domingo, 6 de marzo de 2011

UNC 64

10/.Capitulo 64.¿Solamente Miedos Infantiles?.


Y pasaron las fiestas, Yener y su familia regresaron a Yumlaiance. Él debía reincorporarse a sus entrenamientos en el Monasterio. Azor Ligero le apretó durante meses para hacerle dominar la primera de las disciplinas del Magkail, estadio superior de su aprendizaje .Su esposa seguía desempeñando sus funciones dentro de la embajada de su mundo y la pequeña Samra empezó a gatear por su cuenta. En Oumeya mientras, tanto Peter como Kyra continuaban su trabajo de instructores dejando a menudo a la pequeña Rachel al cuidado de sus abuelos Lora y Pier .Una tarde de esas que la presidenta del Consejo tenía libre se sentaba junto a su nieta en un sofá, le leía un holocuento infantil que mantenía a la niña absorta. Lora sonreía con nostalgia, recordaba como hacía lo mismo con sus propios hijos años atrás .Su nieta pese a tener tan sólo tres años era muy despierta y parecía entender muy bien lo que su abuela le contaba, pero había algo que preocupaba a Lora y a los demás. Rachel seguía teniendo miedo a la oscuridad y a quedarse sola .Quizás era algo normal en los niños de esa edad pero no lo era tanto si la niña denunciaba que percibía cosas extrañas .Sensaciones de frío y gentes malas, como ella decía, a su alrededor. Lora leía aquella historia cuando su nieta le dijo.

- Abuela tengo frío.
-¿Tienes frío cariño? -.Le inquirió Lora sorprendida -.Si tenemos una temperatura muy agradable. Espero que no te hayas constipado .Te doy un anticatarral y ya está.


La pequeña movió la cabeza .Susurrándole a su abuela.

- Están ahí, nos miran..
-¿Quiénes nos miran cielo?.- Le inquirió Lora sin comprender -.
- Ellos, los duendes- respondió la pequeña acurrucándose junto a su abuela para decir casi con un pequeño gemido - .Ellos me dan frío, tengo miedo.
- No tengas miedo Rachel- le sonrió su abuela besándole en una mejilla de modo confortador -.Son solo cuentos.


Aunque la pequeña no parecía estar muy de acuerdo con aquella aseveración. Por fortuna llegó Pier y Rachel, al ver a su abuelo, pareció sentirse mucho mejor. Saltó corriendo hacia él y este la levantó en brazos diciéndole divertido.

- Hola princesita. ¿Qué tal te has portado eh?.
- Muy bien, ¿me has traído caramelos?- .Le inquirió la niña que no parecía acordarse de sus anteriores temores -.


Pier se rió asintiendo con la cabeza y sacando una bolsa que puso en manos de su nieta con estas palabras.

- Recuerda que son para después de comer, y no te los comas todos a la vez que luego te duele la tripita.


Dejó a su nieta en el suelo y ésta se apresuró a abrir la bolsa para comerse uno, Lora miró a su esposo y le reprobó moviendo la cabeza.

- Mira que te lo he dicho veces Pier .No se los des antes de la cena .Luego Kyra nos echará la bronca si se deja medio plato en la mesa.
- Mujer- se excusó él encogiéndose de hombros -.¿Qué quieres que haga?. No me puedo resistir a su carita cuando me los pide.
- Ya lo veo- sonrió Lora admitiendo divertida - .A mí me ocurre lo mismo, menudos duros negociadores galácticos estamos hechos ¿eh?.


Su marido asintió con una cómplice sonrisa, en tanto veía a su nieta comerse uno de esos caramelos con forma de animalitos. Lora entonces le comentó más seria.

- Vuelve a tener miedo de los duendes.
- No me extraña, si le sigues leyendo esos cuentos- repuso Pier -.
- No le he contado ninguna historia de esas.- Rebatió ella -.Lo cierto es que no comprendo como le dura tanto esa fijación.
- Habrá que comentárselo a nuestro hijo y a Kyra en cuanto lleguen- declaró él -.


La tarde transcurrió sin más novedad, eso sí, quitándole los caramelos a la pequeña antes de que se engullese toda la bolsa. Con la promesa de devolvérselos más tarde acallaron sus protestas hasta que llegaron sus padres. Estos aparecieron al poco, abrazaron a su hija y ya en familia se dispusieron a cenar .La niña no parecía tener demasiada hambre pese a que Pier y Lora jurarían que sólo se había comido dos de esas golosinas.


- Otra vez la habéis atiborrado a caramelos -.Se quejó Kyra moviendo la cabeza con resignación -
- No, ¡que va! - .Negó Pier -. Te aseguro que sólo ha comido dos.
- Bueno papá- .Suspiró Peter -.Hazme caso, no le traigas nada hasta que no haya cenado.
- A ver cariño. ¿Quieres tomarte otra?.- Le pidió Kyra con paciencia maternal colocando ante la boca de su hija una cucharita llena de puré -.


La nena movió graciosamente su cabecita haciendo oscilar su media melena morena .Peter lo intentó haciéndola abrir la boca con el clásico truco de la nave espacial. Rachel pareció estar más dispuesta así y comió la cucharada.

- Esta por la abuela- le pidió Kyra haciéndola tragar otra -.


Pero la cría se negó a comer más .Volviendo a insistir de nuevo.

- Tengo frío mamá.


Kyra miró a su hija extrañada y luego a los demás que tampoco comprendían el porqué de aquello. La habitación estaba a buena temperatura y la frente de la pequeña no indicaba nada anormal.

-¿Qué te ocurre cariño?.- Le preguntó su madre, tratando de leer el pensamiento de la pequeña -.
- Esos duendes me dan frío- pudo decir ella con un cuchicheo de temor -.Entran en casa cuando no estáis papá y tú. Y ahora están en mi cuarto escondidos, pero lo noto.


La madre de Rachel abrió marcadamente sus grandes ojos negros. Leía que la pequeña tenía miedo de aquellos seres. Realmente sentía alguna sensación que para los adultos, incluso para Kyra misma, era indetectable.

- No quiero ir a mi cuarto- .Le pidió la niña a punto de llorar, apretando el morro con expresión de ruego y una mirada de temor en los ojos -.
- ¡Oh, vamos Rachel!- terció su padre que comenzaba a perder la paciencia ante tales cosas -.Ya vas siendo una señorita. Es hora de que pierdas el miedo ¿eh?.
- Por esta vez, puede quedarse en nuestra habitación- le rebatió suavemente Kyra para sorpresa de todos -.
- Así no va a haber manera de que se le quite ese miedo- protestó Peter -.
- Hazme caso, será mejor así- le insistió su esposa -.


Su marido no dijo nada, si Kyra lo pedía con tanto énfasis debería tener una buena razón .Tanto Lora como Pier debían irse ya y no quisieron meterse en eso, sólo se despidieron de su hijo, su nuera y especialmente de su nieta con un gran beso .Cuando los tres quedaron a solas Peter le preguntó con inquietud a su mujer.

-¿Has sentido algo en la niña?.


Ella asintió despacio .Susurrándole a su esposo para que la pequeña, que ahora jugaba distraída con sus cosas, no les oyese.

- Tiene temores hacia algo que ella piensa que está ahí. En su habitación. No sé que decirte, podrían ser miedos infantiles o quizás ella pueda percibir cosas. Al igual que yo. Por eso me gustaría dormir con ella. Puede que estando juntas más tiempo consiga transmitirme algo.
- Esta bien- concedió Peter que, ya fuese por un motivo u otro estaba bastante preocupado -.Pero tendremos que llevarla al pediatra lo antes posible.


Conviniendo en ello ambos se dedicaron a quitar la mesa con ayuda de los robots domésticos y se dispusieron a dormir con su pequeña. Poco podían imaginar quienes estaban detrás de todo aquello. Hubieran tenido que ser capaces de detectar una gran nave nephraler que orbitaba a cierta distancia de su mundo. Nave equipada con aquel escudo de invisibilidad desarrollado por los androides .En ella, la comandante Yashira Draker le inquiría a uno de los Hialgasth con tono escéptico y ligeramente desdeñoso.

-¿Qué sentido tiene esto? .¿Desde cuando un Hialgasth debe ocuparse de asustar a una cría humana?.
- Esa niña no es una humana normal- le siseó ese ser con aquella desagradable voz gutural característica en los suyos -.Órdenes superiores me han encargado hacer este trabajo.
- Si son órdenes superiores- concedió la comandante -.De todos modos, Lord Carnalsk tan sólo nos ha ordenado observar a esta distancia.
- Me es más que suficiente- le aseguró su interlocutor -.


Lo cierto es que Yashira no dijo nada más .Esos Hialgasth eran seres muy extraños, desconocidos incluso para la mayor parte de sus compatriotas. Y nada de fiar. Sólo servían fielmente al rey y a sus amos de la nobleza. Dejó correr el tema. Por suerte volvería a su mundo pronto .Había sido designada para preparar la visita de ese Señor del Kail...


En Yumlaiance las cosas seguían marchando bien. Yener progresaba con su entrenamiento que casi le posibilitaba ya el dominio y compresión con los seres menos inteligentes dominando los instintos de estos. Pero el tiempo pasaba y las diplomacias de ambos mundos habían hablado sobre la esperada visita de la delegación yumlaincer a territorio nephraler. Había sido fijada fecha, dentro exactamente de una semana. Y todavía quedaban muchas cosas que perfilar. Sobre todo la composición de aquella expedición. Yener desde luego se quedó boquiabierto y nada conforme al saber que iba a estar encabezada por su príncipe .Le expresó su desacuerdo a su maestro que asintió resignadamente en tanto decía.

- Es el propio Emperador quien lo ha propuesto y para colmo el gobierno está de acuerdo, piensan que el príncipe heredero ya va teniendo edad para afrontar compromisos importantes, pero esto... Yo tampoco estoy conforme con eso, pero en fin. Creo que en las actuales circunstancias no puedo oponer nada al respecto.
- Pero tú eres el hombre más respetado de Yumlaiance- rebatió Yener con gesto de incredulidad -.El Emperador siempre ha fiado en tus opiniones.
- Mucho me temo que las cosas están cambiando Gavilán. Yo voy haciéndome viejo y creo que eso es algo que el propio Emperador y sobre todo sus allegados, denuncian cada vez con más rotundidad. Por ello quise que tú fueras quien me sustituyese al frente del Monasterio en materia de política externa .No puedo intervenir ahora, sería como hacer ver que tú no estás del todo capacitado o que me necesitas en la sombra, aparte, claro está, de que le pedí al propio Emperador, como favor personal que no te dejase ir o al menos, que no fueras solo.
-¿Qué?- se sorprendió Yener que no esperaba desde luego oír aquello de su mentor -.No lo comprendo maestro, si tú afirmas que fías en mí. ¿Qué motivos hay? .Acabas de decir que.
- Sé lo que he dicho- le cortó Azor Ligero con extraña brusquedad en él, que suavizó enseguida para agregar -.Estás preparado para tomar mi lugar, pero enfrentarte sólo al ambiente adverso de Helgamad es cosa bien distinta .Tus disciplinas deben avanzar mucho aun. Cuando domines esta última que estás practicando ya serás un Maestro Avanzado, pero aun así, es poco para acudir sólo a tal lugar. Créeme, ni yo mismo me aventuraría allí sin compañeros .Los Nephralers probablemente se centrarán más en el príncipe, seguramente tratarán de influirle, tú tendrás que ocuparte de evitarlo .Será más fácil protegerle a él de una acometida psíquica que defenderte tú del agobio concentrado que emitan sus Nazaranis o sus Hialgasth.
-¿Nazaranis?. ¿Los brujos Nephralers?.- Inquirió Yener cada vez más inquieto para remachar -.Pues voy a necesitar un contingente a toda prueba.
- Hemos pensado en eso, el Gran Maestre de Esil y yo. Hablé con él y en nuestro séquito viajará un mago de alto grado para asegurarse de que no se usan conjuros en contra vuestra. Sabemos que, en la nave de Carnalsk viajaban algunos de sus hechiceros .Tienen la ventaja respecto de los Hialgasth en que no es tan fácil percibir su aura maligna. Asimismo se han designado ya como candidatos para acompañaros a varios oficiales militares de tú confianza, según los informes que tenemos. Dado que la visita se iniciará dentro de una semana son los que se hayan disponibles en Yumlaiance.
-¿De qué oficiales estamos hablando?.- Inquirió Yener -.
- No lo sé- repuso Azor Ligero -.Esa información se te dará cuando vayas al Estado Mayor a recibir instrucciones.
-¿Cuándo partiré?.
- Ahora mismo- fue la respuesta -.


Sin añadir más Yener se despidió de su anciano maestro que le advirtió con cierta preocupación, que no se molestó en ocultar.


- Y ten mucho cuidado, no sólo por ti, sino por el resto de tus compañeros .No sabemos como actuarán los nephralers.


Su discípulo asintió saliendo a toda prisa del monasterio, quería llegar lo antes posible para celebrar consultas con sus superiores .Pasó por casa a tiempo de saludar a su esposa y juguetear con su hija. Después se dirigió hacia el Estado Mayor de Dumlans .Fue recibido por el teniente general Deers, uno de los jefes militares más importantes. Saludándole militarmente como correspondía, Yener le preguntó acerca de los oficiales que irían destinados con él.


- Bien,- contestó su superior mesándose la barbilla- .Tengo aquí los informes- tocando un botón de su consola interactiva hizo aparecer las imágenes de dos conocidas de Yener- .La comandante Menra Delaier y la mayor Jilia Renar. Ambas han servido con usted. Son buenas oficiales y muy capaces .De su absoluta confianza si no me equivoco.
- No se equivoca señor, eso es verdad.- Afirmó Yener con gesto complacido - .Me alegra de que hayan sido designadas. ¿Quién más vendrá?.
- Los de Esil envían un mago, y luego está usted por parte del Kail. Serán el séquito que rodee al príncipe en todo momento .Su escolta personal al margen del resto de los componentes de la misión.
- Si señor,- repuso Yener añadiendo con cierto reparo -.Aunque si me da permiso para hablar con franqueza.- Calló aguardando una confirmación tácita del teniente general que este le dio asintiendo- .Verá, no creo que el príncipe esté capacitado para llevar esta delegación.
- Eso general, es cosa del emperador y del gobierno, a mí tan sólo me corresponde darle las instrucciones pertinentes a la seguridad militar- repuso Deers -.De todas maneras, como maestro del Kail asesor de la corona, puede usted hacer las observaciones que considere oportunas ante el emperador.
- Si señor- concedió Yener -.Me encargaré de ello en cuanto pueda, después desearía reunirme con mis subordinados a fin de darles instrucciones.
- Muy bien, ordenaré que se presenten aquí de inmediato- .Convino su superior despidiendo a Yener que se marchó hacia el palacio Imperial -.



Yener debía de atar muchos cabos. En el tiempo que tenía se dedicó a pensar en un plan de acción. Deberían formar un bloque bien compenetrado y sin fisuras. No dudaba de ninguno de sus oficiales, el problema era ese príncipe. Sus sentidos del Kail no le habían dicho nada bueno acerca de él. Si su padre, el Emperador era un hombre sereno, trabajador y que desprendía autoridad y fuerza no podía decirse lo mismo del hijo. Se le notaba aun muy bisoño aparte de engreído y poco constante .Por lo que Yener sabía de él en cuanto a su estancia en el Monasterio apenas sí pudo dominar un par de disciplinas .Aunque después se dijera que controlaba al menos cinco. El mote que le pusieron los monjes a escondidas de Pavo Real, en lugar del oficial de Falcón era una clara muestra de ello. Era apenas un año mayor que el propio Yener pero su carácter a veces rayaba el infantilismo .No pocas veces había dejado de asistir a alguna reunión que contaba de antemano con su presencia .Claro que la Casa Real se ocupó de disimular esas faltas con pretextos del tipo, “el príncipe se haya indispuesto o sus deberes oficiales le hacen imposible la comparecencia” .En tanto pensaba en ello llegó al palacio .Tras cumplir los protocolos se le informó de que el emperador estaba ocupado .Hubo de esperar a que éste le hiciera un hueco en su agenda. No obstante, pese a estar reunido con el consejo de gobierno, al saber que se trataba de Yener enseguida le mandó llamar. Éste entró en la cámara real haciendo una reverencia y saludando acto seguido a los políticos. Su emperador se dirigió hacia él preguntándole.


- Bien general Rant ,¿qué era eso que deseaba consultarme con tanta urgencia?.
- Majestad- respondió Yener con el tono respetuoso que la ocasión requería -.Deseo expresarle a usted y al gobierno mi recelo sobre el grupo diplomático.


Los Ministros se miraron unos a otros atónitos y el propio emperador pareció sorprendido. Sabiéndolo inevitable, el Maestro del Kail se decidió a explicarse algo más:


- Temo por el bienestar del príncipe, no considero del todo adecuado el enviarle a esta misión.
- Debe de haber un malentendido- señaló el soberano que expuso -.Vuestro maestro Azor Ligero me pidió que no os enviase sólo a tal embajada y yo le propuse mandar a mi hijo a modo de representación al más alto nivel. Él no puso objeción.
- Con todos mis respetos a su majestad .Mi Maestro Azor Ligero no quiso inmiscuirse en mis atribuciones. Al nombrarme su sucesor en el cargo no podía tomar ningún tipo de decisión ni comentar nada que concierna al cargo de Consejero Imperial.
- Pero sí que se permitió el lujo de pedirle a su majestad que os enviase con protección - terció el ministro de exteriores con un matiz irónico que no gustó nada a Yener -.
- Se permitió pedirle a su majestad Imperial que fuera acompañado de alguien que me respaldase a todos los efectos. Una persona con autoridad y con preparación, pero jamás pronunció el nombre del príncipe. Es demasiado valioso para arriesgarlo.- Le corrigió Yener con visible contrariedad -.
- Señor del Kail - repuso el Emperador con su serenidad y profundo tono de voz, que inducían a cualquiera al sosiego y respetos inmediatos - .Aprecio mucho tus desvelos para mantener a salvo a la persona de mi hijo .No obstante creo conveniente que participe en la comitiva. Debe tomar experiencia en su labor de mediación y relaciones interplanetarias y ¿con quién mejor?. Si logramos un buen entendimiento y una paz duradera será él, mi sucesor, el que estreche los lazos, lo que garantizará el futuro .Además, yendo tú con él y junto a un gran mago de Esil y los mejores oficiales de nuestro ejército ¿de qué habría que preocuparse?.
- Mi señor- pudo decir Yener con cierta prevención -.Quizás no sea tan sencillo .No sabemos de que puedan ser capaces esos nephralers.
- Hemos declarado que el príncipe en persona acudirá a esa reunión- .Intervino el presidente -.Eso ha animado mucho a la gente .Es una inyección de moral. Además .Los nephralers mandaron a uno de sus pares, un gran Duque. Es de sangre real en su mundo .No podemos responder con menos.
- Si, no se ofenda usted- añadió uno de los ministros con voz conciliatoria - .Pero por muchos títulos que haya reunido no puede compararse con eso a nivel de protocolo.
- No lo ignoro- .Admitió Yener -.Y no me ofendo por ello. Todo lo contrario, para mí es un gran honor ir acompañando a mi príncipe. Sólo temo por su seguridad, nada más.
- Entonces todo aclarado- .Medió el Emperador con tono más afable y despreocupado -.Señor Del Kail. Héroe de Yumlaiance y Oficiante del canto a Maray. Sabemos cuán leales y valiosos servicios habéis prestado a nuestro planeta .Cumplid ahora este encargo al lado del príncipe y añadiréis otra gran hazaña a vuestro historial y al de Yumlaiance, logrando la paz entre ambos mundos.


Yener asintió, a pesar de su renuencia, estaba claro que no podía hacer otra cosa, tan sólo rezar porque aquello saliera bien y su emperador tuviera razón .Todavía no podía comprender como pudo pedirle Azor Ligero al soberano que no le permitiera ir solo. Había sido un grave error, impropio de su maestro, quizás era cierto que, con la edad y el progresivo aislamiento de la política interplanetaria hubiera perdido facultades, aunque se negaba a creerlo. Posiblemente su maestro se refiriera a una buena escolta como ese mago de Esil y las dos oficiales, no al príncipe y su séquito. En fin, saludó pidiendo permiso para volver al Estado Mayor, tenía que reunirse con los demás .El Monarca le concedió la autorización y Yener se marchó. Nada más salir, el Ministro de Asuntos Imperiales comentó.


- Este chico me preocupa, quizás le hemos dado demasiadas influencias para su juventud.
- Ha cumplido bien con sus deberes- repuso el presidente sin darle mucha importancia -.Y ahora cree hacer lo mismo preocupándose por la seguridad del heredero, lo veo legítimo y de agradecer pese a todo.
- Si,- convino el ministro de industria y desarrollo no sin cierta maldad- .Aunque, también podría haberle sentado mal no capitalizar la gloria del triunfo en las negociaciones. Acostumbrado a ser el más popular de Yumlaiance.
- Me consta que no es así.- Intervino tajantemente el propio emperador llamando al orden a todos con gran diplomacia -.Confío en él por el valor de sus acciones y por las recomendaciones que su maestro, el muy respetable Vástago del Kail Azor Ligero ,me ha hecho.


Aquella indirecta tan clara, hizo desde luego enmudecer a todos los demás que no se atrevieron a seguir ya con la controversia. Ajeno a tales disquisiciones Yener regresó al Estado Mayor para preparar el viaje. No tardó mucho en ser llamado por su superior a su despacho, éste le recibió informándole que las oficiales ya habían llegado allí .Entonces Deers las mandó llamar a su presencia...


Menra fue avisada estando en su casa. Pasaba aquellos días con sus padres y su hermana. Calina acababa de irse ya a su nuevo destino y a su hermana mayor la llamaron poco después con orden de presentarse ante el alto Estado Mayor .Con los nervios propios de la ocasión, se enfundó en su uniforme de gala y salió tomando el primer deslizador largo hacia Dumlans .Jilia por su parte fue requerida de inmediato pues se encontraba cerca de la capital. El azar quiso que formase parte de una brigada de maniobras por una base próxima. Vestida aun de campaña acudió lo más rápido posible. Las dos se encontraron unos minutos antes de ser recibidas por su superior el teniente general Deers.


-¡Jilia! - la saludó su sorprendida compañera con un abrazo -.
- Ya era hora de que nos volviéramos a ver .En estos meses apenas lo hemos hecho -.Sonrió su pareja dándole un cálido beso en los labios que sin embargo Menra rehuyó azorada, ante la extrañeza de Renar, Delaier le explicó -.
- Estamos en la sede del alto mando, recuerda que aquí no proceden demostraciones personales que vayan más allá del puro compañerismo.
- Tienes razón- reconoció avergonzada su interlocutora -.Lo siento. Menos mal que no nos ha visto nadie .A propósito. ¿Sabes por qué nos han mandado llamar?.
- No tengo ni idea- .Repuso Menra encogiéndose de hombros -.
- Bueno, ahora saldremos de dudas- suspiró Jilia sentándose en uno de los sillones de espera de la sala en donde estaban -.


Efectivamente, lo iban a saber de inmediato, un coronel les indicó que le siguieran hasta el despacho del teniente general Deers lo que dejó atónitas a ambas .¡Era nada menos que el jefe en funciones del Estado Mayor! .La cosa debía de muy importante. Y su sorpresa fue en aumento cuando fueron recibidas en el despacho de éste, encontrándose también con el general Rant.

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