17/.Capitulo 71.Secuestro.
Como tantas veces Peter y Kyra acostaron a su hija dándole un beso de buenas noches .La niña se sentía inquieta y no quería dormirse. Sus padres lograron convencerla tras un rato de paciente conversación. Una vez conseguido, los esposos salieron del cuarto de su hija para sentarse juntos y pasar lo que restaba de velada.
- Otra vez le ha dado por esos miedos a los fantasmas- dijo Peter con inquietud -.Y cada vez me preocupa más.
- Nuestra hija aún es muy pequeña- respondió Kyra tratando de aliviar el temor a su marido- .Se le pasará con tiempo, cariño y paciencia.
-¿Pero de dónde puede sacar esas historias?.- Se preguntó Peter casi a modo retórico -.Nadie se las ha contado.
- Puede que haya visto algunas en la holotele - conjeturó Kyra más por buscar alguna explicación que creyéndolo -.
- Mis padres no le dejarán ver esas cosas- negó tajantemente él- .No, eso seguro.
Kyra asintió segura de ello más de pronto palideció. Se levantó como un resorte del sofá ante la atónita mirada de Peter.
-¿Qué te ocurre?- exclamó él -.
-¡Tenemos que ir con nuestra hija, corre!- le apremió Kyra visiblemente nerviosa -.
-¿Qué es lo que has visto?- le inquirió su esposo sabedor de que aquello debía obedecer a una de las intuiciones de ella -.
Kyra no respondió, corrió hacia la habitación de su hija tratando de abrir la puerta pero esta no cedía. Peter llegó instantes después, para poder escuchar junto a su aterrada mujer los gritos de auxilio de la pequeña.
-¡Papá mamá, se me llevan los hombres malos!...
-¡Cariño, estamos aquí!- chillaba la angustiada Kyra, en tanto Peter cargaba contra la puerta tratando de echarla abajo -.
En la habitación de la pequeña los juguetes y el resto de las cosas volaban alrededor del negro vórtice que se había creado sobre su parque. De este surgía un largo brazo oscuro que trataba de cogerla y aunque la niña había conseguido eludirlo en la primera ocasión, éste no falló a la segunda e hizo presa en su pijama izándola de una pierna. Fue entonces cuando Peter logró derribar la puerta y tanto él como Kyra irrumpieron en la estancia para contemplar impotentes como su hija era arrastrada hacia el interior de aquello sin que ninguno de los dos pudiera alcanzarla.
-¡Maldita sea!..- aulló él intentando por todos los medios seguirla, pero fue imposible el túnel se cerró impidiendo cualquier posible rescate .Kyra se desmoronó llorando en el suelo y su esposo trató de levantarla. Ella se le abrazó sollozando amargamente -.
- ¡Yo he tenido la culpa, la pobre me lo advirtió y no quise escucharla!.
- No cariño, todos somos responsables, y ninguno hicimos caso tomándolo por meros miedos infantiles.- Trataba de consolarle él intentado aparentar calma pese a sentirse profundamente rabioso, agitado y tan asustado como su esposa o quizás más -.
- Pero yo poseo dones de telepatía y videncia Peter - .Respondió ella mirándole con los ojos anegados por las lágrimas - Y no vi nada. ¿Por qué no lo presentí?.- Se preguntó cargando su lamento de reproche contra sí misma -.
- No es momento para que te culpes ahora- le susurró él levantándola despacio y manteniéndola abrazada con todo el afecto del que era capaz en ese terrible momento, amén de tratar de animarla y de animarse a sí mismo cuando dijo con determinación -.Ahora debemos rescatar a nuestra hija a cualquier precio.
- Pero ¿de dónde?, ¿de quién?.- Preguntaba Kyra presa de la desesperación -.
La pobre muchacha había perdido por completo todo control de sí misma, ella que siempre mantenía la cabeza fría en las situaciones más difíciles a las que se había enfrentado era ahora incapaz de pensar, solo lloraba y miraba hacia el techo de la habitación de su hija, ya en estado normal, presa de la más absoluta impotencia.
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- No lo sé- admitió Peter abatido aunque enseguida animó su voz diciendo -.¡Yener!, él nos ayudará.
Y lo más rápido que pudieron avisaron de lo sucedido a Lora y a Pier. Como abuelos que eran, estos al principio no podían creerlo, después sufrieron también una terrible angustia y desesperación, pero ayudados por su experiencia y la calma adquirida a lo largo de los años enviaron de inmediato un mensaje subespacial a Yumlaiance. Directo al domicilio de Yener .Éste se encontraba por fin en casa junto a su mujer y su hija cuando tuvo una llamada del vídeo contestador. Activando el aparato reconoció a la teniente general Graters, comandante en jefe de la zona fronteriza con Nephraler, que le comunicó una vez respondió al saludo protocolario de Yener.
- Descanse y escuche general. No hay tiempo para saludos. Hemos recibido un comunicado muy urgente de Nephraler. Y está dirigido a usted .Han sabido que una facción de disidentes no apoyan los tratados y que están dispuestos a actuar contra todos los intereses yumlaincers y sus aliados.
-¿Y ha ocurrido algo más verdad?.- Inquirió él, con Gina pendiente también de la pantalla -.
- Me temo que sí, han informado que una de sus naves, desobedeciendo órdenes directas u expresas, se adentró en el espacio del planeta Oumeya y que planea algo contra este mundo. En concreto contra su familia política. Ellos van a enviar a uno de sus mejores oficiales en comisión a bordo de una nave para ocuparse del tema, le piden que se una a sus esfuerzos.
A Gina le dio un respingo al escuchar aquello, pero su marido, posando una tranquilizadora mano en los hombros de la muchacha, contestó a la vez a su superiora.
- Enseguida voy, muchas gracias - afirmó él agradeciendo la rapidez con la que su superior le había informado, no obstante observó como su receptor de mensajes parpadeaba -.Discúlpeme mi teniente general pero tengo otro aviso.
- Bien, yo ya le he dicho lo que me comunicaron .Que tenga suerte general - respondió esta despidiendo la conexión -.
Sin darles mucho tiempo a reaccionar pusieron el otro mensaje en el que apareció la angustiada cara de Lora que les decía.
-¡Yener, hija, por favor!, ¡tenéis que ayudarnos!. Unos seres desconocidos han raptado a Rachel.
Gina se echó las manos a la cabeza horrorizada, aquello confirmaba el pálpito que acababa de tener durante la anterior llamada y Yener pudo preguntar, sin percatarse de que no habría respuesta inmediata dada la distancia.
- Pero, ¿Cómo ha sido?.
Al cabo de unos segundos que se hicieron larguísimos, Lora contestó, pero no por recibir la pregunta sino por mor de tener ya preparada la respuesta sabedora de ese mismo problema de distancia y espera y lo hizo dominando más su tono.
- Algo apareció en la habitación de la niña. Ni Peter ni Kyra pudieron hacer nada para evitarlo. Por favor, ven a Oumeya. Quizás tú puedas ayudarnos.
-¡Los Nephralers! - espetó él- .¡Malditos bastardos!.
- Ya has oído Yener - terció Gina tratando de ser objetiva pese a todo lo que sufría y temía de aquello -.Tu superiora te ha dicho que será cosa de una facción.
-¡Me da igual una facción o el mundo entero, si le hacen el menor daño a mi sobrina acabaré con todos ellos! - amenazó con furia para añadir algo más controlado- .Debo irme sin pérdida de tiempo.
- Quiero ir contigo- le pidió ella -.
- No, podría ser muy peligroso- rechazó abruptamente Yener -
- Es mi sobrina y Peter es mi hermano .No me quedaré de brazos cruzados mientras están sufriendo en Oumeya. – Insistió Gina con más dureza en su voz de lo que era habitual en ella, aunque agrego, ya de un modo más calmado -.Dejaré la niña a cargo de tu madre.
- Mi madre se ha ido de viaje a la Luna Septentrional y no le gusta llevar localizador, tiene esa manía. Por muy rápido que quisiéramos avisarla y que llegase perderíamos horas.- Dijo él aunque aquellas argumentaciones no pasaban de ser fútiles excusas, pero añadió dándole mayor sentido a sus palabras -.Además, no creo que sea buena idea dejarla a ella al cargo de Samra en estas circunstancias.
Sin saber plenamente porqué Gina estaba de acuerdo con su marido, quizás temiese que trataran de hacerle algo a su hija y que su abuela, por mucho que la quisiera, no pudiera protegerla, pensaba en ello tratando de encontrar la solución cuando se le ocurrió de pronto.
- Calina Delaier, la hermana de la comandante Menra, se hospeda cerca de aquí. Le diré que venga a cuidar a Samra.
- No puedes pedirle eso- objetó él -.Tiene unas obligaciones que cumplir.
- Lo hará.- Replicó Gina convencida- .Y de paso llama a tu hermano Erel.
- No sé donde está- respondió Yener -.
- Creo que en Dumlans, tenía que ir a resolver unas cosas.- Le informó Gina que, por fortuna, se acordaba de lo que su cuñado le explicara al despedirse en su anterior visita -.
Así pues Yener avisó a toda prisa a su hermano. Su localizador daba señal lo cual significaba que no estaba lejos .Gina contactó con Calina explicándole la situación. La muchacha accedió de inmediato tras informar a sus superiores a los que debía consultar si podía hacerlo o no .Por fortuna, el Mago Dilain fue puesto al corriente de lo que sucedía y arregló el permiso para Calina dándole tanta prioridad como si de una misión oficial de la hermandad se tratase. La muchacha llamó también a su hermana avisándola de que los Rant tenían un asunto grave que atender en Oumeya pero no le explicó más a petición de la propia Gina. Menra a su vez avisó a Jilia que no tardó en ofrecerle su ayuda al general comunicando con él por el canal militar de urgencia pues, cuando ambas informaron a sus superiores directos de que el asunto trataba sobre el general Rant, estos de inmediato les otorgaron el permiso para ocuparse de ello, durante todo el tiempo que fuera preciso. Realmente Yener había conseguido una buena reputación entre la mayor parte de sus compañeros. Aunque éste, amablemente y muy agradecido les dijo a la chicas que era un asunto que él mismo debía resolver .Lo que sí les pidió fue que vigilasen estrechamente a su hija. Tal y como Gina pensó, él tenía el mismo temor acerca de la seguridad de Samra. Algo le decía que ella podría ser la siguiente. Así pues ambas oficiales se comprometieron a ello y Yener, más tranquilo, comenzó a disponer los preparativos para su marcha a Oumeya .Gina esperó a que tanto Calina, como Erel, que enseguida se puso a su disposición para ayudarles, llegasen a casa. No tardaron más que unas horas en hacerlo y obviando los saludos largos se comprometieron a quedarse allí hasta la vuelta de los padres de Samra. Yener y Gina seguros al fin de dejar a su hija en buenas manos partieron hacia Oumeya. Durante el viaje estuvieron dándole vueltas a la cabeza pensando en donde podrían haberse llevado a Rachel. Yener dudaba que la niña estuviera lejos de allí .Pero debían ser rápidos .La flota estelar de Yumlaiance había puesto a su disposición un crucero ligero para acortar la travesía y dejarles menos margen de huida a los secuestradores. Y si los nephralers realmente querían ayudarles a recobrarla era de suponer que habrían establecido medidas de control para evitar la huida de esa nave. Efectivamente una nave de este planeta acudió a su encuentro mandada por la comandante Yashira Draker .La Nephraler tenía órdenes de ponerse a disposición de lo que mandase el general Rant .Éste la invitó a subir a bordo de su crucero y, tras los protocolarios saludos en el puente, pasó a informarle de lo que sabían en su mundo.
- Por lo que parece, una facción llamada los Dracaramiks se niega a aceptar nuestras nuevas relaciones y han decidido hacer todo lo posible para que estas no prosperen.
- Ese nombre me suena mucho- comentó él -.¿No eran el cuerpo regular de soldados de sus ejércitos?.-
- Si, algo parecido- corroboró Yashira matizando instantes después -.Eran un grupo de mercenarios que solían prestar sus servicios a nuestra corona siglos atrás.
- Es decir, que o simplemente han adoptado ese nombre o nos enfrentamos con profesionales.- Conjeturó Yener -.
Entonces apareció Gina, había estado en la sala de comunicaciones avisando a sus padres de la inminente llegada de su nave. Yener la saludó con un beso y pasó a presentarle a la comandante Nephraler que había observado ese afectuoso saludo, no sin extrañeza.
- Gina, esta es Yashira Draker, comandante de Nephraler. Fue una de nuestras anfitrionas en la reunión y ha sido enviada para ayudarnos.
- Es un honor señora Rant- declaró la nephraler saludando militarmente -.
- Encantada de conocerla- replicó Gina a su vez con un tono más jovial -. Veo que en su mundo hay mujeres muy bellas también. De seguro que nuestra delegación se sentiría muy a gusto con semejantes anfitriones.
Yashira agradeció el cumplido con una leve inclinación de cabeza y pasó a responder.
- Por lo que tengo entendido es usted natural de Oumeya. La niña que ha sido raptada es familiar suya ¿verdad?.
- Mi sobrina.- Le confirmó Gina ya con preocupación -.Es hija de mi hermano.
- No debe temer nada, haremos todo lo que esté en nuestras manos por recobrarla a salvo y castigaremos a los culpables.- Le aseguró Yashira -.
Yener asintió mostrándose conforme con que todo se desarrollase de esa manera .Así el viaje prosiguió con la comandante nephraler dándoles los últimos informes conocidos acerca de la posición de esa nave, de cuya dotación ella había formado parte, aunque prefirió omitir ese detalle. Su interlocutor yumlaincer pareció estar pensativo mientras ella les puso al corriente. Yener había detectado que la comandante de Nephraler no contaba todo lo que sabía, no obstante lo atribuyó a algún tipo de confidencialidad militar que no tendría autorización a revelar y dejó estar el tema .Con los datos que les había proporcionado podrían hacer un buen barrido de situación. Salvo, claro está, que esa nave hubiera pasado al hiperespacio alejándose de allí. Pero Yashira no lo creía probable .Según ella tendrían la necesidad de abastecerse y eso podían hacerlo en algún mundo cercano .Con estas teorías llegaron al fin a Oumeya. Yashira optó por permanecer en su nave orbitando a una distancia prudencial del planeta pues aun no tenían reconocidas sus relaciones diplomáticas con la confederación. Así que fueron Yener y Gina los que bajaron. Cuando descendieron en lanzadera al astropuerto ya eran aguardados por Peter, Kyra y los padres de Gina. Los gestos de afecto y el llanto emocionado no se hicieron esperar. Cuando las cuñadas estaban abrazándose Gina se apresuró a asegurarle a Kyra con renovadas esperanzas.
- No temas. La recuperaremos.
- Lo primero de todo es hacer una buena búsqueda con las naves de patrulla- indicó Yener -.
- Ya la hemos hecho- contestó Peter con tono alicaído -.Y no han podido encontrar nada.
-¿Cómo ocurrió exactamente?.- Quiso saber su hermana -.
- No sé lo que era- repuso Kyra visiblemente hundida -.Una especie de túnel negro del que surgió algo que atrapó a nuestra hija. Apareció de pronto en medio de la habitación.
- No comprendo que clase de tecnología puede ser esa- terció Pier con rostro sorprendido -.
- Eso no es tecnología- rebatió Yener mostrándose preocupado por momentos a la par que indignado -.¡Se trata de magia negra!.
Todos le miraron sin poder creer lo que escuchaban. Kyra entonces pudo decir presa de la angustia y el horror.
- No serán esos Hialgasth enemigos tuyos.
- No quisiera ser alarmista, pero tiene todo el aspecto de serlo.- Admitió su cuñado a su pesar -.
-¡Dios mío! - balbuceó Kyra sintiéndose terriblemente asustada, casi al borde de un ataque de nervios -. ¡Esos monstruos no tienen compasión! ,a mí casi me destrozan la mente ,¿qué podrían hacerle a mi hija? .¡Sólo es una niña pequeña!.
- Tranquilízate - le pidió su esposo abrazándola con todo el cariño que pudo -.
Gina también estaba aterrada. Había escuchado por boca de su esposo y de su cuñada y amiga de lo que podían ser capaces tales seres y rezaba porque ninguno de ellos estuviese tras de esto.
- Llamaré a la comandante Draker- declaró Yener con gravedad -.Está claro que hay cosas que no nos ha contado.
- Me gustaría acompañarte si puedo- le pidió Peter -.
- Se lo preguntaré, no creo que exista problema,- contestó su amigo- .Aunque ellos permanecen orbitando más allá del espacio de Oumeya, puesto que, oficialmente no están aquí. Así que todo deberá ser hecho de forma muy cauta- le previno Yener- .No podrás meter a la confederación en esto.
- Lo comprendo- le contestó éste haciéndose cargo pese a todo -.
- Siendo así llamaré ahora mismo a su nave- dijo más animosamente el yumlaincer -.
Por otro lado, en la casa de Yener y Gina en Yumlaiance, Calina le estaba dando de cenar a la pequeña Samra ante la mirada atenta de Erel que no dejaba de desear que su hermano y su cuñada tuvieran éxito .Desde luego todo esto no podría haber sucedido en peor momento, justamente cuando se iban a abrir los mercados con Nephraler .Aunque las autoridades de este mundo oficialmente estaban ayudando a su hermano para resolver esta situación. No obstante el muchacho enseguida se culpó de su inconsciente egoísmo, su hermano y la familia política de éste lo estaban pasando muy mal, y lo que realmente importaba ahora era que lograsen rescatar sana y salva a esa niña. Calina mientras dio por terminada la cena de la pequeña y le limpió la boquita con una fina servilleta en tanto decía.
- Ahora a la camita, ¿eh?.
- Papá y mamá- repetía la niña desconcertada con ese repentino cambio -.
- Papá y mamá están de viaje cariño, pero aquí estamos yo y tu tío Erel- le respondió la muchacha con una de sus bonitas sonrisas .El propio Erel la miraba embobado, parecía que la persuasión de Calina surtía mucho mayor efecto con él que con su sobrina -.
- Se te dan muy bien los niños.- Alabó él -.
- Gracias, siempre me han gustado los críos- aseveró ella cogiendo en brazos a la pequeña para llevarla a su parque -.
Erel se acercó y le hizo unas carantoñas a la niña que se rió. No se lo pasaba nada mal con su tío y aquella chica que la cuidaba. Acababan de dejarla metida en su recinto de juegos y cuna cuando sonó el videófono de la puerta .Erel se acercó a responder comprobando que se trataba de dos oficiales yumlaincers, concretamente de la hermana de Calina acompañada por otra atractiva mujer morena que no era otra sino Jilia Renar.
- Venimos para vigilar a la niña requerimiento del general Rant- explicó Menra sin saber con quien hablaba -.
Erel sonrió abriéndoles la puerta .Una vez que ellas le vieron se quedaron sorprendidas, sobre todo Delaier, quien no contaba con volver a ver a ese chico en una buena temporada.
- Estoy junto a la hermana de Menra cuidando de mi sobrina - les contó él- .Mi hermano y mi cuñada tuvieron que salir a toda prisa.
- Sabemos que el general tiene problemas en Oumeya de índole familiar, pero tampoco estamos muy enteradas de cuales son exactamente.- Terció Jilia con una a duras penas contenida curiosidad -
- Si, ni mi hermana con las prisas ni el propio general nos lo explicaron mucho- corroboró Delaier mostrando más su interés por saber lo que estaba pasando -
- Yo os lo puedo contar con más detalle- se ofreció él en tanto las hacía pasar -.
Calina sonrió nuevamente al ver a su hermana y a la pareja de ésta, intercambió abrazos con ambas y se sentó junto a los demás en tanto Erel les resumía lo que él mismo sabía y ella lo completó con lo que la mujer de Yener le contase ya que el cuñado y hermano del general lo había desvelado. Al concluir tanto Menra como Jilia se quedaron pensativas e indignadas, hasta que esta última espetó visiblemente furiosa.
-¡Malditos bastardos nephralers! . ¡Cobardes!. ¿Cómo se atreven a raptar a una pobre niña?.
Menra observaba a su compañera llena de comprensión, sabiendo por las traumáticas experiencias que ésta pasó de niña podía entender como le afectaba algo semejante y sobre todo tratándose de la sobrina del hombre a quien ambas admiraban tanto, además de apreciar mucho también a Gina que siempre se mostró muy amable con ellas . Compartía plenamente el pesar y la ira de su pareja y añadió tras ésta, aunque con un tono más calmado pero lleno de inquietud.
- Y lo peor es que tu hermano se mostró preocupado por si esos tipos intentaban lo mismo con su hija.
-¡Si le intentan hacer daño a la hija del general te juro que no tendrán Universo bastante como para esconderse de mí!.- Exclamó Jilia dando un decidido puñetazo sobre una mesa cercana para remarcar sus palabras -.
- Gracias- le dijo Erel muy complacido y reconocido por la actitud de la mayor Renar -.
- No hay de qué- añadió Menra más sosegada que su exaltada compañera, para afirmar -.Y no te preocupes, estaremos aquí mientras sea necesario para ocuparnos de que nada extraño suceda alrededor de la pequeña.
Jilia ahora asintió despacio y calmadamente en tanto dirigía una simpática mirada a la niña que se recostaba en su parque, ajena a esas conversaciones.
- Bueno- terció Erel pasando a ocuparse de un tema que pasaba a ser objeto de atención- .La casa es grande, supongo que hay una habitación disponible para que podáis instalaros.
- De ningún modo- rechazó inmediatamente Menra - .No queremos ser una molestia.
- Si tenéis que vigilar a la niña no sería lógico que os marchaseis por la noche- añadió Calina con bastante objetividad -.
- Dormiremos aunque sea en el pasillo- declaró Jilia que tampoco deseaba abusar de la hospitalidad del hermano de Yener -.
- Mi hermano y mi cuñada me matarían si os dejo hacer algo así- sonrió Erel que miraba ahora de soslayo a Menra para añadir con tono invitador -.Venid conmigo y os enseñaré el cuarto de huéspedes .Yo dormiré en la habitación de mi hermano y su mujer y Calina puede instalarse en el cuarto de la niña.
- Me parece bien- apoyó esta -.Así la vigilaré y si se despierta podré ocuparme de ella.
Las dos oficiales asintieron, finalmente convencidas de que aquel apaño sería lo más apropiado .Siguieron a Erel que les mostró un coqueto cuarto provisto de dos camas convertibles en sofás y unas mesitas de noche, a juego con un armario empotrado de cubierta autodeslizante.
- Aquí estaréis cómodas- les aseguró no sin sentirse turbado con el pensamiento de lo que ambas mujeres podrían hacer en la intimidad de la habitación -.
Menra pareció adivinarle aquellos pensamientos pues dijo tratando de que su compañera no advirtiera el sentido de sus palabras.
- Esta noche aprovecharemos para dormir, a ser posible por turnos .Una podría vigilar en el salón y relevar a la otra cuando pase su guardia. En esta ocasión sería lo más conveniente. ¿Qué opinas Jilia?.
- Si, es lo mejor- aseveró convencida también puesto que ahora solo pensaba en la seguridad de la pequeña -.No nos dormiremos al tiempo.
- Si queréis nos turnamos entre los tres, a fin de que podáis descansar a la vez - les ofreció Erel -.
- No muchas gracias- sonrió Menra dedicándole una amable mirada que agradecía la intención, aunque sus palabras fueran en otro sentido -.Nosotras somos profesionales. Estamos acostumbradas incluso a pasar la noche entera en vela. Tú ocúpate de descansar.
- Me alegro de que estéis aquí- repuso él -.Ahora os dejo instalaros ,¿habéis traído algo de equipaje?.
- No- contestó Jilia- .En un principio pensábamos instalarnos cerca de la casa, no quedarnos...
- Pues si queréis me acerco a uno de mis asociados que tiene unos grandes almacenes a dos sexdanes de deslizador. Está abierto hasta muy tarde y puedo traer lo que necesitéis.
- Muchas gracias, pero no creo que sea necesario- rehusó Jilia que no deseaba en absoluto ser ninguna molestia -.
- No sabemos el tiempo que podríamos quedarnos- le rebatió su amiga con más pragmatismo -.Nos pueden hacer falta ciertas cosas.
- Ve tú a comprar lo que sea- le dijo Renar sentándose sobre una de las camas -.Yo trataré de descansar un rato, así hago luego la primera guardia.
- Me parece bien- afirmó Menra que dirigiéndose al muchacho le pidió con amabilidad -.Bueno Erel llévame a ese sitio .Puede que hayan algunas ofertas interesantes.
-¡Eh!- le advirtió Jilia con una sonrisa jovial -. No vayas a comprarte media tienda que te conozco.
- Descuida, no tardaremos- declaró su amiga del mismo modo -tú duerme unos sexdanes que luego te toca vigilar.
Jilia asintió tumbándose sobre la cama con los brazos cruzados tras la cabeza .Menra y Erel la dejaron en el cuarto y le explicaron a Calina que iban a comprar.
-¿Necesitas alguna cosa?.- Le inquirió Menra a su hermana -.
- Si, quizás algún potito para la niña, creo que no quedan. No sé, con las prisas a la señora Rant se le olvidó indicarme si guardaba alguno más .Así que he mirado en la cocina y en la sala de aseo.¡ Ah! y además trae también pañales de niña. De los super absorbentes.
- Vale,- contestó Menra llevándose pensativamente una mano a la barbilla, esa situación le divertida, recordando cuando ella misma, de cría, hacía las compras para su madre -.Creo que lo recordaré. Vamos Erel - le indicó a este que la siguió sumisamente hasta la puerta y tras salir ambos de la casa, tomaron el deslizador en el que había venido él, poniendo rumbo al mercado -.
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