domingo, 6 de marzo de 2011

UNC 72

18/.Capitulo 72.Enrrevesados sentimientos e investigaciones.


Completamente perdida y sin saber a donde mirar entre la penumbra que le rodeaba la pequeña Rachel se acurrucaba asustada sin atreverse más que a llamar tímidamente a sus padres desde el fondo de la habitación en donde estaba. Aunque su vocecilla infantil quedaba silenciada por una letanía de invocaciones procedentes de varias gargantas. A unos pocos metros frente a ella y ocultos tras las débiles luces, se apostaban tres individuos ataviados con rojas túnicas que parecían querer invocar oscuros conjuros con fines aun más siniestros .Todo ello ante la atenta mirada del Hialgasth que, desde un cuarto contiguo, hablaba con otro tipo vestido como oficial nephraler.


- Todo ha salido conforme a lo previsto- le siseó ese tenebroso ser -.
- Si, ¿no es magnífico?,- sonrió este otro, de pelo albino corto y ojos color fuego -.Cuanto me complace que todo haya salido tan bien. ¿Ahora qué haremos?- inquirió con sarcasmo- .¿Darle la papilla a la mocosa o cantarle una nana de las nuestras?.
- No es momento de que saques a relucir tu sentido del humor- le recriminó el Hialgasth - .Sabes perfectamente que hacemos esto por órdenes superiores y ateniéndonos a las profecías. Nuestro plan por ahora marcha perfectamente y no podemos dejar ningún cabo suelto.
- A ver si me acuerdo de lo que se habla en esos trasnochados pergaminos.- Respondió su compañero de forma jocosa llevándose una mano a su afilada barbilla -.Ella volverá al mundo, presta a socorrer a su confuso pueblo, aunando sus corazones para rechazar al enemigo en la batalla final.
- Así es - corroboró su siniestro compinche - .Y nuestro deber consiste en impedirlo- declaró para después interrogar a los invocadores a través de un micrófono- .¿Habéis notado algo?.
- Nada - respondió uno de ellos, el situado a la derecha, interrumpiendo su liturgia - .No hay indicios ni evidencias de ningún poder sobrenatural, acaso una capacidad mental fuera de lo corriente pero de momento eso es todo.
- Podrían ser señales - le previno el Hialgasth -.Aunque si vosotros los Nazaranis no conseguís hacerlo, nadie más podrá.
- Estamos trabajando en ello- le replicó su interlocutor- .Es cuestión de paciencia.
- Tiempo es algo que no tenemos en abundancia.- Sentenció el Hialgasth -.


Y no se equivocaba. Yener ya estaba peinando la zona con unas cuantas de las naves que Yumlaiance y el resto de los mundos de la Cuádruple Alianza tenían en el sector. En la versión oficial eran unas maniobras para entrenar la capacidad operativa de rastreo. Realmente buscaba a su sobrina aunque eso no podía decirse a las claras. Por fortuna Nerel Asety, a quien nunca se le escapaba nada que ocurriera a su alrededor, ya había sido informado de aquella misión y no tardó en ponerse en contacto con su amigo y colega yumlaincer. Otro que no faltó a la cita fue Larus. Los tres coincidieron en la nave que comandaba el general. Yener que estaba en el puente, fue informado de la presencia del capitán nataclier y le recibió de inmediato dándole un caluroso apretón de manos.


- Nerel. Me alegra verte, ha pasado mucho tiempo. Ojala que hubiera sido en circunstancias más agradables.
- Si- convino resignádamente éste -. Desde luego parece que estamos predestinados a encontrarnos en situaciones de emergencia .Dime una cosa- añadió con tono más inquisitorial- .Esta no es una maniobra prevista por la flota aliada. Me extraña muchísimo que la hayas ordenado nada más llegar de Yumlaiance .¿Qué está pasando?.
- Es curioso- sonrió Yener para decir con ironía -.Antes siempre era al revés .Tú organizabas las cosas y yo tan sólo preguntaba.


El nataclier sonrió encajando deportivamente la pulla, aunque aguardaba una respuesta más esclarecedora y Yener sabedor de ello así se la brindó, explicándole confidencialmente y con pocas palabras la verdad y dejando pensativo a su interlocutor. Justo entonces, Larus Daet fue anunciado por el intercomunicador, lo cual fue motivo de alegría para ambos que esperaron dentro del camarote del capitán que ocupaba Yener a que este llegase. Abrazándose a los dos con alegría nada más entrar, Larus comentó.


-¡Cuánto tiempo ha pasado desde la última vez que nos vimos! ,¿eh Yener?.
- Si, y como nunca vienes por Yumlaiance - le recriminó su amigo con tono jocoso -.Así cualquiera sabe de ti.
- Hombre ya sabes que la vida en la flota es muy ajetreada - se explicó Larus -.Además, casi le he cogido el gusto a viajar continuamente .Ni siquiera veo a Nerel a menudo.
- La dura y sacrificada vida de la flota - secundó éste con ironía -.
- Bueno - terció Yener ya más en serio -. Le he explicado a Nerel lo que sucede y haré lo mismo contigo .Larus, tengo un problema y necesitaré toda la ayuda que pueda conseguir .Por cierto, ¿cómo te has enterado tan rápido de que había venido?.
- Yo no le he dicho nada, desconocía incluso que estuviera cerca - intervino Nerel -.
- Ha sido cosa de la presidenta de Oumeya - les respondió Larus -.En cuanto llegué al planeta me llamó .Cuando puedo suelo hablar mucho con tu cuñada Kyra y ésta le contó a tu suegra que me gustaría saber que habías llegado. Aparte de ello, me dijo que sufría una circunstancia familiar que la tenía muy preocupada y que tú habías venido para ayudarles. Quise que me especificase algo más pero me remitió a ti.
- Comprendo- asintió Yener aseverando con patente admiración -.Esta Lora siempre tan diplomática y discreta .Hasta en una situación así.


Con la sorprendida mirada de su amigo Larus ante ese comentario Yener le explicó, como antes hiciera con Nerel, lo que sucedía; aunque ahora lo hizo extensivo a ambos y con mayor detalle .Cuando terminó, su amigo y compañero de armas yumlaincer, comentó sin poderlo creer todavía.


-¿Y qué ganan los Nephralers secuestrando a una niña pequeña?. ¡Es absurdo y rastrero hasta para ellos!.
- Quizás así puedan chantajear a la familia Larans - conjeturó Nerel -.
-¿Ahora que sus relaciones con nosotros van de maravilla?.- Inquirió incrédulamente Yener- .No, ya os he dicho que incluso ellos mismos me advirtieron y han puesto a mi disposición una nave para ayudarme en la búsqueda.
- No me gusta nada Yener - le dijo Nerel, haciendo gala de su afilada agudeza de espía -. ¿Y si todo esto fuera una maniobra de distracción?.
- Llamé a la comandante Delaier y a la mayor Renar para que protegieran a mi hija .Estarán con mi hermano y una maga de Esil, hermana pequeña de Delaier .Mi mujer se ha quedado en el planeta Oumeya tratando de comunicar con ellos para comprobar como está nuestra hija Samra.
- Quizás persigan otro tipo de objetivos - comentó el nataclier con expresión desconfiada- .Aunque me pregunto el porqué de que secuestrasen a una chiquilla. ¿Será por crear una cortina de humo o quizás para poder liberarla rápidamente y demostrar su buena fe?.


Aquello hizo dudar a Yener, en efecto, en sus conversaciones con la comandante nephraler siempre sentía que ésta ocultaba algo más de lo que decía. Aunque no podía determinar el qué. Esa oficial tenía preparación psíquica como casi todos sus colegas y pretender entrar en su mente podría considerarse de muy mal gusto desde el punto de vista diplomático. Así pues, estaban ante un problema sin aparente explicación y de difícil solución, no obstante, Nerel parecía tranquilo respecto de la seguridad de la pequeña.


- No le harán ningún daño, no les interesa,- afirmaba creído de sus palabras -.
-¿Cómo estás tan convencido de eso?.- Le preguntó Larus sin tanta seguridad -.
- No sé, algo me dice que, ya sean disidentes o una maniobra orquestada por los dirigentes de ese mundo, si le hacen daño a la niña iban a crearse mucha animadversión. En el caso de ser rebeldes, su gobierno les castigaría sin piedad pues habrían arruinado sus esfuerzos por lograr el acercamiento con nosotros .Y en caso de una conspiración, ellos mismos se echarían tierra encima sin ninguna necesidad. No tiene sentido si pretenden llegar a ser buenos amigos de Yumlaiance y sus mundos aliados. Además de constituir un ataque con intrusión contra un planeta que oficialmente no les tiene concedido permiso para entrar en su espacio pero que tampoco es su enemigo.- Arguyó Nerel que, tras eso, guardó un pensativo silencio -.
- Es verdad- convino Larus -.Hasta podría llegar a considerarse como una declaración de guerra. Sobre todo si esa niña sufre algún daño.
- Desde luego que sí- sentenció Yener -.Por lo menos yo, a título personal, ya les he declarado la guerra a quienes sean que la hayan raptado.
- Lo primordial es encontrar una pista para determinar el paradero de esos granujas- comentó Larus con indignación.-.
- Pues de momento no hemos conseguido ninguna- respondió Yener a su pesar- .Podrían estar en cualquier parte. Pese a que la comandante Draker me asegurase por activa y por pasiva que no abandonarían el sistema .Pero lo llevamos recorrido varias veces ya y no detectamos absolutamente nada.
-¿Ni siquiera ondas alfa?,- inquirió Nerel -.
- No, ni eso- repuso Yener sabiendo a lo que se refería su amigo - .Si han obtenido la técnica androide de ocultación, la han mejorado muchísimo porque no aparece ninguna alteración sustancial de dichas ondas en nuestros detectores.
- Pues entonces lo tendremos difícil- subrayó Nerel con la preocupada aquiescencia de los otros dos - .


En ese mismo momento, en la nave Nephraler, el oficial que charlaba con el Hialgasth le dijo precisamente:


- Va siendo hora de que salgamos del espacio .Nuestro camuflaje mejorado podría ser, pese a todo descubierto, además nuestros superiores conocen la ubicación aproximada que tenemos .Lo mejor será llevar a la niña a un sitio más oculto .Tenemos contactos en varios mundos periféricos.
- Los Nazaranis deben concluir su trabajo sin demora - objetó el Hialgasth -.Si no hallan en ella lo que buscamos nada importará esta cría humana.
- Creo que nuestros superiores no estarán de acuerdo con tu opinión.- Sonrió divertidamente el oficial que ahora lucía más visibles sus distintivos de coronel al haber aumentado la luminosidad del cuarto que aparecía dotado de una pequeña cama y un mueble sencillo de madera a modo de mesita -.


Rachel estaba agotada y hambrienta, además sentía como si esos murmullos tratasen de adentrarse en su cabeza. Eso ya le acabó por resultar insoportable y trató de defenderse, no sabía como hacerlo, sólo quería que se alejaran de ella. En ese instante un brujo nephraler fue lanzado por una invisible mano contra una pared, el golpe fue tan fuerte que logró dejarle sin sentido para asombro de sus compañeros y del mismo coronel y el Hialgasth que le acompañaba.

-¡Qué poder!. ¡Esa pudiera ser muy bien la señal que buscamos!- exclamó el atónito coronel Nephraler -.
- No te precipites Scoutash - le respondió su acompañante añadiendo más crípticamente -. Podría significar muchas cosas.


Arag Scoutash asintió tratando de dominar su alborozo quizás demasiado prematuro. Esa cría desde luego que demostraba tener poderes mentales, tal y como los Nazaranis habían anticipado con sus primeros sondeos. Ahora restaba saber hasta que grado llegaban estos y si eran la antesala de algo mucho más importante. De todos modos debía dejar descansar a la niña. No se podían permitir el lujo de dañarla en demasía. Al menos no por el momento.


- Dispondré lo necesario para su traslado- declaró el Hialgasth por fin -.Entre tanto deberéis interrumpir el tratamiento por unos momentos.
- Si- rió Arag con sorna - .Acostad a la niña y arroparla un poquito...


Ignorando ese último comentario los brujos salieron de la sala. La cría estaba rendida, se había quedado dormida en la fría esquina de aquel cuarto y fue sacada en brazos por un oficial nephraler y conducida a su cuarto-prisión. En ese momento la comandante Yashira Draker proseguía su búsqueda maldiciendo a ese Hialgasth, la nave no estaba donde ella la había dejado cuando se marchó. Tenía en sus cartas de navegación las posiciones aproximadas de los cuadrantes estelares en donde podrían haber ido, pero en esta ocasión no estaba segura de que fueran a seguir aquellos parámetros. Tan sólo esperaba poder encontrarles pronto. No deseaba defraudar a Lord Carnalsk ni a su majestad. Además de que los nuevos tratados con los yumlaincers podían depender de su éxito .En tanto, Yener y los demás seguían a su vez estudiando la zona que comprendía el sistema solar de Oumeya y sus mundos cercanos. Continuaban departiendo cuando fueron informados de la llegada del comandante Larans, quien obviamente deseaba ser puesto al corriente de cualquier indicio que condujese al descubrimiento del paradero de su hija.

- Háganle pasar inmediatamente al puente - ordenó Yener -.


Su amigo no se hizo esperar, llegó saludando a los allí reunidos y preguntando con visible impaciencia, lógicamente comprensible para todos.

-¿Habéis logrado descubrir alguna cosa?.


Yener negó con la cabeza para decepción de Peter que suspiró cansinamente agregando con pesar.


- Kyra está destrozada por la preocupación. No es ella misma desde que se llevaron a Rachel. Apenas puede concentrarse en nada. Ojalá que pudiera sentir donde tienen a nuestra hija.
- No desesperes, entre todos la encontraremos,- le animó Larus con gesto comprensivo y lleno de solidaria amistad -.
- Estabamos hablando precisamente de su posible ubicación- añadió Nerel con más objetividad - .No es probable que permanezcan cerca de Oumeya, ni siquiera en este sistema porque lo estamos barriendo desde todos los puntos .Lo más lógico sería suponer que una nave de tales características habría buscado refugio en las cercanías de algún mundo periférico y poco poblado, o bien con actividades irregulares fuera de la jurisdicción de Oumeya.
- Si, porque a su planeta de origen no pueden volver .Según me dijo la comandante Draker, la armada Nephraler está buscándoles por todo su espacio jurisdiccional.
- Pero ¿a qué mundo?.- Se preguntaba Peter en voz alta -.
- Indagaremos en todas partes- le aseguró Nerel -. Ordenaré a mi servicio de inteligencia que se afane en encontrar pistas.
- Si, por cierto -. Inquirió Larus- .¿Qué pasa con Seilin? .Hace mucho que no sé de ella .Desde que fue a Ciloner.
- Está destinada allí. Y últimamente ha estado ocupada en asuntos personales. - Le respondió Nerel que, como siempre, daba la impresión de no querer ser más explícito - .Lástima porque era de las mejores agentes que teníamos en activo por esta parte del Universo. Quizás podría llamarla y convencerla para que nos ayudase. Tratándose de tu hija seguro que vendrá - .Afirmó dirigiéndose al de Oumeya, ahora de modo más informal y animoso -.
- No te preocupes- le cortó Peter agradeciéndole al nataclier ese rasgo de abierta simpatía tan raro en él -. No creo que pueda hacer mucho más que nosotros. Aquí tenemos a mucha gente rastreando, pero si se han llevado a mi hija a uno de esos mundos alejados...


Entonces Peter guardó silencio durante unos instantes, algo le vino a la cabeza, una idea, o más bien recordó a la persona que podría ayudarles.

-¡Claro! - exclamó como si se hubiera dado cuenta de algo que hasta entonces estaba delante de sus narices -.¿Cómo he podido ser tan tonto y no pensar en ello antes ?.
-¿Qué ocurre?.- Le preguntó Larus con palpable curiosidad -.
- Creo que Peter ha caído en la cuenta de quién es el hombre que nos puede ayudar. Porque es la persona que pienso que es. ¿Verdad?.- Le inquirió Yener que había sentido algo con sus percepciones del Kail -.
- Si,- corroboró su cuñado añadiendo con cierto pesimismo - .Aunque hace mucho que no tengo noticias suyas.
-¿Pero se puede saber de quién demonios estáis hablando?.- Quiso saber Nerel a quien no le gustaba nada que se supiera algo que él desconociese -.
- Me refiero a Murdock, el contrabandista - le reveló Peter al fin -. Ese hombre conoce todos los planetas de esos sectores como la palma de su mano y a todos los contrabandistas, maleantes y traficantes de los mismos. Con su ayuda podríamos hacer algunas averiguaciones interesantes. Espero que siga con vida - .Remachó con algo de zozobra que se esforzó por apartar -.
-¡Pues vayamos a por él! - terció Larus con tono entusiasta -.
- No será tan fácil de encontrar, sobre todo si se entera de que vamos a buscarle. Ese tipo es muy escurridizo - objetó Yener -.
- Puede que si soy yo el que le busca sí que se de a ver- rebatió Peter -.
- Entonces tendrás que ponerte en contacto con él de algún modo - le comentó Nerel -.
- Siempre hay tipos encerrados en los calabozos de la confederación y con alguna que otra condena pendiente - señaló Peter -.Tendré que pedir permiso a los jueces y tratar de ofrecerle algún beneficio penitenciario a alguien capaz de encontrar a Murdock.
- Adelante pues- le animó Yener aunque advirtiéndole también con un tono cauto- .Pero la mayoría de esos tipos jurarían conocerle si con ello pueden librarse de la cárcel. Yo iré contigo para sondear sus mentes y sabré si mienten o no.
- Me parece perfecto- .Afirmó su amigo con aprobación y recobrado entusiasmo -.¡Podríamos ir ahora mismo!.
- Nosotros permaneceremos vigilando el espacio- declaró Larus -.No creo que sirva de mucho pero nunca se sabe.
- Si os llama la comandante nephraler avisádme de inmediato- les pidió Yener -.



Larus convino en ello con un asentimiento de cabeza. Su amigo y Peter se despidieron de él y de Nerel que les desearon buena suerte .Si se daban prisa podrían entrevistarse con el juez encargado de la mayor parte de los casos de contrabando y tratar de obtener su permiso para llevar a cabo la idea.


En tanto ellos se encaminaban a Oumeya, en el mismo planeta Gina animaba a su cuñada lo mejor que podía. Kyra se encontraba deshecha, realmente quería sentir algo que le diera algún indicio, por leve que fuera, de la situación de su hija, pero no lograba percibir nada y eso la desesperaba. Y cuanto más se forzaba era peor, los presentimientos precisamente eran eso, salían de modo natural, no se podían provocar. Era un círculo vicioso, cuanto más se impacientaba, más trataba de concentrarse y menos resultados obtenía. Gina no paraba de decirle que todo iba a salir bien, que tenían a los mejores encargándose de ello, pero comprendía a su vez el sufrimiento que, como madre, Kyra sentía. Ella misma estaba muy intranquila y temía incluso por su propia hija. Pero lo peor era que su cuñada y amiga se sentía culpable por no haber sido capaz de darse cuenta de todo a tiempo y por ignorar los avisos de Rachel. El panorama pues era bastante negro, aunque al menos a Gina le aliviaba el que Samra estuviese protegida por personas tan capaces como las hermanas Delaier y la mayor Renar. No obstante en cuanto dejó a su cuñada descansando en su casa se apresuró a llamar a Yumlaiance.



Calina Delaier estaba acostando a la pequeña en cuanto le llegó la comunicación .Al admitirla en el videófono sonrió viendo la cara de Gina, y esperó a que ésta hablase dando el mensaje.

- Hola, espero que estéis todos bien .Aquí seguimos sin saber nada nuevo, pero no perdemos la esperanza. Mandádme noticias sobre Samra en cuanto podáis corto.


Y Calina se apresuró a enviar respuesta a Oumeya a la par que esperaba a que su hermana y Erel regresaran del supermercado con las cosas que les había encargado. En ese momento la comandante Delaier conducía el deslizador con rumbo a la superficie comercial mientras charlaba con el hermano de Yener.


-¿Cómo te van las cosas?.- Le preguntaba ella con un amable interés -.
- No me puedo quejar- respondió Erel con satisfacción -. Los negocios van muy bien.
- Y a ti en particular .¿Cómo te va?.- Quiso saber ella ahora de un modo más perspicaz -.
- Bueno, ¿te refieres a mi vida social?.- Sonrió él obteniendo una afirmación gestual de su acompañante -.La verdad, no tengo demasiado tiempo para eso. Me paso la vida viajando de acá para allá y cerrando tratos, proponiendo negocios o vigilando las inversiones.
- No suena demasiado divertido - repuso Menra de buen talante -
- No, pero es lo que hago- declaró él que contraatacó con la misma pregunta aunque levemente matizada -.¿Y a ti? .Jilia y tú seguís bien por lo que veo.
- Nuestra relación atraviesa periodos- confesó ella haciendo alarde de gran sinceridad - .Unas veces más apasionada y otras más mediatizada por nuestras obligaciones. Ahora mismo por ejemplo, no pensamos en otra cosa que no sea la de velar por tu sobrina.
- Os lo agradezco de corazón, en mi nombre y en el de mi hermano y su esposa - afirmó Erel también siendo del todo sincero -.
- No hay de qué- se apresuró a responder ella -.Y estamos dispuestas a mucho más si fuera necesario.
- No cabe duda de que mi hermano es un hombre con suerte. No se podría contar con nadie mejor.


Menra agradeció ese cumplido con una sonrisa mientras aparcaba el deslizador ante el mercado .Invitando a su oponente a bajar en tanto abría las puertas le dijo:

- Vamos allá. Tenemos bastantes cosas que comprar.
- Espero que las recuerdes bien- sonrió él -.Creo que a mí se me han olvidado la mayor parte.
-¡Haré lo que pueda!- rió ella admitiendo sin pudor -.Como ama de casa no soy ninguna maravilla te lo aseguro.


Y pasaron al interior con Erel encargándose de coger un carrito levitador que les ayudaría a transportar toda suerte de cosas que pudiesen comprar .Delaier era la que guiaba la marcha deteniéndose ante todos los estantes y observándoles detenidamente por si hubiera algo que demandara su atención.

-¿Dónde estará la sección de niños?,- se preguntaba ella en voz alta -.


- Segundo pasillo, tercera galería- le respondió una voz en off que partía del techo -.
- Gracias- repuso la chica- .Menos mal que hay servicio automático de información en estos sitios. Si no, no sé lo que haría. Es gracioso - añadió divertida- .En la Academia nos instruyen para sobrevivir en lugares inhóspitos, sin apenas comida o agua, pero no tengo idea de cómo apañármelas en un supermercado donde hay de todo, cuando sólo tengo que cogerlo.
- A mí me sucede algo parecido- bromeó Erel a su vez- .Si me hablan de balances transacciones y esas cosas estoy en mi medio, pero en ofertas y precios de potitos y pañales me pierdo completamente.
-¡Potitos! - exclamó Delaier llevándose una mano a la frente- .Ya sabía yo que se me olvidaba algo.
-¡Vaya dos! - se rió Erel- .Tu hermana nos pide un par de cosas y ya habíamos olvidado una.
-¡Empecemos a cargar el carro cuanto antes! - arengó Menra - .Así no se nos olvidará nada.


Eso hicieron llenando el carrito con los potitos y pañales requeridos y añadiendo además algo de comida preparada y artículos de higiene y aseo para las chicas. Erel se cogió alguna bebida también. Su hermano tenía algo en casa pero no de las que a él más le gustaban. Al terminar, se ofreció a pagarlo todo sacando su tarjeta. Cuando Menra iba a protestar, él la cortó diciendo.

- Faltaría mas, es lo menos que puedo hacer .Así que permíteme, por favor.


Una vez completado el trámite de abonar el importe de la compra, ambos sacaron el carro y descargaron las cosas en el maletero del deslizador. Ya podían volver a la casa .En esta ocasión fue Erel quien iba a conducir .Sentado a los mandos pensaba en Menra. Una chica tan bonita y él comprando cosas tan básicas para una familia normal. Por un momento parecía que ambos fuesen una pareja de padres jóvenes, y de seguro que eso habrían pensado los que les viesen en el supermercado. Eso le hacía desear tener algo que ver con aquella muchacha .Por lo menos, una relación no estaría nada mal .Pero ella iba por otros derroteros y además su pareja esperaba en la casa. ¡Una mujer tan guapa y con ese cuerpo, se lamentaba él!. Lo que daría por tenerla disponible, aunque fuera tan sólo por unos momentos .Y que ella sintiera lo mismo...

-¿Arrancamos?.- Le preguntó Menra -.


Erel la miró con cara sorprendida mientras volvía a la realidad .Su mente se resistía a dejar de lado esos pensamientos que la ocupaban pero por fin pudo replicar de forma algo inconexa.

- Si, si, claro, perdona es que estaba distraído.
- Demasiados negocios en la cabeza - sonrió jovialmente ella -.
- Eso será- convino él, pensando ahora como era posible que su hermano tuviera tanta suerte con las mujeres que conocía, pues si no estaba equivocado, creía entender que Menra estuvo también tras de Yener -.


Finalmente puso el deslizador en marcha y ambos regresaron continuando con la conversación que giró hacia temas más triviales, incluyendo, como no, para dos forofos declarados como ellos, los comentarios sobre la actualidad ligera .Deseaban que todo se solucionase y poder ver algún partido del Prehistar. Erel aprovechó para invitar a Menra en cuanto las circunstancias lo permitiesen.


-.Sería estupendo que pudieses venir conmigo a ver el partido contra el Anlad. Creo que es dentro de tres semanas.
- Ojala que el general haya conseguido rescatar a su sobrina para entonces - comentó ella, esta vez con más seriedad -.
-¡Seguro que sí!, lo que mi hermano no pueda conseguir no es posible - afirmó él con plena seguridad -.

Menra asintió, con optimismo renovado, en eso coincidía plenamente.

- Me encantará ir al partido contigo.


Erel asintió satisfecho aunque le preguntó, no sin cierta extrañeza.


-¿Y es posible que vayas con el Prehistar , aunque seas de Anlad?.


La rubia comandante así lo corroboró asintiendo con naturalidad. Ella sabía perfectamente que esa pregunta de Erel no era tan inocente como parecía. Ni estaba hecha para seguir manteniendo una conversación intrascendente. Así que respondió.


- Sé que los de Anlad tenemos fama de cerrados y cabezotas. ¡Solo tienes que ver a Jilia!- .Bromeó para añadir más en serio -. Pero de siempre hemos sido un pueblo orgulloso y muy amante de nuestras tradiciones. Aunque eso no quiere decir que no seamos capaces de profesar admiración hacia otros reinos de Yumlaiance.


Erel comprendía perfectamente esas palabras, recordaba incluso que había un porcentaje de la población Anladesa, que no era en absoluto despreciable, que abogaba desde hacía siglos por la autonomía total de su reino. Pero a su vez estaban divididos en dos corrientes. Unos más moderados, que propugnaba que la capital de Yumlaiance debería estar en Anlad y que los emperadores deberían ser de allí, y otros, los menos, que ni tan siquiera deseaban formar parte del Imperio. De todas formas, lo que más molestaba de siempre a los Anladeses era la decisión imperial, tomada bastantes siglos atrás, de trasladar el Canto a Maray, desde la capital de este reino a Dumlans, capital de Yum, y del Imperio. Pero aun así, la tendencia de la mayor parte de este pueblo era la de pertenencia al conjunto pues se daban cuenta de que unidos, eran mucho más fuertes. Y además, era algo ridículo pretender separarse del resto del planeta. De siempre la fuerza de Yumlaiance estuvo en su unidad contra el enemigo común, al principio, contra los oscuros que poblaban el planeta, y después, contra la potencial amenaza de sus descendientes de Nephraler. Aunque ahora, con esta apertura quizás las cosas pudieran comenzar a ser vistas de otro modo...


Y mientras él pensaba en esto, Menra también pareció reflexionar y declaró como si hubiera leído su pensamiento:

- Mi familia siempre ha sido leal al Emperador y a Yumlaiance, eso está por encima de cualquier interés local, ya sea del Reino de Anlad o de cualquiera de sus provincias. Además, estamos muy orgullosos de las contribuciones de nuestra tierra natal al resto del imperio. Los Magos de Esil, el Canto a Maray. Aunque se lo llevasen de Anlad. Y muchas más que son admiradas en todas partes.


Erel asintió con aprobación. Él no sería tan patriota como su hermano, pero para casi cualquier yumlaincer, más siendo de Yum o de Somer, la unión del Imperio era algo incuestionable, incluso sagrado. Es decir, podrían ponerse a discutir cualquier cosa, incluso la posibilidad de hacer amistad con los nephralers estaba sujeta a debate, pero la unión de su mundo no. En cambio, para algunos otros territorios, como la república de Dureor o zonas el principado de Tibinco, e incluso partes de la fría región de Kalre, las cosas no eran tan simples. Los primeros, tenían a gala su larga historia de independencia bajo un gobierno no monárquico, y siempre se alzaban voces que se oponían al emperador, aunque no eran muchos y esa parte de Yumlaiance estaba tan unida al resto que a casi nadie le pasaba por la cabeza otra idea que no fuera seguir estándolo. Tibinco por su parte era el mayor territorio del Imperio. Mucho más grande que los anteriores territorios juntos, pero el título de príncipe de Tibinco que ostentaba el heredero al trono les mantenía, en su mayor parte, muy orgullosos de formar parte de la unión. Y en cuanto a los últimos, la mayor parte de sus habitantes eran descendientes de la fusión entre colonos anladeses y nativos. Sus puntos de vista eran muy afines a los de este reino. Pero salvo algunas minorías ruidosas no existía problema. A decir verdad, desde que Yumlaiance salió al espacio y se encontró con otros mundos, al principio potenciales enemigos, todos se mantuvieron muy unidos, y más contra la amenaza Nephraler .Esa era otra razón para añadir a la gran polémica de partidarios y detractores de las conversaciones con dicho planeta. Erel no era tonto y se daba perfecta cuenta de hasta que punto podría ser vital el papel de su hermano en todo esto y como podría afectar, para bien o mal, el secuestro de la sobrina de éste.


Y ni él ni Menra hicieron ya ningún comentario sobre política, llegaron a casa y descargaron las cosas. Calina les recibió ayudándoles con la compra y les informó de la llamada de Gina. Había respondido a la madre de la pequeña tranquilizándola acerca de ésta.


- Bueno- suspiró Menra - cenaré un poco y después despertaré a Jilia, le toca hacer la primera guardia.



Tanto Calina como Erel se unieron a ella para tomar algo y después Delaier llamó a su compañera que dormía plácidamente. Jilia no despertó demasiado contenta pero ,¡que remedio!. Luego le haría la misma faena a Menra que cogió su cama con ganas. La mayor Renar dio las buenas noches a Erel que se acostaba también aunque la hermana de su pareja parecía dispuesta a quedarse con ella durante unos sexdanes más .Jilia acogió este gesto agradecida de ese modo se le pasaría el tiempo más rápidamente .Calina además le preparó una bebida para terminar de despabilarla y le ofreció la cena que había preparado para los demás .Le habían guardado una buena ración y la mayor estaba hambrienta .Así, en tanto Jilia comía vorazmente, Calina entabló conversación.


- No creo que vaya a pasar nada. ¿No crees?. Nadie se atrevería a venir hasta el mismo corazón de Yumlaiance para atacar a la niña.


Jilia terminó de tragar para responder acto seguido con cautela.


- Nunca puedes fiarte .Hay que estar en guardia permanente.
- Tú siempre estás muy tensa, Jilia - le comentó Calina -.
- Será por deformación profesional - justificó ésta sin querer detenerse demasiado en ese tema que le resultaba enojoso cuando menos -.
- Bueno, pues trata de relajarte un poco - le aconsejó la muchacha -.¿Quieres que te dé un masaje?- le ofreció con toda su buena voluntad -.


Jilia se sonrió divertida respondiendo maliciosamente con voz melosa:

-¿Sabes que me he ido a la cama con chicas que no se me insinuaron tanto?.


Calina se quedó de piedra, desde luego que ella no había pretendido tal cosa. Esperaba que Jilia no hubiera sacado una impresión equivocada .Visiblemente colorada se apresuró a decir casi con tartamudeos.


- No, ¡por el amor de Alex! , no quería insinuarme ni mucho menos. Yo no soy...


Jilia la cortó con un gesto de sus manos mientras trataba de dominar la creciente risa que la invadía.

-¡No seas tonta mujer, era una broma! - le dijo tratando de hablar entre carcajadas -.
-¡Menos mal! - suspiró Calina con alivio -.
- Aunque si un día tienes deseos de probar con una mujer,...- le insinuó Jilia guiñándole un ojo con esa fingida voz incitadora que tan bien sabía poner -.No creo que tu hermana se enfade. Si es por instruirte...
-¡Pero Jilia!- exclamó Calina cada vez más avergonzada -.


Ahora su interlocutora debía tratar de no caerse de la silla puesto que la hilaridad amenazaba seriamente su estabilidad en la misma.

-¡Si, si te vieras la cara que tienes! - balbuceó señalando a la atónita Calina con una mano en tanto se tanto se tapaba las abdominales con la otra, puesto que estas ya empezaban a dolerle de veras- .¡Ay!, ¡para de mirarme de ese modo, que no puedo más!.


Calina sólo permanecía de pie brazos en jarras, clavando una mirada entre molesta y desconcertada y sintiéndose como una tonta .Jilia, en cuanto pudo dominarse mínimamente de aquel ataque de risa, añadió ya más en serio.


- No seas boba. Eres la hermana de mi novia y ya sé que tú no eres de nuestras mismas inclinaciones .Pero alguien habrá que te guste.
- Bueno- respondió la muchacha más aliviada por zanjar aquella situación - .Por el momento nadie en particular.
-¿Qué te parece el hermano del general?,- le inquirió Jilia no sin cierta malicia - .Es un hombre atractivo y bastante rico. Muy buen partido para cualquiera.
- Es simpático - opinó Calina que objetó de inmediato para no dar más cancha a su amiga - .Pero apenas le conozco. Y no me interesa especialmente.
- Bueno, eres joven- sentenció despreocupadamente la mayor Renar - .Ya te llegará el momento más adelante.
- Ahora me ha llegado el momento de acostarme- respondió Calina cansada verdaderamente del largo día y de ser el blanco de las mofas de Jilia -.
-¿Quieres que vaya a arroparte?. ¡Hasta me puedo meter un ratito en la cama contigo!.- Le propuso esta jocosamente -.
- Vale ya- le pidió Calina sonriendo más tranquila al tomarlo ya como una broma -.¡Deja de meterte conmigo o se lo digo a mi hermana y ya verás! - amenazó divertida a su vez -.


Jilia hizo un espacio con las manos simulando poner cara de miedo. Y su interlocutora se rió, para desearle buenas noches alejándose rumbo a su habitación.

- Buenas noches Calina - contestó Jilia quedándose pensativa en la soledad de la cocina donde había cenado -.


Y pensado en esta inocente broma, Jilia debía reconocerse a sí misma que si las circunstancias fueran otras le habría tentado mucho acostarse con aquella muchacha .Lo cierto es que era preciosa y encantadora. En no pocos momentos la veía y creía estar hablando con Menra, tenía los mismos gestos y la misma sonrisa, aunque ésta se diferenciase en la intención. La de Calina era inocente y sincera. La de su pareja muchas veces insinuante y algo maliciosa. Tan parecidas en el físico y tan diferentes en la personalidad, pensaba. Desde luego que eran tan similares en su apariencia que en no pocas ocasiones había estado impulsada a darle a esa pobre muchacha un largo beso de pasión en los labios, por fortuna ésta siempre le recordaba las diferencias con su hermana Menra nada más hablaba y eso le ponía un buen freno.


- Más me vale distinguirlas bien - se dijo en voz alta preparándose para pasar aquella parte de la noche que le tocaba de guardia, aunque tras este episodio, estaba lo bastante despierta a causa de la diversión como para aguantar hasta la madrugada -.


En Oumeya mientras tanto, Peter y Yener ya había llegado ante el juez, una vez expuesto el caso éste les autorizó para llevar a cabo el plan. Los dos se dirigieron a los calabozos y procedieron a la búsqueda de algún recluso que pudiera conducirles hasta el paradero del escurridizo Murdock, quién era casi su última esperanza de encontrar a la pequeña Rachel .La niña, ajena a todos estos preparativos para rescatarla, dormía sumida en un sueño intranquilo ante la atenta mirada de sus captores.

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