lunes, 7 de marzo de 2011

UNC 95

14./Capitulo 95.Piezas que no encajan.


Con paso ágil Lord Carnalsk fue cruzando diversas estancias del palacio de Helgamad. En una de ellas destinadas al funcionariado estaba el despacho de Lord Zagart .El noble era, al igual que el propio Carnalsk, uno de los pares más influyentes y como tal su ubicación estaba cerca del Rey .En ese momento estaría de seguro atendiendo asuntos así que Carnalsk sabía que le encontraría allí. Según atravesaba las distintas puertas los centinelas que las custodiaban presentaban armas en actitud de firmes .El nephraler, indiferente a esto, se plantó en poco tiempo ante la puerta del despacho de su buscado colega que estaba antecedida de una mesa donde se sentaba el guardia encargado de su custodia, éste se levantó de inmediato saludando militarmente a su superior .Carnalsk le indicó descanso y el guardia le inquirió respetuosamente.


- Milord .¿Deseaba ver a Lord Zagart?.
- Así es- afirmó Carnalsk -.Dile que quiero verle inmediatamente, esté ocupado o no, asunto oficial.
- Si milord.- Asintió el guardia pulsando un comunicador -.


Cuando Zagart escuchó el sonido del mismo en su despacho supuso enseguida de quien se trataba, no era difícil, podía sentir su aura y su enfado. No le hizo esperar mucho autorizando al guardia para que abriera la puerta. El centinela se apresuró a franquearle el paso a Carnalsk que entró obviando toda ceremonia para preguntar con tono cortante.


-¿Con qué autoridad te atreviste a ordenar un ataque que no estaba previsto?.
-¿A qué ataque te refieres?.- Le preguntó a su vez Zagart con expresión sorprendida -.
- Deja el teatro conmigo, lo sabes perfectamente - repuso fría e indignadamente Carnalsk que no se iba a dejar engañar por un ademán tan infantil -.
- Te aseguro que no, soy responsable de varias operaciones- respondió Zagart a su vez -.
- Hace tres años, contra la familia Rant - le aclaró su interlocutor de modo telegráfico -.
-¡Ah, eso!- sonrió levemente Zagart explicando con despreocupación -.Ya ni me acordaba, no es que estuviera previsto, lo sé; mandé a uno de los Hialgasth a vigilar, no las tenía todas conmigo. Pensé que la desaparición de Rant pudiera ser un truco de éste y quise comprobarlo, de haberlo sido se habría puesto en contacto con sus familiares.- Se sonrió una vez más encogiéndose de hombros con un ademán algo exagerado para agregar de forma más despreocupada - Lo malo es que ya conoces a los Hialgasth, no se quedan contentos hasta que no asesinan a alguien o le controlan.
- Pues este Hialgasth no fue capaz de hacer ni una cosa ni la otra- aseveró Carnalsk con rotundidad -.Y fue una estupidez ,¿acaso no sabes que acabaron con él?.
- No, no lo sabía - repuso Zagart con gesto atónito para preguntar con visible sorpresa -.¿Quién fue? .Para eso se debe ser un poderoso mago o un Maestro muy avanzado del Kail. Quizás el propio Rant..
- No fue él, está muerto, y además no poseía ese nivel - aseguró Lord Carnalsk -.
-¿Cómo lo sabes?,- le inquirió perspicazmente Zagart arqueando las cejas -.
-¡Lo sé y punto, aquí el que pregunta soy yo! - matizó Carnalsk con autoridad y enfado para remachar a modo de advertencia - y recuerda que tengo más ojos y oídos por el universo de los que tú te piensas Zagart, así que vete con cuidado .Tenemos en marcha algunas operaciones vitales en Yumlaiance y como otro de tus estúpidos e indisciplinados Hialgasth vuelva a cometer otra imprudencia que las haga peligrar te haré directamente responsable ante el Rey. ¿Está claro?.
- Si, por supuesto - asintió lentamente Zagart que agregó de forma respetuosa y sumisa -.Me encargaré personalmente de transmitirles tus órdenes.


Carnalsk pareció quedarse satisfecho con esto y salió del despacho sin despedirse. Por su parte Zagart se quedó pensativo, él también tenía más ojos y oídos de los que ese estúpido imaginaba, y que le facilitarían mejor información. Para empezar sabía quién era la confidente de Carnalsk en Yumlaiance, esa estúpida comandante Draker, pero ya se encargaría él de ordenar a su principal contacto que se ocupase de ella. Aunque, por el momento, sería más sensato esperar un poco a que las cosas se calmasen, quedaría en evidencia si a esa sacerdotisa de pacotilla le sucediera algo ahora .La tarea principal seguía estando en encontrar a quien podría impedir que los planes trazados llegasen a término. Y eso también se lo iba a encargar a su contacto.



Calina entre tanto seguía con su estancia en la sede de su hermandad en Somer .Ahora pensaba en quién podría ser aquel aliado anónimo .Al tratarse de un maestro del Kail dominaría bien la técnica, así que descartó a ese alocado muchacho que trató de ayudarla. ¿O pudiera ser que no?. ¿Y si ese maestro del Kail se fingió así de torpe adrede para ocultar su identidad?. Sería una buena tapadera, haciéndose pasar precisamente por un monje de su propia orden tan inepto. Cualquier pensaría que se podría hacer pasar por cualquier persona de a pie antes que eso .Lo primero entonces sería encontrar a ese chico, había sido demasiado evidente, y ese era el mejor disfraz, el que estaba a la vista de todos. Calina pensó en ir a buscarle, aunque no, antes de ello debía asistir a la reunión .Y entonces fue cuando llegó Litya para conducirla ante sus compañeros de orden .La maga entró tras tocar en la puerta y obtener el permiso de Calina.


- Vamos, debemos ir ya, confío en que hayas podido descansar- le dijo Litya con amabilidad -.
- Si gracias, este tiempo me ha servido de mucho- admitió Calina aunque no por las razones que su interlocutora creía -.


Litya sonrió indicando a su colega que la siguiera con un ademán de sus manos .Calina así lo hizo y fue llevada a través de un largo pasillo que desembocaba en una puerta grande, hecha en recia madera .La maga local tocó en ella tres veces y la puerta se abrió dando paso a una amplia sala de conferencias, allí aguardaban los magos de la congregación. Calina pudo contarles a todos, el único que no estaba era precisamente el maestre. ¡Lástima de viaje!, se perdería las palabras de la muchacha. Pero el resto de los magos y aprendices parecían estar complacidos ante la perspectiva de aquella charla. La propia Calina no tenía muy claro todavía lo que iba a decir, así que seguramente improvisaría sobre la marcha. Y debería empezar a hacerlo ya, puesto que Guled la invitó a subir a una especie de atril que había en el centro de aquella habitación tras dirigir unas palabras a sus magos.


- Compañeros magos de Esil, tengo el gran honor de presentar a la ponente que nos envían desde la central .La maga de segundo nivel Calina Delaier, quien nos va a ofrecer una interesante charla.


Hubo aplausos entusiastas que Calina agradeció con una leve sonrisa y haciendo una ligera inclinación de cabeza, aunque le extrañaba aquella forma de hablar del mago, eso de compañeros no se decía entre ellos, sobre todo cuando les hablaba el de rango más elevado .Lo correcto era que hubiese empleado el término “Miembros de la Hermandad” o como mucho, “hermanos” .Aunque quizás aquí, en Somer, esos formulismos fueran menos rígidos. De todas maneras le tocaba hablar y se dispuso a hacerlo con la mejor de sus intenciones, desgranó unos breves saludos y comenzó a departir sobre el tema de su exposición, la vigilancia atenta sin caer en el excesivo recelo hacia los dioses nephralers y el esfuerzo por mantener las antiguas tradiciones de la Hermandad .Sus palabras fueron acogidas con nuevos aplausos y el mago Guled se lo agradeció desde el estrado. Seguidamente se abrió el turno de ruegos y preguntas.



En su despacho Carnalsk meditaba acerca de la charla que mantuvo con Zagart, sería ridículo pensar en creer a ese gusano ni siquiera en una mínima parte de lo que había dicho. Pero tal y como estaban las cosas tampoco se podía molestar al rey por meras sospechas. Carnalsk desde luego estaba seguro de que ese tipo no era de fiar y que tenía planes que iban por libre a los trazados por el consejo del reino y su majestad. Bien estaba hundir a Yumlaiance y tomar venganza, pero una vez eliminado el general Rant las cosas debían llevarse por un cauce lento y constante, no tratar de precipitarlas con ataques inútiles. Aunque en una cosa sí debía de concederle cierto crédito a ese ambicioso. Aquella repentina y extraña muerte en accidente del general podría haber sido una tapadera perfecta para éste, algo que podría ser muy peligroso para Nephraler si no había interpretado mal de las profecías que tenían acerca del resurgir yumlaincer y por eso sería conveniente que Rant les hiciera el trabajo, pero tampoco era seguro que el Maestro del Kail estuviese tras la pista de eso. Por lo que Lord Carnalsk sabía, poco antes del accidente el general estaba decidido a impedir la libre adoración de los dioses, esa era su máxima obsesión, incluso le pidió ayuda a él mismo. Él, claro está, declaró no poder hacer nada aparte de que por supuesto, no le interesaba hacerlo pero tampoco el gobierno de Yumlaiance estaba por la labor. Lo único bueno de aceptar los métodos de Zagart consistía en poder estar enterados de todo lo que sucedía en las altas esferas yumlaincers ,y por un tiempo Carnalsk llegó a pensar que la muerte de Rant fue cosa de su propio gobierno ,aunque finalmente descartó esa idea, al enterarse de que ellos estaban tan sorprendidos como los propios nephralers .También sospechó de Zagart y sus secuaces, por un lado no tendría sentido si luego enviaban a un Hialgasth a casa de los Rant, pero por otro sí podría encajar de haberle mandado a asesinar a lo que restaba de la familia de éste, o quizás a buscar algo que les interesase y liquidar al resto. Lord Carnalsk no estaba seguro de qué orientación sería la correcta y le faltaban datos y pruebas para saber cuales eran las intenciones de Zagart. Incluso dudaba de que Rant estuviese o no muerto, lo que creía más seguro era que éste no fue el causante de la derrota y muerte de ese Hialgasth, la responsable, según Draker, fue esa joven maga de Esil que, tal y como le informaron sus espías al nephraler, se encontraba de visita en una de las delegaciones de su orden. Ahora se planteaba una duda, conseguir que esa chica mostrase sus auténticos poderes para lo cual podría peligrar la infraestructura que se había logrado montar en esa zona, o pasar desapercibidos para no delatarse a costa de que ella no hiciera uso de su magia. La cosa era difícil, aunque los nephralers disponían de buenos agentes allí que quizás pudieran conseguir una cosa sin arriesgar la otra .Lo único malo hubiera sido que la operación la comandaba uno de los entes espías de confianza de Zagart, pero los mismos agentes a las órdenes directas de Carnalsk se habían encargado de evitar que aquello sucediera .El principal inconveniente de eso era que habían sido enviados hace relativamente poco y desconocían aun demasiadas cosas.


En el salón de actos de la sede de los magos, todos callaban observando a su interlocutora.

-¿Alguna pregunta?.- Inquirió el mago Guled al resto de sus subordinados mientras Calina aguardaba pacientemente a que estos se decidieran -.


Hubo un momento de silencio hasta que una maga elemental se atrevió a preguntar.

- Conoce usted algún conjuro espiritual contra seres malignos.
-¡Yo!, no que va- replicó Calina algo extrañada añadiendo -.Ese tipo de conjuros son estudiados a partir del primer nivel de magia y yo acabo de ascender al segundo.


Aunque tampoco iba a decir que con uno que apenas había oído nombrar en la Hermandad años antes y siendo solamente de tercer nivel, logró aniquilar a un Hialgasth. De todos modos le extrañaba esa pregunta, esa gente no podía saber eso, y lo normal hubiera sido que una maga elemental conociese que ese tipo de hechizos no se comenzaban a aprender hasta el primer nivel. En ese instante intervino el mago Guled que parecía haber adivinado esto último.


- Está claro que los que venís de la sede de Esil impresionáis a las jóvenes elementales .Piensan que sois capaces de hacer cosas por encima de lo normal.
- Somos igual que cualquier mago de aquí - afirmó Calina con su natural modestia -.
-¿Alguna cosa más?.- Quiso saber Guled dirigiéndose a los suyos -.


Y al igual que en la ocasión anterior nadie parecía estar dispuesto a intervenir, solo después de unos momentos, fue aquel chico, el mago de tercer nivel cuyo nombre según ella creía recordar era Sert, quien inquirió ahora.


-¿Cómo va todo por la capital? .Hace mucho que no voy allí.
- Todo está bien- repuso Calina más distendidamente, esa era una cuestión más para formular entre camaradas que en una exposición oficial -.Como siempre.
- Habíamos oído que hay muchos disturbios por los barrios centrales últimamente.- Añadió Sert ahora con un poso de preocupación en su voz -.
- No, se exagera siempre para vender más noticias - rebatió Calina sin inquietarse -.


Y después de esta respuesta más silencio que D,Mar cortó diciendo.

- Si no hay más preguntas damos por terminada la conferencia, muchas gracias señorita Delaier.


Calina volvió a agradecer la atención prestada por su auditorio con una leve inclinación de cabeza y bajó del atril .Los magos se dispersaron acudiendo cada uno a lo que tuviera pendiente de hacer y ella aprovechó para dirigirse a su habitación y desde allí hacer una salida. Al parecer Litya la vio puesto que fue junto a ella comentándole según llegaba a su lado.


- Seguro que en Esil os enseñan muy bien. Me gustaría ir allí algún día a prepararme para el primer nivel.
- Pues puedes pedir el traslado,- le propuso Calina que deseaba quitarse de encima a aquella pesada así que le ofreció - .¿Quieres que se lo comente al maestre Dilain?.
- Me harías un gran favor, gracias.- Repuso esta esbozando una amplia sonrisa -.
- Bueno, pues lo haré, en cuanto vuelva a verle le hablaré de ti - prometió la muchacha -.


Litya pareció contentarse con eso y se despidió con un saludo protocolario. Calina suspiró aliviada y puso rumbo a su cuarto, allí se cambió dejando sus ropas de maga por las que había traído y decidió salir a la calle. Con suerte ese muchacho podría andar por la ciudad y sino, ella iría al mismo Monasterio del Kail si hacía falta .Pero la fortuna no le iba a ser esquiva, Conlet efectivamente seguía en la ciudad, aun le quedaba un día libre y no dejaba de pensar en esa muchacha tan guapa. Lástima que estuviera fuera de su alcance, era mayor y de un grado muy superior. Aunque él no iba a rendirse tan fácilmente y decidió dar un paseo cerca de la sede de la hermandad de los Magos. No podía creer lo que vio cuando descubrió que esa chica salía de allí sola y de paisano.

-¡Gracias Kail, gracias Maray! - pudo decir bastante contento -.


Y puso rumbo hacia ella para hacerse el encontradizo de forma descuidada cuando ambos transitaban por una amplia calle en sentidos opuestos.


- Hola - pudo decir el chico con una sonrisita bastante estúpida -.¡Qué pequeña es Holram!.
-¿Qué tal? - sonrió Calina estudiando ahora al muchacho con interés -.Si que es casualidad- añadió con marcado sarcasmo pensando- .<>.
-¿Te gustaría tomar algo para celebrar este encuentro?.- Le propuso él con todo el descaro que pudo, el “no” lo tenía por delante y debía aprovechar lo que pudiera ser su última ocasión -.


Calina tardó en responder, pero para satisfacción de Conlet le dijo que sí.

-¿Conoces algún buen lugar para estar tranquilos?.- Le inquirió ella -.
-¡Oh sí, claro!- afirmó él entusiasmado, encima ella quería estar tranquila, eso parecía buena señal y le dijo con animación -.Ven, hay una taberna cerca de aquí que es perfecta.



Y la chica aceptó acompañarle al sitio en cuestión. Conlet la guió caminando durante un sexdan hasta llegar a un edificio de aspecto antiguo, con una fachada decorada con motivos alusivos al pasado glorioso de Somer, el lugar se llamaba Somerlaiance, curioso, como la legendaria espada .Aquello podría significar algo, podría ser el modo de ese muchacho de darle una clave. Pero Dilain no le había especificado a Calina nada sobre eso, había sido muy parco y ambiguo, tal y como solía, de modo que si esta era la señal, la espada identificaba a los Señores del Kail sin duda, o podría ser casualidad .De momento ella no diría nada y dejaría que los acontecimientos se desarrollasen, atenta hasta el más mínimo indicio.

- Pasa,- le indicó el muchacho mientras tanto -.Veamos si queda alguna mesa libre.


El interior no desmerecía del exterior, la decoración estaba hecha en madera y en las mesas se grababa el escudo militar de Somer, dos hachas cruzadas con la espada Somerlaiance en medio de ambas y también su bandera, un gran sol con expresión severa y al tiempo mística, que repartía rayos dorados sobre fondo negro. Sin dedicarles mucha atención a esos símbolos, Conlet vio libre una mesa y guió a Calina hasta ella .Los dos tomaron asiento en sendos bancos enfrentados entre ellos y él le comentó.


-¡Qué bien!, no es fácil conseguir un sitio tan rápido, venga, te invito .¿Qué quieres tomar?.- Preguntó para sugerir acto seguido sin darle a la chica tiempo ni para pensar -.La bebida de Blor está muy buena. Seguro que en la capital no la habéis probado.
-¿Esa cerveza tiene fama de ser muy fuerte, no?.- Preguntó Calina de modo perspicaz, ,entrelazando los dedos de sus manos para apoyar la barbilla en tanto ponía los codos en la mesa y clavaba una escrutadora mirada en el chico -.
- Bueno, no siempre - contestó este de modo dubitativo -.Si no estás acostumbrada a beberla te puede dar un mareillo, pero para eso pedimos unas raciones de Halard y ya está.
-¿Halard ?.El animal típico de aquí, ¿ese que se caza en los bosques de Somer?- apuntó Calina que siempre lo había oído nombrar como un plato esquisito -.
- Claro, ¿cuál si no?.- Sonrió ahora el muchacho, animándola de nuevo -.¡Venga! ,pidamos dos Blor y una ración para dos de Halard , ¡ya verás como no has comido ni bebido nada mejor!.


La muchacha asintió dejándose convencer, Conlet estaba encantado, si la chica bebía y se ponía algo mareadilla, quizás él pudiera llevarla a descansar a algún albergue, y los dos....¡No!, no podía comportarse de esa manera, era un Monje de Somer, aunque todavía era un cachorro, pero eso no importaba, debía conducirse con honestidad.

- Dime - le preguntó ella cortando de raíz aquellos sentimientos tan contradictorios -.¿Qué Nivel del Kail tienes?. ¿Eres maestro quizás?.
-<<¡Vaya pregunta! - pensó él totalmente envarado -.¿Y ahora que decía? .Si confesaba la verdad esa muchacha se desencantaría así que bueno, ¿por que no?.>>

- Bueno ascendí hace poco - repuso tratando de no darle importancia y sin especificar a qué había ascendido -.
-¡Vaya, qué interesante! - sonrió Calina que comentó con aparente admiración -.Un Maestro del Kail bastante joven y que no gusta de aparentar su rango.
- Si, hay que ser modesto, es uno de los principales mandamientos del Kail.- Afirmó el chico animadamente pues al parecer su ardid había resultado, ni había mentido realmente ni se había comprometido diciendo la verdad. Aunque dudaba de que sus maestros estuvieran de acuerdo en eso, pero la causa era justificada. ¿O quizás no?. -..


La camarera vino y ellos le hicieron el pedido, al punto esta regresó con las bebidas .Él mientras, para salir de aquel tema, le preguntó a Calina cual era el motivo de su visita..


- Vine para dar una conferencia. Ahora ya lo he hecho y tengo que terminar algunos informes de rutina - le contestó ella que también se interesó a su vez -.¿Y tú?, ¿qué haces por la ciudad?.
- Bueno, tenía unos días libres y decidí pasarme por aquí. Hace mucho tiempo que no venía, ya sabes, el duro entrenamiento del Monasterio.- Contestó tomando un trago de bebida -.


Calina hizo lo propio, aunque dando un sorbo más pequeño, el chico seguía parloteando cada vez más suelto y al parecer contento.


- Me encanta la vida en mi Monasterio, pero de vez en cuando quisiera salir a ver cosas, Dumlans por ejemplo, el palacio Imperial .¿Has estado allí?.
- Si - repuso Calina -.Y es impresionante. Tuve la suerte de asistir a la condecoración de mi hermana por el mismísimo emperador.
-¡Eso sí que es impresionante!.- Exclamó el chico dándole otro trago a su bebida para preguntar con autentica curiosidad -.¿Hablaste con él?.
- Con el emperador no, pero sí con alguien muy importante, yo diría que la persona más importante de Yumlaiance después de su majestad imperial.- Dijo ella con un tono de divertido misterio -
-¿Quién?.- Inquirió Conlet notándose algo aturdido -.
- El General Yener Rant, Maestro del Kail de Somer - declaró ella con profundo respeto -.Le conocí cuando era una cría. Es más, él me animó a seguir con mi ilusión de ser maga.
-¿El general Rant?.- Balbuceó el chico con los ojos como platos -.¿Gavilán Veloz? .No puede ser, ¿de veras? .¡Si fue el mejor discípulo de nuestro Archimaestro Azor Ligero!.


Calina esperaba que, con la mención de ese nombre, quizás el chico se diera a conocer, y Conlet en efecto paró de hablar durante unos instantes aunque no tardó en retomar la palabra diciéndole a su contertulia con tono algo inquieto.


-¿No notas que esto se mueve mucho?.
- No- negó ella observándole atónita -.
- Bueno, no importa - repuso él dándole otro largo trago a la bebida y dejando nuevamente de hablar, y esta vez iba a ser para largo, puesto que cayó desplomado en la mesa - .


Cuando abrió los ojos se encontró rodeado por algunos empleados del local, la propia camarera y Calina que trataba de reanimarle .El chico sentía un terrible dolor de cabeza y no se encontraba en la mesa sino en la trastienda de la taberna ,tumbado sobre una sencilla cama.


-¿Estás mejor?,- le preguntó la maga que le estaba emitiendo ondas energéticas reconstituyentes a la vez que le ofrecía un vaso de bebida -.Toma esto, te vendrá bien.
- No, más blor no - pudo decir el chico aturdido todavía -.
- No es blor, es jugo de bayas silvestres - le explicó Calina con amabilidad -.Te despejará, anda bebe un poco.
- Si muchacho - añadió la camarera mirándole divertida para comentar del mismo modo jocoso -.¡Creo que te tomaste la bebida de Blor demasiado deprisa!.


Ahora si que Conlet se sentía como un auténtico idiota .Aquella muchacha incluso se estaba riendo, menuda impresión le habría dado .Calina, por su parte pensaba que podrían suceder dos cosas, o que se hubiese equivocado y ese chico fuera así de atolondrado o que se tratase del mejor actor que había visto hasta ahora .De momento esperaría acontecimientos, aunque sería ella quien movería ficha.


- Pues si ya estás bien me despido de ti, debo volver a mi Hermandad.
- Tan pronto- protestó él levantándose con lentitud para no agitarse demasiado la cabeza -.
- Ya nos veremos si sigues por aquí - dijo ella con un tono que a Conlet le resultó muy prometedor -.


Y Calina se marchó esperando que ese chico tratase de ponerse en contacto con ella, aunque salió a la calle y ando durante unos minutos sin poder verle .Lo que si notó es que alguien la seguía, pero no se trataba de ese muchacho. Calina fue con más cuidado mirando discretamente en todas direcciones. Su perseguidor era mucho más hábil que Conlet, ella no podía ver a nadie, así que, con la lección aprendida, esta vez eludió transitar por calles apartadas y tomó el camino que iba directamente a la sede de su Hermandad. Pero su misterioso acechador estaba tras la pista y se le acercaba con rapidez. La maga, sin bajar la guardia, giraba la cabeza varias veces para intentar descubrirle hasta que en una de ellas, al volver la vista al frente, se topó con el mago Sert.


- Hola - le saludó él haciendo el típico gesto de Esil en tanto preguntaba -.¿Dando un paseo por la ciudad?.
- Si, bueno, quería recorrerla un poco, sobre todo en su parte histórica - respondió Calina improvisando con la mayor apariencia de normalidad que pudo, ya que todavía estaba agitada por la sorpresa de haberse encontrado a ese tipo delante- .¿Y tú también estás de paseo?.
- Dispongo de unos sexdanes libres y pensé en que quizás podría encontrarte por aquí - respondió él -.Tengo curiosidad por conocer mejor a una maga de la central.


Calina no sabía como tomarse aquello, ¿era una excusa para tratar de ligársela?. ¿O a éste le sucedía lo mismo que a Litya y pensaba que ella debía dominar hechizos impensables para su rango? .De todos modos no se fiaba en absoluto de ninguno de esos magos, había algo que no le encajaba, algo extraño que se iba haciendo más evidente a cada momento que pasaba sin poder saber, sin embargo, de qué se trataba. Pero seguramente ella lo descubriría de un momento a otro.


-¿Te apetece pasear?.- Le propuso Sert -.
- Gracias, pero ya me volvía a la Hermandad - objetó ella de modo esquivo -.
- Pues en ese caso te acompaño - se ofreció el chico pasando descuidadamente una mano por la espalda de ella -.
-<<¡Este tipo es un cara!>>- se pensó Calina que le comentó -.Tengo ganas de llegar pronto.
- Claro- convino él -.Pues vamos por un atajo que conozco, se acorta mucho camino.


Y la palabra “atajo” a Calina le sonaba a callejón estrecho y perdido en el que ese hombre podría intentar cualquier cosa.


- Prefiero ir por la calle principal, es más bonita - inventó ella -.
- De acuerdo - aceptó Sert sin parecer contrariado por eso -.


Los dos se pusieron en marcha, ella trataba de andar lo más deprisa que podía para recorrer el trayecto lo antes posible, se sentía incómoda con ese hombre .Él, por su parte, aguantaba el ritmo de marcha tratando de pegarse lo más posible a ella. Cruzaron numerosas intersecciones y la chica comenzó a respirar aliviada, a pocos metros estaba la sede y ese tipo apenas había dicho nada más desde que comenzaron a andar.


-¡Ya basta de tonterías! - espetó entonces él agarrando a Calina por sorpresa y metiéndola con rapidez en un callejón cercano -.
-¿Qué quieres de mí?- inquirió ella poniéndose a la defensiva y forcejeando por soltarse -.


Sert la estampó contra la pared y le susurró entre jadeos en tanto la paralizaba con dos rápidos toques de sus dedos en las piernas y los hombros...

- Sé que tú no eres tan inocente como pareces Calina Delaier, y me gustaría hacer un intercambio contigo..
-¿Qué pretendes?.- ¡Suéltame! .- Le exigió ella intentando liberarse -.


Con esa especie de llave o lo que fuera, Sert la había dejado inerme, así que la chica no podría defenderse bien con su magia, pero lo que más le preocupó fueron las siguientes palabras de su captor que declaró sin parecer preocupado.


- Supongo que ya te habrás dado cuenta de que nosotros no somos magos de Esil.
-¿Y qué demonios sois entonces?.- Inquirió ella entre agitada y furiosa -.¿Demonios Hialgasth?.


Y para su sorpresa, Sert sonrió liberándola de su parálisis con otros sendos toques de sus dedos en los mismos lugares que anteriormente había pulsado, para decir con tono más conciliador:


- Tranquila, debía asegurarme de quién eras y por tus emociones primarias no hay ya error posible. Sé que te envía el Maestre Dilain, porque yo soy tu contacto, el Maestro del Kail Halcón Certero.
- Eso sí que sorprendió a Calina, después de andarle buscando durante todo ese tiempo y haber tomado a ese otro chico por él, había sido el mismo Señor del Kail quien la había encontrado a ella, tal y como su Maestre le dijo. Y ahora, aclarado ya el mal entendido, y sin perder más tiempo Sert, o mejor dicho, Halcón Certero, le comentó en tanto ella se tranquilizaba mirándole todavía con gesto desconfiado.
- Ha sido necesario, no podía descubrirme abiertamente, hay muchos espías, he tenido que esperar a que nadie nos vigilase y dar la impresión de estar acosándote. Ahora, si me lo permites, te pondré al corriente de todo para que informes a Dilain.


Y Calina asintió, deseosa de que el chico comenzara a contarle todo lo que allí sucedía .Entre tanto Dilain tuvo ocasión de preocuparse seriamente puesto que sus sospechas se vieron aseguradas con una inesperada visita.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Por favor, si sois tan amables y no os es molestia, comentar vuestras impresiones sobre lo que habéis leído. Me vendría muy bien para mejorar y conocer vuestras opiniones sobre mis historias. Muchas gracias. ;)