Desde que ingresó en el monasterio para Conlet no fue fácil la vida de Monje-Guerrero. Eso a pesar de que últimamente se lo tomaba con interés, aunque por lo visto, las difíciles disciplinas del Kail no eran lo suyo .Llevaba ya siete largos años y tan sólo era capaz de dominar dos. Pero él no se desanimaba, había estado haraganeando los primeros años, pero actualmente estaba trabajando mucho y la tercera no tardaría en caer. Al menos eso esperaba .Además, con los recortes presupuestarios seguramente pronto se haría una criba y los monjes menos dotados tendrían que abandonar. Para él sería un desastre que lo expulsaran, así que tendría que afanarse mucho más. Estaba dispuesto a ello, aunque de todas formas hoy tenía día libre y podría aprovechar para dar una vuelta por la ciudad de Holram.
Calina Delaier estaba en Somer asistiendo a una reunión en la sede local de su hermandad. Había sido designada como ponente por el Maestre Dilain. Éste quería que la muchacha hablase a los magos de allí acerca de la conveniencia de no bajar la guardia y seguir velando por la seguridad de Yumlaiance, pero sin enemistarse con los nuevos sacerdotes Nephralers. Todo esto vino a consecuencia de lo que la muchacha le contó a su superior. Dilain se mostró muy interesado en aquella charla que mantuvieran Calina y las demás con la comandante Draker hacía ya unos días. Y esa historia del presunto Hialgasth le había inquietado más de lo que parecía. A la maga le sorprendió bastante que su Maestre insistiera tanto en que pusiera atención respecto a algunos magos de allí. En un principio pensó que sería para aprender de ellos, pero Dilain le dio a entender más bien que debía observar su comportamiento y realizar comprobaciones sobre ciertos datos para luego informarle a él personalmente. La chica, recién aprobado su examen de nivel y ascendida ya a maga de segundo orden, iba a estrenar su túnica con ribetes plateados pero no disponía de ninguna. Había sido un olvido por su parte ya que no notificó a los responsables del vestuario de la orden tal cosa. Bueno, tendría así la ocasión de ir de paisano para no centrar mucho la atención de las gentes, pues a pesar del tiempo transcurrido y de su mayor madurez, Calina seguía siendo una muchacha tímida y no gustaba mucho de ser objeto de todas las miradas cuando paseaba por la calle, aunque estas fueran en su gran mayoría amistosas y de respeto, al reconocer en ella a una maga de Esil. Lucía pues un traje de camisa corta y pantalón ajustado de entretiempo con calzado de estilo deportivo y llevaba su larga melena rubia recogida en una trenza .En esa época ya había comenzado a hacer calor y el pelo suelto le molestaba. Llegó a Somer con unos minutos de tiempo para dar una vuelta por la ciudad, lo cierto es que tenía deseos de visitar el antiguo castillo real de Holram, capital de este reino. Allí fue donde el legendario Skar Dainlin llegó para advertir al entonces rey Ulred I del ataque de los señores oscuros nephralers y a donde más tarde llevó la espada Somerlaiance. Pero eso formaba parte de la historia y a ella más que nada le recordaba al general Rant. ¿Qué habría sucedido de estar él vivo? .Muchas veces, tumbada en el sofá de su habitación, cerraba los ojos y le imaginaba recorriendo enormes extensiones de parajes de todo tipo, desérticos o de pradera, de bosque o montañosos siempre adelante, a la busca de algo .Quizás estuviera cabalgando ahora junto con sus ilustres antecesores resuelto a recobrar la grandeza de Yumlaiance .Calina suspiró resignadamente, de seguro que ahora el general estaría junto a Maray y a su hijo Kail, el fundador de su orden .Así se ahorraría ver algunas de las cosas que estaban pasando en Yumlaiance .Cosas nada halagüeñas de las que la propia Calina tan sólo había oído hablar, aunque sucedían realmente y no tendría que aguardar mucho para vivir una de ellas.
Caminaba por una calle algo apartada del bullicio general cuando sintió pasos tras de ella, no quiso mirar hacia atrás pues pensaba que quedaba poco elegante aunque estos pasos se aproximaban con rapidez y la muchacha se vio obligada a girar discretamente la cabeza .Pudo ver a un hombre joven y de pelo oscuro acercarse hasta ella, vestía de forma descuidada y llevaba las manos en los bolsillos .Eso le no gustó nada a la muchacha que aceleró el paso, presentía problemas, de todas maneras y pese a tratar de evitarlos, estos iban a ir directamente a ella.
Estaba saliendo de la calle cuando otro hombre se interpuso en su camino, llevaba una especie de cuchillo y le espetó apuntándola con él.
-¡Vamos monada!, dame todos los Yumcreds que lleves o tendré que estropear ese cuerpo tan bonito que tienes.
Calina se quedó de piedra, ¡ese hombre pretendía robarla! , creía que eso no sucedía en su mundo, pero ahora se daba cuenta de lo equivocada que estaba. Su primer impulso fue tratar de escapar, pero el individuo que la seguía estaba ahora tras de ella amenazándola también con otra arma blanca .No queriendo descubrir sus dotes de maga la chica asintió y dijo:
- Está bien, pero no llevo más que diez. Tome - le ofreció al tipo sacando su tarjeta de Yumcredts -.
- No es mucho - afirmó el tipo que estaba tras ella añadiendo con gesto lascivo -.¿Y si llevaras más encima? .Creo que te voy a registrar.
No había terminado de hablar cuando sus manos recorrían ya los pechos de la chica. Ésta se zafó girándose en redondo con cara indignada, entonces fue cogida por el otro tipo que la había asaltado en primer lugar, trató de forcejear pero ese hombre le sujetaba bien de los brazos levantándola también en vilo. Ella estaba muy nerviosa y apenas podía pensar en pronunciar ningún hechizo que la librase de aquello.
-¡Vamos sujétala!,- exclamó el hombre moreno. Añadiendo entre jadeos -.Con lo buena que está nos lo vamos a pasar muy bien con ella.
-¡Soltadme canallas!- pudo chillar Calina pero evidentemente esos tipos no la hacían ningún caso entonces ella afirmó como recurso desesperado aunque tratando de templar su voz en lo posible -.Soy una maga de segundo nivel de Esil .Dejadme enseguida u os pesará.
-¿La has oído?- se rió el tipo que la sujetaba- .¡Qué imaginación!.
- Claro nena,- le susurró excitadamente el otro al oído, en tanto le trataba de quitar los pantalones haciendo un gesto para bajarse los suyos propios a la vez -.¡Y tanto que eres maga, has conseguido levantarme la varita!.
Calina respiraba agitada y muy nerviosa, estaba asustada y no sabía que hacer .Cuando quiso volver a hablar aunque fuera para tratar de recitar un conjuro menor, su captor le tapó la boca con una mano .El otro tipo ya estaba desnudándola mientras él mismo se afanaba en exhibir su citada varita .La chica no lo pensó dos veces, por suerte las piernas las tenía libres y las usó para sacudirle a ese cerdo la patada de su vida. El tipo cayó al suelo retorciéndose por ese golpe tan certero mientras su compañero espetaba.
-¡Maldita zorra!, habríamos sido cuidadosos contigo pero ahora te lo haremos pasar muy mal.
Calina trataba de revolverse para soltarse pero no podía, ese hombre era físicamente mucho más fuerte que ella, estaba indefensa, a merced de ese par de rufianes que seguramente la violarían sin piedad .Fue entonces cuando tanto ella como los otros dos tipos escucharon una voz que declaraba.
-¡Soltad a esa mujer, perros!, os lo ordena un Señor del Kail de Somer.
Conlet acertó a pasar cerca de aquella calle apartada y vio a un tipo que le daba la espalda, parecía estar esperando algo, tuvo curiosidad así que se le quedó mirando y entonces vio como se adelantaba, a su vez se internó un poco en aquella calle y pudo ver como ese tipo hablaba con una chica, luego observó llegar al otro y presenció lo sucedido aunque no pudo oír lo que pasaba muy bien .Tardó poco en darse cuenta de que aquello era un asalto así que intervino tal y como era la obligación de un señor del Kail, defendiendo a las personas que lo necesitaran. Y allí estaba él con su jubón de gala, advirtiendo a esos dos canallas y pensando que seguramente huirían espantados al reconocerle.
-¡Ja, que risa me das!- declaró el que sujetaba a Calina deshaciéndose de ella con un empujón que mandó a la chica al suelo -.
- Te vas a arrepentir - le advirtió Conlet, poniéndose en guardia -.
Aquel individuo también se preparó para la pelea de pronto pareció pensarlo mejor y se detuvo, en tanto decía con un tono calmado, tirando al suelo el cuchillo que llevaba.
- Vale amigo, no queremos enfadar a un monje de Somer, aclaremos este malentendido.
Conlet se sonrió, sabía que su uniforme achantaría a esos granujas, pero no debió confiarse pues ese tipo aprovechó para darle un buen puñetazo que no pudo detener .Entre tanto el otro tipo se había levantado todavía dolorido y miraba a Calina con una mezcla de furia y deseo.
- Te vas a enterar, perra - mascullaba dirigiéndose hacia ella -.
Pero ahora era Calina la que estaba muy furiosa y desde luego que eso era difícil, solía tener un temperamento tranquilo, pero cuando alguien la sacaba de sus casillas...
-¡Rayo eléctrico!- exclamó lanzando contra ese tipo una descarga que le hizo estremecerse a la vez que la energía le ponía los pelos de punta -.
El otro tipo se volvió sorprendido lo que Conlet aprovechó para levantarse y tratar de devolverle el golpe, pero ese hombre tenía bastante experiencia en la lucha callejera y adivinó su intención dándole otro soberano puñetazo en el estómago.
-<<¡Ay! , tenía que haberme dedicado a aprender la disciplina de combate en lugar de la de Afinidad Animal>>- pensaba el Monje cayendo nuevamente al suelo -.
-¡Payaso! - le insultó aquel tipo, con desprecio -, ahora volveré contigo, pero primero me encargaré de la señorita que parece ser la más rebelde.
Pero ahora Calina estaba preparada y además con ganas de darles a esos dos su merecido. El otro tipo estaba nuevamente en el suelo víctima de una buena descarga eléctrica de la que tardaría en recuperarse .Ella aprovechó el momento de descuido de su captor para recuperarse y poder pensar con claridad .Y eso iba a ser fatal para aquel individuo...
- Invoco a la corriente de aire del norte - dijo creando un chorro de viento que lanzó a aquel tipo contra una pared y no contenta con eso añadió -.¡Rayo eléctrico!.
El afectado por éste nuevo ataque se retorció pegado a la pared incapaz ni tan siquiera de poder pronunciar palabra. Calina no cejó en su descarga hasta que se aseguró de que ya no la iban a molestar más, aunque evitando una dosis que pudiera llegar a ser mortal. Una vez cesó su ataque fue a interesarse por el estado de aquel joven monje que había tratado de ayudarla, lo había conseguido aunque de una manera un tanto peculiar .En efecto, Conlet se llevaba una mano a la barbilla, ¡ojalá que hubiese dominado la disciplina de curación! , pero tampoco era lo suyo. Además le dolía el estómago, menos mal que sus maestros no le veían. Por fortuna para él esa chica se aproximó preguntándole con amabilidad.
-¿Te encuentras bien, muchacho?.
Así que, haciendo de tripas corazón, tuvo que incorporarse a toda prisa simulando estar perfectamente para responder en el tono más grave y aparentemente severo que pudo conseguir articular.
- Si señorita. Soy un monje Guerrero, claro que estoy bien .Celebro haber llegado a tiempo.
- Claro - convino Calina con una leve sonrisa, añadiendo con más desenfado - .Anda, deja que te ayude.
Dicho esto aplicó sobre el muchacho su magia de curación logrando aminorar el dolor de éste. Aquel chico no debía tener más de veinte años y era poco más alto que ella, no era tampoco demasiado atractivo aunque su desgreñado pelo moreno le daba un aspecto gracioso al caer sobre sus ojos color miel que casi tenían lagrimas, producto de los golpes que había recibido ¡y ahí le tenías intentado simular que eso no era nada!.
-¿Mejor?,- le inquirió maternalmente ella ampliando su sonrisa -.
- Si gracias - afirmó él mirándola embonado -.<
- Calina Delaier - se presentó ella -.Paseaba por la ciudad y me distraje pensando. Creo que tomé una calle equivocada y acabé metida aquí.
- Tuvo suerte de que pasara, bueno tuviste suerte - rectificó tuteándola ya que ella misma se había presentado y eso era algo más familiar y con esa carita tan mona que tenía lo mejor sería intentar crear algo de familiaridad y quien sabe si... -
- Si, me ayudaste gracias - concedió Calina añadiendo -.¿Y tú te llamas?.
Conlet sonrió algo estúpidamente como si le hubieran sacado de un sueño y trató de responder.
-¡Claro que tonto! , bueno soy un monje Guerrero- volvió a decir atolondradamente -.
- Eso ya lo veo - repuso la muchacha divertida, para insistir -.¿Cuál es tu nombre?.
- Soy.- Lo cierto es que le daba vergüenza reconocer que tan sólo era un cachorro, no tenía nombre en su orden todavía -.Bueno, me llamo, Conlet Evis.
- Celebro conocerte Conlet - afirmó jovialmente ella estrechándole una mano con suavidad -.Ahora debo marcharme.- Y dicho lo cual Calina se dispuso a salir de ese sórdido callejón cuando el chico la llamó -.
- Oye ,¿quieres que te muestre la ciudad?. Seguro que necesitarás a alguien que te acompañe por que seguro que no eres de aquí.
- Soy forastera, es verdad - asintió Calina dándose la vuelta -.
-¿De dónde eres?.- Quiso saber el chico para continuar aquella conversación en lo posible -.
- De Anlad, ciudad de Yastris, en esa misma provincia - repuso Calina sin preocuparse de preguntarle a él de donde provenía -.
- Yo soy de Somer, ciudad de Rualon - se apresuró a decir él -.Si quieres puedo mostrarte algún buen sitio para hospedarte.
- Te lo agradezco - sonrió nuevamente ella -.Pero ya tengo un sitio, gracias.
- Toma, puedo darte mi número de comunicador,- se ofreció el chico con tono muy solícito – así, si te ves en apuros...
- No te preocupes,- le cortó ella para sentenciar de modo amable -.Adiós y encantada de conocerte.
El muchacho se quedó sin palabras, no pudo impedir que esa preciosidad saliera del callejón y seguramente de su vida, probablemente para siempre. ¡Vaya mala suerte!. Desde luego las chicas no eran lo suyo ,¡y pensar que había creído que con su jubón de gala ligaría con cualquiera!. Estaba visto que la orden del Kail ya no imponía el respeto y la admiración de antes. En fin, volviendo a la cruda realidad se percató de que esos dos delincuentes se estaban comenzando a recuperar y él mismo apresuró el paso para salir de allí no fueran a querer más bronca y la tomaran con él. Además si se daba prisa, podría ver hacia donde iba esa chica. Pareció que Kail estaba con él después de todo ya que la descubrió andando calles abajo y decidió seguirla a una distancia prudencial, la disciplina de Rastreo al menos no se le daba tan mal como las otras y entre el gentío de las calles más concurridas pudo apañárselas para no perderla .Calina parecía ajena del todo a que él anduviera tras sus pasos, ¡en algo se tenía que notar su adiestramiento! y vio a la chica llegar al fin a la sede de su hermandad .El guardián, un mago de nivel elemental la detuvo con un gesto y ella sonrió sacando su acreditación a la par que se presentaba.
- Delaier, Calina, maga de segundo nivel, he venido para la reunión.
El mago se apresuró a devolverle la acreditación y la saludó respetuosamente como debía hacer ante un mago de superior nivel, franqueándole acto seguido la entrada .El joven Conlet no había perdido detalle desde lejos y se dijo.
-¡Vaya, realmente debe ser una maga de categoría para entrar ahí. No creo que vaya a fijarse en un cachorro del Kail. ¡Qué se le va a hacer!.
Y resignado se alejó perdiéndose entre la gente .Calina, una vez en el interior de su hermandad sonrió divertida, ese pobre chico era insistente aunque disimulaba su presencia fatal, sería mejor que probase fortuna en otra parte, no obstante le agradecía su ayuda. Aunque ahora debía centrarse en otros asuntos ya que a renglón seguido fue recibida por un mago de primera categoría, era un hombre de escasa estatura y alrededor de unos sesenta años, delgado, de poco pelo y ojos tono grisáceo .Calina le saludó respetuosamente y éste hizo lo propio presentándose.
- Bienvenida, soy Guled D,Mar y estoy al cargo del simposium. Es un honor recibirte. ¿Cómo se encuentra nuestro Maestre?.
- Muy bien te doy las gracias en su nombre por preguntar- repuso Calina con idéntica cortesía - .Y vuestro maestro. ¿Qué tal está? .¿Podré presentarle mis respetos?.- Quiso saber a su vez -.
- Ahora mismo no se encuentra aquí, está de viaje y yo me encargo de organizar la conferencia. Aunque debo confesar que me sorprendió que el Maestre Dilain enviase a una mujer tan joven, debes ser una discípula muy aventajada para que confíe en ti de esa manera.
- Hago lo que puedo - sonrió Calina visiblemente satisfecha por esas palabras -.Y para mí es un honor el haber sido designada.
- Lo que me sorprende también es el tema de tu exposición .¿Vienes a advertirnos contra los dioses paganos a estas alturas?.- Le inquirió su interlocutor con expresión extrañada -.
- No es eso exactamente –.Matizó Calina para explicar - vengo a deciros que hemos recibido informes de que en esta ciudad se están adorando con bastante profusión y que ante todo debe existir mutuo respeto entre nuestros distintos cultos .Pero asimismo no debemos bajar la guardia, sobre todo nosotros los Maestros de Esil. Y eso quiere decir que mantengamos intacta nuestra fe y nuestros ritos sagrados.
- Eso hacemos aquí, igual que puedan hacerlo en la misma Esil.- Respondió el mago con seguridad, aunque añadiendo de forma algo más cómplice – pero ten en cuenta de que en Somer predomina el culto al dios Kail y este es territorio de sus monjes guerreros, aunque si quieres que te diga la verdad, desde un tiempo a esta parte ya no son lo que eran.
- Ya - convino la chica tratando de refrenar una sonrisa sin mucha fortuna -.
-¿Te parece gracioso?.- Le inquirió D,Mar sorprendido por aquello -.
- No, es que verás, digamos que he conocido a un señor del Kail cuando venía y me ha ayudado en un desafortunado encuentro que tuve.- Le aclaró -.
Calina refirió en breves palabras y omitiendo detalles quizás, demasiado escabrosos, lo sucedido y su interlocutor repuso mirándola todavía con sorpresa e incluso con cierta indignación.
- Seguramente eso se debe a que aquel muchacho era un Cachorro del Kail, no sé que demonios les sucede últimamente, cada vez son menos y su adiestramiento está más descuidado.
- Bueno, ese es un asunto que compete a la orden del Kail yo vengo también a comprobar el estado de nuestros magos aprendices.- Contestó despreocupadamente la chica añadiendo ahora con tono más inquisitivo -.El Maestre me ha pedido también un informe de primera mano sobre el número y el rango de los miembros de nuestra orden aquí.
Aquello pareció desconcertar a Guled que pudo responder extrañado.
- Si ya le hemos enviado esos informes hace apenas tres semanas .Deben estar en la central de Esil vía holomail.
- Pues esas son parte de las instrucciones que tengo .Quizás no se hayan recibido o tengamos un fallo en la central - especuló Calina, encogiéndose de hombros y tratando de justificar aquello -.
Parecía que Dilain dudase de la veracidad de los datos que hubiera recibido, puesto que a ella le constaba de que el Maestre los tenía en su poder y ese era precisamente uno de los cometidos de la muchacha ,aunque ¿porqué dudaría el Maestre de unos informes de rutina?.
- De cualquier modo lo primero que debes hacer es ponerte cómoda y descansar .A propósito - quiso saber el Mago mirando las ropas que ella lucía -.¿Dónde está tu túnica?. ¿Te ordenaron venir de incógnito?.
- Es que acabo de aprobar el examen de maga de segundo nivel y no he tenido tiempo de avisar a la guardarropía de Esil .No llevo túnica de segundo grado.- Se excusó la muchacha con gesto azorado -.
- No te preocupes, nosotros te facilitaremos una. Entre tanto acomódate en la estancia que te hemos reservado. Uno de nuestros magos te guiará.- Le ofreció gentilmente Guled, cosa que Calina aceptó con una agradecida sonrisa -.
Guled llamó a uno de sus subalternos, un chico de tercer nivel, alto, de constitución fuerte, anchos hombros, moreno y atractivo, con penetrantes ojos azules, de nombre Sert. Con una voz grave y respetuosa le hizo un gesto de manos a Calina indicando que la siguiera.
- Por favor, es por aquí.
Ella fue tras el muchacho y éste la llevó hasta la puerta de una habitación que abrió con una antigua llave, cosa tradicional en las instalaciones de los Magos de Esil. Entregándole la misma a Calina, le dijo nuevamente con amabilidad.
- Si necesitas cualquier cosa pulsa el llamador y acudiré.- Le indicó un botón color anaranjado que estaba junto a una mesilla de madera -.
- Gracias - repuso ella en tanto el muchacho saludaba al modo de Esil y salía sin más -.
En cuanto pudo estar a solas, Calina se dejó caer en la cama que acompañaba a esa mesita y observó su cuarto .Una gran ventana con marcos de madera y una silla del mismo material completaban aquel austero recinto. Por lo menos aquí sí que se cumplían las ordenanzas internas, eludir lujos externos y tecnología. En eso eran igual que los Señores del Kail. Y con ese pensamiento volvía a su mente el recuerdo de aquel pobre monje tan patoso. En el fondo le daba mucha pena que la orden del difunto general Rant, que éste tanto había amado, languideciera de ese modo. Aunque tampoco podía basar su juicio por el simple hecho de que uno de aquellos señores del Kail no estuviera a la altura de su institución.
No le dio mucho más tiempo a esa reflexión y trató de centrarse en lo suyo. Ya estaba dentro y debía cumplir con su misión. Para empezar buscó por su cuarto. La muchacha, que no había traído equipaje puesto que contaba con obtener todo lo que necesitaba de la orden comprobó que, en efecto, tenía en uno de los cajones de la mesita útiles de aseo y en otro ropa interior de su talla. Ahora pensaba que, si sabían este tipo de cosas, no cuadraba que el Mago Guled quedase tan sorprendido de verla, pudiera ser que la designación de Calina le hubiera dejado desconcertado y que quisiera hablar con ella para comprender el porqué .Aunque ni la misma chica lo entendía, sabía que Dilain confiaba mucho en ella, pero de ahí a mandarla con autoridad de evaluadora sobre un mago de superior categoría....
Pero bueno, si lo había hecho sus razones tendría y ella procuraría no decepcionarle .Ante todo debía recapitular. En sus archivos constaba que esa delegación de Esil en Holram tenía un Maestre, un mago de primer nivel(a éste ya le conocía).Uno de segundo y dos de tercero. Más cuatro magos elementales y ocho aprendices .No es que fueran muchos pero los de su orden ya no eran demasiados. En cuanto pudiera, pediría confirmación de aquellos datos y después pasaría a dar la charla, esto realmente era la cosa más irrelevante a la que había venido .Estaba reflexionando sobre todo ello cuando llamaron a la puerta. Dio permiso para que entrasen y abrió una mujer de apariencia algo mayor que ella, de pelo castaño corto y ojos azules que lucía una túnica de segundo nivel, traía en su mano otra del mismo tipo que ofreció a Calina.
- Celebro saludarte - afirmó esta haciendo el típico gesto de bienvenida para presentarse -.Me llamo Litya y soy de tu mismo grado, Gudel me ha informado de que te hacía falta vestimenta, así que te traigo esta túnica mía, espero que te siente bien.
- Te doy las gracias - respondió Calina imitando el gesto, y sí, aquella chica era un poco más baja que ella pero seguramente la túnica le valdría- .<
- Celebraremos una reunión del grupo dentro de dos sexdanes - le informó Litya -.Allí te daremos oficialmente la bienvenida y podrás contarnos que te trae a vernos.
- Si, muy bien- acordó Calina cogiendo la túnica para probársela -.
- Hemos oído que eres una maga de talento- añadió su interlocutora mientras Calina comprobaba con satisfacción que esa prenda le quedaba bien -.Espero que, si tienes tiempo, puedas hacernos alguna demostración de tus conjuros más relevantes.
-¿Mis conjuros?,- se sorprendió Calina para añadir con desenfado -.Supongo que serán los mismo que utilizas tú.
- Claro - repuso su interlocutora pareciendo algo sorprendida y cambiando radicalmente de tema añadió -.Espero que todo esté a tu gusto, como sabes no podemos brindarte más comodidades.
- Todo está bien así, es como debe ser, gracias - afirmó Calina -.
- Entonces te dejo descansar hasta la hora de la reunión- dijo Litya saliendo de la estancia y cerrando la puerta tras ella -.
Esa mujer le había parecido a Calina algo rara. ¿A qué venía eso de una demostración de sus conjuros?. ¡Ni que ella fuera un Maestre o algo así!. Que aquello se lo hubiera dicho una maga de un nivel inferior sería lógico, pero una igual, que además debía contar con más experiencia y tiempo en su rango, era algo ilógico.
-¿Quién se pensará que soy yo?.- Se dijo todavía sorprendida, para conjeturar con una media sonrisa divertida – .Quizás crea que soy una maestre camuflada
Bueno, dejando aparte esa cuestión era tiempo de contactar con Dilain, ya que lo único que se trajo Calina en sus bolsillos era un intercomunicador .Por fortuna, sus normas y las de Somer diferían en algún que otro punto, entre ellos el de poder pasar material de tecnología avanzada a condición de no usarla salvo dispensa de la autoridad competente y ella tenía el permiso del propio Maestre de la Orden, aunque no se lo contase a sus anfitriones ,y también era chocante que estos ni siquiera hubieran sospechado nada.
Entre tanto en Esil el propio Dilain aguardaba el primer informe de Calina mientras cavilaba sobre si había hecho bien enviando allí a esa chica, si las cosas eran lo que él sospechaba posiblemente tendría que enviar a más magos o quizás ir personalmente .De todos modos debía obtener la prueba que necesitaba y eso quizás sólo podría lograrlo con la presencia en aquel lugar de esa chica. Además no iba a estar sola, ojalá que su contacto en Somer apareciese y deseando eso, recordó que todavía no había vuelto a llamar a Azor Ligero .El anciano Maestro del general Rant vivía todavía y pese a estar muy debilitado aun podía mantener unas conversaciones muy interesantes con Dilain. Éste se fiaba de él como lo había hecho de su propio Maestro Sartas y el viejo Monje le había desvelado que cosas muy raras estaban sucediendo en el reino de Somer, cosas que afectaban tanto a sus propios Monjes como a algunos magos de Esil. Azor Ligero se había enterado merced a averiguaciones hechas por algunos de sus monjes de confianza, pocos a decir verdad. Entre ellos el también anciano Coyote Astuto, con rango de Tutor del Magkail puesto que dominaba cinco de estas disciplinas. Ese anciano y otro maestro del Kail más, que se hallaba de incógnito en Holram habían seguido y observado a algunos Magos y comprobado que se portaban de forma extraña, aunque tampoco habían podido precisar nada en concreto, era más una sensación de que aquellas conductas no iban con ese tipo de persona. Rasgo este que se acentuaba en algún mago en particular que este Maestro del Kail anónimo conocía. Entonces, sacándole de esas reflexiones, sonó su intercomunicador y el Maestre lo activó descubriendo con agrado el rostro de Calina.
-¿Cómo ha ido tu primera impresión?.- Le inquirió él con visible interés -.
Ella pasó a contarle lo sucedido dejando al mago aun más seguro de sus sospechas .Por su parte Dilain pasó a decirle.
- Tienes un aliado en Somer, sólo te diré que es un señor del Kail y está de incógnito. Desde luego no es lo que parece. Encuéntrale y pídele ayuda .No puedo decirte más.
-¿Y cómo sabré que es el que busco? .¿Me dará alguna clave o habré de dársela yo?.- Quiso saber la muchacha con gesto desconcertado –.
- Ya se ocupará él de encontrarte a ti, mostrándote algo que le identifique sin dudas, de momento sigue con tu cometido- le respondió Dilain -.Vuelve a llamar en cuanto te sea posible y tengas algo más- añadió despidiendo la comunicación -.
Y así se quedó Calina, cada vez más confundida. Esperaba llegar a enterarse de que iba ese asunto y quizás no tardase mucho puesto que los dos sexdanes pasaron deprisa y Litya vino a buscarla para llevarla a la sala de conferencias.
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