lunes, 7 de marzo de 2011

UNC 83

2/.Capitulo 83.Una página de la Historia.


Tan pronto como hizo su descubrimiento la comandante Delaier informó por código secreto al mando de la flota solicitando la ayuda del general Rant. Sus superiores le ordenaron a ésta no divulgar lo encontrado y procedieron a avisar a Yener inmediatamente. Éste estaba volviendo desde Oumeya y fue informado a bordo de una nave de transporte regular de pasajeros por mediación de una clave. No le especificaban lo que era, simplemente le decían que debía verlo. Yener, picado por la curiosidad y acatando la orden, aceptó con rapidez. Menra no le llamaría sin una buena razón .Además, estaba contento tras el triunfo de su equipo y su esposa comprendía que no podía negarse a un requerimiento de ese tipo. Así que se despidió de su familia y tomó una lanzadera que le condujo hasta un crucero que partía a reunirse con la nave de la comandante Delaier .Por suerte la posición que ocupaban era cercana y tardarían tan sólo dos días en llegar .Pasados estos Yener divisó el crucero que mandaba su antigua subordinada y junto al mismo un gran cilindro de material opaco que parecía envolver algo de apreciable tamaño, aunque pequeño en comparación con ambas naves, tenía la longitud aproximada de la anchura de un terreno de juego. En cálculos de Oumeya que últimamente le habían resultado muy familiares unos ochenta metros. Su anchura estaría entorno a los doce. Lleno de interés fue recibido por fin en la nave de Delaier que le saludó militarmente, dándole después la bienvenida de modo cordial, para añadir casi sin darle tiempo a Yener a pronunciar palabra.


-¡No hemos querido tocarlo hasta que usted llegase mi general. Así que sólo suponemos lo que hay dentro!.- Le contó ella con visible excitación -.
-¿Tocarlo?. Un momento comandante - le pidió Yener que intuyó de forma rápida por la mirada y la actitud impaciente de Menra que aquello podría ser muy importante -.¿Exactamente a que se refiere?.
- Tiene usted razón mi general, será mejor que empiece por el principio- repuso ella tomando un poco de aire para tratar de serenarse y comenzar su relato -.


La nave que mandaba la comandante Delaier estaba realizando una patrulla de rutina por aquel sector. Tras una salida del hiperespacio como otra cualquiera, ella dejó el mando de la nave a su segundo y se encerró en su despacho. Debía tramitar algún que otro mensaje a Yumlaiance, para su familia y para Jilia .Quería contarles que tardaría un par de semanas o más en volver, aunque esto no venía ahora al caso y dándose cuenta de ello, la oficial se ciñó más a su historia. Lo cierto es que escuchó una protocolaria llamada en su puerta y respondió.

- Adelante.


La puerta se deslizó y un muchacho de pelo moreno y ojos oscuros entró en la estancia, saludando en posición de firmes declaró.

- Mi comandante. Se ha detectado la presencia de una nave a unos pocos miles de kilómetros de nuestra posición.
-¿Puede precisar un poco más?.- Inquirió Menra observándole sentada tras la mesa de su despacho sin parecer preocupada, por lo que juzgaba un avistamiento rutinario -
- Creo que si, es una nave de pequeño tamaño, casi parece una lanzadera aunque es bastante mayor.- Contestó el chico -.No hemos podido encuadrarla aun en pantalla pero lo haremos en breve. Me envía el mayor Gares para informarla de ello y pedirle su aprobación para aproximarnos.
- Muy bien, iré yo misma al puente - repuso Menra que añadió -.Descanse alférez y acompáñeme.
- A la orden- dijo él siguiendo a su comandante cuando ésta salía de su despacho para dirigirse al puesto de mando -.


Según se dirigían al puente Menra le preguntó a ese chico con más detenimiento estudiándole más incisivamente con la mirada a un tiempo.

-¿Cómo se llama alférez?.

- Darid Covain, de la sección de navegación mi comandante.


Menra se sonrió, no estaba mal ese muchacho, jovencito y muy apuesto, pero mejor quitarse esas ideas de la cabeza, no estaba ahí para eso, siguió escuchando atentamente cuando este añadió:


- Estoy especializado además en naves e Historia de la Navegación Espacial Yumlaincer y por las pruebas que tengo, rastros de energía que emana y la forma que hemos podido definir con nuestros aparatos de barrido, tengo una teoría acerca de esa nave, pero no me atrevo a confirmarla.
-¿Y qué teoría es esa?.- Quiso saber Menra prestando ahora una mayor atención -
- Si me permite señora me gustaría poder comentársela cuando esté algo más seguro.- Le pidió respetuosamente el chico que no tenía la intención de aventurarse -.
- Muy bien- concedió jovialmente la comandante Delaier justo cuando el elevador les dejaba en el puente de mando -.Vamos a ver de que se trata.


La dotación del puente la recibió con un saludo y ella lo devolvió, autorizando el acercamiento, es más, dio la orden en persona. Su nave maniobró limando los kilómetros que les separaban hasta llegar a tan sólo unas decenas .Eso sí, con precauciones puesto que existían numerosos aerolitos en las cercanías, entonces pudo establecerse contacto visual y lo que vieron les dejó sorprendidos. Sobre todo al alférez Covain que no pudo evitar exclamar.


-¡Por el Dios Alex, es increíble!, es lo que yo pensaba.
-¿A qué se refiere Alférez?.- Inquirió el mayor Gares sin entender -.
- Esa nave señor- repuso él señalando la pantalla con vehemencia -.¡Es una nave de exploración espacial!.
-¿Exploración?.- Preguntó Menra, rebatiendo con escepticismo -.A mí no me parece que sea capaz de tener mucha autonomía de vuelo.
- Para su época sí mi comandante, tiene por lo menos mil años de antigüedad, - declaró el excitado muchacho dejándoles pasmados -.
- Activen de inmediato el rayo tractor y cáptenla - ordenó Delaier presa también de la curiosidad y el asombro -.


Se procedió con la mayor rapidez y el rayo remolque no tuvo la menor dificultad en hacerse con aquella antigua nave. A medida que se iba acercando las cámaras del crucero yumlaincer apuntaban hacia ella y pudieron enfocar un nombre que dejó sin habla a todo el puente, tan sólo el alférez Covain pudo leer atónito.

-¡La Wayard!,- suspiró sin poder creerlo -.¡La nave Wayard, no puede ser!.


Menra tampoco podía dar crédito a lo que la pantalla le mostraba. Aquella nave formaba parte de las leyendas que se escuchaban de niños e incluso después en la academia .Tardó en poder reaccionar hasta que uno de sus subordinados le preguntó con ese mismo asombro que ella tenía.

-¿Qué hacemos mi comandante?.
- Avisen de inmediato al alto mando - indicó ella ahora con un tono más calmado y profesional -.Quiero que les pongan al corriente de lo sucedido, no, - corrigió con energía y decisión - mejor seré yo misma la que curse el mensaje.


Y de esta manera la comandante Delaier pidió la presencia del general Rant .Como señor del Kail que era quizás sus sentidos pudieran decirle más cosas .Además, creía haberle escuchado contar aquello en alguna ocasión y decir que el capitán de aquella nave era uno de sus remotos antecesores. Podría ser una broma en réplica a lo que ella le contase de que era bisnieta de la Almirante Karen Bount, pero mejor asegurarse. Y de todos modos, el general Rant tendría un gran interés en ver aquello, como cualquier yumlaincer. De modo que sólo restaba aguardar ya que las respuestas se hicieron esperar días. En ese tiempo, Menra no autorizó el acceso a esa nave, no quería alterar nada en absoluto hasta la llegada de personal más cualificado, incluso arqueólogos espaciales si hacía falta .Lo único que mandó fue cubrirla con un revestimiento antiradiación para preservar el casco. Esperó pacientemente hasta recibir la confirmación de que el su superior se dirigía hacia allí desde Oumeya, por fortuna, no estaba demasiado lejos y enseguida se preparó a recibirle.

- Y eso es todo señor - concluyó ella -.


Yener se quedó pensativo, ¡eso sí que era todo un hallazgo, la Wayard! .Después de todo iba a encontrarse con más fantasmas del pasado .Aunque ahora lo principal era extremar las precauciones y ordenó.


- Comandante, disponga un equipo esterilizado y aislado y prepare la descontaminación para cuando entremos y salgamos de esa nave .Allí dentro podrían existir muchos virus y enfermedades antiguas, desconocidas hoy en nuestro Mundo. Y traiga también a ese alférez, con los conocimientos que tiene nos será muy útil.
- A sus órdenes - asintió Menra saludando y dirigiéndose acto seguido a prepararlo todo con el mayor entusiasmo -.


Una vez realizadas esas operaciones y requerida la presencia de Covain, Yener indicó a éste, a la comandante Delaier, al oficial médico y al ingeniero de la nave, que le acompañaran. Equipados con trajes espaciales aislantes y convenientemente descontaminados, esperaron a que el crucero estableciera contacto con la antigua nave uniéndose a una escotilla de ésta por un túnel. Cuando estuvo presurizado abrieron el acceso y pasaron a través de él. Yener fue el primero en llegar al final pero requirió de la presencia de Covain y del oficial ingeniero para que abrieran la escotilla con cuidado, él no deseaba forzarla pese a poder hacerlo con sus técnicas del Kail. Tras unos minutos dedicados a entender su antigua clave de acceso lograron hacer sonar un clic que abría el cierre y con él la escotilla .Era un momento histórico, Yener entraba en una nave que había estado vedada a los hombres durante más de mil años y tras él los demás. El panorama a su alrededor era extraño a sus ojos, estaban en una zona que podría calificarse como de sistemas de soportes vitales, con tubos y todo tipo de mecanismos bastante anticuados, motores de refrigeración que hacía mucho dejaron de funcionar y rejillas metálicas, una de las cuales era lo bastante grande como para que una vez abierta el grupo descendiera uno a uno a otra sala que debía ser el comedor de la nave. Todos recorrían aquella estancia con la vista, reinaba allí una especie de calma extraña. Yener sintió como sus percepciones del Kail se agudizaban hasta casi ponerle la piel de gallina .Era como si pudiera escuchar un remoto murmullo de cantos....

-¿Seguimos avanzando señor?.- Le inquirió el alférez Covain vía transmisor, sacándole por un momento de esa sensación -.


Yener asintió y el grupo llegó a una puerta que permanecía cerrada. Entonces Menra dijo con tono entre curioso y sorprendido.


- Lo raro es que todavía tengan iluminación después de mil años.
- Eso es debido a que su fuente de alimentación era la energía nuclear- señaló el oficial ingeniero -.
- Si- corroboró Covain, explicándoles al resto -.Estas naves antiguas estaban diseñadas para largos viajes de años y estos reactores que llevaban poseían suficientes reservas como para mantener algunos funcionamientos básicos de modo casi indefinido.
- Según las lecturas de mis escáners lo que está agotado es el oxígeno- señaló el oficial médico, añadiendo aliviado- .No detecto fugas de radiación, en eso al menos no hay problema de contaminación.
-¿Podemos abrir la puerta?- preguntó Yener -.
- Si señor- repuso el alférez Covain -.Funciona con el mismo generador nuclear que proporciona la luz.


Y Yener se dispuso abrir, presentía que iban a encontrar algo tras esa puerta, como así fue, una vez que la abrieron pudieron pasar a lo que era la cabina de navegación y allí les aguardaban los tripulantes, o mejor dicho los esqueletos momificados de estos, dentro de sus uniformes, único testimonio de lo que fueron aquellos valerosos pilotos. Embargados por una especie de temor reverencial, nadie dijo nada, sólo miraban, sin poder apartar la vista, los restos de aquellos tripulantes, hasta que Yener les ordenó por el comunicador.

-¡Atención!, saluden a los pioneros espaciales de Yumlaiance.


Y todos adoptaron la posición de firmes realizando el saludo militar .En tanto lo hacía Yener pudo leer en el traje del que se sentaba más adelante.


-¡Capitán Kored Mand!. ¡Por el Dios Kail!. Así que tu viaje terminó de esta manera.
- Llevan más de mil años surcando el Cosmos, en un periplo eterno - declaró Delaier con voz trémula de respeto y admiración -.
-Teniente Riper Dow y teniente Sery Mastys - musitó el alférez Covain leyendo en los otros dos uniformes -.
-¿Y ahora qué señor?.- Inquirió Delaier mirando a Yener con una expresión desconcertada -.
- Lo primero será encargarse de dar sepultura estelar a los cuerpos con todos los honores de ordenanza. Aunque no sé si los del instituto histórico querrán hacerse cargo de ellos. –


Esas palabras provocaron que todos se mirasen con cierto pesar, el propio Yener reparó en ello y uniéndose al sentimiento colectivo exclamó.


-¡Bah! ,¡al cuerno!, eran militares como nosotros, no dejaré que les tengan como trofeo arqueológico .Serán enviados al espacio en ataúdes flotantes tal y como era la norma antigua.
- Si señor - asintió Menra satisfecha con aquella decisión, lo mismo que sus oficiales -.
- General Rant, comandante Delaier- les llamó el oficial de ingenieros recabando su atención sobre un dispositivo ubicado en la parte contraria a la que ellos miraban -. Fíjense en esto parece una especie de radiotransmisor. Es muy primitivo pero creo que aun funciona.
- Si es capaz de conseguir que lo haga adelante - le indicó Yener, más animándole a que lo hiciera -.
- Es una grabadora, como las antiguas cajas negras de navegación - les informó Darid -.Y tiene bastantes cosas grabadas en su memoria por lo que puedo ver.
-¿Podría reproducirlas?,- le preguntó Menra con la misma curiosidad que asaltaba al resto del grupo -.
- Si, creo que no habrá problema - asintió Covain -.


Y efectivamente, merced a sus estudios y su afición por esos temas, el alférez entendía bien aquellos antiquísimos sistemas de audio. Conectó varios botones y finalmente tocó uno que marcaba la función de reproducir. Todos guardaron un expectante silencio hasta que pudieron escuchar una voz cargada de historia, la voz del capitán Mand que regresaba a oídos humanos tras un silencio de más de mil años.


- “Aquí la nave espacial Wayard en viaje de exploración más allá del sistema de Lupinans. Día primero, salimos del nuestro planeta. Los cohetes elevadores han funcionado bien y hemos podido salir de nuestro campo gravitatorio con éxito”....
- En esa época era un triunfo escapar de la gravedad de nuestro mundo- apuntó Covain callando de inmediato cuando la grabación proseguía comentando -.
-“Nuestra velocidad es de dos decenas de veces la del sonido y seguimos acelerando .Todos los sistemas funcionan y vemos alejarse nuestro pequeño planeta con rapidez hasta ser sólo un punto azulado en el espacio una vez pasada nuestra luna meridional”.- Declaraba Mand con animación en su tono -.


Yener escuchaba con atención, aquello no podría ser otra cosa que el cuaderno de bitácora o el personal del capitán Mand. Por lo que siguió en la grabación, éste hacía referencia a las fases de su viaje día tras día en una forma muy divulgativa y jovial, casi como si esperase que alguien pudiese oírlo. Seguramente esa fue la intención, pensaba Yener, llevado por un sentimiento, mezcla de admiración y de compasión, hacia aquellos pobres desdichados y así, él y los demás permanecieron escuchando durante sexdanes hasta que la narración llegó finalmente al sistema de Lupinans.


-“Hemos logrado alcanzar nuestro objetivo, en estos dos años nos ha costado mucho, pero por fin llegamos a Lupinans, es un mundo casi tan grande como el nuestro, quizás un día podamos ser capaces de vivir en él. Enviamos los datos al control de Dumlans”...


Y entonces llegó el momento crítico.....la voz decía ahora con tintes de inquietud.

-“Un gran aerolito pasó muy cerca de nuestra nave, creemos que ha dañado parte de los giróscopos de dirección y las antenas de transmisiones. Riper ha salido a tratar de repararlo pero no se muestra muy optimista. Esperemos que desde el control de Yumlaiance nos puedan ayudar a restablecer contacto con el canal de emergencia”.


Todos se miraron cariacontecidos, aquel sería quizás el momento en el que esa nave perdió el contacto con su mundo y comenzó a vagar en el Universo. Las posteriores grabaciones, con una voz llena de pesar, pero al mismo tiempo plena de serena resignación profesional y entereza, les dieron la razón.


-“Han pasado ya dos días desde nuestro percance y no hemos sido capaces de recobrar el contacto, nuestros cohetes direccionales no han respondido como era conveniente y la gravedad de Lupinans nos ha catapultado fuera de la órbita de retorno. Seguramente nos perderemos en el universo. Si esto es así al menos trataré de decir todo lo que pueda, dejar reflejada cualquier cosa que podamos descubrir por sí, quizás algún día, en un lejano futuro, otros viajeros de mundos distintos, o puede que del nuestro, llegasen a oírlo”.


Y las notas seguían durante mucho más tiempo .Covain las fue avanzando hasta que la voz iba haciéndose más débil, ahora comentaba con tintes resignados y de patente debilidad.


-“Sery ha preferido no aguantar más y ha decidido terminar con todo ingiriendo unas pastillas de Alax”.
-¡Se envenenó, pobre hombre! - susurró Menra atónita, llena de compasión y hasta horrorizada por lo que estaban escuchando -.
-“Por lo que a mí y a Riper respecta, apenas nos quedan pastillas alimenticias y creo que él además está enfermo”.


Covain adelantó la cinta hasta escuchar nuevamente aquella voz ahora extrañamente calmada y afectada por el cansancio, que decía.


-“Riper ha muerto hoy .No he sido capaz de enviar los cuerpos de mis compañeros y amigos al descanso espacial, quizás por no quedarme sólo .Dentro de poco estaré con ellos .Además él me ha dado esperanzas, dice que la propia diosa Maray le estuvo confortando y que criaturas celestiales le han llamado a su lado. Yo creo estar comenzando a sentir lo mismo que él, oigo cantos y veo resplandores que pasan por las ventanillas de la nave. Quizás sean alucinaciones por el ambiente que se enrarece o es que ellos que me llaman a mí también”....


Y esa era la última transmisión del cuaderno de bitácora, pero había más, un apartado reservado al capitán que el alférez Covain activó .La voz ahora sonaba nuevamente vital y aun más animada, puesto que eran grabaciones anteriores en el tiempo. Y casi todas iban dedicadas a una única persona, a la que se dirigía además, con una gran dosis de afecto.


-“Alany ,hemos despegado sin problemas, ¡gracias a Maray!. El rugir de los motores es algo impresionante y la belleza del cielo según ganábamos altura es digna de verse. En pocos días ya hemos pasado la Luna meridional, ¡tendrías que ver lo hermosa que resulta desde este lado del cielo!.”.....- .Más adelante llegando a su destino decía -.”El planeta Lupinans parece un lugar prometedor, puede que un día nuestros nietos vivan aquí. ¡Espérame cariño!, sé que es difícil pero dentro de un par de años estaremos nuevamente juntos. Y veremos aquellas puestas de sol del oceano Supirior que tanto te gustaban. Yo las echo de menos casi tanto como a ti, las recuerdo de mi estancia en el portaaviones Setrovia. ¿Recuerdas aquella vez que la vimos desde la pista de despegue?”....


Ni siquiera Yener podía contener la emoción, casi todos derramaron alguna que otra lágrima sintiendo el terrible destino de aquellos oficiales. Más cuando pudieron escuchar.

-“Amor mío, temo que no podré realizar la promesa que te hice de volver a estar juntos .Hemos perdido la transmisión y no podemos regresar. Estamos condenados a vagar por el espacio para siempre. Pero siempre hay que ver el lado positivo, descubriremos cosas que nadie ha visto jamás. Las estrellas, por ejemplo, son tan bellas desde aquí. Parece mentira pero el precio tan alto que pagamos por verlas tan cercanas merece la pena. Como aquel monje decía, quizás alcancemos la gloria y algún día, nuestros remotos descendientes hablen de este viaje con asombro”.
- Pobre hombre - pudo decir el oficial médico con tinte consternado -.
- Si,- añadió Yener llevado por la misma compasión y respeto que se unía a su admiración por aquel valiente - .Pero nunca perdió la fe ni las ganas de hablar con su esposa, su novia o quien quiera que fuese esa mujer.


Y así era puesto que las grabaciones continuaban de esta forma. Tratando de mantener una voz lo más animada posible a pesar de aquellas circunstancias, Mand decía.


-“¿Sabes Alany? .Según nuestros cálculos hemos dejado atrás nuestro sistema solar. Estamos fuera, en el gran espacio profundo .Quizás nos encontremos con otras naves .¿Quién sabe?. Puede que un día nuestros remotos descendientes nos localicen. Me gustaría que ellos usaran estas palabras para seguir avanzando en nuestro conocimiento del cosmos .Ya sólo quedo yo, mis compañeros han tenido que abandonar la lucha , al menos de modo físico, pero sé que de alguna manera permanecen a mi lado, yo sigo aquí, no sé por cuanto tiempo, pero no tengo miedo ni angustia .¡Todo es maravilloso!. Estoy escuchando las voces de sus almas que me invitan a unirme a ellos y veo también el resplandor de sus esencias viajar junto a mí. ¡Vamos hacia la eternidad Alany!, ¡hacia la Eternidad!”


Yener se estremeció, notaba la enorme carga espiritual que emanaba de aquella antigua grabación, parecía que estuviese impregnada de energía. Sólo había sentido algo similar cuando tuvo la visión de Skarn Dailin y con el canto a Maray, y de esta precisamente hablaba ahora el capitán Mand con un tono lleno de felicidad.


-“La diosa está conmigo, ahora me sonríe dándome ánimos. Y me dice que el final de mi penar está próximo. Sé por ella que este sufrimiento no será vano .Hemos abierto a nuestro mundo el camino a las estrellas y otros muchos vendrán detrás Alany. A vosotros, valientes viajeros del futuro os deseo mejor suerte. Por favor, si me encontráis algún día sepultadme entre las estrellas puesto que la diosa velará por mí en el periplo eterno que me aguarda. Y llevad a mi patria la noticia de que el capitán Kored Mand y su tripulación nunca se rindieron. Ya apenas me queda oxígeno para seguir hablando, creo que me recostare en mi sillón de mando y veré como pasan las estrellas...adiós mi amor, te esperaré hasta que estemos juntos viajando por el cosmos”.....
- Haremos honor a tu memoria - dijo Yener con la voz entrecortada, cuando la grabación llegó a su fin -. Estas palabras serán escuchadas en tu patria, que es la nuestra y tú y los tuyos seréis nuevamente recordados con honor, con cariño y con respeto, tal y cómo tú pensaste que sería.
- Viajar en esta nave tan antigua y frágil, desde luego eran unos valientes- declaró el oficial ingeniero con admiración -.
- Son palabras de hace más de mil años, pero sus sueños y anhelos siguen estando vigentes hoy - añadió Darid -.
- Y son anhelos muy hermosos. Él debió de quererla mucho. – Pudo decir Menra tratando de reprimir sin éxito unos conmovidos sollozos -.


Yener ordenó un minuto de silencio que todos acataron con enorme respeto. Se mantenían así, cuando él, casi sin darse cuenta, posó una de sus manos sobre el traje del capitán Mand. Aquello le inundó como una descarga, unos pocos segundos que llenaron su mente con sonidos como jamás había escuchado, esa especie de coros que creyó oír al penetrar en la Wayard ahora resonaban como ecos de un pasado remoto, acompañados por una cálida, resonantemente poderosa y al tiempo dulce voz, que le decía…

- “Las cosas cambian, pero nada verdaderamente cambia. Y todavía hay cambios en la materia y la mente. Nada muere verdaderamente. No hay maestro que pueda mostrar algo nuevo, algo que ya no esté dentro de nosotros, sólo puede ayudarnos a recordar las cosas que siempre supimos”.


Yener se sobresaltó con un jadeo de asombro, cortando aquella especie de trance y apartando su mano del cuerpo del capitán. Aun estando aislado por su propio traje espacial había podido percibir aquello. La propia Menra al percatarse de lo que le sucedía se interesó de inmediato por él.

-¿Le ocurre algo. Está usted bien mi general?.
-Si, si, no se preocupe, estoy bien - .Pudo responder él haciéndose con el dominio de si con celeridad para indicar -. Vamos a honrar a estos héroes de Yumlaiance como merecen.
- A la orden señor.- Repuso de inmediato Menra -.


Yener dio un último vistazo a esa antiquísima cabina de navegación .Después, indicó al grupo abandonar la nave, los cuerpos serían lanzados al espacio tal y como el capitán Mand deseó. Cuando esto se llevó a cabo, el crucero de Menra puso rumbo a Yumlaiance remolcando la histórica nave. La comandante Delaier permanecía de pie mirando a través de la pantalla del puente a aquella especie de carabela cósmica que había comenzado el descubrimiento del universo y Yener se le acercó diciendo:


- Yumlaiance se reencuentra a sí misma. Esto ha sido como viajar en el tiempo.
- Si señor- suspiró ella -.Esto da que pensar .Nuestro deber adquiere todavía mayor sentido. No es como escuchar que tenemos una tradición que mantener, es que la misma tradición nos ha hablado.
- La entiendo muy bien- sonrió Yener -.Puesto que eso mismo me sucede a mí .Recuerde una cosa siempre comandante. Las personas pasan, los tiempos cambian, pero Yumlaiance queda. Y nosotros tenemos una deuda no sólo con los que nos precedieron, sino con los que vendrán detrás.
- Es cierto - convino Menra preguntando reflexivamente -.Mi general. ¿Qué cree usted que sucederá dentro de otros mil años?.
-¡Vaya usted a saber!- rió Yener quitándole ahora ese aura de mística introspección que había embargado a ambos -.Seguramente nuestros descendientes seguirán igual, ocupados, con sus emociones y sentimientos contradictorios. Nos recordarán como nosotros hacemos con nuestros ancestros y desearán para sus hijos y los hijos de sus hijos, el mismo destino feliz que nosotros queremos para ellos. Igual que Mand y su tripulación. No pensaron en su triste suerte, sino en el futuro de los suyos. Nosotros, comandante.
- Debieron de ser unos hombres magníficos - Dijo Menra más con sentimiento de seguridad que de especulación -.
- Lo fueron, estoy convencido, solo alguien con una miras tan elevadas como las que ellos tuvieron sería capaz de hacer tal sacrificio por su patria. Y les honramos por ello.- Convino Yener con honda admiración, para guardar silencio durante unos pocos segundos y añadir ya de una forma más desenfadada - .Ahora pongamos rumbo a casa y descansemos mientras podamos, seguro que habrá muchas cosas que hacer después.


La comandante Delaier asintió con una sonrisa. Y Yener como siempre, no se equivocaba en eso. Es más, mientras meditaba en su interior el significado de aquellas palabras que captara en su mente, no podía saber que él mismo iba a estar inmerso en otra importante situación que se iba a plantear con su misma llegada y la noticia que portaban.

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