Desde el espacio llegó la señal requerida .Los nephralers se ponían en contacto con ellos para indicarles la posición de su nave. El capitán del Somer se lo comunicó a su alteza Imperial que le ordenó preparar la lanzadera. Después, el propio príncipe Lonel informó a los demás.
- Señoritas, caballeros, vamos a proceder con la última etapa del viaje.
Al escuchar esto a través del intercomunicador Yener, Dilain, Jilia, Menra y el ministro de exteriores de nombre Subich, salieron de sus respectivos camarotes. Se presentaron en la sala de espera aunque no tuvieron que aguardar mucho ,pues el príncipe ya estaba allí. Sin mucho mayor protocolo, embarcaron en una lanzadera que salió presta de su nodriza .A buena velocidad recorrió la “tierra de nadie” de esa frontera espacial, acercándose hacia un punto de luces que, a medida que se ampliaba a la vista, mostraba su aspecto de acorazado Nephraler .Se trataba de una nave fusiforme de un tamaño enorme .Bueno, comparable al de un portanaves de Yumlaiance. De su extremo frontal partió un rayo tractor que atrapó a la lanzadera en tanto sus ocupantes recibían el siguiente mensaje en el idioma de la Cuádruple Alianza.
- Aquí acorazado Supoursh de la flota Nephraler .Están ustedes en nuestro espacio .No teman, ahora mismo les estamos remolcando hacia nuestra nave a fin de acelerar su llegada .Desconecten los sistemas de propulsión y permanezcan sentados, gracias.
- Entonces sólo nos resta esperar- declaró Yener cruzando los brazos con gesto sereno -.
- No creo que tarden mucho- .Comentó Dilain mirando distraídamente por la claraboya que daba a su asiento -.
- La hora de la verdad se acerca- terció el ministro con un tinte de nerviosismo empañando su voz -.
Menra y Jilia no dijeron nada, sólo se estrecharon tímidamente las manos mirándose fijamente. Allá iban y ambas esperaban estar preparadas.
Pero tal y como Subich les había pronosticado no tardaron demasiado en penetrar por uno de los hangares de su nave anfitriona. Su lanzadera se posó suavemente en la pista y al cabo de unos segundos recibieron la instrucción de que podían abrir las compuertas. El piloto lo hizo y los ocupantes de la misma se dispusieron a bajar en el modo protocolario. Yener y Dilain lo harían primero como batidores respectivos de Somer y Anlad, dejándole el camino seguro a su Alteza Imperial .Más tarde, bajaría éste seguido por su ministro y cerrando la comitiva la comandante Delaier y la mayor Renar como escoltas finales .Desde luego, de poco habría servido esa previsión si los nephralers se hubiesen mostrado hostiles. Formados a ambos lados de la salida se aprestaban decenas de guardias vestidos de gala según las usanzas de ese mundo, uniformes color gris con ribetes de colores que variaban en los mismos según la graduación y el arma a la que pertenecieran los distintos militares. Pero todos presentaban armas y los que parecían ser los oficiales, levantaban sables en honor a sus distinguidos visitantes .Yener pudo comprobar mentalmente que allí no parecía existir un entorno demasiado hostil, si bien la mayoría de los soldados miraban con recelo su uniforme del Kail y la túnica de maestro de Esil que lucía Dilain. Aunque sobre este sentimiento se imponía la curiosidad. Al igual que le había sucedido a la gente en Yumlaiance cuando llegaron Lord Carnalsk y su séquito .Tampoco se detectaba la presencia de ningún Hialgasth. Por lo menos eso era un comienzo alentador. No obstante pronto dedicó su atención al frente, pues vio llegar hacia ellos a una oficial nephraler que llevaba, si no lo recordaba mal, las insignias de comandante .La chica era bonita y de largo pelo moreno, con ese semblante entre pálido y azulado característico en los de su raza .Se paró a pocos metros y se cuadró saludando militarmente al estilo yumlaincer. Yener devolvió el saludo al estilo nephraler agradeciendo esa deferencia para después dejar pasar a su príncipe, ante el cual la muchacha hizo una gran reverencia y declaró presentándose con gran cortesía.
- Alteza Imperial. General y distinguidos visitantes. Soy la comandante Yashira Draker y estoy encargada de escoltarles y mostrarles todo lo que deseen conocer sobre nuestro planeta y su cultura. Me tienen a su entera disposición.
- Se lo agradecemos comandante - .Repuso el príncipe visiblemente complacido con tan bella guía e interlocutora -
- Síganme por favor, les mostraré sus alojamientos hasta que lleguemos a nuestro mundo- les pidió ella dando la vuelta y comenzando a caminar -.
El grupo hizo lo que ésta les había dicho y la comandante fue indicándoles a cada uno las habitaciones que ocuparían. Un amplio camarote equipado con todo lujo de detalles estaba a disposición del Príncipe .Otros no menos espléndidos para el resto de la comitiva .Los nephralers habían echado el resto o quizás ellos se alojasen así, quien sabe .Pero podían haberse ahorrado al menos dos camarotes. Menra y Jilia de buena gana hubieran ocupado uno para las dos. Al igual que Yener y Dilain .Aunque en estas circunstancias no había otro motivo que el de respaldarse mutuamente .Pues, sobre todo en el caso de las chicas, ni aun habiendo estado permitido hubiesen podido hacer otra cosa que permanecer de guardia hasta llegar a su destino. Estaban demasiado alerta y concentradas en su misión y no olvidaban que ahora se encontraban en territorio que si en este momento no era oficialmente enemigo, al menos seguía siendo desconocido. Y por supuesto, lo primero que hicieron, tanto ellas como los otros, fue tratar de averiguar si existían escuchas o cualquier tipo de artilugio espía pero se dieron cuenta de que no era así. La comandante Draker les informó a su vez de que estarían en Nephraler dentro de un par de horas y les ofreció el saludo tradicional de su raza con una libación de bebida. Lo cierto es que ese brebaje de lo que fuera no estaba malo. Muy al contrario, su sabor dulzón incitaba a repetir. Después fueron obsequiados con una especie de cena que no estaba tampoco nada mal .Aunque ni siquiera el propio príncipe tuvo curiosidad por saber que era aquello que se estaban comiendo. Y la misma comandante les aseguró que todos los ingredientes habían sido concienzudamente analizados y probados para que no constituyeran ningún tipo de problema a sus anfitriones. Yener se preguntó con quién lo habrían probado, aunque prefirió no formular la cuestión. Al término de la cena se retiraron a sus estancias para prepararse .La nave estaba ya muy próxima al planeta Nephraler que, desde la lejanía, parecía envuelto en una especie de neblina verdosa. Todos contemplaron por los monitores aquella vista, la primera que tenían desde tan cerca, puesto que ni siquiera los satélites espía que fueran enviados hacia este sistema pudieron acercarse lo bastante para tomar datos precisos y mucho menos imágenes. Una vez que lo vieron durante un buen rato, salieron para reunirse en una sala de mayores dimensiones y así poder intercambiar impresiones entre ellos.
-¿Qué le parece a su alteza?,- inquirió el ministro -.
- Un mundo envuelto en un halo de misterio- opinó reflexivamente este -.Quien sabe los secretos que nos reserva.
- Ojala que este sea el inicio de unas relaciones fluidas y con muchas visitas por ambas partes- Deseó firmemente Subich -.
Yener no dijo nada, por un lado pensaba en que todo saliera bien y por otro seguía sin hacerle demasiada gracia que los nephralers fueran a intimar con ellos .La comandante Draker interrumpió sus reflexiones cuando apareció en la sala dirigiéndose a todos para anunciarles casi al modo en que lo haría cualquier azafata de vuelo comercial.
- Ahora embarcaremos en una lanzadera con destino a la capital de mi mundo, Helgamad. Si son tan amables- dicho esto les indicó que la siguieran con un cortés ademán de sus manos -.
El grupo no tardó en encaminarse tras su guía. Abordaron una nave de pequeñas dimensiones que despegó en el acto conduciéndoles hacia el planeta. Atravesaron la densa atmósfera del mismo sin poder ver apenas a unos pocos metros de distancia. Allí, la estrella de este mundo, una gran nova roja, apenas sí podría atravesar ese enorme manto. No era de extrañar aquella palidez de los habitantes de aquel mundo. Bajando durante unos minutos más lograron traspasar esa capa entrando en otra mucho más liviana que dejaba ver a una considerable distancia. Ahora la luminosidad era comparable a la de un día nublado de Yumlaiance.
- Hoy disfrutamos de una mañana excelente- .Afirmó la comandante Draker -.
- ¡Entonces, ustedes no gozan de mayor luminosidad! - .Preguntó Subich con autentico asombro –
- No estamos acostumbrados a recibir tanto radiación solar como ustedes.- Replicó Yashira que añadió -. Para visitar su mundo hemos debido protegernos con cremas y filtros especiales para soportar la luz de su día.
Yener no notó nada extraño en Carnalsk cuando conversó con él, aunque, claro está, se vieron dentro de un edificio que les resguardaba del sol. Pero lo que decía aquella chica no le extrañaba a la vista de su mortecina palidez y del gran tamaño que tenían sus pupilas, que parecían más dilatadas de lo que sería normal.
Nadie comentó nada más, pues los yumlaincers oteaban con curiosidad por las ventanillas. Finalmente las formas del relieve montañoso y las primeras luces de la ciudad se hicieron bien visibles. El descenso se llevaba a cabo entre colosales paredes de escarpada roca que se erguían como centinelas de amenazadoras formas, parcialmente ocultas entre esa espesa niebla. Aquel panorama era sencillamente sobrecogedor. La misma ciudad estaba alojada en aquellos tremendos farallones de piedra y gigantescas estatuas de quienes debían de haber sido reyes o personajes importantes para los neprhalers se erguían a su lado desafiando el tiempo. Yener y Dilain escrutaban el paisaje a través de las ventanillas manteniendo un gesto estólido y prácticamente inmutable. Jilia y Menra trataban de mostrarse también impávidas, pero el tamaño que alcanzaban sus pupilas delataba su asombro y temor prácticamente reverencial ante aquel paraje tan extraño y hostil. La grandeza de aquello, pese a representar lo que durante siglos habían odiado y temido los yumlaincers, era algo verdaderamente indiscutible e impresionante. Solo el príncipe Lonel dejaba translucir exclamaciones tales como.
-¡Por todos los dioses de Yumlaiance. Esto es increíble!. ¡Grandioso!.
La comandante Draker y uno de los oficiales de su mundo que pilotaba la lanzadera, cruzaron cómplices miradas de satisfacción y orgullo esbozando levísimas sonrisas, pero no dijeron nada. La bajada proseguía e iban en dirección a un astropuerto iluminado por destellos de múltiples colores, un código visual que indicaba al piloto el permiso de llegada y el punto concreto donde debían posarse .El panorama seguía siendo impresionante, más allá de la pista se alzaban edificios enormes de aspecto pétreo y porte majestuoso .Todos contenían el aliento sintiéndose como elementos extraños en el interior de un organismo que pudiera reaccionar de un momento a otro para destruirles .La nave continuaba su descenso entre intrincadisimos picachos de rocas y esbeltas construcciones que parecía garras, prestas a atraparles en un rápido e inesperado zarpazo, y ese sensación se mantuvo hasta que la lanzadera tocó suavemente el suelo. La comandante Yashira, una vez cerciorada del aterrizaje y recibidas las instrucciones pertinentes, ordenó abrir la puerta de la lanzadera, aunque antes de invitar a sus acompañantes a salir, les entregó a cada uno filtros respiradores. Cuando todos se los colocaron, ella les flaqueó la bajada por las escalerillas de la nave .Afuera esperaba una nutrida guardia de honor presentando sus respetos, mandada por el propio Lord Carnalsk. Éste se inclinó en una amplia reverencia al encontrarse con el príncipe yumlaincer.
- Es un gran honor el teneros en nuestro planeta Alteza - dijo el noble Nephraler con una voz que resonaba algo más de lo habitual merced a la densidad de esa atmósfera -.Sed cordialmente bienvenido en el nombre de mi rey, su majestad Karng III.
- Para mí es un placer y un alto elogio ser recibido por uno de los principales pares del reino Nephraler que, por lo que he visto desde su cielo, es algo sencillamente impresionante. Ha sobrepasado con creces todas mis expectativas de grandeza.- Respondió el príncipe que notó ese mismo fenómeno en su propia voz -.
El nephraler agradeció el cumplido con una inclinación de cabeza y una media sonrisa de satisfacción, pasando a abrir sus brazos para indicar.
- Tengan la bondad de seguirnos. Les acompañaré al palacio de Duncrag donde les hemos preparado sus alojamientos .Seguidamente informaré oficialmente a mi soberano de su llegada para que pueda recibirles inmediatamente.
- Muy amable- declaró el ministro -.
- Debo corresponder a la magnifica acogida que me dispensaron cuando estuve en su mundo - .Repuso Carnalsk en lo que parecía un tono cordial para los cánones de su raza, aunque para uno de Yumlaiance eso no habría pasado de un mero tono informal, pero el noble seguía hablando y eso contribuyó a la satisfacción de sus interlocutores cuando le oyeron decir - .Le hablé del gran recibimiento que me hicieron ustedes en su planeta a mi soberano y él desea que su estancia aquí sea lo más cómoda y agradable posible .Por lo pronto, tras la recepción en la corte, hemos dispuesto una cena en honor de su alteza y sus distinguidos acompañantes .Ahora, si son tan amables.
Carnalsk llevó a sus invitados hacia un deslizador que les dejó en aquel palacio inmenso que coronaba la ciudadela de Helgamad. Alzándose sobre unas escarpadas colinas y rodeada de muros, quizás más atávicos y decorativos que efectivos, era el centro de la capital. Sin embargo Dilain y Yener no estaban tan seguros del presunto ornamento de los mismos. Fue el mago quien inquirió a su anfitrión...
- Su ciudad es muy bella sin duda, pero estos muros...¿acaso no cumplen otra función aparte de dar fe de la antigua tradición de su mundo?.
- Se nota que son ustedes grandes expertos en sus campos de conocimiento - .Alabó Carnalsk que admitió, explicando a renglón seguido -.Estos muros, en apariencia inofensivos son, como han podido deducir, un sistema defensivo de primera magnitud .Poseen un campo electromagnético muy potente alimentado por múltiples generadores que podría soportar un ataque a gran escala. Aquí nos gusta combinar la practicidad del hoy con el encanto de la historia. En eso somos iguales que ustedes.
- Y por lo que se presume en cuanto a sus dimensiones y su campo electrostático en verdad son de una gran potencia. Además de ser capaces de defender el palacio podrían repeler cualquier tipo de agresión ,¿me equivoco?.- Terció Yener con agudeza -.
- Cuando digo que para mí es un placer tenerles aquí como contertulios además de cómo interlocutores oficiales puedo ufanarme de decirlo de veras - repuso el noble nephraler esbozando una tenue sonrisa y corroborando a continuación- .Tiene usted razón general .Nuestra fortaleza posee cañones de antimateria y plasma que apuntan al espacio. No es fácil de detectar salvo con medidores muy cualificados pero a ustedes les ha bastando verlo y sentirlo.
- Es un dispositivo muy complejo y avanzado en verdad- .Intervino el ministro de exteriores añadiendo con visible orgullo para no ser menos -.Nosotros poseemos algo similar en Yumlaiance.
-¡Está claro que es mejor llevarse bien que pelearse!- .Añadió el príncipe en tono más jovial lo que provocó la sonrisa de su anfitrión e incluso la de la comandante Yashira -.
- Una observación muy acertada, alteza- declaró ella -.
Sin dedicarle más tiempo a los temas defensivos pasaron al interior del palacio. Aquello rivalizaba con el propio salón del trono Imperial yumlaincer en cuanto a la calidad y abundancia de su ornamentación. Gruesos tapices cubrían la mayor parte de las paredes y un océano de suelo alfombrado se extendía a los pies del grupo, jalonado por isletas de enormes mesas y sillas de algo similar al roble tapizadas con filigranas de oro. Armarios y estantes que lucían las vajillas y adornos más preciados se distribuían en todas direcciones a las que mirasen. Y aquello, según les informó Yashira, no era más que una sala secundaria. Estaba claro que los nephralers deseaban mostrarles todo el esplendor y la riqueza que eran capaces de atesorar. Al igual que hicieran los yumlaincers cuando fueron igualmente visitados en su mundo. Estaba claro que la propaganda a todos los niveles iba a jugar parte importante en estas conversaciones. Y ambas partes lo sabían muy bien, los componentes de la delegación de Yumlaiance lo tenían en mente sin duda, cuando atravesaban unas cuantas estancias como aquella. Finalmente llegaron a un largo pasillo de madera en el cual se emplazaban sus respectivas habitaciones .Para el príncipe se encontraba dispuesta una gran suite con una corona imperial grabada en la puerta. El ministro disponía de otro gran cuarto adyacente y Yener como Dilain, tenían también los suyos propios .Menra y Jilia tampoco podían quejarse en lo referente a su hospedaje, contando cada una con su habitación individual provista de todo tipo de comodidades. Lo único que preocupaba a ambas era que aquello no se convirtiera en una dorada cárcel .Aunque el general Rant y el mago de Esil les asegurasen que tal cosa no entraría de seguro en los planes nephralers .Una vez instalados y remitiéndoles a la comandante Yashira para cualquier cosa que pudieran necesitar Lord Carnalsk se despidió dirigiéndose a informar a su rey que se encontraba unas cuantos pasillos y habitaciones más ,en dirección al centro de ese gran palacio-fortaleza .El Príncipe se retiró a descansar, al igual que su ministro, en tanto Yener y Dilain hubieron comprobado las estancias. Después, el Monje y el Mago, se reunieron en la habitación de éste último llamando asimismo a las dos mujeres. Una vez estuvieron todos presentes comenzaron a discutir asuntos concernientes a su misión.
-¿Habéis podido comprobar vuestras habitaciones?.- Inquirió Yener -.
- Si señor, no he encontrado nada anormal- repuso Menra -.
- Yo tampoco mi general- añadió Jilia -.Ni cámaras ocultas ni micrófonos. He pasado el detector muchas veces y no encontré nada.
- Mis sentidos del Kail tampoco me han revelado nada aquí- declaró Yener-
- Mi magia de Esil coincide con sus valoraciones - .Corroboró Dilain -.Tampoco he notado hechizo ninguno.
- Es muy extraño- .Terció Jilia que aun preguntó con desconfianza -. .¿Por qué no habrán dejado escuchas ni usado magia?.
- No son tontos, saben que podemos detectarla.- Respondió Yener -.
- O puede que en verdad deseen unas conversaciones limpias.- Aventuró Dilain y era realmente complicado descubrir si lo decía de veras o con sarcasmo -.
- Eso me extraña mucho pero dadas las circunstancias es algo que no podemos ignorar- .Reconoció el propio Yener -.
- Entonces señor, en lo relativo a espionaje ¿podemos estar tranquilas?- .Inquirió Jilia con cierta prevención -.
- Al parecer, por ahora si -. Afirmó Yener llevándose una mano a la barbilla y añadiendo sin embargo - .Pero no podemos bajar la guardia. ¿Qué opinas tú Dilain?.- Quiso saber dirigiéndose al mago con ánimo de que este corroborase sus conclusiones -.
- Estoy de acuerdo contigo- convino efectivamente este -.Ante todo, lo que hay que vigilar es el momento de ser recibidos por el rey Nephraler. Se dice, según las antiguas historias, que su monarca es el noble de la oscuridad con mayor poder. Y si Lord Carnalsk, con la fuerza latente que posee es tan sólo un par, no quiero ni imaginar como será su soberano.
- Muy bien- .Asintió Yener- .Entonces habrá que ser muy cautos cuando nos reciba.
- Yo creo que no nos hará nada- .Terció Menra con tranquilidad - .¿Por qué iba a hacerlo el rey cuando han podido intentarlo multitud de sus servidores?.
Todos guardaron silencio, desde luego que la hipótesis de la comandante Delaier tenía sentido y todos deseaban que fuera así. Por fin fue la mayor Renar quien preguntó.
- Entonces ¿qué debemos hacer?.
- Por el momento descansar- le respondió Dilain -. Falta nos hará. Tenemos que estar despejados y con los cinco sentidos alerta. Bueno, en el caso del general y el mío con más de los cinco.
- Por ahora no hay nada más- declaró Yener- .Váyanse a dormir como ha dicho el Maestro y descansen. La jornada que nos aguarda será muy dura.
- Por cierto señor- inquirió Jilia -.Aquí no sabemos como miden los Nephralers el tiempo. Ni si sus días y sus noches van acorde con las nuestras.
Yener recibió aquella cuestión quedándose pensativo, eso era cierto .No sabían a cuanto tiempo se refirió Lord Carnalsk cuando les dijo que iba a informar a su soberano a fin de que les recibiera inmediatamente .Eso era algo que averiguarían de seguro. Pero ¿cuánto tardarían en hacerlo? .Así pues, lo mejor sería no preocuparse más por ello e intentar descansar lo posible dadas las circunstancias. Así lo expuso a los demás que asintieron marchándose cada cual a sus habitaciones. Jilia y Menra muy a su pesar, se encaminaron cada una a la suya. Dilain ocupó su estancia tras hacer las últimas comprobaciones mágicas y Yener se tumbó en su propia cama desocupando su mente de todos aquellos problemas y dedicándose a pensar en su esposa y su hija .No podría decir cuanto tiempo estuvo tumbado antes de que le venciera el cansancio y comenzar a soñar...
Podía contemplar la majestuosidad del palacio de Dumlans. Sus altas torres y su bella ornamentación externa con las banderas de todos sus reinos .Era una visión espléndida, nada tenía que envidiarle a la gran ciudadela de Helgamad. Pero entonces sucedió algo extraño. La Tierra comenzó a temblar y se hizo lodo. Este lodo manchaba, sin saber como había subido, las torres y banderas. El palacio entonces se agrietó. Las piedras milenarias comenzaron a resquebrajarse sin que Yener pudiera hacer nada y las altas torres se derrumbaban con estrépito. Y lo que era muchísimo peor, el muchacho descubrió a su esposa y a su hija debajo de estas .En su desesperación Yener gritaba.
-¡Gina sal de ahí, coge a la niña y escapa!.
Pero su esposa no parecía oírle solamente miraba al cielo con expresión triste, sin percatarse al parecer de todo aquel desastre .Pudo ver también a Jilia y a Menra, junto a la hermana menor de ésta última vestida de maga, estaban junto a su esposa y estas sí que parecían advertir lo que ocurría, pues la llevaron cogida de la mano hasta apartarla de aquel derrumbamiento .Pero las rocas resultantes se precipitaban en avalancha contra las dos oficiales. Jilia empujó a su compañera que arrolló a la mujer de Yener y a su hija poniéndolas fuera de la trayectoria. La maga las envolvió con un hechizo protector, aunque la mayor Renar quedó en medio de ese alud sin poder moverse en tanto las rocas se acercaban y después el señor del Kail no pudo ver más. Tan sólo escuchó una voz en su cabeza que le decía.
- Búscala Yener .Es nuestra esperanza...
En su desesperado afán por ayudar a las mujeres, despertó incorporándose en su cama, agitado todavía por los jadeos entrecortados.
Mirando en todas direcciones Yener se encontró tumbado en la cama de su habitación, nada parecía estar fuera de lugar. Ni percibía ningún efecto alucinatorio que proviniese de nada que le rodease. Consultó su reloj. Habían transcurrido doce sexdanes .Inquieto se levantó de la cama paseándose por la habitación. Todavía recordaba claramente su sueño. ¿Qué habría querido significar? .Una cosa era evidente, al menos eso pensaba él. No detectaba la mano de los neprhalers en esto. Debía de estar relacionado con las visiones que tuviera en Yumlaiance .Y seguro que era relativo al futuro de su mundo .Un porvenir muy pesimista según aquellos augurios. ¿Podría significar que la mayor Renar iba a sufrir algún tipo de accidente, o era algo simbólico? .Y lo que más le preocupaba de todo .¿Qué significaba esa voz?. ¿Sería del propio Skar Dainlin que volvía a advertirle al igual que en su visión en las ruinas del antiguo Monasterio?.
-<<¿Acaso se referirá a la Somerlaiance?>>- .Se preguntaba a sí mismo- .<
No obstante, esas cuestiones deberían esperar. En esos momentos alguien tocó a la puerta. Yener, reponiéndose de la momentánea sorpresa, puesto que los sentidos del Kail, absortos en aquel sueño no le habían advertido, contestó por fin.
-¿Quién es?.
- Mi general- a través de la puerta escuchó la voz suave de esa comandante nephraler -. Lord Carnalsk me envía a decirles que todo está preparado para la audiencia con nuestro soberano.
- Gracias. Estaré listo enseguida - repuso él que quiso saber -.¿Avisará usted al resto de mi grupo?.
- Si señor- .Contestó Yashira que ya lo había hecho con el príncipe y el ministro Subich -.
Y no escuchó nada más, la nephraler debió de alejarse para efectivamente informar al resto del grupo .Yener se lavó cambiándose de ropa y una vez estuvo listo luciendo ahora el uniforme de gala de los Monjes de Somer, salió de su cuarto encontrándose allí con su alteza y el Ministro aparte de las dos oficiales yumlaincers y del Maestro de Esil.
- Celebro verle - declaró el príncipe que fijándose en la cara aun pensativa de Yener le inquirió con tibia preocupación -..¿Se encuentra usted bien?.
- Si Alteza- .Contestó este que no había imaginado que su aspecto pudiera translucir tanto su anterior pesadilla -.
- Magnífico pues- terció el ministro con más animación- .¡Entonces vamos para allá!. Su majestad nos espera.
Y la comitiva se puso en marcha, era Yener quien encabezaba el avance junto a Dilaín. El príncipe iba tras ellos flanqueado a la derecha por su ministro y las dos mujeres cerraban la marcha a un par de metros. Llegaron al fin del pasillo donde les aguardaban Lord Carnalsk y la comandante Yashira, junto a un pelotón de la guardia de palacio.
- Serán formalmente escoltados a presencia de nuestro rey- .Les explicó el noble nephraler -.
Con un gesto suyo, la guardia se dividió en dos hileras que flanquearon a los dignatarios extranjeros. Yashira dio la orden de marcha y se puso al frente de los soldados. Carnalsk entró en la formación poniéndose junto al príncipe yumlaincer. Éste le comentó sin disimular su ansiedad.
- Tengo muchos deseos de conocer a vuestro rey.
- Él comparte plenamente el interés de vuestra alteza - .Le respondió el nephraler -.Este va a ser un momento histórico para ambos mundos.
- Que usted, entre otros, ha hecho posible .Espero que su rey le recompensará por ello- .Declaro el heredero al trono yumlaincer -.
- Mi mejor recompensa es seguir sirviendo fielmente a mi señor y rey - , contestó Carnalsk con un tono de modestia que no le pegaba nada y añadiendo a su vez -.Vuestra alteza y su padre su majestad Imperial, también pueden presumir de magníficos vasallos que han hecho posible este momento.
- Desde luego- .Asintió el príncipe -. Algunos de ellos están aquí mismo. Como el general Rant.
Yener parecía ajeno a esos elogios pues andaba un par de metros por delante con la vista puesta en el camino .Carnalsk le dijo entonces al príncipe en lo que sonaba a una sincera admiración.
- Un hombre excepcional sin duda y gran interlocutor .Deseo poder volver a tratar con él los temas que dejamos aparcados en Yumlaiance por falta de tiempo.
- Por supuesto que podrá usted hacerlo. En cuanto yo me reúna con su soberano, el general Rant conversará con usted.
El noble nephraler asintió, al parecer muy satisfecho con esas palabras y la comitiva se detuvo en ese instante. Yashira había ordenado el alto a la guardia pues habían llegado frente a la puerta que daba acceso al salón del trono .Tocando con gran ceremonia, muy similar en bastantes detalles a la Yumlaincer, la comandante pidió permiso para abrir. Este le fue concedido con otros toques provenientes del interior. Debía ser una especie de clave que indicaba la vía libre. Yashira entonces abrió la puerta tirando de una gran palanca que hizo desplazarse hacia el interior la doble hoja que la componía y así quedó a la vista de todo el grupo el gran salón real. Donde, rodeado de otros nobles, séquito y gran pompa, les aguardaba el rey nephraler.
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