible para tu mundo- se quejó Gina -.Siempre tiene que recurrir a ti para todo.
- Es mi deber- repuso condescendientemente él en tanto dejaba a su hija en la cuna y se abrazaba a su esposa para agregar con suavidad -.No tengo otra alternativa, lo sabes bien .Estás acostumbrada a ello desde niña, tus padres y tu hermano también se deben a su mundo .Igual que tú, que te debes al tuyo y ahora a este.
- A veces es una lata - .Pudo sonreír ella más animada -.


Yener convino en eso asintiendo y la abrazó con más fuerza besándola con pasión, ella le devolvió el beso y entonces, cuando iban a entrar en una situación amorosa más profunda y largamente deseada, Samra comenzó a llorar.


- Vaya - suspiró el resignado Yener -.Tiempo muerto en la cancha, como diría Stier.
-¿Qué te ocurre chiquitina?,- le inquirió dulcemente Gina- .Ya veo, tienes hambre, habrá que darte el biberón.
- Déjame a mí -. Le pidió su marido -.Hace mucho que no puedo estar con ella.
- Como quieras- concedió su esposa yéndose a por la leche -.


Yener observaba a su hija hacer muecas con la boquita y llorar con energía pidiendo su comida, mentalmente trató de comunicarse con ella y pudo percibir las primarias emociones de la pequeña, se sentía hambrienta pero segura pues sus padres estaban a su lado y ella sabía de algún modo que no pasaría demasiado tiempo antes de que ellos hicieran algo al respecto.


- Claro cariño- .Sonrió tiernamente él -.Ahora mismo te doy de comer...


Y Gina trajo el biberón ya dispuesto. Yener lo cogió agitándolo suavemente y poniéndose un poco de leche sobre la mano, a fin de comprobar la temperatura, pese a que el aparato contaba con un medidor que indicaba los grados tard, (el equivalente Yumlaincer a los centígrados de Oumeya) .Asegurándose de que estaba en su punto, Yener se lo puso al bebé en la boca y este chupó con fruición. La escena hacía sonreír a ambos padres que miraban embelesados a su pequeña.


- Mi madre se la comerá en cuanto la vea- .Aseguró jovialmente Gina -.Igual que la tuya.
- Si, con lo que es la mía para los críos- rió él -.
-¡Ahh! - suspiró Gina afirmando con aliviada alegría -.¡Qué maravilla poder estar ocupándonos de estas cosas!.
- Si, cuando tengo que viajar os echo tanto de menos- le confesó su esposo -.
- Prométeme que, por lo menos en el tiempo de las fiestas serás todo nuestro- le pidió ella con un susurro -
- Sabes que mi promesa está muy condicionada- .Repuso Yener de forma algo más seria, aunque enseguida quiso añadir con mayor animación -.Pero, si no surge una causa mayor verdaderamente importante te doy mi palabra de Monje Guerrero de Somer.


Gina acogió ese comentario con no demasiado entusiasmo, pero tuvo que darse por contenta con eso. La muchacha sabía también que el mayor deseo de su esposo era estar junto a ella y la hija de ambos. Y como estaban deseosos de pasar una noche tranquila, dejaron correr el tema y se prepararon para cenar una vez lo hizo la pequeña Samra a la que volvieron a acostar en su cunita pues ya tenía los ojos entrecerrados por el sueño.


En casa de Calina Delaier, al igual que en las de millones de yumlaincers, se había seguido con muchísimo interés aquella reunión. La muchacha, con un corto permiso disfrutaba también de la compañía de su hermana Menra .Jilia no pudo venir, debía estar de guardia en su base, así que esa velada fue estrictamente familiar. Charlaron con sus padres de unos cuantos temas y luego, ambas hermanas conversaron sobre los suyos propios. Lo primero que Calina hizo fue agradecerle a Menra su mediación.


- Por lo que he visto el general Rant se ha movido enseguida, mis superiores me han concedido este permiso y me han indicado que, cuando termine, debo incorporarme a la sede de Esil en las afueras de Dumlans.
- Estarás muy cerca de la casa del general- sonrió Menra -. Yo de ti iría a verle para darle las gracias en persona.
-¿Crees que sería una buena idea?.- Le inquirió su hermana visiblemente nerviosa -.
- Pienso que sí, al general le gusta que la gente sea amable con él. Bueno, ¡qué tontería digo! – Rió Menra para corregirse - .A todos nos gusta que sean amables con nosotros pero en su caso, seguro que le complace. Además, tener a una maga de Esil cerca dicen que trae buena suerte.
-¡Ojalá que sea así!. Y que todo nos siga marchando bien Menra.- Deseó Calina -.
-¡Claro que sí! - le aseguró esta mesándole cariñosamente el cabello a su hermana menor -.


En eso sus padres las llamaron para darles las buenas noches y ambas se dirigieron a su encuentro. Por lo que parecía, las cosas seguían bien en Yumlaiance. Nada había que temer ahora que el acercamiento con los nephralers iba por buen camino .¿Nada?. Algunos no lo creían así. Al menos todavía .Ni en el planeta de Yener, ni en Oumeya. Y una de ellas era la pequeña Rachel. La niña no pasó una buena noche. Soñó con algo frío y siniestro que la amenazaba .No podía precisar el qué, pero le asustaba mucho. Durante días tuvo percepciones que la hacían llorar para sorpresa y preocupación de sus padres que no conseguían saber de que se trataba. Ni siquiera Kyra podía sentir nada. Quizás fueran miedos infantiles hacia la oscuridad o pesadillas normales a esas edades .El momento de las Navidades se acercaba y la pequeña pareció encontrarse mejor, los malos sueños fueron desapareciendo .Finalmente una vez llegadas aquellas fechas las cosas estaban muy normales. Tal y como habían prometido Yener y Gina acudieron con su hija a pasarlas a Oumeya .Fueron momentos de alegría y distensión. Todos los pasaron muy bien volviendo a ver a sus parientes y amigos, y juntando a ambas primitas, que fueron las estrellas de la fiesta. Nada hacía presagiar que dentro de poco volverían los nubarrones de tormenta.

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